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Ciencias Sociales y Humanidades Vol. 4 Núm. 2 2017 ISSN: 2409-3475 Documentos / Documents La Embajada de Honduras en Guatemala (1953-54): Retaguardia contrarrevolucionaria Cartas de Jacinto Durón, Embajador de Honduras en Guatemala a J. Edgardo Valenzuela, Secretario de Relaciones Exteriores de Honduras, 1953 The Embassy of Honduras in Guatemala (1953-54): Counterrevolutionary rearguard Jacinto's letters Durón, Ambassador of Honduras in Guatemala to J. Edgardo Valenzuela, Secretary of Relations Foreign Affairs of Honduras, 1953 Roberto García Ferreira* Universidad de la República de Uruguay *Autor al que se dirige correspondencia: robertogarciaferreira@hotmail.com La guerra fría y el lugar de Centroamérica Los dos documentos que ahora presentamos integran, junto a varios otros, una agenda de investigación cuyo objetivo general consiste en investigar la trama regional del golpe de estado contra el presidente de Guatemala coronel Jacobo Árbenz en 1954. Ellos forman parte de una extensa acumulación de fuentes primarias derivadas de la consulta e investigación de numerosos archivos históricos latinoamericanos. Las pesquisas se relacionan con la temática de la guerra fría en Centroamérica y, particularmente, tienen que ver con la denominada “primavera democrática guatemalteca” de 1944 a 1954. Como es bien conocido, el trágico inal de aquella experiencia revolucionaria radical constituye uno de los eventos decisivos de la historia de la guerra fría global y regional. Aunque signiicativas obras se han escrito desde entonces, la magnitud y vastedad de los efectos del golpe contra Jacobo Árbenz resultan todavía sorprendentes. Entre la amplísima literatura sobre este tema destaco Gleijeses (2005), La esperanza rota. La revolución guatemalteca y los Estados Unidos, 1944-1954; Cullather, (2002) PBSUCCESS. La operación encubierta de la CIA en Guatemala 1952-1954; Schlesinger y Kinzer, (1987). Fruta Amarga: La CIA en Guatemala; Immerman, (2004). The CIA in Guatemala. The Foreign Policy of Intervention; Rabe, (1988). Eisenhower & Latin America: The Foreign Policy of anticommunism; Grandin, (2007). Panzós: La última masacre colonial. Latinoamérica en la Guerra Fría. De hecho, aún es posible advertir un importante número de temas pendientes, sobre todo si los mismos se observan desde una perspectiva regional. Una ampliación en torno a esta discusión puede consultarse en García, (2013). El derrocamiento de Jacobo Árbenz y la Guerra Fría en América Latina. Nuevas fuentes y perspectivas, en Revista de Historia de América. Al respecto véanse también las colaboraciones de Roberto Baptista Jr., Diana Ahumada Forigua, Aaron CoyMoulton, Díaz y Ugalde en el dossier temático relativo al derrocamiento de Jacobo Árbenz y que se incluye en la Revista de Historia de América, No. 149. Permítaseme resumir muy escuetamente el escenario en el que se insertan ambas piezas documentales, también comentaré algunas de las posibilidades que ellos sugieren al momento de su abordaje. Ningún documento histórico habla por sí sólo y para ello debe mediar el oicio del investigador, quien aplica las herramientas teórico-metodológicas necesarias para conseguir hacerlos inteligibles. En ese camino y partiendo de que en esta oportunidad ponemos a consideración dos informes diplomáticos escritos, una indicación es prioritaria: dar cuenta del repositorio donde los mismos se conservan. La reproducción total o parcial del contenido e imágenes de esta publicación se rige de acuerdo a normas internacionales sobre protección a los derechos de autor, con criterio especiicados en la licencia Creative Commons (CC BY-NC-SA 4.0) | 173 La Embajada de Honduras en Guatemala (1953-54) Así debe consignarse que ambos provienen del archivo histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores de la República de Honduras, un acervo hasta el momento no transitado por los académicos que investigan la historia centroamericana pero altamente redituable en términos de evidencia empírica. Los mismos pertenecen al año 1953. Fueron redactados por Jacinto Octavio Durón, entonces embajador hondureño en Guatemala y un activo representante de la elite anticomunista regional. Para ese momento, el avance y irmeza que le imprimían a la revolución guatemalteca tanto el presidente Árbenz como las asociaciones de sindicatos campesinos era evidente. El centro principal movimiento revolucionario estaba atado a la aplicación de la ley de Reforma Agraria que hería tanto a la elite inquera local como a la United Fruit Company, la célebre empresa bananera cuyos intereses se encontraban expandidos por toda la región centroamericana, caribeña e incluso en parte de América del Sur. A los efectos de explicar los documentos, debe considerarse que para cuando el embajador Durón los escribió, los revolucionarios guatemaltecos, en una zona cercana y por demás sensible a la inluencia norteamericana, procedían a ejecutar la ley agraria que afectaba las tierras que la UFCO poseía en el país sin cultivar. Como se recordará, las organizaciones campesinas que bregaban por un programa social amplio tenían al frente del Ejecutivo a un joven militar sensible a dichas demandas, en una línea similar a como había procedido su predecesor en el cargo, Juan José Arévalo. Se trataba de algo inaudito que, entre otras cosas, ponía en jaque no sólo aquel “enclave bananero” sino que también desaiaba con éxito la geopolítica estadounidense en medio de las tensiones de la guerra fría. Por lo airmado, cabe sostener que se trataba de un desafío intolerable. Tras ocuparse del líder iraní Mohammad Mossadegh derrocado en agosto de 1953 por medio de una acción encubierta, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), diseñó un plan similar para deshacerse del presidente guatemalteco. El mismo fue aprobado en septiembre de 1953 y culminó tras la renuncia de Árbenz el 27 de junio de 1954. Conocemos ampliamente desde hace más de una década los documentos desclasiicados de la misma y sabemos de los esfuerzos, percepciones, motivaciones e intereses que llevaron a Estados Unidos a intervenir en Guatemala y así detener la revolución guatemalteca. 174 | El golpe y su trama regional Menos sabemos acerca de la trama regional de aquel recordado golpe de estado: es decir, más allá de la CIA, los dictadores y líderes anticomunistas que rodeaban a Guatemala mucho hicieron para evitar que los efectos de la radical experiencia guatemalteca se expandiera hacia sus países. Importa subrayar que muchas veces la agenda anticomunista que los unía no sólo no coincidía con la de Estados Unidos sino que tenía motivaciones propias que la trascendían. (Moulton, 2015) Se trata de un tema aún abierto a la investigación de los historiadores dedicados a la historia de las relaciones internacionales de los países de la región. Como parte de este necesario debate y con el ánimo de aportar evidencia documental centroamericana que permita mirar desde una escala regional el golpe contra Arbenz es que ubicamos la publicación de los dos documentos que debajo se transcriben. Honduras formaba parte de esos vecinos incómodos que rodeaban a Guatemala. En palabras del embajador de Chile en Guatemala –concurrente en los demás países centroamericanos- el socialista Federico Klein Reidel, se trataba de un auténtico “cordón sanitario” (AGHMREC, 1954a) que incluía además de a los vecinos centroamericanos –Anastasio Somoza, Oscar Osorio, Juan Manuel Gálvez, Tiburcio Carías, José Antonio Remón y hasta el mismo José Figueres Ferrer- a los dictadores de República Dominicana, Venezuela, Cuba y Colombia: Rafael Trujillo, Marcos Pérez Jiménez, Fulgencio Batista y Gustavo Rojas Pinilla, (Ahumada, 2013). La enunciación de esto último –y que surge de numerosas evidencias hoy disponibles en varios archivos- obliga a extender entonces la “geografía” hacia el Caribe y parte de América del Sur para dar cuenta en su justo término de esa aludida trama regional. Los documentos diplomáticos y las nuevas pistas “Guatemala, 5 de febrero de 1953” tiene por fecha el primero de ellos. El mismo es sólo un ejemplo que forma parte de una colección mucho mayor de fuentes donde se exhiben y sugieren varios elementos signiicativos. Uno, el alto nivel de información que podía producir el embajador hondureño como resultado de sus Ciencias Sociales y Humanidades, 4(2) 2017, 00-00 Roberto García Ferreira destacados contactos con sus pares del mundo político, militar y diplomático. Dos y tan importante como lo antes expuesto merece subrayarse que estas fuentes muestran que la embajada hondureña se constituyó en una auténtica retaguardia contrarrevolucionaria: a dicha misión diplomática llegaban habitualmente a buscar refugio los más destacados dirigentes anticomunistas que complotaban contra Árbenz. Por esa razón la documentación remitida desde Ciudad de Guatemala hacia la Secretaría de Relaciones en Tegucigalpa aporta cuantiosa evidencia acerca de la referida “trama regional”. Como parte de la misma pasaban por allí no sólo los dirigentes que buscaban hacerse con el poder sino también “agentes”, “periodistas”, militares y traicantes de armas. Tres, el informe permite observar las tensiones que, a nivel regional, generó la marcha de la reforma agraria guatemalteca y los cimbronazos externos de la movilización a que ella daba lugar. El siempre temido “efecto dominó” parecía palpable y sus vecinos advertían el peligro: si Guatemala podía enfrentar a la Frutera, ¿por qué no lo podían hacer los demás? Un cuarto punto a destacar es que, en función de lo airmado, adquiere sentido y especial relevancia la información producida puertas adentro de la embajada hondureña en Guatemala. Más allá de que el embajador Durón estaba preocupado y tenía razones justiicadas para dichos desvelos, sus informes constituyen una ventana desde la cual observar la historia de la revolución guatemalteca y sus realizaciones en materia social. Recuérdese que la impronta guatemalteca se sentía con claridad en la región y el vecino Honduras era especialmente sensible a su expansión. He ahí, entre muchos ejemplos, la extensa huelga bananera de 1954, (Barahona, 2004; Portillo, 2016). Si la vecina Guatemala enfrentaba a la poderosa UFCO, ¿por qué no podían hacerlo los trabajadores hondureños? Según el investigador Coleman (2016), el año 1954 constituye un momento decisivo en la historia de Centroamérica en el siglo XX, Quinto, de todos los “vecinos incómodos” la Nicaragua de Somoza parecía ser el más peligroso para Guatemala pues su activismo militante contra el “comunismo” era muy a menudo amenazante dado el carácter impulsivo del dictador nicaragüense. Más allá de los celos por la no asistencia de Árbenz a la ceremonia por el cumpleaños de Somoza que radicalizaba el denominado “resentimiento nica” con Guatemala, el asesino de Sandino era peligroso por su condición Ciencias Sociales y Humanidades, 4(2) 2017 00-00 de aliado cercano a Estados Unidos y derivado de esto, por su poder militar. Sexto, el primero de los escritos conirma una vez más el rol clave del Ejército anticomunista guatemalteco en el proceso de desestabilización y en la victoria inal de la acción encubierta de la CIA. Durón llegaba alto en sus vinculaciones: había sido informado por “uno de los jefes del G-2 del Ejército”. A la luz de la historia posterior lo que leemos en el documento resulta creíble y permite conirmar que el General Carlos Enrique Díaz –el amigo a quien el presidente Árbenz suponía iel- se encontraba conspirando por lo menos desde entonces. De hecho, escribía Durón, Díaz tenía gente “de su entera conianza en los puestos claves”. Como completaba más adelante, todo le indicaba a pensar –con acierto- que “estamos en presencia de un golpe de estado, medio disimulado”. Nueve meses más tarde, en noviembre de 1953, se ubica el otro de los documentos. Allí el representante hondureño en Guatemala resume la conversación mantenida con su colega embajador de Estados Unidos, John Peurifoy. Se vanagloriaba Durón de hablar con él “en su idioma”. Me interesa subrayar esto: tanto “Jack” Peurifoy como Whiting Willauer –embajador estadounidense en Honduras- habían llegado a la región poco antes. Desconocían Centroamérica, su historia, la geografía y a sus habitantes; tampoco hablaban español. Sin embargo, estaban convencidos del peligro comunista que signiicaba Guatemala y de la magnitud del mismo. Para lidiar con ese “virus” fueron enviados y, en esto sí, poseían amplia experiencia: venían de luchar contra los “rojos” en Grecia el primero y Asia el segundo, razón por la cual aplicaban acciones equivocadas que, como ha sugerido Pettinà (2011), formaban parte de una perspectiva global de la guerra fría. No consideraban entonces, entre otras, las circunstancias locales que explicaban la fuerte condena que desde la región centroamericana se hacía acerca del papel de Estados Unidos y de la poderosa United Fruit, o en cuanto a las miserables condiciones en que debían trabajar los centroamericanos. La reforma agraria arbencista sólo podía ser resultado de las manipulaciones del Soviet y Árbenz era un títere de Moscú, el “Stalin centroamericano”. Derivado de estas y de otras condicionantes que han pautado la historia de las relaciones de Estados Unidos con América Latina, queda claro en el documento la “arrogancia imperial” que advirtió Gleijeses (2005) en su clásico libro sobre la revolución guatemalteca: le va a hablar a Árbenz con franqueza y le | 175 La Embajada de Honduras en Guatemala (1953-54) entregará en una “bolsa” la lista de los comunistas que aquel debía expulsar o marginar. De todas formas hoy sabemos que para ese entonces no había posibilidad de entendimiento. El golpe de la CIA estaba marcha y algo de ello sugirió con complicidad Durón en su informe: aunque “EEUU nunca mandará sus marinos acá, como desearía mucha gente”, había “mil otras maneras de proceder” escribió Durón resumiendo los conceptos de Peurifoy. Al igual que en el caso anterior, otra vez aparecen dos factores clave ya destacados: el rol del Ejército y la peligrosidad permanente de Somoza. Para inalizar, fuentes como las que abajo publicamos forman parte de las nuevas posibilidades de investigación con las que ahora contamos los historiadores de la guerra fría latinoamericana. En este caso especíico, ellas reieren a una región peculiar y suponen, entre otros desafíos, uno que nos obliga –como ya fue dicho- a extender la geografía del conlicto bipolar en Centroamérica incluyendo al Caribe y el norte de América del Sur. También las investigaciones sustentadas en el archivo del que se dio cuenta nos evidencian con elocuencia el carácter dinámico de la circulación de ideas y personas así como la imperiosa necesidad de seguir la amplia red de anticomunistas de la región, para dar cuenta de los itinerarios y trayectorias de algunos de sus más connotados representantes. Esta dimensión o lo que aquí hemos denominado como “trama regional” del golpe contra Árbenz, no pretende matizar el rol de Estados Unidos sino ubicar dicha intervención en el marco de las tensiones, egos, motivaciones y percepciones de los propios actores centroamericanos que formaban parte de esa geografía ampliada a la que nos referimos. De hecho la evidencia sugiere que la recordada intervención de la CIA no puede explicarse en su real dimensión si no se atienden esos y otros avatares que caracterizaban a una región donde existía una “propia guerra fría”, jalonada por una historia extensa, antigua y hasta “natural” tendencia centroamericana y caribeña a intervenirse mutuamente. En palabras del ya citado Federico Klein, se trataba de “la sorprendente hermandad centroamericana para darse de puntapié sin dejar de abrazarse!”, (AGHMREC, 1954b). 176 | CARTA 1, Jacinto Durón a Edgardo Valenzuela, Embajada de Honduras en Guatemala, Documento No. 26, Guatemala, 5 de febrero de 1953, Archivo de la Secretaría de Relaciones Exteriores de Honduras. [Sello] Embajada de Honduras en Guatemala No. 26 Guatemala, 5 de febrero de 1953 Señor Secretario: Con el respeto acostumbrado, me permito hacer del conocimiento de esa Superioridad los siguientes informes. 1.- Me informa el Embajador de El Salvador en ésta que por medio de elementos comunistas salvadoreños que están acá, y que él tiene a sueldo, sabe de manera positiva que la iniltración principal de los comunistas de Guatemala es para Honduras valiéndose de lo accesible de nuestra frontera. Que El Salvador, teniendo una zona fronteriza poblada y llena de agentes del Gobierno, es traspasada con frecuencia, estando allá últimamente dos agentes que fueron despachados de aquí con dinero y propaganda. Que pronto dará una lista de ellos, para que se les capture por nuestras autoridades. 2.- En los círculos militares y oiciales hay cierta zozobra por lo que ellos llaman la reunión de Ministros de Guerra de los cuatro países, actualmente reunida en Managua. No quieren creer que se trata de una invitación del General Somoza para festejar su cumpleaños. También ven con malos ojos el hecho que el Canciller Canessa haya tomado consigo a los Embajadores de estos países, en viaje por Centro América. 3.- Como consecuencia de todo lo que ocurre aquí, el Embajador de El Salvador que tiene intimidad con el Mayor Alfonso Martínez, brazo derecho del Presidente Árbenz, le mandó a decir por medio de este a Árbenz que sería muy del caso que nosotros acompañáramos al Dr. Osegueda en su próximo viaje, estando Martínez de acuerdo con ello. Esto ocurrió ayer que regresó Funes de su tierra, sin saber que ya Osegueda había platicado con el Embajador de Nicaragua y el Ministro de Panamá en igual sentido, igual que con este informante. 4.- El Embajador de Nicaragua está hondamente resentido con las autoridades chapinas, en vista que al insinuar él que deseaba dar una magníica recepción con baile y cena, el primero del mes en curso, en honor del cumpleaños del Presidente Somoza, se le hizo sentir que comenzando con el Presidente Árbenz, ningún Ciencias Sociales y Humanidades, 4(2) 2017, 00-00 Roberto García Ferreira elemento oicial asistiría a la iesta. Hay algo más que es de importancia; hablando de esto con el Embajador Funes me dijo que había captado la impresión que posiblemente Nicaragua hiciera algo, en forma de ponencia quizás, para poner en apuros a Guatemala en la reunión de Cancilleres. Caliica él de tanta importancia el resentimiento nica para el Gobierno de Guatemala, que pudiera llegar hasta un nuevo rompimiento de relaciones. Esto se lo dijo ayer cuatro el Embajador Montenegro al salvadoreño. 5.- Todos los elementos comunistas y ilocomunistas del Gobierno y los partidos revolucionarios están que revientan por la actitud de tres de los Magistrados del Tribunal Supremo al admitir el paro solicitado contra el Presidente Árbenz, como máxima autoridad de la reforma agraria. Ya se ha pedido la destitución de los Licdos. Herbruger, Rodríguez y Morales. Hoy acabo de saber que se pensaba plantear su destitución en el Congreso y reponerlos a la mayor brevedad por elementos de mentalidad progresista. Como habrá visto Ud. por la prensa que envío a esa Secretaría, ‘Nuestro Diario’ y ‘Diario de Centro América’ principalmente el primero, publica diariamente artículos hablando que la reforma agraria no debe ser motivo para la interposición de recursos como el de amparo, etc. Un artículo que merece leerse, por ser escrito por un paisano, aparece en uno de los diarios. Se trata del licenciado Aguiluz Berlíoz, que me dicen estudió en México. Habla de leyes nuevas que no deben someterse a leyes viejas, etc. 6.- Esta madrugada, antes de la una, el Congreso en sesión permanente, y conociendo de una consulta que le hizo el Presidente de la República, al estimar él que no procedía evacuar el traslado que le ordenó la Corte Suprema de Justicia, al conocer de un amparo que interpuso en su contra, como máxima autoridad agraria, resolvió destituir a cuatro de los Magistrados, ellos son: Herbruger, Rodríguez, Carrillo Magaña y Morales, dejando solamente a Edmundo López Durán. Se dio como razón legal que al aplicar la Constitución sobre la Ley Agraria que prohíbe el conocimiento de sus asuntos a tribunales judiciales, se demostró ineptitud, por lo que se eligieron como sustitutos, a los Licdos. [sic] Marcial Méndez Montenegro, como Presidente en lugar de Herbruger, y por su orden a Alfonso Bauer Paiz, López Durán (reelecto), Ricardo Chávez Nachman y Virgilio Zapata Mendía. 7.- Supe anoche, por medio de uno de los jefes del G-2 del Ejército, que éste está listo para cualquier eventualidad. Que el General Díaz, Jefe de las Fuer- Ciencias Sociales y Humanidades, 4(2) 2017 00-00 zas Armadas, tiene gente de su entera conianza en los puestos claves, como son los cuarteles, Estado Mayor, Aviación, etc. Que existe la posibilidad que asuman el poder, pues claramente se han manifestado contra el comunismo todos los militares. Me decía este jefe, que veían la situación actual muy semejante a la que prevalecía cuando la muerte del Coronel Arana. Los periodistas como J.A. Palmieri, y algunos diputados que se opusieron a la destitución de los magistrados, coinciden en pensar que estamos en presencia de un golpe de estado, medio disimulado. Las consecuencias, si las hay, tienen que surgir en breve plazo. Lo que es indiscutible es el descontento general que prevalece en todos los sectores de la capital. Mario Fuentes Pruccini, que es de los grupos revolucionarios, votó contra la destitución, así como ocho diputados más. 8.- A última hora he tenido informes que todas las dependencias judiciales, auspiciados por los estudiantes de derecho elevarán sus renuncias, como una protesta y acto de solidaridad con los cuatro magistrados destituidos e irán a la huelga. Del señor Secretario, con toda consideración y respeto soy su atento y seguro servidor, [irma] Jacinto Octavio Durón Excelentísimo Señor Doctor Don J. Edgardo Valenzuela Srio. Relaciones Exteriores Tegucigalpa-Honduras | 177 La Embajada de Honduras en Guatemala (1953-54) CARTA 2, Jacinto Durón a Edgardo Valenzuela, Embajada de Honduras en Guatemala, Documento No. 222, Guatemala, 20 de noviembre de 1953, Archivo de la Secretaría de Relaciones Exteriores de Honduras. [Sello] Embajada de Honduras en Guatemala No. 222 Guatemala, noviembre 20 de 1953 Señor Secretario: Tengo a honra comunicar a usted que esta tarde devolví la visita del nuevo Embajador de los Estados Unidos, señor Peurifoy, quien comenzó por decirme, que de todos los colegas con el que más simpatizaba era conmigo. Me imagino que dirá esto porque por que nos entendemos en su idioma y por saber que Honduras marcha de acuerdo con su país. Luego me informó, de modo conidencial, lo que sigue: 1) Que tiene conocimiento que el gobierno de Guatemala está intrigado porque él no ha solicitado ver al presidente Arbenz. Que él tiene que verlo, y lo hará posiblemente la semana entrante, para decirle de manera franca y categórica qué es lo que quiere Guatemala con su actitud contra su gobierno; que si desea echar fuera del país a todas las compañías americanas; que por qué protege a los comunistas (cuya lista llevará en la bolsa) y en in que quiere saber si hay algún deseo de entendimiento o no con su gobierno, para así hacerlo saber a Washington. En otras palabras, que aclarará de una vez por todas el estado de desasosiego que existe. Me dijo terminantemente que EEUU nunca mandará sus marinos acá, como desearía mucha gente, pero que hay mil otras maneras de proceder. De todo ello me ofreció tenerme al corriente. 2) Me informó asimismo, que el Ministro de Economía Fanjul, le había dicho a Bradshaw, presidente de la IRCA que Guatemala le peleaba una guerra a muerte a la Frutera; o sobrevivía una o la otra, pero no las dos. 3) Me informó también que anteayer se reunieron con el presidente todos los coroneles del país, quienes se supone lo increparon por su apoyo a los comunistas. Dice que se supone que Arbenz contestó que eso era falso. Que los tenía controlados y que en cualquier momento los pondría en su lugar. También que había ofrecido retirarse del poder y dejar al Crl. Díaz, Jefe de las Fuerzas Armadas, y que se había abstenido de contestar la pregunta [de] por qué EEUU no les vendía armas y municiones. Se 178 | supone que la pregunta venía del hecho (no publicado aquí) del decomiso veriicado por los Guarda Costas americanos, de 25 mil cartuchos que venían de Italia para Guatemala, vía New York. 4) Por mi parte he sabido que el in de semana tenían miles de hombres sobre las armas, desde San José hasta Retalhuleu, pues se temía que el barco de Somoza ‘El Salvador’ fuera a invadir. Yo noté los aviones que patrullaban constantemente la costa, pues anduve por allá. En la conianza que las informaciones preceden sean de utilidad al ilustre Canciller, me ofrezco como su atento y seguro servidor. [irma] Jacinto Octavio Durón Excelentísimo Señor Doctor Don J. Edgardo Valenzuela Srio. Relaciones Exteriores Tegucigalpa-Honduras Referencias Ahumada, D. (2013). La diplomacia colombiana y el aislamiento político de Guatemala. Revista de Historia de América. 149. 59-78. Barahona, M. (2004). El silencio quedó atrás. Testimonios de la huelga bananera de 1954. Tegucigalpa: Guaymuras. Coleman, K. (2016) A Camera in The Garden of Eden. Texas: University of Texas Press. Cullather, N. (2002). PBSUCCESS. La operación encubierta de la CIA en Guatemala. 1952-1954. Guatemala: Avancso. García, R. (2013). El derrocamiento de Jacobo Arbenz y la Guerra Fría en América Latina. Nuevas fuentes y perspectivas. Revista de Historia de América, 149. 39-43. Gleijeses, P. (2005). La esperanza rota. La revolución guatemalteca y los Estados Unidos, 1944-1954 Guatemala: Editorial Universitaria, Universidad de San Carlos de Guatemala. Grandin, G. (2007). Panzós: La última masacre colonial. Latinoamérica en la Guerra Fría. Guatemala: Avancso. Ciencias Sociales y Humanidades, 4(2) 2017, 00-00 Roberto García Ferreira Immerman, R. (2004). The CIA in Guatemala. The Foreign Policy of Intervention. Austin: University of Texas Press. Moulton, A. (2015). Building their own Cold War in their own backyard: the transnational, international conlicts in the greater Caribbean basin, 19441954. Cold War History, 15(2). 135-154. doi: dx. doi.org/10.1080/14682745.2014.995172 Schlesinger, S., & Kinzer, S. (1982) Fruta Amarga: La CIA en Guatemala. México: Siglo XXI. Pettinà, V. (2011). Cuba y Estados Unidos, 19331959. Del compromiso nacionalista al conlicto. Madrid: Catarata. Portillo, S. (Julio de 2016). El rol de la mujer en los campos bananeros de la costa norte, la cultura radical y el comienzo de la Guerra Fría en Honduras. XIII Congreso Centroamericano de Historia, Tegucigalpa, Honduras. Rabe, S. (1988). Eisenhower and Latin America: The Foreign Policy of anticommunism Chapel Hill, NC: The University of North Carolina Press. Documentos Archivo General Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile (AGHMREC), (13 de febrero de 1954a), Fondo: Embajada de Chile en Guatemala, “Informa sobre la realidad económico-social e iniltración comunista en Guatemala”, Oicio Conidencial, No. 12/4. Archivo General Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile (AGHMREC), (1 de febrero de 1954b). Fondo: Embajada de Chile en Guatemala, “Informa sobre acontecimientos políticos en Guatemala”, Oicio Conidencial, No. 7/3. Ciencias Sociales y Humanidades, 4(2) 2017 00-00 | 179