Nutrición
Nutrición Pediátrica
La nutrición es un proceso biológico mediante el cual los organismos asimilan alimentos y
líquidos para crecer, mantener funciones vitales y obtener energía. En pediatría es
fundamental, ya que los niños están en etapas críticas de crecimiento y desarrollo.
Relación entre nutrición y crecimiento
• Relación directa: Aporte de energía y moléculas estructurales.
• Relación indirecta: Regulación hormonal (vía sistema endocrino).
Hormonas clave: Insulina, Hormona de crecimiento (GH), IGF-I (Factor de crecimiento similar
a la insulina).
El crecimiento depende del aporte energético y estructural.
Desnutrición
Se define como un estado patológico por déficit, exceso o desequilibrio de energía,
proteínas u otros nutrientes. Se divide en:
o Primaria: por ingesta inadecuada.
o Secundaria: por enfermedades que interfieren con la absorción, utilización o
aumento de requerimientos nutricionales.
Uno de los principales problemas relacionados con la nutrición infantil es la
desnutrición, entendida como un estado patológico que resulta del déficit, exceso o
desequilibrio de nutrientes esenciales, ya sea en cuanto a la energía, proteínas u otros
micronutrientes. Esta puede clasificarse como primaria, cuando es causada por una
ingesta inadecuada de alimentos, o secundaria, cuando está asociada a enfermedades
que interfieren con la absorción, utilización o necesidades aumentadas de nutrientes.
Clasificación de la Desnutrición
Según la OMS y otras entidades internacionales, se clasifica en:
A. Por Grado
1. Desnutrición leve
2. Desnutrición moderada
3. Desnutrición severa
Se determinan mediante:
• Peso para la edad
• Talla para la edad
• Peso para la talla
• Perímetro braquial
Por el Tiempo de Evolución
1. Aguda: rápida pérdida de peso, riesgo vital inmediato.
2. Crónica: retardo en el crecimiento, afecta talla.
3. Aguda sobre crónica: combinación de ambas.
La desnutrición puede clasificarse de distintas maneras. Una forma es según el grado
de severidad, siendo esta leve, moderada o severa. Esta clasificación se determina
utilizando indicadores como el peso para la edad, la talla para la edad, el peso para la
talla y el perímetro braquial. Otra manera de clasificarla es de acuerdo con el tiempo
de evolución: la desnutrición aguda se refiere a una pérdida de peso rápida y
representa un riesgo vital inmediato; la crónica es más lenta y afecta principalmente el
crecimiento en talla; y la combinación de ambas, conocida como aguda sobre crónica,
implica un cuadro más complejo y riesgoso.
Entre los tipos más conocidos de desnutrición energético-proteica se encuentran el
marasmo, el kwashiorkor y la forma mixta. El marasmo se caracteriza por un déficit
tanto calórico como proteico severo, lo que se traduce en una pérdida extrema de
peso, atrofia muscular, piel arrugada y una apariencia envejecida en el niño, sin
presencia de edema. En contraste, el kwashiorkor ocurre cuando hay un déficit de
proteínas a pesar de un aporte calórico relativamente adecuado (este tipo de
desnutrición se manifiesta con edema, hígado agrandado, lesiones en la piel, cambios
en el cabello y un alto riesgo de infecciones). La forma mixta, que combina
características del marasmo y del kwashiorkor, es la más grave y conlleva una alta
mortalidad si no se trata oportunamente.
El diagnóstico nutricional en pediatría se realiza a través de una evaluación integral que
incluye la historia clínica, el examen físico y diversas mediciones antropométricas
como el peso, la talla, la circunferencia braquial y los pliegues cutáneos. Estos datos
se analizan con base en clasificaciones internacionales que utilizan puntuaciones z-
score y percentiles para determinar el estado nutricional del niño.
Además de las mediciones físicas, la evaluación clínica y bioquímica es esencial. Esta
incluye análisis de laboratorio que permiten conocer los niveles de albúmina,
hemoglobina, electrolitos, y las funciones hepática y renal. También se valora el
desarrollo psicomotor del niño, ya que este puede verse afectado por el estado
nutricional.
El tratamiento de la desnutrición debe ser integral y personalizado, dependiendo del
grado y tipo. Incluye soporte nutricional, que puede administrarse por vía oral, enteral o
parenteral, y la corrección de alteraciones hidroelectrolíticas, infecciones y
deficiencias específicas. Es fundamental incluir la educación alimentaria en este
proceso y garantizar una adecuada rehabilitación nutricional para evitar recaídas.
Energía y proteínas en la infancia y adolescencia
Recién nacido a término: gasto calórico estimado
Calidad proteica: aminoácidos esenciales
Requerimientos hídricos
Evaluación antropométrica
(Mide variables del cuerpo: peso, talla, perímetro cefálico, IMC, entre otros)
La prevención es uno de los pilares más importantes para combatir la desnutrición
infantil. Esto implica promover la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis
meses de vida, asegurar una introducción adecuada y oportuna de los alimentos
complementarios, brindar educación nutricional a padres y cuidadores, y realizar
controles periódicos del crecimiento y desarrollo del niño.
Consideraciones Finales
• La nutrición adecuada en la infancia es determinante para la salud presente y
futura.
• El enfoque debe ser preventivo, diagnóstico y terapéutico.
• La participación de un equipo multidisciplinario es clave.