Revista de la Academia Mexicana de Ciencias
julio-septiembre 2019 volumen 70 número 3
Mensaje del presidente
de la AMC
Desde el
Comité Editorial
Mamíferos marinos en México
José Luis Morán López
Miguel Pérez de la Mora
Paloma Ladrón de Guevara Porras y
Fernando R. Elorriaga Verplancken
3
4
6
Mamíferos marinos en México
Mamíferos marinos: identidad, diversidad
y conservación
La vaquita
8
Luis Medrano González
Jorge Urbán Ramírez
Evolución y adaptación de los mamíferos a la vida
en el mar
48
Gustavo Cárdenas Hinojosa
Armando Jaramillo Legorreta
Edwyna Nieto García
Lorenzo Rojas Bracho
20
Las ballenas
Luis Medrano González
Karina Acevedo Whitehouse
Aurora Paniagua Mendoza
Geraldine Busquets Vass
Fabiola Guerrero de la Rosa
Diane Gendron
Riesgo de los mamíferos marinos para la salud pública 30
Los delfines
Karina Acevedo Whitehouse
Cecilia Barragán Vargas
Luis Alberto Soto García
El manatí, una especie bajo amenaza de extinción
38
Paloma Ladrón de Guevara Porras
Benjamín Morales Vela
León David Olivera Gómez
64
Raúl E. Díaz Gamboa
Christian D. Ortega Ortiz
Los pinnípedos: carnívoros acuáticos altamente
especializados
81
Susana López
Las plantas, nuevos mineros para recuperar
metales preciosos
Eduardo González Valdez
Alejandro Alarcón
Ronald Ferrera Cerrato
Desde las redes
La Luna se encoge y se arruga
Capturar lo imposible
¿Cómo era la piel de los dinosaurios?
José Eduardo González Reyes
72
María Concepción García Aguilar
Fernando R. Elorriaga Verplancken
Novedades científicas
Actualidad
Por qué debemos vacunarnos.
Mitos y realidades de las vacunas
56
86
87
87
Noticias de la AMC
93
88
ciencia
Mensaje del presidente de la AMC
n n nnn n n
E
l número inmediato anterior de nuestra revista, titulado “Ciencia en México: ¿para qué?”, brindó a los lectores una reflexión acerca de la ciencia
en nuestro país, lo ya logrado y los retos que se presentan para los años por
venir. En paralelo a la publicación de dicho número, recibimos una buena noticia:
por primera vez la ciencia se enuncia en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos. Así, con la aprobación de la Reforma Constitucional en Materia Educativa el pasado 9 de mayo, se beneficia al sector de ciencia, tecnología e
innovación, y al país en general. Además, esta legislatura pasará a la historia por
reconocer el derecho humano a gozar de los beneficios del desarrollo de la ciencia
y la innovación tecnológica. Aunado a lo anterior, la modificación del artículo 73,
en la fracción XXIX-F, faculta al Congreso de la Unión para legislar en materia de
ciencia y tecnología, y expedir una ley. Lo anterior quedó enunciado en el artículo
6 transitorio del decreto de la reforma, el cual establece que el Congreso de la
Unión deberá expedir las Leyes Generales en materia de Educación Superior y de
Ciencia, Tecnología e Innovación a más tardar en el año 2020.
Por otra parte, el presente número de la revista Ciencia se enfoca a un aspecto
fundamental del equilibrio ecológico, especialmente de nuestros mares, pues trata
acerca de los mamíferos marinos en México. Entre los artículos que conforman
esta edición, encontraremos textos sobre los manatíes, la vaquita marina, las ballenas y los pinnípedos, entre otros.
La sustentabilidad del mundo es una responsabilidad de las generaciones actuales y depende más que nunca de las medidas que ahora tomemos como habitantes
del planeta Tierra, nuestro único y maravilloso hogar, que también se ha deteriorado y destruido a partir acciones para el avance de nuestro bienestar, manifiestas
en el cambio climático, como una de las principales problemáticas que enfrentamos en nuestros días.
Estamos seguros de que los artículos de este número nos harán reflexionar en
torno al futuro de nuestros mares, y en especial de los mamíferos marinos que en
ellos habitan, para tomar conciencia del cuidado que merecen.
JOSÉ LUIS MORÁN LÓPEZ
Presidente
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número 3
ciencia
Desde el Comité Editorial
n n nnn n n
B
allenas, delfines, manatíes, vaquitas marinas, cachalotes, narvales, focas y
lobos marinos son especies de mamíferos marinos que seguramente a ustedes
desde niños, como a mí me ocurrió, les deleitaron los ojos por su belleza y
los conmovieron por su tamaño, su fuerza o las historias que de ellos se escribían
y en las que siempre tenían un papel preponderante como héroes o como villanos.
Estoy seguro de que muchos de ustedes se conmovieron durante su infancia, y
algunos, como yo, siguen haciéndolo aún al final de sus vidas, con la lectura de la
famosa novela Veinte mil leguas de viaje submarino, en la que Julio Verne, su autor,
nos relata cómo un supuesto “unicornio marino” de los denominados narvales golpeaba y destruía embarcaciones en el océano con su colmillo gigante, y que a la
postre se descubriría que el cetáceo odontoceto no era sino en realidad el famoso
submarino Nautilus, creado por el capitán Nemo para castigar a los opresores que
tanto daño le habían hecho.
Queridos lectores, es para mí un privilegio invitarlos a leer este número
de Ciencia, en el que Paloma Ladrón de Guevara Porras y Fernando Elorriaga
Verplancken, miembros destacados de la Sociedad Mexicana de Mastozoología
Marina, A. C. (SOMEMMA), traen para ustedes una sección temática estupenda y
llena de sorpresas, denominada “Mamíferos marinos en México”, en la que sus
autores invitados, todos ellos con gran autoridad científica, nos relatan en forma harto amena e instructiva diversos aspectos de estos animales marinos. Estoy
seguro de que les resultará tanto placentero como instructivo saber que México
posee 52 de las 135 especies de mamíferos marinos que habitan en el mundo; entre
ellas destacan las ballenas barbadas, denominadas misticetos, de las cuales hay en
nuestro país ocho de las 14 que existen en el planeta. También les será interesante
enterarse, como a mí me sucedió, de lo que representan los mamíferos marinos en
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número 3
Desde el Comité Editorial n nn
la evolución de cinco órdenes que evolucionaron de
manera independiente al adoptar, entre otras cosas,
una morfología fusiforme y la transformación de sus
extremidades en aletas, como en el caso de los llamados pinnípedos, para desplazarse con ventaja en
el agua. Asimismo, conocerán cómo en el curso de
su evolución estos animales adquirieron la habilidad
de almacenar grandes cantidades de oxígeno en la
sangre y en sus músculos en aras de sobrevivir por
periodos prolongados en su nuevo hábitat.
Cabe señalar, sin embargo, que, como se destaca
en esta sección temática, no todo es belleza y diversión, pues el contacto con estos animales en condiciones poco favorables entraña riesgos para nuestra
salud; como todas las otras especies de animales,
los mamíferos marinos son también hospederos de
numerosos patógenos. Finalmente, creo oportuno
hacer eco de las advertencias contenidas en esta
sección, pues si ya contribuimos a extinguir a varias
especies de mamíferos marinos, no podemos seguir
haciéndolo con la vaquita marina o el manatí, ya en
peligro de extinción.
Queridos lectores, disfrutemos entonces del hermoso espectáculo que nos ofrecen las ballenas, nademos con los delfines, protejamos a la vaquita y al
manatí de su extinción, y ayudemos –como nos lo
piden los editores de esta sección temática– al aprovechamiento sustentable de estas especies.
En otro orden de ideas, en vista de que numerosos grupos con intereses de todo tipo, pero en los que
no campea el conocimiento científico ni el amor
por la humanidad, se han dedicado a atacar el uso
de las vacunas (que tantas vidas han salvado) y con
ello nos exponen a la aparición de enfermedades
de tanta peligrosidad como el sarampión o tan incapacitantes como la poliomielitis, que ya creíamos
erradicadas, hemos pedido a Susana López, conocida
experta mexicana en el campo de la virología y las
vacunas, que nos presente un artículo tendiente a
desmitificar lo escrito o hablado en torno al supuesto peligro que entraña la vacunación.
Por otro lado, si a ustedes les interesa el campo
de la minería y desean saber cómo las plantas nos
permiten rescatar tanto oro como otros metales preciosos a partir de los “jales”, productos residuales de
la actividad minera, en una forma exenta de riesgos,
no dejen de leer el ameno e instructivo artículo de
Eduardo González Valdez y sus colaboradores.
Finalmente, dado que es indudable que especialmente entre los jóvenes las llamadas redes sociales
cobran cada día más importancia tanto como medios de comunicación como también –¡por qué no!–
de educación masiva, Ciencia se ha abierto a ellas
y en cada uno de sus números incluirá sucesos y
publicaciones de gran actualidad y trascendencia
científica para alertarlos, queridos lectores, acerca
de ellos. Asimismo, en dichas redes la intención es
mostrarles contenidos previamente publicados en
nuestra revista, ligados a tales temas. Conozcan ustedes en este número el trabajo de Eduardo González
Reyes, nuestro colaborador en materia de redes sociales, y felicítenlo.
Salud y que disfruten el número.
MIGUEL PÉREZ DE LA MORA
Director
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ciencia
Paloma Ladrón de Guevara Porras y Fernando R. Elorriaga Verplancken
editores huéspedes
n n nnn n n
PRESENTACIÓN
Mamíferos marinos
en México
L
os mamíferos marinos son animales que despiertan gran interés y curiosidad
entre el público en general, pero muy a menudo la información proporcionada acerca de éstos es imprecisa o se basa en datos provenientes de otras
regiones del mundo, por lo que no reflejan el amplio conocimiento que se tiene en
México, donde se ha registrado la presencia de 52 de las 135 especies de mamíferos
marinos que hay en el orbe, lo que significa una alta diversidad.
En este sentido, es de gran valor e importancia para la Sociedad Mexicana de
Mastozoología Marina, A. C. (SOMEMMA) poder dar a conocer información significativa y actual de los mamíferos marinos, en general, y de México en particular.
Ésta es una gran oportunidad para que el público cuente con conocimientos claros
y de primera mano proporcionados por expertos nacionales que realizan trabajos
e investigaciones reconocidos internacionalmente en torno a delfines, ballenas,
marsopas, manatíes, lobos marinos, focas y nutrias. A partir de este esfuerzo, es de
especial interés para la SOMEMMA motivar a los jóvenes para que incursionen en
el estudio de los mamíferos marinos.
En este número temático se describe la diversidad de los mamíferos marinos,
su evolución y las adaptaciones a la vida acuática. Asimismo, se especifican los
riesgos que representan para la salud pública. Para cada grupo se detallan sus características, se mencionan las especies presentes en México y los esfuerzos para
su conservación. Un apartado especial está dedicado a la vaquita, única especie
endémica de México que está al borde de la extinción. También se comentan las
leyendas o historias que rodean a estos mamíferos.
A nombre de la SOMEMMA, agradecemos la invitación de la excelente revista
Ciencia para la elaboración del presente número temático y esperamos que esta
información contribuya a que los lectores conozcan y valoren a estos maravillosos
animales, así como la gran riqueza de especies que tenemos y el importante papel
que desempeña nuestro país para su conservación y manejo. Todos podemos ayudar a su preservación y aprovechamiento sustentable.
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número 3
Presentación n nn
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ciencia
Luis Medrano González y Jorge Urbán Ramírez
n n nnn n n
Mamíferos marinos:
identidad, diversidad y conservación
Los mamíferos marinos constituyen cinco grupos diferentes que evolucionaron de manera independiente con distintos modos de vida: los cetáceos,
algunos carnívoros, los sirenios, los extintos desmostilios y un murciélago
pescador; todos estos suman 135 especies, y 52 de éstas se encuentran
en aguas mexicanas. Desde el siglo XVIII los humanos hemos provocado la
extinción de cinco mamíferos marinos y estamos por extinguir uno más:
la vaquita.
B
allenas, delfines, marsopas, belugas, narvales, delfines de río, zífidos, cachalotes, lobos marinos, morsas, focas, nutrias, algunos visones, osos polares, zorros árticos, manatíes, dugongos, vacas marinas y algunos murciélagos
pescadores son mamíferos marinos. Pocos organismos como éstos interesan tanto
a las personas y generan una grave preocupación por la protección de la naturaleza. En todo el mundo, México incluido, existen problemas diversos relacionados con estos animales y que afectan a diferentes sectores sociales, la gobernanza
y la economía.
Marsupiales
Mamíferos con
una bolsa en el
vientre (marsupio)
en la que se
desarrollan sus
fetos.
Placentados
Mamíferos con
placenta, órgano
en donde se
desarrollan sus
fetos.
Los mamíferos
La clase Mammalia, los mamíferos, son los vertebrados que tienen glándulas
mamarias y pelo, además de otros rasgos característicos, como la regulación de su
temperatura corporal, un alto desarrollo encefálico, así como la separación de las
aberturas genital y anal, que conllevó el surgimiento de los órganos genitales (pene
y vagina) y, con ellos, dos modos diferentes de viviparidad: el de los marsupiales
y el de los placentados. Los mamíferos comprenden cerca de 5 500 especies; en
contraste, de las aves se conocen alrededor de 10 500 y de los peces, aproximadamente 33 500. Sin embargo, los mamíferos son los vertebrados más diversos
anatómica, fisiológica y ecológicamente. Estos animales pueden ser tan pequeños como una musaraña de 2 g o tan grandes como una ballena azul, cuyo peso no
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Mamíferos marinos en México
puede medirse sino estimarse, en hasta 180 000 kg.
Los mamíferos más pequeños tienen una longevidad máxima de unos pocos meses y, por otra parte,
se ha registrado una ballena que ha vivido al menos
200 años.
A estas especies se les encuentra desde el ecuador hasta los polos, así como a 3 000 m de profundidad en el mar y hasta casi 6 000 m de altitud en
los Himalayas. Habitan en prácticamente todos los
sustratos y topografías que hay en nuestro planeta;
viven en ambientes muy cálidos y muy fríos, muy
húmedos y muy secos, muy abiertos y muy estrechos, muy luminosos y, particularmente, muy oscuros (una de sus mayores especialidades): en las
tinieblas de la noche, las cuevas y los abismos oceánicos. En estos entornos, de maneras diversas y eficaces, distintos mamíferos caminan (la especializada
locomoción de los humanos), corren, saltan, reptan, excavan, trepan, cuelgan, planean, vuelan, nadan, bucean, atrapan, manipulan, acarician, gesticulan, muerden y vocalizan.
Los mamíferos del mar y su ciencia
Entre la gran diversidad de formas en los mamíferos resaltan los marinos, que poco se asemejan a
otros mamíferos y algunos más bien parecen peces.
Los mamíferos marinos han fascinado a los seres humanos desde la antigüedad simplemente porque son
hermosos (al menos de acuerdo con la mayoría) y
muchos de ellos son imponentes, entre los cuales
está el animal más grande que ha existido: la ballena
azul. Los mamíferos marinos incitan nuestro interés
también por su conducta inteligente y afectiva, que
en algunas culturas se concibió como expresión del
mal o del castigo divino y en otras como un parentesco con los humanos que las catástrofes de nuestro
planeta rompieron al separarnos: ellos en el mar y
nosotros en la tierra, por ejemplo, según los maoríes
y los nahuas.
Los mamíferos marinos han sido además de gran
importancia en la historia como un medio de subsistencia al proporcionar carne, grasa, aceites, huesos,
piel y otros materiales. Debido a que se cazan y se
consumen en colectividad, las culturas que han de-
10 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
pendido de dichos animales conforman en torno a
ellos la cohesión social y, con ella, políticas y cosmovisiones. Por tal motivo, la cacería comercial de
mamíferos marinos a partir del siglo XVIII coadyuvó
a la expansión de las naciones imperialistas, impulsó
el uso intensivo e irracional de los recursos naturales y, a fin de cuentas, provocó el aniquilamiento
de los propios mamíferos marinos y otras especies.
A partir del desarrollo de la comunicación masiva a
nivel global y del conocimiento científico acerca de
la destrucción de la naturaleza, y específicamente
de las poblaciones de mamíferos marinos después de
la Segunda Guerra Mundial, estos animales tomaron gran relevancia, por lo que se convirtieron en
un frente primario para la conservación de la biodiversidad y, décadas después, en sujetos de alto interés científico.
No existe una definición precisa de qué es un
mamífero marino. Desde el punto de vista ecológico,
podrían definirse como todos aquellos que forman
parte de las redes tróficas marinas, pero eso incluiría
algunos murciélagos que se alimentan de la sangre
de los pinnípedos, esto es, que forman parte de dichas redes tróficas, pero que no pueden considerarse
marinos. Desde la perspectiva evolutiva, los mamíferos marinos podrían definirse también como
aquellos que presentan adaptaciones para la vida
marina; sin embargo, los zorros que viven en el océano Ártico se consideran marinos y no son acuáticos, están adaptados para vivir en la nieve, no en
el agua líquida. Por otra parte, podríamos definir a
los mamíferos marinos simplemente como aquellos
que viven en el mar, pero algunos, como los delfines de río y los manatíes, viven en aguas dulces,
como resultado de procesos de evolución a partir
de ancestros marinos. Separar a los delfines de río y
a los manatíes de los mamíferos marinos nos dejaría clasificaciones de especies y procesos de evolución incompletos.
Los mamíferos marinos son, pues, las especies
que por tradición estudian los mastozoólogos marinos en una lista que cambia con el tiempo y el avance del conocimiento (véase la Tabla 1). Tampoco
existe una definición disciplinaria de la mastozoología marina porque no es una ciencia en el sentido
Mamíferos marinos: identidad, diversidad y conservación n nn
Tabla 1. Mamíferos marinos del mundo y México.
Orden
Cetartiodactyla
Cetacea
Mysticeti
Odontoceti
Subtotal de especies
Carnivora
Caniformes
Canoidea
Arctoidea
Pinnipedia
Subtotal de especies
Sirenia
Dugongiformes
Trichechiformes
Subtotal de especies
Chiroptera
Especies recientes
en el mundo
Especies en México
Balaenidae
Neobalaenidae
Eschrichtiidae
Balaenopteridae
4
1
1
8
1
0
1
6
Physeteridae
Kogiidae
Ziphiidae
Platanistidae
Iniidae
Pontoporiidae
Lipotidae
Monodontidae
Phocoenidae
Delphinidae
1
2
22
1
1
1
1 (1)
2
7 (1)
37
89 (1, 1)
1
2
9
0
0
0
0
0
2 (1)
18
40 (1)
1
0
Ursidae
Mustelidae
1
3 (1)
0
1
Otariidae
Odobenidae
Phocidae
15 (1)
1
19 (1)
40 (3)
6
0
3 (1)
10 (1)
Dugongidae
2 (1)
0
Trichechidae
3
5 (1)
1
1
1
1
1
1
135 (5, 1)
52 (1, 1)
Suborden-superfamilia
Yangochiroptera
Familia
Canidae
Vespertilionidae
Subtotal de especies
Total de especies
Taxonomía basada en Society for Marine Mammalogy (2019): <https://www.marinemammalscience.org/species-information/list-marine-mammal-species-subspecies/>.
Notas: “especies recientes” se refiere a las especies registradas desde el siglo XVIII, cuando los humanos empezamos a documentar científicamente la biodiversidad y, al mismo tiempo, a provocar
efectos en el clima y la geología de la Tierra, lo cual conforma una nueva época geológica denominada Antropoceno (Capitaloceno, entre algunos humanistas).
Cetacea es un subgrupo de Cetartiodactyla, pero aún se debate a cuál de los dos taxones se debe asignar la categoría de orden.
Los números entre paréntesis indican las especies extintas desde el siglo XVIII; los superíndices indican la inminente extinción, por ejemplo, de la vaquita.
de tratar con un conjunto de fenómenos. Quienes
analizan la distribución, abundancia e interacciones de los mamíferos marinos con su ambiente hacen ecología; los que observan el comportamiento
de estos animales hacen etología; quienes estudian
las funciones orgánicas de los mamíferos marinos
hacen fisiología; aquellos que investigan la herencia
en las distintas especies hacen genética; los interesados en la diversidad de los mamíferos marinos con
el fin de clasificarlos hacen sistemática.
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nn n
Mamíferos marinos en México
Culturas
En un sentido
biológico, son los
rasgos generales
de la conducta de
los organismos de
una población que
se adquieren y
propagan mediante el aprendizaje.
Pelágicos
Referente a la
parte del mar que
no está sobre
la plataforma
continental; esto
es, mar abierto.
Morbilivirus
Grupo de virus
con membrana,
relacionados con
enfermedades
como el moquillo y
el sarampión.
El estudio de la biodiversidad adquirió un carácter científico con el sistema de clasificación de
Carl N. Linnaeus en el siglo XVIII, pero la mastozoología marina como un área formal de la zoología
se remonta apenas a finales del siglo XX, en mucho
por la imperiosa necesidad de conocer y proteger a
varios mamíferos marinos del riesgo de extinción.
Por ello, la mastozoología marina tiene un origen
relacionado con la biología de la conservación y no
es de extrañar que los mastozoólogos marinos, en su
mayoría, den a su trabajo dicho enfoque. Con esta
perspectiva, la primera sociedad científica dedicada al estudio de los mamíferos marinos se fundó en
1979 en México y actualmente es una asociación
civil llamada Sociedad Mexicana de Mastozoología
Marina (SOMEMMA).
En las últimas décadas se ha generado un gran interés por estudiar la evolución de los mamíferos marinos como ejemplo de los procesos de adaptación y
de evolución de culturas distintas a las que ocurren
en los primates. Un artículo conmemorativo del bicentenario del nacimiento de Charles Darwin (Gee
y cols., 2009) revisa las principales evidencias de la
evolución biológica, a las que denomina gemas, y enlista al registro fósil de los cetáceos como la gema 1.
La biología de la conservación y la teoría de la evolución son ciencias que integran el conocimiento de
diferentes disciplinas y, a su vez, ambas interaccionan en el sentido de que la conservación de los organismos requiere comprender los procesos de cambio
poblacional (evolución, en sentido amplio) que se
presentan actualmente y han ocurrido en la historia
reciente.
Una tercera perspectiva de la mastozoología marina con auge creciente es la medicina, la de los humanos y la de los mamíferos marinos. La peculiar
fisiología de estas especies marinas resulta de interés
en varios campos de la medicina humana, como es
el caso de la sincronización eléctrica en los gigantescos corazones de las ballenas, los cuales llegan a
pesar cerca de 500 kg. Asimismo, la medicina de los
mamíferos marinos está brindando nuevas perspectivas a la ecología de estos animales y a las políticas de conservación. Un caso particular es el de la
propagación de morbilivirus entre las colonias de
12 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
pinnípedos en relación con el incremento de cánidos ferales, como perros y coyotes.
Podemos definir entonces la mastozoología marina como el estudio científico multidisciplinario de
los mamíferos marinos con tres grandes perspectivas
interrelacionadas: la conservación, la evolución y la
medicina.
La diversidad de los mamíferos marinos
Los mamíferos marinos no son un grupo de animales con un origen común; pertenecen a cinco órdenes que evolucionaron de manera independiente
a la vida marina y en formas diferentes (véanse la
Figura 1 y la Tabla 1).
Cetáceos
Los cetáceos son un orden relacionado con los hipopótamos; actualmente consiste de 89 especies agrupadas en dos subórdenes: 1) los cetáceos con dientes
(Odontoceti), que incluyen a los delfines oceánicos,
marsopas, belugas, narvales, delfines de río, zífidos y
cachalotes, y 2) los cetáceos con barbas o ballenas
(Mysticeti), entre los que se encuentran las ballenas francas, los rorcuales y la ballena gris. Los cetáceos son los más acuáticos de los mamíferos y entre
ellos están también los más especializados para distintos modos de vida en el mar, desde el ecuador y
hasta los polos, entre los ríos, las costas y los dominios pelágicos, así como en las aguas superficiales y
los fondos abisales. Algunos cetáceos se alimentan
casi exclusivamente de zooplancton, otros comen
zooplancton y peces pequeños, la mayoría son piscívoros en algún grado, muchos comen cefalópodos
y ciertos invertebrados, y unos pocos comen aves y
otros mamíferos marinos (véase la Figura 2).
Los cetáceos tienen un aspecto muy diferente de
los mamíferos típicos; están desprovistos de pelo,
aunque algunos tienen pequeñas vibrisas sensorias
en su cabeza; su cuerpo tiene forma de torpedo,
sin extremidades posteriores y las anteriores están
aplanadas como aletas; la cola es una extensión del
cuerpo, es muy musculosa y en su extremo tiene una
aleta bilobulada en posición horizontal; la mayoría
de los cetáceos tiene una aleta dorsal, característi-
TRIÁSICO
JURÁSICO
CRETÁCICO
TERCIARIO
PALEOCENO
208
146
65
EOCENO
56
CUATERNARIO
OLIGOCENO
35
MIOCENO
23
PLIOCENO PLEISTOCENO
HOLOCENO
5
2
Morganucodontidae
ANTROPOCENO
Mamíferos marinos: identidad, diversidad y conservación n nn
0
MARSUPIALIA
Xenarthra
Kuehneotherium
Pholidota
Lagomorpha
Rodentia
Dryolestidae
Primates
?
Aegialodon
?
Dermoptera
Quiroptera
Insectivora
Lepticida
?
?
Taeniodonta
Creodonta
Carnivora
Cetacea
Artiodactyla
co
Do
Condylarthra
nt
do
Liptoterna
a
Notoungulata
Si
Perissosactyla
ro
et
m
m
Dinocerata
nt
do
Hyracoidea
Proboscidea
Sirenia
a
?
Triconodonta
Desmostylia
Multituberculata
Tubulidentata
Monotremata
n
Figura 1. Esquema de ancestría y descendencia en la evolución de los mamíferos según Benton
(2000). Se indica la escala de tiempo geológico con edades en millones de años. Los trazos en líneas
discontinuas indican relaciones no bien establecidas. El grosor de las líneas indica la diversidad de géneros. Las líneas oscuras indican cinco grupos de mamíferos marinos (de arriba a abajo): 1) murciélagos
pescadores, 2) pinnípedos y otros carnívoros, 3) cetáceos, 4) sirenios y 5) desmostilios.
n
Figura 2. Ilustraciones de algunos cetáceos representativos,
con sus longitudes. Superior izquierda: ballena franca (Eubalaena
glacialis, 16 m); superior derecha: ballena de Sei (Balaenoptera
borealis, 18 m); media izquierda: cachalote (Physeter macrocephalus, 16 m); media derecha: zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris, 7 m); inferior izquierda: vaquita (Phocoena sinus, 1.4 m);
inferior derecha: delfín listado (Stenella coeruleoalba, 2.5 m). Ilustraciones de P. A. Folkens en Leatherwood y cols. (1983).
ca única de estos animales; su cabeza es horizontal,
también como una extensión de su cuerpo; el cráneo
tiene los huesos premaxilar y maxilar muy alargados,
de modo que los conductos nasales quedan arriba de
la cabeza; los odontocetos tienen un solo orificio
nasal que adentro se bifurca en dos conductos,
mientras que los misticetos tienen dos orificios nasales. El alargamiento de los premaxilares y maxilares
hace un cráneo convexo o recto en los misticetos
y un cráneo cóncavo en los odontocetos. En esta
concavidad, los odontocetos tienen un órgano graso
denominado melón, por el cual emiten sonidos de
ecoubicación, una forma de percepción que consiste
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
13
nn n
Mamíferos marinos en México
Feliformes
Suborden de mamíferos carnívoros
que contiene a
los felinos y otras
familias relacionadas.
Caniformes
Suborden de los
mamíferos carnívoros que contiene
a los cánidos y
otras familias
relacionadas.
en la emisión de ultrasonidos cuyos ecos dan a los
animales información de su entorno.
La vida en los ríos ha evolucionado al menos tres
veces en los cetáceos: 1) en las familias Platanistidae (India), 2) en el conjunto Pontoporiidae (La
Plata), Iniidae (Orinoco y Amazonas) y Lipotidae
(Yangtsé), así como 3) en el delfín Tucuxi (Amazonas). En los cetáceos de ríos se ha desarrollado
mucho la ecoubicación, se ha reducido la visión y se
han ampliado las aletas pectorales y la aleta caudal,
con las que se palpa el entorno cercano.
Las marsopas (familia Phocoenidae), las belugas
(familia Monodontidae) y algunos delfines oceánicos
(familia Delphinidae) también viven asociados a
las desembocaduras de los ríos, en los que
pueden internarse distancias considerables. Los zífidos (familia Ziphiidae) y los cachalotes
(familias Physeteridae y Kogiidae) son pelágicos y
pueden bucear hasta 3 km de profundidad, donde se
alimentan de calamares. Los zífidos son solitarios y
evasivos y se sabe tan poco de ellos que todavía se
siguen descubriendo especies de esta familia.
En los delfines existe una amplia diversidad de
formas y modos de alimentación; los delfines comunes, por ejemplo, tienen cientos de pequeños
dientes con los que se alimentan de peces pequeños como las sardinas; en cambio, las orcas tienen
pocos dientes muy grandes con los que se alimentan de peces, tiburones, rayas, tortugas, pingüinos,
pinnípedos y cetáceos, incluidas grandes ballenas.
Los carnívoros marinos tienen el aspecto general
de los mamíferos y, con excepción de la morsa, están
cubiertos de una gruesa capa de pelo que en algunas especies incluso forma una doble capa. En los
pinnípedos, las extremidades son aletas (de hecho,
Pinnipedia significa “pies como aletas”); las nutrias
tienen las patas palmeadas y su cola comprimida; los
osos polares tienen plantas amplias que les permiten
caminar sobre la nieve y también nadar (véase la
Figura 3). Entre los lobos marinos, las morsas y algunas focas, los machos son mucho más grandes que
las hembras y a menudo también los sexos tienen
coloraciones diferentes.
Como todos los carnívoros, estas especies sangran mucho al parir y sus recién nacidos son pequeños. Por tal motivo, los carnívoros marinos paren y
cuidan a sus crías en tierra, para lo cual suelen elegir
islas y playas bajo acantilados en donde no hay depredadores.
Los carnívoros marinos exhiben algunas similitudes ecológicas con los cetáceos; en general, viven en
aguas superficiales, en donde se alimentan de peces,
cefalópodos y crustáceos. Algunas focas, como los
elefantes marinos, pueden bucear a más de 2 km de
profundidad. La foca cangrejera que vive en la Antártica se alimenta mayormente de krill; la foca leopardo, también de la Antártica, come aves y otros
pinnípedos, sobre todo focas cangrejeras; la foca de
Weddell, otra especie de la Antártica, ha sido muy
importante en el estudio de la fisiología del buceo,
que resulta de interés para la medicina.
Carnívoros
Los carnívoros son un orden de mamíferos con cerca
de 300 especies actualmente subdivididas en los grupos feliformes y caniformes; entre estos últimos hay
varias especies semiacuáticas y acuáticas. Entre los
carnívoros se consideran marinos a los pinnípedos,
con un total de 35 especies que incluyen a los lobos marinos (familia Otariidae), las morsas (familia
Odobenidae) y las focas (familia Phocidae). Otros
carnívoros marinos son el oso polar, el zorro ártico,
el extinto visón marino y la nutria marina; algunos
consideran marinas también a dos nutrias de río que
viven en las costas: el chungungo de Chile y Perú, y
la nutria de Sumatra.
14 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
Sirenios
Los sirenios son un orden de mamíferos herbívoros
completamente acuáticos, como los cetáceos, y están relacionados con los elefantes. Actualmente son
cuatro especies, a las que hay que sumar a la gigantesca vaca marina de Steller, extinta en el siglo XVIII.
Los sirenios se subdividen en la familia Dugongidae
–en la que están el dugongo y la vaca marina de Steller– y la familia Trichechidae –con tres especies de
manatíes– (véase la Figura 3). Estos últimos viven
en las costas tropicales de América, las Antillas,
África y en el río Amazonas; pueden adentrarse un
poco en el mar, pero viven mayormente en ríos y
Mamíferos marinos: identidad, diversidad y conservación n nn
y en los manatíes es redonda. La cabeza de los sirenios es relativamente reducida, con ojos pequeños
y labios muy desarrollados y cubiertos por vibrisas.
Los orificios nasales de los sirenios están un poco retraídos, de manera que quedan orientados hacia arriba. Es característico de los sirenios el doblamiento
ventral de su rostro, lo que hace que la boca quede
orientada hacia abajo, especialmente en los dugongos que sólo comen vegetación del fondo.
Desmostilios
n
Figura 3. Ilustraciones de algunos carnívoros y tetiterios marinos representativos, con sus longitudes. Superior izquierda: lobo
marino de California (Zalophus californianus, 2.5 m); superior
derecha: morsa (Odobenus rosmarus, 3.6 m); media superior izquierda: foca monje del Caribe (Neomonachus tropicalis, 2.3 m);
media superior derecha: nutria marina (Enhydra lutris, 1.4 m); media inferior izquierda: vaca marina de Steller (Hydrodamalis gigas,
8 m); media inferior derecha: manatí antillano (Trichechus manatus, 3 m); inferior izquierda: dugongo (Dugon dugong, 2.6 m);
inferior derecha: desmostilio (Paleoparadoxia tabatai, 2.5 m). En
el caso del lobo marino y la morsa se muestran macho y hembra.
Ilustraciones de P. A. Folkens en Reeves y cols. (1992). Ilustración
del desmostilio tomada de: <http://es.prehistorico.wikia.com/
wiki/Paleoparadoxia>.
lagunas, en donde comen la vegetación del fondo y
los bordes. Por su parte, los dugongos son marinos,
viven en los ambientes someros del océano Índico
y comen pastos. La vaca marina de Steller vivió en
aguas frías del Pacífico norte, en los bosques de macroalgas de las cuales se alimentaba. Por estos hábitos, los sirenios no bucean a grandes profundidades,
aunque pueden sumergirse por tiempos prolongados.
Los sirenios también tienen forma de torpedo,
pero son más robustos que los cetáceos; carecen de
extremidades posteriores y sus extremidades anteriores tienen forma de aletas, aunque no tan aplanadas e hidrodinámicas como en los cetáceos. Las
extremidades anteriores sirven a los manatíes para
posarse sobre los fondos, y dos especies tienen tres
pezuñas (de las que deriva el nombre de la familia
Trichechidae). Los sirenios además poseen una cola
musculosa con una aleta caudal horizontal, que en
los dugóngidos es bilobulada –como en los cetáceos–
Los desmostilios son un orden de mamíferos marinos
relacionados con los sirenios en un grupo denominado Tethytheria, por su distribución en el antiguo
mar de Tetis, del cual quedan los mares Aral, Caspio, Negro, Mediterráneo y Caribe. Los desmostilios
vivieron desde fines del Oligoceno, hace unos 25
millones de años, hasta el Mioceno, hace cerca de
10 millones de años. Se encontraban en las costas
del Pacífico norte y tenían un aspecto similar al de
los hipopótamos o, más bien, al de los elefantes, pero
sin trompa ni colmillos y con orejas minúsculas. La
anatomía de estos animales no se ha comprendido
del todo, por lo que uno de los géneros mejor estudiados se denominó Paleoparadoxia (“paradoja antigua”). Los desmostilios poseían dientes incisivos
arreglados como peines inclinados hacia adelante,
lo que sugiere que mayormente comían macroalgas
y, por lo tanto, estaban asociados a los bosques de
estas plantas al igual que las vacas marinas de Steller
y las nutrias marinas (véase la Figura 3).
Murciélago pescador
El murciélago pescador Myotis vivesi (orden Chiroptera) vive en las costas e islas del Golfo de California,
así como en la costa del Pacífico en Baja California, entre la Bahía de Sebastián Vizcaíno y Punta
Eugenia. M. vivesi ocupa cuevas o recovecos rocosos
para perchar y por las noches pesca en el mar.
Otros murciélagos pescadores en el mundo pueden alimentarse también en el mar, pero M. vivesi
está especializado para ello y es único por la gran
longitud de sus extremidades posteriores y sus garras, las cuales puede flexionar hacia las rodillas; sus
falanges y garras además están aplanadas lateraljulio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
15
nn n
Mamíferos marinos en México
mente, lo que permite al animal arrastrarlas en el
agua. Sus alas son redondeadas y tienen una alta
proporción largo/ancho, lo cual le confiere al murciélago alta sustentación y bajo costo de transporte a cambio de tener poca maniobrabilidad. Estos
atributos le permiten volar eficientemente en espacios abiertos y transportar presas grandes. Como
otros murciélagos pescadores, M. vivesi tiene una
amplia membrana que se extiende entre las extremidades posteriores y la cola; con esto se ayuda para
atrapar a sus presas. Como casi todos los murciélagos, M. vivesi percibe su entorno por ecoubicación.
Una adaptación específica para la vida marina de
este animal es su fisiología renal, la cual le permite excretar en la orina la gran cantidad de sal que
consume de sus presas, que son mayormente pequeños crustáceos. La capacidad de concentrar su orina
podría permitirle a este murciélago incluso beber
agua de mar. Esta especie come también peces, incluidas sardinas, de hasta ¼ de su peso. M. vivesi es
posiblemente depredado por serpientes y ratas noruegas (introducidas a su hábitat por los humanos),
pero sobre todo por aves tales como búhos, gaviotas,
cuervos, halcones, águilas pescadoras y alcaudones.
16 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
La situación de los mamíferos marinos
Como toda la biodiversidad, los mamíferos marinos son y han sido amenazados por la actividad
humana de distintas maneras: 1) mortalidad directa por sobrexplotación e indirecta incidental, por
ejemplo, por las interacciones con la pesca en las
que mueren cientos de miles de mamíferos marinos
cada año; 2) destrucción directa de hábitats, en muchos casos por la urbanización; 3) contaminación
física –ruido y basura–, química –metales pesados
y compuestos organoclorados– y biológica –patógenos–; así como 4) sinergismos de estos impactos con
el cambio climático.
Los humanos ya hemos provocado la extinción
de cinco especies de mamíferos marinos: 1) la vaca
marina de Steller en el siglo XVIII, 2) el visón marino a inicios del siglo XX, 3) el lobo marino de Japón
en la primera mitad del siglo XX, 4) la foca monje
del Caribe a mediados del siglo XX, y 5) el delfín del
río Yangtsé a inicios del siglo XXI. Además, en México, la vaquita marina está muy cerca de extinguirse
como resultado de su mortalidad en redes de pesca
ilegales para la totoaba, un pez también en peligro
de extinción.
Mamíferos marinos: identidad, diversidad y conservación n nn
Tabla 2. Mamíferos marinos de México: distribución y estado de conservación.
Nombre científico
Orden Cetacea
Familia Balaenidae
Eubalaena japonica
Familia Eschrichtiidae
Eschrichtius robustus
Familia Balaenopteridae
Balaenoptera musculus
Balaenoptera physalus
Balaenoptera borealis
Balaenoptera edeni
Balaenoptera acutorostrata
Megaptera novaeangliae
Familia Physeteridae
Physeter macrocephalus
Familia Kogiidae
Kogia breviceps
Kogia sima
Familia Ziphiidae
Ziphius cavirostris
Berardius bairdii
Indopacetus pacificus
Mesoplodon peruvianus
Mesoplodon ginkgodens
Mesoplodon densirostris
Mesoplodon perrini
Mesoplodon europeaus
Mesoplodon bidens
Familia Phocoenidae
Phocoena sinus
Phocoenoides dalli
Familia Delphinidae
Steno bredanensis
Tursiops truncatus
Stenella attenuata
Stenella frontalis
Stenella longirostris
Stenella clymene
Stenella coeruleoalba
Delphinus delphis delphis
Delphinus delphis bairdii
Lissodelphis borealis
Lagenodelphis hosei
Lagenorhynchus obliquidens
Grampus griseus
Pseudorca crassidens
Peponocephala electra
Orcinus orca
Feresa attenuata
Globicephala macrorhynchus
Nombre común
Océano
Conservación
IUCN
NOM-059
Ballena franca del Pacífico norte
P
EN
P
Ballena gris
P
LC
Pr
Ballena azul
Rorcual común
Rorcual de Sei
Rorcual tropical
Ballena minke
Ballena jorobada
P, A
P, A
P, A
P, A
P, A
P, A
EN
EN
EN
DD
LC
VU
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Cachalote
P, A
VU
Pr
Cachalote pigmeo
Cachalote enano
P, A
P, A
DD
DD
Pr
Pr
Zifio de Cuvier
Zífido de Baird
Zífido de Longman
Mesoplodonte pigmeo
Mesoplodonte dientes de ginkgo
Mesoplodonte de Blainville
Mesoplodonte de Perrin
Mesoplodonte de Gervais
Mesoplodonte de Sowerby
P, A
P
P
P
P
P, A
P
A
A
DD
DD
DD
DD
DD
DD
DD
DD
DD
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
-
P
P
CR
LC
P
Pr
P, A
P, A
P, A
A
P, A
A
P, A
P, A
P
P
P
P
P, A
P, A
P, A
P, A
P, A
P, A
DD
DD
LC
DD
DD
DD
LC
DD
DD
LC
LC
DD
DD
DD
LC
DD
DD
DD
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Pr
Vaquita
Marsopa de Dall
Delfín de dientes rugosos
Tonina
Delfín manchado pantropical
Delfín manchado Atlántico
Delfín tornillo pantropical
Delfín tornillo del Atlántico
Delfín listado
Delfín común de rostro corto
Delfín común de rostro largo
Delfín liso
Delfín de Fraser
Delfín de costados blancos
Delfín de Risso
Orca falsa
Calderón pigmeo
Orca
Orca pigmea
Calderón de aletas cortas
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
17
nn n
Mamíferos marinos en México
Nombre científico
Orden Carnivora
Familia Otariidae
Arctocephalus philippii townsendi
Arctocephalus galapagoensis
Arctocephalus australis
Zalophus californianus
Zalophus wollebaeki
Eumetopias jubatus
Familia Phocidae
Phoca vitulina
Mirounga angustirostris
Neomonachus tropicalis
Familia Mustelidae
Enhydra lutris
Nombre común
Océano
Conservación
IUCN
NOM-059
Lobo fino de Guadalupe
Lobo fino de Galápagos
Lobo fino austral
Lobo marino de California
Lobo marino de Galápagos
Lobo marino de Steller
P
P
P
P
P
P
VU
EN
LC
LC
EN
NT
P
Pr
-
Foca común
Foca elefante del norte
Foca monje del Caribe
P
P
A
LC
LC
EX
Pr
A
E
Nutria marina
P
EN
P
Orden Sirenia
Familia Trichechidae
Trichechus manatus manatus
Manatí antillano
A
EN
P
Orden Chiroptera
Familia Vespertilionidae
Myotis vivesi
Murciélago pescador del Golfo de California
P
VU
P
Notas: Océanos: P, Pacífico; A, Atlántico.
Categorías de conservación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, 2019): EX, extinta; CR, en peligro crítico; EN, en peligro; VU, vulnerable;
NT, cerca de la amenaza; LC, de preocupación menor; DD: deficiente en datos.
Categorías de conservación de la Norma Oficial Mexicana-059-SEMARNAT-2010 (Diario Oficial de la Federación, 2010): E, extinta; P, en peligro; A, amenazada;
Pr, bajo protección especial.
18 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
Mamíferos marinos: identidad, diversidad y conservación n nn
En el siglo XX, la expansión de las actividades
humanas conllevó una gran diversificación de sus
impactos en los ecosistemas marinos; algunos, irónicamente, se originan tierra adentro, como la contaminación por los pesticidas agrícolas. También a
partir de dicho siglo ha surgido el que se considera el problema ambiental más importante en escala
global: el cambio climático producido por la emisión de gases a la atmósfera debido a las actividades
humanas. El cambio climático forma parte de la destrucción de hábitats y es el mayor componente en
el riesgo de extinción de especies polares, como la
ballena de Groenlandia.
Por ser extensos, dinámicos, abiertos y, por lo
tanto, interdependientes, los ecosistemas marinos
no pueden protegerse mediante esfuerzos aislados; la
fragmentación de los gobiernos es el principal obstáculo para aliviar el deterioro ambiental en los
océanos. Los mamíferos representan una parte pequeña de la biomasa marina, pero consumen una
gran cantidad de alimento y, por ello, contribuyen
considerablemente al flujo de materiales y energía
en los océanos. Estos animales tienen altas capacidades de regulación fisiológica, dispersión, aprendizaje y sociabilidad; por ello, los mamíferos marinos
tienen la posibilidad de aclimatarse a los cambios ambientales rápidamente. Por lo tanto, el estudio de
estos animales tiene el potencial de proveer información sobre los cambios en los ecosistemas marinos,
así como promover la colaboración internacional en
la investigación y conservación del mar.
En nuestro país se han registrado 52 especies de
mamíferos marinos que representan una parte considerable de la diversidad que existe a nivel mundial.
Asimismo, se ha documentado una historia de intensa interacción con los humanos que se remonta
a inicios del Holoceno, hace cerca de 10 000 años,
cuando la desertificación del noroeste de México
obligó a los grupos humanos de la región a buscar
su sustento en el mar, especialmente en el Golfo
de California, que hoy sigue siendo relevante para
diversas actividades humanas, en especial la pesca,
así como de alta importancia para la conservación.
Una idea de lo que representa la mastofauna marina
mexicana para la conservación e investigación de
los océanos es que entre ella se cuenta una especie
extinta en el siglo XX, una en riesgo crítico de extinción, ocho en peligro, cuatro vulnerables, 12 en
categorías de riesgo menor y 25 de las que hay datos
deficientes (véanse las Tablas 1 y 2).
Luis Medrano González
Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de
México.
medranol@ciencias.unam.mx
Jorge Urbán Ramírez
Departamento de Ciencias Marinas y Costeras, Universidad Autónoma de Baja California Sur.
jurban@uabcs.mx
Lecturas recomendadas
Arellano Peralta, V. A. y L. Medrano González (2013),
Mamíferos marinos en el golfo de California. Macroecología, impacto humano y su perspectiva hacia la
conservación, colección Posgrado núm. 43, México,
Universidad Nacional Autónoma de México.
Benton, M. J. (2000), Vertebrate Palaeontology, Oxford,
Blackwell.
Ceballos, G. y G. Oliva (eds.) (2005), Los mamíferos silvestres de México, México, Comisión Nacional para
el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad/Fondo
de Cultura Económica.
Gee, H., R. Howlett y P. Campbell (2009), “15 evolutionary gems”, Nature. Disponible en: <doi:10.1038/
nature07740>, consultado el 3 de mayo de 2019.
Guerrero Ruiz, M., J. Urbán Ramírez y L. Rojas Bracho
(2006), Las ballenas del Golfo de California, México,
Instituto Nacional de Ecología/Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales.
Harwood, J. (2001), “Marine mammals and their environment in the twenty-first century”, Journal of
Mammalogy, 82(3):630-640.
Jefferson, T. A., M. A. Webber, R. L. Pitman y U. Gorter (2015), Marine mammals of the world. A comprehensive guide to their identification, 2.a ed., San Diego,
Academic Press.
Leatherwood, S. et al. (1983), The Sierra Club handbook
of whales and dolphins, San Francisco, Sierra Club
Books.
Reeves, R. et al. (1992), The Sierra Club handbook of seals
and sirenians, San Francisco, Sierra Club Books.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
19
ciencia
Luis Medrano González, Karina Acevedo Whitehouse y Aurora Paniagua Mendoza
n n nnn n n
Evolución y adaptación
de los mamíferos a la vida en el mar
Los mamíferos marinos pertenecen a cinco órdenes que evolucionaron de
manera independiente a la vida marina al menos nueve veces. Los diferentes procesos de evolución consistieron en adaptaciones que casi siempre
incluyeron morfología fusiforme, gran tamaño corporal, grandes almacenes de grasa subcutánea, capacidad de concentrar orina, grandes almacenes de oxígeno en la sangre y los músculos, y desarrollo de la audición.
L
a teoría de la evolución integra el conocimiento biológico y tiene dos grandes
componentes: 1) el estudio del origen e historia de la vida y 2) el estudio de
los mecanismos de la evolución y los procesos de adaptación. La evolución
de los mamíferos marinos es relevante en dicha teoría porque es un ejemplo idóneo
para estudiar los procesos de adaptación y de evolución de culturas distintas a las
que ocurren en los primates que, en un sentido biológico, se refiere a los rasgos
generales de la conducta de los organismos en una población que se adquieren y
propagan mediante el aprendizaje. Asimismo, el registro fósil de los cetáceos se
considera un elemento clave entre las evidencias de la teoría de la evolución. Conocer la historia evolutiva tiene implicaciones importantes para la conservación
de los mamíferos marinos y estudiar su adaptación es también de interés para la
medicina de estos animales, así como para la medicina humana.
En el estudio de la evolución es fundamental determinar las relaciones de ancestría y descendencia de los organismos a lo largo de la historia de la Tierra. Los esquemas que describen estas relaciones se denominan filogenias, que típicamente son una
gráfica en forma de árbol en la cual una línea representa una sucesión de varias generaciones de organismos a lo largo del tiempo; las ramificaciones de esta línea representan procesos de formación de especies diferentes a partir de poblaciones separadas
de una especie ancestral. En la base o raíz de las filogenias está el ancestro común de
un grupo de organismos. A fin de cuentas, todas las especies en la Tierra descendemos
de un ancestro común que se originó hace cerca de 3 800 millones de años.
En cuanto a los mecanismos, es básico identificar los procesos por los cuales
los organismos se adaptan al ambiente cambiante en el que viven. El término
volumen 70
20
número 3
Evolución y adaptación de los mamíferos a la vida en el mar n nn
adaptación en la biología se refiere al proceso de evolución por el cual en los organismos se desarrollan
características que les permiten vivir y reproducirse
en un ambiente determinado. Demostrar que alguna
característica de un organismo es una adaptación no
es fácil, y no todas las características de los seres vivos son adaptaciones.
Filogenia de los mamíferos marinos
Los mamíferos marinos no tienen un origen común;
pertenecen a cinco órdenes que evolucionaron de manera independiente a la vida marina en al menos nueve ocasiones: los cetáceos, los pinnípedos, la nutria
marina, el visón marino, el oso polar, el zorro ártico,
los sirenios, los desmostilios y el murciélago pescador
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
21
Mamíferos marinos en México
Ungulados
Mamíferos
que caminan
sobre sus dedos y
cuyas uñas están
transformadas en
pezuñas.
del Golfo de California; los orígenes de estos animales
datan de tres periodos en la historia de la Tierra.
Los cetáceos y sirenios se originaron a principios
del Eoceno, hace aproximadamente 50 millones de
años, posiblemente en relación con climas cálidos y
secos que obligaron a los ancestros de estos animales
a buscar comida en el mar. Los cetáceos son descendientes de los artiodáctilos; por tal motivo, ambos
grupos se clasifican en un solo orden, denominado
cetartiodáctilos (véase la Figura 1). Los cetáceos
presentan una relación genética particularmente
cercana con los hipopótamos, pero estos últimos se
originaron apenas hace 15 millones de años. Recien-
CRETÁCICO
TERCIARIO
PALEOCENO
146
temente se descubrió a la familia de los raoélidos
del Eoceno medio al sur de Asia, la cual parece el
grupo hermano de los cetáceos. Los raoélidos eran
ungulados anfibios de agua dulce del tamaño de
un mapache, lo que significa que los cetáceos no
se originaron por un cambio del medio terrestre al
acuático, sino con un cambio de hábitos en este último, probablemente de transición a comer peces y
otros animales acuáticos, así como por el desarrollo
de la audición como principal forma de percepción.
Los primeros cetáceos fueron los arqueocetos que se
originaron en el Eoceno temprano hace casi 50 millones de años en los márgenes asiáticos del antiguo
65
56
EOCENO
CUATERNARIO
OLIGOCENO
35
MIOCENO
23
PLIOCENO PLEISTOCENO
HOLOCENO
5
2
0
DELPHINIDAE
Monodontoidea
Inioidea
ZIPHIIDAE
PLATANISTIDAE
Physeteroidea
BALAENOPTERIDAE
BALAENIDAE
Cetacea
NEOBALAENIDAE
Archaeoceti
HIPPOPOTAMIDAE
Ruminantia
Cetartiodactyla
Suina
CAMELIDAE
Perissodactyla
Mesonychia
Carnivora
n
Figura 1. Esquema de ancestría y descendencia (filogenia) en la evolución de los cetartiodáctilos y
grupos cercanos, según Gatesy y cols. (2013). Se indica la escala de tiempo geológico con edades en
millones de años. Las líneas oscuras indican los grupos marinos.
22 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
ANTROPOCENO
nn n
Evolución y adaptación de los mamíferos a la vida en el mar n nn
mar de Tetis. Éste era un mar tropical que en el Eoceno circundaba todo el planeta y del cual quedan
los mares Aral, Caspio, Negro, Mediterráneo y Caribe. Las familias más antiguas de los arqueocetos son
los pakicétidos y ambulocétidos del sur de Asia, que
eran de hábitos anfibios; arqueocetos posteriores se
distribuyeron por todo el mar de Tetis.
Los primeros sirenios fueron los prorastómidos
que se originaron en el lado occidental del mar de
Tetis, que hoy es el Caribe. Cercanamente relacionados con los prorastómidos están los protosirénidos y los primeros dugóngidos de la subfamilia de
los haliterinos, los cuales se dispersaron por el mar
de Tetis. Los sirenios están cercanamente relacionados con los elefantes y ambos tienen una dentadura
similar. A diferencia de los cetáceos que se hicieron
carnívoros, los sirenios son totalmente herbívoros,
y probablemente por ese motivo nunca han sido diversos. En cambio, los cetáceos pueden comer animales como zooplancton, peces de distintos tamaños, cefalópodos, tortugas marinas y otros mamíferos
a los cuales capturan entre la superficie del mar y las
profundidades abisales de maneras muy diversas.
Los pinnípedos y los desmostilios se originaron
en el Oligoceno hace unos 30 millones de años, el
cual fue un periodo de varias glaciaciones provocadas por cambios en el flujo de energía en los océanos y la atmósfera, cuando Australia se separó de la
Antártica y ésta migró al polo sur. De manera generalizada, durante el Oligoceno ocurrieron cambios
de diversidad en los mamíferos; se extinguieron varios de los grupos que habían evolucionado en los
climas cálidos del Eoceno y unos pocos se adaptaron
a los climas fríos del Oligoceno, se diversificaron y
dieron origen a los grupos actuales y otros que luego
se extinguieron.
Los pinnípedos se originaron como parte de
una diversificación de familias relacionadas con los
osos a las que en conjunto se llaman arctoideos.
Los pinnípedos más antiguos conocidos son los enaliárctidos, que se originaron hace 25 millones de años
en el Pacífico norte y son los ancestros directos de
los lobos marinos (otáridos). No es claro qué relación
filogenética hay entre las tres familias de pinnípedos
(lobos marinos, focas y morsas), pero es claro que tienen un solo origen. Posiblemente, de la dispersión de
los enaliárctidos en el Pacífico norte se originaron
las morsas en el Ártico, las cuales a lo largo de su
evolución se dispersaron al Atlántico norte y de ahí
al sur, para después volver al Pacífico norte antes de
que se cerrara el estrecho de Panamá, y finalmente se establecieron de nuevo en el Ártico. Las focas
se originaron entre el Ártico y el Atlántico norte,
desde donde se dispersaron al mar de Tetis (por eso
hay focas en los mares Caspio, Negro y Mediterráneo), al Pacífico norte antes de que emergiera el
estrecho de Panamá, al Atlántico sur y a la Antártica, en donde ahora las focas son abundantes (véase
la Figura 2).
Los desmostilios se originaron también en el Pacífico norte hace menos de 30 millones de años.
Eran herbívoros como los sirenios, con los cuales
están cercanamente relacionados. Los desmostilios
fueron poco diversos, no se dispersaron a otras cuencas oceánicas y se extinguieron hace 10 millones de
años. Su origen en el Oligoceno coincide con una
diversificación de los sirenios en la cual los antiguos
haliterinos dieron paso a los hidrodamalinos en el
Pacífico norte, a los dugonginos en el Índico y el Pacífico, y a los manatíes (triquéquidos) en el Atlántico (véase la Figura 3).
Los cetáceos actuales se originaron también durante el Oligoceno hace aproximadamente 30 millones de años, luego de la extinción de los arqueocetos.
Los cetáceos actuales parecen haberse originado de
los dorudóntidos, los cuales, junto con los basilosáuridos, se distribuían por todo el mar de Tetis desde
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
23
Mamíferos marinos en México
TERCIARIO
PALEOCENO
65
EOCENO
56
CUATERNARIO
OLIGOCENO
35
MIOCENO
23
PLIOCENO PLEISTOCENO
HOLOCENO
5
2
ANTROPOCENO
nn n
0
HYAENIDAE
FELIDAE
Feliformia
HERPESTIDAE
VIVERRIDAE
Canoidea
CANIDAE
PROCYONIDAE
MUSTELIDAE
Caniformia
URSIDAE
Arctoidea
OTARIIDAE
Pinnipedia
ODOBENIDAE
PHOCIDAE
n
Figura 2. Filogenia de los carnívoros, según Bininda-Emonds y cols. (1999). Se indica la escala de tiempo
geológico con edades en millones de años. Las líneas oscuras indican los grupos marinos.
mediados del Eoceno. Los cambios ambientales del
Oligoceno se asocian a una divergencia en el modo
de alimentación de los cetáceos que originó, por un
lado, a los misticetos, que se alimentan de zooplancton, peces pequeños y crustáceos bentónicos, y los
filtran entre dos hileras de barbas queratinosas adheridas al paladar; y, por otro lado, a los odontocetos,
que se alimentan de presas grandes. Hay dos grupos
primarios de misticetos actuales que descienden todos de un solo grupo: los cetotéridos del Oligoceno.
En los odontocetos se reconocen siete superfamilias,
de las cuales sobreviven cinco: fiseteroideos, platanistoideos, zifioideos, inioideos y delfinoideos. La
diversificación de los cetáceos se asocia a una diversificación de su alimentación, pero a diferencia de
los misticetos que se diferenciaron por especialización, en los odontocetos algunas familias presentan
varias formas de alimentación y, a su vez, algunas de
24 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
estas formas han evolucionado de manera independiente en más de una familia.
Los cetáceos tienen un rostro (huesos premaxilar
y maxilar) alargado que sitúa los conductos nasales
en la parte superior de la cabeza; esta modificación
anatómica se denomina telescopización. El rostro
y la mandíbula de los odontocetos tienen filas de
dientes puntiagudos y no diferenciados, con los cuales atrapan peces; el rostro en este caso es cóncavo y
forma un espacio entre el extremo maxilar y el orificio nasal, en donde se ha desarrollado un órgano
graso denominado melón, el cual tiene funciones de
ecoubicación y otras relacionadas con el buceo. La
vida en los ríos ha evolucionado al menos tres veces
en los cetáceos actuales, en los platanístidos, en el
conjunto de ínidos, lipótidos y pontopóridos y en
el delfín Tucuxi. Los zífidos y cachalotes se alimentan primariamente de calamares a los que atrapan
TERCIARIO
PALEOCENO
65
EOCENO
56
OLIGOCENO
35
Sirenia
CUATERNARIO
MIOCENO
23
PLIOCENO PLEISTOCENO
HOLOCENO
5
2
ANTROPOCENO
Evolución y adaptación de los mamíferos a la vida en el mar n nn
0
T. senegalensis
PRORASTOMIDAE
PROTOSIRENIDAE
TRICHECHIDAE
Trichechus
T. manatus
T. inunguis
Halitheriinae
DUGONGIDAE
Hydrodamalinae
?
Dugonginae
Hydrodamalis gigas
Dugong dugon
Desmostylia
n
Figura 3. Filogenia de los tetiterios, según Domning (2009). Se indica la escala de tiempo geológico con edades
en millones de años. Las líneas oscuras indican los grupos marinos. En este esquema se muestran las relaciones entre las cinco especies recientes junto con algunos grupos fósiles en líneas gruesas que muestran los periodos
en que estos organismos han vivido.
por succión con la contracción de una desarrollada
musculatura faríngea; por ese motivo, los zífidos y
cachalotes no tienen dientes en el maxilar.
Algunas especies como la nutria marina, el visón
marino, el oso polar, el zorro ártico y el murciélago
pescador de Baja California se originaron entre finales del Mioceno y el Pleistoceno como parte de las
diversificaciones de las familias a las que pertenecen
y también en relación con cambios ambientales,
sobre todo por las glaciaciones del Pleistoceno. La
nutria más antigua en el registro fósil es Mionictis
de Norteamérica, que vivió hace 16 a 7 millones de
años. Los finales del Plioceno y el Pleistoceno corresponden también a la diversificación de los manatíes
y delfines.
Adaptación a la vida en el mar
El mar presenta diversas restricciones para los mamíferos:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
La locomoción sin puntos de apoyo y con una
alta resistencia al movimiento.
La pérdida de calor, que es 29 veces mayor que
en el aire ante un determinado diferencial de
temperatura.
La deshidratación causada por el agua de mar,
cuya concentración de sales es cuatro veces mayor que los líquidos corporales de los mamíferos.
El buceo con un almacenamiento limitado de
oxígeno, así como los efectos mecánicos y fisiológicos de la presión hidrostática.
La percepción y la orientación en un medio en
el que casi no hay puntos de referencia, donde la
visibilidad no supera 50 m; la luminosidad disminuye drásticamente con la turbidez y la profundidad a la que llega es muy reducida (200 m);
asimismo, la velocidad del sonido es cuatro veces
mayor que en el aire, lo que impide identificar la
dirección de la que proviene.
La exposición a muchos patógenos marinos.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
25
nn n
Mamíferos marinos en México
Entre las muchas características que evolucionaron
en la adaptación de los mamíferos al mar, se consideran siete básicas, y sus combinaciones resuelven
las restricciones enlistadas arriba.
prolongados y realizar esfuerzos físicos considerables
para atrapar su alimento, huir de sus depredadores,
interactuar con sus conespecíficos o, simplemente,
desplazarse.
La morfología fusiforme
Los grandes almacenes de grasa
En su evolución, el cuerpo de los mamíferos marinos
se hizo fusiforme (alargado, con los extremos aguzados), y así se minimizó la resistencia del agua al movimiento. Su cabeza se modificó a estar en posición
horizontal junto con todo el cuerpo al nadar, los orificios nasales se orientaron hacia arriba y las extremidades se transformaron en aletas. En los cetáceos
y sirenios, las extremidades posteriores y la cadera
desaparecieron, además desarrollaron una cola musculosa con una aleta caudal en posición horizontal con
la cual se impulsan en una oscilación vertical, que es
un remanente del impulso de las extremidades posteriores en los mamíferos terrestres. Es único de los
desmostilios que a pesar de que todo su esqueleto tiene la estructura de un animal parado sobre sus cuatro
extremidades, su cabeza se articula al cuello en posición horizontal (véanse las Figuras 4 y 5).
La grasa de los mamíferos marinos constituye una
gran reserva de energía que permite a algunas especies hacer largas migraciones, realizar diferentes actividades reproductivas, y a las hembras lactar a sus
recién nacidos sin alimentarse durante meses. Ésta
es el principal componente de la leche en los mamíferos marinos y supera un valor de 60% en algunas
especies. El alto contenido de grasa y proteínas en
la leche favorece un rápido crecimiento, que en el
mar es crucial para la sobrevivencia de los recién
nacidos. También es una reserva de agua para estos
animales, un regulador activo de la flotabilidad, así
como un depósito de nitrógeno en sobresaturación
producido por buceos prolongados y profundos. El
tejido graso subcutáneo es un transportador activo
de calor entre el interior y el exterior del organismo.
Con una irrigación reducida, la grasa subcutánea
impide la pérdida de calor corporal, y el flujo sanguíneo a través de la grasa hacia la piel favorece la disipación del calor. Lo primero permite a los mamíferos
El gran tamaño corporal
Los mamíferos marinos son obligadamente grandes
y entre ellos está el mayor animal que ha existido
en la Tierra: la ballena azul, que puede pesar hasta
180 000 kg; los mamíferos marinos más pequeños
son las crías de la nutria marina, que pesan alrededor de 1.5 kg. El gran tamaño de los mamíferos
marinos minimiza la pérdida de calor corporal y,
con esto, su consumo relativo de energía y agua. En
el agua, un gran tamaño no requiere energía para
sostener el cuerpo y permite tener un movimiento
más inercial que hace a los cetáceos no ser tan buenos nadadores como los peces, pero sí ser en el agua
tanto o más eficientes que los mamíferos terrestres
en tierra.
Asimismo, un gran tamaño corporal permite a los
mamíferos marinos tener grandes almacenes de oxígeno en la sangre y los músculos, así como abundantes depósitos de grasa en todo el cuerpo, sobre todo
en el tejido subcutáneo. Los grandes almacenes de
oxígeno permiten a los cetáceos bucear por periodos
26 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
n
Figura 4. Esqueletos de mamíferos marinos representativos.
Superior izquierda: ballena de Groenlandia (Balaena mysticetus);
superior derecha: cachalote (Physeter macrocephalus); media izquierda: lobo marino (Otariidae); media derecha: foca (Phocidae);
media inferior: nutria marina (Enhydra lutris); inferior izquierda:
dugongo (Dugong dugon); inferior derecha: desmostilio (Paleoparadoxia tabatai).
Evolución y adaptación de los mamíferos a la vida en el mar n nn
Raoellidae
Pakicetidae
Ambulocetidae
Mesonychidae
Protocetidae
Basilosauridae
feros marinos para mantener su balance hídrico es el
alto contenido de grasas y proteínas en su dieta. Casi
toda el agua que consumen estos animales proviene
del metabolismo oxidativo de sus alimentos y resulta
relevante que el gran almacenamiento de grasa constituye también un almacén de agua, como ocurre con
otros vertebrados que viven sin agua dulce.
Dorudontidae
Squalodontidae
La disminución del volumen pulmonar y el desarrollo
de grandes almacenes de oxígeno en la sangre y los
músculos
Delphinidae
Los mamíferos marinos pueden bucear por periodos
prolongados y alcanzar grandes profundidades. Para
ello, almacenan grandes cantidades de oxígeno no
en sus pulmones, sino en su sangre y sus músculos; el
volumen de sangre, la concentración de eritrocitos
y su contenido de hemoglobina, así como la cantidad de mioglobina en los músculos, son elevados.
Los mamíferos marinos pueden hacer buceos largos y
minimizar y priorizar el consumo de oxígeno; cuando
una inmersión supera el consumo normal de las reservas de oxígeno en el cuerpo, los mamíferos marinos dirigen la irrigación sanguínea sobre todo a la cabeza, disminuyen la frecuencia de pulsación cardiaca
y los tejidos no neuronales pueden adoptar temporalmente un metabolismo anaerobio con irrigación casi
nula. Éste es un mecanismo fisiológico de todos los
vertebrados que respiran aire, se denomina respuesta
de sobrevivencia, y es de interés para la medicina.
La tráquea y las primeras ramificaciones bronquiales de muchos mamíferos marinos son muy
rígidas y los alvéolos son compresibles, por lo que
permiten que se alcancen grandes profundidades sin
riesgo de colapso de las vías aéreas y también que se
minimice la disolución de nitrógeno en la sangre.
Una disminución del volumen pulmonar también
permite un rápido y eficiente recambio de gases en
la exhalación e inhalación. El buceo en las hembras
preñadas de los mamíferos marinos es de interés porque la oxigenación del feto afecta la circulación y la
administración del consumo de oxígeno.
Physeteridae
Balaenidae
Orificio nasal
Labios fónicos
Sacos dorsales
Cráneo
Melón
Conductos nasales
Maxilar
Bulas timpánicas
Mandíbula
Sonidos emitidos
Sonidos recibidos
n
Figura 5. Superior: esqueletos y cráneos de cetáceos representativos de su historia evolutiva que muestran los principales cambios anatómicos en su adaptación a la vida acuática, con atención
al alargamiento de los huesos premaxilar y maxilar que sitúa el
orificio nasal en la parte superior de la cabeza. Inferior: esquema
de la cabeza de un delfín en el que se muestran las principales
estructuras involucradas en la ecoubicación; lo relacionado con la
emisión de sonidos se ilustra en tonos de rojo y lo relacionado con
la percepción de sonidos, en verde. El orificio nasal, señalado
con flechas, y los conductos aéreos se ilustran con tonos de azul.
pequeños habitar en aguas frías y lo segundo permite
a los mamíferos grandes vivir en aguas cálidas.
La capacidad de concentrar sales en la orina
Los mamíferos marinos pueden mantener el volumen, composición y pH de sus líquidos corporales
(osmorregulación) ante la alta concentración de sales del agua de mar y la acidosis producida durante
buceos anaerobios. La osmorregulación en los mamíferos se realiza fundamentalmente en la corteza
renal, con gasto de energía en unidades funcionales
denominadas nefronas. Las nefronas de los mamíferos
marinos pueden concentrar la orina un poco más que
el agua de mar y eso permite a algunos de estos animales alimentarse de presas como invertebrados sin
deshidratarse e incluso obtener agua al beber del mar.
Una parte importante de la capacidad de los mamí-
Acidosis
Disminución de
pH en los tejidos
de los animales,
típicamente por
la acumulación
de CO2.
El desarrollo de la audición y la ecoubicación
En el agua la audición constituye la principal forma
de percepción para muchos animales. La evolución
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
27
nn n
Mamíferos marinos en México
de los mamíferos marinos se vincula al desarrollo de
una audición muy fina y, en algunos casos, en relación con la generación de sonidos cuyo eco permite
percibir el entorno, lo cual se denomina ecoubicación. La anatomía de los cetáceos revela una importancia primaria de la audición; el nervio vestíbulococlear tiene una gran anchura, el número de
neuronas cocleares en los cetáceos varía de 583 000
a 1 650 000, lo cual es de 6 a 17 veces más que en los
humanos, y representa información suficiente para
crear imágenes tanto o más nítidas que las que los
humanos construimos con la visión.
El desarrollo de la audición ha implicado también que la fonación sea la principal forma de comunicación en estos animales, y que en la emisión
de sonidos ocurran fenómenos de diferenciación y
transmisión cultural, como los dialectos de identificación tribal de las orcas, las codas de los cachalotes
que son parte de su coordinación en la alimentación
y los cantos de las ballenas jorobadas como parte de
una refinada competencia sexual. La organización
Recuadro 1.
La percepción en los mamíferos marinos
on respecto a otras formas de percepción, los mamíferos marinos presentan características singulares. Por ejemplo, al respirar aire, no pueden olfatear bajo el agua. Estos animales casi no
mastican su alimento, pero tienen algunas papilas gustativas que
les dan información química de su comida y el ambiente. Por otro
lado, el tacto en los cetáceos está bien desarrollado y es importante
en la socialización de estos animales.
Además, debido a que la visibilidad en el agua es limitada y los
índices de refracción del aire y el agua son tan diferentes, difícilmente se puede tener una visión aguda en ambos medios. Con excepción de los delfines de río, en los que la visión es reducida, los mamíferos marinos ven más o menos bien en el agua y en el aire. En
los cetáceos, las células fotorreceptoras son más sensibles a la luz
azul y verde, que es la que menos se absorbe por el agua. El número
de fibras en la cintilla óptica es una medida anatómica de la agudeza visual; en los humanos es de 1 200 000, en los gatos de 250 000,
y en los mamíferos marinos, oscila entre 35 000 en algunos misticetos y delfines y 15 500 en los delfines de río.
C
28 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
social determina las características y uso de las fonaciones en los mamíferos marinos. En especies con
fuerte cohesión social, la fonación es frecuente y diversa en sus características como resultado de una
alta ocurrencia y diversidad de interacciones; algunas especies muy sociales pueden crear sonidos sintéticamente únicos que permiten el reconocimiento
individual. En especies con interacción social a
distancia, como los misticetos, los sonidos son sintéticamente poco elaborados, aunque pueden estructurarse en secuencias complejas, como los cantos
de las ballenas jorobadas. Los sonidos en estos casos son, asimismo, de baja frecuencia, ya que pueden propagarse con poco decremento de potencia y
llegar incluso a registrarse a miles de kilómetros de
distancia; estos sonidos también se emiten durante
periodos prolongados y así aumenta la probabilidad
de que sean escuchados.
Adicionalmente, la ecoubicación ha evolucionado de manera independiente en varios vertebrados,
y en los cetáceos se asocia con la telescopización del
cráneo. En los odontocetos, la telescopización evolucionó junto con el desarrollo de sacos aéreos dorsales y el melón que, en conjunto con una marcada
asimetría del rostro, emiten una amplia variedad de
sonidos de comunicación y ecoubicación. Los odontocetos pasan aire de los pulmones a los sacos dorsales. Al pasar el aire por los labios fónicos, se generan
sonidos que se proyectan al frente al rebotar en la
concavidad de los huesos premaxilar y maxilar. Los
sonidos son enfocados por el melón, y los ecos producidos en el entorno se captan en la mandíbula y se
transportan por un canal mandibular lleno de grasa
a las bulas timpánicas (véase la Figura 5).
La precocidad del sistema inmune
En sus largos desplazamientos, los mamíferos marinos se exponen a una gran cantidad de patógenos,
desde virus hasta helmintos, los cuales se incrementan entre más generalista y diversa sea la dieta de
los mamíferos, pues muchos parásitos helmintos con
ciclos complejos encuentran en estas especies sus
hospederos finales. Es por esto que los mamíferos marinos suelen tener cargas parasitarias más altas que
las de los mamíferos terrestres. Considerando los
Evolución y adaptación de los mamíferos a la vida en el mar n nn
gastos energéticos que representan la natación, la
osmorregulación, el buceo, la percepción, la comunicación y la reproducción, tener una alta eficiencia
del sistema inmune es un importante desafío para la
vida en el mar. A diferencia de los carnívoros terrestres, el sistema inmune de los pinnípedos, por ejemplo, es muy precoz, ya que estos animales generan
respuestas inmunes consideradas maduras apenas
dos semanas después de nacer. Los mecanismos que
permiten la maduración precoz del sistema inmune
en los pinnípedos no están completamente entendidos, pero es claro que son de gran relevancia para la
medicina humana.
geográficas extensas en las que enfrentan impactos
antrópicos diversos, razón por la cual su cuidado involucra a varios países; por esto, el estudio de los
mamíferos marinos tiene el potencial de promover
la cooperación internacional en la conservación de
los ecosistemas marinos y lograrlo es uno de los mayores retos de la mastozoología marina.
Luis Medrano González
Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de
México.
medranol@ciencias.unam.mx
Karina Acevedo Whitehouse
Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Autónoma de
Diversos efectos relacionados
Algunas de estas adaptaciones tienen consecuencias importantes para la ecología y conservación de
los mamíferos marinos. Por ejemplo, los grandes almacenes de grasa pueden acumular cantidades considerables de compuestos contaminantes y afectar
funciones inmunológicas, endocrinas y reproductivas, lo cual puede causar mortalidad directa en algunos casos. Al ser animales grandes, la gestación
de los mamíferos marinos es prolongada y solamente
paren una cría, a la que dedican muchos cuidados
parentales; por lo tanto, los mamíferos marinos tienen ciclos de vida largos y sus poblaciones tienen
tasas de crecimiento lentas, por lo que algunas poblaciones mermadas por los humanos tardan mucho
en recuperarse aun con medidas de conservación.
Asimismo, en mucho por su gran tamaño corporal, los mamíferos marinos ocupan distribuciones
Querétaro.
karina.acevedo.whitehouse@uaq.mx
Aurora Paniagua Mendoza
Megafauna Marina, Atención, Rescate, Ecología y Sociedad, A. C.
mmaresac.pres@gmail.com
Lecturas recomendadas
Berta, A., J. L. Sumich y K. M. Kovacs (2015), Marine mammals evolutionary biology, 3.a ed., San Diego,
Academic Press.
Bininda-Emonds, O. R. P., J. L. Gittleman y A. Purvis
(1999), “Building large trees by combining phylogenetic information: a complete phylogeny of the
extant Carnivora (Mammalia)”, Biological Reviews,
74(2):143-175.
Domning, D. P. (2009), “Desmostylia” y “Sirenian
evolution”, en W. F. Perrin, B. Würsig y J. G. M.
Thewissen (eds.), Encyclopedia of marine mammals,
2.a ed., San Diego, Academic Press, pp. 307 y 1016.
Gatesy, J. et al. (2013), “A phylogenetic blueprint for
a modern whale”, Molecular Phylogenetics and Evolution, 66(2):479-506. Disponible en: <doi.org/
10.1016/j.ympev.2012.10.012>, consultado el 10 de
mayo de 2019.
Medrano González, L. (2009), “La evolución de los cetáceos”, en J. J. Morrone y P. Magaña (eds.), Evolución biológica. Una visión actualizada desde la revista
Ciencias, México, Facultad de Ciencias-Universidad Nacional Autónoma de México, pp. 539-588.
Perrin, W. F., B. Würsig y J. G. M. Thewissen (eds.)
(2009), Encyclopedia of marine mammals, 2.a ed., San
Diego, Academic Press.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
29
ciencia
Karina Acevedo Whitehouse, Cecilia Barragán Vargas y Luis Alberto Soto García
n n nnn n n
Riesgo de los mamíferos marinos
para la salud pública
El contacto entre los carismáticos mamíferos marinos y las personas se
ha incrementado en los últimos años debido al auge de las actividades
ecoturísticas y de la industria de los acuarios y delfinarios, además de la
investigación en vida libre. Sin embargo, estos animales son hospederos
de una alta diversidad de microorganismos patógenos, los cuales pueden
cruzar la barrera de especie y causar severas enfermedades en el humano.
L
as enfermedades zoonóticas son aquellas que se transmiten de los animales
hacia los humanos, por lo general, con efectos severos para la salud. Ejemplos
clásicos son la rabia, la influenza aviar y el ébola. Si bien la transmisión de
este tipo de enfermedades se ha estudiado a detalle para la fauna silvestre terrestre,
el conocimiento acerca de las zoonosis relacionadas con los mamíferos marinos es
mucho menor. No obstante, dichas especies son hospederos de diversas enfermedades infecciosas, incluidas algunas que son de relevancia para la salud pública.
La severidad de estas enfermedades es muy variable, pero el riesgo se agrava
por el desconocimiento de los cuadros que ocasionan en las personas, por lo que
puede verse dificultado el diagnóstico y, por ende, el tratamiento oportuno. En este
artículo se presentan los patógenos con mayor riesgo de transmisión al ser humano
a partir del contacto con los mamíferos marinos; asimismo, se mencionan algunos
mecanismos de mitigación del riesgo.
Lo anterior cobra mayor importancia si se toma en cuenta que si bien anteriormente sólo eran los científicos o cazadores furtivos quienes tenían contacto estrecho con estos animales, en las últimas décadas ha crecido de manera marcada el
interés del público en estas especies; así, actividades turísticas y deportivas –como
los avistamientos de ballenas o el nado con delfines, manatíes y lobos marinos– se
practican con cada vez mayor frecuencia. También es importante considerar el
riesgo de contagio de enfermedades zoonóticas para los trabajadores de acuarios o
para el personal que participa en las actividades de desenmalle o atención a varamientos de mamíferos marinos, ya que incluso algunas bacterias que no ocasionan
enfermedades en estos animales pueden ser dañinas para el humano.
volumen 70
30
número 3
nn n
Mamíferos marinos en México
En la literatura médica existen algunos reportes
de personas afectadas por bacterias o virus de los
mamíferos marinos después de haber estado en contacto con alguno de estos animales. Sin embargo, es
probable que existan más casos que no hayan sido
reconocidos de manera certera. Esto es porque en
muchas ocasiones los signos clínicos que ocasionan
estos microorganismos patógenos no son tan conocidos en la medicina humana, o bien pueden ser
confundidos con otros padecimientos, lo que dificulta su detección y tratamiento.
En este artículo se describen los principales virus, bacterias y hongos de mamíferos marinos que
pueden ser de relevancia para la salud humana. De
manera general, se exponen los signos clínicos que
ocasionan en los mamíferos marinos y en los seres
humanos, así como su forma de transmisión y riesgo.
La última sección está destinada a las acciones que
pueden realizarse para reducir estos riesgos de una
manera informada.
Virus zoonóticos de los mamíferos marinos
La transmisión de virus de mamíferos marinos hacia el humano está limitada por el hecho de que
las infecciones dependen de la presencia de ciertos
receptores celulares específicos. En muchos casos,
estos receptores difieren en su secuencia proteica entre especies, lo que restringe la especificidad
de los virus por determinados hospederos. En este
sentido, el hecho de que varios millones de años
de evolución nos separan de los mamíferos marinos
hace que sea poco probable que la mayoría de los virus que infectan a los pinnípedos, cetáceos, sirenios
y nutrias marinas puedan infectar exitosamente a
las personas. Sin embargo, hay algunos microorganismos de los que ya se ha demostrado que
tienen potencial de transmisión zoonótica, con
mayor o menor grado de riesgo para la salud
humana, y con diferentes vías de contagio.
Uno de los virus con bajo riesgo de transmisión zoonótica es el virus del lobo marino de San Miguel (SMSLV, por sus siglas
en inglés). Este virus se describió por
primera vez en 1973, a partir de una
32 ciencia volumen 70 número 3
lesión cutánea de un lobo marino de California,
aunque también infecta a otros mamíferos marinos
y peces. En los mamíferos marinos los principales
signos clínicos asociados con este virus son ampollas
o vesículas en las aletas y la boca. La transmisión del
virus puede ser directa, por contacto con las lesiones de los animales infectados. A la fecha existe un
solo caso de transmisión del SMSLV hacia un humano, en quien ocasionó lesiones cutáneas severas. Sin
embargo, también es transmisible hacia mamíferos
terrestres, como el cerdo, lo que tiene implicaciones
económicas y para la salud veterinaria.
Otro virus de riesgo relativamente bajo, pero que
tiene un potencial de transmisión moderada al humano, es el poxvirus, que afecta a las focas. Pariente
del virus de la viruela, el poxvirus de los mamíferos
marinos se ha detectado en focas y delfines, en los
que ocasiona lesiones vesiculares y ulcerativas en la
piel alrededor del cuello, lengua, boca, ano y aletas. En la mayoría de los casos, las lesiones cutáneas
desaparecen con el tiempo sin necesidad de tratamiento, aunque pueden persistir y causar la muerte
en animales que tienen afectado el sistema inmune.
Existen algunos casos de transmisión a humanos
por contacto con la piel lesionada de los animales
y recientemente se confirmó un caso de transmisión
de poxvirus de focas a un humano, luego de haber
sido mordido por un animal mantenido en cautiverio y que estaba infectado. El riesgo de transmisión
es, por tanto, más alto para el personal que trabaja
con mamíferos marinos en rehabilitación o cautiverio, donde las condiciones
de hacinamiento hacen
que sea más fácil que
el virus se mantenga en circulación.
En particular, debe tomarse en
cuenta que a la
fecha no existe
ningún tratamiento para esta
enfermedad, pues
Riesgo de los mamíferos marinos para la salud pública n nn
si bien no es muy severa en el humano, puede persistir en personas inmunosuprimidas.
Por otra parte, los virus de la influenza tipo A
(de origen aviar) y tipo B también tienen potencial
de transmisión de los mamíferos marinos al ser
humano. Dichos virus se han detectado en estos
animales desde la década de 1970 y las epidemias
reportadas han provocado eventos de varamientos
masivos de pinnípedos y cetáceos. Al igual que ocurre en el humano, los signos clínicos de la influenza
en los mamíferos marinos incluyen problemas respiratorios, letargia y falta de coordinación motora.
Asimismo, la transmisión de influenza de mamíferos marinos hacia el humano está demostrada: en
1981 se reportó la infección de cuatro personas que
participaron en la necropsia de unas focas de puerto
infectadas por el virus de la influenza A-H7N7 en la
costa este de Estados Unidos de América. Lo interesante es que el virus provocó conjuntivitis, más
que cuadros respiratorios, en las personas afectadas,
y éstas se recuperaron sin complicaciones.
Con base en las relaciones genéticas que mantienen distintos virus de influenza encontrados en
diversos mamíferos marinos, se cree que la introducción de los virus en este grupo de animales ocurrió
recientemente a partir de un salto entre hospederos,
lo que es común para estos virus. A la fecha, el mayor
número de registros de infección se ha encontrado
en la foca de puerto, en particular por los subtipos
H7N7, H4N5 y H3N8. La transmisión antropozoonótica, es decir, del humano hacia los animales, también
se ha observado, ya que se detectó una cepa humana
en una colonia de foca elefante del norte. El hecho
de que el virus de la influenza A se haya detectado en
la piel y otros tejidos de varios calderones (o ballenas
piloto) que vararon durante eventos de mortalidad
masiva implica que las personas que participen en
los esfuerzos de atención a varamientos y en la realización de necropsias están en riesgo de infección.
Tomando en cuenta que se trata de un virus de genoma segmentado y con una alta tasa de mutación
(véase el Recuadro 1), es importante considerar que
las cepas que circulan en los mamíferos marinos podrían llegar a ocasionar infecciones más severas en
los humanos que las que a la fecha parecen provocar.
Recuadro 1.
Los genomas segmentados
diferencia de los genomas de las células, que se caracterizan
en todos los casos por ser una doble cadena de ADN, los virus
cuentan con diferentes tipos de genomas. Algunos son de ADN, pero
otros son de ARN. La tasa a la que muta el ARN es mayor por hasta un
millón de veces que la del ADN; es decir, en los genomas de ARN ocurre una mutación por cada 1 000 pares de bases, mientras que en
los genomas de ADN ocurre una mutación por cada 100 000 000
de pares de bases. Esta alta tasa de mutación significa que puede
generarse rápidamente mucha diversidad en los virus de genomas
de ARN, lo que dificulta el que el sistema inmune sea efectivo contra
las infecciones.
Además, los virus de ARN, como el virus de influenza, pueden
ser segmentados, lo cual significa que incluso pueden recombinarse segmentos si ocurren infecciones simultáneas por diferentes
tipos de virus de influenza (como los virus de influenza de las
aves con los virus de influenza de los cerdos) en un mismo hospedero. Esto tiene el potencial de generar nuevas variantes mucho
más dañinas, contra las que no exista inmunidad previa ni contra las
que sirvan las vacunas actuales.
A
Por último, el virus de la rabia también tiene
potencial de transmisión hacia las personas. Si bien
los casos de esta enfermedad en mamíferos marinos
son muy inusuales –y un tanto anecdóticos–, a diferencia de los otros virus antes mencionados, éste se
considera muy peligroso, ya que ocasiona la muerte
a quienes infecta, sin ninguna posibilidad real de
tratamiento. A la fecha no se cuenta con ningún
caso documentado de transmisión de rabia de un
mamífero marino al humano; sin embargo, no puede
descartarse la posibilidad. El riesgo de transmisión
de la rabia sería más alto para personas que trabajen
con pinnípedos costeros que cohabiten con perros
ferales o urbanos no vacunados. En particular, debido a que es un virus que se replica en el tejido
nervioso, se debe tener particular precaución con el
manejo de cualquier pinnípedo que exhiba signos
neurológicos, ya que una mordida de un individuo
infectado de rabia sería fatal para cualquier persona
que no estuviera vacunada.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
33
nn n
Mamíferos marinos en México
Bacterias zoonóticas de los mamíferos
marinos
A diferencia de los virus, las bacterias no precisan de receptores celulares específicos para iniciar
una infección, lo que hace que la transmisión entre
especies diferentes sea más factible y, por ende, el
riesgo de contagio de enfermedades bacterianas de
mamíferos marinos al humano sea más probable.
Entre las bacterias que más riesgo zoonótico tienen para las personas que están en contacto con
los mamíferos marinos están las micoplasmas. Estas
bacterias, consideradas atípicas porque carecen de
pared celular, son quizá el microorganismo que más
frecuentemente se transmite al humano mediante
las mordidas de los pinnípedos. Las micoplasmas son
habitantes normales de la boca de focas y lobos marinos, en los que normalmente no ocasionan ninguna patología. Sin embargo, al ser inoculadas al
tejido blando de un humano, luego de una mordida,
suelen ocasionar una inflamación muy dolorosa, con
involucramiento de las articulaciones cercanas a la
herida y, en ocasiones, gangrena que amerita que se
realice una amputación. También pueden transmitirse por heridas provocadas por material utilizado
durante una necropsia.
Es muy importante realizar una antisepsia adecuada después de cualquier herida o mordida, y vigilar
la evolución de éstas. Si bien tienen mayor riesgo de
34 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
contagio los pescadores y los trabajadores de parques
acuáticos, centros de rehabilitación o que participan
en el desenmalle de pinnípedos, todas las personas
que estén en contacto con estos animales, incluso
aquellas que participen en actividades turísticas que
involucren el nado con lobos marinos, deben tener
presente el riesgo de una mordida. Esta infección,
conocida como “dedo de foca”, se puede tratar eficientemente si se detecta a tiempo y se utiliza una
antibioterapia a base de tetraciclina o doxiciclina
bajo supervisión médica estricta.
Otra bacteria común de los mamíferos marinos
y que está asociada a problemas cutáneos en el humano es Erysipelothrix rhusiopathiae, la cual ocasiona
comúnmente abscesos muy dolorosos locales o difusos en la piel y, menos frecuentemente, lesiones en
órganos y tejidos internos. Esta bacteria se transmite
por el contacto directo de los mamíferos marinos con
la piel del humano que tenga abrasiones. Los casos
en su mayoría han ocurrido en personas que trabajan en delfinarios o acuarios, pues tienen un contacto frecuente con delfines o pinnípedos. Las lesiones
pueden ser tratadas fácilmente con antibióticos.
Por otra parte, una bacteria que tiene un alto
riesgo de transmisión de mamíferos marinos al humano es Leptospira, un microorganismo en forma de
sacacorchos que provoca la enfermedad conocida
como leptospirosis. Esta afección es severa y, si no es
detectada y tratada a tiempo, puede provocar secuelas importantes como falla renal e incluso la muerte.
Por ejemplo, hay varios reportes de investigadores
que contrajeron leptospirosis a partir de la exposición a cadáveres de lobos marinos. También se tiene
evidencia de al menos un caso de contagio después
de haber nadado con lobos marinos en vida libre.
Sin embargo, es probable que existan más casos que
no hayan sido diagnosticados correctamente. Esto es
porque los signos clínicos de la leptospirosis pueden
confundirse con otros padecimientos, y el diagnóstico se dificulta porque en la medicina humana no
es común que se realicen pruebas para detectar a la
bacteria o a anticuerpos específicos que confirmen
la presencia de la enfermedad.
La cuarta bacteria de relevancia zoonótica es
aquella que causa la brucelosis, también conocida
Riesgo de los mamíferos marinos para la salud pública n nn
como fiebre de Malta. Este microorganismo, del género Brucella, es un invasor intracelular que afecta a
muchas y muy diversas especies de animales. Desde
el primer reconocimiento en un soldado inglés que
murió a causa de la enfermedad, se ha registrado la
bacteria en mamíferos domésticos como vacas, cabras, borregos, cerdos, perros y ratas; así como mamíferos silvestres terrestres y mamíferos marinos. Esta
bacteria tiene la habilidad de penetrar la piel intacta, luego del contacto con una secreción contaminada, como orina, leche o sangre. Las bacterias viajan
por el torrente sanguíneo y aprovechan la respuesta
inmune del individuo para poder llegar a las células
inmunes, que utilizan para ser transportadas hacia
otros tejidos sin ser destruidas. Prácticamente todos los órganos y tejidos pueden ser afectados, y los
cuadros clínicos son muy diversos: desde infecciones cerebrales hasta infecciones genitourinarias que
pueden provocar abortos. En las más de 50 especies
de pinnípedos y cetáceos en las que se ha detectado
Brucella, igualmente puede provocar diversos cuadros clínicos, desde bronconeumonía hasta meningoencefalitis y abortos.
Se sabe que hay especies de Brucella que típicamente infectan a los mamíferos terrestres que han
pasado a algunos pinnípedos; por ejemplo, en el
lobo marino de California se identificó por métodos moleculares una cepa que parecía ser de origen
terrestre, aunque no pudo ser confirmado mediante cultivo; también en el lobo marino de Galápagos, que en algunas de sus colonias está en contacto con especies domésticas y ferales, si bien no se
cuenta con evidencia inequívoca de transmisión, ya
se detectaron anticuerpos contra variantes terrestres
de Brucella.
Adicionalmente, existe evidencia contundente
de la transmisión de Brucella de mamíferos marinos al humano. Desde el primer caso a finales de la
década de 1990, cuando se reportó la enfermedad
en una persona que trabajaba con muestras de mamíferos marinos muertos, se han confirmado varios
casos de infecciones del sistema nervioso central de
personas que fueron expuestas. En 2018 solamente, había cuatro reportes de brucelosis en humanos
ocasionados por una especie de Brucella que circula
en cetáceos. Aunque la enfermedad responde bien
al tratamiento largo con dos o más antibióticos simultáneos, como la doxiciclina y la rifampicina, el
impacto de esta infección en el humano puede ser
marcado, ya que provoca cuadros severos con fiebre,
fatiga, pérdida de peso, y puede ocasionar problemas
neurológicos.
La última bacteria que aquí se menciona es Mycobacterium, género bacteriano que alberga al agente
causal de la tuberculosis, que también afecta a los
mamíferos marinos y tiene potencial de transmisión
zoonótica. Algunas especies de Mycobacterium proliferan en las lesiones de la piel de los delfines, y al
tener contacto con ellas se pueden provocar lesiones dérmicas en el humano. La relevancia clínica
de estas infecciones es particularmente alta para las
personas que están inmunocomprometidas, ya que
entonces pueden diseminarse a diferentes órganos
y tejidos.
Otra especie de Mycobacterium de alta relevancia es M. tuberculosis, que se sabe que puede infectar
a pinnípedos y tiene un muy alto riesgo zoonótico.
Está bien documentada la transmisión de esta bacteria de un lobo fino de Nueva Zelandia a una persona
que trabajaba en un acuario como entrenador y que
tenía contacto frecuente con el animal. El entrejulio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
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Mamíferos marinos en México
nador desarrolló un cuadro respiratorio serio que fue
diagnosticado como neumonía por tuberculosis.
Uno de los problemas más serios de la M. tuberculosis es que la mayoría de las infecciones son
asintomáticas, por lo que es posible contagiarse a
partir del contacto con un pinnípedo infectado aparentemente sano. El riesgo más alto es para personas
que tengan contacto frecuente con lobos marinos
en condiciones de cautiverio, ya que a la fecha todos los casos de tuberculosis en estos mamíferos han
ocurrido en acuarios o zoológicos.
Hongos zoonóticos de los mamíferos
marinos
Algunos hongos también pueden ser transmitidos
de mamíferos marinos al humano. En particular,
podemos mencionar dos: Lacazia loboi, agente causal
de la enfermedad de Lobo, que ocasiona problemas dérmicos crónicos, y Blastomyces dermatitidis,
que ocasiona infecciones cutáneas y sistémicas. Hay
algunos casos documentados de transmisión de estos
hongos de delfines hacia entrenadores y veterinarios. Al igual que con Mycobacterium, las infeccio-
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nes por estos dos hongos son de particular relevancia
para personas con un sistema inmune subóptimo, y
pueden derivar cuadros clínicos crónicos muy debilitantes para los humanos. La transmisión se da por
contacto con esporas de los hongos presentes en lesiones cutáneas.
Acciones para disminuir el riesgo de
transmisión de enfermedades zoonóticas
Los mamíferos marinos son especies muy carismáticas, por lo que tener la oportunidad de observarlas,
investigarlas o trabajar con ellas puede ser muy gratificante. Sin embargo, debe tenerse conciencia de
que son especies silvestres que no son domesticables
–incluso si son mantenidas en cautiverio– y, por lo
tanto, pueden ser impredecibles. Por ello, es plausible que ocurran interacciones agresivas que deriven
en mordidas. Entre más contacto se tenga con estas
especies, mayor es el riesgo de exposición a los microorganismos patógenos que pueden albergar.
Acciones tan sencillas como informar a quienes
realicen nado con delfines o lobos marinos acerca de
los riesgos de mordidas, su consecuente transmisión
Riesgo de los mamíferos marinos para la salud pública n nn
clínica de los animales, y el conocimiento de las
enfermedades zoonóticas ya identificadas, puede
contribuir a disminuir considerablemente los riesgos
para la salud.
En el contexto del cambio ambiental actual que
ha llevado a la aparición de varias nuevas enfermedades infecciosas y a cambios en la transmisión entre especies, es importante considerar que es probable que
en el futuro otros patógenos de mamíferos marinos representen un riesgo para la salud de los humanos que
están en contacto por razones laborales o recreativas
con estos animales. No es posible predecir el futuro
ni asegurar cuál sería la severidad esperada de esos
patógenos potenciales, pero sí podemos implementar
medidas que reduzcan el riesgo de transmisión.
n
Figura 1. Riesgo a la salud y potencial de transmisión zoonótica
de patógenos de mamíferos marinos de acuerdo con diferentes
actividades: nado con lobos marinos o delfines, observación de
ballenas, trabajo científico con animales vivos o muertos en vida
libre, manejo de animales en cautiverio. Se indican algunas acciones encaminadas a disminuir los riesgos.
Karina Acevedo Whitehouse
Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Autónoma de
Querétaro.
karina.acevedo.whitehouse@uaq.mx
Cecilia Barragán Vargas
de enfermedades y los signos clínicos que provocan
podría ayudar a diagnosticar más rápida y oportunamente cualquier problema infeccioso derivado de
estos contactos y reducir problemas de salud a futuro. También resultaría indispensable informar a los
turistas que realizan observación de ballenas acerca
de la importancia de evitar tocar a estos animales
y de cuáles son los signos de las enfermedades que
tienen mayor riesgo de contraer durante estas actividades. Estas acciones podrían también reducir
el riesgo de transmisión antropozoonótica hacia los
animales.
Asimismo, los científicos, manejadores de animales en rehabilitación, personal de apoyo durante
eventos de varamientos o enmallamientos de mamíferos marinos y entrenadores en parques acuáticos
que, por su trabajo, estén en contacto estrecho con
estos animales, deben ser conscientes de los riesgos
para poder reducirlos e identificar oportunamente
cualquier padecimiento relacionado (véase la Figura
1). El uso de guantes, ropa protectora, entrenamiento adecuado para utilizar instrumental punzocortante
durante la realización de necropsias o rehabilitación
Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Autónoma de
Querétaro.
csy_bv23@hotmail.com
Luis Alberto Soto García
Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Autónoma de
Querétaro.
sgarcialuis@hotmail.com
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
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ciencia
Paloma Ladrón de Guevara Porras, Benjamín Morales Vela y León David Olivera Gómez
n n nnn n n
El manatí, una especie
bajo amenaza de extinción
El manatí es un mamífero acuático herbívoro y de hábitos costeros. Poblaciones importantes de estos animales se encuentran en los sistemas fluvio-lagunares y costas del Golfo de México y el mar Caribe, donde también
hay una gran actividad humana que los pone en alto riesgo y afecta de
manera negativa. Hoy esta especie se encuentra en peligro de extinción
y para su conservación es necesario involucrar a la población local con la
cual interactúa constantemente.
E
l manatí del Caribe es un mamífero acuático del orden Sirenia que tiene la
particularidad de ser herbívoro, de hábitos costeros y con preferencia a estar
en zonas con disponibilidad de agua dulce. Su nombre científico es Trichechus manatus. El nombre genérico proviene de las palabras griegas trichos (pelo)
y ekho– (tener), en referencia a los pelos escasos que presenta en el cuerpo y a los
abundantes pelos cortos y gruesos en su hocico, llamados vibrisas; el nombre específico muy probablemente proviene de la palabra manatí, voz arahuaca usada por
los indios guayaneses y los caribes. El manatí también se conoce como vaca marina
y en algunas regiones de México como manatín. En náhuatl se llama Tlacamichin
(hombre pez) y en maya es Teek o Chiil´bek (pez grande del mar).
Características
El manatí es de cuerpo robusto e hidrodinámico, por lo que durante sus desplazamientos ofrece poca resistencia al flujo del agua. Carece de extremidades posteriores y las anteriores tienen forma de aletas (pectorales), con las cuales puede
conducir su cuerpo al nadar, impulsarse lateralmente y manipular su alimento. Estas aletas son moderadamente flexibles, relativamente cortas, de punta redondeada y con tres a cuatro uñas remanentes. En el extremo posterior de su cuerpo tiene
una aleta caudal grande, redondeada y aplanada dorsoventralmente en forma de
paleta, muy fuerte y que le proporciona el impulso para desplazarse en el agua con
gran facilidad. Presenta pelos sensoriales largos y delgados distribuidos de manera
volumen 70
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número 3
nn n
Mamíferos marinos en México
Estuarios
Cuerpos de
agua costeros
semiencerrados o
en la parte final
de un río, abierto
al mar.
dispersa en el cuerpo y vibrisas en el hocico. La piel
es gruesa, rugosa y de color gris o café, aunque en
ocasiones se le puede ver un color verde por las algas
que se le pegan al cuerpo (véase la Figura 1).
Un manatí recién nacido pesa de 20 a 30 kg y
mide de 90 a 110 cm; cuando ya es adulto puede
llegar a medir hasta 312 cm y pesar de 450 a 500 kg.
Por lo general, las hembras tienen una cría cada
2.5 a 3 años; los gemelos ocurren, pero en un porcentaje bajo. Las hembras son maduras sexualmente
entre los 3 y 5 años de edad, su gestación dura de
12 a 14 meses y los críos son amamantados con leche materna durante 1 a 2 años. Los manatíes son
longevos: pueden vivir más de 50 años. Lo anterior
implica que, si bien su periodo de gestación es largo, el número de crías que pueden llegar a tener en
su vida es considerable, dada su edad temprana de
reproducción. Esto puede ofrecer una buena oportunidad de recuperación de la especie si se eliminan
sus amenazas, todas asociadas al humano.
Especies de manatíes y distribución mundial
Hay tres especies de manatíes en el mundo: 1) el
manatí del Caribe (Trichechus manatus), que habita desde el sureste de Estados Unidos de América
(especialmente en la península de Florida), pasando
n
por México, Centroamérica, las Antillas y la costa
noreste de América del Sur, hasta Brasil; 2) el manatí amazónico (T. inunguis), que vive en la cuenca del
río Amazonas, en América del Sur, y 3) el manatí
africano (T. senegalensis), que vive en la costa y ríos
del oeste de África.
Trichechus manatus tiene dos subespecies: T. m.
latirostris (manatí de Florida) y T. m. manatus (manatí antillano), el cual se encuentra desde México
hasta Brasil (véase la Figura 2).
Distribución en México
En México, la distribución del manatí está fragmentada y asociada a ríos, sistemas lagunares, bahías, cenotes, estuarios y caletas, desde el sur de
Tamaulipas hasta Quintana Roo. Históricamente se
distribuía en todos los estados con costa en el Golfo de México, pero debido a la sobrexplotación que
sufrió en el pasado y a la degradación acumulada de
su hábitat, su distribución se ha reducido y fragmentado. Hoy se concentra principalmente en ciertas
regiones: en el Caribe habita permanentemente en
las dos lagunas de la Reserva de la Biósfera de Sian
Figura 1. Dibujo del manatí antillano. Ilustración: Aslam Narváez/APFFLT-CONANP (Nota: el Área Natural Protegida Laguna de Términos pagó al dibujante por el derecho de poder publicar la ilustración
del manatí en materiales de divulgación asociados a la CONANP. No se tienen los derechos exclusivos).
40 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
El manatí, una especie bajo amenaza de extinción n nn
n
n
Figura 2. Manatí antillano en el Caribe mexicano. Fotografía:
Paloma Ladrón de Guevara Porras.
Figura 3. Hembra y cría de manatí antillano. Fotografía: H. Bahena/ECOSUR.
Ka’an y en la Bahía de Chetumal; con relativa frecuencia se le observa a todo lo largo de la costa de
Quintana Roo, desde Xcalak, en la frontera con Belice, hasta la isla de Holbox, en su costa norte. En el
Golfo de México habita permanentemente en la laguna de Alvarado y en la cuenca del río Papaloapan,
en Veracruz; también en la cuenca baja de los ríos
Grijalva y Usumacinta, que abarca los estados de
Tabasco, Chiapas y Campeche, donde se le encuentra principalmente en los ríos Palizada, Candelaria
y Chumpán. En la zona costera los registros de manatíes son poco frecuentes, pero en los últimos dos
años se han observado cerca de Champotón (Campeche), Sánchez Magallanes (Tabasco) y el Puerto
de Veracruz y Tecolutla (Veracruz).
la hembra y su cría (véase la Figura 3), ni forman
manadas como los delfines; más bien se agrupan
temporalmente en áreas de alimentación o durante
la época de reproducción. Cuando una hembra
entra en celo es acosada continuamente por varios
machos, que compiten para poder aparearse con
ella; estos grupos de reproducción pueden durar hasta un mes. A pesar de que es muy difícil observar la
cópula en animales de vida libre, ésta se ha podido
fotografiar en Tabasco (véase la Figura 4); pero no se
conoce que en México haya un periodo definido de
reproducción o de nacimientos.
El manatí se alimenta de una gran variedad de
plantas que incluyen especies marinas costeras, estuarinas y riparias. Para la Bahía de Chetumal, en
Quintana Roo, se conoce que se alimentan tanto
de pastos marinos como de algas y plantas vasculares. En este lugar su alimento consiste principalmente de dos pastos marinos (Thalassia testudinum y
Halodule wrightii), de mangle rojo (Rhizophora mangle) y de la planta acuática del género Ruppia. Los
Comportamiento y ecología
Los manatíes pasan la mayor parte del tiempo comiendo, descansando o explorando su entorno. No
tienen formaciones sociales estables, excepto por
Riparias
Pertenecientes a,
que viven o que
están situados
sobre los bancos
de ríos y las
corrientes.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
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nn n
Mamíferos marinos en México
n
Figura 4. Única evidencia fotográfica en México de manatíes apareándose en vida libre, obtenida por los expertos de la Universidad
Juárez Autónoma de Tabasco. Fotografía: Archivo Proyecto Manatí, UJAT.
Balanos
Crustáceos que
están encerrados
en una concha y
que son sésiles
(sin movimiento,
fijados a una estructura) durante
su vida adulta.
manatíes que habitan los ríos del Golfo de México
comen mayormente pastos de orilla, como el pasto alemán (Echinochloa polystachya) y gramíneas, y
en menor grado otras especies de plantas flotantes
emergentes y de ribera. También se sabe que los manatíes pueden cambiar de alimento entre las temporadas de lluvias y de secas. En general, en los sistemas fluvio-lagunares de Tabasco y de la Laguna de
Términos, en Campeche, los manatíes consumen lirio, lechuga de agua, zarzas, jacinto, mangle y pastos.
Asimismo, aprovechan algunas frutas disponibles en
los márgenes de ríos y lagunas, como los mangos.
Por sus hábitos herbívoros, el manatí es un reciclador primario de nutrientes, ya que al alimentarse de algas, pastos y plantas vasculares transforma
la biomasa vegetal y la hace disponible a una gran
variedad de organismos que están en los ecosistemas
acuáticos (humedales). Tomando en cuenta que esta
especie pasa una tercera parte del día alimentándose
(diario consumen entre 30 y 45 kg de vegetación en
peso húmedo) y debido a que su digestión es muy
42 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
eficiente, es muy probable que el ritmo de alimentación y defecación de este mamífero contribuya
de manera importante a acelerar el reciclaje de nutrientes y a estimular el crecimiento de varias plantas acuáticas y animales. De esta manera, favorece a
los ecosistemas para que mantengan su estructura,
función y productividad.
Adicionalmente, los manatíes suelen tener parásitos externos sobre su piel, como balanos y varios
crustáceos, así como rémoras, que se alimentan de la
remoción de nutrientes que provoca este mamífero
marino al arrancar las plantas del sustrato.
Algunas de las plantas de las que se alimenta el
manatí son abrasivas y desgastan sus muelas, como si
una lija estuviera frotándolas continuamente. Para
contrarrestar este desgaste, los manatíes remplazan
sus muelas a lo largo de su vida, por lo que siempre
tienen piezas nuevas. No presentan dientes incisivos, únicamente molares.
Los movimientos de los manatíes son relativamente lentos, su desplazamiento es de entre 5 y 8 km/h,
El manatí, una especie bajo amenaza de extinción n nn
pero, en caso de que lo requieran, pueden alcanzar
velocidades de hasta 30 km/h en distancias cortas.
Suelen salir a respirar cada 2 a 5 minutos, aunque en
alguna situación extrema pueden permanecer bajo
el agua hasta por 20 minutos.
Sus movimientos estacionales son largos y llegan a ser de varias decenas de kilómetros. Recientemente, investigadores de la Universidad Juárez
Autónoma de Tabasco y de El Colegio de la Frontera Sur colocaron marcas satelitales a dos hembras adultas cerca de la desembocadura del río
Grijalva. Una de ellas, después de cinco días de
permanecer en una misma área, se desplazó 45 km
sobre la línea costera y permaneció cinco días
en la nueva zona. La otra hembra permaneció
cerca del sitio de captura por varios meses, sólo
realizaba movimientos entre distintos arroyos cercanos. Por otro lado, los manatíes marcados en
Quintana Roo por investigadores de El Colegio
de la Frontera Sur mostraron que alternan la ocupación entre sitios específicos distantes a más de
250 km, mientras que otros mostraron un grado
alto de fidelidad al sitio, al mantenerse en áreas
específicas.
Conservación
El manatí es una especie prioritaria en México,
está clasificada en peligro de extinción (NOM-059SEMARNAT-2010) y forma parte de la lista de Especies Prioritarias para la Conservación en México.
También la subespecie antillana está considerada
en peligro de extinción por la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza.
Se estima que existen alrededor de 1 000 manatíes en México, de los cuales entre 200 y 250 están
en Quintana Roo, con las mayores concentraciones en la Bahía de Chetumal y bahías de la Reserva
de la Biósfera de Sian Ka’an. Para los otros estados
no se cuenta actualmente con una estimación de
abundancia.
Sin embargo, en nuestro país el manatí enfrenta
diversas amenazas, como destrucción y modificación
de su hábitat, colisión con embarcaciones, enredamientos en artes de pesca, caza furtiva ocasional
y una severa contaminación de los ríos y lagunas
por descargas de aguas residuales domésticas, pesticidas organoclorados y metales pesados, entre otros
contaminantes. Estas amenazas están estrechamente vinculadas con las actividades humanas, por lo
n Figura 5. Manatí antillano en la costa de Quintana Roo. Fotografía: Alfredo Barros.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
43
nn n
Mamíferos marinos en México
que la participación de la gente local, la educación
ambiental y las acciones de conservación y saneamiento ambiental son preponderantes para reducir
las amenazas que afectan la sobrevivencia de este
mamífero. Adicionalmente, la capacitación y participación de las comunidades en la atención de
contingencias y el registro de los avistamientos
de manatíes proporciona información valiosa sobre
su presencia, que de otra forma sería más difícil obtener dado lo complejo y aislado de los sistemas fluvio-lagunares donde acostumbran estar.
En México, desde 1921, la caza de manatíes es
ilegal; en 1981 se estableció la veda total por tiempo
indefinido y en 1991 el país le dio protección total.
En 1999 el gobierno federal creó el Subcomité Técnico Consultivo para la Conservación, Recuperación
y Manejo del Manatí, actualmente llamado Grupo
de Trabajo para la Conservación del Manatí, formado por expertos, organizaciones sociales, acuarios
y parques privados. Este grupo, en estrecha colaboración con el gobierno federal, y con financiamiento
de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, ha elaborado el Programa de Acción para la
Conservación de la Especie: Manatí, Trichechus manatus (PACE-Manatí, 2018). El objetivo del programa es garantizar la conservación de esta especie y de
su hábitat en todo el ámbito de su distribución me-
44 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
diante la instrumentación de estrategias y acciones
de manejo y conservación. Posteriormente, en 2011
se formularon los Protocolos Estandarizados para
la Atención de Crías Abandonadas, Rehabilitación
y Necropsias de Manatí, los cuales marcan los procedimientos adecuados para la colecta de muestras,
la obtención de información científica y el manejo
para la toma de decisiones.
Por otro lado, con el fin de incrementar la conciencia pública acerca del valor ecológico, económico, social y cultural del manatí, el Grupo de Trabajo para la Conservación del Manatí gestionó la
celebración del Día Nacional del Manatí. Cada 7 de
septiembre se realizan festivales ambientales en un
número creciente de comunidades; principalmente
en el sistema lagunar de Alvarado (Veracruz), en la
Laguna de Términos (Campeche), en Pantanos de
Centla (Tabasco), en las lagunas de Catazajá (Chiapas) y en Chetumal (Quintana Roo). A partir de
2013 la Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina (SOMEMMA) se sumó a este esfuerzo y promueve
y realiza eventos en diferentes puntos del país, desde
Ensenada (Baja California) hasta Mérida (Yucatán).
Los niños han sido un catalizador para impulsar y fomentar la conciencia en la población adulta
sobre el valor que tiene el manatí, han ayudado a
difundir la información acerca de este mamífero
y las maneras en que todos podemos contribuir a su
conservación.
El sustento de la conservación es la participación ciudadana activa. Para garantizar un futuro
promisorio para los manatíes en México se requiere
involucrar a todos los actores locales, lo cual implica acciones como informar, capacitar, mantener
limpios los ríos, lagunas, cenotes y bahías, preservar los humedales y realizar navegación y pesca de
manera responsable. En este sentido, cabe destacar
el trabajo realizado desde hace 18 años por los colegas del Instituto de Investigaciones Biológicas de la
Universidad Veracruzana (Xalapa) con las comunidades de Alvarado, quienes pasaron de ser cazadores
de manatíes a monitores y vigilantes comunitarios
con capacidad para atender varamientos, rehabilitar
crías huérfanas, registrar los avistamientos de estos
animales e impartir talleres de educación ambiental.
El manatí, una especie bajo amenaza de extinción n nn
En las comunidades del Área de Protección de Flora
y Fauna Laguna de Términos, desde 2011, los colegas del área protegida, el Proyecto Gran Ecosistema Marino del Golfo de México (2011-2014) y el
Colegio Intercultural de las Américas (2015-2018)
han organizado talleres junto con la comunidad y
los diferentes sectores (gobierno, academia y sociedad) para involucrar a la población en el cuidado
del manatí.
Los trabajos en Alvarado y Laguna de Términos
son un ejemplo exitoso de colaboración entre los
científicos, los administradores de los recursos naturales y la población local, encaminada a la conservación y el manejo sostenible del manatí y su hábitat.
Se ha logrado un cambio de actitud y consolidar una
cultura de conservación de este mamífero que previamente no existía en estas zonas. Dicho esfuerzo
tiene un componente social y sólo al integrar esta
parte se podrán llevar a cabo actividades económica
y ecológicamente sostenibles.
Creencias y mitos
El manatí es un mamífero noble que causa sorpresa
por su tamaño, atención por sus hábitos herbívoros y
ternura por su conducta y rostro apacibles. Lo anterior ha propiciado que sean inspiración de cuentos,
historias y mitos.
El mito más conocido dice que los manatíes son
sirenas, y aunque es difícil ver su parecido, esta conexión se ha mantenido durante siglos. Quizá lo que
inició esta historia fue el hecho de que las glándulas mamarias del manatí están ubicadas a nivel de
la axila y cuando amamantan en ocasiones lo pueden hacer en posición vertical sosteniendo a su cría
con sus aletas pectorales, por lo que su imagen es
similar a la de una mujer dándole leche a su bebé;
esto, aunado al hecho de la presencia de una aleta
caudal redondeada, como las sirenas. Posiblemente,
también algunos de los primeros navegantes europeos que llegaron a América hayan visto un manatí con algas o sargazo en su cabeza y lo confundieron
con cabello. Hay que recordar que en esa época los
nuevos visitantes tenían ansias y ganas de descubrir nuevas criaturas y corroborar la existencia de
seres fantásticos, por lo que no es difícil imaginar
que después de varios meses de viaje en barco, con el
calor y su gran imaginación hayan creído encontrar
a las sirenas en los apacibles manatíes. De hecho,
una de las primeras menciones de las sirenas en aguas
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
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Mamíferos marinos en México
Recuadro 1.
Décima del manatí
Antes hubo de a montones
Cuando yo los conocí
Y quiero decir así
A todos los cazadores
También a los pescadores
Que cuiden al manatí
LEONARDO SOLÍS,
decimero de Alvarado, Veracruz.
americanas es de Cristóbal Colón, quien dijo haber
visto tres sirenas que salieron bien alto de la mar
cuando la carabela La Niña se desplazaba hacia el río
Oro (entre 72 y 73 grados longitud oeste); también
afirmó que no eran tan hermosas como las pintan,
que alguna tenía forma de hombre en la cara.
Asimismo, hay narraciones sobre cómo los indígenas pescaban manatíes y consumían su carne,
empleaban su grasa y elaboraban calzado, cordeles y
canoas con su piel. Hay vasijas mayas con la base de
un manatí y costillas labradas de la cultura taino, los
habitantes prehispánicos de las Bahamas y las An-
n Manatí de Florida.
46 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
tillas. Para algunas culturas, como la maya o la olmeca, los manatíes eran un símbolo de maternidad.
Al ser un animal completamente acuático, durante varios siglos se consideró que los manatíes
eran peces y no mamíferos. No obstante, el padre
José de Acosta llegó a dudar de tan sospechosas criaturas, pues mencionó en su Historia natural y moral
de las Indias (1590) lo siguiente:
se halla el que llaman manatí, extraño género de
pescado, si pescado se puede llamar animal que pare
vivos a sus hijos, y tiene tetas y leche con los que
los cría, y pace yerba en el campo; pero en efecto habita de ordinario en el agua, y por eso le comen por
pescado.
En su obra Apologética historia de las Indias, Fray Bartolomé de las Casas menciona del manatí que:
Son tan grandes como grandes terneras, sin pies, sino
con sus aletas, con que nadan, y bien tienen tanto
y medio como una ternera; […] el que lo comiese
delante de quien no supiese que era, en Viernes
Santo, creería que comía propia carne, porque así
lo parece.
Lo anterior dio pie a que durante la Cuaresma los
colonizadores españoles consumieran manatí, práctica que se realizaba en todo el Caribe.
n Manatí antillano.
El manatí, una especie bajo amenaza de extinción n nn
Socializar el conocimiento
Una manera de contribuir a la subsistencia del
manatí es informándose y difundiendo su situación
e invitando a la gente a que se sume a las acciones
de conservación. Un ejemplo de esto es el valioso
trabajo desarrollado por las comunidades rurales del
Golfo de México, cuya capacitación ha sido un factor de éxito para las actividades de monitoreo, atención de contingencias y educación ambiental. Esto
ha favorecido la generación de cambios de actitud
encaminados a contar con comunidades proactivas
y comprometidas con la conservación del manatí. El
hacer esto extensivo a toda el área de distribución
de este mamífero acuático es un reto constante.
Paloma Ladrón de Guevara Porras
Asesoría Técnica y Estudios Costeros.
palomaladrona@yahoo.com
Benjamín Morales Vela
El Colegio de la Frontera Sur.
bmorales@ecosur.mx
León David Olivera Gómez
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
leon.olivera@dacbiol.ujat.mx
Lecturas recomendadas
Cortina Julio, B. y P. Ladrón de Guevara Porras (2014),
Dibujos y cuentos: los niños y el manatí, San Cristóbal
de las Casas, El Colegio de la Frontera Sur. Disponible en: <https://www.uv.mx/iib/banner/los-ninos-yel-manati/>, consultado el 3 de mayo de 2019.
Durand, J. (1983), Ocaso de sirenas, esplendor de manatíes, México, Fondo de Cultura Económica.
Ladrón de Guevara, P. y B. Morales Vela (2015), “¿Existen las vacas marinas? Conozca la única”, La Jornada
Ecológica. Disponible en: <http://www.jornada.com.
mx/2015/02/03/eco-g.html>, consultado el 2 de
agosto de 2018.
Marsh, H., T. J. O´Shea y J. E. Reynolds III (2011),
Ecology and Conservation of the Sirenia: Dugongs and
Manatees, Cambridge, Cambridge University Press.
Morales Vela, B., N. Castelblanco Martínez y D. Olivera Gómez (comps.) (2011), Protocolos estandarizados
para la atención de crías abandonadas, rehabilitación y
necropsias de manatí, Chetumal, Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales/Comisión Nacional
de Áreas Naturales Protegidas.
Morales Vela, B. y J. Padilla Saldívar (2013), “El manatí, la sirena del Caribe”, en C. Pozo, N. Armijo Canto y S. Calmé (eds.), Riqueza biológica de Quintana
Roo. Un análisis para su conservación, Tomo 1, México, El Colegio de la Frontera Sur/Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad/
Gobierno del Estado de Quintana Roo/Programa de
Pequeñas Donaciones, pp. 248-255.
SEMARNAT/CONANP (2010), Programa de Acción para
la Conservación de la Especie: Manatí (Trichechus
manatus manatus), Olivera Gómez, L. D., A. Ortega-Argueta, B. Morales Vela y L. C. Colmenero
Rolón (comps.), México, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales/Comisión Nacional de
Áreas Naturales Protegidas.
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julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
47
ciencia
Gustavo Cárdenas Hinojosa, Armando Jaramillo Legorreta, Edwyna Nieto García y Lorenzo Rojas Bracho
n n nnn n n
La VAQUITA
La vaquita fue descubierta apenas hace 61 años y se encuentra al borde
de la extinción. Su captura incidental en redes pesqueras, principalmente
las utilizadas para pescar totoaba, son el factor de riesgo que amenaza su
sobrevivencia. En este artículo se describe a la vaquita, el estatus de su población y los esfuerzos de conservación realizados para evitar su extinción.
Descubrimiento y descripción de la única marsopa mexicana
uchas personas creen que la vaquita es una especie de delfín, pero no
es así. En realidad es una de las seis especies de marsopas que hay en
el mundo. Al igual que los delfines, las marsopas pertenecen al grupo
de los odontocetos, es decir, los cetáceos con dientes. Esta marsopa fue descrita
como especie apenas en 1958 por Kenneth Norris y William MacFarland. Ambos
biólogos usaron restos óseos –un cráneo encontrado en Punta San Felipe durante
marzo de 1950 y dos cráneos encontrados en la Bahía de San Felipe en diciembre
de 1951– para compararlos con otras marsopas y concluir que había diferencias
morfológicas que llevaron a describir a la vaquita marina (Phocoena sinus) como
una nueva especie.
Las vaquitas llegan a medir sólo 1.5 m de longitud y las hembras son ligeramente más grandes que los machos. Las aletas pectorales y dorsal son proporcionalmente más grandes que en otros cetáceos. No obstante, se considera que la vaquita
es la especie más pequeña de este orden. Su característica más conspicua es el
patrón de pigmentación, con parches negros alrededor de los ojos y delineando
el hocico. Las vaquitas se alimentan principalmente de peces. Se ha calculado que
llegan a vivir cerca de 21 años y se reproducen lentamente, pues producen una cría
cada dos años.
La distribución histórica y actual de la vaquita es una de las más restringidas
para las especies de mamíferos marinos en el mundo. Se encuentra en un área de
aproximadamente 4 000 km2 en el norte del Golfo de California, entre los estados
de Sonora y Baja California, y es la única especie de mamífero marino endémica de México; es decir, sólo vive en aguas de nuestro país.
M
volumen 70
48
número 3
nn n
Mamíferos marinos en México
El factor de riesgo para la supervivencia
de la vaquita
La vaquita es el mamífero marino en mayor peligro de extinción. Está clasificada como críticamente amenazada según la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza (UICN), está
incluida en el Apéndice II de la Convención Internacional para el Tráfico de Especies en Peligro
de Fauna y Flora Silvestres, y aparece en peligro de
extinción conforme a la Norma Oficial Mexicana
(NOM-059-SEMARNAT-2010).
El principal factor de riesgo para la supervivencia
de la vaquita es su captura incidental en redes de
enmalle y agalleras para la pesca de peces y camarón,
donde muere ahogada. Desde su descripción como
especie se señaló el peligro que representaban las redes. De hecho, el enredamiento en artes de pesca es
el principal factor de riesgo para los mamíferos marinos a nivel mundial; se estima que al menos 300 000
cetáceos mueren anualmente por esta causa en los
océanos y mares del orbe. El único estudio que aborda la captura incidental en redes se hizo entre enero de 1993 y enero de 1994. Para entonces se estimó
que 39 vaquitas murieron en operaciones de pesca
en el Golfo de Santa Clara, en Sonora. La información disponible apunta a que un número similar
pudo haber muerto en el otro poblado pesquero de
la zona: San Felipe, en Baja California.
Lamentablemente, el factor de riesgo para la vaquita no sólo ha seguido operando en la región, sino
que se disparó desde 2011 con el rápido desarrollo
de la pesca ilegal de totoaba; ésta es la causa más
letal para la vaquita. La totoaba es un pez grande que
puede alcanzar 2 m de largo y pesar hasta 100 kg. Su
pesca se prohibió desde 1975 dada la drástica reducción de las capturas. La razón es que su vejiga natatoria (buche) es altamente apreciada en Hong Kong
y China continental, por sus supuestas propiedades
medicinales; los pescadores ilegales llegaban a recibir más de 8 500 dólares por kilo. Debido a que es un
negocio ilegal tan rentable, al buche de totoaba se
le conoce como la “cocaína del mar” y hoy se infiere
que el tráfico de este producto está controlado por el
crimen organizado, en China, EUA y en México, lo
que dificulta su erradicación.
Para comprender el drástico efecto de la pesca
de totoaba para la supervivencia de la vaquita, se ha
estimado que de 2011 a 2016 la población de vaquita declinó a un ritmo anual aproximado de 39%. Lo
anterior ha detonado acciones de conservación por
parte del gobierno mexicano y las organizaciones de
la sociedad civil.
Esfuerzos para conservar a la vaquita
Los programas de conservación se han impulsado,
principalmente, por los resultados de las investigaciones acerca de la abundancia y tendencia de la población de vaquitas. Estos trabajos se diseñaron específicamente para guiar las acciones de conservación
implementadas por las autoridades gubernamentales.
Métodos de estudio desarrollados para estimar la
abundancia y tendencia poblacional
n
Figura 1. Cadáver de vaquita donde se pueden apreciar las
características conspicuas de la especie, como parches negros
alrededor de los ojos y delineando el hocico. También se puede
apreciar la aleta dorsal que es proporcionalmente más grande
que en otras especies de marsopas. Fotografía: Gustavo Cárdenas Hinojosa. Diciembre 2010.
50 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
Los métodos para determinar cuál es el tamaño poblacional de los cetáceos se basan en modelos estadísticos y contendrán forzosamente un cierto grado
de incertidumbre. La obtención de información para
estimar la abundancia y la tendencia de la población
se ha realizado con dos métodos: visuales y acústicos.
Para los datos visuales se ha utilizado el método
de muestreo de distancias, que se enfoca en medir
la distancia del grupo de individuos observados a la
línea que define el curso de la embarcación. Se basa
en modelar la probabilidad de detección de animales con la distancia, de manera que se obtiene un
La vaquita n nn
factor de corrección que ayuda a estimar el número
de individuos presentes en un área determinada.
Avistar cetáceos no es fácil, pues pasan la mayor
parte del tiempo bajo el agua y cuando salen a la superficie sólo se puede ver una parte de su cuerpo. En
el caso de la vaquita esto se dificulta aún más, pues
son muy elusivas a las embarcaciones y se trata del
cetáceo de menor tamaño en el mundo. A diferencia
de los delfines, las vaquitas no navegan en manadas
grandes y el promedio de tamaño de un grupo es solamente de dos; asimismo, su conducta en superficie
no es tan notoria como la de los delfines. A pesar
de esto, se han realizado tres estudios de abundancia
de la vaquita en 1997, 2008 y 2015. Para lograrlo,
se requirió de buques oceanográficos equipados con
binoculares de muy alta potencia. Se logró detectar vaquitas hasta distancias de casi 4 km, aunque
el costo de los cruceros no permitió realizar estudios
frecuentes para estimar la tendencia de la población.
Por otra parte, la vaquita, tal como el resto de los
odontocetos, emite señales acústicas que utiliza para orientarse y detectar objetos, de manera similar a
como trabaja el sonar de un submarino; esta característica biológica se conoce como ecolocación. Algunos investigadores han desarrollado equipo electrónico que permite grabar, almacenar e identificar estas
señales de forma pasiva, es decir, sin generar ruido.
Algunas ventajas de este tipo de técnicas, en contraste con los métodos visuales, son que el registro de datos no está restringido a las horas luz ni a las condiciones climáticas y que, en comparación con los costos
de operación de un buque de investigación, resultan
mucho más baratas y rentables. Además, las marsopas,
como las vaquitas, solamente emiten chasquidos de
ecolocación de alta frecuencia y banda de frecuencias
estrecha, y en el Golfo de California la vaquita es el
único cetáceo que produce este tipo de sonido, por lo
que su identificación se realiza sin ambigüedades.
Los registros acústicos de vaquita se han realizado
anualmente, desde 2011, en la misma temporada del
año. Se supone que el número de chasquidos detectados por año es proporcional al tamaño poblacional durante el periodo de muestreo; de tal forma, la estimación de la tendencia de las tasas de detección acústica
anuales es un indicador de la tendencia de la población.
Los esfuerzos para la conservación de la vaquita
Una de las acciones clave para la conservación de
la vaquita fue la creación, en 1997, del Comité
Internacional para la Recuperación de la Vaquita
(CIRVA), que se instauró con el mandato de crear un
plan de recuperación para la especie, con base en la
mejor evidencia científica disponible y tomando en
cuenta la situación socioeconómica de las comunidades humanas que habitan la región. Ya han ocurrido 11 reuniones del CIRVA –la última en febrero
de 2019– y en éstas han coincidido sus miembros
en señalar que la mortalidad incidental de vaquita
tiene que eliminarse de inmediato; asimismo, se deben prohibir las redes de enmalle y desarrollar artes
de pesca alternativas que no capturen a las vaquitas.
También se instó a generar alternativas socioeconómicas para los pescadores y esquemas de aplicación
efectiva del marco normativo y legal. Una de las primeras recomendaciones del CIRVA, en 1997, fue realizar una estimación de abundancia, trabajo que se
llevó a cabo durante el otoño del mismo año en un
crucero conjunto con investigadores de México y de
Estados Unidos de América. Se estimó que 567 individuos componían a la población de vaquitas y
su distribución se restringió principalmente a la zona
occidental del Alto Golfo de California (AGC).
En 2005, CIRVA recomendó el establecimiento
de un área de protección, donde se prohibiera el
uso de redes que capturen vaquitas. De 2008 a la fecha, el gobierno mexicano ha dedicado financiación
y esfuerzo en un nivel sin precedentes para ayudar
a revertir el drástico declive de la población, mediante el Programa de Acción para la Conservación
de la Especie: Vaquita (PACE-Vaquita). En el marco de este esfuerzo, se establecieron varias estrategias para reducir y eliminar las redes de enmalle.
Una parte fundamental fue la implementación del
programa de monitorización acústica, lo que permitió el seguimiento efectivo de la evolución de la población. Desafortunadamente, el PACE-Vaquita no
logró alcanzar el objetivo de eliminar la mortandad
incidental en artes de pesca, pero sí pudo reducirla
de manera apreciable.
Como parte del plan desarrollado en el PACE-Vaquita, se realizó el segundo crucero de estimación
Factor de
corrección
Estimador de número de individuos
por área, usando
distancias a individuos observados.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
51
nn n
Mamíferos marinos en México
32.0
Isla Montague
31.8
El Golfo de
Santa Clara
31.6
Puerto
Peñasco
31.4
31.2
31.0
Rocas
Consag
San
Felipe
30.8
30.6
30.4
30.2
30.0
–115.0
Islas Encantadas
–114.8
–114.6
–114.4
–114.2
–114.0
–113.8
–113.6
–113.4
n
Figura 2. Distribución histórica de vaquita en el norte del Golfo
de California. Los círculos rojos representan los avistamientos reportados de vaquita a la fecha. El polígono en azul es el Área de
Refugio para la Protección de la Vaquita establecido en 2005 y
el polígono con línea discontinua verde es el área de prohibición
de redes de enmalle, incluyendo las denominadas “agalleras”, en
el norte del Golfo de California, establecido en 2017.
de abundancia en 2008. Además del barco en aguas
profundas, se utilizó un catamarán que llevaba un
detector acústico de marsopas que cubrió las aguas
más someras donde el barco no podía navegar. En
este estudio el objetivo principal, además de estimar
el tamaño de la población de vaquitas, fue probar
unos detectores acústicos autónomos que suplieran
el sistema de detección acústica que se había usado
desde 1997, que ya no resultaba estadísticamente
apropiado para seguir estimando la tendencia poblacional, dada la constante reducción de la población
desde dicho año, cuando se inició la monitorización
acústica. Durante el crucero, se probaron tres tipos
de detectores y participaron los diseñadores de cada
uno de ellos, provenientes de Japón y Reino Unido. El que dio mejores resultados fue el denominado
C-POD por su autonomía y efectividad para registrar
e identificar los chasquidos de las vaquitas. Este
equipo no requiere de un operador y puede trabajar
52 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
por periodos de hasta tres meses, dependiendo de los
niveles de ruido en la zona de muestreo.
El resultado de abundancia de este crucero fue
muy preocupante. La estimación fue de 245 individuos; es decir, 57% menos que en 1997, lo que se
traduce en un declive promedio anual de 7.6 por
ciento.
Con base en el uso del C-POD, un grupo de expertos nacionales e internacionales diseñó en 2009 un
esquema de muestreo consistente en 46 sitios fijos
dentro del Refugio de Protección para la Vaquita.
Con ello se calculó obtener hasta un equivalente de
3 000 días de muestreo por año a lo largo y ancho del
área, en comparación con los escasos 20 días que se
lograban, en promedio, entre 1997 y 2007. Con ello,
se tendría la precisión estadística necesaria para detectar los cambios esperados en la población. Durante 2010 se realizaron los trabajos de implementación
y prueba. El esquema empezó a operar formalmente
en 2011.
Entre 2011 y 2015 se estimó, con base en el
muestreo acústico, que la población de vaquita se
redujo a un ritmo promedio anual de 34% y hubo
una caída total de 80% en el periodo. Ante tan brutal reducción, la autoridad mexicana acordó una urgente suspensión temporal de toda la pesca comercial (excluyendo la pesca de curvina) en la zona de
distribución de la vaquita. Lo anterior se inscribió
en el marco de la Estrategia Integral para Preservar
el Ecosistema Marino del AGC, cuyo objetivo prioritario fue evitar la extinción de la vaquita, puesta
en marcha el 16 de abril de 2015 por el presidente de México. Esta estrategia incluyó, además, un
programa de compensación a la cadena productiva
pesquera, un esquema sin precedentes de inspección
y vigilancia, con apoyo de la Armada de México, así
como financiamiento para realizar una tercera estimación de abundancia de la vaquita en 2015.
Al igual que en el crucero de 2008, en 2015 se
utilizó el método acústico y visual, pero en esta ocasión el componente acústico de la expedición fue
basado en una red de muestreo de 136 detectores
acústicos (C-POD). El resultado fue que para el otoño de 2015 se estimó una abundancia de sólo 59
individuos, lo que representó un decremento global
La vaquita n nn
de 92% de 1997 a 2015, si se considera un estrato
núcleo que fue similar en las tres estimaciones realizadas en 1997, 2008 y 2015.
Los datos acústicos de 2016 mostraron que la población había disminuido 49% entre 2015 y 2016.
Se estimó que en ese último año la población de vaquitas rondaba los 30 individuos. Esta disminución
tan drástica, como ya se mencionó, fue consecuencia de la pesca ilegal de totoaba que ha operado continuamente desde 2011.
Los resultados alarmantes y deprimentes de la
Expedición Vaquita 2015 y del programa de monitorización acústica se discutieron en reuniones del
CIRVA, llevadas a cabo en 2016 y 2017. Con base
en los reportes, las secretarías de Medio Ambiente
y Recursos Naturales (Semarnat) y de Agricultura y
Desarrollo Rural (Sagarpa) llegaron a un acuerdo en
2017 para establecer una veda permanente de redes
de enmalle en el AGC, entre otras acciones. Sin embargo, debido a que la pesca ilegal de totoaba continuaba provocando la disminución de la población
de vaquita de manera catastrófica, se tenían que hacer otro tipo de esfuerzos para evitar la extinción de
esta especie.
Programa de Eliminación de Redes Fantasmas en
el AGC
Otro de los trabajos de conservación que han ayudado a que la vaquita no se extinga todavía comenzó
en octubre de 2016 con un programa multiinstitucional integrado por dependencias del gobierno
(lideradas por la Semarnat), así como pescadores
locales de San Felipe y organizaciones de la sociedad
civil nacionales e internacionales. La idea surgió
por comentarios de los propios pescadores, ya que
reportaron una tremenda cantidad de redes o artefactos de pesca abandonados que les impedían realizar algunas pruebas con artes de pesca alternativa y
que además representaban un riesgo para las vaquitas y totoabas.
Aunado a esto, en la VII reunión del CIRVA, realizada en mayo de 2016, la Secretaría de Marina y
la Sea Shepherd Conservation Society presentaron
reportes que mostraban que continuaba de manera
intensa la actividad ilegal del uso de redes agalleras
en el hábitat de la vaquita. En la reunión se hizo notar también que al menos en marzo de 2016 las últimas tres muertes de vaquitas fueron por causa de las
redes de pesca. Debido a esto, el CIRVA recomendó
que se retiraran de manera inmediata todas las redes
abandonadas (llamadas redes fantasmas) porque representan una grave amenaza.
Por esta razón, se creó el Programa de Eliminación de Redes Fantasmas en el AGC. En un principio fue planeado para buscar y eliminar las redes
abandonadas en el mar; sin embargo, los resultados
iniciales mostraron la intensa actividad de pesca ilegal, ya que la mayoría de las redes obtenidas del mar
son redes activas (recién colocadas) para la pesca de
totoaba. Desde que empezó el programa en octubre
de 2016, y hasta junio de 2018, se había extraído
un total de 1 100 redes. De enero a junio de 2018
se retiraron del mar 557, de las cuales alrededor de
80% eran redes activas y cerca de 90% eran artes
de pesca para capturar totoaba. Cada red que se retira del mar aumenta la probabilidad de supervivencia
de la vaquita, por lo que las diversas instituciones
que componen el programa, tanto gubernamentales
como de la sociedad civil, recomendaron hacer este
esfuerzo de manera permanente.
Es importante mencionar que la Secretaría de
Marina, en colaboración con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, también ha retirado
cientos de redes del hábitat de la vaquita. Debido
a esto, se espera que la nueva administración, que
Estrato núcleo
Área de muestreo
usada para comparar la abundancia
de vaquita de tres
estimaciones.
n
Vaquita enmallada en red agallera para pescar totoaba. Fotografía: Cristian Faezi y Omar Vidal.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
53
nn n
Mamíferos marinos en México
inició en 2019, continúe apoyando la operación
de manera ininterrumpida de este importante programa multiinstitucional para ayudar a la marsopa
mexicana.
Programa Vaquita CPR (Conservación, Protección y
Recuperación)
Asimismo, debido a la inminente extinción de la
especie y a que la pesca ilegal de totoaba no parecía disminuir, en 2017 la Semarnat decidió implementar un plan de emergencia recomendado por el
CIRVA, con el objetivo de buscar, capturar y trasladar
a algunos individuos de vaquitas a un santuario temporal ubicado en su hábitat, donde tendrían cuidado humano. El objetivo central pretendía conseguir
más tiempo para eliminar la pesca ilegal de totoaba y
desarrollar pesquerías legales con artes de pesca que
no afecten a la vaquita. De tal forma, la meta era
contar con individuos que pudieran ser liberados,
posteriormente, en un ambiente libre de redes.
En Vaquita CPR (Conservación, Protección y Recuperación) participó el gobierno mexicano, grupos
conservacionistas y más de 90 científicos de nueve
países. Se logró capturar dos vaquitas. La primera fue
una hembra inmadura que estaba en buenas condi-
nFotografía:
Figura 4. Vaquita capturada durante el Programa Vaquita
Vaquita
.
CPR
54 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
CPR.
ciones, pero los equipos de veterinaria y de cuidado
animal determinaron que ésta no se estaba aclimatando a la piscina del centro de cuidado (llamado El
Nido), por lo que tomaron la decisión de liberarla.
La segunda vaquita fue una hembra adulta y también se consideró que estaba en buenas condiciones
para su transporte a El Nido. Al principio la vaquita
no presentó señales de estrés y parecía que aprendía a adaptarse a la instalación marina, pero después
dejó de nadar y su estado se deterioró muy rápidamente, por lo que se inició una liberación de emergencia. Sin embargo, no se tuvo éxito y la vaquita
fue recapturada rápidamente para la administración
de atención de emergencia; durante estas labores, el
animal sufrió un paro cardiaco y no respondió a los
intentos de reanimación.
Debido a estos dos acontecimientos, y de acuerdo con el protocolo establecido, el programa Vaquita CPR se suspendió por el riesgo que representaba
para la población la captura de más vaquitas.
¿A pesar de todo esto, aún hay esperanza
para la vaquita?
Sí. El programa de monitorización acústica continuó operando desde mediados de enero de 2018
a una menor escala (seis sitios de muestreo). En
cinco meses se logró detectar actividad acústica de
vaquitas en sitios donde se esperaba que ocurriera.
Aunado a esto, también desde inicios de 2018, el
trabajo de vigilancia por parte de las autoridades y
el esfuerzo del programa de eliminación de redes se
concentró en un “área de exclusión” establecida por
el gobierno, donde coinciden la mayor frecuencia de
detecciones de vaquita y la pesca ilegal de totoaba.
También las autoridades ambientales de México y
organizaciones de la sociedad civil, en colaboración
con pescadores locales, están trabajando de manera
acelerada en el diseño y pruebas de artes de pesca
para desarrollar una alternativa a las redes de enmalle y agalleras.
Aunado a esto, el 26 de julio de 2018, en respuesta a una demanda presentada por grupos conservacionistas internacionales, la Corte Internacional
de Comercio de Estados Unidos ordenó prohibir
La vaquita n nn
las importaciones de pescado (como sierra, chano,
curvina) y camarón que son capturados con redes
agalleras en el hábitat de la vaquita. Esto, con el fin
de eliminar su principal causa de mortalidad y evitar su extinción. Dicha medida internacional podría
desmotivar a los pescadores al uso de redes, pero
también atraerá más problemas socioeconómicos a
la región del AGC. Por otro lado, este embargo constituye una sanción económica con bastante impacto
negativo a las pesquerías del AGC como para que las
autoridades se queden pasivas, de tal forma que se
espera que, en esta ocasión, concluyan con el desarrollo de artes de pesca alternativas distintos a las
redes agalleras y de enmalle.
Finalmente, es importante mencionar que si los
gobiernos de China, Estados Unidos y México no detienen la pesca ilegal, el tráfico y el mercado negro
de totoaba, continuará siendo muy difícil detener la
caída de la población de vaquita. Adicionalmente,
estas redes también impactan a otras especies que se
han enredado, como tiburones, ballenas, lobos marinos, delfines, peces y tortugas. Por lo tanto, urge
además establecer una colaboración internacional
efectiva que detenga la cadena de corrupción en
México y en el mundo que permite el tráfico del buche de la totoaba, por parte de los cárteles.
Gustavo Cárdenas Hinojosa
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad; Centro de Investigación Científica y Educación
Superior de Ensenada.
gcardenas03@gmail.com
Armando Jaramillo Legorreta
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.
ajaramil@cicese.mx
Edwyna Nieto García
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.
enieto@cicese.mx
Lorenzo Rojas Bracho
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.
lrojasbracho@gmail.com
Lecturas recomendadas
Jaramillo-Legorreta, A., G. Cárdenas-Hinojosa, E. Nieto-García, L. Rojas-Bracho, J. Ver Hoef, J. Moore,
N. Trigenza, J. Barlow, T. Gerrodette, L. Thomas y
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2018.
Rojas-Bracho, L., A. Jaramillo-Legoretta, E. Nieto-García y G. Cárdenas-Hinojosa (2016), “Popurrí/cajón
de sastre de la vaquita marina”, La Jornada Ecológica. Disponible en: <http://www.jornada.com.mx/
2016/02/01/eco-c.html>, consultado el 25 de julio de
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Hoef, J. Moore, B. Taylor, J. Barlow y N. Tregenza
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julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
55
ciencia
Geraldine Busquets Vass, Fabiola Guerrero de la Rosa y Diane Gendron
n n nnn n n
Las BALLENAS
En el mundo se han descrito 14 especies de misticetos, conocidos comúnmente como ballenas barbadas, ocho de las cuales se pueden observar
en los mares de México. Desde 1933 se ha impulsado la protección y el
manejo responsable de estas especies; asimismo, el tamaño y la majestuosidad de las ballenas barbadas nos ha llevado a inventar leyendas y
contar historias acerca de ellas.
Especies de ballenas en los mares de México
omúnmente, el término ballena se refiere en sentido amplio a todos los grandes cetáceos. De acuerdo con la Comisión Ballenera Internacional –una
organización creada en 1942 para regular la caza de ballenas–, se pueden
dividir en dos grandes grupos: aquellas ballenas con barbas (misticetos) y las que
tienen dientes (odontocetos). Sin embargo, en el mundo del estudio de los mamíferos marinos (mastozoología marina) sólo se consideran ballenas las especies
de misticetos.
Las barbas de los misticetos parecen hojas de palmera apiladas, como placas
planas que están insertadas y alineadas una tras otra de cada lado de las encías de
la mandíbula superior. Están hechas de queratina, el mismo material del que están
constituidas nuestras uñas. Cada ballena tiene alrededor de 300 barbas de cada
lado de la mandíbula, aunque su tamaño y grosor varía entre especies, en función
de sus presas y estrategia de alimentación. Las ballenas usan sus barbas como un
filtro gigante que les permite retener a sus presas en la boca para finalmente tragarlas. El tipo de alimento cambia según la especie; algunos ejemplos de las presas
más comunes son: cardúmenes de peces, agregaciones de calamares o agregaciones
de langostilla roja o krill.
Hasta ahora, se han descrito 14 diferentes especies de ballenas barbadas en el
planeta. México es un país privilegiado debido a que en sus mares es posible observar ocho de estas especies (véase la Figura 1): la ballena azul, la ballena de aleta o
rorcual común, el rorcual tropical o ballena de Bryde, la ballena Sei o rorcual de
Rudolphi, la ballena minke o rorcual aliblanco, la ballena jorobada o yubarta, la
C
Krill
Animales que parecen pequeños
camarones.
volumen 70
56
número 3
ballena gris y, asimismo, la ballena franca del océano Pacífico norte. Las especies
varían considerablemente en su tamaño, peso, forma y coloración, así como por la
forma y tamaño de sus aletas (dorsal, pectoral y caudal).
Estas ocho especies de ballenas se pueden clasificar en tres diferentes grupos por
el tipo de estrategia que utilizan para alimentarse: las tragadoras, las dragadoras y
las peinadoras (véase la Figura 2). Las del primer grupo se denominan balaenoptéridos (familia Balaenopteridae); son todas las ballenas capaces de expandir su
garganta para engullir agregaciones de su alimento, en conjunto con grandes cantidades de agua de mar. Posteriormente, utilizan su lengua como un elevador que
expulsa el agua, mientras las barbas retienen el alimento mediante filtración para
finalmente tragarlo (véase la Figura 2a). En México podemos observar seis especies
de ballenas tragadoras, descritas a continuación.
La ballena azul (véase la Figura 1a) es una especie migratoria que se mueve estacionalmente entre altas y bajas latitudes. En el Pacífico noreste hay una población
de ballenas azules que durante el verano y principios del otoño se alimenta principalmente en la costa oeste de Estados Unidos de América y Canadá (desde el Golfo de Alaska hasta las costas de California). Posteriormente, a finales del otoño,
nn n
Mamíferos marinos en México
a) Ballena azul
f) Ballena jorobada
Longitud: 27 a 30 metros. Peso: 70 a 90 toneladas
b) Ballena de aleta
Longitud: 13 a 18 metros. Peso: 30 a 40 toneladas
g) Ballena gris
Lado derecho
Lado izquierdo
Longitud: 19 a 26 metros. Peso: 36 a 45 toneladas
Longitud: 12 a 14 metros. Peso: 20 a 33 toneladas
c) Rorcual tropical
Tiene tres crestas
en la parte superior
de la cabeza
Longitud: 11 a 14 metros. Peso: 12 a 20 toneladas
d) Ballena sei
h) Ballena franca del Pacífico norte
Sólo tiene
una cresta
Longitud: 16 a 20 metros. Peso: 12 a 15 toneladas
e) Ballena minke
Longitud: 17 a 18 metros. Peso: 80 a 100 toneladas
Longitud: 8 a 10 metros. Peso: 5 a 9 toneladas
Ilustraciones por: Uko Gorter, todos los derechos reservados copyright © 2003-2018. Para mayor información contactar a: ukogerter.com
n Figura 1. Especies de ballenas barbadas en México.
estas ballenas migran hacia el sur, por el lado oeste
de la península de Baja California, frente a México,
el cual es su corredor migratorio. Cada invierno y
primavera alrededor de 300 de estas ballenas entran
al Golfo de California. Este mar semicerrado es un
área sumamente importante de alimentación, reproducción y crianza de ballenatos. Dentro del Golfo,
un sitio de particular interés es el Parque Nacional
58 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
Bahía de Loreto, ya que constituye uno de los pocos
sitios conocidos en el mundo donde se pueden observar madres con sus crías. De enero a marzo, varias
compañías llevan a cabo actividades de observación
turística de ballenas azules.
Por otro lado, en el océano Atlántico frente a México (Golfo de México y mar Caribe) es poco común
observarlas; probablemente se trata de ballenas que se
Las ballenas n nn
desviaron de su ruta migratoria y que podrían pertenecer a la población de ballenas azules que habita las
aguas de la costa de Groenlandia, el este de Canadá
(Golfo de San Lorenzo, Terranova y Nueva Escocia)
y de Estados Unidos de América (Nueva Inglaterra).
De la ballena de aleta (véase la Figura 1b) hay al
menos tres diferentes poblaciones en México. En el
Golfo de California hay una población de aproximadamente 400 ballenas que son residentes, esto implica que no se reproducen con otras ballenas afuera
del Golfo; por ende, están genéticamente aisladas.
Dentro de esta zona llevan a cabo movimientos estacionales relacionados con la búsqueda de alimento,
principalmente krill y peces pequeños. Esta especie
se puede observar todo el año en Bahía de los Ángeles y en el Parque Nacional Bahía de Loreto, donde
se ofrecen servicios de observación turística de esta
especie; asimismo, en Bahía de Kino, frente a la costa este del Golfo.
En el Pacífico norte aún no hay información
para separar claramente las diferentes poblaciones
de rorcual común. En la costa oeste de la península de
Baja California todo el año se pueden ver ejemplares
de esta especie, que probablemente forman parte del
a) Ballenas tragadoras: rorcuales
grupo o población de ballenas que utiliza la costa
oeste de Estados Unidos de América, principalmente
de los estados de California, Oregón y Washington.
En cambio, en el Golfo de México las observaciones
de esta especie son poco frecuentes y por lo general
han ocurrido en zonas muy alejadas de la costa. Estas ballenas posiblemente forman parte del grupo de
ballenas que migran entre las costas canadienses de
Terranova, Labrador y Nueva Escocia.
El rorcual tropical (véase la Figura 1c) es visto frecuentemente frente a las costas del Pacífico noroeste
frente a México, incluido el Golfo de California. Se
ha sugerido que en este sitio hay dos poblaciones:
una residente, que permanece todo el año dentro de
esta región, y ballenas que entran ocasionalmente al
Golfo de California y están asociadas a una población del Pacífico oriental tropical. Asimismo, esta
especie es una de las pocas ballenas que se puede observar todo el año en el Golfo de México; sin embargo, la información acerca de esta población es escasa.
Por su parte, la ballena Sei (véase la Figura 1d) se
puede observar durante todo el año en toda la costa
del Pacífico noreste frente a México. No obstante,
la mayoría de las observaciones de esta especie han
b) Ballenas dragadoras: ballena gris
1. Boca cerrada
2. Comienza a
abrir la boca
3. Engulle agua y
agregación de krill
c) Ballenas peinadoras: balénidos
4. Cierra la boca, se
expande su
garganta
5. Expulsa toda el
agua y traga krill
n Figura 2. Tipos de alimentación en ballenas barbadas.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
59
nn n
Mamíferos marinos en México
Anfípodos
marinos
Animales que son
parecidos a las
pulgas terrestres.
Isópodos
marinos
Animales que
pertenecen al
mismo grupo que
las cochinillas
terrestres y son
similares a éstas.
ocurrido frente a la costa oeste de la península de
Baja California y en el archipiélago de Revillagigedo, mientras que dentro del Golfo de California son
escasas. Uno de los problemas con el avistamiento
de esta especie es que es fácil confundirla con el
rorcual tropical, debido a que físicamente son muy
similares (véanse las Figuras 1c y 1d). No es frecuente observar a esta especie en el Atlántico frente a
México, pero ha habido reportes de su presencia
tanto en el Golfo de México como en el Caribe. Es
importante mencionar que la información sobre las
poblaciones que visitan México aún es muy poca.
La ballena minke (véase la Figura 1e) se distribuye frente a ambas costas de México –Pacífico y
Atlántico– en cualquier estación del año. Sin embargo, no es frecuente observarla. Todavía se desconoce la dinámica poblacional de las ballenas minke
que visitan aguas mexicanas en ambos océanos.
Las ballenas jorobadas (véase la Figura 1f) que se
registran en el Pacífico mexicano, incluido el Golfo
de California, pertenecen a la población del Pacífico noreste. Estas ballenas visitan aguas mexicanas
principalmente en invierno y primavera para reproducirse y criar a sus ballenatos, en tanto que en verano migran hacia sus zonas de alimentación localizadas en la costa oeste de Estados Unidos de América
y Canadá. Las ballenas jorobadas son muy abundantes. Se ha calculado que la agregación invernal en
el Pacífico frente a México es de aproximadamente
2 700 ballenas. Debido a sus hábitos costeros, al carácter acrobático de la especie y la tendencia ocasional de acercarse a las embarcaciones, la observación
turística dirigida a esta especie es muy popular en las
costas de Los Cabos (Baja California Sur), Puerto
Vallarta y Bahía Banderas (Jalisco) y frente a la costa de Nayarit. Recientemente esta actividad se ha
hecho popular también en Manzanillo (Colima) y
Puerto Escondido (Oaxaca). Asimismo, hay embarcaciones que llevan turistas a las islas Revillagigedo
para realizar actividades de observación de fauna
marina; entre ésta, la ballena jorobada. Esta especie
también está presente estacionalmente en el Atlántico, tanto en el Golfo de México como en el Caribe, aunque su observación no es tan frecuente como
en el Pacífico y es posible que tales individuos per-
60 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
tenezcan a dos o tres subpoblaciones discretas que
se han descrito para el Atlántico norte. Una buena
noticia con respecto a esta especie es que a pesar de
que fue cazada intensamente, sus poblaciones se recuperaron a tal grado que hoy se cataloga como una
especie de “menor preocupación” en la Lista Roja
de Especies Amenazadas de la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza.
El segundo grupo de ballenas es el de las dragadoras, con una sola especie en México: la ballena gris
(familia: Eschrichtidae). Las dragadoras básicamente
abren su boca para succionar el fangoso suelo marino en busca de sus presas (véase la Figura 2b), como
anfípodos e isópodos marinos; estos últimos pertenecen al mismo grupo que las cochinillas terrestres y
físicamente se parecen mucho, tanto en forma como
en tamaño. En ocasiones las ballenas grises también
pueden consumir agregaciones de krill.
En la actualidad, la ballena gris (véase la Figura 1g) sólo se distribuye en el Pacífico norte, donde
existen dos poblaciones migratorias: la coreana y la
californiana/americana. Las ballenas grises que se
observan en México pertenecen a ambas poblaciones, aunque la gran mayoría proviene de la población californiana/americana. En verano se les
encuentra en sus áreas de alimentación, que incluyen los mares de Chuckchi, Beaufort, Bering y alrededor de la isla de San Lorenzo. En otoño migran
hacia el sur, siguiendo la línea costera, y en invierno entran a varias lagunas localizadas en la costa
Las ballenas n nn
oeste de la península de Baja California, en México: Ojo de Liebre, San Ignacio y Bahía Magdalena. Anteriormente también se distribuían en las
lagunas Yavaros-Tohaui (Sonora) y en la Bahía de
Santa María (Sinaloa), ambas dentro del Golfo
de California. Las lagunas son sus zonas principales de reproducción, donde nacen la gran mayoría
de los ballenatos, por lo que se considera que esta
especie es mexicana por nacimiento. Por su distribución costera y carácter amistoso con las embarcaciones, se ha desarrollado toda una industria de
observación turística de la especie, la cual genera
una gran entrada de divisas anuales para las comunidades y empresas turísticas locales. Visitantes de
todo el mundo llegan a las costas del Pacífico mexicano para poder tener contacto con estos gigantes
del mar.
Por último, dentro de las ballenas barbadas, el
grupo de las peinadoras (familia Balaenidae) incluye
a las especies que nadan continuamente cerca de la
superficie del mar con la boca abierta, para ir filtrando sus presas conforme avanzan (véase la Figura 2c).
Para poder filtrar suficiente alimento estas ballenas
cuentan con barbas muy largas; algunas llegan a medir hasta 4 m de longitud. En México solamente se
cuenta con registros de una de estas especies: la ballena franca del Pacífico norte (véase la Figura 1h).
Esta población fue muy abundante en las costas del
Golfo de Alaska, la costa este de las Islas Aleutianas
y el sur y centro del mar de Bering. Sin embargo,
fueron cazadas casi hasta su extinción y se considera una de las especies de ballenas más amenazadas
del mundo.
Actualmente es poco común observar a esta especie en los mares del Pacífico norte. En la costa
oeste de la península de Baja California se tienen
registros de algunas capturas en la Bahía de Sebastián Vizcaíno e Isla Cedros, y en la época moderna se han observado en invierno en Isla Guadalupe
y Punta Abreojos. La última vez que se observó a
una ballena franca fue en las costas de San José del
Cabo, dentro del Golfo de California, en febrero de
1996; éste es uno los registros más interesantes, ya
que representa el avistamiento más sureño de esta
especie en el Pacífico norte.
Acciones para la conservación de las
ballenas barbadas en México
El ser humano ha cazado a las ballenas al menos
desde el año 3000 a. d. n. e.; esta práctica se realizó
de manera intensiva en la época ballenera, que comenzó en el siglo XVII y prosperó en los siglos XVIII
y XIX. En dicho periodo, algunas poblaciones de ballenas fueron cazadas casi hasta la extinción. En México se instalaron estaciones balleneras administradas por extranjeros para la cacería de la ballena gris
en las lagunas de la costa oeste de la península de
Baja California, en el Pacífico. El estadounidense
Charles Melville Scammon (1825-1911) fue el primero en cazar ballenas grises en las lagunas Ojo de
Liebre y San Ignacio. Asimismo, las flotas extranjeras, principalmente europeas y en especial noruegas, extrajeron ballenas grises de la costa oeste de
la península. La ballena azul, la ballena jorobada y la
ballena Sei también fueron cazadas en aguas mexicanas por los noruegos entre 1910 y 1935. Otra especie de cetáceos, del grupo de los odontocetos, que
fue cazada de manera regular en el Pacífico y en el
Atlántico en México es el cachalote. Actualmente,
aunque aún existen países que cazan ballenas de manera comercial, en México esta actividad está completamente prohibida y el país participa activamente en la solicitud de la eliminación de esta actividad
a nivel mundial.
Nuestro país se ha distinguido en la comunidad
internacional por ser líder en la protección y conservación de las poblaciones de ballenas. La adhesión de México a la Convención de Ginebra para la
Protección de Ballenas fue en 1933, y en 1949 aprobó el Convenio Internacional para la Reglamentación de la Caza de la Ballena. En ese mismo año
ingresó a la Comisión Ballenera Internacional y, a
partir de entonces, suspendió los permisos para capturar y explotar cualquier especie de ballena con fines comerciales.
Por otro lado, México también fue uno de los
primeros países en regular la observación turística de ballenas, que ha adquirido gran importancia
para la economía de varios estados. No obstante,
las ballenas, así como los demás cetáceos, están incluidas en la ley federal NOM-59-SEMARNAT-2010
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
61
nn n
Mamíferos marinos en México
en la categoría de “sujetas a protección especial”,
por lo cual existen lineamientos establecidos en la
NOM-131-SEMARNAT-2010 para realizar la observación de estas especies de manera responsable. Es importante mencionar que esta actividad únicamente
se puede llevar a cabo con permisos expedidos por
la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Los lineamientos tienen por objetivo asegurar
que los turistas puedan observar e interactuar con
estos animales sin alterar su comportamiento o causarles daño.
Los esfuerzos para conservar las poblaciones de
ballenas, así como mejorar la actividad de observación turística en aguas mexicanas, han implicado
el trabajo continuo de las instituciones de investigación y las autoridades encargadas de diseñar y
establecer normas y protocolos de protección. Los
trabajos más notables han involucrado el diseño
de Programas de Acción para la Conservación de
la Especie (PACE) en el caso de la ballena azul, la
ballena de aleta y la ballena jorobada; de éstos derivaron los Programas de Conservación de Especies
en Riesgo (PROCER). Mediante dichos programas de
la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), el gobierno mexicano ha apoyado
el desarrollo de investigación científica clave para
diseñar protocolos de acción, conservación y observación de estas especies. En estos programas se han
involucrado las empresas de turismo, los prestadores
de servicios turísticos y las comunidades que trabajan con estas especies, lo cual ha generado vínculos importantes entre investigadores, autoridades,
empresarios y el público en general. La vinculación
de todos estos grupos ha fortalecido las acciones de
conservación de las ballenas en México.
Leyendas e historias de las ballenas barbadas en México
La relación entre los humanos y las ballenas ha
ido cambiando a través de los siglos. En diferentes
lugares y épocas han sido temidas por su gran tamaño y consideradas monstruos marinos; en otros casos
han sido veneradas como deidades. En varios países
resultan un recurso importante y son cazadas por su
62 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
carne, huesos y aceite. Sin embargo, en las últimas
tres décadas se han convertido en un importante
atractivo turístico, debido a la creciente fascinación
por observarlas en vida libre.
En México hay evidencia de que desde la época
precolombina diferentes tribus estuvieron en contacto con estos majestuosos animales. Entre las pruebas más llamativas están las pinturas rupestres de
ballenas, localizadas en varias zonas arqueológicas
de la península de Baja California. Probablemente, en
aquella época las ballenas eran consideradas deidades
con poderes sobrenaturales. Aunque la información
sobre esta relación ballenas-humanos en México es
escasa, existen algunas leyendas e historias interesantes que involucran a estos inmensos animales.
La leyenda de La Bufadora
En Ensenada, Baja California, La Bufadora es el nombre que se le ha dado a una famosa formación rocosa
que cuenta con una cueva estrecha, la cual, al ser
golpeada por el oleaje intenso, produce explosiones
verticales de agua, parecidas a un géiser marino. El
agua puede llegar hasta 30 m de altura, lo cual impresiona a los visitantes de la zona.
De manera similar, al exhalar, las ballenas expulsan aire que se combina con el agua de mar circundante, por lo cual parecen chorros o explosiones de
agua parecidas a las de La Bufadora. Por esto, cuenta
la leyenda que una cría de ballena gris, especie que
visita Ensenada durante su migración invernal, se
alejó de su madre, se perdió y quedó varada en las
rocas. Asustada y desesperada, la cría trató de pedir
ayuda a otras ballenas expulsando chorros de agua
de manera continua y con gran fuerza. Sin embargo,
tristemente, sus compañeros no la vieron y conforme pasó el tiempo la ballenita se convirtió en roca,
pero nunca dejó de aventar chorros de agua en forma de explosiones para seguir llamando la atención
de todo el que visita la zona.
La historia de Francisco Mayoral, alias Pachico, y las
ballenas grises
La ballena gris era llamada el pez diablo durante la
época ballenera, debido a que las hembras acompañadas de sus crías eran particularmente agresivas y
Las ballenas n nn
Cuando Pachico regresó al campamento de pescadores nadie le creía, pero pronto descubrieron que
esa ballena no era la única que estaba dispuesta a
acercarse e interactuar de manera amistosa con las
embarcaciones. En ese momento, las ballenas y el
ser humano, enemigos por tantos años, se encontraron de nuevo e hicieron las paces. Pachico fundó
una compañía de observación turística de ballenas
grises en la Laguna San Ignacio (Baja California
Sur) y sus relatos se esparcieron por toda la península, lo que incentivó la creación de diversas empresas
que activamente, año con año, llevan a personas de
todo el mundo a recrear una y otra vez lo que Pachico vivió aquel día. Pachico pasó en la laguna toda su
vida hasta su muerte en 2013. Su esposa, Carmen,
quien proviene de una familia que ha habitado en
esta laguna desde 1800, continua con esta actividad,
junto a sus seis hijos.
las defendían de los cazadores hasta su último aliento. En 1970, después de 21 años de la prohibición
de la cacería de la ballena gris, las personas que habitaban las lagunas de la costa oeste de la península de Baja California, quienes eran principalmente
pescadores, tenían pavor de las ballenas grises o los
agresivos peces diablo. Su temor era tal que cuando
las ballenas se acercaban, ellos hacían ruidos golpeando con palos los costados de sus embarcaciones para ahuyentarlas.
Se dice que, en el invierno de 1972, una ballena
gris eligió al pescador Francisco Mayoral, mejor conocido como Pachico, y se acercó a su embarcación.
Como buen pescador, Pachico había escuchado las
historias del pez diablo y estaba consciente de que la
ballena medía el doble de su medio de transporte, así
que trató de alejarse. La ballena lo siguió hasta que se
puso debajo de la embarcación y Pachico ya no pudo
moverla. Conmocionado por la situación, también
se quedó inmóvil, con el temor de que el animal lo
atacara. Los minutos pasaron y la ballena comenzó
a frotar su cabeza de manera muy tranquila contra
la embarcación; fue entonces que Pachico decidió
probar su suerte y extendió la mano. De manera casi
mágica, como una conexión divina, la ballena no se
fue, sino que se quedó para que él siguiera tocándola.
Geraldine Busquets Vass
Centro de Investigación Científica y de Educación Superior
de Ensenada, Unidad La Paz, Baja California Sur.
geraldine.busquets@gmail.com
Fabiola Guerrero de la Rosa
Universidad Autónoma de Querétaro, Campus Aeropuerto, Querétaro.
f.guerrero.de.la.rosa@gmail.com
Diane Gendron
Instituto Politécnico Nacional, Centro Interdisciplinario de
Ciencias Marinas, La Paz, Baja California Sur.
dianegendroncicimar@gmail.com
Lecturas recomendadas
Berta, A., J. Sumich y K. Kovacs (2006), Marine mammals: Evolutionary biology, Estados Unidos de América, Academic Press.
Guerrero-Ruiz, M., J. Urbán-Ramírez y L. Rojas-Bracho
(2006), Las ballenas del Golfo de California, México,
Instituto Nacional de Ecología/Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales.
Niño-Torres, C., J. Urbán-Ramírez y O. Vidal (2011),
Mamíferos marinos del Golfo de California, México,
Alianza WWF México-Telcel.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
63
ciencia
Raúl E. Díaz Gamboa y Christian D. Ortega Ortiz
n n nnn n n
Los DELFINES
Los delfines tienen una gran variedad de tamaños y formas. Se agrupan
según la especie y su hábitat; viven en ríos y océanos de todo el mundo.
En México se encuentra 53 % de la diversidad mundial de delfines, por lo
que la conservación de sus poblaciones es esencial ante muchas amenazas naturales y antropogénicas.
Características y hábitos
os delfines son un grupo de animales que pertenecen al orden de las 80 especies de cetáceos que existen en el mundo. Corresponden al suborden de los
odontocetos, es decir, son cetáceos con dientes. Existen dos tipos de delfines,
los que viven en ríos y los que viven en el ambiente marino. De los delfines de
ríos hay cinco especies en la actualidad, comprendidas en tres familias diferentes
(Platanistidae, Iniidae y Pontoporiidae): el delfín del sur de Asia (Platanista gangetica), el delfín rosado (Inia geoffrensis), el delfín de Araguaia (Inia araguaiaensis), el
delfín boliviano (Inia boliviensis) y el delfín franciscana (Pontoporia blainvillei). Por
su parte, los delfines marinos o verdaderos están representados por 36 especies que
se clasifican en una sola familia (Delphinidae).
En general, los delfines se caracterizan por tener una aleta en el dorso, dos aletas pectorales (para maniobrar y dirigir el movimiento del cuerpo) y una aleta caudal, la cual es aplanada dorsoventralmente y funciona como el principal “motor”
de impulso de estos organismos durante el nado mediante movimientos verticales.
Su cuerpo es muy hidrodinámico, lo cual disminuye la resistencia del agua durante
el desplazamiento. Los delfines también presentan una capa muy gruesa de gra-
L
volumen 70
64
número 3
nn n
Mamíferos marinos en México
sa que minimiza la pérdida de calor corporal en un
medio más frío que su cuerpo; unos dientes cónicos
que utilizan para sujetar a sus presas y no para masticarlas; un orificio nasal localizado en la parte superior de la cabeza y que sirve para respirar aire al
emerger de la superficie del agua; pero lo más fascinante de estos animales es un sistema de ecolocalización que les permite emitir sonidos e interpretar el
eco resultante para: 1) ubicarse en el espacio marino
en todas las dimensiones, 2) localizar a sus presas y
3) comunicarse con otros individuos.
La distribución de estos organismos es muy variada; se pueden encontrar en cuerpos de agua dulce, estuarios, lagunas costeras, en aguas costeras y
oceánicas. En estos sitios presentan desplazamientos diarios y estacionales regidos principalmente
por los movimientos de sus presas, ya que pueden
alimentarse cerca de la orilla o en el mar abierto
muy alejado de la costa, así como cerca de la superficie o en zonas marinas profundas.
Los delfines viven en grupos que varían en número según la especie y el hábitat, desde cinco in-
dividuos cerca de la costa y hasta miles de éstos en
aguas oceánicas. La formación de estas agregaciones
tiene dos funciones principales: 1) hacer más eficientes las actividades de alimentación y 2) protegerse de los depredadores; en estos aspectos son más
exitosos aquellos delfines que desarrollan mayor
grado de cooperación, sincronización y comunicación entre los integrantes del grupo. El tamaño de
los grupos también se correlaciona con la disponibilidad de recursos alimentarios y la longitud corporal de la especie. Asimismo, se ha corroborado
científicamente que la estrategia de los delfines de
vivir en agrupaciones favorece el incremento de sus
interacciones sociales, tales como el cuidado de las
crías, las conductas reproductivas y alimentarias, y
hasta la transmisión de la cultura –esto es, la variación conductual entre grupos de delfines mantenida
y transmitida mediante el aprendizaje social–.
Respecto a su alimentación, son organismos carnívoros que se encuentran en los niveles más altos
de las cadenas tróficas. Se alimentan de una gran variedad de presas marinas, entre las que destacan los
n Figura 1. Madre y cría de delfín tonina (Tursiops truncatus) en la costa de Yucatán. Fotografía tomada por Raúl E. Díaz Gamboa.
66 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
Los delfines n nn
peces, moluscos, crustáceos y hasta algunos mamíferos. Por ejemplo, se ha registrado que en Yucatán
los delfines tonina (Tursiops truncatus) se alimentan principalmente de peces demersales (cercanos al
fondo) y pulpos.
Por último, en cuanto a la reproducción, los delfines se caracterizan por una madurez sexual tardía:
por lo general, después de los cinco años de edad.
La gestación es de alrededor de un año y solamente
paren o dan a luz a una sola cría, que es alimentada
con leche materna exclusivamente en los primeros
años de vida; el cuidado parental puede sobrepasar
los tres años y la longevidad de estos animales llega
a ser de más de 60 años.
Figura 2. Delfín manchado del Pacífico (Stenella attenuata). Fotografía tomada en aguas de la costa de Colima por Andrea Cuevas, de la Facultad de Ciencias Marinas-Universidad de Colima.
Especies presentes en México y su
distribución
La familia Delphinidae es muy diversa en formas,
coloraciones y tamaños; desde delfines pequeños
(~1.5 m), como el delfín de Héctor (Cephalorhynchus hectori), hasta los de mayor tamaño (~10 m),
como las orcas (Orcinus orca).
La mayoría de las especies de delfines habita en
aguas tropicales y subtropicales de todas las costas
del mundo; el delfín tonina o tursión (Tursiops truncatus) es un digno representante de esta amplia distribución costera. Hay especies que se distribuyen
alrededor de los trópicos, como el delfín manchado
(Stenella attenuata), y otras que se presentan en aguas
tropicales, pero sólo en uno o dos océanos, como el
delfín de Irawadi (Orcaella brevirostris) en el océano
Índico. También hay especies cuya presencia es nula
alrededor de los trópicos, como el calderón de aletas
largas (Globicephala melas); mientras que sólo la orca
se distribuye en todas las aguas marinas, incluidas
aquellas cercanas al hielo polar, por lo que se considera la más cosmopolita de todos los cetáceos e incluso es el segundo mamífero de mayor distribución
en el planeta después del humano.
En México se distribuyen alrededor de 19 especies de delfines, tanto en aguas costeras y oceánicas
del Golfo de México y el Caribe como en el litoral del océano Pacífico y Golfo de California, lo que
representa 53 % de la diversidad mundial. En las
aguas mexicanas del océano Atlántico predomina
en las costas el delfín tonina. Esta especie conforma
grupos pequeños de 2 a 15 individuos, con una adaptabilidad alta para aprovechar cualquier recurso alimentario disponible; es decir, come casi de todo, por
lo que es de las pocas especies que incluso se pueden
adentrar en aguas muy someras dentro de bahías,
cerca de deltas de ríos, lagunas o esteros. Además,
este delfín probablemente representa la principal o
única especie con poblaciones residentes en nuestro
país; es decir, permanecen indefinidamente en sitios
donde satisfacen sus necesidades ecológicas y que
establecen como su hogar. Estas poblaciones pueden
ser más vulnerables a los disturbios naturales y a las
actividades humanas. Recientemente, un grupo de
investigadores mexicanos observó que una hembra
de delfín tonina de una población residente de la
bahía de Tenacatita, en Jalisco, se desplazó hacia
la costa de Oaxaca después del paso del huracán
Jova en 2011; en aquellas aguas se enredó en redes
de pesca y murió.
En las aguas costeras del océano Pacífico, principalmente de Oaxaca a Jalisco, predomina el delfín manchado; como si hubiese desplazado al delfín
tonina hacia zonas más al norte u oceánicas. Esta
especie se puede encontrar preferentemente en sitios donde se cumplan las siguientes características:
1) que la temperatura en la superficie del mar sea
mayor de 26 °C, pues le gusta el agua cálida cuando
n
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
67
nn n
Mamíferos marinos en México
emerge a respirar, y 2) que el agua profunda sea más
fría; ésta es una condición oceanográfica muy particular (denominada termoclina somera) y permite
que haya alimento disponible. También se ha documentado que los delfines manchados se alejan de
la costa durante la temporada de lluvias, comportamiento que se atribuye a la disponibilidad de las
presas por una expansión de los nutrientes aportados
por las escorrentías continentales (por ejemplo, ríos,
esteros y lagunas). Asimismo, se ha registrado que
durante la temporada de secas ocurren eventos de
afloramientos costeros (surgencias) por incidencia
de los vientos, un proceso oceanográfico que también favorece la disponibilidad de recursos alimentarios, por lo que los delfines tienen alimento todo
el año cerca de la costa.
Por su parte, se conocen poco los requerimientos ecológicos de aquellas especies oceánicas que
se distribuyen en aguas profundas y alejadas de la
costa. Existen algunos trabajos científicos que han
evidenciado que especies como el delfín tornillo
(Stenella longirostris), el delfín común de rostro corto (Delphinus delphis) y el delfín de dientes rugosos
(Steno bredanensis) se asocian a temperaturas más
frías (favorecidas por procesos oceanográficos como los giros y frentes) y a sitios donde el piso marino es irregular, es decir, donde haya cañones o
montículos submarinos, lo que permite que las
corrientes profundas remuevan los nutrientes depositados en el fondo y éstos queden disponibles en la
columna de agua, y así se favorezca la disponibilidad
de alimento.
Recientemente se ha observado que las especies
de distribución oceánica, como la orca falsa (Pseudorca crasidenss) y el delfín de dientes rugosos, se
pueden encontrar muy cerca de la costa de Colima,
donde incluso se les ha visto alimentándose. El delfín de dientes rugosos es la segunda especie dominante en la región costera del Pacífico mexicano y
es frecuente avistarlo alimentándose de varias especies de peces, como dorado y barrilete. Incluso se
ha tenido la fortuna de documentar mediante video
submarino una táctica de alimentación que no se
había reportado en esta especie: el empleo de burbujas para mimetizarse y capturar a su presa.
68 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
n
Figura 3. Delfín de dientes rugosos (Steno bredanensis) lanzando una burbuja hacia un pequeño cardumen de peces dorados,
agregados en la superficie del agua en la zona costera de Colima.
Imagen captada en la costa de Colima por Silvia Arroyo, de la
Facultad de Ciencias Marinas-Universidad de Colima.
Conservación en México
En muchos países, como en México, existen diversas amenazas para las poblaciones de delfines, que
los afectan tanto directa como indirectamente. Las
causas son variadas y se dividen en naturales y antropogénicas. Entre estas últimas destacan la cacería, la
pesca incidental, los conflictos con las pesquerías,
la contaminación y el tránsito marítimo, entre otras.
La cacería deliberada mediante el uso de arpones, lanzas o redes es una práctica muy antigua que
consiste en matar delfines costeros u oceánicos para
usarlos como carnada para la pesca de tiburón, debido a lo atractivo que resulta la capa de grasa de estos
mamíferos marinos para dichos peces.
La pesca incidental es una importante causa de
muerte de estos animales, los cuales son capturados
accidentalmente en diferentes artes de pesca utilizadas para otros organismos marinos objetivo; es decir,
capturar delfines no es la finalidad de esas pesquerías. El ejemplo más conocido en México es la pesca
Los delfines n nn
incidental de delfines oceánicos capturados en redes
de cerco durante las maniobras de la pesca industrial del atún, ya que en los encierros realizados para
los atunes con esas redes muchos delfines quedan
atrapados, no pueden salir a respirar a la superficie y
mueren por asfixia.
Actualmente la pesca con redes agalleras puestas
a la deriva en mar abierto o de tipo chinchorro que
son arrastradas cerca de la costa causan la muerte de
un gran número de delfines año con año, debido a
que éstos no son capaces de percibir la red o no conocen el riesgo de la misma o se sienten atraídos por los
peces atrapados en ella. Por ejemplo, en las costas de
Yucatán, la principal causa de muerte de mamíferos
marinos es el enmalle en redes de pesca. También se
ha registrado la mortalidad de delfines en otras artes
de pesca en nuestro país, como el palangre, que consiste en una línea larga de monofilamento de la cual
se ramifican muchas líneas secundarias con anzuelos
y carnada en cada uno, y se colocan en la superficie
o en el fondo según la especie de pez objetivo.
Los conflictos con las pesquerías es un factor
importante en varias localidades del país, pues los
pescadores perciben a los delfines como elementos perjudiciales para sus labores de pesca, ya sea
por ingerir la carnada, por ahuyentar a los peces
o por comerse los peces capturados antes de que sean
recuperadas las artes de pesca. Este tipo de conflicto
ha generado agresiones hacia los delfines que van
desde asustarlos hasta aventarles objetos, acosarlos
con las embarcaciones, causarles heridas e incluso
dispararles con armas de fuego o arpones.
Por su parte, la contaminación marina es un
factor que se ha ido agravando en los últimos años
debido a la acumulación exponencial de diferentes
tipos de residuos vertidos al mar. La ingesta de re-
n
Figura 4. Delfín tonina (Tursiops truncatus) muerto por pesca incidental (enmalle en red) en la costa
de Yucatán. Fotografía tomada por Raúl E. Díaz Gamboa.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
69
nn n
Mamíferos marinos en México
siduos sólidos, como bolsas de plástico, ha sido la
causa de muerte de algunos delfines en las costas de
Yucatán y en muchos otros lugares del mundo. Los
derrames de hidrocarburos también constituyen un
factor importante de contaminación marina, ya que
los delfines tienden a bioacumular estos compuestos
tóxicos en sus tejidos; éstos provienen de la cadena
trófica y pasan desde los eslabones inferiores hasta
los superiores. A su vez, la capa de grasa es un tejido
con mucha afinidad para esta acumulación, lo cual
deviene en la depresión del sistema inmunológico
a largo plazo, por lo que son más vulnerables a diferentes enfermedades. Recientemente, en los delfines costeros del Golfo de México se ha detectado
la presencia de compuestos tóxicos provenientes de
pesticidas, solventes, productos de desecho y químicos vertidos al suelo y que al llegar al manto freático
son transportados al mar. Otro factor de contaminación es la de tipo acústica, pues el ruido submarino desagrada a los delfines y esto puede resultar en
el enmascaramiento del sonido de sus presas, fallas
en la ecolocalización, desorientación, e incluso el
abandono de sus áreas de alimentación y reproducción; sin embargo, el efecto de este tipo de contaminación no se ha valorado aún en México.
Lo que sí se ha comenzado a monitorear en el
Pacífico central mexicano es el tránsito marítimo
de embarcaciones que de alguna manera pudieran
impactar a los cetáceos de la región. En cuanto a
los delfines, se han registrado casos de animales
70 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
varados (5 de 51 eventos durante 2006-2017) con heridas potencialmente hechas por
las hélices de las lanchas. Sin embargo, aún falta mucho trabajo por hacer.
Por otro lado, entre las principales causas
naturales de mortalidad en nuestro país se encuentran el envenenamiento por biotoxinas, las enfermedades y los eventos climáticos.
Cuando las condiciones oceanográficas son favorables, las microalgas, como los dinoflagelados,
proliferan masivamente en el océano. Algunas
especies de estas algas unicelulares (por ejemplo,
Pseudo-nitzschia) producen sustancias tóxicas como
el ácido domoico, que es una fuerte neurotoxina;
este aumento masivo de los dinoflagelados en particular, conocido como marea roja, da como resultado la intoxicación del resto de los organismos
de la cadena trófica. Si el evento se intensifica hacia los eslabones superiores –en los que se encuentran los delfines– puede causarles la muerte por
envenenamiento.
Otra razón es el brote de enfermedades infecciosas de tipo viral o bacteriana, incluso las de tipo
parasitaria, que pueden ser la causa de muerte de
varios delfines en diferentes periodos. Éstas se pueden agravar si los organismos se encuentran inmunodeprimidos por la bioacumulación de sustancias
tóxicas. Los morbilivirus son uno de los agentes re-
Los delfines n nn
conocidos que causan la muerte de los delfines
en el Golfo de México; sin embargo, su
importancia aún permanece incierta.
Por último, entre los eventos
climáticos que pueden afectar
a las poblaciones de delfines
se encuentran los vientos intensificados conocidos como
nortes, las tormentas, los huracanes y la anomalía oceanográfica denominada El Niño-oscilación
del sur. Estos fenómenos tienden a cambiar las condiciones oceanográficas de los hábitats marinos;
principalmente causan una disminución drástica del
alimento disponible para estos animales, los cuales,
a su vez, sufren de desnutrición, disminuyen su reproducción o incluso mueren.
En México, la conservación de las poblaciones
de delfines es un tema que aún tiene muchos aspectos por mejorar. A pesar de que se han logrado
varios avances importantes, como el mejoramiento
de las artes y técnicas de pesca de atún para reducir
la mortalidad de delfines o la protección especial
de las especies silvestres y sus hábitats, el rápido crecimiento y desarrollo urbano en la zona costera, la
exploración sísmica, la contaminación, la pesquería
incidental y los conflictos con las pesquerías son factores de disturbio que siguen impactando de manera
negativa a estos organismos y a gran escala. Debido
a su posición en la cadena trófica, los delfines pueden ser utilizados como bioindicadores de salud de
los ecosistemas a corto, mediano y largo plazo, por lo
que la valoración y conservación de las poblaciones
de estos importantes recursos marinos es esencial.
Raúl E. Díaz Gamboa
Universidad Autónoma de Yucatán.
raul.diaz@correo.uady.mx
Lecturas recomendadas
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Christian D. Ortega Ortiz
Universidad de Colima.
christian_ortega@ucol.mx
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
71
ciencia
María Concepción García Aguilar y Fernando R. Elorriaga Verplancken
n n nnn n n
Los pinnípedos: carnívoros
acuáticos altamente especializados
Los pinnípedos conforman un grupo de carnívoros altamente especializados. Su característica distintiva es la modificación de sus extremidades en
aletas para permitir la locomoción en el medio marino donde se alimentan; sin embargo, aún dependen del ambiente terrestre para reproducirse
y descansar. Esta dualidad los hace animales únicos por las adaptaciones
conductuales y fisiológicas que presentan.
L
os carnívoros se originaron hace cerca de 90 millones de años en Laurasia,
la región norte de lo que alguna vez fue el supercontinente Pangea, aunque
su diversificación ocurrió hace aproximadamente 68 millones de años. El
orden Carnivora es uno de los más atractivos para los humanos porque incluye
muchas especies carismáticas, como los lobos, tigres y osos panda, aunque también
por la gran diversidad que encierra: hay 305 especies de carnívoros en el mundo,
algunas terrestres y otras acuáticas. Además, presenta uno de los intervalos de tamaño más amplios, entre los mamíferos, ya que encontramos animales tan pequeños como la comadreja común (Mustela nivalis), con un peso por debajo de 250 g,
o tan grandes como el elefante marino del sur (Mirounga leonina), que puede pesar
más de 4 000 kg.
El término carnívoro proviene del latín carnivorus: el que se alimenta (vorus)
de carne (carnis). Sin embargo, no todos los carnívoros tienen la misma dieta:
algunas especies se alimentan exclusivamente de carne roja, como los tigres y los
leones; pero hay otros animales que son omnívoros, como los coyotes y los mapaches; otros son piscívoros, como los lobos marinos y las focas; incluso hay especies
mayormente herbívoras, como los osos panda. Esta diversidad en tamaño, forma
y dieta ha permitido que los carnívoros se encuentren prácticamente en todos los
ambientes, desde zonas tropicales hasta polares, y desde áreas montañosas hasta
aguas oceánicas (véase la Figura 1).
volumen 70
72
número 3
Fisípedos y pinnípedos
A los carnívoros terrestres también se les llama fisípedos. Esta palabra proviene
de las voces latinas findere, que significa “separado”, y pedis, “pie”, por lo que
puede interpretarse como “que posee patas con dedos separados”. Por otro lado,
los pinnípedos son carnívoros que tienen las cuatro patas modificadas para permitir la locomoción en el medio acuático; esto es debido a que presentan una
membrana interdigital. La palabra pinnípedo procede de las raíces latinas penna
o pinna, que significa “aleta”, y pedis; entonces, pinnípedo puede traducirse como
“que tiene pies en forma de aleta”.
Además del tipo de extremidades (pies o aletas), existen otras diferencias estructurales entre los fisípedos y los pinnípedos: 1) la forma del cuerpo en los fisípedos tiende a ser esférica, mientras que en los pinnípedos es fusiforme (en forma
de huso o de torpedo); 2) la masa corporal de los pinnípedos es mayor que la de los
fisípedos y esta característica se relaciona con las diferentes necesidades de termorregulación en el agua y el aire; 3) el tamaño del cerebro de los pinnípedos también
es mayor que el de los fisípedos debido a que los primeros deben ser capaces de
procesar información proveniente de los dos medios.
nn n
Mamíferos marinos en México
Canidae (lobos, zorros, coyotes)
Phocidae (focas)
Odobenidae (morsas)
Otariidae (lobos marinos)
CANIFORMES
Mephitidae (zorrillos)
Procyonidae (mapaches, coatíes)
Mustelidae (nutrias, tejones, hurones)
Ailuridae (panda rojo)
Ursidae (osos)
Nandiniidae (civeta de las palmeras)
Hyaenidae (hienas)
Eupleridae (fossas)
FELIFORMES
Herpestidae (mangostas)
Viverridae (civetas)
Prionodontidae (lisangs)
la mangosta de los pantanos (Atilax paludinosus) (familia Herpestidae) y las nutrias y los visones (familia
Mustelidae). En el ambiente marino también hay fisípedos, como el gato de mar (Lontra felina) y la nutria
marina (Enhydra lutris), así como un representante de
la familia Ursidae, el oso polar (Ursus maritimus).
Todos los pinnípedos son caniformes de hábitos
anfibios y presentan una serie de características anatómicas y fisiológicas que les permiten pasar gran
parte de su vida en el océano alimentándose, pero
siempre regresan a la tierra o el hielo para descansar, mudar el pelaje, reproducirse y cuidar a sus crías.
Hay 36 especies de pinnípedos incluidos en tres familias: Odobenidae, Otariidae y Phocidae.
Felidae (tigres, leones, pumas)
n
Figura 1. Árbol filogenético de los carnívoros actuales. Fuente:
Nyakatura y Bininda-Emonds (2012).
Los términos Fissipedia y Pinnipedia fueron introducidos por Johann Gotthelf Fischer von Waldheim
y Johann Karl Wilhelm Illiger, respectivamente,
quienes los establecieron como grupos taxonómicos
a principios del siglo XIX. Esta clasificación se mantuvo por casi 200 años, pero en las últimas décadas
la aplicación de técnicas moleculares en los estudios
de filogenia ha demostrado que esta separación era
arbitraria e injustificada. En la actualidad los carnívoros se distinguen en dos subórdenes: Feliformes,
entre los que están los felinos y sus parientes (101
especies), y Caniformes, que agrupa a los cánidos
y sus parientes (204 especies). Así, aun cuando las
palabras fisípedo y pinnípedo se siguen usando, es importante recordar que no representan grupos taxonómicos, sino que son una manera de referirse a los
carnívoros “con pies” y a los carnívoros “con aletas”.
De los carnívoros actuales, 88 % son fisípedos y
12 % son pinnípedos. Entre los fisípedos hay algunas
especies que no son completamente terrestres, sino
que presentan hábitos anfibios; es decir, realizan sus
actividades vitales en dos ambientes: agua y tierra. En
este grupo particular de fisípedos hay varias especies
que habitan en cuerpos de agua dulce, tales como la
civeta nutria (Cynogale bennetti) y la jineta acuática
(Genetta piscivora) (ambas de la familia Viverridae),
74 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
El mundo de los pinnípedos
La familia Odobenidae está compuesta por una
sola especie, la morsa (Odobenus rosmarus) que habita en el hemisferio norte en zonas de aguas poco
profundas cerca del círculo Ártico. Sin lugar a duda,
las morsas se caracterizan de manera distintiva por
sus enormes colmillos superiores, que se encuentran
tanto en hembras como en machos, y sus largos bigotes (o vibrisas). Odobenidae proviene de las palabras griegas odus, “diente”, y baino “moverse”, ya
que las morsas usan sus colmillos para trepar desde
el agua hacia las rocas o el hielo, y también para
romper el hielo desde abajo y así formar agujeros de
respiración. Son animales muy grandes que llegan a
pesar 1 000 kg y medir 3.5 m. Usan sus extremidades
anteriores y posteriores para la locomoción en agua;
cuando están en tierra, pueden rotar la pelvis y mover sus extremidades traseras hacia adelante, lo que
les permite sentarse y caminar con sus cuatro patas.
Su cabeza es relativamente pequeña, no tienen pabellón auricular, el cuello es ancho y la piel carece
de pelaje. Su alimento preferido son los moluscos
bivalvos, como las almejas.
La familia Otariidae incluye 15 especies de lobos
marinos y lobos finos. Los otáridos se localizan en
ambos hemisferios, pero la mayoría de las especies se
encuentra en zonas templadas y tropicales meridionales. Este grupo se caracteriza por la presencia de
pabellón auricular; de hecho, Otariidae se deriva del
Los pinnípedos: carnívoros acuáticos altamente especializados n nn
griego otis, que significa “oreja”. Al igual que las morsas, pueden caminar y sentarse, pero para desplazarse
en el agua sólo usan sus extremidades anteriores, que
son más grandes que las posteriores. En general, su
nariz es respingada y el cuello está bien definido.
La familia Phocidae (del griego phoke, “foca”)
es la más abundante entre los pinnípedos e incluye a 19 especies de las llamadas focas verdaderas.
Los miembros de esta familia se encuentran en ambos
hemisferios y en general prefieren regiones polares y
subpolares, aunque también habitan en zonas templadas e incluso tropicales. Una característica particular de las focas es su incapacidad para rotar las
extremidades posteriores hacia adelante para apoyar
el cuerpo, por lo que no pueden sentarse, y para desplazarse cuando están en tierra se arrastran con un
movimiento como de gusano. A diferencia de los
otáridos, las focas usan las extremidades posteriores para la locomoción en agua. Suelen ser de nariz chata, carecen de pabellón auricular y tienen el
cuello poco definido. Tanto otáridos como focas están cubiertos de pelo y se alimentan principalmente
de peces y calamares.
Todos los pinnípedos presentan diapausa embrionaria, o implantación retardada, que consiste en
mantener en estado de latencia el desarrollo embrionario para retrasar el momento de la implantación y
así conseguir que las crías nazcan en un tiempo más
favorable para su supervivencia. La gestación es larga, de varios meses, y las hembras dan a luz una sola
cría. A diferencia de muchos caniformes terrestres,
los machos no participan en el cuidado de las crías,
por lo que las hembras deben ser capaces de conseguir solas los recursos para cubrir sus necesidades y
las de su cría.
La duración del cuidado materno varía entre las
especies: desde unos cuantos días o semanas para
las focas, de entre 8 y 12 meses para los otáridos, y
3 o más años para las morsas. En función
de estas diferencias se han desarrollado
tres tipos de estrategias maternas: ayuno,
ciclo alimentario y lactancia acuática. El
ayuno se presenta en la mayoría de las
focas y consiste en que las hembras no se
alimentan durante la lactancia; para lo-
grarlo, usan las reservas de energía en forma de grasa
acumulada en los meses previos. El ciclo alimentario
ocurre en todos los otáridos y en algunas especies de
focas, y consiste en que las hembras alternan estancias en tierra para cuidar a sus crías y viajes al mar
para alimentarse. La lactancia acuática es exclusiva
de las morsas; durante los años del cuidado materno
las crías nunca se separan de sus madres y amamantan tanto en agua como en tierra o hielo.
En función del número de animales que puede
congregarse en tierra, los pinnípedos son considerados como los carnívoros más sociables. Las estrategias reproductivas son la monogamia temporal
–común entre las focas–, la poliginia (los machos
dominantes resguardan grupos de hembras con quienes potencialmente se aparearán) –en los otáridos
y algunas focas– y la promiscuidad –en las morsas–.
Una característica de las especies poligínicas es el
dimorfismo sexual, que se refiere al desarrollo en
los machos de caracteres sexuales secundarios y un
tamaño corporal más grande que el de las hembras.
Los pinnípedos de México
Hasta principios del siglo XX, en México habitaban cinco especies de pinnípedos: dos otáridos –el
lobo marino de California (Zalophus californianus) y
el lobo fino de Guadalupe (Arctocephalus townsendi)– y tres focas –la foca monje del Caribe (Neomonachus tropicalis), la foca común (Phoca vitulina) y el
elefante marino del norte (Mirounga angustirostris)–.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
75
nn n
Mamíferos marinos en México
El lobo marino de California tiene una distribución amplia y es abundante: se le encuentra desde
México hasta el sur de Canadá, aunque su zona
reproductiva más importante está en California.
En México habitan unos 68 000 lobos marinos en
las islas de la costa occidental de Baja California y
unos 25 000 dentro del Golfo de California. Los machos adultos miden aproximadamente 2.5 m y pesan cerca de 350 kg; su cuello es grueso y presentan
una cresta sagital muy desarrollada. Las hembras adultas miden 1.8 m y pesan 100 kg aproximadamente, y
no tienen cresta sagital ni el cuello muy desarrollado. El lobo marino se alimenta de una gran diversidad de peces, así como también de algunos
calamares y crustáceos. Su periodo reproductivo es
en verano. Los viajes de alimentación de las hembras duran un par de días y son dentro de un rango
de 50-100 km, en especial hacia las zonas costeras
(véase la Figura 2).
Por otra parte, los lobos finos de Guadalupe se
encontraban en islas de Baja California y a lo largo de la costa oeste de Estados Unidos de América,
principalmente en islas del sur de California. Esta
especie fue cazada intensamente debido al valor de
su abundante pelaje, que es una característica de todos los lobos finos en el mundo. En la actualidad,
estos animales habitan exclusivamente en las islas
Guadalupe y San Benito, ubicadas en la región occidental de Baja California, aunque ocasionalmente algunos individuos se desplazan hacia las Islas
del Canal, en California, e incluso se adentran en
el Golfo de California. Se calcula que existen unos
40 000 lobos finos de Guadalupe actualmente. Sus
extremidades son muy largas y su hocico es puntiagudo. Los machos adultos miden 2.2 m de largo y
pesan unos 190 kg, mientras que las hembras adultas
miden 1.5 m y pesan 50 kg. Se alimentan de diferentes especies, sobre todo de calamares y algunos peces
en zonas oceánicas alejadas de la costa. Los viajes de
alimentación llegan a ser de hasta 600 km. Al igual
que el lobo marino, su periodo reproductivo es en
verano (véase la Figura 3).
La foca monje se distribuía en el Golfo de México y el mar Caribe; aparentemente era muy abundante, con una población de centenas de miles de
76 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
nplancken.
Figura 2. Lobos marinos de California. Foto: F. R. Elorriaga Veranimales. Sin embargo, desde que los marineros
europeos la descubrieron a finales del siglo XV, la
cazaron para alimento, y a mediados del siglo XVI
se comenzó a explotar comercialmente. Hacia finales del siglo XIX se le consideraba rara y en 1952
se le observó por última vez cerca de Jamaica.
En 1994 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en
inglés) la declaró extinta. Es muy poco lo que se
sabe de esta especie. Era relativamente grande, con
una longitud de hasta 2.4 m y peso de 250 kg, de
cabeza redondeada y hocico extendido; los ojos
eran grandes y separados, los bigotes eran largos y
de color claro.
n
Figura 3. Lobos finos de Guadalupe. Foto: F. R. Elorriaga Verplancken.
Los pinnípedos: carnívoros acuáticos altamente especializados n nn
En contraste, la foca común es el pinnípedo más
ampliamente distribuido en el mundo: se encuentra
en aguas costeras del Atlántico norte, Pacífico norte, mar Báltico y mar del Norte. Miden alrededor de
1.8 m y pesan entre 120 y 350 kg. Presentan un patrón de manchas en todo el cuerpo y sus extremidades son muy cortas. Se alimentan principalmente de
peces, pero también consumen algunas especies
de calamares. Son de hábitos costeros y suelen habitar en aguas poco profundas, aunque ocasionalmente pueden hacer buceos de hasta 500 m de profundidad. Esta especie es monógama temporal y su
periodo reproductivo ocurre en invierno. Las hembras no ayunan durante la lactancia, que dura de tres
a cuatro semanas, ya que alternan sus viajes de alimentación con el amamantamiento. En México se
encuentran en nueve islas de la región occidental de
la península de Baja California, desde San Roque al
sur hasta las Islas Coronados al norte, pero también
hay pequeñas colonias en la costa de la península.
Aunque no se conoce la abundancia de esta especie
en el país, se piensa que debe haber unos cuantos
miles de animales (véase la Figura 4).
Por último, el elefante marino del norte es el carnívoro más grande del hemisferio septentrional: los
machos adultos pueden llegar a pesar hasta 2 500 kg
y medir 4 m; las hembras son más pequeñas, con un
peso entre 600 y 900 kg, y longitud de 2.5 m. La
característica más distintiva de la especie, y de
la cual se deriva su nombre “elefante”, es la gran
probóscide en el rostro de los machos que les sirve para emitir vocalizaciones de gran potencia. Son
n Figura 4. Foca común. Foto: F. R. Elorriaga Verplancken.
Recuadro 1. Etimología de los géneros
y especies de pinnípedos de México
alophus californianus: esta especie fue descrita por el naturalista francés René P. Lesson en 1828. Zalophus significa “cresta
grande” y proviene del prefijo griego za, que es un aumentativo, y lophos, que significa “cresta”; californianus hace referencia a la región
geográfica donde se distribuye.
Arctocephalus townsendi: descrita por el zoólogo estadounidense Clinton H. Merriam en 1897. Arctocephalus significa “cabeza de
oso” y proviene de las palabras griegas arktos, que significa “oso”, y
kephale, “cabeza”; la especie townsendi es en honor del naturalista
estadounidense John K. Townsend.
Neomonachus tropicalis: originalmente la especie fue descrita
por el zoólogo inglés John E. Gray en 1850 como Monachus tropcalis, pero recientemente fue reclasificada dentro del género Neomonachus. El prefijo noes significa “nuevo” y monachus, “monje”;
tropicalis hace referencia a la distribución tropical de la especie.
Phoca vitulina: descrita por el naturalista sueco Carl Nilsson Linnaeus en 1758. El género se deriva de la palabra griega phoke, que
significa “foca”, y la especie proviene de la voz latina vitulinus, “vaca”.
Mirounga angustirostris: esta especie fue descrita por el naturalista estadounidense Theodore Gill en 1866. Mirounga es una palabra aborigen australiana que significa “foca”; angustirostris proviene
de las voces latinas angustum, “estrecho”, y rostrum, “rostro”.
Z
excelentes buceadores: la mayoría de sus inmersiones son entre 400 y 500 m, pero los machos pueden
llegar a descender hasta 1 500 m sin problema. Se
alimentan principalmente de calamares. El elefante
marino del norte habita en el Pacífico nororiental
y es una especie migratoria que se mueve entre sus
zonas terrestres de reproducción en invierno –localizadas en las islas y costas de California y Baja California– y sus zonas de alimentación –ubicadas en
las aguas del Golfo de Alaska y las islas Aleutianas–.
Son poligínicos y la lactancia dura poco menos de
cuatro semanas. El tamaño de la población mundial
de elefantes marinos del norte se calcula en unos
200 000 individuos, de los cuales 89% se encuentra
en California y 11% en Baja California; las colonias
más importantes de Baja California están en las islas
Guadalupe y San Benito (véase la Figura 5).
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
77
nn n
Mamíferos marinos en México
sol; pero, al parecer, el aporte de nitrógeno para la
producción primaria por esta vía es muy bajo. También se ha propuesto que los cadáveres pueden ser
un medio para la transferencia de nutrientes a las
comunidades bentónicas.
n
Figura 5. Elefantes marinos del norte. Foto: F. R. Elorriaga Verplancken.
Importancia ecológica de los pinnípedos
Desde un punto de vista ecológico, la importancia
de una especie o taxón implica cuál es su significado
funcional para el ecosistema. Todos los pinnípedos
son consumidores secundarios, o depredadores, por
lo que generan un impacto directo en las poblaciones de sus presas; su presencia tiene otros efectos en
los procesos de los ecosistemas donde habitan, ya
que además de regular las poblaciones de sus presas
también influyen en el comportamiento e historia
de vida, tanto de sus presas como de sus competidores, en la estructura de la comunidad y en el almacenamiento y reciclaje de nutrientes. Además, los
pinnípedos son alimento de depredadores acuáticos de mayor tamaño, como tiburones y orcas, y
en el ambiente terrestre pueden ser depredados por
otros carnívoros, como los coyotes, que atacan sobre
todo a las crías.
Debido a que las interacciones ecológicas entre
los pinnípedos y sus presas (o sus depredadores) dependen del tipo de cadena trófica, el efecto de la
depredación puede ser muy variado y muchas veces
no lineal. Sin embargo, considerando que en algunos
lugares del mundo hay millones de pinnípedos, por
ejemplo, en la Antártica, es imposible pensar que no
desempeñen un papel importante en la estructura y
función de los ecosistemas donde viven. Por otra
parte, se ha especulado sobre la participación de los
mamíferos marinos en el reciclaje de nutrientes mediante la defecación en la zona eufótica, es decir, la
parte de la columna de agua donde penetra la luz del
78 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
Conservación
A excepción de la foca común, todas las demás
especies de pinnípedos de México fueron cazadas en
algún momento de la historia. El lobo fino fue explotado por la industria peletera, mientras que la foca
monje, el elefante marino y el lobo marino fueron
cazados principalmente para la extracción de aceite
para iluminación. Como resultado de estas actividades, la foca monje se extinguió y las poblaciones de
lobo fino y de elefante marino fueron disminuidas
a niveles que amenazaban su existencia. Durante el
siglo XIX se cazaba tanto el lobo fino como el elefante marino; la actividad fue tan intensa que a principios del siglo XX se pensó que se habían extinguido.
Afortunadamente, algunos individuos de estas dos
especies encontraron refugio en la isla Guadalupe.
La recuperación del elefante marino es una de las
más sorprendentes del mundo animal, ya que en
unas cuantas décadas volvió a ocupar toda su área
de distribución original y alcanzó un tamaño poblacional elevado. La recuperación del lobo fino no ha
sido tan exitosa, aunque es alentadora: su única zona
de reproducción sigue siendo la isla Guadalupe, pero
la población continúa incrementándose. Por su parte, la cacería del lobo marino de California (siglo
XIX y principios del siglo XX) mermó sus poblaciones, pero no llegó a ponerlo en riesgo de extinción.
En la actualidad ningún pinnípedo está sujeto a
aprovechamiento extractivo, pero existen otros riesgos importantes. El cambio climático es, sin lugar a
duda, una amenaza generalizada a nivel global, pero
también hay que considerar la propagación de enfermedades infecciosas que potencialmente pueden
afectar a las poblaciones. Otros peligros son la mortalidad incidental durante las operaciones pesqueras
y las anomalías oceanográficas regionales, tales como
eventos El Niño o la reciente “mancha” en el Pacífico nororiental, ya que afectan la distribución y abun-
Los pinnípedos: carnívoros acuáticos altamente especializados n nn
dancia de las presas. Adicionalmente, la introducción
de especies en áreas insulares –en especial de gatos y
perros– representa un riesgo para los pinnípedos.
A nivel internacional, la IUCN considera a los
cuatro pinnípedos como especies de preocupación
menor; sin embargo, el lobo fino de Guadalupe está
incluido en el Apéndice I de la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas
de Fauna y Flora (CITES) y, asimismo, a nivel nacional, está en la lista de la NOM-059-SEMARNAT-2010
como especie en riesgo de extinción. De acuerdo con
esta norma, el elefante marino es una especie amenazada, mientras que el lobo marino de California y la
foca común son especies sujetas a protección especial.
Algo más para tener en mente
Además de su importancia como consumidores
secundarios, los pinnípedos son animales de vida
larga (pueden llegar hasta los 20 años), por lo que
se consideran biomonitores o centinelas de los ecosistemas que habitan. Debido al lugar que ocupan
en la cadena trófica, los cambios en sus poblaciones reflejan la disponibilidad regional y temporal de
sus presas, que son afectadas por variaciones climáticas o por anomalías oceanográficas, por ejemplo,
florecimientos algales nocivos, como las mareas rojas. Esta cualidad indicadora también se ha utilizado
en el rastreo de concentraciones de contaminantes en
el ambiente –como organoclorados o metales pesados–, ya que al ubicarse en o cerca de la cúspide de la
cadena trófica, los carnívoros acuáticos almacenan
estos elementos que se biomagnifican a lo largo de
los eslabones tróficos hasta llegar al nivel más alto.
María Concepción García Aguilar
Centro de Investigación Científica y de Educación Superior
de Ensenada, Baja California.
gaguilar@cicese.mx
Fernando R. Elorriaga Verplancken
Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas del Instituto
Politécnico Nacional.
felorriaga@ipn.mx
Lecturas recomendadas
Bininda-Emonds, O. R. P., J. L. Gittleman y C. K. Kelly
(2001), “Flippers versus feet: comparative trends in
aquatic and non-aquatic carnivores”, Journal of Animal Ecology, 70:386-400.
Boness, D. J. y W. D. Bowen (1996), “The evolution of
maternal care in pinnipeds”, BioScience, 46: 645-654.
Bowen, W. D. (1997), “Role of marine mammals in
aquatic ecosystems”, Marine Ecology Progress Series,
158:267-274.
García-Capitanachi, B., Y. Schramm y G. Heckel (2017),
“Population fluctuations of Guadalupe fur seals (Arctocephalus philippii townsendi) between the San Benito
Islands and Guadalupe Island, Mexico, during 2009
and 2010”, Aquatic Mammals, 43:492-500.
King, J. E. (1983), Seals of the world, Estados Unidos de
América, University of Queensland Press.
Le Boeuf, B. J. y R. M. Laws (1994), Elephant seals:
population ecology, behavior, and physiology, Estados
Unidos de América, University of California Press.
Lubinsky-Jinich, D., Y. Schramm y G. Heckel (2017),
“The Pacific harbor seal’s (Phoca vitulina richardii)
breeding colonies in Mexico: Abundance and distribution”, Aquatic Mammals, 43:73-81.
Nyakatura, K. y O. R. P. Bininda-Emonds (2012), “Updating the evolutionary history of Carnivora (Mammalia): a new species-level supertree complete with
divergence time estimates”, BMC Biology, 10:12.
Peterson, R. S. y G. A. Bartholomew (1967), The Natural History and Behavior of the California Sea Lion,
Estados Unidos de América, American Society of
Mammalogists.
Riedman, M. (1991), The pinnipeds: seals, sea lions, and
walruses, Estados Unidos de América, University of
California Press.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
79
nn n
Mamíferos marinos en México
Actualidad
Desde las redes
Novedades científicas
Noticias
80 ciencia de la AMC
volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
ciencia
Susana López
n n nnn n n
Por qué debemos VACUNARNOS.
Mitos y realidades de las vacunas
Una nueva amenaza a la salud mundial está creciendo de manera alarmante. Los movimientos antivacunas han logrado convencer a un gran
número de personas de que las vacunas –que son uno de los grandes
aciertos de la investigación científica– no son necesarias y, es más, pueden causar daños. Aquí explicamos cómo funcionan las vacunas, qué mitos se han difundido más y cuál es la realidad detrás de cada uno de ellos.
Introducción
as vacunas han sido uno de los más grandes éxitos de la investigación
médica de todos los tiempos; nos han librado de un gran número de
enfermedades causadas por virus y bacterias que fueron causa de millones de muertes antes de la implementación de programas de vacunación
en campañas nacionales y mundiales diseñadas para erradicar –idealmente– o cuando menos disminuir la tasa de morbilidad y mortalidad causada
por estos patógenos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calculado
que las vacunas salvan aproximadamente de dos a tres millones de vidas al
año en todo el mundo y se estima que se
salvarían 1.5 vidas más si existiera una
mejor cobertura de los programas de
vacunación.
L
volumen 70
81
número 3
nn n
Actualidad
Paradójicamente, este gran éxito es en parte culpable de que ahora haya un gran número de personas escépticas a la vacunación, ya que insisten en
que muchas de las enfermedades infecciosas y los
agentes que las causan ya no existen o han sido controlados gracias a las medidas higiénicas y de salud
pública actual. Desafortunadamente ese no es el caso y la actual popularidad del movimiento antivacunas está revirtiendo los avances que, con enorme
esfuerzo y costo, se habían llegado a consolidar contra varias de las enfermedades más comunes e importantes de la niñez. Tan grave es la situación
actual que la OMS ha declarado que los movimientos
antivacunas representan una de las diez amenazas
más graves para la salud pública en este año.
Un claro ejemplo de los efectos nocivos de los
movimientos anti-vaxxers (como los llaman en inglés) es el reciente aumento del número de casos
de sarampión en el mundo. En particular, se calcula
que se triplicaron del 2017 al 2018, y estos aumentos sólo consideran Europa (véase la Figura 1). Esto, a
pesar de que existe una vacuna muy efectiva contra
el sarampión desde hace más de 40 años, que está
disponible en los esquemas de vacunación de casi
todos los países del mundo. El sarampión es una en-
Casos de sarampión en la región europea de la OMS, 2009-2018
90 000
82 596
Número de casos de sarampión
80 000
70 000
60 000
50 000
40 000
30 604
33 254
32 857
28 413
26 788
30 000
20 000
10 000 7 884
0
25 863
18 869
2009
5 273
2010
2011
2012
2013 2014
Año
2015
2016
2017
2018
n
Figura 1. Casos anuales de sarampión en la región europea de la OMS. Las barras
indican el número exacto de casos de enfermos de sarampión en los años correspondientes. Tomada de: <http://www.euro.who.int/en/media-centre/sections/press-releases/2019/measles-in-europe-record-number-of-both-sick-and-immunized>.
82 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
fermedad muy grave y con muchos riesgos para la
salud. Se sabe que este virus ocasiona la muerte de
entre una y dos personas de cada mil que se infectan, y además puede dejar secuelas muy importantes,
como pérdida del oído y afecciones neurológicas.
¿Cómo funcionan las vacunas?
Un poco de historia: en 1776 el médico inglés
Eduard Jenner observó que las mujeres encargadas
de la ordeña de vacas contraían una enfermedad
muy parecida a la viruela pero muy leve y además
no se contagiaban de la mortal viruela. En ese entonces había una epidemia muy fuerte de viruela en
Europa con una mortalidad de 35 % de la población.
Jenner tomó un poco del líquido de las pústulas que
tenían estas mujeres y lo inoculó en un niño de
9 años; poco tiempo después encontró que este niño
se hizo resistente a la viruela. Por eso les llamamos
vacunas, porque Jenner inoculó un virus de ganado vacuno. Ese fue el inicio de la vacunación y
gracias a este descubrimiento y a la amplia distribución que tuvo esta vacuna en todo el mundo, en
1980 la OMS declaró a la viruela como una enfermedad erradicada del globo terráqueo. Desde entonces
se ha desarrollado un buen número de vacunas que
nos protegen contra otras tantas infecciones causadas por distintos virus y bacterias.
Aunque Jenner no lo sabía en ese momento, al
inocular al niño con un poco del virus de la vaca
(que había infectado a las ordeñadoras), le “presentó” al sistema inmune del niño un virus muy
parecido al causante de la viruela. Al introducir un
agente extraño (que llamamos antígeno) al cuerpo,
el sistema inmune se activa y como consecuencia
se desarrollan anticuerpos que van dirigidos contra
ese agente extraño; también se generan células de
memoria que recordarán cómo activar el sistema inmune la próxima vez que el cuerpo se enfrente con
el mismo antígeno. Los anticuerpos van específicamente dirigidos contra ese agente extraño, se unen
a éste y lo neutralizan, para impedir en cada caso
que virus y bacterias se repliquen dentro del cuerpo.
Cuando nos volvemos a enfrentar al mismo agente,
el sistema inmune ya está preparado y responde rápi-
Por qué debemos vacunarnos. Mitos y realidades de las vacunas n nn
damente, lo que neutraliza al antígeno ya conocido
y previene que nos cause la enfermedad. Ése es el
principio de las vacunas.
Actualmente en nuestro país, como casi en todo
el mundo, existe un esquema nacional de vacunación para ir presentando los diferentes antígenos a
los niños desde su nacimiento. Este programa tiene
un calendario que se basa en las etapas en las que los
niños son más susceptibles a ciertas enfermedades y
la idea es tratar de proteger al máximo, en el menor
tiempo posible, a la población en general.
La Cartilla Nacional de Vacunación en México
(véase la Figura 2) incluye las vacunas contra tuberculosis, hepatitis B, poliovirus, rotavirus, difteria,
tosferina, tétanos, Haemophilus influenzae, neumococo, sarampión, paperas y rubeola. Éste es el cuadro básico de vacunas, y adicionalmente se aplican
n Figura 2. Cartilla Nacional de Vacunación. México, 2019.
otras, o se refuerzan algunas a lo largo de la vida,
como la de papilomavirus o influenza.
¿Cómo se preparan las vacunas y qué
contienen?
Las vacunas normalmente contienen pequeñas
dosis del virus o la bacteria contra los que se quiere
proteger, pero estos agentes infecciosos están inactivados o debilitados, de manera que no causan ninguna enfermedad. También hay algunas vacunas que
no contienen al microorganismo completo, sino a
una fracción de éste. Al aplicar dichas preparaciones de antígeno, ya sea por vía oral (como la vacuna de poliovirus o de rotavirus) o mediante una
inyección (vacuna contra la influenza), el sistema
inmune los detecta y activa su respuesta, de modo
que cuando el microorganismo patógeno ingresa al
cuerpo, el sistema inmune lo reconoce y ya está preparado para defenderse y atacar.
Las vacunas además contienen algunos compuestos (conocidos como adyuvantes) que ayudan
a estimular la respuesta inmune; en algunos casos
también contienen algún tipo de conservador para
que las vacunas se mantengan bien por más tiempo.
Estos compuestos se añaden en cantidades mínimas
y se ha comprobado que no causan ningún daño.
La “otra” función de las vacunas
Desafortunadamente, existen ciertos grupos de
personas que no se pueden vacunar, por lo que son
mucho más vulnerables a las enfermedades. Entre
éstos se encuentran los infantes que por su edad aún
no inician el esquema de vacunación, las personas
con padecimientos en los que el sistema inmune
no funciona adecuadamente (inmunodeficiencias),
o bien las personas que han recibido algún trasplante y cuyo sistema inmune es inhibido temporalmente para evitar rechazos (inmunosuprimidas),
así como los adultos mayores. Pero si el resto de la
población está vacunada, estos grupos se encuentran
protegidos gracias a la segunda función que cumplen
las vacunas, que es conferir una inmunidad de grupo
o inmunidad poblacional. Cuando la mayoría de la
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
83
nn n
Actualidad
población está vacunada, hay muy pocas posibilidades de que un agente infeccioso encuentre individuos susceptibles y es poco probable que cause un
brote de infecciones; de manera contraria, mientras
menos individuos estén vacunados, más fácil será
que exista un contagio entre personas y, finalmente, aquellas que no están vacunadas serán las más
afectadas. De modo que las vacunas no sólo son importantes a nivel individual, sino que generan una
inmunidad colectiva que sirve de escudo para proteger a quienes no pueden ser vacunados.
Los movimientos antivacunas
Existen cada vez en mayor número grupos que promueven la no vacunación. El gran éxito que estos
grupos están teniendo se debe, en parte, a las redes
sociales digitales que amplifican estas tendencias.
Desafortunadamente, ahora todos nos sentimos
un poco más sabios gracias al internet y creemos que
podemos aprender acerca de muchos temas por la
amplia información a la que tenemos acceso, pero
en estos medios de comunicación existe también
información falsa que no es fácil de distinguir de
la verdadera.
Los argumentos que esgrimen los movimientos
antivacunas son variados, dependiendo de cada grupo, pero los más comunes son: 1) las vacunas, en
especial la del sarampión, causan autismo; 2) los
adyuvantes y conservadores que contienen las vacunas son tóxicos; 3) ya no existen las enfermedades
contra las que se vacuna a las personas gracias a
84 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
las condiciones de higiene y alimentación actuales,
y 4) la inmunidad causada por la propia enfermedad
es mejor que la de la vacuna.
A continuación, damos respuestas ante esos argumentos.
El temor de que la vacuna contra el sarampión
cause autismo se lo debemos a un médico que publicó hace 20 años un estudio en una revista muy prestigiada en la que afirmaba que el uso de esta vacuna
estaba asociado a casos de autismo. La información
fue posteriormente revisada por varios grupos de investigadores científicos en el mundo a través de
múltiples estudios y se llegó a la conclusión de que el
estudio mencionado estaba mal hecho y que no había bases científicas que apoyaran esas conclusiones,
además de que el autor principal del trabajo tenía un
conflicto de interés con una compañía farmacéutica,
por lo que finalmente el artículo fue retirado de la revista y al autor se le retiró su licencia de práctica médica. Sin embargo, el daño ya estaba hecho, y a pesar
de que la vacuna del sarampión es una de las vacunas
más estudiadas y efectivas en el mundo –y cuya seguridad ha sido ampliamente demostrada–, aún existen
grupos que sostienen que su aplicación es peligrosa.
Como ya mencionamos anteriormente, el daño que
ha causado este mito nos está pasando la factura, pues
se ha visto un incremento muy importante de enfermos de sarampión en varios países, en particular en
aquellos con grupos anti-vaxxers más fuertes, con sus
respectivas fatalidades y secuelas de por vida.
El argumento de que las vacunas contienen sustancias tóxicas es otro argumento que se ha sobredi-
Por qué debemos vacunarnos. Mitos y realidades de las vacunas n nn
mensionado. La cantidad que pueden llegar a contener es mínima y por lo general son sustancias a las
que estamos expuestos, también en mínimas cantidades, de manera cotidiana, ya que están presentes en el
agua y en muchos de los alimentos que consumimos.
Si bien las condiciones de higiene y alimentación actualmente son mejores en muchas partes del
mundo, no todos los países tienen la misma suerte;
pero a pesar de esas desigualdades, ha habido una
seria disminución de las enfermedades prevenibles
por vacunas.
Por otra parte, es cierto que la inmunidad generada por una infección real es mejor que la que
genera una vacuna, pero a diferencia de la primera,
la vacuna no deja secuelas de ningún tipo. Sólo pensemos en la poliomielitis: ¿quién quiere pasar por esa
enfermedad con tal de no vacunarse? El riesgo de
vida y las secuelas permanentes ocasionadas por las
infecciones no justifica de ninguna manera el expo-
nerse, o exponer a los demás, a alguna de las enfermedades prevenibles por la aplicación de vacunas.
Finalmente, consideremos que la vacunación es
una acción de responsabilidad social, que no sólo nos
brinda protección a nosotros y a nuestros familiares,
sino que además podemos proteger a las personas
más susceptibles de la población.
En octubre de 2018, la Red Mexicana de Virología, con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia
y Tecnología, publicó el libro infantil titulado Pablo
tiene sarampión, en el que se explica de manera sencilla y didáctica cómo funcionan las vacunas. Asimismo, podemos acudir a fuentes de información
confiables dedicadas a la salud.
Susana López
Instituto de Biotecnología, Universidad Nacional Autónoma de México.
susana@ibt.unam.mx
Lecturas recomendadas
López, S., S. Zárate y M. Yocupicio (2018), Pablo tiene sarampión, México, Red Mexicana de Virología/
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Disponible en: <https://redvirologia.org/wp-content/
uploads/2018/11/Pablopagina.pdf>, consultado el
10 de mayo de 2019.
Organización Mundial de la Salud (2018), Immunization, Vaccines and Biologicals. Disponible en: <https://www.who.int/immunization/global_vaccine_action_plan/en/>, consultado el 10 de mayo de
2019.
Organización Mundial de la Salud (2019), Diez cuestiones de salud que la OMS abordará este año. Disponible en: <https://www.who.int/es/emergencies/tenthreats-to-global-health-in-2019>, consultado el 10
de mayo de 2019.
Public Health (s. f.), Understanding vaccines. Disponible
en: <https://www.publichealth.org/public-awareness/understanding-vaccines/>, consultado el 10 de
mayo de 2019.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
85
ciencia
José Eduardo González Reyes
n n nnn n n
Desde las redes
La Luna se encoge y se arruga
D
e acuerdo con datos de la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la Administración Nacional de Aeronáutica y el
Espacio de Estados Unidos de América (NASA), la
Luna se está encogiendo a medida que su interior se
enfría. Esto provoca que sobre su superficie se formen arrugas, llamadas fallas de empuje, de las que se
han detectado más de 3 500.
Un grupo de investigadores, liderado por Thomas Watters del Instituto Smithsoniano, utilizó los
datos de ubicación de esas fallas en conjunto con los
28 registros de temblores lunares obtenidos durante
las misiones Apolo, entre 1969 y 1977, para buscar
una relación entre ambos fenómenos. Con la ayuda
de un algoritmo de redes sísmicas dispersas pudieron
localizar con mayor precisión los epicentros de los
lunamotos y encontraron que ocho de ellos se ubicaron a 30 km de una falla. De éstos, seis se produjeron
cuando la corteza lunar se encontraba sometida a un
alto estrés de compresión debido a la contracción
global y a las fuerzas de marea.
Estos hallazgos, aunados a la evidencia de alteraciones del regolito, polvo lunar y movimientos de
rocas cercanas a las fallas de empuje, sugieren que la
Luna es tectónicamente activa.
Referencia
Watters, T. R., R. C. Weber, G. C. Collins, I. A. Howley, N. C. Schmerr y C. L. Johnson
(2019), “Shallow seismic activity and young thrust faults on the Moon”, Nature Geoscience. Disponible en: <www.doi.org/10.1038/s41561-019-0362-2>, consultada el 14
de mayo de 2019.
nNASA.
Buzz Aldrin coloca un sismómetro en el mar de la Tranquilidad, en la Luna. Fotografía:
volumen 70
86
número 3
Desde las redes n nn
Capturar lo imposible
E
l pasado 10 de abril se presentó la primera imagen de un hoyo negro. Se trata del agujero supermasivo de la galaxia elíptica M87, ubicada
en el centro del cúmulo de Virgo, a 55 millones de
años luz de nuestro planeta.
La imagen fue obtenida por el Event Horizon
Telescope (EHT), una red de ocho radiotelescopios
alrededor del mundo, entre los cuales se encuentra
el Gran Telescopio Milimétrico “Alfonso Serrano”,
ubicado en el Volcán Sierra Negra en Puebla, México. Para obtener la información que permitió generar la imagen, los ocho radiotelescopios apuntaron
al mismo punto en el espacio durante dos semanas
en 2017. La enorme cantidad de datos obtenidos, en
el orden de los petabytes, se analizó a lo largo de los
dos años siguientes con la ayuda de unas supercomputadoras hospedadas en el Instituto Max Planck de
Radioastronomía y en el Observatorio Haystack del
Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Los científicos del EHT esperan poder contar con
una película de la dinámica de este hoyo negro, aunque estiman que para obtenerla tendrán que esperar
cerca de una década.
¿Cómo era la piel de los dinosaurios?
L
as imágenes que aquí se incluyen corresponden
a las primeras huellas de dinosaurios con impresiones de piel perfectamente conservadas.
Se encontraron en unas rocas cercanas a la ciudad
de Jinju, en Corea del Sur.
Éste es uno de los primeros registros de rastros
de piel de dinosaurio que cubre huellas completas.
Provienen del terópodo más pequeño conocido:
Minisauripus. Las huellas, que miden cerca de una
pulgada, están bien espaciadas, lo que permitió a los
investigadores calcular que la longitud media de la
zancada era de 39.6 cm. La evidencia muestra que,
justo antes de que se hicieran las huellas, hubo una
fuerte lluvia que dejó impresiones de gotas de agua
y el dinosaurio pisó una de éstas. La delicada evidencia se conservó al ser cubierta suavemente con
barro fino.
Referencia
Kim, K. S., M. S. Lockley, J. D. Lim y L. Xing (2019),
“Exquisitely-preserved, high-definition skin traces
in diminutive theropod tracks from the Cretaceous
of Korea”, Scientific Reports, 9: 2039. Disponible en:
<www.doi.org/10.1038/s41598-019-38633-4>, consultada el 14 de mayo de 2019.
Referencia
The EHT Collaboration et al. (2019), “First M87 Event
Horizon Telescope Results. I. The Shadow of the
Supermassive Black Hole”, ApJL, 875: L1.
nFotografías:
Huellas de Minisauripus encontradas en Corea del Sur.
Kyung Soo Kim.
n Primera imagen de un hoyo negro. Imagen: EHT.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
87
ciencia
Eduardo González Valdez, Alejandro Alarcón y Ronald Ferrera Cerrato
n n nnn n n
Las plantas, nuevos mineros
para recuperar metales preciosos
La minería es una actividad fundamental para la economía de México,
cuyos residuos (comúnmente conocidos como jales mineros) pueden ser
sometidos a procesos de recuperación de metales preciosos como oro,
plata y cobre. En las últimas décadas se han propuesto alternativas biotecnológicas basadas en el uso de plantas vivas para recuperar oro residual a
partir de los jales de mina.
El oro
l oro (Au) es un metal de transición del grupo IB de la tabla periódica, que
incluye también elementos como cobre (Cu) y plata (Ag). El Au se caracteriza
por ser un elemento muy estable y por exhibir un color amarillo en
su estado natural; además, es uno de los metales nobles más impor79 4f144d106s1
tantes para la civilización humana, debido a su amplio uso en joyería,
electrónica, industria, odontología, medicina y nanotecnología, así
como por su valor e importancia económica. Este metal es uno de los
10 elementos más raros en la corteza terrestre, donde puede alcanzar una concentración promedio de 5 ng/g–1 de suelo (Reith y cols.,
196.967
2007). Sin embargo, el Au no se distribuye de manera uniforme; con
frecuencia se encuentra en regiones muy específicas alrededor del
mundo (Reith y cols., 2007), por ejemplo, en China, Estados Unidos de América,
Rusia, Australia, Perú, sur de África y México, los cuales son los principales productores de este metal (véase la Figura 1). La producción minera mundial en 2017
alcanzó un promedio aproximado de 3 000 toneladas o 104 millones de onzas de
Au (CAMIMEX, 2017).
E
Au
Oro
El oro en la industria minera de México
La minería es una actividad de gran importancia económica para el desarrollo
de México. Los principales estados mineros son: Sonora, Zacatecas, Chihuahua,
Guerrero y Durango, donde se realiza la extracción de metales preciosos como Au,
volumen 70
88
número 3
Las plantas, nuevos mineros para recuperar metales preciosos n nn
China
13.1%
Otros
35.8%
Australia
9.1%
Rusia
8.3%
EUA
7.1%
República
de Ghana
3.1%
México
4.0%
Canadá
Perú 5.4%
5.0%
Sudáfrica Indonesia
4.3%
4.8%
n
Figura 1. La producción minera mundial de oro en 2017 alcanzó un volumen de 104.4 millones de onzas (CAMIMEX, 2017).
Ag y Cu, entre otros elementos. Sin embargo, la minería convencional suele utilizar grandes cantidades
de compuestos químicos como cianuro (CN–) para
la recuperación de Au; los residuos generados por
esta actividad se conocen localmente como jales de
mina, que suelen ser depositados o acumulados a la
intemperie (cielo abierto) (véase la Figura 2). Estos
jales mineros son materiales que no tienen valor económico; además, la presencia de CN– en los residuos
puede solubilizar otros elementos potencialmente
tóxicos, como mercurio (Hg), plomo (Pb), arsénico
(As) y cadmio (Cd), entre otros, lo que puede generar una gran emisión de partículas que contaminan
la superficie del suelo, el aire y el agua.
Las técnicas tradicionales para la recuperación
de Au representan un impacto negativo al ambiente
y para la salud humana. Es por ello que surgen procesos de recuperación alternativos, como el uso de
especies vegetales (denominado fitorremediación),
que se fundamenta en los mecanismos fisiológicos,
bioquímicos y genéticos que influyen en la extracción (fitoextracción) y acumulación (fitoacumulación) de metales en los órganos vegetales (raíces,
tallos y hojas).
La fitorremediación (fitoacumulación y
fitoextracción) de metales a partir de jales
mineros
Las plantas son organismos vivos que de forma
natural tienen la capacidad de absorber metales a
partir de la solución del suelo y acumularlos en sus
órganos. Esta capacidad se ha aprovechado para remediar o restaurar sitios contaminados con elementos potencialmente tóxicos mediante procesos de
fitorremediación, ya sea en el lugar (in situ) o fuera de éste (ex situ), donde haya problemas de
contaminación. En la fitorremediación se incorporan otros términos biológicos, como la inmovilización de los metales en la rizosfera (suelo
directamente influenciado por la raíz) de la planta
(fitoestabilización), así como la acumulación de los
metales en la parte aérea de las plantas (fitoacumulación o fitoextracción).
El término fitoextracción se ha utilizado en la
literatura científica para describir la recuperación
de elementos potencialmente tóxicos con el fin de
restaurar un sitio contaminado, o bien para llevar
a cabo la recuperación de metales preciosos, tales
como el Au, a partir de sustratos auríferos o jales de
mina, para su reutilización con fines comerciales.
Esto representa un fenómeno relativamente nuevo
y que es conocido por la comunidad científica como
fitominería, la cual se basa en aprovechar la capacidad de algunas plantas para adaptarse y crecer en los
jales de mina. Un ejemplo es la planta Brassica napus L, capaz de crecer en jales de mina de Zacatecas
(véase la Figura 2) (González-Valdez y cols., 2018).
Ésta pertenece a la familia Brassicaceae (véase la
Figura 3), tiene floración amarilla y se caracteriza por
producir abundante biomasa, tener una altura de
hasta 1.5 m según el sustrato donde se desarrolle, además de que sus hojas alcanzan hasta 40 cm
de longitud y la raíz primaria puede llegar hasta los
100 cm de profundidad.
La aplicación de ciertos compuestos químicos
puede inducir la absorción y la acumulación de Au
en los órganos de las plantas cuando éstas se encuentren creciendo en los residuos mineros que están caracterizados por contener bajas concentraciones de
este metal (González-Valdez y cols., 2018).
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
89
nn n
Novedades científicas
n
Figura 2. Aspecto general de la deposición de los residuos de mina, en los que se percibe el crecimiento de plantas de pasto o zacate de la pampa (Cortaderia selloana) adaptadas a dichas condiciones,
en Zacatecas, México.
Acumulación de oro en plantas
La capacidad de las plantas nativas de diferentes
regiones del mundo para acumular Au ha fascinado
a la comunidad científica desde inicios del siglo XX
(Anderson y cols., 1999b), debido principalmente
a que en su estado natural en el suelo [Au(0)] es
una especie química insoluble e inmóvil en la solución del suelo (Bali y cols., 2010). Sin embargo, se ha encontrado que la presencia de plantas
cianogénicas (productoras de ácido cianhídrico),
la aplicación de agentes químicos sintéticos (tiocinato, tiourea, tiosulfato o cianuro), o bien la función de los microorganismos (bacterias, hongos y
levaduras) que habitan en la rizosfera de las plantas, pueden inducir diferentes estados de oxidación
del Au al producir ácido cianhídrico y, así, formar
complejos con ciertos iones, por ejemplo, Au-CN.
Lo anterior favorece la solubilidad y la biodisponibilidad de este metal para ser absorbido por la raíz de la
especie vegetal y ser translocado (movilizado) hacia
n
la parte aérea de la planta, para su posterior extracción cuando se cosecha después de cierto tiempo
de crecimiento.
Aun cuando se tienen algunas investigaciones
referentes a los procesos de fitoextracción de Au, la
información acerca de los mecanismos de absorción,
transporte y localización del Au en las plantas es limitada (Bali y cols., 2010). Sin embargo, se ha sugerido al proceso de evapotranspiración como un posible mecanismo acarreador del Au de la raíz hacia la
parte aérea de la planta, donde el agua es transpirada pero el Au se acumula en los tejidos (Anderson,
2005; González-Valdez y cols., 2018).
La literatura científica indica que las especies
vegetales utilizadas para absorber Au son tolerantes a las condiciones físicas y químicas de los jales
de mina. Estas plantas pueden ser hiperacumuladoras, es decir, acumulan cantidades extraordinarias de
ciertos iones metálicos en la parte aérea, lo que implica que hay mecanismos internos que evitan que
Figura 3. Plantas de Brassica napus L. creciendo en un jal de mina en Zacatecas, México, después de
57 días de cultivo en invernadero.
90 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
Las plantas, nuevos mineros para recuperar metales preciosos n nn
los iones metálicos causen toxicidad, o bien pueden
producir abundante biomasa, por ejemplo, Zea mays
L. (maíz), Brassica juncea L. (mostaza india), B. napus L. (colza) y Helianthus annuus L. (girasol). Estas
especies vegetales se han combinado con agentes
químicos sintéticos (cianuro, tiocianato, tiosulfato
o tiourea) para inducir la solubilización de Au y,
con ello, facilitar su absorción y acumulación en la
planta, fenómeno que se conoce como hiperacumulación inducida.
La hiperacumulación inducida se logra cuando la planta concentra ya sea Au o Ag en más de
1 mg/kg–1 de tejido seco (González-Valdez y cols.,
2018). La máxima fitorrecuperación de Au obtenida con B. juncea y cianuro de sodio a partir de un
jal de mina en condiciones de campo logró 39 mg/
kg–1 de materia seca vegetal (Sheoran y cols., 2013);
sin embargo, para que esta actividad pueda ser económicamente viable, en una cosecha de 10 t/ha de
biomasa seca se debería producir una concentración
de 100 mg de Au por kilogramo de peso seco, esto
equivale a un 1 kg de Au por hectárea (Maluckov,
2015). No obstante, la mayoría de los estudios publicados han propuesto utilizar solamente la planta,
o bien el agente químico sintético, para solubilizar
el Au. Sin embargo, la eficiencia de los procesos
de solubilización y de recuperación de los metales
preciosos en los órganos vegetales puede mejorarse
al combinar agentes químicos sintéticos y microorganismos rizosféricos que inducen la biolixiviación
de los metales para dejarlos biodisponibles para las
plantas (Maluckov, 2015).
En este sentido, González-Valdez y cols. (2018)
utilizaron tiocianato o tiosulfato y la inoculación
con dos cepas de Aspergillus niger en plantas de B.
napus crecidas en un jal de mina; sus resultados indican que el efecto combinado de B. napus + A. niger
+ tiocianato o tiosulfato incrementó el criterio de
hiperacumulación de Au y de Ag (1 mg/kg–1), así
como de Cu (>1 000 mg/kg–1) en tejido vegetal seco.
Lo anterior refleja un efecto positivo y novedoso
para futuros estudios enfocados a la fitoextracción
inducida de metales preciosos a partir de residuos
mineros. Así, las plantas se consideran como mineros alternativos para recuperar metales preciosos.
Procesos de recuperación biológica de oro a
partir del uso de plantas
Algunas especies vegetales tienen la capacidad de
crecer, absorber y acumular metales pesados a partir
de residuos de mina sin mostrar signos visibles de toxicidad. Esta capacidad de acumulación ha permitido proponer a la fitominería de Au como un proceso
convencional para la recuperación del metal (véase
la Figura 4). Lo primero es seleccionar una especie
vegetal tolerante a las características físicas y químicas del residuo minero, que produzca abundante
biomasa y que sea capaz de hiperacumular el metal
de interés; estas características pueden definirse me-
+
Jal de mina:
Au/Ag/Cu
Agente
químico para
solubilizar
Au o Ag
Calcinación de
la materia vegetal
Bio-mineral
(ceniza)
Fundición
de Au
n
Figura 4. Representación de un proceso biológico para la recuperación de Au a partir de plantas.
Adaptado y modificado de Anderson y cols. (1999a).
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
91
nn n
Novedades científicas
diante pruebas de germinación y crecimiento en el
residuo aurífero de estudio. Una vez seleccionada
la especie vegetal, ésta puede ser sembrada y cultivada en el sustrato que contenga el Au, y durante
su crecimiento se adicionarán algunos nutrimentos
para maximizar su desarrollo. Una vez alcanzada la
madurez de la planta, se puede aplicar un agente
químico sintético para favorecer una mayor solubilización del metal e inducir con ello la hiperacumulación de Au o de otros metales preciosos. Después
de cierto tiempo (1 a 2 semanas) el cultivo puede
ser cosechado, para posteriormente secarlo a temperatura ambiente con el fin de eliminar la humedad,
e incinerarlo y reducirlo a cenizas en una mufla; finalmente, será fundido para recuperar el metal de
interés (Robinson y cols., 1999; Sheoran y cols.,
2013). Esta metodología biológica permite recuperar cantidades traza de Au como alternativa al uso
de técnicas convencionales dirigidas a ello, y cuya
aplicación no es económicamente viable. Además,
el uso de plantas para la extracción y acumulación
de metales contribuye a la disminución del impacto
ambiental generado por el uso excesivo de compuestos químicos (González-Valdez y cols., 2018).
Conclusiones y perspectivas
El uso de plantas para restaurar sitios contaminados por metales pesados, o bien para recuperar metales preciosos a partir de residuos mineros es una opción ecológicamente viable para su implementación
en México. Así, la fitominería es una alternativa
que permite recuperar cantidades residuales de Au
contenido en los jales de mina, donde la aplicación
de técnicas químicas convencionales comúnmente
utilizadas en la minería no es rentable.
Eduardo González Valdez
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
lalogvaldez@yahoo.com.mx
Alejandro Alarcón
Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo (Texcoco,
Estado de México).
aalarconcp@gmail.com • alexala@colpos.mx
Ronald Ferrera Cerrato
Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo (Texcoco,
Estado de México).
rferreracerrato@gmail.com • ronaldfc@colpos.mx
Lecturas recomendadas
Anderson, C. W. N., R. R. Brooks, A. Chiarucci, C. J.
LaCoste, M. Leblanc, B. H. Robinson, R. Simcock y
R. B. Stewart (1999a), “Phytomining for nickel, thallium and gold”, Journal of Geochemical Exploration,
67:407-415.
Anderson, C. W. N., R. R. Brooks, R. B. Stewart y R.
Simcock (1999b), “Gold uptake by plants”, Gold Bulletin, 32(2):48-51.
Anderson, C. W. N. (2005), “Biogeochemistry of gold:
accepted theories and new opportunities”, En I.
Shtangeeva (ed.), Trace and Ultratrace Elements
In Plants And Soil, Southampton, WIT Press, pp. 287321.
Bali, R., R. Siegele y A. T. Harris (2010), “Phytoextraction of Au: Uptake, accumulation and cellular distribution in Medicago sativa and Brassica juncea”, Chemical Engineering Journal, 156(2):286-297.
CAMIMEX (2017), “Situación de la minería en México 2017”, Cámara Minera de México. Disponible en:
<https://www.camimex.org.mx/>, consultado el 17 de
julio de 2018.
92 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
González-Valdez, E., A. Alarcón, R. Ferrera-Cerrato, H.
R. Vega-Carrillo, M. Maldonado-Vega, M. A. Salas-Luévano y R. Argumedo-Delira (2018), “Induced accumulation of Au, Ag and Cu in Brassica napus grown in a mine tailings with the inoculation of
Aspergillus niger and the application of two chemical
compounds”, Ecotoxicology and Environmental Safety,
154:180-186.
Maluckov, B. S. (2015), “Bioassisted phytomining of
gold”, JOM, 67(5):1075-1078.
Reith, F., M. F. Lengke, D. Falconer, D. Craw y G. Southam (2007), “The geomicrobiology of gold”, Multidisciplinary Journal of Microbial Ecology, 1(7):567-584.
Robinson, B. H., R. R. Brooks y B. E. Clothier (1999),
“Soil amendments affecting nickel and cobalt uptake
by Berkheya coddii: Potential use for phytomining and
phytoremediation”, Annals of Botany, 84(6):689-694.
Sheoran, V., A. S. Sheoran y P. Poonia (2013), “Phytomining of gold: A review”, Journal of Geochemical Exploration, 128:42-50.
ciencia
Noticias de la
Academia Mexicana de Ciencias
n n nnn n n
Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Centro de Investigación y de Estudios
Avanzados del Instituto Politécnico Nacional.
Tesis: La proteína ZO-2 regula la citoarquitectura
epitelial modulando la actividad de las proteínas
Rho.
Asesora: Lorenza González Mariscal y Muriel.
n Ingeniería y tecnología
Stefany Cárdenas Pérez
Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional.
Tesis: Estudio de las propiedades nanomecánicas
a nivel celular de frutos climatéricos y su correlación con parámetros fisicoquímicos, bioquímicos
y microestructurales.
Asesor: José Jorge Chanona Pérez. ∞
La AMC dio a conocer a los ganadores
de los Premios Weizmann 2018
L
a Academia Mexicana de Ciencias (AMC) anunció el
5 de marzo de 2019 a los ganadores de los Premios
Weizmann 2018. Las tesis doctorales de tres jóvenes
científicos mexicanos fueron merecedoras del reconocimiento tras evaluarse la originalidad, el rigor académico y
la importancia científica de los trabajos de investigación.
El jurado estuvo integrado por los miembros de la
Comisión de Premios de la AMC de las áreas del conocimiento respectivas, así como por un miembro del Comité Científico de la Asociación Mexicana de Amigos del
Instituto Weizmann de Ciencias.
Ambas entidades otorgan en conjunto este reconocimiento desde 1986 a las mejores tesis doctorales
realizadas en México por investigadores menores de 35
años, en el caso de los hombres, y menores de 38 años,
en el de las mujeres, en las áreas de ciencias exactas y
ciencias naturales. A partir de 2001 también se otorga
a las mejores tesis doctorales en ingeniería y tecnología.
Ganadores de los Premios Weizmann 2018
n Ciencias exactas
Pedro Eduardo Román Taboada
Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Tesis: Propiedades electrónicas y topológicas del
grafeno sometido a deformaciones mecánicas independientes y dependientes del tiempo.
Asesor: Gerardo García Naumis.
n Ciencias naturales
José Arturo Raya Sandino
volumen 70
La AMC anuncia a los ganadores de los
Premios de la Academia a las Mejores
Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales y
Humanidades 2018
L
93
a Academia Mexicana de Ciencias (AMC) publicó el
8 de marzo de 2019 los nombres de los ganadores
de los Premios de la Academia a las Mejores Tesis de
Doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades 2018,
los cuales se otorgan desde 1996 a investigadores que
no hayan cumplido 38 años, en el caso de los hombres,
y 40 años, en el de las mujeres, y cuyas tesis se hayan
realizado en el país en alguna institución acreditada.
La convocatoria anual de este premio se lleva a cabo
en conjunto con nueve instituciones representativas de
número 3
nn n Noticias
de la AMC
las ciencias sociales y las humanidades en México: la
Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana, El Colegio de México, la
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, el Centro de Investigación y Docencia Económicas, el Instituto
José María Luis Mora, el Centro de Investigaciones y
Estudios Superiores en Antropología Social, el Centro
de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto
Politécnico Nacional y el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Ganadores de los Premios de la Academia a las
Mejores Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales
y Humanidades 2018
n Ciencias Sociales
David Luján Verón
Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de
México.
Tesis: “El Estado soy yo”. Clientelismo, poder e intermediarios locales en Chile.
Asesor: Marco Estrada Saavedra.
Vicente Moctezuma Mendoza
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores
en Antropología Social.
Tesis: El desvanecimiento de lo popular. Etnografía de desplazamientos en la gentrificación del
Centro Histórico de la Ciudad de México.
Asesora: Margarita Pérez Negrete.
n Humanidades
Diego Carlo Améndolla Spínola
Facultad de Filosofía y Letras e Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional
Autónoma de México.
Tesis: ‘Féodalisme’ y ‘Féodalité’: construcción,
transformación y utilización de dos conceptos
franceses, 1680-1870.
Asesor: Martín Federico Ríos Saloma.
Raquel Eréndira Güereca Durán
Facultad de Filosofía y Letras e Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional
Autónoma de México.
Tesis: Caciques, ‘lenguas’ y soldados fronterizos: actores indígenas en la conquista del Nayar,
1721-1722.
Asesor: Federico Navarrete Linares. ∞
94 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
Ganadoras de las Becas para Mujeres en la
Ciencia L’Oréal-Unesco-AMC 2019
L
a Academia Mexicana de Ciencias (AMC) publicó el
3 de mayo de 2019 los nombres de las cinco ganadoras de las Becas para Mujeres en la Ciencia L’OréalUnesco-AMC 2019, reconocimiento instituido en el
año 2007 por L’Oréal-México, la Comisión Mexicana
de Cooperación con la Unesco (Conalmex), la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en México
y la AMC, para promover la participación de las mujeres
en la ciencia.
Las ganadoras, como establece la convocatoria, son
científicas de nacionalidad mexicana que obtuvieron el
grado de doctorado en los últimos cinco años y no han
cumplido 40 años. Cada beca consiste en el otorgamiento de $100 000.00 pesos, recursos económicos
que deberán destinarse a la realización del proyecto
presentado.
Ganadoras de las Becas para Mujeres en la
Ciencia L’Oréal-Unesco-AMC 2019
n Ciencias exactas
Ana Belén Salinas Abarca
Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México Campus Juriquilla.
Proyecto: Papel de los endocannabinoides 2-araquidonilglicerol y la anandamida en la antinocicepción inducida por la oxitocina.
n Ciencias naturales
María de Jesús Chávez Canales
Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Proyecto: Papel de la proteína SPAK en el control
del metabolismo energético dependiente de vías
GABAérgicas en el hipotálamo.
Verónica Zamora Gutiérrez
Centro Interdisciplinario de Investigación para el
Desarrollo Integral Regional del Instituto Politécnico Nacional Unidad Durango.
Proyecto: Murciélagos insectívoros como supresores de insectos de importancia económica
para la nuez pecana (Carya illinoinensis) en Chihuahua, México.
Noticias de la AMC n nn
Lucía Mendoza Viveros
Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Proyecto: Relojes hipotalámicos en el control central del metabolismo.
n Ingeniería y tecnología
Grissel Trujillo de Santiago
Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico
de Monterrey.
Proyecto: Uso de la bioimpresión 3D caótica continua para fabricar tejidos vascularizados. ∞
Por primera vez se enuncia la
ciencia en la Constitución
E
l 15 de mayo de 2019 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de los
artículos 3, 31 y 73 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos en materia educativa, con
importantes repercusiones para el sector de ciencia,
tecnología e innovación (CTI).
Con las modificaciones avaladas, se ha conseguido
la entrada de la CTI a la educación a través de los programas de estudio; se aprobó el derecho a gozar de los
beneficios de la ciencia como un derecho humano; el
Estado apoyará la investigación científica, humanística y
tecnológica; asimismo, la Cámara de Diputados otorgará el presupuesto para que esto suceda, dijo en entrevista Julia Tagüeña Parga, coordinadora general del Foro
Consultivo Científico y Tecnológico.
Por su parte, el presidente de la Academia Mexicana
de Ciencias (AMC), José Luis Morán López, coincidió en
que las modificaciones constitucionales son una muy
buena noticia para México: “las cámaras de Diputados
y Senadores pasarán a la historia por esta legislación,
por reconocer el derecho humano a gozar los beneficios
del desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica”.
Con la modificación del artículo 73 en la fracción
XXIX-F, se faculta al Congreso de la Unión para legislar
en materia de ciencia y tecnología y expedir una Ley, lo
cual queda más claro con el artículo sexto transitorio,
el cual enuncia: “El Congreso de la Unión deberá expedir las Leyes Generales en materia de Educación Su-
perior y de Ciencia, Tecnología e Innovación, a más tardar en el año 2020.” ∞
Presentan el segundo número 2019 de la revista
Ciencia en El Colegio de México
E
l número más reciente de la revista Ciencia de la
Academia Mexicana de Ciencias (AMC), que lleva
por título “Ciencia en México ¿para qué?”, se presentó
el 22 de mayo de 2019 en la sala Alfonso Caso de El
Colegio de México por científicos que participaron en la
edición, así como funcionarios de la actual administración, quienes la comentaron.
El director de la revista Ciencia, Miguel Pérez de la
Mora, describió las secciones que componen la publicación y recordó que la revista es el órgano de divulgación
de la AMC “que trata de llevar conceptos científicos novedosos de todas las ciencias hacia la sociedad mexicana”.
Además, la presentación del volumen 70-2, correspondiente al trimestre abril-junio de 2019, contó con las
participaciones de Silvia Giorguli Saucedo, presidenta
de El Colegio de México; William Lee Alardín, coordinador de la Investigación Científica de la Universidad
Nacional Autónoma de México y coeditor del número;
Beatriz Paredes Rangel, presidenta de la Comisión de
Ciencia y Tecnología del Senado de la República; Julia
Tagüeña Parga, coordinadora general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico; María del Carmen de la
Peza, directora adjunta de Desarrollo Científico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; así como Agustín
De izquierda a derecha: Agustín Escobar Latapí, María del Carmen de la Peza, William
Lee Alardín, Silvia Giorguli Saucedo, Beatriz Paredes Rangel, Julia Tagüeña Parga y Miguel Pérez de la Mora, en la presentación del número más reciente de la revista Ciencia
de la Academia Mexicana de Ciencias, en la sala Alfonso Caso de El Colegio de México.
julio-septiembre de 2019 volumen 70 número 3 ciencia
95
nn n Noticias
de la AMC
Escobar Latapí, exdirector del Centro de Investigaciones
y Estudios Superiores en Antropología Social. ∞
La AMC da la bienvenida a la investigadora Aurora
Hernández Machado
L
a ceremonia de ingreso como miembro correspondiente a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC)
de la doctora Aurora Hernández Machado, investigadora de la Universidad de Barcelona, se realizó en el mes
de marzo, en el Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La producción científica de Hernández Machado es
vasta. Tiene 113 publicaciones internacionales con más
de 1 500 citas. Ha supervisado nueve tesis de doctorado y ocho de maestría. Entre los reconocimientos que
su grupo ha recibido destaca la tesis de doctorado del
estudiante Félix Campelo, galardonada con el premio
Outstanding Doctoral Thesis Research in Biological
Physics 2010 en una competencia internacional de la
American Physical Society.
La científica española Aurora Hernández Machado, nuevo miembro correspondiente de
la AMC. Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
96 ciencia volumen 70 número 3 julio-septiembre de 2019
Hernández Machado es una física teórica que “ha
realizado muy notables logros a lo largo de su carrera. Es
una científica a la que le gustan los retos y los problemas
complejos; y no sólo le gustan, sino también los sabe resolver”, indicó José Luis Morán López, presidente de la
AMC, institución constituida por 2 779 científicos de
todas las áreas del conocimiento, incluidas las humanidades. Entre éstos, 109 son miembros correspondientes. ∞
Científicos y legisladores discuten y reflexionan
sobre el futuro de la CTI en el país
L
egisladores de la Cámara de Diputados y del Senado de la República y representantes de la comunidad
científica y tecnología del país dieron inicio, en el mes
de marzo, a un diálogo para analizar y discutir la política científica mexicana. Mediante diversas reuniones, los
científicos han realizado propuestas para fortalecer el sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación (CTI).
Así, el primer encuentro, denominado Conversatorio
para el Análisis del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, se realizó en dos jornadas: los días
6 y 13 de marzo de 2019, en el Palacio Legislativo de
San Lázaro. Posteriormente, en el mes de mayo, el Foro
Nacional de Legisladores en Materia de Ciencia, Tecnología e Innovación, realizado en las instalaciones de la
Cámara de Diputados, fue el primero de una serie de reuniones que se realizarán en diferentes estados del país
en el marco de los foros de análisis del Plan Nacional de
Desarrollo 2019-2024, que promueve la Comisión
de Ciencia, Tecnología e Innovación. ∞
Integrantes de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, entre
otros legisladores, y miembros de la comunidad científica del país participaron en la
inauguración y en la primera sesión plenaria del Conversatorio para el Análisis del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, celebrado en el Palacio Legislativo.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.