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Orígenes de La Agresión en La Infancia

El documento examina los orígenes y el desarrollo de la agresión en la infancia, destacando que los bebés pueden irritarse sin intención de agredir, mientras que los niños mayores muestran diferentes tipos de agresión, como la hostil y la instrumental. Se identifican factores genéticos y sociales que influyen en la agresividad, así como las diferencias de género y el impacto de los ambientes familiares. Además, se abordan las consecuencias de la agresión en los niños y se mencionan trastornos psicológicos y físicos, así como el uso de drogas y medicamentos, como causas del comportamiento agresivo.

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Orígenes de La Agresión en La Infancia

El documento examina los orígenes y el desarrollo de la agresión en la infancia, destacando que los bebés pueden irritarse sin intención de agredir, mientras que los niños mayores muestran diferentes tipos de agresión, como la hostil y la instrumental. Se identifican factores genéticos y sociales que influyen en la agresividad, así como las diferencias de género y el impacto de los ambientes familiares. Además, se abordan las consecuencias de la agresión en los niños y se mencionan trastornos psicológicos y físicos, así como el uso de drogas y medicamentos, como causas del comportamiento agresivo.

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Orígenes de la agresión en la infancia

Los bebés de menos de 1 año pueden irritarse, aunque no agreden (no hay intención). Al año, los
niños muestran rivalidad por juguetes y, a los 2 años, tienen mayores probabilidades de resolver
las disputas mediante negociación y participación. Este proceso puede ser adaptativo, pues
enseña a los menores a lograr sus objetivos sin violencia. (Regader, 2015)
Desarrollo de la Agresión en la infancia
Los actos agresivos se clasifican en dos categorías:
Agresión hostil: cuando la meta del agresor es el daño o lesión de la víctima.
Agresión instrumental: cuando la meta principal del agresor es conseguir el acceso a objetos,
espacio o privilegios.
Con la edad, la agresión de los niños cambia dramáticamente:
Entre 2 y 3 años la agresión física es instrumental, ya que los niños se centran en juguetes,
dulces, etc. entre los 3 y 5 años, pasa a ser verbal más que física, entre los 4 y 7 años, la
agresividad empieza a ser hostil. La adquisición de habilidades para considerar el punto de vista
de los demás (infieren si la intención es perjudicial) trae consigo la venganza. Es a partir de
primaria cuando los niños son vengativos. (Shaffer, 2000)

Diferencias sexuales en el desarrollo de la agresión


El factor genético explica parte del hecho de que los niños tengan una mayor propensión a la
conducta agresiva debido a la producción de testosterona. Pese a esto, el factor social juega un
papel muy importante en determinar la agresividad masculina y femenina. A partir del año y
medio la tipificación de género, que es un constructo consensuado socialmente, marca las
diferencias entre individuos y la manera de expresar conductas hostiles.
Los padres también influyen en el desarrollo de la agresividad, pues los que juegan de manera
más ruda y agresiva, los que premian sus acciones antisociales, o incluso les hacen regalos,
fomentan sus conductas desfavorables.
De la agresión a la conducta antisocial
Durante la adolescencia se muestra un pico en la conducta antisocial y después se reduce. Las
chicas utilizan la agresión relaciona (humillación, exclusión, rumores para dañar la autoestima,
etc), mientras que los niños, se decantan por robar, faltar a clase, y mal comportamiento sexual.
(Fuster, 2014) por ejemplo, parte de la conducta poco social de los niños y jóvenes se explica por
una corteza prefrontal que aún no ha madurado lo suficiente y que no está lo suficientemente
conectada con los grupos neuronales del cerebro posterior que median en la creación de
emociones y la conducta orientada hacia la satisfacción de necesidades (esta conexión se va
estableciendo más tarde al ritmo del reloj biológico, y llegará a su punto culminante durante la
tercera década de vida, entre los 25 – 30 años). Además, los grupos neuronales cuya activación
evoque principios éticos generales y conceptos abstractos encuentran en la corteza prefrontal un
mediador que les permitirá jugar un papel en la toma de decisiones. Desde este punto de vista, un
buen desarrollo del lóbulo prefrontal suele conllevar una reducción expresión de conductas
agresivas.

Diferencias individuales en el comportamiento agresivo


Sólo una pequeña minoría puede considerarse un agresivo crónico (implicados en la mayoría de
conflictos). Las investigaciones señalan 2 clases de niños muy agresivos:
Agresores proactivos: niños a los que les resulta fácil realizar actos agresivos y que se basan en
la agresión como un medio para resolver problemas sociales o lograr objetivos personales.
Agresores reactivos: niños que exhiben niveles altos de agresión vengativa hostil debido a que
atribuyen excesivas intenciones hostiles a otros y no pueden controlar su ira suficiente como para
buscar soluciones que no sean agresivas a problemas sociales.
Cada uno de estos grupos procesa la información sobre sus percepciones y sus propias conductas
de manera diferente, lo cual hace que su estilo de toma de decisiones tenga también un estilo
diferenciado. (Serrano, 2001)

Algunas culturas y subculturas son más agresivas que otras.


España, seguido de EEUU y Canadá son los países industrializados más agresivos.
Las clases sociales también influyen, donde la clase social baja es más agresiva. Varias pueden
ser las causas:
Utilizan el castigo con frecuencia
Aprobación de soluciones agresivas en los conflictos
Los padres que llevan vidas estresantes controlan menos a sus hijos
Las diferencias individuales también afectan al desarrollo de la agresividad.
Ambientes familiares coercitivos: caldos de cultivo de la agresión y la delincuencia
Los niños agresivos suelen vivir en ambientes coercitivos donde la mayoría de interacciones
entre miembros de la familia son un intento de que el otro deje de irritarles. Las interacciones
coercitivas se mantienen gracias al reforzamiento negativo (cualquier estímulo cuya eliminación
o terminación como la consecuencia del acto incrementa la probabilidad de que éste se repita).
Con el tiempo los niños problema se hacen resistentes al castigo y consiguen llamar la atención
de los padres que no les muestran afecto.

Según (Quicios, 2016) las consecuencias de la agresión son:


1. Cuando este comportamiento se repite en el tiempo, el niño puede ser rechazado y evitado por
los demás niños. Esto poco a poco irá minando la confianza en sí́ mismo, se convertirá́ en un
niño solitario, desconfiado y sin herramientas con las que acercarse al resto y establecer
verdaderas relaciones.
2. Si no ayudamos a evitar esta conducta, el niño estará́ aprendiendo una forma inadecuada de
actuar, que cuando sea un poco más mayor le traerá́ problemas y efectos negativos.
3. Asimismo, el niño agresivo también puede ser el objetivo de otra agresión, como resultado de
su conducta.
4. El niño que no es capaz de adaptarse a su entorno por su actitud agresiva cuando son más
mayores suelen llevar asociados también problemas de fracaso escolar. Si esto no se corrige en la
infancia, derivará en adolescentes y adultos con conductas anti sociales, baja autoestima y poca
capacidad resolutiva.

Bibliography
Fuster. (2014). cerebro y libertad . Planeta.

Quicios, B. (2016). Consecuencias de una conducta agresiva en los niños. guiainfantil.

Regader, B. (2015). Agresión en la infancia: las causas de la agresividad en niños. Retrieved from
https://psicologiaymente.com/desarrollo/agresion-psicologia-del-desarrollo

Serrano. (2001). Agresividad infantil, 1ªed, . madrid.

Shaffer. (2000). Psicología del desarrollo, infancia y adolescencia 5ªed. In E. Thomson. mexico.

Otras causas Trastornos psicológicos


Los trastornos psicológicos son las causas más comunes del comportamiento agresivo. Si bien
cualquiera de estos trastornos puede causar agresión, los más frecuentes son: la depresión, el
trastorno bipolar, la esquizofrenia, el trastorno por déficit de la atención con hiperactividad
(TDAH), el trastorno límite de la personalidad (TLP) y el trastorno por estrés postraumático
(TEPT). Las madres que padecen depresión posparto son especialmente susceptibles a los brotes
agresivos, algunas veces contra el niño. Los trastornos no psicológicos o los episodios de
agresión extrema se pueden tomar a la ligera y los síntomas de muchos trastornos psicológicos
disminuyen o desaparecen por completo con el diagnóstico y el tratamiento apropiados
recomendados por un profesional de la salud mental.
Estado físico
Los individuos que tienen antecedentes de migrañas, accidentes cerebrovasculares, epilepsia y
diabetes pueden ser propensos a desarrollar comportamientos agresivos. Quienes padecen
trastornos del sueño o la enfermedad de Alzheimer también han manifestado agresividad como
resultado de sus afecciones. Los trastornos físicos y las enfermedades que carecen de diagnóstico
o tratamiento pueden provocar agresividad. En la mayoría de los casos, las acciones y los
pensamientos relacionados con la agresividad provocados por trastornos físicos se reducen con el
tratamiento apropiado recomendado por un profesional de la salud.
Drogas ilícitas
El uso de varios tipos de drogas ilícitas pueden inducir a comportamientos agresivos en muchos
individuos. Las intoxicaciones con cocaína, anfetaminas, LSD, éxtasis y alcohol a menudo hacen
que el usuario se torne extremadamente nervioso y violento. La abstinencia a casi todas las
drogas ilícitas, incluida la nicotina, también puede ser un factor que contribuya al
comportamiento agresivo. Según el Dr. Robert Needleman, Vicepresidente de Pediatría
Conductual y Desarrollo de The Dr. Spock Company, algunos casos de agresividad en niños han
estado relacionados con la exposición al hábito de fumar, el uso de drogas ilícitas y el consumo
de alcohol mientras estaban en el vientre materno.
Fármacos recetados
Los fármacos recetados y las interacciones entre ellos pueden provocar comportamientos
agresivos. Un estudio realizado por el científico Kereshmeh Taravosh-Lahn en la Universidad de
Texas sostiene que, sorprendentemente, las bajas dosis de antidepresivos que a menudo se
prescriben a niños y adolescentes debido a su tamaño, pueden ser responsables de los brotes de
agresividad. También se ha demostrado que los esteroides y muchos tranquilizantes provocan
agresividad en ciertos individuos. Aquellos que toman una variedad de medicamentos recetados,
especialmente si están tratando una enfermedad o trastorno mental, pueden experimentar
sentimientos y actos de violencia como una reacción ante la interacción de estos medicamentos.
Trastornos del desarrollo
Los trastornos del desarrollo suelen ser la causa del comportamiento agresivo, especialmente en
niños pequeños. Los adultos que padecen un trastorno del desarrollo que ha pasado
desapercibido o aún no tiene diagnóstico, pueden manifestarlo a lo largo de la vida mediante
brotes de agresividad o violencia. Las intoxicaciones con plomo, las deficiencias de hierro y
hasta incluso algunos contaminantes ambientales han sido identificados como las causas de los
impedimentos en el desarrollo en niños que más tarde manifiestan comportamientos agresivos.
Los niños que padecen autismo o retrasos mentales graves a menudo experimentan episodios
violentos debido a su incapacidad para comunicarse de manera efectiva
manda Knaebel | Fecha actualizada July 18, 2017 causas del comportamiento agresivo

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