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El tiempo como herramienta para la economía feminista

2013, IV Jornadas Economía Feminista

La comunicación tiene como objetivo ofrecer una reflexión sobre el tiempo en relación al estudio del trabajo doméstico y los cuidados. Para ello, se parte de la asunción del carácter ontológico del tiempo en la vida social: lo social es inherentemente temporal. Asumir la preeminencia del tiempo a nivel epistemológico conlleva dos implicaciones a nivel metodológico: la necesidad de problematizar el tiempo y el requerimiento de la claridad conceptual. La problematización del tiempo supone no dar por supuesto el tiempo, sino hacerlo explícito. La claridad conceptual supone explicar a qué se hace referencia cuando se habla de tiempo, qué tiempo es aquel al que se hace alusión. Cumpliendo estas premisas, desde un posicionamiento feminista, en la comunicación se apuesta por una concepción de tiempo plural, multidimensional, no-jerárquica y encarnada. Una concepción de tiempo tal ofrece la posibilidad de desgranar las especificidades y los matices del trabajo doméstico y los cuidados, haciendo más asible su complejidad, al tiempo que permite abordar tanto su dimensión material (las ocupaciones en sentido estricto) como la inmaterial (aspectos morales y relacionales, entre otros). De esta manera, el tiempo se convierte en una herramienta de gran potencial para estudiar el trabajo doméstico y los cuidados y explorar sus implicaciones políticas y sociales en el marco de las propuestas de poner la sostenibilidad de la vida en el centro. Con todo ello, se presenta también como un instrumento clave para la economía feminista.

El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) Matxalen Legarreta Iza1 Resumen La comunicación tiene como objetivo ofrecer una reflexión sobre el tiempo en relación al estudio del trabajo doméstico y los cuidados. Para ello, se parte de la asunción del carácter ontológico del tiempo en la vida social: lo social es inherentemente temporal. Asumir la preeminencia del tiempo a nivel epistemológico conlleva dos implicaciones a nivel metodológico: la necesidad de problematizar el tiempo y el requerimiento de la claridad conceptual. La problematización del tiempo supone no dar por supuesto el tiempo, sino hacerlo explícito. La claridad conceptual supone explicar a qué se hace referencia cuando se habla de tiempo, qué tiempo es aquel al que se hace alusión. Cumpliendo estas premisas, desde un posicionamiento feminista, en la comunicación se apuesta por una concepción de tiempo plural, multidimensional, no-jerárquica y encarnada. Una concepción de tiempo tal ofrece la posibilidad de desgranar las especificidades y los matices del trabajo doméstico y los cuidados, haciendo más asible su complejidad, al tiempo que permite abordar tanto su dimensión material (las ocupaciones en sentido estricto) como la inmaterial (aspectos morales y relacionales, entre otros). De esta manera, el tiempo se convierte en una herramienta de gran potencial para estudiar el trabajo doméstico y los cuidados y explorar sus implicaciones políticas y sociales en el marco de las propuestas de poner la sostenibilidad de la vida en el centro. Con todo ello, se presenta también como un instrumento clave para la economía feminista. Palabras clave: trabajo doméstico y cuidado, tiempo, sostenibilidad de la vida. 1 Departamento de Sociología 2 de la Universidad del País Vasco-EuskalHerrikoUnibertsitatea. Correo electrónico: matxalen.legarreta@ehu.es IV Jornadas Economía Feminista Página1 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) Time as atool forfeminist economics. (A proposal from the studyof domestic workand care) Abstract Communication aims to provide a reflection on the time in relation to the study of domestic and care work. To do this, we start from the assumption of the ontological character of time in social life: the social is inherently temporal. Taking time to primacy of epistemological level carries two implications on methodological level: the need to problematize time and the requirement of conceptual clarity. The problematization of time means not to take it for granted, but make it explicit. Conceptual clarity supposed to explain what is meant when we speak of time, what time is that to which reference is made. Fulfilling these premises, from a feminist position, communication is committed to a pluralistic conception of time, multidimensional, non-hierarchical and embodied. That is a conception of time that offers the possibility of scrutinizing the specificities and nuances of domestic work and care, making graspable its complexity, while allowing to address both its material dimensions (strictly occupations) and immaterial ones (moral aspects and relational, among others.). In this way, time becomes a useful tool to study domestic work and care and to explore their social and political implications in the context of proposals to put the sustainability of life in the center. With all this, is also presented as a key tool for feminist economics. Keywords:domestic and care work, time, sustainability of life. IV Jornadas Economía Feminista Página2 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) 1. Introducción “¿Qué es, pues, el tiempo? ¿Quién podrá explicar esto fácil y brevemente? ¿Quién podrá comprenderlo con el pensamiento, para hablar luego de él? Y, sin embargo, ¿qué cosa más familiar y conocida mentamos en nuestras conversaciones que el tiempo? Y cuando hablamos de él, sabemos sin duda qué es, como sabemos o entendemos lo que es cuando lo oímos pronunciar a otro. ¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé, pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé” (Agustín de Hipona, 1986: 392) Gran parte de los esfuerzos realizados desde el feminismo se han orientado a dotar de reconocimiento, tanto académico como político y social, al trabajo doméstico y los cuidados. La apuesta de la economía feminista de poner la sostenibilidad de la vida en el centro ha resultado clave en este sentido, pues ha aportado un nuevo marco analítico(una forma de pensar el mundo y la economía) que parte de la centralidad de las personas y de la satisfacción de sus necesidades,desplazando de su situación privilegiada al mercado y al sistema financiero2. Desde este posicionamiento, se asume la dependencia del mercado con respecto a la reproducción de la vida, aludiendo no solo quela parte oculta de la economía (que incluye el trabajo doméstico y los cuidados) está estrechamente interrelacionada con la parte visible (lo productivomercantil), sino sacando a la luz que la primera es condición sine qua non para la existencia misma de la segunda: lo imprescindible es lo invisible (Perez Orozco, Amaia: 2006). En este intento de hacer visible la parte de la economía que ha sido invisibilizada por las perspectivas clásicas se puede afirmar que el tiempo ha jugado un papel muy relevante, principalmente como magnitud para cuantificar el volumen de trabajo doméstico y de cuidados. Las Encuestas de Empleo del Tiempo han servido de medio 2 La alusión al sistema financiero se realiza en un contexto en el que mayoritariamente se asume que el sistema capitalista se encuentra en un momento de crisis provocado por el colapso del sistema financiero, que condiciona el desarrollo mismo del ámbito productivo (Pérez Orozco, Amaia; 2010: 139140). La economía feminista, sin embargo, va más allá en sus planteamientos y define la crisis como una “crisis civilizatoria” argumentando que atraviesa tanto el conjunto de estructuras (políticas, sociales, económicas, culturales, nacionales) como las construcciones éticas y epistemológicas más básicas (la propia comprensión de la vida) (Orozco, Amaia; 2012:5): en definitiva, lo que se desvanece es “toda una manera de entender cómo estamos en el mundo” (Pérez Orozco, Amaia; 2010:132). IV Jornadas Economía Feminista Página3 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) para producir información sobre el ámbito doméstico-familiar y las desigualdades de género que lo caracterizan. A través de ellas, se ha puesto de manifiesto quela mitad de los bienes y servicios necesarios para la pervivencia de la sociedad provienen de la esfera doméstica-familiar y que las mujeres siguen desempeñando la mayor parte de dicho trabajo (68%). Asimismo, según los datos del INE, el trabajo no remunerado constituye el 55% de la carga global de trabajo: 3 horas y 2 minutos de trabajo no remunerado y 2 horas y 28 minutos de retribuido3. Gracias a la cuantificación se pone de manifiesto, por tanto, que en el contexto español en su conjunto los niveles de bienestar y riqueza provienenen mayor medida del trabajo no retribuido que del asalariado. Cabe advertir, sin embargo, que la cuantificación es posible únicamente a través del empleo de una concepción de tiempo concreta (el tiempo cronométrico o tiempo de reloj: cuantitativo, lineal y secuencial), que difícilmente abarca toda la riqueza temporal del trabajo doméstico y los cuidados4. Dicha nociónnos resulta fácilmente reconocible e identificable, pues es el tiempo del capitalismo industrial, hegemónico en la sociedad en la que vivimos. Pero el tiempo no se reduce a horas y minutos, es posiblepensarlo y vivirlo de otras muchas maneras. Desde esta multiplicidad, resulta una herramienta con un gran potencial para las ciencias sociales en general, y para la economía feminista, en particular. Mi objetivo con este texto es ofrecer algunas claves que ayuden a que el tiempo pueda constituirse como una herramienta útil para la economía feminista tanto a nivel analítico, como propositivo (político). Pretendo, de esta forma, tomar el relevo de uno de los retos que salió a la luz en las Jornadas de Economía Feminista coordinadas por Paloma de Villota, Cristina Carrasco y Amaia Orozco y celebradas en Madrid el 12 y 13 de Junio de 2011: la elaboración de una reflexión sistematizada sobre el tiempo. Planteo dicha reflexión en relación a tres ámbitos:el tiempo como construcción social, el tiempo como herramienta de análisis, y el tiempo como instrumento político. La 3 Encuesta de Empleo del Tiempo elaborada por el INE (2009-2010) disponible en Internet:http://www.ine.es/daco/daco42/empleo/dacoempleo.htm. Consultado el 08/06/2012 4 He desarrollado tanto el potencial como el alcance de las Encuestas de Empleo del Tiempo en relación al análisis del trabajo doméstico y de cuidados en otros trabajos anteriores (Legarreta, Matxalen; 2008, 2010a), por lo que no voy a extenderme en esta argumentación. IV Jornadas Economía Feminista Página4 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) propuesta se desarrolla tomando como campo de referencia el trabajo doméstico y los cuidados. La comunicación se divide en cuatro grandes apartados, además de la introducción y de las conclusiones. En el primero se ofrece una reflexión sobre el tiempo en el estudio del trabajo doméstico y los cuidados, y se asientan los pilares de la propuesta que se desarrollará en los siguientes tresapartados que comprenden los tres niveles anteriormente citados: tiempo como construcción social, tiempo como herramienta analítica y tiempo como instrumento político. 2. El tiempo en el estudio del trabajo doméstico y los cuidados El tiempo ha sido una herramienta clave a la hora de desarrollar todo una línea de investigación en torno al ámbito doméstico-familiar, que ha tenido como finalidad visibilizar el trabajo doméstico y los cuidados, así como denunciar las profundas desigualdades de género que caracterizan su distribución. Como he mencionado anteriormente, las Encuestas de Empleo del Tiempo han contribuido de forma incuestionable a esta labor. No obstante, presentan también algunas limitaciones. Por un lado, a través de ésta vía es posible únicamente dar cuenta de los aspectos materiales del trabajo, lo que se hace en sentido estricto; pero difícilmente se puede producir información sobre el significado de aquello que se hace (sea afectivo, ético, moral, político o de otra índole).Resulta relevante subrayar este aspecto pues, desde el feminismo, cada vez en mayor medida se apuesta por subrayar la pertinencia de buscar cierto equilibrio entre ambas dimensiones, procurando dar cuenta de los aspectos intersubjetivos y relacionales sin dejar de defender que lo doméstico-familiar es ante todo, trabajo (Tors, Teresa; 1999 yMolinier, Pascale; 2011, entre otras)5. 5 En este sentido, resulta oportuno señalar que algunas autoras denuncian el “sesgo primermundista” de la diferenciación estricta entre unos aspectos y otros, que a menudo se ha reflejado en la distinción entre el trabajo doméstico y los cuidados, por considerarla similar a la diferenciación entre el trabajo doméstico y la producción de la subsistencia en los contextos rurales (Wood, 1997 cf. Esquivel, Valeria; 2009). IV Jornadas Economía Feminista Página5 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) Por otro lado, como ya he afirmado en la introducción, a través de la cuantificación se maneja una concepción del tiempo muy concreta: la del capitalismo industrial. Esta noción, como posiblemente cualquier otra, tiene sus limitaciones, puesto que para hacer asible, aprehender, la realidad social (inherentemente compleja) es necesario simplificarla, y la simplificación siempre deja fuera alguna dimensión de aquello que pretendemos estudiar. Ahora bien, el problema surge cuando se emplea una noción particular de tiempo sin poner de manifiesto sus implicaciones. Es más, en relación al uso de las Encuestas de Empleo de Tiempo, cabe el riesgo de que no se cuestione la noción de tiempo sobre la que se construyen y se llega a naturalizar, lo que puede llegar a dificultar cualquier intento de redefinirlo, limitando así la posibilidad de pensar en otras lógicas temporales más allá de la productiva-mercantil. Todo ello, resulta especialmente pertinente sobre todo si lo que se pretende es precisamente cuestionar el concepto de trabajo del capitalismo industrial, estrechamente ligado a la acepción de tiempo sobre la que se asientan las encuestas. Pese a las limitaciones planteadas, se ha de admitir que tanto en relación a las Encuestas de Empleo del Tiempo, como en relación a otros temas, existe un elevado número de estudios sobre trabajo doméstico y cuidados que incorporan el tiempo en sus análisis, considerándolo implícita o explícitamente como una cuestión relevante. Sin embargo, se puede igualmente afirmar que no se ha generalizado en esteámbito de estudio una aproximación que aborde el potencial del tiempo como herramienta analítica, de forma clara, sistematizada y en profundidad. Por ello, algunos trabajos lamentan su escaso desarrollo como categoría analítica para el estudio del trabajo doméstico y los cuidados (Davies, Karen; 1994, Adam,Barbara; 2002, Damamme, Aureli y Papperman, Patricia; 2009 y Damamme, Aureli; 2011, Legarreta, Matxalen; 2012). Tal como apunta Karen Davies (1994), por ejemplo, en la literatura sobre cuidados se ha tratado el tema del tiempo subrayando, entre otros aspectos, que el trabajo de cuidado es “consumidor de tiempo” y que frecuentemente requiere una actitud flexible en relación a los arreglos y disposiciones temporales. Sin embargo, IV Jornadas Economía Feminista Página6 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) como señala la autora, el tiempo en sí como concepto no ha sido explorado en profundad, no ha habido una definición expresa que clarifique de qué se está hablando cuando se habla de tiempo, sino que se ha utilizado “como si todas nosotras supiéramos qué es el tiempo y compartiéramos un entendimiento común, universal, sobre él” (Davies, Karen; 1994: 278). Falta, por tanto, una problematización del tiempo en sí mismo. Un acercamiento tal, afirma Davis, acompañado de una mayor claridad conceptual puede “ayudarnos a entender mejor algunas de las actuales y posibles tensiones inherentes al trabajo de cuidados” (Davies, Karen; 1994: 278). Pero no sólo eso,se puedeañadirque un posicionamiento de este tipo aporta también mayor riqueza y precisión en relación al estudio del trabajo doméstico y los cuidados, al desgranar su complejidad a través de la identificación de los diversos y diferentes elementos temporales que la componen. Por consiguiente, considero que a la hora de abordar este ámbitodesde una perspectiva del tiempo,debemos hacer frente a dos necesidades esenciales: la problematización del tiempo, y la claridad conceptual. Como apunta el sociólogo Ramón Ramos, “sólo si sabemos qué significa el tiempo, y por tanto si lo aclaramos explícitamente, podemos hablar de los múltiples aspectos temporales de la vida social” (Ramos, Ramón; 1997:12). El tiempo que propongocomo herramienta para la economía feminista es, por tanto, “un tiempo reflexionado”, “directa y expresamente, teorizado” (Ramos, Ramón; 1997: 12). Un posicionamiento de esta índole parte de una asunción previa: “la centralidad del tiempo en las distintas manifestaciones de la vida social” (Ramos, Ramón, 1992: XV). De este modo, a nivel epistemológico afirmoque el tiempo es una parte constitutiva de lo social, a saber, lo social es inherentemente temporal. Asimismo, considero que partir del carácter ontológico del tiempo en la vida social plantea inexorablemente dos necesidades a nivel metodológico: la problematización del tiempo, y la claridad conceptual. La problematización del tiempo implica no dar por supuesto el tiempo, sino hacerlo explícito. La claridad conceptual implica explicar a IV Jornadas Economía Feminista Página7 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) qué se hace referencia cuando se habla de tiempo, qué tiempo es aquel al que se hace alusión. Ahora bien, una vez que admitimos que el tiempo ha de ser explicado, no resulta una tarea fácil definir qué es, ya lo advierte Agustín de Hipona en su célebre obra. ¿Cómo afrontar tal reto? ¿Cómo dar cuenta de algo quees tan cercano y familiar y, al mismo tiempo, tan complejo y difícil de identificar? Y, especialmente en el caso que nos ocupa: ¿cómo ofrecer una definición del tiempo que sirva para abordar las especificidades del trabajo doméstico y los cuidados? y, unido a lo anterior, ¿cómo ofrecer una definición del tiempo que sirva como herramienta para la economía feminista? Para comenzar a esbozar una respuesta a estas preguntas propongo reflexionar sobre el tiempo en relación a los tres ámbitos anteriormente mencionados:el tiempo como construcción social, el tiempo como herramienta analítica y el tiempo como instrumento político. De esta forma, intentaré desarrollar una noción operativa que constituya una herramienta útil y fácil de emplear para la economía feminista. 3. Tiempo como construcción social El tiempo es, entre otras cosas, una construcción social. No cabe duda de ello. Horas y minutos constituyen una magnitud cuantitativa que hace referencia a “un valor abstracto, descontextualizado y asituacional” (Adam,Barbara; 1999:9): es el tiempo de reloj. Pese a que en nuestras sociedades occidentales contemporáneas esté muy arraigada, la cuantificación del tiempo no es a-histórica ni universal, sino que revela un desarrollo histórico concreto y contextualizado: se generaliza a lo largo del siglo XIX junto con los procesos de industrialización y urbanización, y responde a una concepción mercantilista del trabajo y de la economía. El tiempo de la sociedad industrial deja de ser un tiempo “orientado al quehacer” y su valor queda reducido a su identificación con el dinero: el tiempo ya no pasa, sino que se gasta (Thompson, Edward P.; 1979). Como apunta Marx, se reconoce, por IV Jornadas Economía Feminista Página8 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) tanto, por ser un tiempo (de trabajo) que se vende y se compra. De este modo, el tiempo se instituye como tiempo cronométrico a través de una identificación metonímica aparentemente sencilla: el trabajo se reduce a actividad, la actividad a tiempo y el tiempo a dinero y, puesto que el dinero es un medio cuantitativo, el tiempo que se intercambia por dinero ha de ser, inexorablemente, de tipo cuantitativo: “el tiempo invariable y abstracto del cronómetro, donde cada hora es igual, independientemente del contexto y la emoción”; es un tiempo que se constituye “en unidades uniformes, invariables, infinitamente divisibles a las que puede darse un valor numérico” (Adam,Barbara; 1999:9-10). Dicho proceso conlleva una doble implicación: por un lado, la reducción del trabajo a dinero (trabajo igual a empleo) y, por otro, la identificación del tiempo con el dinero a través de su relación con el trabajo-empleo (“el tiempo es oro”). De tal forma, siguiendo esta lógica, las actividades que conforman el trabajo se desligan de quienes las realizan y del contexto en el que se realizan, pues se identifican con el tiempo que se emplea en llevarlas a cabo, un tiempo que ha sido previamente vaciado de contenido y, por consiguiente, es predecible, programable, homogéneo y estandarizado. El tiempo se instaura como “un tiempo separado del contenido y del contexto, desincorporado de los sucesos” (Adam, Barbara; 1999: 9). Desde esta perspectiva, se aprecia su materialidad, tan unida a la definición moderna del trabajo: solamente de forma descontextualizada puede el tiempo llegar a mercantilizarse, y a ser componente integral de la producción. Tal transformación, sin embargo, no es fortuita ni circunstancial, sino que ha de ser entendida, tal como advierte BarbaraAdam, en relación a un desarrollo muy específico: la creación de un tiempo no-temporal (Adam,Barbara; 1999:10). Poner de manifiesto el carácter contingente del tiempo en cuanto que construcción socialofrece, a mi entender, dos claves elementales para la economía feminista. Por un lado, aporta herramientas para desnaturalizar y hacer explícito el tiempo de relojcomo una forma concreta de entender y experimentar el tiempo entre otras posibles. A saber, permite que no demos por supuesto que el tiempo es, únicamente y/o en todo momento, el tiempo del capitalismo industrial. Por otro lado, IV Jornadas Economía Feminista Página9 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) brinda elementos explicativos para una mayor comprensión de la naturaleza de dicho tiempo,así como de sus características particulares, puesto que, hoy por hoy, sigue siendo la noción de tiempo dominante en nuestras sociedades occidentales contemporáneas, y forma parte de nuestro sentido común. Asimismo, concretamente en relación al trabajo doméstico y los cuidados, realizar una reflexión sobre el tiempo como construcción social es interesante también en relación a otros aspectos. Por un lado, cabe recordar que una parte importante de los esfuerzos de la economía feminista vienen de la mano de la revisión del concepto moderno de trabajo (Borderías, Cristina; Carrasco, Cristina y Alemany, Carme; 1994), que ha sido fundamental en la creación, desarrollo y consolidación del capitalismo industrial y de una forma concreta de definir y entender la economía que es constitutiva deestos procesos. Abordar el tiempo en tanto que construcción social y realizar, por consiguiente, una revisión de la concepción moderna de tiempo proporciona, a mi parecer, un mayor entendimiento de dichos procesos y de los aspectos implicados en ellos. Además, ésta puede ser una línea de investigación interesante ya que no abundan las reflexiones en torno al trabajo doméstico y los cuidados en las que confluyan a la par, y con similar pertinencia, la revisión de ambas dimensiones: trabajo y tiempo. Por otro, si lo que pretendemos es desarrollar un paradigma de la economía (y, por ende, de las relaciones sociales) que saque a la luz el conflicto entre el capital y la vida, y que se desarrolle desde una lógica en la que se ponga en primer plano la sostenibilidad de la vida, hacer explícitala naturaleza contingente y construida de la lógica temporal cronométrica (que responde a la lógica del capital y no de la vida) pone de manifiesto la existencia de otras formas de pensar, concebir y experimentar el tiempo, es decir, de otras lógicas temporales. Pensar lógicas temporales distintas a las del capitalismo industrial, permite realizar un mayor acercamiento a la especificidad del trabajo doméstico y los cuidados, fundamentada en otras racionalidades y otra IV Jornadas Economía Feminista Página10 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) ética del trabajo, como apuntan varias autoras en relación a la ética del cuidado6 sin olvidar queel cuidado es principalmente un trabajo (Arango, Luz Gabriela y Molinier,Pascale; 2011; Paperman, Patricia; 2011 y Molinier; Pascale, 2011). Por último, cabe reiterar que, dada la importancia de la cuantificación a través de las Encuestas de Empleo del Tiempo como forma para hacer visible y, de esta manera, dar valor y reconocimiento al trabajo doméstico y los cuidados, resulta preciso cuanto menos abordar el tiempo como construcción social y realizar una revisión de la concepción moderna de tiempo, porque es precisamente sobre la que se construyen las encuestas. En este sentido, se han desarrollado numerosos trabajos que tratan la dimensión del tiempo como construcción social. Entre ellos, cabe señalar los de Jacques Le Goff (1983) y Edward P. Thompson (1979). Ambos autores ponen de manifiesto que la creación y consolidación de la nueva concepción del tiempo converge con la emergencia y el devenir del capitalismo industrial, en un proceso que no siempre se desarrolla de forma armoniosa ni lineal. Le Goff subraya que los procesos de racionalización del tiempo,y una mayor precisión en su medición, se desarrollan junto 6 La ética del cuidado, o ética del care, se desarrolla a partir de la obra de Carol Gilligan In a diferente voice (1982, cf. Moliner, Pascale; 2011) en relación a la psicología del desarrollo moral a partir de la crítica de la obra de Lawrence Kohlberg. Gilligan contrapone la ética del cuidado a la ética de la justicia al plantear que, a diferencia de los razonamientos de los hombres –formales y abstractos-, las experiencias morales de las mujeres, desarrolladas a través del cuidado, se basan en razonamientos contextuales y narrativos. La ética del cuidado se basa en el desarrollo de disposiciones morales más que en el aprendizaje de principios y privilegia unas respuestas contextuales y específicas así como el punto de vista del “otro concreto”. Esta perspectiva es desarrollada por Joan Tronto sosteniendo que el cuidado no es una disposición moral específica de las mujeres sino un efecto de su posición social subalterna (Molinier, Pascale; 2011:45). Desde esta posición Tronto reivindica el potencial de la ética del cuidado como herramienta política. La ética del cuidado ha sido criticada por su esencialismo, advirtiendo que tanto desde una perspectiva histórica (a lo largo del tiempo), antropológica (en relación a otras culturas) como sociológica (desde una mirada de clase) se puede apreciar que los atributos que se asocian con el cuidado se definen en relación a una forma específica de entender la maternidad (Torns, Teresa; 2007:36) que toma como referencia a la mujer desde una perspectiva biológica, considerándola, en tanto que sujeto político, como grupo homogéneo (Artiaga, Alba; 2009:7). Dichas críticas son asumidas también por autoras que se posicionan en la perspectiva de la ética del cuidado pero que se desvinculan de dicha forma específica de entenderla, pues la asocian principalmente a una corriente “maternalista”, ejemplificada en el trabajo de NelNoddings, que define la ética del cuidado como “ética femenina” y no como “ética feminista” (Papperman, Patricia; 2011:39). Me ha parecido pertinente realizar este apunto pues considero que los trabajos que proponen explorar el potencial político de la ética del cuidado y que se desvinculan de las posiciones maternalistas y esencialistas (como los de PascaleMolinier y Patricia Papperman) tienen un potencial para la economía feminista que no ha sido suficientemente desarrollado hasta el momento. IV Jornadas Economía Feminista Página11 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) con la evolución de la secularización. Apunta, en este contexto, las disputas entre los mercaderes y la Iglesia en la Alta Edad Media: los primeros son acusados de usura porque se considera que al prestar dinero están sacando provecho de aquellas personas que no disponen de él de manera inmediata, por lo que, en última instancia, venden tiempo, cuya propiedad solo pertenece a Dios. Thompson, por su parte, señala cómo con el proceso de industrialización, la imposición y generalización de una nueva “disciplina horaria” (que establece como criterios, entre otros, la sincronización de las actividades, la puntualidad horaria y el control del comienzo y fin de las jornadas laborales) conlleva en un primer momento fuertes desacuerdos e incluso oposición. No obstante, si en la primera etapa de industrialización la oposición se traduce en resistencia, en la siguiente, conforme se va interiorizando la nueva concepción del tiempo, la población trabajadora comienza a pelear no contra las horas, sino sobre ellas y el tiempo es utilizado por la clase obrera como instrumento de lucha. 4. Tiempo como herramienta analítica El tiempo puede constituirse también en una herramienta analítica. Desde las aportaciones pioneras de la obra clásica del sociólogo Emile Durkheim, han sido muchos, y muy variados, los trabajos que han encontrado en el tiempo una forma interesante y útil para reflexionar sobre la vida social. Un ejemplo de ello es la consolidación de una línea de investigación que bajo la rúbrica de sociología del tiempo centra su atención en dos direcciones: estudiar los aspectos temporales de la vida social y elaborar una reflexión sociológica del tiempo. Las numerosas publicaciones sobre este ámbito en los últimos años corroboran la solidez de dicha línea de trabajo. Desde el feminismo también se han desarrollado interesantes esfuerzos por elaboraruna reflexión sobre el potencial del tiempo como herramienta analítica. Desde esta posición, se aboga por una noción de tiempo plural, no-jeráquica, IV Jornadas Economía Feminista Página12 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) multidimensional, encarnada y unida a la experiencia7. Hemos de advertir, sin embargo, que una herramienta analítica de dichas características, si bien resulta muy atractiva, también puede plantear problemas si no se desarrolla de manera operativa, más aún, si partimos del hecho de que el tiempo es inherente a la vida social y, por tanto, lo social es necesariamente temporal. Desde este punto de partida, proponer una noción de tiempo plural, no-jeráquica, multidimensional, encarnada y unida a la experiencia planteaal menos un inconveniente o dificultad que debemos resolver. Si tomamos como premisa la idea de que el tiempo atraviesa la vida social y, por consiguiente, asumimos que, bien todo es tiempo o bien el tiempo está en todas partes, y si afirmamos, además, que dicho tiempo omnipresente no es solamente uno sino que es múltiple y plural, y que esa multiplicidad y pluralidad suponen, asimismo, complejidad y no-jerarquía, ¿no estamos proponiendo una categoría que pierde capacidad analítica precisamente como consecuencia de aquellas características que se supone la dotan de dicho valor? Dar respuesta a esta pregunta implica aportar mayor precisión en la definición del tiempo y una vía para lograr dicho fin es ofrecer alguna clasificación al respecto. De modo contrario, cabe la posibilidad de proponer una noción demasiado amplia, confusa, y sin capacidad explicativa. La propuesta de tiempo donado nace y se desarrolla con el objetivo de atender a dicha necesidad8. Hablar de tiempo donado no es novedoso, ya lo han hecho anteriormente otras autoras y autores(Adam,Barbara; 1999 y Ramos, Ramón, 2007). Lo que propongo, sin embargo, es hacer del tiempo donado una herramienta que sea útil para la economía feminista. 7 Para una reflexión sobre una noción feminista de tiempo me parecen especialmente relevantes las propuestas de Barbara Adam (1990) y Carmen Leccardi (1996). Obviamente, se han desarrollado más trabajos que, de forma más o menos expresa, tratan la relación entre tiempo y feminismo, o que parten de la asunción de la naturaleza (o el carácter) de género del tiempo (gendered time), pero hacer una revisión de todos ellos excede los objetivos de esta comunicación. La pertinencia de los citados viene dada principalmente por dos razones: plantean el tema de forma explícita y, a pesar del paso de los años, sus formulaciones siguen siendo de gran vigencia. 8 Las primeras pinceladas de la propuesta se exponen por en el artículo publicado en la revista Cuaderno de Relaciones Laborales (Legarreta, Matxalen; 2008) y se han desarrollado posteriormente en otros trabajos (Legarreta, Matxalen; 2011 y 2012, entre otros). IV Jornadas Economía Feminista Página13 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) El núcleo central de la propuesta emerge a partir de un juego de palabras: el tiempo constituye el don y el don se constituye en el tiempo. A partir de las reflexionesde la obra clásica del antropólogo francés Marcel Mausssobre el don(10923-24), es posible plantear esta formulación, ya que dicho autor emplea el don indistintamente para designar tanto el objeto -“la cosa o servicio” (Mauss, Marcel; 1923-24/1971:228)- que se da, recibe o devuelve; como la relación de intercambio-una relación que se desarrolla ajena a la lógica utilitarista del mercado y que se rige por el principio de reciprocidad: dar, recibir y devolver-. La propuesta sostiene, por tanto, que el tiempo es aquello que se dona (tiempo es igual a don) y, paralelamente, el don (como forma de intercambio y de relación) únicamente se puede realizar en el tiempo, pues la contraprestación siempre se realiza a plazo. De esta forma, se hace alusión a dos dimensiones del tiempo, el tiempo como recurso (aquello que se dona) y el tiempo como entorno, marco o escenario. La propuesta se completa con otras dos dimensiones temporales que también son pertinentes en relación al don: el tiempo como horizonte y el tiempo como cuerpo o tiempo encarnado9. De esta forma, se propone una noción de tiempo que se compone de cuatro ejes que no se constituyen en base a ninguna ordenación jerárquica y que toman en consideración el carácter encarnado, corporal de la experiencia. Por tanto, cumple con las premisas que parten del feminismo. Veamos cómo se concreta: a) Tiempo-recurso.El tiempo se percibe como un recurso del que se dispone (o no) para poder hacer con él lo que se quiera (o pueda). Siguiendo a Marx, con el capitalismo industrial el tiempo se convierte en un recurso que se vende y se compra a través del mercado laboral. No obstante, se puede pensar también que el tiempo es un recurso que se puede regalar, o donar. En este caso, el tiempo de trabajo doméstico y de cuidados esaquello que se dona: el tiempo es el don. Un tiempo que no se vende, pero que tampoco se regala y pues opera en relación a una lógica distinta a la mercantilización: la reciprocidad. En cuanto recurso, el tiempo donado puede ser susceptible a la cuantificación, así a travésde las Encuestas de Empleo del Tiempo otorgamos 9 Las cuatro dimensiones del tiempo a las que hago referencia (tiempo como recurso, tiempo como entorno, tiempo como horizonte y tiempo encarnado) han sido desarrolladas inicialmente por Ramón Ramos en su propuesta sobre las metáforas de tiempo en la vida cotidiana (Ramos, Ramón; 2007). IV Jornadas Economía Feminista Página14 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) un valor numérico al tiempo dedicado al ámbito doméstico familiar. No obstante, su significación no se agota en la magnitud que representa sino que, por su contenido moral, relacional y emocional, tiene también otras cualidades. De este modo, el tiempo que se dona en el ámbito domésticofamiliar, puede considerarse un recurso cuantificable (monetario, en el sentido que otorga Marx al tiempo de reloj), untiempo-recurso moral (cuando entra en juego el sentimiento de culpa, el sacrificio, la abnegación o la satisfacción por el deber cumplido), o político (tiempo para sí, apropiación de tiempo). b) Tiempo-entorno. El tiempo en este caso es percibido como algo externo, impuesto, ajeno a las personas y a las relaciones entre ellas, pero que estructura en gran medida su cotidianidad. El don implica también una noción de tiempo como entorno, marco o escenario en el que se desarrolla la acción pues, como apunta MarcelMauss (1923-24:1998-1999), “el «tiempo»es elemento necesario para poder llevar a cabo la prestación”. Los dones circulan bajo la premisa de la certeza de que serán devueltos, y esta seguridad reside en la virtud de lo que se entrega, siendo ella misma su seguridad, de forma que en la naturaleza del don radica la posibilidad de “obligar a plazo” (Mauss, Marcel; 1923-24:1998-1999): es necesario que trascurra un tiempo para que se efectúe la contraprestación y se reinstituya el vínculo. En este sentido, si la lógica de la acumulación del capital supone una concepción del tiempo-entorno lineal, la lógica del don, que descansa sobre el principio de reciprocidad, hace referencia a un tiempo circular: dar, recibir y devolver. c) Tiempo-horizonte.Comparte las tres propiedades del horizonte espacial: es inalcanzable, su definición depende de la ubicación del observador y, por ambas razones, resulta inestable, cambiante. Hace referencia a la distinción entre pasado/presente/futuro. La relación de reciprocidad se establece, desde la perspectiva de sus protagonistas, que actúan y dan sentido al presente, bien en relación al pasado, bien respecto a sus expectativas de futuro: haber recibido tiempo de trabajo doméstico y cuidados en el pasado IV Jornadas Economía Feminista Página15 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) les compromete a ofrecer su tiempo en el presente y a esperar una contraprestación en el futuro. El don toma un sentido u otro en relación al horizonte temporal de sus protagonistas. d) Tiempo-cuerpo.Es un tiempo que está incorporado a la persona y es definitorio de ella: tiempo del cuerpo, de la edad, del ciclo vital… En el ámbito doméstico-familiar, junto con el género, es el ciclo vital el que determina en gran medida las pautas de la relación. De este modo, sale a la luz la pertinencia de abordar la dimensión deltiempo unida a la corporalidad. El momento vital determina, en gran parte, cuándo, cómo y con qué intensidad se ha de donar tiempo en el ámbito doméstico-familiar, pero no solo eso, sino que influye también en la propia auto-percepción en tanto que donante o receptor. Considero que la propuesta de tiempo donado puede resultar útil para la economía feminista principalmente por tres razones. En primer lugar, porque hace referencia a un tiempo que opera a en una lógica distinta a la del capitalismo industrial que es (la de la acumulación de beneficios), una lógica más acorde con la sostenibilidad de la vida: la reciprocidad. En segundo lugar, porquepermite integrar en una misma reflexión los datos cuantitativos sobre el empleo del tiempo doméstico-familiar y los aspectos cualitativos en torno a su significación, cualidades temporales propias del trabajo doméstico y los cuidados: disponibilidad, presencialidad, responsabilidad, simultaneidad…. En tercer lugar, y relacionado con lo anterior, con esta propuesta he intentado hacer operativa una definición amplia de las necesidades humanas de la que parte la economía feminista, que engloba tanto los aspectos vinculados con la materialidad del trabajo, como los que tienen que ver con la subjetividad, las emociones, las relaciones humanas, el contexto y el cuerpo. Desde la economía feminista se apunta que las necesidades de las personas tienen una dimensión objetiva que responde más a las necesidades biológicas, y otra más subjetiva que incluye, entre otros, los afectos, el cuidado, la seguridad psicológica y la creación de relaciones y lazos humanos; “estos últimos se consideran tan esenciales para la vida como el alimento más básico” (Carrasco, Cristina;2001a:14-15). IV Jornadas Economía Feminista Página16 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) 5. Tiempo como instrumento político El tiempo puede ser empleado también como un instrumento político. Esta propuesta emerge del diálogo entre la academia y el movimiento feminista. A finales de 1980 en Italia se plantea, por primera vez, que el tiempo es un problema político a partir de la propuesta de ley de iniciativa popular de las mujeres del entonces Partido Comunista Italiano. La propuesta lleva por título Le donnecambianoil tempo y tiene como objetivo último incentivar un proceso de debate sobre los fundamentos en los que se basa la estructura social para, de esta forma, convertirse en una “hipótesis de cambio” de la manera de entender el tiempo, el trabajo y las funciones de hombres y mujeres en la sociedad (Cordoni, Elena; 1993:223). Concretamente, la iniciativa surge con la finalidad de avanzar hacia una distribución más equitativa del tiempo que supere el esquema tradicional de jerarquización establecido por la división sexual del trabajo en torno a las dicotomías producción/reproducción, público/privado, masculino/femenino, y que tome en cuenta las distintas necesidades de mujeres y hombres a lo largo de todo el ciclo vital. Con dicha pretensión, promueve una intervención trasversal, que atraviesa diferentesdimensiones de la vida cotidiana, cuestionando la centralidad del tiempo del mercado como eje estructurador. La propuesta se concreta en 32 artículos, divididos en tres apartados, que hacen referencia adiferentes ámbitos de intervención: tiempo en el arco de la vida, tiempo en el trabajo y tiempo en la ciudad. Así,parte de una definición amplia de lo temporal que contempla tanto la edad y el ciclo vital, como el tiempo de trabajo (remunerado y no remunerado) y los ritmos colectivos de la ciudad10. 10 Cada apartado se constituye sobre una noción de tiempo diferente pero complementaria con el resto, de modo que la propuesta apela a una definición de tiempo plural, mulitidimensional, no-jerárquica, encarnada y unida a la experiencia. Se pueden emplear las metáforas de tiempo desarrolladas por Ramón Ramos (2007) para analizar el alcance la propuesta de ley que aborda desde los aspectos temporales más íntimos y personales (tiempo-cuerpo: “tiempo en el arco de la vida”), hasta los externos y estructurales (tiempo-entorno: “tiempo de la ciudad”), pasando por un nivel intermedio en el que el tiempo se concibe algo del que eventualmente se dispone para poder obrar (tiempo-recurso: “tiempo de trabajo”). IV Jornadas Economía Feminista Página17 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) De este modo, se reconoce el tiempo como problema político: su definición y la configuración social de la ordenación temporal vigente se problematizan, poniendo de manifiesto las relaciones de poder sobre las que descansan, así como su carácter social, histórico y contextual. El tiempo se concibe, por tanto, como una construcción social sobre la que se puede intervenir para avanzar hacia el cambio social11. De esta propuestasurgen las políticas de tiempo12. Concretamente, me parece interesante desarrollar el potencial del tiempo como instrumento político en relación a tres aspectos principales: análisis y denuncia de las desigualdades, cuestionamiento de la dicotomía autonomía/dependencia, y propuestas para la transformación y el cambio social. La propuesta de ley ofrece la posibilidad para abordar estas tres dimensiones. En relación al primer aspecto, el tiempo sirve como instrumento para sacar a la luz relaciones de poder asimétrico y denunciartanto las desigualdades sociales estructurales, como situaciones específicas de subordinación y abuso, poniendo el foco de atención en los procesos de negociación y el poder de decisión sobre el propio tiempo. Desde esta perspectiva, se entiende que el poder no es estático ni unidireccional: desde una mirada diacrónica, por ejemplo, una misma persona puede tener mayor o menor margen de decisión según su momento vital y, a partir de un enfoque sincrónico, según el contexto en el que se encuentre. 11 La iniciativa logra un eco importante en la sociedad italiana y sirve como base de toda una línea de investigación e intervención relacionada con las políticas de tiempo.La propuesta se termina de redactar el 4 de Abril de 1990 y cinco días después, da comienzo la recogida de firmas para llevarlas ante el Congreso, llegando a presentarse 300.000 rubricas en octubre del mismo año. Pese a que se constituye como ley en su totalidad, sirve para impulsar normativas y experiencias interesantes tanto en Italia como en el conjunto de Europa. La que mayor repercusión ha tenido ha sido la aprobación de la Ley 53/00, conocida como Ley Turco, el 8 de Marzo de 2000. Dicha ley regula tres aspectos que se incluyen por primera vez en una misma normativa: bajas por maternidad y paternidad, bajas por derechos al cuidado y a la formación, y coordinación de los horarios dentro de las ciudades. Se ofrece una relación de leyes aprobadas en Italia en torno a las políticas de tiempo en el texto de Sandra Bonfiglioli (2008) y una reflexión sobre el potencial y alcance de la Ley Turco en el artículo de Emanuela Lombardo y María Sangiuliano (2008). 12 Se realiza un análisis más exhaustiva del desarrollo y alcance de las políticas de tiempo en Europa en: Sandra Bonfiglioli (2008 y 2009), Yean-IvesBoulin (2006), UlrichMückenberger (2007 y 2008), Teresa Torns (2004),Teresa Torns,VicentBorrás, Sara Moreno y Carolina Recío (2008) y MatxalenLegarreta, 2010a, 2010b y 2012, entre otros. IV Jornadas Economía Feminista Página18 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) Respecto al segundo aspecto, el tiempo sirve como instrumento para cuestionar la dicotomía autonomía/dependencia y poner en tela de juicio el mito de autonomía plena criticado por la economía feminista en torno a la imagen del homo economicus. Tomando como eje el tiempo encarnado se puede plantear la revisión de tales cuestiones apelando a una noción extensa e inclusiva de vulnerabilidad. Conforme al tercer aspecto, el tiemposirve como instrumento para el cambio social de cara a elaborar propuestas para avanzar hacia una organización social más justa y equitativa. Desde esta perspectiva, sale a la luz la dimensión preformativa del tiempo. El tiempo no sólo posee la capacidad de definir la realidad sino también de transformarla: nuevas formas de definir el tiempo y la organización temporal pueden ofrecer nuevas formas de entender la sociedad y vivir en ella. Como acabo de mencionar, considero que la propuesta de ley Le done cambianoil tempo se convierte en una herramienta útil y con un gran potencial para la economía feminista a la hora de manejar el tiempo como instrumento político pues, a través de ella, se pueden desarrollar los tres aspectos mencionados anteriormente: relaciones de poder y desigualdades, autonomía/dependencia y cambio social.Asimismo, encierra una capacidad que no ha sido suficientemente explorado por las políticas de tiempo, por lo que es una propuesta que todavía puede resulta muy fértil. Por un lado, la propuesta de ley promueve el reparto equitativo de todos los trabajos en la sociedad, partiendo de la relevancia de las actividades desarrolladas tradicionalmente de forma no remunerada por las mujeres en el entorno domésticofamiliar. Con ello, saca a la luz dichas ocupaciones, para darles la centralidad que se merecen en la vida social, económica y política, y dotarlos, de esta forma, de valor y reconocimiento social. Así, cuestiona la ordenación temporal fundamentada en la centralidad del trabajo retribuido que, reemplazando los ritmos circadianos, estructura el día de forma lineal y predecible en una secuencia dividida en tres momentos: ocho horas de trabajo, ocho horas de tiempo libre y ocho horas de descanso. Se apunta que dicha organización temporal invisibiliza la existencia de otros tiempos dedicados a la reproducción de la vida, al tiempo que crea y reproduce fuertes desigualdades entre IV Jornadas Economía Feminista Página19 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) mujeres y hombres. Paralelamente, se reivindica el autogobierno del tiempo como capacidad de todas las personas para decidir sobre el tiempo propio y se denuncia la existencia de una vida a tiempo único: desarrollada en torno al mercado para los varones y en torno a lo doméstico-familiar para las mujeres. Asimismo, tiene como finalidad dotar de voz propia a la parte de la población que está silenciada y que, en cuya representación, han mediado a menudo las mujeres: niñas y niños, población mayor, personas con diversidad funcional… Por otro lado, la propuesta de ley parte de una noción bidireccional de los cuidados: proclama que todas las personas tienen el derecho y la capacidad de prestar y recibir cuidados en todas las etapas de la vida. Así, rompe con la diferenciación entre una parte de la población que precisa cuidados y otra que los presta, al tiempo que se desvanece la idea de la autonomía plena. La noción de autosuficiencia pierde sentido y, como se afirma desde la economía feminista, se desvanece el mito del “trabajador champiñón” (Perez Orozco, Amaia y del Río, Sira; 2002 y Orozco, Amaia; 2010:137): aquel que brota cada mañana plenamente disponible para el mercado, sin necesidades de cuidado propias ni responsabilidades de cuidado ajenas, y desaparece una vez fuera de la empresa. Por último, la propuesta de ley emerge con la pretensión de avanzar hacia una nueva organización temporal más justa y equitativa entre géneros y generaciones, tanto en el entorno laboral y de participación social, como en el ámbito privado y en el doméstico-familiar. Por ello,resulta más interesante y novedosa que las políticas de conciliación(aunque sea anterior a ellas),puesto que estas últimasno ponen en tela de juicio la división sexual del trabajo, ni los roles tradicionales de género y, además, parten de una perspectiva que prioriza el mercado y dirige la intervención a la regulación de la jornada laboral. La propuesta de leycontempla una noción de tiempo que no se reduce a los horarios y parte de una definición del trabajo y de las relaciones humanas que no se reduce a lo productivo-mercantil. En este sentido, se une a las voces que evidencianque, hoy por hoy, la conciliación resulta “imposible” y solo caben los “permanentes malos arreglos” (Torns, Teresa; 2005), y que comparte la posición IV Jornadas Economía Feminista Página20 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) defendida por la economía feminista: no resulta viable conciliar dos lógicas con objetivos contrapuestos, la lógica del mercado y la lógica de la sostenibilidad de la vida. Como punta Cristina Carrasco, no es factible llegar un consenso o a una complementariedad entre ambas, se deben establecer prioridades y dar prioridad a la sostenibilidad de la vida supone, necesariamente, apostar por una nueva organización social (Carrasco, Cristina; 2003b). En la propuesta de ley se suscribe esta posición: “la conclusión se impone: hay que volver a barajar y establecer una nueva jerarquía de valores que comprenda criterios sobre qué es importante, qué es público (…), qué es lo que requiere tiempo. (…) Lo que se propone [en la propuesta de ley] no es imposible. Obliga, eso sí a reconocer que el tiempo dedicado a las ocupaciones domésticas es «tiempo social»” (Sección femenina nacional del PCI, 1989/1990 [la cursiva es mía]) Desde esta mirada, se puede también vislumbrar una relación interesante entre la propuesta italiana y la reivindicación del derecho a la “cuidadanía”, que resume la apuesta política por poner en el centro el cuidado de la vida como responsabilidad social y política, y no como proceso que ha de ser resuelto en los hogares, principalmente bajo la responsabilidad de las mujeres (Junco, Carolina; Pérez Orozco, Amaia y del Río, Sira; 2004; Pérez Orozco, Amaia; 2006b). 6. Conclusiones Con esta comunicación he pretendido empezar a esbozar una respuesta a una preocupación que lleva tiemporondándome: en los esfuerzos que se han realizado desde el feminismo para dar valor y dotar de reconocimiento al trabajo doméstico y los cuidados, como un ámbito de lucha pero también de estudio, no ha habido una intención clara, continuada y sistematizada de explorar (y, al mismo tiempo, explotar) el potencial del tiempo. Con este pequeño esfuerzo espero haber ofrecido algunos indicios que puedan resultar de utilidad para emprender una línea de trabajo en este sentido, partiendo de las premisas de poner la sostenibilidad de la vida en el centro. He intentado desarrollar mi propuesta en el marco de los debates más recientes en torno al trabajo doméstico y los cuidados. De este modo, principalmente he tratado de prestar atención a tres aspectos que me resultan claves: el equilibrio entre los IV Jornadas Economía Feminista Página21 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) aspectos materiales y no-materiales, la interrelación entre la perspectiva micro y macro, y el intento de superación del pensamiento dicotómico. Por un lado, he pretendido aunar en una misma propuesta diferentes niveles y líneas de investigación: las que ponen el acento en la medición para lograr mayor visibilización y las que apelan a la necesidad de dar cuenta también de las dimensiones no-materiales con el fin de conseguir un mejor entendimiento de las características particulares del trabajo doméstico y los cuidados. La propuesta apuesta por fortalecer un equilibrio entre ambas dimensiones de la vida cotidiana, subsistir y dar sentido a la existencia, ofreciendo la posibilidad de abordar unos aspectos y otros en un marco interpretativo más amplio, sin olvidar las interconexiones entre ambos. Por otro lado, he procurado desarrollar una reflexión que, si bien tiene como objetivo dar valor a lo cotidiano, a las esferas más esenciales de la vida, no descuida los procesos y las relaciones propias del ámbito macro-estructural.He apostado,así, por poner el énfasis en los procesos y las dinámicas del día a día, una mirada micro atentamente interrelacionada con el ámbito macro-estructural. Una forma de entender el mundo, la sociedad y la economía, que parte desde el plano más cercano y cotidiano de la vida humana, sin desatender por ello la existencia de las estructuras que posibilitan, a la par que condicionan y, a menudo, coartan, nuestros modos de pensar y actuar. Por último, he intentado no caer en planteamientos dicotómicos y ofrecer una propuesta que toma el aspecto de una terminal con diferentes ramificaciones y no tanto de un cruce de caminos en el que se ha de que elegir entre una dirección u otra. De esta forma, cada ruta que propongo está interrelacionada con las demás, componiendo un puzle en el que cada pieza toma valor por sí misma y en relación a las otras. Cuando se desarrollo una u otra línea de trabajo (tiempo como construcción social, tiempo como herramienta analítica o tiempo como instrumento político) no se trata, como apunta Barbara Adam, de aislar, sino de enfocar (Adam,Barbara; 1989). Espero que esta reflexión genere otras muchas. IV Jornadas Economía Feminista Página22 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) IV Jornadas Economía Feminista Página23 El tiempo como herramienta para la economía feminista. (Una propuesta a partir del estudio del trabajo doméstico y los cuidados) 7. Bibliografía ADAM, Barbara (1989) “Feminist social theory needs time. Reflections on the relation between feminist thought, social theory and time as an important parameter in social analysis”. SociologicalReview, 37 (3): 458-473. _ (1999) “Cuando el tiempo es dinero. Racionalidades de tiempo conflictivas y desafíos a la teoría y la práctica del trabajo”. Sociología del trabajo, Nueva Época, 37: 5-39. _ (2002) “The gendered time politics of globalization: of shadowlands and elusive justice”. Feminist Review, 70: 3-29. AGUSTÍN DE HIPONA (1986) Confesiones. Madrid: Biblioteca de autores cristianos de la Editorial Católica. ARANGO, Gabriela y MOLINIER,Pascale (comp.) El trabajo y la ética del cuidado. Medellín: La Carreta ARTIAGA, Alba (2009) “La producción política de la categoría de cuidados: voces de los movimientos feministas y marcos interpretativos de la Ley de Dependencia”. 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