[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
48 vistas17 páginas

Trastornos Disociativos: Un Caso Real

El documento aborda los trastornos disociativos, centrándose en el caso clínico de Billy Milligan, quien padecía un trastorno de identidad disociativo. Se analizan los síntomas, diagnósticos y la relación de estos trastornos con la delincuencia, así como la importancia de la psicoeducación y la psicoterapia en el tratamiento. El objetivo es desestigmatizar a las personas con trastornos disociativos y evitar su asociación con la criminalidad.

Cargado por

gloriaaragondiaz
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
48 vistas17 páginas

Trastornos Disociativos: Un Caso Real

El documento aborda los trastornos disociativos, centrándose en el caso clínico de Billy Milligan, quien padecía un trastorno de identidad disociativo. Se analizan los síntomas, diagnósticos y la relación de estos trastornos con la delincuencia, así como la importancia de la psicoeducación y la psicoterapia en el tratamiento. El objetivo es desestigmatizar a las personas con trastornos disociativos y evitar su asociación con la criminalidad.

Cargado por

gloriaaragondiaz
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 17

1

TRASTORNOS DISOCIATIVOS

Gloria Aragón Díaz


Yolanda Franco González
Paula Hidalgo Luque
Ágatha Jordán Rivas
Luis Salvador Modelo Cerdán
Carmen Montecatine Béjar

Informe Criminológico.
Facultad de Derecho, UMA,
2º Criminología.
2

ÍNDICE

Resumen..................................................................................................................................... 3
Introducción............................................................................................................................... 3
Trastorno de Identidad Disociativo...................................................................................... 5
Despersonalización-Desrealización......................................................................................6
Amnesia Disociativa............................................................................................................ 7
Fuga Disociativa...................................................................................................................8
Simulación............................................................................................................................8
Descripción del Caso..................................................................................................................9
La Gente de Dentro............................................................................................................ 10
Consideraciones Criminológicas..............................................................................................12
Discusión para el Futuro.......................................................................................................... 13
Referencias Bibliográficas....................................................................................................... 14
3

Resumen
En este trabajo se presentan los trastornos disociativos aplicado a un caso clínico de trastorno
de personalidad múltiple. Se trata del famoso caso de “Billy Milligan” a partir del cual
conoceremos los síntomas y el análisis del problema de este tipo de trastorno utilizando la
semiología psiquiátrica. A continuación analizaremos su relación con la delincuencia, la
criminología y la previsión del trastorno para el futuro. Todo esto con el objetivo de impedir
la estigmatización de las personas diagnosticadas con trastornos disociativos y evitar que se
relacione con la delincuencia.
Palabras clave: trastorno, disociación, delincuencia, personalidades, identidad.

Introducción

Un trastorno mental es un síndrome caracterizado por una alteración clínicamente significativa del

estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento de un individuo, que refleja la

disfunción de los procesos psicológicos, biológicos o el desarrollo que subyacen en su función mental

(Asociación Americana de Psiquiatría, 2014, p. 20)

Según esta definición que nos proporciona el DSM-5, podemos guiarnos para poder estudiar
a fondo los ámbitos de la persona afectada al trastorno estudiado: el trastorno disociativo.

Como dijimos anteriormente, un trastorno supone una alteración en áreas cognitivas,


emocionales o conductuales, variando el grado de afectación en función del trastorno.

En el caso de los trastornos disociativos se produce una alteración en identidad, sensaciones,


percepciones, afectos, pensamientos, recuerdos…Dicha alteración no tiene porqué ser
siempre al mismo grado, puede variar de un día a otro o incluso de una hora a otra. De esta
manera, la persona sufre un gran deterioro en las áreas personales, familiares, sociales,
educativas, ocupacionales, entre otras (OMS, 2022).

Los diagnósticos clínicos relacionados con el trastorno disociativo son la amnesia disociativa,
despersonalización, desrealización, trastorno de identidad disociativo y confusión de la
identidad (Sar y Öztürk, 2012) los cuales explicaremos más tarde.
4

Según Sar y Öztürk (2012), la característica más destacada de los trastornos disociativos es la
alteración de las funciones mentales.

Los trastornos disociativos poseen algunos síntomas negativos y síntomas positivos. Aunque
de estos síntomas se hable más en trastornos más relacionados con la esquizofrenia, en los
trastornos disociativos también pueden estar presentes los positivos (como las alucinaciones)
y los negativos (como déficits somatosensoriales).

Los trastornos disociativos tienen una gran dimensión: la disociación. La disociación es,
básicamente, un distanciamiento que las personas tienen de la realidad (Bonilla, 2012). Esta
disociación se puede manifestar de forma completa (trastorno de identidad disociativo) o
incompleta (despersonalización, desrealización, amnesia disociativa…).

Según Sar y Ross (2006) la disociación y los trastornos disociativos suelen acompañar a otros
trastornos psiquiátricos, y pueden influir en sus síntomas y en su tratamiento.

Algunos de los síntomas que puede presentar el trastorno de identidad disociativo son
(Asociación Americana de Psiquiatría, 2014): desconexión de uno mismo y de la realidad,
pérdida de memoria, alteraciones del yo, pensamientos o conductas suicidas, sentido borroso
de tu propia identidad, síntomas depresivos, ansiedad, estrés…

Para su diagnóstico, se ha comprobado que hay una relación muy estrecha entre el trastorno
de identidad disociativo (TID) y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). El TEPT está
relacionado con experiencias traumáticas y estas experiencias se suelen descontextualizar, lo
que da lugar a la formación de distintas personalidades y en consecuencia, del trastorno de
identidad disociativo. Se confirma que el 90% de las personas que tenían TID, habían sufrido
abusos durante su niñez (que es el origen del TEPT) (Spieguel et al., 1996).

Sin embargo, el TEPT no es el único trastorno que puede derivar en un trastorno de identidad
disociativo (Sar y Öztürk, 2012):
a. Depresión doble: algunos pacientes diagnosticados con TID sufren una depresión
que surge durante la niñez.
b. Trastorno de conversión.
c. Trastorno límite de la personalidad.
5

d. Psicosis disociativa aguda.


e. Trastorno bipolar II.
f. Dependencia de sustantivas.
g. Disfunción sexual.
h. Intentos de suicidios repetitivos.
i. Auto-mutilación.
j. Fuga disociativa.

Sin embargo, hay que cuidar la entrevista clínica con el paciente para conducir a un buen
diagnóstico, ya que a veces se pueden confundir con otro tipo de trastornos (Camacho y
Olmeda, 2019).

Tal y como expone Camacho y Olmeda (2019) actualmente el trastorno de identidad


disociativo no tiene un tratamiento específico, sin embargo, este tipo de trastorno puede
superarse con la ayuda de la psicoterapia, y los síntomas que sean dolorosos con
farmacoterapia. Un punto muy interesante que estos autores aportan es la psicoeducación. Se
debe informar al paciente sobre sus síntomas, su naturaleza, aliviar los síntomas de culpa o
vergüenza que puedan tener y eliminando sus miedos ya que el paciente piensa estar
volviéndose loco.

Trastorno de Identidad Disociativo

El trastorno de identidad disociativo, conocido popularmente como trastorno de personalidad


múltiple, consiste en una respuesta asociada a un acontecimiento traumático ocurrido en la
infancia, comúnmente como consecuencia de abusos sexuales, físicos, psíquicos incluso
emocionales que lo que provoca es que la persona que lo padezca adquiera dos o más
personalidades (Molina et al., 2020), no recordando o recordando limitadamente la presencia
de las distintas personalidades (Schlozman & Nonacs, 2017).

Según Romero (2013) es un trastorno que afecta sobre todo a menores, normalmente se inicia
antes de los 12 años, y a las mujeres, además es un trastorno que no suele afectar a personas
de más de 40 años de edad a menos que lo padezcan desde antes (Spiegel, 1996). El momento
de aparición del trastorno es la principal diferencia entre el TID y el trastorno de estrés
postraumático (TEPT) (Romero, 2016).
6

La DMS-5 define este trastorno como una “perturbación de la identidad que se caracteriza
por dos o más estados de la personalidad bien definidos, […], acompañado de alteraciones
relacionadas del afecto, el comportamiento y/o el funcionamiento sensitivo-motor”
(Asociación Americana de Psiquiatría, 2014, p. 292)

A pesar de tener un perfil polisintomático, el TID tiene tres principales características:

La confusión de la identidad: definida como el sentido subjetivo de incertidumbre acerca de la propia

identidad debido a estados del self no integrados; la alteración de la identidad: comportamientos

objetivos que constituyen manifestaciones observables de diferentes identidades; amnesia: incapacidad

para recuperar información autobiográfica. (Molina et al.., 2020, p. 29)

Despersonalización-Desrealización

La despersonalización se presenta como uno de los cuadros más frecuentes de la psiquiatría


ya que lo experimentan individuos en situaciones como el estrés, el sueño, etc.

Según Cruzado (2013) ''la despersonalización ha sido definida como una alteración de la
conciencia del yo, de índole que el individuo despersonalizado se siente a sí mismo como
extraño y distante, mero observador de sus procesos mentales y su ámbito corporal'' (p. 120).

La característica esencial del trastorno de despersonalización es la presencia de sentimientos

persistentes de la irrealidad, distanciamiento o enajenación de uno mismo o del propio cuerpo,

normalmente con el sentimiento de que uno es un observador externo del proceso mental que se

produce dentro de sí mismo (Spiegel, 1996, p. 678)

Los individuos que padecen este trastorno son conscientes de que existe una desfiguración en
sus experiencias perceptivas por lo que no llegan a ser personas delirantes.

Según Spiegel (1996) ''pueden coexistir una gran variedad de síntomas, especialmente
síntomas por ansiedad, por angustia o fóbicos'' (p. 678).
7

De acuerdo con Sar y Ross (2006) ''un estudio llevado a cabo en una gran serie de trastornos
de despersonalización concluyó que los enlaces con la ansiedad y la depresión parecen ser
más fuertes que la disociación” (p. 135).

''El DSM-5 presenta los síntomas de dicho trastorno, en los cuales aparecen experiencias de
irrealidad, distanciamiento o ser un observador externo respecto de los pensamientos, los
sentimientos, las sensaciones, el cuerpo o las acciones del mismo'' (Asociación Americana de
Psiquiatría, 2014, p. 302).

El síndrome de despersonalización asimismo puede ser causado por consumo de marihuana, LSD,

éxtasis y ketamina [...] el trastorno de despersonalización no es una patología rara pues su prevalencia

oscila entre el 0'8 y 2% de la población, no hay diferente prevalencia entre sexos, su curso usual es

crónico y se inicia entre el final de la adolescencia y el inicio de la juventud (Cruzado, 2013, p. 123).

Amnesia Disociativa

La amnesia, en sentido general, es una pérdida de memoria causada por una lesión traumática
cerebral o por alteraciones psíquicas. La amnesia puede ser retrógrada, es decir, se produce
una pérdida de los recuerdos previos al evento que la ha causado, o anterógrada, siendo
incapaz la persona de almacenar recuerdos tras el evento causal.

Cuesta (2021) lo define como “la amnesia disociativa (AD), también denominada psicógena
o funcional, es un síndrome clasificado dentro de los trastornos disociativos […] Es la
incapacidad para recuperar información autobiográfica, usualmente provocada por una
naturaleza traumática o estresante” (p.12).

Nader (2022) señala que el trabajo de Pierre Janet centrado en el trauma y la amnesia
disociativa es de gran importancia y de necesaria consideración para el estudio del TEPT.

Además, menciona que otro punto importante es no confundirla con la “mala memoria”. Se
utiliza como criterio principal, la pérdida de recuerdos característicos importantes del trauma.
Esto resulta en que todos aquellos recuerdos relacionados con el evento traumático en una
situación de ansiedad muy alta, tendrán una descripción de la información básica bien
detallada, pero que, sin embargo, tiene unos detalles periféricos muy escasos, que suelen ser
sensoriales (Manzanero, 2020).
8

Fuga Disociativa

Según Spiegel (1988), la fuga disociativa, también conocida como fuga psicógena se presenta
como un estado ausente, que provoca un viaje dentro de nuestra mente fuera de la situación
que estemos viviendo, ya sea social o del puesto de trabajo. Esto viene a la misma vez que la
amnesia sobre acontecimientos ocurridos en el pasado, además de confusión con la identidad
propia o incluso, en algunos caso podría llegar a adquirir una nueva identidad.

Cuando una persona está atravesando un episodio de fuga disociativa, aunque se encuentre
realmente incluida e integrada en la situación, desaparece y se conduce a otro lugar sin
motivo. Según Rezende (2011), esto puede parecer que es de forma intencional, pero sucede
de forma espontánea e incluso involuntaria. En los casos donde se produce la asunción de
otra identidad, la persona suele presentar unos rasgos más desinhibidos que en el caso de que
se produzca amnesia, estas personas dan un cambio radical a su vida, cambiando de
identidad, de residencia y realzando actividades que no dan lugar a pensar que esta persona
tienen ningún trastorno.

Bru (2009) nos habla sobre el factor disparador, que suelen ser las experiencias traumáticas y
el abuso infantil. Como disparadores secundarios también pueden estar la personalidad y los
factores culturales. Los factores que predisponen a una persona a sufrir este trastorno son: la
angustia de la separación, impulsividad grave, depresión, e incluso el consumo de drogas.
También existen unos factores biológicos que afectan a este trastorno y a que se produzca,
sobre todo los que afectan al sistema límbico.

Simulación

Según Porot (1977) la simulación nos ha venido acompañando desde siempre, ya que con
esto nos referimos a la modificación de la actitud de la persona para convencer a los demás
de que padece un trastorno mental. Respecto a esto han existido muchos autores que han
reflexionado sobre cuáles son los tipos de simulación posibles, aunque no se ha conseguido
alcanzar un consenso real clínico. Esto suele relacionarse mucho con los trastornos
disociativos, ya que puede confundirse mucho en su diagnóstico.

Porot (1977) hace una clasificación en los tipos de simuladores, según la personalidad y
como manifiestan su engaño a las demás personas.
9

1. Simuladores pasivos. Son aquellos que se centran en simular carencias o defectos


en su funcionalidad.
2. Simuladores activos. Crean unas actitudes que no corresponden con las propias y
que corresponden a algún trastorno. Sobre todo esto se manifiesta en el ámbito psicomotor.
3. Simuladores absurdos. Crean conductas que resaltan y llaman la atención.

Descripción del Caso


“Billy Milligan era un hombre atormentado por veinticuatro personalidades distintas que
luchaban por la supremacía sobre su cuerpo, una batalla que culminó a fines de 1977’’
(Keyes, 1995, p. 1).

William Stanley Milligan, más conocido como Billy Milligan, nació el 14 de febrero de 1955
en Miami. Su infancia no fue como una cualquiera, sus padres (Dorothy y Johnny) tenían
bastantes problemas, destacando el alcoholismo de su padre, que hicieron que Billy se
convirtiese en una persona desconfiada. El primer suceso traumático fue cuando Billy tenía 3
años y su padre se suicidó por su depresión. En 1963, su madre se casó de nuevo y rehizo su
vida con Chalmer, que abusó sexualmente de Billy durante varios años. Billy sufrió varias
violaciones y torturas, como ser enterrado vivo y colgado de los pies y los dedos. Tras todo
esto un tribunal condenó a su padrastro y se separó de su madre (Keyes, 1995).

El Dr. Milkie testificó que había visto a Milligan dos veces, una brevemente el 24 de octubre de 1979.

[…] El Dr. Milkie declaró que había diagnosticado a Milligan con un trastorno de la personalidad, que

era antisocial y sufría de ansiedad psiconeurótica con características depresivas y disociativas (p. 203).

Según Keyes (1995) después de este suceso, Billy empieza a sufrir los primeros síntomas del
Trastorno de Identidad Disociativo. Billy llegó a tener 24 personalidades (algunas más
pacíficas y otras más agresivas) pero la más importante que apareció fue David, de 8 de años,
que actuaba como guardián del dolor, entendido como el niño que absorbía todo el dolor de
las otras personalidades. El último de las personalidades es conocido como El Maestro, que
se caracterizaba por la suma de las 23 personalidades anteriores. Billy cada vez que se
convertía en otra persona, olvidaba completamente lo que había sucedido en ese periodo de
tiempo. En 1974 Billy se inició como criminal y fue encarcelado en la institución
correccional de Lébano debido ya que había cometido una violación y un robo a mano
armada. Sin embargo, en 1977 lo pusieron en libertad. Tras varios meses, Billy comenzó a
10

frecuentar la Universidad Estatal de Ohio, tratando de encontrar a posibles víctimas que


fuesen mujeres jóvenes. En poco tiempo violó y secuestró a 3 chicas que con el tiempo
lograron identificar a Billy. Sin embargo, cuando testificaron las niñas, nada del
comportamiento que expresó en la agresión correspondía con Billy ni tampoco correspondía
entre ellas. Su comportamiento era errático y muy cambiante: a veces era agresivo, otras
violento, amable, a veces escribía con la izquierda, otras con la derecha, cambiaba de
acento… Le diagnosticaron trastorno de personalidad múltiple y esquizofrenia aguda. Billy
fue examinado por una psicóloga que alegó la extinción de responsabilidad penal por
enajenación mental, siendo ingresado en varios hospitales psiquiátricos por 11 años.
Finalmente consiguió rehabilitarse. Murió de cáncer en una residencia en Ohio en 2014.

La Gente de Dentro

Billy tenía 24 personalidades pero las más destacadas fueron las siguientes:

1. Billy (26 años) “la personalidad original”: la personalidad que se fragmentaba en


otros.
2. Arturo (22 años) “el inglés”: es el primero en descubrir la existencia de las demás
personalidades.
3. Allen (18 años): estafador y manipulador.
4. Danny (14 años) “el asustado”: fue obligado a cavar su propia tumba y a ser enterrado
vivo haciendo referencia a sus experiencias traumáticas vividas.
5. David (8 años) “el guardián del dolor”: absorbe todo el dolor de las otras
personalidades, dificultad para prestar atención pero es muy empático y perceptivo. Suele
confundirse con las demás personalidades.
6. Adalana (19 años) “la lesbiana”: confesó realizar las violaciones a escondidas de Billy
y las demás personalidades.
7. Kevin (20 años). Planeó un robo.
8. Jason (13 años) “la válvula depresiva”: es el que provoca la amnesia.
9. Philip (20 años). Dió a la policía las referencias de que habían más personalidades.
10. El maestro (26 años). Es la suma de las otras 23 personalidades. Es el que enseña a los
demás todo lo que sabían. Se refiere a todas las demás como “los androides que hizo”. Es
vital para la investigación ya que es el que recuerda todo y el que hizo posible su estudio.

Aunque en nuestro caso el paciente posea hasta 24 personalidades, debemos recordar y


mencionar que no se suelen dar más de dos personalidades en individuos con este trastorno,
11

siendo la principal la más sumisa y dependiente, mientras que la segunda es la más dominante
y agresiva.

Análisis del Problema


Según la semiología psiquiátrica podemos encontrar en el trastorno de identidad disociativo,
más conocido como trastorno de personalidad múltiple, una serie de características clínicas:
1. Alteraciones de la memoria: Según Keyes (1995), “su memoria era pobre, con
largos periodos borrados por la amnesia” (p. 3). Cuando Billy experimentaba otros cambios
de personalidad, no recordaba los actos que había realizado con dicha personalidad. En
cambio, la única personalidad con la que recordaba todo era la última, llamada “el Maestro”.

2. Trastorno de la percepción: Al ser también diagnosticado de esquizofrenia


aguda, presentaba alteraciones de la realidad por escuchar voces que eran producto de su
imaginación.

3. Trastorno de expresión afectiva y emocional: según el estado de humor de


Billy, aparecen episodios de afecto depresivo. Una de las causas de este trastorno se debe a
sucesos traumáticos que ha experimentado la persona en su vida, como es el caso de Billy
que sufrió en su infancia constantes episodios de agresión sexual, lo cual lo hizo una persona
desconfiada teniendo dificultades para poder expresar e identificar sus emociones.

4. Otros.
Otras características que podemos destacar son las siguientes:
⎯ Conducta agresiva: Billy experimentada un comportamiento muy cambiante, en el
cual uno de esos cambios son agresividad, tanto en las víctimas como en las autoridades.
⎯ Ideas de suicidio: el tribunal tomó como una de las conclusiones que presentaba un
riesgo de daño físico para sí mismo manifestando por evidencia de amenazas de sucidio. Así
lo demostró Billy mediante notas de suicidio y conductas que hicieron que lo trasladaran a
una sola celda en el área de enfermería.
⎯ Ansiedad y depresión: el Dr. Milke, uno de los doctores que trató a Billy, declaró en el
diagnóstico de Billie, aparte del trastorno de personalidad, que sufría episodios de ansiedad
psiconeurótica con características depresivas y disociativas.
12

Consideraciones Criminológicas

Antes que nada, cabe decir que este tipo de trastornos no está fuertemente relacionado con la
violencia y delincuencia. Si un paciente con un trastorno disociativo diagnosticado comete un
delito, por lo general, se recurrirá a la amnesia disociativa como atenuante o eximente antes
que al trastorno en sí. No obstante, podemos aportar ciertas consideraciones criminológicas
que sí pueden estar relacionadas con dicho trastorno.

Como primera consideración criminológica, se extrae la posible hipótesis de que la etiología


del trastorno de identidad disociativo se puede dar por sufrir experiencias traumáticas
(especialmente en la infancia y/o adolescencia). La reacción ante un acontecimiento
traumático depende de varios elementos que son las características de la persona que lo
padece (edad, etc.) y el contexto en el que se produce dicho acontecimiento (apoyo social,
ayuda profesional…). Estas reacciones desencadenan en altos niveles de estrés. Estos altos
niveles de estrés producen ciertas respuestas que son “normales” ante un acontecimiento
traumático, pero pueden llegar a convertirse en una alteración si se prolongan en el tiempo.
Estas respuestas son los síntomas y si hay una agrupación de ellos, surge un trastorno mental.
En este caso, una de las consecuencias a largo plazo es el surgimiento de trastornos
relacionados con el trauma, entre ellos, los trastornos disociativos.

La segunda consideración criminológica es que las personas que padecen trastornos


disociativos pueden experimentar episodios de amnesia en los que pueden adoptar
identidades diferentes. Estos episodios pueden afectar a las consideraciones legales si esa
persona comete un delito mientras sufre un episodio disociativo ya que posteriormente no
recuerdan lo sucedido. Esto puede llevar a la aplicación de una eximente que contempla
nuestro Código Penal, concretamente la recogida en el artículo 20.1ª o a la aplicación de una
atenuante analógica del artículo 21.1ª. En el caso de Billy, se le aplicó la eximente completa
por enajenación mental, siendo la primera persona en la historia de EEUU en ser extinguida
de responsabilidad penal.

Otra consideración criminológica puede hacer referencia a la vulnerabilidad de ser


victimizado. Las personas disociativas pueden llegar a tener más vulnerabilidad como
víctimas debido a su dificultad para reconocer situaciones de peligro o bien como un
mecanismo de defensa, ya que experimentan una desconexión con la realidad y no saben
distinguir lo real con lo ficticio.
13

Añadir también que está presente un sesgo de arresto y criminalización, ya que se suele
pensar que las personas con trastornos mentales cometen más delitos que cualquier otra que
no padezca ninguno, sin embargo, lo que realmente pasa es que presentan una mayor
probabilidad de ser detenidos. Esto se debe a que suelen tener una mayor probabilidad de
enfrentamientos con autoridades, además de ser víctimas de los prejuicios sociales.
Realmente, los datos sobre las tasas de criminalidad entre la población psiquiatrizada y la no
psiquiatrizada es muy similar.

En general, estas consideraciones criminológicas destacan la importancia de profundizar


sobre cómo puede influir este trastorno mental en el comportamiento y en la vida de las
personas que lo padecen.

Discusión para el Futuro

El alcance que puede tener el trastorno disociativo es importante porque puede hacer que una
persona mantenga relaciones sociales inestables y por tanto, malestar emocional en su vida
diaria. Actualmente el trastorno de identidad disociativo tiene una percepción equivocada por
parte de la sociedad, ya que ha sido objeto de muchas novelas o películas de ficción, lo que
ha exagerado y provocado, con el tiempo, un posible "temor" por la desinformación, o en su
defecto, información errónea.

Los trastornos mentales suelen ser objeto de reacción social. Hoy día, ese rechazo persiste ya
que lo ven como algo fuera de lo normal y se tiende a discriminar por ello, temiendo que
pueda desembocar en violencia y delincuencia, atentando así contra nosotros o contra nuestro
entorno. Para ello, para reducir la estigmatización social puede ser favorable la creación de
campañas de concienciación que pueden ayudar a normalizar estos trastornos y promover la
comprensión empática. También, el apoyo de sus más allegados es crucial para proporcionar
estabilidad emocional en el sujeto y así reducir su sentimiento de exclusión y aumentar el
apoyo hacía el trastorno.

En cuanto a la prevalencia de los trastornos disociativos es probable que aumente debido a


una mejor identificación y diagnóstico, ya que como se ha comentado antes, cuanto más
mejore la concienciación sobre estos trastornos en la sociedad y en los que lo padecen, van a
buscar más ayuda, haber más diagnósticos adecuados y casos identificados.
14

A corto plazo (1-5 años) prevemos que no van a producirse grandes cambios en los aspectos
que hemos mencionado, ya que los cambios sociales son procesos que necesitan más tiempo,
en especial la opinión pública. Dichos cambios probablemente no se produzcan hasta que nos
muestren resultados extremos, como resultado de esta reacción social y aún así no asegura
nada.

Un elemento al que le vemos futuro a largo plazo para este trastorno disociativo que como
hemos visto anteriormente afecta a partes muy importantes del ser humano como son la
identidad, la memoria y la conciencia es la utilización del DSM-5 y CIE-11, que hace un
enfoque más clínico, en combinación con la nueva alternativa, el Marco PAS, ya que este
propone hacer hincapié en la historia del sujeto, por lo que sería muy beneficioso para que el
paciente asimile y normalice su trastorno y se obtenga mejores resultados.

Una visión más amplia en el tiempo (5-10 años) nos muestra que la prevalencia de los
trastornos disociativos ha aumentado por el auge de las redes sociales y de las inteligencias
artificiales, incidiendo directamente sobre nuestra identidad, provocando así un mayor
aislamiento social y una devaluación de las relaciones sociales.

Referencias Bibliográficas

Asociación Americana de Psiquiatría. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los

trastornos mentales (DSM-5), 5a Ed. Arlington (VA): Asociación Americana de

Psiquiatría.

https://bitly.cx/4akZ

Bonilla, A. M. (2012). Disociación como defensa al trauma: caso clínico de fuga disociativa.

Revista Cúpula, 2, 26, 1-68.

https://www.binasss.sa.cr/bibliotecas/bhp/cupula/v26n2/v26n2.pdf#page=9

Bru MT, Santamaría M, Coronas R, Cobo JV (2009). Trastorno disociativo y acontecimientos

traumáticos. Un estudio en población española. Actas Esp Psiquiatr ; 37: 200-204.

https://web.archive.org/web/20200709164724id_/https://actaspsiquiatria.es/repositori

o/10/58/ESP/14143+4.+1174+esp.pdf
15

Camacho Rubio, J., & Olmeda García, M.S. (2019). Trastornos disociativos.

Medicine-programa de formación médica continuada acreditado, 12 (84), 4938-4946.

https://doi.org/10.1016/j.med.2019.07.004

Cruzado, L., Núñez, P. y Rojas, G. (2013). Despersonalización: más que síntoma, un

síndrome. Revista de neuro-psiquiatría, 76(2), 120-125.

https://www.redalyc.org/pdf/3720/372036944009.pdf

Cuesta, C., Cossini, F. C., & Politis, D. G. (2021). Las bases neurales de la Amnesia

Disociativa (AD): Una revisión sistemática de la bibliografía. Vertex Rev Arg

Psiquiatr, 32(152): 11-16.

https://bitly.cx/znkz5

Keyes, D. (1995). Las mentes de Billy Milligan. Estados Unidos: Bantam Books.

https://www.academia.edu/73569282/Las_mentes_de_Billy_Milligan

Manzanero, A. L. & Palomo, R. (2020). Dissociative amnesia beyond the evidence about the

functioning of memory. Anuario de Psicología Jurídica, 30, 43-46.

https://doi.org/10.5093/apj2019a14

Molina, L. G., Ponieman, M., & Pico, M. M. A. (2020). Acerca del trastorno de identidad

disociativo: modelos explicativos de enfoque cognitivo. Anuario de Investigaciones,

27, 25-32.

https://www.redalyc.org/journal/3691/369166429003/369166429003.pdf

Nader, A. (2022). Trauma y Amnesia Disociativa: La visión de Pierre Janet. Revista chilena

de neuro-psiquiatría, 60(1), 92-101.

https://dx.doi.org/10.4067/s0717-92272022000100092
16

Organización Mundial de la Salud (OMS) (2022). Clasificación Internacional de

Enfermedades Para las Estadísticas de Mortalidad y Morbilidad, 11.a revisión.

https://bitly.cx/nh2K

Porot, A. (1967). Diccionario de psiquiatría: clínica y terapéutica. In Diccionario de

psiquiatría: clínica y terapéutica (pp. 608-608)Labor editorial.

https://pesquisa.bvsalud.org/portal/resource/pt/biblio-923791

Rezende Borges, L. D., Ramos Muñoz, Á., & González, J. C. (2011). La fuga disociativa: A

propósito de un caso y una breve revisión bibliográfica. Revista de la Asociación

Española de Neuropsiquiatría, 31(4), 725-731.

https://dx.doi.org/10.4321/S0211-57352011000400010

Romero-López, M.J. (2016). Una revisión de los trastornos disociativos: de la personalidad

múltiple al estrés postraumático. Anales de Psicología, 32 (2), 448-456.

https://doi.org/10.6018/analesps.32.2.218301

Sar, V., & Öztürk, E. (2012). Trastorno de identidad disociativo: diagnóstico, comorbilidad,

diagnóstico diferencial y tratamiento. Revista Iberoamericana de Psicotraumatología

y Disociación, 3 (2), 1-21.

https://d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net

Sar, V., & Ross, CA. (2006) dissociative disorders as a confounding factor in psychiatric

Research. Psychiatr Clínicos North AM, 29: 129-144.

https://d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net

Schlozman, S.C., & Nonacs, R.M. (2017). Trastornos disociativos. En Stern, T., Fava, M.,

Wilens, T., & Rosenbaum, J., Tratado de Psiquiatría Clínica (395-401), Elsevier.

https://sncpharma.com/wp-content/uploads/2020/11/35.-Trastornos-disociativos.pdf
17

Spiegel, D. (1996). Trastornos disociativos. En Hales, R., Yudofsky, S., & Talbott, J, Tratado

de Psiquiatría (669-689), Ancora.S.A.

https://d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net

También podría gustarte