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Mamíferos Marinos en México

2019, CIENCIA

Los mamíferos marinos son animales que despiertan gran interés y curiosidad entre el público en general, pero muy a menudo la información proporcionada acerca de éstos es imprecisa o se basa en datos provenientes de otras regiones del mundo, por lo que no reflejan el amplio conocimiento que se tiene en México, donde se ha registrado la presencia de 52 de las 135 especies de mamíferos marinos que hay en el orbe, lo que significa una alta diversidad. En este sentido, es de gran valor e importancia para la Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina, A. C. (SOMEMMA) poder dar a conocer información significativa y actual de los mamíferos marinos, en general, y de México en particular. Ésta es una gran oportunidad para que el público cuente con conocimientos claros y de primera mano proporcionados por expertos nacionales que realizan trabajos e investigaciones reconocidos internacionalmente en torno a delfines, ballenas, marsopas, manatíes, lobos marinos, focas y nutrias. A partir de este esfuerzo, es de especial interés para la SOMEMMA motivar a los jóvenes para que incursionen en el estudio de los mamíferos marinos. En este número temático se describe la diversidad de los mamíferos marinos, su evolución y las adaptaciones a la vida acuática. Asimismo, se especifican los riesgos que representan para la salud pública. Para cada grupo se detallan sus características, se mencionan las especies presentes en México y los esfuerzos para su conservación. Un apartado especial está dedicado a la vaquita, única especie endémica de México que está al borde de la extinción. También se comentan las leyendas o historias que rodean a estos mamíferos. A nombre de la SOMEMMA, agradecemos la invitación de la excelente revista Ciencia para la elaboración del presente número temático y esperamos que esta información contribuya a que los lectores conozcan y valoren a estos maravillosos animales, así como la gran riqueza de especies que tenemos y el importante papel que desempeña nuestro país para su conservación y manejo. Todos podemos ayudar a su preservación y aprovechamiento sustentable.

Revista de la Academia Mexicana de Ciencias julio-septiembre 2019 volumen 70 número 3 Mensaje del presidente de la AMC Desde el Comité Editorial Mamíferos marinos en México José Luis Morán López Miguel Pérez de la Mora Paloma Ladrón de Guevara Porras y Fernando R. Elorriaga Verplancken 3 4 6 Mamíferos marinos en México Mamíferos marinos: identidad, diversidad y conservación La vaquita 8 Luis Medrano González Jorge Urbán Ramírez Evolución y adaptación de los mamíferos a la vida en el mar 48 Gustavo Cárdenas Hinojosa Armando Jaramillo Legorreta Edwyna Nieto García Lorenzo Rojas Bracho 20 Las ballenas Luis Medrano González Karina Acevedo Whitehouse Aurora Paniagua Mendoza Geraldine Busquets Vass Fabiola Guerrero de la Rosa Diane Gendron Riesgo de los mamíferos marinos para la salud pública 30 Los delfines Karina Acevedo Whitehouse Cecilia Barragán Vargas Luis Alberto Soto García El manatí, una especie bajo amenaza de extinción 38 Paloma Ladrón de Guevara Porras Benjamín Morales Vela León David Olivera Gómez 64 Raúl E. Díaz Gamboa Christian D. Ortega Ortiz Los pinnípedos: carnívoros acuáticos altamente especializados 81 Susana López Las plantas, nuevos mineros para recuperar metales preciosos Eduardo González Valdez Alejandro Alarcón Ronald Ferrera Cerrato Desde las redes La Luna se encoge y se arruga Capturar lo imposible ¿Cómo era la piel de los dinosaurios? José Eduardo González Reyes 72 María Concepción García Aguilar Fernando R. Elorriaga Verplancken Novedades científicas Actualidad Por qué debemos vacunarnos. Mitos y realidades de las vacunas 56 86 87 87 Noticias de la AMC 93 88 ciencia Mensaje del presidente de la AMC n n nnn n n E l número inmediato anterior de nuestra revista, titulado “Ciencia en México: ¿para qué?”, brindó a los lectores una reflexión acerca de la ciencia en nuestro país, lo ya logrado y los retos que se presentan para los años por venir. En paralelo a la publicación de dicho número, recibimos una buena noticia: por primera vez la ciencia se enuncia en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Así, con la aprobación de la Reforma Constitucional en Materia Educativa el pasado 9 de mayo, se beneficia al sector de ciencia, tecnología e innovación, y al país en general. Además, esta legislatura pasará a la historia por reconocer el derecho humano a gozar de los beneficios del desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica. Aunado a lo anterior, la modificación del artículo 73, en la fracción XXIX-F, faculta al Congreso de la Unión para legislar en materia de ciencia y tecnología, y expedir una ley. Lo anterior quedó enunciado en el artículo 6 transitorio del decreto de la reforma, el cual establece que el Congreso de la Unión deberá expedir las Leyes Generales en materia de Educación Superior y de Ciencia, Tecnología e Innovación a más tardar en el año 2020. Por otra parte, el presente número de la revista Ciencia se enfoca a un aspecto fundamental del equilibrio ecológico, especialmente de nuestros mares, pues trata acerca de los mamíferos marinos en México. Entre los artículos que conforman esta edición, encontraremos textos sobre los manatíes, la vaquita marina, las ballenas y los pinnípedos, entre otros. La sustentabilidad del mundo es una responsabilidad de las generaciones actuales y depende más que nunca de las medidas que ahora tomemos como habitantes del planeta Tierra, nuestro único y maravilloso hogar, que también se ha deteriorado y destruido a partir acciones para el avance de nuestro bienestar, manifiestas en el cambio climático, como una de las principales problemáticas que enfrentamos en nuestros días. Estamos seguros de que los artículos de este número nos harán reflexionar en torno al futuro de nuestros mares, y en especial de los mamíferos marinos que en ellos habitan, para tomar conciencia del cuidado que merecen. JOSÉ LUIS MORÁN LÓPEZ Presidente volumen 70 3 número 3 ciencia Desde el Comité Editorial n n nnn n n B allenas, delfines, manatíes, vaquitas marinas, cachalotes, narvales, focas y lobos marinos son especies de mamíferos marinos que seguramente a ustedes desde niños, como a mí me ocurrió, les deleitaron los ojos por su belleza y los conmovieron por su tamaño, su fuerza o las historias que de ellos se escribían y en las que siempre tenían un papel preponderante como héroes o como villanos. Estoy seguro de que muchos de ustedes se conmovieron durante su infancia, y algunos, como yo, siguen haciéndolo aún al final de sus vidas, con la lectura de la famosa novela Veinte mil leguas de viaje submarino, en la que Julio Verne, su autor, nos relata cómo un supuesto “unicornio marino” de los denominados narvales golpeaba y destruía embarcaciones en el océano con su colmillo gigante, y que a la postre se descubriría que el cetáceo odontoceto no era sino en realidad el famoso submarino Nautilus, creado por el capitán Nemo para castigar a los opresores que tanto daño le habían hecho. Queridos lectores, es para mí un privilegio invitarlos a leer este número de Ciencia, en el que Paloma Ladrón de Guevara Porras y Fernando Elorriaga Verplancken, miembros destacados de la Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina, A. C. (SOMEMMA), traen para ustedes una sección temática estupenda y llena de sorpresas, denominada “Mamíferos marinos en México”, en la que sus autores invitados, todos ellos con gran autoridad científica, nos relatan en forma harto amena e instructiva diversos aspectos de estos animales marinos. Estoy seguro de que les resultará tanto placentero como instructivo saber que México posee 52 de las 135 especies de mamíferos marinos que habitan en el mundo; entre ellas destacan las ballenas barbadas, denominadas misticetos, de las cuales hay en nuestro país ocho de las 14 que existen en el planeta. También les será interesante enterarse, como a mí me sucedió, de lo que representan los mamíferos marinos en volumen 70 4 número 3 Desde el Comité Editorial n nn la evolución de cinco órdenes que evolucionaron de manera independiente al adoptar, entre otras cosas, una morfología fusiforme y la transformación de sus extremidades en aletas, como en el caso de los llamados pinnípedos, para desplazarse con ventaja en el agua. Asimismo, conocerán cómo en el curso de su evolución estos animales adquirieron la habilidad de almacenar grandes cantidades de oxígeno en la sangre y en sus músculos en aras de sobrevivir por periodos prolongados en su nuevo hábitat. Cabe señalar, sin embargo, que, como se destaca en esta sección temática, no todo es belleza y diversión, pues el contacto con estos animales en condiciones poco favorables entraña riesgos para nuestra salud; como todas las otras especies de animales, los mamíferos marinos son también hospederos de numerosos patógenos. Finalmente, creo oportuno hacer eco de las advertencias contenidas en esta sección, pues si ya contribuimos a extinguir a varias especies de mamíferos marinos, no podemos seguir haciéndolo con la vaquita marina o el manatí, ya en peligro de extinción. Queridos lectores, disfrutemos entonces del hermoso espectáculo que nos ofrecen las ballenas, nademos con los delfines, protejamos a la vaquita y al manatí de su extinción, y ayudemos –como nos lo piden los editores de esta sección temática– al aprovechamiento sustentable de estas especies. En otro orden de ideas, en vista de que numerosos grupos con intereses de todo tipo, pero en los que no campea el conocimiento científico ni el amor por la humanidad, se han dedicado a atacar el uso de las vacunas (que tantas vidas han salvado) y con ello nos exponen a la aparición de enfermedades de tanta peligrosidad como el sarampión o tan incapacitantes como la poliomielitis, que ya creíamos erradicadas, hemos pedido a Susana López, conocida experta mexicana en el campo de la virología y las vacunas, que nos presente un artículo tendiente a desmitificar lo escrito o hablado en torno al supuesto peligro que entraña la vacunación. Por otro lado, si a ustedes les interesa el campo de la minería y desean saber cómo las plantas nos permiten rescatar tanto oro como otros metales preciosos a partir de los “jales”, productos residuales de la actividad minera, en una forma exenta de riesgos, no dejen de leer el ameno e instructivo artículo de Eduardo González Valdez y sus colaboradores. Finalmente, dado que es indudable que especialmente entre los jóvenes las llamadas redes sociales cobran cada día más importancia tanto como medios de comunicación como también –¡por qué no!– de educación masiva, Ciencia se ha abierto a ellas y en cada uno de sus números incluirá sucesos y publicaciones de gran actualidad y trascendencia científica para alertarlos, queridos lectores, acerca de ellos. Asimismo, en dichas redes la intención es mostrarles contenidos previamente publicados en nuestra revista, ligados a tales temas. Conozcan ustedes en este número el trabajo de Eduardo González Reyes, nuestro colaborador en materia de redes sociales, y felicítenlo. Salud y que disfruten el número. MIGUEL PÉREZ DE LA MORA Director julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 5 ciencia Paloma Ladrón de Guevara Porras y Fernando R. Elorriaga Verplancken editores huéspedes n n nnn n n PRESENTACIÓN Mamíferos marinos en México L os mamíferos marinos son animales que despiertan gran interés y curiosidad entre el público en general, pero muy a menudo la información proporcionada acerca de éstos es imprecisa o se basa en datos provenientes de otras regiones del mundo, por lo que no reflejan el amplio conocimiento que se tiene en México, donde se ha registrado la presencia de 52 de las 135 especies de mamíferos marinos que hay en el orbe, lo que significa una alta diversidad. En este sentido, es de gran valor e importancia para la Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina, A. C. (SOMEMMA) poder dar a conocer información significativa y actual de los mamíferos marinos, en general, y de México en particular. Ésta es una gran oportunidad para que el público cuente con conocimientos claros y de primera mano proporcionados por expertos nacionales que realizan trabajos e investigaciones reconocidos internacionalmente en torno a delfines, ballenas, marsopas, manatíes, lobos marinos, focas y nutrias. A partir de este esfuerzo, es de especial interés para la SOMEMMA motivar a los jóvenes para que incursionen en el estudio de los mamíferos marinos. En este número temático se describe la diversidad de los mamíferos marinos, su evolución y las adaptaciones a la vida acuática. Asimismo, se especifican los riesgos que representan para la salud pública. Para cada grupo se detallan sus características, se mencionan las especies presentes en México y los esfuerzos para su conservación. Un apartado especial está dedicado a la vaquita, única especie endémica de México que está al borde de la extinción. También se comentan las leyendas o historias que rodean a estos mamíferos. A nombre de la SOMEMMA, agradecemos la invitación de la excelente revista Ciencia para la elaboración del presente número temático y esperamos que esta información contribuya a que los lectores conozcan y valoren a estos maravillosos animales, así como la gran riqueza de especies que tenemos y el importante papel que desempeña nuestro país para su conservación y manejo. Todos podemos ayudar a su preservación y aprovechamiento sustentable. volumen 70 6 número 3 Presentación n nn julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 7 ciencia Luis Medrano González y Jorge Urbán Ramírez n n nnn n n Mamíferos marinos: identidad, diversidad y conservación Los mamíferos marinos constituyen cinco grupos diferentes que evolucionaron de manera independiente con distintos modos de vida: los cetáceos, algunos carnívoros, los sirenios, los extintos desmostilios y un murciélago pescador; todos estos suman 135 especies, y 52 de éstas se encuentran en aguas mexicanas. Desde el siglo XVIII los humanos hemos provocado la extinción de cinco mamíferos marinos y estamos por extinguir uno más: la vaquita. B allenas, delfines, marsopas, belugas, narvales, delfines de río, zífidos, cachalotes, lobos marinos, morsas, focas, nutrias, algunos visones, osos polares, zorros árticos, manatíes, dugongos, vacas marinas y algunos murciélagos pescadores son mamíferos marinos. Pocos organismos como éstos interesan tanto a las personas y generan una grave preocupación por la protección de la naturaleza. En todo el mundo, México incluido, existen problemas diversos relacionados con estos animales y que afectan a diferentes sectores sociales, la gobernanza y la economía. Marsupiales Mamíferos con una bolsa en el vientre (marsupio) en la que se desarrollan sus fetos. Placentados Mamíferos con placenta, órgano en donde se desarrollan sus fetos. Los mamíferos La clase Mammalia, los mamíferos, son los vertebrados que tienen glándulas mamarias y pelo, además de otros rasgos característicos, como la regulación de su temperatura corporal, un alto desarrollo encefálico, así como la separación de las aberturas genital y anal, que conllevó el surgimiento de los órganos genitales (pene y vagina) y, con ellos, dos modos diferentes de viviparidad: el de los marsupiales y el de los placentados. Los mamíferos comprenden cerca de 5 500 especies; en contraste, de las aves se conocen alrededor de 10 500 y de los peces, aproximadamente 33 500. Sin embargo, los mamíferos son los vertebrados más diversos anatómica, fisiológica y ecológicamente. Estos animales pueden ser tan pequeños como una musaraña de 2 g o tan grandes como una ballena azul, cuyo peso no volumen 70 8 número 3 nn n Mamíferos marinos en México puede medirse sino estimarse, en hasta 180 000 kg. Los mamíferos más pequeños tienen una longevidad máxima de unos pocos meses y, por otra parte, se ha registrado una ballena que ha vivido al menos 200 años. A estas especies se les encuentra desde el ecuador hasta los polos, así como a 3 000 m de profundidad en el mar y hasta casi 6 000 m de altitud en los Himalayas. Habitan en prácticamente todos los sustratos y topografías que hay en nuestro planeta; viven en ambientes muy cálidos y muy fríos, muy húmedos y muy secos, muy abiertos y muy estrechos, muy luminosos y, particularmente, muy oscuros (una de sus mayores especialidades): en las tinieblas de la noche, las cuevas y los abismos oceánicos. En estos entornos, de maneras diversas y eficaces, distintos mamíferos caminan (la especializada locomoción de los humanos), corren, saltan, reptan, excavan, trepan, cuelgan, planean, vuelan, nadan, bucean, atrapan, manipulan, acarician, gesticulan, muerden y vocalizan. Los mamíferos del mar y su ciencia Entre la gran diversidad de formas en los mamíferos resaltan los marinos, que poco se asemejan a otros mamíferos y algunos más bien parecen peces. Los mamíferos marinos han fascinado a los seres humanos desde la antigüedad simplemente porque son hermosos (al menos de acuerdo con la mayoría) y muchos de ellos son imponentes, entre los cuales está el animal más grande que ha existido: la ballena azul. Los mamíferos marinos incitan nuestro interés también por su conducta inteligente y afectiva, que en algunas culturas se concibió como expresión del mal o del castigo divino y en otras como un parentesco con los humanos que las catástrofes de nuestro planeta rompieron al separarnos: ellos en el mar y nosotros en la tierra, por ejemplo, según los maoríes y los nahuas. Los mamíferos marinos han sido además de gran importancia en la historia como un medio de subsistencia al proporcionar carne, grasa, aceites, huesos, piel y otros materiales. Debido a que se cazan y se consumen en colectividad, las culturas que han de- 10 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 pendido de dichos animales conforman en torno a ellos la cohesión social y, con ella, políticas y cosmovisiones. Por tal motivo, la cacería comercial de mamíferos marinos a partir del siglo XVIII coadyuvó a la expansión de las naciones imperialistas, impulsó el uso intensivo e irracional de los recursos naturales y, a fin de cuentas, provocó el aniquilamiento de los propios mamíferos marinos y otras especies. A partir del desarrollo de la comunicación masiva a nivel global y del conocimiento científico acerca de la destrucción de la naturaleza, y específicamente de las poblaciones de mamíferos marinos después de la Segunda Guerra Mundial, estos animales tomaron gran relevancia, por lo que se convirtieron en un frente primario para la conservación de la biodiversidad y, décadas después, en sujetos de alto interés científico. No existe una definición precisa de qué es un mamífero marino. Desde el punto de vista ecológico, podrían definirse como todos aquellos que forman parte de las redes tróficas marinas, pero eso incluiría algunos murciélagos que se alimentan de la sangre de los pinnípedos, esto es, que forman parte de dichas redes tróficas, pero que no pueden considerarse marinos. Desde la perspectiva evolutiva, los mamíferos marinos podrían definirse también como aquellos que presentan adaptaciones para la vida marina; sin embargo, los zorros que viven en el océano Ártico se consideran marinos y no son acuáticos, están adaptados para vivir en la nieve, no en el agua líquida. Por otra parte, podríamos definir a los mamíferos marinos simplemente como aquellos que viven en el mar, pero algunos, como los delfines de río y los manatíes, viven en aguas dulces, como resultado de procesos de evolución a partir de ancestros marinos. Separar a los delfines de río y a los manatíes de los mamíferos marinos nos dejaría clasificaciones de especies y procesos de evolución incompletos. Los mamíferos marinos son, pues, las especies que por tradición estudian los mastozoólogos marinos en una lista que cambia con el tiempo y el avance del conocimiento (véase la Tabla 1). Tampoco existe una definición disciplinaria de la mastozoología marina porque no es una ciencia en el sentido Mamíferos marinos: identidad, diversidad y conservación n nn Tabla 1. Mamíferos marinos del mundo y México. Orden Cetartiodactyla Cetacea Mysticeti Odontoceti Subtotal de especies Carnivora Caniformes Canoidea Arctoidea Pinnipedia Subtotal de especies Sirenia Dugongiformes Trichechiformes Subtotal de especies Chiroptera Especies recientes en el mundo Especies en México Balaenidae Neobalaenidae Eschrichtiidae Balaenopteridae 4 1 1 8 1 0 1 6 Physeteridae Kogiidae Ziphiidae Platanistidae Iniidae Pontoporiidae Lipotidae Monodontidae Phocoenidae Delphinidae 1 2 22 1 1 1 1 (1) 2 7 (1) 37 89 (1, 1) 1 2 9 0 0 0 0 0 2 (1) 18 40 (1) 1 0 Ursidae Mustelidae 1 3 (1) 0 1 Otariidae Odobenidae Phocidae 15 (1) 1 19 (1) 40 (3) 6 0 3 (1) 10 (1) Dugongidae 2 (1) 0 Trichechidae 3 5 (1) 1 1 1 1 1 1 135 (5, 1) 52 (1, 1) Suborden-superfamilia Yangochiroptera Familia Canidae Vespertilionidae Subtotal de especies Total de especies Taxonomía basada en Society for Marine Mammalogy (2019): <https://www.marinemammalscience.org/species-information/list-marine-mammal-species-subspecies/>. Notas: “especies recientes” se refiere a las especies registradas desde el siglo XVIII, cuando los humanos empezamos a documentar científicamente la biodiversidad y, al mismo tiempo, a provocar efectos en el clima y la geología de la Tierra, lo cual conforma una nueva época geológica denominada Antropoceno (Capitaloceno, entre algunos humanistas). Cetacea es un subgrupo de Cetartiodactyla, pero aún se debate a cuál de los dos taxones se debe asignar la categoría de orden. Los números entre paréntesis indican las especies extintas desde el siglo XVIII; los superíndices indican la inminente extinción, por ejemplo, de la vaquita. de tratar con un conjunto de fenómenos. Quienes analizan la distribución, abundancia e interacciones de los mamíferos marinos con su ambiente hacen ecología; los que observan el comportamiento de estos animales hacen etología; quienes estudian las funciones orgánicas de los mamíferos marinos hacen fisiología; aquellos que investigan la herencia en las distintas especies hacen genética; los interesados en la diversidad de los mamíferos marinos con el fin de clasificarlos hacen sistemática. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 11 nn n Mamíferos marinos en México Culturas En un sentido biológico, son los rasgos generales de la conducta de los organismos de una población que se adquieren y propagan mediante el aprendizaje. Pelágicos Referente a la parte del mar que no está sobre la plataforma continental; esto es, mar abierto. Morbilivirus Grupo de virus con membrana, relacionados con enfermedades como el moquillo y el sarampión. El estudio de la biodiversidad adquirió un carácter científico con el sistema de clasificación de Carl N. Linnaeus en el siglo XVIII, pero la mastozoología marina como un área formal de la zoología se remonta apenas a finales del siglo XX, en mucho por la imperiosa necesidad de conocer y proteger a varios mamíferos marinos del riesgo de extinción. Por ello, la mastozoología marina tiene un origen relacionado con la biología de la conservación y no es de extrañar que los mastozoólogos marinos, en su mayoría, den a su trabajo dicho enfoque. Con esta perspectiva, la primera sociedad científica dedicada al estudio de los mamíferos marinos se fundó en 1979 en México y actualmente es una asociación civil llamada Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina (SOMEMMA). En las últimas décadas se ha generado un gran interés por estudiar la evolución de los mamíferos marinos como ejemplo de los procesos de adaptación y de evolución de culturas distintas a las que ocurren en los primates. Un artículo conmemorativo del bicentenario del nacimiento de Charles Darwin (Gee y cols., 2009) revisa las principales evidencias de la evolución biológica, a las que denomina gemas, y enlista al registro fósil de los cetáceos como la gema 1. La biología de la conservación y la teoría de la evolución son ciencias que integran el conocimiento de diferentes disciplinas y, a su vez, ambas interaccionan en el sentido de que la conservación de los organismos requiere comprender los procesos de cambio poblacional (evolución, en sentido amplio) que se presentan actualmente y han ocurrido en la historia reciente. Una tercera perspectiva de la mastozoología marina con auge creciente es la medicina, la de los humanos y la de los mamíferos marinos. La peculiar fisiología de estas especies marinas resulta de interés en varios campos de la medicina humana, como es el caso de la sincronización eléctrica en los gigantescos corazones de las ballenas, los cuales llegan a pesar cerca de 500 kg. Asimismo, la medicina de los mamíferos marinos está brindando nuevas perspectivas a la ecología de estos animales y a las políticas de conservación. Un caso particular es el de la propagación de morbilivirus entre las colonias de 12 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 pinnípedos en relación con el incremento de cánidos ferales, como perros y coyotes. Podemos definir entonces la mastozoología marina como el estudio científico multidisciplinario de los mamíferos marinos con tres grandes perspectivas interrelacionadas: la conservación, la evolución y la medicina. La diversidad de los mamíferos marinos Los mamíferos marinos no son un grupo de animales con un origen común; pertenecen a cinco órdenes que evolucionaron de manera independiente a la vida marina y en formas diferentes (véanse la Figura 1 y la Tabla 1). Cetáceos Los cetáceos son un orden relacionado con los hipopótamos; actualmente consiste de 89 especies agrupadas en dos subórdenes: 1) los cetáceos con dientes (Odontoceti), que incluyen a los delfines oceánicos, marsopas, belugas, narvales, delfines de río, zífidos y cachalotes, y 2) los cetáceos con barbas o ballenas (Mysticeti), entre los que se encuentran las ballenas francas, los rorcuales y la ballena gris. Los cetáceos son los más acuáticos de los mamíferos y entre ellos están también los más especializados para distintos modos de vida en el mar, desde el ecuador y hasta los polos, entre los ríos, las costas y los dominios pelágicos, así como en las aguas superficiales y los fondos abisales. Algunos cetáceos se alimentan casi exclusivamente de zooplancton, otros comen zooplancton y peces pequeños, la mayoría son piscívoros en algún grado, muchos comen cefalópodos y ciertos invertebrados, y unos pocos comen aves y otros mamíferos marinos (véase la Figura 2). Los cetáceos tienen un aspecto muy diferente de los mamíferos típicos; están desprovistos de pelo, aunque algunos tienen pequeñas vibrisas sensorias en su cabeza; su cuerpo tiene forma de torpedo, sin extremidades posteriores y las anteriores están aplanadas como aletas; la cola es una extensión del cuerpo, es muy musculosa y en su extremo tiene una aleta bilobulada en posición horizontal; la mayoría de los cetáceos tiene una aleta dorsal, característi- TRIÁSICO JURÁSICO CRETÁCICO TERCIARIO PALEOCENO 208 146 65 EOCENO 56 CUATERNARIO OLIGOCENO 35 MIOCENO 23 PLIOCENO PLEISTOCENO HOLOCENO 5 2 Morganucodontidae ANTROPOCENO Mamíferos marinos: identidad, diversidad y conservación n nn 0 MARSUPIALIA Xenarthra Kuehneotherium Pholidota Lagomorpha Rodentia Dryolestidae Primates ? Aegialodon ? Dermoptera Quiroptera Insectivora Lepticida ? ? Taeniodonta Creodonta Carnivora Cetacea Artiodactyla co Do Condylarthra nt do Liptoterna a Notoungulata Si Perissosactyla ro et m m Dinocerata nt do Hyracoidea Proboscidea Sirenia a ? Triconodonta Desmostylia Multituberculata Tubulidentata Monotremata n Figura 1. Esquema de ancestría y descendencia en la evolución de los mamíferos según Benton (2000). Se indica la escala de tiempo geológico con edades en millones de años. Los trazos en líneas discontinuas indican relaciones no bien establecidas. El grosor de las líneas indica la diversidad de géneros. Las líneas oscuras indican cinco grupos de mamíferos marinos (de arriba a abajo): 1) murciélagos pescadores, 2) pinnípedos y otros carnívoros, 3) cetáceos, 4) sirenios y 5) desmostilios. n Figura 2. Ilustraciones de algunos cetáceos representativos, con sus longitudes. Superior izquierda: ballena franca (Eubalaena glacialis, 16 m); superior derecha: ballena de Sei (Balaenoptera borealis, 18 m); media izquierda: cachalote (Physeter macrocephalus, 16 m); media derecha: zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris, 7 m); inferior izquierda: vaquita (Phocoena sinus, 1.4 m); inferior derecha: delfín listado (Stenella coeruleoalba, 2.5 m). Ilustraciones de P. A. Folkens en Leatherwood y cols. (1983). ca única de estos animales; su cabeza es horizontal, también como una extensión de su cuerpo; el cráneo tiene los huesos premaxilar y maxilar muy alargados, de modo que los conductos nasales quedan arriba de la cabeza; los odontocetos tienen un solo orificio nasal que adentro se bifurca en dos conductos, mientras que los misticetos tienen dos orificios nasales. El alargamiento de los premaxilares y maxilares hace un cráneo convexo o recto en los misticetos y un cráneo cóncavo en los odontocetos. En esta concavidad, los odontocetos tienen un órgano graso denominado melón, por el cual emiten sonidos de ecoubicación, una forma de percepción que consiste julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 13 nn n Mamíferos marinos en México Feliformes Suborden de mamíferos carnívoros que contiene a los felinos y otras familias relacionadas. Caniformes Suborden de los mamíferos carnívoros que contiene a los cánidos y otras familias relacionadas. en la emisión de ultrasonidos cuyos ecos dan a los animales información de su entorno. La vida en los ríos ha evolucionado al menos tres veces en los cetáceos: 1) en las familias Platanistidae (India), 2) en el conjunto Pontoporiidae (La Plata), Iniidae (Orinoco y Amazonas) y Lipotidae (Yangtsé), así como 3) en el delfín Tucuxi (Amazonas). En los cetáceos de ríos se ha desarrollado mucho la ecoubicación, se ha reducido la visión y se han ampliado las aletas pectorales y la aleta caudal, con las que se palpa el entorno cercano. Las marsopas (familia Phocoenidae), las belugas (familia Monodontidae) y algunos delfines oceánicos (familia Delphinidae) también viven asociados a las desembocaduras de los ríos, en los que pueden internarse distancias considerables. Los zífidos (familia Ziphiidae) y los cachalotes (familias Physeteridae y Kogiidae) son pelágicos y pueden bucear hasta 3 km de profundidad, donde se alimentan de calamares. Los zífidos son solitarios y evasivos y se sabe tan poco de ellos que todavía se siguen descubriendo especies de esta familia. En los delfines existe una amplia diversidad de formas y modos de alimentación; los delfines comunes, por ejemplo, tienen cientos de pequeños dientes con los que se alimentan de peces pequeños como las sardinas; en cambio, las orcas tienen pocos dientes muy grandes con los que se alimentan de peces, tiburones, rayas, tortugas, pingüinos, pinnípedos y cetáceos, incluidas grandes ballenas. Los carnívoros marinos tienen el aspecto general de los mamíferos y, con excepción de la morsa, están cubiertos de una gruesa capa de pelo que en algunas especies incluso forma una doble capa. En los pinnípedos, las extremidades son aletas (de hecho, Pinnipedia significa “pies como aletas”); las nutrias tienen las patas palmeadas y su cola comprimida; los osos polares tienen plantas amplias que les permiten caminar sobre la nieve y también nadar (véase la Figura 3). Entre los lobos marinos, las morsas y algunas focas, los machos son mucho más grandes que las hembras y a menudo también los sexos tienen coloraciones diferentes. Como todos los carnívoros, estas especies sangran mucho al parir y sus recién nacidos son pequeños. Por tal motivo, los carnívoros marinos paren y cuidan a sus crías en tierra, para lo cual suelen elegir islas y playas bajo acantilados en donde no hay depredadores. Los carnívoros marinos exhiben algunas similitudes ecológicas con los cetáceos; en general, viven en aguas superficiales, en donde se alimentan de peces, cefalópodos y crustáceos. Algunas focas, como los elefantes marinos, pueden bucear a más de 2 km de profundidad. La foca cangrejera que vive en la Antártica se alimenta mayormente de krill; la foca leopardo, también de la Antártica, come aves y otros pinnípedos, sobre todo focas cangrejeras; la foca de Weddell, otra especie de la Antártica, ha sido muy importante en el estudio de la fisiología del buceo, que resulta de interés para la medicina. Carnívoros Los carnívoros son un orden de mamíferos con cerca de 300 especies actualmente subdivididas en los grupos feliformes y caniformes; entre estos últimos hay varias especies semiacuáticas y acuáticas. Entre los carnívoros se consideran marinos a los pinnípedos, con un total de 35 especies que incluyen a los lobos marinos (familia Otariidae), las morsas (familia Odobenidae) y las focas (familia Phocidae). Otros carnívoros marinos son el oso polar, el zorro ártico, el extinto visón marino y la nutria marina; algunos consideran marinas también a dos nutrias de río que viven en las costas: el chungungo de Chile y Perú, y la nutria de Sumatra. 14 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 Sirenios Los sirenios son un orden de mamíferos herbívoros completamente acuáticos, como los cetáceos, y están relacionados con los elefantes. Actualmente son cuatro especies, a las que hay que sumar a la gigantesca vaca marina de Steller, extinta en el siglo XVIII. Los sirenios se subdividen en la familia Dugongidae –en la que están el dugongo y la vaca marina de Steller– y la familia Trichechidae –con tres especies de manatíes– (véase la Figura 3). Estos últimos viven en las costas tropicales de América, las Antillas, África y en el río Amazonas; pueden adentrarse un poco en el mar, pero viven mayormente en ríos y Mamíferos marinos: identidad, diversidad y conservación n nn y en los manatíes es redonda. La cabeza de los sirenios es relativamente reducida, con ojos pequeños y labios muy desarrollados y cubiertos por vibrisas. Los orificios nasales de los sirenios están un poco retraídos, de manera que quedan orientados hacia arriba. Es característico de los sirenios el doblamiento ventral de su rostro, lo que hace que la boca quede orientada hacia abajo, especialmente en los dugongos que sólo comen vegetación del fondo. Desmostilios n Figura 3. Ilustraciones de algunos carnívoros y tetiterios marinos representativos, con sus longitudes. Superior izquierda: lobo marino de California (Zalophus californianus, 2.5 m); superior derecha: morsa (Odobenus rosmarus, 3.6 m); media superior izquierda: foca monje del Caribe (Neomonachus tropicalis, 2.3 m); media superior derecha: nutria marina (Enhydra lutris, 1.4 m); media inferior izquierda: vaca marina de Steller (Hydrodamalis gigas, 8 m); media inferior derecha: manatí antillano (Trichechus manatus, 3 m); inferior izquierda: dugongo (Dugon dugong, 2.6 m); inferior derecha: desmostilio (Paleoparadoxia tabatai, 2.5 m). En el caso del lobo marino y la morsa se muestran macho y hembra. Ilustraciones de P. A. Folkens en Reeves y cols. (1992). Ilustración del desmostilio tomada de: <http://es.prehistorico.wikia.com/ wiki/Paleoparadoxia>. lagunas, en donde comen la vegetación del fondo y los bordes. Por su parte, los dugongos son marinos, viven en los ambientes someros del océano Índico y comen pastos. La vaca marina de Steller vivió en aguas frías del Pacífico norte, en los bosques de macroalgas de las cuales se alimentaba. Por estos hábitos, los sirenios no bucean a grandes profundidades, aunque pueden sumergirse por tiempos prolongados. Los sirenios también tienen forma de torpedo, pero son más robustos que los cetáceos; carecen de extremidades posteriores y sus extremidades anteriores tienen forma de aletas, aunque no tan aplanadas e hidrodinámicas como en los cetáceos. Las extremidades anteriores sirven a los manatíes para posarse sobre los fondos, y dos especies tienen tres pezuñas (de las que deriva el nombre de la familia Trichechidae). Los sirenios además poseen una cola musculosa con una aleta caudal horizontal, que en los dugóngidos es bilobulada –como en los cetáceos– Los desmostilios son un orden de mamíferos marinos relacionados con los sirenios en un grupo denominado Tethytheria, por su distribución en el antiguo mar de Tetis, del cual quedan los mares Aral, Caspio, Negro, Mediterráneo y Caribe. Los desmostilios vivieron desde fines del Oligoceno, hace unos 25 millones de años, hasta el Mioceno, hace cerca de 10 millones de años. Se encontraban en las costas del Pacífico norte y tenían un aspecto similar al de los hipopótamos o, más bien, al de los elefantes, pero sin trompa ni colmillos y con orejas minúsculas. La anatomía de estos animales no se ha comprendido del todo, por lo que uno de los géneros mejor estudiados se denominó Paleoparadoxia (“paradoja antigua”). Los desmostilios poseían dientes incisivos arreglados como peines inclinados hacia adelante, lo que sugiere que mayormente comían macroalgas y, por lo tanto, estaban asociados a los bosques de estas plantas al igual que las vacas marinas de Steller y las nutrias marinas (véase la Figura 3). Murciélago pescador El murciélago pescador Myotis vivesi (orden Chiroptera) vive en las costas e islas del Golfo de California, así como en la costa del Pacífico en Baja California, entre la Bahía de Sebastián Vizcaíno y Punta Eugenia. M. vivesi ocupa cuevas o recovecos rocosos para perchar y por las noches pesca en el mar. Otros murciélagos pescadores en el mundo pueden alimentarse también en el mar, pero M. vivesi está especializado para ello y es único por la gran longitud de sus extremidades posteriores y sus garras, las cuales puede flexionar hacia las rodillas; sus falanges y garras además están aplanadas lateraljulio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 15 nn n Mamíferos marinos en México mente, lo que permite al animal arrastrarlas en el agua. Sus alas son redondeadas y tienen una alta proporción largo/ancho, lo cual le confiere al murciélago alta sustentación y bajo costo de transporte a cambio de tener poca maniobrabilidad. Estos atributos le permiten volar eficientemente en espacios abiertos y transportar presas grandes. Como otros murciélagos pescadores, M. vivesi tiene una amplia membrana que se extiende entre las extremidades posteriores y la cola; con esto se ayuda para atrapar a sus presas. Como casi todos los murciélagos, M. vivesi percibe su entorno por ecoubicación. Una adaptación específica para la vida marina de este animal es su fisiología renal, la cual le permite excretar en la orina la gran cantidad de sal que consume de sus presas, que son mayormente pequeños crustáceos. La capacidad de concentrar su orina podría permitirle a este murciélago incluso beber agua de mar. Esta especie come también peces, incluidas sardinas, de hasta ¼ de su peso. M. vivesi es posiblemente depredado por serpientes y ratas noruegas (introducidas a su hábitat por los humanos), pero sobre todo por aves tales como búhos, gaviotas, cuervos, halcones, águilas pescadoras y alcaudones. 16 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 La situación de los mamíferos marinos Como toda la biodiversidad, los mamíferos marinos son y han sido amenazados por la actividad humana de distintas maneras: 1) mortalidad directa por sobrexplotación e indirecta incidental, por ejemplo, por las interacciones con la pesca en las que mueren cientos de miles de mamíferos marinos cada año; 2) destrucción directa de hábitats, en muchos casos por la urbanización; 3) contaminación física –ruido y basura–, química –metales pesados y compuestos organoclorados– y biológica –patógenos–; así como 4) sinergismos de estos impactos con el cambio climático. Los humanos ya hemos provocado la extinción de cinco especies de mamíferos marinos: 1) la vaca marina de Steller en el siglo XVIII, 2) el visón marino a inicios del siglo XX, 3) el lobo marino de Japón en la primera mitad del siglo XX, 4) la foca monje del Caribe a mediados del siglo XX, y 5) el delfín del río Yangtsé a inicios del siglo XXI. Además, en México, la vaquita marina está muy cerca de extinguirse como resultado de su mortalidad en redes de pesca ilegales para la totoaba, un pez también en peligro de extinción. Mamíferos marinos: identidad, diversidad y conservación n nn Tabla 2. Mamíferos marinos de México: distribución y estado de conservación. Nombre científico Orden Cetacea Familia Balaenidae Eubalaena japonica Familia Eschrichtiidae Eschrichtius robustus Familia Balaenopteridae Balaenoptera musculus Balaenoptera physalus Balaenoptera borealis Balaenoptera edeni Balaenoptera acutorostrata Megaptera novaeangliae Familia Physeteridae Physeter macrocephalus Familia Kogiidae Kogia breviceps Kogia sima Familia Ziphiidae Ziphius cavirostris Berardius bairdii Indopacetus pacificus Mesoplodon peruvianus Mesoplodon ginkgodens Mesoplodon densirostris Mesoplodon perrini Mesoplodon europeaus Mesoplodon bidens Familia Phocoenidae Phocoena sinus Phocoenoides dalli Familia Delphinidae Steno bredanensis Tursiops truncatus Stenella attenuata Stenella frontalis Stenella longirostris Stenella clymene Stenella coeruleoalba Delphinus delphis delphis Delphinus delphis bairdii Lissodelphis borealis Lagenodelphis hosei Lagenorhynchus obliquidens Grampus griseus Pseudorca crassidens Peponocephala electra Orcinus orca Feresa attenuata Globicephala macrorhynchus Nombre común Océano Conservación IUCN NOM-059 Ballena franca del Pacífico norte P EN P Ballena gris P LC Pr Ballena azul Rorcual común Rorcual de Sei Rorcual tropical Ballena minke Ballena jorobada P, A P, A P, A P, A P, A P, A EN EN EN DD LC VU Pr Pr Pr Pr Pr Pr Cachalote P, A VU Pr Cachalote pigmeo Cachalote enano P, A P, A DD DD Pr Pr Zifio de Cuvier Zífido de Baird Zífido de Longman Mesoplodonte pigmeo Mesoplodonte dientes de ginkgo Mesoplodonte de Blainville Mesoplodonte de Perrin Mesoplodonte de Gervais Mesoplodonte de Sowerby P, A P P P P P, A P A A DD DD DD DD DD DD DD DD DD Pr Pr Pr Pr Pr Pr - P P CR LC P Pr P, A P, A P, A A P, A A P, A P, A P P P P P, A P, A P, A P, A P, A P, A DD DD LC DD DD DD LC DD DD LC LC DD DD DD LC DD DD DD Pr Pr Pr Pr Pr Pr Pr Pr Pr Pr Pr Pr Pr Pr Pr Pr Pr Pr Vaquita Marsopa de Dall Delfín de dientes rugosos Tonina Delfín manchado pantropical Delfín manchado Atlántico Delfín tornillo pantropical Delfín tornillo del Atlántico Delfín listado Delfín común de rostro corto Delfín común de rostro largo Delfín liso Delfín de Fraser Delfín de costados blancos Delfín de Risso Orca falsa Calderón pigmeo Orca Orca pigmea Calderón de aletas cortas julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 17 nn n Mamíferos marinos en México Nombre científico Orden Carnivora Familia Otariidae Arctocephalus philippii townsendi Arctocephalus galapagoensis Arctocephalus australis Zalophus californianus Zalophus wollebaeki Eumetopias jubatus Familia Phocidae Phoca vitulina Mirounga angustirostris Neomonachus tropicalis Familia Mustelidae Enhydra lutris Nombre común Océano Conservación IUCN NOM-059 Lobo fino de Guadalupe Lobo fino de Galápagos Lobo fino austral Lobo marino de California Lobo marino de Galápagos Lobo marino de Steller P P P P P P VU EN LC LC EN NT P Pr - Foca común Foca elefante del norte Foca monje del Caribe P P A LC LC EX Pr A E Nutria marina P EN P Orden Sirenia Familia Trichechidae Trichechus manatus manatus Manatí antillano A EN P Orden Chiroptera Familia Vespertilionidae Myotis vivesi Murciélago pescador del Golfo de California P VU P Notas: Océanos: P, Pacífico; A, Atlántico. Categorías de conservación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, 2019): EX, extinta; CR, en peligro crítico; EN, en peligro; VU, vulnerable; NT, cerca de la amenaza; LC, de preocupación menor; DD: deficiente en datos. Categorías de conservación de la Norma Oficial Mexicana-059-SEMARNAT-2010 (Diario Oficial de la Federación, 2010): E, extinta; P, en peligro; A, amenazada; Pr, bajo protección especial. 18 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 Mamíferos marinos: identidad, diversidad y conservación n nn En el siglo XX, la expansión de las actividades humanas conllevó una gran diversificación de sus impactos en los ecosistemas marinos; algunos, irónicamente, se originan tierra adentro, como la contaminación por los pesticidas agrícolas. También a partir de dicho siglo ha surgido el que se considera el problema ambiental más importante en escala global: el cambio climático producido por la emisión de gases a la atmósfera debido a las actividades humanas. El cambio climático forma parte de la destrucción de hábitats y es el mayor componente en el riesgo de extinción de especies polares, como la ballena de Groenlandia. Por ser extensos, dinámicos, abiertos y, por lo tanto, interdependientes, los ecosistemas marinos no pueden protegerse mediante esfuerzos aislados; la fragmentación de los gobiernos es el principal obstáculo para aliviar el deterioro ambiental en los océanos. Los mamíferos representan una parte pequeña de la biomasa marina, pero consumen una gran cantidad de alimento y, por ello, contribuyen considerablemente al flujo de materiales y energía en los océanos. Estos animales tienen altas capacidades de regulación fisiológica, dispersión, aprendizaje y sociabilidad; por ello, los mamíferos marinos tienen la posibilidad de aclimatarse a los cambios ambientales rápidamente. Por lo tanto, el estudio de estos animales tiene el potencial de proveer información sobre los cambios en los ecosistemas marinos, así como promover la colaboración internacional en la investigación y conservación del mar. En nuestro país se han registrado 52 especies de mamíferos marinos que representan una parte considerable de la diversidad que existe a nivel mundial. Asimismo, se ha documentado una historia de intensa interacción con los humanos que se remonta a inicios del Holoceno, hace cerca de 10 000 años, cuando la desertificación del noroeste de México obligó a los grupos humanos de la región a buscar su sustento en el mar, especialmente en el Golfo de California, que hoy sigue siendo relevante para diversas actividades humanas, en especial la pesca, así como de alta importancia para la conservación. Una idea de lo que representa la mastofauna marina mexicana para la conservación e investigación de los océanos es que entre ella se cuenta una especie extinta en el siglo XX, una en riesgo crítico de extinción, ocho en peligro, cuatro vulnerables, 12 en categorías de riesgo menor y 25 de las que hay datos deficientes (véanse las Tablas 1 y 2). Luis Medrano González Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México. medranol@ciencias.unam.mx Jorge Urbán Ramírez Departamento de Ciencias Marinas y Costeras, Universidad Autónoma de Baja California Sur. jurban@uabcs.mx Lecturas recomendadas Arellano Peralta, V. A. y L. Medrano González (2013), Mamíferos marinos en el golfo de California. Macroecología, impacto humano y su perspectiva hacia la conservación, colección Posgrado núm. 43, México, Universidad Nacional Autónoma de México. Benton, M. J. (2000), Vertebrate Palaeontology, Oxford, Blackwell. Ceballos, G. y G. Oliva (eds.) (2005), Los mamíferos silvestres de México, México, Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad/Fondo de Cultura Económica. Gee, H., R. Howlett y P. Campbell (2009), “15 evolutionary gems”, Nature. Disponible en: <doi:10.1038/ nature07740>, consultado el 3 de mayo de 2019. Guerrero Ruiz, M., J. Urbán Ramírez y L. Rojas Bracho (2006), Las ballenas del Golfo de California, México, Instituto Nacional de Ecología/Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Harwood, J. (2001), “Marine mammals and their environment in the twenty-first century”, Journal of Mammalogy, 82(3):630-640. Jefferson, T. A., M. A. Webber, R. L. Pitman y U. Gorter (2015), Marine mammals of the world. A comprehensive guide to their identification, 2.a ed., San Diego, Academic Press. Leatherwood, S. et al. (1983), The Sierra Club handbook of whales and dolphins, San Francisco, Sierra Club Books. Reeves, R. et al. (1992), The Sierra Club handbook of seals and sirenians, San Francisco, Sierra Club Books. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 19 ciencia Luis Medrano González, Karina Acevedo Whitehouse y Aurora Paniagua Mendoza n n nnn n n Evolución y adaptación de los mamíferos a la vida en el mar Los mamíferos marinos pertenecen a cinco órdenes que evolucionaron de manera independiente a la vida marina al menos nueve veces. Los diferentes procesos de evolución consistieron en adaptaciones que casi siempre incluyeron morfología fusiforme, gran tamaño corporal, grandes almacenes de grasa subcutánea, capacidad de concentrar orina, grandes almacenes de oxígeno en la sangre y los músculos, y desarrollo de la audición. L a teoría de la evolución integra el conocimiento biológico y tiene dos grandes componentes: 1) el estudio del origen e historia de la vida y 2) el estudio de los mecanismos de la evolución y los procesos de adaptación. La evolución de los mamíferos marinos es relevante en dicha teoría porque es un ejemplo idóneo para estudiar los procesos de adaptación y de evolución de culturas distintas a las que ocurren en los primates que, en un sentido biológico, se refiere a los rasgos generales de la conducta de los organismos en una población que se adquieren y propagan mediante el aprendizaje. Asimismo, el registro fósil de los cetáceos se considera un elemento clave entre las evidencias de la teoría de la evolución. Conocer la historia evolutiva tiene implicaciones importantes para la conservación de los mamíferos marinos y estudiar su adaptación es también de interés para la medicina de estos animales, así como para la medicina humana. En el estudio de la evolución es fundamental determinar las relaciones de ancestría y descendencia de los organismos a lo largo de la historia de la Tierra. Los esquemas que describen estas relaciones se denominan filogenias, que típicamente son una gráfica en forma de árbol en la cual una línea representa una sucesión de varias generaciones de organismos a lo largo del tiempo; las ramificaciones de esta línea representan procesos de formación de especies diferentes a partir de poblaciones separadas de una especie ancestral. En la base o raíz de las filogenias está el ancestro común de un grupo de organismos. A fin de cuentas, todas las especies en la Tierra descendemos de un ancestro común que se originó hace cerca de 3 800 millones de años. En cuanto a los mecanismos, es básico identificar los procesos por los cuales los organismos se adaptan al ambiente cambiante en el que viven. El término volumen 70 20 número 3 Evolución y adaptación de los mamíferos a la vida en el mar n nn adaptación en la biología se refiere al proceso de evolución por el cual en los organismos se desarrollan características que les permiten vivir y reproducirse en un ambiente determinado. Demostrar que alguna característica de un organismo es una adaptación no es fácil, y no todas las características de los seres vivos son adaptaciones. Filogenia de los mamíferos marinos Los mamíferos marinos no tienen un origen común; pertenecen a cinco órdenes que evolucionaron de manera independiente a la vida marina en al menos nueve ocasiones: los cetáceos, los pinnípedos, la nutria marina, el visón marino, el oso polar, el zorro ártico, los sirenios, los desmostilios y el murciélago pescador julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 21 Mamíferos marinos en México Ungulados Mamíferos que caminan sobre sus dedos y cuyas uñas están transformadas en pezuñas. del Golfo de California; los orígenes de estos animales datan de tres periodos en la historia de la Tierra. Los cetáceos y sirenios se originaron a principios del Eoceno, hace aproximadamente 50 millones de años, posiblemente en relación con climas cálidos y secos que obligaron a los ancestros de estos animales a buscar comida en el mar. Los cetáceos son descendientes de los artiodáctilos; por tal motivo, ambos grupos se clasifican en un solo orden, denominado cetartiodáctilos (véase la Figura 1). Los cetáceos presentan una relación genética particularmente cercana con los hipopótamos, pero estos últimos se originaron apenas hace 15 millones de años. Recien- CRETÁCICO TERCIARIO PALEOCENO 146 temente se descubrió a la familia de los raoélidos del Eoceno medio al sur de Asia, la cual parece el grupo hermano de los cetáceos. Los raoélidos eran ungulados anfibios de agua dulce del tamaño de un mapache, lo que significa que los cetáceos no se originaron por un cambio del medio terrestre al acuático, sino con un cambio de hábitos en este último, probablemente de transición a comer peces y otros animales acuáticos, así como por el desarrollo de la audición como principal forma de percepción. Los primeros cetáceos fueron los arqueocetos que se originaron en el Eoceno temprano hace casi 50 millones de años en los márgenes asiáticos del antiguo 65 56 EOCENO CUATERNARIO OLIGOCENO 35 MIOCENO 23 PLIOCENO PLEISTOCENO HOLOCENO 5 2 0 DELPHINIDAE Monodontoidea Inioidea ZIPHIIDAE PLATANISTIDAE Physeteroidea BALAENOPTERIDAE BALAENIDAE Cetacea NEOBALAENIDAE Archaeoceti HIPPOPOTAMIDAE Ruminantia Cetartiodactyla Suina CAMELIDAE Perissodactyla Mesonychia Carnivora n Figura 1. Esquema de ancestría y descendencia (filogenia) en la evolución de los cetartiodáctilos y grupos cercanos, según Gatesy y cols. (2013). Se indica la escala de tiempo geológico con edades en millones de años. Las líneas oscuras indican los grupos marinos. 22 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 ANTROPOCENO nn n Evolución y adaptación de los mamíferos a la vida en el mar n nn mar de Tetis. Éste era un mar tropical que en el Eoceno circundaba todo el planeta y del cual quedan los mares Aral, Caspio, Negro, Mediterráneo y Caribe. Las familias más antiguas de los arqueocetos son los pakicétidos y ambulocétidos del sur de Asia, que eran de hábitos anfibios; arqueocetos posteriores se distribuyeron por todo el mar de Tetis. Los primeros sirenios fueron los prorastómidos que se originaron en el lado occidental del mar de Tetis, que hoy es el Caribe. Cercanamente relacionados con los prorastómidos están los protosirénidos y los primeros dugóngidos de la subfamilia de los haliterinos, los cuales se dispersaron por el mar de Tetis. Los sirenios están cercanamente relacionados con los elefantes y ambos tienen una dentadura similar. A diferencia de los cetáceos que se hicieron carnívoros, los sirenios son totalmente herbívoros, y probablemente por ese motivo nunca han sido diversos. En cambio, los cetáceos pueden comer animales como zooplancton, peces de distintos tamaños, cefalópodos, tortugas marinas y otros mamíferos a los cuales capturan entre la superficie del mar y las profundidades abisales de maneras muy diversas. Los pinnípedos y los desmostilios se originaron en el Oligoceno hace unos 30 millones de años, el cual fue un periodo de varias glaciaciones provocadas por cambios en el flujo de energía en los océanos y la atmósfera, cuando Australia se separó de la Antártica y ésta migró al polo sur. De manera generalizada, durante el Oligoceno ocurrieron cambios de diversidad en los mamíferos; se extinguieron varios de los grupos que habían evolucionado en los climas cálidos del Eoceno y unos pocos se adaptaron a los climas fríos del Oligoceno, se diversificaron y dieron origen a los grupos actuales y otros que luego se extinguieron. Los pinnípedos se originaron como parte de una diversificación de familias relacionadas con los osos a las que en conjunto se llaman arctoideos. Los pinnípedos más antiguos conocidos son los enaliárctidos, que se originaron hace 25 millones de años en el Pacífico norte y son los ancestros directos de los lobos marinos (otáridos). No es claro qué relación filogenética hay entre las tres familias de pinnípedos (lobos marinos, focas y morsas), pero es claro que tienen un solo origen. Posiblemente, de la dispersión de los enaliárctidos en el Pacífico norte se originaron las morsas en el Ártico, las cuales a lo largo de su evolución se dispersaron al Atlántico norte y de ahí al sur, para después volver al Pacífico norte antes de que se cerrara el estrecho de Panamá, y finalmente se establecieron de nuevo en el Ártico. Las focas se originaron entre el Ártico y el Atlántico norte, desde donde se dispersaron al mar de Tetis (por eso hay focas en los mares Caspio, Negro y Mediterráneo), al Pacífico norte antes de que emergiera el estrecho de Panamá, al Atlántico sur y a la Antártica, en donde ahora las focas son abundantes (véase la Figura 2). Los desmostilios se originaron también en el Pacífico norte hace menos de 30 millones de años. Eran herbívoros como los sirenios, con los cuales están cercanamente relacionados. Los desmostilios fueron poco diversos, no se dispersaron a otras cuencas oceánicas y se extinguieron hace 10 millones de años. Su origen en el Oligoceno coincide con una diversificación de los sirenios en la cual los antiguos haliterinos dieron paso a los hidrodamalinos en el Pacífico norte, a los dugonginos en el Índico y el Pacífico, y a los manatíes (triquéquidos) en el Atlántico (véase la Figura 3). Los cetáceos actuales se originaron también durante el Oligoceno hace aproximadamente 30 millones de años, luego de la extinción de los arqueocetos. Los cetáceos actuales parecen haberse originado de los dorudóntidos, los cuales, junto con los basilosáuridos, se distribuían por todo el mar de Tetis desde julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 23 Mamíferos marinos en México TERCIARIO PALEOCENO 65 EOCENO 56 CUATERNARIO OLIGOCENO 35 MIOCENO 23 PLIOCENO PLEISTOCENO HOLOCENO 5 2 ANTROPOCENO nn n 0 HYAENIDAE FELIDAE Feliformia HERPESTIDAE VIVERRIDAE Canoidea CANIDAE PROCYONIDAE MUSTELIDAE Caniformia URSIDAE Arctoidea OTARIIDAE Pinnipedia ODOBENIDAE PHOCIDAE n Figura 2. Filogenia de los carnívoros, según Bininda-Emonds y cols. (1999). Se indica la escala de tiempo geológico con edades en millones de años. Las líneas oscuras indican los grupos marinos. mediados del Eoceno. Los cambios ambientales del Oligoceno se asocian a una divergencia en el modo de alimentación de los cetáceos que originó, por un lado, a los misticetos, que se alimentan de zooplancton, peces pequeños y crustáceos bentónicos, y los filtran entre dos hileras de barbas queratinosas adheridas al paladar; y, por otro lado, a los odontocetos, que se alimentan de presas grandes. Hay dos grupos primarios de misticetos actuales que descienden todos de un solo grupo: los cetotéridos del Oligoceno. En los odontocetos se reconocen siete superfamilias, de las cuales sobreviven cinco: fiseteroideos, platanistoideos, zifioideos, inioideos y delfinoideos. La diversificación de los cetáceos se asocia a una diversificación de su alimentación, pero a diferencia de los misticetos que se diferenciaron por especialización, en los odontocetos algunas familias presentan varias formas de alimentación y, a su vez, algunas de 24 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 estas formas han evolucionado de manera independiente en más de una familia. Los cetáceos tienen un rostro (huesos premaxilar y maxilar) alargado que sitúa los conductos nasales en la parte superior de la cabeza; esta modificación anatómica se denomina telescopización. El rostro y la mandíbula de los odontocetos tienen filas de dientes puntiagudos y no diferenciados, con los cuales atrapan peces; el rostro en este caso es cóncavo y forma un espacio entre el extremo maxilar y el orificio nasal, en donde se ha desarrollado un órgano graso denominado melón, el cual tiene funciones de ecoubicación y otras relacionadas con el buceo. La vida en los ríos ha evolucionado al menos tres veces en los cetáceos actuales, en los platanístidos, en el conjunto de ínidos, lipótidos y pontopóridos y en el delfín Tucuxi. Los zífidos y cachalotes se alimentan primariamente de calamares a los que atrapan TERCIARIO PALEOCENO 65 EOCENO 56 OLIGOCENO 35 Sirenia CUATERNARIO MIOCENO 23 PLIOCENO PLEISTOCENO HOLOCENO 5 2 ANTROPOCENO Evolución y adaptación de los mamíferos a la vida en el mar n nn 0 T. senegalensis PRORASTOMIDAE PROTOSIRENIDAE TRICHECHIDAE Trichechus T. manatus T. inunguis Halitheriinae DUGONGIDAE Hydrodamalinae ? Dugonginae Hydrodamalis gigas Dugong dugon Desmostylia n Figura 3. Filogenia de los tetiterios, según Domning (2009). Se indica la escala de tiempo geológico con edades en millones de años. Las líneas oscuras indican los grupos marinos. En este esquema se muestran las relaciones entre las cinco especies recientes junto con algunos grupos fósiles en líneas gruesas que muestran los periodos en que estos organismos han vivido. por succión con la contracción de una desarrollada musculatura faríngea; por ese motivo, los zífidos y cachalotes no tienen dientes en el maxilar. Algunas especies como la nutria marina, el visón marino, el oso polar, el zorro ártico y el murciélago pescador de Baja California se originaron entre finales del Mioceno y el Pleistoceno como parte de las diversificaciones de las familias a las que pertenecen y también en relación con cambios ambientales, sobre todo por las glaciaciones del Pleistoceno. La nutria más antigua en el registro fósil es Mionictis de Norteamérica, que vivió hace 16 a 7 millones de años. Los finales del Plioceno y el Pleistoceno corresponden también a la diversificación de los manatíes y delfines. Adaptación a la vida en el mar El mar presenta diversas restricciones para los mamíferos: 1. 2. 3. 4. 5. 6. La locomoción sin puntos de apoyo y con una alta resistencia al movimiento. La pérdida de calor, que es 29 veces mayor que en el aire ante un determinado diferencial de temperatura. La deshidratación causada por el agua de mar, cuya concentración de sales es cuatro veces mayor que los líquidos corporales de los mamíferos. El buceo con un almacenamiento limitado de oxígeno, así como los efectos mecánicos y fisiológicos de la presión hidrostática. La percepción y la orientación en un medio en el que casi no hay puntos de referencia, donde la visibilidad no supera 50 m; la luminosidad disminuye drásticamente con la turbidez y la profundidad a la que llega es muy reducida (200 m); asimismo, la velocidad del sonido es cuatro veces mayor que en el aire, lo que impide identificar la dirección de la que proviene. La exposición a muchos patógenos marinos. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 25 nn n Mamíferos marinos en México Entre las muchas características que evolucionaron en la adaptación de los mamíferos al mar, se consideran siete básicas, y sus combinaciones resuelven las restricciones enlistadas arriba. prolongados y realizar esfuerzos físicos considerables para atrapar su alimento, huir de sus depredadores, interactuar con sus conespecíficos o, simplemente, desplazarse. La morfología fusiforme Los grandes almacenes de grasa En su evolución, el cuerpo de los mamíferos marinos se hizo fusiforme (alargado, con los extremos aguzados), y así se minimizó la resistencia del agua al movimiento. Su cabeza se modificó a estar en posición horizontal junto con todo el cuerpo al nadar, los orificios nasales se orientaron hacia arriba y las extremidades se transformaron en aletas. En los cetáceos y sirenios, las extremidades posteriores y la cadera desaparecieron, además desarrollaron una cola musculosa con una aleta caudal en posición horizontal con la cual se impulsan en una oscilación vertical, que es un remanente del impulso de las extremidades posteriores en los mamíferos terrestres. Es único de los desmostilios que a pesar de que todo su esqueleto tiene la estructura de un animal parado sobre sus cuatro extremidades, su cabeza se articula al cuello en posición horizontal (véanse las Figuras 4 y 5). La grasa de los mamíferos marinos constituye una gran reserva de energía que permite a algunas especies hacer largas migraciones, realizar diferentes actividades reproductivas, y a las hembras lactar a sus recién nacidos sin alimentarse durante meses. Ésta es el principal componente de la leche en los mamíferos marinos y supera un valor de 60% en algunas especies. El alto contenido de grasa y proteínas en la leche favorece un rápido crecimiento, que en el mar es crucial para la sobrevivencia de los recién nacidos. También es una reserva de agua para estos animales, un regulador activo de la flotabilidad, así como un depósito de nitrógeno en sobresaturación producido por buceos prolongados y profundos. El tejido graso subcutáneo es un transportador activo de calor entre el interior y el exterior del organismo. Con una irrigación reducida, la grasa subcutánea impide la pérdida de calor corporal, y el flujo sanguíneo a través de la grasa hacia la piel favorece la disipación del calor. Lo primero permite a los mamíferos El gran tamaño corporal Los mamíferos marinos son obligadamente grandes y entre ellos está el mayor animal que ha existido en la Tierra: la ballena azul, que puede pesar hasta 180 000 kg; los mamíferos marinos más pequeños son las crías de la nutria marina, que pesan alrededor de 1.5 kg. El gran tamaño de los mamíferos marinos minimiza la pérdida de calor corporal y, con esto, su consumo relativo de energía y agua. En el agua, un gran tamaño no requiere energía para sostener el cuerpo y permite tener un movimiento más inercial que hace a los cetáceos no ser tan buenos nadadores como los peces, pero sí ser en el agua tanto o más eficientes que los mamíferos terrestres en tierra. Asimismo, un gran tamaño corporal permite a los mamíferos marinos tener grandes almacenes de oxígeno en la sangre y los músculos, así como abundantes depósitos de grasa en todo el cuerpo, sobre todo en el tejido subcutáneo. Los grandes almacenes de oxígeno permiten a los cetáceos bucear por periodos 26 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 n Figura 4. Esqueletos de mamíferos marinos representativos. Superior izquierda: ballena de Groenlandia (Balaena mysticetus); superior derecha: cachalote (Physeter macrocephalus); media izquierda: lobo marino (Otariidae); media derecha: foca (Phocidae); media inferior: nutria marina (Enhydra lutris); inferior izquierda: dugongo (Dugong dugon); inferior derecha: desmostilio (Paleoparadoxia tabatai). Evolución y adaptación de los mamíferos a la vida en el mar n nn Raoellidae Pakicetidae Ambulocetidae Mesonychidae Protocetidae Basilosauridae feros marinos para mantener su balance hídrico es el alto contenido de grasas y proteínas en su dieta. Casi toda el agua que consumen estos animales proviene del metabolismo oxidativo de sus alimentos y resulta relevante que el gran almacenamiento de grasa constituye también un almacén de agua, como ocurre con otros vertebrados que viven sin agua dulce. Dorudontidae Squalodontidae La disminución del volumen pulmonar y el desarrollo de grandes almacenes de oxígeno en la sangre y los músculos Delphinidae Los mamíferos marinos pueden bucear por periodos prolongados y alcanzar grandes profundidades. Para ello, almacenan grandes cantidades de oxígeno no en sus pulmones, sino en su sangre y sus músculos; el volumen de sangre, la concentración de eritrocitos y su contenido de hemoglobina, así como la cantidad de mioglobina en los músculos, son elevados. Los mamíferos marinos pueden hacer buceos largos y minimizar y priorizar el consumo de oxígeno; cuando una inmersión supera el consumo normal de las reservas de oxígeno en el cuerpo, los mamíferos marinos dirigen la irrigación sanguínea sobre todo a la cabeza, disminuyen la frecuencia de pulsación cardiaca y los tejidos no neuronales pueden adoptar temporalmente un metabolismo anaerobio con irrigación casi nula. Éste es un mecanismo fisiológico de todos los vertebrados que respiran aire, se denomina respuesta de sobrevivencia, y es de interés para la medicina. La tráquea y las primeras ramificaciones bronquiales de muchos mamíferos marinos son muy rígidas y los alvéolos son compresibles, por lo que permiten que se alcancen grandes profundidades sin riesgo de colapso de las vías aéreas y también que se minimice la disolución de nitrógeno en la sangre. Una disminución del volumen pulmonar también permite un rápido y eficiente recambio de gases en la exhalación e inhalación. El buceo en las hembras preñadas de los mamíferos marinos es de interés porque la oxigenación del feto afecta la circulación y la administración del consumo de oxígeno. Physeteridae Balaenidae Orificio nasal Labios fónicos Sacos dorsales Cráneo Melón Conductos nasales Maxilar Bulas timpánicas Mandíbula Sonidos emitidos Sonidos recibidos n Figura 5. Superior: esqueletos y cráneos de cetáceos representativos de su historia evolutiva que muestran los principales cambios anatómicos en su adaptación a la vida acuática, con atención al alargamiento de los huesos premaxilar y maxilar que sitúa el orificio nasal en la parte superior de la cabeza. Inferior: esquema de la cabeza de un delfín en el que se muestran las principales estructuras involucradas en la ecoubicación; lo relacionado con la emisión de sonidos se ilustra en tonos de rojo y lo relacionado con la percepción de sonidos, en verde. El orificio nasal, señalado con flechas, y los conductos aéreos se ilustran con tonos de azul. pequeños habitar en aguas frías y lo segundo permite a los mamíferos grandes vivir en aguas cálidas. La capacidad de concentrar sales en la orina Los mamíferos marinos pueden mantener el volumen, composición y pH de sus líquidos corporales (osmorregulación) ante la alta concentración de sales del agua de mar y la acidosis producida durante buceos anaerobios. La osmorregulación en los mamíferos se realiza fundamentalmente en la corteza renal, con gasto de energía en unidades funcionales denominadas nefronas. Las nefronas de los mamíferos marinos pueden concentrar la orina un poco más que el agua de mar y eso permite a algunos de estos animales alimentarse de presas como invertebrados sin deshidratarse e incluso obtener agua al beber del mar. Una parte importante de la capacidad de los mamí- Acidosis Disminución de pH en los tejidos de los animales, típicamente por la acumulación de CO2. El desarrollo de la audición y la ecoubicación En el agua la audición constituye la principal forma de percepción para muchos animales. La evolución julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 27 nn n Mamíferos marinos en México de los mamíferos marinos se vincula al desarrollo de una audición muy fina y, en algunos casos, en relación con la generación de sonidos cuyo eco permite percibir el entorno, lo cual se denomina ecoubicación. La anatomía de los cetáceos revela una importancia primaria de la audición; el nervio vestíbulococlear tiene una gran anchura, el número de neuronas cocleares en los cetáceos varía de 583 000 a 1 650 000, lo cual es de 6 a 17 veces más que en los humanos, y representa información suficiente para crear imágenes tanto o más nítidas que las que los humanos construimos con la visión. El desarrollo de la audición ha implicado también que la fonación sea la principal forma de comunicación en estos animales, y que en la emisión de sonidos ocurran fenómenos de diferenciación y transmisión cultural, como los dialectos de identificación tribal de las orcas, las codas de los cachalotes que son parte de su coordinación en la alimentación y los cantos de las ballenas jorobadas como parte de una refinada competencia sexual. La organización Recuadro 1. La percepción en los mamíferos marinos on respecto a otras formas de percepción, los mamíferos marinos presentan características singulares. Por ejemplo, al respirar aire, no pueden olfatear bajo el agua. Estos animales casi no mastican su alimento, pero tienen algunas papilas gustativas que les dan información química de su comida y el ambiente. Por otro lado, el tacto en los cetáceos está bien desarrollado y es importante en la socialización de estos animales. Además, debido a que la visibilidad en el agua es limitada y los índices de refracción del aire y el agua son tan diferentes, difícilmente se puede tener una visión aguda en ambos medios. Con excepción de los delfines de río, en los que la visión es reducida, los mamíferos marinos ven más o menos bien en el agua y en el aire. En los cetáceos, las células fotorreceptoras son más sensibles a la luz azul y verde, que es la que menos se absorbe por el agua. El número de fibras en la cintilla óptica es una medida anatómica de la agudeza visual; en los humanos es de 1 200 000, en los gatos de 250 000, y en los mamíferos marinos, oscila entre 35 000 en algunos misticetos y delfines y 15 500 en los delfines de río. C 28 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 social determina las características y uso de las fonaciones en los mamíferos marinos. En especies con fuerte cohesión social, la fonación es frecuente y diversa en sus características como resultado de una alta ocurrencia y diversidad de interacciones; algunas especies muy sociales pueden crear sonidos sintéticamente únicos que permiten el reconocimiento individual. En especies con interacción social a distancia, como los misticetos, los sonidos son sintéticamente poco elaborados, aunque pueden estructurarse en secuencias complejas, como los cantos de las ballenas jorobadas. Los sonidos en estos casos son, asimismo, de baja frecuencia, ya que pueden propagarse con poco decremento de potencia y llegar incluso a registrarse a miles de kilómetros de distancia; estos sonidos también se emiten durante periodos prolongados y así aumenta la probabilidad de que sean escuchados. Adicionalmente, la ecoubicación ha evolucionado de manera independiente en varios vertebrados, y en los cetáceos se asocia con la telescopización del cráneo. En los odontocetos, la telescopización evolucionó junto con el desarrollo de sacos aéreos dorsales y el melón que, en conjunto con una marcada asimetría del rostro, emiten una amplia variedad de sonidos de comunicación y ecoubicación. Los odontocetos pasan aire de los pulmones a los sacos dorsales. Al pasar el aire por los labios fónicos, se generan sonidos que se proyectan al frente al rebotar en la concavidad de los huesos premaxilar y maxilar. Los sonidos son enfocados por el melón, y los ecos producidos en el entorno se captan en la mandíbula y se transportan por un canal mandibular lleno de grasa a las bulas timpánicas (véase la Figura 5). La precocidad del sistema inmune En sus largos desplazamientos, los mamíferos marinos se exponen a una gran cantidad de patógenos, desde virus hasta helmintos, los cuales se incrementan entre más generalista y diversa sea la dieta de los mamíferos, pues muchos parásitos helmintos con ciclos complejos encuentran en estas especies sus hospederos finales. Es por esto que los mamíferos marinos suelen tener cargas parasitarias más altas que las de los mamíferos terrestres. Considerando los Evolución y adaptación de los mamíferos a la vida en el mar n nn gastos energéticos que representan la natación, la osmorregulación, el buceo, la percepción, la comunicación y la reproducción, tener una alta eficiencia del sistema inmune es un importante desafío para la vida en el mar. A diferencia de los carnívoros terrestres, el sistema inmune de los pinnípedos, por ejemplo, es muy precoz, ya que estos animales generan respuestas inmunes consideradas maduras apenas dos semanas después de nacer. Los mecanismos que permiten la maduración precoz del sistema inmune en los pinnípedos no están completamente entendidos, pero es claro que son de gran relevancia para la medicina humana. geográficas extensas en las que enfrentan impactos antrópicos diversos, razón por la cual su cuidado involucra a varios países; por esto, el estudio de los mamíferos marinos tiene el potencial de promover la cooperación internacional en la conservación de los ecosistemas marinos y lograrlo es uno de los mayores retos de la mastozoología marina. Luis Medrano González Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México. medranol@ciencias.unam.mx Karina Acevedo Whitehouse Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Autónoma de Diversos efectos relacionados Algunas de estas adaptaciones tienen consecuencias importantes para la ecología y conservación de los mamíferos marinos. Por ejemplo, los grandes almacenes de grasa pueden acumular cantidades considerables de compuestos contaminantes y afectar funciones inmunológicas, endocrinas y reproductivas, lo cual puede causar mortalidad directa en algunos casos. Al ser animales grandes, la gestación de los mamíferos marinos es prolongada y solamente paren una cría, a la que dedican muchos cuidados parentales; por lo tanto, los mamíferos marinos tienen ciclos de vida largos y sus poblaciones tienen tasas de crecimiento lentas, por lo que algunas poblaciones mermadas por los humanos tardan mucho en recuperarse aun con medidas de conservación. Asimismo, en mucho por su gran tamaño corporal, los mamíferos marinos ocupan distribuciones Querétaro. karina.acevedo.whitehouse@uaq.mx Aurora Paniagua Mendoza Megafauna Marina, Atención, Rescate, Ecología y Sociedad, A. C. mmaresac.pres@gmail.com Lecturas recomendadas Berta, A., J. L. Sumich y K. M. Kovacs (2015), Marine mammals evolutionary biology, 3.a ed., San Diego, Academic Press. Bininda-Emonds, O. R. P., J. L. Gittleman y A. Purvis (1999), “Building large trees by combining phylogenetic information: a complete phylogeny of the extant Carnivora (Mammalia)”, Biological Reviews, 74(2):143-175. Domning, D. P. (2009), “Desmostylia” y “Sirenian evolution”, en W. F. Perrin, B. Würsig y J. G. M. Thewissen (eds.), Encyclopedia of marine mammals, 2.a ed., San Diego, Academic Press, pp. 307 y 1016. Gatesy, J. et al. (2013), “A phylogenetic blueprint for a modern whale”, Molecular Phylogenetics and Evolution, 66(2):479-506. Disponible en: <doi.org/ 10.1016/j.ympev.2012.10.012>, consultado el 10 de mayo de 2019. Medrano González, L. (2009), “La evolución de los cetáceos”, en J. J. Morrone y P. Magaña (eds.), Evolución biológica. Una visión actualizada desde la revista Ciencias, México, Facultad de Ciencias-Universidad Nacional Autónoma de México, pp. 539-588. Perrin, W. F., B. Würsig y J. G. M. Thewissen (eds.) (2009), Encyclopedia of marine mammals, 2.a ed., San Diego, Academic Press. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 29 ciencia Karina Acevedo Whitehouse, Cecilia Barragán Vargas y Luis Alberto Soto García n n nnn n n Riesgo de los mamíferos marinos para la salud pública El contacto entre los carismáticos mamíferos marinos y las personas se ha incrementado en los últimos años debido al auge de las actividades ecoturísticas y de la industria de los acuarios y delfinarios, además de la investigación en vida libre. Sin embargo, estos animales son hospederos de una alta diversidad de microorganismos patógenos, los cuales pueden cruzar la barrera de especie y causar severas enfermedades en el humano. L as enfermedades zoonóticas son aquellas que se transmiten de los animales hacia los humanos, por lo general, con efectos severos para la salud. Ejemplos clásicos son la rabia, la influenza aviar y el ébola. Si bien la transmisión de este tipo de enfermedades se ha estudiado a detalle para la fauna silvestre terrestre, el conocimiento acerca de las zoonosis relacionadas con los mamíferos marinos es mucho menor. No obstante, dichas especies son hospederos de diversas enfermedades infecciosas, incluidas algunas que son de relevancia para la salud pública. La severidad de estas enfermedades es muy variable, pero el riesgo se agrava por el desconocimiento de los cuadros que ocasionan en las personas, por lo que puede verse dificultado el diagnóstico y, por ende, el tratamiento oportuno. En este artículo se presentan los patógenos con mayor riesgo de transmisión al ser humano a partir del contacto con los mamíferos marinos; asimismo, se mencionan algunos mecanismos de mitigación del riesgo. Lo anterior cobra mayor importancia si se toma en cuenta que si bien anteriormente sólo eran los científicos o cazadores furtivos quienes tenían contacto estrecho con estos animales, en las últimas décadas ha crecido de manera marcada el interés del público en estas especies; así, actividades turísticas y deportivas –como los avistamientos de ballenas o el nado con delfines, manatíes y lobos marinos– se practican con cada vez mayor frecuencia. También es importante considerar el riesgo de contagio de enfermedades zoonóticas para los trabajadores de acuarios o para el personal que participa en las actividades de desenmalle o atención a varamientos de mamíferos marinos, ya que incluso algunas bacterias que no ocasionan enfermedades en estos animales pueden ser dañinas para el humano. volumen 70 30 número 3 nn n Mamíferos marinos en México En la literatura médica existen algunos reportes de personas afectadas por bacterias o virus de los mamíferos marinos después de haber estado en contacto con alguno de estos animales. Sin embargo, es probable que existan más casos que no hayan sido reconocidos de manera certera. Esto es porque en muchas ocasiones los signos clínicos que ocasionan estos microorganismos patógenos no son tan conocidos en la medicina humana, o bien pueden ser confundidos con otros padecimientos, lo que dificulta su detección y tratamiento. En este artículo se describen los principales virus, bacterias y hongos de mamíferos marinos que pueden ser de relevancia para la salud humana. De manera general, se exponen los signos clínicos que ocasionan en los mamíferos marinos y en los seres humanos, así como su forma de transmisión y riesgo. La última sección está destinada a las acciones que pueden realizarse para reducir estos riesgos de una manera informada. Virus zoonóticos de los mamíferos marinos La transmisión de virus de mamíferos marinos hacia el humano está limitada por el hecho de que las infecciones dependen de la presencia de ciertos receptores celulares específicos. En muchos casos, estos receptores difieren en su secuencia proteica entre especies, lo que restringe la especificidad de los virus por determinados hospederos. En este sentido, el hecho de que varios millones de años de evolución nos separan de los mamíferos marinos hace que sea poco probable que la mayoría de los virus que infectan a los pinnípedos, cetáceos, sirenios y nutrias marinas puedan infectar exitosamente a las personas. Sin embargo, hay algunos microorganismos de los que ya se ha demostrado que tienen potencial de transmisión zoonótica, con mayor o menor grado de riesgo para la salud humana, y con diferentes vías de contagio. Uno de los virus con bajo riesgo de transmisión zoonótica es el virus del lobo marino de San Miguel (SMSLV, por sus siglas en inglés). Este virus se describió por primera vez en 1973, a partir de una 32 ciencia  volumen 70 número 3  lesión cutánea de un lobo marino de California, aunque también infecta a otros mamíferos marinos y peces. En los mamíferos marinos los principales signos clínicos asociados con este virus son ampollas o vesículas en las aletas y la boca. La transmisión del virus puede ser directa, por contacto con las lesiones de los animales infectados. A la fecha existe un solo caso de transmisión del SMSLV hacia un humano, en quien ocasionó lesiones cutáneas severas. Sin embargo, también es transmisible hacia mamíferos terrestres, como el cerdo, lo que tiene implicaciones económicas y para la salud veterinaria. Otro virus de riesgo relativamente bajo, pero que tiene un potencial de transmisión moderada al humano, es el poxvirus, que afecta a las focas. Pariente del virus de la viruela, el poxvirus de los mamíferos marinos se ha detectado en focas y delfines, en los que ocasiona lesiones vesiculares y ulcerativas en la piel alrededor del cuello, lengua, boca, ano y aletas. En la mayoría de los casos, las lesiones cutáneas desaparecen con el tiempo sin necesidad de tratamiento, aunque pueden persistir y causar la muerte en animales que tienen afectado el sistema inmune. Existen algunos casos de transmisión a humanos por contacto con la piel lesionada de los animales y recientemente se confirmó un caso de transmisión de poxvirus de focas a un humano, luego de haber sido mordido por un animal mantenido en cautiverio y que estaba infectado. El riesgo de transmisión es, por tanto, más alto para el personal que trabaja con mamíferos marinos en rehabilitación o cautiverio, donde las condiciones de hacinamiento hacen que sea más fácil que el virus se mantenga en circulación. En particular, debe tomarse en cuenta que a la fecha no existe ningún tratamiento para esta enfermedad, pues Riesgo de los mamíferos marinos para la salud pública n nn si bien no es muy severa en el humano, puede persistir en personas inmunosuprimidas. Por otra parte, los virus de la influenza tipo A (de origen aviar) y tipo B también tienen potencial de transmisión de los mamíferos marinos al ser humano. Dichos virus se han detectado en estos animales desde la década de 1970 y las epidemias reportadas han provocado eventos de varamientos masivos de pinnípedos y cetáceos. Al igual que ocurre en el humano, los signos clínicos de la influenza en los mamíferos marinos incluyen problemas respiratorios, letargia y falta de coordinación motora. Asimismo, la transmisión de influenza de mamíferos marinos hacia el humano está demostrada: en 1981 se reportó la infección de cuatro personas que participaron en la necropsia de unas focas de puerto infectadas por el virus de la influenza A-H7N7 en la costa este de Estados Unidos de América. Lo interesante es que el virus provocó conjuntivitis, más que cuadros respiratorios, en las personas afectadas, y éstas se recuperaron sin complicaciones. Con base en las relaciones genéticas que mantienen distintos virus de influenza encontrados en diversos mamíferos marinos, se cree que la introducción de los virus en este grupo de animales ocurrió recientemente a partir de un salto entre hospederos, lo que es común para estos virus. A la fecha, el mayor número de registros de infección se ha encontrado en la foca de puerto, en particular por los subtipos H7N7, H4N5 y H3N8. La transmisión antropozoonótica, es decir, del humano hacia los animales, también se ha observado, ya que se detectó una cepa humana en una colonia de foca elefante del norte. El hecho de que el virus de la influenza A se haya detectado en la piel y otros tejidos de varios calderones (o ballenas piloto) que vararon durante eventos de mortalidad masiva implica que las personas que participen en los esfuerzos de atención a varamientos y en la realización de necropsias están en riesgo de infección. Tomando en cuenta que se trata de un virus de genoma segmentado y con una alta tasa de mutación (véase el Recuadro 1), es importante considerar que las cepas que circulan en los mamíferos marinos podrían llegar a ocasionar infecciones más severas en los humanos que las que a la fecha parecen provocar. Recuadro 1. Los genomas segmentados diferencia de los genomas de las células, que se caracterizan en todos los casos por ser una doble cadena de ADN, los virus cuentan con diferentes tipos de genomas. Algunos son de ADN, pero otros son de ARN. La tasa a la que muta el ARN es mayor por hasta un millón de veces que la del ADN; es decir, en los genomas de ARN ocurre una mutación por cada 1 000 pares de bases, mientras que en los genomas de ADN ocurre una mutación por cada 100 000 000 de pares de bases. Esta alta tasa de mutación significa que puede generarse rápidamente mucha diversidad en los virus de genomas de ARN, lo que dificulta el que el sistema inmune sea efectivo contra las infecciones. Además, los virus de ARN, como el virus de influenza, pueden ser segmentados, lo cual significa que incluso pueden recombinarse segmentos si ocurren infecciones simultáneas por diferentes tipos de virus de influenza (como los virus de influenza de las aves con los virus de influenza de los cerdos) en un mismo hospedero. Esto tiene el potencial de generar nuevas variantes mucho más dañinas, contra las que no exista inmunidad previa ni contra las que sirvan las vacunas actuales. A Por último, el virus de la rabia también tiene potencial de transmisión hacia las personas. Si bien los casos de esta enfermedad en mamíferos marinos son muy inusuales –y un tanto anecdóticos–, a diferencia de los otros virus antes mencionados, éste se considera muy peligroso, ya que ocasiona la muerte a quienes infecta, sin ninguna posibilidad real de tratamiento. A la fecha no se cuenta con ningún caso documentado de transmisión de rabia de un mamífero marino al humano; sin embargo, no puede descartarse la posibilidad. El riesgo de transmisión de la rabia sería más alto para personas que trabajen con pinnípedos costeros que cohabiten con perros ferales o urbanos no vacunados. En particular, debido a que es un virus que se replica en el tejido nervioso, se debe tener particular precaución con el manejo de cualquier pinnípedo que exhiba signos neurológicos, ya que una mordida de un individuo infectado de rabia sería fatal para cualquier persona que no estuviera vacunada. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 33 nn n Mamíferos marinos en México Bacterias zoonóticas de los mamíferos marinos A diferencia de los virus, las bacterias no precisan de receptores celulares específicos para iniciar una infección, lo que hace que la transmisión entre especies diferentes sea más factible y, por ende, el riesgo de contagio de enfermedades bacterianas de mamíferos marinos al humano sea más probable. Entre las bacterias que más riesgo zoonótico tienen para las personas que están en contacto con los mamíferos marinos están las micoplasmas. Estas bacterias, consideradas atípicas porque carecen de pared celular, son quizá el microorganismo que más frecuentemente se transmite al humano mediante las mordidas de los pinnípedos. Las micoplasmas son habitantes normales de la boca de focas y lobos marinos, en los que normalmente no ocasionan ninguna patología. Sin embargo, al ser inoculadas al tejido blando de un humano, luego de una mordida, suelen ocasionar una inflamación muy dolorosa, con involucramiento de las articulaciones cercanas a la herida y, en ocasiones, gangrena que amerita que se realice una amputación. También pueden transmitirse por heridas provocadas por material utilizado durante una necropsia. Es muy importante realizar una antisepsia adecuada después de cualquier herida o mordida, y vigilar la evolución de éstas. Si bien tienen mayor riesgo de 34 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 contagio los pescadores y los trabajadores de parques acuáticos, centros de rehabilitación o que participan en el desenmalle de pinnípedos, todas las personas que estén en contacto con estos animales, incluso aquellas que participen en actividades turísticas que involucren el nado con lobos marinos, deben tener presente el riesgo de una mordida. Esta infección, conocida como “dedo de foca”, se puede tratar eficientemente si se detecta a tiempo y se utiliza una antibioterapia a base de tetraciclina o doxiciclina bajo supervisión médica estricta. Otra bacteria común de los mamíferos marinos y que está asociada a problemas cutáneos en el humano es Erysipelothrix rhusiopathiae, la cual ocasiona comúnmente abscesos muy dolorosos locales o difusos en la piel y, menos frecuentemente, lesiones en órganos y tejidos internos. Esta bacteria se transmite por el contacto directo de los mamíferos marinos con la piel del humano que tenga abrasiones. Los casos en su mayoría han ocurrido en personas que trabajan en delfinarios o acuarios, pues tienen un contacto frecuente con delfines o pinnípedos. Las lesiones pueden ser tratadas fácilmente con antibióticos. Por otra parte, una bacteria que tiene un alto riesgo de transmisión de mamíferos marinos al humano es Leptospira, un microorganismo en forma de sacacorchos que provoca la enfermedad conocida como leptospirosis. Esta afección es severa y, si no es detectada y tratada a tiempo, puede provocar secuelas importantes como falla renal e incluso la muerte. Por ejemplo, hay varios reportes de investigadores que contrajeron leptospirosis a partir de la exposición a cadáveres de lobos marinos. También se tiene evidencia de al menos un caso de contagio después de haber nadado con lobos marinos en vida libre. Sin embargo, es probable que existan más casos que no hayan sido diagnosticados correctamente. Esto es porque los signos clínicos de la leptospirosis pueden confundirse con otros padecimientos, y el diagnóstico se dificulta porque en la medicina humana no es común que se realicen pruebas para detectar a la bacteria o a anticuerpos específicos que confirmen la presencia de la enfermedad. La cuarta bacteria de relevancia zoonótica es aquella que causa la brucelosis, también conocida Riesgo de los mamíferos marinos para la salud pública n nn como fiebre de Malta. Este microorganismo, del género Brucella, es un invasor intracelular que afecta a muchas y muy diversas especies de animales. Desde el primer reconocimiento en un soldado inglés que murió a causa de la enfermedad, se ha registrado la bacteria en mamíferos domésticos como vacas, cabras, borregos, cerdos, perros y ratas; así como mamíferos silvestres terrestres y mamíferos marinos. Esta bacteria tiene la habilidad de penetrar la piel intacta, luego del contacto con una secreción contaminada, como orina, leche o sangre. Las bacterias viajan por el torrente sanguíneo y aprovechan la respuesta inmune del individuo para poder llegar a las células inmunes, que utilizan para ser transportadas hacia otros tejidos sin ser destruidas. Prácticamente todos los órganos y tejidos pueden ser afectados, y los cuadros clínicos son muy diversos: desde infecciones cerebrales hasta infecciones genitourinarias que pueden provocar abortos. En las más de 50 especies de pinnípedos y cetáceos en las que se ha detectado Brucella, igualmente puede provocar diversos cuadros clínicos, desde bronconeumonía hasta meningoencefalitis y abortos. Se sabe que hay especies de Brucella que típicamente infectan a los mamíferos terrestres que han pasado a algunos pinnípedos; por ejemplo, en el lobo marino de California se identificó por métodos moleculares una cepa que parecía ser de origen terrestre, aunque no pudo ser confirmado mediante cultivo; también en el lobo marino de Galápagos, que en algunas de sus colonias está en contacto con especies domésticas y ferales, si bien no se cuenta con evidencia inequívoca de transmisión, ya se detectaron anticuerpos contra variantes terrestres de Brucella. Adicionalmente, existe evidencia contundente de la transmisión de Brucella de mamíferos marinos al humano. Desde el primer caso a finales de la década de 1990, cuando se reportó la enfermedad en una persona que trabajaba con muestras de mamíferos marinos muertos, se han confirmado varios casos de infecciones del sistema nervioso central de personas que fueron expuestas. En 2018 solamente, había cuatro reportes de brucelosis en humanos ocasionados por una especie de Brucella que circula en cetáceos. Aunque la enfermedad responde bien al tratamiento largo con dos o más antibióticos simultáneos, como la doxiciclina y la rifampicina, el impacto de esta infección en el humano puede ser marcado, ya que provoca cuadros severos con fiebre, fatiga, pérdida de peso, y puede ocasionar problemas neurológicos. La última bacteria que aquí se menciona es Mycobacterium, género bacteriano que alberga al agente causal de la tuberculosis, que también afecta a los mamíferos marinos y tiene potencial de transmisión zoonótica. Algunas especies de Mycobacterium proliferan en las lesiones de la piel de los delfines, y al tener contacto con ellas se pueden provocar lesiones dérmicas en el humano. La relevancia clínica de estas infecciones es particularmente alta para las personas que están inmunocomprometidas, ya que entonces pueden diseminarse a diferentes órganos y tejidos. Otra especie de Mycobacterium de alta relevancia es M. tuberculosis, que se sabe que puede infectar a pinnípedos y tiene un muy alto riesgo zoonótico. Está bien documentada la transmisión de esta bacteria de un lobo fino de Nueva Zelandia a una persona que trabajaba en un acuario como entrenador y que tenía contacto frecuente con el animal. El entrejulio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 35 nn n Mamíferos marinos en México nador desarrolló un cuadro respiratorio serio que fue diagnosticado como neumonía por tuberculosis. Uno de los problemas más serios de la M. tuberculosis es que la mayoría de las infecciones son asintomáticas, por lo que es posible contagiarse a partir del contacto con un pinnípedo infectado aparentemente sano. El riesgo más alto es para personas que tengan contacto frecuente con lobos marinos en condiciones de cautiverio, ya que a la fecha todos los casos de tuberculosis en estos mamíferos han ocurrido en acuarios o zoológicos. Hongos zoonóticos de los mamíferos marinos Algunos hongos también pueden ser transmitidos de mamíferos marinos al humano. En particular, podemos mencionar dos: Lacazia loboi, agente causal de la enfermedad de Lobo, que ocasiona problemas dérmicos crónicos, y Blastomyces dermatitidis, que ocasiona infecciones cutáneas y sistémicas. Hay algunos casos documentados de transmisión de estos hongos de delfines hacia entrenadores y veterinarios. Al igual que con Mycobacterium, las infeccio- 36 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 nes por estos dos hongos son de particular relevancia para personas con un sistema inmune subóptimo, y pueden derivar cuadros clínicos crónicos muy debilitantes para los humanos. La transmisión se da por contacto con esporas de los hongos presentes en lesiones cutáneas. Acciones para disminuir el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas Los mamíferos marinos son especies muy carismáticas, por lo que tener la oportunidad de observarlas, investigarlas o trabajar con ellas puede ser muy gratificante. Sin embargo, debe tenerse conciencia de que son especies silvestres que no son domesticables –incluso si son mantenidas en cautiverio– y, por lo tanto, pueden ser impredecibles. Por ello, es plausible que ocurran interacciones agresivas que deriven en mordidas. Entre más contacto se tenga con estas especies, mayor es el riesgo de exposición a los microorganismos patógenos que pueden albergar. Acciones tan sencillas como informar a quienes realicen nado con delfines o lobos marinos acerca de los riesgos de mordidas, su consecuente transmisión Riesgo de los mamíferos marinos para la salud pública n nn clínica de los animales, y el conocimiento de las enfermedades zoonóticas ya identificadas, puede contribuir a disminuir considerablemente los riesgos para la salud. En el contexto del cambio ambiental actual que ha llevado a la aparición de varias nuevas enfermedades infecciosas y a cambios en la transmisión entre especies, es importante considerar que es probable que en el futuro otros patógenos de mamíferos marinos representen un riesgo para la salud de los humanos que están en contacto por razones laborales o recreativas con estos animales. No es posible predecir el futuro ni asegurar cuál sería la severidad esperada de esos patógenos potenciales, pero sí podemos implementar medidas que reduzcan el riesgo de transmisión. n Figura 1. Riesgo a la salud y potencial de transmisión zoonótica de patógenos de mamíferos marinos de acuerdo con diferentes actividades: nado con lobos marinos o delfines, observación de ballenas, trabajo científico con animales vivos o muertos en vida libre, manejo de animales en cautiverio. Se indican algunas acciones encaminadas a disminuir los riesgos. Karina Acevedo Whitehouse Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Autónoma de Querétaro. karina.acevedo.whitehouse@uaq.mx Cecilia Barragán Vargas de enfermedades y los signos clínicos que provocan podría ayudar a diagnosticar más rápida y oportunamente cualquier problema infeccioso derivado de estos contactos y reducir problemas de salud a futuro. También resultaría indispensable informar a los turistas que realizan observación de ballenas acerca de la importancia de evitar tocar a estos animales y de cuáles son los signos de las enfermedades que tienen mayor riesgo de contraer durante estas actividades. Estas acciones podrían también reducir el riesgo de transmisión antropozoonótica hacia los animales. Asimismo, los científicos, manejadores de animales en rehabilitación, personal de apoyo durante eventos de varamientos o enmallamientos de mamíferos marinos y entrenadores en parques acuáticos que, por su trabajo, estén en contacto estrecho con estos animales, deben ser conscientes de los riesgos para poder reducirlos e identificar oportunamente cualquier padecimiento relacionado (véase la Figura 1). El uso de guantes, ropa protectora, entrenamiento adecuado para utilizar instrumental punzocortante durante la realización de necropsias o rehabilitación Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Autónoma de Querétaro. csy_bv23@hotmail.com Luis Alberto Soto García Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Autónoma de Querétaro. sgarcialuis@hotmail.com julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 37 ciencia Paloma Ladrón de Guevara Porras, Benjamín Morales Vela y León David Olivera Gómez n n nnn n n El manatí, una especie bajo amenaza de extinción El manatí es un mamífero acuático herbívoro y de hábitos costeros. Poblaciones importantes de estos animales se encuentran en los sistemas fluvio-lagunares y costas del Golfo de México y el mar Caribe, donde también hay una gran actividad humana que los pone en alto riesgo y afecta de manera negativa. Hoy esta especie se encuentra en peligro de extinción y para su conservación es necesario involucrar a la población local con la cual interactúa constantemente. E l manatí del Caribe es un mamífero acuático del orden Sirenia que tiene la particularidad de ser herbívoro, de hábitos costeros y con preferencia a estar en zonas con disponibilidad de agua dulce. Su nombre científico es Trichechus manatus. El nombre genérico proviene de las palabras griegas trichos (pelo) y ekho– (tener), en referencia a los pelos escasos que presenta en el cuerpo y a los abundantes pelos cortos y gruesos en su hocico, llamados vibrisas; el nombre específico muy probablemente proviene de la palabra manatí, voz arahuaca usada por los indios guayaneses y los caribes. El manatí también se conoce como vaca marina y en algunas regiones de México como manatín. En náhuatl se llama Tlacamichin (hombre pez) y en maya es Teek o Chiil´bek (pez grande del mar). Características El manatí es de cuerpo robusto e hidrodinámico, por lo que durante sus desplazamientos ofrece poca resistencia al flujo del agua. Carece de extremidades posteriores y las anteriores tienen forma de aletas (pectorales), con las cuales puede conducir su cuerpo al nadar, impulsarse lateralmente y manipular su alimento. Estas aletas son moderadamente flexibles, relativamente cortas, de punta redondeada y con tres a cuatro uñas remanentes. En el extremo posterior de su cuerpo tiene una aleta caudal grande, redondeada y aplanada dorsoventralmente en forma de paleta, muy fuerte y que le proporciona el impulso para desplazarse en el agua con gran facilidad. Presenta pelos sensoriales largos y delgados distribuidos de manera volumen 70 38 número 3 nn n Mamíferos marinos en México Estuarios Cuerpos de agua costeros semiencerrados o en la parte final de un río, abierto al mar. dispersa en el cuerpo y vibrisas en el hocico. La piel es gruesa, rugosa y de color gris o café, aunque en ocasiones se le puede ver un color verde por las algas que se le pegan al cuerpo (véase la Figura 1). Un manatí recién nacido pesa de 20 a 30 kg y mide de 90 a 110 cm; cuando ya es adulto puede llegar a medir hasta 312 cm y pesar de 450 a 500 kg. Por lo general, las hembras tienen una cría cada 2.5 a 3 años; los gemelos ocurren, pero en un porcentaje bajo. Las hembras son maduras sexualmente entre los 3 y 5 años de edad, su gestación dura de 12 a 14 meses y los críos son amamantados con leche materna durante 1 a 2 años. Los manatíes son longevos: pueden vivir más de 50 años. Lo anterior implica que, si bien su periodo de gestación es largo, el número de crías que pueden llegar a tener en su vida es considerable, dada su edad temprana de reproducción. Esto puede ofrecer una buena oportunidad de recuperación de la especie si se eliminan sus amenazas, todas asociadas al humano. Especies de manatíes y distribución mundial Hay tres especies de manatíes en el mundo: 1) el manatí del Caribe (Trichechus manatus), que habita desde el sureste de Estados Unidos de América (especialmente en la península de Florida), pasando n por México, Centroamérica, las Antillas y la costa noreste de América del Sur, hasta Brasil; 2) el manatí amazónico (T. inunguis), que vive en la cuenca del río Amazonas, en América del Sur, y 3) el manatí africano (T. senegalensis), que vive en la costa y ríos del oeste de África. Trichechus manatus tiene dos subespecies: T. m. latirostris (manatí de Florida) y T. m. manatus (manatí antillano), el cual se encuentra desde México hasta Brasil (véase la Figura 2). Distribución en México En México, la distribución del manatí está fragmentada y asociada a ríos, sistemas lagunares, bahías, cenotes, estuarios y caletas, desde el sur de Tamaulipas hasta Quintana Roo. Históricamente se distribuía en todos los estados con costa en el Golfo de México, pero debido a la sobrexplotación que sufrió en el pasado y a la degradación acumulada de su hábitat, su distribución se ha reducido y fragmentado. Hoy se concentra principalmente en ciertas regiones: en el Caribe habita permanentemente en las dos lagunas de la Reserva de la Biósfera de Sian Figura 1. Dibujo del manatí antillano. Ilustración: Aslam Narváez/APFFLT-CONANP (Nota: el Área Natural Protegida Laguna de Términos pagó al dibujante por el derecho de poder publicar la ilustración del manatí en materiales de divulgación asociados a la CONANP. No se tienen los derechos exclusivos). 40 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 El manatí, una especie bajo amenaza de extinción n nn n n Figura 2. Manatí antillano en el Caribe mexicano. Fotografía: Paloma Ladrón de Guevara Porras. Figura 3. Hembra y cría de manatí antillano. Fotografía: H. Bahena/ECOSUR. Ka’an y en la Bahía de Chetumal; con relativa frecuencia se le observa a todo lo largo de la costa de Quintana Roo, desde Xcalak, en la frontera con Belice, hasta la isla de Holbox, en su costa norte. En el Golfo de México habita permanentemente en la laguna de Alvarado y en la cuenca del río Papaloapan, en Veracruz; también en la cuenca baja de los ríos Grijalva y Usumacinta, que abarca los estados de Tabasco, Chiapas y Campeche, donde se le encuentra principalmente en los ríos Palizada, Candelaria y Chumpán. En la zona costera los registros de manatíes son poco frecuentes, pero en los últimos dos años se han observado cerca de Champotón (Campeche), Sánchez Magallanes (Tabasco) y el Puerto de Veracruz y Tecolutla (Veracruz). la hembra y su cría (véase la Figura 3), ni forman manadas como los delfines; más bien se agrupan temporalmente en áreas de alimentación o durante la época de reproducción. Cuando una hembra entra en celo es acosada continuamente por varios machos, que compiten para poder aparearse con ella; estos grupos de reproducción pueden durar hasta un mes. A pesar de que es muy difícil observar la cópula en animales de vida libre, ésta se ha podido fotografiar en Tabasco (véase la Figura 4); pero no se conoce que en México haya un periodo definido de reproducción o de nacimientos. El manatí se alimenta de una gran variedad de plantas que incluyen especies marinas costeras, estuarinas y riparias. Para la Bahía de Chetumal, en Quintana Roo, se conoce que se alimentan tanto de pastos marinos como de algas y plantas vasculares. En este lugar su alimento consiste principalmente de dos pastos marinos (Thalassia testudinum y Halodule wrightii), de mangle rojo (Rhizophora mangle) y de la planta acuática del género Ruppia. Los Comportamiento y ecología Los manatíes pasan la mayor parte del tiempo comiendo, descansando o explorando su entorno. No tienen formaciones sociales estables, excepto por Riparias Pertenecientes a, que viven o que están situados sobre los bancos de ríos y las corrientes. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 41 nn n Mamíferos marinos en México n Figura 4. Única evidencia fotográfica en México de manatíes apareándose en vida libre, obtenida por los expertos de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Fotografía: Archivo Proyecto Manatí, UJAT. Balanos Crustáceos que están encerrados en una concha y que son sésiles (sin movimiento, fijados a una estructura) durante su vida adulta. manatíes que habitan los ríos del Golfo de México comen mayormente pastos de orilla, como el pasto alemán (Echinochloa polystachya) y gramíneas, y en menor grado otras especies de plantas flotantes emergentes y de ribera. También se sabe que los manatíes pueden cambiar de alimento entre las temporadas de lluvias y de secas. En general, en los sistemas fluvio-lagunares de Tabasco y de la Laguna de Términos, en Campeche, los manatíes consumen lirio, lechuga de agua, zarzas, jacinto, mangle y pastos. Asimismo, aprovechan algunas frutas disponibles en los márgenes de ríos y lagunas, como los mangos. Por sus hábitos herbívoros, el manatí es un reciclador primario de nutrientes, ya que al alimentarse de algas, pastos y plantas vasculares transforma la biomasa vegetal y la hace disponible a una gran variedad de organismos que están en los ecosistemas acuáticos (humedales). Tomando en cuenta que esta especie pasa una tercera parte del día alimentándose (diario consumen entre 30 y 45 kg de vegetación en peso húmedo) y debido a que su digestión es muy 42 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 eficiente, es muy probable que el ritmo de alimentación y defecación de este mamífero contribuya de manera importante a acelerar el reciclaje de nutrientes y a estimular el crecimiento de varias plantas acuáticas y animales. De esta manera, favorece a los ecosistemas para que mantengan su estructura, función y productividad. Adicionalmente, los manatíes suelen tener parásitos externos sobre su piel, como balanos y varios crustáceos, así como rémoras, que se alimentan de la remoción de nutrientes que provoca este mamífero marino al arrancar las plantas del sustrato. Algunas de las plantas de las que se alimenta el manatí son abrasivas y desgastan sus muelas, como si una lija estuviera frotándolas continuamente. Para contrarrestar este desgaste, los manatíes remplazan sus muelas a lo largo de su vida, por lo que siempre tienen piezas nuevas. No presentan dientes incisivos, únicamente molares. Los movimientos de los manatíes son relativamente lentos, su desplazamiento es de entre 5 y 8 km/h, El manatí, una especie bajo amenaza de extinción n nn pero, en caso de que lo requieran, pueden alcanzar velocidades de hasta 30 km/h en distancias cortas. Suelen salir a respirar cada 2 a 5 minutos, aunque en alguna situación extrema pueden permanecer bajo el agua hasta por 20 minutos. Sus movimientos estacionales son largos y llegan a ser de varias decenas de kilómetros. Recientemente, investigadores de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco y de El Colegio de la Frontera Sur colocaron marcas satelitales a dos hembras adultas cerca de la desembocadura del río Grijalva. Una de ellas, después de cinco días de permanecer en una misma área, se desplazó 45 km sobre la línea costera y permaneció cinco días en la nueva zona. La otra hembra permaneció cerca del sitio de captura por varios meses, sólo realizaba movimientos entre distintos arroyos cercanos. Por otro lado, los manatíes marcados en Quintana Roo por investigadores de El Colegio de la Frontera Sur mostraron que alternan la ocupación entre sitios específicos distantes a más de 250 km, mientras que otros mostraron un grado alto de fidelidad al sitio, al mantenerse en áreas específicas. Conservación El manatí es una especie prioritaria en México, está clasificada en peligro de extinción (NOM-059SEMARNAT-2010) y forma parte de la lista de Especies Prioritarias para la Conservación en México. También la subespecie antillana está considerada en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Se estima que existen alrededor de 1 000 manatíes en México, de los cuales entre 200 y 250 están en Quintana Roo, con las mayores concentraciones en la Bahía de Chetumal y bahías de la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an. Para los otros estados no se cuenta actualmente con una estimación de abundancia. Sin embargo, en nuestro país el manatí enfrenta diversas amenazas, como destrucción y modificación de su hábitat, colisión con embarcaciones, enredamientos en artes de pesca, caza furtiva ocasional y una severa contaminación de los ríos y lagunas por descargas de aguas residuales domésticas, pesticidas organoclorados y metales pesados, entre otros contaminantes. Estas amenazas están estrechamente vinculadas con las actividades humanas, por lo n Figura 5. Manatí antillano en la costa de Quintana Roo. Fotografía: Alfredo Barros. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 43 nn n Mamíferos marinos en México que la participación de la gente local, la educación ambiental y las acciones de conservación y saneamiento ambiental son preponderantes para reducir las amenazas que afectan la sobrevivencia de este mamífero. Adicionalmente, la capacitación y participación de las comunidades en la atención de contingencias y el registro de los avistamientos de manatíes proporciona información valiosa sobre su presencia, que de otra forma sería más difícil obtener dado lo complejo y aislado de los sistemas fluvio-lagunares donde acostumbran estar. En México, desde 1921, la caza de manatíes es ilegal; en 1981 se estableció la veda total por tiempo indefinido y en 1991 el país le dio protección total. En 1999 el gobierno federal creó el Subcomité Técnico Consultivo para la Conservación, Recuperación y Manejo del Manatí, actualmente llamado Grupo de Trabajo para la Conservación del Manatí, formado por expertos, organizaciones sociales, acuarios y parques privados. Este grupo, en estrecha colaboración con el gobierno federal, y con financiamiento de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, ha elaborado el Programa de Acción para la Conservación de la Especie: Manatí, Trichechus manatus (PACE-Manatí, 2018). El objetivo del programa es garantizar la conservación de esta especie y de su hábitat en todo el ámbito de su distribución me- 44 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 diante la instrumentación de estrategias y acciones de manejo y conservación. Posteriormente, en 2011 se formularon los Protocolos Estandarizados para la Atención de Crías Abandonadas, Rehabilitación y Necropsias de Manatí, los cuales marcan los procedimientos adecuados para la colecta de muestras, la obtención de información científica y el manejo para la toma de decisiones. Por otro lado, con el fin de incrementar la conciencia pública acerca del valor ecológico, económico, social y cultural del manatí, el Grupo de Trabajo para la Conservación del Manatí gestionó la celebración del Día Nacional del Manatí. Cada 7 de septiembre se realizan festivales ambientales en un número creciente de comunidades; principalmente en el sistema lagunar de Alvarado (Veracruz), en la Laguna de Términos (Campeche), en Pantanos de Centla (Tabasco), en las lagunas de Catazajá (Chiapas) y en Chetumal (Quintana Roo). A partir de 2013 la Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina (SOMEMMA) se sumó a este esfuerzo y promueve y realiza eventos en diferentes puntos del país, desde Ensenada (Baja California) hasta Mérida (Yucatán). Los niños han sido un catalizador para impulsar y fomentar la conciencia en la población adulta sobre el valor que tiene el manatí, han ayudado a difundir la información acerca de este mamífero y las maneras en que todos podemos contribuir a su conservación. El sustento de la conservación es la participación ciudadana activa. Para garantizar un futuro promisorio para los manatíes en México se requiere involucrar a todos los actores locales, lo cual implica acciones como informar, capacitar, mantener limpios los ríos, lagunas, cenotes y bahías, preservar los humedales y realizar navegación y pesca de manera responsable. En este sentido, cabe destacar el trabajo realizado desde hace 18 años por los colegas del Instituto de Investigaciones Biológicas de la Universidad Veracruzana (Xalapa) con las comunidades de Alvarado, quienes pasaron de ser cazadores de manatíes a monitores y vigilantes comunitarios con capacidad para atender varamientos, rehabilitar crías huérfanas, registrar los avistamientos de estos animales e impartir talleres de educación ambiental. El manatí, una especie bajo amenaza de extinción n nn En las comunidades del Área de Protección de Flora y Fauna Laguna de Términos, desde 2011, los colegas del área protegida, el Proyecto Gran Ecosistema Marino del Golfo de México (2011-2014) y el Colegio Intercultural de las Américas (2015-2018) han organizado talleres junto con la comunidad y los diferentes sectores (gobierno, academia y sociedad) para involucrar a la población en el cuidado del manatí. Los trabajos en Alvarado y Laguna de Términos son un ejemplo exitoso de colaboración entre los científicos, los administradores de los recursos naturales y la población local, encaminada a la conservación y el manejo sostenible del manatí y su hábitat. Se ha logrado un cambio de actitud y consolidar una cultura de conservación de este mamífero que previamente no existía en estas zonas. Dicho esfuerzo tiene un componente social y sólo al integrar esta parte se podrán llevar a cabo actividades económica y ecológicamente sostenibles. Creencias y mitos El manatí es un mamífero noble que causa sorpresa por su tamaño, atención por sus hábitos herbívoros y ternura por su conducta y rostro apacibles. Lo anterior ha propiciado que sean inspiración de cuentos, historias y mitos. El mito más conocido dice que los manatíes son sirenas, y aunque es difícil ver su parecido, esta conexión se ha mantenido durante siglos. Quizá lo que inició esta historia fue el hecho de que las glándulas mamarias del manatí están ubicadas a nivel de la axila y cuando amamantan en ocasiones lo pueden hacer en posición vertical sosteniendo a su cría con sus aletas pectorales, por lo que su imagen es similar a la de una mujer dándole leche a su bebé; esto, aunado al hecho de la presencia de una aleta caudal redondeada, como las sirenas. Posiblemente, también algunos de los primeros navegantes europeos que llegaron a América hayan visto un manatí con algas o sargazo en su cabeza y lo confundieron con cabello. Hay que recordar que en esa época los nuevos visitantes tenían ansias y ganas de descubrir nuevas criaturas y corroborar la existencia de seres fantásticos, por lo que no es difícil imaginar que después de varios meses de viaje en barco, con el calor y su gran imaginación hayan creído encontrar a las sirenas en los apacibles manatíes. De hecho, una de las primeras menciones de las sirenas en aguas julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 45 nn n Mamíferos marinos en México Recuadro 1. Décima del manatí Antes hubo de a montones Cuando yo los conocí Y quiero decir así A todos los cazadores También a los pescadores Que cuiden al manatí LEONARDO SOLÍS, decimero de Alvarado, Veracruz. americanas es de Cristóbal Colón, quien dijo haber visto tres sirenas que salieron bien alto de la mar cuando la carabela La Niña se desplazaba hacia el río Oro (entre 72 y 73 grados longitud oeste); también afirmó que no eran tan hermosas como las pintan, que alguna tenía forma de hombre en la cara. Asimismo, hay narraciones sobre cómo los indígenas pescaban manatíes y consumían su carne, empleaban su grasa y elaboraban calzado, cordeles y canoas con su piel. Hay vasijas mayas con la base de un manatí y costillas labradas de la cultura taino, los habitantes prehispánicos de las Bahamas y las An- n Manatí de Florida. 46 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 tillas. Para algunas culturas, como la maya o la olmeca, los manatíes eran un símbolo de maternidad. Al ser un animal completamente acuático, durante varios siglos se consideró que los manatíes eran peces y no mamíferos. No obstante, el padre José de Acosta llegó a dudar de tan sospechosas criaturas, pues mencionó en su Historia natural y moral de las Indias (1590) lo siguiente: se halla el que llaman manatí, extraño género de pescado, si pescado se puede llamar animal que pare vivos a sus hijos, y tiene tetas y leche con los que los cría, y pace yerba en el campo; pero en efecto habita de ordinario en el agua, y por eso le comen por pescado. En su obra Apologética historia de las Indias, Fray Bartolomé de las Casas menciona del manatí que: Son tan grandes como grandes terneras, sin pies, sino con sus aletas, con que nadan, y bien tienen tanto y medio como una ternera; […] el que lo comiese delante de quien no supiese que era, en Viernes Santo, creería que comía propia carne, porque así lo parece. Lo anterior dio pie a que durante la Cuaresma los colonizadores españoles consumieran manatí, práctica que se realizaba en todo el Caribe. n Manatí antillano. El manatí, una especie bajo amenaza de extinción n nn Socializar el conocimiento Una manera de contribuir a la subsistencia del manatí es informándose y difundiendo su situación e invitando a la gente a que se sume a las acciones de conservación. Un ejemplo de esto es el valioso trabajo desarrollado por las comunidades rurales del Golfo de México, cuya capacitación ha sido un factor de éxito para las actividades de monitoreo, atención de contingencias y educación ambiental. Esto ha favorecido la generación de cambios de actitud encaminados a contar con comunidades proactivas y comprometidas con la conservación del manatí. El hacer esto extensivo a toda el área de distribución de este mamífero acuático es un reto constante. Paloma Ladrón de Guevara Porras Asesoría Técnica y Estudios Costeros. palomaladrona@yahoo.com Benjamín Morales Vela El Colegio de la Frontera Sur. bmorales@ecosur.mx León David Olivera Gómez Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. leon.olivera@dacbiol.ujat.mx Lecturas recomendadas Cortina Julio, B. y P. Ladrón de Guevara Porras (2014), Dibujos y cuentos: los niños y el manatí, San Cristóbal de las Casas, El Colegio de la Frontera Sur. Disponible en: <https://www.uv.mx/iib/banner/los-ninos-yel-manati/>, consultado el 3 de mayo de 2019. Durand, J. (1983), Ocaso de sirenas, esplendor de manatíes, México, Fondo de Cultura Económica. Ladrón de Guevara, P. y B. Morales Vela (2015), “¿Existen las vacas marinas? Conozca la única”, La Jornada Ecológica. Disponible en: <http://www.jornada.com. mx/2015/02/03/eco-g.html>, consultado el 2 de agosto de 2018. Marsh, H., T. J. O´Shea y J. E. Reynolds III (2011), Ecology and Conservation of the Sirenia: Dugongs and Manatees, Cambridge, Cambridge University Press. Morales Vela, B., N. Castelblanco Martínez y D. Olivera Gómez (comps.) (2011), Protocolos estandarizados para la atención de crías abandonadas, rehabilitación y necropsias de manatí, Chetumal, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales/Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Morales Vela, B. y J. Padilla Saldívar (2013), “El manatí, la sirena del Caribe”, en C. Pozo, N. Armijo Canto y S. Calmé (eds.), Riqueza biológica de Quintana Roo. Un análisis para su conservación, Tomo 1, México, El Colegio de la Frontera Sur/Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad/ Gobierno del Estado de Quintana Roo/Programa de Pequeñas Donaciones, pp. 248-255. SEMARNAT/CONANP (2010), Programa de Acción para la Conservación de la Especie: Manatí (Trichechus manatus manatus), Olivera Gómez, L. D., A. Ortega-Argueta, B. Morales Vela y L. C. Colmenero Rolón (comps.), México, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales/Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Reynolds III, J. E. y D. K. Odell (1991), Manatees and Dugongs, Nueva York, Facts On File, Inc. Reynolds III, J. E. y W. Lynch (2017), Florida manatees, biology, behavior, and conservation, Baltimore, Hopkins University Press. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 47 ciencia Gustavo Cárdenas Hinojosa, Armando Jaramillo Legorreta, Edwyna Nieto García y Lorenzo Rojas Bracho n n nnn n n La VAQUITA La vaquita fue descubierta apenas hace 61 años y se encuentra al borde de la extinción. Su captura incidental en redes pesqueras, principalmente las utilizadas para pescar totoaba, son el factor de riesgo que amenaza su sobrevivencia. En este artículo se describe a la vaquita, el estatus de su población y los esfuerzos de conservación realizados para evitar su extinción. Descubrimiento y descripción de la única marsopa mexicana uchas personas creen que la vaquita es una especie de delfín, pero no es así. En realidad es una de las seis especies de marsopas que hay en el mundo. Al igual que los delfines, las marsopas pertenecen al grupo de los odontocetos, es decir, los cetáceos con dientes. Esta marsopa fue descrita como especie apenas en 1958 por Kenneth Norris y William MacFarland. Ambos biólogos usaron restos óseos –un cráneo encontrado en Punta San Felipe durante marzo de 1950 y dos cráneos encontrados en la Bahía de San Felipe en diciembre de 1951– para compararlos con otras marsopas y concluir que había diferencias morfológicas que llevaron a describir a la vaquita marina (Phocoena sinus) como una nueva especie. Las vaquitas llegan a medir sólo 1.5 m de longitud y las hembras son ligeramente más grandes que los machos. Las aletas pectorales y dorsal son proporcionalmente más grandes que en otros cetáceos. No obstante, se considera que la vaquita es la especie más pequeña de este orden. Su característica más conspicua es el patrón de pigmentación, con parches negros alrededor de los ojos y delineando el hocico. Las vaquitas se alimentan principalmente de peces. Se ha calculado que llegan a vivir cerca de 21 años y se reproducen lentamente, pues producen una cría cada dos años. La distribución histórica y actual de la vaquita es una de las más restringidas para las especies de mamíferos marinos en el mundo. Se encuentra en un área de aproximadamente 4 000 km2 en el norte del Golfo de California, entre los estados de Sonora y Baja California, y es la única especie de mamífero marino endémica de México; es decir, sólo vive en aguas de nuestro país. M volumen 70 48 número 3 nn n Mamíferos marinos en México El factor de riesgo para la supervivencia de la vaquita La vaquita es el mamífero marino en mayor peligro de extinción. Está clasificada como críticamente amenazada según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), está incluida en el Apéndice II de la Convención Internacional para el Tráfico de Especies en Peligro de Fauna y Flora Silvestres, y aparece en peligro de extinción conforme a la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-SEMARNAT-2010). El principal factor de riesgo para la supervivencia de la vaquita es su captura incidental en redes de enmalle y agalleras para la pesca de peces y camarón, donde muere ahogada. Desde su descripción como especie se señaló el peligro que representaban las redes. De hecho, el enredamiento en artes de pesca es el principal factor de riesgo para los mamíferos marinos a nivel mundial; se estima que al menos 300 000 cetáceos mueren anualmente por esta causa en los océanos y mares del orbe. El único estudio que aborda la captura incidental en redes se hizo entre enero de 1993 y enero de 1994. Para entonces se estimó que 39 vaquitas murieron en operaciones de pesca en el Golfo de Santa Clara, en Sonora. La información disponible apunta a que un número similar pudo haber muerto en el otro poblado pesquero de la zona: San Felipe, en Baja California. Lamentablemente, el factor de riesgo para la vaquita no sólo ha seguido operando en la región, sino que se disparó desde 2011 con el rápido desarrollo de la pesca ilegal de totoaba; ésta es la causa más letal para la vaquita. La totoaba es un pez grande que puede alcanzar 2 m de largo y pesar hasta 100 kg. Su pesca se prohibió desde 1975 dada la drástica reducción de las capturas. La razón es que su vejiga natatoria (buche) es altamente apreciada en Hong Kong y China continental, por sus supuestas propiedades medicinales; los pescadores ilegales llegaban a recibir más de 8 500 dólares por kilo. Debido a que es un negocio ilegal tan rentable, al buche de totoaba se le conoce como la “cocaína del mar” y hoy se infiere que el tráfico de este producto está controlado por el crimen organizado, en China, EUA y en México, lo que dificulta su erradicación. Para comprender el drástico efecto de la pesca de totoaba para la supervivencia de la vaquita, se ha estimado que de 2011 a 2016 la población de vaquita declinó a un ritmo anual aproximado de 39%. Lo anterior ha detonado acciones de conservación por parte del gobierno mexicano y las organizaciones de la sociedad civil. Esfuerzos para conservar a la vaquita Los programas de conservación se han impulsado, principalmente, por los resultados de las investigaciones acerca de la abundancia y tendencia de la población de vaquitas. Estos trabajos se diseñaron específicamente para guiar las acciones de conservación implementadas por las autoridades gubernamentales. Métodos de estudio desarrollados para estimar la abundancia y tendencia poblacional n Figura 1. Cadáver de vaquita donde se pueden apreciar las características conspicuas de la especie, como parches negros alrededor de los ojos y delineando el hocico. También se puede apreciar la aleta dorsal que es proporcionalmente más grande que en otras especies de marsopas. Fotografía: Gustavo Cárdenas Hinojosa. Diciembre 2010. 50 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 Los métodos para determinar cuál es el tamaño poblacional de los cetáceos se basan en modelos estadísticos y contendrán forzosamente un cierto grado de incertidumbre. La obtención de información para estimar la abundancia y la tendencia de la población se ha realizado con dos métodos: visuales y acústicos. Para los datos visuales se ha utilizado el método de muestreo de distancias, que se enfoca en medir la distancia del grupo de individuos observados a la línea que define el curso de la embarcación. Se basa en modelar la probabilidad de detección de animales con la distancia, de manera que se obtiene un La vaquita n nn factor de corrección que ayuda a estimar el número de individuos presentes en un área determinada. Avistar cetáceos no es fácil, pues pasan la mayor parte del tiempo bajo el agua y cuando salen a la superficie sólo se puede ver una parte de su cuerpo. En el caso de la vaquita esto se dificulta aún más, pues son muy elusivas a las embarcaciones y se trata del cetáceo de menor tamaño en el mundo. A diferencia de los delfines, las vaquitas no navegan en manadas grandes y el promedio de tamaño de un grupo es solamente de dos; asimismo, su conducta en superficie no es tan notoria como la de los delfines. A pesar de esto, se han realizado tres estudios de abundancia de la vaquita en 1997, 2008 y 2015. Para lograrlo, se requirió de buques oceanográficos equipados con binoculares de muy alta potencia. Se logró detectar vaquitas hasta distancias de casi 4 km, aunque el costo de los cruceros no permitió realizar estudios frecuentes para estimar la tendencia de la población. Por otra parte, la vaquita, tal como el resto de los odontocetos, emite señales acústicas que utiliza para orientarse y detectar objetos, de manera similar a como trabaja el sonar de un submarino; esta característica biológica se conoce como ecolocación. Algunos investigadores han desarrollado equipo electrónico que permite grabar, almacenar e identificar estas señales de forma pasiva, es decir, sin generar ruido. Algunas ventajas de este tipo de técnicas, en contraste con los métodos visuales, son que el registro de datos no está restringido a las horas luz ni a las condiciones climáticas y que, en comparación con los costos de operación de un buque de investigación, resultan mucho más baratas y rentables. Además, las marsopas, como las vaquitas, solamente emiten chasquidos de ecolocación de alta frecuencia y banda de frecuencias estrecha, y en el Golfo de California la vaquita es el único cetáceo que produce este tipo de sonido, por lo que su identificación se realiza sin ambigüedades. Los registros acústicos de vaquita se han realizado anualmente, desde 2011, en la misma temporada del año. Se supone que el número de chasquidos detectados por año es proporcional al tamaño poblacional durante el periodo de muestreo; de tal forma, la estimación de la tendencia de las tasas de detección acústica anuales es un indicador de la tendencia de la población. Los esfuerzos para la conservación de la vaquita Una de las acciones clave para la conservación de la vaquita fue la creación, en 1997, del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), que se instauró con el mandato de crear un plan de recuperación para la especie, con base en la mejor evidencia científica disponible y tomando en cuenta la situación socioeconómica de las comunidades humanas que habitan la región. Ya han ocurrido 11 reuniones del CIRVA –la última en febrero de 2019– y en éstas han coincidido sus miembros en señalar que la mortalidad incidental de vaquita tiene que eliminarse de inmediato; asimismo, se deben prohibir las redes de enmalle y desarrollar artes de pesca alternativas que no capturen a las vaquitas. También se instó a generar alternativas socioeconómicas para los pescadores y esquemas de aplicación efectiva del marco normativo y legal. Una de las primeras recomendaciones del CIRVA, en 1997, fue realizar una estimación de abundancia, trabajo que se llevó a cabo durante el otoño del mismo año en un crucero conjunto con investigadores de México y de Estados Unidos de América. Se estimó que 567 individuos componían a la población de vaquitas y su distribución se restringió principalmente a la zona occidental del Alto Golfo de California (AGC). En 2005, CIRVA recomendó el establecimiento de un área de protección, donde se prohibiera el uso de redes que capturen vaquitas. De 2008 a la fecha, el gobierno mexicano ha dedicado financiación y esfuerzo en un nivel sin precedentes para ayudar a revertir el drástico declive de la población, mediante el Programa de Acción para la Conservación de la Especie: Vaquita (PACE-Vaquita). En el marco de este esfuerzo, se establecieron varias estrategias para reducir y eliminar las redes de enmalle. Una parte fundamental fue la implementación del programa de monitorización acústica, lo que permitió el seguimiento efectivo de la evolución de la población. Desafortunadamente, el PACE-Vaquita no logró alcanzar el objetivo de eliminar la mortandad incidental en artes de pesca, pero sí pudo reducirla de manera apreciable. Como parte del plan desarrollado en el PACE-Vaquita, se realizó el segundo crucero de estimación Factor de corrección Estimador de número de individuos por área, usando distancias a individuos observados. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 51 nn n Mamíferos marinos en México 32.0 Isla Montague 31.8 El Golfo de Santa Clara 31.6 Puerto Peñasco 31.4 31.2 31.0 Rocas Consag San Felipe 30.8 30.6 30.4 30.2 30.0 –115.0 Islas Encantadas –114.8 –114.6 –114.4 –114.2 –114.0 –113.8 –113.6 –113.4 n Figura 2. Distribución histórica de vaquita en el norte del Golfo de California. Los círculos rojos representan los avistamientos reportados de vaquita a la fecha. El polígono en azul es el Área de Refugio para la Protección de la Vaquita establecido en 2005 y el polígono con línea discontinua verde es el área de prohibición de redes de enmalle, incluyendo las denominadas “agalleras”, en el norte del Golfo de California, establecido en 2017. de abundancia en 2008. Además del barco en aguas profundas, se utilizó un catamarán que llevaba un detector acústico de marsopas que cubrió las aguas más someras donde el barco no podía navegar. En este estudio el objetivo principal, además de estimar el tamaño de la población de vaquitas, fue probar unos detectores acústicos autónomos que suplieran el sistema de detección acústica que se había usado desde 1997, que ya no resultaba estadísticamente apropiado para seguir estimando la tendencia poblacional, dada la constante reducción de la población desde dicho año, cuando se inició la monitorización acústica. Durante el crucero, se probaron tres tipos de detectores y participaron los diseñadores de cada uno de ellos, provenientes de Japón y Reino Unido. El que dio mejores resultados fue el denominado C-POD por su autonomía y efectividad para registrar e identificar los chasquidos de las vaquitas. Este equipo no requiere de un operador y puede trabajar 52 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 por periodos de hasta tres meses, dependiendo de los niveles de ruido en la zona de muestreo. El resultado de abundancia de este crucero fue muy preocupante. La estimación fue de 245 individuos; es decir, 57% menos que en 1997, lo que se traduce en un declive promedio anual de 7.6 por ciento. Con base en el uso del C-POD, un grupo de expertos nacionales e internacionales diseñó en 2009 un esquema de muestreo consistente en 46 sitios fijos dentro del Refugio de Protección para la Vaquita. Con ello se calculó obtener hasta un equivalente de 3 000 días de muestreo por año a lo largo y ancho del área, en comparación con los escasos 20 días que se lograban, en promedio, entre 1997 y 2007. Con ello, se tendría la precisión estadística necesaria para detectar los cambios esperados en la población. Durante 2010 se realizaron los trabajos de implementación y prueba. El esquema empezó a operar formalmente en 2011. Entre 2011 y 2015 se estimó, con base en el muestreo acústico, que la población de vaquita se redujo a un ritmo promedio anual de 34% y hubo una caída total de 80% en el periodo. Ante tan brutal reducción, la autoridad mexicana acordó una urgente suspensión temporal de toda la pesca comercial (excluyendo la pesca de curvina) en la zona de distribución de la vaquita. Lo anterior se inscribió en el marco de la Estrategia Integral para Preservar el Ecosistema Marino del AGC, cuyo objetivo prioritario fue evitar la extinción de la vaquita, puesta en marcha el 16 de abril de 2015 por el presidente de México. Esta estrategia incluyó, además, un programa de compensación a la cadena productiva pesquera, un esquema sin precedentes de inspección y vigilancia, con apoyo de la Armada de México, así como financiamiento para realizar una tercera estimación de abundancia de la vaquita en 2015. Al igual que en el crucero de 2008, en 2015 se utilizó el método acústico y visual, pero en esta ocasión el componente acústico de la expedición fue basado en una red de muestreo de 136 detectores acústicos (C-POD). El resultado fue que para el otoño de 2015 se estimó una abundancia de sólo 59 individuos, lo que representó un decremento global La vaquita n nn de 92% de 1997 a 2015, si se considera un estrato núcleo que fue similar en las tres estimaciones realizadas en 1997, 2008 y 2015. Los datos acústicos de 2016 mostraron que la población había disminuido 49% entre 2015 y 2016. Se estimó que en ese último año la población de vaquitas rondaba los 30 individuos. Esta disminución tan drástica, como ya se mencionó, fue consecuencia de la pesca ilegal de totoaba que ha operado continuamente desde 2011. Los resultados alarmantes y deprimentes de la Expedición Vaquita 2015 y del programa de monitorización acústica se discutieron en reuniones del CIRVA, llevadas a cabo en 2016 y 2017. Con base en los reportes, las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de Agricultura y Desarrollo Rural (Sagarpa) llegaron a un acuerdo en 2017 para establecer una veda permanente de redes de enmalle en el AGC, entre otras acciones. Sin embargo, debido a que la pesca ilegal de totoaba continuaba provocando la disminución de la población de vaquita de manera catastrófica, se tenían que hacer otro tipo de esfuerzos para evitar la extinción de esta especie. Programa de Eliminación de Redes Fantasmas en el AGC Otro de los trabajos de conservación que han ayudado a que la vaquita no se extinga todavía comenzó en octubre de 2016 con un programa multiinstitucional integrado por dependencias del gobierno (lideradas por la Semarnat), así como pescadores locales de San Felipe y organizaciones de la sociedad civil nacionales e internacionales. La idea surgió por comentarios de los propios pescadores, ya que reportaron una tremenda cantidad de redes o artefactos de pesca abandonados que les impedían realizar algunas pruebas con artes de pesca alternativa y que además representaban un riesgo para las vaquitas y totoabas. Aunado a esto, en la VII reunión del CIRVA, realizada en mayo de 2016, la Secretaría de Marina y la Sea Shepherd Conservation Society presentaron reportes que mostraban que continuaba de manera intensa la actividad ilegal del uso de redes agalleras en el hábitat de la vaquita. En la reunión se hizo notar también que al menos en marzo de 2016 las últimas tres muertes de vaquitas fueron por causa de las redes de pesca. Debido a esto, el CIRVA recomendó que se retiraran de manera inmediata todas las redes abandonadas (llamadas redes fantasmas) porque representan una grave amenaza. Por esta razón, se creó el Programa de Eliminación de Redes Fantasmas en el AGC. En un principio fue planeado para buscar y eliminar las redes abandonadas en el mar; sin embargo, los resultados iniciales mostraron la intensa actividad de pesca ilegal, ya que la mayoría de las redes obtenidas del mar son redes activas (recién colocadas) para la pesca de totoaba. Desde que empezó el programa en octubre de 2016, y hasta junio de 2018, se había extraído un total de 1 100 redes. De enero a junio de 2018 se retiraron del mar 557, de las cuales alrededor de 80% eran redes activas y cerca de 90% eran artes de pesca para capturar totoaba. Cada red que se retira del mar aumenta la probabilidad de supervivencia de la vaquita, por lo que las diversas instituciones que componen el programa, tanto gubernamentales como de la sociedad civil, recomendaron hacer este esfuerzo de manera permanente. Es importante mencionar que la Secretaría de Marina, en colaboración con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, también ha retirado cientos de redes del hábitat de la vaquita. Debido a esto, se espera que la nueva administración, que Estrato núcleo Área de muestreo usada para comparar la abundancia de vaquita de tres estimaciones. n Vaquita enmallada en red agallera para pescar totoaba. Fotografía: Cristian Faezi y Omar Vidal. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 53 nn n Mamíferos marinos en México inició en 2019, continúe apoyando la operación de manera ininterrumpida de este importante programa multiinstitucional para ayudar a la marsopa mexicana. Programa Vaquita CPR (Conservación, Protección y Recuperación) Asimismo, debido a la inminente extinción de la especie y a que la pesca ilegal de totoaba no parecía disminuir, en 2017 la Semarnat decidió implementar un plan de emergencia recomendado por el CIRVA, con el objetivo de buscar, capturar y trasladar a algunos individuos de vaquitas a un santuario temporal ubicado en su hábitat, donde tendrían cuidado humano. El objetivo central pretendía conseguir más tiempo para eliminar la pesca ilegal de totoaba y desarrollar pesquerías legales con artes de pesca que no afecten a la vaquita. De tal forma, la meta era contar con individuos que pudieran ser liberados, posteriormente, en un ambiente libre de redes. En Vaquita CPR (Conservación, Protección y Recuperación) participó el gobierno mexicano, grupos conservacionistas y más de 90 científicos de nueve países. Se logró capturar dos vaquitas. La primera fue una hembra inmadura que estaba en buenas condi- nFotografía: Figura 4. Vaquita capturada durante el Programa Vaquita Vaquita . CPR 54 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 CPR. ciones, pero los equipos de veterinaria y de cuidado animal determinaron que ésta no se estaba aclimatando a la piscina del centro de cuidado (llamado El Nido), por lo que tomaron la decisión de liberarla. La segunda vaquita fue una hembra adulta y también se consideró que estaba en buenas condiciones para su transporte a El Nido. Al principio la vaquita no presentó señales de estrés y parecía que aprendía a adaptarse a la instalación marina, pero después dejó de nadar y su estado se deterioró muy rápidamente, por lo que se inició una liberación de emergencia. Sin embargo, no se tuvo éxito y la vaquita fue recapturada rápidamente para la administración de atención de emergencia; durante estas labores, el animal sufrió un paro cardiaco y no respondió a los intentos de reanimación. Debido a estos dos acontecimientos, y de acuerdo con el protocolo establecido, el programa Vaquita CPR se suspendió por el riesgo que representaba para la población la captura de más vaquitas. ¿A pesar de todo esto, aún hay esperanza para la vaquita? Sí. El programa de monitorización acústica continuó operando desde mediados de enero de 2018 a una menor escala (seis sitios de muestreo). En cinco meses se logró detectar actividad acústica de vaquitas en sitios donde se esperaba que ocurriera. Aunado a esto, también desde inicios de 2018, el trabajo de vigilancia por parte de las autoridades y el esfuerzo del programa de eliminación de redes se concentró en un “área de exclusión” establecida por el gobierno, donde coinciden la mayor frecuencia de detecciones de vaquita y la pesca ilegal de totoaba. También las autoridades ambientales de México y organizaciones de la sociedad civil, en colaboración con pescadores locales, están trabajando de manera acelerada en el diseño y pruebas de artes de pesca para desarrollar una alternativa a las redes de enmalle y agalleras. Aunado a esto, el 26 de julio de 2018, en respuesta a una demanda presentada por grupos conservacionistas internacionales, la Corte Internacional de Comercio de Estados Unidos ordenó prohibir La vaquita n nn las importaciones de pescado (como sierra, chano, curvina) y camarón que son capturados con redes agalleras en el hábitat de la vaquita. Esto, con el fin de eliminar su principal causa de mortalidad y evitar su extinción. Dicha medida internacional podría desmotivar a los pescadores al uso de redes, pero también atraerá más problemas socioeconómicos a la región del AGC. Por otro lado, este embargo constituye una sanción económica con bastante impacto negativo a las pesquerías del AGC como para que las autoridades se queden pasivas, de tal forma que se espera que, en esta ocasión, concluyan con el desarrollo de artes de pesca alternativas distintos a las redes agalleras y de enmalle. Finalmente, es importante mencionar que si los gobiernos de China, Estados Unidos y México no detienen la pesca ilegal, el tráfico y el mercado negro de totoaba, continuará siendo muy difícil detener la caída de la población de vaquita. Adicionalmente, estas redes también impactan a otras especies que se han enredado, como tiburones, ballenas, lobos marinos, delfines, peces y tortugas. Por lo tanto, urge además establecer una colaboración internacional efectiva que detenga la cadena de corrupción en México y en el mundo que permite el tráfico del buche de la totoaba, por parte de los cárteles. Gustavo Cárdenas Hinojosa Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad; Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada. gcardenas03@gmail.com Armando Jaramillo Legorreta Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. ajaramil@cicese.mx Edwyna Nieto García Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. enieto@cicese.mx Lorenzo Rojas Bracho Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. lrojasbracho@gmail.com Lecturas recomendadas Jaramillo-Legorreta, A., G. Cárdenas-Hinojosa, E. Nieto-García, L. Rojas-Bracho, J. Ver Hoef, J. Moore, N. Trigenza, J. Barlow, T. Gerrodette, L. Thomas y B. Taylor (2017), “Passive acoustic monitoring of the decline of Mexico’s critically endangered vaquita”, Conservation Biology. Disponible en: <https://doi. org/10.1111/cobi.12789>, consultado el 3 de mayo de 2018. Rojas-Bracho, L., A. Jaramillo-Legoretta, E. Nieto-García y G. Cárdenas-Hinojosa (2016), “Popurrí/cajón de sastre de la vaquita marina”, La Jornada Ecológica. Disponible en: <http://www.jornada.com.mx/ 2016/02/01/eco-c.html>, consultado el 25 de julio de 2018. Rojas-Bracho, L., A. Jaramillo-Legorreta, E. Nieto-García y G. Cárdenas-Hinojosa (2018), “Vaquita. Phocoena sinus”, en B. Würsig, J. G. M. Thewissen y K. M. Kovacs (eds.), Encyclopedia of Marine Mammals, 3.a ed., San Diego, Academic Press/Elsevier, pp. 10311035. Taylor, B. L., L. Rojas-Bracho, J. Moore, A. Jaramillo-Legorreta, J. M. Ver Hoef, G. Cárdenas-Hinojosa, E. Nieto-García, J. Barlow, T. Gerrodette, N. Tregenza, L. Thomas y P. S. Hammond (2017), “Extinction is imminent for Mexico’s endemic porpoise unless fishery bycatch is eliminated”, Conservation Letters. Disponible en: <https://doi.org/10.1111/conl.12331>, consultado el 3 de mayo de 2018. Thomas, L., A. Jaramillo-Legoretta, G. Cárdenas-Hinojosa, E. Nieto-García, L. Rojas-Bracho, J. M. Ver Hoef, J. Moore, B. Taylor, J. Barlow y N. Tregenza (2017), “Last call: passive acoustic monitoring shows continued rapid decline of critically endangered vaquita”, The Journal of the Acoustical Society of America Express Letters, 142: EL512. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 55 ciencia Geraldine Busquets Vass, Fabiola Guerrero de la Rosa y Diane Gendron n n nnn n n Las BALLENAS En el mundo se han descrito 14 especies de misticetos, conocidos comúnmente como ballenas barbadas, ocho de las cuales se pueden observar en los mares de México. Desde 1933 se ha impulsado la protección y el manejo responsable de estas especies; asimismo, el tamaño y la majestuosidad de las ballenas barbadas nos ha llevado a inventar leyendas y contar historias acerca de ellas. Especies de ballenas en los mares de México omúnmente, el término ballena se refiere en sentido amplio a todos los grandes cetáceos. De acuerdo con la Comisión Ballenera Internacional –una organización creada en 1942 para regular la caza de ballenas–, se pueden dividir en dos grandes grupos: aquellas ballenas con barbas (misticetos) y las que tienen dientes (odontocetos). Sin embargo, en el mundo del estudio de los mamíferos marinos (mastozoología marina) sólo se consideran ballenas las especies de misticetos. Las barbas de los misticetos parecen hojas de palmera apiladas, como placas planas que están insertadas y alineadas una tras otra de cada lado de las encías de la mandíbula superior. Están hechas de queratina, el mismo material del que están constituidas nuestras uñas. Cada ballena tiene alrededor de 300 barbas de cada lado de la mandíbula, aunque su tamaño y grosor varía entre especies, en función de sus presas y estrategia de alimentación. Las ballenas usan sus barbas como un filtro gigante que les permite retener a sus presas en la boca para finalmente tragarlas. El tipo de alimento cambia según la especie; algunos ejemplos de las presas más comunes son: cardúmenes de peces, agregaciones de calamares o agregaciones de langostilla roja o krill. Hasta ahora, se han descrito 14 diferentes especies de ballenas barbadas en el planeta. México es un país privilegiado debido a que en sus mares es posible observar ocho de estas especies (véase la Figura 1): la ballena azul, la ballena de aleta o rorcual común, el rorcual tropical o ballena de Bryde, la ballena Sei o rorcual de Rudolphi, la ballena minke o rorcual aliblanco, la ballena jorobada o yubarta, la C Krill Animales que parecen pequeños camarones. volumen 70 56 número 3 ballena gris y, asimismo, la ballena franca del océano Pacífico norte. Las especies varían considerablemente en su tamaño, peso, forma y coloración, así como por la forma y tamaño de sus aletas (dorsal, pectoral y caudal). Estas ocho especies de ballenas se pueden clasificar en tres diferentes grupos por el tipo de estrategia que utilizan para alimentarse: las tragadoras, las dragadoras y las peinadoras (véase la Figura 2). Las del primer grupo se denominan balaenoptéridos (familia Balaenopteridae); son todas las ballenas capaces de expandir su garganta para engullir agregaciones de su alimento, en conjunto con grandes cantidades de agua de mar. Posteriormente, utilizan su lengua como un elevador que expulsa el agua, mientras las barbas retienen el alimento mediante filtración para finalmente tragarlo (véase la Figura 2a). En México podemos observar seis especies de ballenas tragadoras, descritas a continuación. La ballena azul (véase la Figura 1a) es una especie migratoria que se mueve estacionalmente entre altas y bajas latitudes. En el Pacífico noreste hay una población de ballenas azules que durante el verano y principios del otoño se alimenta principalmente en la costa oeste de Estados Unidos de América y Canadá (desde el Golfo de Alaska hasta las costas de California). Posteriormente, a finales del otoño, nn n Mamíferos marinos en México a) Ballena azul f) Ballena jorobada Longitud: 27 a 30 metros. Peso: 70 a 90 toneladas b) Ballena de aleta Longitud: 13 a 18 metros. Peso: 30 a 40 toneladas g) Ballena gris Lado derecho Lado izquierdo Longitud: 19 a 26 metros. Peso: 36 a 45 toneladas Longitud: 12 a 14 metros. Peso: 20 a 33 toneladas c) Rorcual tropical Tiene tres crestas en la parte superior de la cabeza Longitud: 11 a 14 metros. Peso: 12 a 20 toneladas d) Ballena sei h) Ballena franca del Pacífico norte Sólo tiene una cresta Longitud: 16 a 20 metros. Peso: 12 a 15 toneladas e) Ballena minke Longitud: 17 a 18 metros. Peso: 80 a 100 toneladas Longitud: 8 a 10 metros. Peso: 5 a 9 toneladas Ilustraciones por: Uko Gorter, todos los derechos reservados copyright © 2003-2018. Para mayor información contactar a: ukogerter.com n Figura 1. Especies de ballenas barbadas en México. estas ballenas migran hacia el sur, por el lado oeste de la península de Baja California, frente a México, el cual es su corredor migratorio. Cada invierno y primavera alrededor de 300 de estas ballenas entran al Golfo de California. Este mar semicerrado es un área sumamente importante de alimentación, reproducción y crianza de ballenatos. Dentro del Golfo, un sitio de particular interés es el Parque Nacional 58 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 Bahía de Loreto, ya que constituye uno de los pocos sitios conocidos en el mundo donde se pueden observar madres con sus crías. De enero a marzo, varias compañías llevan a cabo actividades de observación turística de ballenas azules. Por otro lado, en el océano Atlántico frente a México (Golfo de México y mar Caribe) es poco común observarlas; probablemente se trata de ballenas que se Las ballenas n nn desviaron de su ruta migratoria y que podrían pertenecer a la población de ballenas azules que habita las aguas de la costa de Groenlandia, el este de Canadá (Golfo de San Lorenzo, Terranova y Nueva Escocia) y de Estados Unidos de América (Nueva Inglaterra). De la ballena de aleta (véase la Figura 1b) hay al menos tres diferentes poblaciones en México. En el Golfo de California hay una población de aproximadamente 400 ballenas que son residentes, esto implica que no se reproducen con otras ballenas afuera del Golfo; por ende, están genéticamente aisladas. Dentro de esta zona llevan a cabo movimientos estacionales relacionados con la búsqueda de alimento, principalmente krill y peces pequeños. Esta especie se puede observar todo el año en Bahía de los Ángeles y en el Parque Nacional Bahía de Loreto, donde se ofrecen servicios de observación turística de esta especie; asimismo, en Bahía de Kino, frente a la costa este del Golfo. En el Pacífico norte aún no hay información para separar claramente las diferentes poblaciones de rorcual común. En la costa oeste de la península de Baja California todo el año se pueden ver ejemplares de esta especie, que probablemente forman parte del a) Ballenas tragadoras: rorcuales grupo o población de ballenas que utiliza la costa oeste de Estados Unidos de América, principalmente de los estados de California, Oregón y Washington. En cambio, en el Golfo de México las observaciones de esta especie son poco frecuentes y por lo general han ocurrido en zonas muy alejadas de la costa. Estas ballenas posiblemente forman parte del grupo de ballenas que migran entre las costas canadienses de Terranova, Labrador y Nueva Escocia. El rorcual tropical (véase la Figura 1c) es visto frecuentemente frente a las costas del Pacífico noroeste frente a México, incluido el Golfo de California. Se ha sugerido que en este sitio hay dos poblaciones: una residente, que permanece todo el año dentro de esta región, y ballenas que entran ocasionalmente al Golfo de California y están asociadas a una población del Pacífico oriental tropical. Asimismo, esta especie es una de las pocas ballenas que se puede observar todo el año en el Golfo de México; sin embargo, la información acerca de esta población es escasa. Por su parte, la ballena Sei (véase la Figura 1d) se puede observar durante todo el año en toda la costa del Pacífico noreste frente a México. No obstante, la mayoría de las observaciones de esta especie han b) Ballenas dragadoras: ballena gris 1. Boca cerrada 2. Comienza a abrir la boca 3. Engulle agua y agregación de krill c) Ballenas peinadoras: balénidos 4. Cierra la boca, se expande su garganta 5. Expulsa toda el agua y traga krill n Figura 2. Tipos de alimentación en ballenas barbadas. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 59 nn n Mamíferos marinos en México Anfípodos marinos Animales que son parecidos a las pulgas terrestres. Isópodos marinos Animales que pertenecen al mismo grupo que las cochinillas terrestres y son similares a éstas. ocurrido frente a la costa oeste de la península de Baja California y en el archipiélago de Revillagigedo, mientras que dentro del Golfo de California son escasas. Uno de los problemas con el avistamiento de esta especie es que es fácil confundirla con el rorcual tropical, debido a que físicamente son muy similares (véanse las Figuras 1c y 1d). No es frecuente observar a esta especie en el Atlántico frente a México, pero ha habido reportes de su presencia tanto en el Golfo de México como en el Caribe. Es importante mencionar que la información sobre las poblaciones que visitan México aún es muy poca. La ballena minke (véase la Figura 1e) se distribuye frente a ambas costas de México –Pacífico y Atlántico– en cualquier estación del año. Sin embargo, no es frecuente observarla. Todavía se desconoce la dinámica poblacional de las ballenas minke que visitan aguas mexicanas en ambos océanos. Las ballenas jorobadas (véase la Figura 1f) que se registran en el Pacífico mexicano, incluido el Golfo de California, pertenecen a la población del Pacífico noreste. Estas ballenas visitan aguas mexicanas principalmente en invierno y primavera para reproducirse y criar a sus ballenatos, en tanto que en verano migran hacia sus zonas de alimentación localizadas en la costa oeste de Estados Unidos de América y Canadá. Las ballenas jorobadas son muy abundantes. Se ha calculado que la agregación invernal en el Pacífico frente a México es de aproximadamente 2 700 ballenas. Debido a sus hábitos costeros, al carácter acrobático de la especie y la tendencia ocasional de acercarse a las embarcaciones, la observación turística dirigida a esta especie es muy popular en las costas de Los Cabos (Baja California Sur), Puerto Vallarta y Bahía Banderas (Jalisco) y frente a la costa de Nayarit. Recientemente esta actividad se ha hecho popular también en Manzanillo (Colima) y Puerto Escondido (Oaxaca). Asimismo, hay embarcaciones que llevan turistas a las islas Revillagigedo para realizar actividades de observación de fauna marina; entre ésta, la ballena jorobada. Esta especie también está presente estacionalmente en el Atlántico, tanto en el Golfo de México como en el Caribe, aunque su observación no es tan frecuente como en el Pacífico y es posible que tales individuos per- 60 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 tenezcan a dos o tres subpoblaciones discretas que se han descrito para el Atlántico norte. Una buena noticia con respecto a esta especie es que a pesar de que fue cazada intensamente, sus poblaciones se recuperaron a tal grado que hoy se cataloga como una especie de “menor preocupación” en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. El segundo grupo de ballenas es el de las dragadoras, con una sola especie en México: la ballena gris (familia: Eschrichtidae). Las dragadoras básicamente abren su boca para succionar el fangoso suelo marino en busca de sus presas (véase la Figura 2b), como anfípodos e isópodos marinos; estos últimos pertenecen al mismo grupo que las cochinillas terrestres y físicamente se parecen mucho, tanto en forma como en tamaño. En ocasiones las ballenas grises también pueden consumir agregaciones de krill. En la actualidad, la ballena gris (véase la Figura 1g) sólo se distribuye en el Pacífico norte, donde existen dos poblaciones migratorias: la coreana y la californiana/americana. Las ballenas grises que se observan en México pertenecen a ambas poblaciones, aunque la gran mayoría proviene de la población californiana/americana. En verano se les encuentra en sus áreas de alimentación, que incluyen los mares de Chuckchi, Beaufort, Bering y alrededor de la isla de San Lorenzo. En otoño migran hacia el sur, siguiendo la línea costera, y en invierno entran a varias lagunas localizadas en la costa Las ballenas n nn oeste de la península de Baja California, en México: Ojo de Liebre, San Ignacio y Bahía Magdalena. Anteriormente también se distribuían en las lagunas Yavaros-Tohaui (Sonora) y en la Bahía de Santa María (Sinaloa), ambas dentro del Golfo de California. Las lagunas son sus zonas principales de reproducción, donde nacen la gran mayoría de los ballenatos, por lo que se considera que esta especie es mexicana por nacimiento. Por su distribución costera y carácter amistoso con las embarcaciones, se ha desarrollado toda una industria de observación turística de la especie, la cual genera una gran entrada de divisas anuales para las comunidades y empresas turísticas locales. Visitantes de todo el mundo llegan a las costas del Pacífico mexicano para poder tener contacto con estos gigantes del mar. Por último, dentro de las ballenas barbadas, el grupo de las peinadoras (familia Balaenidae) incluye a las especies que nadan continuamente cerca de la superficie del mar con la boca abierta, para ir filtrando sus presas conforme avanzan (véase la Figura 2c). Para poder filtrar suficiente alimento estas ballenas cuentan con barbas muy largas; algunas llegan a medir hasta 4 m de longitud. En México solamente se cuenta con registros de una de estas especies: la ballena franca del Pacífico norte (véase la Figura 1h). Esta población fue muy abundante en las costas del Golfo de Alaska, la costa este de las Islas Aleutianas y el sur y centro del mar de Bering. Sin embargo, fueron cazadas casi hasta su extinción y se considera una de las especies de ballenas más amenazadas del mundo. Actualmente es poco común observar a esta especie en los mares del Pacífico norte. En la costa oeste de la península de Baja California se tienen registros de algunas capturas en la Bahía de Sebastián Vizcaíno e Isla Cedros, y en la época moderna se han observado en invierno en Isla Guadalupe y Punta Abreojos. La última vez que se observó a una ballena franca fue en las costas de San José del Cabo, dentro del Golfo de California, en febrero de 1996; éste es uno los registros más interesantes, ya que representa el avistamiento más sureño de esta especie en el Pacífico norte. Acciones para la conservación de las ballenas barbadas en México El ser humano ha cazado a las ballenas al menos desde el año 3000 a. d. n. e.; esta práctica se realizó de manera intensiva en la época ballenera, que comenzó en el siglo XVII y prosperó en los siglos XVIII y XIX. En dicho periodo, algunas poblaciones de ballenas fueron cazadas casi hasta la extinción. En México se instalaron estaciones balleneras administradas por extranjeros para la cacería de la ballena gris en las lagunas de la costa oeste de la península de Baja California, en el Pacífico. El estadounidense Charles Melville Scammon (1825-1911) fue el primero en cazar ballenas grises en las lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio. Asimismo, las flotas extranjeras, principalmente europeas y en especial noruegas, extrajeron ballenas grises de la costa oeste de la península. La ballena azul, la ballena jorobada y la ballena Sei también fueron cazadas en aguas mexicanas por los noruegos entre 1910 y 1935. Otra especie de cetáceos, del grupo de los odontocetos, que fue cazada de manera regular en el Pacífico y en el Atlántico en México es el cachalote. Actualmente, aunque aún existen países que cazan ballenas de manera comercial, en México esta actividad está completamente prohibida y el país participa activamente en la solicitud de la eliminación de esta actividad a nivel mundial. Nuestro país se ha distinguido en la comunidad internacional por ser líder en la protección y conservación de las poblaciones de ballenas. La adhesión de México a la Convención de Ginebra para la Protección de Ballenas fue en 1933, y en 1949 aprobó el Convenio Internacional para la Reglamentación de la Caza de la Ballena. En ese mismo año ingresó a la Comisión Ballenera Internacional y, a partir de entonces, suspendió los permisos para capturar y explotar cualquier especie de ballena con fines comerciales. Por otro lado, México también fue uno de los primeros países en regular la observación turística de ballenas, que ha adquirido gran importancia para la economía de varios estados. No obstante, las ballenas, así como los demás cetáceos, están incluidas en la ley federal NOM-59-SEMARNAT-2010 julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 61 nn n Mamíferos marinos en México en la categoría de “sujetas a protección especial”, por lo cual existen lineamientos establecidos en la NOM-131-SEMARNAT-2010 para realizar la observación de estas especies de manera responsable. Es importante mencionar que esta actividad únicamente se puede llevar a cabo con permisos expedidos por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Los lineamientos tienen por objetivo asegurar que los turistas puedan observar e interactuar con estos animales sin alterar su comportamiento o causarles daño. Los esfuerzos para conservar las poblaciones de ballenas, así como mejorar la actividad de observación turística en aguas mexicanas, han implicado el trabajo continuo de las instituciones de investigación y las autoridades encargadas de diseñar y establecer normas y protocolos de protección. Los trabajos más notables han involucrado el diseño de Programas de Acción para la Conservación de la Especie (PACE) en el caso de la ballena azul, la ballena de aleta y la ballena jorobada; de éstos derivaron los Programas de Conservación de Especies en Riesgo (PROCER). Mediante dichos programas de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), el gobierno mexicano ha apoyado el desarrollo de investigación científica clave para diseñar protocolos de acción, conservación y observación de estas especies. En estos programas se han involucrado las empresas de turismo, los prestadores de servicios turísticos y las comunidades que trabajan con estas especies, lo cual ha generado vínculos importantes entre investigadores, autoridades, empresarios y el público en general. La vinculación de todos estos grupos ha fortalecido las acciones de conservación de las ballenas en México. Leyendas e historias de las ballenas barbadas en México La relación entre los humanos y las ballenas ha ido cambiando a través de los siglos. En diferentes lugares y épocas han sido temidas por su gran tamaño y consideradas monstruos marinos; en otros casos han sido veneradas como deidades. En varios países resultan un recurso importante y son cazadas por su 62 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 carne, huesos y aceite. Sin embargo, en las últimas tres décadas se han convertido en un importante atractivo turístico, debido a la creciente fascinación por observarlas en vida libre. En México hay evidencia de que desde la época precolombina diferentes tribus estuvieron en contacto con estos majestuosos animales. Entre las pruebas más llamativas están las pinturas rupestres de ballenas, localizadas en varias zonas arqueológicas de la península de Baja California. Probablemente, en aquella época las ballenas eran consideradas deidades con poderes sobrenaturales. Aunque la información sobre esta relación ballenas-humanos en México es escasa, existen algunas leyendas e historias interesantes que involucran a estos inmensos animales. La leyenda de La Bufadora En Ensenada, Baja California, La Bufadora es el nombre que se le ha dado a una famosa formación rocosa que cuenta con una cueva estrecha, la cual, al ser golpeada por el oleaje intenso, produce explosiones verticales de agua, parecidas a un géiser marino. El agua puede llegar hasta 30 m de altura, lo cual impresiona a los visitantes de la zona. De manera similar, al exhalar, las ballenas expulsan aire que se combina con el agua de mar circundante, por lo cual parecen chorros o explosiones de agua parecidas a las de La Bufadora. Por esto, cuenta la leyenda que una cría de ballena gris, especie que visita Ensenada durante su migración invernal, se alejó de su madre, se perdió y quedó varada en las rocas. Asustada y desesperada, la cría trató de pedir ayuda a otras ballenas expulsando chorros de agua de manera continua y con gran fuerza. Sin embargo, tristemente, sus compañeros no la vieron y conforme pasó el tiempo la ballenita se convirtió en roca, pero nunca dejó de aventar chorros de agua en forma de explosiones para seguir llamando la atención de todo el que visita la zona. La historia de Francisco Mayoral, alias Pachico, y las ballenas grises La ballena gris era llamada el pez diablo durante la época ballenera, debido a que las hembras acompañadas de sus crías eran particularmente agresivas y Las ballenas n nn Cuando Pachico regresó al campamento de pescadores nadie le creía, pero pronto descubrieron que esa ballena no era la única que estaba dispuesta a acercarse e interactuar de manera amistosa con las embarcaciones. En ese momento, las ballenas y el ser humano, enemigos por tantos años, se encontraron de nuevo e hicieron las paces. Pachico fundó una compañía de observación turística de ballenas grises en la Laguna San Ignacio (Baja California Sur) y sus relatos se esparcieron por toda la península, lo que incentivó la creación de diversas empresas que activamente, año con año, llevan a personas de todo el mundo a recrear una y otra vez lo que Pachico vivió aquel día. Pachico pasó en la laguna toda su vida hasta su muerte en 2013. Su esposa, Carmen, quien proviene de una familia que ha habitado en esta laguna desde 1800, continua con esta actividad, junto a sus seis hijos. las defendían de los cazadores hasta su último aliento. En 1970, después de 21 años de la prohibición de la cacería de la ballena gris, las personas que habitaban las lagunas de la costa oeste de la península de Baja California, quienes eran principalmente pescadores, tenían pavor de las ballenas grises o los agresivos peces diablo. Su temor era tal que cuando las ballenas se acercaban, ellos hacían ruidos golpeando con palos los costados de sus embarcaciones para ahuyentarlas. Se dice que, en el invierno de 1972, una ballena gris eligió al pescador Francisco Mayoral, mejor conocido como Pachico, y se acercó a su embarcación. Como buen pescador, Pachico había escuchado las historias del pez diablo y estaba consciente de que la ballena medía el doble de su medio de transporte, así que trató de alejarse. La ballena lo siguió hasta que se puso debajo de la embarcación y Pachico ya no pudo moverla. Conmocionado por la situación, también se quedó inmóvil, con el temor de que el animal lo atacara. Los minutos pasaron y la ballena comenzó a frotar su cabeza de manera muy tranquila contra la embarcación; fue entonces que Pachico decidió probar su suerte y extendió la mano. De manera casi mágica, como una conexión divina, la ballena no se fue, sino que se quedó para que él siguiera tocándola. Geraldine Busquets Vass Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Unidad La Paz, Baja California Sur. geraldine.busquets@gmail.com Fabiola Guerrero de la Rosa Universidad Autónoma de Querétaro, Campus Aeropuerto, Querétaro. f.guerrero.de.la.rosa@gmail.com Diane Gendron Instituto Politécnico Nacional, Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas, La Paz, Baja California Sur. dianegendroncicimar@gmail.com Lecturas recomendadas Berta, A., J. Sumich y K. Kovacs (2006), Marine mammals: Evolutionary biology, Estados Unidos de América, Academic Press. Guerrero-Ruiz, M., J. Urbán-Ramírez y L. Rojas-Bracho (2006), Las ballenas del Golfo de California, México, Instituto Nacional de Ecología/Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Niño-Torres, C., J. Urbán-Ramírez y O. Vidal (2011), Mamíferos marinos del Golfo de California, México, Alianza WWF México-Telcel. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 63 ciencia Raúl E. Díaz Gamboa y Christian D. Ortega Ortiz n n nnn n n Los DELFINES Los delfines tienen una gran variedad de tamaños y formas. Se agrupan según la especie y su hábitat; viven en ríos y océanos de todo el mundo. En México se encuentra 53 % de la diversidad mundial de delfines, por lo que la conservación de sus poblaciones es esencial ante muchas amenazas naturales y antropogénicas. Características y hábitos os delfines son un grupo de animales que pertenecen al orden de las 80 especies de cetáceos que existen en el mundo. Corresponden al suborden de los odontocetos, es decir, son cetáceos con dientes. Existen dos tipos de delfines, los que viven en ríos y los que viven en el ambiente marino. De los delfines de ríos hay cinco especies en la actualidad, comprendidas en tres familias diferentes (Platanistidae, Iniidae y Pontoporiidae): el delfín del sur de Asia (Platanista gangetica), el delfín rosado (Inia geoffrensis), el delfín de Araguaia (Inia araguaiaensis), el delfín boliviano (Inia boliviensis) y el delfín franciscana (Pontoporia blainvillei). Por su parte, los delfines marinos o verdaderos están representados por 36 especies que se clasifican en una sola familia (Delphinidae). En general, los delfines se caracterizan por tener una aleta en el dorso, dos aletas pectorales (para maniobrar y dirigir el movimiento del cuerpo) y una aleta caudal, la cual es aplanada dorsoventralmente y funciona como el principal “motor” de impulso de estos organismos durante el nado mediante movimientos verticales. Su cuerpo es muy hidrodinámico, lo cual disminuye la resistencia del agua durante el desplazamiento. Los delfines también presentan una capa muy gruesa de gra- L volumen 70 64 número 3 nn n Mamíferos marinos en México sa que minimiza la pérdida de calor corporal en un medio más frío que su cuerpo; unos dientes cónicos que utilizan para sujetar a sus presas y no para masticarlas; un orificio nasal localizado en la parte superior de la cabeza y que sirve para respirar aire al emerger de la superficie del agua; pero lo más fascinante de estos animales es un sistema de ecolocalización que les permite emitir sonidos e interpretar el eco resultante para: 1) ubicarse en el espacio marino en todas las dimensiones, 2) localizar a sus presas y 3) comunicarse con otros individuos. La distribución de estos organismos es muy variada; se pueden encontrar en cuerpos de agua dulce, estuarios, lagunas costeras, en aguas costeras y oceánicas. En estos sitios presentan desplazamientos diarios y estacionales regidos principalmente por los movimientos de sus presas, ya que pueden alimentarse cerca de la orilla o en el mar abierto muy alejado de la costa, así como cerca de la superficie o en zonas marinas profundas. Los delfines viven en grupos que varían en número según la especie y el hábitat, desde cinco in- dividuos cerca de la costa y hasta miles de éstos en aguas oceánicas. La formación de estas agregaciones tiene dos funciones principales: 1) hacer más eficientes las actividades de alimentación y 2) protegerse de los depredadores; en estos aspectos son más exitosos aquellos delfines que desarrollan mayor grado de cooperación, sincronización y comunicación entre los integrantes del grupo. El tamaño de los grupos también se correlaciona con la disponibilidad de recursos alimentarios y la longitud corporal de la especie. Asimismo, se ha corroborado científicamente que la estrategia de los delfines de vivir en agrupaciones favorece el incremento de sus interacciones sociales, tales como el cuidado de las crías, las conductas reproductivas y alimentarias, y hasta la transmisión de la cultura –esto es, la variación conductual entre grupos de delfines mantenida y transmitida mediante el aprendizaje social–. Respecto a su alimentación, son organismos carnívoros que se encuentran en los niveles más altos de las cadenas tróficas. Se alimentan de una gran variedad de presas marinas, entre las que destacan los n Figura 1. Madre y cría de delfín tonina (Tursiops truncatus) en la costa de Yucatán. Fotografía tomada por Raúl E. Díaz Gamboa. 66 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 Los delfines n nn peces, moluscos, crustáceos y hasta algunos mamíferos. Por ejemplo, se ha registrado que en Yucatán los delfines tonina (Tursiops truncatus) se alimentan principalmente de peces demersales (cercanos al fondo) y pulpos. Por último, en cuanto a la reproducción, los delfines se caracterizan por una madurez sexual tardía: por lo general, después de los cinco años de edad. La gestación es de alrededor de un año y solamente paren o dan a luz a una sola cría, que es alimentada con leche materna exclusivamente en los primeros años de vida; el cuidado parental puede sobrepasar los tres años y la longevidad de estos animales llega a ser de más de 60 años. Figura 2. Delfín manchado del Pacífico (Stenella attenuata). Fotografía tomada en aguas de la costa de Colima por Andrea Cuevas, de la Facultad de Ciencias Marinas-Universidad de Colima. Especies presentes en México y su distribución La familia Delphinidae es muy diversa en formas, coloraciones y tamaños; desde delfines pequeños (~1.5 m), como el delfín de Héctor (Cephalorhynchus hectori), hasta los de mayor tamaño (~10 m), como las orcas (Orcinus orca). La mayoría de las especies de delfines habita en aguas tropicales y subtropicales de todas las costas del mundo; el delfín tonina o tursión (Tursiops truncatus) es un digno representante de esta amplia distribución costera. Hay especies que se distribuyen alrededor de los trópicos, como el delfín manchado (Stenella attenuata), y otras que se presentan en aguas tropicales, pero sólo en uno o dos océanos, como el delfín de Irawadi (Orcaella brevirostris) en el océano Índico. También hay especies cuya presencia es nula alrededor de los trópicos, como el calderón de aletas largas (Globicephala melas); mientras que sólo la orca se distribuye en todas las aguas marinas, incluidas aquellas cercanas al hielo polar, por lo que se considera la más cosmopolita de todos los cetáceos e incluso es el segundo mamífero de mayor distribución en el planeta después del humano. En México se distribuyen alrededor de 19 especies de delfines, tanto en aguas costeras y oceánicas del Golfo de México y el Caribe como en el litoral del océano Pacífico y Golfo de California, lo que representa 53 % de la diversidad mundial. En las aguas mexicanas del océano Atlántico predomina en las costas el delfín tonina. Esta especie conforma grupos pequeños de 2 a 15 individuos, con una adaptabilidad alta para aprovechar cualquier recurso alimentario disponible; es decir, come casi de todo, por lo que es de las pocas especies que incluso se pueden adentrar en aguas muy someras dentro de bahías, cerca de deltas de ríos, lagunas o esteros. Además, este delfín probablemente representa la principal o única especie con poblaciones residentes en nuestro país; es decir, permanecen indefinidamente en sitios donde satisfacen sus necesidades ecológicas y que establecen como su hogar. Estas poblaciones pueden ser más vulnerables a los disturbios naturales y a las actividades humanas. Recientemente, un grupo de investigadores mexicanos observó que una hembra de delfín tonina de una población residente de la bahía de Tenacatita, en Jalisco, se desplazó hacia la costa de Oaxaca después del paso del huracán Jova en 2011; en aquellas aguas se enredó en redes de pesca y murió. En las aguas costeras del océano Pacífico, principalmente de Oaxaca a Jalisco, predomina el delfín manchado; como si hubiese desplazado al delfín tonina hacia zonas más al norte u oceánicas. Esta especie se puede encontrar preferentemente en sitios donde se cumplan las siguientes características: 1) que la temperatura en la superficie del mar sea mayor de 26 °C, pues le gusta el agua cálida cuando n julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 67 nn n Mamíferos marinos en México emerge a respirar, y 2) que el agua profunda sea más fría; ésta es una condición oceanográfica muy particular (denominada termoclina somera) y permite que haya alimento disponible. También se ha documentado que los delfines manchados se alejan de la costa durante la temporada de lluvias, comportamiento que se atribuye a la disponibilidad de las presas por una expansión de los nutrientes aportados por las escorrentías continentales (por ejemplo, ríos, esteros y lagunas). Asimismo, se ha registrado que durante la temporada de secas ocurren eventos de afloramientos costeros (surgencias) por incidencia de los vientos, un proceso oceanográfico que también favorece la disponibilidad de recursos alimentarios, por lo que los delfines tienen alimento todo el año cerca de la costa. Por su parte, se conocen poco los requerimientos ecológicos de aquellas especies oceánicas que se distribuyen en aguas profundas y alejadas de la costa. Existen algunos trabajos científicos que han evidenciado que especies como el delfín tornillo (Stenella longirostris), el delfín común de rostro corto (Delphinus delphis) y el delfín de dientes rugosos (Steno bredanensis) se asocian a temperaturas más frías (favorecidas por procesos oceanográficos como los giros y frentes) y a sitios donde el piso marino es irregular, es decir, donde haya cañones o montículos submarinos, lo que permite que las corrientes profundas remuevan los nutrientes depositados en el fondo y éstos queden disponibles en la columna de agua, y así se favorezca la disponibilidad de alimento. Recientemente se ha observado que las especies de distribución oceánica, como la orca falsa (Pseudorca crasidenss) y el delfín de dientes rugosos, se pueden encontrar muy cerca de la costa de Colima, donde incluso se les ha visto alimentándose. El delfín de dientes rugosos es la segunda especie dominante en la región costera del Pacífico mexicano y es frecuente avistarlo alimentándose de varias especies de peces, como dorado y barrilete. Incluso se ha tenido la fortuna de documentar mediante video submarino una táctica de alimentación que no se había reportado en esta especie: el empleo de burbujas para mimetizarse y capturar a su presa. 68 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 n Figura 3. Delfín de dientes rugosos (Steno bredanensis) lanzando una burbuja hacia un pequeño cardumen de peces dorados, agregados en la superficie del agua en la zona costera de Colima. Imagen captada en la costa de Colima por Silvia Arroyo, de la Facultad de Ciencias Marinas-Universidad de Colima. Conservación en México En muchos países, como en México, existen diversas amenazas para las poblaciones de delfines, que los afectan tanto directa como indirectamente. Las causas son variadas y se dividen en naturales y antropogénicas. Entre estas últimas destacan la cacería, la pesca incidental, los conflictos con las pesquerías, la contaminación y el tránsito marítimo, entre otras. La cacería deliberada mediante el uso de arpones, lanzas o redes es una práctica muy antigua que consiste en matar delfines costeros u oceánicos para usarlos como carnada para la pesca de tiburón, debido a lo atractivo que resulta la capa de grasa de estos mamíferos marinos para dichos peces. La pesca incidental es una importante causa de muerte de estos animales, los cuales son capturados accidentalmente en diferentes artes de pesca utilizadas para otros organismos marinos objetivo; es decir, capturar delfines no es la finalidad de esas pesquerías. El ejemplo más conocido en México es la pesca Los delfines n nn incidental de delfines oceánicos capturados en redes de cerco durante las maniobras de la pesca industrial del atún, ya que en los encierros realizados para los atunes con esas redes muchos delfines quedan atrapados, no pueden salir a respirar a la superficie y mueren por asfixia. Actualmente la pesca con redes agalleras puestas a la deriva en mar abierto o de tipo chinchorro que son arrastradas cerca de la costa causan la muerte de un gran número de delfines año con año, debido a que éstos no son capaces de percibir la red o no conocen el riesgo de la misma o se sienten atraídos por los peces atrapados en ella. Por ejemplo, en las costas de Yucatán, la principal causa de muerte de mamíferos marinos es el enmalle en redes de pesca. También se ha registrado la mortalidad de delfines en otras artes de pesca en nuestro país, como el palangre, que consiste en una línea larga de monofilamento de la cual se ramifican muchas líneas secundarias con anzuelos y carnada en cada uno, y se colocan en la superficie o en el fondo según la especie de pez objetivo. Los conflictos con las pesquerías es un factor importante en varias localidades del país, pues los pescadores perciben a los delfines como elementos perjudiciales para sus labores de pesca, ya sea por ingerir la carnada, por ahuyentar a los peces o por comerse los peces capturados antes de que sean recuperadas las artes de pesca. Este tipo de conflicto ha generado agresiones hacia los delfines que van desde asustarlos hasta aventarles objetos, acosarlos con las embarcaciones, causarles heridas e incluso dispararles con armas de fuego o arpones. Por su parte, la contaminación marina es un factor que se ha ido agravando en los últimos años debido a la acumulación exponencial de diferentes tipos de residuos vertidos al mar. La ingesta de re- n Figura 4. Delfín tonina (Tursiops truncatus) muerto por pesca incidental (enmalle en red) en la costa de Yucatán. Fotografía tomada por Raúl E. Díaz Gamboa. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 69 nn n Mamíferos marinos en México siduos sólidos, como bolsas de plástico, ha sido la causa de muerte de algunos delfines en las costas de Yucatán y en muchos otros lugares del mundo. Los derrames de hidrocarburos también constituyen un factor importante de contaminación marina, ya que los delfines tienden a bioacumular estos compuestos tóxicos en sus tejidos; éstos provienen de la cadena trófica y pasan desde los eslabones inferiores hasta los superiores. A su vez, la capa de grasa es un tejido con mucha afinidad para esta acumulación, lo cual deviene en la depresión del sistema inmunológico a largo plazo, por lo que son más vulnerables a diferentes enfermedades. Recientemente, en los delfines costeros del Golfo de México se ha detectado la presencia de compuestos tóxicos provenientes de pesticidas, solventes, productos de desecho y químicos vertidos al suelo y que al llegar al manto freático son transportados al mar. Otro factor de contaminación es la de tipo acústica, pues el ruido submarino desagrada a los delfines y esto puede resultar en el enmascaramiento del sonido de sus presas, fallas en la ecolocalización, desorientación, e incluso el abandono de sus áreas de alimentación y reproducción; sin embargo, el efecto de este tipo de contaminación no se ha valorado aún en México. Lo que sí se ha comenzado a monitorear en el Pacífico central mexicano es el tránsito marítimo de embarcaciones que de alguna manera pudieran impactar a los cetáceos de la región. En cuanto a los delfines, se han registrado casos de animales 70 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 varados (5 de 51 eventos durante 2006-2017) con heridas potencialmente hechas por las hélices de las lanchas. Sin embargo, aún falta mucho trabajo por hacer. Por otro lado, entre las principales causas naturales de mortalidad en nuestro país se encuentran el envenenamiento por biotoxinas, las enfermedades y los eventos climáticos. Cuando las condiciones oceanográficas son favorables, las microalgas, como los dinoflagelados, proliferan masivamente en el océano. Algunas especies de estas algas unicelulares (por ejemplo, Pseudo-nitzschia) producen sustancias tóxicas como el ácido domoico, que es una fuerte neurotoxina; este aumento masivo de los dinoflagelados en particular, conocido como marea roja, da como resultado la intoxicación del resto de los organismos de la cadena trófica. Si el evento se intensifica hacia los eslabones superiores –en los que se encuentran los delfines– puede causarles la muerte por envenenamiento. Otra razón es el brote de enfermedades infecciosas de tipo viral o bacteriana, incluso las de tipo parasitaria, que pueden ser la causa de muerte de varios delfines en diferentes periodos. Éstas se pueden agravar si los organismos se encuentran inmunodeprimidos por la bioacumulación de sustancias tóxicas. Los morbilivirus son uno de los agentes re- Los delfines n nn conocidos que causan la muerte de los delfines en el Golfo de México; sin embargo, su importancia aún permanece incierta. Por último, entre los eventos climáticos que pueden afectar a las poblaciones de delfines se encuentran los vientos intensificados conocidos como nortes, las tormentas, los huracanes y la anomalía oceanográfica denominada El Niño-oscilación del sur. Estos fenómenos tienden a cambiar las condiciones oceanográficas de los hábitats marinos; principalmente causan una disminución drástica del alimento disponible para estos animales, los cuales, a su vez, sufren de desnutrición, disminuyen su reproducción o incluso mueren. En México, la conservación de las poblaciones de delfines es un tema que aún tiene muchos aspectos por mejorar. A pesar de que se han logrado varios avances importantes, como el mejoramiento de las artes y técnicas de pesca de atún para reducir la mortalidad de delfines o la protección especial de las especies silvestres y sus hábitats, el rápido crecimiento y desarrollo urbano en la zona costera, la exploración sísmica, la contaminación, la pesquería incidental y los conflictos con las pesquerías son factores de disturbio que siguen impactando de manera negativa a estos organismos y a gran escala. Debido a su posición en la cadena trófica, los delfines pueden ser utilizados como bioindicadores de salud de los ecosistemas a corto, mediano y largo plazo, por lo que la valoración y conservación de las poblaciones de estos importantes recursos marinos es esencial. Raúl E. Díaz Gamboa Universidad Autónoma de Yucatán. raul.diaz@correo.uady.mx Lecturas recomendadas Boyd, I. L., W. D. Bowen y S. J. Iverson (2010), Marine Mammal Ecology and Conservation: A Handbook of Techniques, Reino Unido, Oxford University Press. Morteo, E., A. Rocha-Olivares y R. Morteo (2012), “Sensitivity analysis of residency and site fidelity estimations to variations in sampling effort and individual catchability”, Revista Mexicana de Biodiversidad, 83(2):487-495. Ortega-Ortiz, C. D., E. Wonneberger, I. Martínez-Serrano, T. Kono-Martínez, F. Villegas-Zurita, L. M. Enríquez Paredes, M. Llamas González, A. Olivos-Ortiz, M. A. Liñán-Cabello y M. G. Verduzco-Zapata (2018), “Consequences of a Meteorological Event and of Human Activities on a Resident Group of Bottlenose Dolphins (Tursiops truncatus) from Mexican waters in the Pacific Ocean”, Aquatic Mammals (en revisión). Ortega-Ortiz, C. D., F. R. Elorriaga-Verplancken, S. A. Arroyo-Salazar, R. X. García-Valencia, A. E. JuárezRuiz, N. A. Figueroa-Soltero, M. A. Liñán-Cabello y J. C. 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Su característica distintiva es la modificación de sus extremidades en aletas para permitir la locomoción en el medio marino donde se alimentan; sin embargo, aún dependen del ambiente terrestre para reproducirse y descansar. Esta dualidad los hace animales únicos por las adaptaciones conductuales y fisiológicas que presentan. L os carnívoros se originaron hace cerca de 90 millones de años en Laurasia, la región norte de lo que alguna vez fue el supercontinente Pangea, aunque su diversificación ocurrió hace aproximadamente 68 millones de años. El orden Carnivora es uno de los más atractivos para los humanos porque incluye muchas especies carismáticas, como los lobos, tigres y osos panda, aunque también por la gran diversidad que encierra: hay 305 especies de carnívoros en el mundo, algunas terrestres y otras acuáticas. Además, presenta uno de los intervalos de tamaño más amplios, entre los mamíferos, ya que encontramos animales tan pequeños como la comadreja común (Mustela nivalis), con un peso por debajo de 250 g, o tan grandes como el elefante marino del sur (Mirounga leonina), que puede pesar más de 4 000 kg. El término carnívoro proviene del latín carnivorus: el que se alimenta (vorus) de carne (carnis). Sin embargo, no todos los carnívoros tienen la misma dieta: algunas especies se alimentan exclusivamente de carne roja, como los tigres y los leones; pero hay otros animales que son omnívoros, como los coyotes y los mapaches; otros son piscívoros, como los lobos marinos y las focas; incluso hay especies mayormente herbívoras, como los osos panda. Esta diversidad en tamaño, forma y dieta ha permitido que los carnívoros se encuentren prácticamente en todos los ambientes, desde zonas tropicales hasta polares, y desde áreas montañosas hasta aguas oceánicas (véase la Figura 1). volumen 70 72 número 3 Fisípedos y pinnípedos A los carnívoros terrestres también se les llama fisípedos. Esta palabra proviene de las voces latinas findere, que significa “separado”, y pedis, “pie”, por lo que puede interpretarse como “que posee patas con dedos separados”. Por otro lado, los pinnípedos son carnívoros que tienen las cuatro patas modificadas para permitir la locomoción en el medio acuático; esto es debido a que presentan una membrana interdigital. La palabra pinnípedo procede de las raíces latinas penna o pinna, que significa “aleta”, y pedis; entonces, pinnípedo puede traducirse como “que tiene pies en forma de aleta”. Además del tipo de extremidades (pies o aletas), existen otras diferencias estructurales entre los fisípedos y los pinnípedos: 1) la forma del cuerpo en los fisípedos tiende a ser esférica, mientras que en los pinnípedos es fusiforme (en forma de huso o de torpedo); 2) la masa corporal de los pinnípedos es mayor que la de los fisípedos y esta característica se relaciona con las diferentes necesidades de termorregulación en el agua y el aire; 3) el tamaño del cerebro de los pinnípedos también es mayor que el de los fisípedos debido a que los primeros deben ser capaces de procesar información proveniente de los dos medios. nn n Mamíferos marinos en México Canidae (lobos, zorros, coyotes) Phocidae (focas) Odobenidae (morsas) Otariidae (lobos marinos) CANIFORMES Mephitidae (zorrillos) Procyonidae (mapaches, coatíes) Mustelidae (nutrias, tejones, hurones) Ailuridae (panda rojo) Ursidae (osos) Nandiniidae (civeta de las palmeras) Hyaenidae (hienas) Eupleridae (fossas) FELIFORMES Herpestidae (mangostas) Viverridae (civetas) Prionodontidae (lisangs) la mangosta de los pantanos (Atilax paludinosus) (familia Herpestidae) y las nutrias y los visones (familia Mustelidae). En el ambiente marino también hay fisípedos, como el gato de mar (Lontra felina) y la nutria marina (Enhydra lutris), así como un representante de la familia Ursidae, el oso polar (Ursus maritimus). Todos los pinnípedos son caniformes de hábitos anfibios y presentan una serie de características anatómicas y fisiológicas que les permiten pasar gran parte de su vida en el océano alimentándose, pero siempre regresan a la tierra o el hielo para descansar, mudar el pelaje, reproducirse y cuidar a sus crías. Hay 36 especies de pinnípedos incluidos en tres familias: Odobenidae, Otariidae y Phocidae. Felidae (tigres, leones, pumas) n Figura 1. Árbol filogenético de los carnívoros actuales. Fuente: Nyakatura y Bininda-Emonds (2012). Los términos Fissipedia y Pinnipedia fueron introducidos por Johann Gotthelf Fischer von Waldheim y Johann Karl Wilhelm Illiger, respectivamente, quienes los establecieron como grupos taxonómicos a principios del siglo XIX. Esta clasificación se mantuvo por casi 200 años, pero en las últimas décadas la aplicación de técnicas moleculares en los estudios de filogenia ha demostrado que esta separación era arbitraria e injustificada. En la actualidad los carnívoros se distinguen en dos subórdenes: Feliformes, entre los que están los felinos y sus parientes (101 especies), y Caniformes, que agrupa a los cánidos y sus parientes (204 especies). Así, aun cuando las palabras fisípedo y pinnípedo se siguen usando, es importante recordar que no representan grupos taxonómicos, sino que son una manera de referirse a los carnívoros “con pies” y a los carnívoros “con aletas”. De los carnívoros actuales, 88 % son fisípedos y 12 % son pinnípedos. Entre los fisípedos hay algunas especies que no son completamente terrestres, sino que presentan hábitos anfibios; es decir, realizan sus actividades vitales en dos ambientes: agua y tierra. En este grupo particular de fisípedos hay varias especies que habitan en cuerpos de agua dulce, tales como la civeta nutria (Cynogale bennetti) y la jineta acuática (Genetta piscivora) (ambas de la familia Viverridae), 74 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 El mundo de los pinnípedos La familia Odobenidae está compuesta por una sola especie, la morsa (Odobenus rosmarus) que habita en el hemisferio norte en zonas de aguas poco profundas cerca del círculo Ártico. Sin lugar a duda, las morsas se caracterizan de manera distintiva por sus enormes colmillos superiores, que se encuentran tanto en hembras como en machos, y sus largos bigotes (o vibrisas). Odobenidae proviene de las palabras griegas odus, “diente”, y baino “moverse”, ya que las morsas usan sus colmillos para trepar desde el agua hacia las rocas o el hielo, y también para romper el hielo desde abajo y así formar agujeros de respiración. Son animales muy grandes que llegan a pesar 1 000 kg y medir 3.5 m. Usan sus extremidades anteriores y posteriores para la locomoción en agua; cuando están en tierra, pueden rotar la pelvis y mover sus extremidades traseras hacia adelante, lo que les permite sentarse y caminar con sus cuatro patas. Su cabeza es relativamente pequeña, no tienen pabellón auricular, el cuello es ancho y la piel carece de pelaje. Su alimento preferido son los moluscos bivalvos, como las almejas. La familia Otariidae incluye 15 especies de lobos marinos y lobos finos. Los otáridos se localizan en ambos hemisferios, pero la mayoría de las especies se encuentra en zonas templadas y tropicales meridionales. Este grupo se caracteriza por la presencia de pabellón auricular; de hecho, Otariidae se deriva del Los pinnípedos: carnívoros acuáticos altamente especializados n nn griego otis, que significa “oreja”. Al igual que las morsas, pueden caminar y sentarse, pero para desplazarse en el agua sólo usan sus extremidades anteriores, que son más grandes que las posteriores. En general, su nariz es respingada y el cuello está bien definido. La familia Phocidae (del griego phoke, “foca”) es la más abundante entre los pinnípedos e incluye a 19 especies de las llamadas focas verdaderas. Los miembros de esta familia se encuentran en ambos hemisferios y en general prefieren regiones polares y subpolares, aunque también habitan en zonas templadas e incluso tropicales. Una característica particular de las focas es su incapacidad para rotar las extremidades posteriores hacia adelante para apoyar el cuerpo, por lo que no pueden sentarse, y para desplazarse cuando están en tierra se arrastran con un movimiento como de gusano. A diferencia de los otáridos, las focas usan las extremidades posteriores para la locomoción en agua. Suelen ser de nariz chata, carecen de pabellón auricular y tienen el cuello poco definido. Tanto otáridos como focas están cubiertos de pelo y se alimentan principalmente de peces y calamares. Todos los pinnípedos presentan diapausa embrionaria, o implantación retardada, que consiste en mantener en estado de latencia el desarrollo embrionario para retrasar el momento de la implantación y así conseguir que las crías nazcan en un tiempo más favorable para su supervivencia. La gestación es larga, de varios meses, y las hembras dan a luz una sola cría. A diferencia de muchos caniformes terrestres, los machos no participan en el cuidado de las crías, por lo que las hembras deben ser capaces de conseguir solas los recursos para cubrir sus necesidades y las de su cría. La duración del cuidado materno varía entre las especies: desde unos cuantos días o semanas para las focas, de entre 8 y 12 meses para los otáridos, y 3 o más años para las morsas. En función de estas diferencias se han desarrollado tres tipos de estrategias maternas: ayuno, ciclo alimentario y lactancia acuática. El ayuno se presenta en la mayoría de las focas y consiste en que las hembras no se alimentan durante la lactancia; para lo- grarlo, usan las reservas de energía en forma de grasa acumulada en los meses previos. El ciclo alimentario ocurre en todos los otáridos y en algunas especies de focas, y consiste en que las hembras alternan estancias en tierra para cuidar a sus crías y viajes al mar para alimentarse. La lactancia acuática es exclusiva de las morsas; durante los años del cuidado materno las crías nunca se separan de sus madres y amamantan tanto en agua como en tierra o hielo. En función del número de animales que puede congregarse en tierra, los pinnípedos son considerados como los carnívoros más sociables. Las estrategias reproductivas son la monogamia temporal –común entre las focas–, la poliginia (los machos dominantes resguardan grupos de hembras con quienes potencialmente se aparearán) –en los otáridos y algunas focas– y la promiscuidad –en las morsas–. Una característica de las especies poligínicas es el dimorfismo sexual, que se refiere al desarrollo en los machos de caracteres sexuales secundarios y un tamaño corporal más grande que el de las hembras. Los pinnípedos de México Hasta principios del siglo XX, en México habitaban cinco especies de pinnípedos: dos otáridos –el lobo marino de California (Zalophus californianus) y el lobo fino de Guadalupe (Arctocephalus townsendi)– y tres focas –la foca monje del Caribe (Neomonachus tropicalis), la foca común (Phoca vitulina) y el elefante marino del norte (Mirounga angustirostris)–. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 75 nn n Mamíferos marinos en México El lobo marino de California tiene una distribución amplia y es abundante: se le encuentra desde México hasta el sur de Canadá, aunque su zona reproductiva más importante está en California. En México habitan unos 68 000 lobos marinos en las islas de la costa occidental de Baja California y unos 25 000 dentro del Golfo de California. Los machos adultos miden aproximadamente 2.5 m y pesan cerca de 350 kg; su cuello es grueso y presentan una cresta sagital muy desarrollada. Las hembras adultas miden 1.8 m y pesan 100 kg aproximadamente, y no tienen cresta sagital ni el cuello muy desarrollado. El lobo marino se alimenta de una gran diversidad de peces, así como también de algunos calamares y crustáceos. Su periodo reproductivo es en verano. Los viajes de alimentación de las hembras duran un par de días y son dentro de un rango de 50-100 km, en especial hacia las zonas costeras (véase la Figura 2). Por otra parte, los lobos finos de Guadalupe se encontraban en islas de Baja California y a lo largo de la costa oeste de Estados Unidos de América, principalmente en islas del sur de California. Esta especie fue cazada intensamente debido al valor de su abundante pelaje, que es una característica de todos los lobos finos en el mundo. En la actualidad, estos animales habitan exclusivamente en las islas Guadalupe y San Benito, ubicadas en la región occidental de Baja California, aunque ocasionalmente algunos individuos se desplazan hacia las Islas del Canal, en California, e incluso se adentran en el Golfo de California. Se calcula que existen unos 40 000 lobos finos de Guadalupe actualmente. Sus extremidades son muy largas y su hocico es puntiagudo. Los machos adultos miden 2.2 m de largo y pesan unos 190 kg, mientras que las hembras adultas miden 1.5 m y pesan 50 kg. Se alimentan de diferentes especies, sobre todo de calamares y algunos peces en zonas oceánicas alejadas de la costa. Los viajes de alimentación llegan a ser de hasta 600 km. Al igual que el lobo marino, su periodo reproductivo es en verano (véase la Figura 3). La foca monje se distribuía en el Golfo de México y el mar Caribe; aparentemente era muy abundante, con una población de centenas de miles de 76 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 nplancken. Figura 2. Lobos marinos de California. Foto: F. R. Elorriaga Veranimales. Sin embargo, desde que los marineros europeos la descubrieron a finales del siglo XV, la cazaron para alimento, y a mediados del siglo XVI se comenzó a explotar comercialmente. Hacia finales del siglo XIX se le consideraba rara y en 1952 se le observó por última vez cerca de Jamaica. En 1994 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) la declaró extinta. Es muy poco lo que se sabe de esta especie. Era relativamente grande, con una longitud de hasta 2.4 m y peso de 250 kg, de cabeza redondeada y hocico extendido; los ojos eran grandes y separados, los bigotes eran largos y de color claro. n Figura 3. Lobos finos de Guadalupe. Foto: F. R. Elorriaga Verplancken. Los pinnípedos: carnívoros acuáticos altamente especializados n nn En contraste, la foca común es el pinnípedo más ampliamente distribuido en el mundo: se encuentra en aguas costeras del Atlántico norte, Pacífico norte, mar Báltico y mar del Norte. Miden alrededor de 1.8 m y pesan entre 120 y 350 kg. Presentan un patrón de manchas en todo el cuerpo y sus extremidades son muy cortas. Se alimentan principalmente de peces, pero también consumen algunas especies de calamares. Son de hábitos costeros y suelen habitar en aguas poco profundas, aunque ocasionalmente pueden hacer buceos de hasta 500 m de profundidad. Esta especie es monógama temporal y su periodo reproductivo ocurre en invierno. Las hembras no ayunan durante la lactancia, que dura de tres a cuatro semanas, ya que alternan sus viajes de alimentación con el amamantamiento. En México se encuentran en nueve islas de la región occidental de la península de Baja California, desde San Roque al sur hasta las Islas Coronados al norte, pero también hay pequeñas colonias en la costa de la península. Aunque no se conoce la abundancia de esta especie en el país, se piensa que debe haber unos cuantos miles de animales (véase la Figura 4). Por último, el elefante marino del norte es el carnívoro más grande del hemisferio septentrional: los machos adultos pueden llegar a pesar hasta 2 500 kg y medir 4 m; las hembras son más pequeñas, con un peso entre 600 y 900 kg, y longitud de 2.5 m. La característica más distintiva de la especie, y de la cual se deriva su nombre “elefante”, es la gran probóscide en el rostro de los machos que les sirve para emitir vocalizaciones de gran potencia. Son n Figura 4. Foca común. Foto: F. R. Elorriaga Verplancken. Recuadro 1. Etimología de los géneros y especies de pinnípedos de México alophus californianus: esta especie fue descrita por el naturalista francés René P. Lesson en 1828. Zalophus significa “cresta grande” y proviene del prefijo griego za, que es un aumentativo, y lophos, que significa “cresta”; californianus hace referencia a la región geográfica donde se distribuye. Arctocephalus townsendi: descrita por el zoólogo estadounidense Clinton H. Merriam en 1897. Arctocephalus significa “cabeza de oso” y proviene de las palabras griegas arktos, que significa “oso”, y kephale, “cabeza”; la especie townsendi es en honor del naturalista estadounidense John K. Townsend. Neomonachus tropicalis: originalmente la especie fue descrita por el zoólogo inglés John E. Gray en 1850 como Monachus tropcalis, pero recientemente fue reclasificada dentro del género Neomonachus. El prefijo noes significa “nuevo” y monachus, “monje”; tropicalis hace referencia a la distribución tropical de la especie. Phoca vitulina: descrita por el naturalista sueco Carl Nilsson Linnaeus en 1758. El género se deriva de la palabra griega phoke, que significa “foca”, y la especie proviene de la voz latina vitulinus, “vaca”. Mirounga angustirostris: esta especie fue descrita por el naturalista estadounidense Theodore Gill en 1866. Mirounga es una palabra aborigen australiana que significa “foca”; angustirostris proviene de las voces latinas angustum, “estrecho”, y rostrum, “rostro”. Z excelentes buceadores: la mayoría de sus inmersiones son entre 400 y 500 m, pero los machos pueden llegar a descender hasta 1 500 m sin problema. Se alimentan principalmente de calamares. El elefante marino del norte habita en el Pacífico nororiental y es una especie migratoria que se mueve entre sus zonas terrestres de reproducción en invierno –localizadas en las islas y costas de California y Baja California– y sus zonas de alimentación –ubicadas en las aguas del Golfo de Alaska y las islas Aleutianas–. Son poligínicos y la lactancia dura poco menos de cuatro semanas. El tamaño de la población mundial de elefantes marinos del norte se calcula en unos 200 000 individuos, de los cuales 89% se encuentra en California y 11% en Baja California; las colonias más importantes de Baja California están en las islas Guadalupe y San Benito (véase la Figura 5). julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 77 nn n Mamíferos marinos en México sol; pero, al parecer, el aporte de nitrógeno para la producción primaria por esta vía es muy bajo. También se ha propuesto que los cadáveres pueden ser un medio para la transferencia de nutrientes a las comunidades bentónicas. n Figura 5. Elefantes marinos del norte. Foto: F. R. Elorriaga Verplancken. Importancia ecológica de los pinnípedos Desde un punto de vista ecológico, la importancia de una especie o taxón implica cuál es su significado funcional para el ecosistema. Todos los pinnípedos son consumidores secundarios, o depredadores, por lo que generan un impacto directo en las poblaciones de sus presas; su presencia tiene otros efectos en los procesos de los ecosistemas donde habitan, ya que además de regular las poblaciones de sus presas también influyen en el comportamiento e historia de vida, tanto de sus presas como de sus competidores, en la estructura de la comunidad y en el almacenamiento y reciclaje de nutrientes. Además, los pinnípedos son alimento de depredadores acuáticos de mayor tamaño, como tiburones y orcas, y en el ambiente terrestre pueden ser depredados por otros carnívoros, como los coyotes, que atacan sobre todo a las crías. Debido a que las interacciones ecológicas entre los pinnípedos y sus presas (o sus depredadores) dependen del tipo de cadena trófica, el efecto de la depredación puede ser muy variado y muchas veces no lineal. Sin embargo, considerando que en algunos lugares del mundo hay millones de pinnípedos, por ejemplo, en la Antártica, es imposible pensar que no desempeñen un papel importante en la estructura y función de los ecosistemas donde viven. Por otra parte, se ha especulado sobre la participación de los mamíferos marinos en el reciclaje de nutrientes mediante la defecación en la zona eufótica, es decir, la parte de la columna de agua donde penetra la luz del 78 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 Conservación A excepción de la foca común, todas las demás especies de pinnípedos de México fueron cazadas en algún momento de la historia. El lobo fino fue explotado por la industria peletera, mientras que la foca monje, el elefante marino y el lobo marino fueron cazados principalmente para la extracción de aceite para iluminación. Como resultado de estas actividades, la foca monje se extinguió y las poblaciones de lobo fino y de elefante marino fueron disminuidas a niveles que amenazaban su existencia. Durante el siglo XIX se cazaba tanto el lobo fino como el elefante marino; la actividad fue tan intensa que a principios del siglo XX se pensó que se habían extinguido. Afortunadamente, algunos individuos de estas dos especies encontraron refugio en la isla Guadalupe. La recuperación del elefante marino es una de las más sorprendentes del mundo animal, ya que en unas cuantas décadas volvió a ocupar toda su área de distribución original y alcanzó un tamaño poblacional elevado. La recuperación del lobo fino no ha sido tan exitosa, aunque es alentadora: su única zona de reproducción sigue siendo la isla Guadalupe, pero la población continúa incrementándose. Por su parte, la cacería del lobo marino de California (siglo XIX y principios del siglo XX) mermó sus poblaciones, pero no llegó a ponerlo en riesgo de extinción. En la actualidad ningún pinnípedo está sujeto a aprovechamiento extractivo, pero existen otros riesgos importantes. El cambio climático es, sin lugar a duda, una amenaza generalizada a nivel global, pero también hay que considerar la propagación de enfermedades infecciosas que potencialmente pueden afectar a las poblaciones. Otros peligros son la mortalidad incidental durante las operaciones pesqueras y las anomalías oceanográficas regionales, tales como eventos El Niño o la reciente “mancha” en el Pacífico nororiental, ya que afectan la distribución y abun- Los pinnípedos: carnívoros acuáticos altamente especializados n nn dancia de las presas. Adicionalmente, la introducción de especies en áreas insulares –en especial de gatos y perros– representa un riesgo para los pinnípedos. A nivel internacional, la IUCN considera a los cuatro pinnípedos como especies de preocupación menor; sin embargo, el lobo fino de Guadalupe está incluido en el Apéndice I de la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES) y, asimismo, a nivel nacional, está en la lista de la NOM-059-SEMARNAT-2010 como especie en riesgo de extinción. De acuerdo con esta norma, el elefante marino es una especie amenazada, mientras que el lobo marino de California y la foca común son especies sujetas a protección especial. Algo más para tener en mente Además de su importancia como consumidores secundarios, los pinnípedos son animales de vida larga (pueden llegar hasta los 20 años), por lo que se consideran biomonitores o centinelas de los ecosistemas que habitan. Debido al lugar que ocupan en la cadena trófica, los cambios en sus poblaciones reflejan la disponibilidad regional y temporal de sus presas, que son afectadas por variaciones climáticas o por anomalías oceanográficas, por ejemplo, florecimientos algales nocivos, como las mareas rojas. Esta cualidad indicadora también se ha utilizado en el rastreo de concentraciones de contaminantes en el ambiente –como organoclorados o metales pesados–, ya que al ubicarse en o cerca de la cúspide de la cadena trófica, los carnívoros acuáticos almacenan estos elementos que se biomagnifican a lo largo de los eslabones tróficos hasta llegar al nivel más alto. María Concepción García Aguilar Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California. gaguilar@cicese.mx Fernando R. Elorriaga Verplancken Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas del Instituto Politécnico Nacional. felorriaga@ipn.mx Lecturas recomendadas Bininda-Emonds, O. R. P., J. L. Gittleman y C. K. Kelly (2001), “Flippers versus feet: comparative trends in aquatic and non-aquatic carnivores”, Journal of Animal Ecology, 70:386-400. Boness, D. J. y W. D. Bowen (1996), “The evolution of maternal care in pinnipeds”, BioScience, 46: 645-654. Bowen, W. D. (1997), “Role of marine mammals in aquatic ecosystems”, Marine Ecology Progress Series, 158:267-274. García-Capitanachi, B., Y. Schramm y G. Heckel (2017), “Population fluctuations of Guadalupe fur seals (Arctocephalus philippii townsendi) between the San Benito Islands and Guadalupe Island, Mexico, during 2009 and 2010”, Aquatic Mammals, 43:492-500. King, J. E. (1983), Seals of the world, Estados Unidos de América, University of Queensland Press. Le Boeuf, B. J. y R. M. Laws (1994), Elephant seals: population ecology, behavior, and physiology, Estados Unidos de América, University of California Press. Lubinsky-Jinich, D., Y. Schramm y G. 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Mitos y realidades de las vacunas Una nueva amenaza a la salud mundial está creciendo de manera alarmante. Los movimientos antivacunas han logrado convencer a un gran número de personas de que las vacunas –que son uno de los grandes aciertos de la investigación científica– no son necesarias y, es más, pueden causar daños. Aquí explicamos cómo funcionan las vacunas, qué mitos se han difundido más y cuál es la realidad detrás de cada uno de ellos. Introducción as vacunas han sido uno de los más grandes éxitos de la investigación médica de todos los tiempos; nos han librado de un gran número de enfermedades causadas por virus y bacterias que fueron causa de millones de muertes antes de la implementación de programas de vacunación en campañas nacionales y mundiales diseñadas para erradicar –idealmente– o cuando menos disminuir la tasa de morbilidad y mortalidad causada por estos patógenos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calculado que las vacunas salvan aproximadamente de dos a tres millones de vidas al año en todo el mundo y se estima que se salvarían 1.5 vidas más si existiera una mejor cobertura de los programas de vacunación. L volumen 70 81 número 3 nn n Actualidad Paradójicamente, este gran éxito es en parte culpable de que ahora haya un gran número de personas escépticas a la vacunación, ya que insisten en que muchas de las enfermedades infecciosas y los agentes que las causan ya no existen o han sido controlados gracias a las medidas higiénicas y de salud pública actual. Desafortunadamente ese no es el caso y la actual popularidad del movimiento antivacunas está revirtiendo los avances que, con enorme esfuerzo y costo, se habían llegado a consolidar contra varias de las enfermedades más comunes e importantes de la niñez. Tan grave es la situación actual que la OMS ha declarado que los movimientos antivacunas representan una de las diez amenazas más graves para la salud pública en este año. Un claro ejemplo de los efectos nocivos de los movimientos anti-vaxxers (como los llaman en inglés) es el reciente aumento del número de casos de sarampión en el mundo. En particular, se calcula que se triplicaron del 2017 al 2018, y estos aumentos sólo consideran Europa (véase la Figura 1). Esto, a pesar de que existe una vacuna muy efectiva contra el sarampión desde hace más de 40 años, que está disponible en los esquemas de vacunación de casi todos los países del mundo. El sarampión es una en- Casos de sarampión en la región europea de la OMS, 2009-2018 90 000 82 596 Número de casos de sarampión 80 000 70 000 60 000 50 000 40 000 30 604 33 254 32 857 28 413 26 788 30 000 20 000 10 000 7 884 0 25 863 18 869 2009 5 273 2010 2011 2012 2013 2014 Año 2015 2016 2017 2018 n Figura 1. Casos anuales de sarampión en la región europea de la OMS. Las barras indican el número exacto de casos de enfermos de sarampión en los años correspondientes. Tomada de: <http://www.euro.who.int/en/media-centre/sections/press-releases/2019/measles-in-europe-record-number-of-both-sick-and-immunized>. 82 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 fermedad muy grave y con muchos riesgos para la salud. Se sabe que este virus ocasiona la muerte de entre una y dos personas de cada mil que se infectan, y además puede dejar secuelas muy importantes, como pérdida del oído y afecciones neurológicas. ¿Cómo funcionan las vacunas? Un poco de historia: en 1776 el médico inglés Eduard Jenner observó que las mujeres encargadas de la ordeña de vacas contraían una enfermedad muy parecida a la viruela pero muy leve y además no se contagiaban de la mortal viruela. En ese entonces había una epidemia muy fuerte de viruela en Europa con una mortalidad de 35 % de la población. Jenner tomó un poco del líquido de las pústulas que tenían estas mujeres y lo inoculó en un niño de 9 años; poco tiempo después encontró que este niño se hizo resistente a la viruela. Por eso les llamamos vacunas, porque Jenner inoculó un virus de ganado vacuno. Ese fue el inicio de la vacunación y gracias a este descubrimiento y a la amplia distribución que tuvo esta vacuna en todo el mundo, en 1980 la OMS declaró a la viruela como una enfermedad erradicada del globo terráqueo. Desde entonces se ha desarrollado un buen número de vacunas que nos protegen contra otras tantas infecciones causadas por distintos virus y bacterias. Aunque Jenner no lo sabía en ese momento, al inocular al niño con un poco del virus de la vaca (que había infectado a las ordeñadoras), le “presentó” al sistema inmune del niño un virus muy parecido al causante de la viruela. Al introducir un agente extraño (que llamamos antígeno) al cuerpo, el sistema inmune se activa y como consecuencia se desarrollan anticuerpos que van dirigidos contra ese agente extraño; también se generan células de memoria que recordarán cómo activar el sistema inmune la próxima vez que el cuerpo se enfrente con el mismo antígeno. Los anticuerpos van específicamente dirigidos contra ese agente extraño, se unen a éste y lo neutralizan, para impedir en cada caso que virus y bacterias se repliquen dentro del cuerpo. Cuando nos volvemos a enfrentar al mismo agente, el sistema inmune ya está preparado y responde rápi- Por qué debemos vacunarnos. Mitos y realidades de las vacunas n nn damente, lo que neutraliza al antígeno ya conocido y previene que nos cause la enfermedad. Ése es el principio de las vacunas. Actualmente en nuestro país, como casi en todo el mundo, existe un esquema nacional de vacunación para ir presentando los diferentes antígenos a los niños desde su nacimiento. Este programa tiene un calendario que se basa en las etapas en las que los niños son más susceptibles a ciertas enfermedades y la idea es tratar de proteger al máximo, en el menor tiempo posible, a la población en general. La Cartilla Nacional de Vacunación en México (véase la Figura 2) incluye las vacunas contra tuberculosis, hepatitis B, poliovirus, rotavirus, difteria, tosferina, tétanos, Haemophilus influenzae, neumococo, sarampión, paperas y rubeola. Éste es el cuadro básico de vacunas, y adicionalmente se aplican n Figura 2. Cartilla Nacional de Vacunación. México, 2019. otras, o se refuerzan algunas a lo largo de la vida, como la de papilomavirus o influenza. ¿Cómo se preparan las vacunas y qué contienen? Las vacunas normalmente contienen pequeñas dosis del virus o la bacteria contra los que se quiere proteger, pero estos agentes infecciosos están inactivados o debilitados, de manera que no causan ninguna enfermedad. También hay algunas vacunas que no contienen al microorganismo completo, sino a una fracción de éste. Al aplicar dichas preparaciones de antígeno, ya sea por vía oral (como la vacuna de poliovirus o de rotavirus) o mediante una inyección (vacuna contra la influenza), el sistema inmune los detecta y activa su respuesta, de modo que cuando el microorganismo patógeno ingresa al cuerpo, el sistema inmune lo reconoce y ya está preparado para defenderse y atacar. Las vacunas además contienen algunos compuestos (conocidos como adyuvantes) que ayudan a estimular la respuesta inmune; en algunos casos también contienen algún tipo de conservador para que las vacunas se mantengan bien por más tiempo. Estos compuestos se añaden en cantidades mínimas y se ha comprobado que no causan ningún daño. La “otra” función de las vacunas Desafortunadamente, existen ciertos grupos de personas que no se pueden vacunar, por lo que son mucho más vulnerables a las enfermedades. Entre éstos se encuentran los infantes que por su edad aún no inician el esquema de vacunación, las personas con padecimientos en los que el sistema inmune no funciona adecuadamente (inmunodeficiencias), o bien las personas que han recibido algún trasplante y cuyo sistema inmune es inhibido temporalmente para evitar rechazos (inmunosuprimidas), así como los adultos mayores. Pero si el resto de la población está vacunada, estos grupos se encuentran protegidos gracias a la segunda función que cumplen las vacunas, que es conferir una inmunidad de grupo o inmunidad poblacional. Cuando la mayoría de la julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 83 nn n Actualidad población está vacunada, hay muy pocas posibilidades de que un agente infeccioso encuentre individuos susceptibles y es poco probable que cause un brote de infecciones; de manera contraria, mientras menos individuos estén vacunados, más fácil será que exista un contagio entre personas y, finalmente, aquellas que no están vacunadas serán las más afectadas. De modo que las vacunas no sólo son importantes a nivel individual, sino que generan una inmunidad colectiva que sirve de escudo para proteger a quienes no pueden ser vacunados. Los movimientos antivacunas Existen cada vez en mayor número grupos que promueven la no vacunación. El gran éxito que estos grupos están teniendo se debe, en parte, a las redes sociales digitales que amplifican estas tendencias. Desafortunadamente, ahora todos nos sentimos un poco más sabios gracias al internet y creemos que podemos aprender acerca de muchos temas por la amplia información a la que tenemos acceso, pero en estos medios de comunicación existe también información falsa que no es fácil de distinguir de la verdadera. Los argumentos que esgrimen los movimientos antivacunas son variados, dependiendo de cada grupo, pero los más comunes son: 1) las vacunas, en especial la del sarampión, causan autismo; 2) los adyuvantes y conservadores que contienen las vacunas son tóxicos; 3) ya no existen las enfermedades contra las que se vacuna a las personas gracias a 84 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 las condiciones de higiene y alimentación actuales, y 4) la inmunidad causada por la propia enfermedad es mejor que la de la vacuna. A continuación, damos respuestas ante esos argumentos. El temor de que la vacuna contra el sarampión cause autismo se lo debemos a un médico que publicó hace 20 años un estudio en una revista muy prestigiada en la que afirmaba que el uso de esta vacuna estaba asociado a casos de autismo. La información fue posteriormente revisada por varios grupos de investigadores científicos en el mundo a través de múltiples estudios y se llegó a la conclusión de que el estudio mencionado estaba mal hecho y que no había bases científicas que apoyaran esas conclusiones, además de que el autor principal del trabajo tenía un conflicto de interés con una compañía farmacéutica, por lo que finalmente el artículo fue retirado de la revista y al autor se le retiró su licencia de práctica médica. Sin embargo, el daño ya estaba hecho, y a pesar de que la vacuna del sarampión es una de las vacunas más estudiadas y efectivas en el mundo –y cuya seguridad ha sido ampliamente demostrada–, aún existen grupos que sostienen que su aplicación es peligrosa. Como ya mencionamos anteriormente, el daño que ha causado este mito nos está pasando la factura, pues se ha visto un incremento muy importante de enfermos de sarampión en varios países, en particular en aquellos con grupos anti-vaxxers más fuertes, con sus respectivas fatalidades y secuelas de por vida. El argumento de que las vacunas contienen sustancias tóxicas es otro argumento que se ha sobredi- Por qué debemos vacunarnos. Mitos y realidades de las vacunas n nn mensionado. La cantidad que pueden llegar a contener es mínima y por lo general son sustancias a las que estamos expuestos, también en mínimas cantidades, de manera cotidiana, ya que están presentes en el agua y en muchos de los alimentos que consumimos. Si bien las condiciones de higiene y alimentación actualmente son mejores en muchas partes del mundo, no todos los países tienen la misma suerte; pero a pesar de esas desigualdades, ha habido una seria disminución de las enfermedades prevenibles por vacunas. Por otra parte, es cierto que la inmunidad generada por una infección real es mejor que la que genera una vacuna, pero a diferencia de la primera, la vacuna no deja secuelas de ningún tipo. Sólo pensemos en la poliomielitis: ¿quién quiere pasar por esa enfermedad con tal de no vacunarse? El riesgo de vida y las secuelas permanentes ocasionadas por las infecciones no justifica de ninguna manera el expo- nerse, o exponer a los demás, a alguna de las enfermedades prevenibles por la aplicación de vacunas. Finalmente, consideremos que la vacunación es una acción de responsabilidad social, que no sólo nos brinda protección a nosotros y a nuestros familiares, sino que además podemos proteger a las personas más susceptibles de la población. En octubre de 2018, la Red Mexicana de Virología, con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, publicó el libro infantil titulado Pablo tiene sarampión, en el que se explica de manera sencilla y didáctica cómo funcionan las vacunas. Asimismo, podemos acudir a fuentes de información confiables dedicadas a la salud. Susana López Instituto de Biotecnología, Universidad Nacional Autónoma de México. susana@ibt.unam.mx Lecturas recomendadas López, S., S. Zárate y M. Yocupicio (2018), Pablo tiene sarampión, México, Red Mexicana de Virología/ Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Disponible en: <https://redvirologia.org/wp-content/ uploads/2018/11/Pablopagina.pdf>, consultado el 10 de mayo de 2019. Organización Mundial de la Salud (2018), Immunization, Vaccines and Biologicals. Disponible en: <https://www.who.int/immunization/global_vaccine_action_plan/en/>, consultado el 10 de mayo de 2019. Organización Mundial de la Salud (2019), Diez cuestiones de salud que la OMS abordará este año. Disponible en: <https://www.who.int/es/emergencies/tenthreats-to-global-health-in-2019>, consultado el 10 de mayo de 2019. Public Health (s. f.), Understanding vaccines. Disponible en: <https://www.publichealth.org/public-awareness/understanding-vaccines/>, consultado el 10 de mayo de 2019. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 85 ciencia José Eduardo González Reyes n n nnn n n Desde las redes La Luna se encoge y se arruga D e acuerdo con datos de la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos de América (NASA), la Luna se está encogiendo a medida que su interior se enfría. Esto provoca que sobre su superficie se formen arrugas, llamadas fallas de empuje, de las que se han detectado más de 3 500. Un grupo de investigadores, liderado por Thomas Watters del Instituto Smithsoniano, utilizó los datos de ubicación de esas fallas en conjunto con los 28 registros de temblores lunares obtenidos durante las misiones Apolo, entre 1969 y 1977, para buscar una relación entre ambos fenómenos. Con la ayuda de un algoritmo de redes sísmicas dispersas pudieron localizar con mayor precisión los epicentros de los lunamotos y encontraron que ocho de ellos se ubicaron a 30 km de una falla. De éstos, seis se produjeron cuando la corteza lunar se encontraba sometida a un alto estrés de compresión debido a la contracción global y a las fuerzas de marea. Estos hallazgos, aunados a la evidencia de alteraciones del regolito, polvo lunar y movimientos de rocas cercanas a las fallas de empuje, sugieren que la Luna es tectónicamente activa. Referencia Watters, T. R., R. C. Weber, G. C. Collins, I. A. Howley, N. C. Schmerr y C. L. Johnson (2019), “Shallow seismic activity and young thrust faults on the Moon”, Nature Geoscience. Disponible en: <www.doi.org/10.1038/s41561-019-0362-2>, consultada el 14 de mayo de 2019. nNASA. Buzz Aldrin coloca un sismómetro en el mar de la Tranquilidad, en la Luna. Fotografía: volumen 70 86 número 3 Desde las redes n nn Capturar lo imposible E l pasado 10 de abril se presentó la primera imagen de un hoyo negro. Se trata del agujero supermasivo de la galaxia elíptica M87, ubicada en el centro del cúmulo de Virgo, a 55 millones de años luz de nuestro planeta. La imagen fue obtenida por el Event Horizon Telescope (EHT), una red de ocho radiotelescopios alrededor del mundo, entre los cuales se encuentra el Gran Telescopio Milimétrico “Alfonso Serrano”, ubicado en el Volcán Sierra Negra en Puebla, México. Para obtener la información que permitió generar la imagen, los ocho radiotelescopios apuntaron al mismo punto en el espacio durante dos semanas en 2017. La enorme cantidad de datos obtenidos, en el orden de los petabytes, se analizó a lo largo de los dos años siguientes con la ayuda de unas supercomputadoras hospedadas en el Instituto Max Planck de Radioastronomía y en el Observatorio Haystack del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Los científicos del EHT esperan poder contar con una película de la dinámica de este hoyo negro, aunque estiman que para obtenerla tendrán que esperar cerca de una década. ¿Cómo era la piel de los dinosaurios? L as imágenes que aquí se incluyen corresponden a las primeras huellas de dinosaurios con impresiones de piel perfectamente conservadas. Se encontraron en unas rocas cercanas a la ciudad de Jinju, en Corea del Sur. Éste es uno de los primeros registros de rastros de piel de dinosaurio que cubre huellas completas. Provienen del terópodo más pequeño conocido: Minisauripus. Las huellas, que miden cerca de una pulgada, están bien espaciadas, lo que permitió a los investigadores calcular que la longitud media de la zancada era de 39.6 cm. La evidencia muestra que, justo antes de que se hicieran las huellas, hubo una fuerte lluvia que dejó impresiones de gotas de agua y el dinosaurio pisó una de éstas. La delicada evidencia se conservó al ser cubierta suavemente con barro fino. Referencia Kim, K. S., M. S. Lockley, J. D. Lim y L. Xing (2019), “Exquisitely-preserved, high-definition skin traces in diminutive theropod tracks from the Cretaceous of Korea”, Scientific Reports, 9: 2039. Disponible en: <www.doi.org/10.1038/s41598-019-38633-4>, consultada el 14 de mayo de 2019. Referencia The EHT Collaboration et al. (2019), “First M87 Event Horizon Telescope Results. I. The Shadow of the Supermassive Black Hole”, ApJL, 875: L1. nFotografías: Huellas de Minisauripus encontradas en Corea del Sur. Kyung Soo Kim. n Primera imagen de un hoyo negro. Imagen: EHT. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 87 ciencia Eduardo González Valdez, Alejandro Alarcón y Ronald Ferrera Cerrato n n nnn n n Las plantas, nuevos mineros para recuperar metales preciosos La minería es una actividad fundamental para la economía de México, cuyos residuos (comúnmente conocidos como jales mineros) pueden ser sometidos a procesos de recuperación de metales preciosos como oro, plata y cobre. En las últimas décadas se han propuesto alternativas biotecnológicas basadas en el uso de plantas vivas para recuperar oro residual a partir de los jales de mina. El oro l oro (Au) es un metal de transición del grupo IB de la tabla periódica, que incluye también elementos como cobre (Cu) y plata (Ag). El Au se caracteriza por ser un elemento muy estable y por exhibir un color amarillo en su estado natural; además, es uno de los metales nobles más impor79 4f144d106s1 tantes para la civilización humana, debido a su amplio uso en joyería, electrónica, industria, odontología, medicina y nanotecnología, así como por su valor e importancia económica. Este metal es uno de los 10 elementos más raros en la corteza terrestre, donde puede alcanzar una concentración promedio de 5 ng/g–1 de suelo (Reith y cols., 196.967 2007). Sin embargo, el Au no se distribuye de manera uniforme; con frecuencia se encuentra en regiones muy específicas alrededor del mundo (Reith y cols., 2007), por ejemplo, en China, Estados Unidos de América, Rusia, Australia, Perú, sur de África y México, los cuales son los principales productores de este metal (véase la Figura 1). La producción minera mundial en 2017 alcanzó un promedio aproximado de 3 000 toneladas o 104 millones de onzas de Au (CAMIMEX, 2017). E Au Oro El oro en la industria minera de México La minería es una actividad de gran importancia económica para el desarrollo de México. Los principales estados mineros son: Sonora, Zacatecas, Chihuahua, Guerrero y Durango, donde se realiza la extracción de metales preciosos como Au, volumen 70 88 número 3 Las plantas, nuevos mineros para recuperar metales preciosos n nn China 13.1% Otros 35.8% Australia 9.1% Rusia 8.3% EUA 7.1% República de Ghana 3.1% México 4.0% Canadá Perú 5.4% 5.0% Sudáfrica Indonesia 4.3% 4.8% n Figura 1. La producción minera mundial de oro en 2017 alcanzó un volumen de 104.4 millones de onzas (CAMIMEX, 2017). Ag y Cu, entre otros elementos. Sin embargo, la minería convencional suele utilizar grandes cantidades de compuestos químicos como cianuro (CN–) para la recuperación de Au; los residuos generados por esta actividad se conocen localmente como jales de mina, que suelen ser depositados o acumulados a la intemperie (cielo abierto) (véase la Figura 2). Estos jales mineros son materiales que no tienen valor económico; además, la presencia de CN– en los residuos puede solubilizar otros elementos potencialmente tóxicos, como mercurio (Hg), plomo (Pb), arsénico (As) y cadmio (Cd), entre otros, lo que puede generar una gran emisión de partículas que contaminan la superficie del suelo, el aire y el agua. Las técnicas tradicionales para la recuperación de Au representan un impacto negativo al ambiente y para la salud humana. Es por ello que surgen procesos de recuperación alternativos, como el uso de especies vegetales (denominado fitorremediación), que se fundamenta en los mecanismos fisiológicos, bioquímicos y genéticos que influyen en la extracción (fitoextracción) y acumulación (fitoacumulación) de metales en los órganos vegetales (raíces, tallos y hojas). La fitorremediación (fitoacumulación y fitoextracción) de metales a partir de jales mineros Las plantas son organismos vivos que de forma natural tienen la capacidad de absorber metales a partir de la solución del suelo y acumularlos en sus órganos. Esta capacidad se ha aprovechado para remediar o restaurar sitios contaminados con elementos potencialmente tóxicos mediante procesos de fitorremediación, ya sea en el lugar (in situ) o fuera de éste (ex situ), donde haya problemas de contaminación. En la fitorremediación se incorporan otros términos biológicos, como la inmovilización de los metales en la rizosfera (suelo directamente influenciado por la raíz) de la planta (fitoestabilización), así como la acumulación de los metales en la parte aérea de las plantas (fitoacumulación o fitoextracción). El término fitoextracción se ha utilizado en la literatura científica para describir la recuperación de elementos potencialmente tóxicos con el fin de restaurar un sitio contaminado, o bien para llevar a cabo la recuperación de metales preciosos, tales como el Au, a partir de sustratos auríferos o jales de mina, para su reutilización con fines comerciales. Esto representa un fenómeno relativamente nuevo y que es conocido por la comunidad científica como fitominería, la cual se basa en aprovechar la capacidad de algunas plantas para adaptarse y crecer en los jales de mina. Un ejemplo es la planta Brassica napus L, capaz de crecer en jales de mina de Zacatecas (véase la Figura 2) (González-Valdez y cols., 2018). Ésta pertenece a la familia Brassicaceae (véase la Figura 3), tiene floración amarilla y se caracteriza por producir abundante biomasa, tener una altura de hasta 1.5 m según el sustrato donde se desarrolle, además de que sus hojas alcanzan hasta 40 cm de longitud y la raíz primaria puede llegar hasta los 100 cm de profundidad. La aplicación de ciertos compuestos químicos puede inducir la absorción y la acumulación de Au en los órganos de las plantas cuando éstas se encuentren creciendo en los residuos mineros que están caracterizados por contener bajas concentraciones de este metal (González-Valdez y cols., 2018). julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 89 nn n Novedades científicas n Figura 2. Aspecto general de la deposición de los residuos de mina, en los que se percibe el crecimiento de plantas de pasto o zacate de la pampa (Cortaderia selloana) adaptadas a dichas condiciones, en Zacatecas, México. Acumulación de oro en plantas La capacidad de las plantas nativas de diferentes regiones del mundo para acumular Au ha fascinado a la comunidad científica desde inicios del siglo XX (Anderson y cols., 1999b), debido principalmente a que en su estado natural en el suelo [Au(0)] es una especie química insoluble e inmóvil en la solución del suelo (Bali y cols., 2010). Sin embargo, se ha encontrado que la presencia de plantas cianogénicas (productoras de ácido cianhídrico), la aplicación de agentes químicos sintéticos (tiocinato, tiourea, tiosulfato o cianuro), o bien la función de los microorganismos (bacterias, hongos y levaduras) que habitan en la rizosfera de las plantas, pueden inducir diferentes estados de oxidación del Au al producir ácido cianhídrico y, así, formar complejos con ciertos iones, por ejemplo, Au-CN. Lo anterior favorece la solubilidad y la biodisponibilidad de este metal para ser absorbido por la raíz de la especie vegetal y ser translocado (movilizado) hacia n la parte aérea de la planta, para su posterior extracción cuando se cosecha después de cierto tiempo de crecimiento. Aun cuando se tienen algunas investigaciones referentes a los procesos de fitoextracción de Au, la información acerca de los mecanismos de absorción, transporte y localización del Au en las plantas es limitada (Bali y cols., 2010). Sin embargo, se ha sugerido al proceso de evapotranspiración como un posible mecanismo acarreador del Au de la raíz hacia la parte aérea de la planta, donde el agua es transpirada pero el Au se acumula en los tejidos (Anderson, 2005; González-Valdez y cols., 2018). La literatura científica indica que las especies vegetales utilizadas para absorber Au son tolerantes a las condiciones físicas y químicas de los jales de mina. Estas plantas pueden ser hiperacumuladoras, es decir, acumulan cantidades extraordinarias de ciertos iones metálicos en la parte aérea, lo que implica que hay mecanismos internos que evitan que Figura 3. Plantas de Brassica napus L. creciendo en un jal de mina en Zacatecas, México, después de 57 días de cultivo en invernadero. 90 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 Las plantas, nuevos mineros para recuperar metales preciosos n nn los iones metálicos causen toxicidad, o bien pueden producir abundante biomasa, por ejemplo, Zea mays L. (maíz), Brassica juncea L. (mostaza india), B. napus L. (colza) y Helianthus annuus L. (girasol). Estas especies vegetales se han combinado con agentes químicos sintéticos (cianuro, tiocianato, tiosulfato o tiourea) para inducir la solubilización de Au y, con ello, facilitar su absorción y acumulación en la planta, fenómeno que se conoce como hiperacumulación inducida. La hiperacumulación inducida se logra cuando la planta concentra ya sea Au o Ag en más de 1 mg/kg–1 de tejido seco (González-Valdez y cols., 2018). La máxima fitorrecuperación de Au obtenida con B. juncea y cianuro de sodio a partir de un jal de mina en condiciones de campo logró 39 mg/ kg–1 de materia seca vegetal (Sheoran y cols., 2013); sin embargo, para que esta actividad pueda ser económicamente viable, en una cosecha de 10 t/ha de biomasa seca se debería producir una concentración de 100 mg de Au por kilogramo de peso seco, esto equivale a un 1 kg de Au por hectárea (Maluckov, 2015). No obstante, la mayoría de los estudios publicados han propuesto utilizar solamente la planta, o bien el agente químico sintético, para solubilizar el Au. Sin embargo, la eficiencia de los procesos de solubilización y de recuperación de los metales preciosos en los órganos vegetales puede mejorarse al combinar agentes químicos sintéticos y microorganismos rizosféricos que inducen la biolixiviación de los metales para dejarlos biodisponibles para las plantas (Maluckov, 2015). En este sentido, González-Valdez y cols. (2018) utilizaron tiocianato o tiosulfato y la inoculación con dos cepas de Aspergillus niger en plantas de B. napus crecidas en un jal de mina; sus resultados indican que el efecto combinado de B. napus + A. niger + tiocianato o tiosulfato incrementó el criterio de hiperacumulación de Au y de Ag (1 mg/kg–1), así como de Cu (>1 000 mg/kg–1) en tejido vegetal seco. Lo anterior refleja un efecto positivo y novedoso para futuros estudios enfocados a la fitoextracción inducida de metales preciosos a partir de residuos mineros. Así, las plantas se consideran como mineros alternativos para recuperar metales preciosos. Procesos de recuperación biológica de oro a partir del uso de plantas Algunas especies vegetales tienen la capacidad de crecer, absorber y acumular metales pesados a partir de residuos de mina sin mostrar signos visibles de toxicidad. Esta capacidad de acumulación ha permitido proponer a la fitominería de Au como un proceso convencional para la recuperación del metal (véase la Figura 4). Lo primero es seleccionar una especie vegetal tolerante a las características físicas y químicas del residuo minero, que produzca abundante biomasa y que sea capaz de hiperacumular el metal de interés; estas características pueden definirse me- + Jal de mina: Au/Ag/Cu Agente químico para solubilizar Au o Ag Calcinación de la materia vegetal Bio-mineral (ceniza) Fundición de Au n Figura 4. Representación de un proceso biológico para la recuperación de Au a partir de plantas. Adaptado y modificado de Anderson y cols. (1999a). julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 91 nn n Novedades científicas diante pruebas de germinación y crecimiento en el residuo aurífero de estudio. Una vez seleccionada la especie vegetal, ésta puede ser sembrada y cultivada en el sustrato que contenga el Au, y durante su crecimiento se adicionarán algunos nutrimentos para maximizar su desarrollo. Una vez alcanzada la madurez de la planta, se puede aplicar un agente químico sintético para favorecer una mayor solubilización del metal e inducir con ello la hiperacumulación de Au o de otros metales preciosos. Después de cierto tiempo (1 a 2 semanas) el cultivo puede ser cosechado, para posteriormente secarlo a temperatura ambiente con el fin de eliminar la humedad, e incinerarlo y reducirlo a cenizas en una mufla; finalmente, será fundido para recuperar el metal de interés (Robinson y cols., 1999; Sheoran y cols., 2013). Esta metodología biológica permite recuperar cantidades traza de Au como alternativa al uso de técnicas convencionales dirigidas a ello, y cuya aplicación no es económicamente viable. Además, el uso de plantas para la extracción y acumulación de metales contribuye a la disminución del impacto ambiental generado por el uso excesivo de compuestos químicos (González-Valdez y cols., 2018). Conclusiones y perspectivas El uso de plantas para restaurar sitios contaminados por metales pesados, o bien para recuperar metales preciosos a partir de residuos mineros es una opción ecológicamente viable para su implementación en México. Así, la fitominería es una alternativa que permite recuperar cantidades residuales de Au contenido en los jales de mina, donde la aplicación de técnicas químicas convencionales comúnmente utilizadas en la minería no es rentable. Eduardo González Valdez Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. lalogvaldez@yahoo.com.mx Alejandro Alarcón Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo (Texcoco, Estado de México). aalarconcp@gmail.com • alexala@colpos.mx Ronald Ferrera Cerrato Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo (Texcoco, Estado de México). rferreracerrato@gmail.com • ronaldfc@colpos.mx Lecturas recomendadas Anderson, C. W. N., R. R. Brooks, A. Chiarucci, C. J. LaCoste, M. Leblanc, B. H. Robinson, R. Simcock y R. B. Stewart (1999a), “Phytomining for nickel, thallium and gold”, Journal of Geochemical Exploration, 67:407-415. Anderson, C. W. N., R. R. Brooks, R. B. Stewart y R. Simcock (1999b), “Gold uptake by plants”, Gold Bulletin, 32(2):48-51. Anderson, C. W. N. (2005), “Biogeochemistry of gold: accepted theories and new opportunities”, En I. Shtangeeva (ed.), Trace and Ultratrace Elements In Plants And Soil, Southampton, WIT Press, pp. 287321. Bali, R., R. Siegele y A. T. 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Tesis: Estudio de las propiedades nanomecánicas a nivel celular de frutos climatéricos y su correlación con parámetros fisicoquímicos, bioquímicos y microestructurales. Asesor: José Jorge Chanona Pérez. ∞ La AMC dio a conocer a los ganadores de los Premios Weizmann 2018 L a Academia Mexicana de Ciencias (AMC) anunció el 5 de marzo de 2019 a los ganadores de los Premios Weizmann 2018. Las tesis doctorales de tres jóvenes científicos mexicanos fueron merecedoras del reconocimiento tras evaluarse la originalidad, el rigor académico y la importancia científica de los trabajos de investigación. El jurado estuvo integrado por los miembros de la Comisión de Premios de la AMC de las áreas del conocimiento respectivas, así como por un miembro del Comité Científico de la Asociación Mexicana de Amigos del Instituto Weizmann de Ciencias. Ambas entidades otorgan en conjunto este reconocimiento desde 1986 a las mejores tesis doctorales realizadas en México por investigadores menores de 35 años, en el caso de los hombres, y menores de 38 años, en el de las mujeres, en las áreas de ciencias exactas y ciencias naturales. A partir de 2001 también se otorga a las mejores tesis doctorales en ingeniería y tecnología. Ganadores de los Premios Weizmann 2018 n Ciencias exactas Pedro Eduardo Román Taboada Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México. Tesis: Propiedades electrónicas y topológicas del grafeno sometido a deformaciones mecánicas independientes y dependientes del tiempo. Asesor: Gerardo García Naumis. n Ciencias naturales José Arturo Raya Sandino volumen 70 La AMC anuncia a los ganadores de los Premios de la Academia a las Mejores Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades 2018 L 93 a Academia Mexicana de Ciencias (AMC) publicó el 8 de marzo de 2019 los nombres de los ganadores de los Premios de la Academia a las Mejores Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades 2018, los cuales se otorgan desde 1996 a investigadores que no hayan cumplido 38 años, en el caso de los hombres, y 40 años, en el de las mujeres, y cuyas tesis se hayan realizado en el país en alguna institución acreditada. La convocatoria anual de este premio se lleva a cabo en conjunto con nueve instituciones representativas de número 3 nn n Noticias de la AMC las ciencias sociales y las humanidades en México: la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana, El Colegio de México, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, el Centro de Investigación y Docencia Económicas, el Instituto José María Luis Mora, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Ganadores de los Premios de la Academia a las Mejores Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades 2018 n Ciencias Sociales David Luján Verón Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México. Tesis: “El Estado soy yo”. Clientelismo, poder e intermediarios locales en Chile. Asesor: Marco Estrada Saavedra. Vicente Moctezuma Mendoza Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social. Tesis: El desvanecimiento de lo popular. Etnografía de desplazamientos en la gentrificación del Centro Histórico de la Ciudad de México. Asesora: Margarita Pérez Negrete. n Humanidades Diego Carlo Améndolla Spínola Facultad de Filosofía y Letras e Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Tesis: ‘Féodalisme’ y ‘Féodalité’: construcción, transformación y utilización de dos conceptos franceses, 1680-1870. Asesor: Martín Federico Ríos Saloma. Raquel Eréndira Güereca Durán Facultad de Filosofía y Letras e Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Tesis: Caciques, ‘lenguas’ y soldados fronterizos: actores indígenas en la conquista del Nayar, 1721-1722. Asesor: Federico Navarrete Linares. ∞ 94 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 Ganadoras de las Becas para Mujeres en la Ciencia L’Oréal-Unesco-AMC 2019 L a Academia Mexicana de Ciencias (AMC) publicó el 3 de mayo de 2019 los nombres de las cinco ganadoras de las Becas para Mujeres en la Ciencia L’OréalUnesco-AMC 2019, reconocimiento instituido en el año 2007 por L’Oréal-México, la Comisión Mexicana de Cooperación con la Unesco (Conalmex), la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en México y la AMC, para promover la participación de las mujeres en la ciencia. Las ganadoras, como establece la convocatoria, son científicas de nacionalidad mexicana que obtuvieron el grado de doctorado en los últimos cinco años y no han cumplido 40 años. Cada beca consiste en el otorgamiento de $100 000.00 pesos, recursos económicos que deberán destinarse a la realización del proyecto presentado. Ganadoras de las Becas para Mujeres en la Ciencia L’Oréal-Unesco-AMC 2019 n Ciencias exactas Ana Belén Salinas Abarca Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México Campus Juriquilla. Proyecto: Papel de los endocannabinoides 2-araquidonilglicerol y la anandamida en la antinocicepción inducida por la oxitocina. n Ciencias naturales María de Jesús Chávez Canales Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Proyecto: Papel de la proteína SPAK en el control del metabolismo energético dependiente de vías GABAérgicas en el hipotálamo. Verónica Zamora Gutiérrez Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional del Instituto Politécnico Nacional Unidad Durango. Proyecto: Murciélagos insectívoros como supresores de insectos de importancia económica para la nuez pecana (Carya illinoinensis) en Chihuahua, México. Noticias de la AMC n nn Lucía Mendoza Viveros Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Proyecto: Relojes hipotalámicos en el control central del metabolismo. n Ingeniería y tecnología Grissel Trujillo de Santiago Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey. Proyecto: Uso de la bioimpresión 3D caótica continua para fabricar tejidos vascularizados. ∞ Por primera vez se enuncia la ciencia en la Constitución E l 15 de mayo de 2019 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de los artículos 3, 31 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia educativa, con importantes repercusiones para el sector de ciencia, tecnología e innovación (CTI). Con las modificaciones avaladas, se ha conseguido la entrada de la CTI a la educación a través de los programas de estudio; se aprobó el derecho a gozar de los beneficios de la ciencia como un derecho humano; el Estado apoyará la investigación científica, humanística y tecnológica; asimismo, la Cámara de Diputados otorgará el presupuesto para que esto suceda, dijo en entrevista Julia Tagüeña Parga, coordinadora general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico. Por su parte, el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), José Luis Morán López, coincidió en que las modificaciones constitucionales son una muy buena noticia para México: “las cámaras de Diputados y Senadores pasarán a la historia por esta legislación, por reconocer el derecho humano a gozar los beneficios del desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica”. Con la modificación del artículo 73 en la fracción XXIX-F, se faculta al Congreso de la Unión para legislar en materia de ciencia y tecnología y expedir una Ley, lo cual queda más claro con el artículo sexto transitorio, el cual enuncia: “El Congreso de la Unión deberá expedir las Leyes Generales en materia de Educación Su- perior y de Ciencia, Tecnología e Innovación, a más tardar en el año 2020.” ∞ Presentan el segundo número 2019 de la revista Ciencia en El Colegio de México E l número más reciente de la revista Ciencia de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), que lleva por título “Ciencia en México ¿para qué?”, se presentó el 22 de mayo de 2019 en la sala Alfonso Caso de El Colegio de México por científicos que participaron en la edición, así como funcionarios de la actual administración, quienes la comentaron. El director de la revista Ciencia, Miguel Pérez de la Mora, describió las secciones que componen la publicación y recordó que la revista es el órgano de divulgación de la AMC “que trata de llevar conceptos científicos novedosos de todas las ciencias hacia la sociedad mexicana”. Además, la presentación del volumen 70-2, correspondiente al trimestre abril-junio de 2019, contó con las participaciones de Silvia Giorguli Saucedo, presidenta de El Colegio de México; William Lee Alardín, coordinador de la Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de México y coeditor del número; Beatriz Paredes Rangel, presidenta de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la República; Julia Tagüeña Parga, coordinadora general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico; María del Carmen de la Peza, directora adjunta de Desarrollo Científico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; así como Agustín De izquierda a derecha: Agustín Escobar Latapí, María del Carmen de la Peza, William Lee Alardín, Silvia Giorguli Saucedo, Beatriz Paredes Rangel, Julia Tagüeña Parga y Miguel Pérez de la Mora, en la presentación del número más reciente de la revista Ciencia de la Academia Mexicana de Ciencias, en la sala Alfonso Caso de El Colegio de México. julio-septiembre de 2019  volumen 70 número 3  ciencia 95 nn n Noticias de la AMC Escobar Latapí, exdirector del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social. ∞ La AMC da la bienvenida a la investigadora Aurora Hernández Machado L a ceremonia de ingreso como miembro correspondiente a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) de la doctora Aurora Hernández Machado, investigadora de la Universidad de Barcelona, se realizó en el mes de marzo, en el Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México. La producción científica de Hernández Machado es vasta. Tiene 113 publicaciones internacionales con más de 1 500 citas. Ha supervisado nueve tesis de doctorado y ocho de maestría. Entre los reconocimientos que su grupo ha recibido destaca la tesis de doctorado del estudiante Félix Campelo, galardonada con el premio Outstanding Doctoral Thesis Research in Biological Physics 2010 en una competencia internacional de la American Physical Society. La científica española Aurora Hernández Machado, nuevo miembro correspondiente de la AMC. Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC. 96 ciencia  volumen 70 número 3  julio-septiembre de 2019 Hernández Machado es una física teórica que “ha realizado muy notables logros a lo largo de su carrera. Es una científica a la que le gustan los retos y los problemas complejos; y no sólo le gustan, sino también los sabe resolver”, indicó José Luis Morán López, presidente de la AMC, institución constituida por 2 779 científicos de todas las áreas del conocimiento, incluidas las humanidades. Entre éstos, 109 son miembros correspondientes. ∞ Científicos y legisladores discuten y reflexionan sobre el futuro de la CTI en el país L egisladores de la Cámara de Diputados y del Senado de la República y representantes de la comunidad científica y tecnología del país dieron inicio, en el mes de marzo, a un diálogo para analizar y discutir la política científica mexicana. Mediante diversas reuniones, los científicos han realizado propuestas para fortalecer el sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación (CTI). Así, el primer encuentro, denominado Conversatorio para el Análisis del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, se realizó en dos jornadas: los días 6 y 13 de marzo de 2019, en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Posteriormente, en el mes de mayo, el Foro Nacional de Legisladores en Materia de Ciencia, Tecnología e Innovación, realizado en las instalaciones de la Cámara de Diputados, fue el primero de una serie de reuniones que se realizarán en diferentes estados del país en el marco de los foros de análisis del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, que promueve la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación. ∞ Integrantes de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, entre otros legisladores, y miembros de la comunidad científica del país participaron en la inauguración y en la primera sesión plenaria del Conversatorio para el Análisis del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, celebrado en el Palacio Legislativo. Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.