10 COSAS QUE DEBES
SABER SI QUIERES PAGAR
TUS DEUDAS
No es cualquier “cosa” lo que vas aprender
en este ebook, aquí descubrirás 10 principios
atemporales que Jesús enseñó en sus
parábolas y que pueden sacarte de las deudas
más rápido de lo que imaginas.
Por Juan Decena
© Juan Decena
Escribí este ebook porque más de 60,000 personas en
TikTok me han pedido oración para salir de sus deudas.
He leído sus mensajes, he sentido su angustia, su
desesperación… y sé lo que es vivir con esa carga.
Lo sé, no porque me lo hayan contado, sino porque yo
también estuve ahí.
Por eso, reuní en estas páginas lo mejor de lo que aprendí
cuando vivía en la calle. No son teorías, son principios
que me sacaron de la miseria y me enseñaron lo que yo
llamo ‘el dinero feliz’.
Si estás cansado de luchar con las deudas y quieres un
cambio real, aquí tienes el mapa que yo usé para
transformar mi vida.
Si crees que Jesús solo hablaba de fe y salvación, te falta
información. Jesús habló más de dinero que de amor,
fe y el cielo juntos.
¿Por qué? Porque sabía que el dinero puede ser una
herramienta poderosa o una trampa mortal.
Hoy en día, las deudas esclavizan a millones de personas.
Viven estresadas, atrapadas en un ciclo de gastos sin
     control, pagando intereses que nunca terminan y
     sintiendo que trabajan solo para pagar cuentas.
     Pero la buena noticia es que hay una forma de salir.
     Jesús dejó principios claros sobre el dinero en sus
     parábolas. Si los aplicas, transformarás tu vida
      nanciera. Si los ignoras, seguirás atrapado.
     Juan Decena
     Málaga - España
     www.cerodeudas.club
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Dedicatoria
A Dios Padre, quien me amó en mi momento más
oscuro. Cuando no había nadie, Él vino a mí sin
reproches, mostrándome un lado de Su amor que la
iglesia nunca me enseñó.
A mi madre, esa maestra silenciosa de la vida, cuya
sabiduría ha sido un faro aún en los días más inciertos.
Al amor más grande del planeta, mi amada Kim, la
mujer que me conoció cuando yo vivía en la calle, que
vio en mí lo que nadie más veía y, aun así, decidió
amarme.
A mis hijos, que me han enseñado que el amor tiene
dimensiones que no se pueden explicar con palabras.
A cada persona que me ha escrito pidiendo ayuda para
salir de las deudas. Ustedes me enseñaron a amar más
allá de mi egoísmo.
Este libro es para todos los que alguna vez sintieron que
no había salida.
Porque sí la hay. Y está más cerca de lo que creen.
Tu día Cero del Reto Cero Deudas
Hay tres cosas que mueven el mundo: el dinero, el amor
y Dios.
Y curiosamente, son las tres cosas de las que nadie nos
enseñó cuando éramos niños.
Nos pasamos años estudiando matemáticas que nunca
usamos, memorizando fechas de batallas y repitiendo
fórmulas que olvidamos al día siguiente. Pero nadie nos
explicó cómo manejar el dinero, cómo construir
relaciones sanas o cómo conocer verdaderamente a Dios.
Nos dejaron en manos del azar.
¿El resultado?
Hoy somos adultos que pelean con su salario, que viven
al límite con cada quincena, que están atrapados en
relaciones vacías y que no entienden por qué su vida se
siente sin rumbo.
Desde niños nos enseñaron que hablar de dinero era de
mal gusto, que hablar de amor era un cuento de hadas y
que hablar de Dios era cosa de religión. Así que crecimos
sin herramientas para manejar las tres fuerzas más
importantes de la vida.
Y ahora estamos pagando el precio.
     Cada vez que te ahogas con las cuentas, que sientes que
     trabajas solo para pagar deudas o que el dinero
     desaparece sin que sepas cómo, estás pagando el precio
     de no haber aprendido esto antes.
     Cada vez que ves cómo otros crecen nancieramente
     mientras tú sigues estancado, estás viendo la diferencia
     entre quienes conocen los principios del dinero y
     quienes los ignoran.
     Porque el dinero no es un asunto de suerte ni de fe ciega.
     Es un asunto de principios.
     Jesús habló más de dinero que del amor, del cielo y el
     in erno juntos. No porque el dinero fuera su prioridad,
     sino porque sabía que era uno de los mayores desafíos
     para la humanidad. Sabía que el dinero puede ser un
     siervo poderoso o un amo despiadado.
     Y por eso dejó estos 7principios claros.
     Si los aplicas, verás cambios en tu vida nanciera.
     Si los ignoras, seguirás en el mismo ciclo de deudas,
     estrés y escasez.
     Así de simple.
     Este libro no es teoría.
     Es un plan de acción basado en los principios eternos que
     Jesús enseñó sobre el dinero. Un mapa que te mostrará
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cómo salir del caos nanciero y empezar a construir una
vida de provisión y libertad.
Pero hay algo que debes entender: Dios no hará tu
parte.
Él ya te dio los principios, las oportunidades y las
herramientas. Ahora te toca a ti decidir qué hacer con
ellas.
Hoy puede ser tu Día Cero.
El día en que decides dejar de ser víctima del sistema y
empiezas a manejar el dinero con sabiduría.
Pero la pregunta es: ¿Vas a hacer algo al respecto o
seguirás pagando el precio de la ignorancia?
1. No eres dueño, solo eres
administrador
Mira, si crees que el dinero es tuyo, ya empezaste mal.
Nos metieron en la cabeza que el dinero se gana con
esfuerzo y sudor, que "es mío porque me lo gané" y que
podemos hacer con él lo que nos dé la gana.
Pero Jesús enseñó otra cosa: el dinero no es tuyo, es
prestado.
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Te lo confían por un tiempo, para que lo administres
bien. Y si lo entiendes, cambia completamente tu relación
con él.
La Parábola de los Talentos: El que enterró su dinero
lo perdió
Jesús contó la historia de un tipo que repartió su dinero
entre tres empleados antes de irse de viaje.
A uno le dio cinco talentos.
A otro le dio dos.
Al último le dio uno.
Los dos primeros lo invirtieron y lo multiplicaron.
Cuando el jefe volvió, les dio aún más dinero para
manejar.
El tercero lo enterró, no hizo nada, y cuando el jefe
regresó, lo llamó "siervo malo y negligente" y le quitó
todo.
Dicho en términos modernos: si escondes el dinero, lo
pierdes. Si lo administras bien, Dios te confía más.
Si lo desperdicias, te lo quitan
Jesús fue claro: el dinero no es para que lo entierres ni
para que lo malgastes.
Hay gente que cada mes "pierde" su sueldo. No saben en
qué se les fue, pero ya no lo tienen.
No les robaron, no hicieron una gran inversión, no
ayudaron a nadie… Simplemente desapareció.
Así que la pregunta es: ¿estás administrando bien lo
que Dios te da, o lo estás dejando escapar?
Si piensas como dueño, te irá mal
Si crees que el dinero es tuyo para hacer lo que te dé la
gana, prepárate para el caos.
Porque cuando lo ves como "tuyo", lo gastas sin plan. Te
endeudas. Compras cosas que no necesitas. Y terminas
esclavo del dinero.
Pero si lo ves como algo que Dios te con ó, lo manejas
de forma estratégica. Y aquí está la gran diferencia
entre los que viven bien y los que viven corriendo
detrás del dinero.
¿Cómo saber si estás administrando mal lo que Dios
te dio?
Hazte estas preguntas:
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     ¿A n de mes no sabes en qué se te fue el dinero?
     Entonces no eres dueño de tus nanzas, ellas son dueñas
     de ti.
     ¿Crees que ganar más dinero resolvería tus
     problemas? Si no administras bien lo que tienes ahora,
     más dinero solo ampli cará tu desastre nanciero.
     ¿Si Dios te diera el doble, sabrías qué hacer con él? O
     terminarías igual de quebrado, pero con cifras más
     grandes.
     Para poner en práctica.
     1. Revisa en qué gastaste tu último mes. Si no tienes
     idea, ya sabes por qué no avanzas.
     2. Haz un presupuesto con la mentalidad correcta: No
     pienses en "mi dinero", sino en "¿cómo administro bien
     lo que me con ó Dios?".
     3. Si sigues enterrando lo poco que tienes, no esperes
     que te den más. Dios no le confía dinero a los que lo
     malgastan.
     Si Jesús estuviera aquí y te preguntara: "¿Cómo estás
     administrando lo que te di?", ¿qué le responderías?
     2. No es cuánto ganas, es cómo lo usas
     La mayoría cree que su problema nanciero se resolvería
     si ganara más dinero.
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     "Si me pagaran mejor…"
     "Si tuviera un negocio más grande…"
     "Si me saliera ese contrato…"
     Pero la realidad es otra. No importa cuánto ganes si no
     sabes administrarlo.
     Si fuera cuestión de ingresos, todos los que ganan mucho
     serían ricos. Pero hay empresarios, deportistas y artistas
     que ganaron millones y terminaron en la bancarrota.
     El dinero no es el problema. El problema es cómo lo
     manejas.
     La Parábola del Administrador In el (Lucas 16:1-13)
     Jesús contó la historia de un administrador que malgastó
     los bienes de su jefe. Cuando se dio cuenta de que lo iban
     a despedir, tomó decisiones estratégicas para asegurarse
     un futuro.
     Al nal, Jesús concluyó con una frase clave:
     "El que es el en lo poco, también lo será en lo mucho; y
     el que es injusto en lo poco, también será injusto en lo
     mucho."(Lucas 16:10)
     Aquí está el punto: no importa cuánto dinero pase por
     tus manos, sino qué haces con él.
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     Si no sabes manejar bien cien dólares, tampoco sabrás
     manejar mil. Y si no puedes administrar mil, diez mil
     solo harán que tu desastre nanciero sea más grande.
     El problema no es el sueldo, es el hábito
     Piensa en los ganadores de la lotería. De la noche a la
     mañana reciben millones, pero en menos de cinco años el
     70% termina en la ruina.
     ¿Por qué? Porque siguen teniendo los mismos malos
     hábitos nancieros, solo que ahora con más ceros en la
     cuenta.
     Lo mismo pasa con personas que heredan fortunas y las
     pierden en pocos años. El dinero solo ampli ca lo que
     ya eres.
     Si tienes hábitos desordenados con poco dinero, los
     tendrás con mucho. Si no sabes manejar 500 dólares,
     tampoco sabrás manejar 50,000.
     Si el dinero ampli ca quién eres, ¿qué está
     ampli cando en ti?
      1.   Si hoy vives al límite con lo que ganas, ganar
           más solo hará que gastes más.
      2.   Si gastas sin control, el problema no es el
           sueldo, es la falta de disciplina.
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 3.        Si las deudas te ahogan, ganar más no te sacará
           de ellas si sigues endeudándote.
La clave no está en cuánto ganas, sino en cómo lo usas.
Para poner en práctica.
Si hoy no puedes manejar bien 1,000 dólares, tampoco
podrás manejar bien 10,000.
 1.   Haz un registro de tus gastos. Saber a dónde se
      va tu dinero es el primer paso para controlarlo.
  2. Elimina gastos innecesarios. No necesitas más
      ingresos, necesitas menos fugas de dinero.
  3. Cambia tu mentalidad. No pienses en ganar más,
      piensa en administrar mejor.
Jesús no dijo "al que tenga mucho dinero se le dará
más", dijo: "Al que es el en lo poco, se le con ará más."
Si quieres que Dios te confíe más, primero demuestra que
puedes manejar lo que ya tienes.
3. El dinero tiene que moverse, no
enterrarse
Muchas personas piensan que ahorrar es la clave para la
estabilidad nanciera. Guardan su dinero como si fuera
un tesoro intocable, esperando que eso les dé seguridad.
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Pero Jesús enseñó algo completamente diferente: el
dinero que no se mueve, muere.
La Parábola de los Talentos (Mateo 25:14-30)
Jesús contó la historia de un hombre que con ó su dinero
a tres empleados antes de irse de viaje:
Al primero le dio cinco talentos.
Al segundo le dio dos talentos.
Al tercero le dio un talento.
Los dos primeros invirtieron el dinero y lo
multiplicaron. Cuando el dueño regresó, los felicitó y
les dio aún más.
Pero el tercero, por miedo, enterró su talento y no hizo
nada con él. Cuando el dueño regresó, lo llamó "siervo
malo y negligente" y le quitó el dinero para dárselo al
que tenía más.
Jesús remató la historia con una frase contundente:
"A cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en
abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le
quitará."
La enseñanza es clara: si no haces que tu dinero trabaje
para ti, alguien más lo hará.
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     El miedo a perder dinero te mantiene en pobreza
     El tercer siervo no gastó el dinero, no lo malversó, no lo
     derrochó. Simplemente lo escondió por miedo a
     perderlo.
     ¿Y qué pasó? Lo perdió todo.
     Mucha gente hace lo mismo. Creen que el dinero está
     "seguro" si lo guardan sin usarlo. Pero el dinero que no
     se multiplica se devalúa.
     Si tienes dinero guardado en una cuenta sin intereses o
     debajo del colchón, cada día vale menos debido a la
     in ación.
     El dinero es como un músculo: si no se usa, se atro a.
     Jesús no premia la inactividad nanciera
     El mundo nos enseña a ser "precavidos", a no tomar
     riesgos, a no invertir si no estamos 100% seguros.
     Pero Jesús enseñó que Dios no recompensa la
     pasividad.
     Si lo que tienes está estancado, es solo cuestión de
     tiempo para que lo pierdas.
     Ahorrar es bueno, pero invertir es lo que realmente
     genera abundancia.
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Para poner en práctica.
Si solo ahorras, estás dejando tu dinero en pausa. Si lo
inviertes sabiamente, lo pones a trabajar para ti.
  1.  Deja de enterrar el dinero. No es para
      esconderlo, es para multiplicarlo.
  2. Invierte en conocimiento. Antes de poner tu
      dinero en cualquier lugar, aprende sobre
      inversiones inteligentes.
  3. Haz que cada peso tenga un propósito. Si no
      decides tú qué hacer con tu dinero, alguien más lo
      hará por ti.
Jesús no premió al que enterró su talento, premió a los
que lo hicieron crecer.
Si no haces que tu dinero trabaje, tarde o temprano
alguien más se quedará con él.
4. Si solo piensas en hoy, te hundirás
mañana
La mayoría de las personas manejan su dinero con una
mentalidad de corto plazo.
Gastan todo lo que ganan sin pensar en el futuro.
Viven al día, con ando en que siempre habrá más.
Se endeudan para pagar lujos momentáneos.
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     Pero Jesús dejó claro que vivir sin plani cación
      nanciera es una trampa mortal.
     La Parábola del Rico Insensato (Lucas 12:16-21)
     Jesús contó la historia de un hombre que tuvo una gran
     cosecha y decidió acumular su riqueza. Construyó
     graneros más grandes, almacenó todo lo que pudo y
     pensó que ya tenía asegurado el resto de su vida.
     Dijo:
     "Tengo su ciente para muchos años. Relájate, come,
     bebe y disfruta de la vida."
     Pero Dios le respondió:
     "¡Necio! Esta misma noche morirás, ¿y quién se quedará
     con lo que has guardado?"
     Jesús cerró con una advertencia:
     "Así le pasa al que acumula riquezas para sí mismo, pero
     no es rico para con Dios."
     El mensaje es claro: tener dinero sin propósito, sin
     visión a largo plazo y sin conexión con Dios es inútil.
     Cuando piensas solo en hoy, te hundes mañana
     El error del Rico Insensato no fue acumular riquezas.
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                                        fi
El problema fue que vivía como si el dinero fuera su
única seguridad.
Hoy en día, la gente comete errores similares:
  1.  Gasta todo sin pensar en el futuro. No ahorra, no
      invierte, no plani ca.
  2. Se endeuda sin pensar en las consecuencias.
      Compra cosas que no necesita con dinero que no
      tiene.
  3. Cree que siempre habrá más dinero. No se
      prepara para emergencias ni para crisis
      económicas.
Pero la realidad es esta: Si hoy no construyes
estabilidad nanciera, mañana te lamentarás.
El dinero sin propósito no sirve
Si piensas solo en gastar el dinero que tienes sin ninguna
estrategia, solo es cuestión de tiempo para que lo pierdas
todo.
Lo que no administras con visión, lo perderás con
rapidez.
No se trata de tener miedo al futuro, sino de ser sabio y
anticiparte a él.
La mentalidad del "Dios proveerá" no signi ca que
puedes vivir sin plani cación. Dios provee, pero espera
que seas un administrador sabio.
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     Jesús no dijo "acumulen riquezas y confíen en ellas".
     Dijo "inviertan en lo eterno y manejen sus recursos con
     inteligencia."
     Para poner en práctica.20
     Si quieres evitar ser como el Rico Insensato:
      1.   Deja de vivir solo para hoy. Piensa en el futuro y
           toma decisiones nancieras con visión.
       2. Haz un fondo de emergencia. Un solo problema
           económico puede hundirte si no estás preparado.
       3. Invierte con propósito. No se trata solo de
           guardar dinero, sino de hacerlo crecer de forma
           inteligente.
     Jesús dejó claro que la riqueza sin propósito y sin
     plani cación es inútil.
     5. Si eres egoísta con el dinero,
     terminarás perdiéndolo
     Mucha gente cree que el dinero es solo para su bene cio
     personal. Se enfocan en acumular más, en vivir cómodos,
     en gastar solo en ellos mismos.
     Pero Jesús enseñó que el egoísmo con el dinero tiene
     consecuencias graves.
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Si solo vives para ti, no solo perderás tu dinero, sino
que podrías perder tu propósito y hasta tu alma.
📖 La Parábola del Rico y Lázaro (Lucas 16:19-31)
Jesús contó la historia de un hombre rico que vivía en
lujo todos los días. Vestía con la mejor ropa, comía lo
mejor y disfrutaba de su riqueza sin preocuparse por
nadie más.
A la puerta de su casa estaba Lázaro, un mendigo lleno
de llagas que ni siquiera pedía dinero, solo quería las
sobras de su mesa.
El rico lo ignoró completamente.
Nunca lo ayudó, a pesar de que tenía de sobra.
Con el tiempo, ambos murieron.
Lázaro fue llevado al cielo, mientras que el rico terminó
en el in erno, atormentado.
El rico rogó por ayuda, pero ya era demasiado tarde.
Jesús terminó la historia con una enseñanza poderosa:
"Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se
convencerán aunque alguien resucite de entre los
muertos."
El problema del rico no fue tener dinero.
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El problema fue que usó su riqueza solo para él
mismo y fue indiferente al sufrimiento de los demás.
Si solo piensas en ti, lo perderás todo
Hay muchas formas de ser egoísta con el dinero:
  1.  Acumular sin propósito. Tener dinero guardado
      sin usarlo para ayudar o invertir en algo que
      trascienda.
  2. Ignorar las necesidades de los demás. No ayudar
      cuando tienes los recursos para hacerlo.
  3. Usar el dinero solo para comodidad personal.
      Creer que la riqueza es solo para el disfrute propio.
Pero Jesús dejó claro que el dinero sin generosidad es
un peligro.
Si solo piensas en ti, tarde o temprano perderás todo.
El dinero es una herramienta. Si lo usas bien, puede ser
una bendición para ti y para otros. Si lo usas mal, se
convierte en una trampa que te consume.
No se trata solo de dar, sino de hacerlo con propósito
Jesús no enseñó a dar sin pensar, sino a ser estratégicos
con la generosidad.
No se trata de regalar dinero sin dirección.
No se trata de apoyar a otros por culpa o por presión.
     Se trata de usar tus recursos de manera sabia para
     generar un impacto real.
     El rico pudo haber ayudado a Lázaro sin que eso afectara
     su riqueza. Pero decidió no hacerlo.
     Y al nal, lo perdió todo.
     Para poner en práctica
     Si quieres evitar terminar como el Rico Insensato:
      1.    Evalúa en qué estás gastando tu dinero. ¿Solo lo
            usas para ti?
       2. Empieza a practicar la generosidad con
            intención. No esperes a ser millonario para dar. Da
            desde donde estás.
       3. No acumules sin propósito. El dinero que no tiene
            dirección se convierte en un peso innecesario.
     Jesús no estaba en contra de la riqueza. Estaba en contra
     de la riqueza sin propósito y sin generosidad.
     Si el dinero solo sirve para tu comodidad, tarde o
     temprano lo perderás.
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6. Si el dinero te domina, te destruirá
El dinero es una herramienta poderosa. Bien usado,
puede ser una bendición. Mal usado, puede convertirse
en una trampa que consume tu vida.
Jesús fue claro en esto: el dinero no puede ser tu dios.
Si tu paz, tu felicidad y tu seguridad dependen de cuánto
dinero tienes en la cuenta, no eres libre, eres esclavo.
Y esto duele, pero es una verdad “No podéis servir a
Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24)
Jesús lo dejó muy claro:
"Nadie puede servir a dos señores, porque odiará a uno y
amará al otro, o será leal a uno y despreciará al otro. No
podéis servir a Dios y a las riquezas."
No dijo que el dinero sea malo. Dijo que si el dinero
gobierna tu vida, estás en peligro.
El dinero debe ser tu siervo, una herramienta útil, no tu
amo.
Cuando el dinero es tu dueño, pierdes el control:
Vives ansioso por no tener su ciente.
Tomás malas decisiones por miedo a perderlo.
Pones el dinero por encima de tu familia, tu fe y tu
propósito.
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¿Eres dueño del dinero o el dinero es dueño de ti?
Para saber si el dinero te domina, pregúntate esto:
     1.
      ¿Cómo te sientes cuando no tienes dinero? Si la
      respuesta es miedo, desesperación o inseguridad,
      entonces el dinero controla tu paz.
  2. ¿Tomas decisiones basadas en lo que Dios dice o
      en lo que el dinero dicta? Si el dinero es el factor
      decisivo en todo, es tu amo.
  3. ¿Sacri cas tu tiempo, valores o relaciones por
      ganar más dinero? Si la respuesta es sí, el dinero
      está dirigiendo tu vida.
El dinero debe estar bajo tu control, no al revés.
El dinero como ídolo moderno
La gente dice que ya no hay ídolos como en la
antigüedad. Pero el dinero es uno de los dioses más
adorados hoy.
Muchos sacri can su salud por dinero.
Otros sacri can su familia por dinero.
Y algunos incluso sacri can su fe y sus valores por
dinero.
Todo por una falsa sensación de seguridad.
Pero Jesús enseñó que la verdadera seguridad no viene
de la riqueza, sino de con ar en Dios.
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Para poner en práctica.
Si quieres asegurarte de que el dinero no te domine:
 1.   Deja de ver el dinero como tu fuente de
      seguridad. Tu paz no debe depender de lo que hay
      en tu cuenta bancaria.
  2. Pon límites claros. No sacri ques lo realmente
      importante por ganar más.
  3. Haz que el dinero trabaje para ti, no al revés.
      Aprende a usarlo de forma sabia, sin volverte su
      esclavo.
Jesús no dijo que el dinero sea malo. Dijo que si el
dinero te gobierna, te destruirá.
Si no controlas tu relación con el dinero, él terminará
controlándote a ti.
7. Dios no hace sillas ni mesas, hace
árboles
El obispo T.D. Jakes lo dijo de una forma poderosa:
"Dios no hace sillas ni mesas, hace árboles. Oremos
hasta que sea claro lo que podemos hacer con el árbol."
Esto cambia por completo la manera en que debemos ver
la provisión.
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Dios rara vez manda el dinero exacto para pagar tus
deudas o cubrir tus necesidades. En su lugar, te da los
recursos, la creatividad y la oportunidad para generar
lo que necesitas.
Pero si solo esperas que el milagro venga en billetes
contados y listos para gastar, podrías estar ignorando la
provisión que ya tienes en tus manos.
La Viuda y el Aceite (2 Reyes 4:1-7)
Una mujer viuda estaba en la ruina. Su esposo había
muerto, sus acreedores la perseguían y estaban a punto de
llevarse a sus hijos como esclavos.
Desesperada, fue al profeta Eliseo pidiéndole ayuda.
Esperaba que él le diera dinero.
Pero en lugar de eso, Eliseo le preguntó:
"¿Qué tienes en casa?"
Ella respondió:
"Nada… solo un poco de aceite."
Entonces Eliseo le dijo que pidiera prestadas muchas
vasijas, vertiera el aceite en ellas y luego vendiera el
aceite para pagar su deuda.
El aceite se multiplicó hasta llenar todas las vasijas.
El resultado:
Pagó su deuda.
Sus hijos fueron liberados.
Tuvo su ciente para vivir con dignidad.
Pero fíjate en algo: Eliseo no le dio dinero, le dio una
estrategia para multiplicar lo que ya tenía.
Dios no hizo una bolsa de monedas caer del cielo. Le dio
un "árbol" y la guió para hacer con él una “mesa".
El problema no es la falta de recursos, es la falta de
visión
Si solo ves la crisis y la escasez, pasarás por alto lo que
Dios ya puso en tus manos.
Puede ser una habilidad que aún no estás usando.
Puede ser un contacto que podría abrirte una puerta.
Puede ser una idea que no has desarrollado.
Pero si sigues esperando dinero caído del cielo, podrías
quedarte esperando toda la vida.
Dios no va a darte la silla hecha.
Te dará el árbol.
Es tu responsabilidad ver el potencial, trabajar la
madera y construir algo con lo que Dios te dio.
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No ores por sillas, ora por visión
La viuda tenía el aceite en su casa todo el tiempo. Lo que
le faltaba no era un milagro, sino una estrategia.
Mucha gente tiene la solución frente a sus ojos, pero no
la ve porque está esperando que todo venga listo.
Si solo oras pero no actúas, te quedarás esperando.
Para poner en práctica
 1.   Pregúntate: ¿Qué árbol tengo en mis manos? En
      lugar de pedir una silla, revisa qué recursos ya
      tienes.
 2. Cambia tu oración. No pidas "Señor, dame
      dinero". Pide "Señor, muéstrame qué hacer con lo
      que ya tengo".
 3. Empieza a construir. Si Dios te ha dado un árbol,
      es hora de hacer algo con él.
Dios ya puso oportunidades frente a ti.
La pregunta no es "¿me dará Dios una silla?"
La pregunta es: "¿Qué haré con el árbol que ya
tengo?”
     8. No puedes salir de deudas con la
     misma mentalidad que te metió en
     ellas
     Si sigues pensando igual, si sigues actuando igual,
     seguirás en el mismo hoyo nanciero.
     No hay magia en salir de las deudas. No basta con ganar
     más dinero. Si no cambias tu forma de pensar y tus
     hábitos, tarde o temprano volverás a caer en el mismo
     ciclo.
     El mundo te dice que vivir endeudado es normal.
     Que necesitas crédito para salir adelante.
     Que pagar intereses es parte de la vida.
     Pero Jesús enseñó lo contrario.
     "El deudor es esclavo del acreedor" (Proverbios 22:7)
     La Biblia lo dice con claridad: si debes dinero, estás
     bajo el control de otra persona.
     Si le debes al banco, trabajas para el banco.
     Si le debes a la tarjeta, trabajas para la tarjeta.
     Si le debes a un prestamista, tu paz depende de él.
     Cada vez que te endeudas, entregas parte de tu libertad
      nanciera a alguien más.
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Dios quiere que vivas en provisión, no atrapado en el
miedo de las cuentas por pagar.
¿Por qué sigues endeudándote?
No se trata solo de dinero, se trata de mentalidad.
Si has vivido pensando que el crédito es la única forma
de avanzar, seguramente seguirás endeudándote sin
darte cuenta.
Hay tres razones por las que la gente sigue cayendo en
deudas:
  1.  Ven la deuda como una solución, no como un
      problema.
  2. Ganan más, pero siguen gastando más.
  3. No tienen un plan para administrar su dinero.
El problema no es la deuda, es la mentalidad que la
hace normal.
Si no cambias tu mentalidad, aunque pagues todo,
volverás a endeudarte
Si hoy te dieran el dinero para pagar todas tus deudas,
pero sigues con la misma mentalidad, en menos de un
año volverías a estar igual o peor.
No es cuánto ganas.
No es cuánto debes.
Es cómo manejas tu dinero y cómo piensas sobre él.
Jesús no quiere solo sacarte de las deudas.
Quiere sacarte de la mentalidad que te llevó ahí.
Para poner en práctica
 1.    Rompe con la idea de que la deuda es normal.
       Es una trampa que te quita libertad.
  2. Haz un plan para salir de deudas. No basta con
       querer pagar, necesitas una estrategia.
  3. Cambia tu relación con el dinero. No es solo
       pagar lo que debes, es aprender a manejarlo con
       sabiduría.
Si sigues pensando igual, seguirás endeudado.
Si cambias tu mentalidad, podrás vivir en verdadera
libertad nanciera.
9. El dinero se queda donde hay
propósito
El dinero es como el agua: si no tiene un cauce claro, se
desborda y se pierde.
Muchas personas pasan su vida nanciera en un ciclo de
escasez. Cada mes reciben dinero, pagan cuentas, gastan
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sin control y, antes de que termine el mes, están otra vez
en cero.
¿La razón? El dinero sin propósito desaparece.
Jesús enseñó que Dios confía más recursos a quienes
tienen visión y los administran con intención.
Pero a quien no tiene un plan, hasta lo poco que tiene se
le quitará.
La Parábola de los Talentos (Mateo 25:14-30)
Jesús contó la historia de un hombre que repartió dinero
entre sus empleados:
Al primero le dio cinco talentos, y los multiplicó.
Al segundo le dio dos talentos, e hizo lo mismo.
Al tercero le dio un solo talento, y lo escondió por
miedo.
Cuando el dueño regresó, premió a los dos primeros
porque usaron bien el dinero y lo hicieron crecer.
Pero el último siervo fue castigado por su inacción. Su
amo le quitó el talento y se lo dio al que tenía más.
Jesús cerró la enseñanza con esta frase clave:
"Al que tiene, se le dará más; y al que no tiene, hasta lo
que tiene se le quitará."
A primera vista, esto parece injusto.
Pero en realidad, es una ley de la vida y del dinero.
Dios no le confía más a quien no sabe manejar lo que ya
tiene.
¿Por qué el dinero desaparece de tus manos?
El dinero no es mágico. No se esfuma sin razón.
Si cada mes te quedas sin dinero, hay tres posibles
razones:
     1.
      No tienes un plan nanciero. El dinero llega y se
      va sin que sepas exactamente en qué lo usaste.
  2. No tienes prioridades claras. Ganas dinero, pero
      lo gastas en cosas que no generan estabilidad ni
      crecimiento.
  3. Solo trabajas por dinero, pero no trabajas con
      propósito. Si tu única meta es "tener más", nunca
      será su ciente.
La gente que tiene éxito nanciero no es la que gana
más, sino la que tiene un propósito claro para cada
peso que recibe.
El dinero uye hacia quienes tienen visión
El dinero es una herramienta. Si no sabes para qué lo
quieres, nunca lo retendrás.
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     Si no decides con anticipación a dónde va tu dinero, él
     mismo encontrará su camino hacia el bolsillo de
     alguien más.
     Si no le das un propósito antes de que llegue, lo gastarás
     en cosas que no importan.
     Si solo trabajas por dinero, te volverás su esclavo en
     lugar de su dueño.
     Jesús no dijo "el que más gane tendrá más".
     Dijo:
     "Al que tiene, se le dará más; y al que no tiene, hasta lo
     que tiene se le quitará."
     Esto signi ca que el dinero se multiplica en manos de
     quienes saben administrarlo con visión.
     Si no usas bien lo que Dios ya te dio, no esperes que te
     confíe más.
     Si no trabajas con propósito, siempre sentirás que no
     es su ciente
     Mucha gente cree que su problema nanciero es que gana
     poco.
     Pero la realidad es que el dinero sin misión se pierde
     rápido.
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     Puedes ganar mucho y aún así estar quebrado si no tienes
     control sobre tu dinero.
     Puedes recibir un aumento y seguir en el mismo
     problema si no cambias tu mentalidad nanciera.
     Puedes recibir una herencia o ganar la lotería y, si no
     tienes un plan, lo perderás todo en pocos años.
     Por eso, Jesús enseñó que la riqueza sin propósito es
     una trampa.
     Para poner en práctica
       1.   De ne un propósito nanciero claro. ¿Por qué y
            para qué quieres dinero? Si solo trabajas para
            sobrevivir, el dinero nunca será su ciente.
       2. Crea un plan de administración. No dejes que el
            dinero se escape sin control. Decide en qué lo
            usarás antes de recibirlo.
       3. No trabajes solo por dinero, trabaja con una
            misión. El dinero se queda en manos de quienes lo
            manejan con estrategia y visión.
     Si cada peso que entra en tu vida tiene una dirección
     clara, el dinero trabajará para ti, en lugar de que tú
     trabajes para él.
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10. Dios quiere que seas libre de
deudas, pero Él no hará tu parte
Sé que puede parecer imposible.
Las deudas te quitan el sueño. Te despiertas con la
angustia de saber que hay facturas que pagar, intereses
que siguen creciendo y compromisos que no puedes
cumplir.
Sientes que trabajas solo para sobrevivir, que el dinero
entra y sale de tus manos sin que puedas retenerlo.
Y cada vez que intentas salir adelante, parece que aparece
otro gasto inesperado, otro pago urgente, otro problema
que te empuja más profundo en el agujero de la deuda.
Es agotador. Es desesperante.
Pero quiero decirte algo: Dios no te creó para vivir así.
"El deudor es esclavo del acreedor" (Proverbios 22:7)
Este versículo no es solo una advertencia, es una
realidad.
Si debes dinero, no eres dueño de tu tiempo, trabajas para
pagarle a otro.
Si tus ingresos ya tienen dueño antes de que lleguen, no
eres libre.
     Si cada mes pagas intereses que parecen no tener n,
     estás atrapado en un sistema diseñado para mantenerte
     esclavo.
     Pero aquí viene la verdad más dura:
     Dios quiere que seas libre, pero Él no hará tu parte.
     Dios no te manda dinero del cielo, te da herramientas
     Muchas personas oran para que Dios les mande dinero,
     esperando que un milagro borre sus deudas de la noche a
     la mañana.
     Pero Dios no imprime billetes en el cielo.
     Él ya te dio:
     Capacidad para generar ingresos.
     Oportunidades para salir adelante.
     Principios nancieros para administrar bien lo que
     tienes.
     Dios quiere sacarte de las deudas, pero no lo hará sin tu
     esfuerzo.
     Jesús no vino a pagar tarjetas de crédito.
     Vino a enseñarte a vivir con sabiduría y sin cadenas
      nancieras.
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Si no cambias, las deudas seguirán ahí
No basta con querer salir de las deudas.
Si sigues con la misma mentalidad, seguirás tomando las
mismas decisiones.
Si gastas más de lo que ganas, nunca saldrás adelante.
Si crees que la única forma de avanzar es endeudándote,
siempre estarás atrapado.
Si sigues esperando un milagro sin hacer cambios reales,
la situación solo empeorará.
Dios ya puso la salida frente a ti. Pero tú tienes que
caminar
Para poner en práctica: No esperes más, empieza hoy
  1.  Toma responsabilidad. No es culpa del banco, del
      gobierno ni del sistema. Solo cuando aceptes que
      el cambio depende de ti, podrás avanzar.
 2. Ora, pero también actúa. La fe sin acción es solo
      una ilusión. Haz un plan, toma decisiones
      concretas y comprométete a cambiar.
 3. Aplica estos principios. Dios ya te dio lo que
      necesitas para ser libre. Ahora es tu turno de tomar
      las riendas de tu vida nanciera.
Las deudas no desaparecen solas.
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Pero si tomas acción hoy, sí pueden dejar de ser parte
de tu futuro.
Dios quiere que seas libre.
La pregunta no es si Él te quiere bendecir.
La pregunta es: ¿vas a hacer lo que te toca?
Lo que Jesús nos enseñó sobre el
dinero
Las parábolas de Jesús no fueron simples historias,
fueron lecciones prácticas sobre cómo funciona la
economía del Reino de Dios. Cada una de ellas nos dejó
un principio que, si lo aplicamos, puede transformar
nuestra relación con el dinero.
Dios es el dueño, nosotros solo administramos
En las parábolas de los talentos y de las minas (Mateo
25:14-30; Lucas 19:12-27), Jesús dejó claro que todo lo
que tenemos nos ha sido con ado. No somos dueños
absolutos de nuestras posesiones, solo administradores.
La verdadera prosperidad no viene de acumular, sino de
gestionar bien lo que Dios nos ha dado.
Los recursos traen responsabilidad, no privilegios
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               Jesús dijo: "A quien mucho se le ha dado, mucho se le
               exigirá" (Lucas 12:48). En la parábola de los talentos
               (Mateo 25:14-30), cada siervo recibió según su capacidad
               y se esperaba que rindiera cuentas. El dinero no es solo
               un bene cio, es una responsabilidad.
               El dinero que no se usa, se pierde
               En la misma parábola de los talentos, el siervo que
               enterró su dinero fue castigado, mientras que los que lo
               invirtieron fueron recompensados. Jesús condenó la
               inactividad y el miedo a perder, dejando claro que los
               recursos deben multiplicarse y no estancarse.
               Plani car solo para esta vida es una necedad
               El rico insensato (Lucas 12:16-21) pensó que tenía
               su ciente para vivir tranquilo, pero murió sin haber
               construido nada con propósito. Jesús enseñó que la
               riqueza sin visión eterna no tiene sentido y que el éxito
                 nanciero no se mide en acumulación, sino en impacto.
               El egoísmo nanciero lleva a la ruina
               El rico que ignoró a Lázaro (Lucas 16:19-31) vivió para
               sí mismo y terminó perdiéndolo todo. Jesús no condenó
               su riqueza, sino su indiferencia. El dinero sin generosidad
               no trae verdadera seguridad, solo un falso sentido de
               poder que puede desaparecer en cualquier momento.
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El dinero debe estar bajo control, no ser el dueño de
la vida
Jesús advirtió: "No podéis servir a Dios y a las riquezas"
(Mateo 6:24). El problema no es el dinero en sí, sino
cuando se convierte en el centro de la vida. Cuando el
dinero es un amo, consume la paz, la familia y la fe.
Dios da oportunidades, no riquezas caídas del cielo
Cuando la viuda en crisis buscó ayuda, Eliseo no le dio
dinero, sino una estrategia (2 Reyes 4:1-7). Dios no
manda fajos de billetes del cielo, sino ideas, contactos y
recursos que, si se administran bien, pueden traer
abundancia.
Salir de las deudas requiere un cambio de mentalidad
Proverbios 22:7 dice: "El deudor es esclavo del
acreedor". Jesús nunca dijo que vivir en deuda es normal.
Para salir de esa esclavitud, es necesario cambiar la
forma de pensar y romper con los hábitos nancieros que
nos llevaron ahí.
El dinero solo se queda donde hay un propósito claro
Jesús enseñó que "al que tiene, se le dará más" (Mateo
25:29). No porque Dios premie la riqueza, sino porque el
dinero uye hacia quienes lo administran con sabiduría.
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Si el dinero entra y desaparece, es porque no tiene
dirección ni misión.
Dios quiere que vivamos en libertad, pero cada uno
debe hacer su parte
Las deudas no desaparecen solas. Dios quiere que
vivamos libres de cargas nancieras, pero eso no
sucederá sin tomar acción. Orar es importante, pero sin
decisiones concretas, la situación no cambiará.
Conclusión
Jesús nunca dijo que el dinero fuera malo. Lo que enseñó
es que puede ser una herramienta poderosa o una trampa
mortal, dependiendo de cómo se use.
En un mundo donde el éxito se mide por la acumulación,
Jesús nos dio una perspectiva diferente:
 •    El dinero debe administrarse con responsabilidad.
 •    Dios no premia la pasividad ni el miedo a invertir.
 •    Ser rico no es malo, pero vivir solo para uno
      mismo sí lo es.
  • Las deudas no son normales, sino una forma de
      esclavitud.
  • Dios quiere que vivamos en libertad nanciera,
      pero cada persona debe tomar acción.
Hay dos caminos. Seguir en la lucha nanciera esperando
un golpe de suerte, o aplicar los principios de Jesús y
empezar a manejar el dinero con sabiduría.
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Dios ya dio las herramientas. La pregunta no es si Él
quiere bendecirte, sino si estás dispuesto a hacer tu parte.
Tu Día Cero ha terminado, pero aún
tienes 31 días por delante
Llegaste al nal de este primer paso. Has terminado tu
Día Cero, pero si crees que con eso es su ciente, te
tengo noticias: el verdadero cambio apenas comienza.
Lo que viene ahora no es para todos.
Es solo para los que están listos para salir de la
esclavitud nanciera de una vez por todas.
No estás obligado a seguir. Nadie lo está.
Pero si lo haces, te costará algo.
No solo compromiso y esfuerzo. También un pequeño
aporte nanciero.
Porque aunque lleva tiempo entenderlo, lo barato
siempre sale caro.
"Este no es un programa más.
Es un reto diseñado para cambiar tu mentalidad, tus
hábitos y tu vida nanciera para siempre.
Si estás listo o lista para dar el siguiente paso, no esperes
más.
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Ve ahora a retodeudas.com y entra al reto.
La libertad nanciera está más cerca de lo que crees.
Pero solo si decides tomarla.
Sobre el autor
Juan Decena La mayoría de los gurús nancieros te
enseñan desde la teoría. Juan Decena no lo hace así. Él no
aprendió sobre dinero en un salón de clases ni en
conferencias motivacionales. Aprendió en la vida real, en el
campo de batalla de las deudas, las crisis y la
incertidumbre.
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Antes de enseñar sobre nanzas, él mismo tuvo que salir
del abismo de la escasez. Conoció lo que es no tener
nada, estar en la calle y depender de la ayuda de otros.
Fue en ese proceso donde descubrió los principios que
hoy enseña. No fórmulas mágicas, no trucos de gurú, sino
los principios nancieros que Jesús dejó en sus
parábolas y que han transformado su vida y la de miles de
personas.
Con más de 25 años de experiencia en liderazgo, nanzas y
emprendimiento, ha impactado a personas en más de 13
países, ayudándoles a romper con la mentalidad de escasez
y a construir una relación sana con el dinero.
No habla desde la teoría. Habla desde la experiencia.
Si quieres aprender de alguien que ha estado donde tú
estás y ha logrado salir, este es el momento de dar el
siguiente paso.
Porque salir de las deudas no es solo cuestión de números,
sino de mentalidad y principios.
No te rindas…
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