Superior Tribunal de Justicia
Corrientes
PXM 3883/13
En la ciudad de Corrientes a los doce (12) días del mes de abril de dos mil
dieciséis, constituyéndose el Superior Tribunal de Justicia con sus miembros
titulares Doctores, Alejandro Alberto Chain, Eduardo Gilberto Panseri, Luis
Eduardo Rey Vázquez y Fernando Augusto Niz, con la Presidencia del Doctor
Guillermo Horacio Semhan, asistidos de la Secretaria autorizante, Doctora
Judith I. Kusevitzky, tomaron en consideración el Expediente N° PXM 3883/13,
caratulado: "G., M. P/HOMICIDIO AGRAVADO POR LA
SITUACION DE CONVIVENCIA -MOCORETA- (IURIX II 132/VTA)". Los
Doctores Alejandro Alberto Chain, Eduardo Gilberto Panseri, Guillermo Horacio
Semhan, Luis Eduardo Rey Vázquez y Fernando Augusto Niz, dijeron:
¿QUE PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR EN
AUTOS?
A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR MINISTRO DOCTOR
ALEJANDRO ALBERTO CHAIN, dice:
I.- Contra la sentencia N° 02 de fs. 221/234 y vta., di ctada por el
Tribunal Oral Penal de Paso de los Libres, que resolvió condenar a M.
G. a la pena de prisión perpetua por el delito de “homicidio agravado por
la vinculación con el sujeto pasivo” (art. 80 inc. 1 C.P.) en calidad de autor
material; la defensa interpone recurso de casación a fs. 243/245.
II.- Funda la interposición del recurso de conformidad a lo
normado por el art. 493 y concordantes del C.P.P.. Indica como primer agravio,
que el tribunal de juicio ha violado la sana crítica racional en la valoración de
los elementos probatorios, teniendo por acreditada la situación de convivencia
entre G. y C. por meros dichos de la hermana de la víctima,
testimonio que no llegaría a tener la seriedad ni objetividad requerida para
configurar prueba susceptible de convicción, llevando al tribunal con meros
indicios a considerar y aplicar la agravante del tipo penal, cuando en realidad,
eventualmente y en el peor de los supuestos, debía aplicarse la figura prevista
en el art. 79 del C.P..
Expresa como segundo agravio, que en relación a la existencia de
algún grado de ingesta de bebida alcohólica por parte del imputado, quien lo
reconoce en su declaración indagatoria, el tribunal sentenciante se remite a un
caso jurisprudencial sin echar mano a las demás cuestiones relativas al
diagnóstico clínico neurológico de embriaguez del imputado, entre las que se
debe considerar cantidad de alcohol ingerida, rapidez con que se ingirió,
presencia o no de alimentos en el estómago, edad, talla, peso y sexo,
características de la bebida, todas estas circunstancias que no fueron
inspeccionadas para dar la certeza requerida en cuanto a que su pupilo
comprendió o no ciertamente la criminalidad del acto, ante su estado de
embriaguez, reconocido por el imputado y manifestado también por R.
C. C. en el juicio.
Refiere como tercer agravio, que las pruebas incorporadas en la
audiencia de debate no han logrado determinar con la certeza que requiere esa
instancia procesal, la autoría y responsabilidad de su defendido, habiendo
dictado sentencia solo con testimonios de personas que a criterio de la
defensa, no se encontraban en el lugar, lo que produce dudas y no certezas;
descociéndose el estatus de inocencia del encartado G., sin valorar el
principio “in dubio pro reo” del art. 4 del C.P.P. ante la existencia de
insuficiencia probatoria.
III.- A fs. 257/258, el Sr. Fiscal General dictamina por el rechazo
del recurso de casación interpuesto.
IV.- En principio cabe señalar que, la defensa repite la misma
hipótesis defensiva de sus alegatos -ver fs. 218vta./219- que al incoar el
recurso de casación, rememorando sus agravios casatorios, en relación a los
fundamentos expuestos en la sentencia, resulta evidente que la defensa no se
ha hecho cargo de la decisión sobre el tema, adoptada por el Tribunal de
Juicio, sino que reedita con idéntico argumentos, los planteos introducidos y
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Expte. N° PXM 3883/13.-
esgrimidos en el debate. Esta deficiencia recursiva, puede según la Corte llegar
a impedir el tratamiento del medio impugnativo, pues así lo ha dicho en
"Poggio, Oscar Roberto c/ EN-Mº de Justicia y Derechos Humanos s/daños y
perjuicios", y "Rizikow, Mauricio c/EN-Mº de Justicia y Derechos Humanos
s/daños y perjuicios", sentencias de la fecha. Mayoría: Highton de Nolasco,
Fayt, Petracchi, Maqueda, Zaffaroni, Argibay Voto: Lorenzetti M. 1181. XLIV;
ROR Mezzadra, Jorge Oscar c/EN M° Justicia y DDHH s /daños y perjuicios
08/11 /2011 T. 334, P. 1302.
Al analizar los agravios, cabe aclarar primeramente, que el
recurso de casación es un remedio extraordinario cuya finalidad es la de
subsanar errores de derecho sustantivo o procesal de la sentencia del tribunal
de mérito. Así, el Tribunal de juicio, formula en su decisorio una prudente y
lógica construcción jurídica acumulando una serie de elementos probatorios
que no dejan dudas, al sentenciante, acerca de cómo acontecieron los hechos,
teniendo por acreditado de esa manera la existencia del delito, la autoría del
imputado y la calificativa legal aplicable.
V.- En relación a lo esgrimido por la defensa en cuanto a la falta
de acreditación de la situación de convivencia entre el imputado y la víctima, ya
tengo dicho con respecto a la aplicación de la agravante contenida en el inc. 1
del art. 80 del C.P. (Sentencia N° 167/2015. Expte. N° PEX 97877/13,
caratulado: "S. G., A. W. E. P/ SUP. HOMICIDIO AGRAVADO POR LA
RELACION DE PAREJA CON LA VICTIMA, COMETIDO CONTRA UNA
MUJER MEDIANDO VIOLENCIA DE GÉNERO. VTMA.: E. A. V. - CAPITAL,
EXPTE. N° 9952 DEL T.O.P. 1".), que a mi criterio, delimitar el concepto
normativo de “relación de pareja” asimilándolo a los requisitos de la situación
de convivencia o de unión convivencial del Código Civil y Comercial, es hacer
decir al tipo penal lo que no dice.
La ley 26.791 fue sancionada el 14/11/2012 y publicada el
14/12/2012, por lo que considero harto difícil de interpretar que en el ánimo del
legislador estuviera enmarcado o dirigido a contemplar la “relación de pareja”
como equivalente a la “unión convivencial”, cuando el proyecto del nuevo
Código Civil no solo no se había aprobado sino que se encontraba en estudio
ante el Congreso de la Nación. Además, el tipo es claro cuando prescribe: “[…]
mediare o no convivencia […]”.
Asimismo, considero esclarecedor unas pocas referencias del
tratamiento parlamentario de la Ley 26.791. Cabe recordar que la Honorable
Cámara de Diputados de la Nación, en sesión celebrada el 18/04/2015,
Reunión Nro. 5, Orden del Día 202, procedió a dar tratamiento en el recinto al
mentado proyecto de reforma del Código Penal. En dicho sentido solo tengo
presente la versión taquigráfica de aquella sesión por cuanto el mentado
proyecto por su paso por la Honorable Cámara de Senadores de la Nación
recibió modificaciones, que al volver el proyecto modificado a diputados, la
Cámara baja insistió con el proyecto originario, el que a la postre fue
sancionado. Si bien es cierto como alude la defensa, que al finalizar el debate,
luego de proceder a dar lectura por secretaria de la Presidencia y la
incorporación el proyecto consensuando, previo a la votación el Diputado
Pinedo Federico, propuso en particular modificar el texto legal por “[…] una
relación estable de pareja con convivencia, mediare o no convivencia al
momento del hecho […]”. Omite la defensa hacer referencia que seguidamente
es concedida la palabra al Diputado Albrieu Oscar Edmundo Nicolás, quien
sentencia “[…] habida cuenta de que este proyecto fue el resultado de un
amplio consenso, no vamos a aceptar ninguna modificación […]”. Una vez
realizada la votación, es aprobado por unanimidad de los miembros presentes,
se obtiene 206 votos afirmativos, incluido el mencionado Diputado Pinedo
Federico. Por lo que ese solo razonamiento implica que al no tener cabida la
modificación propuesta por este, mal puede hoy el intérprete de la norma penal,
el operador judicial forzar la interpretación del tipo penal y decir que lo que el
legislador quiso fuera solo contemplar las relaciones estables de pareja con
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Expte. N° PXM 3883/13.-
convivencia, mediare o no convivencia al momento del hecho o forzar la
interpretación del tipo para remitir a las “uniones convivenciales” del nuevo
Código Civil y Comercial.
Por otra parte, claramente el tipo legal del Código Penal alude a
“la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja,
mediare o no convivencia” y en cambio el Código Civil y Comercial,
circunscribe la existencia de la unión convivencial, como “[…] la unión basada
en relaciones afectivas de carácter singular, pública, notoria, estable y
permanente de dos personas que conviven y comparten un proyecto de vida
común, sean del mismo o de diferente sexo […]” art. 509, sumado al
cumplimiento de una serie de requisitos positivos y negativos establecidos en
los artículos siguientes. A saber, los dos integrantes sean mayores de edad, no
estén unidos por vínculos de parentesco en línea recta en todos los grados, ni
colateral hasta el segundo grado o por vínculos de parentesco por afinidad en
línea recta, no tengan impedimento de ligamen ni esté registrada otra
convivencia de manera simultánea y mantengan la convivencia durante un
periodo no inferior a dos años (art. 510 C.C.C).
Por lo expuesto si bien considero innegable que el término “unión
convivencial” se encuentra comprendido en la aludida “relación de pareja”, no
por ello cabe identificar a los mismos por cuanto la unión convivencial
configuraría un caso o por así decirlo una especie dentro del género más
abarcativo del término “relación de pareja”. Máxime cuando investigando el
ánimo y espíritu de la reforma en la versión taquigráfica encuentro entre los
diputados oradores que precedieron la votación, las palabras de la SRA.
BULLRICH, PATRICIA.- […] En primer lugar, quiero decir que estamos
planteando algo que está en nuestra realidad de todos los días. Me refiero a
esta idea de salir de las formalidades que tenía nuestro texto vigente e
incorporar todo tipo de relaciones: las de pareja, las de noviazgo, las de los
cónyuges, es decir, a todos aquellos que tengan algún tipo de relación
interpersonal que pueda entrar dentro de este tipo de violencia que estamos
describiendo. También es muy importante plantear la introducción de las
parejas que han terminado su relación, porque hemos visto muchísimos casos
de homicidios posteriores por despecho, por parte de quienes habiendo
terminado una relación, lo que hoy podemos llamar el femicidio vinculado,
pueden matar a un hijo, con el único objeto de causar un sufrimiento especial
producto de esa venganza […]” versión taquigráfica cit.
www.hcdn.gob.ar/secparl/dtaqui/versiones/index.html. Para cerrar este tema,
TRIBUNAL DE CASACION PENAL SALA I - LA PLATA dijo que “[…]
Finalmente, cabe abordar la denuncia de conculcación del principio de igualdad
ante la ley (art. 16 de C.N.) ya que se asignaría desproporcionadamente la
pena de prisión perpetua a las “distintas circunstancias” previstas como
agravantes que conllevan distintos grados de reproche, poniendo injustamente
en pie de igualdad tanto el homicidio perpetrado contra un ascendiente,
descendiente o cónyuge con aquel recaído contra una persona con quien
apenas se tuvo una relación de pareja prescindiendo de su duración y eventual
convivencia. En el caso, no se acreditó la discriminación arbitraria reclamada ni
se demostró dicha afectación al principio de igualdad. Resulta oportuno
puntualizar que en el marco de las atribuciones del Congreso de la Nación en
materia penal (art. 75 inc. 12 Const. Nac.) y conforme la línea imperante de
política criminal sustentada en la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (ley 24.632), es obligación
del Estado incluir en su legislación normas punitivas para sancionar la violencia
contra la mujer (art. 7 inc. c). En este aspecto, no encuentro opinable la sanción
de la disposición atacada. En concreto, se busca por la vía legislativa, además,
igualar en condiciones a un grupo histórico y socialmente
vulnerable “indispensable para su desarrollo individual y social”
(Preámbulo de la Convención). Tal manda constitucional convencional no
impide al legislador contemplar distintas situaciones y
conminarlas con un mismo monto y especie de sanción como lo exhibe el
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Expte. N° PXM 3883/13.-
extenso catálogo del art. 80 del C.P. que contiene múltiples situaciones con
fundamentos agravatorios bien disímiles. […]” TRIBUNAL DE CASACION
PENAL SALA I - LA PLATA (TC0001 LP) Causa: 68709, Fecha 23/06/2015
“Belinky Waser Agustin Ariel s/Recurso de Casación”.
Si igual cabe resaltar que contrariamente a lo argumentado por la
defensa, en el caso se acreditó no sólo que el agente y víctima eran "pareja"
sino también su relación sentimental de 21 años de duración, que nunca se
separaron y que tuvieron 3 hijos -ver manifestaciones del propio imputado a fs.
228vta./229- ; asimismo testimonios en audiencia de R. C. C.,
vecino de la vivienda de la pareja.
VI.- Lo cierto es que se observa que el juzgador ha seleccionado y
valorado minuciosamente todas las probanzas reunidas en el proceso que
resultaron determinantes conforme lo describe al resolver la primera y segunda
cuestión -fs. 226/239- explicando las razones y basando su razonamiento de
modo concatenado dando por resultado una composición del "fáctum" y
acciones con suficiente logicidad como para legitimar el fallo recurrido.
Así, respecto a la aseveración por parte de la defensa en interés a
una supuesta inimputabilidad del acusado por ebriedad, se puede observar que
del informe policial de la División química legal, a fs. 157 surge lo siguiente:
“[…] 3°) CONCLUSIÓN: El resultado obtenido por crom atografía en fase
gaseosa es de 1,39 (uno coma treinta y nueve) gramos de alcohol por litro […]”;
lo que me demuestra que el estado en que se encontraba el encartado al
momento del hecho, como pretende la defensa hacerlo ver a su defendido, no
es tal.
El accionar de M. G. en modo alguno se compadece
con el de una persona carente o con alteración del dominio de sus facultades
mentales y de sus acciones, ni a la de alguien que no coordina o no puede
coordinar sus movimientos y sólo actúa en forma automática, sin tener
conciencia de lo que hace, siente y quiere; y así lo corrobora además el informe
médico practicado al mismo, a fs. 129: “[…] 2. Se encuentra ubicado en tiempo
y espacio, no se hallan alteraciones en su memoria reciente y pasada. 3. No se
hallan alteraciones del contenido del pensamiento ni rasgos paranoicos. 4. No
se encuentran trastornos sensoperceptivos de tipo alucinatorios. 5. El aspecto,
actitud y postura observados durante la entrevista es similar al común, no
hallándose desequilibrios en la esfera afectiva. 6. El encartado fue capaz de
comprender la criminalidad de sus actos y pudo dirigir sus acciones al
momento del hecho que se investiga, no reúne las condiciones prescriptas en
el art. 34, inc. 1 del C. Penal […]”.
En tal sentido, éste S.T.J., tiene dicho: “[…] a los efectos de
determinar la capacidad para ser culpable de una persona, en los términos del
art. 34 inc. 1 del Código Penal, interesa el diagnóstico médico que se expida
sobre la existencia de la enfermedad mental, pero le compete a los jueces,
valorar el aporte de las cualidades psíquicas del individuo, para que
conjuntamente con el resto de las pruebas, puedan establecer si el sujeto, en el
momento de ocurrir el suceso, tenía una perturbación de la conciencia, que le
haya impedido comprender y dirigir sus acciones; es decir
no es el perito quien tiene que expedirse sobre la imputabilidad, sino el juez de
la causa. En concreto, el médico ilustra, el
juez decide.” (Cfr., causa “ROJAS RAMON DIONICIO P/ SUP. TENTATIVA DE
ROBO CALIFICADO Y ROBO CALIFICADO CON EL USO DE ARMA –
CAPITAL”, EXPTE. Nº PEX 15.884, Sentencia Nº 25/11). […]” Criterio reiterado
en Sent. Nº 83/12 “JAJAN ERNESTO AARON – MARTINEZ CARLOS
ROBERTO P/ROBO CALIFICADO CON ESCALAMIENTO – CAPITAL –
EXPTE. Nº 8528 T.O.P. Nº 2 (1)” Expte. Nº PEX 24.808/8 […]”. Sentencia N°
89/2015. Superior Tribunal de Justicia de Corrientes. Expte. N° PI1 11303/5,
caratulado: "R., A. P/ ABUSO SEXUAL SIN ACCESO CARNAL AGRAVADO
POR LA SITUACIÓN DE CONVIVENCIA - DOS HECHOS -
(ART. 119, 1ER PÁRRAFO INC. F DEL C.P.). BELLA VISTA - EXPTE. N° 8307
DE C.C. N° 2 (1)".
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Expte. N° PXM 3883/13.-
En líneas generales y realizada una concienzuda evaluación de la
causa de marras, se aprecia que el tribunal de juicio efectuó un análisis de la
totalidad de las pruebas incorporadas al debate: testimoniales, perfil
psicológico, testimonio del vecino, informes bioquímicos, médicos y
psiquiátricos, que permiten tener por acreditada no solo la reconstrucción
histórica del hecho sino también la exclusión de la aludida causal de
inimputabilidad ensayada por la defensa.
Además, es sabido que “[…] uno de los temas más ampliamente
discutidos y complejos es el de la inimputabilidad del que delinque en el
transcurso de una perturbación de la conciencia producido por la ingestión de
substancias alcohólicas. El problema involucra, en rigor, el total panorama de la
responsabilidad penal del ebrio […] la responsabilidad in concreto de todo
aquél que delinque en un estado pleno de intoxicación contraído
voluntariamente con respecto a un acto u omisión perpetrados durante ese
estado, debe ser judicialmente verificada, […] trasladándolas al instante en que
el agente ingirió la sustancia alcohólica o estupefaciente (causa mediata de su
ulterior conducta típicamente antijurídica). De ese modo se rechaza toda
especie de ficción o presunción de imputabilidad inexistente por definición en el
momento de la ejecución o consumación del hecho […]. En otros términos, el
agente, debe ser realmente imputable y culpable (con respecto al delito más
tarde cometido y no ya solo en cuanto a la embriaguez), en el momento en que
se embriaga o intoxica, si por cualquier razón no lo es, obviamente no cabe la
responsabilidad. Si, por el contrario, es efectivamente imputable, su
culpabilidad podrá ser dolosa, culposa o quizá preterintencional […], “Cf.,
FRIAS CABALLERO, JORGE, “IMPUTABILIDAD PENAL”, Ediar, 1981, p. 240,
212, 213 y sigs..
Resulta entonces ineficiente pretender como lo hace el
impugnante, que el estado de alcoholización o intoxicación en que se
encontraba el encausado, excluya la culpabilidad, porque como dice también
otro autor coincidiendo con el anterior, “[…] En la ebriedad puede invocarse,
tradicionalmente, la no punibilidad cuando la ingesta ha sido fortuita o
accidental y no coincidente bajo ninguna forma de dolo. Debe guardar entonces
un carácter de involuntaria. Una alcoholización voluntaria y preordenada es, en
cambio, siempre relacionada a dolo”, (Cf., ACHAVAL, ALFREDO,
“ALCOHOLIZACION”, Abeledo Perrot, 1994, p. 46/47). En consecuencia, que
haya estado el acusado incurso en algún grado de ebriedad, de ninguna
manera descarta su conducta dolosa, pues es lo que reiteradamente ha
sostenido este Tribunal, desde la sentencia nº 14/04, Expte. nº 22.041 “Rojas
Demetrio P/ Homicidio Calificado – Capital”, y en las Sentencias posteriores Nº
76/04, Nº 242/05, Nº 231/05, Nº 94/06 y 83/06, que en tanto y en cuanto, la
ebriedad y/o intoxicación sea voluntaria e intencional, ella no elimina la
culpabilidad y responsabilidad por los actos propios. Sentencia N° 07/2011.
Expediente Nº PEX 12.445/8 caratulado: “CAÑETE, ADOLFO ALEJANDRO
P/ROBO CON ARMAS Y CON ESCALAMIENTO EN CONCURSO IDEAL EN
GRADO DE TENTATIVA - CAPITAL” y Sentencia N° 128/20 12.PEX 46508/10
caratulado "ACEVEDO SERGIO ALFREDO P/HOMICIDIO -CAPITAL- EXPTE.
N° 8922 DE T.O.P. N° 2 (1)".
VII.- Es así que, del análisis de la sentencia, se puede apreciar
que el Tribunal de Juicio se basó en pruebas legalmente incorporadas y el
razonamiento efectuado por el "a quo" para arribar a la sentencia condenatoria
fue correcto conforme a la sana crítica racional, no advirtiéndose vicios que la
invaliden; más bien se aprecia una reedición de agravios en esta etapa
recursiva de los argumentos ya expuestos por la defensa anteriormente, las
que solventemente fueron respondidas por el Tribunal en su decisorio,
debiendo ser confirmada.
Es dable recordar, que el estado de inocencia, que si bien no
necesita ser construido, tampoco habilita asumir una actitud pasiva por parte de
la defensa, como mero espectador del proceso, sin intentar desvirtuar a través
de elementos de descargo, cuando se tuvo la oportunidad y alcance, a fin de
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Expte. N° PXM 3883/13.-
poder contrarrestar o refutar los elementos de cargo colectados; en su caso, la
omisión de requerir un examen médico más profundo a fin de recabar los datos
que el impugnante describe como agravio en su recurso, si consideró que los
mismos le servirían para desvirtuar la acusación y apoyar su tesitura de
inimputabilidad de su pupilo.
Debemos recordar, que el juicio oral es la etapa central del
proceso donde se da el contradictorio pleno y es el ámbito adecuado en el que
la defensa debió disipar, en su caso, todos sus interrogantes.
En efecto, para que proceda favorablemente en Casación el
principio “in dubio pro reo”, debe verificarse un estado de alto grado de
incertidumbre, como lo indica la C.S.J.N., que: "[…] No corresponde hacer lugar
al beneficio de la duda si tanto el recurso de casación como en la posterior
presentación directa, la defensa no expuso una real situación de incertidumbre,
de entidad tal que habilite cuestionar la certeza subjetiva en que los jueces
basaron el fallo condenatorio, o que autorice a sostener que ninguna
evaluación razonable de la totalidad de la prueba pudo haber brindado sustento
a esa decisión […]". (Mayoría: Lorenzetti, Fayt, Petracchi, Maqueda, Zaffaroni
Disidencia: Highton de Nolasco, Argibay, P. 894 XXXIX; RHE Palmiciano,
Pablo Marcelo s/causa Nº 4551. 28/08/2007.
http://www.csjn.gov.ar/jurisp/jsp/BuscadorSumarios). Ninguno de éstos
extremos asentados por la C.S.J.N., se verifica en autos, todo lo cual me llevan
a afirmar en el presente caso, el rechazo categórico del pedido de absolución.
Por todo lo expuesto, el recurso intentado resulta inconducente en
definitiva, conforme la doctrina de la sentencia arbitraria elaborada por la Corte
Suprema, "[…] Es importante recordar los límites de esta doctrina: "a) no se
aplica para subsanar meras discrepancias de las partes con los jueces; b) los
jueces no están obligados a ponderar una por una y exhaustivamente todas las
pruebas de autos; y c) la arbitrariedad, cuando versa sobre un elemento de
prueba, tiene que aludir a un extremo conducente o decisivo para la solución
del caso" (Sagües, Néstor Pedro: Derecho procesal constitucional, Astrea, t. 2,
"Recurso extraordinario", pág. 320 y ss. Y los numerosos casos que dicho autor
cita). Como se puede ver, en un marco amplio ambos conceptos vienen a
coincidir. Una sentencia, para ser válida desde el punto de vista procesal y
desde el punto de vista constitucional, debe respetar el principio de
congruencia. La decisión, además, tiene que ser motivada, lo cual significa que
ha de tener fundamentos. Estos fundamentos deben ser completos: referirse
tanto al hecho como al derecho y contemplar todos los hechos esenciales;
deben ser legítimos, o sea, basarse en pruebas válidas, y no apoyarse en
pruebas inválidas o pasibles de invalidez absoluta, y además no puede
prescindir de pruebas válidas y esenciales incorporadas al proceso, y aun el
juez debe producir la prueba esencial que esté a su alcance cuando de ello
dependa el descubrimiento de la verdad del caso; finalmente, los fundamentos
deben ser lógicos, es decir, adecuados a los principios que presiden el recto
entendimiento humano, y basarse en la psicología y en la experiencia común
como pautas de las cuales un juez no se puede apartar en su decisiones […]"
(CF: DE LA RUA, FERNANDO "LA CASACION PENAL", El recurso de
casación penal en el nuevo código procesal penal de la nación, Depalma, 1994,
pág. 184), y lógicamente ha inferido de las pruebas legalmente incorporadas al
debate, el acontecimiento de hechos delictivos imputables al accionar del
encartado, brindando los fundamentos que en la sentencia "[…] permiten
extraer de ella, nos guste o no, las razones lógico-argumentativas que lo
llevaron a tomar la decisión […]", (CF. REVISTA DE DERECHO PENAL,
GARANTIAS CONSTITUCIONALES Y NULIDADES PROCESALES, 200l-l,
RUBINZAL CULZONI, pág. 279) por lo que, arribo a la conclusión que la
sentencia se encuentra debidamente fundada, reuniendo los requisitos
mínimos de validez, por tanto, propongo que se confirme la condena. ASI
VOTO.
A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR MINISTRO DOCTOR
EDUARDO GILBERTO PANSERI, dice:
Superior Tribunal de Justicia
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Expte. N° PXM 3883/13.-
Que adhiero al voto del Doctor Alejandro Alberto Chain, por
compartir sus fundamentos. ASI VOTO.
A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR PRESIDENTE DEL
SUPERIOR TRIBUNAL DE JUSTICIA DOCTOR GUILLERMO HORACIO
SEMHAN, dice:
Que adhiero al voto del Doctor Alejandro Alberto Chain, por
compartir sus fundamentos. ASI VOTO.
A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR MINISTRO DOCTOR
LUIS EDUARDO REY VÁZQUEZ, dice:
Que adhiero al voto del Doctor Alejandro Alberto Chain, por
compartir sus fundamentos. ASI VOTO.
A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR MINISTRO DOCTOR
FERNANDO AUGUSTO NIZ, dice:
Que adhiero al voto del Doctor Alejandro Alberto Chain, por
compartir sus fundamentos. ASI VOTO.
En mérito del presente Acuerdo, el Superior Tribunal de Justicia
dicta la siguiente:
SENTENCIA N° 25
1°) Rechazar el recurso de casación de fs. 243/245,
confirmándose la condena impuesta a M. G., en la sentencia N° 02
del T.O.P. de la ciudad de Paso de los Libres, a fs. 221/234 y vta.. 2°) Insertar
y notificar.-
Fdo: Dres. Alejandro Chain-Eduardo Panseri-Guillermo Semhan-Luis Rey
Vázquez-Fernando Niz.