27 de noviembre de 2019
Iglesia Cristiana La Promesa de Dios
Tema: ALMA QUE PECARE MORIRA
Cita bíblica: Ezequiel 3:18-21; 18:21-24; 33:12-16
Introducción:
ENFERMEDAD DEL ALMA: MORBUS SABBATICUS
Es una enfermedad muy común en los miembros de la Iglesia y ataca
repentinamente el domingo por la mañana y los días que hay estudio bíblico por la
tarde o por la noche, el hermano o hermana no siente ningún síntoma, hace sus
tareas, cumple con su trabajo, va al mercado a hacer sus compras, va de visita o de
paseo, no importa si está lloviendo, come bien, duerme bien, pero cerca de la hora
de ir a la Iglesia le ataca el virus, su ánimo decae, se siente mal, le duele el cuerpo,
cree que tiene fiebre y que necesita descansar y continúa así hasta que el servicio
ha terminado o un poco antes. Cuando su familia regresa de la Iglesia, ya le
encuentran mejor. ¡Oh, Qué gran Milagro!
Esto se repite cada semana, el creyente puede hacer de todo durante toda la
semana, se siente en forma para hacer de todo, no siente ningún malestar, su
espíritu se siente alegre, ríe, goza, disfruta de la vida, ve la televisión, lee el
periódico o alguna revista, nada hace presagiar que esté enfermo. Pero cuando
llegan las 9.00 a.m. del domingo o las 6.30 p.m. de los demás días, el virus empieza
a atacar y el ciclo de la enfermedad se repite.
I. Todas las almas son de Dios
A. Pues Él es su creador
1. Y espera que le sirvan voluntariamente
2. Que le alaben con gratitud
B. Hay muchas almas enfermas
1. Y Dios está interesado en restaurarlas
1.1 Sanando sus llagas (Is. 53:5)
1.2 Curando sus heridas (Sal. 103:3)
2. Un alma enferma difícilmente crece
2.1 En comunión con el Señor
2.2 En armonía con los demás (He. 12:14)
2.3 No comprende el plan de Dios para su vida (Hch. 7:51)
2.4 Por su actitud persistente de no entrar en razón… (Ro. 11:8)
2.5 La enfermedad se aloja en las partes más importantes del cuerpo:
cabeza y corazón (Ro.12:2; Pr. 4:23; 1 Co. 2:16)
II. El pastor es un atalaya
A. Nombrado por el Espíritu Santo
1. Para guiar la vida espiritual de las ovejas
1.1 En su edad temprana (Jn. 21:15)
1.2 En su edad intermedia (Jn. 21:16)
1.3 En su edad tardía (adultez y vejez) (Jn. 21:17)
2. Para corregir con la ternura y la mansedumbre de Cristo
2.1 A las ovejas difíciles de pastorear
27 de noviembre de 2019
Iglesia Cristiana La Promesa de Dios
2.2 Cuyo corazón no ha sido circuncidado (Dt. 10:16; Ro. 2:29)
2.3 Que no han reconocido el Señorío de Cristo
2.4 Que no reconocen la autoridad pastoral (Ro. 13:1; He. 13:17)
2.5 Que critican al pastor y pasan por alto que ¡se lo están haciendo a
Cristo! (Ec. 7:20-22)
2.6 Que ponen en peligro su salvación (1 P. 4:18; He. 10:26-27; 2 P.
2:21)
2.7 Pues Jesús, no quiere ovejas desobedientes
2.8 Cuyas ropas están manchadas de inmundicia (impureza, malicia, y
deshonestidad espiritual, etc.) (Ez. 36:17)
B. Dirigido por el Espíritu Santo
1. Para hacer un llamado al reconcilio mutuo
1.1 Despojándonos del viejo hombre (Ro. 6:6; Ef. 4:22)
1.2 Haciendo ver el error con amor (Stg. 5:20)
1.3 Instruyendo a la oveja para salvación (Pr. 12:1; Sal. 119:97,99)
1.4 Compartiendo las verdades del Reino (Jn. 8:32)
2. Para edificar al cuerpo de Cristo
2.1 Sufriendo dolores de parto (Gá. 4:19)
1.2 Hasta que Cristo sea formado en vosotros
1.3 Pariendo hijos de la Luz (Mt. 5:14)
1.4 Cuyo corazón ha sido circuncidado (Jer. 4:4)
1.5 Colaborando con el pastor con diligencia
3. Para escapar de la ira venidera
3.1 Dejando su mal proceder (Ef. 2:1-3)
1.2 Reconociendo la gravedad de su pecado (1 Jn. 5:17)
1.3 No viviendo de glorias pasadas
1.4 Antes que los libros sean abiertos (Ap. 20:12)
1.5 Antes de que el Juez inicie el juicio. (Stg. 5:9)
Conclusión:
El morbo es una característica que hace que las personas sientan deseos de ver,
oír, oler, sentir o hacer las cosas que están catalogadas como prohibidas o malas.
Teniendo presente esta nota aclarativa, ahora podremos hacer un examen personal
introspectivo, que nos permita indagar y conocer con precisión, cual es nuestra
situación espiritual actual delante de nuestro Señor Jesucristo. No olvidemos que el
Espíritu Santo, lo escudriña todo. Por tanto, si existe alguna sospecha de que
nuestra alma esté muriendo, y no nos hemos dado cuenta; la ocasión es propicia
para acercarnos a nuestro Padre celestial, amparados bajo la preciosa sangre de
Jesucristo, nuestro abogado y fiel intercesor.