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3.07.07 Ovine Epid

epididimitis bovina

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Brucella ovis produce una enfermedad clínica o subclínica en el ganado ovino que se caracteriza

por lesiones genitales y reducción de la fertilidad en los carneros, placentitis y abortos en las
ovejas, y aumento de la mortalidad perinatal en los corderos. La enfermedad se ha descrito en
países de América y de Europa, así como en Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica, aunque
probablemente tenga lugar en la mayoría de los países con producción ovina.

Identificación del agente: La existencia de lesiones clínicas (epididimitis u orquiepididimitis) en


los carneros puede ser indicativa de la existencia de la infección, aunque se necesitan pruebas de
laboratorio para confirmar el diagnóstico. La confirmación del laboratorio puede basarse en
métodos directos o indirectos. El diagnóstico directo se realiza por medio del aislamiento
bacteriológico de B. ovis a partir de muestras de esperma o tejidos de los carneros, o de
secreciones vaginales, leche o tejidos de ovejas en medios selectivos adecuados. Se han
desarrollado métodos moleculares para la detección complementaria basada en secuencias
genómicas específicas. Los métodos basados en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR)
pueden constituir otra forma de detección. No obstante, para el diagnóstico sistemático son
preferibles los métodos indirectos basados en pruebas serológicas.

Pruebas serológicas: Para el diagnóstico se debe utilizar la técnica de fijación de complemento


(CF), la prueba de inmunodifusión en gel de agarosa (AGID), o el enzimoinmunoanálisis (ELISA)
indirecto, empleando antígenos de superficie solubles obtenidos a partir de la cepa de B. Ovis REO
198. La sensibilidad de las pruebas AGID e I-ELISA es parecida, y a veces parecen superiores a la
de la CF. En cuestión de sensibilidad, una combinación de las técnicas AGID e I-ELISA parece
ofrecer los mejores resultados. Sin embargo, respecto al coste y la simplicidad, la prueba AGID es
la más factible para el diagnóstico de B. Ovis en laboratorios no especializados. No obstante, dada
la inexistencia de métodos estandarizados reconocidos internacionalmente para el I-ELISA y el
AGID, la prueba más idónea para certificar animales individuales antes de su traslado, incluso para
el comercio internacional, continúa siendo la CF.

Requisitos para las vacunas: Los cultivos del inóculo para la producción de vacunas deben
obtenerse a partir de los laboratorios reconocidos internacionalmente. Para la prevención de la
infección de los carneros por B. ovis, puede utilizarse de manera segura y eficaz una dosis única
estándar de vacuna viva de B. melitensis Rev.1 administrada por vía subcutánea o, mejor, por vía
conjuntival. Esta cepa de vacuna debe cumplir los estándares mínimos de calidad: una
concentración suficiente, ausencia de disociación, una suficiente virulencia residual e
inmunogenicidad (eficacia), y ausencia de otros agentes (véase el Capítulo 3.1.4 Brucelosis
[Brucella abortus, B. melitensis y B. suis]).

Brucella ovis causa una infección peculiar en el ganado ovino y es una de las causas más frecuentes de
epididimitis en corderos; también causa infertilidad y abortos en las ovejas, aunque de manera poco frecuente, y
aumento en la mortalidad de los corderos.
Brucella ovis y B. canis son las dos especies de Brucella actualmente conocidas que de manera natural se
encuentran en la fase rugosa. Brucella ovis es similar a las otras especies de Brucella en cuanto a morfología, a
propiedades de tinción y a las características de los cultivos, excepto por el hecho de que da reacciones
negativas en las pruebas de la oxidasa y de la ureasa. Las propiedades microbiológicas y serológicas del género
Brucella y de las especies y biotipos relacionados se indican en el Capítulo 3.1.4 Brucelosis (Brucella abortus,
B. melitensis y B. suis).

Brucella ovis infecta al ganado ovino causando lesiones genitales (epididimitis y orquiepididimitis) e infertilidad en
los carneros, placentitis, abortos e infertilidad en las ovejas y un aumento de la mortalidad perinatal en los
corderos. Brucella ovis suele excretarse con el esperma de los carneros infectados. La transmisión venérea
pasiva a través de la oveja parece ser la vía de infección más frecuente, aunque también es muy frecuente la
transmisión entre carneros (Blasco, 1990; 2010). En los sistemas de producción semiextensivos (más frecuentes
en los países europeos mediterráneos), los carneros suelen alojarse juntos. Por lo tanto, la transmisión directa
entre carneros durante los periodos no reproductivos es bastante frecuente y se ha sugerido que tiene lugar
mediante varias vías, como la monta anal y, con mayor frecuencia, a través de contacto oro-genital (lamido de
prepucio).

Por otra parte, las ovejas infectadas pueden excretar B. ovis con las secreciones vaginales y la leche y, por lo
tanto, la transmisión de oveja a carnero y de oveja en lactación a cordero también podrían ser mecanismos de
infección importantes. Así, las ovejas deben considerarse relevantes en la epidemiología de esta infección, y ello
debe tenerse en cuenta para erradicar de forma efectiva B. ovis de los rebaños infectados (Blasco, 2010; Grilló et
al., 1999).

Esta enfermedad se ha documentado en países de América y de Europa, así como en Australia, Nueva Zelanda
y Sudáfrica, pero probablemente tenga lugar en la mayoría de países con producción ovina.

La demostración de la existencia de lesiones genitales (epididimitis unilateral o bilateral, y orquiepididimitis)


mediante la palpación de los testículos de los carneros puede ser un indicio de la presencia de esta infección en
un determinado rebaño. Sin embargo, este diagnóstico clínico no es suficientemente sensible porque no todos
los carneros infectados por B. bovis presentan lesiones genitales palpables (Blasco, 1990). Además, el
diagnóstico clínico carece de especificidad debido a la existencia de muchas otras bacterias que causan lesiones
genitales en los carneros. Los agentes patógenos que más frecuentemente causan este tipo de lesiones en los
carneros son Actinobacillus seminis, A. actinomycetencomitans, Histophilus ovis, Haemophilus spp.,
Corynebacterium pseudotuberculosis ovis, B. Melitensis, Chlamydia abortus y Pasteurella spp. (Bulgin &
Anderson, 1983; Garcia-Pastor et al., 2009; Livingstone & Hardy, 1964). Debe hacerse hincapié en que muchas
lesiones testiculares palpables de los carneros son granulomas espermáticos estériles provocados por un
traumatismo.

Aunque se ha comprobado que el ganado vacuno, las cabras y los ciervos son susceptibles a B. ovis en
experimentos de transmisión artificial, solo se han descrito casos naturales en ciervos criados en contacto directo
con carneros infectados (Ridler et al., 2012).

Hasta la fecha, no se ha documentado ningún caso humano, y B. ovis se considera no zoonótica. No obstante,
en zonas en las que la infección por B. melitensis coexiste con la infección por B. ovis, debe tenerse especial
cuidado al manipular muestras, que deberán transportarse al laboratorio en recipientes herméticos (para más
información, consúltense el Capítulo 3.1.4 Brucelosis [Brucella abortus, B. melitensis y B. suis] y el Capítulo 1.1.3
Transporte de material biológico). Todas las manipulaciones de laboratorio con cultivos vivos o material que
pueda estar infectado o contaminado deben llevarse a cabo a un nivel de bioseguridad y contención adecuado,
que se determinará a partir de un análisis del riesgo biológico (Capítulo 1.1.4 Bioseguridad y bioprotección:
norma para la gestión del riesgo biológico en el laboratorio veterinario y en las instalaciones de los animales).
Propósito

Demostrar ausencia
de infección en Determinar la
Método Demostrar
Contribuir a Confirmar Confirmar prevalencia
ausencia de animales
las políticas de casos casos de la
infección en individuales antes b c d
erradicación clínicos sospechosos infección –
la población de los
a vigilancia
desplazamientos

1
Identificación del agente

Métodos de – – – + – –
tinción
d
Cultivo – – – +++ +/++ –

e
PCR – – – +/++ +/++ –

Detección de respuesta inmunitaria

CF +++ +++ +++ ++ ++ ++

I-ELISA +++ +++ +++ ++ ++ +++

AGID ++ ++ +++ ++ ++ ++

Clave: +++ = método recomendado; ++ = método idóneo; + = puede utilizarse en algunas situaciones, pero el coste, la
fiabilidad y otros factores limitan mucho su aplicación; – = no adecuado para este propósito; n/a = no aplicable. Aunque no
todas las pruebas clasificadas como +++ o ++ han sido validadas formalmente, su uso sistemático y el hecho de que se hayan
utilizado ampliamente sin resultados dudosos las hace aceptables.
PCR = reacción en cadena de la polimerasa; CF = fijación del complemento;
I-ELISA = enzimoinmunoanálisis indirecto; AGID = inmunodifusión en gel de agar.
a
Solo es aplicable a rebaños/manadas, países o zonas libres de infección por Brucella ovis.
b
Para mejorar la eficiencia de las políticas de erradicación en rebaños/manadas infectados, se recomienda
combinar pruebas para aumentar la sensibilidad del diagnóstico, es decir, realizar al menos
dos pruebas serológicas, como una CR (o AGID) y un I-ELISA;
c
En las zonas de prevalencia baja o casi libres, el valor predictivo de un resultado positivo en pruebas
serológicas puede ser muy bajo. En tales circunstancias, para confirmar los casos clínicos suele ser
necesaria la detección del agente patógeno. En rebaños/manadas infectadas, un resultado positivo en cualquier prueba
serológica se puede considerar como confirmación de un caso clínico.
d
En los rebaños/manadas infectados, toda reacción en cualquier prueba serológica debe considerarse evidencia
de infección. En las zonas de prevalencia baja o casi libres, los casos aislados de reacción a pruebas serológicas
pueden confirmarse mediante cultivo (y/o PCR). En los países o zonas libres, los animales sospechosos son aquellos que dan
un resultado positivo tanto en una prueba serológica de cribado como en una de confirmación (pruebas seriadas,
por ejemplo I-ELISA y CF, respectivamente) y deben confirmarse mediante cultivo (y/o PCR).
e
Pueden tener lugar falsos positivos.

Las muestras más valiosas para el aislamiento de B. ovis a partir de animales vivos son el esperma,
los hisopos vaginales y la leche. Para la obtención de los hisopos vaginales y de la leche, véanse las
instrucciones que se dan en el capítulo 3.1.4. El esperma (líquidos genitales) se puede obtener
fácilmente con hisopos tomados de la cavidad prepucial después de la electroeyaculación. Dichos
hisopos también se pueden tomar directamente de la vagina de ovejas libres de brucelosis
inmediatamente después de la monta natural por un carnero en el que se sospeche de infección. Los
carneros infectados, presenten o no signos clínicos, pueden excretar B. ovis de forma intermitente con
el esperma durante años (Blasco, 2010). Los hisopos vaginales que se toman después de un aborto o

1 Se recomienda aplicar una combinación de métodos de detección del agente etiológico a la misma muestra clínica.
parto prematuro y las muestras de leche son muestras muy recomendables para aislar B. ovis de
ovejas infectadas (Grilló et al., 1999).

Para el aislamiento de B. ovis después de la necropsia, los órganos preferidos en cuanto a la


probabilidad de aislamiento son el epidídimo, la vesícula seminal, las ampollas de los conductos
deferentes y los ganglios linfáticos inguinales de los carneros, así como el útero y los ganglios
linfáticos ilíacos y supramamarios en las ovejas. Sin embargo, para obtener una sensibilidad máxima,
se debe realizar una búsqueda completa que incluya otros órganos y ganglios linfáticos (esplénicos,
craneales, escapulares, prefemorales y testiculares) (Blasco, 2010). También se pueden examinar los
corderos muertos y las placentas. Los sitios preferidos para el aislamiento a partir de corderos
abortados o nacidos muertos son el contenido del abomaso y el pulmón.

Las muestras para el cultivo deben refrigerarse y transportarse al laboratorio para ser cultivadas lo
antes posible después de la obtención. El microorganismo permanece viable durante 48–72 horas a
temperatura ambiente, pero si el cultivo va a retrasarse, la supervivencia se mejora refrigerando o,
preferiblemente, congelando muestras tisulares.

Se pueden examinar hisopos vaginales o de esperma de animales con signos clínicos mediante la
tinción por el método de Stamp (Alton et al., 1988) (véase el Capítulo 3.1.4.), y en muchos de los
animales infectados pueden resultar visibles cocobacilos característicos. El examen de frotis de tejidos
sospechosos teñidos por el método de Stamp (el tracto genital y los ganglios linfáticos inguinales de
los carneros; las placentas de las ovejas y el contenido del abomaso y el pulmón de los fetos) también
puede servir para un diagnóstico provisional rápido.

Sin embargo, en tales muestras también se pueden encontrar otras bacterias con morfología o
características de tinción similares (B. melitensis, Coxiella burnetii y Chlamydia abortus), haciendo
difícil el diagnóstico para el personal con poca experiencia. Por ello, los resultados microscópicos
siempre deben confirmarse mediante el cultivo del microorganismo.

Debido a su especificidad, el mejor método directo de diagnóstico es el aislamiento y la identificación


de B. ovis en líquidos y tejidos de ganado ovino y, si es posible, la única forma de demostrar de
manera incontestable la infección por B. ovis en un animal o rebaño determinado. Las muestras de
esperma, los hisopos vaginales, o la leche se pueden extender directamente en placas con el medio
de cultivo adecuado e incubarse a 37°C± 2°C en una atmósfera con CO2 al 5–10%. Antes de
sembrarlo, los tejidos deben macerarse y triturarse con un homogeneizador o una licuadora añadiendo
una pequeña cantidad de suero fisiológico o solución salina tamponada con fosfato (PBS). Es
importante tener en cuenta que cuanto mayor sea la cantidad de homogenados de tejido y mayor sea
el número de placas de cultivo inoculadas por muestra, mayor será la sensibilidad diagnóstica final
que se obtenga.

El crecimiento aparece tras 3–4 días de incubación, pero los cultivos no deben descartarse como
negativos hasta que hayan transcurrido 7 días. Las colonias de B. ovis se hacen visibles (0,5–2,5 mm)
después de 3 o 4 días de incubación, y están en fase rugosa y son redondeadas, brillantes y
convexas.

Brucella ovis puede ser aislada en medios no selectivos, tales como el agar-sangre base enriquecido
con suero ovino o bovino estéril al 10%, o en medio de agar-sangre con un 5–10% de sangre ovina
estéril. Sin embargo, dado que el inóculo primario requiere 4–7 días de incubación, el
sobrecrecimiento de hongos y de bacterias comensales y ambientales a menudo contamina las placas
de los cultivos no selectivos, y da lugar a una reducción de la sensibilidad diagnóstica. Por
consiguiente, el uso de medios selectivos es fundamental para el diagnóstico bacteriológico de una
infección por B. ovis.

El medio selectivo de Farrell modificado que se emplea mucho para el aislamiento de Brucella en fase
lisa (véase el Capítulo 3.1.4) inhibe el crecimiento de B. ovis y no debe utilizarse (Marin et al., 1996).
Se han descrito distintos medios selectivos, pero el de Thayer-Martin modificado (mTM) (Marin et al.,
1996) se ha utilizado clásicamente para asilar B. ovis. De forma resumida, este medio se puede
preparar con medio base GC (38 g/litro Difco, EE.UU.) suplementado con hemoglobina (10 g/litro) y
metanesulfonato de colistina (7,5 mg/litro), vancomicina (4 mg/litro), nitrofurantoína (10 mg/litro),
nistatina (100,000 Unidades Internacionales [IU]/litro = 17,7 mg) y anfotericina B (2,5 mg/litro). Las
soluciones de trabajo se preparan así:
Solución A: Se añaden 500 ml de agua destilada al medio base GC, se calienta la mezcla
cuidadosamente para evitar quemar el medio, mientras se agita continuamente y se esteriliza en
autoclave a 120°C durante 20 minutos.

Solución B: Se resuspende la hemoglobina en 500 ml de agua destilada, añadiendo el agua


lentamente para evitar grumos. Una vez disuelta, se añade una varilla magnética y se esteriliza en
autoclave a 120°C durante 20 minutos

Solución de antibiótico (preparada a diario): la colistina, la nistatina y la vancomicina se resuspenden


en una mezcla de metanol/agua (1/1); la nitrofurantoína se suspende en 1 ml de una solución estéril
de NaOH 0,1 M. En el caso de la anfotericina B, se recomienda preparar una solución base de
10 mg/ml de anfotericina B con 10 mg disueltos primero en 1 ml de dimetilsulfóxido estéril (C 2H6OS,
grado analítico) y añadidos después a 9 ml de PBS estéril (10 mM , pH 7,2 ± 0,1). Toda solución base
que sobre puede guardarse 5 días a 5°C ± 3°C. Todas las soluciones de antibióticos deben filtrarse a
través de filtros de 0,22 µm antes de añadirse al medio de cultivo. Otra combinación de antibióticos,
adecuada pero menos efectiva, puede ser la siguiente: vancomicina (3 mg/litro); colistina (7,5 mg/litro);
nistatina (12.500 UI/litro); y nitrofurantoína (10 mg/litro).

Tras la esterilización en autoclave, se estabiliza la temperatura (45–50°C) de ambas soluciones, A y B,


con agitación continua. Se mezclan ambas soluciones (añadiendo A a B), evitando la formación de
burbujas. Se añaden las soluciones de antibióticos mientras se agita continuamente y con cuidado, y
el contenido se reparte en placas estériles. Una vez preparadas, las placas no deben guardarse
durante demasiado tiempo, y siempre se recomienda trabajara con medio acabado de preparar.

No obstante, el medio mTM no es translúcido debido a que se le añade hemoglobina como


componente basal, y por lo tanto es inadecuado para la observación directa de la morfología de las
colonias. Ello tiene importantes consecuencias prácticas porque probablemente sea el procedimiento
más utilizado para la identificación provisional de Brucella (Alton et al., 1988). Teniendo esto en
cuenta, recientemente se ha formulado un nuevo medio de cultivo (denominado CITA) empleando
base agar sangre como componente basal, y suplementado con un 5% de suero estéril de ternero y
los siguientes antibióticos: vancomicina (20 mg/litro), metanesulfonato de colistina (7,5 mg/ litro),
nitrofurantoína (10 mg/ litro), nistatina (100 000 IU/ litro), y anfotericina B (4 mg/ litro). Esta mezcla de
antibióticos se puede preparar como se ha indicado anteriormente para elaborar el medio mTM. Este
nuevo medio, CITA, inhibe la mayor parte de microorganismos contaminantes, pero permite el
crecimiento de las especies de Brucella. Además, el medio CITA tiene mejor rendimiento que el mTM
para el aislamiento de B. ovis, y es más sensible que el mTM y que el de Farrell para el aislamiento de
especies de Brucella en fase lisa a partir de muestras de campo, motivo por el que se considera el
medio selectivo de elección para el aislamiento general de Brucella (De Miguel et al., 2011).

Todos los medios de cultivo deben someterse a un control de calidad cepas de referencia para
asegurar que permiten su crecimiento.

Las colonias de Brucella ovis no son hemolíticas. Son circulares, convexos, tienen bordes continuos,
son siempre de tipo tosco cuando se examinan mediante iluminación oblicua y dan positivo en la
prueba de acriflavina (Alton et al., 1988). Para crecer, B. ovis necesita una atmósfera enriquecida con
un 5–10% de CO2. Brucella ovis carece de actividad ureásica, no reduce nitratos a nitritos, es catalasa
positivo y oxidasa negativo, no produce H2S y, aunque no crece en presencia de violeta de metilo,
generalmente sí crece en presencia de concentraciones estándar de tionina. Los cultivos no se lisan
4
por la dilución corriente de prueba (RTD), o 10 RTD, de los fagos de Brucella de los grupos Tbilissi
(Tb), Weybridge (Wb) e Izatnagar (Iz), mientras que se lisan por el fago R/C (Alton et al., 1988). La
mayoría de los laboratorios no están equipados para una identificación completa de Brucella a nivel de
especie y de biotipo, y es necesario un programa práctico para la identificación provisional. La mayoría
de las cepas de B. ovis pueden identificarse correctamente por sus características de crecimiento, la
observación directa empleando luz reflejada indirecta, la tinción de Gram o Stamp, y las pruebas de la
catalasa, oxidasa, ureasa y acriflavina. Sin embargo, la identificación definitiva debe ser llevada a cabo
por laboratorios de referencia con experiencia en la identificación y tipificación de Brucella.

La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y otros métodos moleculares desarrollados


recientemente constituyen otro medio de detección e identificación de Brucella sp. (véase el Capítulo
3.1.4.) y se están empezando a utilizar de forma sistemática en muchos laboratorios de diagnóstico.
La existencia de muestras de esperma intensamente contaminadas por sobrecrecimiento de
microorganismos o que contengan B. ovis muerta también podría justificar el uso de PCR como
prueba complementaria de diagnóstico directo. De hecho, se ha observado que varias PCR tienen una
sensibilidad similar al cultivo bacteriológico estándar cuando se aplican a muestras de esperma de
carneros infectados por B. ovis (Xavier et al., 2010). No obstante, todavía no se ha determinado bien
cuál es la sensibilidad y la especificidad de estas pruebas de diagnóstico directo basadas en la PCR
en otras muestras clínicas y, por el momento, la bacteriología clásica debe considerarse el método de
elección para el diagnóstico bacteriológico de B. ovis. En cambio, el uso de las PCR múltiples con
escala de Bruce (véase el Capítulo 3.1.4) con muestras de ADN extraído de colonias de placas e
cultivo es un método rápido y muy específico que permite una correcta identificación de la mayoría de
especies de Brucella, incluida B. ovis.

Las pruebas más eficaces y utilizadas son la de fijación de complemento (CF), la prueba de doble inmunodifusión
en gel de agarosa (AGID) y el enzimoinmunoanálisis indirecto (I-ELISA). Varios países han adoptado varias
técnicas diagnósticas estándar para B. ovis, pero la prueba más idónea para certificar animales individuales
antes de su traslado, incluso para el comercio internacional, reconocido por la OIE y la Unión Europea es la CF.
Sin embargo, se ha demostrado que la AGID muestra una sensibilidad parecida a la de la CF, y que es una
prueba más fácil de realizar. Aunque se carece de una estandarización a nivel internacional, numerosos estudios
independientes de validación han mostrado que el I-ELISA es más sensible que la CF o la AGID. El AGID y el I-
ELISA se ha observado que son más sensibles que la CF. En cambio, en ocasiones se ha observado que el I-
ELISA es menos específico, pero es algo que en gran medida depende del protocolo que se utilice (Estein et al.,
2002; Nielsen et al., 2004; Praud et al., 2012).
2
El Suero Estándar Internacional anti-Brucella ovis (ISaBoS, International Standard 1985 ) es la referencia
utilizada para comparar y calibrar el resto de los estándares. Este estándar de referencia está disponible para los
laboratorios de referencia nacionales y debe utilizarse para establecer los estándares secundarios o nacionales
frente a los cuales puedan prepararse los estándares de trabajo que se utilizarán en el laboratorio de diagnóstico
de forma sistemática en el día a día.

3
Los antígenos HS que se utilicen en las pruebas serológicas deben prepararse a partir de la cepa REO 198 de
Brucella ovis, que no necesita CO2 ni suero.

Cuando se extraen células de Brucella en fase rugosa con solución salina mediante calor (método
salino caliente, HS), se consiguen extractos antigénicos solubles en agua, cuyo componente
mayoritario se precipita con sueros frente a Brucella rugosa (Diaz & Bosseray, 1973; Myers et al.,
1972). Por esta razón los extractos HS han sido denominados como el “antígeno específico de la fase
rugosa” o, cuando se obtienen a partir de B. ovis, como el “antígeno específico de B. ovis”. Sin
embargo, la caracterización química de los extractos HS de B. ovis ha puesto de manifiesto que estos
se encuentran enriquecidos en lipopolisacárido rugoso (R-LPS), en proteínas de la membrana externa
del grupo 3, y en otros componentes de la membrana externa (Riezu-Boj et al., 1986). Por tanto, los
extractos HS contienen determinantes de LPS específicos para B. ovis, pero también componentes
antigénicos adicionales, algunos de ellos compartidos con especies rugosas y lisas de Brucella
(Santos et al., 1984). Tales componentes explican la reactividad cruzada que se observa a veces con
el método HS en sueros de ovejas infectadas con B. melitensis o vacunadas con B. melitensis Rev.1
(Riezu-Boj et al., 1986). El extracto HS es el que actualmente se utiliza más para el diagnóstico
serológico de las infecciones por B. ovis. La solubilidad en el agua y su alto contenido en epítopos
relevantes de la superficie célula explican su buen rendimiento en las pruebas serológicas de
detección de B. ovis. Sin embargo, en zonas en las que la infección por B. melitensis también existe o
en que se vacuna al ganado ovino con B. melitensis Rev. 1, la especificidad del diagnóstico respecto a
B. ovis debe interpretarse con cautela, teniendo en cuenta los resultados de las pruebas serológicas
de detección de especies lisas de Brucella (Blasco, 2010).

Los medios sólidos basales no selectivos descritos en el apartado B.1.3. son adecuados para el
crecimiento de B. ovis REO 198.

i) Se hace crecer exponencialmente la cepa de B. ovis REO 198 con uno de los siguientes
métodos: durante 48 horas en matraces con caldo de cultivo tripticasa-soja en un
incubador orbital a 37°C ± 2°C y a 150 rpm; o en botellas de Roux de agar tripticasa-soja
u otro medio adecuado; o bien en un fermentador de tipo lote como se describe para

2 Se puede obtener del Laboratorio de Referencia de la OIE para la Brucelosis del Reino Unido.
3 Se puede obtener del Laboratorio de Referencia de la OIE para la Brucelosis de Francia.
B. abortus. La adición de suero al 5% al medio es opcional porque la cepa de B. ovis REO
198 no necesita suero.
ii) Las células se resuspenden en solución salina al 0,85% o PBS, luego se lavan dos veces
en solución salina al 0,85% (12 g de células secas o 30 g de células concentradas
húmedas en 150 ml).
iii) A continuación, la suspensión celular se esteriliza en autoclave a 120°C durante 15–
3 minutos.
iv) Después de enfriar, la suspensión se centrifuga (15.000 g, 5°C ± 3°C, 15 minutos) y el
líquido sobrenadante se filtra y dializa frente a agua destilada, usando 100 veces el
volumen de la suspensión, a 4°C; el agua debe cambiarse tres veces durante al
menos días.
v) El líquido dializado se ultracentrifuga (100.000 g, 4°C, 6–8 horas) y el sedimento se
resuspende en un pequeño volumen de agua destilada y se liofiliza. Cuando se produzca
para ser utilizado en la CF, añadir suero de reemplazo II (CPSRII) para el proceso de
control antes del liofilizado puede ayudar en la estabilidad y en la actividad anti-
complementaria.

A continuación, el HS se resuspende en agua destilada (para su uso en la AGID), en solución salina


tamponada con veronal (para su uso en la CF), o en tampón carbonato/bicarbonato (para su uso en el
I-ELISA), y se titula en función del método utilizado.

Si va a utilizarse en la AGID, el HS re-suspendido puede mantenerse a 5°C ± 3°C añadiendo


opcionalmente fenol al 0,5% como conservante. Se debe evitar la congelación y descongelación de las
suspensiones de antígeno (Diaz & Bosseray, 1973).

El antígeno de la CF debe estandarizarse respecto al ISaBoS para dar una fijación del 50% a una
dilución del suero de 1/100. Debe recordarse que cada lote de antígeno de la CF debe titularse con la
técnica de CF que vaya a seguirse para la prueba ordinaria. Por lo tanto, antes de utilizar un antígeno
de CF (comercial o interno) en una CF concreta, el laboratorio debe asegurarse de que el título
antigénico se haya establecido con dicha técnica de CF.

En ausencia de unas normas de estandarización establecidas, los antígenos del I-ELISA y del AGID
deben titularse respecto a un conjunto de sueros positivos y negativos adecuados.

En un trabajo reciente en el que se ha validado el I-ELISA por comparación con la CF, se han
utilizado los siguientes criterios de estandarización del I-ELISA (Praud et al., 2012):

i) Una pre-dilución a 1/62 del ISaBoS preparada en un suero negativo (o en un conjunto de


sueros negativos) debe dar una reacción positiva;
ii) Una pre-dilución a 1/256 del ISaBoS preparada en un suero negativo (o en un conjunto de
sueros negativos) debe dar una reacción negativa.
Estos criterios tendrán que validarse mediante un ensayo interlaboratorial.

En cualquier caso, los kits de I-ELISA, comerciales o internos, deben validarse con arreglo al Capítulo
1.1.6 Principios y métodos de validación de las pruebas de diagnóstico de las enfermedades
infecciosas.

No existe un método estandarizado para la CF, y por lo tanto se recomienda utilizar un suero Estándar
Internacional (véase el apartado B.2.2.2). Es mejor realizar la técnica por el método de la
microtitulación. Algunos trabajos indican que la fijación fría es más sensible que la fijación caliente (Ris
et al., 1984), pero que es menos específica. Sin embargo, las reacciones anticomplementarias,
frecuentes con suero de oveja, son más frecuentes con la fijación fría.

Se han propuesto varios métodos para la CF utilizando diferentes concentraciones de hematíes


frescos de oveja (SRBC) (se recomienda normalmente una suspensión al 2–3%), sensibilizados con
un volumen igual de suero de conejo anti-SRBC diluido hasta contener varias veces (generalmente de
dos a cinco veces) la concentración mínima necesaria para producir un 100% de lisis de los SRBC en
presencia de una solución titulada de complemento de cobaya. Esta última se titula
independientemente (en presencia o ausencia de antígeno según el método), para determinar la
cantidad de complemento necesaria para producir un 50% o un 100% de lisis de SRBC sensibilizados
en una unidad de volumen de una suspensión estandarizada; se definen como la unidad hemolítica
50% o 100% del complemento (C’H50 o C’H100), respectivamente. Generalmente se recomienda titular
el complemento antes de cada grupo de pruebas, y para que la determinación del C’H50 sea óptima se
prefiere un macrométodo. Por lo general, en la prueba se utilizan 1,25–2 C’H100 o 5–6 C’H50.

La solución salina tamponada con barbital (veronal) (VBS) es el diluyente estándar para la CF. Se
prepara a partir de comprimidos comerciales, de lo contrario, se puede preparar de acuerdo con la
fórmula descrita en otro lugar (véase el Capítulo 3.1.4). Los sueros problema deben inactivarse
durante 30 minutos en un baño de agua a 60–63°C, y a continuación diluirse (diluciones a la mitad) en
VBS. La solución de base del antígeno HS (2,5–20 mg/ml en VBS) se diluye en VBS como se
determinó previamente mediante la titulación (titulación en sistema de doble entrada). Normalmente
sólo se analiza una dilución de suero (generalmente la 1/10).

Utilizando placas de microtitulación estándar de 96 pocillos con fondo redondo (en U), la
técnica normalmente se realiza del siguiente modo:

i) Se colocan 25 µl del suero problema inactivado en los pocillos de la primera y segunda


filas. La primera fila es un control anti-complementario para cada suero. Se añaden
volúmenes de 25 µl de VBS a los pocillos de la primera fila (controles anti-
complementarios) para compensar la falta de antígeno. Se añaden volúmenes de 25 µl de
VBS a todos los demás pocillos excepto a los de la segunda fila. Se preparan diluciones
seriadas a la mitad transfiriendo volúmenes de suero de 25 µl de la tercera fila en
adelante
ii) Se añaden a cada pocillo, excepto a los pocillos de la primera fila, volúmenes de 25 µl de
antígeno diluido hasta la concentración de trabajo.
iii) Se añaden a cada pocillo volúmenes de 25 µl de complemento, diluidos hasta el número
de unidades requeridas.
iv) Los pocillos control deben contener 75 µl de volumen total en cada caso; estos pocillos
contienen
a) solo diluyente,
b) complemento + diluyente,
c) antígeno + complemento + diluyente.
Los sueros control que den una reacción positiva muy floja deben analizarse en cada
conjunto de pruebas para comprobar la sensibilidad de las condiciones analíticas.

v) Las placas se incuban a 37°C ± 2°C durante 30 minutos, o a 5°C ± 3°C durante toda la
noche, y se añade en cada pocillo un volumen (25 o 50 µl, dependiendo de la técnica) de
SRBC sensibilizados. Las placas se re-incuban a 37°C ± 2°C durante 30 minutos.
vi) Se leen los resultados después de haber centrifugado las placas a 1.000 g durante
10 minutos a 5°C ± 3°C, o de haberlas dejado reposar a 5°C ± 3°C durante un mínimo de
2–3 horas para permitir que precipiten las células no lisadas. El grado de hemólisis se
compara con estándares correspondientes a 0, 25, 50, 75 y 100 % de lisis. El título del
suero problema es la dilución más alta a la cual hay un 50% o menos de hemólisis.

Existe un sistema de unidades basado en el Estándar Internacional para el Suero anti-Brucella


ovis (ISaBoS o Estándar Internacional 1985 [véase la nota 3 a pie de página]). Este suero
contiene 1.000 ICFTU /ml. Si este suero se analiza con un método determinado y da, por
ejemplo, un título de 200, (50% de hemólisis), entonces el factor para un suero desconocido
analizado mediante ese método se puede hallar a partir de la fórmula: 1.000/200 × título del
suero problema = número de ICFTU (unidades internacionales de CF) de anticuerpo en el
suero problema por ml. Es recomendable que en cualquier país en el que se utilice la CF a
escala nacional se llegue a un acuerdo, entre los distintos laboratorios que realizan la prueba
mediante el mismo método, para garantizar la obtención del mismo nivel de sensibilidad y
especificidad frente a un conjunto adecuado de sueros procedentes de ganado ovino cuyos
cultivos sean positivos para B. ovis, y de ganado ovino libre de Brucella. Los resultados deben
expresarse siempre en ICFTU, calculados con relación a aquellos obtenidos en una titulación
en paralelo con un suero estándar, que a su vez puede calibrarse frente al Estándar
Internacional.

Los sueros que dan un título equivalente a 50 ICFTU/ml o más se consideran positivos.

Se han propuesto diversas variaciones de esta prueba. La prueba que se describe aquí es un ELISA
indirecto (I-ELISA) en el que se utiliza ABTS (2,2’-azino-bis-[ácido 3-etilbenzotiazolin-6-sulfónico])
como cromógeno, aunque son también adecuados otros procedimientos, y ahora existen varios kits
comerciales.

Las pruebas se realizan en placas de ELISA de 96 pocillos de fondo plano.

Las diluciones de los reactivos y el suero se preparan en PBS, pH 7,2 (± 0,2), añadiendo Tween 20 al
0,05% (PBST).

Se preparan diluciones del antígeno para la adsorción en un tampón carbonato/bicarbonato, (pH 9,6 ±
0,2). Las placas se lavan después de cubrir con el antígeno y entre incubaciones, cuando es
apropiado, normalmente con PBST (véase abajo). . El antígeno (HS) y el conjugado se titulan
mediante el sistema de doble entrada, y se seleccionan las diluciones que proporcionan el mejor
cociente de discriminación entre los sueros estándar positivos y los negativos. Los anticuerpos
secundarios (por ejemplo, anticuerpo anti IgG ovina [cadenas H+L]) por lo general se conjugan a
peroxidasa de rábano (HRPO), aunque se pueden usar otros enzimas o conjugados (tales como la
proteína recombinante G/HRPO). También se ha encontrado un anticuerpo monoclonal frente a IgG 1
bovina conjugado con HRPO que es adecuado para su uso en el I-ELISA (Vigliocco et al., 1997). Si se
usa un conjugado a peroxidasa, el cromógeno, normalmente ABTS, se diluye en un tampón sustrato
4
(compuesto de ácido cítrico y citrato sódico, véase abajo) . Se añade el sustrato, peróxido de
hidrógeno (H2O2), al tampón de substrato y se incuban las placas durante 15–30 minutos a
temperatura ambiente (22°C ± 4°C). La reacción se puede detener con azida sódica 1 mM u otros
reactivos, y el cambio de color se lee a 405–414 nm (para más detalles véase el Capítulo 3.1.4).

El antígeno usado en el I-ELISA es el HS en la solución base a 1 mg/ml en tampón de cobertura,


titulada en un sistema de doble entrada con diferentes diluciones de antígeno, conjugado y sustrato,
frente a un suero estándar o frente a diluciones seriadas de un conjunto de sueros ovinos de cultivos
positivos para B. ovis, y de un conjunto de sueros ovinos libres de Brucella, para determinar la
concentración de trabajo más sensible y específica (por lo general 5–10 µg/ml). En la literatura se han
publicado otros antígenos, sobre todo R-LPS (Nielsen et al., 2004), pero su extracción es complicada y
peligrosa, y no tienen ninguna ventaja en particular respecto al HS, que también se utiliza en la CF y
en la AGID.

En cada placa debe añadirse un control positivo y uno negativo. Para definir los criterios de validación
de los resultados de cada placa, deben establecerse los intervalos de DO que deben obtenerse con
estos dos controles. La DO del control positivo es aquella con la que se compararán las DO de los
sueros problema para establecer sus resultados (negativo o positivo).

A cada placa debe añadirse otro suero positivo (control interno) para validar la repetibilidad de la
prueba entre placas y entre días.

i) Se antigenan placas de microtitulación de poliestireno de calidad (es importante obtener


resultados constantes puesto que cada marca da unos valores de adsorción) añadiendo a
cada pocillo 100 µl de una dilución de un antígeno predeterminado de adsorción:
Tampón de adsorción (tampón carbonato-bicarbonato 0,06 M, pH 9,6 ± 0,2):
a) Solución A: 0,84 g de NaHCO3 en 10 ml de agua destilada.
b) Solución B: 1,06 g de Na2CO3 en 10 ml de agua destilada.
Se mezclan 4,53 ml de A con 1,82 ml de B y se añade agua destilada hasta los 100 ml.

4 TMB (3,3’,5,5’-tetrametilbenzidina) También es un sustrato cromógeno conocido para la detección de HRP en el ELISA y
se vende en varios formatos. No es carcinógeno.
Las placas, selladas, se incuban a 37°C ± 2°C durante toda la noche, preferiblemente. A
continuación, se lavan cuatro veces con el tampón de lavado para eliminar el antígeno no
unido y se secan golpeteándolas firmemente con la cara superior hacia abajo sobre papel
absorbente.

Tampón de lavado (PBS 0,01 M, pH 7,2 ± 0,2, que contenga Tween 20 al 0,05%):

a) Solución base:
Solución A: Na2HPO4: 10,96 g en 150 ml de agua destilada

Solución B: NaH2PO4 (H2O): 3,15 g en 150 ml de agua destilada (3,5 g en 150 ml de


agua destilada si se utiliza NaH2PO4 2(H2O)

b) Se mezclan A y B y se añade agua destilada hasta los 400 ml.


c) Tampón de lavado (PBST): 40 ml de la solución base + 8,5 g de NaCl y agua
destilada hasta los 1 000 ml, añadiendo Tween 20 al 0,05%.
Las placas antigenadas y lavadas se pueden utilizar de inmediato o secarse y guardarse a
5°C ± 3°C (la estabilidad en estas condiciones suele ser suficiente durante al menos
1 mes). La mayor parte de lotes de HS rinden adecuadamente cuando se utilizan a
concentraciones de trabajo de 2,5–15 µg/ml en tampón de adsorción.

ii) Sueros: Se diluyen muestras del suero problema y de los controles positivo y negativo
(1/100–1/200 suelen ser las diluciones de trabajo óptimas, y se preparan añadiendo 10 µl
de suero a 1–2 ml de PBST, respectivamente). Estas diluciones de trabajo normalmente
son las óptimas cuando se utilizan conjugados anti-IgG. Sin embargo, diluciones de
trabajo más bajas (normalmente de 1/50) son las óptimas cuando se utilizan conjugados
de proteína G-HRPO (Marin et al., 1998). Se añaden por duplicado volúmenes de muestra
de 100 µl/pocillo a las placas de microtitulación. Las placas se cubren o sellan, se incuban
a 37°C ± 2°C durante 40–60 minutos y se lavan tres veces con el tampón de lavado
PBST.
iii) Conjugado: La dilución de trabajo óptima del conjugado titulado (el más utilizado es la
proteína G o anticuerpo de conejo anti IgG ovina (H+L), ambos unidos a HRPO) en PBST
se añade (100 µl) a los pocillos, y las placas se cubren y se incuban durante 40–
60 minutos a 37°C ± 2°C. Tras la incubación, las placas se lavan de nuevo tres veces con
PBST.
5
iv) Sustrato: Existen varias posibilidades, pero el sustrato más utilizado suele estar formado
por una solución al 0,1% (p/v) de ABTS (2,2’-azino-bis-[ácido 3-etilbenzotiazolin-6-
sulfónico, sal de diamonio) en tampón citrato con H2O2 al 0,004%):
Tampón citrato (0,05 M, pH 4 ± 0,2):
a) Solución A: 22,97 g de ácido cítrico (C6H8O7.H2O) en 1000 ml de agua destilada.
b) Solución B: 29,41 g de citrato sódico (Na3C6H5O7.2H2O) en 1000 ml de agua
destilada.
Se mezclan 660 ml de A con 470 ml de B y se añade agua destilada hasta los 2000 ml. A
continuación, se añade un 0,004% de H2O2 de grado alto y nuevo.

La solución sustrato se añade (100 µl/pocillo) y las placas se incuban durante 15–
30 minutos a temperatura ambiente con agitación continua.

v) Lectura e interpretación de los resultados: La absorbancia se lee automáticamente en un


espectrofotómetro a 405–414 nm. Los valores de absorbancia media se pueden expresar
como porcentajes de la absorbancia media del control positivo, o preferiblemente,
transformarse en unidades de I-ELISA calculadas bien manualmente, o utilizando un
ordenador y un programa de aproximación de curva a partir de una curva estándar
construida con los resultados de las series de las diluciones del control positivo. Las
lecturas duplicadas de cada suero deben ser similares. En caso de discrepancia
importante, el suero en cuestión deberá volver a analizarse. Antes de calcular los
resultados finales, cada placa debe validarse teniendo en cuenta los valore de OD que se

5 TMB (3,3’,5,5’-tetrametilbenzidina) también es un sustrato cromógeno conocido para la detección de HRP en el ELISA y
se vende en varios formatos. No es carcinógeno
hayan obtenido con los controles positivo y negativo así como las OD transformadas del
control interno según los intervalos de valores esperables pre-establecidos.
Debe establecerse de forma adecuada el umbral de corte utilizando las técnicas de validación
apropiadas (véase el capítulo 1.1.6) y evitando, en la medida de lo posible, umbrales que den
lugar a resultados inconcluyentes. Debe utilizarse el ISaBoS o los correspondientes estándares
secundario o nacional para verificar o calibrar el método analítico en cuestión como se
menciona arriba.

En la AGID (Blasco, 1990) se utilizan los siguientes reactivos: agar o agarosa Noble de grado alto,
cloruro de sodio (NaCl) y tampón borato (preparado con ácido bórico [12,4 g]; cloruro de potasio
[14,5 g]; agua destilada [1600 ml]; ajustado a pH 8,3 ± 0,02 con solución de NaOH 0,2 M agua
destilada hasta los 2000 ml).

Se disuelve 1g de agarosa (o agar Noble) y 10 g de NaCl en 100 ml de tampón borato


(hirviendo mientras se agita continuamente).

Se cubren los portaobjetos, limpios, colocados sobre una superficie plana, con la cantidad
necesaria del gel fundido para formar un lecho de 2,5 mm de espesor (aproximadamente 3,5 ml
en el caso de los portaobjetos estándar).

Después de que el gel se haya solidificado (15–20 minutos), se recortan los pocillos utilizando
un punzón para geles.

Los pocillos deberán ser de 3 mm de diámetro y estar separados 3 mm entre ellos, y estar
dispuestos según un patrón hexagonal alrededor de un pocillo central que también tendrá
3 mm de diámetro.

La prueba se puede adaptar a las placas de Petri o a otros sistemas.

Los sueros a examinar se colocan en pocillos alternos separados por un suero control positivo
(infección demostrada mediante bacteriología), con el antígeno a su concentración óptima en el
pocillo central.

Los resultados se leen después de una incubación durante 24 y 48 horas a temperatura


ambiente en una cámara húmeda. Una reacción positiva se manifiesta por la presencia de una
línea claramente definida de precipitado entre el pocillo central y los pocillos de los sueros
problema que sea total o parcialmente idéntica a la de los controles positivos.

También pueden aparecer líneas de precipitado que no den una identidad total y que pueden
corresponder a componentes antigénicos minoritarios de los extractos HS (en las infecciones
debidas a B. melitensis o en caso de vacunación con Rev. 1 también pueden generarse con
frecuencia anticuerpos frente a estos componentes). Estas reacciones también deben
considerarse como positivas. Antes de llegar a una conclusión definitiva, es importante lavar los
portas durante 1 hora en una solución de citrato sódico al 5% en agua destilada para eliminar
las líneas de precipitina inespecíficas.

El antígeno más usado en la AGID es el HS (2,5–20 mg/ml) diluido en agua destilada, que
opcionalmente puede contener fenol al 0,5% como conservante (este antígeno conservado se
puede guardar refrigerado durante al menos 1 mes). Las diluciones del antígeno se analizan
con un conjunto de 20–30 sueros de carneros infectados de forma natural con B. ovis y con un
conjunto de sueros de animales libres de Brucella. La concentración antigénica de trabajo
óptima es aquella que da la línea de precipitación más clara con todos los sueros de los
carneros infectados por B. ovis, y que da negativo con los sueros de los animales libres de
Brucella.

En estudios comparativos se ha comprobado que el I-ELISA tiene una mejor sensibilidad que la
AGID o la CF (Blasco, 2010; Gall et al., 2003; Praud et al., 2012; Ris et al., 1984). No obstante,
debido a la existencia de ciertos sueros que dan negativo con I-ELISA pero positivo con AGID
(o CF) y viceversa, la combinación de AGID (o CF) e I-ELISA suele dar lugar a una sensibilidad
óptima y puede resultar útil en los programas de erradicación en zonas o rebaños infectados
(Blasco, 2010; Praud et al., 2012).

Además, la CF tiene otros inconvenientes importantes, como la complejidad, la obligatoriedad


de inactivar el suero, la actividad anticomplementaria de ciertos sueros, la dificultad de
realizarla con sueros hemolizados y los fenómenos prozona. Por lo tanto, dada su sensibilidad,
simplicidad y facilidad de interpretación, tanto el I-ELISA como el AGID son las pruebas de
elección para la vigilancia en zonas libres o casi libres.

Se sabe poco acerca de la existencia falsos positivos en las pruebas serológicas de detección
de B. ovis debidos a infecciones por bacterias con epítopos que reaccionen de forma cruzada
con B. ovis. El agente causal del pedero ovino (Dichelobacter nodosus) se ha descrito como
responsable de reacciones serológicas cruzadas con B. ovis, pero no se conoce bien ni el
alcance ni las consecuencias en la práctica de esta reactividad cruzada en las pruebas de
diagnóstico de B. ovis. Además, Arcanobacterium pyogenes y Corynebacterium ovis, cuyos
extractos solubles reaccionan de forma cruzada con sueros de carneros infectados por B. ovis,
se han aislado de varios ganglios linfáticos de carneros que han dado respuestas fuertemente
positivas tanto en la AGID como en el I-ELISA de detección de B. ovis (Blasco, 2010; Blasco &
Moriyon, resultados no publicados).

Dado que tanto carneros como ovejas pueden intervenir en la transmisión de la infección (Blasco, 2010; Grilló et
al., 1999), vacunar tanto a carneros como a ovejas probablemente sea la forma más económica y práctica de
controlar B. ovis a medio plazo en zonas con una alta prevalencia de la infección. Para el control a largo plazo,
debe plantearse el efecto de la vacunación en las pruebas serológicas, y la posible complicación de implementar
programas de acreditación de la ausencia de B. ovis.

No existe ninguna vacuna específica contra B. ovis, pero una cepa Rev.1 viva de B. melitensis (que se describe
en el Capítulo 3.1.4, incluidos los requisitos de calidad) también es adecuada para estimular la inmunidad contra
9
la infección por B. ovis (Blasco, 1990). Una dosis estándar única (10 unidades formadoras de colonia) de Rev.1
administrada por vía subcutánea (en un volumen de 1 ml) o, mejor, por vía conjuntiva (en un volumen de 25–
30 µl) a animales de 3-5 meses confiere inmunidad suficiente contra B. ovis. La vacunación por vía conjuntival
tiene la ventaja de minimizar la intensidad y la larga duración de la respuesta serológica que desencadena la
vacunación por vía subcutánea, mejorando así la especificidad de las pruebas serológicas (Blasco, 1990), y
facilitando la interpretación de los resultados serológicos tras la vacunación. Tanto en machos jóvenes como en
adultos, se ha observado que la vacuna con Rev.1 es inocua y que muy raramente ocasiona efectos secundarios
(Marin et al., 1990; Muñoz et al., 2008). Por lo tanto, en países con una producción ovina extensiva y niveles
altos de prevalencia, sería aconsejable vacunar tanto a animales jóvenes como adultos sanos (véase el Capítulo
3.1.4). En los países afectados por B. ovis pero libres de B. melitensis, antes de utilizar la vacuna con Rev.1
debe tenerse en cuenta la posibilidad de interferencias serológicas, y para minimizar este problema debe
escogerse preferiblemente la vía conjuntival.

En cuanto a la vacuna con B. abortus RB51, no se ha comprobado que funcione contra B. ovis en ganado ovino
(Jiménez De Bagües et al., 1995), y a pesar de los prometedores resultados que se han obtenido con vacunas
subcelulares de nueva generación (Cassataro et al., 2007; Da Costa Martins et al., 2010; Muñoz et al., 2006),
todavía no se ha autorizado ninguna para ser utilizada en condiciones de campo.

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NB: Existen Laboratorios de Referencia de la OIE para la Epididimitis ovina (Brucella ovis)
(puede consultarse la lista más actualizada en la Tabla de la Parte 4 de este Manual Terrestre o en la página
web de la OIE: http://www.oie.int/esp/our-scientific-expertise/reference-laboratories/list-of-laboratories/)
Por favor, contacte con el Laboratorio de Referencia de la OIE para cualquier otro dato sobre las pruebas de
diagnóstico, los reactivos y las vacunas para la epididimitis ovina (Brucella ovis)

NB: ADOPTADO POR PRIMERA VEZ EN 1991 COMO BRUCELOSIS EN OVEJAS, CABRAS Y PORCINOS; CAPÍTULO ADOPTADO POR
PRIMERA VEZ CON TÍTULO ACTUAL EN 1996. ÚLTIMAS ACTUALIZACIONES ADOPTADAS EN 2015.

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