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TAREA ACADEMICA 1

Curso: Derecho de

Docente: Morales Vital Hassen Jozabad

Nombre:Loyssmit Neyhalit Santos Correa

2025
INTRODUCCIÓN

La propiedad intelectual representa hoy en día un ámbito de especial


trascendencia en la vida jurídica, social y económica de los Estados. La
creación de obras literarias, artísticas, científicas o tecnológicas constituye
una manifestación genuina de la capacidad humana de innovar, expresar
ideas y aportar soluciones a las necesidades de la sociedad. Estas
manifestaciones, sin embargo, requieren de una protección efectiva que
reconozca al autor como titular de derechos y, al mismo tiempo, genere
condiciones que permitan la difusión y el aprovechamiento de dichas
creaciones en beneficio colectivo. En ese equilibrio entre el reconocimiento
individual y el interés social se sitúa la importancia de abordar la propiedad
intelectual desde una perspectiva constitucional.

El Perú, en consonancia con esta necesidad, ha otorgado a la propiedad


intelectual un lugar destacado dentro de su Constitución Política de 1993. El
texto constitucional consagra el derecho de toda persona a gozar de la
propiedad intelectual sobre sus obras, lo cual eleva este reconocimiento al
rango de derecho fundamental. De esta manera, el constituyente no solo se
limitó a garantizar la protección patrimonial de las creaciones, sino que
también reconoció la cultura y moral que acompaña a cada obra, reforzando
la idea de que la creatividad es una expresión de la dignidad humana. Esta
incorporación en la norma suprema permite vincular la propiedad intelectual
con otros derechos, como la libertad de creación, la libertad de empresa y la
promoción de la cultura, manifestándose en un entramado normativo que
trasciende el interés individual del creador y se proyecta hacia la colectividad.

En este sentido, resulta pertinente señalar que la propiedad intelectual es una


herramienta de desarrollo y competitividad. Las industrias creativas y
culturales, la innovación tecnológica, el registro de marcas y patentes, así
como la protección de las expresiones tradicionales y la identidad cultural,
son ejemplos claros de cómo este derecho se materializa en la vida
económica y social del país. Sin embargo, el reconocimiento constitucional
enfrenta una serie de desafíos prácticos, entre los que destacan la piratería,
la débil cultura de respeto a los derechos de autor, la insuficiente fiscalización
de las normas y la necesidad de adaptación a los entornos digitales. El
presente trabajo busca analizar la protección constitucional de la propiedad
intelectual en el Perú.

I. MARCO TEÓRICO
I.1 Concepto de propiedad
La propiedad intelectual puede entenderse como el conjunto de
instituciones jurídicas que reconocen a las personas creadoras:
autores, artistas, inventores, empresarios y titulares de signos
distintivos, un haz de facultades exclusivas sobre sus creaciones
del intelecto y sobre ciertos activos intangibles vinculados a la
actividad económica y cultural. Se trata de derechos que
combinan con derechos personales (vinculada a la autoría, la
reputación y la relación del creador con su obra) y patrimonial
(orientada al aprovechamiento económico, la transferencia y la
explotación de los activos intangibles), con límites y excepciones
destinados a preservar el interés público, la circulación del
conocimiento y la competencia leal.

En términos amplios, la propiedad intelectual se despliega en dos


grandes bloques: (i) derecho de autor y derechos conexos, que
protegen las obras del espíritu y las prestaciones artísticas y
técnicas relacionadas; y (ii) propiedad industrial, que tutela
innovaciones técnicas y signos distintivos del mercado, además
de otras figuras de competencia y origen geográfico. Esta
partición no es didáctica: responde a lógicas jurídicas,
económicas y probatorias distintas, que conviene distinguir con
claridad.
Propiedad intelectual vs. propiedad industrial: diferencias
esenciales
1. Objeto protegido

● Derecho de autor y conexos: ampara expresiones


originales de carácter literario, artístico o científico (obras
literarias, musicales, audiovisuales, programas de
ordenador, obras plásticas, fotografías, bases de datos
originales), así como las prestaciones de artistas
intérpretes o ejecutantes, productores de fonogramas y
organismos de radiodifusión. El foco está en la forma de
expresión de una idea, no en la idea en sí.

● Propiedad industrial: resguarda soluciones técnicas y


signos de identificación en el mercado. Comprende
invenciones patentables, modelos de utilidad, diseños
industriales, marcas, nombres comerciales, lemas, marcas
colectivas y de certificación, denominaciones de origen e
indicaciones geográficas, además de la protección del
secreto empresarial y, en algunos ordenamientos andinos,
los esquemas de trazado de circuitos integrados.
I.2 Nacimiento del derecho

● Derecho de autor: surge por el solo hecho de la creación y


la fijación de la obra en un soporte, sin exigir registro para
su existencia. El registro cumple una función declarativa y
probatoria.

● Propiedad industrial: en la mayoría de figuras, el derecho


se adquiere mediante concesión registral (p. ej., patentes,
diseños, marcas) tras un procedimiento administrativo
ante la autoridad competente (en el Perú, INDECOPI).
Existen excepciones en las que la protección puede nacer
del uso (v. gr., nombre comercial), aunque el registro
otorga mayor seguridad jurídica.

I.3 Características

● Derechos patrimoniales de autor: en el Perú, vida del autor


+ 70 años; los derechos morales (paternidad, integridad,
etc.) tienen protección perpetua, inalienable e
imprescriptible en lo esencial.

● Propiedad industrial: patentes (20 años desde la solicitud),


modelos de utilidad (10 años), diseños industriales (10
años), marcas (10 años renovables indefinidamente),
denominaciones de origen (protección mientras subsistan
las condiciones que les dan sustento), secreto empresarial
(mientras se mantenga la confidencialidad y el valor
competitivo).
II. ELEMENTOS
a) Derecho de autor
Reconoce al autor derechos morales (divulgación, paternidad,
integridad, modificación en ciertos supuestos, retiro de la obra del
comercio con indemnización cuando corresponda) y derechos
patrimoniales (reproducción, distribución, comunicación pública,
puesta a disposición interactiva, transformación). La protección se
extiende a todas las formas y medios de explotación conocidos o
por conocerse, salvo pacto o norma en contrario. En el entorno
digital, cobran especial relevancia la puesta a disposición y las
medidas tecnológicas de protección y su tutela frente a elusión.

b) Derechos conexos
Tutelan las prestaciones de artistas intérpretes o ejecutantes (por la
fijación y comunicación de sus interpretaciones), productores de
fonogramas (por la reproducción y comunicación pública de
grabaciones sonoras) y organismos de radiodifusión (sobre sus
emisiones). Estos derechos coexisten con el derecho de autor y
suelen tener plazos más breves que los derechos patrimoniales del
autor.

c) Patentes de invención y modelos de utilidad


Las patentes protegen soluciones técnicas nuevas, no evidentes y
susceptibles de aplicación industrial. Conceden un derecho de
exclusión (impedir a terceros fabricar, usar, ofrecer, vender o
importar el producto o procedimiento patentado) durante 20 años
desde la solicitud. Los modelos de utilidad cubren mejoras
funcionales a objetos ya existentes con un umbral menor de
actividad inventiva y 10 años de vigencia. Quedan excluidos de
patentabilidad, entre otros, los descubrimientos, teorías científicas,
métodos matemáticos, métodos terapéuticos o quirúrgicos y, en
general, aquello que no tenga carácter técnico según la normativa
andina.

d) Diseños industriales
Protegen la apariencia especial de un producto (líneas, contornos,
colores, forma, textura u ornamentación) sin atender a su función
técnica. Su finalidad es diferenciar visualmente productos en el
mercado y fomentar la innovación estética. El plazo general en la
región andina es de 10 años.

e) Signos distintivos: marcas, nombres comerciales, lemas y marcas


de certificación o colectivas
La marca identifica y distingue productos o servicios; cumple
funciones de origen, calidad y publicidad. Pueden registrarse
palabras, gráficos, formas tridimensionales, sonidos y, bajo ciertas
condiciones, colores y otros signos no tradicionales. El nombre
comercial distingue la actividad empresarial y, en la práctica andina,
su protección puede apoyarse en el uso; el registro refuerza la
tutela. Los lemas complementan la marca. Las marcas de
certificación garantizan características comunes (p. ej., calidad) y
las colectivas identifican productos o servicios de asociaciones o
cooperativas.

f) Denominaciones de origen e indicaciones geográficas


Identifican productos cuyas cualidades o reputación se deben
esencial o exclusivamente al entorno geográfico (factores naturales
y humanos). Ejemplos clásicos en la región son bebidas
espirituosas, cafés o productos artesanales. La protección exige
reconocimiento administrativo y pliegos de condiciones que
aseguren el vínculo y control.

g) Empresarial
Ampara información empresarial no divulgada que tiene valor
comercial por ser secreta y es objeto de medidas razonables de
confidencialidad. Su duración es indefinida mientras se conserven
el secreto y el valor competitivo. Resulta crucial en estrategias de
I+D, licenciamiento y transferencia tecnológica.

Asimismo, en el Perú, el derecho de autor y los derechos conexos están


regulados por el Decreto Legislativo N.º 822 y por la Decisión Andina 351,
mientras que la propiedad industrial se rige principalmente por la Decisión
Andina 486 y sus normas complementarias. La autoridad administrativa
competente es INDECOPI, a través de sus direcciones especializadas
(Derecho de Autor; Invenciones y Nuevas Tecnologías; Signos Distintivos),
que llevan los registros, resuelven procedimientos y velan por la observancia.
Estas reglas conviven con la protección constitucional del derecho a la
creación y a la propiedad, así como con los tratados internacionales
ratificados por el Estado peruano.

III. CONSTITUCIÓN
En el Perú, este reconocimiento no se limita a la legislación
ordinaria, sino que se encuentra expresamente consagrado en la
Constitución Política de 1993, la cual establece en su artículo 2,
inciso 8, que toda persona tiene derecho a la propiedad intelectual
sobre sus producciones científicas, literarias y artísticas. Al elevar
este derecho a rango constitucional, el constituyente peruano no
solo reconoció el patrimonio que acompaña a las creaciones del
intelecto, sino también su valor cultural y social, vinculándolo
directamente con la libertad de creación y con el fomento de la
cultura y la educación.

La doctrina jurídica ha resaltado la trascendencia de esta


consagración constitucional. Para Bardales Castro (2019), la
protección de la propiedad intelectual en la Constitución constituye
una garantía que busca equilibrar la libertad creadora del individuo
con el interés colectivo en el acceso al conocimiento. De esta
manera, la norma suprema no se limita a proteger al autor frente a
actos de apropiación indebida, sino que otorga una base sólida para
el desarrollo de políticas públicas destinadas a promover la
innovación y resguardar la identidad cultural del país. Esta
perspectiva encuentra un correlato en el rol que cumple el Tribunal
Constitucional, al haber emitido jurisprudencia que reafirma la tutela
de la propiedad intelectual como derecho fundamental
estrechamente vinculado a la dignidad humana.

En un sentido similar, Rengifo (2014) sostiene que el


reconocimiento constitucional de la propiedad intelectual responde
a la necesidad de garantizar un equilibrio entre los intereses
económicos de los creadores y la difusión de las obras en beneficio
de la sociedad. Según el autor, la Constitución peruana asume la
propiedad intelectual como un derecho exclusivo pero limitado, en
tanto debe coexistir con otros bienes constitucionales, como el
acceso a la cultura, la educación y la libre competencia. Esto
permite comprender que la propiedad intelectual no es un derecho
absoluto, sino uno sujeto a límites y restricciones razonables que
buscan resguardar el interés público.
Por su parte, Montoya Chávez (2020) destaca que la incorporación
de la propiedad intelectual en la Constitución peruana refuerza el
principio de seguridad jurídica, pues asegura a los creadores que
sus obras serán reconocidas y protegidas en un marco que
trasciende la legislación ordinaria. Ello contribuye, según el autor, a
consolidar un entorno propicio para la innovación, el desarrollo
tecnológico y la expansión de las industrias culturales. Al mismo
tiempo, plantea el desafío de que el Estado garantice mecanismos
eficaces para hacer cumplir estos derechos, especialmente frente a
fenómenos como la piratería y la vulneración de obras en entornos
digitales.
El estudio de la propiedad intelectual desde la perspectiva
constitucional resulta, entonces, indispensable para comprender su
verdadero alcance en la vida social y económica del país. No se
trata únicamente de asegurar un derecho de carácter privado, sino
de reconocer que la protección de las creaciones intelectuales es
una herramienta que impulsa la competitividad, preserva la
identidad cultural y fortalece la economía nacional.

3. Fundamento constitucional de la propiedad intelectual

El reconocimiento constitucional de la propiedad intelectual en el


Perú refleja la importancia que el constituyente otorgó a la
creatividad, la innovación y la actividad empresarial como motores
del desarrollo cultural y económico. La Constitución Política de 1993
recoge este derecho en el artículo 2, inciso 8, y lo complementa con
otras disposiciones que, de manera directa o indirecta, fortalecen su
protección. Asimismo, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
ha delineado su alcance y límites, garantizando que se resguarde
como un derecho fundamental, aunque no absoluto.

3.1 Artículo 2 inciso 8: núcleo del derecho

El artículo 2, inciso 8, reconoce que toda persona tiene derecho a la


libertad de creación intelectual, artística, técnica y científica, así
como a la propiedad sobre dichas producciones. Este mandato
eleva la propiedad intelectual al rango de derecho fundamental, lo
que significa que su protección no depende únicamente de la
legislación ordinaria, sino que se encuentra asegurada en el más
alto nivel normativo.

La disposición, además, no se limita al aspecto patrimonial de la


creación, sino que reconoce el vínculo moral entre el autor y su obra.
De este modo, la norma protege tanto el interés económico
(explotación de la obra, transferencia de derechos) como el interés
personal (derecho de paternidad, integridad de la obra). La amplitud
del reconocimiento constitucional permite abarcar no solo las
manifestaciones culturales tradicionales, sino también las
creaciones modernas en el ámbito tecnológico, científico y digital.

3.2 Artículos 13 y 14: educación, cultura y acceso al conocimiento

El artículo 13 de la Constitución establece que la educación tiene


como finalidad el desarrollo integral de la persona y el acceso al
conocimiento, la ciencia, la técnica y los valores culturales. Por su
parte, el artículo 14 precisa que la educación promueve la
creatividad y fomenta la enseñanza de las humanidades, la ciencia
y la tecnología.

La creatividad protegida por el artículo 2 inciso 8 se encuentra


íntimamente ligada a la función educativa y cultural del Estado. En
consecuencia, la propiedad intelectual no puede entenderse solo
como un derecho individual, sino también como una herramienta
que impulsa la formación académica, el desarrollo científico y la
difusión cultural. Esto explica por qué la legislación contempla
limitaciones y excepciones, permitiendo el uso de obras con fines
educativos, investigativos o de interés público.

3.3 Artículo 61: libre competencia y lucha contra prácticas


monopólicas

El artículo 61 de la Constitución establece que el Estado facilita y


vigila la libre competencia, reprimiendo el abuso de posiciones de
dominio y las prácticas restrictivas del mercado. En relación con la
propiedad intelectual, esta disposición adquiere relevancia porque
los derechos exclusivos que otorga pueden generar situaciones de
monopolio.

El Tribunal Constitucional ha señalado que este tipo de derechos,


aunque legítimos, no son ilimitados: deben ejercerse de manera
compatible con la libre competencia y el interés público. Así, se evita
que las patentes o marcas se conviertan en instrumentos de abuso
que restrinjan injustificadamente el acceso al mercado o el
consumo. El artículo 61, por tanto, opera como un contrapeso que
garantiza un equilibrio entre la protección de la innovación y la
preservación de un mercado justo y competitivo.

3.4 Artículo 70: derecho de propiedad

El artículo 70 reconoce el derecho de propiedad en general,


señalando que este es inviolable y garantizado por el Estado, pero
que debe ejercerse en armonía con el bien común y dentro de los
límites establecidos por ley. La propiedad intelectual, como
modalidad de propiedad especial e intangible, encuentra en esta
disposición un respaldo adicional.

El carácter de inviolabilidad y protección frente a la expropiación


arbitraria se extiende también a los bienes intelectuales. Sin
embargo, la misma norma recuerda que el ejercicio de este derecho
debe orientarse al bien común, lo cual legitima que existan
limitaciones legales en beneficio de la colectividad, como ocurre con
el acceso a medicamentos genéricos, la educación y la cultura.

3.5 Jurisprudencia del Tribunal Constitucional

La interpretación del alcance de la propiedad intelectual ha sido


desarrollada por el Tribunal Constitucional en distintos
pronunciamientos. Un caso emblemático es el Exp. N.º 0025-2005-
PI/TC, referido a la constitucionalidad de disposiciones destinadas
a combatir la piratería.

En este proceso, el Tribunal reconoció que la piratería no solo


lesiona los intereses de los titulares de derechos, sino que afecta
gravemente el orden económico y social del país. Además, señaló
que el respeto a la propiedad intelectual constituye un presupuesto
para la consolidación de la industria cultural, la innovación
tecnológica y la competitividad nacional. Sin embargo, el Tribunal
también precisó que este derecho no es absoluto y debe ejercerse
en armonía con otros valores constitucionales, como el acceso a la
educación, el derecho a la información y la promoción cultural.

En otras resoluciones, el Tribunal ha reafirmado la protección de los


derechos morales de autor, destacando que la relación entre el
creador y su obra es inseparable y perpetua, incluso más allá de la
explotación patrimonial. Asimismo, ha reconocido la validez de las
limitaciones y excepciones como instrumentos necesarios para
garantizar el acceso democrático al conocimiento.
3.6 Régimen legal complementario

La consagración constitucional de la propiedad intelectual en el


artículo 2, inciso 8, de la Constitución Política de 1993 no agota la
protección de este derecho. Por el contrario, requiere de un marco
legal complementario que precise sus alcances, establezca
mecanismos de protección y regule los procedimientos
administrativos y judiciales necesarios para garantizar su eficacia.
En el caso peruano, este desarrollo normativo se articula en tres
niveles: legislación interna, normas comunitarias andinas y
compromisos internacionales asumidos en el marco de tratados
multilaterales.

3.6.1 Ley sobre el Derecho de Autor (Decreto Legislativo N.º 822)

El Decreto Legislativo N.º 822, promulgado en 1996, constituye la


norma central en materia de derechos de autor en el Perú. Esta ley
regula la protección de las obras literarias, artísticas y científicas,
así como los llamados derechos conexos, que amparan las
interpretaciones y ejecuciones de los artistas, los fonogramas y las
emisiones de radiodifusión. Una de sus características más
relevantes es que reconoce la protección automática de la obra por
el solo hecho de la creación, sin necesidad de registro previo, el cual
cumple únicamente una función declarativa y probatoria.
La norma distingue entre derechos morales, de carácter perpetuo,
inalienable e imprescriptible (como la paternidad de la obra y el
respeto a su integridad), y derechos patrimoniales, que otorgan al
autor la facultad exclusiva de explotar económicamente su obra
durante su vida y setenta años después de su fallecimiento.
Asimismo, contempla limitaciones y excepciones destinadas a
asegurar el acceso a la cultura, la educación y la investigación,
manteniendo así un equilibrio entre los intereses del creador y el
interés social.

3.6.2 Decisión Andina 486

En el plano supranacional, el Perú se encuentra sujeto a la


normativa de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). La Decisión
Andina 486, Régimen Común de Propiedad Industrial, aprobada en
el año 2000, establece los lineamientos de protección para
invenciones, modelos de utilidad, diseños industriales, marcas,
lemas comerciales, denominaciones de origen e indicaciones
geográficas. Esta norma busca armonizar los regímenes jurídicos
de los países miembros, garantizando estándares comunes en
materia de propiedad industrial.
Uno de sus aportes más significativos es la definición de los
requisitos de patentabilidad, el plazo de protección de las patentes
(20 años contados desde la solicitud) y la regulación de los
procedimientos de registro. Además, la Decisión 486 fortalece la
protección frente a la competencia desleal y el uso indebido de
signos distintivos, asegurando la transparencia del mercado y la
lealtad en las prácticas comerciales. Su aplicación en el Perú
corresponde principalmente al Instituto Nacional de Defensa de la
Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual
(INDECOPI), autoridad competente en materia de registro y
fiscalización.

3.6.3 Acuerdos internacionales

La protección de la propiedad intelectual en el Perú no puede


entenderse sin referencia a los compromisos asumidos en el ámbito
internacional. Entre los tratados más relevantes se encuentran:

- Convenio de Berna (1886, con sucesivas revisiones): establece


la protección automática de las obras literarias y artísticas en
todos los Estados parte, garantizando un nivel mínimo de
derechos y la aplicación del principio de trato nacional.
- Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad
Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), de la OMC:
vincula la protección de la propiedad intelectual con el comercio
internacional, estableciendo estándares mínimos de observancia
y mecanismos de solución de controversias entre Estados.

- Tratados administrados por la Organización Mundial de la


Propiedad Intelectual (OMPI): como el Tratado de la OMPI sobre
Derecho de Autor (WCT) y el Tratado de la OMPI sobre
Interpretación o Ejecución y Fonogramas (WPPT), que adaptan
la protección de los derechos de autor y conexos a los desafíos
de la era digital, garantizando un resguardo efectivo frente a las
nuevas formas de reproducción y comunicación en línea.
La incorporación de estos acuerdos internacionales al
ordenamiento jurídico peruano permite al país integrarse a un
sistema global de protección, facilitando el reconocimiento de los
derechos de sus creadores en el extranjero y asegurando, a su
vez, que los autores foráneos gocen de igual tutela en el territorio
nacional.

En suma, el régimen legal complementario de la propiedad


intelectual en el Perú constituye un entramado normativo que
articula la Constitución, la legislación interna, la normativa
comunitaria andina y los compromisos internacionales. Este
sistema, aunque robusto en lo formal, exige un esfuerzo constante
de adaptación a los cambios tecnológicos y a las exigencias del
comercio global, a fin de garantizar una protección efectiva que
responda a las necesidades de los creadores y de la sociedad en
su conjunto.
CONCLUSIONES
1. El reconocimiento de la propiedad intelectual en el artículo 2,
inciso 8, de la Constitución Política de 1993 constituye una
garantía expresa que asegura la protección de las producciones
artísticas, literarias, científicas y tecnológicas. No se trata, por
tanto, de un derecho solamente patrimonial, sino de un derecho
fundamental que salvaguarda la creatividad como expresión de
la dignidad humana. Esta consagración constitucional refleja la
decisión del Estado peruano de colocar la creación intelectual en
el mismo nivel que otros derechos fundamentales, como la
libertad de expresión o el derecho a la identidad, asegurando un
marco jurídico que promueve la innovación y la difusión cultural
como ejes esenciales del desarrollo nacional
2. La protección de la propiedad intelectual en el Perú no se agota
en la Constitución, sino que se desarrolla en normas específicas
como el Decreto Legislativo N.º 822 sobre el Derecho de Autor y
la Decisión Andina 486 sobre propiedad industrial. A ello se suma
la adhesión del Perú a tratados internacionales de gran
relevancia, como el Convenio de Berna y el Acuerdo ADPIC de
la Organización Mundial del Comercio.
3. La jurisprudencia constitucional ha confirmado que la propiedad
intelectual, pese a su carácter de derecho fundamental, no es
absoluta. El Tribunal Constitucional ha señalado en diversas
resoluciones que debe existir un equilibrio entre los intereses
individuales de los creadores y el acceso social a la cultura, la
educación y la información.
4. A pesar de los avances normativos, la realidad evidencia que la
propiedad intelectual en el Perú se enfrenta a dificultades
estructurales. La piratería de libros, música, películas y software
sigue siendo un problema persistente que afecta tanto a los
autores como al mercado formal.
5. Para que la protección constitucional de la propiedad intelectual
cumpla su finalidad, es necesario reforzar las políticas
educativas que fomenten la valoración del trabajo intelectual
desde la formación escolar y universitaria. Igualmente,
instituciones como el INDECOPI deben contar con mayores
recursos y competencias para ejercer un control más efectivo y
accesible frente a las infracciones.

REFERENCIAS

Bardales Castro, P. E. (2022). El procedimiento de inconstitucionalidad en el


Perú: análisis y perspectivas. Revista Ius et Veritas, (64), 163–178. Pontificia
Universidad Católica del Perú.
https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/iusetveritas/article/view/24809

Bardales Castro, P. E. (s.f.). Publicaciones en IUS360. IUS360.


https://ius360.com/author/percybardales/

Montoya Chávez, V. H. (2018). El proceso de inconstitucionalidad. Tribunal


Constitucional del Perú. https://www.tc.gob.pe/wp-
content/uploads/2018/10/El_Proceso_de_Inconstitucionalidad.pdf

Rengifo García, E. (2012). El derecho de autor y los derechos conexos ante


las nuevas tecnologías: ¿intereses compatibles o contrapuestos? Instituto
Autor. https://institutoautor.org/biblioteca/el-derecho-de-autor-y-los-
derechos-conexos-ante-las-nuevas-tecnologias-intereses-compatibles-o-
contrapuestos/
Rengifo García, E. (2021). Los derechos de propiedad intelectual y libre
competencia. Universidad Externado de Colombia.
https://books.google.com/books/about/Los_derechos_de_propiedad_intelect
ual_y.html?id=N9yXEAAAQBAJ

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