Guia Urologia VL
Guia Urologia VL
Índice
1. Anamnesis y exploración física en Urología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
2. Infecciones urinarias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
3. Escroto agudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
4. Sepsis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
5. Cólico nefrítico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
6. Derivaciones urinarias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
7. Hematuria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
8. RAO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
9. Traumatismos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
10. Miscelánea. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
ISBN: 978-84-946479-3-2
Anamnesis y exploración física en urología
Introducción:
La historia es la piedra angular de la evaluación del paciente urológico, por ello realizar un adecua-
do interrogatorio junto con una exhaustiva exploración física nos aportarán valiosos datos para un
mejor enfoque diagnóstico.
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Anamnesis y exploración física en urología
• Síntomas de vaciado:
− D
isminución del chorro urinario: Secundario a obstrucción infravesical por hiperplasia pros-
tática o estenosis uretral. Los pacientes frecuentemente lo asocian a esfuerzo para iniciar la
micción.
− Retardo al inicio de la micción. La micción suele iniciar un segundo después de relajar el es-
fínter urinario externo, encargado de la continencia.
• Síntomas Postmiccionales:
− G
oteo postmiccional: Causado por obstrucción infravesical, que genera orina residual en ure-
tra bulbar o prostática.
− Sensación de vaciado incompleto
Nota: Es importante distinguir síntomas irritativos de los obstructivos ya que el tratamiento puede
orientarse de manera más eficiente según la sintomatología predominante.
Exploración física:
La mayoría de estructuras urológicas no son directamente abordables en la exploración física ya que
tienen localización retroperitoneal y pélvica.
• Vejiga: Se suele palpar cuando se encuentra replecionada, ya que existe aumento de tamaño,
sobresaliendo por encima del pubis. Comúnmente llamado “globo vesical”, es mate a la percu-
sión, la presión en hipogastrio suele ser doloroso y genera deseo miccional.
En una retención aguda de orina (RAO), la vejiga puede palparse incluso por encima del ombligo.
• Tacto rectal: Es el principal método de exploración prostática. Se debe realizar con delicadeza
y abundante lubricación. La superficie prostática se palpa en la parte anterior del recto.
− Características:
Consistencia.
Indurada: Infección crónica.
Dura: Sospecha de neoplasia prostática.
Superficie: Lisa y regular. La escasa uniformidad en su superficie sugiere patología neoplásica.
Tamaño: El tamaño normal debe sugerir el tamaño de una nuez, puede estar levemente
aumentada de tamaño y en ocasiones puede llegar a tener el tamaño de una mandarina.
Límites: Bien o mal definidos.
Movilidad: Móvil o adherida a planos profundos.
− C
ontraindicaciones de tacto rectal: Cualquier proceso agudo ano-rectal (ej. Trombosis he-
morroidal, fisura anal).
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Anamnesis y exploración física en urología
Vejiga
Próstata
normal Uretra
Próstata inflamada
• Exploración testicular: Debe incluir la exploración escrotal que en esencia conlleva el mismo
tipo de patología que cualquier otra zona de la piel. Para realizar una adecuada exploración de-
bemos entender la anatomía testicular.
El testículo, órgano encargado de producción de espermatozoides y testosterona, ubicado en la
bolsa escrotal, íntimamente relacionado con el epidídimo, que se encuentra en la porción postero-
lateral del testículo, consta de cabeza y cola unidos al polo superior e inferior respectivamente.
Se continúa con el conducto deferente por el cordón espermático, que incluye también el
músculo cremáster, vasos sanguíneos y linfáticos, cruciales para la irrigación testicular.
Cordón
espermático
Conducto Músculo
deferente cremáster
y fascia
Epidídimo
Pexo venoso
panpiniforme
Hidátide de Morgagni
Testículo
Túnica vaginal
Existen otras estructuras, apéndices testiculares y epididimarios que son restos embrionarios
que en ocasiones se pueden palpar de acuerdo al tamaño que presenten. Es importante
reconocerlas ya que pueden presentar cuadros dolorosos agudos (Véase más adelante).
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Anamnesis y exploración física en urología
Apéndice
Testicular
Vas Averrans
• Exploración peneana:
− Prepucio: Buscaremos signos de inflamación, fimosis, parafimosis o lesiones cutáneas
sugerentes de tumor.
− Meato: Si se encuentra más ventral de lo usual se trata de hipospadias o tiene localización
más dorsal, epispadias.
− Palpación: Se intenta determinar si existe induración en cuerpos cavernosos (ej. Enfermedad
de Peyronie tumores peneanos).
− También sirve para descartar presencias de hematomas en cuerpos cavernosos, especialmente
después de un traumatismo de pene.
− Secreciones uretrales: Hemorragia (Uretrorragia) o purulenta, sugestiva de uretritis.
Bibliografía:
1. Broseta E, et al. Urología Práctica, Barcelona. Elsevier, 2016;112-115.
2. Wein A, et al. Campbell-Walsh Urology 11º edición. Elsevier 2012;1-14.
3. Noguer L, et al. Exploración clínica práctica. 27º edición. Barcelona. Elsevier-Masson;2011.
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Infecciones urinarias
2. Infecciones urinarias
Autores: Seila Lacarra Fernández, Irene Losada Álvarez
Uretritis:
• Clínica:
Secreción uretral purulenta (gonocócica) o clara (no gonocócica), alguria, escozor uretral.
• Tratamiento:
El tratamiento empírico debe incluir un antimicrobiano para uretritis gonocócica y otro para no
gonocócica: Ceftriaxona 250 mg IM + Azitromicina 500 mg/12 h (un día).
• Recomendaciones:
Abstención sexual durante el tratamiento o hasta 7 días después de la monodosis y tratamiento
de la pareja.
Las uretritis son sugestivas de ETS, no precisan valoración por Urología. Se recomienda revisión
en su MAP o en Dermatología.
Bacteriuria asintomática:
• Introducción:
El crecimiento bacteriano en individuos asintomáticos es frecuente y responde a colonización
comensal, que protege de sobreinfecciones e infecciones sintomáticas.
Aproximadamente entre el 1 y 5 % de la población femenina premenopáusica presenta bacte-
riuria asintomática, aumentando hasta el 4 al 19 % en mujeres postmenopáusicas y hombres
mayores, y del 2-7 % en mujeres embarazadas. En pacientes diabéticos hasta el 27 % tienen
bacteriuria asintomática.
Se considera bacteriuria asintomática con un crecimiento bacteriano en cultivo de más de 105
colonias/ml en dos muestras consecutivas en mujeres y en una muestra en varones.
No se recomienda hacer screening ni tratamiento de bacteriuria asintomática en:
− Mujeres jóvenes no embarazadas.
− Mujeres postmenopáusicas.
− Portadores de catéteres en el tracto urinario.
− Lesionados medulares.
− Pacientes con infecciones urinarias de repetición.
− Pacientes institucionalizados.
− Trasplantados renales.
− Pacientes diabéticos con buen control glucémico.
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Infecciones urinarias
Útero
Pubis
Recto
Cistitis no complicada:
• Clínica:
Síntomas miccionales, derivados de la inflamación de la mucosa; disuria, polaquiuria y urgencia
que aparecen de forma aguda, esporádica o recurrente. No cursa con fiebre ni dolor lumbar,
tampoco produce flujo vaginal.
Sólo incluye a mujeres no embarazadas, premenopáusicas y sin anomalías funcionales o ana-
tómicas.
La mitad de las mujeres tendrá una cistitis no complicada alguna vez en su vida.
• Etiología:
Escherichia coli (70-92 %), Staphylococcus Saprophyticus (5-10 %), Proteus, Klebsiella, Pseudo-
monas, Enterococcus, Serratia, Corinebacterium urealyticum…
• Diagnóstico/Pruebas complementarias:
El diagnóstico es clínico, apoyado en tira de orina o sedimento (piuria + hematuria + nitritos).
Urocultivo: 103 ufc/ml + síntomas miccionales cistitis
No se necesita cultivo de orina ni cultivo de control después del tratamiento.
El cultivo de orina está recomendado en:
− Sospecha de pielonefritis.
− Síntomas que no ceden en dos a cuatro semanas tras completar el antibiótico.
− Síntomas atípicos.
− Mujeres embarazadas.
− Sospecha de ITU en hombres.
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Infecciones urinarias
• Tratamiento:
− Fosfomicina trometanol 3 g dosis única.
− Nitrofurantoína 100 mg/12 horas 5 días.
Cistitis complicada:
Clínica y etiología igual que en cistitis no complicada, cambian las características del paciente:
• Mujer postmenopáusica o embarazada.
• Trasplantados renales, diabéticos, inmunodeprimidos, pacientes con insuficiencia renal…
• Pacientes con anomalías anatómicas/funcionales: megauréter, uréter ectópico, lesionados me-
dulares, cistocele…
• Portadores de catéteres ureterales, nefrostomías, sonda vesical, derivación urinaria…
• Infecciones postoperatorias o de origen intrahospitalario.
• Diagnóstico/Pruebas complementarias:
Se basa en la anamnesis y exploración física, sedimento urinario patológico y urocultivo positivo.
• Tratamiento:
Se recomienda comenzar tratamiento empírico con:
− Cefbutireno 400 mg/24 h durante 7 días VO.
− Cefditoren 200 mg/12 h durante 7 días VO.
− Fosfomicina trometanol 3 g/48 durante 7-10 VO.
Después guiar el tratamiento según antibiograma.
Remitir estos pacientes a la consulta preferente de Urología.
Cistitis de repetición:
• Introducción:
Se considera infección recurrente cuando hay más de 3 episodios por año o dos episodios en
seis meses. Ante la presencia de ITU recurrente en una mujer joven se debe solicitar urocultivo.
Hay que diferenciar entre:
− Recaída: causada por el mismo germen; se produce dentro de las dos semanas siguientes a
la finalización del tratamiento.
− Reinfección: producida por un germen distinto al que causó el primer episodio.
• Tratamiento:
En las recaídas se debe realizar tratamiento (2-6 semanas) con los siguientes antimicrobianos:
− Trimetroprin sulfametoxazol 160/800 mg cada 12 h.
− Amoxicilina/clavulánico 500/125 mg cada 8 h.
− Norfloxacino 400 mg/12 h.
− Ciprofloxacino 250-500 mg/12 h.
− Cefalosporina de 2ª generación oral 250-500 mg/12 h.
− Ofloxacino 200 mg/12 h.
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Infecciones urinarias
Las reinfecciones, siempre que sean menos de tres episodios al año, se abordarán como epi-
sodios aislados de cistitis. En el caso contrario se buscarán los factores de riesgo mencionados
previamente. En el caso de que se detecte una relación con el coito se recomendarán medidas
generales como, la micción tras el coito y la toma de una dosis de antibiótico postcoital:
CISTITIS AGUDA
Factores de riesgo:
Mujer joven
sin factores de riesgo – Mujer postmenopáusica
– Mujer embarazada
– Trasplantados renales
Dosis única de antibiótico – Diabéticos
– Fosfomicina 3 g – Inmunodeprimidos
– Tobramicina 100 mg – Anomalías anatómicas
– Portadores de catéteres
ureterales, nefrostomías,
Reevaluación sonda vesical, derivación
urinaria…
– Infecciones postoperatorias
Síntomas o de origen intrahospitalario
Asintomática
miccionales
Urocultivo
Recaída Reinfección
Tratamiento empírico
Urocultivo – Cefbutireno 400 mg/24 h
durante 7 días VO
– Cefditoren 200 mg/12 h
Tratamiento oral
durante 7 días VO
(según antibiograma)
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Infecciones urinarias
Pielonefritis no complicada:
• Introducción:
Se trata de una ITU febril en mujeres premenopáusicas, no embarazadas y sin patología urológica.
• Clínica:
Fiebre > 38 ºC asociado habitualmente a dolor lumbar, náuseas/vómitos, molestias miccionales
(>80 %). Se considera no complicada en pacientes que toleran la dieta oral, en mujeres no
embarazadas, premenopáusicas y sin malformaciones en el aparato urinario.
La etiología es la misma que en cistitis.
• Tratamiento:
Si el paciente está estable y se plantea tratamiento ambulatorio, se administra una dosis de
antibiótico IV y posteriormente un antibiótico oral de la misma familia durante 7-10 días. En el
caso de que el paciente está inestable o no tolera dieta oral, será ingresado para tratamiento
antibiótico IV durante 48-72 horas y en caso de mejoría, se pasará a tratamiento oral con
antibióticos de la misma familia. De lo contrario si no hay mejoría, se debe realizar prueba de
imagen TC para descartar complicaciones y se debe de realizar un nuevo urocultivo.
Fluoroquinolonas y cefalosporinas son los únicos antimicrobianos orales recomendados para el
tratamiento empírico de la pielonefritis no complicada.
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Infecciones urinarias
PIELONEFRITIS NO COMPLICADA
Estable / Inestable /
Ambulatorio Intolerancia oral
Monodosis Antibiótico IV
Antibiótico IV 24 - 72 horas
+
Antibiótico oral
¿Mejoría?
7 - 10 días
NO Sí
Antibiótico oral
TC
7 - 10 días
+
Valoración
Urología
Pielonefritis complicada:
• Introducción:
Se trata de una pielonefritis en los pacientes nombrados en la cistitis complicada (mujeres post-
menopáusicas, embarazadas o pacientes con patología urológica), además de cualquier pa-
ciente con mala evolución durante el tratamiento de una pielonefritis no complicada.
Se considera de riesgo las pielonefritis tras manipulaciones urológicas, de inicio intrahospitalario,
en portadores de sondas vesicales, catéteres o nefrostomías… ya que pueden estar causadas
por gérmenes multirresistentes.
• Tratamiento:
Se recomienda tratamiento intravenoso inicial, con posibilidad de alta con tratamiento oral se-
gún antibiograma si se objetiva mejoría del cuadro. El tratamiento se debe de mantener durante
10-14 días.
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Infecciones urinarias
Prostatitis aguda:
• Clínica:
Cuadro sintomático de comienzo agudo, con tendencia a la bacteriemia durante la micción.
Fiebre y escalofríos, dolor perineal, malestar general, disuria, polaquiuria. Al tacto rectal la
próstata se suele encontrar aumentada de tamaño y es dolorosa, con reflejo miccional positivo.
• Etiología:
E. coli, Klebsiella, P. mirabillis, E. faecalis, Pseudomonas aeruginosa (portadores de sonda vesical).
• Diagnóstico/ Pruebas complementarias:
− Anamnesis y exploración clínica.
− Hemograma: leucocitosis periférica.
− Sedimento de orina.
− Urocultivo.
− Hemocultivo.
− Ecografía transrectal si se sospecha de abscesos prostáticos. (Ausencia de mejoría clínica
tras > 48-72 h de tratamiento antibiótico sensible).
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Infecciones urinarias
• Tratamiento:
Se debe de ingresar al paciente si tiene un mal estado general, fiebre muy elevada o indicios
de sepsis.
Se debe de empezar con tratamiento antibiótico parenteral y posteriormente, en el caso de que
la evolución sea favorable, pasar a tratamiento oral con un fármaco, a ser posible, del mismo
grupo, con una duración de 3 a 4 semanas.
Se puede añadir al tratamiento:
− Alfabloqueantes (Silodosina 8 mg/24 h, Alfuzosina 10 mg/24 h, Doxazosina 4 mg/24 h, Tam-
sulosina 0,4 mg/24 h… v.o.) en caso de predominio de los síntomas miccionales.
− Antiinflamatorios durante las primeras fases para alivio sintomático.
En caso de que la prostatitis se complique con un absceso prostático > 1 cm se recomienda
drenaje percutáneo o aspiración simple.
El 10 % de los pacientes sufren una retención aguda de orina durante el episodio de prostatitis,
el cual se puede tratar mediante talla suprapúbica, sonda permanente o sondajes intermitentes.
(Ver capítulo de derivaciones urinarias)
PROSTATITIS AGUDA
Sondaje vesical
Reevaluación
Ecografía + Urocultivo
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Infecciones urinarias
Orquiepididimiitis:
• Clínica:
Inflamación del epidídimo y, ocasionalmente, del testículo y escroto, con dolor y tumefacción
unilateral. Evolución progresiva en varios días. Suele acompañarse de fiebre, dolor, aumento del
tamaño escrotal. Signos inflamatorios en testículo, epidídimo y cordón. Suele ser secundaria a
migración de bacterias desde la uretra o la vejiga.
Epidídimo
inflamado
Escroto
Testículos
• Etiología:
En mayores de 35 años el patógeno principal es la Escherichia coli, secundario a instrumentación
u obstrucción del tracto urinario.
En menores de 35 años, los patógenos más frecuentes son Chlamydia trachomatis y Neisseria
gonorrhoeae, secundarios a contacto sexual.
• Tratamiento:
Normalmente es ambulatorio, reposo relativo, elevación escrotal, frío local y antiinflamatorios.
En caso de fiebre alta, analítica con leucocitosis elevada o dolor no controlado, se recomienda
la hospitalización.
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Infecciones urinarias
Sospecha orquiepididimitis
gonocócica / transmisión sexual
Ceftriaxona 1 g IM Monodosis
Doxiciclina 100 mg/12 horas 10 días
Orquiepididimitis no gonocócica
Cefuroxima-axetilo 500 mg/12 horas 10 días
Levofloxacino 500 mg/24 horas 10 días
Trimetroprim-sulfametoxazol 160 mg/800/12 h 10 días
Antibioterapia 10 días
Antibioterapia
- Cefuroxima 500 mg/12 h
Ceftriaxona 1 g monodosis +
- Ciprofloxacino 500 mg/12 h
Azitromicina 500 mg 2 dosis
- Septrim 160/800 mg/12 h
+
- Antiinflamatorios orales
- Frío local
- Elevación escrotal
Reevaluación
Ecografía + Urocultivo
Absceso escrotal
Urología
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Infecciones urinarias
Balanitis-balanopostitis:
• Introducción:
Inflamación del glande o inflamación de glande y prepucio. Suelen aparecer en niños no circun-
cidados y en diabéticos.
• Clínica:
Edema, eritema y prurito en prepucio y glande. Secreción uretral.
• Etiología:
Múltiple: irritativa, fimótica, infecciosa, alérgica, secundaria a enfermedades sistémicas (Diabe-
tes, VIH…).
• Diagnóstico/Pruebas complementarias:
− Urocultivo y cultivo de la secreción uretral.
− Biopsia si existen dudas acerca del origen de la lesión.
• Tratamiento:
− Medidas higiénicas generales.
− Candidiásica: Clotrimazol 1 %/Miconazol 2 % tópico aplicado dos veces/día. Fluconazol 150 mg
monodosis, en casos severos.
− Bacteriana: el tratamiento suele ser empírico con metronidazol 0,75 % tópico, dos veces al
día. Mupirocina tópica tres veces al día, durante 7 días. Metronidazol 150 mg/ 12 h v.o. durante
7 días.
− Liquen escleroso: corticosteroides tópicos, aplicados una vez al día, hasta conseguir remisión.
En los casos severos y o recurrentes, que no responden a medicación oral/tópica, el paciente
debe de ser remitido a la consulta de Urología para valorar la circuncisión.
Gangrena de Fournier:
• Introducción:
Infección polimicrobiana de tejidos blandos del periné, región perianal y genital externa. Es una
fascitis necrotizante. Más frecuente en varones de edad avanzada con factores de riesgo como
diabetes mellitus, inmunodeficiencias (tratamiento con quimioterapia o inmunodepresores,
alcoholismo, VIH…). Mortalidad promedia 16 %.
En caso de sospecha el paciente debe de ser derivado al Servicio de Urgencias y tiene que ser
valorado por el Servicio de Urología.
• Clínica:
Dolor perineoescrotal. Áreas necróticas en la piel, rodeadas por eritema y edema. Crepitación a
la palpación y secreción purulenta.
Suele asociar signos de gravedad como fiebre, taquicardia, taquipnea e hipotensión. Sepsis.
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Infecciones urinarias
• Tratamiento:
Antibióticos parenterales de amplio espectro.
Antibiótico Dosis
Ceftriaxona + Metronidazol 1 g/12 horas IV + 500 mg/8 horas IV
Piperacilina-Tazobactam 4 g/6 horas IV
Precisa desbridamiento quirúrgico en las primeras 24 horas de aparición del cuadro, por lo que
es importante derivar a Urología si se sospecha este cuadro.
Bibliografía:
1. Bonkat G, Bartoletti RR, Bruyere F, et al. Urological Infections. EAU Guidelines. 978-94-92671-04-2. Barcelona 2019.
2. Kass EH. Pyelonephritis and bacteriuria. A major problem in preventive medicine. Ann Intern Med, 1962;56:46.
3. Wagenlehner FM, et al. Uncomplicated urinary tract infections. Dtsch Arztebl Int, 2011;108:415.
4. Stamm WE, et al. Management of urinary tract infections in adults. N Engl J Med, 1993;329:1328.
5. Lipsky BA, et al. Treatment of bacterial prostatitis. Clin Infect Dis, 2010;50:1641.
6. Naber KG et al. Prostatitits, epididymitis and orchitis, in Infectious diseases, D. Armstrong & J. Cohen, editors.
1999, Mosby: London.
7. Eke N. Fournier’s gangrene: a review of 1726 cases. Br J Surg, 2000;87:718.
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Escroto agudo
3. Escroto agudo
Autores: Garazi López Ubillos, David García Calero
Introducción:
Es un cuadro clínico caracterizado por dolor escrotal de intensidad moderada o severa, y que puede
cursar desde unos pocos minutos hasta varios días.
La importancia de este cuadro radica en la necesidad de un diagnóstico precoz de aquellas pato-
logías que requieren intervención quirúrgica urgente, puesto que peligra la viabilidad del testículo
afectado.
Cada cuadro suele presentarse con unos signos o síntomas que ayudan en el diagnóstico diferen-
cial. No obstante algunos síntomas se repiten en ambos casos por lo que una buena anamnesis, los
antecedentes personales, una exploración física exhaustiva y las pruebas complementarias serán
esenciales para el diagnóstico definitivo.
Etiología:
Los tres cuadros clínicos más frecuentes que pueden dar un escroto agudo son la orquiepididimitis,
la torsión testicular y la torsión de apéndices testiculares.
Aunque no sea frecuente, en los adultos la Gangrena de Fournier, es otra entidad a tener en cuenta,
debido a que requiere de actuación quirúrgica urgente.
Otras causas menos frecuentes de escroto agudo son:
• Traumatismo escrotal:
− Cerrada/no penetrante: la más frecuente.
− Abierta/ penetrante: perforación, laceración, avulsión.
• Orquitis: de forma aislada (sin epididimitis acompañante) suele ser de origen vírico (parotiditis,
gripe, varicela, mononucleosis). Tratamiento sintomático.
• D
olor post-vasectomía: dolor secundario a la obstrucción del conducto deferente. Con el tiempo
pueden presentar un granuloma. Tratamiento sintomático y excepcionalmente, si hay mal mane-
jo del dolor, se puede extirpar el granuloma.
• I nfarto testicular: raro y de etiología desconocida. La mayoría de las veces su tratamiento es la
orquiectomía.
• Tumores testiculares: no es la forma de presentación habitual, pero en aquellos de crecimiento
rápido, pueden originar un escroto agudo debido a hemorragia intratumoral o infarto. El trata-
miento es la orquiectomía.
• E
dema escrotal agudo idiopático: cuadro de edema escrotal y peneano, que puede aparecer
en los adultos, sin causa aparente y sin dolor. Es importante diferenciarlo de la anasarca.
• H
ernia inguinoescrotal: herniación del intestino delgado o mesenterio por el canal inguinal
hasta la bolsa escrotal. Se presenta como aumento de la bolsa escrotal y dolor que puede ser
intenso si nos encontramos ante una hernia estrangulada.
• P
úrpura de Henoch-Schönlein: una vasculitis que entre otras posibles manifestaciones, puede
presentar dolor escrotal. Se caracterizará por las manchas de color púrpura en la piel.
• D
olor escrotal referido: cuadro de dolor intenso que no se acompaña de signos inflamatorios
locales. Se irradia a las zonas anatómicas con la misma inervación somática (nervio genitofemoral,
ilioinguinal y escrotal posterior). Puede ser causado por un cólico nefrítico; un dolor residual
tras una herniorrafia; una aneurisma de la aorta abdominal; una compresión de raíces lumbares
y sacras; una apendicitis retrocecal y un tumor retroperitoneal.
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Escroto agudo
Orquiepididimitis
Ver el capítulo de Infecciones urinarias
Torsión testicular
• Introducción:
Dolor escrotal que ocurre por la rotación del testículo sobre su eje axial y con éste del cordón
espermático, interrumpiendo su vascularización. Es un cuadro más común en la edad pediátrica
y adolescencia, siendo más prevalente entre los 13-17 años. Su incidencia es de 1/4.000 hombres
< 25 años. Es una verdadera emergencia urológica, ya que si se demoraría el tratamiento, la
viabilidad del testículo se podría ver comprometida.
• Etiología:
Es el resultado de una fijación inadecuada del polo inferior del testículo a la túnica vaginal
por distintos factores anatómicos junto con otros factores desencadenantes (ejercicio intenso,
esfuerzo, erecciones nocturnas) que resultan en la torsión del testículo. Primero se compromete
la vascularización venosa y posteriormente la arterial.
Cordón espermático
torsionado
Cordón
espermático
Epidídimo
Testículo
• Clínica:
Dolor escrotal/testicular unilateral de gran intensidad que se instaura de forma aguda.
Acompañado de clínica vegetativa (náuseas, vómitos malestar general). No suele producir
fiebre ni síntomas del tracto urinario inferior. Es habitual que se presente el cuadro de noche
debido a las erecciones nocturnas en el varón joven.
En la exploración física se puede observar la horizontalización y ascenso hacia el anillo inguinal
del testículo afectado, con ligero aumento del tamaño del mismo. El edema y los signos
inflamatorios locales pueden ser variables, dependiendo del tiempo de evolución del cuadro. El
signo de Prehn es negativo y el reflejo cremastérico suele estar ausente.
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Escroto agudo
• Diagnóstico/Pruebas complementarias:
− Clínico.
− Ecografía (sin Doppler) nos aportará signos indirectos como aumento del tamaño testicular
y un aspecto ecográfico denominado en “capas de cebolla”. Por el contrario, la ecografía
Doppler presenta una sensibilidad del 82 % y una especificidad del 100 %.
En el caso de que exista una alta sospecha de torsión y la realización de la ecografía vaya
a demorar más el tratamiento quirúrgico, estaría indicada la exploración quirúrgica sin una
prueba de imagen de confirmación.
Siempre y cuando haya dudas respecto al diagnóstico y las pruebas de imagen no sean con-
cluyentes, se realizará una exploración quirúrgica.
• Tratamiento:
Se puede intentar la detorsión manual del testículo, girándolo en sentido antihorario, mientras
se espera a llevar al paciente a quirófano.
Sin embargo, el único tratamiento de la torsión es quirúrgico, realizando en el mismo acto
la detorsión del testículo y la fijación bilateral a la fascia escrotal. Existen algunos casos de
detorsión espontánea por la relajación inducida por la anestesia.
Es importante fijar el testículo contralateral, puesto que en el 50 % de los casos, el defecto ana-
tómico que ha predispuesto al episodio se dará también en el lado contralateral.
En el caso de que no se recupere la vascularización del testículo tras detorsionarlo o estemos
realizando una exploración quirúrgica con sospecha de una torsión de larga evolución (> 6
horas), donde observamos un testículo necrótico, se procede a realizar una orquiectomía.
Finalmente en cuanto al pronóstico del testículo afectado, mientras que la función hormonal
no se suele ver alterada, la fertilidad sí que puede verse disminuida como consecuencia de la
torsión, sobre todo si se ha demorado mucho la cirugía.
• Clínica:
Puede producir un cuadro de escroto agudo intenso como el de una torsión testicular o pre-
sentarse con molestias testiculares inespecíficas y leves. No suele haber afectación del estado
general.
En la exploración física se palpa un nódulo en el testículo o epidídimo (dependiendo del apéndice
torsionado). El reflejo cremastérico suele estar presente y rara vez se puede observar a través de
la piel o mediante la transluminación un punto azul, que es un signo patognomónico del cuadro.
• Diagnóstico/Pruebas complementarias:
− Clínica y la exploración física.
− En caso de duda, se debe de solicitar una ecografía Doppler, sonde se observa una lesión
hipoecogénica junto con un flujo normal o aumentado.
• Tratamiento:
Sintomático con analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos durante 5-7 días. Si hubiese
dudas diagnósticas con pruebas de imagen no concluyentes, se debe de realizar la exploración
quirúrgica de la bolsa escrotal.
21
Escroto agudo
Torsión de apéndices
Epididimorquitis Torsión testicular
testiculares
1º año de vida
Edad Adultos 7-14 años
Jóvenes < 25 años
Dolor Intenso Gradual Intenso Brusco Intensidad variable Gradual
Síntomas miccionales Si No No
Fiebre Si No No
Síntomas vegetativos No Si No
Si Si (en aumento Si (en aumento
Signos locales
Muy importantes según evolución) según evolución)
Prehn Positivo Negativo Negativo
Refl. Cremaster Presente Ausente Presente
Uretritis (depende Horizontalización
Característica Mancha azul
de la etiología) del testículo
Eco-doppler Flujo AUMENTADO AUSENCIA de flujo Flujo normal/ aumentado
Tratamiento Médico Quirúrgico Médico
ESCROTO AGUDO
Evaluación inicial
- Anamnesis
- Exploración física
- AS, AO, UC
¿Sospecha de
torsión testicular?
Sí / Duda No
Eco-doppler Tratamiento
urgente específico
Valoración urología
Tratamiento quirúrgico
Bibliografía:
1. Eyre RC. Evaluation of acute scrotal pain in adults. Up to Date 2017-10-15.
2. Velarde Muñoz C, Gutiérrez Tejero F, Galisteo Moya R, Navarro Sánchez-Ortiz A, Pastor Anguita F, Moreno Jiménez
J. Escroto agudo. Libro del residente de urología; 2015. Disponible en: manual.aeu.es.
3. Broseta E, Budía A, Burgués JP, Luján S. Urgencias en urología: escroto agudo. Urología práctica. Barcelona:
Elsevier, 2016;31-34.
22
Sepsis urinaria
4. Sepsis urinaria
Autores: Marina Sazatornil Escuer, Ander Zabalo San Juan, José Luis Cebrián Lostal
Introducción:
La sepsis urológica es la expresión más grave de la infección urológica complicada. Su manifestación
clínica puede ser rápida y agresiva, llevar al fallo multiorgánico y producir la muerte del paciente. Por
lo que es muy importante tener una sospecha clínica para realizar un diagnóstico precoz mediante y
una actuación rápida, ya que la misma, supone un factor determinante para el pronóstico del paciente.
Etiopatogenia:
• I ncidencia y mortalidad: De todos los casos de sepsis, del 9-31 % son de causa urinaria, repre-
sentando 2,8 - 9,8 millones de casos, que supone una mortalidad de 1,6 millones de pacientes.
• Propagación: Suelen tener un origen ascendente, relacionadas con sondajes, instrumentaliza-
ción de la vía urinaria o posterior a una intervención quirúrgica urológica. El origen hematógeno
es excepcional.
• Microorganismos más habituales:
− Gram negativos (80 %): Escherichia coli, Klebsiella, Proteus, Enterobacter y Pseudomonas.
− Gram positivos: Enterococcus, Staphylococcus aureus.
− Hongos: Cándida.
• Factores predisponentes:
− Infecciones urinarias de repetición, pielonefritis, prostatitis.
− Litiasis urinarias que condicionan patología obstructiva.
− Intervenciones quirúrgicas urológicas previas.
− Portador catéteres ureterales o sondajes vesicales.
− Malformaciones congénitas urinarias.
− Inmunodeprimidos, diabetes mellitus, trasplantados, pacientes en tratamiento con quimiote-
rapia. En ellos la forma de presentación es más rápida y agresiva con más riesgo de mortalidad.
Clínica:
La forma de presentación es progresiva y puede presentar una sintomatología muy variada y de
evolución rápida:
• Fase inicial: Fiebre asociado frecuentemente a clínica miccional.
• Fase bacteriémica: Puede asociarse fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos, tendencia a la som-
nolencia y taquipnea.
• Shock séptico: Pueden aparecer manifestaciones como hipotermia, oligoanuria, alteraciones
de la coagulación, distrés respiratorio e incluso fallo multiorgánico.
Evaluación inicial:
• Q
uick SOFA score (qSOFA). Se ha demostrado que la presencia de 2/3 criterios en esta escala
de riesgo, ofrecen una validez predictiva similar a la puntuación obtenida en la escala SOFA
completa y es un buen indicador de mortalidad:
− Glasgow ≤ 13.
− Presión arterial sistólica ≤ 100 mmHg.
− Frecuencia respiratoria ≥ 22 respiraciones/min.
23
Sepsis urinaria
• Signos vitales y constantes (TA, FC, Tª, Sat O2): En fases iniciales puede manifestarse única-
mente con taquicardia, pero el descenso de las resistencias vasculares, origina hipotensión y
disminución de la frecuencia cardiaca.
• Anamnesis: Antecedentes personales, intervenciones quirúrgicas o instrumentalización uroló-
gica reciente, clínica miccional, hematuria, dolor lumbar o dolor peneano o testicular. Es impor-
tante realizar una exploración física abdominal, peneano y testicular. (Ver capítulo de anamnesis
y exploración física).
Diagnóstico/pruebas complementarias:
La clínica y la sospecha clínica es lo más importante para el diagnóstico.
Tratamiento:
Debe de ser lo más precoz posible, preferiblemente antes de la primera hora.
• Soporte hemodinámico:
− Fluidoterapia: Suero fisiológico/Ringer lactato.
− Drogas vasoactivas si es necesario: Dopamina, dobutamina, isoproterenol, noradrenalina…
• A
ntibioterapia intravenosa empírica de amplio espectro hasta antibiograma y ajustado a fun-
ción renal si precisa:
− Cefalosporina tercera generación (ceftriaxona 2 g/24 h o cefotaxima 2 g/8 h) + Aminoglucósido
(Gentamicina 240 mg o Amikacina 1 gr/24 h).
− Piperacilina-Tazobactam 4 gr/6 h.
− Meropenem 1 gr/8 h.
− Si alérgico penicilina: Ciprofloxacino 400 mgr/12 h + amikacina 1 gr/24 h.
24
Sepsis urinaria
DX shock séptico
¿Estable?
Sí No
Sí
No
DX origen urinario
Valoración
Fluidoterapia Antibioterapia empírica iv medicina
intensiva
Valoración urología
Bibliografía:
1.
Singer M, Deutschman CS, Seymour CW, et al. The Third International Consensus Definitions for Sepsis and
Septic Shock (Sepsis-3). JAMA 2016;315:801–10.
2. Vittori M, D’Addessi A, Sasso F, Sacco E, Totaro A, Calarco A, D’Agostino D, Palermo G, Bassi PF. Microbiological
follow-up of nosocomial infections in a single urological center. Urologia. 2012 Dec 30;79 Suppl 19:147-51.
3. Rhodes A, Evans LE, Alhazzani W, Levy MM, Antonelli M, et al. Surviving Sepsis Campaign: International Guidelines
for Management of Sepsis and Septic Shock: 2016. Crit Care Med. 2017; 45(3):486-552.
4. Bonkat G (Co-chair), Pickard R (Co-chair), Bartoletti R, Bruyère F, Geerlings SE, Wagenlehner F, Wullt B, Guidelines
Associates: Cai T, Köves B, Pilatz A, Pradere B, Veeratterapillay R. EAU Guidelines on Urological Infections. 2017.
5. Broseta E, Budía A, Burgués JP, Luján S. Urología práctica, 4º edición. Barcelona, España. Elsevier 2016.
6. Servicio Navarro de Salud: Código Sepsis Navarra.
7.
McDougal WS, Wein A, Kavoussi L, et al. Campbell-Walsh Urology 10º edición. Philadelphia, Estados Unidos.
Elsevier 2012.
8. Bonkat G, Cai T, Veeratterapillay R, et al. Management of Urosepsis in 2018. European Urology Focus 5 (2019) 5-9,
Noviembre 2018.
25
Cólico nefrítico y dolor lumbar
Cólico nefrítico:
• Introducción:
Síndrome clínico agudo, resultado de la obstrucción del tracto urinario superior que provoca
una dilatación retrógrada del sistema colector. La etiología más frecuente son causas intrínsecas
como litiasis (la más frecuente), tumores uroteliales, coágulos, necrosis papilar, estenosis UPU,
fungus ball, pero también puede deberse a patología extrínseca, por compresión (patología
tumoral, vascular, retroperitoneal, embarazo…).
Litiasis
piélica
Litiasis
calicial
Litiasis
ureteral
26
Cólico nefrítico y dolor lumbar
• Fisiopatología:
El aumento brusco de la presión en la vía urinaria genera un incremento en la síntesis de prosta-
glandinas que a su vez causarán vasodilatación, con el consiguiente aumento del flujo sanguí-
neo renal, del filtrado glomerular y mayor hiperpresión; de este modo, se cierra un círculo que
perpetúa la distensión y el dolor.
• Clínica:
Dolor brusco, intenso, tipo cólico, localizado en la región renoureteral (ángulo costo-lumbar),
de incremento progresivo que se puede irradiar a fosa iliaca ipsilateral o área genital; asociado
con de cierto grado de agitación. Puede acompañarse de clínica miccional (disuria, polaquiuria,
hematuria), cortejo vegetativo y fiebre.
• Diagnostico/Pruebas complementarias:
− Estudios de laboratorio: Hemograma, bioquímica con función renal, ionograma, reactantes
de fase aguda, coagulación y sedimento de orina.
− Radiografía de abdomen que incluya pelvis.
− UIV: desplazada por el TC sin contraste.
− Ecografía: indica el estado del parénquima renal, existencia de ectasia y descartar litiasis.
Sensibilidad diagnostica de litiasis 19-93 % y especificidad del 84-100 %.
− TC sin contraste: técnica de elección, tiene una sensibilidad del 94-100 % y una especificidad
del 92-100 % para el diagnostico de litiasis.
• Diagnóstico diferencial:
A continuación mencionamos las diferentes causas que pueden provocar el dolor lumbar:
Causas Urológicas Causas NO Urológicas
Litiasis renal o ureteral Salpingitis o embarazo ectópico
Pielonefritis Ruptura de aneurisma abdominal
Síndrome estenosis UPU Diverticulitis
Enfermedad vascular renal Apendicitis
Necrosis papilar Isquemia intestinal
Traumatismo renal Dolor músculo esquelético
Hemorragia retroperitoneal Cólico biliar
• Tratamiento:
− Tratamiento analgésico y antiemético: es prioridad el alivio del dolor y vómitos. De elección
metamizol y paracetamol, por su efecto sinérgico. En casos de dolor muy intenso comenzar
con AINE. Contraindicado en uso de AINE en monorenos y en insuficiencia renal.
− Tratamiento expulsivo: en litiasis < 5mm existen tratamientos que pueden facilitar la expulsión.
27
Cólico nefrítico y dolor lumbar
Analgésico Posología
575 mg / 8 h v.o.
Metamizol
2 g/8 h i.v.
1 g / 8 h v.o.
Paracetamol
1 g / 8 h i.v.
12,5-25 mg / 8 h v.o.
Dexketoprofeno
50 mg / 2 ml / 8 h i.v.
Diclofenaco 75 mg / 8 h e.v.
Petidina 50 mg / e.v.
EXPULSIVO
Silodosina 8 mg / 24 h v.o.
Bibliografía:
1. Frokiaer J, Zeidel M. Urinary Tract Obstruction. In: Brenner and Rector’s The Kidney, 9, Elsevier, New York 2011.
2. Lameire N, Van Biesen W, Vanholder R. Acute renal failure. Lancet 2005; 365:417.
3. Klahr S. Pathophysiology of obstructive nephropathy. Kidney Int 1983; 23:414.
4. Ellenbogen PH, Scheible FW, Talner LB, Leopold GR. Sensitivity of gray scale ultrasound in detecting urinary tract
obstruction. AJR Am J Roentgenol 1978; 130:731.
5. Michaelson G. Percutaneous puncture of the renal pelvis, intrapelvic pressure and the concentrating capacity of
the kidney in hydronephrosis. Acta Med Scand Suppl 1974; 559:1.
6. Miller OF, Kane CJ. Time to stone passage for observed ureteral calculi: a guide for patient education. J Urol 1999;
162:688.
7.
Surgical Management of Stones: American Urological Association/Endourological Society Guideline. J Urol.
2016;196(4):1153.
28
Derivaciones urinarias y la retención aguda de orina
Introducción:
El objetivo terapéutico principal de los distintos procesos que cursan con obstrucción urinaria debe
ser restablecer el drenaje urinario normal mediante el tratamiento etiológico de la obstrucción. Sin
embargo, en determinadas situaciones, la resolución de la causa de obstrucción o bien no es posi-
ble o debe diferirse. En estos casos, la decisión terapéutica debe ser el drenaje de la orina estancada
y almacenada por encima de la obstrucción, lo que se conoce como derivación urinaria.
• Infravesical:
− Sondaje uretrovesical.
− Sondaje suprapúbico (Cistostomía).
• Indicaciones:
− Retención crónica o aguda de orina (ver el capítulo de retención urinaria).
− Monitorización de diuresis.
− Drenaje y lavado vesical.
− Tutorización de anastomosis uretrales.
− Medición de residuo posmiccional.
− Tras cirugía urológica.
29
Derivaciones urinarias y la retención aguda de orina
DERIVACIONES URINARIAS
Sonda vesical Motivo de consulta y Actitud Indicaciones al alta
Obstrucción de sonda vesical: • Remitir a su MAP
• Lavado y desobstrucción de sonda • Mantener controles con Urología
vesical con SSF (Jeringa cono ancho 60- como tenía previsto.
100 cc y aspirar suave) • 1 dosis fosfomicina 3 g v.o. previo
• Si lavado imposible, proceder a recambio retirada/recambio
de sonda vesical por una similar
Escapes de orina alrededor de la sonda
vesical (Espasmos vesicales)
• Comprobar que la sonda es permeable,
tranquilizar al paciente + Anticolinérgicos
(Vesicare 10 mg c/24 hrs, o Toviaz
4 mg/24 hrs, Ditropan 5 mg/8 hrs)
Molestias miccionales: •M
olestias Controles como tenía
• Anticolinérgicos (Vesicare 10 mg c/24 hrs, previsto con Urología
Toviaz 4 mg/24 hrs, Ditropan 5 mg/8 hrs) •H
ematuria Controles como tenía
• Analgésicos o AINE previsto con Urología
• Hematuria •D
olor lumbar al alta citar preferente
con su Urólogo o adelantar la cita
• Analítica Sanguínea (Hb, Hto)
prevista para 1 semana.
• Si Hematuria no anemizante, no
obstructiva, reposo y forzar ingesta
hídrica
Dolor lumbar:
• Solicitar hemograma, bioquímica, función
renal y RX simple de abdomen.
• Si en RX simple de abdomen correcta
ubicación y analítica sin alteraciones: alta
con analgesia
•U bicación Incorrecta: IC a Urología
Fiebre > 38 ºC:
• Solicitar hemograma, bioquímica, función
renal, cultivos. RX simple de abdomen y
ecografía. Iniciar ABO empírico
•L uego llamar a Urología
30
Derivaciones urinarias y la retención aguda de orina
Sonda
de 2 vías Sonda de
3 vías
Pabellón
colector
Vía para
suero lavador
Pigtail proximal
en pelvis renal
Catéter ureteral
doble J
Pigtail distal
en vejiga
31
Derivaciones urinarias y la retención aguda de orina
Bibliografía:
1.
Méndez-Probst C, Razvi H, Denstedt J. Fundamentals of instrumentation and urinary tract drainage. En: Wein AJ,
editor. Campbell-Walsh Urology. 10ª edición. Filadelfia: Elsevier Saunders; 2012. p. 177-191.
2. Singh I, Strabdhiy JW, Assimos DG. Pathophysiology of urinary tract obstruction. En: Wein AJ, editor. Campbell-
Walsh Urology. 10ª edición. Filadelfia: Elsevier Saunders; 2012. p. 1105-1108.
3. Weiss RM. Physiology and Pharmacology of the renal Pelvis and Ureter. En: Wein AJ, editor. Campbell-Walsh
Urology. 10ª edición. Filadelfia: Elsevier Saunders; 2012. p. 1786-1814.
4. Pérez Fentes DA, Blando Parra MA, Villar Núñez M. Retención urinaria. En: Castiñeiras Fernández J, coordinador.
Libro del Residente de Urología. 1ª edición. Madrid: GlaxoSmithKline; 2007. p. 149-156.
5. Elizalde Benito Á, Úcar Terrén A, Valdivia Uría JG. Uropatía obstructiva. En: Castiñeiras Fernández J, coordinador.
Libro del Residente de Urología. 1ª edición. Madrid: GlaxoSmithKline; 2007. p. 179-194.
6. Bruseta E, Budía A, Burgués JP, Luján S. Cateterismos en Urología. Urología práctica. 4ª edición. Elsevier España.
2015. p. 139-144.
7.
Bruseta E, Budía A, Burgués JP, Luján S. Dispositivos para la incontinencia urinaria. Urología práctica. 4ª edición.
Elsevier España. 2015. p. 742-748.
32
Hematuria
7. Hematuria
Autores: Teresa Valls Martínez y Amaia Sotil Arrieta
Introducción:
La hematuria se define como la presencia de sangre en orina (> 2-3 hematíes/campo) y puede tener
su origen en cualquier localización del aparato urinario.
En función de la cantidad de eritrocitos encontrados, se dividirá en:
• Hematuria microscópica (3 o más hematíes/campo):
Su prevalencia, en el caso de que sea asintomática, varía con la edad y el sexo, y oscila entre el
0,19 % y el 21 %.
Para confirmar el diagnóstico es necesario repetir el examen de orina.
• Hematuria macroscópica (> 100 hematíes/campo):
Tiene una incidencia 5 veces mayor de enfermedad urológica grave respecto a la hematuria
microscópica. Debe de ser evaluada siempre ya que la detección de patología maligna es relati-
vamente alta; de los pacientes con hematuria macroscópica encontramos que el 83 % presenta
tumores vesicales, un 66 % tumores ureterales y/o un 48 % tumores renales.
Fisiopatología:
• Enfermedad urológica: Eritrocitos isomórficos (membranas redondas, lisas y distribución regu-
lar de hemoglobina).
• Enfermedad glomerular: Eritrocitos dismórficos (formas irregulares y distribución desigual de
hemoglobina), proteinuria, insuficiencia renal.
Factores de riesgo:
• Edad > 40 años.
• Antecedentes de tabaquismo.
• Exposición laboral a productos químicos o colorantes (bencenos o aminas aromáticas).
• Traumatismo reciente.
• Cirugía o manipulación urológica.
• Fármacos (Ciclofosfamida, abuso de analgésicos..).
• Antecedentes familiares de enfermedad renal.
• Antecedentes de síntomas miccionales irritativos.
• Historia de litiasis urinaria.
• Radioterapia pélvica.
• Enfermedad febril reciente.
Clasificación:
• En función de su inicio durante la micción distinguimos:
− Hematuria inicial: sospecha de patología uretral, prostática o de cuello vesical.
− Hematuria terminal: sugiere origen vesical.
− Hematuria total: sugiere hemorragia supravesical, pero cuando es franca e intensa su origen
puede localizarse en cualquier punto de la vía urinaria.
33
Hematuria
Etiología:
• Hematuria de causa urológica:
− Infección urinaria.
− Litiasis urinaria.
− Neoplasias: Parénquima renal; uroteliales; prostáticos; uretrales.
− Otros: traumatismos; tuberculosis; post quirúrgico; tras la litotricia; cuerpos extraños;
infarto renal.
• Falsa hematuria:
− Hemorragia vaginal.
− Fármacos:
Antibióticos: rifampicina, metronidazol, sulfamidas, nitrofurantoína.
Antiparkinsonianos: metildopa.
Anticonvulsivos: fenitoína.
Laxantes: fenolftaleína.
Relajantes musculares: metocarbamol.
− Alimentos: remolacha, setas, fresas, cerezas, zarzamoras, pimiento.
− Sustancias endógenas: mioglobina, hemoglobina, porfirina, melanina, uratos.
Diagnóstico/pruebas complementarias:
• Anamnesis detallada.
• E
xploración física completa (abdominal que permita descartar la presencia de globo vesical,
masas abdominales, examen vaginal en mujeres para valorar patología uretral y tacto rectal
para examinar la próstata en el varón y el saco de Douglas en la mujer).
• Estado hemodinámico.
• Analítica sanguínea con hemograma, bioquímica y coagulación.
• Sedimento de orina, urocultivo.
• Citologías de orina.
• Radiografía de abdomen: útil en caso de sospecha de litiasis.
34
Hematuria
• E
cografía abdominal: Método seguro, simple y económico para detectar masas renales, lesiones
vesicales y patología vascular si se asocia estudio doppler.
• Cistoscopia y UroTAC: se solicitarán desde la consulta externa de Urología.
Tratamiento:
En función del tipo de hematuria la actitud es distinta:
• Hematuria microscópica: La valoración clínica suele ser de tipo programado en consultas ex-
ternas a menos que se asocie a lesión traumática. En caso de presentar factores de riesgo (va-
rón, > 50 años y/o tabaquismo) se ampliará estudio.
• Hematuria macroscópica: A menudo requiere evaluación urgente para evitar y/o tratar la reten-
ción urinaria por coágulos.
En función de las características de la misma, la actitud en Urgencias se verá modificada:
− Hematuria SIN coágulos, SIN signos de obstrucción urinaria y autolimitada: Tratamiento
conservador sin sondaje vesical (reposo relativo controlando constantes vitales e ingesta
hídrica).
− Hematuria franca acompañada de coágulos: Colocación de SV > 20Ch – preferiblemente tipo
couvelaire o dufour de 3 vías (en ocasiones, puede ser de utilidad las sondas rectales 28 Ch)
que permitan una mayor evacuación de coágulos. Tras realizar lavados vesicales con suero
fisiológico, se conectara la sonda vesical a un suero lavador continuo. Dependiendo de la
evolución y del estado del paciente se realizará el ingreso en el Servicio de Urología.
Bibliografía:
1.
Chiong E, Grossman HB. Hematuria macroscópica y microscópica en adultos. En: Leonard G. Gomella. 5 minutos
de consulta urológica. 1ª edición en español. Filadelfia: LWW; 2013. p. 234-235.
2. Broseta E, Budía A, Burgués JP, Luján S. Hematuria macroscópica. Urología práctica. 4ª Edición. Barcelona:
Elsevier; 2016. p. 8-10.
3. Mcdonald M, Swagerty D, Wetzel L. Assessment of Microscopic Hematuria in Adults. Am Fam Physician.
2006;73:1748-54, 1759.
4. Cohen RA, Brown RS. Clinical practice. Microscopic hematuria. N Engl J Med. 2003;348:2330-8.
5. The American Urological Association best practice policy -part I: definition, prevalence and etiology. Urology 57:
599-603. 2001.
35
Retención de orina
8. Retención de orina
Autores: José Francisco Aguilar Guevara y Borja Moraleda de Heredia
Introducción:
La retención corresponde a la acumulación anómala de orina tras la micción. La obstrucción consis-
te en la reducción del flujo urinario secundario al incremento de las resistencias uretrales frente a un
detrusor normal o hipercontráctil.
Etiología:
• Uretra: fimosis, estenosis de meato, craurosis vulvar, estenosis uretral, litiasis, fibromas, cuerpos
extraños, tumores, válvulas, hiperactividad del esfínter externo, etc.
• Próstata: hiperplasia benigna, neoplasia, prostatitis aguda o crónica y absceso.
• Vejiga: esclerosis de cuello, litiasis, tumores que ocluyan el cuello, hematuria con coágulos y
prolapsos graves.
• Extraurológicas: abscesos pélvicos, cirugía anorrectal o ginecológica, fecaloma, retroversión
uterina y embarazo.
Clínica:
Deseo miccional intenso con imposibilidad para la micción de horas de evolución. Ocasionalmente
a este cuadro le acompañan escapes involuntario de orina, secundarios al rebosamiento vesical de
la orina.
En los casos en los que el dolor es muy intenso, suele manifestarse con cortejo vegetativo.
En la exploración física la palpación abdominal en hipogastrio suele ser dolorosa y ocasionalmente
se puede palpar la propia vejiga debido a su repleción (globo vesical).
Diagnóstico/pruebas complementarias:
• A
nalítica sanguínea: elevación de la creatinina con descenso del filtrado glomerular. Alteración
de sodio y potasio.
• Ecografía abdominal: se objetiva la vejiga replecionada y puede ir acompañado de ureterohi-
dronefrosis bilateral.
36
Retención de orina
Tratamiento:
Colocación de sonda vesical o cistostomía, objetivando salida inmediata de orina con alivio sinto-
mático.
Anamnesis
Exploración Física y Diagnóstico
• Palpación abdominal
• Analítica + Bioquímica (Función renal, glucosa,
iones)
• Ante la duda ECO en urgencias
Bibliografía:
1.
Pérez Fentes DA, Blando Parra MA, Villar Núñez M. Retención urinaria. En: Castiñeiras Fernández J, coordinador.
Libro del Residente de Urología. 1ª edición. Madrid: GlaxoSmithKline; 2007. p. 149-156.
2. Elizalde Benito Á, Úcar Terrén A, Valdivia Uría JG. Uropatía obstructiva. En: Castiñeiras Fernández J, coordinador.
Libro del Residente de Urología. 1ª edición. Madrid: GlaxoSmithKline; 2007. p. 179-194.
3. Singh I, Strabdhiy JW, Assimos DG. Pathophysiology of urinary tract obstruction. En: Wein AJ, editor. Campbell-
Walsh Urology. 10ª edición. Filadelfia: Elsevier Saunders; 2012. p. 1105-1108.
37
Traumatismos genitourinarios
9. Traumatismos genitourinarios
Autores: Pedro José Giral Villalta y Oscar Gorría Cardesa
Introducción:
Un traumatismo se define como una herida o daño físico provocado en el tejido por un agente
extrínseco. Los traumatismos son la sexta causa de muerte a nivel mundial, siendo su mayoría en
países con escasos recursos.
Los traumatismos genitourinarios suponen únicamente un 10 % de todos los traumatismos abdomi-
nales.
La atención inicial al paciente politraumatizado es realizado por el médico de urgencias. Siendo
prioritaria la estabilización del paciente, y control de los posibles daños vitales.
Para el diagnóstico de los traumatismos genitourinarios es muy importante la sospecha clínica ini-
cial, esta sospecha viene guiada por el antecedente traumático, el mecanismo de acción, y el área
anatómica afectada, acompañado por síntomas clave como la hematuria.
Traumatismo renal
• Incidencia:
1-5 % total traumas. El traumatismo genitourinario más frecuente.
• Mecanismo de acción:
− Contuso: la más frecuente. Caídas, o accidentes de tráfico.
− Penetrante: raros en nuestro medio; aunque más graves. Heridas por arma blanca, arma de
fuego…
− Iatrogénico: poco frecuentes; secundarias a procedimientos urológicos y biopsias renales.
• Evaluación inicial:
− Signos vitales: tensión arterial; frecuencia cardíaca.
− Sospecha clínica:
− Historia clínica: mecanismo de acción, traumatismo lumbar.
− Exploración física: hematuria macroscópica, dolor lumbar, hematoma lumbar, distensión ab-
dominal o efecto masa.
− Analítica de orina: hematuria en sedimento.
− Analítica de sangre: hemograma (anemización); y función renal (creatinina basal; e insufi-
ciencia renal).
• Exploraciones complementarias:
Indicaciones:
− Traumatismo lumbar contuso y/o hematuria (macro/micro) y/o hipotensión.
− Mecanismo de acción: desaceleración rápida, traumatismo lumbar directo, o lesiones aso-
ciadas significativas.
− Traumatismo lumbar penetrante.
− Ecografía: Rápida, y accesible. Útil para valorar la presencia de hemoperitoneo, o en segui-
miento. No se aconseja como prueba diagnóstica de rutina.
− TC abdomino-pélvico: De elección. Incluir fase de eliminación para valorar extravasación de
contraste.
38
Traumatismos genitourinarios
• Otras
− Urografía intravenosa: en desuso. Alternativa si no hay disponibilidad de TC, para valorar ex-
travasación urinaria o se puede realizar durante la cirugía.
− RMN: misma utilidad que TC, pero mucho menos accesible.
• Tratamiento:
− Manejo conservador:
Reposo absoluto.
Monitorización continua.
Seriación de hemograma.
− Exploración quirúrgica.
Laparotomía exploradora.
Control del sangrado +/- reconstrucción +/- nefrectomía.
− Embolización vascular.
Alternativa no quirúrgica en pacientes seleccionados.
Buenos resultados, mayor tasa de conservación renal.
39
Traumatismos genitourinarios
TRAUMATISMO LUMBAR
¿ESTABLE?
Sí No
En caso de:
• Hipotensión-Taquicardia / Hematuria /
Anemización
• Traumatismo penetrante, contusión directa, o
lesiones
Prueba de imagen:
• ECO: rápida y accesible, hidronefrosis y
hemoperitoneo
• TC abdominal: de elección; fase arterial
(sangrado), y eliminación
DX TRAUMATISMO VALORACIÓN
RENAL UROLOGÍA
40
Traumatismos genitourinarios
Traumatismo ureteral
• Incidencia: raro, únicamente supone 1-2,5 % traumatismos genitourinarios.
• Mecanismo de acción:
− Iatrogénico: causa más frecuente, 80 %. Siendo la cirugía ginecológica la principal respon-
sable; también puede darse en cirugía colorrectal, endourología, y prostatectomía radical.
− Contuso o penetrante: poco frecuente, por la movilidad, pequeño tamaño, y protección de
los órganos circundantes. Suele estar acompañado de lesión de otras estructuras.
• Evaluación inicial:
− Signos vitales: tensión arterial; frecuencia cardíaca; temperatura.
• Sospecha clínica:
− Postoperatorio temprano en cirugía de riesgo tras aparición de obstrucción ureteral, fístula
urinaria o sepsis.
− Dolor abdominal-lumbar, incontinencia urinaria, manchado vaginal, drenaje con contenido
urinario, hematuria, o fiebre.
Analítica de orina: hematuria en sedimento.
Analítica de sangre: signos de sepsis, deterioro de la función renal.
• Exploraciones complementarias:
− Indicaciones:
Alta sospecha en cirugía de riesgo reciente.
En traumatismos no iatrogénicos, su estudio suele estar guiado por las lesiones asociadas.
Ecografía: Escasa utilidad. Hidronefrosis si existe obstrucción o colecciones intraadominales.
TC abdomino-pélvico: De elección. Demuestra extravasación urinaria, nivel de la lesión,
existencia de colecciones, y si existe obstrucción ureteral.
41
Traumatismos genitourinarios
Grado 4 Grado 5
• Tratamiento:
− En caso de demorarse su diagnóstico y tratamiento aumenta el riesgo de complicaciones.
− Específico de las posibles complicaciones:
Sepsis: soporte y antibiótico.
Cateterismo ureteral: Lesión grado I-II.
− Exploración quirúrgica:
Lesión grado II-V.
En las lesiones de grado II si la lesión se descubre de forma intraoperatoria; si no se puede
manejar de forma conservadora.
42
Traumatismos genitourinarios
TRAUMATISMO URETERAL
CIRUGÍA GINECOLÓGICA O
COLORRECTAL RECIENTE
SOSPECHA CLÍNICA
Prueba de imagen:
• TC abdominal: extravasación urinaria, nivel de la lesión,
existencia de colecciones, y obstrucción uretral
DX lesión ureteral
VALORACIÓN UROLOGÍA
TRATAMIENTO ESPECÍFICO
• De las posibles complicaciones
• En caso de sepsis: soporte y antibiótico
43
Traumatismos genitourinarios
Traumatismo vesical
• Mecanismo de acción:
− No iatrogénico:
− Habitualmente asociado a fracturas pélvicas, y lesiones múltiples abdominales. Principal cau-
sa son los accidentes de tráfico, seguido por las caídas, y los accidentes laborales.
− Iatrogénico:
− El órgano urológico que de forma más habitual sufre lesiones iatrogénicas. Suele ser secun-
daria a: Cesárea, cirugía ginecológica, cirugía infraumbilical, cirugía de la incontinencia.
• Evaluación inicial:
− Signos vitales: tensión arterial; frecuencia cardíaca.
− Sospecha clínica.
− Historia clínica.
− Traumatismo abdominal (hipogastrio) + hematuria +/- fractura de pelvis.
− Cirugía reciente + hematuria.
− Exploración física: globo vesical, dolor hipogástrico, hematoma pared, distensión e irritación
abdominal (lesión intraperitoneal).
− Analítica de orina: hematuria en sedimento.
− Analítica de sangre: hemograma, y función renal.
• Exploraciones complementarias:
Indicado siempre que exista sospecha clínica.
− Rx pelvis: Valorar fractura de pelvis.
− Cistografía: De elección. Demuestra la fuga de contraste. No suele estar disponible de forma
urgente.
− Ecografía: Demuestra la presencia de líquido intraperitoneal, y colecciones extraperitoneales.
No es suficiente para confirmar diagnóstico.
− TC abdomino-pélvico: CistoTC: infusión retrógrada de contraste. Puede sustituir a cistografía.
Útil para valoración de lesiones asociadas.
− Cistoscopia: Útil en lesiones iatrógenas de forma intraoperatoria.
44
Traumatismos genitourinarios
Tratamiento:
• Antibiótico.
• Manejo conservador:
− Sondaje vesical.
− Traumatismo extraperitoneales no complicados.
− Traumatismo intraperitoneal pequeño iatrógeno, durante RTU, manteniendo drenaje intraperi-
toneal.
• Exploración quirúrgica.
− Traumatismos intraperitoneales.
− Traumatismos penetrantes.
TRAUMA VESICAL
SOSPECHA CLÍNICA
Prueba de imagen:
• Rx pelvis: si traumatismo valorar lesión asociada
• Cistografía (de elección): demuestra fuga de contraste
• TC abdomen: valorar lesiones asociadas, puede sustituir a
cistografía
• Cistoscopia: útil intraoperatoriamente para valorar lesiones
DX lesión vesical
VALORACIÓN
UROLOGÍA
ANTIBIÓTICO
45
Traumatismos genitourinarios
Traumatismo uretral
• Incidencia:
Los mecanismos iatrógenos son la causa más habitual. Y son más frecuentes en varones (dife-
renciar entre uretra anterior o posterior). Muy raros en mujeres.
• Mecanismo de acción:
− Iatrogénico: instrumentación uretral (sondaje, RTU...).
− No iatrogénico: accidentes de tráfico (motos, bicicletas), caída a horcajadas, golpes en periné,
fracturas de pene, penetrantes (arma blanca, asta de toro, mordisco perro…).
− Las lesiones de uretra posterior suelen acompañar a lesiones traumatológicas (fractura de
pelvis), y las de uretra anterior son aisladas o acompañan a fracturas de pene.
• Evaluación inicial:
− Signos vitales: tensión arterial; frecuencia cardíaca.
− Sospecha clínica:
Historia clínica: uretrorragia, dificultad miccional.
Exploración física: globo vesical, hematoma, restos hemáticos meato, tacto rectal (descartar
lesiones asociadas).
No realizar sondaje vesical hasta descartar lesión uretral.
− Analítica de orina: hematuria en sedimento.
− Analítica de sangre.
• Exploraciones complementarias:
Indicado cuando hay alta sospecha clínica.
− Rx pelvis: Valorar fractura de pelvis.
− Uretrografía retrógrada: No es posible realizar en Sº Urgencias. Aporta información sobre el
nivel de la lesión, y posibilidad de sondaje vesical.
− Ecografía: Describe la posible existencia de retención urinaria.
− TC abdomino-pélvico: aporta información sobre las lesiones asociadas.
− Cistoscopia: Describe características de la lesión. Útil para sondaje vesical.
46
Traumatismos genitourinarios
Tratamiento:
Depende de la complejidad de la lesión, y las lesiones asociadas.
En general:
• L
esiones parciales, no penetrantes, y sin lesiones asociadas: sondaje vesical o cistostomía su-
prapúbica.
• E
n los casos de lesiones uretrales anteriores se realizará un intento de sondaje vesical, en caso
de dificultad se optará por colocar una cistostomía suprapúbica. En los casos de lesiones ure-
trales posteriores se colocará una cistostomía suprapúbica de entrada.
• L
esiones completas, penetrantes, o con lesiones asociadas (fractura de pene): reparación pri-
maria.
TRAUMA URETRAL
SOSPECHA CLÍNICA
VALORACIÓN UROLOGÍA
Prueba de imagen:
• Rx pelvis: si traumatismo valorar lesión asociada
• Uretrografía retrógrada (de elección): nivel de lesión,
posibilidad de sondaje
• Cistoscopia: alternativa, útil para sondaje vesical
• TC abdomen: solo si alta sospecha de lesiones
asociadas
DX lesión uretral
47
Traumatismos genitourinarios
Traumatismo escrotal
• Incidencia:
Poco frecuente.
• Mecanismo de acción:
− Contuso: lo más frecuente (80 %); en deportes de contacto, y accidentes de tráfico (bicicletas,
y motos).
− Penetrantes: agresiones, arma blanca, arma de fuego, mordisco, asta de toro.
La severidad del traumatismo puede ser muy variable, desde hematoma escrotal superficial a
rotura testicular.
• Evaluación inicial:
− Signos vitales: tensión arterial; frecuencia cardíaca.
− Sospecha clínica:
Historia clínica: antecedente traumático, dolor escrotal intenso, puede acompañarse de
náuseas y vómitos e incluso síncope.
Exploración física: hematoma, aumento del tamaño escrotal, alteración de la morfología
testicular; dolor a palpación.
Analítica de orina: hematuria en sedimento, puede hacernos sospechas de lesiones asocia-
das (uretra, vejiga).
Analítica de sangre: hemograma (puede haber anemización si lesión importante).
• Pruebas de imagen:
Indicaciones: Siempre que hay sospecha de afectación testicular para evaluar el grado de daño.
− Ecografía: De elección. Con doppler testicular: Describe la presencia de hematocele, hema-
toma intra/extra testicular, y vascularización del teste.
− TC abdomino-pélvico: Si sospecha de lesiones asociadas.
− Cistografía: En caso de sospecha de lesiones asociadas, como lesión uretral o vesical.
Grado* Descripción
I Contusión/hematoma
Tratamiento:
• Manejo conservador:
− Reposo, elevación scrotal, y analgésicos.
− No afectación testicular, hematocele de pequeño tamaño.
48
Traumatismos genitourinarios
• Exploración quirúrgica:
− Rotura testicular, heridas penetrantes, o hematoceles de gran tamaño.
− En caso de ecografía inconcluyentes o dudas clínicas también se recomienda.
− En traumatismos penetrantes tratamiento antibiótico, y profilaxis antitetánica.
TRAUMA ESCROTAL
SOSPECHA CLÍNICA
Si
Traumatismo genital + Hematoma
traumatismo
escrotal + Alteración palpación
penetrante
Prueba de imagen:
• ECO-Doppler escrotal (de elección): evaluar
grado de daño
• TC abdomen: si sospecha de lesiones asociadas
intraabominales
• Cistografía: si sospecha de lesiones asociadas
uretra/vejiga
DX lesión testicular
VALORACIÓN UROLOGÍA
TRATAMIENTO CONSERVADOR
EXPLORACIÓN QUIRÚRGICA
• Si no lesión testicular
• Si rotura testicular, heridas
• Reposo, elevación escrotal, penetrantes o dudas clínicas
analgesia
ANTIBIÓTICO
49
Traumatismos genitourinarios
Traumatismo peneano
• Incidencia:
Infrecuente.
• Mecanismo de acción:
− Contuso: raro, y habitualmente leve sin lesión de albugínea.
− Fractura de pene:
Causa más frecuente. Habitualmente durante relación sexual (46 %) al chocar el pene con-
tra el pubis de la pareja.
Otras causas: flexión forzada o taqaandan (21 %), masturbación (18 %), y rodar sobre sí mismo
(8,2 %).
− Penetrante: muy raro; heridas por arma blanca, mordisco, automutilaciones.
• Evaluación inicial:
− Signos vitales: tensión arterial; frecuencia cardíaca.
− Sospecha clínica:
Historia clínica: Durante relación sexual chasquido, dolor, detumescencia de la erección, y
formación de hematoma en pene. Uretrorragia si lesión uretral.
Exploración física: hematoma en pene, que se puede extender a escroto y periné. En oca-
siones puede palparse lesión de túnica albugínea.
Analítica de orina: hematuria en sedimento, nos hace sospechar lesión uretral asociada.
Analítica de sangre.
• Pruebas de imagen:
Indicaciones: Si alta sospecha clínica no es necesario.
− Ecografía: Diagnóstico diferencial; existen hematomas superficiales sin daño de la túnica
albugínea. Localización de lesión en la túnica albugínea.
− Uretrografía/cistoscopia: puede ser útil si sospecha de lesión uretral.
Tratamiento:
• Manejo conservador:
− No lesión de cuerpos cavernosos.
− Heridas penetrantes sin afectación de cuerpos cavernosos o uretra.
• Exploración quirúrgica: Siempre que exista sospecha de lesión de cuerpos cavernosos.
• A
mputación completa del pene (excepcional): automutilación, se suele dar en la fase aguda de
pacientes con algunas enfermedades psiquiátricas. En caso de disponer del pene amputado
mantenerlo envuelto en gasas con suero fisiológico e introducirlo en una bolsa con hielos. El
reimplante del pene amputado se debe de realizar en las primeras 24 h en un centro experto.
50
Traumatismos genitourinarios
FRACTURA DE PENE
SOSPECHA CLÍNICA
Prueba de imagen:
• ECO peneana: localizar nivel de lesión, diferencias de
hematomas superficiales
• Uretrografía/cistoscopia: si sospecha de lesión uretral
asociada
DX lesión cuerpo
cavernoso
VALORACIÓN UROLOGÍA
EXPLORACIÓN QUIRÚRGICA
• Reparación de cuerpos cavernosos
• En caso de lesión uretral: reparación y sondaje
Bibliografía:
1. Bryk DJ, Zhao LC. Guideline of guidelines: a review of urological trauma guidelines. BJU Int 2016;117: 226–234.
2. Kitrey ND, Djakovic N, Hallscheidt P, et al. EAU Guidelines on Urological Trauma. European Association of Urology 2017.
3. Moore EE, Cogbill TH, Malangoni MA, et al. Scaling system for organ specific injuries. American Association for
the Surgery of Trauma. http://www.aast.org/Library/TraumaTools/InjuryScoringScales.aspx.
4. Broseta E, et al. Urología Práctica, Barcelona. Elsevier, 2016;54-73.
51
Miscelánea
10. Miscelánea
Autores: Micaela Asiain Urmeneta, Zaloa Amelibia Álvaro
Priapismo
• Introducción:
El priapismo es una erección persistente de duración superior a 4 horas que continúa más allá
de la estimulación sexual o sin tener relación con ésta. Tiene una incidencia de entre 0,3 a 1,1
casos/100.000 habitantes. Afecta a ambos cuerpos cavernosos y no suele incluir el esponjoso
y el glande.
• Clasificación y etiología:
Existen tres tipos de priapismo:
− Venoclusivo, isquémico o de bajo flujo: es el más frecuente suponiendo el 95 % de los ca-
sos y es el más grave. La mayoría de las veces es idiopático. Otras causas posibles: inyec-
ción intracavernosa de sustancias vasoactivas, fármacos (antihipertensivos, psicofármacos,
vaso- dilatadores, andrógenos), alcohol y drogas (cocaína), drepanocitosis (más frecuente
en raza negra), leucemias, estados de hiperviscosidad como en la hiperalimentación paren-
teral o al retirar anticoagulantes, hematoma traumático con compresión del drenaje veno-
so, vasculitis, diálisis, retención urinaria, lesión medular) y priapismo maligno (tumores de
vejiga, próstata, riñón y digestivos).
− Existe un desequilibrio que genera una sobreproducción sustancias vasodilatadoras y una
reducción de las sustancias vasocontrictoras, dando lugar a un aumento de la presión intra-
cavernosa que impide la entrada del flujo arterial.
− Arterial, no isquémico o de alto flujo: mucho menos frecuente que el venoso. Las causas más
frecuentes son debidas a traumatismos peneano o perineal, que laceran la arteria cavernosa
generando una fistula a los cuerpos cavernosos o de forma yatrógena, por ejemplo secundario
a una uretrotomía.
− Recurrente: episodios de erecciones dolorosas de larga duración con detumescencia espon-
tanea posterior, que pueden presentarse a diario y que típicamente despiertan al individuo
por las noches. La duración de cada episodio es menor que en el priapismo venoso pero si
se prolonga más de cuatro horas, hay que tratarlo como si se tratara de éste. La causa más
frecuente es la anemia falciforme.
• Clínica:
La presentación clínica es diferente en los dos tipos de priapismo:
− Venoclusivo: en este caso la erección es completa y dolorosa. En la exploración comprobamos
que el paciente tiene una erección rígida, sin que exista tumescencia del glande o del cuerpo
esponjoso. El tratamiento en este caso es urgente a partir de la cuarta hora.
− Arterial: presenta una erección parcial (60-75 %) y no dolorosa. Puede llegar a ser de larga
evolución (días). Es bien tolerado y reversible por lo que el tratamiento puede demorarse.
• Diagnóstico/Pruebas complementarias:
Es imprescindible llevar a cabo un diagnóstico adecuado del tipo de priapismo ya que el trata-
miento es totalmente diferente. Para ello es importante basarse en:
− Anamnesis, clínica y exploración física: el dolor y el tipo de erección nos orientará hacia uno
u otro tipo de priapismo. En el arterial puede haber signos de traumatismo.
52
Miscelánea
− Pruebas complementarias:
− Analítica de sangre: descartará anomalías hematológicas (anemia, leucemia, disminución de
plaquetas…). Frotis de sangre periférica y electroforesis de Hb para detectar drepanocitosis.
Detección de drogas en sangre u orina en caso de sospecha de su abuso.
− Gasometría venosa: en el priapismo venoso encontraremos un pO2 muy bajo (< 30), pH
acidótico (< 7,25) y el Co2 elevado (> 60) sobre todo con el paso de las horas. En el caso del
arterial, la gasometría será similar a la de la sangre arterial periférica con un pH normal.
Eco doppler: en el priapismo venoso, nos confirmará la ausencia de flujo en las arterias
cavernosas mientras que en el arterial suele mostrar un flujo normal o alto y en ocasiones
podremos identificar el flujo turbulento por la fístula arteriosinusoidal.
• Tratamiento:
− Priapismo venoso: se trata de una urgencia urológica ya que la preservación de la función
eréctil está directamente relacionada con la duración del mismo. El tratamiento no debe
demorarse para evitar el daño del tejido cavernoso y poder restablecer cuanto antes el flujo
arterial y la flacidez del pene.
Aspiración-irrigación: punción con aguja 16 G-18 G en un cuerpo cavernoso y posterior
compresión del pene. Extraer sangre oscura hasta salida de sangre roja. Posteriormente
irrigación de 40 ml de suero fisiológico frio.
Agentes intracavernosos: agonistas α-adrenérgico (fenilefrina, etilefrina, adrenalina,
noradrenalina y terbutalina). Es recomendable la monitorización de la presión sanguínea y
el pulso, sobre todo si el paciente es mayor o tiene enfermedades cardiovasculares.
Shunts.
Prótesis de pene: se emplea en caso de disfunción eréctil tras priapismo prolongado.
− Priapismo arterial: El tratamiento definitivo puede diferirse debido a que no hay isquemia en
el tejido cavernoso y, por tanto, no se considera una emergencia.
Manejo quirúrgico: El manejo quirúrgico sólo se considera en los casos de varios meses
de evolución, cuando se ha formado una pseudocápsula alrededor de la fístula o cuando
falla la embolización. Se basa en la ligadura de la fistula bajo eco-doppler intraoperatorio.
Existe un cierto riesgo de disfunción eréctil secundaria a la ligadura accidental de la arteria
cavernosa.
53
Miscelánea
Parafimosis
• Introducción:
Condición en la que se produce la retracción de un anillo prepucial estrecho tras el surco bala-
noprepucial sin que pueda reducirse la piel a su posición inicial. Todo esto conlleva la compre-
sión tanto venosa como linfática del glande.
• Etiología y clínica:
Dentro de las causas, destaca principalmente darse tras un examen del pene o colocación de
sonda uretral sin colocación posterior del prepucio en su posición natural. Se puede asociar con
tumefacción pronunciada del glande, que impide reponer el prepucio en su posición normal, lo
que dificulta la perfusión distal. Todo esto condiciona infección, dolor, ulceración y necrosis de
los tejidos, necesitando por ello, un tratamiento urgente.
• Tratamiento:
La parafimosis por tanto es una situación que debe solventarse de manera urgente. Se debe de
intentar reducir manualmente el anillo constrictor. Para su tratamiento, se suele recomendar el
empleo de anestésico local ya que las maniobras suelen ser dolorosas para el paciente así como
pautar antiinflamatorios.
La reducción manual consiste en traccionar desde el anillo constrictor, con los dedos índices
y medios hacia arriba mientras que se introduce el glande empujando con los dedos pulgares.
En los casos más avanzados, donde las maniobras básicas hayan fracasado, se puede puncionar
el edema o realizar una incisión en el dorso del pene, para aliviar la presión y poder reducir la
parafimosis. Posteriormente habría que programar una circuncisión diferida.
54
Miscelánea
Fimosis
• Introducción:
Consiste en la imposibilidad de retraer el prepucio por detrás del glande en niños mayores de
3 años. Su incidencia varía de un 8 % a los 6-7 años, con sólo un 1 % en chicos de 16-18 años
y un 0,5 % en adultos. Puede ser primaria (típicamente en la infancia) o secundaria siendo
patológica (por ejemplo, por cicatrices por balanitis xerótica obliterans).
• Clínica:
Muy variada pudiendo generar: dificultad a la hora de orinar por imposibilidad de retracción del
prepucio, infecciones o inflamaciones como balanitis por no permitir la correcta higiene de los
genitales, coitos doloroso o parafimosis.
• Diagnóstico/Pruebas complementarias:
Se basa principalmente en el examen físico en donde se objetiva que el prepucio no se retrae o
lo hace parcialmente. Se puede evidenciar un anillo constrictivo prepucial detrás del glande o
una desproporción entre el diámetro del glande y el ancho prepucial.
• Tratamiento:
Manejo conservador: en las fimosis primarias obteniendo una tasa de éxito de 90 %. Crema
Beclometasona tópica 0,05-0,1 % dos aplicaciones al día durante 20-30 días.
− Tratamiento quirúrgico: se plantea a partir de los dos años. Se basa principalmente en la
circuncisión.
55
Miscelánea
Desgarro de frenillo
• Introducción:
La condición denominada frenillo corto que restringe e impide el movimiento del prepucio,
pudiendo generar molestas durante las relaciones sexuales llegando a desgarrarse.
• Clínica y diagnóstico:
Dolor intenso durante la relación sexual y un sangrado importante, ya que se trata de una zona
muy vascularizada. A la exploración, objetivaremos el tamaño del desgarro y valoraremos el
tipo de procedimiento a llevar a cabo dependiendo de si existe sangrado activo o no.
• Tratamiento:
− Si existe sangrado activo compresión con agua oxigenada durante unos 5 minutos valorando
si cede o no. Si este no cede, se puede proceder a suturar la herida con una sutura reabsorbible
4/0 y valorar el consultar al Servicio de Urología.
− Si no existe sangrado activo, se puede valorar de manera diferida en consulta, la realización
de frenuloplastia.
56
Miscelánea
Vasectomía
• Introducción:
La vasectomía es una técnica de esterilidad que se basa a en la sección y ligadura de los con-
ductos deferentes.
El paciente debe de mantener las relaciones sexuales con otros métodos anticonceptivos hasta
confirmar la esterilidad con los espermiogramas de control.
57
Miscelánea
• Complicaciones postvasectomía:
− Infección de la herida: la zona intervenida mostrará signos de inflamación local como eritema,
calor, dolor, posible aparición de decimas o fiebre. Pautar antibiótico, curas locales, valorar
extensión y consulta con Servicio de Urología.
− Dehiscencia de la sutura: se objetivará la suelta o pérdida de puntos. Valorar el suturar, apli-
cación de curas locales y consultar o no con el Servicio de Urología.
− Inflamación de cordón (granuloma) o testículo: Puede aparecer un nódulo doloroso localiza-
do en la división de los conductos deferentes secundario a una obstrucción ductal. El trata-
miento a realizar es sintomático con elevación escrotal y antiinflamatorios (ibuprofeno c/8 h).
− Hematoma: valorar grado de extensión.
Superficial: el tratamiento se basará en medidas conservadoras como hielo local, antiinfla-
matorios, y reposo.
Extenso: valorar la realización de una ecografía escrotal y consultar con Urología. Entre
las opciones de manejo se planteará el tratamiento conservador o apertura y drenaje bajo
anestesia en quirófano.
• Analgesia
• Valium 10 mg Al alta remitir a su MAP o valorar
en consulta externa de Urología
Priapismo • Analítica
de manera preferente en
• Eco doppler 1 semana
• IC urgente a Urología
• Cura local
• Sangrado activo: Al alta remitir a su MAP
Complicación o valorar en consulta externa de
1º Compresión con agua Oxigenada, si cede: ALTA.
circuncisión Urología de manera preferente
2º Sutura reabsorbible 4/0 en 1 semana
3º Valorar IC a Urología si no cede
Bibliografía:
1.
Velarde Muñoz C, Gutiérrez Tejero F, Galisteo Moya R, Navarro Sánchez-Ortiz A, Pastor Anguita F, Moreno Jiménez
J. Libro del residente de urología; 2015. Disponible en: manual.aeu.es
2.
Broseta E, Budía A, Burgués JP, Luján S. Urología práctica. Barcelona: Elsevier, 2016; p. 31-34.
58
SILOV409