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Discipulando A Los Santos 9

El documento enfatiza la importancia de la familia en la vida espiritual del discípulo de Cristo, destacando que un hogar cristiano debe ser un ambiente de amor y aceptación. Se presentan prácticas para educar a los hijos en la fe, como la oración, el culto familiar y la memorización de la Escritura. La tarea final invita a realizar un culto familiar y reflexionar sobre su impacto en la vida personal.

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Discipulando A Los Santos 9

El documento enfatiza la importancia de la familia en la vida espiritual del discípulo de Cristo, destacando que un hogar cristiano debe ser un ambiente de amor y aceptación. Se presentan prácticas para educar a los hijos en la fe, como la oración, el culto familiar y la memorización de la Escritura. La tarea final invita a realizar un culto familiar y reflexionar sobre su impacto en la vida personal.

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CENTRO CRISTIANO EL SHADAI

Pastor Josué Yánez A.

DISCIPULANDO A LOS SANTOS.

LECCIÓN 9: EL DISCÍPULO Y SU FAMILIA

Para que el discípulo de Cristo pueda alcanzar la plenitud espiritual en su vida y servir al Señor, primero tiene que poner
en orden su vida familiar. La familia es su integridad, su idiosincrasia, su dignidad, su carácter, sus costumbres, sus hábitos,
sus valores morales y sus valores espirituales. La familia cristiana debe caracterizarse por tener una convivencia piadosa,
íntegra, amorosa, servicial, recta, llena de fe y de templanza. Como integrantes de una familia, debemos esforzarnos para que
cada miembro haya aceptado a Jesucristo, o en todo caso, la mayoría de ellos. Si las sociedades tuvieran familias solidamente
edificadas en la palabra de Dios, la sociedad no estaría viviendo el desgaste y la calamidad moral que sufre en todo el mundo.

Un hogar religioso no es necesariamente un hogar cristiano, aun en familias donde los padres se consideran como tales. El
problema radica en el concepto que tenemos de lo que significa ser cristiano. Para muchos, ser cristiano es no ser pagano o
católico; es ser una persona civilizada, respetable o pacífica.

Una tarea primordial de los matrimonios cristianos es crear en su hogar un ambiente de amor y aceptación. La vida enseña
que los hogares religiosos en los cuales los hijos se rebelan suelen ser aquellos donde la arbitrariedad, y no el amor, ha sido la
característica más destacada. Las personas legalistas suelen ser generalmente inflexibles y juiciosas, creando un ambiente
tenso en el hogar, donde la crítica y la presión son el pan de cada día. Muchos niños, especialmente cuando llegan a la edad
de la adolescencia, rechazan la autoridad paterna. Los hijos transfieren este mismo rechazo al cristianismo que han visto en
sus padres, si ellos han usado la autoridad de la iglesia y de la Biblia para obligarles a hacer lo que los padres querían.

El hogar cristiano es el gran laboratorio experimental de la palabra de Dios. Y el primer ministerio de la familia es el
ministerio de la Educación Cristiana a los hijos (Lc. 2:40). En el hogar cristiano debe morar el Espíritu Santo, para que Él
dirija la vida del hogar y la educación cristiana de la familia. La religión judía ha sobrevivido a siglos de persecución porque
los padres han tomado en serio el mandato de Dios de enseñar a sus hijos la palabra divina (Dt. 5:4-7). Hipotéticamente, se
podría mantener la instrucción religiosa en casa aunque no existiesen ni sinagogas ni templos cristianos. La verdad es que el
hogar ofrece muchas oportunidades de rendir culto a Dios y enseñar la Biblia:

1. Dar gracias a Dios antes de las comidas. Los niños pueden aprender desde muy pequeñitos a poner las manos en
actitud de oración y a respetar este tiempo. La oración antes de comer fue una costumbre de Jesús (Mr. 8:6; Mt. 14:19; Lc.
22:19; 24:30). A la vez que enseña la gratitud, esta práctica recuerda que todo lo que tenemos viene de Dios, el Creador.
2. Orar antes de acostarse. Es una buena oportunidad de inculcar en los niños el concepto de un Dios de amor, un Padre
celestial que se preocupa por sus criaturas. Enseña la realidad de la fe que permite que uno pueda descansar en Dios.
3. Tener un culto familiar. Los primeros padres, Adán y Eva, enseñaron a sus hijos a dar culto a Dios (Gn. 4:3-4), y Noé
practicaba el culto con su familia (Gn. 8:20). La responsabilidad de los padres en cuanto a educar a sus hijos espiritualmente
se ve en varios sitios de la Biblia, como en Dt. 6 y Sal. 78. Para planificar un culto familiar, conviene establecer una hora fija,
tomando en cuenta las edades de los niños y las responsabilidades fuera del hogar. El culto familiar normalmente consta de
una lectura bíblica y oración, pero puede incluir cánticos, poesías, un pensamiento personal o leído. Puede seguir la lectura de
los libros de la Biblia, o las sugerencias de un libro devocional.
4. Tener un culto individual. El culto familiar y el culto en el templo no quitan la importancia del estudio bíblico y la
oración personal. Cada miembro de la familia, sea adulto o niño, necesita este tiempo a solas con Dios. La base, por supuesto,
es la Biblia y la oración, pero, también, hay libros devocionales adaptados a las diferentes edades.
5. Leer historias bíblicas. A los niños, les encanta escuchar historias. La Biblia está llena de historias emocionantes, y la
repetición de estos relatos enseña mucho sobre el carácter de Dios y su plan para el mundo.
6. Memorizar la escritura. Jesús es nuestro ejemplo supremo en todos los aspectos de la vida, incluyendo el valor de
memorizar la Palabra de Dios. Él rechazó las tentaciones de Satanás recitando las Sagradas Escrituras (Mt. 4:1-11), y repitió
las palabras del Antiguo Testamento vez tras vez en sus enseñanzas. Los padres dan a sus hijos una armadura para protegerse
y una luz para guiarse durante toda su vida si les ayudan a aprender de memoria versículos de la Biblia (Ef. 6:13-17; Sal.
119:105). Conviene escoger estos versículos con mucho cuidado, tomando en cuenta la edad y la capacidad del niño. La
memorización debe realizarse de forma natural y agradable, no ha de ser una carga para el niño.

TAREA: Realice esta semana un Culto Familiar y mencione cómo esta experiencia fue de bendición para su vida.

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