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Castillos y Murallas de La Provincia de Zamora

El libro de Dominique Barthélemy critica el modelo de 'sociedad feudal' y propone una visión de la transición hacia el feudalismo como un proceso gradual, en contraposición a las teorías de cambio brusco. Barthélemy argumenta que la 'revelación documental' sugiere que las transformaciones sociales eran menos violentas y más continuas de lo que se ha planteado en la historiografía dominante. A pesar de su enfoque, algunos críticos señalan que su análisis puede subestimar la complejidad y las dinámicas de cambio que realmente ocurrieron en ese periodo.

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Castillos y Murallas de La Provincia de Zamora

El libro de Dominique Barthélemy critica el modelo de 'sociedad feudal' y propone una visión de la transición hacia el feudalismo como un proceso gradual, en contraposición a las teorías de cambio brusco. Barthélemy argumenta que la 'revelación documental' sugiere que las transformaciones sociales eran menos violentas y más continuas de lo que se ha planteado en la historiografía dominante. A pesar de su enfoque, algunos críticos señalan que su análisis puede subestimar la complejidad y las dinámicas de cambio que realmente ocurrieron en ese periodo.

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RESEÑAS

BARTHÉLEMY, Dominique do en torno al año mil como el del surgi-


~La mutation de l'an mil a-t-elk eu lien. Servage et miento del feudalismo, con una crisis defini-
chevalerie dans la Vrance des Xe etXIe sueles. tiva del sistema de poder público carolingio y
Libraire Arthéme Fayard. la creación de "señoríos banales", en los que
Paris, 1997, 373 pp. se sustancian las relaciones señoriales y los
lazos feudo—vasalláticos. Recogiendo los
La primera frase de este volumen es una estudios de estos autores y sus aportaciones,
declaración de intenciones respecto de su se generó un modelo explicativo que se ha
contenido y de las tesis que en él se defien- venido a denominar "mutación feudal", mo-
den: "La 'sociedad feudal' es una caricatura. delo diverso, donde entraban distintas opcio-
Es un esquema construido en el siglo XIX nes respecto a la mayor o menor violencia, a
para aprehender retrospectivamente un pe- la rapidez del proceso, etcétera, pero siempre
riodo de la historia de Francia —el del eclipse dentro de un esquema que se podría denomi-
de los reyes (y, por tanto, del Estado) y la nar de "crisis del sistema público carolingio y
soberanía tiránica de los feudos". La crítica al auge del feudalismo". El exponente más
modelo de "sociedad feudal" dominante en la conspicuo de esta tendencia es el libro de E.
historiografía francesa y, por ende, en buena Bournazel y J.—P. Poly acerca de la mutación
parte de la europea, es el elemento central de feudal, si bien posteriormente las posiciones
los distintos artículos que se recopilan en este se han radicalizado aún más a partir de la
libro y que D. Barthélemy ha publicado en aparición del libro de G. Bois sobre la "re-
los últimos cinco años. De hecho, los traba- volución feudal".
jos que conforman este volumen representan Si el estudio de G. Bois fue objeto de
una de las críticas más agudas a las teorías una crítica generalizada por la mayor parte de
hasta ahora dominantes en lo que se refiere a los especialistas, ya que se trata de un estudio
los tiempos más tempranos del feudalismo. metodológicamente discutible, no parecía
Las obras de historiadores como G. suceder lo mismo con otras posturas "muta-
Duby, P. Bonnassie, P. Toubert o J—P. Poly, cionistas" más moderadas. Sin embargo, D.
entre otros, se han convertido en un punto de Barthélemy, que pertenece inicialmente a esa
referencia obligado a la hora de estudiar ese escuela (véase su L'ordre seigneurial, X—XIL
periodo, conformando de esta forma un siecle, Paris, Le Seuil, 1990, y téngase en
paradigma que ejerce de modelo para todos cuenta la influencia de P. Toubert en su
los estudios. Se trata de análisis regionales de obra), planteó en 1992, con motivo de la
enorme calidad, cuya lectura es inexcusable. reedición del estudio de E. Bournazel y J.—P.
Aunque no fue el primero en plantearlo, Poly, una crítica al corazón del modelo. La
quizás sea G. Duby, con su tesis sobre el inicial extrañeza que puede provocar este
Macónnais, el autor más influyente; recorde- cambio de postura se matiza por el hecho de
mos que en aquellas páginas definía el perio- que ya G. Duby había matizado sus ideas al

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emprender una revisión del hecho "mutacio- los textos escritos del siglo XI procedentes de
nista" que podría ser más bien una "revela- Saint—Aubin de Angers, que sirve para defen-
ción documental" o "revelación feudal". der la denominada "revelación documental".
Pero volvamos al libro que aquí nos Junto a una mejor conservación de los escri-
ocupa y que se enmarca, por tanto, en la tos, se señala la existencia de un nuevo mo-
actual querella sobre la "mutación feudal". delo de texto, la "noticia", donde se utiliza un
En el artículo que da nombre al libro, publi- nuevo esquema diplomático y una nueva
cado en Ármales en 1992, señala las pautas de terminología, la cual no necesariamente se
su crítica, siendo el principal elemento de ella relaciona con nuevas relaciones sociales, sino
el análisis de las fuentes. Así, se pregunta si la más bien con un ajuste textual de la realidad,
crisis de las instituciones públicas no sería opuesto a los modelos arcaizantes que se
una ilusión nacida de los cambios documen- utilizaban con anterioridad. Frente a la ruptu-
tales, generados al calor de una diversifica- ra, se opta por la continuidad y las transfor-
ción de los textos, de un desarrollo documental, maciones graduales en una sociedad de bases
es decir, la "revelación feudal" que se produ- estables.
ciría poco después del año mil. Desde este Este cambio en los documentos es lo
punto de vista, D. Barthélemy toma partido que conlleva la aparición de términos que
por un "nominalismo" acerca de las trans- entendemos ahora como propiamente feu-
formaciones de determinados términos. A dales, pero cuya realidad debía ser anterior,
partir de ahí, desarrolla una teoría claramente por lo que cabe hablar de "revelación feudal".
de carácter continuista, negando la virtualidad Esta actitud provoca, por tanto, la duda ante
de un ascenso de los "milites" al poder social, lo escrito, la necesidad de realizar siempre un
reduciendo el papel de los esclavos en la análisis interno y externo muy riguroso de
sociedad previa al año mil a un mero estatuto todo texto. De esta forma, se pueden analizar
jurídico (frente a las teorías de P. Bonnassie y los documentos sobre determinados indivi-
G. Bois) que no lleva necesariamente a la duos que se convierten voluntariamente en
servidumbre, rechazando el declive de los siervos, situación que se refleja en los fondos
"alodiarios" libres y repudiando la crisis del conservados de la abadía de Marmoutier, en
"orden público", dado que éste no existía con el Vendóme. La interpretación habitual ha-
anterioridad a la supuesta "mutación", como bría sido la inclusión forzada en la servidum-
demuestra el análisis de las prácticas judicia- bre de grupos no dirigentes, que de esta for-
les, por lo que el binomio público—privado ma pasarían a engrosar las filas de los depen-
sería un anacronismo a la hora de explicar dientes una vez definitivamente destruido el
este periodo. orden esclavista. Por el contrario, no aparece
Estas premisas han sido desarrolladas ningún comercio de hombres, sino que se
en varios trabajos por D. Barthélemy. Cabría trata más bien de "ministeriales", de indivi-
destacar su tesis sobre la pequeña región del duos ligados a la abadía por su trabajo y que
Vendóme francés, donde aplica coherente- de esta forma se inscriben en relaciones de
mente estas teorías (La société dans le comté de clientelismo (donde se integran también de-
Vendóme, de l'an mil au XIV siecle, París, Fa- terminados religiosos seculares), e incluso, en
yard, 1993), pero también los artículos aquí el caso de los oblatos, con una cierta condi-
corregidos se refieren a esa postura. De esta ción contractual, muy alejada de esa suerte de
manera, aparece un análisis documental de nueva esclavitud que sería la servidumbre. De

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nuevo, n o estamos asistiendo a otra cosa que intereses panegíricos de los propios eclesiásti-
a una "revelación documental". cos. D e idéntico m o d o , niega la existencia de
Este tipo de análisis le sirve igualmente una ascensión generalizada de los "milites" y
para criticar al " m u t a c i o n i s m o " cuando de- sostiene que la aparición cada vez más fre-
fiende la ruptura social a través de los textos cuente de la voz "milites" en los documentos
que harían referencia a una transformación es consecuencia de esa "revelación feudal".
del campesinado, anteriormente libre, en una E n definitiva, las hipótesis d e D . Bar-
masa servil, controlada p o r "milites". E n thélemy se centran en postular, p o r lo tanto,
realidad, los "siervos" tenían familias que ya u n cambio m e n o s repentino y brusco hacia el
actuaban c o n cierta autonomía, lejos de una sistema feudal. Frente a una rápida y violenta
esclavitud que sobreviviera hasta el año mil ruptura, se defiende u n proceso de transfor-
aproximadamente. Los ritos y la ideología de m a c i ó n m á s lento y sosegado, de mayor dura-
los siervos eran p r o d u c t o de la sociedad ción y en las que la antinomia público—priva-
postcarolingia y n o una herencia de la Anti- d o n o tiene sentido, ya que n o se puede ha-
güedad (una perduración del esclavismo blar para la época de "poderes públicos" en
clásico, al m o d o de P. Bonnassie), perduran- u n sentido estricto. Para ello se vale de una
d o hasta el periodo posterior al año mil. crítica a los textos a partir de la idea de "re-
Igualmente, el otro polo del binomio es re- velación".
planteado, en el sentido de que n o se p u e d e Estos planteamientos han tenido bas-
hablar del triunfo de los "milites" o d e la tante eco en los círculos de la historiografía
"militarización" de las élites guerreras que medievalista europea, esencialmente francesa
daría lugar a u n proceso violento de feudali- e inglesa, permaneciendo el resto de las es-
zación, ya que la aristocracia siempre había cuelas u n tanto al margen. E s evidente que el
sido militar y el primer caballero era el rey, análisis realizado sobre los documentos de la
p o r lo que la mentalidad caballeresca debía época p o s e e una e n o r m e riqueza y que viene
ser anterior al año mil. Así, la caballería n o a indicar la necesidad de estar siempre aten-
sería únicamente la aparición del "miles", tos, en cualquier investigación, a la crítica
sino que tenía u n a amplia tradición en la textual, n o sólo interna, sino también externa,
época carolingia, cuando los reyes hicieron teniendo siempre presente la función que
uso de ella en sus luchas, pero también en su poseyeron al ser escritos. E s indudable que la
concepción de poder. idea de la "revelación d o c u m e n t a l " obliga a
La Iglesia participó en una lucha p o r el repensar algunas tesis de carácter regional que
p o d e r que, debido al carácter n o violento de n o habían valorado suficientemente estos
las instituciones eclesiásticas, n o se desarrolló aspectos. N o obstante, esta hipótesis tiene
en igualdad de condiciones; de ahí que en algunos aspectos débiles, tal y c o m o recogía
determinadas actas se presente una visión recientemente S. Carocci 1 . T o d o este rastreo
catastrofista de la realidad social que respon- en los d o c u m e n t o s parte de la inutilidad de
de más bien a los intereses de la clerecía. El cualquier explicación social de su cambio,
ejemplo más representativo es la denominada atendiendo sólo a fenómenos de estilo, ade-
"Paz de D i o s " , utilizada p o r las tesis "muta-
cionistas" c o m o muestra de la violencia con-
1
sustancial a la elevación de la casta de los Signoria rurale e mutazione feudale. Una
"milites", p e r o que debía responder a los discussione. Storica, 1997, 8, p . 49-91, especial-
mente p. 68 y ss.

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más de restringirse a una determinada área niveles económico y social. Esta postura nos
geográfica bastante pequeña. Junto a ello, y parece más interesante, dado que plantea la
como certeramente ha señalado S. Carocci, realidad de las transformaciones en un marco
D. Barthélemy aplica en muchas ocasiones un más amplio de cambios sociales, económicos
método retrospectivo, utilizando realidades y religiosos sólo comprensibles en un periodo
documentales posteriores al año mil que más amplio de tiempo.
observa como realmente previas a ese perio- El debate está abierto y no pretendemos
do, sin por ello definir claramente cuál era el aquí realizar una visión de conjunto. Nuestra
diseño del poder local en la época carolingia. impresión es que los excesos de determinadas
En realidad, todo el esfuerzo de D. posturas incluidas en el heterogéneo "muta-
Barthélemy se centra en la negación de la cionismo" han motivado la respuesta de D.
brusquedad del cambio feudal, a costa de Barthélemy. Pero, aun considerando en cierta
llevar el péndulo hacia el otro extremo, manera acertada la idea de la "revelación
apostando por una gradualidad de transfor- feudal", sobre todo porque nos hace pensar
maciones que prácticamente niega la existen- de nuevo cómo era realmente la sociedad
cia de cualquier ruptura a favor de una conti- previa al año mil, nos parece una explicación
nuidad más o menos homogénea. N o es insuficiente que apuesta por una continuidad
extraño que en reiteradas ocasiones recurra a de cambios apenas perceptibles. N o cabe la
la antropología, una ciencia que tiende a las menor duda de que es mucho más fácil pos-
descripciones analíticas de carácter estático, tular la continuidad que la ruptura, y es posi-
es decir, fuertemente "ahistóricas". Es llama- ble que eso esté pasando en relación con este
tiva la práctica negación del cambio, sobre debate, donde se olvida la existencia de nu-
todo cuando sabemos perfectamente que las merosas transformaciones durante este pe-
transformaciones se producen en todas las riodo, quizás no tan bruscas y repentinas
épocas. Más aún, acudir únicamente a la como defiende el paradigma dominante, pero
"revelación feudal" implica minusvalorar el sin duda efectivas e influyentes en los proce-
contenido de las informaciones que nos ofre- sos de feudalización, generando así un perio-
cen estas fuentes y otras apenas utilizadas, do de transición entendido como lucha entre
como es el caso de la arqueología, cuyo valor dos sistemas sociales, es decir, una "pluries-
es minimizado por Barthélemy. tructuralidad contrapuesta".
Pero esa relativización del hecho "mu- Por último, es destacable el práctica-
tacionista", que nos parece necesaria, debe mente nulo efecto de esta polémica en la
observarse desde una mayor duración, ya que historiografía hispana, independientemente
las condiciones han cambiado entre la época de algunos acercamientos puntuales de cier-
carolingia y el siglo XII. Es innegable que ha tos investigadores. Es posible que el debate
existido un cambio político de considerables esté planteado, a pesar de todo, desde una
dimensiones. Ch. Wickham viene advirtiendo perspectiva excesivamente "francocéntrica",
de ello en diferentes aportaciones, señalando sin ocuparse en demasía por la aportación de
cómo es cierto que el ordenamiento carolin- otras escuelas y por los problemas planteados
gio no era plenamente "público", pero tam- por éstas. Se trata de una discusión que ve-
bién que se produce un "reajuste" político mos desde fuera, con cuestiones escasamente
que debe entenderse en clave de adecuación cercanas a las investigaciones que actual-
del sistema político a la feudalización de los mente se desarrollan, a excepción quizás de lo

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que sucede en Cataluña. Pero sería intere- tea que la individualidad debe considerarse en
sante reflexionar sobre estos aspectos to- dos niveles. Por un lado, se encontraría la
mando como base regiones como el norte investigación de la formación del yo humano,
peninsular —donde el profesor J.M.a Mínguez de la personalidad formada en el núcleo del
ha planteado un modelo "rupturista" que colectivo humano, que toma conciencia de sí
entronca con la tradición "mutacionista"- mismo y que establece las relaciones entre él
para enriquecer el debate e incluso nuestra y el colectivo. Por otro, estarían los intentos
propia investigación. de los historiadores por investigar los cami-
nos de la autodefinición de la personalidad y
Iñaki Martín Viso del tipo de conciencia inherente a ella, lo que
lleva a la irrepetibilidad de la propia cultura.
Dentro de este último plano es donde se
GUREVICH, Aaron producen los principales desajustes en cuanto
Los orígenes del individualismo europeo. a la comprensión del individuo y su papel en
Editorial Crítica. la Edad Media.
Barcelona, 1997, 234 pp. Un repaso a la historiografía más cons-
picua revela al autor una serie de carencias en
Aaron Gurevich es uno de los medieva- los estudios, la más destacada de las cuales es
listas rusos más conocidos, entre cuyas obras el "modernismo". Por tal se entiende una
destacan Los orígenes del feudalismo y Las catego- postura metodológica que privilegia la teleo-
rías en la cultura medieval. En sus trabajos desta- logía de los acontecimientos referentes al
ca el interés por lo que se puede denominar la individuo, es decir, que interpreta los hitos a
"historia cultural" desde una perspectiva que partir de su progreso hacia un objetivo de-
abandona los tópicos "culturalistas" que terminado que sería el "hombre moderno", el
dominaban esa rama del conocimiento histó- individuo renacentista, paradigma de la con-
rico. Con estos precedentes, bien conocidos sagración "individualista". Pero las aporta-
por todos, dado que se le puede denominar ciones de J. Le Goff se habrían encaminado
como un "clásico en vida", no es de extrañar hacia un estudio de Impersonalidad, es decir, del
que participe en la colección "La construc- individuo en relación con las condiciones
ción de Europa" que, dirigida por el profesor socio—históricas en las que vive, que moldean
J. Le Goff, nos viene ofreciendo una serie de y cambian al ser humano. A. Gurevich, según
trabajos realizados por especialistas consa- se desprende de la lectura del texto, se inclina
grados. Hay que tener en cuenta que el libro más hacia esta tendencia, aunque en el capí-
que se comenta se escribió en 1994, pero tulo introductorio señala la necesidad de
dentro de un ambicioso plan en el que cola- aunar ambas perspectivas en un discurso
boran distintas editoriales de diversos países antropológico único.
europeos. En cualquier caso, se pretende negar un
El autor aborda una problemática que tópico historiográfico que puede incluirse en
puede resultar un tanto etérea (y probable- la "leyenda negra" de la Edad Media. Se trata
mente lo sea) como es el "individualismo" en del supuesto renacimiento del individuo que
la Europa medieval, es decir, la cuestión de habría tenido lugar a partir del siglo XII, con
cómo y cuándo surgió el "individuo" de la una tendencia que llegaría a su cénit en el
masa social. En este aspecto, Gurevich plan- Renacimiento. Sobre este tópico ya habló J.

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Heers en un precioso libro (La invención de la casi todas las personalidades de los siglos
Edad Media, Barcelona, Crítica, 1995), donde medievales como anómalas, lo cual no parece
el autor se manifestaba contrario a la visión ser cierto, como demuestra A. Gurevich en el
de la Edad Media como un periodo medio- caso de Opicinius de Canistris, un clérigo
cre, oscuro, sumido en la barbarie. Dicho italiano de la primera mitad del siglo XIV que
estereotipo responde en buena medida a las nos ha dejado una serie de obras con un
imágenes generadas por ciertos humanistas fuerte carácter alegórico.
del Renacimiento a fin de enaltecerse a sí Igualmente se debe rechazar la generali-
mismos, pero alcanzará su mayor esplendor a zación excesiva, del tipo del "descubrimiento
principios del siglo XIX, dentro de las co- del mundo y del hombre" en la época del
rrientes romántico—liberales que de esta ma- Renacimiento. En este caso, dicho tópico es
nera denigraban el absolutismo, al cual se le realmente inconsistente, como se demuestra
representaba como defensor del feudalismo. en el caso de Abelardo y Eloísa. Pero en la
Ese espíritu crítico recorre también las pági- base de esa reflexión está una determinada
nas de Eos orígenes del individualismo europeo, opción por un tipo de material histórico y por
como una negación de un tópico que sumer- una determinada interpretación del mismo.
ge a la Edad Media en un estadio similar a lo Así, se observan básicamente las obras de
"tribal", en un sentido peyorativo. algunos grandes artistas, en los que se mani-
Pero no es sólo una diferencia de enfo- festaba esa tendencia. Sin embargo, habría
que, sino que a tal fin deben corresponder que preguntarse hasta qué punto son real-
unos medios. La metodología utilizada habi- mente significativos estos individuos de lo
tualmente por quienes se han preocupado de que era la cultura más generalizada, e incluso
estos temas es también objeto de crítica im- cabría destacar que su obra, considerada
plícita, que se hace evidente en algunos pasa- como algo básicamente personal, está condi-
jes del libro. Así, el autor rechaza totalmente cionada por las condiciones socio—históricas.
el psicologismo, el estudio de los individuos El renacimiento del individuo desde el siglo
de quienes se han conservado sus obras —y XII es una impostura, ya que autores altome-
que son, por lo tanto, las fuentes de todo dievales como Gregorio de Tours y Beda el
análisis de este tipo— a través del prisma de la Venerable poseen un alto orgullo por su
psicología, especialmente del psicoanálisis obra, que además firman, otorgando a aquélla
freudiano. Independientemente de la virtuali- un rasgo de fuerte conciencia individual,
dad de este tipo de escuela para el estudio de como también sucede en el caso de Chrétien
la personalidad, no cabe la menor duda de de Troyes. Por el contrario, se puede estable-
que ésta se crea y adecúa a las características cer una "falsa" individualidad en algunos de
del hombre actual, de la personalidad con- los representantes más importantes del mo-
temporánea, por lo que se estudia a un de- delo renacentista. Dante, por ejemplo, apenas
terminado sujeto sin tener en cuenta su reali- presenta rasgos de su mundo interior y cuan-
dad cultural (y habría que añadir que al histo- do narra la relación que mantuvo con Beatriz
riador no puede servirle fácilmente una inter- mantiene a ésta y a su vivencia en un estadio
pretación que es fundamentalmente ahistóri- alejado de la realidad, muy diferente a la
ca e incluso antihistórica, dado que el tiempo Eloísa de Abelardo o a las damas de la poesía
y el dinamismo son ajenos al psicoanálisis). provenzal. La Vita Nuova es un mundo de
Un análisis de este tipo lleva a considerar a alegorías y símbolos, que se transmite a la

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Divina comedia, en donde la pretensión es largo de las más de doscientas páginas del
reconstruir un cosmos globalizador y no libro se suceden los personajes, todos ellos
hablar del individuo. De igual forma, Petrar- analizados con una perspectiva que mezcla la
ca, a pesar de hablar de su personalidad, no introspección y la inclusión del personaje en
deja entrever sus sentimientos o pensamien- las categorías culturales del momento, a tra-
tos más profundos, sino que se mueve en los vés de una galería que abarca todas las épocas
parámetros de una determinada escuela. E n y buena parte de las regiones europeas. N o
definitiva que el hombre renacentista tampo- obstante, no es un mero ejercicio de erudi-
co estaba libre de una serie de ataduras. ción, sino que se trata de un mecanismo
La necesidad de ir más allá de este tipo generado a fin de poder explicar los objetivos
de reflexiones plantea a A. Gurevich el pro- de la obra.
blema de las fuentes. Frente a una tendencia a El resultado es la negación del tópico
sobrevalorar los escritos pretendidamente del renacimiento del individuo y, sobre todo,
autobiográficos, muchos de los cuales son la necesidad de observar a éste a través de las
auténticas recreaciones de "topos" religiosos, categorías de la cultura propia, en este caso la
señala la conveniencia de utilizar otras fuen- cultura medieval, lo que conecta a este libro
tes y de hacer una crítica a las ya usadas. Un con otra de las grandes aportaciones del
elemento interesante es la inclusión de las autor. Es evidente que lo que se plantea es
sagas escandinavas, escritas en su propia que el individuo en la Edad Media se ve de-
lengua y con una tradición cultural diferente limitado por su propia cultura, por el esfuer-
al mundo medieval clásico. En ellas se obser- zo de asemejarse a un prototipo determinado,
va la existencia de una "individualidad" en los de tal forma que las categorías de la cultura
personajes, por otra parte reales, que actúan medieval constriñen al individuo y lo con-
muchas veces al margen del resto del colecti- vierten en, si se nos permite, "menos plena-
vo, argumentando para ello su "personali- mente individuo", pero no en un "no—indivi-
dad", en algunos casos bastante marcada. N o duo". Es cierto que durante los siglos XII y
deja de ser un aspecto importante la observa- XIII se asiste a una manifestación más evi-
ción que Gurevich realiza sobre las acciones dente de la personalidad, pero Gurevich
de los "héroes" de los Eddas, algunos de los destaca cómo esto puede deberse simple-
cuales cometen actos que ahora entendería- mente al estado y número de las fuentes,
mos como de traición, así como escenas de mucho más pobres en la Alta Edad Media.
violencia inusitada. Sin embargo, hay que De hecho, la "penetración más profunda en
tener en cuenta los valores que poseía la los secretos de la propia alma son las Confesio-
sociedad escandinava, donde la violencia era nes de Agustín" (p. 212), donde se mezclan
un medio reconocido y valorado de fama y de biografía y personalidad, en una síntesis dife-
poder. Por esta misma senda, y sin olvidar los rente de la que nos proporciona, por ejemplo,
textos "autobiográficos" (como el de Abelar- Petrarca.
do y Eloísa), utiliza otras fuentes como los En cualquier caso, la manifestación de la
sermones o los cuentos de la literatura y, personalidad y de la individualidad fue un
aunque restringido a los textos conservados y proceso que hubo de superar numerosas
emanados de los intelectuales de la época —tal barreras, entre las que destaca el cristianismo,
y como reconoce—, se adentra en un análisis cuyo rigorismo obligaba a la represión y re-
sobre la personalidad. De este modo, a lo signación del individuo. Es importante, por

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tal motivo, acudir a textos como las sagas sino indirectas. Es muy posible que tuviera
escandinavas, protagonizadas y narradas un cierto parecido a lo que nos ofrecen las
oralmente en un medio pagano o reciente- sagas escandinavas o a los cuentos bajome-
mente cristianizado, donde las categorías del dievales, escritos por miembros de la alta
cristianismo aún no se han implantado so- cultura, pero no es posible determinarlo con
cialmente. De todos modos, esto no significa seguridad. A. Gurevich es consciente de esa
ausencia de individualidad, sino que ésta se limitación, por lo que sus conclusiones deben
enmarca en unas categorías culturales deter- tomarse siempre con cuidado, aunque en
minadas que no son semejantes a las nuestras. todo caso niegan la virtualidad del tópico
Tal valoración se plantea, aunque no se sobre el "renacimiento" del individuo. A
explicite, como una revisión de la "oscuri- pesar de la negación de las generalizaciones,
dad" altomedieval, un periodo condenado el autor ha de recurrir a ellas a través del
por bárbaro, inculto, peyorativamente rural, análisis de una serie de casos, dado que no es
un amplio "saeculum ferri" presidido por un posible funcionar de otra manera. Pero, al
estadio semisalvaje, con extrañas costumbres. menos, es consciente de ello y sitúa al lector
Por el contrario, tales costumbres, entre las ante ese problema.
que hay que incluir las políticas, se generan en La dificultad de tratar un tema bastante
un medio determinado y en unas condiciones espinoso y teórico no es un obstáculo para el
socio—históricas que no se pueden dejar de autor. E n ese sentido, el libro supone una
lado. Gurevich proporciona una visión dife- aportación excelente dentro de los plantea-
rente a partir de un aspecto parcial, situando mientos de una "historia cultural" que hunde
lo religioso y lo mágico en su papel sin por sus raíces en la imposibilidad de separar a los
ello tratar de definir a los hombres y mujeres sujetos culturales de sus condiciones socio-
del periodo mediante esos tópicos. Para ello, históricas, o lo que es igual, en la necesidad
nada mejor que observar cómo siguen fun- de contemplar la cultura dentro de un marco
cionando buena parte de esos valores en de relaciones sociales amplio y no como una
periodos posteriores, incluso entre autores creación plenamente individual.
plenamente considerados como renacentistas.
Sin embargo, a la hora de conseguir su Iñaki Martín Viso
explicación ha de recurrir a sólo una mínima
porción, aquélla que se nos ha transmitido, de
la herencia cultural medieval, centrada en un LARREA, Juan José
grupo muy definido entre los que son mayo- 1M Navarre du IV au XII1 siécle. Peuplement et
ría los clérigos, al fin y al cabo los intelectua- société.
les por antonomasia durante buena parte de DeBoeck Université.
la Edad Media. ¿Hasta qué punto las catego- Paris-Bruxelles, 1998, 651 pp.
rías culturales, marcadamente influidas por el
cristianismo, actuaban con mayor fuerza en Nos encontramos ante una interesantí-
estos personajes, por lo que su estudio no es sima obra de Juan José Larrea, fruto de su
representativo de la sociedad, especialmente tesis doctoral, titulada Peuplement et société en
de la altomedieval? Es cierto que hay otra Navarre de la fin du monde romain a l'áge féodal
cultura, la popular, difícilmente rastreable y (IVe-XIIe siécles), y leída en la Universidad de
que apenas nos ha dejado huellas directas, Toulouse en mayo de 1994. Si bien el espacio

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geográfico no es muy grande, el que irá ocu- para el territorio estudiado, sino la historia
pando a lo largo de estos siglos el reino de comparada, realizada con otras regiones y
Pamplona—Navarra, el período cronológico sí zonas europeas y, especialmente, peninsula-
es muy amplio, pero ello no impide al autor res. Tampoco se olvida la evolución de los
realizar un exhaustivo acercamiento al tema. núcleos urbanos, ni de los poderes existentes
La evolución de Navarra en estos siglos será en cada momento.
fundamental para su devenir histórico: de una Una serie de aportaciones, de gran im-
sociedad romanizada, en crisis, saldrá un portancia para conocer este período y zona
reino totalmente feudalizado y vinculado a la geográfica, realiza el autor. Abre nuevas vías
casa francesa. de debate sobre la feudalización de Navarra,
A lo largo de más de 600 páginas el en un período menos estudiado por los me-
autor va a ir acercándonos a la evolución de dievalistas que los siglos posteriores, atre-
la sociedad navarra en este largo período. viéndose a romper algunos mitos de la histo-
Después de una breve introducción, en la riografía, defendidos hasta hace algunos años
que, además de los condicionamientos geo- por los historiadores del Reino de Navarra y
gráficos, presentes en muchas tesis doctora- todavía hoy por algunos autores (véase, por
les, se realiza un acercamiento a la historio- ejemplo, la reciente obra de T. Urzainqui y
grafía y a los problemas que pueden plantear- J.M.a Olaizola, La Navarra marítima, Pamplo-
se en el estudio que seguirá, nos encontramos na, 1998). Para la primera parte presenta el
con las cuatro partes que articularán la obra, autor la tesis, muy interesante y valiente en mi
partes que corresponden a las diversas etapas opinión, de unos grupos de población empo-
que el autor encuentra en el estudio de la brecidos, que buscan en la rapiña un medio
Navarra alto y plenomedieval. La primera de de subsistencia y no la indomable fuerza
ellas abarca el período comprendido entre el expansiva de los "feroces vascones", a los
Bajo Imperio, retrotrayéndose incluso hasta que ningún poder ha sido capaz de someter.
el siglo I, y la invasión musulmana, con las También analiza otra idea, extendida, no sólo
consecuencias que esto tendrá en la zona entre medievalistas de hace algunas genera-
pirenaica. La segunda parte, denominada por ciones, de las pervivencias tribales entre los
el autor "la edad prefeudal" abarca el período vascones. Para J.J. Larrea la combinación
comprendido entre el siglo IX y comienzos entre elementos tribales y las pervivencias de
del X. La tercera estudia el período, cronoló- la Tardoantigüedad pueden explicar la feuda-
gicamente fechado por el autor, aproxima- lización del reino de Pamplona, ya que el
damente, entre los años 1035 y 1076, en que autor constata cómo está presente la herencia
las viejas estructuras se rompen, dando paso a de la tardoantigüedad, patente en los com-
la cuarta parte, en la que Navarra aparece ya portamientos de las élites.
plenamente feudalizada, llegando en el análi- Para la segunda parte, los críticos años
sis hasta mediados del siglo XII. que giran alrededor del Año Mil, resulta ex-
Una serie de similitudes, que permiten celente el análisis de los fundamentos del
comparar las diversas etapas, se presentan en poder monárquico, acompañados de abun-
la obra. Es fundamental el estudio del mundo dante documentación que apoya la investiga-
agrícola. En todos los casos se muestra el ción del mismo. Junto a ello, y totalmente
amplio conocimiento, por parte del autor, no incardinado, se encuentra el análisis de las
sólo de las fuentes y bibliografía existentes diversas formas que va tomando la feudalidad

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en los territorios que conforman el reino es una lástima que no pueda ser consultada
(valles pirenaicos, cuenca de Pamplona y en castellano, y que, seguro, permitirá a éste
zona de frontera). En ningún caso olvida el acercarse más a la historia de un reino que,
autor otras zonas peninsulares. La historia además de pequeño, resulta muchas veces
comparada, tan enriquecedora, está, en todo olvidado en la historiografía peninsular.
momento, presente en la obra. Estas trans-
formaciones imprimen un nuevo carácter a la Soledad Tena García
sociedad, analizado metódicamente por el
autor. La conclusión es clara: hacia el Año
Mil Navarra es muy similar al resto de Euro- T O FIGUERAS, Lluís
pa Occidental. Familia i hereu a la Catalunya nord—oriental (segles
La última parte de la obra está destinada X-XII).
a analizar los sucesos que, entre la muerte de Publicacions de l'Abadia de Montserrat.
Sancho II y el asesinato de Sancho "el de Barcelona, 1997, 407 pp.
Peñalén" convulsionan al reino. La aristocra-
cia está tomando el mando en Navarra, al El "hereu" constituye una de las institu-
igual que en otros territorios, de nuevo no ciones más representativas del antiguo dere-
olvidados por el autor. La desmembración del cho hereditario catalán. Se trata de un tipo de
patrimonio regio, la privatización de las anti- transmisión de bienes mediante el cual un
guas circunscripciones públicas, el acapara- solo hijo (el "hereu") recibe lo esencial del
miento de funciones públicas, convertidas en patrimonio, normalmente con ocasión de los
privadas, poco a poco, por la aristocracia esponsales, cediendo de manera indivisa los
navarra son todos ellos elementos de un bienes de la familia. De esta forma, el resto
mismo fenómeno. La mutación feudal es, de los hijos se ven abocados a casarse fuera o
igualmente, apreciable en Navarra, con una mantenerse solteros dentro del hogar pater-
cronología muy similar a otras zonas vecinas. no, mientras los padres conviven con el "he-
Finalmente, J.J. Larrea estudia las con- reu" y su esposa siguiendo unas reglas prees-
secuencias que sobre el campesinado tuvo tablecidas. Por tanto, nos hallamos con un
este cambio en las estructuras de poder nava- tipo de transmisión hereditaria de bienes que
rras. La concentración del poblamiento en el privilegia la familia patrilocal, muy cercano a
sur, al contrario que en el norte, donde se lo que en el País Vasco se entiende por "de-
mantienen viejos hábitats, de nuevo un fe- recho de troncalidad". Desde el siglo XIII se
nómeno que el autor extrapola al resto del encuentra ya formalizado y se vuelve rutina-
viejo continente: lo mismo ocurrió en otras rio en las actas notariales, pero se ha supuesto
zonas montañosas y en las llanuras feudaliza- un origen muy anterior que remontaría a la
das. Alta Edad Media.
Todo ello aparece ilustrado con nume- A partir del "hereu", Lluís To realiza un
rosos gráficos y mapas, realizados con exqui- interesante análisis que supera los límites de
sito detalle, y que en ningún caso resultan la historia del derecho. Es evidente que el
decorativos. Sirven para ilustrar con claridad tema es propicio para ser estudiado desde esa
los fenómenos estudiados por el autor. disciplina, y así se ha hecho en distintas oca-
En suma, una obra valiente y de exce- siones. N o obstante, sólo un trabajo que
lente factura que no defraudará al lector, que incluya otras variantes no estrictamente pro-

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cedentes del derecho puede proporcionar una cial. Así, el eje es la denominada "mutación
visión más compleja, es decir, una explicación feudal" que se opera en Cataluña durante el
no tanto técnica, sino sobre todo social, his- siglo XI, siguiendo en este aspecto las teorías
tórica de cómo, por qué y en qué momento de P. Bonnassie y de J.M.a Salrach. Estos
se generó o formalizó este derecho. El tra- autores —en especial gracias a la tesis del
bajo del autor intenta —y consigue— llevar a primero— defienden la ruptura del régimen
cabo un esfuerzo de comprensión de este antiguo, basado sobre todo en el desarrollo
tipo gracias a la combinación de elementos de la "potestas publica" que se sustentaba
propios de la historia del derecho, aspectos sobre un campesinado libre, mediante una
relacionados con la prosopografia y, sobre usurpación más o menos violenta por parte
todo, una apuesta por la interrelación de las de los grupos militares inferiores, que daría
estructuras sociales y su dinamismo a la hora pie a un nuevo sistema social basado en la
de entender el "hereu". Esta metodología sujeción del campesinado a los señores, a
parece bastante acertada y aleja el tema de un quienes ha de pagar las rentas, y en la forma-
estricto contenido de carácter jurídico, para lización de una red de vínculos feudo—vasa-
resaltar que las instituciones de cualquier tipo lláticos que articulan la organización del gru-
deben siempre integrarse en las explicaciones po aristocrático y su inclusión en el poder
sobre el conjunto social. monárquico.
La tesis central de este trabajo, que es La situación previa a 1030 —fecha apro-
un resumen de la tesis doctoral de Lluís To, ximada del inicio de las "hostilidades feuda-
es que el "hereu", lejos de proceder del pe- les"— se basaba en esa "potestas publica". La
riodo altomedieval, es una forma de transmi- unidad de poblamiento estaba compuesta por
sión de bienes impuesta por los señores a los las villas y villares, cuya proliferación denun-
campesinos y ajustada a las necesidades de cia un crecimiento de la población difícil-
aquéllos, generándose como tal a partir del mente cuantificable. Pero no eran únicamente
siglo XI y aumentando su papel en la centuria una unidad demográfica, sino que además
siguiente. Para ello, hace uso de las abundan- actuaban como las unidades básicas del ejer-
tes y ricas fuentes catalanas que le proporcio- cicio del poder público, tanto en el aspecto
nan noticias no sólo sobre testamentos, sino judicial como en el fiscal, formando parte
también acerca de otros aspectos que se intrínseca de la articulación de dicho poder.
relacionan con la evolución social. La ex- Junto a tales localidades, existían algunos
traordinaria cantidad de documentos para "masos" (sing., "mas") que estaban vincula-
esta época le hace reducir su espacio de estu- dos a las grandes propiedades dispersas de
dio a la Cataluña nororiental, es decir, los algunos miembros de la más alta aristocracia,
condados de Gerona, Ampurias, Peralada, donde habitaba un campesinado dependiente
Besalú y Rosellón, un área algo menos cono- e incluso esclavos. Las villas, por el contrario,
cida que el condado de Barcelona por quienes eran comunidades de campesinos alodiarios,
no investigamos directamente la Cataluña no igualitarias, ya que se detecta la presencia
medieval. de élites como los "boni nomines". Sin em-
El desarrollo de esta tesis puede marcar- bargo, tales élites no conformaban un grupo
se por un hito que hace de separación entre de poder estable en las villas, sino que se
dos periodos, que a su vez se definen a través mantenía en toda actividad judicial o fiscal
de dos formas distintas de organización so- una participación del resto de la comunidad.

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Otro aspecto se refiere a la estructura de instituciones como la parroquia y el "mas".


las familias. Domina completamente la fami- Éste último se identifica, al igual que sucede
lia nuclear, en la que el hombre tenía la pri- con el solar castellano—leonés, con el edificio
macía en cuanto a la propiedad y la participa- y la explotación rural llevada a cabo por una
ción en el colectivo sobre la mujer, como familia. Los "masos" se convierten en la
demuestra el autor recurriendo a técnicas de unidad básica del señorío banal, en los ele-
reconstrucción familiar. Se observa también mentos donde se ejecuta el proceso de ex-
un mercado de tierras que parece ser el prin- tracción de renta, lo que implica además un
cipal mecanismo de adquisición de bienes, control señorial sobre la movilidad de los
por encima de las herencias. Las tierras ob- habitantes a fin de evitar que el "mas" no esté
jeto de este mercado debían proceder mayo- ocupado.
ritariamente de las "aprisiones" realizadas Este cambio se conjuga con otro apre-
entre el siglo IX y la primera mitad del X, ciable en los grupos aristocráticos, en los que
cuando se experimenta un retroceso en dicho se impone un modelo de sucesión testamen-
expediente y un aumento de la compraventa; taria basado en la desigualdad y la primoge-
en cambio, las tierras alodiarias difícilmente nitura. Se utiliza el mecanismo de la mejora,
se podrían vender en ese mercado. pero se hace igualmente uso de los lazos
Esta situación marca unas tendencias en feudo—vasalláticos como una forma de inte-
la herencia, que está ligada siempre a la ley grar los patrimonios y evitar su desintegra-
visigótica. Se aprecia la existencia de tres ción. Por otro lado, la mujer pierde toda
tipos que conviven a un mismo tiempo: la capacidad de influencia sobre los bienes des-
herencia igualitaria, la desigual y el "premor- de el momento en que la dote se hace bási-
tem", es decir, las donaciones y ventas a los camente fija y transmisible a los hijos, no
hijos antes de la muerte. Predomina este correspondiendo en exclusiva a la mujer.
último tipo, mediante el cual los hijos podían La tendencia a un modelo de herencia
instalarse por su cuenta, aunque Lluís To desigual se transmite también a los campesi-
considera que también puede estar denun- nos, pero no por una mimesis cultural, sino
ciando la intención de integrar a los hijos en por las circunstancias sociales que están ac-
la gestión del patrimonio paterno sin destruir tuando. Una vez acabada toda posibilidad de
la unidad. De igual forma, es dominante la adquisición de nuevas tierras donde asentarse
familia neolocal, reflejada en la antroponimia las familias neolocales, se impone la herencia
que rara vez incorpora el apellido del indivi- como principal forma de acceso a la propie-
duo. Estas condiciones favorecen las opcio- dad, más bien posesión, de la tierra. Y es aquí
nes de la mujer, que recibe una "dote inde- donde surge el "hereu" como una fórmula
terminada" y que detenta derechos secunda- adecuada, ya que, por un lado defiende la
rios en el patrimonio masculino. integridad del patrimonio familiar, pero sobre
Los cambios derivados de la implanta- todo impide la fragmentación y / o abandono
ción del sistema feudal y del "señorío banal" de la unidad básica de renta: el "mas". Tal
conllevarán transformaciones de considerable situación es también evidente en el caso de
importancia. Los campesinos alodiarios libres los contratos agrarios. Se consigue así la
van a ir desapareciendo paulatinamente a existencia de un solo titular que permanece
medida que se endurece el régimen señorial. siempre, de generación en generación, apega-
La villa deja de ser central a favor de otras do a la territorialidad familiar y vinculado al

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señor, lo que se refleja incluso en la antropo- absoluto explicar tal proceso, por lo que
nimia, en la que se incluye el "mas". recurre al paradigma dominante, lo cual,
En consecuencia, el "hereu" se adecúa a cuando se trata de autores como P. Bonnassie
las necesidades señoriales de explotación o J.M.a Salrach, no deja de ser una opción
feudal. En ese mismo sentido, la necesidad de consistente. Ahora bien, la descripción de las
una garantía de ocupación permanente del comunidades pre—feudales nos parece excesi-
"mas" y, en consecuencia, de la renta, explica vamente alejado de cualquier lazo señorial y
la aparición de la "remenea", con el objetivo sinceramente nos parece difícil entender
de restringir la emigración de los habitantes y cómo rápidamente ese complejo se viene
fijarlos al territorio. abajo, ni nos queda muy claro qué papel
La exposición de las teorías de Lluís To jugaba la aristocracia (alta y baja) en todo este
es necesariamente esquemática y algo pedes- entramado social.
tre, por lo que buena parte de la riqueza de En el caso de las prácticas de transmi-
análisis que posee el libro queda apenas explí- sión sucesoria de bienes todo ello queda
cita en esta reseña. A pesar de ello, cabe des- patente. Con independencia de que se ad-
tacar que, frente a una mera explicación téc- vierte un cambio en las opciones, es claro que
nica de lo que podía ser un derecho de suce- lo que no se produce es un cambio en las
sión testamentaria, nos encontramos con una tipologías, sino en el dominio de cada una de
explicación compleja, sugerente, en la que se ellas. Esto nos parece una metáfora de lo que
enlazan distintos aspectos que se conectan podría ser la feudalización: la intensificación y
entre sí, generando una red de interrelaciones dominancia de una determinada opción pre-
que supera el estrecho marco de la historia existente, lo que conlleva a una modificación
del derecho o de las instituciones. Por el sustancial de su contenido respecto del pe-
contrario, aquí el "hereu" es algo histórico, riodo anterior. Pero esas reflexiones quizás se
dinámico, un elemento representativo de un salen del marco que nos presenta el autor,
modelo social y, por lo tanto, una construc- cuya mirada se centra en otros aspectos.
ción social que adquiere su pleno sentido en Por lo tanto, el libro de Lluís To es un
unas condiciones determinadas. Todo ello interesante y sugerente acercamiento a un
nos aleja de lo ahistórico a favor del dina- problema inicialmente jurídico, pero que se
mismo. transforma en algo mucho más complicado,
Es destacable además, aunque sólo más social, gracias a la incorporación de otros
haremos una breve mención a ello, la existen- elementos ajenos a esa problemática. D e esta
cia de un trabajo de reconstrucción de fami- forma, el "hereu" se transforma en parte del
lias admirable, que, si bien la documentación entramado feudal catalán, donde cobra su
lo permite, no deja de ser una operación significado, superando así los modelos de
compleja. N o es un ejercicio aislado dentro análisis "tecnicista" para realizar una explica-
del conjunto del volumen, sino que conforma ción mucho más rica y compleja.
un aparato crítico de indudable valor.
Quizás haya que considerar como más Iñaki Martín Viso
opinable, desde la periferia en cuanto a la
temática, la apuesta decidida por un brusco
corte social como consecuencia del feudalis-
mo. Evidentemente, Lluís To no pretendía en

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CÁRCEL ORTÍ, M. a Milagros (ed.) Vocabulario a diversos idiomas: catalán,


Vocabulaire International de la Diplomatique. danés —sólo términos especiales—, húngaro,
Universitat de Valencia. neerlandés, portugués, rumano y checo, y
Valencia, 1997, 308 pp. finalmente trece índices alfabéticos, uno por
cada idioma de los utilizados a lo largo del
El Vocabulaire International de la Diploma- trabajo, de todos los términos anotados, lo
tique se publicó en 1994, pero se agotó tan que permite su pronta localización.
rápidamente que, sólo gracias a esta segunda Hasta aquí, la descripción formal de la
edición corregida, editada nuevamente por la obra. N o obstante, de esta lectura creo que
profesora Cárcel Ortí, hemos podido acer- puede ya desprenderse la enorme importancia
carnos y conocer este trabajo. y utilidad de este instrumento de trabajo no
Se trata de una obra colectiva, realizada sólo para paleógrafos y diplomatistas, sino
a lo largo de unos quince años de trabajo en especialmente para historiadores, medievalis-
congresos y coloquios de la Comisión Inter- tas y modernistas, que son quienes entran en
nacional de Diplomática. Se propusieron sus contacto directo con la documentación a la
miembros lograr una normalización de los hora de hacer sus investigaciones. Y, si las
términos utilizados por los diplomatistas en definiciones sirven para fijar conceptos, no
sus publicaciones, lo que permitiría una com- menos útiles resultan las traducciones de los
prensión universal de los mismos, con inde- distintos términos a aquellos idiomas que
pendencia de la lengua en que se dieran a pueden resultar más próximos a los investi-
conocer éstas; pretendían hacer más fácil la gadores, dependiendo de los ámbitos de
labor de cualquier historiador que manejara trabajo, porque, en muchas ocasiones, el
las fuentes documentales. desconocimiento de ciertos tecnicismos hace
Así, se han elaborado unas definiciones difícil, cuando no confuso, el manejo de
muy precisas, en general breves, pero, si la fuentes en idiomas ajenos. En suma, un ex-
ocasión lo requiere, se alargan para señalar celente e imprescindible trabajo, en el que
matices o variantes adecuados, para aquellos también es de destacar el papel que como
términos de uso común en la Diplomática editora del mismo corresponde a la profesora
general y también, en menor medida, en la Cárcel Ortí, que no ha dudado en asumir la
Archivística, el Derecho, la Sigilografía y la tarea de reeditar una obra, seguramente cons-
Cronología, al ser algunos de ellos esenciales ciente de que la comunidad científica se lo
para el diplomatista. Constituyen 641 entra- agradecerá.
das en torno a ocho epígrafes que tratan de la Por su relación con lo arriba dicho
tradición documental, la forma y elaboración —tema y autora-, no querría terminar sin dar
de los documentos, su naturaleza jurídica y noticia de la existencia de un trabajo, igual-
diplomática, etc. Dado que el trabajo se ha mente útil para cuantos se dedican a la do-
redactado en francés, además, en los casos en cencia e investigación históricas, de la profe-
que puede resultar significativo, se han añadi- sora M.a Milagros Cárcel Ortí que lleva por
do las palabras que, en otros idiomas: inglés, título 1M enseñanza de la Paleografía y Diplomáti-
alemán, español, italiano o latín, se utilizan ca. Centros y Cursos, publicado en Valencia en
para designar esa misma realidad. 1996. Recoge la situación de la enseñanza de
Como apéndices encontramos unas la Paleografía, la Diplomática y de otras cien-
traducciones sistemáticas de los términos del cias y técnicas historiográficas en veintidós

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países europeos, once americanos y otros intervenido reconocidos especialistas, con-


doce países pertenecientes a los restantes formándose de esta manera como un escena-
continentes. Además hace un balance de la rio en el que se han planteado y plantean
situación de los estudios de Paleografía y muchos de los problemas acerca de esta
Diplomática en las Universidades españolas, época tradicionalmente oscura, añadiendo
tanto en los estudios de Licenciatura como de nuevas hipótesis y problemas. En esencia,
Doctorado, y a esto añade, en anexos, rela- este proyecto, del que se han publicado in-
ciones de profesorado y planes de estudios. formes y artículos diversos, ha servido para
Finalmente se dan las direcciones de diversos observar la importancia que pueden llegar a
centros de enseñanza dedicados a estas mate- tener los datos arqueológicos cuando éstos
rias, tanto de España como del extranjero. son tratados con rigurosidad y sin desdeñar el
Aun cuando se trata de una primera aproxi- debate historiográfico. Sin duda se puede
mación al tema, la obra merece ser conocida hablar de uno de los hitos metodológica-
al menos en los ámbitos universitarios, ya que mente más interesantes y atrayentes en la
puede orientar e informar debidamente a actual investigación sobre la Alta Edad Me-
cuantos estén interesados en el tema, lo que dia.
hasta ahora resultaba imposible al carecer de R. Hodges articula en esta obra un dis-
publicaciones con estos objetivos, por lo que curso sobre San Vincenzo al Volturno que
es muy de agradecer su iniciativa y el esfuerzo recoge precisamente un resumen e interpreta-
que ha realizado en este sentido. ción de los hallazgos hasta ahora encontra-
dos. El libro se inicia con un par de capítulos
M.a Luisa Guadalupe Beraza introductorios que sirven al lector para fijar la
localización e importancia del lugar y lo que
se sabía de San Vincenzo a través de las
H O D G E S , Richard fuentes escritas, en especial del Chronicon
Ught in the Dark Ages. The rise and fall of San Vulternense, escrito a mediados del XII por un
Vincenzo al Volturno. monje del monasterio. Posteriormente se
Duckworth. lleva a cabo la labor propiamente de análisis
London, 1997, 231 pp. en dos niveles: uno "micro", centrado en el
yacimiento de San Vincenzo al Volturno, y
San Vincenzo al Volturno fue uno de otro "macro", a través de la relación entre el
los monasterios más importantes de la época cenobio y el contexto histórico en el que se
altomedieval en toda Europa. Situado en la mueve.
región de Molise, en el sector centromeridio- El análisis del yacimiento comienza
nal de la península itálica, a pocos kilómetros antes de la creación del monasterio a princi-
de distancia del núcleo de Montecassino, en pios del siglo VIII por parte de tres monjes
la actualidad ha sido objeto de una rigurosa procedentes de Benevento. Así, se ha descu-
excavación dirigida por el propio R. Hodges, bierto la existencia de un potente estrato
un arqueólogo conocido por sus aportaciones prerromano, concretamente samnita (es de
al debate sobre la Alta Edad Media europea. especial relieve la presencia de una necrópo-
El proyecto de San Vincenzo ha tratado de lis), que puede sustentar la hipótesis acerca de
vincular la información arqueológica con una la identificación de esta zona con la supuesta
interpretación de tipo histórico, en la que han "civitas" de Samnium. N o obstante, la ocu-

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pación humana se mantiene en la época ro- construcción realizada por maestros reputa-
mana, floreciendo en el periodo bajoimperial dos, como se desprende de los frescos que se
una "villa", que incluye un edificio probable- han conseguido rescatar. Igualmente se utili-
mente destinado a funciones cultuales. La zaron materiales de época romana en la
crisis del sistema vilicario trae consigo una construcción (spo/ia), aunque en menor medi-
reorganización de los asentamientos mediante da de lo que sucedió con San Vincenzo Mi-
la reformulación de las funciones de los edifi- nore. Esta impresionante iglesia era el centro
cios —algo que ya señaló hace tiempo J. Perci- de una auténtica ciudad monacal y a su alre-
val, entre otros— que en este caso se convier- dedor se incorporaron otros edificios como
ten en zonas de enterramiento de una comu- refectorios para los monjes (en el que podían
nidad vecina. Por otro lado, no quedan hue- comer hasta 340 monjes) y talleres en los que
llas de una ocupación longobarda, lo que numerosos artesanos proveían al monasterio
puede explicarse por la marginaHdad de la de determinados bienes necesarios para el
comarca respecto a los intereses de éstos. mantenimiento, entre ellos algunos relaciona-
Cuando los primeros monjes se asientan dos con las artes decorativas más complejas.
en la zona, se había producido la desarticula- Estos artesanos estaban controlados por un
ción de los modelos de organización social miembro del cenobio específicamente dedi-
más complejos, pero no se partía de la nada, cado a esta función. Además se debieron
como defienden las tradiciones monacales, en traer en esta época los restos de san Vicente,
consonancia con un "topos" hagiográfico que da nombre a la abadía, al objeto de refor-
recurrente en toda Europa occidental durante zar su posición religiosa y atraer así a un buen
la Edad Media. número de fieles. Se había generado así un
La principal atención del nivel "micro" centro de poder social y económico que
se centra en analizar la formación del magní- superaba con creces la comarca en la que se
fico monasterio de finales del VIII y princi- asentaba.
pios del IX y vincular los cambios con las Sin embargo, esta prosperidad no duró
noticias que subsisten en la información demasiado. Las excavaciones apoyan el testi-
escrita. El resultado es, a nuestro juicio, bri- monio escrito sobre un fuerte terremoto que
llante, surgiendo ante los ojos del lector la se produjo en el año 848 y que afectó grave-
historia viva de un monasterio altomedieval mente al conjunto monástico. Las reparacio-
como una imagen compuesta de diversos nes subsiguientes parecen demostrar la au-
fragmentos que se relacionan entre sí. Así, se sencia de un numerario suficiente que permi-
asiste a un momento inicial de cierta modes- tiera sufragar obras en consonancia con el
tia en los primeros años de vida del monaste- resto del complejo. N o obstante, y a pesar de
rio, al que corresponde la pequeña iglesia de que la decadencia estaba en sus comienzos,
San Vincenzo Minore, erigida sobre el lugar no cabe la menor duda de que seguía siendo
donde se encontraba la antigua "villa". uno de los principales centros de tipo religio-
Pero el hallazgo principal de la excava- so y económico fundamentales del mundo
ción ha sido San Vincenzo Maggiore, una itálico.
enorme basílica que articulaba el nuevo com- Es en este contexto de decadencia ini-
plejo monástico surgido a finales del VIII cial, conservando su fama, en el que se debe
bajo el impulso del abad Joshua y continuado entender el saqueo llevado a cabo por los
por sus sucesores. Se trata de una magna corsarios musulmanes, establecidos en las

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cercanías y contratados como mercenarios económica suficiente a los monjes a la hora


por los diversos príncipes de la zona, dentro de establecer un tipo de monasterio como el
de un ambiente político fragmentado y cre- que manifiesta San Vincenzo Maggiore. En-
cientemente confuso ante el declive carolin- tonces ¿de dónde sale la fuerza económica y
gio. El saqueo que se lleva a cabo en el 881 el apoyo a este magno proyecto monástico?
trajo consigo el abandono del monasterio. Aunque inicialmente y a lo largo de
Los monjes supervivientes se establecieron buena parte del siglo VIII el cenobio se en-
en Gaeta y allí se mantuvieron hasta princi- contraba en la órbita del duque de Beneven-
pios del IX. Pero los edificios no se destruye- to, esta situación varió en el último cuarto de
ron, o al menos no en su mayor parte. Cuan- dicha centuria. La tradición escrita acerca del
do regresaron los monjes, se trataba ya de monasterio de San Vincenzo al Volturno
una comunidad muy reducida, incapaz de señala la importancia de los carolingios en el
llevar a cabo una labor de reconstrucción de fortalecimiento del monasterio, hasta el
todo el complejo monástico, que, por otra punto de hacer del abad Joshua un miembro
parte, había perdido toda su virtual importan- de la familia pipínida, al mismo tiempo que se
cia. A pesar de ello, se produjo una cierta postula una imposible visita al cenobio de
revitalización del núcleo con reconstruccio- Luis, el Piadoso. Esta última noticia no tiene
nes parciales, destacando el cambio de fun- ningún viso de ser real, pero sí parece ser
ción de algunas áreas, y, sobre todo, la refor- cierto el origen franco del abad, relacionado
mulación del centro monástico en consonan- además con los más altos círculos aristocráti-
cia del nuevo contexto. Todo ello culminó en cos del imperio. Parece indudable que el
un nuevo auge ya en los siglos XI y XII y en poder carolingio debió suplantar al beneven-
el traslado del monasterio a una nueva ubica- tano a finales del VIII, dentro de una política
ción, donde fue erigido un complejo de tipo destinada a fortalecer la hegemonía en la
románico, más reducido que el de los siglos península itálica. El hecho de que el monaste-
VIII y IX. rio de San Vincenzo al Volturno se encontra-
Hasta aquí llega el análisis "micro", ra en un territorio no controlado directa-
destinado a conocer mejor los avatares del mente por los carolingios —aunque estaba
yacimiento. Pero, a la hora de explicar las dentro de su órbita— y en el límite con el
razones de este movimiento de auge y deca- ducado de Benevento, enemigo de los fran-
dencia, R. Hodges debe recurrir a explicacio- cos, debió ser decisivo en el apoyo llevado a
nes "macro", en las que se despliega el con- cabo por aquéllos. N o es una intervención
texto histórico, más allá del dato arqueológico directa, salvo si se pudiera demostrar que el
concreto. abad fue nombrado por el emperador. Más
En este sentido, se analiza la relación bien son los poderes vinculados a los carolin-
entre el monasterio y su entorno más inme- gios quienes apoyan al monasterio como su
diato, siguiendo para ello las técnicas del representante.
"site—catchement analysis". El territorio del Se remarca también la intencionalidad
valle del Volturno se revela como un área de la obra, que pretende ser, con su magnifi-
económicamente poco desarrollada, donde cencia, un reflejo regional del gran poder
los elementos de tipo pastoril han sido y son imperial. De esta forma, se animaba a los
de enorme importancia, pero en cualquier grupos aristocráticos locales y regionales a
caso incapaz de proporcionar una fuerza colaborar en la empresa imperial, para lo cual

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se recurría a la religión como fuerza influ- económica, dentro de un sistema comercial


yente. amplio.
Desde ese punto de vista, el cenobio es El libro de R. Hodges se nos presenta
una pieza importante en la formación del como un ejemplo bastante interesante de
poder carolingio, pero con un status de cierta cómo se puede insertar la arqueología en el
autonomía. Esto le permite insertarse en las debate historiográfico. Es cierto que las
corrientes comerciales más dinámicas y gene- aportaciones realizadas desde el proyecto son
rar un importante polo económico gracias a múltiples y superan la articulación que ha
su prestigio social y religioso. La decadencia hecho R. Hodges, pero probablemente su
de los carolingios conllevó de forma paulatina acercamiento sea el que mejor ha presentado
la del propio cenobio, que sufrió un fuerte los niveles "micro" y "macro". Para ello se
mazazo con el saqueo, del que no se pudie- han estudiado los hallazgos arqueológicos en
ron recuperar ante la crisis de sus patronos su contexto histórico, sin que por ello se
más importantes. De esta forma el posterior resienta el aparato técnico que se utiliza, por
monasterio se inscribe en una órbita muy lo que metodológicamente se trata de una
diferente, relacionada con las características obra ejemplar y sugerente para otros análisis.
propias del sistema feudal, cuyas bases de El libro además cuenta con un abundante
poder son diferentes. Intervino decisivamente material gráfico —de gran calidad— que no
en ello la pérdida de importancia geoestraté- sólo sirve de apoyo a las explicaciones que se
gica tras la caída de los carolingios y la desa- exponen, sino que representa los datos sobre
parición de la importancia de la frontera con los cuales se ha construido la historia de este
Benevento. centro monástico.
Este análisis "macro" relaciona directa- En cuanto a las teorías que expone, es
mente el yacimiento con el contexto socio- evidente que no están exentas de críticas.
político, tanto en lo que se refiere al territorio Tengamos en cuenta que para el autor que
más próximo —que parece haber sido poco comentamos el "Renacimiento carolingio"
influido por la formación de este monaste- supone el mayor grado de desarrollo de un
rio—, como en cuanto a las grandes coorde- sistema implantado en el espacio europeo en
nadas macropolíticas del momento. E n este el que el comercio, frente a las tesis de H.
sentido, el monasterio se convierte en algo Pirenne, se mantiene en el Mediterráneo y en
más que un mero referente religioso para otros puntos, sufriendo un fuerte empuje
llegar a ser un elemento más dentro del com- gracias al poder carolingio. La crisis del impe-
plejo mundo político de la época. El patro- rio llevó consigo la del propio sistema, por lo
nazgo de los carolingios le permite insertarse que se dan las bases para la definitiva feudali-
en unas corrientes económicas que superan zación de la Europa occidental tras este pe-
claramente el espacio cercano y que deben riodo intermedio. Así sucedió con San Vin-
tenerse en consideración respecto del llamado cenzo. Se trata de una tesis bien sustentada,
"renacimiento carolingio", un tema sobre el pero debe tenerse en cuenta que no es la
que ya se ha ocupado en varias ocasiones el única.
propio R. Hodges. Se habría generado así un N o obstante, el libro, como ya ha que-
conjunto de monasterios vinculados con el dado reflejado, supone un ejemplo de la
poder franco y que tenían una función políti- interacción entre "documentalismo" y ar-
ca, al mismo tiempo que una vinculación queología, así como de las posibilidades de

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ésta última. Esa interacción es la mejor prue- recinto amurallado: los castillos de Alba de
ba de la calidad de la investigación llevada a Aliste, Alcañices, Amesnal, Belver de los
cabo, pero también un acicate para el desa- Montes, Benavente, Castrogonzalo, Castro-
rrollo de proyectos similares y de nuevas nuevo, Castrotorafe, Castroverde de Campos,
líneas de investigación que, como en el libro, Cotanes, Fermoselle, Fuentesaúco, Granuci-
superen el marco del nivel local. 11o de Vidríales, Maulla de Arzón, Monzón,
Peñausende, Prado, Puebla de Sanabria, To-
Iñaki Martín Viso ro, Villafáfila, Villalobos, Villalonso, Villal-
pando y Zamora, así como las murallas de
San Miguel del Valle.
LOBATO VIDAL, José Carlos La metodología seleccionada por el
Castillosy murallas de la provincia de Zamora. autor es el acercamiento individualizado a
Editorial Semuret—Área de Cultura de la cada una de estas construcciones tratando de
Diputación de Zamora. dar una referencia geográfica de su ubicación
Zamora, 1997, 149 pp. y la forma de llegar hasta su emplazamiento
actual. A continuación, aborda el estudio
La introducción del autor nos advierte estructural del castillo o de la muralla corres-
en sus últimas líneas del carácter que preten- pondiente determinando su estado de con-
de imprimir al estudio: «Este trabajo se limita servación. Finaliza el examen de cada unidad
a presentar una descripción pormenorizada aportando una pequeña explicación histórica
de las estructuras y fisonomía de cada uno de del surgimiento de estas fortificaciones en el
los castillos de los que hasta ahora se tienen contexto de la historia de Castilla y León,
noticia en la provincia, además de detallar en efectuando un estudio algo más amplio en las
cada caso los acontecimientos y circunstan- fortalezas de aquellos lugares que tuvieron
cias históricas que rodearon a aquellas forta- más relevancia, a saber: Zamora, Benavente,
lezas, y a los pueblos y ciudades que los aco- Toro, Puebla de Sanabria, Villalpando y Cas-
gen». trotorafe.
El trabajo de Lobato Vidal es heredero Reducir el ámbito de estudio debería
del que realizara, con un carácter más amplio haber supuesto, en este caso, tratar de llegar a
para el reino de León, J.A. Gutiérrez Gonzá- un trabajo exhaustivo en cuanto a la localiza-
lez con el título Fortificaciones y feudalismo en el ción de estas fortalezas y murallas y, sobre
origen y formación del reino leonés (siglos IX—XIII),todo, abundar en la contextualización históri-
y que se publicó en el año 1995. Utilizando el ca del surgimiento y desarrollo de estas forti-
modelo propuesto por Gutiérrez González, ficaciones en el espacio en que estaban en-
Lobato Vidal ha tratado de aplicarlo al ám- cuadradas, objetivo que no alcanza del todo.
bito más restringido de la actual provincia de Uno de los aciertos del autor es la in-
Zamora. El resultado, si bien no desmerece corporación a cada unidad estudiada —ya sea
las intenciones manifestadas por el propio un castillo o una muralla— de un dibujo de la
autor en su introducción, nos deja con algu- construcción a la que se ha referido. Esta
nos vacíos que lamentamos que no haya aportación resulta muy interesante para reali-
tratado de cubrir. zar una interpretación del desarrollo de los
A lo largo del estudio nos sitúa en el enclaves de población en las que estaban
ámbito geográfico actual 24 castillos y un situadas.

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Pero el tratamiento individual de las Con todo, este trabajo de Lobato Vidal,
fortificaciones, que resulta apropiado para el unido a los ya aportados por otros investiga-
estudio arqueológico, no lo es tanto de cara a dores, abre un campo de investigación en el
la contextualización histórica de estas cons- que disciplinas como la arqueología y la histo-
trucciones. Se echa en falta una interpretación ria política, económica y social, deben cami-
más amplia del papel de estos centros fortifi- nar de la mano para llegar a una explicación
cados en la historia de los reinos de León y más rica, si cabe, de la historia de nuestras
Castilla, y no tanto desde un punto de vista provincias y por extensión de las demarca-
militar —que resulta obvio— como desde una ciones históricas en que éstas estaban encua-
óptica social que trascienda los habituales dradas.
parámetros de la historia política de estos
reinos. Fernando Luis Corral

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