Facultat de Psicologia I Logopèdia: Grado en Psicología
Facultat de Psicologia I Logopèdia: Grado en Psicología
Grado en Psicología
Dicho trabajo analiza la calidad de vida (Cv) durante el proceso de envejecimiento, poniendo
especial interés en las diferencias entre zonas urbanas y rurales rural y el impacto del estatus
socioeconómico (SES). A partir de datos del estudio SHARE (Survey of Health, Ageing and
Retirement in Europe), se ha trabajado con una muestra de 10.936 personas mayores de 60 años
que residen en España. Este estudio analiza tres dimensiones clave: salud física, salud mental y
relaciones sociales. Los resultados indican que el SES sí que es un factor que influye en la
calidad de vida de las personas mayores. Las personas que disponen de un mayor nivel de
recursos económicos presentan una mejor salud física, salud mental y menos soledad; el tipo de
residencia es un factor que influye aunque de manera más moderada. En particular, las personas
mayores con bajos recursos en zonas rurales presentan los niveles más altos de depresión,
sugiriendo un papel crítico que juega la interacción entre el bajo SES y la ruralidad. Sin
embargo, no se han encontrado interacciones significativas en las dimensiones de salud física o
soledad entre residencia y SES, lo que sugiere que tienen un efecto independiente. El análisis
defiende la complejidad del envejecimiento fenómeno multidimensional donde intervienen
recursos materiales, así como los contextos sociales o geográficos.
Este hallazgo tiene implicaciones en el diseño de las políticas públicas, dado que deberían ir
orientadas en la dirección de disminuir las desigualdades socioeconómicas, de garantizar el
acceso a los servicios de salud mental y de promover contextos sociales inclusivos.
Palabras clave
Calidad de vida, Envejecimiento, Estatus socioeconómico, Zonas rurales, Zonas urbanas, Salud
mental, Relaciones sociales, Salud física, Depresión, Actividad física.
Índice
1. Introducción
2. Método.
2.1. Participantes.
2.2. Instrumentos.
2.3. Procedimiento.
3. Resultados.
4. Discusión.
5. Conclusión.
 6.      Referencias bibliográficas.
   Calidad de vida durante el envejecimiento: Diferencias entre zonas urbanas y rurales
El aumento de la edad media de la población es una realidad cada vez más evidente e innegable
en la sociedad, con un notable avance en la cantidad de años vividos (Murphy et al., 2009). Si
bien se vive más, esto no siempre implica que esos años estén libres de dolencias o limitaciones,
lo cual define la "calidad" de ese tiempo (Millán Calenti, 2011). Frente a esto, la idea de un
envejecimiento pleno o sano difiere del envejecimiento común, denotando una menor
seguir participando activamente en la vida social (Rowe & Kahn, 1987). En el presente trabajo,
multidimensional que abarca cómo de bien se siente una persona en su día a día. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como “la percepción que un individuo tiene
relación con sus objetivos, expectativas, normas e intereses” (WHOQOL Group, 1995). Si
hablamos de la salud en sí, nos referimos a la calidad de vida ligada a la salud (CdVRS). Tanto la
CdV como la CdVRS son ideas con muchas facetas. Así, envejecer de manera exitosa va de la
mano con tener una buena calidad de vida, lo que incluye sentirse bien física y mentalmente, así
Las personas mayores, por su parte, tienden a tener mayor predisposición a enfermar, donde a pesar de qu
de las personas mayores, cobra aún más importancia a causa de la cantidad de problemas
depresión se considera uno de los trastornos con más prevalencia en la vejez y puede afectar
notablemente el estado biopsicosocial de las personas que sufren de este trastorno, pues no sólo
afecta al estado emocional, sino que puede llegar a poner en cuestión su funcionalidad y sus
interacción con otros individuos (Ruiz y López, 2010). La conectividad social y la interacción
positiva con otras personas son factores que pueden influir positivamente en la calidad de vida
(Granados Hernández & Muñoz Rojas, 2015). La condición de aislamiento social influye en la
salud y la calidad de vida de las personas adultas mayores (Valdés, 2015). El apoyo social es un
2009). Por ello, promover entornos sociales inclusivos, fomentar la participación comunitaria y
garantizar redes de apoyo efectivas son acciones fundamentales para el envejecimiento activo y
envejecimiento más satisfactorio (Calero & Navarro, 2018). Entre ellas, destacan factores
personas de las zonas rurales y las que viven en zonas urbanas en lo que respecta a cómo se
capacidad la salud se puede vincular a la capacidad para mantenerse activo, lo que puede llevar a
retrasar la búsqueda de atención médica hasta que el estado físico esté gravemente deteriorado
(Granados Hernández & Muñoz Rojas, 2015). Es de suponer que hay más probabilidad de
desnutrición y pérdida de masa muscular en los entornos rurales por probablemente menor
acceso a los servicios sanitarios y a los recursos nutricionales. Por el otro lado, en la zona urbana
se destaca una mayor actividad física, asociada a la existencia de más espacios lo que lleva a las
personas a desplazarse y caminar más (Millán-Calenti, 2011; García-González, Sánchez & Pérez,
2020). Aunque encontramos investigaciones que sostienen que incentivar a las personas mayores
a vivir en entornos rurales podría dar lugar a un mayor bienestar en las últimas etapas de la vida
obstáculo que no favorece el acceso a los recursos psicológicos y que, por lo tanto, dificulta el
abordaje de problemas de salud mental como pueden ser la depresión o la ansiedad (Granados
Hernández & Muñoz Rojas, 2015). Sin embargo, se produce una mayor aceptación de la vejez y
de la muerte como una parte más de los ciclos de la vida. Recientes estudios sostienen que
incentivar a las personas mayores a vivir en entornos rurales podría dar lugar a un mayor
bienestar en las últimas etapas de la vida (Alcañiz, 2019). En la vida urbana, especialmente en
barrios empobrecidos, se ha relacionado a esta población con una mayor prevalencia de los
Loaiza, 2020).
Por último, el entorno social también introduce diferencias trascendentes. En las áreas
rurales, las relaciones interpersonales recíprocas son fundamentales para el bienestar. Existe un
estrecho conocimiento personal y fuertes lazos sociales entre los habitantes, donde las personas
se conocen cara a cara (Parra Contreras & Vizcaino Hernández, 2023). Las actividades
comunitarias, como, por ejemplo, las actividades comunitarias musicales, se están convirtiendo
en un recurso importante por las consecuencias que tienen en su tejido social y en el bienestar
emocional de los habitantes rurales (Granados Hernández & Muñoz Rojas, 2015). Pero el hecho
Por tanto, el hecho de prevenir el abandono social tiene que ser una cuestión prioritaria
para las políticas públicas y más aún en aquellos contextos que tienen dificultades para las redes
calidad de vida y la salud de las personas mayores. El nivel de desarrollo de la sociedad y los
indicadores del estado de bienestar son componentes objetivos para la calidad de vida. (Barbosa-
es más frecuente, las tasas de mortalidad son más elevadas y la esperanza de vida es menor, en
cambio las personas mayores con menos complicaciones económicas tienden a evaluar su salud
física de modo más positivo y, al mismo tiempo, se ha relacionado con una mejor evaluación del
recursos favorece la práctica de la actividad física, no sólo con efectos positivos sobre la salud
del cuerpo, sino que también, se vincula igualmente con el aumento de la calidad de vida
percibida.
       En el ámbito de la salud mental, las dificultades económicas pueden asociarse a una
mayor presencia de trastornos como la depresión, al considerar que una mejora de dichas
circunstancias encontramos asociada una menor sintomatología depresiva (Calderón M., 2018).
Por el contrario, se ha comprobado que una economía más estable se relaciona con menores
protectores del deterioro del bienestar psicológico (Granados Hernández & Muñoz Rojas, 2015).
Aunque en ocasiones no existe un vínculo claro y directo entre el SES y las relaciones
sociales, diversos autores han señalado la importancia de un acceso y unos recursos económicos
que condicionan el mantenimiento de una vida social activa. El acceso a actividades culturales, a
espacios comunitarios o a redes de apoyo depende especialmente del nivel de ingreso. En este
sentido, una menor precariedad económica suele favorecer la integración social, lo cual influye
Diversas investigaciones han señalado que tanto el estatus socioeconómico como el lugar de
calidad de vida, el funcionamiento cognitivo y los niveles de depresión. Existe una interacción
compleja entre estos factores, en la que las condiciones socioeconómicas pueden modular el
impacto del entorno geográfico sobre la salud y el bienestar de las personas mayores.
Por un lado, se ha sugerido que los entornos urbanos pobres tienen una mayor asociación
urbanos o rurales, lo cual sugiere que el nivel socioeconómico podría a agravar los problemas en
salud mental de la vida urbana, dándose como una variable de riesgo importante (Barbosa -
Por otro lado, aunque frecuentemente se romantiza la zona rural como protector frente al
estrés de la vida urbana, los contextos rurales no son homogéneos en términos socioeconómicos.
En estos espacios, encontramos diferentes variables que influyen en las actitudes, creencias y
caracterizados por un menor apoyo por parte del Estado y peores condiciones socioeconómicas,
salud mental y calidad de vida en la vejez (Barbosa-Granados & Aguirre-Loaiza, 2020; García-
González et al., 2020). Sin embargo, es de gran importancia reconocer la carencia de estudios
que controlen específicamente el nivel socioeconómico al comparar zonas rurales y urbanas. Esta
limitación a nivel metodológico, impide una comprensión integral y detallada de cómo el estatus
socioeconómico influye sobre cada dimensión de la salud en función del entorno geográfico.
Por ello, el presente trabajo tiene como objetivo estudiar el posible efecto moderador del
lugar de residencia sobre la relación entre el SES y el proceso de envejecimiento. En este marco,
H2. El estatus socioeconómico se asocia positivamente con mejores resultados en salud física
H3. El impacto del estatus socioeconómico sobre las variables mencionadas será más
puedan compensar las carencias materiales o educativas. Por tanto, las personas con bajo SES
residentes en zonas rurales presentarán los niveles más bajos en los indicadores de salud física,
salud mental y relaciones sociales, mientras que aquellas con alto SES en zonas urbanas
                                            Método
Participantes
La muestra de este estudio se ha obtenido a partir del proyecto Survey of Health, Ageing and
centra en España, por lo que se ha filtrado la muestra, y tan solo han sido seleccionados los
participantes españoles mayores de 60 años. Como resultado final obtenemos 10936 individuos,
de los cuales 58% eran mujeres y 42% eran hombres. La edad media de la muestra fue de 72.5
centra en España, por lo que se ha filtrado la muestra, y tan solo han sido seleccionados los
"baja" y el 62.8% al nivel "alta". Respecto al entorno de residencia, el 40.6% de los participantes
Procedimiento
La presente investigación emplea las bases de datos generadas en el marco del proyecto Survey
of Health, Ageing and Retirement in Europe (SHARE; Börsch-Supan et al., 2013). Es una base
españoles.
Actualmente, SHARE cuenta con nueve oleadas de datos que se han recopilado
bianualmente desde el inicio del proyecto en 2004. El presente estudio empleó datos de la ola 9
(SHARE-ERIC, 2024), recopilada durante los años 2021 y 2022. Todas las oleadas recibieron la
aprobación ética del Consejo de Ética de la Sociedad Max Planck (los detalles se pueden
consultar en:
https://share-eric.eu/fileadmin/user_upload/Ethics_Documentation/SHARE_ethics_approvals.pdf
)
Instrumentos
Para evaluar la salud física se ha tenido en cuenta el ítem ‘sphus’, en el que se les
pregunta a los participantes sobre como consideran que es su nivel de salud percibida. El formato
Por lo que, puntuaciones más altas indicarán una peor salud física autopercibida.
validado y utilizado dentro del proyecto SHARE. La escala consta de 12 ítems, y para cada uno
se presenta un síntoma relacionado con la depresión, las respuestas son dicotómicas siendo 1=Si
y 0=No. El total de la escala se calcula como el sumatorio de los síntomas manifestados por el
participante. En este caso, una mayor puntuación significaría mayor sintomatología depresiva, y
viceversa.
Para el entorno social, se centró el análisis en la variable soledad. Esta fue medida
mediante una escala abreviada y validada la Escala de Soledad R-UCLA original (Russell et al.,
1980; Russell et al., 1978), diseñada para ser más eficiente en encuestas grandes. Consta de tres
ítems específicos sobre: (a) falta de compañía; (b) sentirse excluido; y (c) sentirse aislado.
Las respuestas para cada ítem se codifican típicamente en una escala Likert de tres puntos.
“With great difficulty” y “With some difficulty” en Bajo nivel y , “Fairly easily” y “Easily” en
Alto nivel.
town”, y “The suburbs or outskirts of a big city” en Zona urbana. Y por otro lado, “A small
Análisis estadísticos
Para la realización de todos los análisis estadísticos se utilizó el software Jamovi (versión 2.4.5).
descriptivos de todas las variables para el estudio (medias, desviaciones típicas, rangos, y tablas
Con el objetivo de examinar los efectos del nivel socioeconómico y el tipo de zona
(rural/urbana) sobre cada una de las variables principales del estudio (Salud Física, Salud
residuos de cada grupo fue comprobada de forma visual a través de histogramas y gráficos Q-Q.
Por otro lado, la homogeneidad de varianzas entre los grupos fue verificada por la prueba de
Levene.
los factores (nivel sociocultural y tipo de zona). Una interacción significativa indicaría que el
efecto de una variable (por ejemplo, el nivel socioeconómico) sobre la variable dependiente
difiere en función de los niveles de la otra variable (tipo de zona). Si existían interacciones
Se estimará el efecto de los efectos observados mediante el cálculo del tamaño del efecto,
el cual se realizó mediante el estadístico Eta Cuadrado Parcial ( η2p ). Este indica la varianza de la
variable dependiente que es explicado por cada factor o interacción de los factores controlando
por otros factores, y se interpretará según las directrices de Cohen (1988), en el que tener η2p =
0.01 era un pequeño tamaño de efecto, η2p = 0.06 un tamaño de efecto mediano y η2p = 0.14 un
Resultados
Con el objetivo de analizar la influencia del nivel de ingresos a fin de mes y del lugar de
varianzas. Respecto a los supuestos del ANOVA, la inspección visual de los gráficos Q-Q de los
residuos indicó que las desviaciones respecto a la normalidad no fueron pronunciadas. La prueba
de Levene reveló una violación del supuesto de homogeneidad de varianzas, F(3, 37431) =
ingresos a fin de mes sobre la salud física, F(1, 37431) = 1899.622, p < .001, η2p = .048, lo cual
sugiere que las personas con mayores ingresos reportan un mejor estado de salud física (M =
3.13 , DT = 0.988) que las personas con ingresos menores (M = 3.59 , DT = 0.956).
residencia (rural vs. urbana), F(1, 37431) = 38.878, p < .001, η2p = .001, aunque con un tamaño
del efecto mucho menor. En concreto, fueron los residentes de la zona urbana los que
presentaron niveles más altos de salud física percibida (M = 3.26 , DT =1.001) frente a los del
Por otro lado, la interacción entre el nivel de ingresos y la zona de residencia no fue
significativa, F(1, 37431) = 0.673, p = .412, η2p = .000, indicando que el efecto del nivel de
Se realizó un ANOVA factorial para examinar los efectos del nivel de ingresos a fin de mes y del
varianzas. Respecto a los supuestos del ANOVA, la inspección visual de los gráficos Q-Q de los
residuos indicó que las desviaciones respecto a la normalidad no fueron pronunciadas. Los
Los resultados muestran un efecto principal significativo del nivel de ingresos, F(1,
36496) = 1015.2, p < .001, con un tamaño del efecto moderado, η2p = .027. Esto indica que el
nivel de ingresos influye de forma sustancial en la sintomatología depresiva, siendo mayor en las
personas con dificultades para llegar a fin de mes (M =3.13, DT = 2.62) frente a las personas
36496) = 14.3, p < .001, aunque con un tamaño del efecto despreciable, η2p = .000. Esto sugiere
residencia, F(1, 36496) = 39.2, p < .001, η2p = .001, lo que indica que el efecto del nivel de
ingresos sobre la sintomatología depresiva varía ligeramente según el contexto rural o urbano.
Aunque el tamaño del efecto es pequeño, esta interacción puede tener implicaciones relevantes
Tabla 1
Comparaciones Post - Hoc - Rural * co007_w9 - findemes
Para examinar con mayor detalle la interacción encontrada, se realizaron comparaciones post
En general, se encontró que las personas con puntuaciones más bajas en SES, es decir,
con niveles bajos de ingresos tienden a mostrar mayores niveles de depresión, de forma
Por un lado, se obtuvo una diferencia significativa dentro de la zona de residencia urbana
Aquellos con menos recursos económicos presentaron significativamente más depresión. Este
efecto fue estadísticamente significativo, t(36496) = 16.69, p<.001, con un tamaño del efecto
pequeño (d = 0.28). La media para el grupo de menores recursos fue de 0.64 (EE = 0.04).
       La diferencia más pronunciada, se encontró entre la zona rural y el nivel socioeconómico
magnitud moderada. Esto sugiere que, en el entorno rural, tener bajos recursos económicos se
En el caso de personas con bajos recursos, las que viven en contextos rurales tienen
mayor nivel de depresión. La comparación entre el grupo urbano de baja puntuación y el grupo
rural baja puntuación no fue significativa (p = .169). Sin embargo, sí fue significativa la
comparación entre urbano bajo y rural alto (M = 0.7061, EE = 0.0364, t(36496) = 19.41, p
< .001, d = 0.3098). Aunque no fue significativa la comparación directa entre los grupos "urbano
bajo" y "rural bajo", sí fue muy consistente la tendencia de una mayor depresión entre los "rural
bajo" (comparación "rural bajo" vs "rural alto") y significativa la comparación entre "urbano
bajo" y "rural alto", lo que indicaría que, en los contextos rurales, los escasos recursos podrían
incrementar la depresión.
En cambio, encontramos que, si se tienen altos recursos económicos, los niveles de salud
entre Urbano alto y Rural alto no alcanzó significación estadística (M = 0.0625, EE = 0.0305,
t(36496) = 2.05, p = .169, d=0.0274). Esto sugiere que, para aquellos con altos recursos, el lugar
económica percibida para llegar a fin de mes (co007_w9) y el lugar de residencia (Rural; urbano
vs. rural) sobre la percepción de soledad (lonelinessw9). Asimismo, se incluyó la interacción
varianzas. Respecto a los supuestos del ANOVA, la inspección visual de los gráficos Q-Q de los
residuos indicó que las desviaciones respecto a la normalidad no fueron pronunciadas. La prueba
de Levene reveló una violación del supuesto de homogeneidad de varianzas, F(3, 36989) = 756,
p < .001.
Dicha prueba indica un efecto principal significativo de nivel de ingresos sobre soledad,
F(1,36989)=1667.58, p < .001, con un tamaño del efecto moderado de η2p =.043, por lo que el
nivel de ingresos se relaciona con la soledad (presentando una mayor soledad en las personas con
dificultades para llegar a fin de mes en comparación con personas con ingresos más altos).
< .001, pero el tamaño del efecto fue muy pequeño, η2p =.001. Esto indica que es una diferencia
significativa entre las zonas urbanas y rurales, pero que en la práctica la diferencia sea
Discusión
Este trabajo de investigación tuvo como principal finalidad indagar la forma en que el estatus
relaciones sociales en una muestra de personas mayores de España, así como estudiar la posible
interacción entre estos factores. Para ello, se utilizaron datos de la encuesta SHARE.
         Considerando la evidencia, se plantearon 3 hipótesis diferentes. La primera hipótesis
planteaba la existencia de diferencias en la salud física (H1a), salud mental (H1b) y relaciones
sociales (H1c) de las personas mayores en función de si residen en zonas urbanas o rurales. Por
otro lado, la segunda hipótesis planteaba la asociación de un alto estatus socioeconómico con
mejores resultados en salud física (H2a), salud mental (H2b) y relaciones sociales (H2c). Y, por
último, la tercera hipótesis establecía que el efecto que ejerce el estatus socioeconómico sobre las
variables mencionadas será más fuerte en las áreas rurales debido a la menor cantidad de
recursos institucionales en el medio rural que puedan hacer frente a las deficiencias materiales o
educativas que éstas puedan tener. Como consecuencia, a partir de la interacción entre la
localización rural y la SES bajo se prevé que las personas con SES bajo de la zona rural tengan
los niveles más bajos en los indicadores de salud médica, salud mental y relaciones sociales,
mientras que las personas con SES alto de la zona urbana serán quienes tengan los niveles más
altos.
A grandes rasgos, los hallazgos clave sugieren que el nivel socioeconómico se muestra
como un marcador relevante en las tres dimensiones analizadas (la salud física autopercibida, la
indica que los residentes de zonas urbanas reportaron niveles ligeramente más altos de salud
física percibida en comparación con los residentes de zonas rurales. Los estudios previos reflejan
que las zonas rurales llegan a relacionar la salud con la capacidad funcional y de trabajo, tal vez
incluso retrasando la búsqueda de atención médica (Granados Hernández & Muñoz Rojas, 2015).
Un metaanálisis llegó a la conclusión de que la prevalencia de la sarcopenia (pérdida de masa
muscular asociada a la vejez) era mayor para las poblaciones rurales en comparación a las
urbanas, aunque otros factores como la actividad física o la nutrición eran evaluados (Li et al.,
2024). Además, otros estudios destacan una mayor actividad física en la zona urbana, lo que
sería un gran indicador de salud física, debido a la disponibilidad de más espacios habilitados
especialmente para ello (Millán-Calenti, 2011; García-González, Sánchez & Pérez, 2020).
Respecto a la salud mental, sí que encontramos una relación entre las zonas rurales y la
depresión. Siendo menor el índice de depresión en zonas urbanas. No obstante, debemos tener en
cuenta el tamaño del efecto, muy pequeño, casi insignificante. Por lo que, hay que considerar
otros factores moduladores para sacar una firme conclusión. Encontramos que la literatura señala
que, en zonas rurales, el estigma relacionado con la salud mental es un obstáculo importante, ya
la ansiedad (Granados Hernández & Muñoz Rojas, 2015). Una revisión sistemática logró
en los residentes de áreas urbanas. En el caso de países en vías de desarrollo, la existencia de esta
asociación no era clara, de modo que el hecho de que las personas de escasos recursos de zonas
rurales presentaran más depresión que las de áreas urbanas, es un hallazgo interesante, aunque
también podría requerir una justificación específica, más allá de las tendencias en relación con
En cuanto, a las relaciones sociales, los resultados indican una diferencia significativa
entre las zonas rurales y urbanas, aunque en la práctica es inapreciable. La literatura previa nos
muestra contradicciones, ya que, dependiendo del estudio, las conclusiones son diferentes.
Encontramos que, los lazos vecinales y el apoyo mutuo son más evidentes en el ámbito rural, a
pesar de que la dispersión geográfica pueda ser un obstáculo para la comunicación frecuente
(Monreal Bosch et al., 2009). Por otro lado, en las áreas urbanas, aunque hay más oportunidades
de interacción, las relaciones pueden ser más superficiales, lo que podría llevar al aislamiento
En cuanto a la Hipótesis 2, queda respaldada por los resultados. Si existe una asociación
positiva entre un mayor estatus socioeconómico y mejores resultados en la calidad de vida (salud
física, mental y relaciones sociales). Se ha evidenciado que aquellos contextos que presentan
mortalidad y menor esperanza de vida (Portellano Ortiz, 2019); contar con menos dificultades
económicas se asocia a una mejor evaluación de la salud física general y es considerado un factor
protector frente al deterioro del bienestar, mientras que un SES más bajo se asocia con una
menos dificultades económicas se encuentra en la literatura como una variable muy relevante
asociada a buena calidad de vida en un estudio con datos de SHARE (Portellano Ortiz, 2019). En
lo que se refiere a las relaciones sociales; aunque no siempre existe un vínculo directo, la
literatura resalta que el acceso a recursos económicos determina que se tenga una vida social
activa, ya que por medio de ellos se facilita la participación en actividades culturales, espacios
comunitarios y redes de apoyo (Granados Hernández & Muñoz Rojas, 2015). No obstante, es
mejor calidad de vida en personas que habitan en zona urbana y tienen un alto SES. Y, por el
contrario, una peor calidad de vida en personas que viven en entorno rural y poseen un bajo SES,
en concreto en el campo de la salud mental. En el medio rural, el acceso a los servicios de salud,
incluyendo los de salud mental, es considerablemente más limitado. Muchas de las veredas no
cuentan ni con centros de salud ni con programas de atención primaria, por lo que se ven
obligadas a invertir en dinero y tiempo los residentes para iniciar sus viajes hasta el pueblo (Parra
Contreras & Vizcaíno Hernández, 2023). Además, existe todavía en el medio rural un fuerte
estigma cultural en relación con la salud mental que complica la detección y el tratamiento
puede dejar a las personas mayores rurales con menos recursos para manejar el estrés y la tristeza
tener en cuenta el contexto y variables. Vemos que las restricciones territoriales y las
migraciones de jóvenes que podrían dejar a los mayores solos en el campo porovocan quela
relación vecinal se haya visto disminuida (Monreal Bosch et al.,2009). Esto ocurre, porque las
comunidades rurales suelen ser más sólidas en el sentido de comunidad (Barbosa-Granados &
Aguirre-Loaiza, 2020), Las interacciones pueden ser menos frecuentes, pero pueden ser más
incluso en el abrazar de las comunidades grandes. Por lo tanto, la baja condición socioeconómica
puede acentuar la soledad en el medio urbano o rural, pero el entorno rural puede contribuir a un
acolchamiento que permite mitigar las diferencias más allá de la que se podía esperar (Parra
interacción. Vemos como factor a tener en cuenta la actitud adoptada por parte de las personas
sobre la aceptación de la enfermedad y del ciclo vital. Encontramos que, en las zonas rurales, su
zonas urbanas, dónde hay más exposición a información médica y estándares de "salud perfecta",
podrían tener expectativas más elevadas y, por ende, una autopercepción de salud menos
carácter más complejo. Los resultados que se obtienen corroboran que las carencias
dotaciones o el estigma de la salud mental, acompañan niveles más altos en depresión. Por otro
lado, la soledad y la salud autopercibida en el ámbito rural conllevan otros matices contextuales y
culturales, que pueden minimizar o reinterpretar la experiencia del bienestar. Esto permite que la
Limitaciones
Una limitación que se encuentra en este estudio, es la utilización de una base de datos
autoinformes o en la percepción subjetiva de los participantes, tal como ocurría con la salud
física percibida, la satisfacción con la vida (salud mental), la soledad (relaciones sociales) y las
dificultades económicas (SES). Si bien sabemos que los autoinformes son legítimas y corrientes
proceso de simplificación puede no incluir por completo las especificidades del SES, ya que no
solamente se hace referencia a los ingresos percibidos; también a las graduaciones educativas, la
ocupación y la acumulación de patrimonio, que son mencionadas como factores que la literatura
causalidad. No es posible analizar cómo evolucionan las variables a lo largo del tiempo en
Implicaciones futuras
Considerando los resultados y las limitaciones, dada la carencia de estudios previos que
nuestra línea, investigando más allá de un ámbito geográfico concreto. Queda también en el aire
el estudio de otros factores psicosociales, diferencias de género (la carga del cuidado, por
y reforzar políticas y programas con destino a las personas mayores. Es fundamental que estos
recursos disponibles a nivel de la salud (tanto física como mental) y el acceso a la participación
social, poniendo especial atención a las zonas rurales en donde los servicios son más escasos. Al
edad) puesto que éste tiene efectos negativos sobre el bienestar emocional de las personas y
La promoción del envejecimiento activo y saludable debería ser una cuestión prioritaria, e incluir
dependiendo del estatus socioeconómico y, de forma menos relevante pero importante de cara a
estado de salud física, mental y las relaciones sociales en la vejez. No obstante, deberíamos
poner el foco dentro del contexto rural em el ámbito de la salud mental, donde la carencia de
recursos económicos tiene las implicaciones más severas, haciendo más proclive a la depresión a
las personas con SES bajo. Esto hace pensar en una necesidad importante de investigación, pero
SHARE ha sido financiada por la Comisión Europea, DG RTD a través de FP5 (QLK6-CT-
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