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Naufragio. Fresard Denisse

El texto narra la experiencia de un naufragio y la transformación de Venecia durante la pandemia, donde la ciudad quedó cerrada y sus habitantes se adaptaron a un nuevo mundo acuático. A medida que la vida en la superficie se detuvo, los vecinos comenzaron a convivir con extrañas criaturas de los canales, creando un nuevo mito sobre la ciudad. La pandemia marcó un cambio irreversible en la existencia de Venecia, que ahora permanece cerrada y solo es recordada por unos pocos.
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Naufragio. Fresard Denisse

El texto narra la experiencia de un naufragio y la transformación de Venecia durante la pandemia, donde la ciudad quedó cerrada y sus habitantes se adaptaron a un nuevo mundo acuático. A medida que la vida en la superficie se detuvo, los vecinos comenzaron a convivir con extrañas criaturas de los canales, creando un nuevo mito sobre la ciudad. La pandemia marcó un cambio irreversible en la existencia de Venecia, que ahora permanece cerrada y solo es recordada por unos pocos.
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Naufragio

Denise Fresard
Desde que pisó la cubierta supo que no llegaría a puerto. Cuando se descolgó la
tormenta, creyó que no sobreviviría. Al abrir los ojos, el sol había herido su piel, el cielo
era intensamente azul, la brisa le pareció un milagro divino, y el hambre y la sed lo
llenaron de alegría.

En El cerco de Venecia
Desde que comenzó la pandemia y se cerraron las fronteras y se confinó a todas las
personas a permanecer en sus casas, algunas ciudades quedaron cerradas para siempre
y sus habitantes ya no son siquiera reconocibles. En treinta y tres meses que Venecia no
permitió la entrada ni salida de personas de la ciudad, sus canales volvieron a ser
transparentes y se pudo ver que extrañas creaturas se habían desarrollado en el laberinto
submarino de sus canales, insólitos muros se perdían en las profundidades y allí, se
asomaban tímidamente aquellos seres.
Los vecinos, habituados al bullicio de la superficie, la luz de los museos y las boleterías,
quedaron desconcertados ante la evidencia. No sabían nombrar lo que veían:
mantuvieron silencio.
Terminó la cuarentena y el confinamiento, pero no se abrieron las puertas de la ciudad,
por precaución contra el contagio y la higiene. Así se familiarizó interactuar con los de
abajo. Era por fuerza natural y necesario. Con el tiempo, fue inevitable que se
entrelazaran sus actividades de producción, e incluso el mestizaje. Así fue como se volvió
normal convivir con aquel mundo acuático. Ahora mismo, lo mismo suben los de abajo,
que bajan los de arriba. Algunos les llaman sirenas, otros simplemente peces y los hubo
que les llamaron ranas, por su condición anfibia. Nunca ha vuelto a entrar ni salir nadie de
Venecia, ni en tren, ni en avión, ni por carretera. Sus puertas permanecen aún cerradas.
Su existencia se va transformando en un mito a medida que sus imágenes van
desapareciendo. Solo quedan algunos que puedan dar fe de haber estado en Venecia, y
ya no podrán volver a verla.
Pandemia
A pesar de estar entre el grupo de mayor riesgo, sabía que morir era parte de la historia y
que el momento de su muerte había sido señalado por su nacimiento
.El país que huye

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