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Miniensayos. Paola Samayoa

El documento explora las contribuciones de Carl Rogers y Abraham Maslow a la psicología humanista, destacando la 'Tendencia a la Realización' de Rogers y la jerarquía de necesidades de Maslow como enfoques que promueven el crecimiento y la autorrealización del ser humano. Ambas teorías se oponen a visiones más pesimistas del comportamiento humano, enfatizando la importancia de la libertad, la autenticidad y la salud mental. Además, se discute cómo las teorías funcionan como metáforas que moldean nuestra comprensión del ser humano y la necesidad de adoptar enfoques que acompañen y respeten la complejidad de la experiencia humana.
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El documento explora las contribuciones de Carl Rogers y Abraham Maslow a la psicología humanista, destacando la 'Tendencia a la Realización' de Rogers y la jerarquía de necesidades de Maslow como enfoques que promueven el crecimiento y la autorrealización del ser humano. Ambas teorías se oponen a visiones más pesimistas del comportamiento humano, enfatizando la importancia de la libertad, la autenticidad y la salud mental. Además, se discute cómo las teorías funcionan como metáforas que moldean nuestra comprensión del ser humano y la necesidad de adoptar enfoques que acompañen y respeten la complejidad de la experiencia humana.
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Universidad San Carlos de Guatemala.

Miniensayos

Claudia Paola Samayoa Chuvac


202431486
III Semestre en psicología
Dr. Juan Francisco Gonzáles
Carl Rogers. Tendencia a la Realización

“La tendencia a ser yo“


En el vasto campo de la psicología humanista, Carl Rogers destaca como uno
de los pensadores más influyentes del siglo XX. Su enfoque centrado en la
persona y su visión optimista de la naturaleza humana transformaron la
comprensión de la salud mental, la educación y las relaciones humanas. Entre
sus aportes más relevantes se encuentra la noción de la "Tendencia a la
Realización", una fuerza interna que impulsa a todo ser vivo a desarrollarse,
crecer y alcanzar su máximo potencial. Por lo que Rogers es esencial en el l
corazón de la psicología humanista, dado a su figura renovadora que se alejo
de modelos deterministas y anticuados por lo que su alternativa funciono
como una fuente esperanzadora.

La "tendencia a la realización" no es para Rogers un mero impulso biológico,


sino una fuerza vital que impregna a todos los seres vivos. En el ser humano,
esta tendencia se manifiesta como la motivación hacia la autorrealización, el
desarrollo pleno de sus capacidades y la búsqueda de una vida auténtica que le
genere satisfacción y tranquilidad. Por lo que se le puede vincular con una
noción aristotélica de entelequia: el movimiento interno que lleva a cada ser a
realizar su potencial. Aristóteles hablaba del desarrollo de una semilla hasta
convertirse en árbol; el cual al ser ideal provocaría que los frutos de este sean
exquisitos, Rogers, de un niño que, en condiciones favorables, se convierte en
una persona madura, integrada y creativa.

Rogers fue influido por corrientes filosóficas existenciales, especialmente en su


reconocimiento de la libertad individual, la responsabilidad y la autenticidad
como elementos centrales de la existencia. Su visión coincide con la de
pensadores como Jean-Paul Sartre y Martin Heidegger, quienes afirmaban que
el ser humano está "condenado a ser libre", en tanto debe elegir
constantemente su camino, y que su tarea más profunda es llegar a ser él
mismo.En esta línea, la terapia centrada en la persona no pretende moldear al
paciente, sino facilitar el encuentro del individuo con su propia experiencia
vivida, permitiéndole descubrir su verdad subjetiva. Esto recuerda al método
fenomenológico, que busca suspender los juicios externos para atender al
fenómeno como tal.
Esta tendencia no es simplemente un deseo de sobrevivir, sino una inclinación
natural hacia el desarrollo, la complejidad, la independencia y la creatividad. En
otras palabras, es la energía vital que guía a cada individuo a convertirse en lo
que desea y a lo que potencialmente está destinado a ser. Rogers observó que,
dadas las condiciones adecuadas como por ejemplo la aceptación
incondicional, la empatía y la autenticidad las personas tienden a crecer hacia
la salud psicológica y el bienestar. Esta visión contrasta con teorías más
pesimistas que consideran al ser humano como inherentemente conflictivo o
destructivo. En lugar de eso, Rogers proponía que las distorsiones emocionales
y conductuales surgen cuando el entorno bloquea esta tendencia natural.

Carl Rogers no solo nos dejó un enfoque terapéutico revolucionario, sino una
invitación filosófica: confiar en el ser humano y en su potencial para crecer,
decidir y transformarse. Su concepto de Tendencia a la Realización nos
recuerda que cada persona es un proyecto abierto, un ser en construcción, que
lleva en sí la posibilidad de florecer. Esta visión, profundamente ética y
esperanzadora, se erige como una alternativa al cinismo y la desesperanza
contemporánea. Al final, Rogers nos propone una idea radicalmente simple y a
la vez profundamente subversiva: que cada ser humano, en lo más íntimo de sí
mismo, tiende hacia la vida, la plenitud y el amor.

Bibliografía
Cloninger.Susan (2003). Teorías de la personalidad.
Rogers, C. R. (1961). El proceso de convertirse en persona (On Becoming a
Person). Editorial Paidós
Rogers, C. R. (1980). Un modo de ser (A Way of Being). Editorial Paidós.
La visión de Maslow de la psicología.

“No solo curar, sino que acompañar“


La psicología, durante buena parte del siglo XX, osciló entre dos grandes
paradigmas: el conductismo, que reducía el comportamiento humano a
respuestas observables y condicionadas, y el psicoanálisis, que centraba su
atención en los conflictos inconscientes del pasado. En medio de estas
corrientes, Abraham Maslow propuso una alternativa audaz: una psicología
que no partiera del sufrimiento o la patología, sino de la salud, la creatividad y
el desarrollo pleno del ser humano. Nacía así la psicología humanista, también
llamada la "tercera fuerza", de la cual Maslow es considerado uno de sus
padres fundadores.

Para Maslow, las corrientes dominantes de su época ofrecían una imagen


incompleta del ser humano. El conductismo, aunque riguroso, ignoraba la
experiencia interna, las emociones, los valores y las aspiraciones humanas. El
psicoanálisis, aunque profundo, tendía a centrarse en el conflicto, la neurosis y
los impulsos reprimidos. Maslow propuso entonces un enfoque que integrara
lo mejor de ambos, pero que se enfocara en el crecimiento, no en la patología.
Su objetivo era desarrollar una psicología de la salud, que estudiara a personas
sanas, creativas y funcionales.

Así introdujo el concepto de autorrealización como la culminación de la


motivación humana: la necesidad de convertirse en lo que uno es capaz de
ser.Para Maslow, las corrientes dominantes de su época ofrecían una imagen
incompleta del ser humano. El conductismo, aunque riguroso, ignoraba la
experiencia interna, las emociones, los valores y las aspiraciones humanas. El
psicoanálisis, aunque profundo, tendía a centrarse en el conflicto, la neurosis y
los impulsos reprimidos. Maslow propuso entonces un enfoque que integrara
lo mejor de ambos, pero que se enfocara en el crecimiento, no en la patología.
Su objetivo era desarrollar una psicología de la salud, que estudiara a personas
sanas, creativas y funcionales. Quería entender qué hace que las personas
florezcan, no solo qué las hace sufrir.

Así introdujo el concepto de autorrealización como la culminación de la


motivación humana: la necesidad de convertirse en lo que uno es capaz de ser.
Maslow estructuró su teoría motivacional en forma de una jerarquía de
necesidades, comúnmente representada como una pirámide.
En su base se encuentran las necesidades fisiológicas (como el hambre o el
sueño), seguidas por las de seguridad, afiliación, estima y, finalmente,
autorrealización. Cada nivel debe estar satisfecho en cierta medida para que el
siguiente se vuelva motivador. Quería entender qué hace que las personas
florezcan, no solo qué las hace sufrir.

La cima de la jerarquía, la autorrealización, representa el deseo de convertirse


en lo que uno es en esencia: alcanzar el máximo potencial, desarrollar la
creatividad, buscar el sentido y vivir con autenticidad. Para Maslow, esta
necesidad superior no era un lujo, sino una parte esencial de la condición
humana.Abraham Maslow transformó la psicología al recordarnos que el ser
humano es más que un sistema de respuestas o un conjunto de traumas: es un
ser en constante evolución, movido por la necesidad de sentido, de conexión,
de belleza y de verdad. Su visión nos invita a mirar más allá de la patología, y a
comprometernos con el desarrollo del potencial humano.

Bibliografía
Cloninger.Susan (2003). Teorías de la personalidad.
Maslow, A. H. (1943). Una teoría de la motivación humana. Psychological
Review
Maslow, A. H. (1954). Motivation and Personality.

.
Las teorías como metáforas.

“Otra manera de ver”

En el corazón del pensamiento científico y filosófico, las teorías han sido


tradicionalmente consideradas como construcciones objetivas que explican la
realidad. Sin embargo, una mirada más profunda especialmente desde la
filosofía del lenguaje y la psicología humanista que revela que las teorías no
son simples descripciones neutras del mundo, sino formas metafóricas de
interpretar la experiencia. Desde esta perspectiva, entender una teoría es
también comprender el horizonte de sentido desde el cual fue creada. Por lo
que es importante profundizar cómo las teorías funcionan como metáforas
vivas que moldean nuestra visión del ser humano, y cómo esta visión es
especialmente relevante en los enfoques psicológicos.

Las teorías se presentan a menudo como explicaciones racionales, lógicas y


verificables. Sin embargo, en su núcleo conceptual, muchas de ellas están
construidas sobre metáforas estructurantes. La mente como una máquina, el
ADN como código, el universo como reloj o la sociedad como organismo son
solo algunos ejemplos. Estas metáforas no solo explican, sino que configuran
cómo pensamos sobre esos fenómenos.Cuando decimos que una teoría es una
"metáfora", no estamos diciendo que sea falsa o poética, sino que es una
representación parcial de una realidad compleja, diseñada para destacar
ciertos aspectos mientras oculta otros. En este sentido, una teoría no descubre
la verdad absoluta, sino que ofrece una manera posible de verla.

La psicología humanista surge en los años 50 como una reacción a las


metáforas limitantes del ser humano que dominaban la psicología: el
conductismo lo veía como un organismo reactivo, el psicoanálisis como una
máquina de impulsos reprimidos. Frente a esto, Maslow y Rogers propusieron
nuevas metáforas: el ser humano como organismo en desarrollo, como semilla
que tiende a florecer, como ser en proceso de convertirse. Estas metáforas no
eran solo ilustrativas, sino fundacionales para una nueva visión de la persona.
Maslow, al proponer su jerarquía de necesidades y Rogers, por su parte, utiliza
la metáfora del "camino", del "proceso", y del "fluir" para describir la
experiencia humana.
Desde otra perspectiva , la elección de una teoría no es solo una elección
epistemológica, sino también ética y existencial. Las metáforas que usamos
para describir al ser humano determinan cómo lo tratamos: si lo vemos como
objeto, lo manipulamos; si lo vemos como sujeto, lo acompañamos. La
psicología humanista, al adoptar metáforas de crecimiento, desarrollo y
autenticidad, se compromete con una imagen esperanzadora y profundamente
respetuosa del ser humano. Las metáforas funcionan como como apertura, no
como cárcel, ese es su objetivo, es su ideal por lo que debemos promover que
sigan funcionando de esa manera.

Las teorías son más que explicaciones: son formas y símbolos de habitar el
mundo. En el campo de la psicología donde tratamos con la complejidad, el
dolor y la belleza del ser humano por lo que es fundamental que las teorías
estén impregnadas de humanidad. La psicología nos enseña que las mejores
teorías no son las que imponen, sino las que acompañan; no las que encierran,
sino las que liberan. Comprender las teorías como metáforas no debilita la
ciencia: la humaniza, la vuelve consciente de sus límites, y la abre a una
comprensión más profunda del misterio de ser persona, por lo que es esencial
que como futuros psicólogos nos adentremos en conocer metáforas en
especial de nuestro contexto con el fin de comprender el mundo que nos
rodea.

Bibliografía
Cloninger.Susan (2003). Teorías de la personalidad.
Black, M. (1970). Modelos y metáforas: Estudios sobre lenguaje y filosofía.
Editorial Paidós
Lakoff, G., & Johnson, M. (2003). Metáforas de la vida cotidiana (2.ª ed., C. García
Ulecia, Trad.). Cátedra.

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