ANÁLISIS SOBRE EL DELITO TIPIFICADO EN EL ART. 241 CP.
- FRAUDE
EN REMATES, LICITACIONES Y CONCURSOS PÚBLICOS
Conducta típica:
Este delito se configura cuando una persona:
Solicita o acepta dádivas o promesas para no participar en los procesos
mencionados.
Intenta alejar a postores mediante amenazas, dádivas, promesas u otros
artificios.
Naturaleza del delito:
Es un delito de peligro abstracto, lo que significa que no se requiere que el
perjuicio efectivamente ocurra, basta con que se genere el riesgo a la libre
concurrencia.
Se trata de un delito común y monosubjetivo, lo que quiere decir que puede
ser cometido por cualquier persona, sin necesidad de una cualidad especial.
Es también un delito de mera actividad, consumándose con la sola
realización de la conducta típica, sin requerir resultado.
Bien jurídico protegido:
Aunque existen diversas posturas doctrinarias, la más sólida considera que lo
protegido es la libre concurrencia o competencia, en el marco de un modelo
de economía social de mercado. El objetivo es asegurar procesos
transparentes y equitativos, sin injerencias corruptas o coactivas.
Medios comisivos:
Corrupción: mediante dádivas o promesas.
Coacción: mediante amenazas.
Fraude: mediante artificios o engaños.
Estas prácticas buscan manipular la participación de los postores, afectando
la equidad y eficiencia del proceso.
Crítica y problemática:
El artículo 241º ha sido criticado por limitarse a sancionar formas “burdas” de
prácticas anticompetitivas, sin incluir aquellas más sofisticadas como la
colusión o acuerdos secretos entre postores. Además, su aplicación judicial
es escasa, a pesar de ser un delito frecuente en la práctica.
Penas:
Privativa de libertad no mayor de 3 años o Multa de 180 a 365 días-multa.
En licitaciones y concursos públicos (no en remates), se puede aplicar
además la inhabilitación para contratar con el Estado por 3 a 5 años.
Conclusión:
El artículo 241° busca garantizar la transparencia, integridad y competencia
leal en procesos públicos, protegiendo la expectativa normativa de una
competencia libre y justa. Sin embargo, su aplicación limitada y su enfoque
restrictivo a ciertos medios típicos limitan su efectividad frente a formas más
complejas de fraude en el contexto económico y administrativo actual.