UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU
EL SHINCAL DE
QUIMIVIL
EDITORES Y COMPILADORES
Rodolfo A. Raffino - Lidia Anahí Iácona - Reinaldo Andrés Moralejo - Diego Gobbo - María Guillermina Couso
Dirección Provincial de
Antropología
Provincia de Catamarca
UNA CAPITAL INKA
AL SUR DEL KOLLASUYU:
EL SHINCAL DE QUIMIVIL
Dirección Provincial de
Antropología
Provincia de Catamarca
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU:
EL SHINCAL DE QUIMIVIL
Editores: Rodolfo A. Raffino, Lidia Anahí Iácona, Reinaldo Andrés Moralejo, Diego Gobbo y María Guillermina Couso
Diseño gráfico: Mariano Masariche.
Fotos de tapa y contratapa: Joaquín Quiroga, Carlos Bruch y Adrián Giacchino.
Fundación de Historia Natural Félix de Azara
Departamento de Ciencias Naturales y Antropológicas
CEBBAD - Instituto Superior de Investigaciones - Universidad Maimónides
Hidalgo 775 P. 7º - Ciudad Autónoma de Buenos Aires
(54) 11-4905-1100 int. 1228 / www.fundacionazara.org.ar
Impreso en Argentina - 2015
Se ha hecho el depósito que marca la ley 11.723. No se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento,
el alquiler, la transmisión o la transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea
electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito del
editor. Su infracción está penada por las leyes 11.723 y 25.446.
El contenido de este libro es responsabilidad de sus autores
Una capital inka al sur del Kollasuyu : el Shincal de Quimivil /
Rodolfo A. Raino ... [et.al.]. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos
Aires : Fundación de Historia Natural Félix de Azara, 2015.
154 p. : il. ; 24x17 cm.
ISBN 978-987-3781-15-5
1. Arqueología. I. Raino, Rodolfo A.
CDD 930.1
Fecha de catalogación: 22/05/2015
UNA CAPITAL INKA
AL SUR DEL KOLLASUYU:
EL SHINCAL DE QUIMIVIL
EDITORES Y COMPILADORES
Rodolfo A. Raffino
Lidia Anahí Iácona
Reinaldo Andrés Moralejo
Diego Gobbo
María Guillermina Couso
Dirección Provincial de
Antropología
Provincia de Catamarca
SUMARIO
8
PRESENTACIóN
Adrián Giacchino, Lidia Anahí Iácona, Reinaldo Andrés Moralejo, Diego Gobbo, María Guillermina Couso
10
PRóLOgO
Rodolfo A. Raffino
23
DE LO ANALógICO A LO DIgITAL. LíNEA DE TIEMPO DE UN SITIO
ARQUEOLógICO
Diego Gobbo, Lidia Anahí Iácona y Darío Iturriza
41
EL PAISAjE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONóMICOS
Ian Farrington, Ricardo Moyano y Gustavo Díaz
63
LA ARQUEObOTáNICA DEL SITIO INKA “EL SHINCAL DE
QUIMIVIL” DURANTE LA úLTIMA DéCADA. INTERPRETACIóN
DE PRáCTICAS CULINARIAS DENTRO DE UN MARCO DE
COMENSALIDAD AMPLIADA
Aylen Capparelli
85
CARACTERIzACIóN CERáMICA DE DOS MOMENTOS DE
OCUPACIóN EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL
María Guillermina Couso, Julia Gianelli y María Agustina Ochoa
105
LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL
DE QUIMIVIL
Reinaldo Andrés Moralejo y Milagros Aventín Moretti
127
DE LA ANASTILOSIS AL PAISAjE CULTURAL. NUEVOS DESAFíOS
EN LA PATRIMONIALIzACIóN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL
Carlos Fernández Balboa, Gisela Analía Quaranta y Paula Espósito
143
“UN TUMI PARA EL SHINCAL DE QUIMIVIL”.
LOS MAPAS DEL ALMA Y DEL TIEMPO
C. Marta Laudani
PRESENTACIóN
n esta edición se presentan diversas
miradas sobre distintos aspectos del
sitio arqueológico El Shincal de Quimivil,
ubicado en la localidad de Londres, Departamento de Belén, Provincia de Catamarca.
Si bien en el año 2004 fue publicada una
obra sobre El Shincal de Quimivil que reunió todos los estudios realizados sobre el
mismo hasta ese momento, se hizo necesario, una década después y afrontando los
desafíos y responsabilidades que implican
la puesta en valor del sitio arqueológico,
ofrecer una suma de trabajos que aborden
diferentes temáticas arqueológicas, etnobotánicas y arqueoastronómicas, como así
también de índole museística, patrimonial
y turística.
Este volumen ha sido posible en virtud
de nuestra participación en el proyecto
integral de puesta en valor que se viene
desarrollando en el sitio arqueológico El
Shincal de Quimivil. Dicho proyecto abarca
diversos aspectos vinculados con la investigación, conservación y difusión del patrimonio cultural y es llevado a cabo por el
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, el Ministerio
de Turismo de la Nación, el Gobierno de la
provincia de Catamarca, la Municipalidad
de Londres y la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, con el asesoramiento
de investigadores del Museo de La Plata,
el CONICET y la Universidad Nacional de
Catamarca.
Instituciones y personas permitieron
concluir, con éxito, la primera etapa de este
proyecto que incluyó diversas tareas, tanto
en el sitio como en el museo y con la comunidad. Entre ellas podemos mencionar:
elaboración de un plan de manejo del sitio
arqueológico, renovación total de cartelería, redeinición de senderos, reparación
completa del alambrado perimetral, tratamiento de cárcavas generadas por la ero-
E
sión, presencia de un arqueólogo en el sitio;
ampliación y montaje integral del museo e
inventario de las piezas existentes, recuperación de piezas arqueológicas que fueron
históricamente resguardadas por miembros
de las comunidades vecinas; realización de
un documental, desarrollo y distribución
de material educativo y programa de visitas para las escuelas de la zona, organización de conferencias participativas con la
comunidad, y montaje de una exposición
en el predio de Tecnópolis (Villa Martelli,
partido de Vicente López, provincia de
Buenos Aires) que despertó mucho interés
en el público visitante. A todos ellos, nuestro mayor agradecimiento.
Deseamos agradecer, asimismo, a las personas que han colaborado con nosotros en la
etapa de evaluación de cada uno de los trabajos publicados en esta edición. Entre ellos:
Mgter. Beatriz Rodríguez Basulto (Fundación Historia Natural Félix de Azara – Universidad de Maimónides, Buenos Aires);
Dra. Gabriela C. Bertone (Proyecto Museo
de Ciencia y Tecnología – CONCYTEC,
Lima, Perú); Museóloga Patricia Elsa Ceci
(Universidad del Museo Social Argentino
– Directora de Exhibir); Dra. María Eugenia De Feo (CONICET – División de Arqueología, Museo de La Plata – Facultad
de Ciencias Naturales y Museo, UNLP);
Dr. Stanislaw Iwaniszewski (Escuela Nacional de Antropología e Historia – Instituto Nacional de Antropología e Historia,
Mexico, D.F.); Dra. Marina Sprovieri (CONICET – División de Arqueología, Museo
de La Plata – UBA); Lic. Christian F. Vitry
(Proyecto Qhapaq Ñan: Sistema Vial Andino, Ministerio de Cultura y Turismo de la
Provincia de Salta – Universidad Nacional
de Salta); y a la Lic. María Amelia Barreiro
(Dirección Provincial de Protección de los
Derechos Humanos, Secretaría de DDHH
de la Pcia. de Bs. As.) quien se ocupó de
revisar la versión en inglés de cada resumen.
El prólogo con que da inicio esta obra
tiene como objetivo resumir las trayectorias de investigación en El Shincal, realizadas y dirigidas por el Dr. Rodolfo A. Rafino durante casi tres décadas ininterrumpidas. Los restantes trabajos comparten la
referencia a un mismo sitio arqueológico.
En todos los casos, los autores son abso-
lutamente responsables de las grafías y los
contenidos vertidos en ellos.
En suma, esta publicación pretende
ofrecer, desde el particular abordaje de
antropólogos, arqueólogos, biólogos, museólogos y profesionales del turismo, una
actualización y perspectivas diversas de
un sitio arqueológico que ha sido considerado un Cusco del Kollasuyu: El Shincal de
Quimivil.
Adrián Giacchino
Lidia Anahí Iácona
Reinaldo Andrés Moralejo
Diego Gobbo
María Guillermina Couso
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
EL PAISAjE RITUAL EN
EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS
ARQUEOASTRONóMICOS.
Ian Farrington1, Ricardo Moyano2 y Gustavo Díaz 3
1
Visiting Fellow in Archaeology, School of Archaeology and Anthropology, ANU, Canberra, Australia; ian.farrington@anu.edu.au;
Becario Posdoctoral del Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, D.F., México; mundosubterraneo2@yahoo.es;
3
Estudiante de Arqueología, Facultad de Ciencias Naturales e IML, UNT,Tucumán, Argentina; el_maiten@hotmail.com
2
Resumen: Se analiza el concepto de paisaje ritual a partir del análisis astronómico del sitio El Shincal de
Quimivil, provincia de Catamarca, Argentina. Como hipótesis se plantea la utilización del ushnu y las
plataformas este y oeste en la zona de la gran plaza, para la observación del Sol y la Luna, en relación
a ejes arquitectónicos y marcadores naturales de horizonte. Los resultados señalan la importancia
de la orientación E-W y los momentos cercanos a los equinoccios, en el fenómeno conocido como
crossover, útil para el seguimiento y predicción de eclipses dentro del ciclo Metónico. Lo que puede ser
interpretado, como el manejo consciente, de parte de los incas y/o sus representantes, del entorno local
con ines rituales, políticos y calendáricos.
Palabras claves: Paisaje ritual; Inca; Observación del cielo; Mnemotecnia; Predicción de eclipses; El
Shincal
THE RITUAL LANDSCAPE OF EL SHINCAL DE QUIMIVIL. THE IMPORTANCE OF
ARCHAEOASTRONOMICAL STUDIES
Abstract: In this paper we analyze the concept of ritual landscape through an analysis of El Shincal de
Quimivil in the Province of Catamarca, Argentina. We pose the hypothesis that the ushnu platform and
the hills to the east and west of the plaza were for the observation of the sun and moon in relation to the
architectural and natural features of the horizon. The results indicate the importance of the E-W axis and
of the time close to the equinoxes with the phenomenon known as the ‘crossover’, which is useful for the
prediction of eclipses within the Metonic cycle. This is interpreted as deliberate actions and observations
by the Incas and/or their local representatives to organize the ceremonies, politics and calendar for El
Shincal.
Keywords: Ritual landscape; Inca; Observation of the sky; Memory aids; Eclipse prediction; El Shincal
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
41
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
INTRODUCCIóN
El paisaje se deine –desde una epistemología occidental– vulgarmente como el
terreno o espacio, observado desde un lugar, resultado de distintas variables de tipo
físico, social o simbólica, en constante interacción con el hombre, el cual además de
deinirlo, lo transforma y le da sentido en
forma constante. Según la UNESCO (1992),
el paisaje –en su acepción de paisaje cultural– se deine como el conjunto de obras
combinadas de la naturaleza y el ser humano, que ilustran la evolución de las sociedades humanas, bajo las condiciones naturales
del medio y que son resultado de las condiciones sociales, económicas y culturales de
cada momento histórico1.
Por otro lado, en las ciencias sociales y
en particular la arqueología existen variados esfuerzos para deinir el rol del paisaje
(espacio) en las relaciones y procesos sociales. El cual, es ante todo nunca un telón de
fondo para las actividades humanas, sino
una dimensión activa más de las mismas,
que conigura y da sentido a la vida social.
Transformándola ya sea, a través de la experiencia y los sentidos, conigurando historias y memorias que a la larga, no sólo son
el resultado de las actividades humanas,
sino también parte de este mismo paisaje
(Iwaniszewski, 2007; Acuto, 2012; Jacob et
al., 2013).
En esta línea de trabajo, el paisaje ritual
se podría entender como un paisaje culturalmente transformado a través de la historia, un
lugar que conectaba los centros políticos,
caracterizados por la existencia de templos
y adoratorios que resaltaban los fenómenos
naturales, particularmente relacionados con
el culto a los cerros, las rocas, las cavernas,
los cuerpos de agua, entre otros, así como
los fenómenos atmosféricos y las observaciones astronómicas, cuya función era ante
todo política, sincrética e integradora entre
un Estado, en este caso el Inca, y los grupos
conquistados (siguiendo ideas de Broda,
2001).
Una visión similar, pudiera ser aplicada en los Andes, salvando las distancias,
en relación a la necesidad de los incas por
incluir las huacas locales, e.g. cerros y volcanes nevados, dentro de la política expansiva en la zona conocida como Collasuyu,
incorporando conceptos de la ideología
local, a través de las prácticas religiosas del
Estado, ligadas con aspectos tangibles de
la naturaleza y relacionadas con entidades
sagradas, también conceptualizadas como
lugares míticos de origen y/o morada de
los ancestros (Leibowicz et al., 2014).
Esta forma de comprender y apropiarse
del mundo, se trasladó también al cielo e
incluyó la observación, registro y sacralización de los ciclos del Sol, la Luna, algunos planetas y estrellas, además de zonas
oscuras de la Vía Láctea y fenómenos meteorológicos, tal como testiica la imagen de
Pachacuti (1993 [1613]), del templo del Sol
o koricancha en Cusco, donde se observan
divisiones (en los ejes vertical y horizontal) de jerarquía y género, asociados a elementos del cielo, la tierra y el inframundo,
dentro de un cosmograma con inluencias
cristianas.
Aquí, la astronomía cultural corresponde al estudio de la relación que establece el
ser humano con el cielo, en el contexto de
procesos culturales, mecanismos de conceptualización y representación, que dan
origen a cuerpos de ideas sobre los fenómenos celestes. Es decir, los distintos procesos
culturales o mecanismos especíicos de conceptualización y representación de fenómenos astronómicos, así como el conjunto de
ideas y artefactos que resultan de la misma.
En el caso del estudio del pasado, se deine
como arqueoastronomía o interdisciplina
que combina el análisis cuantitativo de la
astronomía, con el enfoque descriptivo de
las ciencias sociales y humanidades, cuyo
in es estudiar los sistemas astronómicos
http://whc.unesco.org/en/culturallandscape/
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EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
de los grupos humanos del pasado (Aveni,
2005; Iwaniszewski, 2011; entre otros).
Los incas, dentro de su expansión sociopolítica, económica y religiosa, alcanzan los
territorios de la actual provincia de Catamarca con fechas cercanas al año 1470 DC,
o inclusive un poco antes, construyendo
y/o mejorando campos de cultivo, caminos,
tambos, adoratorios y centros administrativos, destacando el sitio El Shincal, uno de
los enclaves más importantes del noroeste
de Argentina, ubicado en la serranía homónima, entre los ríos Quimivil y el Hondo (27° 41’ 11,4’’ S; 67° 10’ 42,9’’ W; 1356
msnm) (véase Figura 2 en el artículo de
Moralejo y Aventin Moreti de esta obra).
Por la evidencia arquitectónica, material
y paisajística, el sitio El Shincal correspondería a una capital provincial o huamani
Inca, tiene una supericie que supera las
30 ha, dentro de la cual se destacan –del
centenar de estructuras– una gran plaza o
haukaypata, circunscrita por dos plataformas naturales aterrazadas al este y oeste,
una plataforma ushnu en el centro, cinco
grandes galpones o kallankas, un sinchihuasi, algunas kanchas y collcas (Raino, 1981,
2004; Raino et al., 1997) (Figura 1).
De acuerdo con los trabajos de Farrington (citado por Raino, 2004: 24-29), en
relación a la astronomía, tanto las plataformas este y oeste, así como el ushnu, seguramente fueron utilizados para ceremonias
dedicadas al Sol y otros elementos del cielo. Ideas que no resultan ajenas, si comparamos con otros contextos incaicos donde
se buscó, a través de la arquitectura y el uso
del paisaje, replicar los elementos sagrados
de la geografía y la observación del cielo
del Cusco (Hyslop, 1985).
Trabajos recientes, incluso planteaban la
posibilidad de que la ubicación geográica
del sitio, cercana a los 28° de latitud sur,
permitiera a los incas y/o sus representantes seguir el movimiento de la Luna en su
declinación mayor al sur. No obstante que
la evidencia, a la fecha, de cuenta más bien
de orientaciones y marcadores de horizon-
te para la parada menor de la Luna y los
momentos cercanos a los equinoccios o
crossover (Ianiszewski, 2010; Moyano, 2013;
Moyano et al., 2014).
Como hipótesis de trabajo, se plantea la
posibilidad de que los incas fueran conscientes del ciclo Metónico (19 años ó 235
lunaciones), que en referencia al año solar
de 365 días, permite seguir el ciclo de eclipses, gracias a los movimientos del Sol y la
Luna. Este fenómeno intersticial, quizás fue
conceptualizado como un momento fatídico dentro de la vida de los incas, el cual era
necesario evitar o al menos, conocer su recurrencia, para evitar la ruptura y desorganización y ruptura del espacio-tiempo.
La evidencia arqueoastronómica no sólo
apunta en esta línea, sino también complementa la noción de paisaje sagrado que quizás manejaron los antiguos observadores
del cielo en El Shincal y que les llevo, no sólo
a manejar los aspectos del calendario (siempre en relación a fenómenos astronómicos
concretos), sino también a conceptualizar
de una manera viva –a manera de animismo– al paisaje, entendido como relación.
EL PAISAjE INCA
Los incas percibieron en su paisaje, con
epicentro en la ciudad del Cusco, un conjunto de elementos que recordaban sus orígenes y la historia de sus ancestros. Donde
los cerros, valles, rocas, cuevas, ríos, manantiales y otros rasgos de la naturaleza, se
hicieron como medios mnemotécnicos en la
narración y rememoración de sus mitos de
origen, dioses y ancestros. En tal aspecto, el
paisaje para los incas incluyó tanto a la tierra, como al cielo, éste último reiriendo al
día y a la noche, los movimientos del Sol, la
Luna, estrellas y constelaciones, formando
parte importante de los calendarios agrícolas y rituales, en particular los puntos extremos de sus salidas y puestas en el horizonte
(Farrington, 2013: 294-358).
La importancia de ritos y ceremonias den-
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
43
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
Figura 1. Detalle en perspectiva de El Shincal.
tro y fuera del Cusco, tuvo su centro en el
Templo del Sol o korikancha, así como en plazas públicas como la haukaypata y el complejo ushnu. Korikancha fue también el centro de sistema ceque o conjunto de 41 líneas
proyectadas en el paisaje que organizó un
grupo de 328 huacas, conformado por elementos naturales y/o modiicados culturalmente por los incas debido a su connotación
sagrada, ubicados desde el centro del Cusco
hasta los límites de la cuenca del Watanay.
Los nombres de estas huacas no sólo se repitieron dentro de la cuenca, sino también
fueron exportados (a manera de topónimos)
hasta los territorios conquistados e incorporados por el imperio, haciendo estos paisajes más familiares e incas.
Entre las muchas prácticas rituales de los
incas destaca la qhapaq hucha, ceremonia
practicada por primera vez al frente de la
estatua dorada que simbolizaba al Sol, durante la inauguración de korikancha. Luego y
para incorporar al pueblo del Cusco, esta ceremonia fue repetida al frente de una piedra
–en forma de un pan de azúcar cubierta de
oro y que simbolizaba al Sol y un pozo de
ofrendas– en la plaza haukaypata, un ushnu.
Esta ceremonia se entendía como la vinculación entre Cusco y sus provincias, gracias
a la construcción de complejos ushnu y enclaves con características similares al Cusco,
llamadas Nuevos Cuzcos. Estos sitios fueron
elegidos por su paisaje familiar, incorporando a su toponimia los nuevos conceptos traídos desde el Cusco (Farrington, 1998, 1999,
2013).
Estas ciudades no eran copias exactas del
Cusco pero cada uno era una imagen conceptual que tenía los elementos más importantes de su arquitectura y topografía, para
ser una copia de la capital. Aún cuando el
Cusco no fue planiicado con un trazado cardinal (N, S, E y W), un detalle importante es
el descubrimiento de cuatro cerros sagrados,
44
ubicados entre 20 y 50 km de la capital,
que coinciden con los puntos cardinales
(Farrington, 2013: 339-342). Idea que al
parecer se trasladó a la construcción de
ciertos ediicios en otras partes del Tawantinsuyu, como son los ejemplos de los ushnus de Vilkaswaman y Huánuco Pampa,
la plaza de Huánuco Pampa, así como el
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
lado oriental de la plaza de Pumpu, en Perú
(Matos, 1994).
La fundación del sitio El Shincal, a una distancia de 1500 km al sur del Cusco, como un
centro administrativo y político importante,
concuerda con la práctica referida a la fundación de estos Nuevos Cuzcos, no obstante
la falta de topónimos y elementos del paisa-
je que puedan referir al centro del imperio
(Farrington, 1999; 2013: 351-358).
El Shincal era un gran centro provincial.
Fue construido en un gran cono aluvial entre dos ríos, el Quimivil al oeste y el Hondo al este, a una altura de 1350 msnm. Está
ubicado en la zona de monte espinoso,
dominado por Prosopis lexuosa (algarrobo)
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
45
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
y Geofroea discorticans (chañar) y un sotobosque de arbustos, como Mimosa farinosa
(shinki). Los terrenos del abanico estaban
regados y eran productivos; la extensión
sigue hasta el Salar de Pipanaco; y hay algunos cerritos bajos y aloramientos rocosos.
Al norte del sitio está el cerro El Shincal,
mientras los horizontes oriental (Sierra de
Belén) y occidental (Sierra de Zapata) están
lejos pero los dos tienen periles accidentados con altos cerros y valles (Figura 2).
Los incas eligieron este lugar –por la ciudad– que les permitió domesticar los alrededores como un Nuevo Cuzco. Aunque tiene
la plaza y el ushnu más grande del Collasuyu, de 175 y 16 m (108.5 y 10 rikra) de lado,
respectivamente, se encierra por cerritos
empinados y aterrazados en los lados este y
oeste, de aproximadamente 25 m de altura
sobre la plaza. Estos reciben el nombre de:
Cerro Aterrazado Oriental y Cerro Aterrazado Occidental. El resto del conjunto se com-
Figura 2. El paisaje ritual de El Shincal (CAO= Cerro Aterrazado Occidental; CAE= Cerro Aterrazado Oriental)
46
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
pleta con unas kallankas y RPCs en la plaza
y otras clases de estructuras, como ediicios
rectangulares, además de un conjunto de 30
collcas en las faldas alrededor, de la plaza
principal.
La plaza principal o haukaypata está orientada más o menos a los puntos cardinales,
tiene forma cuadrada y tiene en su centro
una plataforma ushnu, orientada al oeste (su
escalinata) a unos 265° (magnético)2. Este
lugar habría sido el foco de las ceremonias
incas, como la qhapaq hucha, conirmado por
las excavaciones y análisis ya realizados (Raino et al., 1997). Estos trabajos dan cuenta
de un pavimento o qocha y restos humanos,
objetos de bronce, cuentas de concha, huesos de animales, astas de ciervos, conchas
marinas, restos de comida y el cuello de
un maka. Este material es típico también en
otras excavaciones realizadas en ushnus en
el Tawantinsuyu3. Según los estudios comparativos y etnohistóricos, se asume que en
el lugar hubiera estado también una imagen
del Sol a manera de una piedra vertical, debido a las buenas vistas de los horizontes
este y oeste, ideal para las observaciones astronómicas descritas en este artículo.
El trazado cardinal alrededor del ushnu
se acentúa por algunos rasgos importantes.
A los lados este y oeste de la plaza se encuentran los Cerros Aterrazados Oriental y
Occidental. Este eje marca las salidas y las
puestas del Sol en los equinoccios. Se puede
subir el Cerro Aterrazado Oriental por una
calle y escalera recta, entrando a la cima por
los restos de una puerta. En el lugar hay
una estructura rectangular en lado sur que
posiblemente fue un templo del Sol. El Cerro Aterrazado Occidental es más irregular
en forma. Se puede subir por una escalera
que está cerca de la Kancha II en el otro
lado del cerro. No hay ningún ediicio en la
cima pero en el norte hay un aloramiento
de granito que tiene dos grandes isuras y
tres morteros o tacitas; de 20 cm de diámetro y 20 cm de profundidad, con funciones
aparentemente ceremoniales relacionadas
con la acumulación de agua durante la estación húmeda en la cima del cerro, como
una paqcha. Para el caso del Cusco, existen
antecedentes de ofrendas a la pachamama
realizadas en la isura de una roca.
En su análisis de las piedras tacitas Giovanneti (2009), conirmaba que estas cúpulas no tienen características de molienda,
sino ritual. Como también ocurre en otros
sitios del Collasuyu, tales como Chena en
Chile central y Samaipata en Bolivia, y que
al igual que en el Cusco pudieron tener funciones rituales destinadas al culto a la Pachamama. O también la deposición de ofrendas,
la erección de un mástil o cuando esta lleno
de agua, también para observar el cielo.
Al norte de la plaza y al este del Qhapaq
Ñan, a 468 m del ushnu, hay una roca (tipo
gnomon) tallada y redonda sobre una laja
de granito rojo de 1,7 por 0,85 m, aproximadamente 21 cm de altura y 30 cm de diámetro, al cual se accede a través de una escalera tallada en la roca madre. Desconocemos
la función del mismo, pero se podría asumir
una función similar a otros monumentos
hallados en contextos incas, relacionados
con el ritual y la observación astronómica.
De acuerdo con los datos manejados, no
existen otros ejemplos de este tipo al sur del
Copacabana, en Bolivia.
Desde la plataforma del ushnu, hay vistas
amplias al sur hasta el Salar de Pipanaco. A
una distancia de 1,5 km y al sur cardinal,
hay unas colinas, que se llaman Cerro de la
Cruz o Loma Larga. Ambas tienen cumbres
niveladas y cercadas por un muro de contención, con restos de estructuras y cerámica Belén. También hay una cúpula sobre un
aloramiento rocoso, que nunca fue usado
por molienda; con funciones posiblemente
rituales (Giovanneti, 2009: 548-549, 751).
2
Declinación magnética de 0,83° W, con respecto a la lectura realizada el 19 de junio de 1995, http://www.ngdc.noaa.gov/geomag-web/.
Un dato curioso es la presencia de un gasterópodo venenoso, Conus ximenes, de la costa del Pacífico. No sabemos el papel que jugó esta concha en
las ceremonias sobre la plataforma.
3
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
47
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
Al pie de Cerro de la Cruz en el lado suroeste, hay una cueva o abrigo, lo que es llamado por la gente local, la salamanca. Esta
corresponde a una formación natural de 6 m
de ancho y 12 m de profundidad, en cuyo
fondo existe una chimenea vertical a través
de la cual corre el viento. Según la tradición
local, este lugar es tabú, ya que nadie puede
ir hasta allá sin sufrir consecuencias fatídicas. Se asume que éste es una chingana, un
lugar donde puede entrar la Pachamama, o
el inierno. La ubicación cardinal, las modiicaciones en las cumbres, las estructuras,
cúpula y la caverna misma son una reminiscencia de Poma Urqo; la colina con la cueva
de origen de los incas, llamado Tambo Toqo,
que está a 21 km al sur del Cusco.
En el sureste, a 710 m hay una colina piramidal, Cerro Divisadero, que tiene una altura 46 m encima de la plaza. En la cumbre
hay una tacita simple de 20 cm de diámetro
y unos 25 cm de profundidad, tallada en una
laja de granito. Este no está alisado y pulido
como los morteros y está en forma cónica,
razón por la cual pudo ser también otro
adoratorio. Además, hay otros tres sitios
arqueológicos cercanos, que son posiblemente algo como huacas. Al norte hay una
kancha amurallada llamada Kancha Piedra
Hincada (Moralejo, 2011, 2013). Comprende
una kallanka de 16,3 m (10 rikra) por 3,5 m
(2 rikra) de longitud, con dos vanos y otro
ediicio, los dos al lado oeste de un patio. En
el patio hay un bloque de granito de forma
trapezoidal de color negro de 85 por 56 cm
y 54 cm de altura, y de donde tiene una buena vista al horizonte sureste. Posiblemente
este era una piedra de un complejo ushnu
secundario.
Otro sitio es una cumbre aplanada de una
colina baja que esta ubicado a unos 230 m
al suroeste (242°) de la plaza. Encima hay
dos ediicios idénticos (4,02 m o 2,5 rikra
cuadrado) en los extremos opuestos norte y
sur del espacio aplanado (cuya supericie es
de 10,75 por 7,45 m) con dos escaleras que
suben en el centro de los lados este y oeste. Este patrón de kancha se puede ver en el
48
Cusco donde posiblemente es una clase de
templo u otro lugar sagrado.
El tercer sitio fue analizado por Salceda
y Raino (2004); es una tumba de bota o
shaft tomb excavada en la década de 1920.
Se ubicaba a unos 350 m al oeste de la Casa
del Kuraka. Contenía los restos óseos de un
adulto masculino, 45-50 años, con cráneo
deformado tabular erecto. Estaba asociado
con un ajuar con objetos de cerámica exótica, una maka (aríbalo) Inca Provincial y un
puko Yavi o Chicha negro. La importancia de
este entierro fue la clase de tumba con ajuar
extranjero. En el Cusco hubo una tumba de
bota dentro la ciudadela Hatunkancha donde sepultaron una reina Inca; era una huaca
importante (Polo de Ondegardo, 1916: 111
[1571], en Zuidema, 1977).
Estos datos dan pie para pensar en la existencia de un conjunto de huacas en las cercanías de El Shincal: los Cerros Aterrazados
Oriental y Occidental, y las faldas del cerro
El Shincal al norte, delimitaron un microcosmos cultural centrado en la plataforma del
ushnu, el axis mundi. La plataforma del ushnu
y la plaza articularon un paisaje sagrado que
estaba compuesto por los elementos naturales y los lugares construidos o marcados por
los incas; como ediicios, muros, cavernas,
andenes, escaleras, cúpulas, cementerios,
gnomon, etc. En particular, la cueva que canta y aúlla que está cardinalmente al sur del
ushnu habría sido un recordatorio constante
del mito de los orígenes de los incas cuando
sus ancestros surgieron de la cueva de Tambo Toqo, a manera de un paisaje lleno de signiicados y lugares sagrados, dentro de este
Nuevo Cuzco.
LOS CICLOS LUNARES
Desde tiempos remotos los seres humanos
–en distintas partes del planeta– han dedicado tiempo y esfuerzos a observar y registrar
los ciclos de la Luna, en particular su ciclo
de fases o sinódico (29,5 días). Ello permitía relacionar distintos momentos del año
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
y cambios estacionales, e.g. los periodos de
siembra y cosecha, el frío, el calor, las lluvias
o la temporada de secas, con actividades humanas concretas como son los intercambios
y las alianzas matrimoniales, la entronización de algún monarca, los ritos de fertilidad
y/o los distintos tipos de tabúes y practicas
vinculadas con la caza, la pesca y la recolección, entre otras.
En lo que reiere al registro de los ciclos
lunares, existen antecedentes en el arte rupestre, la orientación de tumbas y centros ceremoniales, al menos desde el 29000 AC para
el Paleolítico Superior europeo. Mientras
que para la zona andina, si bien existen datos, iconografía y posiblemente calendarios
para la costa del Perú, previos a la aparición
de los incas, se sabe con seguridad –a partir
de las crónicas y la etnografía– que la Luna
recibe el nombre de Quilla (palabra que signiica también mes en quechua), que era conceptualizada como la pareja del Sol o Inti y
que estaba íntimamente relacionada con los
aspectos femeninos del cosmos, entre ellos
los ciclos de fertilidad, los cuerpos de agua y
el culto a la Pachamama (Moyano, 2013).
Astronómicamente, el ciclo sinódico o de
fases inicia después de 3 días de invisibilidad
(promedio), con una delgada creciente al poniente justo tras la puesta del Sol (Figura 3).
Con el correr del mes, la Luna irá aumentando de tamaño y avanzará un promedio de
13° por noche, hasta alcanzar la fase de primer cuarto el día séptimo, coincidiendo con
su mayor altura en el meridiano con respecto al Sol. Entre los días 14 y 15 la Luna llega
Figura 3. Ciclo sinódico de la Luna
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
49
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
a fase llena o plenilunio, justo al momento
de la puesta de Sol a distancia de 180°. Tras
lo cual, mengua (Luna decreciente), siendo
visible durante la noche o inclusive en el día,
tras lo cual desaparece e inicia nuevamente
su ciclo (Aveni, 2005).
Al respecto, el Inca Garcilaso de la Vega
señala: “Contaron los meses por lunas, de una
luna nueva a otra, y así llaman al mes quilla,
también como la luna. Dieron su nombre a cada
mes; contaron los medios meses por la creciente
y menguante de ella; contaron las semanas por
los cuartos, aunque no tuvieron nombre para los
días de la semana” (Garcilaso de la Vega, 1984:
85, libro II, XXII [1609]).
Para el caso Inca, existen también referencias del uso de cuentas lunares siderales.
Este ciclo corresponde al lapso necesario,
igual a 27,3 días, para que la Luna regrese
–independiente de la fase– al mismo sector
del cielo. Este sistema de cuenta –también
fraccionaria– posiblemente estuvo relacionado con el sistema ceque o grupo de 41 líneas imaginarias, que tenían como centro el
templo del korikancha en Cusco, destinadas
a organizar las relaciones políticas, administrativas y religiosas, a partir de la existencia
de 328 lugares sagrados o huacas (Zuidema,
1995 [1964]).
El número 328 corresponde a la cuenta
de 12 meses lunares siderales (12 por 27,3
= 327,6), que en factores de 8 y 41, corresponderían a su vez al valor promedio de
una semana y al número total de ceques, respectivamente. Si se toma como referencia el
año solar, igual a 365 días, los 37 restantes,
corresponden al periodo de tiempo –promedio– en que no es visible la constelación de
Las Pléyades o cabrillas, entre el 3 de mayo y
el 9 de junio, periodo de vital importancia
para las ceremonias y ciclos agrícolas en la
zona del Cusco (Zuidema, 2011).
Resultado de la diferencia que existe entre
la órbita de la Luna con respecto a la eclíptica, igual a 5° 09’ en promedio, origina que
la Luna alcance puntos extremos –en el horizonte– más allá de los solsticios dentro de
cada ciclo sinódico. Este fenómeno, sumado
a una pequeña oscilación con un periodo de
173,31 días (medio año de eclipses), resulta
en lo que se conoce como ciclo de regresión
de los nodos, igual a 18,61 años. Razón por
la cual la Luna no tendrá dos, sino cuatro
lunisticios o paradas con valores de declinación de ± 28,5° para la parada mayor y de
± 18,5° para la parada menor, cada 18 y 19
años aproximadamente (Aveni, 2005) (Figura 4)4.
Las paradas mayores y menores, por un
tema practico son más fáciles de observar en
Luna llena, no obstante ocurrir de preferencia en fase de primer y tercer cuarto (mayor
elongación con respecto al Sol), cada 235
lunaciones o 19 años, igual a un Metónico
(Moyano, 2013). Para la zona andina, este
fenómeno se ha deinido como la Luna llena
supertropical y correspondería al momento
del año cuando la Luna alcanza latitudes al
sur del trópico de Capricornio, con valores
de declinación cercanos a los -28,5°, alrededor de los meses del solsticio de junio (Ianiszewski, 2010: 147).
La naturaleza fraccionaría del ciclo sinódico impide que este tipo de cuenta corra a la
par con el año asolar, de 365 ó 366 días, siendo 11 ó 12 días más corto, con una cuenta de
354 días lo que equivale a 12 meses lunares.
“…porque contaron los meses por lunas, como
luego diremos, y no por días, y aunque dieron a
cada año doce lunas, como el año solar exceda
al año lunar común de once días, no sabiendo
ajustar el un año con el otro, tenían cuenta con
el movimiento del Sol por los solsticios, para
ajustar el año y contarlo, y no con las lunas”
(Garcilaso de la Vega, 1984: 84, libro II, XXII
[1609]). Garcilaso de la Vega –sólo por citar
un caso– es hábil en identiicar la importancia de la Luna para el manejo del mes,
sin embargo y a nuestro parecer de manera
errónea, acentúa el carácter solar del calen-
4
Es decir, después de observar la parada mayor de la luna llena 19 años después de la primera, es probable que la tercera parada mayor se verá tan solo
18 años después de la segunda, creando las series de 19-18-19-18-19-19-18-19-18… años, etc. (Stanislaw Iwaniszewski, com. pers. 2014).
50
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
Figura 4. Fenómeno de paradas
menores y mayores de la Luna
dario asumiendo la diicultad en el manejo
de números fraccionarios, entre una cuenta
lunar sinódica y otra solar, que como veremos se supera a partir del manejo de meses
en periodos cercanos a 3, 18 y 19 años.
Como resultado a este desfase y en distintas partes del mundo ha existido la necesidad de intercalar una 13va Luna cada
2,71 ó 3 años, e.g. en el caso de los grupos
indígenas del suroeste del EE.UU. (McCluskey, 1986). En el caso Inca, se asume que
este mecanismo pudo aplicarse ya sea cerca de los equinoccios o los solsticios. En el
último caso, vinculado con el fenómeno del
crossover o equinoccio megalítico, que corresponde a la posición promedio que tiene
la Luna llena, en el caso del hemisferio sur
al norte del este astronómico, en fecha cercana al equinoccio de primavera (septiembre) cuando se celebraba la iesta de la Citua
Quilla Raymi en el Cusco (siguiendo ideas
de Silva y Pimenta, 2012).
La iesta de la Citua (Situa), mencionada
por Garcilaso de la Vega es mencionada en
otros documentos coloniales de los siglos
XVI y XVII, e.g. Juan de Betanzos (1987
[1551]), Cristóbal de Molina (2008 [15741575]) y Guamán Poma de Ayala (2008
[1615]), se celebraba generalmente en septiembre, después del mes de la siembra y
al inicio de la época de lluvias (agosto) en
la ciudad del Cusco (véase Monteverde,
2011).
“Dízese este mes Coya Raymi por la gran iesta de la luna. Es coya y señora del sol; que quiere
decir coya, rreyna, raymi, gran iesta y pascua,
porque de todas las planetas y estrellas del cielo
es rreyna, coya, la luna y señora del sol.
(…) Y en este mes mandó los Yngas echar enfermedades de los pueblos y las pistelencias de
todo el rreyno. Los hombres, armados como ci
fuera la guerra a pelear, tiran con hondas de fue-
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
51
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
go, diziendo ʽ¡Salí, enfermedades y pistelencias
de entre la yente y deste pueblo! ¡Déjanos!ʼ con
una bos alta. Y en esto rrucían todas las casas y
calles; lo rriegan con agua y lo limpian. Esto se
hazía en todo el rreyno y otras muchas serimonias para echar taqui oncoc [el que enferma con
el baile] y sara oncuy [la enfermedad del maíz],
pucyo oncuy [la del manantial], pacha panta [la
del horizonte], chirapa uncuy [la de la lluvia con
el sol], pacha maca [abrazo de la tierra], acapana
[celajes], ayapcha oncoycona [enfermedades debidas a cadáveres]” (Guamán Poma de Ayala,
1980: 227, primer tomo [1615] énfasis en el
original).
El crossover del mes de septiembre bien
pudo ser relevante para los incas, tal como
atestiguan distintas orientaciones en la arquitectura y el urbanismo de contextos arqueológicos y coloniales del Collasuyu ubicados en
la zona de los Nevados de Cachi, las cumbres
Calchaquíes y la cuenca de Santiago de Chile, entre otros. Permitiendo, también seguir
y predecir eclipses –entendido como un momento fatídico en la sociedad Inca– cada ciclo
de Saros, igual a 18,03 años, es decir, 12 meses
lunares sinódicos más cortos que un Metónico. Tres ciclos Saros, son igual a 54 años y 34
días, periodo necesario para que se repita el
mismo eclipse en la misma parte de la Tierra,
dentro de un periodo conocido como Exeligmos (Moyano, 2013).
Al respecto, el padre Bernabé Cobo indica:
“Acerca del eclipse tenían tantas boberías como
del sol; decían, cuando se eclipsaba, que un león
o serpiente la embestía para despedazarla; y por
esto, cuando comenzaba eclipsarse, daban grandes voces y gritos y azotaban los perros para que
ladrasen y aullasen” (Cobo 1964:158-159, en
Ziólkowski y Lebeuf 1993:299). El mismo
cronista agrega: “Ponianse los varones a punto
de guerra, tanendo sus bocinas, tocando atambores y dando grandes alaridos, tiraban lechas y varas hacia la luna y hacían grandes ademanes con
lanzas, como si hubiesen de herir al león y sierpe;
porque decían que desta manera los asombraban y
ponían espanto para que no despedazasen la luna
(…) Lo cual hacían, porque tenían aprehendido
que si el león y sierpe hiciese su efecto, quedarían
en oscuridad y tinieblas” (Cobo 1964: 158-159,
en Ziólkowski y Lebeuf 1993: 299).
Esta referencia no hace más que conirmar
la condición negativa del eclipse en los Andes prehispánicos, idea que es coherente con
los sistemas de creencias actuales en zonas
rurales, donde este fenómeno astronómico
es –generalmente– temido, evitado y pocas
veces comprendido.
INSTRUMENTOS Y
ObSERVACIONES
ASTRONóMICAS
La observación del cielo, además de su
dimensión material, tiene ante todo una dimensión cognitiva y simbólica, pues representa una manera de conceptualizar el mundo o cosmovisión, a través de los fenómenos
astronómicos que se generan, reproducen y
representan en contextos históricos y sociales
bien deinidos (Broda, 2012). Aquí destacan
dos conceptos centrales dentro de la teoría
del paisaje y el entorno en arqueoastronomía: instrumento y percepción.
El instrumento se deine como la utilización del cuerpo humano, en conjunto con
elementos naturales y/o construidos, e.g. cerros, cavernas, rocas, arquitectura, pilares,
paneles de arte rupestre, entre otros, manipulados y/o transformados culturalmente
para marcar fenómenos de horizonte y cenit5.
Y la percepción, como la función psíquica
que permite, a través del uso de los sentidos,
aprender, elaborar e interpretar los estímulos
provenientes del entorno físico, social y simbólico (Moyano, 2011, 2015).
La relación entre instrumento y percepción,
tiene su analogía en los sistemas modernos
5
En la primera categoría entran la salida y puesta de estrellas y planetas, salida y puesta del Sol (solsticios y equinoccios), salida y puesta de la Luna
(detenciones mayores y menores). En la segunda caben las observaciones de los meses sidéreos y sinódicos de la Luna, pasos del Sol por el cenit,
eclipses, cometas y la Vía Láctea.
52
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
de medición, deinida por Bustamante y Moyano (2009), a través de los siguientes componentes:
• Componentes ijos: elementos del paisaje
y obras humanas que permiten observar el
tránsito de objetos del cielo; obras rupestres, construcciones, centros y gnomon.
• Componentes móviles: objetos estelares
que presentan movimientos aparentes y
cíclicos, por tanto predecibles; Sol, Luna,
planetas, estrellas y Vía Láctea.
• Componentes variables: aquellos que podrían explicarse como consecuencia de las
variaciones de los componentes móviles
en relación con los componentes ijos; día
y noche, estaciones del año, variabilidad
biológica y atmosférica, fenómenos meteorológicos y otros.
Los dispositivos modernos, por mucho
que amplíen nuestra visión y percepción del
cosmos, también alteran la interpretación del
mismo. Sin embargo, reconstruir un sistema
astronómico del pasado, a través del estudio
de un calendario, requiere del conocimiento
de la geometría celeste y el sistema de coordenadas, que constituyen el lenguaje básico
de la astronomía posicional.
En este trabajo la metodología incluyó la
observación y registro in situ del solsticio de
diciembre de 2012, desde el ushnu y las plataformas este (Cerro Aterrazado Oriental) y
oeste (Cerro Aterrazado Occidental), con la
inalidad de identiicar al menos 20 puntos
astronómicos, mediante las observaciones de
horizonte, el cálculo geodésico y la fotografía
en 360°:
• P-SSSD: pre-salida Sol solsticio diciembre
• SSSD: salida Sol solsticio diciembre
• P-PSSD: pre-puesta Sol solsticio diciembre
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
PSSD: puesta Sol solsticio diciembre
P-SSSJ: pre-salida Sol solsticio de junio
SSSJ: salida Sol solsticio junio
P-PSSJ: pre-puesta Sol solsticio junio
PSSJ: puesta Sol solsticio junio
P-SSEQ: pre-salida Sol equinoccio
SSEQ: salida Sol equinoccio
P-PSEQ: pre-puesta Sol equinoccio
PSEQ: puesta Sol equinoccio
SLEN: salida Luna extrema norte
PLEN: puesta Luna extrema norte
SLES: salida Luna extrema sur
PLES: puesta luna extrema sur
SLMN: salida Luna menor norte
PLMN: puesta Luna menor norte
SLMS: salida Luna menor sur
PLMS: puesta Luna menor sur
Con GPS (Garmin E-trex) se obtuvieron las
coordenadas geográicas del lugar (latitud,
longitud y altura sobre el nivel mar) con Datum WGS 84. Con ayuda de un tránsito mecánico (Rossbach, lectura 1’), se obtuvieron
lecturas verticales y horizontales de horizonte, veriicadas luego con cartografía, brújula
y calculadora de declinación magnética6. En
laboratorio –como método exploratorio– se
utilizaron imágenes Google Earth, además de
proyecciones de luz y sombra para el análisis de cuencas visuales y fechas astronómicas. Los valores de acimut y declinación se
obtuvieron con un sistema de referencia de
horizonte, junto con la tabla de cálculo Hansometro (Marz et al., 2013). Para el análisis
astronómico se utilizaron los softwares Starcalc 5.72 y Moshier’s Ephemeris Program 5.1,
tomando en cuenta siempre el factor de la
refracción atmosférica y el paralaje, junto con
los datos proporcionados por el Instytut Geodezji i Kartograii (IGiK) de Polonia7 y NASA
para datos de fechas, declinación y acimut
de eclipses8. De forma complementaria, se
construyó una montea luni-solar9, junto con
6
http://www.ngdc.noaa.gov/geomag-web/
http://www.igik.edu.pl/
http://eclipse.gsfc.nasa.gov/eclipse.html
9
http://www.jaloxa.eu/resources/daylighting/sunpath.shtml
7
8
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
53
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
una fotografía panorámica del horizonte
(360˚/21600 pixeles) para ilustrar eventos y
marcadores astronómicos identiicados, gracias el editor de imágenes Photoshop.
•
•
a - Ushnu
Cálculo horizonte ushnu (Tabla 1):
Fecha: 19/12/12
(lat): 27° 41’ 11,4’’ S = -27.6865
(lon): 67° 10’ 42,9’’ W = -67.178583
Alt.: 1356 msm
(GMT-3)
TT = 10,787777
Et Obs = 11,950785
δ Obs = -23,494718
LHA = -84,62562
H¤Calc = 15,110177
A¤Cal = 108,89
De las mediciones realizadas, destaca las
orientaciones al este, entre un cerro en forma de punta (Agua de los Molles) (N.1) y
el punto donde se observa la salida del Sol
para el solsticio de diciembre, fuera del horizonte cercano y sin un marcador aparentemente claro.
Entre los puntos de importancia astronómica (Figura 5), se pueden considerar:
•
N.4: acimut 55° 02’ 24’’, declinación (paralaje) (+) 25° 27’ 25,98’’, algo cerca la
salida de la Luna en su posición extrema norte (SLEN) y eventualmente relacionado con el ciclo Metónico (19 años o
235 lunaciones).
N.5 y N.6: ambos cercanos a la posición
de la salida de la Luna en su parada menor al norte (SLMN). Ambos puntos de
horizonte podrían estar relacionados con
la salida de la Luna llena cercana al solsticio de diciembre y con la ocurrencia de
un eclipse parcial de Luna la noche del
15/16 de noviembre de 1491 (Saros 127).
Este eclipse se repitió 54 años después la
madrugada del 18 de diciembre de 1545,
pero con una salida de la Luna llena en
un punto cercano a la posición que tiene
el Sol para el solsticio de junio (Figura
6).
N.7: identiicado como parte del cerro
Indio Dormido, acimut 109° 38’ 24’’, declinación (paralaje) (-) 18° 04’ 55,89’’, marcando la posición de la salida de la Luna
en su parada menor al sur (SLMS). Este
marcador pudiera estar relacionado con
la ocurrencia del eclipse parcial la madrugada del 24 de julio de 1469 (Saros
120), con una salida de la Luna la noche
anterior (23 de julio) al sur del cerro Indio Dormido. Este eclipse se repite, tam-
Tabla 1. Calculo El Shincal (ushnu)
54
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
Figura 5 .
Horizonte
oriente El
Shincal (ushnu)
Figura 6. Eclipses de Luna (Saros 127, 120 y 103)
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
55
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
•
bién en forma total –54 años después– el
día 25/26 de agosto de 1523. El mismo
marcador pudo servir para observar el
eclipse total de Luna del 2/3 de mayo
de 1482 (Saros 103) con una salida de la
Luna llena en las cercanías del mismo
marcador, el cual repitió la madrugada
del 4 de junio de 1536 (Figura 6).
N.11 (al poniente, sin igura): identiicado como cerro La Reina, acimut 272°
48’ 24’’, declinación (-) 01° 59’ 2,73’’ (15
mar/ 28 sep), cerca de la puesta del Sol
para los equinoccios (P-PSEQ). Este tipo
de orientaciones puede explicarse –en
parte– por el fenómeno del crossover en
momentos cercanos al equinoccio, deinido como el cruce del Sol y la Luna, útil
para calibrar la división del año solar en
12 o 13 lunaciones.
(lon): 67° 10’ 48,6’’W = -67,180166
Alt.: 1369 msm
(GMT-3)
TT = 10,642777
Et Obs = 11,959092
δ Obs = -23,424070
LHA = -86,926807
H¤Calc = 13,195064
A¤Cal = 109,88
Entre los puntos de importancia astronómica (Figuras 7 y 8), se pueden considerar:
•
•
b - Plataforma oeste
Cálculo horizonte plataforma oeste (Tabla 2):
Fecha: 20/12/12
(lat): 27° 41’ 11,8’’S = -27,686611
•
N.2: acimut 56° 11’ 48’’, declinación (+)
25° 29’ 1,71’’, igual a declinación con paralaje (+) 24° 55’ 51,71’’, marca una posición cercana para la salida de la Luna en
su posición extrema norte (SLEN)10.
N.3: acimut 64° 14’ 48’’, declinación (paralaje) (+) 18° 11’ 18,76’’, marca la posición de la salida de la Luna en su posición menor al sur (SLMN). Al igual que
en el ejercicio anterior, este marcador
pudo estar relacionado con los eclipses
parciales de Luna de los días 15/16 de
noviembre de 1491 y el 18 de diciembre
de 1545, dentro de Saros 12711 (Figura 6).
N.7: con un acimut de 87° 13’ 48’’, decli-
Tabla 2. Calculo El Shincal (plataforma oeste).
10
N.4. en el ejercicio anterior (ushnu).
N.5 y N.6 en el ejercicio anterior (ushnu).
11
56
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
Figura 7. Horizonte oriente El Shincal, plataforma oeste.
Figura 8. Detalle horizonte oriente, plataforma oeste.
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
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UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
nación (+) 00° 04’ 16.07’’, estaría marcando la posición del Sol al oriente en los
equinoccios (SSEQ). Esta dirección además marca la distribución general del sitio, enmarcado entre las dos plataformas
al este y oeste de las gran haukaypata o
plaza principal.
COMENTARIOS FINALES
El sitio arqueológico de El Shincal fue un
importante centro administrativo, político
y religioso Inca en la zona meridional andina. Tanto por las condiciones naturales del
entorno, e.g. existencia de ríos, quebradas,
cerros y rocas llamativas, consideradas posiblemente huacas, junto con su arquitectura
–sobresaliente– que incluía rasgos de primer
orden o Inca, e.g. plaza, ushnu y kallanka,
conieren al lugar características únicas vinculadas con la existencia de una capital provincial o huamami en la actual Catamarca. La
cercanía del sitio a la latitud 28,5° sur permitía eventualmente seguir y observar la Luna
en sus pasos por el cenit más allá del trópico
de Capricornio, y como bien se registró, además percatarse del movimiento del Sol en el
horizonte, gracias a marcadores naturales
ubicados al oriente y poniente.
A partir del trabajo de campo realizado, se
conirma el uso social del cielo con ines políticos y religiosos, quizás relacionados con
los conceptos de espacio y tiempo manejados por los incas y/o sus representantes, que
acentuaron la dirección este-oeste, relacionada con el culto a la Luna, al Sol y a los cerros,
no sólo en la arquitectura, sino también en la
apropiación simbólica y efectiva del paisaje
y los marcadores naturales ya mencionados,
como parte del sistema local de huacas. Inclusive, más allá del arco solar, como ocurre
con cerros ubicados al norte y al sur, relacionados más bien con los conceptos simbólicos
de la vida y la muerte en el mundo andino.
En este contexto la observación y registro
de las fases lunares, seguramente también
estuvo presente en la calendárica del lugar,
58
relacionada con los ciclos de fertilidad, los
cursos de agua y el inframundo, éste último
posiblemente también vinculado al concepto
del ushnu (plataforma, agujero, canal y gnomon).
En los ejercicios de medición presentados,
destaca la orientación hacia un cerro en forma de punta ubicado fuera de los márgenes
por donde transita el Sol y la Luna, más bien
relacionado como un cerro huaca, al igual
que el cerro El Shincal, que por su cercanía
y altura relativa con respecto al sitio, destaca del conjunto. Para ambos casos, se desconoce de la existencia de sitios arqueológicos
y/o caminos que conirmen su naturaleza
sagrada. Se puede hablar entonces, de un
culto generalizado a la naturaleza, relacionado con la observación del cielo, el culto a
las huacas y a los ancestros, que relacionó la
orientación cardinal este-oeste con la posibilidad de generar un Nuevo Cuzco a partir
de la búsqueda de todos aquellos elementos
potencialmente sagrados de la topografía y
el cielo, a manera de una memoria colectiva
que recuerda el lugar de origen de los incas.
De allí, que el ushnu y el conjunto arquitectónico, sea visto más bien como la teatralización del poder político y la ideología,
es decir, un escenario para la llegada de las
poblaciones locales a este nuevo axis mundi,
en especíico reiriendo a la orientación esteoeste como alegoría del camino del Sol y la
Luna –por el cielo y el horizonte– en momentos cercanos a los equinoccios o crossover, así
como a la posición de la Luna en su extremo
norte (SLEN) y las salidas de la misma en su
posición menor al norte y al sur (SLMN y
SLMS) (Figura 9).
Contradiciendo –en parte– la hipótesis inicial, no se encontraron evidencias concretas
de marcadores o alineamientos a la parada
mayor al sur (δ -28.5°), a excepción de la
utilización de los gnomones referidos y/o la
plataforma que formaba parte del ushnu (posible centro de la ceremonia de la qhapaq hucha) para seguir la Luna en sus tránsitos por
el meridiano. Tal apreciación, es coherente
con datos obtenidos para otros contextos
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
Figura 9. Carta luni-solar El Shincal (ushnu).
Figura 10. Tabla declinación lunas llenas (1470-1504 DC).
EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
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UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL
incas al sur del trópico de Capricornio (Moyano, 2010, 2013; Moyano et al., 2014), en la
zona del valle de Copiapó, el centro de Chile
y noroeste de Argentina, donde los ushnus
más bien acentúan características del paisaje
local en relación al ciclo Metónico y orientaciones pre-equinocciales.
Pese a lo preliminar de este tipo de estudios, nos atrevemos a asegurar con cierta
reserva que los incas en su camino al sur, se
preocuparon más bien de seguir y registrar,
e.g. en la arquitectura, momentos especíicos
del ciclo sinódico. En donde la nula evidencia a orientaciones de parada mayor, ya sea
al norte o al sur, se explicaría por el momento histórico de la llegada del Inca a esta zona
del continente, ca. 1470 DC, cuando la Luna
por efecto del ciclo de regresión de los nodos,
estaba precisamente en las cercanías de la parada menor. De esta manera, se explica que
aún cuando los incas estuvieran conscientes
del ciclo Metónico, así como del uso del gnomon y los horizontes con ines calendáridos,
les fuera imposible registrar algo que nunca
observaron, sino hasta fechas cercanas al año
1484 DC (Moyano, 2013) (Figura 10).
A modo de conclusión, se plantea la posibilidad que los incas y/o los ocupantes del
sitio El Shincal se interesaran, no sólo por el
Sol, sino también por la Luna y sus ciclos, en
particular la posibilidad de intercalar una
13va Luna cada 3 años, además del uso del
ciclo Metónico, útil para el seguimiento y
predicción de eclipses. Ello, como parte de
una matriz interpretativa que buscó no sólo
el manejo de los ciclos astronómicos, sino
también la apropiación ritual del paisaje, a
través del uso político del territorio y el cielo
en las regiones conquistadas.
bIbLIOgRAFíA
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EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONÓMICOS.
61
EL SHINCAL
DE QUIMIVIL
En esta obra se dan a conocer una suma
de estudios sobre el sitio arqueológico
El Shincal de Quimivil, ubicado en la
localidad de Londres, departamento de
Belén, provincia de Catamarca.
Asumiendo la necesidad de revalorizar
el patrimonio arqueológico del sitio, un
grupo de antropólogos, arqueólogos,
biólogos, museólogos y profesionales del
turismo exponen su mirada sobre una
misma realidad y sus diferentes aspectos.
Esta tarea fue realizada gracias al
Ministerio de Ciencia, Tecnología e
Innovación Productiva de la Nación, el
Ministerio de Turismo de la Nación, el
gobierno de la provincia de Catamarca, la
Municipalidad de Londres y la Fundación
de Historia Natural Félix de Azara y con
el asesoramiento de investigadores del
Museo de La Plata, el CONICET y la
Universidad Nacional de Catamarca.
Las temáticas abordadas, tanto
arqueológicas, etnobotánicas,
arqueoastronómicas, patrimoniales como
turísticas y museológicas, conforman una
actualización de las diversas perspectivas
del sitio arqueológico que ha sido
considerado un Cusco del Kollasuyu:
El Shincal de Quimivil.
www.fundacionazara.org.ar