The large stones of Prehistory. Megalithic sites and landscapes of Andalusia
Editores
Leonardo García Sanjuán y Bartolomé Ruiz González
Autores
Juan Antonio Cámara Serrano,
Manuel Costa Caramé, Leonardo García Sanjuán, Víctor Hurtado Pérez,
José Antonio Linares Catela, José Enrique Márquez Romero, Fernando Molina González,
Sergio Ortiz Moreno y Bartolomé Ruiz González
6
9
12
Presentación
Introducción a los Sitios y Paisajes Megalíticos
de Andalucía.
Leonardo García Sanjuán
- Historias de estudios
- Números, cronologías, diversidades
- Prácticas, creencias y símbolos
- Inventando preguntas, pensando respuestas
32
Almería
Fernándo Molina González y Juan Antonio Cámara Serrano
54
Cádiz
Victor Hurtado Pérez
88
Córdoba
Sergio Ortiz Moreno
112
Granada
Juan Antonio Cámara Serrano y Manuel Eleazar Costa Caramé
140
Huelva
Leonardo García Sanjuán y José Antonio Linares Catela
184
Jaén
Manuel Eleazar Costa Caramé
198
Málaga
José Enrique Márquez Romero
228
Sevilla
Leonardo García Sanjuán
260
Bases para la incorporación de las grandes piedras
de Andalucía a la Categoría de Patrimonio Europeo
Bartolomé Ruíz González
- Introducción
- Programa de gestión de los sitios y paisajes
megalíticos de Andalucía
- El Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera
y los sitios y paisajes megalíticos de Andalucía
- Programa de intercambios y redes culturales
de los paisajes megalíticos europeos
índice
270
278
300
352
370
377
Glosario
Índice onomástico
Versión inglesa del texto
Bibliografía
Créditos
Agradecimientos
7
9
12
Presentation
Introduction to the Megalithic Sites and Landscapes of Andalusia
Leonardo García Sanjuán
- History of related research
- Numbers, chronologies, diversities
- Practices, beliefs and symbols
- Making up questions, working out answers
32
Almería
Fernándo Molina González and Juan Antonio Cámara Serrano
54
Cádiz
Victor Hurtado Pérez
88
Córdoba
Sergio Ortiz Moreno
112
Granada
Juan Antonio Cámara Serrano and Manuel Eleazar Costa Caramé
140
Huelva
Leonardo García Sanjuán and José Antonio Linares Catela
184
Jaén
Manuel Eleazar Costa Caramé
198
Málaga
José Enrique Márquez Romero
228
Sevilla
Leonardo García Sanjuán
260
Conditions for the inclusion of the Andalusian Large Stones of Prehistory in the “European Heritage Category”
Bartolomé Ruíz González
- Introduction
- The Megalithic Sites and Landscapes of Andalusia
Management Programme
- The Dolmen of Antequera Archaeological Site and
the Megalithic Sites and Landscapes of Andalusia
- The European Megalithic Sites and Landscapes
exchange and cultural network programme
index
270
278
300
352
370
377
Glossary
Name index
English version of the text
Bibliography
Credits
Acknowledgements
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LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
Vista general del dolmen de Puerto de los Huertos,
conjunto megalítico de El Gallego. El Berrocal, Huelva.
HUELVA
Huelva
D
e acuerdo con la información disponible, en la
provincia de Huelva se conocen a día de hoy
aproximadamente unos 250 monumentos megalíticos, lo que la convierte en una de las provincias
andaluzas (y españolas por extensión) en las que el
llamado fenómeno megalítico se expresa con mayor
fuerza y diversidad. La distribución geográfica de las
construcciones megalíticas onubenses es, sin embargo, bastante desigual, con zonas de altas densidades
en las comarcas del Andévalo y la Sierra y otras con
más baja densidad, como por ejemplo ocurre en la franja litoral. No obstante, considerando que la prospección
arqueológica del territorio ha procedido de forma bastante irregular a lo largo y ancho de la provincia, es bastante
probable que la ausencia o escasez de este tipo de sitios
arqueológicos en determinadas zonas sea sobre todo
consecuencia de la falta de investigaciones de campo.
El estudio de las prácticas rituales y funerarias de
las que el megalitismo forma parte se tropieza en esta
provincia (como en otras de Andalucía) con la dificultad
de la inadecuación del marco cronológico. Las primeras dataciones radiocarbónicas de sitios megalíticos
onubenses, correspondientes a los monumentos de La
Venta y La Paloma (Zalamea La Real) y Los Gabrieles
(Valverde del Camino), han sido obtenidas a partir de
excavaciones muy recientes. Estas fechas sugieren
una cronología bastante tardía para los monumentos
datados, dentro del III milenio cal ANE (Edad del Cobre)
y penetrando en el II milenio cal ANE (Edad del Bronce).
Ello, en cualquier caso, no demuestra que el megalitismo no se desarrolle desde el periodo Neolítico (desde
la primera mitad del V y durante el IV milenio cal ANE),
como se ha constatado en otras regiones de Andalucía
y del Suroeste de la Península Ibérica (especialmente
en el Sur de Portugal).
La diversidad de prácticas observadas en otras provincias andaluzas en relación con el fenómeno megalítico es especialmente acusada en la provincia de Huelva,
que ofrece una gran variedad morfológica y funcional
que incluye menhires, círculos de piedras, dólmenes,
tholoi y cuevas artificiales. Quizás el monumento individual más celebrado y estudiado, principalmente por
sus extraordinarias dimensiones, pero también por algunas de sus características, sea el dolmen de Soto
(Trigueros), uno de los monumentos prehistóricos más
interesantes de nuestro país. Entre las concentraciones
megalíticas más importantes de esta provincia destacan los conjuntos dolménicos del Andévalo Oriental,
141
142
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
Entorno (arriba) y túmulo
(abajo) del dolmen de Soto.
Trigueros, Huelva.
que se distribuyen en torno a las riveras tributarias del
río Tinto, incluyendo El Pozuelo (Zalamea la Real), Los
Gabrieles (Valverde del Camino), Mesa de las Huecas
(Niebla), El Gallego y Hornueco (Berrocal y El Madroño)
así como en los valles de la margen izquierda del río
Odiel, caso del conjunto de El Villar-Zalamea la Real. En
este territorio predominan dos tipos de construcciones
genéricas: galerías simples y dólmenes provistos de un
corredor y varias cámaras, existiendo múltiples variantes. Varios de estos monumentos han sido excavados
y estudiados con una metodología científica moderna.
En el Andévalo Occidental, un territorio de relieve suave y alomado, por el contrario, son mayoritarios los
sepulcros de falsa cúpula o tholos, que se concentran
en torno a los arroyos tributarios de la rivera del Chanza, en los municipios de Paymogo, Santa Bárbara de
Casa y Cabezas Rubias, destacando la necrópolis de
La Zarcita. Más al Norte de la provincia, dentro del
sector montañoso que conforma Sierra Morena, se en-
cuentran otras agrupaciones de megalitos que ofrecen
interesantes peculiaridades morfológicas y conceptuales, tanto en el entorno de la rivera de Huelva en el
sector oriental, como en la rivera del Chanza, en el sector occidental, donde destaca la singular presencia de
varios sitios con menhires. Finalmente, en el estuario
del Tinto-Odiel, a las afueras de la ciudad de Huelva,
se ha estudiado recientemente el poblado del Neolítico
Final y de la Edad del Cobre de La Orden-El Seminario,
en el que se han encontrado numerosas estructuras
funerarias megalíticas e hipogeas (“cuevas artificiales”
y fosas).
Quizás valga la pena comenzar precisamente este
recorrido por los sitios megalíticos de la provincia de
Huelva por el dolmen de Soto (Trigueros), excavado de
forma rudimentaria durante varios meses a lo largo de
1923 por Armando de Soto, propietario de la finca en
la que se encontraba el dolmen (y de quien el mismo
ha tomado el nombre). Los objetos rescatados por
HUELVA
143
Vista general hacia el interio de
la galería del dolmen de Soto.
Trigueros, Huelva.
Dibujo de la planta y el alzado
del dolmen de Soto. Trigueros,
Huelva. Dibujo de planta y
sección: Hugo Obermaier.
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LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
HUELVA
145
Vista general hacia el exterior de la galería
del dolmen de Soto. Trigueros, Huelva.
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LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
Recopilación de las grafías
representadas en los ostostatos
del dolmen de Soto. Trigueros,
Huelva. Dibujos: Hugo Obermaier.
Ostostatos con grafías, ubicados
en el interior del dolmen de Soto.
Trigueros, Huelva.
HUELVA
Soto, sus propias observaciones de la excavación, así
como las características del monumento en sí fueron
luego minuciosamente estudiados y publicados al año
siguiente por el profesor H. Obermaier.
Con 21 m de longitud, alturas en el interior de hasta
4 m y ortostatos de hasta 22 toneladas de peso, el dolmen de Soto constituye una formidable obra de ingeniería prehistórica. Por su escala constructiva (y por tanto
por la inversión de trabajo que supuso) se cuenta entre
los monumentos megalíticos más excepcionales de la
Península Ibérica, junto con las tres magnas construcciones de Antequera (Menga, Viera y El Romeral), los
cuatro monumentos de Valencina de la Concepción (La
Pastora, Matarrubilla, Ontiveros y Montelirio), los tholoi
de la necrópolis de Alcalar (Faro, Portugal) y algunos
de los monumentos de la región portuguesa de Évora
(especialmente Anta Grande do Zambujeiro). Según las
estimaciones de H. Obermaier, además, los ortostatos
empleados en su construcción debieron ser traídos de
una distancia de varios kilómetros. El túmulo que lo recubre tiene cerca de 75 m de diámetro y unos 4 m de
altura, y fue construido con tierra de color blanco que,
a juicio de los excavadores, no era propia de la finca en
la que se encuentra el dolmen, por lo que posiblemente
había sido asimismo traída de lejos.
Los detalles de la arquitectura del monumento ofrecen igualmente algunos elementos destacables más
allá de su extraordinaria magnitud. Por ejemplo, a 4 m
de la entrada hay un portal, formado por dos jambas
graníticas de casi 2 m de altura, que pudo representar
metafóricamente la transición del mundo de los vivos
hacia el de los muertos. Alternativamente, es posible
que este portal se complementase originalmente con
un portón de madera que tuviese un propósito meramente instrumental para, por ejemplo, dificultar o impedir la entrada en el sepulcro de extraños, saqueadores o animales carroñeros. Asimismo, en la zona más
profunda y ancha de la galería se identificó una “mesa”
baja de planta rectangular hecha con pequeñas piedras
que Obermaier interpretó como un altar.
Otro aspecto destacable del dolmen de Soto lo
constituyen los signos grabados y pintados en sus
Detalle de ostostato con grafías, ubicado en el
interior del dolmen de Soto. Trigueros, Huelva.
147
148
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
Detalle de la grafía del ortostato número 21
del dolmen de Soto. Trigueros, Huelva.
HUELVA
ortostatos, una serie del llamado arte megalítico (es
decir, grafías con fuertes similitudes técnicas, temáticas y funcionales con el arte rupestre) prácticamente
única en España. Entre los motivos identificados se
encuentran geométricos (círculos concéntricos y formas rectangulares y cónicas algunas de las cuales
podrían representar armas, por ejemplo puñales) y antropomorfos (destacando una figura de un adulto con
un niño bajo su brazo que se encuentra grabado justo
donde aparecieron los esqueletos de un niño y un adulto de sexo indeterminado). El hecho de que algunos
de los cuerpos depositados en la cámara aparecieran
próximos a determinados símbolos grabados podría
sugerir que estos eran parte de una compleja narrativa
mitológica relacionada con la muerte y la vida en el
más allá. Asimismo, grabada sobre un ortostato de
poca anchura situado a medio camino de la galería
aparece, bocabajo, una representación antropomorfa
en la que se reconocen ojos y nariz, además de, quizás, un pecho y un brazo y que Obermaier interpretó como una divinidad dada su similitud con algunas
representaciones grabadas en estelas y estatuas de
contextos megalíticos y con motivos de los ídolos de
la Edad del Cobre. Como señaló el propio Obermaier y
posteriormente otros académicos, el hecho de que la
representación se encuentre en posición invertida (cabeza abajo) podría indicar que se trata de una estela
más antigua, posteriormente reutilizada en la arquitec-
tura del dolmen, un fenómeno relativamente frecuente
en el megalitismo europeo.
Un aspecto especialmente interesante del dolmen
de Soto es que tanto el propietario de la finca que lo
exploró como el propio H. Obermaier señalan que fue
encontrado intacto y sin evidencias de saqueo, lo cual
es muy inusual en este tipo de construcciones prehistóricas. Para empezar, en el interior del dolmen se hallaron 8 cuerpos, todos en posición acuclillada o fetal
y que debieron haber sido depositados envueltos en
sudarios o telas, además de posiblemente atados. Todos los individuos aparecieron provistos de una serie de
ajuares funerarios para su viaje al más allá, incluyendo
herramientas de piedra, vasijas cerámicas, y otros objetos entre los que se identificaron un brazalete de hueso, un objeto punzante de pizarra, una varilla de marfil,
diversas piezas de fauna (pájaros, jabalí, buey, caballo
y moluscos marinos) e incluso dientes fósiles de tiburones (probablemente utilizados como amuletos).
No lejos del dolmen de Soto, en el centro de la península del estuario de los ríos Tinto y Odiel, se ha documentado muy recientemente el extenso y complejo
yacimiento de La Orden-El Seminario que cuenta con
importantes estructuras relacionadas con las prácticas
funerarias y rituales de las sociedades de la Edad del
Cobre de la Tierra Llana de Huelva. Las excavaciones
aquí practicadas han permitido documentar varias tumbas de las conocidas como “cuevas artificiales” (es-
Dibujo de la grafía representada en el ortostato
número 21 del dolmen de Soto. Trigueros, Huelva.
Dibujo: Hugo Obermaier.
149
150
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
Detalle del proceso de excavación de la cámara de la tumba 7055,
tholos con lajas de pizarra oscura y bloques de cuarzo blanco.
La Oden-El Seminario, Huelva. Fotografía: José Antonio Linares
Catela.
Aspecto general de la tumba 1336, cueva artificial.
La Orden-El Seminario, Huelva. Fotografía: José Antonio Linares Catela.
tructuras excavadas en su totalidad en la marga terciaria, por tanto “hipogeos”) y construcciones megalíticas
de tipo tholos. Un buen ejemplo de las primeras es la
tumba 7016, de 6,20 m de longitud total, que cuenta
con un atrio con pavimento escalonado de calcarenitas
y dos jambas talladas en el sustrato que lo separan
del corredor, sirviendo para la colocación de elementos rituales (estela grabada) y de cierre de la entrada.
Su corredor, de ensanchamiento progresivo, tiene en
su base un pavimento de tierra apisonada así como
jambas y umbral en el punto de conexión con la cámara, que es de morfología semicircular (de 3 por 2,60
m). Entre las segundas destaca la estructura 7055, un
tholos de 5 m de longitud que presenta un atrio con pavimento de cantos de cuarzo blanco y pizarra oscura,
corredor con jambas que lo delimitan espacialmente y
cámara, con paredes revestidas de lajas de pizarra y
cubierta de falsa cúpula. La cámara, de planta circular
(de 1,75 por 1,55 m), estuvo cubierta por una techumbre elaborada con lajas de pizarra y bloques de cuarzo
blanco. En una fase tardía, en esta cámara se abrió una
covacha para el enterramiento de un único individuo,
que presentaba un ajuar formado por un puñal de cobre, un brazalete de arquero y dos cuencos cerámicos.
En conjunto, las tumbas de La Orden-El Seminario
presentan tres elementos arquitectónicos diferenciados: atrio, corredor y cámara. Los atrios se configuran como espacios abiertos con escalonamientos de
piedras (calcarenitas, cuarzo y pizarra) para facilitar
el acceso al interior. Los corredores funcionan como
una zona de tránsito ritual y de deposición de ofrendas
(hachas de piedra y productos cerámicos) y, ocasionalmente, también como lugar para la deposición funeraria de individuos. Las cámaras son de morfología
circular, donde se presentan mayoritariamente los cadáveres acompañados de los ajuares característicos:
HUELVA
151
Aspecto general de la
tumba 7055, tholos
con lajas de pizarra
oscura y bloques de cuarzo
blanco. La Orden-El
Seminario, Huelva.
Fotografía: José Antonio
Linares Catela.
152
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
Estructura votiva 3027,
con depósito de ídolos.
La Orden-El Seminario,
Huelva. Fotografía: José
Antonio Linares Catela.
cerámicas, cuchillos y grandes láminas de piedra tallada, puntas de flecha, laminitas de cuarzo, etc. Algunas
características del ritual funerario aquí documentado
son el uso colectivo de las cámaras, la reiteración de
enterramientos en su interior (con sucesivas superposiciones de suelos funerarios) y la reestructuración
morfológica y espacial del interior de las tumbas para
permitir la continuidad de su uso. Son estructuras, por
tanto, de utilización prolongada y reutilizaciones periódicas, presentándose suelos funerarios con varios individuos acompañados de elementos característicos de
la primera mitad-mediados del III milenio ANE, y otros
suelos con materiales definitorios de la segunda mitadfinales del III milenio ANE, incluyendo los ajuares campaniformes.
De este sitio también cabe destacar la aparición de
dos conjuntos de ídolos recuperados en dos estructuras votivas de carácter subterráneo. En la estructura
3027, de morfología circular, se recuperó un depósito
formado por 7 ídolos cilíndricos de piedra, 3 ídolos de
hueso-marfil y 1 vaso de mármol. En la 3370, un pozo
de acceso circular y cámara subterránea concéntrica,
aparecieron 19 ídolos de piedra (15 cilíndricos, 1 betilo
y 3 tolvas) y 3 de hueso-marfil. Estas ofrendas se realizaron sobre suelos preparados en el interior de cada
estructura, colocándose los ídolos de pie en grupos,
acompañados de otros productos relacionados con la
preparación y consumo de alimentos (cuencos cerámicos, moluscos…), así como útiles de piedra pulida,
tallada o de metal, empleados en las actividades de
la vida cotidiana. Los ídolos son de distintos tamaños,
formas y materias primas, distinguiendo tres tipos básicos: betilos, cilindros y tolvas. Predominan en número
los cilíndricos, destacando los siete decorados con motivos recurrentes: “ojos-soles” (radiformes y concéntricos), cejas y líneas de “tatuajes faciales”.
Tradicionalmente, estos objetos han sido considerados como representaciones de divinidades comunes al
HUELVA
153
Estructura votiva 3370, con depósito de ídolos. La Orden-El Seminario, Huelva. Fotografía: José Antonio Linares Catela.
154
Perspectiva general
del dolmen número 6.
El Pozuelo, Huelva.
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
conjunto de las comunidades constructoras de megalitos del Sur de la Península Ibérica y hasta ahora se habían entendido básicamente como elementos que formaban parte de las prácticas funerarias. Sin embargo,
los ídolos del asentamiento de La Orden-El Seminario
no se encontraron dentro de tumbas, sino en pequeñas
estructuras subterráneas idénticas a las que han sido
a menudo definidas como hoyos de almacenamiento
(“silos”) de carácter esencialmente doméstico. De hecho, este hallazgo, junto a otros indicios obtenidos en
años recientes, obliga a replantear la relación entre
lo “doméstico” y lo “ritual” o “funerario” dentro de la
ideología de las sociedades agrarias del Neolítico y la
Edad del Cobre. El alto valor simbólico de estos objetos sugiere que formaban parte de prácticas rituales
que servían para fomentar y reforzar los lazos de identificación y cohesión de los grupos familiares y de las
comunidades, reforzando los vínculos necesarios para
el desarrollo de la vida cotidiana, la subsistencia y las
relaciones sociales.
Por su parte, la necrópolis megalítica de El Pozuelo
fue descubierta y excavada por Carlos Cerdán Márquez
en la década de los 1940. Se compone de 18 monumentos de arquitectura adintelada que muestran en
muchos casos la peculiaridad de tener un diseño en
múltiples cámaras. En efecto, en lugar de constar de
una sola galería de planta rectilínea, o de un corredor
y una cámara en su extremo profundo como ocurre en
una gran mayoría de megalitos andaluces, varios de los
dólmenes de El Pozuelo muestran múltiples cámaras a
las que se accede desde una entrada única que luego
se bifurca y a cuyos lados aparecen frecuentemente
cámaras laterales. Estas cámaras mortuorias están cubiertas por túmulos circulares de hasta 20 m de diáme-
tro que se acomodan a la irregularidad del terreno (los
dólmenes se encuentran a veces en pendiente) y que
están elaborados mediante la acumulación de bloques
de piedra o pequeñas losas de pizarra.
En los enterramientos de El Pozuelo se depositaron
cientos de objetos votivos junto a los muertos. Los objetos más frecuentes son las herramientas de piedra
tallada (cuchillos, perforadores, puntas de flecha) y pulimentada (hachas) y las vasijas cerámicas, es decir, ob-
Dibujo en planta de los monumentos número 5 (arriba)
y número 7 (abajo) en el que se representan los dólmenes
con múltiples cámaras. El Pozuelo, Huelva. Dibujo de
las plantas: Carlos Cerdán y Georg y Vera Leisner.
HUELVA
jetos muy relacionados con las actividades cotidianas
(caza, procesamiento de materiales y alimentos, etc.).
Otro grupo importante de objetos son los adornos personales, como por ejemplo las cuentas de collar elaboradas en materiales diversos. Desde el punto de vista
de las creencias religiosas de nuevo son especialmente
interesantes los objetos que se interpretan como representaciones de seres sobrenaturales o divinidades. En
El Pozuelo se han identificado únicamente ídolos de dos
clases, los denominados cruciformes, que se asemejan
a una figura humana muy estilizada, con cabeza, tronco y extremidades inferiores sutilmente indicadas, y los
denominados placa, elaborados a partir de una pequeña placa de pizarra o esquisto sobre la que se graban
y/o pintan motivos geométricos y más ocasionalmente
partes anatómicas, como por ejemplo el cabello o (sobre todo) los ojos. Un objeto especialmente interesante
es el denominado báculo encontrado en el sepulcro 3
155
Vista general exterior
de un lateral del túmulo
dolmen número 6.
El Pozuelo, Huelva.
156
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
HUELVA
157
Collares hechos con cuentas de piedra de varios materiales
procedentes de distintos dólmenes de El Pozuelo, Museo de
Huelva.
Vista frontal del atrio del dolmen número 6.
El Pozuelo, Huelva.
de El Pozuelo. Se trata de un objeto de piedra alargado con un extremo curvado que aparece con cierta
frecuencia en los enterramientos megalíticos del Sur
de Portugal (es bastante más raro en los andaluces) y
que ha sido a menudo interpretado como un objeto de
prestigio o poder (de ahí la denominación de báculo),
aunque recientemente también se ha propuesto que podían constituir réplicas en piedra de armas arrojadizas
en madera de las que existen analogías etnográficas
y arqueológicas. Estos artefactos pueden ser interpretados como expresión de la posición jerárquica en la
sociedad, bien de los individuos concretos a los que se
asocian (cuando es posible determinar este extremo) o
bien de sus unidades familiares en general.
En varias de las tumbas de El Pozuelo se encontraron vestigios de pintura sobre los ortostatos así como
restos de ocre asociados a suelos y artefactos votivos.
Concretamente, en el enterramiento denominado Martín Gil el pavimento y las paredes pudieron haber estado
originalmente cubiertos de pintura roja a juzgar por la
gran cantidad de partículas de ocre rojo encontradas.
La utilización de ocre para recubrir paredes, suelos,
cuerpos y ajuares ha sido ampliamente atestiguada en
las construcciones megalíticas andaluzas (en el dolmen
Recipiente cerámico
del tholos de El Moro,
Niebla. Museo de
Huelva.
de Alberite, en Cádiz, ya explicado anteriormente, los
ortostatos estaban ricamente decorados con pinturas
e incluso entre los objetos votivos se encontró una paleta con restos de ocre).
Por su parte, el conjunto dolménico de Los Gabrieles
se ubica en un paraje de lomas y cabezos de suave topografía, característico del valle de la Rivera de Valverde. Dentro de este conjunto se pueden distinguir dos
grupos. El Grupo 1 (dólmenes 1, 2 y 7) lo conforman
estructuras provistas de galerías cubiertas trapezoidales y túmulos constituidos mayoritariamente por la
propia arcilla local. El dolmen 1, una galería de 7,50
m de longitud, presenta grabados en dos ortostatos
(dos motivos geométricos en forma de “parrilla” y un
grabado compuesto por la unión de un trazo semicircular y otro recto) y restos de pintura de óxidos de
hierro/cinabrio sobre las paredes. El dolmen 2, con una
estructura de 6,50 m de longitud y hasta 1,50 m de
anchura, destaca por el tamaño y morfología regular
158
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
HUELVA
159
Ídolos placas de varias procedencias. Museo de Huelva.
160
Anverso y reverso de la
réplica del ídolo placa
del dolmen número 40
de la necrópolis
de Cabezas Rubias.
Museo de Huelva.
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
de los ortostatos (calzados con cantos internos y lajas
de entibación externas) y por la presencia de dos ídolos
placa de pizarra como parte de los ajuares. El Grupo
2 (dólmenes 3, 4, 5 y 6) reúne megalitos de mayor
tamaño y complejidad arquitectónica, de los cuales Los
Gabrieles 4, con un túmulo circular de 19 m de diámetro compuesto por un relleno de piedras y un anillo
perimetral más destacado en la zona de acceso, es el
de mayor monumentalidad. En su interior alberga una
estructura construida con ortostatos de riolitas, riodacitas y pizarras con una tipología y orientación particular. Posee un vestíbulo de acceso abocinado en rampa
descendente que conecta con “corredor acodado”, de
4,30 m de longitud y con orientación 55º al Noreste,
que habilita el tránsito hacia dos cámaras funerarias.
La cámara 1, de morfología rectangular, mide 3,90 m
de longitud, 1,80 m de anchura en la cabecera, con
una altura máxima de 2 m, contenía en su interior una
“pila funeraria” y abundantes ajuares: platos, cuencos
y vasos cerámicos, láminas de piedra tallada, hachas
pulimentadas, puntas de flecha y microlitos geométricos. La cámara 2, ubicada en el centro del monumento, mide 3 m de longitud, oscilando en anchura de 0,65
a 1,20 m en la cabecera, lugar donde alcanza hasta
1,10 m de altura, estando cubierta por tres losas. En
su interior se documentaron dos suelos de deposición
funerarios que han arrojado una cronología que indica
un uso prolongado en la segunda mitad del III milenio
ANE. Además de por su mayor tamaño, el dolmen nº
4 de Los Gabrieles destaca por ocupar una posición
jerárquica y centralizada con respecto a los número 3
y 5, de menores dimensiones. El dolmen 6, ubicado
en el extremo Este de la meseta, presenta un tamaño
y morfología muy similares al dolmen 4, con vestíbulo
externo y una estructura interna de “morfología acodada”. Destaca el anillo perimetral del túmulo, de 16
m de diámetro, construido con bloques de piedra de
mediano-gran tamaño, aprovechando en diversos puntos el afloramiento de roca volcánica.
Al igual que los de El Pozuelo, los 4 sepulcros que integran la necrópolis megalítica de La Zarcita (Santa Bárbara de Casa) fueron explorados por primera vez por
C. Cerdán Márquez en los años 1940 siendo luego los
hallazgos estudiados conjuntamente por el matrimonio
Leisner. Las cuatro cámaras funerarias de La Zarcita
se erigieron mediante la técnica de cobertura en falsa
cúpula, y al menos dos de ellas presentan la particularidad de carecer de corredor o entrada en superficie,
HUELVA
161
Objeto votivo (báculo), del dolmen número 3
de El Pozuelo. Museo de Huelva.
162
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
HUELVA
por lo que el excavador interpretó que el acceso al interior de la cámara debía hacerse desde algún hueco en
la cúpula y con la ayuda de una escalera. A pesar del
alto grado de destrucción en que fueron encontrados
por el reaprovechamiento que los agricultores locales
hacían constantemente de los bloques de piedra, fue
posible documentar algunos aspectos interesantes del
ajuar de una de las construcciones prehistóricas, ya
que no se encontraron restos humanos (posiblemente
fueron completamente descompuestos por la alta acidez del suelo, como ocurre en otros sitios funerarios
prehistóricos de Sierra Morena occidental). Juzgando
por el número de artefactos que recogió a pesar del
daño sufrido por la construcción, Cerdán estimó que la
cámara debió haber contenido numerosos muertos. En
una de las cámaras se conservaban platos de grandes
dimensiones apilados unos encima de otros ordenados
por tamaños, mientras que a su lado se encontraron
numerosos cuchillos, alabardas y puntas de flechas de
sílex, dos cristales de roca tallados, cuencos cerámicos y un hacha de cobre (el único objeto metálico identificado en la necrópolis). Hacia el centro de la cámara
se encontraron en el suelo, que estaba completamente
ennegrecido, restos de una hoguera.
En los años 1980, el profesor F. Piñón Varela excavó
el sitio de Cabezo de los Vientos, donde se encontró
el asentamiento que ocupó la comunidad humana que
erigió los sepulcros de La Zarcita. En este lugar se encontraron evidencias de ocupación correspondientes a
la Edad del Cobre y se pudo establecer que en un momento de la vida del poblado, sus habitantes tomaron la
decisión de fortificarlo con una muralla de piedra jalonada con tres bastiones circulares. Según las observaciones realizadas por sus excavadores, el asentamiento
se organizaba en dos grandes espacios funcionales:
por un lado, el espacio exterior de la zona murada y por
otro el recinto interior. La zona exterior, abierta, consistía básicamente en una serie de cabañas parcialmente
excavadas en la roca y dotadas de hogares anejos. En
Vista frontal del atrio del dolmen número 5.
El Pozuelo, Huelva.
163
164
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
Vista general del interior de la galería del
dolmen número 5. El Pozuelo, Huelva.
HUELVA
165
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LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
Objetos votivos antropomórficos del Dolmen número 1
de El Pozuelo. Museo de Huelva.
Alabardas de sílex de los tholoi de El Moro y La Zarcita.
Museo de Huelva.
el interior del recinto murado se identificaron chozas
de 3 a 3,5 m de diámetro, levantadas sobre zócalos
de pizarra, que se distribuían en torno a la cara interior
de la muralla, ocupando los hogares el espacio central
abierto del centro.
La gran cantidad de objetos y utensilios domésticos
encontrados dentro del recinto murado excavado, tales
como azuelas, cuchillos, mazos, cucharones, cazuelas,
platos, molinos y molederas sugieren el fuerte carácter
doméstico-habitacional de las funciones a las que se le
destinaba: es decir, las cabañas construidas en su interior servían para procesar alimentos, cocinar, comer o
dormir, más que para el desempeño de funciones productivas especializadas. Un rasgo interesante de este
asentamiento es la inexistencia de evidencias de procesamiento metalúrgico, sean hornos, escorias u otros
medios de producción. El hacha plana de cobre hallada
en uno de los enterramientos colectivos asociados a
este hábitat debía, por tanto, bien haber sido elaborada
por la propia comunidad de Cabezo de los Vientos en
HUELVA
167
Vista frontal y lateral de recipiente cerámico del tholos
de La Zarcita, Santa Bárbara de Casa. Museo de Huelva.
168
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
HUELVA
169
Vista general del dolmen
número 6 del conjunto
megalítico de Los Gabrieles.
Valverde del Camino, Huelva.
170
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
Dolmen número 6 del conjunto megalítico de Los Gabrieles.
Valverde del Camino, Huelva.
Dolmen número 4 del conjunto megalítico de Los Gabrieles.
Valverde del Camino, Huelva.
otro punto no detectado, bien obtenida como resultado de actividades de intercambio con cualquiera de las
comunidades del entorno que sí estaban practicando la
metalurgia del cobre en ese momento. Más al Sur de la
provincia de Huelva, en el poblado de Cabezo Juré, se
han encontrado posteriormente evidencias sólidas de
una producción metalúrgica de cobre.
Aparte de las necrópolis Soto, El Seminario, El Pozuelo, Los Gabrieles y La Zarcita en la provincia de
Huelva se han estudiado y excavado en los últimos decenios otras construcciones megalíticas. En el sitio de
Las Plazuelas (Villanueva de los Castillejos), se estudiaron dos construcciones, una de los cuales, Plazuelas
1, apareció en relativo buen estado de conservación.
Las Plazuelas 1 es un dolmen del tipo de galería de
6 m de longitud y planta trapezoidal cubierto por un
túmulo de unos 8 m de diámetro dentro del cual se
localizaron diversos objetos votivos in situ aunque no
restos humanos (debido a la acidez del suelo, como
ya se ha citado antes). Otro enterramiento megalítico
HUELVA
171
172
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
HUELVA
onubense que pudo ser parcialmente excavado (había
quedado muy destruido como resultado de unas tareas
agrícolas) es el de El Tejar (Gibraleón). Aparte de algunos objetos de ajuar semejantes a los ya descritos
en relación con otros monumentos de la provincia, los
excavadores pudieron en este caso identificar cuatro
cráneos y algunas otras partes anatómicas humanas,
aunque no esqueletos completos, de lo que dedujeron
que la cámara megalítica había servido como osario
para la deposición de partes esqueléticas específicas
una vez que los cuerpos se habían descarnado en algún otro lugar.
Desde el punto de vista de la conceptualización del
espacio funerario, la galería cubierta de Valdelinares
(Zufre), con apenas 3 m de longitud y una anchura en
torno a 1 m (toda la estructura estaba cubierta con un
túmulo de unos 10 m de diámetro), constituye un caso
muy interesante, ya que se aproxima a la noción de cista que se extiende como contenedor funerario durante
la Edad del Bronce. En la galería o cista megalítica de
Valdelinares se hallaron restos de 10 individuos (5 adultos, 2 preadultos y 3 niños) acompañados por los objetos votivos habituales, incluyendo 4 ídolos, dos de tipo
falange (esto es, elaborados a partir de falanges de
grandes rumiantes, en este caso ciervos) y dos de tipo
tolva (de forma bitroncocónica con el estrechamiento
en el tercio superior que suelen estar hechos de piedra
o cerámica). Al contrario que la de El Tejar, la cámara
funeraria de Valdelinares sirvió para efectuar deposiciones primarias, ya que los esqueletos se encontraban
articulados (es decir, los cadáveres fueron enterrados
aún completos, no descarnados).
En el sector de Aroche, al Noroeste de la provincia
de Huelva, se encuentra otra agrupación de monumentos megalíticos de gran interés en la que destaca un
monumento de especial singularidad, el dolmen del Llano de la Belleza. Identificado en la primera mitad del
siglo XX, el dolmen del Llano de la Belleza es ya des-
Cráneo con trepanación de la Cueva de La Mora en Jabugo.
Museo de Sevilla.
173
174
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
Vista general del dolmen del Llano de la Belleza.
Aroche, Huelva.
HUELVA
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LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
HUELVA
crito sucintamente por G. y V. Leisner a finales de los
1950 como cámara megalítica excavada y expoliada.
Más tarde, el profesor F. Piñón Varela la consideraría
expresión de una extensión del megalitismo extremeño en la provincia de Huelva. Diversas prospecciones
efectuadas en la primera mitad de la década de los
1980 permitieron contextualizarlo dentro de un grupo
de monumentos con cámara poligonal y corredor que
F. Piñón Varela denominó “Grupo de Aroche”. Se trata
de un gran monumento, con un túmulo de forma casi
perfectamente circular de 39-40 m de diámetro, bastante bien conservado y que todavía se eleva hasta 3,1
m por encima de la cota del terreno circundante. La cámara, por lo que se puede apreciar en superficie, es de
tendencia poligonal o circular, aunque al no haber sido
nunca excavada es imposible concretar este extremo.
Una prospección reciente de este sitio ha revelado
un aspecto muy original de su arquitectura, cual es que
varios de los bloques de piedra empleados en la construcción de la cámara son de una morfología (ahusada) y materia prima (granito) habitual en los menhires
de las vecinas regiones de Extremadura (en España)
y Alentejo (en Portugal). Este estudio ha sugerido de
hecho la posibilidad de que el dolmen del Llano de la
Belleza se construyese en parte re-utilizando bloques
de menhires pertenecientes a un monumento (de tipo
alineamiento o círculo de menhires) previamente existente. Como se ha señalado anteriormente en relación
con el ortostato 21 del dolmen de Soto, la re-utilización
de menhires y estelas en cámaras megalíticas es un
fenómeno ampliamente constatado en distintas regiones de la Europa atlántica (especialmente en la Bretaña
francesa).
De hecho, el grupo megalítico de Aroche se caracteriza por presentar una densidad de menhires que resulta relativamente elevada en el contexto del Sur de
España, donde estos monumentos no han sido apenas
documentados. La ausencia de menhires (individuales
Detalle del ortostatos y bloques menhíricos de la cámara del dolmen
del Llano de la Belleza. Aroche, Huelva.
177
178
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
o formando agrupaciones en círculos o alineamientos)
es un rasgo distintivo del megalitismo en Andalucía que
contrasta fuertemente con la personalidad y riqueza de
estos monumentos megalíticos en otras regiones de
Europa occidental (sin ir más lejos, en la vecina región
portuguesa del Alentejo). No está del todo claro, sin
embargo, si la ausencia de este tipo de monumentos
monolíticos es un artefacto de la investigación arqueológica (que no los ha buscado correctamente y no ha
sabido, por tanto, encontrarlos) o si se trata de un
fenómeno estrictamente cultural que nos habla de las
diferencias de ideología y prácticas rituales de las poblaciones prehistóricas del Sur de la Península Ibérica.
En todo caso, en el sector de Aroche de la provincia
de Huelva, y a escasa distancia del dolmen del Llano
de la Belleza se han identificado varios menhires, lo
cual constituye un factor que da personalidad al megalitismo de esta región onubense (limítrofe las regiones
alentejanas que se encuentran al Oeste del Guadiana
y donde los menhires son muy abundantes). El menhir de Monte Chico (Aroche) es un bloque monolítico
de 4,25 m de longitud y 0,85 m de diámetro máximo
que en uno de sus extremos presenta una cazoleta de
7,5 cm de diámetro, y que está en conexión superficial
con industrias líticas pulimentadas. En el mismo término municipal de Aroche se ha identificado el menhir de
La Alcalaboza III (Aroche) descrito como un bloque de
granito, decorado con cazoletas y con unas medidas
de 1,85 m de longitud, 1,15 m de ancho y 0,52 m de
grosor. Más recientemente se ha estudiado una agrupación circular de menhires en el sitio de la Pasada del
Abad (Rosal de la Frontera), ubicado en un recodo de la
margen derecha de la rivera del Chanza, unos 20 km al
Oeste del dolmen del Llano de la Belleza, en una zona
que marca el acceso natural por el Oeste a un valle de
tierras y vegas fértiles que se cierra justamente en el
área de los Llanos de la Belleza. La Pasada del Abad es
un círculo de piedras, con un diámetro externo de 4,50
m, compuesto por 6 monolitos de diferentes tamaños,
morfologías y materias primas (pizarra y granito). Los
tres menhires de pizarra (filitas), cuyos afloramientos
más cercanos están a 200 m al sur en el cauce de la
rivera del Chanza, son de grandes dimensiones y peso.
El menhir de pizarra de mayores dimensiones, incluyen-
Primer plano y alrededores del
menhir de Monte Chico. Aroche, Huelva.
do la parte que está enterrada en el foso, alcanza hasta
3,65 m de altura, 1,20 m de anchura y 0,60 m de
grosor. Las tres piedras de granito han sido traídas de
afloramientos que pueden proceder de hasta más de
5 km de distancia al Este. Es el caso, por ejemplo, del
gran bloque de morfología globular de 2,45 m de altura,
1,30 m de anchura máxima y hasta 0,70 m de grosor,
que está enterrado en el foso más de 1 m. Las otras
dos piedras de granito son más pequeñas y de morfolo-
HUELVA
gías más irregulares, tratándose de bloques inferiores a
1 m de altura. Junto a La Pasada del Abad se ha identificado un poblado fortificado de la Edad del Hierro, aunque dada la ausencia de cronología absoluta del círculo
de piedras, por el momento no se conoce exactamente
cuál pudo haber sido la relación entre ambos.
Estos menhires onubenses, realmente excepcionales
en el contexto del megalitismo andaluz, se relacionan
morfológica y conceptualmente con los identificados al
Sur de la provincia de Badajoz y el Alentejo portugués.
Probablemente, el caso más interesante de este grupo,
al menos en relación con el dolmen del Llano de la Belleza, sea el del menhir denominado Palanca del Moro
(Fregenal de la Sierra, Badajoz), elaborado en granito,
de forma ahusada y sección ovalada y con unas dimensiones aproximadas de 3,12 m de longitud máxima y
unos 1,05 m de anchura máxima. En el tercio superior
tiene una acanaladura que confiere al bloque un cierto
179
180
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
aspecto fálico, mientras que una de sus caras presenta
gran cantidad de cazoletas. Por la morfología ahusada
de su parte superior y sus dimensiones, el bloque menhírico 2 del dolmen del Llano de la Belleza se asemeja
fuertemente al menhir de Palanca del Moro.
El análisis de la distribución espacial de las construcciones megalíticas del grupo de Aroche a lo largo
del curso del río Chanza con respecto a los asentamientos de la Edad del Cobre ha mostrado la existencia
de algunas pautas territoriales significativas. Varios de
los monumentos megalíticos de la cuenca del Chanza
(situados en las tierras bajas junto al río) se disponen
en los límites de los territorios teóricos de los asentamientos más próximos (ubicados en elevaciones
intermedias). Similares resultados se obtuvieron en el
análisis de cuencas visuales de una serie de dólmenes
y el poblado de Cerro Librero en el municipio de Aracena, comprobándose la posición de preponderancia
y conexión visual del hábitat sobre los megalitos de
Montecosta I-IV, Valdelinares y Coquino, que parecen
jalonar el territorio que controla visualmente. Estos
estudios señalan la utilización de las estructuras megalíticas como demarcadores del territorio de las comunidades y clanes, un fenómeno bien conocido en el
registro etnográfico de distintas formaciones sociales
constructoras de megalitos.
Como en otras regiones ibéricas, en la provincia de
Huelva la construcción de monumentos megalíticos comenzó a declinar dentro del primer cuarto del II milenio
cal ANE, cuando se inició el periodo de la Edad del
Bronce. A partir de este momento la construcción de
monumentos megalíticos nuevos debió volverse muy
ocasional (no disponemos de datos cronológicos precisos), aunque muchos de los monumentos ya existentes siguieron siendo frecuentados puesto que retenían
al menos parte de su antigua significación ideológica
y su carácter sagrado. Los lugares funerarios de la
primera parte de la Edad del Bronce (c. 2200/21001600/1500 cal ANE) en la provincia de Huelva son predominantemente del tipo necrópolis de cistas, con contenedores funerarios más pequeños (generalmente de
1 x 0,5 m) y de monumentalidad mucho más reducida.
De las que han podido ser excavadas y estudiadas con
mayor detalle destacan las de El Castañuelo (Aracena),
El Becerrero (Almonaster la Real) y La Parrita (Nerva).
Un aspecto interesante de estas necrópolis de cistas
de la Edad del Bronce Antiguo es que en varias de las
más grandes (es decir, las que exceden de 30 contene-
HUELVA
181
Vista general del menhir de
La Alcalaboza. Aroche, Huelva.
Detalle de las cazoletas grabadas
en la superficie del menhir de
La Alcalaboza. Aroche, Huelva.
182
LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía.
HUELVA
dores funerarios, básicamente las de El Castañuelo, El
Becerrero o La Traviesa – esta última ya en la provincia
de Sevilla), se identificó una tumba concreta que por su
tamaño y morfología destacaba del conjunto de las demás cistas, asemejándose más a una pequeña galería
megalítica que a una cista. Aunque en el caso de las
dos necrópolis onubenses de cistas que responden a
este patrón los dos enterramientos mayores aparecieron muy expoliados, en el caso de La Traviesa estaba
bien conservado, lo que permitió determinar que se trataba de la tumba de la persona de mayor importancia
del grupo social (su ajuar funerario, incluyendo una alabarda de cobre arsenicado, era el de mayor valor). Ello
sugiere que posiblemente las poblaciones de la Edad
del Bronce utilizaban la evocación de la vieja arquitectura megalítica en sus tumbas para reforzar su prestigio
y su poder (vinculándose así a los antepasados que las
habían construido). Las diferencias funcionales y sociales más acusadas de esta arquitectura funeraria y ritual
con respecto a las viejas cámaras megalíticas serán,
primero, la desaparición del concepto de casa o templo de los ancestros (las cistas, aunque sean grandes,
no conforman espacios de los que se pueda entrar y
salir) y, segundo, el mayor énfasis en la distinción de
determinados individuos que ejercen el papel de líderes
de las comunidades y que se asocian cada vez más al
prestigio militar.
Círculo de piedras de La Pasada del Abad.
Rosal de la Frontera, Huelva.
183
331
located next to this tomb and within the
same mound with a passage that leads to
a rectangular chamber almost at right angles to the access of tomb number 2.
One of the most intriguing and beautiful
grave good assemblages of those recovered from the necropolis of the Los Bermejales reservoir was found in tomb number
4. It consists of 15 bracelets made out of
pectunculus shells that vary between 60
and 75 mm in diameter. The limited assemblage from tomb number 7, formed
by a few pottery sherds of bowls, may be
in relation to the low number of individuals
buried (4). In contrast the 54 individuals buried in tomb number 8 were accompanied
by a conspicuous assemblage of Copper
Age (arrow heads and blades) and Bronze
Age materials. The latter correspond to
transitional moments (carinated bowls and
slate wrist guards) and later chronologies
(pottery vessels with low carinations, cups
and riveted daggers).
HUELVA
A
ccording to the information available, there are currently around
250 known megalithic monuments
in the province of Huelva. Huelva is thus
one of the provinces of Andalusia and, by
extension of Spain, in which the so-called
megalithic phenomenon displays greatest
strength and diversity. The geographic
distribution of the megalithic constructions of Huelva is, however, quite uneven,
with areas of high density in the regions
of the Andévalo and the Sierra and others
of very low density or complete absence
of structures as is the case, for example,
of the coastal areas. However, considering the fairly irregular development of archaeological field surveys throughout the
province, it is likely that the absence or
scarceness of this kind of archaeological
remains in particular areas may be, above
all, the consequence of the lack of field
work.
The study of the rituals and funerary
practices of which megalithism is part is
complicated in the province of Huelva (as
in other provinces of Andalusia) by the difficulties caused by the inadequacy of the
chronological framework. The first radiocarbon dates of megalithic monuments of
Huelva, corresponding to the monuments
of La Venta and La Paloma (Zalamea La
Real) and Los Gabrieles (Valverde del Camino), have been obtained from very recent excavations. These dates suggest
quite a late chronology for the sampled
monuments, within the 3rd millennium BC
(Copper Age) and extending into the 2nd
millennium BC (Bronze Age). This, in any
case, does not demonstrate that the megalithic tombs were absent during the Neolithic period (from the early 5th millennium
and throughout the 4th millennium BC), in
which there are known examples in other
regions of Andalusia and of the Southwest
of the Iberian Peninsula (especially in the
South of Portugal).
The diversity of practices observed in
other Andalusian provinces with regard to
the megalithic phenomenon is probably
even more pronounced in the province of
Huelva that displays a range of very different megalithic sites and landscapes. Perhaps the most famous and best studied
individual monument, due mainly to its extraordinary dimensions but also to other
features, is the Dolmen de Soto (Trigueros), one of the most interesting Prehistoric monuments of our country. Among
the most important megalithic ensembles
of the province of Huelva, the groups of
Los Gabrieles and El Pozuelo (between
the municipalities of Zalamea la Real and
Valverde del Camino) are particularly noteworthy. Several monuments belonging
to these groups have been excavated and
studied with modern scientific methods.
Further North (within the mountainous
area that belongs to the western hills of
Sierra Morena), other important groups of
megaliths are known in the areas of Aracena, Aroche and Santa Bárbara de Casa,
which also offer interesting morphological
and conceptual peculiarities, for instance
the presence of standing stones that link
them more closely to the Neolithic traditions of the South and Centre of Portugal
than to the traditions of Eastern Andalusia.
It is perhaps worth beginning this tour
of the megalithic sites of the province of
Huelva precisely with the Dolmen de Soto
(Trigueros). This monument was the object of a rudimentary excavation during
several months of 1923 conducted by Armando de Soto, the owner of the estate
in which the dolmen was found (and from
whom the monument takes its name). The
objects recovered by Mr. Soto, his observations of the excavation and the characteristics of the monument itself were
later meticulously studied and published
by Professor H. Obermaier, who had just
then occupied the first Professorship in
Prehistory created in a Spanish University.
With a length of 21 m, an internal height
of up to 4 m and orthostats weighing up
to 22 tons, the Dolmen de Soto is an
awesome achievement of Prehistoric
architecture. Its constructive scale (and
therefore the investment of labour that it
required) places this structure among the
most exceptional megalithic monuments
of the Iberian Peninsula, alongside the
huge constructions of Antequera (Menga, Viera and El Romeral), the four monuments of Valencina de la Concepción
(La Pastora, Matarrubilla, Ontiveros and
Montelirio), the tholoi of the necropolis of
Alcalar (Faro, Portugal) and some of the
monuments of the Portuguese region of
Évora (for example the Anta Grande do
Zambujeiro). According to the estimations
of H. Obermaier, the granite orthostats
used in the construction of the Dolmen de
Soto must have been brought from locations several kilometres away. The mound
that covers the monument displays a diameter of almost 75 m and a height close
to 4 m, and was made of a white coloured
earth which, according to the excavators,
332
did not belong to the estate in which the
dolmen is emplaced and was thus possibly brought from afar.
The details of the architecture of the
monument also offer some interesting features, for reasons other than their extraordinary scale. For instance, at 4 m from the
entrance there is a doorway, shaped by
two granite posts almost 2 m high, which
may have represented metaphorically the
transition between the worlds of the living
and the dead (or between the mortals and
the supernatural beings). Alternatively, it
is possible that this doorway may originally have included a wooden door with the
merely functional purpose of impeding the
entrance of strangers, looters or scavenger animals to the tomb. In the deepest
and widest part of the passage there was
also a low rectangular “table” made out of
small stones that Obermaier interpreted
as an altar.
Another distinguishing feature of the
Dolmen de Soto are the carved and painted symbols of the uprights that constitute a series of megalithic art (with strong
technical, thematic and functional similarities with rock art) that is almost unique
in Spain. Among the identified signs there
are geometric designs (concentric circles
and rectangular and conical shapes, some
of which may represent weapons such as
daggers) and anthropomorphic figures. A
depiction of an adult figure holding a child
was located exactly were the bodies of
a child and an adult of undetermined sex
were deposited. The fact that some of the
burials made in the chamber appeared
close to particular carved symbols may
suggest that these were part of a complex
mythological narrative related to death and
the afterlife (as is often the case of rock
art in societies known ethnographically).
Carved on a narrow upright located about
half way down the passage there is an
up-side-down anthropomorphic representation which displays eyes, a nose, possibly a breast and an arm, which Obermaier
interpreted as a divinity given its similarity
to some carvings on stelae and statues in
megalithic contexts and with the designs
of the Copper Age idols. As indicated by
Obermaier himself and other academics,
the fact that the representation is up-sidedown (head down) may suggest that the
stone was an earlier stela that was later
re-used in the dolmen. Similar cases of
re-use are relatively frequent in European
megalithism.
A particularly interesting feature of the
Dolmen de Soto is that both the estate
owner who excavated the tomb and H.
Obermaier indicated that it was found intact without any evidence of looting, which
is quite unusual in this type of Prehistoric
construction. Eight individuals were buried
inside the tomb, all of which were found
in a crouched or foetal position and must
have been wrapped in shrouds or cloths,
and possibly tied up. All of the individuals
were accompanied by a series of grave goods for their journey to the afterlife which
included stone tools, pottery vessels and
other objects such as a bone bracelet, a
sharp slate object, an ivory rod, several
animals (birds, wild boar, ox, horse and
marine molluscs) and even fossil shark
teeth (probably used as amulets).
The megalithic necropolis of El Pozuelo
was discovered and excavated by Carlos
Cerdán Márquez in the 1940s. It is formed
by 18 monuments of dolmenic architecture that often display a design with multiple
chambers. Indeed, instead of a single rectilinear passage or a passage terminating
in a chamber, as is the case in most of
the Andalusian megaliths, several of the
dolmens of El Pozuelo display multiple
chambers which are accessed by a single
entrance. The entrance then splits into two
passages in which side chambers are often located. These mortuary chambers are
covered by circular mounds of up to 20 m
diameter that are adapted to the irregularities of the terrain (the dolmens are often
located on slopes) and are created by the
accumulation of stone blocks or small slate slabs.
In the burials of El Pozuelo, hundreds
of votive objects were deposited alongside the dead. The most common objects
are knapped stone tools (blades, perforators, arrow heads), polished stone tools
(axes) and pottery vessels, that is objects
closely linked to everyday activities (hunting, raw material and food processing,
etc.). Another important group of objects
are the personal ornaments, for example
the necklace beads made out of diverse
raw materials. In terms of religious beliefs, the idols are of particular interest as
objects that are interpreted as representations of supernatural beings or divinities.
Although there exists a wide range of idol
forms and representations, at El Pozuelo
only two types have been identified: those
referred to as cruciforms which resemble
a very stylised human figure with a subtly
indicated head, torso and lower extremities, and those known as plaques elaborated on small slate or schist plaques upon
which geometric designs and occasionally
anatomical features, hair and more often
eyes, are engraved or painted. A particularly interesting object is the so-called staff
recovered from tomb 3 of El Pozuelo. This
is an elongated stone object with a curved
extremity that frequently appears in the
megalithic burials of the South of Portugal (it is quite rare in Andalusia) and that
has often been interpreted as an object
of prestige or power (thus the name staff)
although recently it has been suggested
that they may correspond to stone replicas of wooden throwing sticks as known in
ethnographic and archaeological contexts.
These artefacts can be interpreted as an
expression of the hierarchical position of
the individuals with which they are associated (when these are possible to determine)
or of their family units in general.
In several tombs of El Pozuelo there
were paint remains on the orthostats and
ochre associated with the floors and votive
objects. Particularly, in the tomb known as
Martín Gil, the pavement and the walls may
originally have been covered with red paint,
333
judging by the great amount of red ochre
particles observed. The use of ochre to
cover the walls, floors, bodies and grave
goods has been widely documented in the
Andalusian megalithic constructions (in the
Dolmen de Alberite in Cádiz, described in
the corresponding chapter, the orthostats
were richly decorated with paintings and
there was even a palette with remains of
ochre among the votive objects).
As were the tombs of El Pozuelo, the
4 tombs that form the necropolis of La
Zarcita (Santa Bárbara de Casa) were
first explored by C. Cerdán Márquez in
the 1940s. The finds were then studied
jointly by G. and V. Leisner. The four funerary chambers of La Zarcita were built
using corbelled vault technique and at
least two of them have the particularity of
lacking a passage or entrance, thus leading their excavator to suggest that the
chambers must have been accessed from
an opening in the vault and with the help of
a ladder. Despite the high degree of destruction of the tombs, due to the constant
reutilisation of the stones by the local farmers, it was possible to document some
interesting aspects of the grave goods
of one of the Prehistoric constructions,
although no human remains were recorded
(they were probably completely dissolved
by the high acidity of the ground, as is the
case in other Prehistoric funerary sites of
the western Sierra Morena). Judging by
the number of artefacts recovered despite the damage suffered by the structure,
Cerdán suggested that the chamber must
have contained numerous burials. In one
of the chambers there were large plates,
piled one on top of another and ordered
by size, while nearby there were numerous
flint knives, halberds and arrow heads, two
worked rock crystals, pottery bowls and a
copper axe (the only metal object discovered in the necropolis). The centre of the
chamber was completely blackened and
preserved the remains of a hearth.
During the 1980s, Professor F. Piñón
Varela excavated the site of Cabezo de los
Vientos, at which he discovered the settlement that was occupied by the community
which built the tombs of La Zarcita. This
site yielded evidence of occupation during
the Copper Age and it was established
that, during the lifetime of the settlement,
its inhabitants decided to fortify the settlement by means of an imposing stone wall
with three circular bastions. According to
the observations made by the excavators,
the settlement was organised according to
two main functional areas: the area outside the fortification and the area within the
walled enclosure. The external open area
was occupied by a series of huts partially
excavated into the bedrock with external
hearths. Inside the enclosure there were
huts of 3 to 3,50 m in diameter, built upon
slate foundations that were distributed
along the internal face of the wall. The central open area was occupied by hearths.
The large volume of domestic objects
and tools recovered from inside the walled
enclosure, such are adzes, knives, mace
heads, spoons, cooking dishes, plates,
hand grinders and quern stones, suggests
the domestic and habitational nature of the
functions to which they were put: the huts
built inside the fortification were used to
process foodstuffs, to cook, eat and sleep
rather than for specialised productive activities. An interesting characteristic of this
settlement is the absence of metal working evidence, kilns, slags or other means
of production. The flat copper axe found
in one of the collective burial places associated with this settlement must therefore
have been produced by the community of
Cabezo de los Vientos in a different location or obtained through exchange with
one of the communities of the nearby area
who were undertaking metallurgic activities at the time. Solid evidence of copper
metallurgic production has been recorded
at the settlement site of Cabezo Juré further South in the province of Huelva.
Apart from the necropoli of El Pozuelo,
Los Gabrieles and La Zarcita and the Dolmen de Soto, excavated in the first half of
the 20th century, other megalithic constructions of the province of Huelva have
been excavated over the past decades.
These include the two tombs of Las Plazuelas, and, in the Northern hill ranges of
the province, the passage graves of Monte
Acosta I (very deteriorated) and Valdelinares (well preserved).
At the site of Las Plazuelas (Villanueva de
los Castillejos), excavated by M. del Amo
and M. Belén Deamos in the early 1970s,
two megalithic monuments were studied,
one of which -Plazuelos 1- was found in
relatively good condition. Las Plazuelas 1
is a passage grave type dolmen of 6 m
length and trapezoid layout covered by a
mound that spreads over 8 m in diameter
and in which several votive objects were
discovered in situ. The human remains had
not survived due to the acidity of the soil.
Another megalithic burial that was partially
excavated (it had been seriously damaged
by quarry work) is that of El Tejar (Gibraleón). As well as some grave goods similar
to those documented in other monuments
of the province, the excavators were able
in this case to identify four skulls and other
anatomical parts, but not the complete
skeletons. From this it was possible to
deduce that the megalithic chamber had
been used as an ossuary for the deposition of specific skeletal parts once the bodies had been defleshed somewhere else.
From the point of view of the conceptualisation of the funerary space, the passage
grave of Valdelinares (Zufre), with a length
of only 3 m and a width of around 1 m (the
structure was covered by a mound 10 m in
diameter), constitutes an interesting case
given that it is similar to the idea of cists
that became widespread as a funerary
container in the Bronze Age. The remains
of 10 individuals (5 adults, 2 pre-adults and
3 children) were identified in the passage
grave or cist of Valdelinares, accompanied
by the usual votive objects, including 4
idols, two of phalanx type (elaborated on
phalanges of large ruminants, in this case
deer) and two of tolva type (flat sandglass
334
shaped with the narrowing of the width in
the upper third usually made of stone or
clay). Unlike El Tejar, the funerary chamber
of Valdelinares was used for primary deposits and the skeletons were found partially
articulated (that is the bodies were deposited still complete rather than defleshed).
In the area of Aroche, in the Northeast
of the province of Huelva, there is another
group of megalithic monuments of great
interest in which the Dolmen del Llano de
la Belleza stands out as a monument of
particular singularity. Identified in the first
half of the 20th century, the Dolmen del
Llano de la Belleza was described briefly
by G. and V. Leisner in the late 1950s as a
megalithic chamber that had already been
excavated and looted. At a later date,
Professor F. Piñón Varela considered this
structure as the expression of the extension of the megalithic traditions of Extremadura into the province of Huelva. Several
field surveys conducted in the early 1980s
contextualised this tomb within a group
of monuments with polygonal chambers
and passage that F. Piñón Varela named
“Grupo de Aroche”. The Dolmen del Llano
de la Belleza is a large monument, with an
almost perfectly circular mound of 39-40
m diameter, relatively well preserved given
that it still rises 3,10 m above the surrounding ground level. The chamber, from what
can be seen from the surface, is polygonal
or circular in shape, although in the absence of any excavations it is impossible to
confirm this trait.
A recent field survey of this site has
revealed a very original aspect of its architecture. Indeed, the stones used in the
construction of the chamber correspond
to a morphology (rounded) and a raw material (granite) that are characteristic of
the standing stones of the neighbouring
regions of Extremadura (in Spain) and
Alentejo (in Portugal). This study has suggested the possibility that the Dolmen del
Llano de la Belleza may have been built
with the standing stones of a pre-existing
monument (an alignment or stone circle).
As mentioned in relation to the orthostat
number 21 of the Dolmen de Soto, the reuse of standing stones and stelae in megalithic chambers is a widely documented
phenomenon in several regions of Altantic
Europe (particularly in Brittany).
Moreover, the megalithic group of Aroche is characterised by a higher density of
standing stones than is usual in the context
of the South of Spain, where this type of
monument has barely been reported. The
absence of standing stones (individual or
part of groups in the form of alignments
or stone circles) is a distinctive trait of the
megalithic phenomenon of Andalusia that
contrasts strongly with the personality
and richness of these megalithic monuments in other regions of western Europe
(for instance and not so far away, in the
neighbouring Portuguese region of the
Alentejo). However, it is not completely
clear whether the absence of this type of
monolithic monument is a creation of archaeological research (they have not been
found because they have not been searched for) or whether it is a strictly cultural
trait that reflects the differences between
ideologies and ritual practices among the
Prehistoric populations of the South of the
Iberian Peninsula.
In any case, in the Aroche area in the
province of Huelva, and a little distance
from the Dolmen del Llano de la Belleza,
several standing stones have been identified which give personality to the megalithism of this region (neighbour to the Portuguese Alentejo on the Western bank of
the Guadiana River where standing stones
are common). The menhir de Monte Chico (Aroche) is a monolithic block of 4,25
m by 0,85 m maximum diameter that is
associated with surface finds of polished
stone implements. Also in the municipality of Aroche, stands the menhir de La Alcalaboza III, described as a granite block
decorated with cup marks and measuring
1,85 m height, 1,15 m width and 0,52 m
thickness. More recently a study has been
conducted of the possible circular group
of standing stones of Pasada del Abad (Rosal de la Frontera), 10 km in a straight line
to the West of the Dolmen del Llano de la
Belleza. The recent restoration of this monument, previously interpreted as a megalithic chamber, has reinterpreted the monument as a small stone circle or cromlech,
although both the shape and the size of the
monoliths differ greatly from those used in
the construction of this type of monument
in the South of Portugal.
The standing stones of Huelva, really exceptional within the context of Andalusian
megalithism, are related morphologically
and conceptually to those identified in the
South of the province of Badajoz and in the
Portuguese Alentejo. Probably the most
interesting case within this group, at least
in relation with the Dolmen del Llano de la
Belleza, is the standing stone known as
Palanca del Moro (Fregenal de la Sierra,
Badajoz), made out of granite, rounded
in shape with an oval section and with a
height of 3,12 m and a maximum width of
1,05 m. The upper third displays a groove
that gives the stone a phallic aspect, while
one of its sides displays a large number
of cup marks. On the basis of its rounded
shape and its dimensions, stone 2 of the
Dolmen del Llano de la Belleza strongly resembles the menhir of Palanca del Moro.
The analysis of the spatial distribution
of the megalithic constructions of the Aroche group with regard to the Copper Age
settlements along the course of the Chanza River carried out by L. García Sanjuán
has demonstrated the existence of some
significant territorial patterns. Several of
the megalithic monuments of the Chanza
Basin (located on the lowlands close to the
river) are located on the limits of the theoretical territories of the nearby settlements
(located on intermediate elevations). Similar results have been obtained from the
analysis of intervisibility patterns between
a series of dolmens and the settlement of
Cerro Linares in the municipality of Aracena, thus observing the preponderance and
visual connection of the settlement with
335
the megaliths of Montecosta I-IV, Valdelinares and Coquino, which appear to stake
out the territory which is visually controlled
by the settlement. These studies appear to
suggest the use of the megalithic structures as territorial markers of the communities and clans, a well-known characteristic
in the ethnographic record of several megalith building social formations.
As is the case in other Iberian regions,
the construction of megalithic monuments
began to decline in the first quarter of the
2nd millennium BC, with the beginning of
the Bronze Age. From then on, the construction of new megalithic monuments
must have become very unusual (there are
no precise chronological data), although
many pre-existing monuments continued to
be frequented since they retained at least
part of their original ideological meaning
and sacred character. The funerary places of the first part of the Bronze Age (c.
2200/2100-1600/1500 BC) in the province of Huelva correspond mainly to necropoli of cists, with small funerary containers
(usually 1 by 0,5 m) of limited monumentality. Those of El Castañuelo (Aracena),
El Becerrero (Almonaster la Real) and La
Parrita (Nerva) are among those which
have been excavated and studied in greatest detail. An interesting aspect of these
necropoli of cists of the Early Bronze Age
is that in several of the largest necropoli
(those with over 30 funerary containers,
for instance El Castañuelo, El Becerrero or
La Traviesa – the latter in the province of
Seville), there is a single tomb that stands
out above the rest because of its size and
shape, resembling a small megalithic passage more than a cist. In the two necropoli
of cists of Huelva that display this situation, the larger tombs had unfortunately
been severely looted. At La Traviesa, in
contrast, the central tomb was well preserved and has led to the suggestion that it
may have belonged to the most important
individual of the social group (its grave goods, including an arsenic copper halberd,
were of greatest value). This suggests
that the Bronze Age communities possibly
used the evocation of the previous megalithic architecture in their tombs to reinforce their prestige and power (by relating
themselves to the ancestors who built the
megaliths). The sharpest functional and social differences of this funerary and ritual
architecture with respect to the previous
megalithic tradition are the disappearance
of the concept of house or temple of the
ancestors (the cists, even the larger ones,
do not form spaces in which one may enter) and the greater emphasis on the distinction of particular individuals who were
the leaders of the communities and were
increasingly linked to military prestige.
JAÉN
T
he province of Jaén displays a low
density of megalithic monuments
which cannot solely be explained by
the absence of systematic field surveys.
Although some projects conducted over
the past 30 years have been concerned
with the study of the Later Prehistory of
the area and the amount of field work aimed at the identification of archaeological sites has considerably increased the
number of known settlements, hardly any
information has been obtained regarding
the megalithic monuments of the province. Considering the distribution of these
throughout the neighbouring provinces of
Granada and Córdoba, the relative absence becomes more significant, particularly
when it is compared with the areas in
which systematic field surveys have been
carried out.
Indeed, the oriental tombs of Granada
tend to become less dense and finally
disappear towards the North while in the
case of the western necropoli, they constitute small groups which may have gone
unnoticed in the hills of the Southwest of
Jaén. It is however in this area that the
best megalithic example of Jaén, the dol-
men of Otiñar, is located. The examples
from the Cordovan Subbaetic, in this sense, are also scarce and the densest areas
of megalithic occupation in the province of
Córdoba are found in the Sierra Morena
and valley of Los Pedroches. The continuity of this area towards the East into the
province of Jaén includes a poorly surveyed Northern area, although some recent
reports and finds suggest that megaliths,
although few, are present within this region. In any case, as is the case in wide
areas of the neighbouring provinces, in
the Vega del Guadalquivir and the surrounding Campiñas, there appears to be from
the late 4th millennium a preference for
burials in complex artificial caves in external necropoli located close to the largest
settlements as is illustrated by the site of
Marroquíes within the urban area of Jaén.
These caves were preceded by burials in
pits located within the habitats, as can be
appreciated at the settlement site of El
Polideportivo de Martos. The pit burials
partly coexisted alongside the caves, and
were also accompanied by other funerary
ritual manifestations, such as dolmens and
even rock shelters with paintings located
in the hill ranges that delimit this region to
the North (Sierra Morena), East and South
(Prebaetic and Subbaetic).
In the Northern area of the province of
Jaén there are reports of several tumular
structures between Baños de la Encina and
La Carolina and of artificial caves at Cortijo
Amelia and El Ochavo, both in the area of
La Carolina. However, the clearest evidence of the rituals of the early phases of Late
Prehistory come from the rock shelters
with schematic and even Levantine-type
naturalistic rock paintings at Cueva de la
Tabla de Pochico (Aldeaquemada). These
paintings are followed chronologically by
the sites further East of Abrigos del Engarbo I and II (Santiago-Pontones) that display
three panels of anthropomorphic and zoomorphic figures. The dating of these representations remains problematic, since
they were initially considered as Epipalaeo-