TESIS 1
CIENCIA TEOLÓGICA
1. Generalidades
1.1. La Teología como ciencia de la fe
A lo largo de la historia son muchas las nociones que se le dan a la Teología: para
Platón es aquella interpretación racional de los mitos; en Aristóteles, es la
consideración del ente en el ser; Pseudo Dionisio, la define como el modo como
se habla de Dios. San Agustín la define como "RATIO SIVE SERMO DEITATE"
(Razonamiento o discurso sobre la Divinidad). En la época anterior al Concilio
Vaticano II, se habla de Teología como la ciencia razonable y metódica de la
doctrina cristiana; San Anselmo de Canterbury, da la siguiente definición: “FIDES
QUAERENS INTELLECTUM", es la fe la que impulsa a buscar y ampliar su propia
inteligibilidad. La Teología "además de profundizar en la inteligibilidad de la
revelación, se orienta a un actuar comprometido en medio de la comunidad
cristiana.
Oración de San Anselmo: “Señor yo no pretendo penetrar en tu profundidad:
¿Cómo iba a comparar mi inteligencia con tu misterio? Pero, deseo comprender
de algún modo esa verdad que creo y que mi corazón ama. No busco comprender
para creer (Esto es, no busco comprender de antemano por la razón, lo que haya
que creer después), sino que creo una cosa: si no empiezo por creer, no
comprenderé jamás. Deseándote te buscaré, buscándote te desearé, amándote
te hallaré y hallándote te amaré, porque no puedo ir en tu búsqueda a menos que
tu me enseñes, y no puedo encontrarte si tu no te manifiestas”. Del “Proslogion”
(Siglo XI). La teología es la pregunta por lo creído: “¿qué creo?”,” ¿por qué
creo?”, “¿cómo creo?” y “¿para qué creo?”.
La Teología es también ciencia, por tener un objeto (Dios en su vida íntima, el
mundo y el hombre en su plan de salvación y método propio (argumentativo).
Extrae las verdades reveladas por Dios y entregadas a la Iglesia, para nuevos
conocimientos y conclusiones teológicas, mediante un método de argumentación
estrictamente científico. La ciencia de la fe no es sino la exposición metódica y
crítica de la teología vivida, la sujeción de la autoridad de Dios y de la Iglesia que
no disminuye el aspecto científico de la Teología. La Teología supone la fe y
comparte con ella las mismas fuentes de su conocimiento, a saber: La Sagrada
Escritura, la Tradición y el Magisterio. Y los medios de conocimiento que son la
razón humana – revelación.
1.1.1 Finalidad de la Teología
Al preguntarnos por la finalidad de la Teología, nos encontramos con diversas
posiciones y definiciones:
a. Para Alejandro de Hades, Alberto Magno y Duns Scoto, la Teología es
simplemente una ciencia práctica, porque fomenta la piedad y estimula la
voluntad que tiende hacia el bien último.
b. Para Enrique de Gante, la Teología es pura y simplemente, una ciencia
teórica, ya que se dirige al conocimiento y a la contemplación de Dios.
c. Para San Buenaventura, la Teología es a la vez teórica y práctica, porque
atiende en primer lugar a hacernos mejores, porque su finalidad primera no
es especular.
d. Santo Tomás de Aquino, hablando de la Teología como ciencia, se plantea
la siguiente cuestión: "La Doctrina Sagrada, ¿es una ciencia?, si la Teología
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es una ciencia, ¿lo es por la misma razón que las demás ciencias humanas
que conocemos o es en un sentido total o parcialmente distinto?”. Hoy,
nadie pone en duda con sinceridad el hecho que la teología sea una
verdadera ciencia, ya que tiene su propio objeto, su método, su unidad y su
sistematización. Para Santo Tomás, la Teología es primariamente un saber
teórico; es verdad que nos sirve para ser mejores y para conducir a los
demás a la santidad, pero busca primero que todo, conocer y penetrar en
el misterio divino. La Teología es en primer lugar contemplación de la
verdad y luego, edificación de Cristo en nosotros.
En la Edad Medía, sin embargo, la respuesta no era tan evidente, algunos
sostenían que la Teología no era una ciencia. Duns Scoto, opinaba que el
concepto de ciencia, para poder aplicarse a la Teología, tenía que sufrir una
mutación. Otros veían en la Teología una especie de término medio entre la
ciencia y la fe.
Pero el problema encierra algo más que un simple interés histórico, ya que le
sirvió a Santo Tomás de ocasión para aplicar el concepto de ciencia, preparando
de este modo la noción que de ella tenemos hoy. El problema de la Teología como
ciencia, en la Edad Media, tiene su origen la definición Aristotélica de ciencia: "La
ciencia es un conocimiento cierto y siempre válido, resultado de la deducción
lógica".
Inmediatamente salta la vista que semejante concepción de ciencia difícilmente
puede aplicarse a la Teología, ya que la Verdad Revelada no es vista, sino creída.
Los misterios cristianos no son objeto de experiencia o de evidencia, sino de
testimonio y de fe. Actualmente se designa con el término de ciencia a toda
disciplina que ,goza de un objeto y de un método propio y que conduce a una
síntesis comunicable.
Es necesario partir de la vida Eclesial; el teólogo pertenece a esa gran familia
llamada Iglesia, allí se acoge la fe y por su testimonio se acoge la Palabra de Dios
como verdadero camino de Salvación para el hombre. Hablando de razón y fe en
el trabajo teológico, consideremos al sujeto que se dedica al estudio de la
Teología: el hombre, el cual se plantea la siguiente cuestión: ¿El trabajo teológico
es obra únicamente de la razón?, ¿Con la sola razón puede dedicarse al estudio
de la Teología, lo mismo que un creyente?, si por el contrario, no hay Teología sin
fe, ¿A qué título interviene la fe? Para comprender mejor el papel respectivo de la
fe y de la razón, atendemos al trabajo teológico en sus diferentes etapas:
1.1.2 La fe en busca de inteligencia
En su principio la Teología es sobrenatural. En efecto, en el origen de toda
teología nos encontramos con un doble Don de Dios: primero, el Don de la
Palabra de Dios y segundo, el Don de la fe para adherirse a esta Palabra, pues la
fe no es el resultado de una demostración apologética, sino un don de la Gracia:
"Nadie puede venir a mí, sí el Padre que me ha enviado no le atrae" (Jn 6,44).
Es Dios el que toma la iniciativa de la Palabra y es Dios quien por iniciativa y la
atracción que produce, inicia en nosotros el movimiento de retorno a la respuesta
de la fe a la Palabra de Dios. El origen de la Teología, lo mismo que el origen de la
fe, todo es Don de Dios, todo es Gracia.
1.1.3 La inteligencia teológica bajo la luz de la fe
La fe no deja de ejercer su influencia durante todo el trabajo teológico. En efecto,
por la fe, el teólogo tiene como absolutamente cierto unas verdades que no puede
conocer completamente, ni por su experiencia ni por su reflexión. La certeza de su
fe es el motivo y la garantía de su reflexión. Es la fe la que mantiene a la
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teología en contacto con la realidad divina y la fe la que le da el valor de
ciencia de lo real. La fe ejerce su influencia en el transcurso del trabajo teológico,
no sólo porque la certeza de la fe preside la investigación del teólogo asegurando
su validez, sino también en razón del dinamismo continuo de la luz de la fe.
1.1.4 La Teología como sabiduría
Esta nos lleva a considerar de una manera general ¿Quién es el sabio? Es aquel
que en un determinado orden de cosas se vincula con el principio de este orden y
le asigna a cada uno de sus elementos su significación exacta y su valor en
relación con el conjunto. Pues bien, la Teología es conocimiento de todas las
realidades divinas y humanas, por el principio del orden universal que es Dios. El
Teólogo, quiere ser en el seno del mundo, el intérprete de Dios a partir de la
Revelación.
La Teología es por tanto, obra conjunta de la actividad del Espíritu y de la luz de la
fe, de la razón sobreelevada y animada por la fe: ambas constituyen un dinamismo
de conocimiento humano-divino y absolutamente único. La razón humana por su
parte, se sirve de todas las leyes del razonamiento humano y de la técnica
humana, con todas las exigencias de la ciencia, concretamente con materia de
métodos, de sistematización y de unidad.
1.1.5 Teología y fe
La Teología y la fe aunque están íntimamente unidas, son realidades a la vez
distintas. La Teología como ciencia de la fe, presupone la fe y la fe es la adhesión
total del hombre a Cristo y comunión de vida con él. El motivo de nuestro
asentimiento, en la fe, es la autoridad de Dios que revela. La fe tiene por objeto lo
que ha sido atestiguado formalmente por Dios. La fe y la Teología son actitudes
distintas. Mientras que la fe resulta de un compromiso existencial de todo el
hombre, cuerpo y alma, espíritu y corazón, en el seno de una opción que brota del
ser, la Teología como ciencia, es ante todo, inteligencia de la fe. Creer y
reflexionar sobre la fe se distinguen, como vivir y reflexionar sobre la vida. La fe
alcanza a Dios por medio de la unión y comunión con él. La Teología es
conocimiento de Dios, pero por el camino de la inteligencia y del discurso.
1.2. Características fundamentales de la Teología
Son varias las características fundamentales de la Teología, entre ellas:
a. Carácter Histórico: Dios se revela en la historia y por la historia de la
humanidad; la teología se refiere a la historia de la salvación del hombre.
b. Carácter Cristológico: El centro y el culmen de la Revelación hecha por
Dios es JESUCRISTO.
c. Carácter Pneumático: El Espíritu Santo personifica la virtud, en la cual, la
actual teología puede alcanzar la fe, su objeto como realidad viva.
d. Carácter eclesiológico: La teología escucha y recibe la Palabra de Dios en
la Iglesia y acepta la reflexión y la vivencia de toda la historia de la Iglesia.
Ella, como comunidad creyente, en el lugar concreto en el que se cultiva la
teología.
e. Carácter Antropológico: La Revelación hecha por Dios se dirige al hombre y
por lo tanto el ser humano debe dar una respuesta en la fe frente al llamado
de Dios.
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f. Carácter Escatológico: La Teología se orienta al futuro, mira la Salvación
como un hecho ya realizado, pero también como un algo que se espera;
hoy en la Teología resuena con fuerza una idea que deja ver el carácter
escatológico: “Lo mejor de Cristo está por venir” (Juan Pablo II).
g. Carácter Dinámico: El trabajo de la Teología se desarrolla en la historia,
está en movimiento y abierto a las cuestiones del hombre y de la historia.
1.3. Funciones en la Teología
Para lograr el conocimiento de Dios y del Hombre, la teología procura un
conocimiento completo de la Sagrada Escritura y de la tradición (teología positiva);
una comprensión e inteligencia de la fe (teología especulativa) y una vivencia de
ella, que se exprese en el hoy de la salvación (teología práctica).
1.3.1. Función Positiva de la Teología
Debe reconocer la Palabra de Dios en su formulación Bíblica y la expresión que ha
obtenido en la Iglesia por su inteligencia y contenido. Veamos algunos aspectos:
a. Naturaleza de la función positiva: La Teología es inteligencia de la fe,
búsqueda del espíritu con ansia de comprender; la Teología intenta
penetrar en el misterio que posee la fe para conseguir una inteligencia cada
vez más viva del misterio. Si la Teología es ciencia, el misterio de la fe tiene
que tomar posición de ese objeto a su propio nivel, que es el de la ciencia.
La teología positiva es precisamente "la función por la que la Teología entra
en posesión del dato revelado". Es la promoción del nivel científico del
auditus fidei, o sea de la fe a lo que se ha oído, que se efectúa en los
fíeles por medio de la predicación y de la catequesis.
La teología debe conocer la palabra de Dios en su formulación bíblica y en
lo que ha expresado y atesorado en la vida de la Iglesia sobre su
inteligencia y contenido. Es pues, un cultivo del “auditus fidei” en el que las
exigencias de un conocimiento científico de la Sagrada Escritura y de la
Tradición se conjugan con la obediencia de la fe propuesta por la Iglesia
bajo la guía del Magisterio.
b. División de la Teología positiva: Se pueden distinguir en la Teología positiva
tres sectores: 1. La positiva de los documentos escriturísticos, 2. La
positiva de los documentos de la Tradición, 3. La positiva de la enseñanza
Magisterio. Todo este conjunto constituye lo que se llama lugares o fuentes,
cuya exploración realiza la Teología para conocer la revelación en toda su
amplitud y riqueza.
c. Objetivo de la teología positiva: Se orienta a tomar posesión de todo el dato
revelado, tal como se expresa en la tradición y en la Escritura, y
determinarlo a nivel científico.
1.3.2. Función Especulativa de la Teología
Para lograr la comprensión e inteligencia de la fe la teología debe: 1. Interpretar el
dato revelado en conceptos más precisos y que se presten a una sistematización;
2. Hacer comprender el dato revelado a través de analogías tomadas de nuestra
experiencia; 3. hacer una elaboración encadenada de todos los misterios,
buscando la conexión entre cada uno de ellos; 4. lograr que la razón humana se
empeñe en esta tarea y llegue a verdaderas conclusiones teológicas.
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a. Inteligencia del Misterio: La Teología en su función especulativa desea
proseguir y profundizar en la primera capitulación del dato revelado que ha
hecho la Teología positiva. Aquí hay un paso del auditus fidei al intellectus
fidei, que es propiamente un discurso metódico del espíritu para iluminar el
misterio.
b. Tareas de la función especulativa: Podemos reducirlas a tres, apelando a
todas las formas de inteligencia que ha puesto en obra el espíritu humano: 1.
Sistematizar, 2. juzgar y 3. Comprender; claro que a lo largo de la historia de la
Teología se han usado también otras formas para la reflexión teológica, entre
ellas: la definición, la deducción por medio del silogismo, la argumentación, la
explicación genética que consiste en seguir la evolución del terna, la analogía
de los misterios con las realidades humanas, el análisis fenomenológico, la
vinculación del los misterios entre sí, la vinculación de los misterios el fin último
del hombre, etc.
1.3.3. Función práctica
La teología tiene que hacer vida la fe que recibe de la Iglesia y que trata de
comprender e interpretar para que responda al hombre de cada época. La teología
no puede quedarse en el simple plano de la racionalidad científica, tiene que ir
más allá, tiene por objeto hacer viva esa fe, dar sentido profundo a los anhelos y
esperanzas del hombre actual, para que su fe se traduzca en compromiso y vida
cristiana, en vivencia profunda de la caridad”.
1.4. Métodos en la Teología
El fin de la Teología es comprender mejor el plan de Dios salvador, que consiste
en introducir a la criatura humana en la intimidad de la vida divina. Tal es en efecto
el misterio oculto de Dios desde toda la eternidad: la redención del hombre y su
retomo al Padre por medio de Jesucristo.
De ahí se sigue que el método en Teología supone dos momentos especiales: 1)
la determinación del objeto de la fe, o teología en su función positiva y 2) la
inteligencia de ese objeto de fe, o teología en su función propiamente reflexiva o
especulativa, o sistemática.
Son diversos los métodos que la teología ha utilizado a lo largo de su devenir
histórico, pero a la hora de hacer un acercamiento a ellos encontramos que están
sintetizados en dos: el método Especulativo y el método positivo, que
corresponden a las funciones de la teología práctica.
1.5. Interdisciplinariedad de la Teología
Al hablar de interdisciplinariedad en la Teología, se puede considerar a ésta,
desde diferentes aspectos (fin, materia, métodos) y por consiguiente, hacer en ella
diferentes divisiones y reconocer diversas partes, que tienen su relación con las
demás ciencias Teológicas, ya que cada disciplina teológica también tiene su fin,
su materia específica y su método.
a. Finalidad de la Teología
Mirando a la Teología desde el punto de vista de la finalidad, nos preguntamos
¿cuál es su intención? y ¿cuál su designio profundo en el trabajo teológico?,
¿Tendrá una finalidad teórica o práctica?. Una ciencia práctica tiene por fin
regular nuestras acciones, ordenar el obrar de nuestra vida; la ciencia teórico
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especulativa, según la expresión de los escolásticos, está ordenada al
conocimiento de la verdad.
b. Materia de la Teología
Si se considera la Materia estudiada por la Teología, la podemos ordenar según
las disciplinas (Apologética, dogmática, moral, espiritual, litúrgica, patrística) y
según los tratados (Revelación, Eclesiología, Trinidad, Creación, Encamación,
Redención, Gracia, Virtudes, Sacramentos, Antropología, Escatología).
c. Métodos en la Teología
Si se considera a la Teología desde el punto de vista del método o de la función,
se puede hablar de Teología positiva y de Teología especulativa La terminología
en este punto es fluctuante. Unos hablan de Teología histórica (positiva) y. de
teología sistemática (especulativa}. El método de una ciencia se determina a partir
objeto y de su Fin. Pues bien, el objeto de la Teología es Dios en su vida íntima y
en su plan de salvación.
1.6. Teología y Hermenéutica
En la Teología, se hace una confirmación de la unidad entre palabras y acciones
de Jesús en realización de su misión y así lo ha hecho, lo hace y lo hará la Iglesia
en el desarrollo de su misión. La Teología, apoyándose en el texto bíblico debe
evocar hechos del pasado y de hoy. La Teología, está llamada a ser un medio
para testimoniar la experiencia de Jesús en nuestras vidas, es decir, lo "visto y
oído de él", así se hará actual al hoy las Palabras y Acciones de Jesucristo. La
Teología, debe ser comentario de un texto y lectura de unos signos actuales,
relacionando esos textos con el cumplimiento en el hoy, histórico del hombre.
La teología, hace que la Palabra de Dios ilumine el aspecto presente del hombre,
es servicio a la Palabra de Dios; siendo este servicio un aspecto de la actividad
teológica sobre la que conviene reflexionar. La Palabra de Dios se actualiza y es
eficaz siguiendo el mismo método hermenéutico que siguió Jesús (toma textos del
A.T, y los lleva a la realidad que está viviendo para iluminar). Bajo el subtítulo
“teología revelación y signos de los tiempos” podríamos dar a conocer un intento
por hacer Teología, histórica o Bíblica, ya que la teología bíblica, es una realidad
histórica que se cristaliza en un contexto determinado perteneciente a una época
concreta. Para hacer Teología, histórica o Bíblica, hay que superar lala distancia
existente entre nuestra época y la época del nacimiento de la Escritura, trabajo
que realiza la hermenéutica. Es preciso tomar el texto y la realidad actual y hacer
una actualización e interpretación.
La actividad hermenéutica se asemeja a un encuentro entre la Palabra de Dios y
la situación actual. La hermenéutica es un proceso interpretativo en la línea de una
conversión en la que hay un recíproco hablar y escuchar, preguntar y ser
preguntado. Entre el texto y el intérprete permanece una tensión que se neutraliza
mediante el trabajo exegético y hermenéutico, los cuales deben ir a la par.
Teología y hermenéutica, debe ser un trabajo conjunto de quien se pone en la
tarea de servir a la Palabra de Dios, para cobrar un sentido a la vida del hombre
de hoy.
1.6.1. Líneas generales de hermenéutica bíblica
El Concilio Vaticano II ha impulsado el trabajo de comprensión de la Sagrada
Escritura al hacer ver la necesidad de estudiar con atención lo que los autores
querían decir y lo que Dios quería dar a conocer con dichas palabras. Señala
además un principio hermenéutico muy claro al insistir que la Escritura debe leerse
con el mismo espíritu con que fue escrita, por lo que para descubrir el verdadero
sentido del texto sagrado hay que tener en cuenta el contenido y la unidad de toda
la Escritura, la Tradición viva de la Iglesia y la analogía de la fe.
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a. Necesidad de una hermenéutica Bíblica
Interpretar la Palabra de Dios exige conocer al hombre que ha hablado, el
lenguaje que ha usado, las raíces de su lenguaje y su dimensión religiosa, que
constituye el horizonte interpretativo del fenómeno lingüístico.
b. Niveles de interpretación
Para poder interpretar se busca acceder al texto mismo para descubrir allí la
Palabra de Dios, que habla a través de hombres concretos que han dejado
plasmadas las huellas de su personalidad, de su cultura y de su historia. Para
ellos se tiene niveles de interpretación:
El texto en sí mismo: En el texto encontramos lo que Dios ha querido
transmitir, lo cual supera el simple significado literal de las palabras
utilizadas.
El autor: Consiste en descubrir lo que el autor quería expresar.
El hombre de hoy: El creyente toma la Escritura a partir de sus propios
interrogantes y necesidades. Busca allí una respuesta que ilumine su
existencia.
1.7. Criterios para una recta hermenéutica teológica
La interpretación de un texto no puede suplantar los contenidos de fe. La
constante toma de conciencia de lo que ha sido transmitido y la libre
aceptación de la autoridad son presupuestos necesarios del pensamiento
dogmático.
La hermenéutica debe utilizar el recurso de muchas ciencias auxiliares que
ayudan a descubrir y comprender rectamente la verdad del Evangelio.
La teología tiene que recordar siempre que, siendo una reflexión de fe,
debe tener como marco global y constante de comprensión de la Tradición
de la Iglesia.
La teología debe tomarse el trabajo de exponer y reinterpretar los
contenidos de la fe como el fin de expresarlos en conceptos comprensibles
para los hombres de hoy.
Que se construya y se promueva una reflexión teológica para que de un
mayor relieve a los problemas del hombre y haga más actual la palabra de
Dios.
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N.B. los puntos citados a continuación son síntesis de lo comentado en
clase en torno a esta tesis:
1. Se precisa el concepto de teología como ciencia… tiene un objeto (Dios y
hombre en su plan de salvación), un método (argumentativo), unidad y
sistematización. La ciencia siempre había tenido su marco de evidencia,
con Kant la visión cambió.
2. La teología positiva es la que busca comprender lo q dice el dato revelado
(escritura, tradición y magisterio) mediante el Auditus fidei y se da el paso a
la teología especulativa (intellectum fidei) donde se hace sistematización
para llegar a verdaderas conclusiones teológicas… todo esto llega a una
teología práctica que es hacer vida la fe que se ha recibido en la Iglesia,
para salvar la integridad del hombre.
3. La hermeneútica es hacer interpretación y actualización del dato revelado a
la vida y al contexto de hoy; es hacer un aggiornamento. Esta sigue unos
criterios propios: fidelidad.
4. El método en teología es la determinación del objeto y su inteligibilidad; en
otras palabras es el auditus fidei y el intellectum fidei.
5. Revelación: la auto- comunicación de Dios en la economía (pedagogía) de
la salvación hasta llegar a la plenitud en Jesucristo. Dios se revela para que
el hombre se salve, esa es su finalidad. La T. fundamental es la que estudia
el acont. De la revelación y su credibilidad para presentarla a otros que no
creen, da razones. En el A.T. aparece la iniciativa divina, en la hria, por el
nombre, mediadores, rta de fe, búsqueda de la sabiduría, testimonios de la
creación, palabra se hace texto, aparecen entonces los hagiógrafos. En el
N.T. Cómo se revela Cristo? Encarnación unida a redención: pasión,
muerte, resurrección. Pentecostés… a través de dichos y hechos. Jesús es
el primer mensajero de la revelación (sinópticos), san Pablo habla del
diseño de la salvación en Cristo (todo fue creado por él y para él),
excelencia de la revelación en Cristo (Hebreos), revelación del verbo
encarnado que anuncia San Juan.
6. La unidad entre los dos testamentos es Jesucristo, Él es el centro.
7. La revelación en la historia de la teología, aparece con importancia Trento:
frente a Lutero que niega tradición y magisterio, el concilio favorece la
unidad y continuidad entre Escritura y Tradición, de donde brota la
doctrina y la enseñanza del magisterio. La tradición y la Escritura son de
origen divino y recibidos y transmitidos por los apóstoles, siendo
conservadas por la Iglesia. Ojo: la Escritura y la Tradición son Palabra
de Dios. Ojo se debe hacer distinción entre Tradición y tradiciones.
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8. Revelación en el Vaticano I: dos vías para el conocimiento de Dios, para
responder al enfrentamiento entre fe y razón frutos del modernismo… se
afirma q la revelación es un hecho sobrenatural y positivo, donde Dios es su
autor y de él viene la iniciativa. Muestra que la revelación es objetiva frente
al subjetivismo.
9. En el Vat. II habla en la DV 1-4 de la auto-comunicación de Dios en la
historia como diálogo entre donación y respuesta de la fe. Habla de la
universalidad de la salvación, no solo para la Iglesia y defiende la relación
entre revelación, tradición y magisterio. La Iglesia es sacramento universal
de salvación. Aclara la estrecha relación entre Escritura, Tradición y
magisterio.
10. Creer es la respuesta del hombre a Dios que adhiere su voluntad y
entendimiento a la revelación de Dios. Es un acto de asentimiento libre e
incondicional, razonable, don sobrenatural que lleva consigo un modo de
vivir.
11. Jesucristo es plenitud y culmen de la revelación ya que con su Encarnación
se da cumplimiento a las promesas del AT. La encarnación es un hecho
único e irrepetible, es un hecho central y distintivo de Jesús revelador; la
encarnación se da hasta la resurrección y ascensión. Además Jesús es el
revelador del Padre (Dios amor misericordioso (Jn 14,9)), de sí mismo
(dichos, gestos y hechos – el salvador (sóter) – salva con toda su
encarnación) y del Espíritu Santo (promesa, vivifica, santifica, él enseñará
todo. Se debe aclarar que los milagros no prueban la divinidad de Jesús.
12. La historicidad de los evangelios: sí son históricos pero no cronológicos,
porque muestran la vida y obra del Jesús histórico.; son una lectura a la luz
de la resurrección. Es necesario diferenciar entre la concepción histórica
nuestra de la concepción de la época. Los evangelistas no querían hacer
una biografía sino dar un anuncio de la Resurrección a la luz de la vida del
Jesús histórico. La revelación no se ha acabado, continúa en la Iglesia con
la s. escritura, la tradición y el magisterio. La inspiración tampoco para, pero
el canon ya se cerró.
13. Inspiración: es la acción del Espíritu Santo que iluminó a los autores
sagrados para escribir el dato de la revelación; inspiración no es lo mismo
que revelación; primero fue la revelación, ésta llegó al hombre y éste
movido por el Espíritu escribió lo que Dios quiso decirle al hombre. Ojo el
vat. I defiende el origen divino de las escrituras frente al racionalismo. Es un
instrumento de comunicación del Espíritu. La inspiración pone por escrito la
revelación.
14. Canon: conjunto de los libros inspirados que se reconocen como revelados.
La relación que se da entre canon, inspiración y revelación es: Dios se
revela al hombre, el Espíritu lo inspira para escribir la revelación y según
unos criterios, los libros sagrados son admitidos en el canon, para ser
norma de vida y doctrina de fe de la iglesia. Hay dos clases de libros
canónicos: protocanónicos: nadie ha dudado de su inspiración, ni católicos,
ni protestantes, ni judíos// los libros deuterocanónicos (7) que sólo son
aceptados por nosotros.
15. Tres criterios de canonicidad: apostolicidad, litúrgico y tiene que ser
norma de fe (evangélico)… el canon se definió en el concilio de trento.
16. Transmisión: el hecho mismo de darse a conocer la revelación… es
comunicar vida y hace progresar la revelación, exigiendo una respuesta de
fe al interpretarla el hombre. El proceso de la transmisión es la Tradición,
como don del Espíritu Santo, que se origina en Dios. No aceptado por
Lutero. El concilio de Trento reafirma el sentido de la Tradición y pone como
base el Evangelio. El Vat. II introduce la Iglesia como la que recibe y
transmite la revelación, ella es el sujeto de la revelación. Esc., Trad. e
Iglesia, necesarias para la transmisión.
17. Tradición: conserva intacto e íntegro el contenido de la revelación, en el
anuncio creído, celebrado y vivido; lo transmite y lo hace vida en el hoy de
la historia (Ala vez es la finalidad). Esta tiene un proceso: divina: Dios al
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Hijo; divino-apostólica: Jesús a los apóstoles y eclesiástica: transmisión
que hace la Iglesia a lo largo de las generaciones. El objeto de la revelación
es el contenido de la revelación, el sujeto es la Iglesia y los monumentos
de la tradición son: stos padres (anuncio), magisterio (creído – anunciado -
transmite), liturgia (celebrado) y la vida de los santos (vivido).
18. Sensus fidelium (sentido de fe en los fieles, en el pueblo de DIOS):
versus el sensus fidei (sentido de fe) todo el pueblo de Dios unido a sus
pastores tienen un sentido de fe, en donde se cree la inspiración del
Espíritu Santo y se da la indefectibilidad de la Iglesia, no se equivoca. Ojo el
pueblo de Dios y sus obispos no pueden equivocarse en materia de fe y
costumbres, supone fidelidad, profesión de fe y experiencia de Cristo
resucitado.
19. Magisterio:
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