UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR
TALLER: Responsabilidad Médico Legal y Mala Praxis
Fecha: septiembre de 2024.
Nombres: Andrea Cuello, Hellen Bolívar, Mariela Barrios, Diego De la Hoz, Valentina Del
Villar, Georyanni Espeleta, María Escobar, Paula Lleras., Ana Mercado y María Peláez.
CASO CLÍNICO N°1:
Paciente MELANNY GONZALEZ GAMEZ fue intervenida por un procedimiento
considerado ambulatorio por lo que el médico tratante considero que no era necesario la
valoración por el anestesiólogo por lo tanto no pudo ser clasificada de acuerdo a ASA, luego
el otorrino sin emitir ninguna recomendación a los padres y familiares le da de alta sin realizar
la valoración previa a la pequeña por considerar que existía taponamiento nasal,
manifestando que posteriormente lo efectuaría, por otro lado, la información que luego de su
muerte el consignó en el certificado de defunción no era la verídica ya que la paciente falleció
por una hemorragia pues la paciente padecía de un problema de coagulación.
1. ¿Qué consideración expresan sobre el anestesiólogo?
Respuesta: La ausencia de valoración por parte del anestesiólogo en este caso
representa una omisión grave, ya que su intervención es fundamental incluso en
procedimientos ambulatorios para evaluar factores de riesgo, como trastornos de
coagulación. Si se hubiera realizado una clasificación ASA, probablemente se habría
identificado la condición subyacente de la paciente, permitiendo tomar medidas
preventivas, como ajustar el manejo perioperatorio o incluso reconsiderar la
intervención. La decisión de omitir esta valoración contribuyó a la falta de un manejo
adecuado del riesgo hemorrágico, lo que pudo haber evitado el desenlace fatal.
2. Haga una breve descripción de la circunstancia o del momento en que se
consumó el delito. Señale cómo se infraccionó el deber de cuidado
Respuesta: El anestesiólogo no realizó la valoración preoperatoria de la paciente, lo
que impidió su clasificación según la escala ASA y la identificación de posibles
riesgos quirúrgicos. Esta omisión representó una falta en la evaluación integral del
caso, lo que pudo haber influido en la falta de preparación para manejar posibles
complicaciones, como la hemorragia secundaria al trastorno de coagulación que
padecía la paciente.
3. Breve descripción de la circunstancia o del momento en que se consumó el delito
y cómo se infraccionó el deber de cuidado:
Respuesta: El delito se consumó con la muerte de la paciente a causa de una
hemorragia que no fue prevenida ni tratada oportunamente debido a la falta de una
evaluación preoperatoria adecuada y a la omisión de la vigilancia postoperatoria. La
infracción del deber de cuidado radicó en la negligencia médica, ya que se omitieron
pasos fundamentales en la seguridad del paciente, como la evaluación anestésica, el
seguimiento postoperatorio y la adecuada documentación en el certificado de
defunción.
4. ¿En qué consistió el daño producido?
Respuesta: el daño producido consistió en una falta de seguimiento adecuado, la
ausencia de una valoración esencial por parte de los especialistas pertinentes, y la
mala documentación de los hechos que impide una correcta interpretación de la
causa de muerte y la evaluación de las responsabilidades médicas involucradas. La
falta de recomendaciones adecuadas a los familiares o de seguimiento médico
posterior dejó a la paciente sin una evaluación crítica de su estado después del
procedimiento. Esto puede haber contribuido a que no se detectara a tiempo una
posible complicación, como la hemorragia, que finalmente causó su muerte.
5. El daño en cuestión, ¿era previsible o evitable? ¿Qué debió hacerse para evitar
el daño causado
Respuesta: El daño era previsible y evitable, ya que la paciente presentaba un
problema de coagulación que debió ser identificado antes del procedimiento. La
valoración preoperatoria por anestesiología y exámenes de coagulación habrían
permitido detectar el riesgo de hemorragia. Además, el alta sin una evaluación
adecuada ni recomendaciones precisas a los familiares fue una omisión grave. Para
evitar este desenlace, se debió realizar una valoración preanestésica, pruebas de
coagulación previas a la cirugía, monitoreo postoperatorio adecuado y emitir
indicaciones claras sobre signos de alarma. La omisión de estos pasos fundamentales
contribuyó directamente al desenlace fatal.
6. Para evitarse el daño causado se debió:
Respuesta: Realizar una valoración preoperatoria exhaustiva por parte del
anestesiólogo para identificar riesgos y planificar una intervención segura, además de
una monitorización adecuada en el postoperatorio antes de otorgar el alta médica. Se
debió informar a los familiares sobre los posibles riesgos y establecer protocolos para
el manejo de pacientes con trastornos de coagulación. Finalmente, se debió consignar
información veraz en el certificado de defunción, cumpliendo con los principios
éticos y legales.
CASO CLINICO N°2:
Masculino de 47 años de edad que, desde pequeño, cantaba en los coros de la Iglesia, pero debía
trabajar para ganarse el sustento, lo que hacía en un taller de mecánica. Se empeñaba en el canto,
hasta lograr éxitos importantes, era un fumador de dos paquetes de cigarrillos al día y en el mes
de agosto de 1990, comienza a padecer de tos pertinaz y malestares, presentando el 8 de
diciembre de ese año, dolor pleurítico o punta de costado en hemitórax izquierdo, que fue
diagnosticado por su médico la Dra. SIERRA, como una neuralgia intercostal y le aplica un
vendaje o corset, autorizándolo a continuar cantando. Tres días después, en plena función cuando
cantaba Lélixir d’Amore, presentó hemoptisis intensa, que fue diagnosticada por el mismo
médico, como un sangrado de una vena de la base de la lengua. No se aclara en lo revisado si
tenía fiebre, pero a todas luces ambos diagnósticos eran errados, pues ante los síntomas debía
haber pensado en Cáncer del pulmón, Neumonía, Tromboembolismo pulmonar y hasta TB
pulmonar. En la insistencia del diagnóstico, continúa con las representaciones, entre ellas La
Forza del destino de Verdi, vendado, posiblemente haciendo esfuerzos extraordinarios de los que
uno se asombra, hasta que el 25 de diciembre al presentar un fuerte dolor en el propio hemitorax,
es llamado otro médico, al no aparecer el inicial y se hace el diagnóstico, posiblemente correcto
de pleuresía y neumonía, aunque no es hasta tres días después que otro galeno le practica una
toracocentesis, con la extracción de abundante cantidad de pus, como refiere el propio paciente
en una carta. Posteriormente a esto se practican varias intervenciones en el tórax, posiblemente
punciones para evacuar el pus de lo que ya era un empiema, hasta que el 12 de febrero de 1921,
el cirujano, practica una toracostomía con resección de un segmento de costilla y posiblemente
inserta una sonda de drenaje. El paciente se encuentra muy grave, pero en forma increíble,
comienza a mejorar y en abril, comienzan los preparativos para viajar a Italia a fin de recuperarse.
Llega a Italia en junio, con toda la familia y una amplia comitiva y se instalan en el Hotel Vittoria
de Sorrento, donde se restablece y cobra un aspecto aceptable, al punto que hasta en una ocasión
cantó en privado, lo que lo entusiasmó, pero en ese mismo mes de julio, se presenta de nuevo el
dolor torácico y la fiebre. Dos afamados cirujanos italianos diagnostican una afección del riñón
izquierdo, quienes plantean que requería ser extirpado en el término de una semana, para lo que
debía ser trasladado a Roma, lo que se hace de inmediato, pero al llegar a Nápoles el día 31 de
julio, en estado muy grave, se alojan en el Hotel Vesubio, donde los médicos locales,
diagnostican absceso renal izquierdo, aunque no se atreven a operar, a pesar de la insistencia de
la esposa que les indicaba que debían drenar el pus. El martes 2 de agosto de 1921, muere.
PREGUNTAS:
1. ¿Qué errores y desaciertos nos hacen reflexionar en este caso?
Respuesta:
Errores diagnósticos iniciales:
• La tos persistente, el dolor torácico y los antecedentes de tabaquismo debieron haber hecho
sospechar desde un principio enfermedades graves como cáncer de pulmón, tuberculosis,
neumonía o tromboembolismo pulmonar.
• Sin embargo, el médico inicial diagnosticó neuralgia intercostal sin considerar otras causas
más graves.
• Cuando presentó hemoptisis, el diagnóstico de una "vena sangrante en la base de la lengua"
fue claramente insuficiente y erróneo.
Falta de estudios diagnósticos oportunos:
• No se menciona la realización de estudios complementarios tempranos como radiografías
de tórax, análisis de esputo, pruebas de función pulmonar o tomografía.
• Se perdió una oportunidad de diagnóstico precoz, lo que permitió que la enfermedad
avanzara.
• Permitirle seguir cantando sin restricciones:
• A pesar de sus síntomas progresivos, se le permitió continuar con esfuerzos físicos intensos,
lo que pudo haber empeorado su condición.
• No se tomaron medidas de reposo ni tratamiento adecuado en las primeras fases de la
enfermedad.
Retraso en el diagnóstico de neumonía y empiema:
• No fue hasta finales de diciembre que se sospechó de una infección pulmonar grave.
• La toracocentesis fue tardía, permitiendo la progresión a empiema pleural con acumulación
de pus en la cavidad pleural.
• El drenaje del empiema fue postergado, lo que favoreció complicaciones.
Error en la evaluación del absceso renal:
• En Italia, se sospechó una enfermedad renal grave, pero no se realizaron estudios precisos
antes de proponer una nefrectomía.
• En Nápoles, los médicos diagnosticaron un absceso renal, pero no se atrevieron a intervenir
quirúrgicamente de inmediato.
• La falta de drenaje oportuno del absceso pudo haber contribuido al desenlace fatal.
2. Revisar el recuento de la historia e ir señalando donde se presentaron los errores
y que debía hacerse en ese momento pensando en la aplicabilidad de esa
patología.
Respuesta:
• El diagnóstico de neuralgia intercostal es erróneo en este contexto El médico debería
haber considerado la posibilidad de una infección o una neoplasia pulmonares.
Debería haberse solicitado una radiografía de tórax inmediatamente para evaluar el
estado de los pulmones, dado el contexto de tabaquismo y la sintomatología.
• La hemoptisis en un paciente con tos persistente y dolor torácico no debió ser
confundida con un sangrado de una vena en la base de la lengua. El médico debería
haber solicitado una radiografía de tórax de inmediato y considerar un examen
broncoscópico o una tomografía computarizada para evaluar las vías respiratorias y
detectar posibles masas o lesiones pulmonares.
• La falta de un diagnóstico temprano de empiema y la demora en la intervención
afectaron gravemente la evolución del paciente. Cuando el paciente presentó dolor
torácico intenso, el diagnóstico debería haberse basado en la auscultación
pulmonar, que podría haber mostrado signos de consolidación o de líquido pleural,
lo que podría haberse confirmado con una radiografía de tórax o ecografía
• El diagnóstico de afección renal (absceso renal) puede ser cuestionable en este caso,
dado que los síntomas del paciente son más consistentes con una complicación
pulmonar persistente. Debería haberse considerado un diagnóstico más exhaustivo
de las posibles complicaciones respiratorias (como la fibrosis pulmonar o
complicaciones residuales del empiema), ya que los síntomas persistentes de fiebre
y dolor torácico indicaban que la afección respiratoria no se había resuelto
completamente.
3. ¿Dónde se evidencia el error médico?
• Diagnóstico equivocado
En agosto de 1920, comenzó con tos persistente y dolor pleurítico, que fue
diagnosticado erróneamente como neuralgia intercostal. Posteriormente, presentó
hemoptisis intensa, que se atribuyó erróneamente a sangrado de una vena en la
base de la lengua, cuando en realidad era un signo de una afección pulmonar
grave.
• Falta de diagnóstico oportuno
En diciembre de 1920, presentó pleuresía y neumonía, pero la toracocentesis se
realizó tres días después, lo que retrasó el tratamiento. El cuadro evolucionó a
empiema pleural, lo que requirió drenajes repetidos y, finalmente, una
toracostomía.
• Error en la evaluación final
En julio de 1921, ya en Italia, presentó fiebre y dolor torácico, pero los cirujanos
italianos diagnosticaron una afección renal izquierda y propusieron una
nefrectomía. Sin embargo, su cuadro clínico era más compatible con una
infección sistémica secundaria al empiema previo.
• Falta de intervención quirúrgica en Nápoles
Al llegar a Nápoles con un diagnóstico de absceso renal, los médicos locales
decidieron no intervenir quirúrgicamente, a pesar de la insistencia de la esposa.
La falta de drenaje de un absceso renal en un paciente ya debilitado por una
infección torácica previa pudo haber acelerado su deterioro.
4. ¿Cuál que cree usted que fue la causa de muerte de este individuo?
Respuesta: La evolución del paciente indica que la principal causa de su
fallecimiento fue una sepsis derivada de un empiema pleural que no recibió un
tratamiento adecuado, junto con la posible presencia de un absceso renal. Es probable
que la infección se haya propagado a través del torrente sanguíneo, lo que llevó al
desarrollo de una insuficiencia orgánica múltiple.
5. ¿Cuál cree Ud. que fue la causa etiológica?
Respuesta: La causa de la infección probablemente estuvo relacionada con
Staphylococcus aureus o Streptococcus pneumoniae, microorganismos
frecuentemente implicados en casos de empiema y neumonías complicadas. Aunque
no se puede descartar la posibilidad de una tuberculosis pleuropulmonar, la evolución
acelerada de la enfermedad y la presencia de pus hacen más probable que se haya
tratado de una infección de origen piogénico.
6. ¿Con los datos que se recopilaron, piensa usted que se trató de un cáncer
bronquial? ¿Por qué?
Respuesta: Basándose en los síntomas y cambios del padecimiento, sí es probable
que el enfermo haya tenido un tumor en los pulmones. El diagnóstico del cáncer de
pulmón se volvió difícil debido a fallos médicos al inicio, y el tratamiento se destinó
más a las infecciones sin tomar en cuenta el tumor. No obstante, la falta de
un diagnóstico claro y el hecho de no tener pruebas específicas (como una muestra
del tumor o imágenes) dificultan llegar a una conclusión final.
• En relación al diagnóstico de empiema existen diversas posibilidades
diagnósticas, enumere por lo menos tres.
Respuesta: Neumonía bacteriana: La neumonía grave puede complicarse y dar lugar
a un empiema en caso de que se presente una infección pleural, generalmente
provocada por bacterias como Streptococcus pneumoniae o Staphylococcus aureus.
Esto se correlaciona con los síntomas del paciente, que incluyen tos persistente, dolor
en el pecho y hemoptisis.
Tuberculosis pulmonar: La tuberculosis (TB) pulmonar es una infección crónica que,
si se complica con una infección pleural, puede resultar en la formación de un
empiema. Debido a la persistencia de los síntomas respiratorios, particularmente la
tos y la hemoptisis, es crucial considerar este diagnóstico.
Cáncer de pulmón: La presencia de un tumor pulmonar, y en particular del cáncer de
pulmón con metástasis pleural, puede llevar también a la formación de un empiema,
sobre todo si se desarrolla una infección secundaria en la cavidad pleural. Cabe
señalar que el paciente, que es fumador de larga data, presenta un riesgo elevado de
desarrollar esta enfermedad.