“Año de la recuperación y consolidación de la economía peruana”
Tema:
Tarea Académica II
Curso:
Intervención Psicoeducativa
Docente:
Briceño Hernandez, Roxita Nohely
Estudiantes:
Collantes Jauregui, Antonella
Córdova Chávez, Caroline
Neyra López, Yesmi
Nizama Olaya, Giuliana
Chiclayo, 2025
I. INTRODUCCIÓN
La escuela es uno de los espacios más significativos en la vida de niños y adolescentes,
ya que no solo cumple una función formativa en lo académico, sino también en el
desarrollo emocional, social y moral. En este entorno complejo, los estudiantes pueden
atravesar diversas problemáticas que afectan su rendimiento, su bienestar psicológico y
sus relaciones interpersonales. Factores como la violencia escolar, el bajo nivel de
habilidades sociales, las dificultades emocionales o los conflictos familiares influyen
directamente en la experiencia educativa. Ante estas situaciones, el rol del psicólogo
educativo cobra una importancia central, ya que su intervención oportuna puede prevenir
riesgos mayores y fomentar entornos más saludables y equitativos para el aprendizaje.
Para abordar estas necesidades, se han desarrollado diferentes modelos de intervención
psicoeducativa que permiten actuar de manera eficaz según el contexto y la naturaleza
del problema. Este informe se centra en dos de ellos: el modelo de counselling y el modelo
de programa. El primero se enfoca en la atención individual, ofreciendo un espacio de
escucha activa y orientación personal que fortalece la autonomía, la autoestima y la
capacidad de afrontamiento del estudiante. Por otro lado, el modelo de programa parte de
un diagnóstico institucional y propone acciones planificadas, con objetivos concretos y
participación activa de toda la comunidad educativa, para intervenir en problemáticas más
amplias que afectan a grupos o al conjunto de la institución.
Ambos modelos, aunque diferentes en su aplicación, se complementan en la práctica del
psicólogo escolar, permitiendo abordar situaciones desde distintas perspectivas y con
metodologías adaptadas a cada caso. En este informe se presentará el análisis de casos
reales observados en el entorno escolar, empleando estos enfoques para comprender,
intervenir y reflexionar sobre los procesos implicados en el bienestar estudiantil y la
mejora de la convivencia. Asimismo, se destacarán las características esenciales de cada
modelo y se propondrán estrategias de intervención orientadas a promover una educación
más inclusiva, humanista y centrada en el desarrollo integral del estudiante.
II. DESARROLLO
2.1. Caso 1: Modelo clínico o Counseling
Ana, una estudiante de 14 años que cursa el tercer año de secundaria, ha
comenzado a evidenciar signos preocupantes en su comportamiento escolar.
Según los informes docentes, la adolescente muestra un creciente aislamiento
social, bajo estado de ánimo, desmotivación académica y una notable
disminución en su participación en clase. Estos cambios coinciden con un evento
reciente en su vida personal: el divorcio de sus padres, situación que ha alterado
visiblemente su estabilidad emocional. La combinación de factores familiares
estresantes y la etapa adolescente que atraviesa la coloca en una situación de
vulnerabilidad que requiere atención especializada.
2.2. Caso 2: Modelo de Programas
En una institución educativa de nivel secundario, se ha evidenciado un
preocupante aumento en los niveles de violencia escolar, manifestada tanto de
forma física como verbal entre los estudiantes. Las situaciones más frecuentes
incluyen agresiones entre pares durante los recreos, burlas reiteradas dentro del
aula, exclusión social en grupos de trabajo, e incluso conflictos en redes sociales
que luego se trasladan al entorno escolar. Estas conductas no solo afectan
directamente a los estudiantes involucrados, sino que han comenzado a
deteriorar el clima de convivencia en general, generando tensiones, inseguridad
y un ambiente poco propicio para el aprendizaje. Los docentes, al percibir este
incremento de violencia, expresan sentirse desbordados y poco capacitados para
manejar situaciones de agresión entre alumnos, lo que incrementa su nivel de
estrés y disminuye la eficacia de su intervención. Asimismo, algunos padres de
familia han comenzado a mostrar preocupación por la seguridad y el bienestar
emocional de sus hijos, solicitando medidas urgentes para prevenir
consecuencias mayores. En ciertos casos, ya se han identificado estudiantes con
signos de ansiedad y desmotivación escolar, posiblemente como consecuencia
del ambiente hostil que se vive en algunos espacios del colegio. Esta
problemática no solo refleja fallas en la convivencia cotidiana, sino también la
ausencia de estrategias sistemáticas de prevención y contención por parte de la
institución.
III. ANÁLISIS DE LOS CASOS
3.1. Análisis del caso 1: Modelo clínico o Counseling
3.1.1. Definición del Modelo Clínico o Counseling:
El modelo de counselling se enfoca en proporcionar un acompañamiento
emocional al estudiante, apoyando su desarrollo personal y ayudándolo a
enfrentar de manera autónoma las dificultades que atraviesa. Este modelo
busca fomentar una relación de ayuda profesional, donde el orientador
facilita un espacio seguro y empático para que el estudiante pueda expresar
sus pensamientos y emociones sin sentirse juzgado. El principal objetivo
del counselling es promover el autoconocimiento y la autonomía
emocional del estudiante (Rogers, 1961).
En el caso de Ana, su situación familiar, marcada por el reciente divorcio
de sus padres, ha generado una serie de dificultades emocionales, como el
aislamiento social, la desmotivación académica y la disminución en su
participación escolar. Estos síntomas son comunes en adolescentes que
atraviesan cambios significativos en su entorno familiar, ya que el proceso
de adaptación emocional durante esta etapa puede verse alterado por
factores estresantes como el divorcio. De acuerdo con Erikson (1963), la
adolescencia es una etapa crítica de desarrollo, en la que los jóvenes luchan
por encontrar su identidad. Ana, en este contexto, enfrenta una crisis
emocional que puede estar interfiriendo en su capacidad para desarrollar
una imagen positiva de sí misma, lo que la hace más vulnerable a
experimentar problemas de salud mental y dificultades en su rendimiento
académico.
3.1.2. Características del Modelo Clínico o Counseling:
De acuerdo con Carl Rogers (1966):
- Empatía como base del vínculo: El orientador debe ser capaz de
ponerse en el lugar del otro, comprendiendo sus emociones desde su
propia perspectiva. Esto fortalece la confianza y permite un diálogo
sincero.
- Aceptación incondicional: Se brinda al estudiante un espacio libre
de juicios, donde pueda hablar abiertamente sobre sus emociones, sin
temor a ser criticado.
- Autenticidad del orientador: El orientador debe mostrarse genuino
y coherente en su actuar, para que el estudiante perciba seguridad y
honestidad en el vínculo.
- Fomento del autoconocimiento y la autonomía: El proceso
promueve que el estudiante tome conciencia de sus emociones,
pensamientos y capacidades, lo cual le permite tomar decisiones
responsables y adaptativas.
- Orientación centrada en la persona: La intervención se enfoca en
las necesidades, intereses y capacidades del estudiante, priorizando su
proceso de crecimiento personal y autodescubrimiento, promoviendo
su autonomía y desarrollo integral.
3.1.3. Propuesta de intervención
a. Fase inicial: Establecimiento de la relación de ayuda
• Objetivo: Crear un ambiente de confianza y seguridad donde Ana
pueda sentirse cómoda para hablar sobre sus emociones.
• Acciones:
- Realizar una entrevista inicial para conocer la situación de
Ana.
- Fomentar la escucha activa y la empatía
- Establecer un vínculo terapéutico basado en la confianza, sin
presionar a Ana a compartir más de lo que esté dispuesta a
revelar.
b. Fase de exploración: Identificación de emociones y problemas
• Objetivo: Ayudar a Ana a identificar y expresar las emociones
relacionadas con el divorcio de sus padres y cómo estas afectan su
vida escolar y social.
• Acciones:
- Explorar los sentimientos de tristeza, aislamiento y
desmotivación.
- Utilizar técnicas como la entrevista centrada en la persona para
identificar los factores internos que influyen en sus decisiones
y su comportamiento.
- Desarrollar el autoconocimiento a través de dinámicas que
permitan a Ana reflexionar sobre su situación.
c. Fase de intervención: Fomento de estrategias para afrontar el
problema
• Objetivo: Desarrollar habilidades emocionales y sociales que
ayuden a Ana a lidiar con sus emociones y a mejorar su
participación académica y social.
• Acciones:
- Enseñar técnicas de autocontrol emocional y gestión de la
ansiedad.
- Fomentar la autoestima y las habilidades sociales mediante
actividades grupales o dinámicas de resolución de conflictos.
- Establecer metas alcanzables relacionadas con su participación
en clase y en actividades extracurriculares, ayudando a Ana a
recuperar la motivación y el sentido de pertenencia en el
entorno escolar.
d. Fase de seguimiento: Evaluación y refuerzo de avances
• Objetivo: Evaluar los progresos y reforzar los cambios positivos
en el comportamiento de Ana.
• Acciones:
- Realizar sesiones de seguimiento para valorar la evolución de
la situación emocional de Ana.
- Proporcionar un espacio para hablar sobre cualquier cambio en
su vida personal que pueda estar afectando su estado
emocional.
3.2. Análisis del caso 2: Modelo de Programas
3.2.1. Definición del Modelo de Programas:
Según Ortega Ruiz y Del Rey (2007), los programas de intervención en
convivencia escolar son un conjunto planificado, sistemático y coherente
de actuaciones que buscan modificar situaciones problemáticas, mediante
el desarrollo de habilidades, actitudes y valores en los distintos actores
escolares. Este enfoque es especialmente útil cuando los problemas afectan
a nivel grupal o institucional, como ocurre con la violencia escolar, ya que
permite generar cambios sostenibles a través de la prevención, la
formación y la corresponsabilidad. La situación descrita evidencia un serio
problema de violencia escolar que afecta tanto a los estudiantes como al
clima institucional. Las conductas agresivas físicas, verbales y sociales, no
solo deterioran la convivencia, sino que generan ansiedad, desmotivación
y sensación de inseguridad en la comunidad educativa. Además, los
docentes se sienten desbordados y sin herramientas para intervenir
eficazmente. Esta problemática, por su naturaleza colectiva y reiterada, no
puede ser atendida con acciones aisladas o individuales. Se requiere de una
estrategia formativa organizada que permita identificar las causas,
fortalecer las habilidades socioemocionales, involucrar a toda la
comunidad escolar y promover una cultura de respeto y paz.
3.2.2. Características del Modelo de Programas:
Según Bisquerra (2009) el modelo de programas presenta las siguientes
características:
- Sistematización: La intervención se organiza en fases estructuradas
(diagnóstico, diseño, ejecución, evaluación).
- Carácter preventivo y formativo: No se centra solo en resolver
conflictos, sino en formar a los estudiantes en competencias
emocionales y sociales.
- Participación activa: Implica a todos los actores de la comunidad
educativa (estudiantes, docentes, padres y autoridades).
- Enfoque integral: Abarca tanto lo individual como lo grupal y
organizacional.
- Evaluación constante: Permite mejorar el programa según los
resultados que se obtienen y las necesidades que surgen.
3.2.3. Propuesta de intervención:
a. Fase 1: Diagnóstico
• Objetivo: Identificar las manifestaciones, causas y consecuencias
de la violencia escolar en la institución.
• Acciones:
- Aplicar encuestas y entrevistas a estudiantes, docentes y
padres.
- Analizar registros de convivencia y partes disciplinarias.
- Detectar zonas y momentos críticos (recreos, clases sin
vigilancia, redes sociales).
- Reconocer niveles de estrés y ansiedad asociados.
b. Fase 2: Diseño del programa:
• Objetivo: Elaborar un plan integral de convivencia con metas,
estrategias y responsables claros.
• Acciones:
- Formular objetivos generales y específicos del programa.
- Establecer líneas de acción: prevención, intervención,
seguimiento.
- Incluir talleres socioemocionales para estudiantes (autoestima,
empatía, control de impulsos).
- Planificar capacitaciones para docentes sobre manejo de
conflictos y comunicación asertiva.
- Definir canales de comunicación con padres.
c. Fase 3: Ejecución del programa
• Objetivo: Implementar las estrategias diseñadas y fomentar la
convivencia escolar.
• Acciones:
- Desarrollar sesiones semanales de tutoría y convivencia.
- Ejecutar campañas de sensibilización: “Cultura de paz”, “Yo
respeto”.
- Establecer espacios seguros para la resolución de conflictos
(mediación escolar).
- Activar brigadas escolares de convivencia con participación
estudiantil.
- Realizar reuniones con padres para involucrarlos y
sensibilizarlos.
d. Fase 4: Evaluación y seguimiento
• Objetivo: Valorar los avances, dificultades y el impacto del
programa.
• Acciones:
- Aplicar encuestas de seguimiento.
- Evaluar indicadores: reducción de reportes de violencia, clima
de aula, satisfacción docente.
- Realizar ajustes según necesidades emergentes.
- Sistematizar resultados para sustentar la continuidad del
programa.
IV. CONCLUSIONES
El abordaje de problemáticas escolares requiere enfoques diferenciados según la
naturaleza del caso y el nivel de intervención necesario. En el primer caso, el modelo de
counselling demuestra su pertinencia al centrarse en el acompañamiento emocional
individual, promoviendo la autonomía personal, el autoconocimiento y el fortalecimiento
afectivo de la estudiante frente a una situación familiar adversa. En cambio, en el segundo
caso, el modelo de programas resulta adecuado para responder a una problemática
colectiva como la violencia escolar, permitiendo planificar acciones preventivas,
fortalecer habilidades socioemocionales a nivel institucional y construir una cultura de
convivencia basada en el respeto y la participación. Ambos modelos coinciden en la
importancia de generar espacios seguros, empáticos y formativos, pero difieren en su
alcance: uno actúa desde lo personal, y el otro desde lo sistémico. Integrar estos enfoques
dentro de la práctica educativa contribuye a un desarrollo más integral de los estudiantes
y al fortalecimiento de comunidades escolares emocionalmente saludables.
V. RECOMENDACIONES
• Caso 1 – Modelo de Counselling
- Brindar un espacio de escucha empática y segura para que la estudiante pueda
expresar sus emociones sin temor a juicios, promoviendo un vínculo de
confianza con el orientador.
- Fomentar el autoconocimiento y la autoestima, a través de dinámicas que le
permitan reconocer sus fortalezas personales y reforzar su seguridad
emocional.
- Desarrollar habilidades de afrontamiento y toma de decisiones, para que la
estudiante pueda enfrentar de forma autónoma las dificultades que se le
presenten.
- Coordinar con docentes y padres estrategias de apoyo coherentes, sin vulnerar
la confidencialidad, a fin de generar un entorno más comprensivo y empático.
- Promover la participación activa de la estudiante en actividades que
fortalezcan su resiliencia y sentido de pertenencia, como grupos de apoyo o
proyectos colaborativos, para potenciar su autoconfianza y bienestar
emocional.
• Caso 2 – Modelo de Programas
- Diseñar una estrategia institucional participativa, que involucre a docentes,
estudiantes y familias en la promoción de una convivencia respetuosa y
solidaria.
- Implementar talleres y actividades socioemocionales que fortalezcan la
empatía, el respeto por la diversidad y la gestión pacífica de conflictos entre
los estudiantes.
- Capacitar al personal docente y administrativo en el manejo de situaciones
conflictivas, brindándoles herramientas prácticas para la intervención
oportuna.
- Establecer mecanismos de seguimiento y evaluación continua, para medir el
impacto del programa y realizar ajustes según las necesidades del contexto
escolar.
- Crear espacios de retroalimentación y diálogo con toda la comunidad
educativa para recoger sugerencias y mejorar continuamente las acciones del
programa, asegurando su pertinencia y efectividad.
VI. ANÁLISIS DE SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ENTRE LOS MODELOS DE INTERVENCIÓN
VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Rogers. (1961). Carl Rogers’ Theory. Counselling tutor.
https://counsellingtutor.com/counselling-approaches/person-centred-approach-
to-counselling/carl-rogers-theory/
Erikson. (1963). Erikson's Stages of Development. Verywell Mind.
https://www.verywellmind.com/erik-eriksons-stages-of-psychosocial-
development-2795740
Ortega, R., y Del Rey, R. (2007). La mediación escolar en el marco de la construcción de
la convivencia y la prevención de la violencia. Avances en Supervisión Educativa,
(2).
Rogers, C. (1966). Client-centered therapy/Psicoterapia centrada en el cliente: Práctica,
implicaciones y teoría. 459-459.
Alzina, R., González, M., Vendrell, J., y Martínez, M. (1998). El modelo de programas.
In Modelos de orientación e intervención psicopedagógica. 85-102.