Adaptación viso espacial al vehículo
• Qué son los puntos ciegos y dónde están
• También conocidos como ángulos muertos, los puntos ciegos que existen
en todo vehículo son los que, desde el puesto del conductor, limitan su
campo de visión al punto de obstaculizar su amplitud visual y crear zonas
de riesgo en las que se pueden provocar accidentes de tránsito.
• Por esta razón, los puntos ciegos impiden advertir la presencia de otros
vehículos, especialmente en el cambio de carril (o de adelantamiento). De
ahí la necesidad de tener precaución cuando se realizan estas maniobras.
• El capó, especialmente en camionetas muy grandes, también es un punto
ciego importante. Por su tamaño, este tipo de vehículos hace necesario
que la altura a la cual se encuentra el conductor sea mayor.
Cómo reducirlos
• Para ayudar a observar lo que ocurre detrás del vehículo existen los espejos
retrovisores. Sin embargo, no hay que confiarse únicamente de ellos, porque no todo
lo que reflejan corresponde a la realidad pues también tienen puntos ciegos. En los
espejos también existen puntos ciegos que se dan porque lo que se observa está deter
minado tanto por el tamaño del espejo como por la distancia a que se encuentra el
conductor.
• A menudo muchos conductores que desean cambiar de carril miran los espejos
retrovisores y se encuentran repentinamente con otro vehículo que hace cambio de
luces o les pita como forma de avisar que le están cerrando el paso.
• Esto sucede por la visión limitada producto de los puntos ciegos y por exceso de
confianza de los conductores; este plural no es casual porque la responsabilidad es
compartida entre todos los conductores, es decir, así como el conductor del vehículo
que antecede debe procurar por todos los medios advertir la presencia de otro
vehículo, también es responsabilidad de los demás actores de la vía considerar que el
conductor de cualquier vehículo tiene visual limitada y, por consiguiente, debe hacerse
visible a sus ojos o, al menos a sus espejos.
Algunas recomendaciones
• Los conductores con más experiencia deben desarrollar la visión periférica,
lo que significa estar permanentemente mirando el espejo y dar un vistazo
por encima de los hombros para hacerse una más clara imagen espacial.
• Otra manera de reducir estos puntos ciegos es por medio del uso de
espejos convexos que ofrecen una zona más amplia de visión, aunque la
imagen que muestra no es real, ya que varían los tamaños de los objetos,
así como las distancias a las que se encuentran.
• En resumen, en lo que a puntos ciegos se refiere, vale la pena acudir al
adagio popular: “seguro mató a confianza”, en el sentido de que no se
puede pecar por exceso de confianza.
Postura para conducir:
• Muchos conductores no saben que la postura que eligen a la hora de
manejar su vehículo puede ser fundamental a la hora de prevenir
lesiones y otro tipo de riesgos asociados a la conducción.
Y es que por comodidad o por costumbre, algunos eligen tirar un
poco la silla hacia atrás o subirla para ver mejor. Unos manejan con
las piernas estiradas y otros con ellas más cerca de los pedales.
Aunque todas estas posturas son válidas, muchas pueden
representar un peligro para el conductor, pues se pueden correr más
riesgos de sufrir lesiones en la columna, hombros y extremidades
superiores e inferiores en caso de un accidente de tránsito, golpe o
frenada brusca.
• Aprendiendo a acomodarse al volante
• A la hora de conducir, abres la puerta, te sientas, te pones el cinturón, prendes el
carro y aceleras. ¿Olvidaste algo? Sí: acomodar el asiento del conductor. La mejor
manera de acomodarte para tener una conducción segura y ergonómica en un
vehículo se compone de: Los brazos no deben quedar completamente estirados a
la hora de tomar el volante. Procura que estos permanezcan flexionados todo el
tiempo con un ángulo máximo de 45 grados para evitar lesiones en los hombros o
el cuello.
• Las piernas tampoco pueden quedar totalmente rectas, pues podrías sufrir
lesiones de consideración en la pelvis y en la cadera. Flexiónalas de tal manera que
alcances los pedales y te sientas con el control absoluto del acelerador, freno y
clutch.
• Lo más importante es que las manos tengan el control total del volante. Para saber
si estás ubicado de la manera correcta, asegúrate de que, al estirar tus muñecas,
estas alcancen a reposar sobre la cabrilla. Recuerda también que las manos deben
ponerse según las manecillas del reloj (marcando las 10.10 o las 3:45).
• Aunque no es obligatorio apoyar todo el tiempo la cabeza en el
apoyacabezas,
es preferible que ésta quede apoyada en él mientras manejas para
evitar daños
en las cervicales y el cuello.
• La espalda debe quedar completamente recta sobre
el espaldar de la silla. Así te cansarás menos y evitaras dolores de
columna y cadera por causa de una conducción prolongada.
• El asiento debe estar lo más bajo posible, para tener mayor campo
visual y evitar golpes en la cabeza en caso de volcarte en el carro. El
espaldar puede tener una reclinación máxima de 25 grados.
• El cinturón de seguridad debe proteger al cuerpo por encima de la
cintura y la clavícula. Este no debe quedar ni muy ajustado al cuerpo
ni muy holgado pues, en vez de protegerte, te está exponiendo a
lesiones en cuello y clavícula en caso de un accidente o frenada
rápida. Recuerda usarlo siempre, así sea en cortos trayectos. Un
conductor preventivo se preocupa que los pasajeros de su vehículo
también viajen cómodos y seguros. Pídele a quien te acompañe en la
parte delantera del vehículo que se ponga el cinturón de seguridad y,
si viajas con niños, acomódalos según el reglamento vigente. Para
conocer más sobre este tema, haz clic aquí.