Universidad Nororiental Privada “Gran Mariscal de Ayacucho”
Facultad de Derecho
Núcleo Maturín
Maturín Estado Monagas
DERECHOS HUMANOS Y NACIONALIDAD EN
LA CONSTITUCIÓN VENEZOLANA DE 1999:
GARANTÍAS, CIUDADANÍA Y PROTECCIÓN
INTERNACIONAL.
Profesora: Bachilleres:
Roselys Acevedo Maria Garcia
Wuillian Garcia
Luiselys Palacios
Antonella Gil
Basinger Colmenarez
11 de Marzo de 2025
LAS GARANTÍAS Y LOS DERECHOS HUMANOS EN LA CONSTITUCIÓN
VENEZOLANA DE 1999.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999
establece un marco amplio para la protección de los derechos humanos,
incluyendo garantías específicas para su ejercicio.
La Constitución venezolana reconoce una amplia gama de derechos
fundamentales, incluyendo derechos civiles, políticos, sociales, económicos y
culturales.
Entre estos derechos se encuentran:
o El derecho a la vida.
o La igualdad ante la ley.
o La libertad de expresión.
o El derecho a la salud.
o El derecho a la educación.
Para garantizar el ejercicio de estos derechos, la Constitución establece una serie
de garantías constitucionales, que son mecanismos de protección legal.
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y LAS GARANTÍAS
CONSTITUCIONALES DE LOS DERECHOS HUMANOS.
Los derechos fundamentales son derechos humanos que han sido
legalmente adoptados en un país concreto. Estos derechos están consagrados en
la Constitución y tienen como objetivo proteger la dignidad, la libertad, la igualdad
y la participación de las personas en la sociedad. Su diseño busca lograr que
todos los ciudadanos vivan en un estado democrático y social, donde se respeten
y garanticen los derechos humanos.
La base de los derechos fundamentales radica en la Constitución, la única
fuente que puede reconocer y garantizar dichos derechos. Se consideran
fundamentales porque reflejan los valores que sustentan el sistema político y legal
de un país. En Venezuela, estos valores incluyen la vida, la libertad, la justicia, la
igualdad, la solidaridad y la democracia, entre otros.
Es fundamental también mencionar la importancia de contar con garantías
para los derechos fundamentales. Sin un sistema eficiente que los proteja, las
declaraciones sobre estos derechos se convierten en meras palabras. Un sistema
de garantías debe asegurar el respeto de los derechos por parte de todos, incluido
el poder público, y debe luchar contra la impunidad.
El sistema de garantías se caracteriza por tres rasgos esenciales. En primer
lugar, debe asegurar la efectividad de todos los derechos fundamentales frente al
poder público y, en menor medida, en las relaciones entre particulares. En
segundo lugar, debe prevenir la impunidad, permitiendo respuestas ante cualquier
violación de los derechos. Por último, debe ofrecer una variedad de
procedimientos y organismos que resguarden estos derechos, apoyándose en la
tutela judicial como la principal garantía.
Los derechos fundamentales pueden clasificarse de diversas maneras. Una
posible clasificación se basa en las garantías y obligaciones necesarias para
hacerlos efectivos, distinguiéndose entre derechos de libertad y derechos de
solidaridad. Otra clasificación responde a su naturaleza, diferenciando entre
derechos que requieren acción (derechos a hacer) y aquellos que protege de
injerencias (derechos de no hacer). También pueden clasificarse según su
contenido, en derechos de libertad, de participación, sociales y de garantía.
Finalmente, los derechos de solidaridad representan una nueva generación
de derechos que buscan salvaguardar aspectos esenciales para la supervivencia
humana, como el medio ambiente y los recursos fundamentales, resaltando así su
relevancia en el contexto internacional.
Garantía de los Derechos Humanos:
Artículo 19. El Estado se compromete a garantizar a todas las personas, de
acuerdo con el principio de progresividad y sin ninguna forma de discriminación, el
pleno disfrute y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los
derechos humanos.
El respeto y la protección de estos derechos son imperativos para los
órganos del Poder Público, de conformidad con lo establecido en esta
Constitución, así como en los tratados internacionales de derechos humanos que
la República ha suscrito y ratificado, y en las leyes que los desarrollen.
Asimismo, toda persona tiene el derecho, conforme a lo dispuesto en los
tratados, pactos y convenciones sobre derechos humanos ratificados por la
República, a presentar peticiones o quejas ante los órganos internacionales
habilitados para tal propósito, con el fin de solicitar la protección de sus derechos
humanos.
JERARQUÍA CONSTITUCIONAL DE LOS TRATADOS SOBRE DERECHOS
HUMANOS.
En Venezuela, la jerarquía constitucional de los tratados internacionales de
derechos humanos está establecida en el artículo 23 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela. Este artículo es fundamental para entender
la importancia que se le da a los derechos humanos en el ordenamiento jurídico
venezolano.
Jerarquía Constitucional:
Los tratados, pactos y convenciones relativos a derechos humanos, suscritos
y ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional. Esto significa que
tienen un rango igual al de la propia Constitución.
Además, prevalecen en el orden interno, en la medida en que contengan
normas sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas en la
Constitución y en las leyes de la República.
Aplicación Directa e Inmediata:
Estos tratados son de aplicación inmediata y directa por los tribunales y
demás órganos del Poder Público.
Derecho de Petición:
El artículo 31 de la Constitución garantiza el derecho de toda persona a
dirigir peticiones o quejas ante los órganos internacionales creados para tales
fines, con el objeto de solicitar el amparo a sus derechos humanos.
Principio Pro Homine:
Existe el principio pro homine, que es un criterio hermenéutico que informa
todo el derecho de los derechos humanos, en virtud del cual se debe acudir a la
norma más amplia, o a la interpretación más extensiva, cuando se trata de
reconocer derechos protegidos, e inversamente, a la norma o a la interpretación
más restrictiva cuando se trata de establecer restricciones permanentes al
ejercicio de los derechos o su suspensión extraordinaria.
EL LIBRE DESENVOLVIMIENTO DE LA PERSONALIDAD.
El libre desenvolvimiento de la personalidad en Venezuela está garantizado
por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, específicamente en
su artículo 20. Este derecho es fundamental para el desarrollo individual y social
de cada persona.
Artículo 20:
Este artículo establece que "Toda persona tiene derecho al libre
desenvolvimiento de su personalidad, sin más limitaciones que las que derivan del
derecho de las demás y del orden público y social".
Esto significa que cada individuo tiene la libertad de desarrollar su propia
identidad, tomar decisiones y llevar a cabo acciones que considere pertinentes,
siempre y cuando no infrinja los derechos de otros ni altere el orden público.
El libre desenvolvimiento de la personalidad abarca diversos aspectos de la vida
de una persona, incluyendo:
La libertad de pensamiento y expresión.
La libertad de conciencia y religión.
La libertad de elegir su propio estilo de vida.
La libertad de tomar decisiones sobre su propio cuerpo.
la libertad de asociación.
Este derecho está intrínsecamente ligado a otros derechos fundamentales,
como la libertad, la igualdad y la dignidad humana.
Como se indica en el artículo 20, el libre desenvolvimiento de la personalidad no
es un derecho absoluto. Sus limitaciones son:
Los derechos de los demás: El ejercicio de este derecho no puede vulnerar
los derechos de otras personas.
El orden público y social: El ejercicio de este derecho no puede perturbar el
orden público ni poner en peligro la sociedad.
El libre desenvolvimiento de la personalidad es esencial para:
El desarrollo pleno de cada individuo.
La construcción de una sociedad libre y democrática.
La protección de la diversidad y la pluralidad.
Es importante tener en cuenta que la interpretación y aplicación de este
derecho pueden variar en la práctica.
También es importante que la persona esté al tanto de cuáles son sus
derechos y sus deberes dentro de la sociedad, para que pueda tener un buen
desenvolvimiento personal. El libre desenvolvimiento de la personalidad es un
derecho fundamental en Venezuela, que permite a cada persona desarrollar su
propia identidad y llevar una vida plena, siempre dentro de los límites establecidos
por la ley.
LA IGUALDAD ANTE LA LEY. IRRETROACTIVIDAD DE LA LEY.
La igualdad ante la ley: Es un principio fundamental que establece que
todas las personas, sin importar su origen, estatus social, género, raza, religión o
cualquier otra característica, deben ser tratadas de manera equitativa en el ámbito
legal. Esto significa que todos tienen los mismos derechos y responsabilidades
frente a la ley, y que no debe haber discriminación ni privilegios especiales para
ningún individuo o grupo.
Este principio asegura que cada persona tenga acceso a la justicia y que
sus derechos sean protegidos de igual manera. Además, implica que las leyes
deben aplicarse de forma imparcial y justa, garantizando que nadie esté por
encima de la ley. La igualdad ante la ley es esencial para mantener la confianza
en el sistema judicial y para promover una sociedad más justa y equitativa. En
resumen, es un pilar de la democracia y del estado de derecho, que busca
proteger la dignidad y los derechos de todos los ciudadanos.
La irretroactividad de la ley: Es un principio legal que indica que las nuevas
leyes solo pueden aplicarse a hechos que suceden después de que entran en
vigor. En otras palabras, no se puede aplicar una ley a situaciones que ocurrieron
antes de que esta se promulgara. Este principio es fundamental en todas las
ramas del derecho, pero cobra especial relevancia cuando se trata de leyes que
restringen derechos individuales o que imponen sanciones. Así, se garantiza que
las personas no sean juzgadas o penalizadas por acciones que eran legales en el
momento en que se llevaron a cabo.
EL DERECHO DE AMPARO, EL HABEAS CORPUS, EL HABEAS DATA, EL
DERECHO DE PETICIÓN ANTE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES
PARA LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS, DE ACUERDO A LA
CONSTITUCIÓN VENEZOLANA DE 1999
El derecho de amparo en la Constitución de Venezuela de 1999 permite a
las personas acudir a los tribunales para que protejan sus derechos y garantías
constitucionales. Artículo 27. Toda persona tiene derecho a ser amparada por los
tribunales en el goce y ejercicio de los derechos y garantías constitucionales, aun
de aquellos inherentes a la persona que no figuren expresamente en esta
Constitución o en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos.
Habeas corpus:
Es una institución jurídica que obliga a que toda persona detenida sea
presentada en un plazo preventivo determinado ante el juzgado pertinente, quien
podría ordenar la libertad inmediata del detenido si no encontrara motivo suficiente
de arresto.
Este término proviene del latín habeas corpus [ad subjiciendum] «que
tengas [tu] cuerpo [para exponer]», «tendrás tu cuerpo libre», siendo habeas la
segunda persona singular del presente de subjuntivo del verbo latino habēre
(«tener»). O puede ser llamado igualmente como «cuerpo presente».
La institución del habeas corpus permite evitar arrestos, detenciones
arbitrarias, torturas y asesinatos parajudiciales (véase terrorismo de Estado y ley
de fugas), asegurando los derechos básicos no solo de ser escuchado por la
justicia y saber de qué se le acusa, sino de ser retenido por un tiempo razonable
en condiciones tales que esté alimentado, sano y, por descontado, vivo y con
derecho a reclamar la asistencia y protección de un abogado pagado o de oficio.
También puede decirse que tutela los derechos fundamentales derivados de la
vida y la libertad frente a cualquier acto u omisión de cualquier autoridad,
funcionario o persona que pueda vulnerar dichos derechos.
Habeas data:
La Constitución venezolana de 1999 establece que toda persona tiene
derecho a acceder a sus datos personales, y a solicitar su rectificación o
destrucción si son erróneos. El hábeas data incluye el derecho de las personas de
conocer el uso que se haga de tales registros y su finalidad, y de solicitar ante el
tribunal competente su actualización, rectificación o destrucción, si fuesen
erróneos o afectasen ilegítimamente sus derechos.
El derecho de petición ante los organismos internacionales para la
protección de los derechos humanos de acuerdo a la Constitución venezolana de
1999
El Artículo 31 de la República Bolivariana de Venezuela establece que
cualquier persona puede presentar peticiones ante organismos internacionales
para solicitar protección de sus derechos humanos.
Procedimiento:
El Estado debe tomar las medidas necesarias para cumplir con las
decisiones de los organismos internacionales.
El medio utilizado para hacer conocer la petición a la autoridad no es importante.
Tipos de peticiones:
La petición queja se usa para denunciar situaciones irregulares o
arbitrariedades de los órganos públicos.
La petición manifestación se usa para expresar un deseo o dar información a la
autoridad competente.
Defensor del Pueblo:
El Defensor del Pueblo vela por el respeto y garantía de los derechos
humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales.
Derecho de petición en general
El derecho de petición es un medio para dirigirse a las autoridades y pedir una
respuesta a una demanda social o individual.
LA NACIONALIDAD
La nacionalidad es un derecho fundamental que establece un vínculo
jurídico entre una persona y un Estado. Es un elemento esencial de la identidad de
las personas y les permite ejercer sus derechos.
JUS SOLI Y JUS SANGUINIS.
Tanto el Jus Soli como el Jus Sanguinis son criterios jurídicos para
determinar la nacionalidad de las personas naturales, dependiendo del lugar
donde se nace o de sus ascendientes, respectivamente.
Así, el Jus Soli (del latín “derecho del suelo”), otorga la nacionalidad a aquellos
nacidos en territorio nacional, es decir, que la nacionalidad se adquiere por el
hecho de haber nacido dentro de los límites de un Estado.
El Jus Sanguinis (del latín "derecho de sangre") es el criterio jurídico que
explica que una persona adquiere la nacionalidad de sus ascendientes por el
simple hecho de su filiación (biológica o incluso adoptiva), aunque el lugar de
nacimiento sea otro país.
LA NACIONALIDAD ORIGINARIA.
Artículo 32 de la Constitución: “Son venezolanos y venezolanas por nacimiento:
1. Toda persona nacida en el territorio de la República.
2. Toda persona nacida en territorio extranjero, hijo o hija de padre
venezolano por nacimiento y madre venezolana por nacimiento.
3. Toda persona nacida en territorio extranjero, hijo o hija de padre
venezolano por nacimiento o madre venezolana por nacimiento, siempre
que establezcan su residencia en el territorio de la República o declaren su
voluntad de acogerse a la nacionalidad venezolana.
4. Toda persona nacida en territorio extranjero de padre venezolano por
naturalización o madre venezolana por naturalización siempre que antes de
cumplir dieciocho años de edad, establezca su residencia en el territorio de
la República y antes de cumplir veinticinco años de edad declare su
voluntad de acogerse a la nacionalidad venezolana.
NACIONALIDAD ADQUIRIDA.
Constitución de 1999 se prevé en su artículo 33, el cual considera que son
venezolanos por naturalización:
1. Los extranjeros o extranjeras que obtengan carta de naturaleza. A tal fin
deberán tener domicilio en Venezuela con residencia ininterrumpida de, por
lo menos, diez años, inmediatamente anteriores a la fecha de la respectiva
solicitud.
2. El tiempo de residencia se reducirá a cinco años en el caso de aquellos y
aquellas que tuvieren la nacionalidad originaria de España, Portugal, Italia,
países latinoamericanos y del Caribe.
3. Los extranjeros o extranjeras que contraigan matrimonio con venezolano o
venezolana desde que declaren su voluntad de serIo, transcurridos por lo
menos cinco años a partir de la fecha del matrimonio.
4. Los extranjeros o extranjeras menores de edad para la fecha de la
naturalización del padre o de la madre que ejerza sobre ellos la patria
potestad, siempre que declaren su voluntad de ser venezolanos o
venezolanas antes de cumplir los veintiún años de edad y hayan residido en
Venezuela, ininterrumpidamente, durante los cinco años anteriores a
dicha declaración.
LA DOBLE NACIONALIDAD.
La concurrencia de dos nacionalidades en una misma Persona tiene como
consecuencia la existencia de un doble vínculo Jurídico. La Persona con doble
nacionalidad es, a un tiempo, nacional de dos Países, gozando de la plena
condición Jurídica de nacionales de ambos Estados.
Sin embargo, esto no quiere decir que estas Personas puedan estar
sometidas simultáneamente a las legislaciones de ambos Países, sino que, por el
contrario, se articulan medios para "dar preferencia a una de las nacionalidades" a
la Persona con doble nacionalidad para, de esta manera, tener un punto de
referencia en lo relativo a las relaciones Ciudadano-Estado.
Para ello, la mayor parte de los convenios de doble nacionalidad toma el
domicilio como punto de referencia, de tal manera que los Ciudadanos con doble
nacionalidad no estarán sometidos de forma constante a ambas legislaciones, sino
sólo a la del País en el que tengan fijado su domicilio. Esto será aplicable para
cuestiones tales como el otorgamiento de Pasaporte, la protección Diplomática, el
ejercicio de los Derechos Civiles y Políticos, los Derechos de Trabajo y de
Seguridad Social y las Obligaciones Militares.
Una innovación de la Constitución de 1999 dentro del régimen de la
nacionalidad, es el de la admisión de la doble nacionalidad, es decir, que los
venezolanos, sea por nacimiento o por naturalización, puedan tener otra
nacionalidad sin perder la venezolana.
Este principio, consagrado en el artículo 34 al prescribir que "la
nacionalidad venezolana no se pierde al optar o adquirir otra nacionalidad",
cambia radicalmente el régimen anterior, conforme al cual, de acuerdo con el
artículo 39 de la Constitución de 1961, la nacionalidad venezolana se perdía por
opción o adquisición voluntaria de otra nacionalidad.
LA CIUDADANÍA.
La ciudadanía es la condición jurídica en virtud de la cual un individuo
interviene en el ejercicio de la potestad política de un Estado, es decir, es la
condición para el ejercicio de los derechos políticos.
La ciudadanía es el vínculo político que se establece entre una persona y el
Estado, que le permite participar en el sistema político; por ello, el ciudadano es
esencialmente el venezolano.
De allí lo indicado en el artículo 39 de la Constitución, "Los venezolanos y
venezolanas que no estén sujetos o sujetas a inhabilitación política ni a
interdicción civil, y en las condiciones de edad previstas en esta Constitución,
ejercen la ciudadanía y, en consecuencia, son titulares de derechos y deberes
políticos de acuerdo con esta Constitución".