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Tempus edax, homo edacior Catedral de Valladol¡d Proyectos y restauraciones en los siglos XIX y XX Javier Rivera Dedicada a Nuestra Señora de la Asunción o Santa María, ia Colegiata fundada por el Conde Pero Ansúrez fue cons- uuida a finales del siglo XI y primeros del siglo XII. En el año de 1084 ya estaba dotada de personalidad jurídica y en 1095 se firmó la carta de fundación, El primer edificio fue sustituido por otro nuevo en el siglo XIII, entre 7219 y 1230, y durante los siglos XIV y XV se edificaron el claust¡o (iniciado en 13 I 8) y diferentes capillas. La Catedral actual se levanta sobre el solar de la que hubiera sido la tercera Colegiata que se inició en 1527 alterando el eje (NE-SE) de las iglesias primitivas al disponer la fachada haci¿ la nueva zona mercantil que se desarrollaba al sur del núcleo original vallisoletano. Aquél intento apoyado por el Emperador don Carlos V y en el que ganaron un concurso para realizar el proyecto los arquitectos Diego de Riaño, Juan de Alava, Francisco de Colonia y Juan y Rodrigo Gil de Hontañón resultó fallido. Dirigieron ias obras Rja6n (1527-34) y Rodrigo Gil (1536-1577) y en 1580 apenas se habían alcatzado seis estadios de altura (12 metros). El templo tendría planta basilical con capillas enrre conrrafirertes y no se sabe si la cabecera sería recta o con girola, todo a inspiración de las plantas de las catedrales de Toledo, Sevilla, Jaén, Salamanca y Segovia. Hacia 1580-1582 el cabildo encargó un nuevo proyecto al mejor arquitecto cortesano, aJuan de Herrera, quién ideó el nuevo edificio sob¡e la planta del anteriot concibiendolo de tres naves más capillas ent¡e contrafuertes, fachada con portada saliente y dos torres en los extremos, crucero en el centro geométrico con cúpula baída y ciega y dos grandes portadas cerrando los brazos, cabecera recta y dos pequeñas torres flanqueando a esta, según modelo que tendrá larga influencia en otras catedrales y monumentos como el Pilar de Zara4oza y las catedrales de México y Puebla y otras obras menores de la región. Las obras comenzaron con prontitud, pues en 1582 se habla de que alcanzaban ya3 o 4 estadios, pero las escasas rentas del obispado vallisoletano (instaurado en I 595) y 1a decadencia general que sufrió la ciudad hicieron que apenas se pudiera construir durante el siglo XVII hasta la altura del crucero, sin completarse siquiera éste. Fueron sucesivos direc- tores de las obras Ped¡o de Tolosa (1582), Alonso de Tolosa (1583), Diego de Praves (1589), Francisco de Praves (1620), Juan de Répide (1637) y Francisco de Tejerina (1662). Por fin se abrió aI culto el edificio en 1668 cerrando provisionalmente la cabecera, tal como se encuenüa en la actualidad. Otras obras importantes sucesivas fueron las siguientes: mediado el siglo XVII se erigió la torre SO, única del templo, apartándose del proyecto he¡¡e¡iano y siguiendo las tendencias bar¡ocas contemporáneas . En 7729 Alberto Churriguera proyecta el imafronte o segundo cuerpo de la fachada principal, que realizará su sobrino Manuel de Larra Churriguera y arquitectos locales (1729-1733). Esta obra es una notable intervención de equilibrio entre la traza de Herrera y la moder- nidad de Churriguera, que sin renunciar a su tiempo sigue las ideas del arquitecto montañés produciendo un profundo y fecundo diálogo entre las dos épocas. El nacimiento de !a conc¡enc¡a conservadora En 1755 el terremoto de Lisboa afecta a la torre que ya se encontraba en mal estado según informes de varios arquitectos como Fray Pedro Ma¡tínez; la reparará provisionalmente Matías Machuca. Pero los males se agravan amenazando las quiebras con el hundimiento y en 1761 elP. Antonio de San José Pontones electúa informes negativos sobre su estado que recomiendan su demolición. En el mismo aito de 1767 se encarga al arquitecto cortesano Ventura Rodríguez que tras ia correspondiente inspección redacte un proyecto de reparación. Rodrlguez plantea la conservación del edificio con zunchados y cadenas de hierro (cuatro) a diversas alturas que le preservarán hasta 1841 en que se se vendrá abajo. Las obras las realizará su aparejador en la ciudad Manuel Godoy entre 176l y 1764, Esta intervención supone una notable actuación en cuanto a la aplicación de c¡ite¡ios específicos, pues supone desechar la destrucción de la torre a favor de realizar simples -aunque innovadoras tecnológicamente- labores de consolidación. El mismo arquitecto en ese mismo año firmaba un proyecto de obras en el Colegio Mayor de Santa Cruz de la ciudad vallisoietana, en el que abre los huecos primitivos por razones de higiene, pero conserva y reconsüuye elementos diversos de las cornisas y del palacio copi:índolos de los originales, indicando en su Proyecto que son "restauraciones". Por primera vez en occidente aparece el término "restaurar" con su acepción contemporánea, antes que en Quatremere de Quincy y en las teorías francesa e italiana. Ventula Rodríguez realiza también en 1768 un interesante informe para la conclusión de la catedral con un proyecro asimismo conservacionista, pues recomienda llevar a cabo con toda fidelidad las trazas de Herrera, pues "el todo es una hermosa idea, ó máquina deseada". Elogió el remate de la fachada principal de Churriguera y propuso la consrrucción de B5 Catedral de Valladolid Proyecto de restauración de la tone.