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Texto Diagnóstico 1

El documento argumenta a favor de la obligatoriedad del voto, destacando que es un deber cívico y jurídico que asegura la participación ciudadana en la democracia. Se señala que la baja participación electoral bajo un sistema de voto voluntario puede llevar a una falta de legitimidad en las instituciones representativas. Además, se enfatiza que el voto obligatorio promueve la igualdad entre ciudadanos, independientemente de su contexto social o cultural.

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Texto Diagnóstico 1

El documento argumenta a favor de la obligatoriedad del voto, destacando que es un deber cívico y jurídico que asegura la participación ciudadana en la democracia. Se señala que la baja participación electoral bajo un sistema de voto voluntario puede llevar a una falta de legitimidad en las instituciones representativas. Además, se enfatiza que el voto obligatorio promueve la igualdad entre ciudadanos, independientemente de su contexto social o cultural.

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¿Por qué el voto debe ser obligatorio?

Luis Ruz

Esta semana se reinstaló una vieja discusión sobre la pertinencia de la obligatoriedad del
voto, a propósito de quitar la sanción ante la no concurrencia de los electores a sufragar.
Este debate se ha dado en el marco de la discusión legislativa del proyecto impulsado por
el Gobierno, que establece la votación municipal y regional de octubre próximo en dos
días y que también rebaja el monto a desembolsar por el Estado por voto emitido.

Comencemos con una constatación simple, pero obvia. La eliminación de la sanción por
no votar en las próximas elecciones implica, en los hechos, es dejar el voto como
voluntario.

Los defensores del voto voluntario se amparan en dos ideas principales: Primero, que el
voto es un deber cívico, pero no jurídico y, por lo tanto, no debe estar sujeto a ninguna
pena. Y, segundo, que las fuerzas políticas deben ser las encargadas de entusiasmar y de
movilizar a los electores. Estas ideas son comprensibles, pero discutibles.

Para entrar al fondo del asunto, hagámonos una pregunta previa ¿las elecciones son
importantes? Pues bien, no hay duda de que en las democracias representativas son
fundamentales. Es oportuno recordar que el resurgimiento de las democracias
contemporáneas se hace posible mediante el mecanismo de la representación política.
Así, el gobierno democrático contemporáneo depende de la interacción de tres elementos
claves: El parlamento, la representación y las elecciones (sistema electoral). De esta
manera, la participación política se lleva a cabo mediante representaciones
institucionales.

Al respecto, el reconocido politólogo alemán Dieter Nohlen señaló que "las elecciones
representan el método democrático para designar a los representantes del pueblo". Dicho
todo lo anterior, entonces vale la pena preguntarse ¿por qué el voto debe ser obligatorio?
Acá algunas razones que reafirman esta obligatoriedad.

Primero, porque el voto significa no sólo un deber cívico, sino que también un deber
jurídico que supone asumir las decisiones políticas vinculantes en la sociedad. La política
se puede comprender como la gestión del conflicto social, lo que impone una adhesión
que va más allá de la voluntariedad en la vida social. Por todo lo que implica, el voto es un
derecho, pero también un deber para con la comunidad.

Segundo, porque toda democracia requiere la participación real de los ciudadanos a la


hora de elegir a las autoridades que ocupan cargos del Estado. Solo hay que recordar
que, en la última elección municipal, con voto voluntario, la participación alcanzó sólo el
38% del electorado. Hoy tenemos alcaldes en ejercicio que fueron electos con menos del
20% del padrón electoral respectivo. La democracia es un régimen exigente que implica
participación y civismo.
Tercero, porque el voto relegitima a las instituciones representativas. Por ejemplo, cuando
una autoridad es elegida por el 20% del padrón es muy distinto a ser elegida por la
concurrencia del 50% o 60% del mismo padrón, detrás de los candidatos electos hay más
voluntades que implica más legitimidad. La experiencia ha demostrado que la
voluntariedad del voto ha promovido un comportamiento electoral desigual. Así, mientras
bajo el voto voluntario los sectores sociales con mayor capital cultural y social concurren
mayoritariamente a sufragar, en aquellos sectores más vulnerables la participación
electoral es notoriamente inferior.

Seamos claros, ante la crisis de representación política, el voto obligatorio es uno de los
antídotos junto con más y mejor educación cívica y con partidos políticos sólidos y
creíbles. Debemos tener la claridad conceptual y la convicción que la participación
ciudadana es fundamental para la conformación de las instituciones políticas
representativas propias de la democracia. El voto y las elecciones son la expresión
concreta de la soberanía popular.

En simple, el voto es un vínculo único, insustituible y permanente entre las instituciones


del Estado y los ciudadanos. Y, al momento de sufragar, se cristaliza uno de los ideales
democráticos más relevantes. Este dice relación con que somos todos iguales más allá de
toda consideración ideológica, de raza, de credo, de género o de clase.

Aunque parezca contrafactual, el voto obligatorio nos hace iguales y libres. Al momento de
votar, hombres o mujeres, jóvenes o viejos, ricos o pobres, se hace posible esa vieja y
potente idea sobre la cual descansa la democracia moderna, esta es "un hombre, un
voto".

A partir del texto leído, desarrolla y justifica tu opinión sobre este tema.

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