EDAD ANTIGUA
- Es un periodo de la historia que comenzó alrededor de los años 1000
a.C aproximadamente y perduro hasta el siglo IV d.C. con el dominio
romano sobre el territorio Ibérico.
- Es un período que se conoce gracias a los hallazgos
arqueológicos y los textos que datan de las épocas de
colonización y dominación de otras poblaciones
mediterráneas (fenicios, griegos, cartagineses y
romanos)
Contexto histórico
• Tras un largo período Paleolítico en la península ibérica, se inició el
período Neolítico, entre aproximadamente 5000 y 3000 a. C.
• La Edad de los Metales se inició con la Edad del Cobre, en torno
a 3000 a. C., y continuó con la Edad del Bronce, en torno a 2000 a.
C.. Hacia 1200 a. C. tuvo lugar la primera serie de migraciones
por Europa de pueblos indoeuropeos, los celtas que llegaron a
la península ibérica en el siglo IX a. C.
• Se inició así lo que se denomina la Protohistoria de la península
ibérica: período comprendido entre el comienzo de la Edad del
Hierro en 750 a. C. y la conquista romana en la segunda
mitad del siglo III a. C.
Los iberos: pueblos del sur y del
este
• El contacto comercial de los iberos con los
colonizadores fenicios, griegos y
cartagineses provocó cambios culturales, por ejemplo: el
impulso del urbanismo y la adopción del culto a nuevas
divinidades. Los iberos tenían una economía agrícola-
ganadera y practicaban el comercio y la minería.
• Tenían pequeñas ciudades en zonas fácilmente defendibles
y poseían una sociedad muy jerarquizada (que incluía una
aristocracia, campesinos, artesanos y esclavos).
Los pueblos del centro y del oeste
• En estas regiones de la península ibérica, la influencia de los
colonizadores mediterráneos llegó muy débilmente, mientras que la
presencia celta (pueblos de lengua indoeuropea) fue mucho más
importante. A estos pueblos, que integraron la cultura celta con
la ibera, se los denominó celtíberos.
• Su economía era agrícola-ganadera, con menor peso del comercio, y
tenían una sólida tradición guerrera. Su sociedad mantenía una fuerte
cohesión tribal y habitaban poblados fortificados, como Numancia.
• En el arte, se destacaban algunos ajuares funerarios, así como
la cultura de los verracos, correspondiente a otra población
celta, los vetones del valle del Tajo. Los verracos son grandes
esculturas de animales ligadas a cultos ganaderos, por ejemplo: uno
de los más célebres es de los Toros de Guisando, de la provincia de
Ávila, datado en los siglos IV o III a. C.
Los pueblos del norte
• Grupos celtas o influidos por la cultura celta, como los galaicos,
astures, cántabros y várdulos, así como otras poblaciones como los
vascones, se asentaron en el norte de la península, desde Galicia
hasta el Pirineo aragonés.
• Tenían una economía basada en la ganadería, la recolección y la
pesca, mientras que el peso de la agricultura era menor.
• Entre los restos arqueológicos de estas poblaciones, destacan los
castros, poblados fortificados de viviendas
circulares construidos por los galaicos y los astures, entre los que se
destaca el Castro de Coaña, en Asturias. Además, estos pueblos
practicaban la magia y la adivinación.
Las colonizaciones de la península ibérica:
fenicios, griegos y cartagineses
• En el primer milenio a. C., la zona mediterránea de la península
ibérica recibió una serie de oleadas colonizadoras de pueblos que
llegaron a través del mar Mediterráneo, que tenían culturas
diferentes a las que caracterizaban a las poblaciones indígenas de la
península.
• Fenicios, griegos y cartagineses llegaron sucesivamente
a las costas mediterráneas de la
península. Su propósito era económico: buscaban
metales (cobre, plata, estaño, oro) y fomentaron
actividades como la pesca y la salazón.
• Los fenicios, procedentes de Fenicia, en el actual Líbano, tenían
un fuerte ímpetu comercial que llevó a la fundación de diversas
colonias en las costas del Mediterráneo occidental. A partir del
siglo IX a. C. fundaron colonias en el sur de la península ibérica,
entre las que sobresalió Gades (Cádiz) en el siglo VIII a. C.
• Los griegos En torno a 600 a. C. fundaron la colonia de Massalia
(actual Marsella, en el sur de Francia), y desde allí establecieron
diversas colonias en el litoral mediterráneo, como Emporion
(llamada luego Ampurias por los romanos) y Rhode (Rosas).
• Los cartagineses eran procedentes de Cartago, una colonia
fenicia (ubicada en el actual Túnez) que se independizó en el
siglo VI a. C. Crearon colonias muy activas como Ibiza (sobre una
anterior colonia fenicia) en las islas Baleares, cuyo auge
comercial tuvo lugar entre los siglos V y III a. C., y Cartago
Nova (actual Cartagena).
El legado de las colonizaciones
El impacto de las colonizaciones en la historia de la
península ibérica fue importante.
• La introducción de nuevos cultivos o de nuevas técnicas
para su producción, como el olivo, la vid y el esparto.
• La acuñación de monedas, que facilitó la expansión del
comercio.
• La difusión del alfabeto, primero fenicio y luego griego.
• La elaboración de obras artísticas y arquitectónicas,
entre las que se destacan algunos ejemplares como los
sarcófagos antropoides fenicios de Cádiz, el tesoro de
estilo fenicio de Aliseda (en Extremadura) o la ciudad
griega de Emporion.
La conquista romana de la península ibérica
La conquista romana de la península ibérica se inició en el siglo III a. C. y
concluyó, tras un proceso largo y complejo, en el siglo I a.C. Se pueden
distinguir tres etapas principales:
• 1ª etapa: conquista del este y el sur peninsular (218-197 a. C)
• 2ª etapa: conquista del centro y el oeste peninsular (155-133 a. C.)
• 3ª etapa: conquista del norte peninsular (29-19 a.C)
El proceso de romanización: las obras públicas
La cultura romana tuvo un carácter eminentemente
práctico y, por ello, los romanos fueron grandes
ingenieros y constructores de obras públicas. En la
península ibérica se realizaron muchas obras, como las
siguientes:
• Murallas, como las de Lugo.(Galicia)
• Acueductos, como el de Segovia o el de Tarragona.
• Puentes, como el de Alcántara o el de Mérida.
Obras públicas, Roma erigió otras importantes obras con
funciones conmemorativas, artísticas o religiosas, como
por ejemplo:
• Arcos conmemorativos, como el de Bará en
Tarragona o el de Medinaceli en Soria.
• Teatros, como el de Mérida o el de Cartagena.
• Templos, como el de Diana en Mérida.
• Anfiteatros, como el de Itálica en Sevilla.
El fin de la Edad Antigua en la península ibérica
• En general se admite que el final de la Edad Antigua
en la península ibérica se produjo con las
migraciones de las poblaciones “bárbaras”
(mayormente germánicas) que incidieron en la caída
del Imperio romano de Occidente en 476 d. C. y
condujeron a la formación de un reino visigodo en
Hispania.
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