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The large stones of Prehistory. Megalithic sites and landscapes of Andalusia Editores Leonardo García Sanjuán y Bartolomé Ruiz González Autores Juan Antonio Cámara Serrano, Manuel Costa Caramé, Leonardo García Sanjuán, Víctor Hurtado Pérez, José Antonio Linares Catela, José Enrique Márquez Romero, Fernando Molina González, Sergio Ortiz Moreno y Bartolomé Ruiz González 6 9 12 Presentación Introducción a los Sitios y Paisajes Megalíticos de Andalucía. Leonardo García Sanjuán - Historias de estudios - Números, cronologías, diversidades - Prácticas, creencias y símbolos - Inventando preguntas, pensando respuestas 32 Almería Fernándo Molina González y Juan Antonio Cámara Serrano 54 Cádiz Victor Hurtado Pérez 88 Córdoba Sergio Ortiz Moreno 112 Granada Juan Antonio Cámara Serrano y Manuel Eleazar Costa Caramé 140 Huelva Leonardo García Sanjuán y José Antonio Linares Catela 184 Jaén Manuel Eleazar Costa Caramé 198 Málaga José Enrique Márquez Romero 228 Sevilla Leonardo García Sanjuán 260 Bases para la incorporación de las grandes piedras de Andalucía a la Categoría de Patrimonio Europeo Bartolomé Ruíz González - Introducción - Programa de gestión de los sitios y paisajes megalíticos de Andalucía - El Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera y los sitios y paisajes megalíticos de Andalucía - Programa de intercambios y redes culturales de los paisajes megalíticos europeos índice 270 278 300 352 370 377 Glosario Índice onomástico Versión inglesa del texto Bibliografía Créditos Agradecimientos 7 9 12 Presentation Introduction to the Megalithic Sites and Landscapes of Andalusia Leonardo García Sanjuán - History of related research - Numbers, chronologies, diversities - Practices, beliefs and symbols - Making up questions, working out answers 32 Almería Fernándo Molina González and Juan Antonio Cámara Serrano 54 Cádiz Victor Hurtado Pérez 88 Córdoba Sergio Ortiz Moreno 112 Granada Juan Antonio Cámara Serrano and Manuel Eleazar Costa Caramé 140 Huelva Leonardo García Sanjuán and José Antonio Linares Catela 184 Jaén Manuel Eleazar Costa Caramé 198 Málaga José Enrique Márquez Romero 228 Sevilla Leonardo García Sanjuán 260 Conditions for the inclusion of the Andalusian Large Stones of Prehistory in the “European Heritage Category” Bartolomé Ruíz González - Introduction - The Megalithic Sites and Landscapes of Andalusia Management Programme - The Dolmen of Antequera Archaeological Site and the Megalithic Sites and Landscapes of Andalusia - The European Megalithic Sites and Landscapes exchange and cultural network programme index 270 278 300 352 370 377 Glossary Name index English version of the text Bibliography Credits Acknowledgements 140 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. Vista general del dolmen de Puerto de los Huertos, conjunto megalítico de El Gallego. El Berrocal, Huelva. HUELVA Huelva D e acuerdo con la información disponible, en la provincia de Huelva se conocen a día de hoy aproximadamente unos 250 monumentos megalíticos, lo que la convierte en una de las provincias andaluzas (y españolas por extensión) en las que el llamado fenómeno megalítico se expresa con mayor fuerza y diversidad. La distribución geográfica de las construcciones megalíticas onubenses es, sin embargo, bastante desigual, con zonas de altas densidades en las comarcas del Andévalo y la Sierra y otras con más baja densidad, como por ejemplo ocurre en la franja litoral. No obstante, considerando que la prospección arqueológica del territorio ha procedido de forma bastante irregular a lo largo y ancho de la provincia, es bastante probable que la ausencia o escasez de este tipo de sitios arqueológicos en determinadas zonas sea sobre todo consecuencia de la falta de investigaciones de campo. El estudio de las prácticas rituales y funerarias de las que el megalitismo forma parte se tropieza en esta provincia (como en otras de Andalucía) con la dificultad de la inadecuación del marco cronológico. Las primeras dataciones radiocarbónicas de sitios megalíticos onubenses, correspondientes a los monumentos de La Venta y La Paloma (Zalamea La Real) y Los Gabrieles (Valverde del Camino), han sido obtenidas a partir de excavaciones muy recientes. Estas fechas sugieren una cronología bastante tardía para los monumentos datados, dentro del III milenio cal ANE (Edad del Cobre) y penetrando en el II milenio cal ANE (Edad del Bronce). Ello, en cualquier caso, no demuestra que el megalitismo no se desarrolle desde el periodo Neolítico (desde la primera mitad del V y durante el IV milenio cal ANE), como se ha constatado en otras regiones de Andalucía y del Suroeste de la Península Ibérica (especialmente en el Sur de Portugal). La diversidad de prácticas observadas en otras provincias andaluzas en relación con el fenómeno megalítico es especialmente acusada en la provincia de Huelva, que ofrece una gran variedad morfológica y funcional que incluye menhires, círculos de piedras, dólmenes, tholoi y cuevas artificiales. Quizás el monumento individual más celebrado y estudiado, principalmente por sus extraordinarias dimensiones, pero también por algunas de sus características, sea el dolmen de Soto (Trigueros), uno de los monumentos prehistóricos más interesantes de nuestro país. Entre las concentraciones megalíticas más importantes de esta provincia destacan los conjuntos dolménicos del Andévalo Oriental, 141 142 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. Entorno (arriba) y túmulo (abajo) del dolmen de Soto. Trigueros, Huelva. que se distribuyen en torno a las riveras tributarias del río Tinto, incluyendo El Pozuelo (Zalamea la Real), Los Gabrieles (Valverde del Camino), Mesa de las Huecas (Niebla), El Gallego y Hornueco (Berrocal y El Madroño) así como en los valles de la margen izquierda del río Odiel, caso del conjunto de El Villar-Zalamea la Real. En este territorio predominan dos tipos de construcciones genéricas: galerías simples y dólmenes provistos de un corredor y varias cámaras, existiendo múltiples variantes. Varios de estos monumentos han sido excavados y estudiados con una metodología científica moderna. En el Andévalo Occidental, un territorio de relieve suave y alomado, por el contrario, son mayoritarios los sepulcros de falsa cúpula o tholos, que se concentran en torno a los arroyos tributarios de la rivera del Chanza, en los municipios de Paymogo, Santa Bárbara de Casa y Cabezas Rubias, destacando la necrópolis de La Zarcita. Más al Norte de la provincia, dentro del sector montañoso que conforma Sierra Morena, se en- cuentran otras agrupaciones de megalitos que ofrecen interesantes peculiaridades morfológicas y conceptuales, tanto en el entorno de la rivera de Huelva en el sector oriental, como en la rivera del Chanza, en el sector occidental, donde destaca la singular presencia de varios sitios con menhires. Finalmente, en el estuario del Tinto-Odiel, a las afueras de la ciudad de Huelva, se ha estudiado recientemente el poblado del Neolítico Final y de la Edad del Cobre de La Orden-El Seminario, en el que se han encontrado numerosas estructuras funerarias megalíticas e hipogeas (“cuevas artificiales” y fosas). Quizás valga la pena comenzar precisamente este recorrido por los sitios megalíticos de la provincia de Huelva por el dolmen de Soto (Trigueros), excavado de forma rudimentaria durante varios meses a lo largo de 1923 por Armando de Soto, propietario de la finca en la que se encontraba el dolmen (y de quien el mismo ha tomado el nombre). Los objetos rescatados por HUELVA 143 Vista general hacia el interio de la galería del dolmen de Soto. Trigueros, Huelva. Dibujo de la planta y el alzado del dolmen de Soto. Trigueros, Huelva. Dibujo de planta y sección: Hugo Obermaier. 144 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. HUELVA 145 Vista general hacia el exterior de la galería del dolmen de Soto. Trigueros, Huelva. 146 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. Recopilación de las grafías representadas en los ostostatos del dolmen de Soto. Trigueros, Huelva. Dibujos: Hugo Obermaier. Ostostatos con grafías, ubicados en el interior del dolmen de Soto. Trigueros, Huelva. HUELVA Soto, sus propias observaciones de la excavación, así como las características del monumento en sí fueron luego minuciosamente estudiados y publicados al año siguiente por el profesor H. Obermaier. Con 21 m de longitud, alturas en el interior de hasta 4 m y ortostatos de hasta 22 toneladas de peso, el dolmen de Soto constituye una formidable obra de ingeniería prehistórica. Por su escala constructiva (y por tanto por la inversión de trabajo que supuso) se cuenta entre los monumentos megalíticos más excepcionales de la Península Ibérica, junto con las tres magnas construcciones de Antequera (Menga, Viera y El Romeral), los cuatro monumentos de Valencina de la Concepción (La Pastora, Matarrubilla, Ontiveros y Montelirio), los tholoi de la necrópolis de Alcalar (Faro, Portugal) y algunos de los monumentos de la región portuguesa de Évora (especialmente Anta Grande do Zambujeiro). Según las estimaciones de H. Obermaier, además, los ortostatos empleados en su construcción debieron ser traídos de una distancia de varios kilómetros. El túmulo que lo recubre tiene cerca de 75 m de diámetro y unos 4 m de altura, y fue construido con tierra de color blanco que, a juicio de los excavadores, no era propia de la finca en la que se encuentra el dolmen, por lo que posiblemente había sido asimismo traída de lejos. Los detalles de la arquitectura del monumento ofrecen igualmente algunos elementos destacables más allá de su extraordinaria magnitud. Por ejemplo, a 4 m de la entrada hay un portal, formado por dos jambas graníticas de casi 2 m de altura, que pudo representar metafóricamente la transición del mundo de los vivos hacia el de los muertos. Alternativamente, es posible que este portal se complementase originalmente con un portón de madera que tuviese un propósito meramente instrumental para, por ejemplo, dificultar o impedir la entrada en el sepulcro de extraños, saqueadores o animales carroñeros. Asimismo, en la zona más profunda y ancha de la galería se identificó una “mesa” baja de planta rectangular hecha con pequeñas piedras que Obermaier interpretó como un altar. Otro aspecto destacable del dolmen de Soto lo constituyen los signos grabados y pintados en sus Detalle de ostostato con grafías, ubicado en el interior del dolmen de Soto. Trigueros, Huelva. 147 148 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. Detalle de la grafía del ortostato número 21 del dolmen de Soto. Trigueros, Huelva. HUELVA ortostatos, una serie del llamado arte megalítico (es decir, grafías con fuertes similitudes técnicas, temáticas y funcionales con el arte rupestre) prácticamente única en España. Entre los motivos identificados se encuentran geométricos (círculos concéntricos y formas rectangulares y cónicas algunas de las cuales podrían representar armas, por ejemplo puñales) y antropomorfos (destacando una figura de un adulto con un niño bajo su brazo que se encuentra grabado justo donde aparecieron los esqueletos de un niño y un adulto de sexo indeterminado). El hecho de que algunos de los cuerpos depositados en la cámara aparecieran próximos a determinados símbolos grabados podría sugerir que estos eran parte de una compleja narrativa mitológica relacionada con la muerte y la vida en el más allá. Asimismo, grabada sobre un ortostato de poca anchura situado a medio camino de la galería aparece, bocabajo, una representación antropomorfa en la que se reconocen ojos y nariz, además de, quizás, un pecho y un brazo y que Obermaier interpretó como una divinidad dada su similitud con algunas representaciones grabadas en estelas y estatuas de contextos megalíticos y con motivos de los ídolos de la Edad del Cobre. Como señaló el propio Obermaier y posteriormente otros académicos, el hecho de que la representación se encuentre en posición invertida (cabeza abajo) podría indicar que se trata de una estela más antigua, posteriormente reutilizada en la arquitec- tura del dolmen, un fenómeno relativamente frecuente en el megalitismo europeo. Un aspecto especialmente interesante del dolmen de Soto es que tanto el propietario de la finca que lo exploró como el propio H. Obermaier señalan que fue encontrado intacto y sin evidencias de saqueo, lo cual es muy inusual en este tipo de construcciones prehistóricas. Para empezar, en el interior del dolmen se hallaron 8 cuerpos, todos en posición acuclillada o fetal y que debieron haber sido depositados envueltos en sudarios o telas, además de posiblemente atados. Todos los individuos aparecieron provistos de una serie de ajuares funerarios para su viaje al más allá, incluyendo herramientas de piedra, vasijas cerámicas, y otros objetos entre los que se identificaron un brazalete de hueso, un objeto punzante de pizarra, una varilla de marfil, diversas piezas de fauna (pájaros, jabalí, buey, caballo y moluscos marinos) e incluso dientes fósiles de tiburones (probablemente utilizados como amuletos). No lejos del dolmen de Soto, en el centro de la península del estuario de los ríos Tinto y Odiel, se ha documentado muy recientemente el extenso y complejo yacimiento de La Orden-El Seminario que cuenta con importantes estructuras relacionadas con las prácticas funerarias y rituales de las sociedades de la Edad del Cobre de la Tierra Llana de Huelva. Las excavaciones aquí practicadas han permitido documentar varias tumbas de las conocidas como “cuevas artificiales” (es- Dibujo de la grafía representada en el ortostato número 21 del dolmen de Soto. Trigueros, Huelva. Dibujo: Hugo Obermaier. 149 150 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. Detalle del proceso de excavación de la cámara de la tumba 7055, tholos con lajas de pizarra oscura y bloques de cuarzo blanco. La Oden-El Seminario, Huelva. Fotografía: José Antonio Linares Catela. Aspecto general de la tumba 1336, cueva artificial. La Orden-El Seminario, Huelva. Fotografía: José Antonio Linares Catela. tructuras excavadas en su totalidad en la marga terciaria, por tanto “hipogeos”) y construcciones megalíticas de tipo tholos. Un buen ejemplo de las primeras es la tumba 7016, de 6,20 m de longitud total, que cuenta con un atrio con pavimento escalonado de calcarenitas y dos jambas talladas en el sustrato que lo separan del corredor, sirviendo para la colocación de elementos rituales (estela grabada) y de cierre de la entrada. Su corredor, de ensanchamiento progresivo, tiene en su base un pavimento de tierra apisonada así como jambas y umbral en el punto de conexión con la cámara, que es de morfología semicircular (de 3 por 2,60 m). Entre las segundas destaca la estructura 7055, un tholos de 5 m de longitud que presenta un atrio con pavimento de cantos de cuarzo blanco y pizarra oscura, corredor con jambas que lo delimitan espacialmente y cámara, con paredes revestidas de lajas de pizarra y cubierta de falsa cúpula. La cámara, de planta circular (de 1,75 por 1,55 m), estuvo cubierta por una techumbre elaborada con lajas de pizarra y bloques de cuarzo blanco. En una fase tardía, en esta cámara se abrió una covacha para el enterramiento de un único individuo, que presentaba un ajuar formado por un puñal de cobre, un brazalete de arquero y dos cuencos cerámicos. En conjunto, las tumbas de La Orden-El Seminario presentan tres elementos arquitectónicos diferenciados: atrio, corredor y cámara. Los atrios se configuran como espacios abiertos con escalonamientos de piedras (calcarenitas, cuarzo y pizarra) para facilitar el acceso al interior. Los corredores funcionan como una zona de tránsito ritual y de deposición de ofrendas (hachas de piedra y productos cerámicos) y, ocasionalmente, también como lugar para la deposición funeraria de individuos. Las cámaras son de morfología circular, donde se presentan mayoritariamente los cadáveres acompañados de los ajuares característicos: HUELVA 151 Aspecto general de la tumba 7055, tholos con lajas de pizarra oscura y bloques de cuarzo blanco. La Orden-El Seminario, Huelva. Fotografía: José Antonio Linares Catela. 152 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. Estructura votiva 3027, con depósito de ídolos. La Orden-El Seminario, Huelva. Fotografía: José Antonio Linares Catela. cerámicas, cuchillos y grandes láminas de piedra tallada, puntas de flecha, laminitas de cuarzo, etc. Algunas características del ritual funerario aquí documentado son el uso colectivo de las cámaras, la reiteración de enterramientos en su interior (con sucesivas superposiciones de suelos funerarios) y la reestructuración morfológica y espacial del interior de las tumbas para permitir la continuidad de su uso. Son estructuras, por tanto, de utilización prolongada y reutilizaciones periódicas, presentándose suelos funerarios con varios individuos acompañados de elementos característicos de la primera mitad-mediados del III milenio ANE, y otros suelos con materiales definitorios de la segunda mitadfinales del III milenio ANE, incluyendo los ajuares campaniformes. De este sitio también cabe destacar la aparición de dos conjuntos de ídolos recuperados en dos estructuras votivas de carácter subterráneo. En la estructura 3027, de morfología circular, se recuperó un depósito formado por 7 ídolos cilíndricos de piedra, 3 ídolos de hueso-marfil y 1 vaso de mármol. En la 3370, un pozo de acceso circular y cámara subterránea concéntrica, aparecieron 19 ídolos de piedra (15 cilíndricos, 1 betilo y 3 tolvas) y 3 de hueso-marfil. Estas ofrendas se realizaron sobre suelos preparados en el interior de cada estructura, colocándose los ídolos de pie en grupos, acompañados de otros productos relacionados con la preparación y consumo de alimentos (cuencos cerámicos, moluscos…), así como útiles de piedra pulida, tallada o de metal, empleados en las actividades de la vida cotidiana. Los ídolos son de distintos tamaños, formas y materias primas, distinguiendo tres tipos básicos: betilos, cilindros y tolvas. Predominan en número los cilíndricos, destacando los siete decorados con motivos recurrentes: “ojos-soles” (radiformes y concéntricos), cejas y líneas de “tatuajes faciales”. Tradicionalmente, estos objetos han sido considerados como representaciones de divinidades comunes al HUELVA 153 Estructura votiva 3370, con depósito de ídolos. La Orden-El Seminario, Huelva. Fotografía: José Antonio Linares Catela. 154 Perspectiva general del dolmen número 6. El Pozuelo, Huelva. LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. conjunto de las comunidades constructoras de megalitos del Sur de la Península Ibérica y hasta ahora se habían entendido básicamente como elementos que formaban parte de las prácticas funerarias. Sin embargo, los ídolos del asentamiento de La Orden-El Seminario no se encontraron dentro de tumbas, sino en pequeñas estructuras subterráneas idénticas a las que han sido a menudo definidas como hoyos de almacenamiento (“silos”) de carácter esencialmente doméstico. De hecho, este hallazgo, junto a otros indicios obtenidos en años recientes, obliga a replantear la relación entre lo “doméstico” y lo “ritual” o “funerario” dentro de la ideología de las sociedades agrarias del Neolítico y la Edad del Cobre. El alto valor simbólico de estos objetos sugiere que formaban parte de prácticas rituales que servían para fomentar y reforzar los lazos de identificación y cohesión de los grupos familiares y de las comunidades, reforzando los vínculos necesarios para el desarrollo de la vida cotidiana, la subsistencia y las relaciones sociales. Por su parte, la necrópolis megalítica de El Pozuelo fue descubierta y excavada por Carlos Cerdán Márquez en la década de los 1940. Se compone de 18 monumentos de arquitectura adintelada que muestran en muchos casos la peculiaridad de tener un diseño en múltiples cámaras. En efecto, en lugar de constar de una sola galería de planta rectilínea, o de un corredor y una cámara en su extremo profundo como ocurre en una gran mayoría de megalitos andaluces, varios de los dólmenes de El Pozuelo muestran múltiples cámaras a las que se accede desde una entrada única que luego se bifurca y a cuyos lados aparecen frecuentemente cámaras laterales. Estas cámaras mortuorias están cubiertas por túmulos circulares de hasta 20 m de diáme- tro que se acomodan a la irregularidad del terreno (los dólmenes se encuentran a veces en pendiente) y que están elaborados mediante la acumulación de bloques de piedra o pequeñas losas de pizarra. En los enterramientos de El Pozuelo se depositaron cientos de objetos votivos junto a los muertos. Los objetos más frecuentes son las herramientas de piedra tallada (cuchillos, perforadores, puntas de flecha) y pulimentada (hachas) y las vasijas cerámicas, es decir, ob- Dibujo en planta de los monumentos número 5 (arriba) y número 7 (abajo) en el que se representan los dólmenes con múltiples cámaras. El Pozuelo, Huelva. Dibujo de las plantas: Carlos Cerdán y Georg y Vera Leisner. HUELVA jetos muy relacionados con las actividades cotidianas (caza, procesamiento de materiales y alimentos, etc.). Otro grupo importante de objetos son los adornos personales, como por ejemplo las cuentas de collar elaboradas en materiales diversos. Desde el punto de vista de las creencias religiosas de nuevo son especialmente interesantes los objetos que se interpretan como representaciones de seres sobrenaturales o divinidades. En El Pozuelo se han identificado únicamente ídolos de dos clases, los denominados cruciformes, que se asemejan a una figura humana muy estilizada, con cabeza, tronco y extremidades inferiores sutilmente indicadas, y los denominados placa, elaborados a partir de una pequeña placa de pizarra o esquisto sobre la que se graban y/o pintan motivos geométricos y más ocasionalmente partes anatómicas, como por ejemplo el cabello o (sobre todo) los ojos. Un objeto especialmente interesante es el denominado báculo encontrado en el sepulcro 3 155 Vista general exterior de un lateral del túmulo dolmen número 6. El Pozuelo, Huelva. 156 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. HUELVA 157 Collares hechos con cuentas de piedra de varios materiales procedentes de distintos dólmenes de El Pozuelo, Museo de Huelva. Vista frontal del atrio del dolmen número 6. El Pozuelo, Huelva. de El Pozuelo. Se trata de un objeto de piedra alargado con un extremo curvado que aparece con cierta frecuencia en los enterramientos megalíticos del Sur de Portugal (es bastante más raro en los andaluces) y que ha sido a menudo interpretado como un objeto de prestigio o poder (de ahí la denominación de báculo), aunque recientemente también se ha propuesto que podían constituir réplicas en piedra de armas arrojadizas en madera de las que existen analogías etnográficas y arqueológicas. Estos artefactos pueden ser interpretados como expresión de la posición jerárquica en la sociedad, bien de los individuos concretos a los que se asocian (cuando es posible determinar este extremo) o bien de sus unidades familiares en general. En varias de las tumbas de El Pozuelo se encontraron vestigios de pintura sobre los ortostatos así como restos de ocre asociados a suelos y artefactos votivos. Concretamente, en el enterramiento denominado Martín Gil el pavimento y las paredes pudieron haber estado originalmente cubiertos de pintura roja a juzgar por la gran cantidad de partículas de ocre rojo encontradas. La utilización de ocre para recubrir paredes, suelos, cuerpos y ajuares ha sido ampliamente atestiguada en las construcciones megalíticas andaluzas (en el dolmen Recipiente cerámico del tholos de El Moro, Niebla. Museo de Huelva. de Alberite, en Cádiz, ya explicado anteriormente, los ortostatos estaban ricamente decorados con pinturas e incluso entre los objetos votivos se encontró una paleta con restos de ocre). Por su parte, el conjunto dolménico de Los Gabrieles se ubica en un paraje de lomas y cabezos de suave topografía, característico del valle de la Rivera de Valverde. Dentro de este conjunto se pueden distinguir dos grupos. El Grupo 1 (dólmenes 1, 2 y 7) lo conforman estructuras provistas de galerías cubiertas trapezoidales y túmulos constituidos mayoritariamente por la propia arcilla local. El dolmen 1, una galería de 7,50 m de longitud, presenta grabados en dos ortostatos (dos motivos geométricos en forma de “parrilla” y un grabado compuesto por la unión de un trazo semicircular y otro recto) y restos de pintura de óxidos de hierro/cinabrio sobre las paredes. El dolmen 2, con una estructura de 6,50 m de longitud y hasta 1,50 m de anchura, destaca por el tamaño y morfología regular 158 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. HUELVA 159 Ídolos placas de varias procedencias. Museo de Huelva. 160 Anverso y reverso de la réplica del ídolo placa del dolmen número 40 de la necrópolis de Cabezas Rubias. Museo de Huelva. LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. de los ortostatos (calzados con cantos internos y lajas de entibación externas) y por la presencia de dos ídolos placa de pizarra como parte de los ajuares. El Grupo 2 (dólmenes 3, 4, 5 y 6) reúne megalitos de mayor tamaño y complejidad arquitectónica, de los cuales Los Gabrieles 4, con un túmulo circular de 19 m de diámetro compuesto por un relleno de piedras y un anillo perimetral más destacado en la zona de acceso, es el de mayor monumentalidad. En su interior alberga una estructura construida con ortostatos de riolitas, riodacitas y pizarras con una tipología y orientación particular. Posee un vestíbulo de acceso abocinado en rampa descendente que conecta con “corredor acodado”, de 4,30 m de longitud y con orientación 55º al Noreste, que habilita el tránsito hacia dos cámaras funerarias. La cámara 1, de morfología rectangular, mide 3,90 m de longitud, 1,80 m de anchura en la cabecera, con una altura máxima de 2 m, contenía en su interior una “pila funeraria” y abundantes ajuares: platos, cuencos y vasos cerámicos, láminas de piedra tallada, hachas pulimentadas, puntas de flecha y microlitos geométricos. La cámara 2, ubicada en el centro del monumento, mide 3 m de longitud, oscilando en anchura de 0,65 a 1,20 m en la cabecera, lugar donde alcanza hasta 1,10 m de altura, estando cubierta por tres losas. En su interior se documentaron dos suelos de deposición funerarios que han arrojado una cronología que indica un uso prolongado en la segunda mitad del III milenio ANE. Además de por su mayor tamaño, el dolmen nº 4 de Los Gabrieles destaca por ocupar una posición jerárquica y centralizada con respecto a los número 3 y 5, de menores dimensiones. El dolmen 6, ubicado en el extremo Este de la meseta, presenta un tamaño y morfología muy similares al dolmen 4, con vestíbulo externo y una estructura interna de “morfología acodada”. Destaca el anillo perimetral del túmulo, de 16 m de diámetro, construido con bloques de piedra de mediano-gran tamaño, aprovechando en diversos puntos el afloramiento de roca volcánica. Al igual que los de El Pozuelo, los 4 sepulcros que integran la necrópolis megalítica de La Zarcita (Santa Bárbara de Casa) fueron explorados por primera vez por C. Cerdán Márquez en los años 1940 siendo luego los hallazgos estudiados conjuntamente por el matrimonio Leisner. Las cuatro cámaras funerarias de La Zarcita se erigieron mediante la técnica de cobertura en falsa cúpula, y al menos dos de ellas presentan la particularidad de carecer de corredor o entrada en superficie, HUELVA 161 Objeto votivo (báculo), del dolmen número 3 de El Pozuelo. Museo de Huelva. 162 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. HUELVA por lo que el excavador interpretó que el acceso al interior de la cámara debía hacerse desde algún hueco en la cúpula y con la ayuda de una escalera. A pesar del alto grado de destrucción en que fueron encontrados por el reaprovechamiento que los agricultores locales hacían constantemente de los bloques de piedra, fue posible documentar algunos aspectos interesantes del ajuar de una de las construcciones prehistóricas, ya que no se encontraron restos humanos (posiblemente fueron completamente descompuestos por la alta acidez del suelo, como ocurre en otros sitios funerarios prehistóricos de Sierra Morena occidental). Juzgando por el número de artefactos que recogió a pesar del daño sufrido por la construcción, Cerdán estimó que la cámara debió haber contenido numerosos muertos. En una de las cámaras se conservaban platos de grandes dimensiones apilados unos encima de otros ordenados por tamaños, mientras que a su lado se encontraron numerosos cuchillos, alabardas y puntas de flechas de sílex, dos cristales de roca tallados, cuencos cerámicos y un hacha de cobre (el único objeto metálico identificado en la necrópolis). Hacia el centro de la cámara se encontraron en el suelo, que estaba completamente ennegrecido, restos de una hoguera. En los años 1980, el profesor F. Piñón Varela excavó el sitio de Cabezo de los Vientos, donde se encontró el asentamiento que ocupó la comunidad humana que erigió los sepulcros de La Zarcita. En este lugar se encontraron evidencias de ocupación correspondientes a la Edad del Cobre y se pudo establecer que en un momento de la vida del poblado, sus habitantes tomaron la decisión de fortificarlo con una muralla de piedra jalonada con tres bastiones circulares. Según las observaciones realizadas por sus excavadores, el asentamiento se organizaba en dos grandes espacios funcionales: por un lado, el espacio exterior de la zona murada y por otro el recinto interior. La zona exterior, abierta, consistía básicamente en una serie de cabañas parcialmente excavadas en la roca y dotadas de hogares anejos. En Vista frontal del atrio del dolmen número 5. El Pozuelo, Huelva. 163 164 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. Vista general del interior de la galería del dolmen número 5. El Pozuelo, Huelva. HUELVA 165 166 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. Objetos votivos antropomórficos del Dolmen número 1 de El Pozuelo. Museo de Huelva. Alabardas de sílex de los tholoi de El Moro y La Zarcita. Museo de Huelva. el interior del recinto murado se identificaron chozas de 3 a 3,5 m de diámetro, levantadas sobre zócalos de pizarra, que se distribuían en torno a la cara interior de la muralla, ocupando los hogares el espacio central abierto del centro. La gran cantidad de objetos y utensilios domésticos encontrados dentro del recinto murado excavado, tales como azuelas, cuchillos, mazos, cucharones, cazuelas, platos, molinos y molederas sugieren el fuerte carácter doméstico-habitacional de las funciones a las que se le destinaba: es decir, las cabañas construidas en su interior servían para procesar alimentos, cocinar, comer o dormir, más que para el desempeño de funciones productivas especializadas. Un rasgo interesante de este asentamiento es la inexistencia de evidencias de procesamiento metalúrgico, sean hornos, escorias u otros medios de producción. El hacha plana de cobre hallada en uno de los enterramientos colectivos asociados a este hábitat debía, por tanto, bien haber sido elaborada por la propia comunidad de Cabezo de los Vientos en HUELVA 167 Vista frontal y lateral de recipiente cerámico del tholos de La Zarcita, Santa Bárbara de Casa. Museo de Huelva. 168 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. HUELVA 169 Vista general del dolmen número 6 del conjunto megalítico de Los Gabrieles. Valverde del Camino, Huelva. 170 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. Dolmen número 6 del conjunto megalítico de Los Gabrieles. Valverde del Camino, Huelva. Dolmen número 4 del conjunto megalítico de Los Gabrieles. Valverde del Camino, Huelva. otro punto no detectado, bien obtenida como resultado de actividades de intercambio con cualquiera de las comunidades del entorno que sí estaban practicando la metalurgia del cobre en ese momento. Más al Sur de la provincia de Huelva, en el poblado de Cabezo Juré, se han encontrado posteriormente evidencias sólidas de una producción metalúrgica de cobre. Aparte de las necrópolis Soto, El Seminario, El Pozuelo, Los Gabrieles y La Zarcita en la provincia de Huelva se han estudiado y excavado en los últimos decenios otras construcciones megalíticas. En el sitio de Las Plazuelas (Villanueva de los Castillejos), se estudiaron dos construcciones, una de los cuales, Plazuelas 1, apareció en relativo buen estado de conservación. Las Plazuelas 1 es un dolmen del tipo de galería de 6 m de longitud y planta trapezoidal cubierto por un túmulo de unos 8 m de diámetro dentro del cual se localizaron diversos objetos votivos in situ aunque no restos humanos (debido a la acidez del suelo, como ya se ha citado antes). Otro enterramiento megalítico HUELVA 171 172 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. HUELVA onubense que pudo ser parcialmente excavado (había quedado muy destruido como resultado de unas tareas agrícolas) es el de El Tejar (Gibraleón). Aparte de algunos objetos de ajuar semejantes a los ya descritos en relación con otros monumentos de la provincia, los excavadores pudieron en este caso identificar cuatro cráneos y algunas otras partes anatómicas humanas, aunque no esqueletos completos, de lo que dedujeron que la cámara megalítica había servido como osario para la deposición de partes esqueléticas específicas una vez que los cuerpos se habían descarnado en algún otro lugar. Desde el punto de vista de la conceptualización del espacio funerario, la galería cubierta de Valdelinares (Zufre), con apenas 3 m de longitud y una anchura en torno a 1 m (toda la estructura estaba cubierta con un túmulo de unos 10 m de diámetro), constituye un caso muy interesante, ya que se aproxima a la noción de cista que se extiende como contenedor funerario durante la Edad del Bronce. En la galería o cista megalítica de Valdelinares se hallaron restos de 10 individuos (5 adultos, 2 preadultos y 3 niños) acompañados por los objetos votivos habituales, incluyendo 4 ídolos, dos de tipo falange (esto es, elaborados a partir de falanges de grandes rumiantes, en este caso ciervos) y dos de tipo tolva (de forma bitroncocónica con el estrechamiento en el tercio superior que suelen estar hechos de piedra o cerámica). Al contrario que la de El Tejar, la cámara funeraria de Valdelinares sirvió para efectuar deposiciones primarias, ya que los esqueletos se encontraban articulados (es decir, los cadáveres fueron enterrados aún completos, no descarnados). En el sector de Aroche, al Noroeste de la provincia de Huelva, se encuentra otra agrupación de monumentos megalíticos de gran interés en la que destaca un monumento de especial singularidad, el dolmen del Llano de la Belleza. Identificado en la primera mitad del siglo XX, el dolmen del Llano de la Belleza es ya des- Cráneo con trepanación de la Cueva de La Mora en Jabugo. Museo de Sevilla. 173 174 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. Vista general del dolmen del Llano de la Belleza. Aroche, Huelva. HUELVA 175 176 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. HUELVA crito sucintamente por G. y V. Leisner a finales de los 1950 como cámara megalítica excavada y expoliada. Más tarde, el profesor F. Piñón Varela la consideraría expresión de una extensión del megalitismo extremeño en la provincia de Huelva. Diversas prospecciones efectuadas en la primera mitad de la década de los 1980 permitieron contextualizarlo dentro de un grupo de monumentos con cámara poligonal y corredor que F. Piñón Varela denominó “Grupo de Aroche”. Se trata de un gran monumento, con un túmulo de forma casi perfectamente circular de 39-40 m de diámetro, bastante bien conservado y que todavía se eleva hasta 3,1 m por encima de la cota del terreno circundante. La cámara, por lo que se puede apreciar en superficie, es de tendencia poligonal o circular, aunque al no haber sido nunca excavada es imposible concretar este extremo. Una prospección reciente de este sitio ha revelado un aspecto muy original de su arquitectura, cual es que varios de los bloques de piedra empleados en la construcción de la cámara son de una morfología (ahusada) y materia prima (granito) habitual en los menhires de las vecinas regiones de Extremadura (en España) y Alentejo (en Portugal). Este estudio ha sugerido de hecho la posibilidad de que el dolmen del Llano de la Belleza se construyese en parte re-utilizando bloques de menhires pertenecientes a un monumento (de tipo alineamiento o círculo de menhires) previamente existente. Como se ha señalado anteriormente en relación con el ortostato 21 del dolmen de Soto, la re-utilización de menhires y estelas en cámaras megalíticas es un fenómeno ampliamente constatado en distintas regiones de la Europa atlántica (especialmente en la Bretaña francesa). De hecho, el grupo megalítico de Aroche se caracteriza por presentar una densidad de menhires que resulta relativamente elevada en el contexto del Sur de España, donde estos monumentos no han sido apenas documentados. La ausencia de menhires (individuales Detalle del ortostatos y bloques menhíricos de la cámara del dolmen del Llano de la Belleza. Aroche, Huelva. 177 178 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. o formando agrupaciones en círculos o alineamientos) es un rasgo distintivo del megalitismo en Andalucía que contrasta fuertemente con la personalidad y riqueza de estos monumentos megalíticos en otras regiones de Europa occidental (sin ir más lejos, en la vecina región portuguesa del Alentejo). No está del todo claro, sin embargo, si la ausencia de este tipo de monumentos monolíticos es un artefacto de la investigación arqueológica (que no los ha buscado correctamente y no ha sabido, por tanto, encontrarlos) o si se trata de un fenómeno estrictamente cultural que nos habla de las diferencias de ideología y prácticas rituales de las poblaciones prehistóricas del Sur de la Península Ibérica. En todo caso, en el sector de Aroche de la provincia de Huelva, y a escasa distancia del dolmen del Llano de la Belleza se han identificado varios menhires, lo cual constituye un factor que da personalidad al megalitismo de esta región onubense (limítrofe las regiones alentejanas que se encuentran al Oeste del Guadiana y donde los menhires son muy abundantes). El menhir de Monte Chico (Aroche) es un bloque monolítico de 4,25 m de longitud y 0,85 m de diámetro máximo que en uno de sus extremos presenta una cazoleta de 7,5 cm de diámetro, y que está en conexión superficial con industrias líticas pulimentadas. En el mismo término municipal de Aroche se ha identificado el menhir de La Alcalaboza III (Aroche) descrito como un bloque de granito, decorado con cazoletas y con unas medidas de 1,85 m de longitud, 1,15 m de ancho y 0,52 m de grosor. Más recientemente se ha estudiado una agrupación circular de menhires en el sitio de la Pasada del Abad (Rosal de la Frontera), ubicado en un recodo de la margen derecha de la rivera del Chanza, unos 20 km al Oeste del dolmen del Llano de la Belleza, en una zona que marca el acceso natural por el Oeste a un valle de tierras y vegas fértiles que se cierra justamente en el área de los Llanos de la Belleza. La Pasada del Abad es un círculo de piedras, con un diámetro externo de 4,50 m, compuesto por 6 monolitos de diferentes tamaños, morfologías y materias primas (pizarra y granito). Los tres menhires de pizarra (filitas), cuyos afloramientos más cercanos están a 200 m al sur en el cauce de la rivera del Chanza, son de grandes dimensiones y peso. El menhir de pizarra de mayores dimensiones, incluyen- Primer plano y alrededores del menhir de Monte Chico. Aroche, Huelva. do la parte que está enterrada en el foso, alcanza hasta 3,65 m de altura, 1,20 m de anchura y 0,60 m de grosor. Las tres piedras de granito han sido traídas de afloramientos que pueden proceder de hasta más de 5 km de distancia al Este. Es el caso, por ejemplo, del gran bloque de morfología globular de 2,45 m de altura, 1,30 m de anchura máxima y hasta 0,70 m de grosor, que está enterrado en el foso más de 1 m. Las otras dos piedras de granito son más pequeñas y de morfolo- HUELVA gías más irregulares, tratándose de bloques inferiores a 1 m de altura. Junto a La Pasada del Abad se ha identificado un poblado fortificado de la Edad del Hierro, aunque dada la ausencia de cronología absoluta del círculo de piedras, por el momento no se conoce exactamente cuál pudo haber sido la relación entre ambos. Estos menhires onubenses, realmente excepcionales en el contexto del megalitismo andaluz, se relacionan morfológica y conceptualmente con los identificados al Sur de la provincia de Badajoz y el Alentejo portugués. Probablemente, el caso más interesante de este grupo, al menos en relación con el dolmen del Llano de la Belleza, sea el del menhir denominado Palanca del Moro (Fregenal de la Sierra, Badajoz), elaborado en granito, de forma ahusada y sección ovalada y con unas dimensiones aproximadas de 3,12 m de longitud máxima y unos 1,05 m de anchura máxima. En el tercio superior tiene una acanaladura que confiere al bloque un cierto 179 180 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. aspecto fálico, mientras que una de sus caras presenta gran cantidad de cazoletas. Por la morfología ahusada de su parte superior y sus dimensiones, el bloque menhírico 2 del dolmen del Llano de la Belleza se asemeja fuertemente al menhir de Palanca del Moro. El análisis de la distribución espacial de las construcciones megalíticas del grupo de Aroche a lo largo del curso del río Chanza con respecto a los asentamientos de la Edad del Cobre ha mostrado la existencia de algunas pautas territoriales significativas. Varios de los monumentos megalíticos de la cuenca del Chanza (situados en las tierras bajas junto al río) se disponen en los límites de los territorios teóricos de los asentamientos más próximos (ubicados en elevaciones intermedias). Similares resultados se obtuvieron en el análisis de cuencas visuales de una serie de dólmenes y el poblado de Cerro Librero en el municipio de Aracena, comprobándose la posición de preponderancia y conexión visual del hábitat sobre los megalitos de Montecosta I-IV, Valdelinares y Coquino, que parecen jalonar el territorio que controla visualmente. Estos estudios señalan la utilización de las estructuras megalíticas como demarcadores del territorio de las comunidades y clanes, un fenómeno bien conocido en el registro etnográfico de distintas formaciones sociales constructoras de megalitos. Como en otras regiones ibéricas, en la provincia de Huelva la construcción de monumentos megalíticos comenzó a declinar dentro del primer cuarto del II milenio cal ANE, cuando se inició el periodo de la Edad del Bronce. A partir de este momento la construcción de monumentos megalíticos nuevos debió volverse muy ocasional (no disponemos de datos cronológicos precisos), aunque muchos de los monumentos ya existentes siguieron siendo frecuentados puesto que retenían al menos parte de su antigua significación ideológica y su carácter sagrado. Los lugares funerarios de la primera parte de la Edad del Bronce (c. 2200/21001600/1500 cal ANE) en la provincia de Huelva son predominantemente del tipo necrópolis de cistas, con contenedores funerarios más pequeños (generalmente de 1 x 0,5 m) y de monumentalidad mucho más reducida. De las que han podido ser excavadas y estudiadas con mayor detalle destacan las de El Castañuelo (Aracena), El Becerrero (Almonaster la Real) y La Parrita (Nerva). Un aspecto interesante de estas necrópolis de cistas de la Edad del Bronce Antiguo es que en varias de las más grandes (es decir, las que exceden de 30 contene- HUELVA 181 Vista general del menhir de La Alcalaboza. Aroche, Huelva. Detalle de las cazoletas grabadas en la superficie del menhir de La Alcalaboza. Aroche, Huelva. 182 LAS GRANDES PIEDRAS DE LA PREHISTORIA. Sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. HUELVA dores funerarios, básicamente las de El Castañuelo, El Becerrero o La Traviesa – esta última ya en la provincia de Sevilla), se identificó una tumba concreta que por su tamaño y morfología destacaba del conjunto de las demás cistas, asemejándose más a una pequeña galería megalítica que a una cista. Aunque en el caso de las dos necrópolis onubenses de cistas que responden a este patrón los dos enterramientos mayores aparecieron muy expoliados, en el caso de La Traviesa estaba bien conservado, lo que permitió determinar que se trataba de la tumba de la persona de mayor importancia del grupo social (su ajuar funerario, incluyendo una alabarda de cobre arsenicado, era el de mayor valor). Ello sugiere que posiblemente las poblaciones de la Edad del Bronce utilizaban la evocación de la vieja arquitectura megalítica en sus tumbas para reforzar su prestigio y su poder (vinculándose así a los antepasados que las habían construido). Las diferencias funcionales y sociales más acusadas de esta arquitectura funeraria y ritual con respecto a las viejas cámaras megalíticas serán, primero, la desaparición del concepto de casa o templo de los ancestros (las cistas, aunque sean grandes, no conforman espacios de los que se pueda entrar y salir) y, segundo, el mayor énfasis en la distinción de determinados individuos que ejercen el papel de líderes de las comunidades y que se asocian cada vez más al prestigio militar. Círculo de piedras de La Pasada del Abad. Rosal de la Frontera, Huelva. 183 331 located next to this tomb and within the same mound with a passage that leads to a rectangular chamber almost at right angles to the access of tomb number 2. One of the most intriguing and beautiful grave good assemblages of those recovered from the necropolis of the Los Bermejales reservoir was found in tomb number 4. It consists of 15 bracelets made out of pectunculus shells that vary between 60 and 75 mm in diameter. The limited assemblage from tomb number 7, formed by a few pottery sherds of bowls, may be in relation to the low number of individuals buried (4). In contrast the 54 individuals buried in tomb number 8 were accompanied by a conspicuous assemblage of Copper Age (arrow heads and blades) and Bronze Age materials. The latter correspond to transitional moments (carinated bowls and slate wrist guards) and later chronologies (pottery vessels with low carinations, cups and riveted daggers). HUELVA A ccording to the information available, there are currently around 250 known megalithic monuments in the province of Huelva. Huelva is thus one of the provinces of Andalusia and, by extension of Spain, in which the so-called megalithic phenomenon displays greatest strength and diversity. The geographic distribution of the megalithic constructions of Huelva is, however, quite uneven, with areas of high density in the regions of the Andévalo and the Sierra and others of very low density or complete absence of structures as is the case, for example, of the coastal areas. However, considering the fairly irregular development of archaeological field surveys throughout the province, it is likely that the absence or scarceness of this kind of archaeological remains in particular areas may be, above all, the consequence of the lack of field work. The study of the rituals and funerary practices of which megalithism is part is complicated in the province of Huelva (as in other provinces of Andalusia) by the difficulties caused by the inadequacy of the chronological framework. The first radiocarbon dates of megalithic monuments of Huelva, corresponding to the monuments of La Venta and La Paloma (Zalamea La Real) and Los Gabrieles (Valverde del Camino), have been obtained from very recent excavations. These dates suggest quite a late chronology for the sampled monuments, within the 3rd millennium BC (Copper Age) and extending into the 2nd millennium BC (Bronze Age). This, in any case, does not demonstrate that the megalithic tombs were absent during the Neolithic period (from the early 5th millennium and throughout the 4th millennium BC), in which there are known examples in other regions of Andalusia and of the Southwest of the Iberian Peninsula (especially in the South of Portugal). The diversity of practices observed in other Andalusian provinces with regard to the megalithic phenomenon is probably even more pronounced in the province of Huelva that displays a range of very different megalithic sites and landscapes. Perhaps the most famous and best studied individual monument, due mainly to its extraordinary dimensions but also to other features, is the Dolmen de Soto (Trigueros), one of the most interesting Prehistoric monuments of our country. Among the most important megalithic ensembles of the province of Huelva, the groups of Los Gabrieles and El Pozuelo (between the municipalities of Zalamea la Real and Valverde del Camino) are particularly noteworthy. Several monuments belonging to these groups have been excavated and studied with modern scientific methods. Further North (within the mountainous area that belongs to the western hills of Sierra Morena), other important groups of megaliths are known in the areas of Aracena, Aroche and Santa Bárbara de Casa, which also offer interesting morphological and conceptual peculiarities, for instance the presence of standing stones that link them more closely to the Neolithic traditions of the South and Centre of Portugal than to the traditions of Eastern Andalusia. It is perhaps worth beginning this tour of the megalithic sites of the province of Huelva precisely with the Dolmen de Soto (Trigueros). This monument was the object of a rudimentary excavation during several months of 1923 conducted by Armando de Soto, the owner of the estate in which the dolmen was found (and from whom the monument takes its name). The objects recovered by Mr. Soto, his observations of the excavation and the characteristics of the monument itself were later meticulously studied and published by Professor H. Obermaier, who had just then occupied the first Professorship in Prehistory created in a Spanish University. With a length of 21 m, an internal height of up to 4 m and orthostats weighing up to 22 tons, the Dolmen de Soto is an awesome achievement of Prehistoric architecture. Its constructive scale (and therefore the investment of labour that it required) places this structure among the most exceptional megalithic monuments of the Iberian Peninsula, alongside the huge constructions of Antequera (Menga, Viera and El Romeral), the four monuments of Valencina de la Concepción (La Pastora, Matarrubilla, Ontiveros and Montelirio), the tholoi of the necropolis of Alcalar (Faro, Portugal) and some of the monuments of the Portuguese region of Évora (for example the Anta Grande do Zambujeiro). According to the estimations of H. Obermaier, the granite orthostats used in the construction of the Dolmen de Soto must have been brought from locations several kilometres away. The mound that covers the monument displays a diameter of almost 75 m and a height close to 4 m, and was made of a white coloured earth which, according to the excavators, 332 did not belong to the estate in which the dolmen is emplaced and was thus possibly brought from afar. The details of the architecture of the monument also offer some interesting features, for reasons other than their extraordinary scale. For instance, at 4 m from the entrance there is a doorway, shaped by two granite posts almost 2 m high, which may have represented metaphorically the transition between the worlds of the living and the dead (or between the mortals and the supernatural beings). Alternatively, it is possible that this doorway may originally have included a wooden door with the merely functional purpose of impeding the entrance of strangers, looters or scavenger animals to the tomb. In the deepest and widest part of the passage there was also a low rectangular “table” made out of small stones that Obermaier interpreted as an altar. Another distinguishing feature of the Dolmen de Soto are the carved and painted symbols of the uprights that constitute a series of megalithic art (with strong technical, thematic and functional similarities with rock art) that is almost unique in Spain. Among the identified signs there are geometric designs (concentric circles and rectangular and conical shapes, some of which may represent weapons such as daggers) and anthropomorphic figures. A depiction of an adult figure holding a child was located exactly were the bodies of a child and an adult of undetermined sex were deposited. The fact that some of the burials made in the chamber appeared close to particular carved symbols may suggest that these were part of a complex mythological narrative related to death and the afterlife (as is often the case of rock art in societies known ethnographically). Carved on a narrow upright located about half way down the passage there is an up-side-down anthropomorphic representation which displays eyes, a nose, possibly a breast and an arm, which Obermaier interpreted as a divinity given its similarity to some carvings on stelae and statues in megalithic contexts and with the designs of the Copper Age idols. As indicated by Obermaier himself and other academics, the fact that the representation is up-sidedown (head down) may suggest that the stone was an earlier stela that was later re-used in the dolmen. Similar cases of re-use are relatively frequent in European megalithism. A particularly interesting feature of the Dolmen de Soto is that both the estate owner who excavated the tomb and H. Obermaier indicated that it was found intact without any evidence of looting, which is quite unusual in this type of Prehistoric construction. Eight individuals were buried inside the tomb, all of which were found in a crouched or foetal position and must have been wrapped in shrouds or cloths, and possibly tied up. All of the individuals were accompanied by a series of grave goods for their journey to the afterlife which included stone tools, pottery vessels and other objects such as a bone bracelet, a sharp slate object, an ivory rod, several animals (birds, wild boar, ox, horse and marine molluscs) and even fossil shark teeth (probably used as amulets). The megalithic necropolis of El Pozuelo was discovered and excavated by Carlos Cerdán Márquez in the 1940s. It is formed by 18 monuments of dolmenic architecture that often display a design with multiple chambers. Indeed, instead of a single rectilinear passage or a passage terminating in a chamber, as is the case in most of the Andalusian megaliths, several of the dolmens of El Pozuelo display multiple chambers which are accessed by a single entrance. The entrance then splits into two passages in which side chambers are often located. These mortuary chambers are covered by circular mounds of up to 20 m diameter that are adapted to the irregularities of the terrain (the dolmens are often located on slopes) and are created by the accumulation of stone blocks or small slate slabs. In the burials of El Pozuelo, hundreds of votive objects were deposited alongside the dead. The most common objects are knapped stone tools (blades, perforators, arrow heads), polished stone tools (axes) and pottery vessels, that is objects closely linked to everyday activities (hunting, raw material and food processing, etc.). Another important group of objects are the personal ornaments, for example the necklace beads made out of diverse raw materials. In terms of religious beliefs, the idols are of particular interest as objects that are interpreted as representations of supernatural beings or divinities. Although there exists a wide range of idol forms and representations, at El Pozuelo only two types have been identified: those referred to as cruciforms which resemble a very stylised human figure with a subtly indicated head, torso and lower extremities, and those known as plaques elaborated on small slate or schist plaques upon which geometric designs and occasionally anatomical features, hair and more often eyes, are engraved or painted. A particularly interesting object is the so-called staff recovered from tomb 3 of El Pozuelo. This is an elongated stone object with a curved extremity that frequently appears in the megalithic burials of the South of Portugal (it is quite rare in Andalusia) and that has often been interpreted as an object of prestige or power (thus the name staff) although recently it has been suggested that they may correspond to stone replicas of wooden throwing sticks as known in ethnographic and archaeological contexts. These artefacts can be interpreted as an expression of the hierarchical position of the individuals with which they are associated (when these are possible to determine) or of their family units in general. In several tombs of El Pozuelo there were paint remains on the orthostats and ochre associated with the floors and votive objects. Particularly, in the tomb known as Martín Gil, the pavement and the walls may originally have been covered with red paint, 333 judging by the great amount of red ochre particles observed. The use of ochre to cover the walls, floors, bodies and grave goods has been widely documented in the Andalusian megalithic constructions (in the Dolmen de Alberite in Cádiz, described in the corresponding chapter, the orthostats were richly decorated with paintings and there was even a palette with remains of ochre among the votive objects). As were the tombs of El Pozuelo, the 4 tombs that form the necropolis of La Zarcita (Santa Bárbara de Casa) were first explored by C. Cerdán Márquez in the 1940s. The finds were then studied jointly by G. and V. Leisner. The four funerary chambers of La Zarcita were built using corbelled vault technique and at least two of them have the particularity of lacking a passage or entrance, thus leading their excavator to suggest that the chambers must have been accessed from an opening in the vault and with the help of a ladder. Despite the high degree of destruction of the tombs, due to the constant reutilisation of the stones by the local farmers, it was possible to document some interesting aspects of the grave goods of one of the Prehistoric constructions, although no human remains were recorded (they were probably completely dissolved by the high acidity of the ground, as is the case in other Prehistoric funerary sites of the western Sierra Morena). Judging by the number of artefacts recovered despite the damage suffered by the structure, Cerdán suggested that the chamber must have contained numerous burials. In one of the chambers there were large plates, piled one on top of another and ordered by size, while nearby there were numerous flint knives, halberds and arrow heads, two worked rock crystals, pottery bowls and a copper axe (the only metal object discovered in the necropolis). The centre of the chamber was completely blackened and preserved the remains of a hearth. During the 1980s, Professor F. Piñón Varela excavated the site of Cabezo de los Vientos, at which he discovered the settlement that was occupied by the community which built the tombs of La Zarcita. This site yielded evidence of occupation during the Copper Age and it was established that, during the lifetime of the settlement, its inhabitants decided to fortify the settlement by means of an imposing stone wall with three circular bastions. According to the observations made by the excavators, the settlement was organised according to two main functional areas: the area outside the fortification and the area within the walled enclosure. The external open area was occupied by a series of huts partially excavated into the bedrock with external hearths. Inside the enclosure there were huts of 3 to 3,50 m in diameter, built upon slate foundations that were distributed along the internal face of the wall. The central open area was occupied by hearths. The large volume of domestic objects and tools recovered from inside the walled enclosure, such are adzes, knives, mace heads, spoons, cooking dishes, plates, hand grinders and quern stones, suggests the domestic and habitational nature of the functions to which they were put: the huts built inside the fortification were used to process foodstuffs, to cook, eat and sleep rather than for specialised productive activities. An interesting characteristic of this settlement is the absence of metal working evidence, kilns, slags or other means of production. The flat copper axe found in one of the collective burial places associated with this settlement must therefore have been produced by the community of Cabezo de los Vientos in a different location or obtained through exchange with one of the communities of the nearby area who were undertaking metallurgic activities at the time. Solid evidence of copper metallurgic production has been recorded at the settlement site of Cabezo Juré further South in the province of Huelva. Apart from the necropoli of El Pozuelo, Los Gabrieles and La Zarcita and the Dolmen de Soto, excavated in the first half of the 20th century, other megalithic constructions of the province of Huelva have been excavated over the past decades. These include the two tombs of Las Plazuelas, and, in the Northern hill ranges of the province, the passage graves of Monte Acosta I (very deteriorated) and Valdelinares (well preserved). At the site of Las Plazuelas (Villanueva de los Castillejos), excavated by M. del Amo and M. Belén Deamos in the early 1970s, two megalithic monuments were studied, one of which -Plazuelos 1- was found in relatively good condition. Las Plazuelas 1 is a passage grave type dolmen of 6 m length and trapezoid layout covered by a mound that spreads over 8 m in diameter and in which several votive objects were discovered in situ. The human remains had not survived due to the acidity of the soil. Another megalithic burial that was partially excavated (it had been seriously damaged by quarry work) is that of El Tejar (Gibraleón). As well as some grave goods similar to those documented in other monuments of the province, the excavators were able in this case to identify four skulls and other anatomical parts, but not the complete skeletons. From this it was possible to deduce that the megalithic chamber had been used as an ossuary for the deposition of specific skeletal parts once the bodies had been defleshed somewhere else. From the point of view of the conceptualisation of the funerary space, the passage grave of Valdelinares (Zufre), with a length of only 3 m and a width of around 1 m (the structure was covered by a mound 10 m in diameter), constitutes an interesting case given that it is similar to the idea of cists that became widespread as a funerary container in the Bronze Age. The remains of 10 individuals (5 adults, 2 pre-adults and 3 children) were identified in the passage grave or cist of Valdelinares, accompanied by the usual votive objects, including 4 idols, two of phalanx type (elaborated on phalanges of large ruminants, in this case deer) and two of tolva type (flat sandglass 334 shaped with the narrowing of the width in the upper third usually made of stone or clay). Unlike El Tejar, the funerary chamber of Valdelinares was used for primary deposits and the skeletons were found partially articulated (that is the bodies were deposited still complete rather than defleshed). In the area of Aroche, in the Northeast of the province of Huelva, there is another group of megalithic monuments of great interest in which the Dolmen del Llano de la Belleza stands out as a monument of particular singularity. Identified in the first half of the 20th century, the Dolmen del Llano de la Belleza was described briefly by G. and V. Leisner in the late 1950s as a megalithic chamber that had already been excavated and looted. At a later date, Professor F. Piñón Varela considered this structure as the expression of the extension of the megalithic traditions of Extremadura into the province of Huelva. Several field surveys conducted in the early 1980s contextualised this tomb within a group of monuments with polygonal chambers and passage that F. Piñón Varela named “Grupo de Aroche”. The Dolmen del Llano de la Belleza is a large monument, with an almost perfectly circular mound of 39-40 m diameter, relatively well preserved given that it still rises 3,10 m above the surrounding ground level. The chamber, from what can be seen from the surface, is polygonal or circular in shape, although in the absence of any excavations it is impossible to confirm this trait. A recent field survey of this site has revealed a very original aspect of its architecture. Indeed, the stones used in the construction of the chamber correspond to a morphology (rounded) and a raw material (granite) that are characteristic of the standing stones of the neighbouring regions of Extremadura (in Spain) and Alentejo (in Portugal). This study has suggested the possibility that the Dolmen del Llano de la Belleza may have been built with the standing stones of a pre-existing monument (an alignment or stone circle). As mentioned in relation to the orthostat number 21 of the Dolmen de Soto, the reuse of standing stones and stelae in megalithic chambers is a widely documented phenomenon in several regions of Altantic Europe (particularly in Brittany). Moreover, the megalithic group of Aroche is characterised by a higher density of standing stones than is usual in the context of the South of Spain, where this type of monument has barely been reported. The absence of standing stones (individual or part of groups in the form of alignments or stone circles) is a distinctive trait of the megalithic phenomenon of Andalusia that contrasts strongly with the personality and richness of these megalithic monuments in other regions of western Europe (for instance and not so far away, in the neighbouring Portuguese region of the Alentejo). However, it is not completely clear whether the absence of this type of monolithic monument is a creation of archaeological research (they have not been found because they have not been searched for) or whether it is a strictly cultural trait that reflects the differences between ideologies and ritual practices among the Prehistoric populations of the South of the Iberian Peninsula. In any case, in the Aroche area in the province of Huelva, and a little distance from the Dolmen del Llano de la Belleza, several standing stones have been identified which give personality to the megalithism of this region (neighbour to the Portuguese Alentejo on the Western bank of the Guadiana River where standing stones are common). The menhir de Monte Chico (Aroche) is a monolithic block of 4,25 m by 0,85 m maximum diameter that is associated with surface finds of polished stone implements. Also in the municipality of Aroche, stands the menhir de La Alcalaboza III, described as a granite block decorated with cup marks and measuring 1,85 m height, 1,15 m width and 0,52 m thickness. More recently a study has been conducted of the possible circular group of standing stones of Pasada del Abad (Rosal de la Frontera), 10 km in a straight line to the West of the Dolmen del Llano de la Belleza. The recent restoration of this monument, previously interpreted as a megalithic chamber, has reinterpreted the monument as a small stone circle or cromlech, although both the shape and the size of the monoliths differ greatly from those used in the construction of this type of monument in the South of Portugal. The standing stones of Huelva, really exceptional within the context of Andalusian megalithism, are related morphologically and conceptually to those identified in the South of the province of Badajoz and in the Portuguese Alentejo. Probably the most interesting case within this group, at least in relation with the Dolmen del Llano de la Belleza, is the standing stone known as Palanca del Moro (Fregenal de la Sierra, Badajoz), made out of granite, rounded in shape with an oval section and with a height of 3,12 m and a maximum width of 1,05 m. The upper third displays a groove that gives the stone a phallic aspect, while one of its sides displays a large number of cup marks. On the basis of its rounded shape and its dimensions, stone 2 of the Dolmen del Llano de la Belleza strongly resembles the menhir of Palanca del Moro. The analysis of the spatial distribution of the megalithic constructions of the Aroche group with regard to the Copper Age settlements along the course of the Chanza River carried out by L. García Sanjuán has demonstrated the existence of some significant territorial patterns. Several of the megalithic monuments of the Chanza Basin (located on the lowlands close to the river) are located on the limits of the theoretical territories of the nearby settlements (located on intermediate elevations). Similar results have been obtained from the analysis of intervisibility patterns between a series of dolmens and the settlement of Cerro Linares in the municipality of Aracena, thus observing the preponderance and visual connection of the settlement with 335 the megaliths of Montecosta I-IV, Valdelinares and Coquino, which appear to stake out the territory which is visually controlled by the settlement. These studies appear to suggest the use of the megalithic structures as territorial markers of the communities and clans, a well-known characteristic in the ethnographic record of several megalith building social formations. As is the case in other Iberian regions, the construction of megalithic monuments began to decline in the first quarter of the 2nd millennium BC, with the beginning of the Bronze Age. From then on, the construction of new megalithic monuments must have become very unusual (there are no precise chronological data), although many pre-existing monuments continued to be frequented since they retained at least part of their original ideological meaning and sacred character. The funerary places of the first part of the Bronze Age (c. 2200/2100-1600/1500 BC) in the province of Huelva correspond mainly to necropoli of cists, with small funerary containers (usually 1 by 0,5 m) of limited monumentality. Those of El Castañuelo (Aracena), El Becerrero (Almonaster la Real) and La Parrita (Nerva) are among those which have been excavated and studied in greatest detail. An interesting aspect of these necropoli of cists of the Early Bronze Age is that in several of the largest necropoli (those with over 30 funerary containers, for instance El Castañuelo, El Becerrero or La Traviesa – the latter in the province of Seville), there is a single tomb that stands out above the rest because of its size and shape, resembling a small megalithic passage more than a cist. In the two necropoli of cists of Huelva that display this situation, the larger tombs had unfortunately been severely looted. At La Traviesa, in contrast, the central tomb was well preserved and has led to the suggestion that it may have belonged to the most important individual of the social group (its grave goods, including an arsenic copper halberd, were of greatest value). This suggests that the Bronze Age communities possibly used the evocation of the previous megalithic architecture in their tombs to reinforce their prestige and power (by relating themselves to the ancestors who built the megaliths). The sharpest functional and social differences of this funerary and ritual architecture with respect to the previous megalithic tradition are the disappearance of the concept of house or temple of the ancestors (the cists, even the larger ones, do not form spaces in which one may enter) and the greater emphasis on the distinction of particular individuals who were the leaders of the communities and were increasingly linked to military prestige. JAÉN T he province of Jaén displays a low density of megalithic monuments which cannot solely be explained by the absence of systematic field surveys. Although some projects conducted over the past 30 years have been concerned with the study of the Later Prehistory of the area and the amount of field work aimed at the identification of archaeological sites has considerably increased the number of known settlements, hardly any information has been obtained regarding the megalithic monuments of the province. Considering the distribution of these throughout the neighbouring provinces of Granada and Córdoba, the relative absence becomes more significant, particularly when it is compared with the areas in which systematic field surveys have been carried out. Indeed, the oriental tombs of Granada tend to become less dense and finally disappear towards the North while in the case of the western necropoli, they constitute small groups which may have gone unnoticed in the hills of the Southwest of Jaén. It is however in this area that the best megalithic example of Jaén, the dol- men of Otiñar, is located. The examples from the Cordovan Subbaetic, in this sense, are also scarce and the densest areas of megalithic occupation in the province of Córdoba are found in the Sierra Morena and valley of Los Pedroches. The continuity of this area towards the East into the province of Jaén includes a poorly surveyed Northern area, although some recent reports and finds suggest that megaliths, although few, are present within this region. In any case, as is the case in wide areas of the neighbouring provinces, in the Vega del Guadalquivir and the surrounding Campiñas, there appears to be from the late 4th millennium a preference for burials in complex artificial caves in external necropoli located close to the largest settlements as is illustrated by the site of Marroquíes within the urban area of Jaén. These caves were preceded by burials in pits located within the habitats, as can be appreciated at the settlement site of El Polideportivo de Martos. The pit burials partly coexisted alongside the caves, and were also accompanied by other funerary ritual manifestations, such as dolmens and even rock shelters with paintings located in the hill ranges that delimit this region to the North (Sierra Morena), East and South (Prebaetic and Subbaetic). In the Northern area of the province of Jaén there are reports of several tumular structures between Baños de la Encina and La Carolina and of artificial caves at Cortijo Amelia and El Ochavo, both in the area of La Carolina. However, the clearest evidence of the rituals of the early phases of Late Prehistory come from the rock shelters with schematic and even Levantine-type naturalistic rock paintings at Cueva de la Tabla de Pochico (Aldeaquemada). These paintings are followed chronologically by the sites further East of Abrigos del Engarbo I and II (Santiago-Pontones) that display three panels of anthropomorphic and zoomorphic figures. The dating of these representations remains problematic, since they were initially considered as Epipalaeo-