Revista del Instituto Nacional de
Enfermedades Respiratorias
Volumen
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Número
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17
1
Enero-Marzo
January-March
2004
Artículo:
Quiste broncogénico: reporte de dos
casos y revisión de la literatura
Derechos reservados, Copyright © 2004:
Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias
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CASO
REV INST NAL ENF RESP M EX
VO LUMEN 17 - NÚMERO 1
ENERO -M ARZO 2004
PÁGINAS: 35-41
CLÍNICO
Quiste broncogénico: reporte de dos casos y
revisión de la literatura
M ARGARITA SALCEDO CHÁVEZ*
LUIS FELIPE ALVA LÓ PEZ‡
RO BERTO SO TELO RO BLEDO §
ERICKA SAGRARIO PEÑA M IRABALII
M ARÍA SILVIA LULE M O RALES¶
VICTO RIA FALCÓ N SO LÍS**
* Neumopediatra, INER.
‡
Jefe del Departamento de Imagen del Hospital ABC.
§
Médico adscrito al Departamento de Imagen, INER.
II
Médico adscrito al Departamento de Patología, INER.
¶
Jefa del Servicio de Neumología Pediátrica, INER.
** Jefa del Departamento de Imagen, INER.
Trabajo recibido: 09-III-2004; Aceptado: 29-III-2004
RESU M EN
ABSTRACT
El quiste broncogénico es una malformación de la porción ventral del intestino primitivo que ocasiona alteración en el desarrollo del árbol traqueoPalabras clave: Q uiste
broncogénico, mediasti- bronquial. Reportamos dos casos de quistes
nal, intraparenquimato- broncogénicos en niños, ambos con síntoso, radiografía de tórax,
mas respiratorios crónicos, uno, de localizatomografía de tórax.
Key words: Bronchogen- ción mediastinal a nivel paratraqueal dereic cyst, mediastinum,
intrathoracic,chest radio- cho y, e l otro, intrapare nquimatoso e n
graphy, chest computed lóbulo superior derecho. La radiografía y
tomography.
tomografía de tórax permitieron evaluar el
tipo de lesión, localización y tamaño, así como la compresión de la vía aérea. Ambos pacientes fueron intervenidos quirúrgicamente, no se presentaron complicaciones y los síntomas respiratorios desaparecieron. El
estudio histopatológico confirmó el diagnóstico.
INTRO D UCCIÓ N
El quiste broncogénico (Q B) es una malformación congénita broncopulmonar. La alteración
ocurre entre la tercera y cuarta semanas de gestación, tiempo en el cual el intestino primitivo
se divide en una porción dorsal que dará origen
al esófago, y en una porción ventral que originará la yema pulmonar y el árbol traqueobronquial, que serán rodeados de tejido mesenqui-
Bronchogenic cyst arises from abnormal budding of
the diverticulum of the foregut that leads to abnormality of the tracheobronquial tree. We report two
cases of these cysts in children with respiratory chronic symptom. O ne was localized in paratraqueal mediastinum and other, intrapulmonary in lower upper
right side. The chest radiography and computed tomography allowed evaluation as to the type, site and
size of lesion as well as airway compression. Both
patients underwent surgery; there were no complications and the respiratory symptoms disappeared. Histologic features confirm the diagnosis.
matoso, vasos sanguíneos y otras futuras estructuras pulmonares.
Por tanto, se dice que un QB es una yema pulmonar ectópica con estrecha conexión con el árbol traqueobronquial, pero sin incorporación del
tejido mesenquimatoso pulmonar, a diferencia del
secuestro pulmonar donde esto último sí sucede 1.
Por su localización, los Q B se dividen en parenquimatosos y mediastinales; estos últimos son
los más frecuentes en un 86% y, por su proxi-
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midad con la vía aérea, pueden causar síntomas
respiratorios crónicos como son: tos, estridor, sibilancias, dificultad respiratoria, e infecciones
recurrentes; se presenta principalmente en el
niño pequeño.
Presentamos el caso de dos pacientes pediátricos, referidos al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) por síntomas respiratorios recurrentes que, al realizarles estudios de
imagen se sospechó malformación broncopulmonar del tipo quiste broncogénico confirmada
con el estudio histopatológico.
Caso 1
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Paciente de un año de edad, residente del estado de Tlaxcala. Producto de la gesta II, embarazo
sin complicaciones, de término obtenido por
partera; la madre desconoce el peso al nacer y
presencia de asfixia al nacimiento. Manifiesta
infecciones respiratorias superiores desde su nacimiento. Su padecimiento actual (de 14 días de
evolución) se caracteriza por tos seca de predominio nocturno, fiebre, dificultad respiratoria y
mal estado general. Es llevado a medio hospitalario de su localidad donde permanece ocho días
con diagnóstico de neumonía, sin mejoría clínica, motivo por el cual se pide valoración al INER.
A su ingreso, el neonato presenta una temperatura (T) de, 36.7º C; frecuencia cardiaca (FC),
136x’; frecuencia respiratoria (FR), 32x’; peso
10kg, saturación a través de oximetría del 90%
con FiO 2 de 21% .
Paciente con edad aparentemente igual a la
cronológica, consciente, datos leves de dificultad
respiratoria caracterizados por disociación toracoabdominal y tiraje intercostal. Tórax con adecuado murmullo vesicular bilateral, sin estertores crepitantes y ligera hiperclaridad a nivel de
hemitórax derecho, el resto de exploración sin
alteraciones. Se le realizó radiografía de tórax, y
en la proyección posteroanterior llamó la atención una imagen circular radiolúcida, de contornos lisos y bien definidos, con pared delgada localizada a nivel del hemitórax derecho (Figuras
1 y 2), y el quiste en la proyección lateral se localizó en lóbulo superior (Figura 3).
Se le realizó una tomografía computada encontrando la misma lesión tipo quística localizada a nivel de lóbulo superior derecho con pared
delgada, bordes lisos, bien definidos, con densidad aire y un diámetro de 2.5 x 4.1cm (Figura 4).
Ante la sospecha de malformación congénita del tipo quiste broncogénico se realizó intervención quirúrgica, encontrando lesión quística
en lóbulo superior derecho de aproximadamente
2cm de diámetro intraparenquimatoso, con pared delgada, con aire en su interior y conectado
a la vía aérea.
El Departamento de Patología reportó fragmento de parénquima pulmonar colapsado con
áreas de pared fibrosa y gruesa, parches de epitelio cilíndrico, además de fragmentos de pleura
y tejido adiposo con escaso infiltrado de mononucleares. Con diagnóstico de quiste broncogénico intraparenquimatoso (Figura 5).
La evolución posoperatoria no presentó complicaciones, y se egresó a su domicilio en buenas
condiciones generales.
Caso 2
Paciente de tres años, residente del estado de
Hidalgo. Producto de la gesta I, control prenatal
regular, de término obtenido por parto eutócico
en medio hospitalario. Pesó al nacer 2,700g, sin
antecedentes de asfixia neonatal y desarrollo psicomotor normal. Presentó síntomas respiratorios
de ocho meses de evolución caracterizados por
tos seca en accesos cortos de predominio nocturno y sibilancias, tiempo en el cual recibió múltiples tratamientos médicos con recurrencia de la
misma sintomatología, por ello es referido al INER
para valoración.
A su ingreso presentó T 37.2ºC, FC 123x’, FR
34x’, saturación a través de oximetría de pulso del
92% con un FiO 2 de 21% . Edad aparentemente
igual a la cronológica, orientado, bien conformado, datos de dificultad respiratoria caracterizados
por retracción supraesternal y disociación toracoabdominal. Al realizarle auscultación de tórax presentó algunos estertores gruesos, el resto de la exploración sin alteraciones. Se le realizó radiografía de
tórax observando ensanchamiento mediastinal secundario a lesión radioopaca, redondeada, de contornos lisos y bien definidos, con base de implantación mediastinal, signo de silueta positivo, con
localización paratraqueal derecha (Figuras 6 y 7);
en la reconstrucción sagital de tomografía se confirma dicha situación (Figura 8).
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clavia derecha y vena ácigos, adherido a la tráquea sin comunicación a la vía aérea.
El estudio histopatológico reportó lesión con
pared quística revestida de epitelio respiratorio
con glándulas submucosas y lagos de tejido cartilaginoso en un estroma de tejido conectivo con
escasas fibras de músculo liso, confirmando el
diagnóstico de quiste broncogénico paratraqueal
derecho (Figura 10).
Figura 1 . Radiografía posteroanterior de tórax donde se observa imagen radiolúcida correspondiente a
quiste broncogénico intraparenquimatoso en lóbulo
superior derecho.
37
Figura 3. Proyección lateral, localizándose el quiste
en región posterior del lóbulo superior.
Figura 2. Acercamiento de la lesión, observando con
mejor claridad su pared delgada.
La tomografía de tórax confirmó lesión redondeada, de bordes lisos, bien definidos, localizada a
nivel de mediastino posterior, paratraqueal derecha, con densidad líquida en su interior con densidad de 18 unidades Hounsfield (UH), y un diámetro aproximado de 5cm, con ligero desplazamiento
de la vía aérea hacia la izquierda (Figura 9).
Ante la sospecha de masa mediastinal, muy
probablemente del tipo quiste broncogénico, se
realizó intervención quirúrgica, encontrando lesión quística de aproximadamente 6cm de diámetro localizada entre vena cava superior, sub-
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Figura 4. Corte axial de tomografía computada con
ventana para parénquima pulmonar observando lesión quística localizada a nivel de lóbulo superior derecho con pared delgada, bordes lisos y bien definidos y en su interior densidad aire.
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Figura 5 . Corte transversal del espesor del quiste (tinción en HE 10x).
les en los niños. No existe relación con la raza,
sexo o recurrencia familiar.
Esta yema pulmonar ectópica se desarrolla y
puede establecer comunicación con el parénquima pulmonar a través de un bronquio accesorio.
En algunos casos, puede existir conexión con
esófago a través de un pedículo de tejido fibroso. Es rara la asociación con otros defectos congénitos, excepto cuando su presentación es a
nivel de región cervical donde pueden existir
anormalidades de la columna vertebral; otros
defectos reportados son a nivel de pericardio y
de duplicación gástrica.
Los quistes pueden ser únicos, múltiples o multiloculados, y de acuerdo con su localización se di-
38
Figura 6. Radiografía posteroanterior de tórax donde se observa ensanchamiento mediastinal por quiste paratraqueal derecho.
Figura 7. Acercamiento que permite visualizar mejor
el quiste de localización mediastinal.
REV ISIÓ N D E LA LITERATU RA
El Q B es un remanente del intestino primitivo
debido a anormalidades del desarrollo embrionario del árbol traqueobronquial entre la quinta y
decimosexta semanas de gestación. Fue descrito
por primera vez por Blackader en 1911; Maier, en
1948, reportó la primera resección quirúrgica 2.
En 2001, Bush A estableció una nueva nomenclatura de las enfermedades congénitas pulmonares y el Q B está englobado como malformación torácica congénita 3 . Representa del 14 al
22% de todas las malformaciones congénitas
pulmonares y el 10% de las masas mediastina-
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Figura 8. Reconstrucción sagital donde se observa
lesión hipodensa paratraqueal derecha correspondiente al quiste.
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75% . Localizaciones poco usuales incluyen: cuello, pericardio, cavidad abdominal y subcutáneos.
El cuadro clínico varía de acuerdo con su localización y tamaño. Los síntomas se presentan en la
mayoría de los casos desde la infancia, aunque
pueden presentarse en cualquier edad, siendo
asintomáticos hasta en el 19% de los casos.
Cuando se manifiestan clínicamente es por razones compresivas o infecciosas. Los síntomas
respiratorios son debidos a la compresión de la vía
aérea, ya que al comprimirse la tráquea se puede presentar tos, estridor y sibilancias. Los síntomas se exacerban al comer o llorar, algunos niños
hiperextienden el cuello para liberar la vía aérea.
Figura 9. Corte tomográfico con ventana para mediastino donde se observa el quiste que desplaza ligeramente la tráquea.
39
Figura 11.
Figura 10. Epitelio respiratorio que recubre el interior
del quiste (tinción en HE 40x).
viden en intraparenquimatosos y mediastinales,
estos últimos se presentan en 65 a 86% de los casos, principalmente a nivel de mediastino medio
y posterior. Los mediastinales usualmente están
adyacentes al tercio distal de la tráquea o proximal al bronquio principal; por lo que a su vez se
han dividido en pericarinales (52% ), paratraqueales (19% ), paraesofágicos (14% ) y retrocardiacos
(9% ); generalmente se localizan del lado derecho 4. Pueden tener comunicación con el interior
de la tráquea y comprimir el esófago. Los intraparenquimatosos generalmente se localizan a nivel de lóbulos inferiores, en el 36% , contienen
aire, frecuentemente se infectan hasta en un
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DE
Figura 12.
Figuras 11 y 12. Pieza en fresco donde se identifica
el aspecto externo y el material mucoso del quiste
(cortesía del Departamento de Patología del INER).
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Al explorar el tórax podemos encontrar incremento en la frecuencia respiratoria, retracción
supraesternal, tiraje subcostal, estertores difusos
bilaterales y signos de condensación pulmonar
en el caso de proceso infeccioso agregado, además puede manifestarse fiebre, expectoración y
dolor torácico.
La presencia de hemoptisis puede ser el único síntoma. En los casos en que existe compresión de las arterias pulmonares quizá haya tos
crónica, disnea y dolor de tipo pleurítico. O tros
síntomas pueden ser disfagia, arritmias cardiacas,
pericarditis recurrente, insuficiencia cardiaca
derecha y compresión de vena cava superior; en
el caso de los quistes abdominales, náuseas, vómitos y dolor en epigastrio.
Un quiste puede no ser visible en la radiografía
de tórax, o bien, detectarse en forma incidental en
el adulto joven; en cuanto al recién nacido, puede manifestarse como opacidad pulmonar debido
al líquido amniótico retenido por obstrucción.
Cuando el quiste es de localización mediast in a l se o b se rva e n la ra:rop
d io godarobale
ra fía d e t óFDP
ra x
como masa hiliar o mediastinal, de bordes lieddefinida.
AS, cidemihparG
sos y paredVC
bien
Los de localización
parenquimatosa se visualizan principalmente
arap
en lóbulos inferiores en el 75%
de los casos.
El diámetro promedio es de 2 a 4cm, y geneacidémoiB
arutaretiL
:cihpargi- su tamaralmente
permanece
sin incrementar
ño, al menos que se agregue undeM
proceso infecsustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
cioso
por lo que pudiera observarse un nivel
hidroaéreo.
La tomografía computada de tórax puede
demostrar quistes que no son visibles en la placa simple. Se han descrito algunos criterios para
ayudar a diferenciar entre quiste broncogénico
y masa mediastinal de tejido blando; el quiste
broncogénico es una masa bien definida, su contorno es lobular o liso, con pared uniformemente
delgada y densidades de contenido líquido 5,6 .
En el 50% de los casos la densidad es líquida
(-20 a + 20UH) y la otra mitad puede ser mayor
debido al contenido como material mucoide y la
posibilidad de estar infectados o presentar sangrado. Al aumentar el tamaño debido a líquido
o aire, el quiste puede comprimir o desplazar las
estructuras mediastinales, principalmente tráquea y esófago, pero también al parénquima
pulmonar y, en este caso, ocasionar atelectasias
o infecciones recurrentes.
Si un bronquio principal está afectado puede haber un fenómeno de válvula y ocasionar
atrapamiento aéreo con sobredistensión pulmonar secundaria y confundirse con enfisema
lobar congénito. Por resonancia magnética son
h ip o in t e n so s e n T1 , e h ip e rin t e n so s e n T2 .
Cuando el quiste es complejo, la intensidad en
T1 es variable según el contenido proteico del
quiste; sin embargo, siempre son hiperintensos en T2 7 . El esofagograma demostrará compresión extrínseca del esófago en la mitad de
los casos, principalmente en los de localización
paraesofágica o cervical, dependiendo del tamaño y posición del quiste.
Histológicamente, el Q B es de pared delgada
cuando no está infectado, está compuesta por
epitelio columnar ciliado; la pared también puede contener cartílago, músculo liso, glándulas
bronquiales y tejido nervioso 8 . El contenido del
quiste varía de un líquido claro hasta del de material mucoso (Figuras 11 y 12).
El diagnóstico diferencial incluye otras masas
sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
de
mediastino medio y posterior. El tratamiento
de
elección es el quirúrgico, aún en pacientes
cihpargidemedodabor
asintomáticos. El pronóstico sin tratamiento quirúrgico tiene una mortalidad hasta del 100% y,
con cirugía que va del 0 al 14% .
CO NCLU SIO NES
Ante la presencia de síntomas respiratorios recurrentes o crónicos en el niño, como son tos, sibilancias, estridor o neumonía es importante pensar
en la posibilidad de que se trate de una malformación congénita del árbol traqueobronquial, como
ocurrió en los dos casos que presentamos.
La radiografía y tomografía de tórax que nos
permitan identificar el tipo, localización y extensión de la lesión. Aunado a ello, cualquier imagen radiológica patológica persistente, especialmente en el niño pequeño, obliga a descartar
una malformación broncopulmonar.
Es importante mencionar que algunas veces las
lesiones sugestivas de una malformación broncopulmonar son hallazgos al realizar una radiografía de tórax rutinaria.
Con los casos que presentamos ilustramos los
dos tipos de quistes broncogénicos. En el mediastinal, su localización fue paratraqueal derecho,
reportada en la literatura en un 19% . En el caso
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del intraparenquimatoso su contenido fue aire, lo
cual puede presentarse en el 36% de los casos.
Es importante un diagnóstico oportuno para
poder brindarle a nuestros pacientes un tratamiento adecuado, que en este tipo de lesiones
es quirúrgico
5. W inters W D, Effmann EL. Congenital Masses of the
Lung: Prenatal and Postnatal Imaging Evaluation . J Thorac Imaging 2001;16:198-199.
6. Lange S, W alsh G. Radiology of Chest Diseases. 2nd
ed. New York: Thieme, 1998.
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4. D ähnert W . Rad io lo g y Re vie w M an u al. Ba lt im o re :
Williams & Wilkins, 1993.
Correspondencia:
Dra. Margarita Salcedo Chávez,
Departamento de Imagen.
Instituto Nacional de Enfermedades
Respiratorias.
Calzada de Tlalpan 4502,
colonia Sección XVI,
México, D.F., 14080. Teléfono 5666
45 39, extensión 190.
E-mail: magisalcedo@ hotmail.com
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