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Resumen Dipu - Unidad 8

La responsabilidad de los Estados en el derecho internacional se centra en determinar si ha ocurrido un hecho ilícito atribuible a un Estado y sus consecuencias. La Comisión de Derecho Internacional ha desarrollado normas que distinguen entre normas primarias y secundarias, y ha establecido regímenes de responsabilidad común y agravada. Además, se analizan los elementos constitutivos de la responsabilidad, el daño internacional, y las circunstancias que pueden excluir la ilicitud de un acto estatal.

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Resumen Dipu - Unidad 8

La responsabilidad de los Estados en el derecho internacional se centra en determinar si ha ocurrido un hecho ilícito atribuible a un Estado y sus consecuencias. La Comisión de Derecho Internacional ha desarrollado normas que distinguen entre normas primarias y secundarias, y ha establecido regímenes de responsabilidad común y agravada. Además, se analizan los elementos constitutivos de la responsabilidad, el daño internacional, y las circunstancias que pueden excluir la ilicitud de un acto estatal.

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UNIDAD VIII – RESPONSABILIDAD DE LOS ESTADOS

El derecho de la responsabilidad estatal se ocupa en determinar si ha ocurrido un hecho ilícito por el cual
pueda responsabilizarse a un Estado, cuáles serían sus consecuencias, y la manera en que la responsabilidad
sobreviniente puede ser instrumentada. Tradicionalmente, la responsabilidad de los Estados por hechos
internacionalmente ilícitos se ha basado en la costumbre internacional.

VIII.1. EL TRABAJO DE LA COMISIÓN DE DERECHO INTERNACIONAL

El impulso mayor al desarrollo de la cuestión de la responsabilidad internacional del Estado se debe a la


actividad de la Comisión de Derecho Internacional. El resultado final de la normativa elaborada posee tres cuestiones
a enfatizar.
Primera, la distinción entre normas primarias de Derecho Internacional, que imponen normas de conducta, y
normas secundarias, que definen las consecuencias de actos internacionalmente ilícitos atribuibles a Estados.
Mientras las primeras poseen una naturaleza sustancial ya que definen obligaciones de los Estados, las segundas
contienen principios que gobiernan la responsabilidad estatal.
Segunda, la CDI promovió dos regímenes de responsabilidad: el común y el agravado. La responsabilidad se
agrava cuando el Estado quebranta una norma imperativa de DI general (ius cogens).
Tercera, el daño se disocia del acto ilícito, a fin de dejar de ser un elemento constitutivo de la responsabilidad.

VIII.2. RESPONSABILIDAD DE LOS ESTADOS POR ACTOS INTERNACIONALMENTE ILÍCITOS:


ELEMENTOS CONSTITUTIVOS. FUNDAMENTOS DE LA OBLIGACIÓN DE REPARAR. FORMAS Y GRADOS
DE LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL. CIRCUNSTANCIAS EXCLUYENTES DE ILICITUD. EL TRATO
DE LOS EXTRANJEROS. IMPUTABILIDAD. TEORÍA DEL ESTÁNDAR MÍNIMO INTERNACIONAL.
OBJECIONES. NACIONALIDAD DE LOS RECLAMOS. AGOTAMIENTO DE LAS VÍAS INTERNAS. RETARDO
INJUSTIFICADO Y CONDUCTA IMPROPIA DE LA VÍCTIMA EXTRANJERA.

CONDICIONES DEL NACIMIENTO DE LA RESPONSABILIDAD

En principio, cualquier acto u omisión que produzca como resultado una violación de una obligación legal hace
nacer la responsabilidad internacional. La responsabilidad objetiva descansa en la doctrina del acto voluntario, en
tanto existan los requisitos de existencia de una agencia estatal y del nexo causal (teoría a la que parece inclinarse
la práctica estatal y la jurisprudencia).
No obstante, otro grupo continúa adhiriendo a la doctrina Grociana, y requieren culpa o dolus malus para la
existencia de una base razonable de responsabilidad.
Al presente, los Estados responden por “hechos internacionalmente ilícitos”. Ello evidencia la eliminación de
la intención de los autores del acto y en general todas las connotaciones subjetivas derivadas, en beneficio de la
objetividad brutal del “hecho” y su atribución al Estado.

Todo hecho internacionalmente ilícito del Estado, genera su responsabilidad internacional

VIOLACIÓN DE UNA OBLIGACIÓN INTERNACIONAL

Hay violación de una obligación internacional por un Estado cuando un hecho de ese Estado no está en
conformidad con lo que él exige esa obligación, sea cual fuere el origen o la naturaleza de esa obligación. Si un Estado
a través de sus actos u omisiones se constituye en la causa directa del daño sufrido por la propiedad y/o ciudadanos
de otro Estado, nace la obligación de reparar.
La aprehensión de un criminal realizada en forma ilegal en el territorio de otro Estado da lugar a
responsabilidad internacional.
Otro ejemplo de violación de una obligación internacional consiste en permitir que actividades realizadas en
el territorio de un Estado contaminen el territorio de los Estados vecinos.
En relación con el trato debido por un Estado a los extranjeros que habitan su jurisdicción, se enfrentan dos
teorías. Una afirma que los Estados deben respetar un estándar mínimo e internacional de derechos,
independientemente del trato que brinde a sus nacionales. Por otra parte, otro criterio afirma que a los extranjeros
les debe ser brindado igual trato que a los nacionales. Su violación facultaría al Estado del cual es nacional la víctima,
a ejercer el instituto de la protección diplomática.
El principio del trato nacional expresa que, brindar a los extranjeros un trato distinto al recibido por los
nacionales sería contrario a los principios de jurisdicción territorial e igualdad de los Estados.
La aplicación del estándar del trato nacional, a partir de la consolidación de la teoría de los derechos humanos,
fija un piso mínimo de derechos a ser respetados por los Estados en todo tiempo y lugar, generando su incumplimiento,
responsabilidad internacional tanto del Estado como de los individuos que participaron en la violación de normas
imperativas de DI general.
El proyecto de la CDI prevé en su art. 1: “Los extranjeros disfrutan los mismos derechos y las mismas
garantías como nacionales, pero estos derechos y garantías en ningún caso serán menores que los derechos humanos
y libertades fundamentales reconocidos y definidos en los instrumentos internacionales contemporáneos”.
En ciertos casos, el DI consuetudinario acepta que los Estados diferencien entre nacionales y extranjeros.
La admisión y expulsión de extranjeros son cuestiones cuya regulación se deja librada al criterio de la
jurisdicción doméstica.

DAÑO INTERNACIONAL Y NEXO CAUSAL

Un Estado puede alegar la responsabilidad de otro siempre y cuando el daño sea atribuible al Estado al cual
pretende responsabilizar. El daño se caracteriza por dos elementos:
 Uno interior, que se relaciona con el daño considerado en sí mismo (daño internacional);
 Uno exterior, vinculado con el agente que lo produjo;
El daño sufrido por un Estado puede ser tanto material como moral. Ej: agente diplomático asesinado por
terroristas, el Estado que lo envía sufre un doble daño: daño moral (desaparición de su representante) y material
(muerte de la persona).
La identificación del daño sufrido por un Estado es esencial a efectos de legitimarlo activamente para
demandar a quien resulte responsable. Sin embargo, no toda vez que un Estado viola una norma internacional, nace un
derecho en cabeza del resto de los Estados a reclamar como víctimas.
Si se considera que cada Estado se encuentra obligado con el resto de los Estados del sistema internacional
(como en los tratados multilaterales), entonces una violación de una regla por parte del Estado “A”, convierte en
víctimas a los restantes Estados. Existe aquí un “daño” en el sentido jurídico basado en la lesión del DI general, aunque
no se manifieste materialmente. Los arts. 42 a 48 PARE (elaborado por la CDI) impiden esta solución, ya que requieren
que la violación afecte “especialmente” al Estado lesionado o bien, modifique “radicalmente” el statu quo anterior al
daño.
 Principio: Afirma que en tratados multilaterales no puede alegarse la calidad de Estado lesionado a menor que
se reúnan ciertos requisitos del daño reparable;
 Excepción: En aquellos tratados que contienen obligaciones erga omnes, algunas de las cuales pueden ser
incluso normas imperativas o de jus cogens, cualquier Estado puede defender el derecho en crisis;

¿Quién determina el carácter internacional del daño? La calificación del hecho del Estado como internacionalmente
ilícito se rige por el derecho internacional (art. 3 PARE).
Este principio básico afirma que, de producirse un conflicto entre el DI y el derecho interno, la única respuesta
relativa a la licitud del daño viene dada por las normas internacionales.

CARÁCTER DE VÍCTIMA Y RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL

En la visión del DI general, la subjetividad del Estado incluye todos sus desmembramientos, territorios y
lugares sometidos a su jurisdicción. En cambio, los daños sufridos por sus nacionales constituyen en primera instancia,
daños particulares, y sólo de manera mediata pueden considerarse daños sufridos por el Estado de nacionalidad de la
víctima.

HECHO GENERADOR

El hecho generador de un daño debe reunir dos requisitos:


1. Debe ser imputable al Estado;
2. Debe ser ilícito.
El que un hecho sea imputable a un sujeto de derecho implica que a los fines de la responsabilidad, éste es
considerado su autor. Esto no significa que deba responder en todo caso ya que pueden existir circunstancias
eximentes.
Antes que un Estado pueda denunciar a otro por el trato ilícito brindado a un nacional, éste deberá haber
agotado las vías internas del Estado a quien se pretende responsabilizar (este es uno de los requisitos básicos de la
protección diplomática).
El DI busca determinar al responsable del hecho generador. Entramos así al campo de la atribuibilidad,
término que preferimos sobre imputabilidad, ya que descarta toda idea de culpa. Por otra parte, la idea de
“imputabilidad” crea problemas cuando los agentes públicos exceden su competencia o desobedecen órdenes.

ATRIBUIBILIDAD AL ESTADO DEL ACTO INTERNACIONALMENTE ILÍCITO

La responsabilidad del Estado nace a partir de actos y omisiones de personas. En materia de atribución de un
hecho generador de daño a un Estado, rige el principio que afirma que el comportamiento de todo órgano estatal es
considerado como hecho del Estado conforme el DI. Es irrelevante que el órgano cuya conducta originó el daño ejerza
funciones internas o internacionales, ni que la actividad de que se trate sea ejecutiva, legislativa, judicial o de cualquier
otra índole.
Pueden distinguirse:

 Actos de los Estados y sus agentes: Frente al DI, cada Estado es responsable de sus acciones, incluyendo
aquellas de los órganos subordinados. La conducta de cualquier órgano de un Estado debe ser considerada
como un acto de tal Estado.
Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional el comportamiento de todo órgano
del Estado, ya sea que ejerza funciones legislativas, ejecutivas, judiciales o de otra índole, cualquiera que sea
su posición en la organización del Estado y tanto si pertenece al gobierno central como a una división territorial
del Estado (art. 4 PARE).
Se entenderá que órgano incluye toda persona o entidad que tenga esa condición según el derecho
interno del Estado.
Sin importar si el agente es un superior jerárquico o un simple subordinado, la responsabilidad del
Estado no varía. Frente al resto del sistema internacional cada Estado se presenta como un todo.
Se considerará hecho del Estado según el derecho internacional al comportamiento de una persona o
entidad que no sea órgano del Estado según el art. 4 pero esté facultada por el derecho de ese Estado para
ejercer atribuciones del poder público, siempre que, en el caso de que se trate, la persona o entidad actúe en
esa capacidad.
El art. 6 PARE dispone que la conducta de un órgano puesto a su disposición por otro Estado, será
considerado hecho del Estado, siempre que tal órgano actúe en el ejercicio de atribuciones del poder público
del Estado a cuya disposición se encuentra.
El Estado también responde por actos y omisiones ultra vires de sus órganos y agentes realizados en
el ejercicio de su autoridad: El comportamiento de un órgano del Estado o de una persona o entidad facultada
para ejercer atribuciones del poder público se considerará hecho del Estado según el derecho internacional
si tal órgano, persona o entidad actúa en esa condición, aunque se exceda en su competencia o contravenga
sus instrucciones. Este artículo codifica una costumbre internacional largamente establecida, relativa a que
los actos ilícitos deben ser imputados al Estado cuando sus órganos o agentes actúan fuera de su capacidad
legal, aunque dentro de la apariencia de su propia competencia.

 Actos de personas privadas: En principio, el Estado no responde por actos de individuos privados, a menos
que actúen en nombre del Estado o ejerciendo la autoridad gubernamental, en ausencia de oficiales públicos
o bajo circunstancias que justifiquen la asunción de tal asunción. El PARE prevé dos situaciones en las cuales
un Estado puede ser responsabilizado por actos ilícitos cometidos por personas privadas:
1. Cuando su conducta es dirigida o controlada por el Estado (que el Estado posea control efectivo);
2. Cuando su conducta es reconocida y adoptada por un Estado como propia;
No obstante, existe un deber de diligencia del Estado que conduce a una responsabilidad “pasiva”, por
medio del cual el Estado que conduce a una responsabilidad “pasiva”, por medio del cual el Estado es
responsable de los daños que no pudo prevenir cuando existe la obligación de hacerlo. En estos casos, el Estado
no responde por los actos privados que por definición no le son imputables, sino que deviene responsable por
su propia omisión. Lo que se sanciona aquí es el incumplimiento de la “obligación de diligencia o vigilancia”
impuesta por el DI a cada Estado.

 Actos de insurrectos: A diferencia de la mera violencia de masas (en la cual el Estado sería responsable sólo
en caso de no adoptar las medidas necesarias para evitar la producción de hechos internacionalmente ilícitos),
frente a una insurrección la respuesta es incierta, ya que parte de la doctrina afirma que un Estado que
reprime insurgentes no es responsable por el daño causado a los extranjeros que se encuentren en el lugar,
priorizando la propia subsistencia del Estado frente a los derechos de sus habitantes.
En resumen, el Estado en cuyo territorio ocurre una insurrección no es responsable por las pérdidas y
daños sufridos por extranjeros, a menos que pueda probarse que el gobierno del Estado en cuestión fue
negligente en el uso de la fuerza a su disposición para la prevención o supresión de tal insurrección.

CIRCUNSTANCIAS QUE EXCLUYEN LA ILICITUD

1. Consentimiento del Estado dañado: Cuando el Estado que ha sufrido el daño, consiente el acto o conducta que
lo causó, el Estado que ha cometido la injuria no es responsable bajo el DI. No obstante, si el consentimiento
del Estado lesionado ha sido dado en violación del jus cogens, el consentimiento no es válido y la
responsabilidad subsiste;
2. Legítima defensa;
3. Contramedidas: Están consideradas como respuesta a un hecho o conducta ilegal. Cualquier contramedida de
carácter preventivo debe ser considerada ilegal. Su finalidad consiste en inducir al Estado infractor a cumplir
con sus obligaciones bajo el DI. Por esto, deben ser aplicadas “en forma que permitan la reanudación del
cumplimiento de dichas obligaciones”;
4. Fuerza mayor: Fuerza irresistible o acontecimiento imprevisto, ajenos al control del Estado, que hacen
materialmente imposible, en las circunstancias del caso cumplir con la obligación. No obstante, la fuerza mayor
es excluida si:
 Es debida únicamente o en combinación con otros factores, al comportamiento del Estado que la invoca;
 Si el Estado ha asumido el riesgo de que se produzca esa situación;
5. Peligro extremo: Es definido como aquella situación en la cual el autor del hecho “no tiene razonablemente
otro modo, en una situación de peligro extremo, de salvar su vida o la vida de otras personas confiadas a su
cuidado”. Esta defensa cae en dos situaciones: si ha sido provocada en todo o en parte, por la misma conducta
del Estado que la invoca; y en caso que sea probable que el hecho en cuestión cree un peligro comparable o
mayor;
6. Estado de necesidad: Sus condiciones son:
 Deben existir circunstancias excepcionales de extrema urgencia;
 El status quo anterior debe ser restablecido tan pronto como sea posible;
 El Estado que lo invoca debe actuar de buena fe;
El estado de necesidad fue eficazmente invocado por el Reino Unido a fin de desguazar al Torrey
Canyon, un buque de bandera liberiana que se encontraba encallado fuera de sus aguas territoriales, pero
constituía una amenaza de desastre ecológico.
7. Cumplimiento de normas imperativas;
En cualquiera de estas situaciones, de comprobarse la causal invocada por el Estado llamado a responder,
quedará excluido el carácter ilícito de la acción, sin perjuicio de:
 Del cumplimiento de la obligación de que se trate, en el caso y en la medida en que la circunstancia que excluye
la ilicitud haya dejado de existir;
 De la cuestión de la indemnización de cualquier pérdida efectiva causada por el hecho en cuestión, caso
contrario se produciría un enriquecimiento sin causa;

Peligro extremo ≠ Estado de necesidad


Peligro extremo: En éste, el acto ilícito se justifica por la necesidad urgente de salvar la vida de la persona que
ejecuta el acto o de personas por las cuales el Estado debe responder;
Estado de necesidad: Se dirige a garantizar la violación de una norma de derecho internacional impuesta por la
necesidad de prevenir un peligro serio para el propio Estado o su población;

VIII.3. CONSECUENCIAS DE UN ACTO INTERNACIONALMENTE EQUIVOCADO. RESPONSABILIDAD


INTERNACIONAL DEL ESTADO POR LAS CONSECUENCIAS DAÑOSAS DE ACTOS NO PROHIBIDOS POR
EL DERECHO INTERNACIONAL. CONTRAMEDIDAS Y SOLUCIÓN PACÍFICA DE CONTROVERSIAS.

Todas las defensas analizadas excluyen la ilicitud del acto, pero no extinguen la obligación del Estado
infractor. La invocación de una circunstancia que excluye la ilicitud se entenderá sin perjuicio de:
 El cumplimiento de la obligación en la medida en que la circunstancia que excluye la ilicitud haya dejado de
existir;
 La cuestión de la indemnización de cualquier pérdida efectiva causada por el hecho en cuestión;
La exclusión de todo derecho a compensación para el Estado que soporta el daño puede entenderse en
situaciones tales como cuando el Estado infractor actúa con consentimiento del afectado, o en defensa propia o
ejecuta contramedidas, ya que en estos supuestos no habría en realidad violación del DI. En cambio, tanto el estado
de necesidad como el peligro extremo, al brindar al menos teóricamente, una opción al Estado infractor, darían lugar
a una compensación para el Estado afectado.

RESPONSABILIDAD POR HECHOS ILÍCITOS

Cuando un Estado sufre un daño causado por una conducta internacionalmente lícita, este tipo de
responsabilidad estatal no se encuentra contemplado en el Proyecto de la CDI. Sin embargo, en algunos casos, aun
ejerciendo un derecho reconocido por el DI, el Estado puede encontrarse obligado a compensar las consecuencias de
sus actos. Estas situaciones especiales de las cuales deriva una responsabilidad estatal por actos lícitos se solucionan
mayormente a través de normas convencionales.
Por ejemplo, el art. 106 de la Convención sobre Derecho del Mar dispone: “Cuando un buque o una aeronave
sea apresado por sospechas de piratería sin motivos suficientes, el Estado que lo haya apresado será responsable
ante el Estado de la nacionalidad del buque o de la aeronave de todo perjuicio o daño causado por la captura”.
En “Fukuryu Maru”, EEUU compensa a Japón en 2 millones de dólares aunque jamás admitió su responsabilidad
en los daños causados a la tripulación Japonesa del buque Fukuryu Maru, quienes habían sido afectados por un ensayo
nuclear ejecutado más allá de las Islas Marshall.
En 1978 el satélite Soviético “Cosmos 954” se desintegra sobre territorio Canadiense. Las autoridades
Canadienses solicitan compensación por daños causados por restos radiactivos del artefacto. En 1981, la Unión
Soviética acordó pagar una compensación de 3 millones de dólares canadienses, sin admitir responsabilidad alguna en
los daños producidos.
En DI, la responsabilidad por hechos internacionalmente lícitos sólo es admitida excepcionalmente, por lo cual
deberá estar contemplada en textos precisos. En general, se relaciona con daños producidos por actividades riesgosas.
La mayor parte de las convenciones que tratan actividades riesgosas imponen en cabeza del Estado la
responsabilidad objetiva pertenecen al campo de la energía o la exploración del espacio. Una excepción relevante
parece estar constituida por la Convención sobre Responsabilidad Internacional por Daños causados por Objetos
Espaciales, que impone en su art. 2 una responsabilidad “absoluta” al Estado de lanzamiento, quien responderá por los
daños causados por un objeto espacial suyo en la superficie de la Tierra o a las aeronaves en vuelo.

REPARACIÓN DEL DAÑO

El art. 34 PARE sienta el principio general de la reparación integral ante un hecho internacionalmente ilícito,
mencionando entre las formas que puede asumir tal reparación, a la restitución, la indemnización y la satisfacción, sea
de manera única o combinada.
El Estado responsable debe:
 Cesar la comisión de la conducta dañosa;
 Ofrecer seguridades y garantías adecuadas de no repetición, si las circunstancias lo exigen;
 Está obligado a reparar íntegramente el perjuicio causado;
 Si se negara a reparar o pagar una compensación conforme lo requiera el Estado afectado, deberá acceder de
buena fe a realizar los intentos necesarios para solucionar pacíficamente la disputa;
La reparación debe limpiar todas las consecuencias del acto ilegal y restablecer la situación que, con toda
probabilidad, hubiera existido si tal acto no se hubiera cometido.
La elección de una forma particular de reparación varía dependiendo del contenido de la obligación que ha sido
violada y la naturaleza del daño soportado. En caso de daños materiales, el Estado responsable debe restituir en
especie tanto como sea posible.
En “Templo de Preah Vihear”, la CIJ ordenó a Tailandia devolver a Camboya ciertos objetos religiosos
removidos ilícitamente del Templo en cuestión.

Restitución: Significa restablecer la situación que existía antes de la comisión del hecho ilícito, siempre que y en la
medida en que esa restitución:
a) No sea materialmente imposible;
b) No entrañe una carga totalmente desproporcionada con relación al beneficio que derivaría de la restitución
en vez de la indemnización;

Si la restitución en especie no fuera posible o lo fuera sólo parcialmente, entonces el Estado responsable
deberá indemnizar el daño al Estado afectado. La indemnización cubrirá todo daño susceptible de evaluación
financiera, incluido el lucro cesante en la medida en que éste sea comprobado.
La indemnización debe cubrir todos los daños cuantificables y en caso que fuera aplicable, cualquier pérdida
de ganancias futuras. Los intereses se adeudan desde que la suma principal es exigible hasta la fecha del pago efectivo.
A los fines de la determinación de la reparación se tendrá en cuenta la contribución al perjuicio resultante de
la acción o la omisión, intencional o negligente, del Estado lesionado o de toda persona o entidad en relación con la cual
se exija la reparación.
En último lugar, un ilícito que cause solamente un daño moral puede ser redimido a través de una satisfacción,
que puede consistir en un reconocimiento de la violación, una expresión de pesar, una disculpa formal o cualquier otra
modalidad adecuada, añadiendo luego que la satisfacción no será desproporcionada con relación al perjuicio y no podrá
adoptar una forma humillante para el Estado responsable.
En “Canal de Corfú”, la CIJ declaró que la operación de barrido de minas realizado por la Armada Británica
en aguas territoriales albanesas constituyó una violación de la soberanía del país ribereño.
También se consideran otras categorías tales como la rendición de honores a la autoridad lesionada, el pedido
oficial de disculpas, eventuales sanciones internas a los agentes responsables del acto internacionalmente ilícito, o
brindar seguridades respecto de la no repetición del acto lesivo.

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