NO LO
ELIMINE,
TRANSFÓRMELO
El aprovechamiento de subproductos como estrategia para reducir las pérdidas y desperdicios en alimentos no solo es una inteligente forma de emplear
recursos existentes sino que, además, constituye una interesante oportunidad
para la industria alimentaria. Informe sobre una alternativa que, de la mano de
la investigación y la tecnología, cobra cada vez mayor relevancia.
BIOQ. GUSTAVO POLENTA
INSTITUTO DE TECNOLOGÍA DE ALIMENTOS - INTA
Es sabido que las pérdidas y desperdicios en alimentos
(PDA) se han constituido en un tema de gran preocupación a nivel mundial, dado que representan aproximadamente un tercio de los alimentos producidos.
En tal sentido, se estima que para el año 2050, la población alcanzará los 9000 millones de habitantes, lo
cual requerirá un incremento en la disponibilidad de
alimentos del 70%, meta bastante difícil de alcanzar
solamente con el aumento de la producción. En este
marco, la reducción de los niveles actuales de PDA
cobra una importancia superlativa para contribuir al
alcance de esta meta.
En los últimos años, uno de los aspectos relacionados
a las PDA que ha comenzado a focalizarse con bastante
énfasis es la gestión y aprovechamiento de los residuos
generados. De hecho, dentro del marco de definiciones
propuesto por FAO para la temática, se menciona entre
las pérdidas a “subproductos o productos secundarios
que tengan como destino potencial al consumo humano, pero que en las cadenas de suministro específicas no
puedan ser transformadas por problemas técnicos, de
mercado, etc.”
Si bien ya existen distintas estrategias de reconversión
de residuos, como la fermentación anaeróbica, el compostaje, el relleno sanitario, y otras aplicaciones agrícolas como la fertilización o la alimentación animal, se ha
comprobado que las mismas solo permiten un aprovechamiento parcial de los mismos. Este hecho se resalta
entre los objetivos de la iniciativa Save Food, ya que se
menciona específicamente a la “utilización y gestión de
PDA, buscando alternativas al uso como alimento animal, compost o bioenergía”.
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En consecuencia, en la actualidad se están focalizando estrategias innovadoras, como la recuperación o
reutilización de constituyentes de alto valor agregado. Este tema ha despertado un gran interés en otros
países entre la comunidad científica y de la industria
de alimentos, lo que se ve reflejado en el número creciente de publicaciones científicas que proponen alternativas de gestión para la reducción de los residuos
generados, destacándose entre estas a la valorización
de los subproductos.
RECUPERAR, UNA OPORTUNIDAD
Además, factores tales como las legislaciones ambientales más exigentes, los elevados costos de disposición de
desechos, la preocupación por el ambiente y la sustentabilidad, el interés económico por la creciente demanda
de productos naturales como vitaminas o antioxidantes,
y los desarrollos tecnológicos que permiten una mejor
recuperación de compuestos naturales han estimulado
a la industria a reconsiderar el concepto de “recuperación”, interpretándolo como una verdadera oportunidad
para la obtención de subproductos de alto valor agregado, lo que mejoraría sustancialmente la competitividad
de toda la cadena en su conjunto.
En este contexto, las industrias procesadoras de alimentos pueden tener un rol fundamental para la implementación de esta estrategia. Si bien al analizar los porcentajes de PDA desagregados según los distintos eslabones
de la cadena, surge que en la etapa de industrialización
se genera aproximadamente un 6% del total, siendo este
número bajo en relación a otros segmentos -como el de
la producción o el del consumo-, esta etapa presenta un
gran valor estratégico por las siguientes razones:
Æ A diferencia de otros eslabones de la cadena, las pérdidas se concentran en un mismo lugar físico (planta
elaboradora).
Æ Los volúmenes de residuos generados son relativamente altos, por lo que potencialmente pueden convertirse en una abundante fuente de materias primas
para otros procesos.
Æ Existe un determinado control sobre la generación de
los mismos, por lo cual los residuos presentan un cierto grado de estandarización.
Æ Muchos de los subproductos generados tienen una
baja tasa de deterioro, lo que posibilitaría su conservación a bajo costo.
Æ Las plantas elaboradoras pueden disponer potencialmente de infraestructura para su conservación, y de
tecnologías y recursos humanos capacitados para su
manipulación y procesamiento.
Los residuos generados por la industria alimenticia consisten principalmente en compuestos orgánicos derivados del procesamiento de las materias primas,e incluyen
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a pieles, cueros, huesos y restos de carne de animales,
cáscaras y otras cubiertas como vainas, epidermis de
frutas y hortalizas, semillas y cáscaras de huevo, entre
otros. Estos subproductos contienen sustancias que tienen un importante valor de mercado, por lo que pueden
ser convertidos en productos de alto valor agregado. El
tipo de compuesto que puede ser recuperado varía ampliamente entre las distintas cadenas.
A título de ejemplo, los sub-productos de la industria
procesadora de frutas y hortalizas permiten generar productos como fibra dietaria, saborizantes y aromatizantes,
pectinas y enzimas vegetales; la industria láctea genera
residuos que contienen proteínas activas, péptidos, sales, materia grasa y lactosa, mientras que los subproductos de la industria cárnica son una fuente de proteínas
e hidrolizados funcionales. La siguiente enumeración
detalla los compuestos de interés y alto valor potencial
presentes en los residuos de las distintas cadenas.
Æ Cereales. Hemicelulosas (xilanos - xilooligosacáridos,
arabinoxilanos, b-glucano), ácidos hidroxicinámicos,
ácido benzoico, lignanos, esteroles, folatos.
Æ Raíces y Tubérculos. Acidos gálico y clorogénico, caféico, p-cumárico, ferúlico, vainillínico, fibra dietaria,
enzimas manasas, amilasas, proteasas, pectinas, almidón, b-caroteno, a-tocoferol.
Æ Oleaginosas. Flavonoides, fitoesteroles, proteínas, almidón, fibras, colorantes, antioxidantes, films biodegradables y comestibles, (inhibidores de tripsina, de
amilasas, ácidos fíticos, glucosinolatos).
Æ Frutas y hortalizas. Polifenoles, glucosinolatos, fibra
dietaria, aceites esenciales, pigmentos, enzimas, ácidos orgánicos, pectinas, celulosa, enzimas como bromelina, carotenoides, vitaminas, licopeno, vitamina C.
Æ Productos cárnicos. Péptidos antioxidantes, proteínas, concentrados miofibrilares como texturizantes,
péptidos anithipertensivos, transportadores de hierro,
aminoácidos, colágeno, gelatina.
Æ Productos pesqueros. Péptidos, proteínas, pigmentos
naturales, colágenos, ácidos grasos, quitina, quitosano, calcio, astaxantina (carotenoide).
Æ Productos lácteos. lactosuero (proteínas, lactosa, minerales, grasa, péptidos).
Esta alternativa, que había sido subestimada hasta hace
poco tiempo, se presenta hoy como altamente promisoria, habiendo experimentado un notable desarrollo a nivel mundial y previéndose a futuro la aparición de nuevos mercados para productos e insumos desarrollados a
partir de compuestos naturales promotores de la salud.
Además, por su importancia potencial a nivel económico, la asociación entre empresas y universidades u otros
organismos de investigación para promover la adaptación o generación de tecnologías de recuperación de
compuestos naturales puede convertirse en una verdadera estrategia de desarrollo agroindustrial, que demande
a nivel regional mano de obra altamente especializada y
genere productos de alto valor agregado, los cuales pueden ser utilizados a su vez para el desarrollo de industrias
como la de alimentos, la farmacéutica y la de cosméticos.
LOS PAI
La idea de una estrategia de desarrollo agroindustrial a partir de este tipo de productos tiene un interesante nivel de
implementación en países como Francia y España, donde
también existen zonas productoras agrícolas, por un lado,
y centros urbanos a los que se destinan estas producciones
por el otro, permitiendo el desarrollo económico armónico
del país. En estas naciones se encuadra los subproductos
de este tipo dentro de una estrategia que se conoce como
PAI (Productos Alimentarios Intermedios), clasificando
a los mismos en: PAI con valor nutricional, PAI con valor
tecno-funcional y PAI nutracéuticos.
Estos PAI presentan las siguientes características:
Æ Son ingredientes o productos complementarios que
se incorporan a los alimentos en los procesos de elaboración y cumplen funciones específicas.
Æ Su incorporación da lugar a un mayor valor agregado.
Æ Exigen un alto grado de conocimiento tanto de las
materias primas como de las tecnologías de obtención
y extracción, como de su aplicación.
Æ Juegan un papel esencial en la elaboración de alimentos diferenciados, ya que mejoran la calidad, facilitan
la preparación y diversifican la presentación de los
productos finales.
Æ Constituyen solo una pequeña parte del producto final
en peso y costo, pero influyen considerablemente en
su aceptación.
El desarrollo de métodos apropiados de valorización de
residuos de la industria alimenticia requiere identificar
los ingredientes de alto valor agregado susceptibles de
ser recuperados, y generar tecnologías de utilización
para desarrollar nuevos productos alimenticios; para extender la vida útil de productos existentes, y para que
se conserven por períodos mayores de tiempo sin alterar su calidad. Por ejemplo, los compuestos fenólicos
y carotenoides de subproductos frutícolas pueden ser
utilizados como conservantes y anti-oxidantes, extendiendo la vida útil y estabilizando desde el punto de vista
oxidativo un producto alimenticio.
En conclusión, la recuperación de compuestos de alto
valor agregado puede promover la viabilidad y la diversificación de economías regionales, tanto rurales como
urbanas, creando nuevos empleos de calidad en industrias innovadoras, y mitigando el impacto ambiental de
las actividades industriales a través de la reducción de la
utilización de recursos primarios.
En el INTA se están llevando a cabo distintas iniciativas
en programas nacionales como el de Agroindustria y
Agregado de Valor, para la valorización de residuos, en
temáticas como el aprovechamiento de subproductos
del lactosuero, y la extracción de compuestos a partir
de efluentes de la industria olivícola, y de residuos de la
industria citrícola, a los cuales se les sumarán la recuperación de proteínas de alto valor nutricional al procesar
subproductos de la industrialización de la soja, y la producción de hidrolizados a partir de la industria cárnica.
En otros programas nacionales, como el de Producción
Animal se trabaja para obtener péptidos bioactivos aprovechando residuos de la industria cárnica. Otras iniciativas relacionadas con la reducción de PDA se desarrollan
también en programas nacionales como el de Frutales, y
el de Hortalizas, Flores y Aromáticas.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Æ FAO (2013). Food wastage footprint: impacts on natural resources. Summaryreport. Disponible en http://www.fao.
org/docrep/018/i3347e/i3347e.pdf (acceso agosto de 2016).
Æ FAO - SAVE FOOD (2014) Definitional framework on
food loss. Disponible en http://www.fao.org/3/aat144e.pdf (acceso agosto de 2016).
Æ Linden, G, y Lorient, D (1996). Bioquímica Agroindustrial. Revalorización alimentaria de la producción agrícola. Editorial Acribia. 428 pp.
Æ Galanakis, C (Ed). Food Waste Recovery. Processing
Technologies and Industrial Techniques. Academic
Press. 412 pp.
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