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Consideraciones para No Vivir Aislados Como Cristianos

El aislamiento social es un problema creciente que afecta la salud y el propósito de los cristianos, quienes fueron creados para vivir en comunidad. Se presentan cuatro razones bíblicas para evitar el aislamiento: la creación para la comunidad, la obediencia a Dios, el crecimiento espiritual y la misión de hacer discípulos. La vida en comunidad es esencial para reflejar la imagen de Dios, cultivar relaciones significativas y cumplir con el propósito divino en la tierra.

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Carlos Mena
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Consideraciones para No Vivir Aislados Como Cristianos

El aislamiento social es un problema creciente que afecta la salud y el propósito de los cristianos, quienes fueron creados para vivir en comunidad. Se presentan cuatro razones bíblicas para evitar el aislamiento: la creación para la comunidad, la obediencia a Dios, el crecimiento espiritual y la misión de hacer discípulos. La vida en comunidad es esencial para reflejar la imagen de Dios, cultivar relaciones significativas y cumplir con el propósito divino en la tierra.

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Consideraciones para no vivir aislados como cristianos - Génesis 1.26-28

El aislamiento social se están convirtiendo en un problema cada vez mayor en el mundo actual. A pesar
de que vivimos en una sociedad hiperconectada, aún mucha gente se siente sola. Tal vez, más sola que
nunca.

Cada vez más estudios advierten que las personas pasan más tiempo solas que acompañadas, tienen
menos amistades íntimas y se sienten menos conectadas con sus comunidades inmediatas que hace
dos décadas. No podemos culpar solo a Internet por este problema, aunque muchos estudios indican
que la tecnología y las redes sociales permiten el marco en el cual la soledad y el aislamiento se
agravan.

Las facilidades y comodidades que nos brinda la tecnología se han vuelto en nuestra contra, al punto
de que nos provocan serios problemas de salud. En adultos y mayores, el aislamiento social está
relacionado con serios problemas físicos, como el deterioro mental y la insuficiencia cardíaca; en
jóvenes y adolescentes, con la ansiedad y la depresión.

No fuimos creados para el aislamiento, sino para la comunidad, porque fuimos creados por el Dios
trino

Los cristianos no somos inmunes a esta problemática actual. Pero lo más triste es que no solo afecta
nuestra salud, sino también a nuestro propósito y razón de ser. Cristianos aislados se traduce en iglesias
aisladas, que no cumplen su misión ni reflejan a Dios en el mundo.

Tal vez tú eres un creyente que tiende a aislarse y evitar relaciones personales profundas. Por eso
quiero compartir contigo cuatro verdades bíblicas que nos dan razones suficientes para no aislarnos
como cristianos.

1. La primera razón para no vivir aislado es que fuiste creado para vivir en comunidad.

Recuerda el relato de la creación de Adán y Eva: “Dios creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios
lo creó; varón y hembra los creó” (Gn 1:27). Los seres humanos somos portadores de la imagen de
Dios, lo cual tiene muchas implicaciones para nuestra identidad y propósito.

Es evidente que ser portadores de la imagen de Dios requiere que tengamos vínculos interpersonales e
interacciones con el mundo. No fuimos creados para el aislamiento, sino para la comunidad, porque
fuimos creados por el Dios trino, quien existe en una comunidad de tres personas desde la eternidad y
por la eternidad.

El problema es que el pecado corrompió nuestra imagen y semejanza de Dios. Desde la caída, las
relaciones humanas son dolorosas y conflictivas (Gn 3:16-19). Lo puedes ver, por ejemplo, en nuestra
mala administración del mundo, en el profundo egoísmo humano y en la violencia social.

La buena noticia es que Jesús vino a restaurar nuestra imagen. Al morir para pagar por los pecados de
Su pueblo, Jesús nos dio una nueva vida en Dios en la que vamos renovando nuestro ser interior a Su
semejanza, en santidad, justicia y verdad (Ef 4:22-24).
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Gracias a la obra de Jesús podemos reflejar la imagen de Dios. Esto nos ayuda a vivir las relaciones de
manera más acorde al plan divino. Si te cuesta tratar con las personas, recuerda que Cristo vino a
restaurar nuestra imagen de Dios, de modo que podamos entablar relaciones sanas con los demás.

2. La segunda razón para no vivir aislado tiene que ver con tu obediencia a Dios.

Para reflejar Su imagen de manera fiel, Dios nos dejó Su ley que nos guía para vivir de una manera
santa y amorosa. De hecho, toda la ley puede resumirse en este mandamiento de dos caras: amar a
Dios y amar al prójimo (Dt 6:5; Mt 22:37-40). Esto es lo que Dios requiere de Su pueblo.

Es evidente que para amar a nuestro prójimo es necesario que mantengamos vínculos personales. En
esta época amar se confunde con ser tolerante. Simplemente se tolera la existencia de los demás, pero
no hay un compromiso con cultivar relaciones personales profundas.

No te aísles ni te recluyas en el aislamiento, asume compromiso con una iglesia local y vive el plan de
Dios para tu crecimiento

Este problema se debe a la corrupción del pecado que impide a las personas cumplir la ley de Dios de
la manera que Él exige: con un corazón puro y para Su gloria. El ser humano natural no ama a Dios y,
como consecuencia, tampoco ama a su prójimo. Lo puedes ver en las noticias: las guerras, la opresión a
los vulnerables, la ambición desmedida y tantas otras desgracias nacen de corazones que no aman a
Dios ni al prójimo, ¿de dónde crees que vienen tus conflictos interpersonales (Stg 4:1)?

Vivimos en medio de relaciones caídas, contrarias a la ley de Dios. Por eso muchas veces preferimos
evitarlas. Los cristianos hemos conocido el verdadero amor en la muerte de Jesús por nuestros
pecados! Gracias a eso podemos practicar el mismo amor con los demás y, en especial, con nuestros
hermanos en la fe (1 Jn 3:16).

Tal vez no somos perfectos en nuestro amor por los demás, pero gracias a Cristo estamos en un camino
de obediencia. Aunque las relaciones sociales pueden ser dolorosas y difíciles, recuerda el amor eterno
de Jesús que transformó tu corazón para amar a otros de manera sacrificial. Sé obediente a la ley de
Dios y cultiva relaciones interpersonales donde puedas practicar el amor (Ro 13:8-10).

3. La tercera razón para no vivir aislado tiene que ver con tu crecimiento espiritual.

Es cierto que los cristianos hemos recibido un nuevo corazón, capaz de amar a Dios y al prójimo, pero
necesitamos ejercitar y madurar este amor a la semejanza de Cristo. Y así como dependemos de Dios
para nacer de nuevo, dependemos de Él para nuestro crecimiento (cp. Gá 5:25).

Uno de los canales por los cuales Dios derrama Su gracia para nuestra madurez y edificación es a través
de la comunión fraternal con otros creyentes. En el contexto de una iglesia local, la familia espiritual,
puedes cultivar relaciones donde se vive, se practica y se habla la verdad y el amor de Dios (Ef 4:15).
Como necesitas estas relaciones para crecer, es evidente que necesitas asistir presencialmente a la
iglesia y exponerte a la predicación de las Escrituras. Necesitas cantar y orar con tus hermanos, llorar y
reír con tus hermanos. Necesitas a tu familia de la fe.
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No estoy idealizando a la iglesia, como si allí no hubiera conflictos y desacuerdos. Pero incluso esas
experiencias son oportunidades para nuestro crecimiento si las enfrentamos con humildad,
mansedumbre, paciencia y perdón, con el esfuerzo por mantener la unidad de nuestra iglesia (Ef 4:1-3).

Cuando vivimos de acuerdo al plan sabio de Dios no solo crecemos, sino que también tenemos el
privilegio de ser instrumentos del Señor para el crecimiento de otros creyentes. Por eso, no te aísles.
Asume compromiso con una iglesia local y vive el plan de Dios para tu crecimiento.

4. La última razón para no aislarte está relacionada con tu misión.

Después de haber muerto y resucitado para asegurar la salvación de Su pueblo, Jesús encomendó y
empoderó a Sus discípulos para que hicieran más discípulos Suyos en todas las naciones, hasta el fin
del mundo (Mt 28:18-20). Esta misión sigue vigente hasta nuestros días y te incluye, como parte del
pueblo de Dios.

Si te aíslas y no cumples tu misión, pierdes gran parte de tu propósito en la tierra y te expones a una
vida hueca y sin sentido

El mandamiento específico en la gran comisión es hacer discípulos, lo que demanda que vayas donde
las personas están, que prediques el evangelio con tu vida y tus palabras, que te pongas a la par de
aquellos que responden al mensaje para enseñarles a vivir la vida de acuerdo a la Palabra de Dios. En
resumidas cuentas, cumplir la gran comisión demanda que cultives relaciones interpersonales.

Esta misión no es fácil. Debemos salir de nuestra comodidad e ir al encuentro de personas que, a priori,
rechazan nuestro mensaje. Es posible que suframos burlas o persecución; tal vez hasta seamos dignos
del martirio, quién sabe.

Cumplimos la gran comisión como iglesia, en y a través de relaciones con otros creyentes. Pero sobre
todo recuerda que cuentas con la mayor y mejor relación personal imaginable: la presencia
consoladora de Cristo y Su profundo amor demostrado en la cruz y su Espíritu.

No te quedes aislado y sin propósito. Únete a la iglesia para crecer y para cumplir con tu misión. Podrás
experimentar la plenitud que viene de obedecer la voluntad de Jesús y disfrutar Su presencia todos los
días.

En el mundo, el aislamiento social están causando estragos en las personas. Al vivir aislados de los
demás, los seres humanos pierden sentido y propósito, lo que deteriora sus almas y sus cuerpos. Pero
el peor aislamiento del ser humano es vivir separado de Dios por el pecado.

Fuimos creados y salvados para vivir en comunidad; por lo tanto, vivamos en la compañía de la iglesia
para alcanzar aquellos que aún están separados de Dios.

El aislamiento es un problema en el mundo; que no se convierta en un problema en la iglesia también.


Tienes razones más que suficientes para cultivar vínculos interpersonales que te permitan vivir en la
plenitud del plan de Dios para ti y para tu crecimiento y madures cristiana.

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