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Tecnologia Prod Animal

El documento presenta estrategias para optimizar la alimentación en la ganadería, destacando la incorporación de subproductos como expeler de soja y burlanda, que pueden aumentar las ganancias de peso en el ganado. Se llevará a cabo la 7ª Jornada Nacional de Forrajes Conservados en el INTA Manfredi, donde especialistas compartirán conocimientos sobre formulación de dietas y el uso eficiente de forrajes. Además, se discuten los beneficios de utilizar subproductos locales en la alimentación bovina para mejorar la rentabilidad y sostenibilidad del sector.

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Tecnologia Prod Animal

El documento presenta estrategias para optimizar la alimentación en la ganadería, destacando la incorporación de subproductos como expeler de soja y burlanda, que pueden aumentar las ganancias de peso en el ganado. Se llevará a cabo la 7ª Jornada Nacional de Forrajes Conservados en el INTA Manfredi, donde especialistas compartirán conocimientos sobre formulación de dietas y el uso eficiente de forrajes. Además, se discuten los beneficios de utilizar subproductos locales en la alimentación bovina para mejorar la rentabilidad y sostenibilidad del sector.

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Ganadería: claves para diseñar dietas más eficientes

Incorporar expeler de soja y burlanda –derivado del maíz– a las raciones permite ganar
más de un kilo por día. Estas estrategias de alimentación se presentarán en la Jornada
Nacional de Forrajes Conservados, el 27 y 28 de abril en el INTA Manfredi –Córdoba–.

En la producción ganadera confinada, la alimentación es el componente que


representa el principal costo en el sistema. Optimizar el precio y el balance de la dieta
es clave para aumentar la producción de carne. Por esto, técnicos del INTA proponen la
incorporación de burlanda o expeler de soja a las raciones debido a que permiten
ganancias de peso de hasta 1,6 kilos por día. El 27 y 28 de abril especialistas de todo el
país compartirán estrategias de alimentación más eficiente en la 7ª Jornada Nacional
de Forrajes Conservados en el INTA Manfredi, Córdoba.

De acuerdo con Andrea Pasinato, especialista en alimentación del INTA Concepción del
Uruguay –Entre Ríos–, los subproductos de la industria aceitera, como las harinas de
soja o de girasol, son los principales concentrados proteicos. “En general, representan
de un 5 a un 15 % de la ración seca total, según los requerimientos de los animales”,
señaló y aclaró: “Debido a su alto costo, buscamos alternativas más económicas que
provean la cantidad y calidad de proteína requerida por los animales”.

Considerada como una opción económica y nutritiva, la burlanda seca o húmeda


(DDGS y WDGS, respectivamente por sus siglas en inglés) es un subproducto de la
industria del bioetanol y puede ser utilizada como alimento para el ganado. “Se trata
de un producto con excelentes cualidades, por su riqueza energética y proteica”,
expresó Néstor Latimori, especialista en alimentación de bovinos para carne del INTA
Marcos Juárez –Córdoba–.

Si bien no hay una receta que indique cuáles son las proporciones de cada producto,
Pasinato indicó que “en un feedlot, la cantidad óptima de los DDGS es de hasta un 45
%, según trabajos realizados en los últimos dos años en el INTA Marcos Juárez”.

En este caso, la respuesta productiva fue muy buena y con altos niveles de aumentos
medios diarios de peso, que superaron los 1,6 kilos. “Esto está vinculado con el alto
nivel energético de las dietas y al gran potencial de ganancia de peso y de eficiencia de
conversión de alimento de los animales evaluados en las experiencias”, explicó
Latimori.

Según Latimori, la burlanda es “un producto con excelentes cualidades, por su riqueza
energética y proteica”.

En la ciudad cordobesa de San Agustín, el INTA junto con Novara S A y ACA-BIO


diseñaron raciones que incluyen burlanda, en reemplazo de la harina de soja, en la
dieta de novillitos engordados a corral. “En novillitos, cuyo peso inicial fue de 224
kilogramos, la incorporación de hasta un 45 % en la ración permitió aumentos de hasta
1,6 kilos por día”, explicó Latimori.

Comparado con otros suplementos, este subproducto es un concentrado proteico y, al


mismo tiempo, energético con un alto contenido de aceite. “Además de la alta
palatabilidad –buen sabor– que presenta para el bovino, una de las principales ventajas
de la burlanda es que, además, permite agregar valor en origen”, afirmó Pasinato.

El potencial de un subproducto

El uso de subproductos en la alimentación bovina a lo largo y ancho del país, “permite


diseñar estrategias de alimentación más eficientes”, afirmó Pasinato y agregó: “Cada
región tiene una alternativa nutritiva que se deriva de la producción local, en la
pampeana es el expeler de soja y la burlanda, en el NEA el afrechillo de arroz, en el
NOA la caña de azúcar, entre otros”.

El expeler de soja es un derivado del proceso de extrusado y prensado de la oleaginosa


que contiene hasta un ocho por ciento de aceites, mientras que en las harinas el
porcentaje se reduce a menos de dos. Además, las ventajas de su incorporación a las
dietas se centran en la logística de distribución del producto para ganaderos de
pequeñas escalas.

Latimori: “El extrusado de soja puede sustituir a las harinas en una proporción de uno a
uno”.

Ensayos desarrollados en los campos experimentales del INTA en Marcos Juárez y en


Anguil –La Pampa–, orientados a analizar los efectos de la sustitución de harina por
expeler, determinaron que la diferencia que se plantea en el aporte de aceites del
expeler, no impacta sobre la respuesta del animal.

De hecho, “en dietas planificadas en la etapa de terminación de novillos, que incluían


un 86 % de granos de maíz entero, registramos excelentes ganancias de peso, con un
promedio de 1,5 kilos por día”, remarcó Latimori.

“El extrusado de soja puede sustituir a las harinas en una proporción de uno a uno”,
señaló Latimori y aseguró: “El secreto está en saber adaptase e incorporar su uso en las
dietas”.

Con el eje puesto en el agregado de valor a los forrajes para potenciar la producción de
carne, el INTA Manfredi será sede de la séptima edición de la Jornada Nacional de
Forrajes Conservados.
Con el foco puesto en los forrajes

Con el eje puesto en el agregado de valor a los forrajes para potenciar la producción de
carne, el INTA Manfredi será sede de la séptima edición de la Jornada Nacional de
Forrajes Conservados, que se realizará el 27 y 28 de abril.

Con entrada libre y gratuita, durante dos días productores, técnicos, asesores y
estudiantes avanzados podrán participar de capacitaciones y charlas que se
desarrollarán de manera simultánea. Allí, más de 30 especialistas reconocidos a escala
nacional e internacional brindarán información actualizada sobre elaboración y
confección de forrajes conservados de alta calidad, uso, almacenamiento y manejo de
coproductos de la industria –burlanda seca y húmeda, expeler–, nutrición animal y
formulación de dietas, problemática de las micotoxinas en la alimentación de ganado
lechero y de carne y cómo diseñar correctamente un patio de comidas para optimizar
los costos operativos.

Asimismo, profundizarán en temas como la situación de la ganadería argentina de


carne y leche, oportunidades y desafíos, herramientas de ganadería de precisión,
manejo sanitario, bienestar animal, correcto uso y aprovechamiento de los efluentes y
oportunidades para la generación de bioenergía.

Ganadería: tecnologías y buenas prácticas al alcance de


los productores
Comenzaron las jornadas de actualización ganadera en Firmat, Santa Fe. La apertura
contó con la participación de autoridades regionales del INTA, la provincia y la
universidad. Recomendaciones técnicas y experiencias de productores del Mercosur.

La localidad santafesina de Firmat será la sede, entre hoy y mañana, de las III Jornadas
Internacionales de Actualización Ganadera para la Pampa Húmeda (JIAGPH 2012),
organizadas por el INTA junto con el Ministerio de la Producción de Santa Fe y la
Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de Rosario, instituciones que
integran el grupo Desarrollo Ganadero Sustentable (DGS).

“Estas jornadas son un espacio de oportunidad para repensar la ganadería, una


actividad necesaria y posible que fomenta el desarrollo económico y social del pueblo y
ciudades del interior, y la protección del medio ambiente”, dijo Carolina Mestre,
secretaria de gobierno en representación del intendente Lionel Maximino. Junto con la
funcionaria, participaron de la apertura el ministro de la Producción de Santa Fe –
Carlos Fascendini–, el decano de la facultad –Gustavo San Miguel–, el representante
del programa Carnes Santafesinas –Daniel Jozami– y el director del centro regional
Santa Fe del INTA –José Luis Spontón–.
“La producción ganadera es estratégica en la provincia”, dijo Fascendini. “Estamos
convencidos de que es una producción rentable y tenemos que volver a ella. Queremos
desarrollar la cadena de valor de la carne, donde no solamente nos interesa la
producción ganadera en si misma sino todos sus eslabones por el componente de valor
agregado que representa, porque esto significa mano de obra e industrialización y así
llegar a distintos mercados con productos de calidad que verdaderamente expresen
esa integración”, afirmó.

Fascendini subrayó la importancia de las jornadas como herramienta para la


transferencia de saberes: “Muchas veces los conocimientos no llegan a nuestros
productores, sobre todo a los pequeños y medianos. Y teniendo en cuenta que el 80
por ciento de la producción ganadera está en manos de productores que tienen menos
de 300 cabezas, claramente tenemos que trabajar para tengan acceso a la tecnología, a
la técnica, a las buenas prácticas”. En esta línea, el ministro aseguró que “es
irremplazable la acción del estado en forma coordinada para tener éxito en estas
acciones. El INTA tiene el conocimiento técnico, la universidad tiene el desarrollo y la
posibilidad de seguir formando profesionales”.

De acuerdo con el director regional del INTA, “la producción ganadera en esta Pampa
húmeda argentina nos permitió darnos a conocer y tener la mejor ganadería del
mundo. A pesar de todo el desplazamiento que ha sufrido en los últimos años, la
Pampa húmeda sigue siendo la principal zona productora ganadera”. De ese modo,
continuó Spontón, “tenemos que trabajar para apuntalarla y para seguir incorporando
tecnología y generando nuevas propuestas que permitan, como provincia y como país,
estar mucho más cerca de los productores como también de los consumidores
nacionales y del mercado grande”.

Las jornadas, con recomendaciones para “no fallar”

El encuentro reúne a especialistas argentinos y del exterior para analizar los sistemas
productivos y el futuro de la carne en el país y la región. Así, en la actual edición se
presentan “tecnologías más relacionadas con los procesos que con los insumos”, tal
como explicó el coordinador de las jornadas y especialista del INTA Venado Tuerto –
Santa Fe–, Martín Correa Luna: “Cómo elegir un toro antes de comprarlo, la
importancia del vínculo con el personal de ganadería, temas como ecofisiología de
pasturas y muchos más aspectos prácticos que deben tenerse en cuenta para no fallar.
Porque acá no se puede fallar”.

Entre otros temas, se presentarán investigaciones del INTA que, al integrar la


producción agrícola y la ganadería pastoril, lograron aumentar la carga animal por
hectárea, obtener carne de buena calidad, mejorar las propiedades físicas-químicas del
suelo y multiplicar los rindes de soja y maíz. Además, Guillermo Berra –especialista del
Instituto de Patobiología del INTA y responsable del manejo neonatológico de terneros
clonados para el proyecto Tambo Farmacológico del laboratorio Biosiuds–
expondrá recomendaciones para la atención del ternero recién nacido.

“Es fundamental dedicar especial atención a todo lo que nos permita reducir los
riesgos de pérdida de terneros recién nacidos para aumentar la producción de los
rodeos de cría. Si a esto, le sumamos los potenciales usos del suelo y las nuevas
tecnologías, podríamos aumentar la rentabilidad de la actividad en lo que significaría
un avance muy importante en materia de producción”, expresó Correa Luna.

Por otra parte, uno de los momentos más esperados de las jornadas corresponde a una
Mesa de Productores Ganaderos del Mercosur, de la cual participarán representantes
de la Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Uruguay y Paraguay.

De acuerdo con Mario Monti, jefe de la delegación Rufino del Ministerio de la


Producción de Santa Fe, el interés principal de esta mesa radica en “mostrar que las
dificultades existentes en nuestro país tienen puntos en común con nuestros vecinos”.
Según el técnico, ante la creencia general de que “afuera se está mejor que aquí”,
conocer experiencias regionales permite observar que también los vecinos “intentan
recorrer caminos que están en la decisión misma de los productores, mediante
asociaciones, agregado de valor, grupos de asesoramiento, diferenciación y
comercialización. Pueden ser ejemplos para replicar en diferentes áreas de nuestro
país”. En ese sentido, “las experiencias contadas por sus protagonistas, de productor a
productor, son muy efectivas para motivar la generación de cambios”, afirmó Monti.

La experiencia paraguaya

En el espacio que reunirá a los productores del Mercosur pueden conocerse casos
como el de Hugo Frutos: ganadero del Chaco Central paraguayo –a 570 kilómetros de
Asunción–, gerente técnico del establecimiento Estancia Cocodrilo, que sostiene un
promedio de 1.300 cabezas y participante del panel en representación del Consorcio de
Ganaderos para Experimentación Agropecuaria (CEA).

“Destinamos 700 hectáreas a un plantel Braford con 650 cabezas de alta calidad
genética, de las cuales 320 son vientres en producción”, dijo Frutos y añadió: “Estamos
implementando el sistema de trazabilidad, fórmula para lograr valor agregado, además
de la muy cercana posibilidad de implementar cultivos agrícolas, con variedades
adaptadas a ambientes semiáridos”.

La empresa registra ventas anuales de alrededor de 750/800 cabezas, además de 80


toros de dos años y entre 50 y 80 vaquillas de 18 a 20 meses de edad, señaló el
gerente. El resto del stock se destina a invernada de machos y hembras, parte propia y
parte en régimen de capitalización. “A los precios actuales, la facturación anual bruta
alcanza $700.000 con un margen bruto de $400.000”, expresó.
Estancia Cocodrilo cuenta con más de 4.000 hectáreas organizadas de este modo:
2.600 son praderas de gatton panic/Tanzania, habilitadas mecánicamente sobre suelos
de monte; 1.600 corresponden a monte xerófito –es decir, en ambiente seco– como
área de reserva; 250 están destinadas a la confección de fardos de heno como reserva
invernal. “El agua proviene de un pozo profundo, de 240 metros de profundidad, y es
almacenada en tanques de distribución de 350 metros cúbicos de capacidad y
distribuida por gravedad a los bebederos”, detalló Frutos.

Poblado originalmente por indígenas y colonos mennonitas, el Chaco Central es


actualmente un emporio ganadero: con inversiones locales y extranjeras, las ciudades
centrales de la zona poseen toda la infraestructura básica e inclusive un frigorífico en la
colonia Loma Plata.

La región se caracteriza por un promedio de 800 milímetros de precipitaciones anuales,


muy concentradas entre octubre y abril y una amplitud térmica que puede oscilar entre
-2 °C y 42 °C. “Los suelos pertenecen al grupo de los luvisoles, de color pardo-grisáceo,
textura franco arenosa, buen drenaje y contenidos aceptables de materia orgánica y
muy altos en fósforo”, destacó el especialista paraguayo.

Feedlots: Una actividad con fuerte impacto en el


ambiente
Un estudio académico advirtió sobre la contaminación con fósforo en las aguas y suelos
pampeanos, generada por la ganadería intensiva. ¿Podrían usarse los efluentes y el
estiércol como fertilizantes?

Las pilas de estiércol animal provenientes de este sistema de producción liberan


sustancias que pueden afectar al ambiente de forma negativa. El fósforo que no
incorporan los animales puede llegar hasta cuerpos de agua superficiales. Además,
sorprendió a los investigadores con su movilidad hacia las napas. Imágenes: cortesía de
Ciapparelli

Por: Sebastián Tamashiro 2 julio, 2018

(SLT-FAUBA) En el engorde a corral o feedlot, los animales reciben, en espacios


reducidos, dietas que favorecen el aumento de peso en el menor tiempo posible. Esta
práctica genera miles de toneladas de estiércol con grandes concentraciones de
nutrientes, sales, antibióticos y compuestos orgánicos, entre otras sustancias, que
pueden afectar el ambiente. Un estudio advirtió acerca de las cantidades elevadas de
fósforo que impactan de forma negativa sobre napas, suelos y aguas superficiales.
Además, señalaron la falta de normas para tratar los residuos de la actividad que
podrían funcionar como fertilizantes para los campos.

Gran cantidad de feedlots se encuentran en la Pampa Húmeda de la provincia de


Buenos Aires. Aproximadamente, 30% de la oferta de carne del país proviene de estos
sistemas de producción. “Las consecuencias del volumen generado de estiércol y de
efluentes sobre el ambiente aumentan al coexistir con precipitaciones anuales elevadas
y con napas cercanas a la superficie. En este contexto, los establecimientos se
convierten en fuentes de contaminación de aguas superficiales y subsuperficiales, y de
los suelos sobre los cuales se ubican”, señaló Ileana Ciapparelli, docente de la cátedra
de Química Inorgánica y Analítica de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA).

La ley de la provincia de Buenos Aires referida a los engordes a corral no establece


criterios para el tratamiento y la disposición de los volúmenes grandes de estiércol

“En nuestros estudios recientes, observamos que el fósforo avanzó hacia las napas
mucho más rápido de lo que pensábamos. La movilidad de este nutriente en forma
vertical está poco estudiada en la Argentina, pero tiene una relevancia especial ya que
los cursos de agua de la Pampa Húmeda están interconectados y las napas pueden
estar a pocos metros de profundidad”, desarrolló.

Además, resaltó que el exceso de fósforo en las aguas superficiales puede provocar el
crecimiento de algas que enturbian el agua, y que se pueden liberar toxinas si existen
cianobacterias dominando el sistema. Incluso, puede derivar en una situación de falta
de oxígeno en la que los peces, entre otras formas de vida acuática, no logran
sobrevivir”.

Ciapparelli explicó que los animales no pueden asimilar todo el fósforo suministrado en
la dieta. “Por esa razón, sus excrementos tienen una carga alta de fósforo. Entonces,
cuando estos residuos son depositados en exceso sobre la superficie del suelo, se
puede saturar la capacidad de retención de fósforo y se favorece su movilidad con las
precipitaciones”.

Carne intensiva sin reglamentación

“El engorde en pequeñas superficies se hace más rápido. En 90 ó 120 días, el animal
está listo para salir al mercado. Si consideramos un establecimiento con capacidad de
engorde de 10 mil animales por ciclo productivo, con el paso del tiempo se acumula un
gran volumen de residuos sólidos y líquidos”, contó Ciapparelli.
Hace años que la cátedra de Química Inorgánica y Analítica de la FAUBA estudia
experiencias locales para demostrar la necesidad de normativas que regulen los
impactos de los residuos de la actividad

En este sentido, añadió: “Los efluentes producidos por las escorrentías luego de una
lluvia generalmente son dirigidos hacia lagunas de acumulación, aunque no todos los
establecimientos cuentan con ellas o no siempre se encuentran bien diseñadas. En
cuanto a los residuos sólidos, no se sabe muy bien dónde ubicarlos, por lo que se
acumulan en grandes pilas. En ambos casos, representan un foco de contaminación”.

“A pesar de que en el año 2016 salió una ley referida a los feedlots en la provincia de
Buenos Aires, no se establecieron los criterios técnicos para que el productor o los
profesionales que asesoran al establecimiento sepan cómo tratar y disponer estos
residuos sólidos adecuadamente. No se tiene claro si conviene compostarlo o si
aplicarlo al campo como fertilizante”, señaló.

Al mismo tiempo, la docente contó que desde la cátedra de Química Inorgánica y


Analítica de la FAUBA, junto con el equipo de Ana García y con el apoyo de Alicia
Fabrizio de Iorio, con quienes comparte cátedra, hace años estudian experiencias
locales para ver los efectos de estas prácticas en el ambiente. “De esta manera,
podemos demostrar la necesidad de establecer normativas con criterios específicos
para manejar estos residuos”.

La movilidad del fósforo

El fósforo se considera un nutriente poco movil verticalmente en el suelo. Los estudios


revelaron que por factores de los residuos, de clima y de suelo, el fósforo se movió
rápido hacia las napas.

“Numerosas investigaciones estudiaron que el fósforo puede movilizarse por


escorrentía superficial hasta los cuerpos superficiales de agua. Considerando que las
precipitaciones en la región pueden superar los 1500 mm anuales, este macronutriente
puede recorrer grandes distancias”, aclaró.

Además, expuso que el movimiento vertical es menos conocido. “Las partículas del
suelo tienen sitios disponibles para retener –técnicamente, adsorber– el nutriente,
pero los ácidos orgánicos del estiércol ocupan aquellos sitios y compiten con el fósforo.
Entonces, al no quedar retenido, queda expuesto a que el agua lo movilice. Ambos
movimientos –escorrentía superficial y lixiviación o dinámica vertical hacia abajo– se
intensifican con la alta concentración de fósforo que caracteriza a los excrementos de
estos animales”.

¿Fertilizantes para el campo?


“Es posible utilizar como fertilizante los residuos orgánicos de los feedlots, pero es
necesario continuar realizando estudios sitio-específicos, ya que un exceso puede
traducirse en contaminación de napas y cuerpos de agua superficiales, como también
puede generar pérdidas de productividad”, informó.

“Esto es posible con un plan de manejo de nutrientes que considere los requerimientos
del cultivo, las condiciones climáticas del sitio, el aporte de nutrientes de los residuos,
la frecuencia de aplicación deseada y la rotación de cultivos planificada, entre otros
aspectos. Mientras realizábamos un ensayo en el sur de Santa Fe en el 2010,
encontramos que una de las mejores dosis para un cultivo de trigo era de 16 toneladas
por hectárea de estiércol junto a una aplicación complementaria de fertilizantes
inorgánicos. Es importante resaltar que los establecimientos que no planifican la
disposición final de estos residuos están perdiendo una cantidad importante de fósforo
que puede ser útil a nivel productivo y económico”, cerró.

GANADERIA DE PRECISION
La ganadería de precisión es un proceso de obtención y recolección de datos,
automatización de información y procedimientos, en base a la robotización y
miniaturización de tecnología con el fin de generar mayor eficiencia, ahorro de tiempo
en los procesos, manejo sostenible de recursos, mejoras en la competitividad,
reducción de costos y potenciación del agregado de valor y calidad de los productos a
obtener y en todas las etapas del ciclo productivo en ganadería.[1]

Se utiliza la expresión "ganadería de precisión" en un sentido amplio, que incluye un


conjunto de tecnologías aplicadas al sistema ganadero que, mediante la obtención,
procesamiento y transmisión en tiempo real de datos permiten monitorear y controlar
el desempeño individual y bienestar de los animales, a fin de asegurar una gestión
eficiente y sustentable de los recursos disponibles.

A nivel internacional es un proceso que lleva largos años en desarrollo y que ha sido
asociada con denominaciones como Precision Livestock Farming, Ganadería inteligente
o Ganadería 4.0

Beneficios de la Ganadería de Precisión

[editar]

● Optimiza los procesos productivos ya que permite disponer de datos sistematizados


para tomar decisiones en base a una mayor cantidad de información precisa que
integran los procesos desde la detección de preñez hasta la góndola.

● Mejora las condiciones de trabajo de los operativos y los productores. Por lo tanto, se
logra mayor eficiencia productiva y más calidad laboral no solo al facilitar tareas que
exigen altos esfuerzos o mucha demanda de tiempo de dedicación, sino también en la
asistencia de tareas rutinarias..

● Mejora el bienestar animal con monitoreos más precisos. Un mayor control sobre el
comportamiento y el estado de salud de los animales, posibilitando adelantarse a
episodios de enfermedad. Además, permite pasar de una visión grupal de manejo a un
manejo individual y que tendrá desde el punto de vista de la eficiencia una gran
repercusión productiva y económica.

● Hace más eficiente el uso de los recursos de alimentación y agua disminuyendo el


impacto productivo sobre el ambiente ya que aporta a sistemas más sustentables.

Tecnologías y herramientas disponibles

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 Comederos inteligentes: permiten medir el consumo individual de cada animal


y estimar eficiencia de conversión, analizar comportamiento principalmente.[2]

 Balanzas de pesada al paso: permiten registrar el peso de bovinos u ovinos de


manera automática, estimar la fecha de parto o la producción individual, por
ejemplo de lana. Las balanzas pueden ser colocadas en lugares estratégicos,
como zona de ingreso a la aguada o en el lugar donde se suplemente a los
animales y así obtener el peso de cada animal de forma automática. Su
utilización posibilita ahorra el tiempo, que se destina a arrear a los animales.
Esa información se envía automáticamente a una central que se puede acceder
desde el celular o desde web.

 Collares inteligentes: se usa para el seguimiento de animales en tiempo real,


mientras releva información clave para la toma de decisiones en los sistemas
productivos que maneja cada productor.[3][4][5]

 Alambrados inteligentes: Este concepto hace referencia a la posibilidad de


controlar y modificar el comportamiento animal sin la necesidad de contar con
elementos físicos que limiten el desplazamiento del ganado. El funcionamiento
de estos sistemas se basa en la capacidad de modificar el comportamiento de
los animales mediante estímulos.[6]

 Sensores para monitoreos remotos: mediante la instalación de sensores se


puede monitorear y manipular el funcionamiento de aguadas de manera
remota o estimar la producción de forraje.[7][8]

Referencias

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1. ↑ «Ganadería de precisión: las tecnologías que irrumpen con soluciones para
producir más - LA NACION». La Nación. ISSN 0325-0946. Consultado el 20 de
septiembre de 2021.

2. ↑ Raggio, Juan B. (22 de septiembre de 2018). «Ganadería de precisión: yendo


a los comederos inteligentes». www.clarin.com. Consultado el 24 de julio de
2021.

3. ↑ «Ganadería de precisión y collares inteligentes |


Supercampo». supercampo.perfil.com. Consultado el 24 de julio de 2021.

4. ↑ Gorandi, Ezequiel Ricardo; Moltoni, Andres Fernando; Clemares, Nicolas


(2016-09). «Desarrollo y evaluación de un sistema de monitoreo animal
georreferenciado para ganadería de precisión». III Congreso Argentino de
Ingeniería y IX Congreso Argentino de la Enseñanza en Ingeniería, Resistencia,
Argentina, 7 al 9 de septiembre de 2016. Consultado el 24 de julio de 2021.

5. ↑ «Victoria Alonsoperez, la 'pequeña genio' detrás del collar ganadero |


CONtexto ganadero | Noticias principales sobre ganadería y agricultura en
Colombia». www.contextoganadero.com. Consultado el 24 de julio de 2021.

6. ↑ Alvarez, Juan Mauricio (2017-12). Ganadería Inteligente. Usos de la robótica


y los dispositivos inteligentes en el sector ganadero. Asociación Argentina
Criadores De Merino. Consultado el 24 de julio de 2021.

7. ↑ Barker, Z.E.; Vázquez Diosdado, J.A.; Codling, E.A.; Bell, N.J.; Hodges, H.R.;
Croft, D.P.; Amory, J.R. (2018-07). «Use of novel sensors combining local
positioning and acceleration to measure feeding behavior differences
associated with lameness in dairy cattle». Journal of Dairy Science (en
inglés) 101 (7): 6310-6321. doi:10.3168/jds.2016-12172. Consultado el 24 de
julio de 2021.

8. ↑ Castro Costa, Andreia (31 de marzo de 2013). Aplicación de termografía


infrarroja y de sensores de pH y temperatura en rumiantes. Universitat
Autònoma de Barcelona. Consultado el 24 de julio de 2021.

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