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T Jur 1046

La tesis de Fernando Estuardo Paredes Hernández examina el mandato con y sin representación, analizando su evolución histórica y su aplicación en el derecho guatemalteco. Se discuten las responsabilidades y derechos de las partes involucradas en la contratación, así como las implicaciones jurídicas de cada tipo de mandato. El estudio busca proporcionar claridad y certeza jurídica a quienes utilizan estos contratos en sus relaciones comerciales.
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T Jur 1046

La tesis de Fernando Estuardo Paredes Hernández examina el mandato con y sin representación, analizando su evolución histórica y su aplicación en el derecho guatemalteco. Se discuten las responsabilidades y derechos de las partes involucradas en la contratación, así como las implicaciones jurídicas de cada tipo de mandato. El estudio busca proporcionar claridad y certeza jurídica a quienes utilizan estos contratos en sus relaciones comerciales.
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UNIVERSIDAD PANAMERICANA

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y de la Justicia


Programa de Actualización y Cierre Académico

El mandato sin representación, responsabilidad y derechos


de las personas que intervienen en la contratación
-Tesis de Licenciatura-

Fernando Estuardo Paredes Hernández

Fernando Estuardo Paredes Hernández


Guatemala, enero 2012

Guatemala, enero 2012


El mandato sin representación, responsabilidad y derechos
de las personas que intervienen en la contratación
-Tesis de Licenciatura-

Fernando Estuardo Paredes Hernández

Fernando Estuardo Paredes Hernández


Guatemala, enero 2012

Guatemala, enero 2012


AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD PANAMERICANA.

Rector: M. Th.Mynor Augusto Herrera Lémus.

Vicerrectora Académica y
Secretaria General: M. Sc. Alba Aracely Rodríguez de González.

Vicerrector Administrativo M. A. César Augusto Custodio Cóbar

AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS,


SOCIALES Y DE LA JUSTICIA.

Decano: M. Sc. Otto Ronaldo González Peña.

Coordinador de Exámenes Privados: M. Sc. Mario Jo Chang.

Coordinador del Departamento de Tesis Dr. Erick Alfonzo Álvarez Mancilla.

Director del programa de tesis Dr. Carlos Interiano.

Coordinador de Cátedra: M. A. Joaquín Rodrigo Flores Guzmán.

Asesor de Tésis: Lic. Luis Antonio Lam Padilla.

Revisora de Tésis Licda. Edna Portillo Cabrera.


TRIBUNAL EXAMINADOR

Primera Fase:

Lic. Héctor Andres Corzantes Cabrera.


Lic. Angel Adilio Arriaza Rodas.
Lic. Arturo Recinos Sosa.
Licda. María Eugenia Samayoa Quiñones.

Segunda Fase:

Licda. Brenda Lissette Lambour Figueroa.


Lic. Miguel Angel Giordano Navarro.
Lic. Javier García Contanza.
Lic. Héctor Andres Conrzantes Cabrera.

Tercera Fase:

Lic. Carlos Enrique Godínez Hidalgo.


Licda. Zina Guerra Giordano.
Licda. Brenda Lissette Lambour Figueroa.
Lic. Víctor Manuel Morán Ramírez.
Lic. Arnoldo Pinto Morales.
Nota: Para efectos legales, únicamente el sustentante es
responsable del contenido del presente trabajo
Contenido

Pág.

Resumen 1

Palabras Clave 2

Introducción 2

El Mandato 5

Clasificación De Los Mandatos Según El Negocio Jurídico 20

Diferencia del mandato con representación y el mandato sin representación,


Y las responsabilidades y derechos de las personas que intervienen
en la contratación. 46

Conclusiones 56

Referencias 57

Anexos 58
Resumen.

El presente trabajo está orientado a la investigación científica y


al análisis jurídico- doctrinario del mandato con representación
y el mandato sin representación; cómo se inicia este tipo de
contratación que viene de muchos siglos, y que ha sido adoptado
en los diferentes sistemas jurídicos de los países y actualmente
lo aplica de una forma muy avanzada, en sus ordenamientos
jurídicos: Guatemala no es la excepción, y su aplicación es
usada con regularidad por las personas que buscan quién los
represente en los distintos negocios en que intervienen, y
quienes por verse imposibilitados de poder ejercerlos
personalmente otorgan este tipo de mandatos.; los más utilizados
son los mandatos con representación, ya que los mismos ofrecen
garantías y la seguridad de que los actos que se ejecutan en
beneficio del mandante; van a tener el respaldo, puesto que este
responderá de todos los actos que realice con los terceros que
contrata; así mismo se analizarán sus elementos sus
características, las responsabilidades y derechos de las personas
que intervienen en la contratación, así como las incidencias que
se deriven del otorgamiento del contrato de mandato, la
aceptación del mismo por el mandante mandatario y los terceros
con quienes se adquieren derechos y obligaciones, así mismo
las consecuencias jurídicas que del ejercicio de lo encomendado
se derive, y el análisis jurídico doctrinario del mandato con
representación y el mandato sin representación y los derechos y
obligaciones de las partes que intervienen en la contratación.

1
Palabras Clave

Mandato, mandante, mandatario, poderdante y apoderado.

Introducción.

La figura del mandato ha sido utilizada en todas las


legislaciones incluyendo la legislación Guatemalteca; esta figura
se acostumbraba en el derecho romano, en donde las personas
por la necesidad de ser representadas, acudían a la figura del
mandato con representación que data de muchos siglos de
antigüedad, y en la cual el mandante antes de otorgar su
representación en otra persona, tenia que conocerla muy y
tenerle confianza y solicitarle que lo representara; de ahí que el
contrato de mandato era un contrato que se conocía como el
contrato de confianza, también conocido como de gestión, y se
realizába a título gratuito. Sin embargo, modernamente este
contrato no se regula por la confianza, sino por las relaciones
de trabajo y la necesidad de las personas a ser representadas
cuando les es imposible realizar las diligencias personalmente.
En dichos casos se contrata a otra persona para que los
represente a quien se denomina mandatario, y es el que llevará
cabo las diligencias que el mandante le encargue frente a
terceros; el mandante responderá por los actos y acciones que el
mandante lleve a cabo.

Actualmente esta regulada este tipo de gestión por el Código


Civil, y las personas consienten la representación con la simple

2
aceptación, las cuales se clasifican en; mandato con
representación y sin representación, y en la aceptación del
mismo las partes contraen derechos y obligaciones que derivan
del ejercicio de dicha gestión, y las consecuencias jurídicas en
que incurren en su celebración.

Para celebrar este tipo de representación por ser solemne debe


de otorgarse en escritura pública, como requisito esencial par
surtir sus efectos; así mismo, la ley permite que este tipo de
actuaciones pueda otorgarse en documento privado con firma
legalizada por notario, o en acta levantada ante el juez local,
cuando no exceda de un mil quetzales. Podrá también otorgarse
por cartas simples que le confieren poderes cuando es necesaria
la asistencia a juntas y otros menesteres, en que la ley lo
permita. En los negocios con representación los contratantes al
dar su consentimiento se obligan recíprocamente y contraen
responsabilidades, en el caso del mandato con representación el
apoderado obra en nombre del mandante y todos los actos o
negocios que ejecute obligan directamente a este. En los actos
que se realicen sin representación el que realiza los encargos
encomendados, obra en nombre propio sin que los terceros
tengan acción directa contra el mandante ni este con ellos; pero
el obligado de la gestión tendrá que rendir cuentas de lo que
realiza ante el poderdante, y tendrá que responder ante este y
los terceros por los daños y perjuicios que se deriven del
ejercicio de sus actos.

3
En tal virtud se hará un estudio jurídico comparativo de los dos
tipos de gestión y se analizarán detenidamente las obligaciones
y derechos que nacen de esta obligación. Esto con la finalidad
de diferenciar cada institución, y dar un aporte jurídico social a
todas las personas que se valen de este tipo de contrato y se
tengan certeza jurídica en esta figura que están ejercitando o
están delegando.

Así mismo se determinaran las características del mandato con


representación, indicando que el mismo es una obligación que
las partes expresan y aceptan; y en la que responderá cada uno
de los contratantes, por las acciones u omisiones que realicen en
el ejercicio de su actuación con los terceros, y las normas que
contravienen derivadas del desempeño de su realización,
además de los derechos y responsabilidades.

También se establecen las diferencias de los actos sin


representación, su aplicación dependiendo del tipo de negocio
que se contrate, y su errónea aplicación que de los mismos se
deriven por la irresponsabilidad de los contratantes; y las
repercusiones en la violación de leyes que regulan la
contratación, y las consecuencias jurídicas que de los mismos se
deriven.

4
TITULO 1

EL MANDATO

1.1. Definición doctrinaria y legal.

Puig, Peña F. establece: “Es el contrato por medio del cual una
persona (mandatario), con retribución o sin ella, se obliga a
llevar a cabo por cuenta o encargo de otra persona (mandante) la
gestión de uno o varios negocios de la misma”. (1976:188).

Osorio, M. define: “Contrato de mandato; es aquel en el cual


una parte da a otra la facultad, y éste la acepta, para que lo
represente y ejecutar en su nombre y por su cuenta un acto o
negocio jurídico de esa naturaleza”. (1981: 446).

Rojina, Villegas R. indica: “El mandato es un contrato


que tiene lugar cuando una parte da a otra el poder, que
se acepta, para representarla al efecto de ejecutar en su
nombre y por cuenta un acto jurídico o una serie de
actos de esa naturaleza”. (1956: 63).
“Por el mandato se le encomienda a determinada persona a
realizar uno o más actos o negocios”, artículo 1686. Código
Civil.

De los conceptos vertidos por los autores se establece que es el


acuerdo de voluntades entre dos personas en la cual una de ellas
llamada mandante, encomienda a otra llamada mandatario; para
que lo represente en todas la gestiones o negocios de manera
expresa, y en su nombre frente a terceros y por encargo del

5
primero, los tres autores concluyen en que él poderdante y
apoderado son las personas que actuarán en el contrato previsto,
cada uno de derechos y obligaciones recíprocas.

Las características del mandato según se desprenden de los


conceptos y definiciones anteriores son:

a) La existencia de un encargo o una encomienda que una


persona hace a otra; dicho encargo o encomienda puede ser,
específica, en el sentido de que se limita a la realización de un
acto determinado, y que las características se identifican en el
mismo contrato amplio, de manera que incluya la realización de
determinado tipo o clase de actos; o amplísimo al encargarse al
mandatario la atención general de los asuntos o negocios del
mandante. Así mismo, se señala que por ello, la actividad del
mandatario es muy importante en la realización de los actos que
se le encomiendan.

b) Se estima por este acto una comisión preparatoria, ya que


está obligación contraída tiene como fin que él mandatario lleve
a cabo, otros actos y negocios jurídicos por cuenta del
mandante.

El fin y objeto del contrato lo constituye la actuación futura del


mandatario, de modo que este es el instrumento jurídico y
esencial, para que pueda establecer relaciones jurídicas con
terceros, por cuenta del mandante. El contrato de gestión no es
de los que se agotan y cumplen en el momento de otorgarse,
sino que se otorga precisamente con la intención de producir

6
efectos jurídicos, en el futuro cuando lo realice y cumpla el o los
encargos asignados.

Viteri, E. enuncia: “El mandato específico; se asemeja al


contrato de promesa, en el sentido de que ambos son el
medio para la realización de un acto o contrato
determinado y futuro, pero se diferencia de aquel pues al
celebrarse el contrato definitivo, el contrato de promesa
se consuma o agota normalmente y las relaciones entre
las partes, derivadas del contrato preparatorio,
igualmente terminan. En tanto que el mandato específica
la realización por él mandante del acto o negocio
previsto; no agota, ni extingue la relación de contrato
entre mandante y mandatario, sino persiste en tanto se
liquiden entre ellos, las consecuencias del acto o negocio
realizado”. (1992:34).
En el mandato, él mandatario actúa siempre por cuenta del
mandante, de modo que los efectos y consecuencias económicas
y jurídicas de los actos o negocios que aquel realice, se reflejan
finalmente sobre el patrimonio del mandante.

Este es el efecto característico del mandato, pues trasciende de


las relaciones entre las partes del contrato, (mandante y
mandatario), y se habilita y faculta al apoderado para entablar
relaciones con terceros, en las que él normalmente no adquiere
derechos u obligaciones frente a éstos, sino que siempre buscará
beneficiar al mandante, de modo que resulta una relación
jurídica entre él mandante y él tercero.

7
De esta manera los resultados de los actos y contratos realizados
por él mandatario, afectan directamente el patrimonio del
mandante e igualmente la actuación de éste establece una
relación directa entre él mandante y él tercero.

Ejemplo para visualizar el mandato como tal se da, cuando


Fernando otorga un mandato a Gustavo para que realice un
contrato un préstamo con un banco, él obligado es Fernando, y
también es quién debe recibir el capital prestado.

De esta manera, los resultados de los actos y contratos


realizados por él apoderado, recaen directamente sobre el
patrimonio del poderdante e igualmente la actuación del
encargado de la gestión establece una relación directa entre él
que otorga el contrato y él tercero.

Por lo expuesto con anterioridad se aprecian los elementos del


mandato:

1.2 Elementos Personales:

Las personas que intervienen en el contrato de mandato


(mandante y mandatario).

Mandante, llamado como (poderdante). Es la persona que otorga


las facultades o poderes para que sean ejercidos por otra a quién
en cambio le da una retribución si se trata de un contrato
oneroso. Artículo 1686. Código Civil.

8
Otra definición de mandante:

Osorio, M, preceptúa:” Es la persona que concede a otro, que


acepta expresa o tácitamente, su representación para uno o más
actos, en nombre y por cuenta del primero”. (1981:446)

Cabanella, G. enuncia: “La persona que en el contrato


consensual de mandato confiere a otra llamada
mandatario, su representación verbalmente o por escrito,
le encomienda, una gestión en su nombre o le da poder
para realizar un negocio en su nombre y por su
cuenta”.(1946:281).
Viteri, E. expone: “Mandatario, conocido también como
(apoderado). Es la persona que ejerce las facultades o poderes
otorgados en el mandato a cambio de una retribución o bien en
forma gratuita.” (1992: 21).

Se establece que mandatario es:

La persona que en el contrato de mandato se obliga a título


gratuito u oneroso a la realización de ciertas gestiones o
negocios en representación del mandante y por cuenta de este
frente a terceros, se coincide por los autores, que es él encargado
de las gestiones y persona de confianza del mandante; y que
acepta la representación que se le concede por medio de un
instrumento público, realizando los actos encomendados por él
poderdante. .

9
1.3 Consentimiento:

Para que el mandato exista y produzca efectos jurídicos, se


requiere no solo la manifestación de voluntad del mandante,
también debe de nombrar un mandatario especificándole las
gestiones que llevará a cabo y las facultades que se le confieren;
también es esencial la aceptación, del mandatario. Este no
queda vinculado ante su poderdante, por el contrato, si no
acepta el mismo, la ratificación del apoderado puede quedar
plasmada expresamente, en el propio contrato en que se otorga
o bièn está puede ser tácita, la aceptación de la gestión no,
resultaría del ejercicio del mismo o de la realización, por parte
del obligado de los actos o negocios objeto del mandato.

En la legislación guatemalteca existen dos casos en la que se


requiere la aceptación expresa del mandatario

a) “Cuando el mandato es aceptado gratuitamente”, artículo


1687, Código Civil.

b) Para levantar el arraigo del mandante si se apersona a juicio


él mandatario, articulo 1689, del citado cuerpo legal.

De los artículos anteriores se considera que en la escritura de


constitución del contrato de representación, son las partes las
que al aceptar la gestión estipulan si la misma es onerosa o
gratuita, es lo que regula la ley al respecto.

10
1.4. El objeto:

Este lo constituye el objeto de las gestiones y negocios jurídicos


que él mandatario queda autorizado a celebrar por cuenta de su
mandante. Y este debe ser lícito, posible y determinado. El
objeto del mandato, consiste en las facultades o poderes que se
otorgan al mandatario, debe llenar esos requisitos, pues por
objeto imposible serían nulos los actos que se otorgan.

“Pueden ser objeto de mandato aquellos actos en que la ley no


exige intervención personal del interesado; además otorga
expresamente prohibición de otorgar mandato para testar o
donar por causa de muerte”, artículo, 1688 Código Civil.

Así mismo, para la celebración de determinados actos la ley


exige a las partes el mandato cuando estos actos son tan
personales, como contraer matrimonio modificar o revocar estas
disposiciones, ya que en estos hay que identificar a la persona
con la cual él mandante contraerá nupcias, otorgando
declaración jurada por él mandante, haciendo notar que este acto
por ser trascendental, debe celebrarse por medio de mandato
específico y concreto.

Por lo expuesto se deduce que el objeto del mandato es


amplísimo y da la idea de lo trascendental e importante de llevar
a cabo el mismo, al realizar este tipo de actos o contratos
siempre y cuando los mismos estén enmarcados en ley. .

11
1.5 Elementos Reales

Se refiere a la gestión del contrato.

Es la que realizará él mandatario ya sean estos actos o negocios


jurídicos que se celebrará por cuenta del mandante de
conformidad con el contrato.

Y estos actos o gestiones que realice el mandatario en ejercicio


del encargo que se le ha encomendado deben ser lícitos posibles
de acuerdo a lo que estipula la ley, y sin afectar los intereses del
mandante.

“El objeto debe ser lícito, determinado y en su cumplimiento los


contratantes deben tener un interés legítimo”, artículo 1538
Código Civil.

El mismo cuerpo legal establece, “son objeto de mandato los


actos y negocios en que la ley no exige intervención personal
del interesado, prohibiendo expresamente el otorgamiento de
mandato para testar o donar por causa de muerte, y para
modificar o revocar tales disposiciones”. Artículo 1688 Código
Civil.

Se establece de los artículos anteriores, en el contrato suscrito


entre poderdante y mandatario surte sus efectos, si la gestión
para la cual fuè otorgado cumple con los requisitos que enmarca
la ley, y es que la gestión o negocio que desarrolle él encargado
de la misma no sea contraria a la ley o que los actos sean

12
determinados, posibles y legales y sin ningún obstáculo para su
realización

Así también no se otorgará mandato para efectuar aquellos


actos llamados personalísimos.

Como son:

a) para el ejercicio de un cargo público.

b) para ejercer el derecho político de voto. etc.

1.6 Elementos Formales:

El mandato debe cumplir con los requisitos que estipula el


Código Civil y son los siguientes:

“Constar en escritura pública como requisito esencial para su


validez”, artículo 1687 Código Civil.

Se exceptúa en los casos que a continuación se mencionan:

a) En asuntos que no sobrepase de un mil quetzales; en tal


situación puede otorgarse el mandato en documento privado,
legalizado por notario o acta que se levante ante él Alcalde o
juez local, con las formalidades. Sin embargo, si el mandato se
refiere a la enajenación o gravamen de bienes inmuebles o
derechos reales sobre los mismos, es obligatorio otorgarlo en
escritura pública.

13
b) Cuando se va a representar se autoriza por cartas poderes para
la asistencia a juntas, y demás actos en que la ley lo permite.

1.7 Características del mandato:

a) Principal.

Cuando tiene vida por sí solo no necesita de otro para subsistir,


aunque los negocios se lleven a cabo o no.

b) Preparatorio

Establece relaciones jurídicas entre las partes objeto del


contrato, de acuerdo si se realizan o no estos actos jurídicos, o
con posterioridad a su realización. En tal virtud el contrato de
mandato, es un contrato que se celebra por las partes en
previsión de la celebración de actos y negocios jurídicos futuros,
y por ende que sus efectos normales suceden con posterioridad
a su celebración.

Osorio, M. preceptúa: “Contrato preparatorio es aquel


por el cual una de las partes o ambas se obligan a
concluir en el futuro, entre ellas o con un tercero, otro
contrato llamado principal, definitivo o futuro, es decir
que el objeto de la obligación, es la celebración del
contrato”. (1981:172).

En tal virtud se establece que el contrato preparatorio tiene que


tener entre sus cláusulas, para qué menester se va a otorgar, y
que incidencias tendrá en el futuro y la persona que lo va a

14
llevar a cabo tiene que tener las potestades para la gestión que se
le encomendó.

Se puede considerar como un contrato preparatorio en el caso


del mandato especial pues éste se llevará a cabo en el futuro con
otro contrato, así mismo dicho contrato se celebra para
reconocer a un hijo, o negar la paternidad, para ejercitar una
acción judicial o contestar demandas, para aceptar herencias
legados y donaciones etc.

c) Consensual:

Se perfecciona con el simple consentimiento de las partes.

La voluntad del mandante se manifiesta al designar su


mandatario y señalarle el encargo que le hace, y las facultades
que para ello le otorga. El consentimiento del mandatario puede
manifestarse de dos formas.

-Expresamente a través del propio documento en el que se


otorga el mandato.

-Tácitamente cuando él mandatario ejecuta todos los actos


encomendados por medio del contrato.

Legalmente existen dos casos en que se requiere la aceptación


expresa del mandatario:

1. Cuando el contrato de representación es aceptado


gratuitamente, artículo 1689 del Código Civil.

15
2. Al levantar el arraigo del poderdante, si se apersona a juicio
él mandatario, artículo 524 del Código Procesal Civil y
Mercantil.

d) Bilateral:

Es bilateral porque los contratantes al momento de la aceptación


del mandato tienen obligaciones qué cumplir y derechos qué
ejercer.

e) Solemne o rigurosamente formal:

De acuerdo a la ley el contrato de mandato debe de ser otorgado


en escritura pública como requisito esencial para su validez,
salvo casos de excepción antes mencionados, y debe inscribirse
en los registros legales correspondientes para surtir sus efectos
jurídicos, artículo 1687 Código Civil.

f) Registrable:

El testimonio de la escritura pública debe inscribirse en el


Registro de Poderes del Archivo General de Protocolos de la
Corte Suprema de Justicia.

g) Revocable:

Desde el derecho romano se admite la posibilidad que el


mandato puede ser revocado, en este sentido es por voluntad del
mandante, y esta aceptación se da de acuerdo a lo que la
doctrina nos dice que los contratos pueden ser disueltos de

16
acuerdo a lo que disponen las partes; y es está la base de la
confianza y que está puesta en él mandatario, pero por ser un
contrato de confianza no imposibilita al mandatario para que en
cualquier momento de la gestión pueda terminar con la
obligación contraída en dicho contrato, en Guatemala es
permitida la revocación y se puede hacer en cualquier momento,
y formalizarse en escritura pública, e inscribirse en el registro
correspondiente y notificarle al mandatario.

h) Oneroso o gratuito:

En términos generales se trata de un contrato oneroso; sin


embargo, si se hace constar de manera expresa, puede ser
gratuito, artículo 1689. Código Civil.

1.8 Clases de mandato según la representación.

a) Mandato con representación:

Rojina, Villegas R define: “Se considera representativo cuando


él mandatario ejecuta los actos en nombre y por cuenta del
mandante”. (2002: 293).

Viteri, E; enuncia: “Mandatario es aquel que acepta la gestión


ante él mandante, y con él tercero, el que contrata, conoce que
no está contratando con él mandatario sino con él mandante, y
titular de los derechos, y obligaciones derivadas del acto”,
(1992: 41).

17
Se establece que él apoderado por aceptación expresa será el
titular del mandante frente a los terceros con los que contrata, y
tendrá las potestades derechos y obligaciones como si fuera él
mandante, en todos los actos que lleve a cabo por la gestión que
se le encomendó.

En los contratos con representación de las gestiones que realiza


él mandatario no nacen vínculos con terceros, ya que
únicamente obliga directamente al mandante con ellos,

Son aquellos contratos en que él mandatario por encargo del


mandante lleva a cabo ciertos actos o negocios en representación
de éste frente a terceros, contando con el respaldo del
poderdante.

Leban comentado por Puig Peña señala, e insiste de


modo especial en que el elemento de la representación no
es esencial del mandato, pudiendo darse perfectamente
una representación sin mandato y un mandato sin el
elemento representativo, el poder de la representación
puede nacer del mandato y puede proceder también de
otras figuras distintas como la sociedad, y al mismo
tiempo nada impide que él mandatario actúe en nombre
del mandante como que actúe en nombre propio sin
descubrir a los terceros su verdadera cualidad
(1976:185).
Si bien es cierto que la representación es un elemento
importante del contrato de mandato, el consentimiento a llevar a
cabo esa representación es lo substancial. La bilateralidad de

18
esté contrato es de suma importancia ya que tanto él mandante,
como él mandatario, aceptan recíprocamente el contrato, uno
para que lo represente y el otro para cumplir con los actos o
contratos derivados del mismo.

Cuando él mandatario realice por cuenta o encargo de otra


persona determinado negocio de la misma, entendiendo esta
palabra no en sentido de negocio jurídico, sino en sentido
general, y más propiamente de negocios susceptibles de llevar
aparejada una función de representación, aunque puedan
realizarse obrando o no en nombre del mandante; en este sentido
se entiende que quién administra un patrimonio es él
mandatario.

El mandato es un contrato rigurosamente consensual pues la


perfección del contrato surge del acto de la aceptación del
mandatario; mientras éste no se produce no nace ninguna
obligación para él.

El mandato es un contrato rigurosamente consensual pues la


perfección del mismo surge del acto de la aceptación del
mandatario; mientras éste no se produce no nace ninguna
obligación para él.

El contrato de representación existe independientemente de la


remuneración, claro que a falta de pacto expreso, se presume
gratuito el contrato.

19
Atendiendo a la representación que se da en los contratos de
mandato las partes fijan su postura por acuerdo de voluntades; él
mandante le autoriza al mandatario a cumplir con el encargo que
se le hizo, y representarlo en los actos o negocios en que el
mismo intervenga, pero la obligación de estos actos que realice
el apoderado con los terceros únicamente obligan al primero,
desligando al encargado de realizar la gestión con los terceros, y
pactando una remuneración y haciéndola constar a titulo
gratuito, así mismo en esta clase de contratos se adquieren
derechos y obligaciones para ambas partes.

TITULO 2.

CLASIFICACIÓN DE LOS MANDATOS SEGÚN EL


NEGOCIO JURÍDICO

2.1 Mandato General:

Puig Peña F: señala: “Es aquel que se otorga a fin de que él


mandatario atienda todos los negocios del poderdante o uno o
varios negocios determinados, y autoriza al mandatario para la
administración de los bienes del mandante”. (1976: 190)

Viteri. E; enuncia: “Este es el típico poder de administración,


por el cual el mandatario queda encargado de velar por los
intereses del mandante, y efectuar todos los actos que tiendan a
la preservación mantenimiento de tales bienes” (1992:34).

El Código Civil no define ni describe con claridad las facultades


que se derivan del mandato general para él mandatario y se

20
limita a indicar que; comprende todos los negocios del
poderdante. Artículo 1690 del citado cuerpo legal.

También se estima que el mandato general:

Comprende todos los negocios que por disposición del


mandante, este le encomienda al apoderado y se encargue de su
administración, disponiendo en el instrumento de alguna
cláusula especial para poder llevar a cabo todos los negocios
presentes y futuros, en que tenga interés él mandante.

Este instrumento jurídico aparte de ser un mecanismo de


representación en la contratación en que intervienen las partes;
tiene que incluirse entre sus cláusulas para que negocio va a ser
utilizado tomando en cuenta que comprende la totalidad del
patrimonio del mandante, y el mismo tiene que afectar el o los
negocios que él poderdante designe al apoderado.

2.2. Mandato especial:

Viteri, E. enuncia: “Se otorga para que él mandatario pueda


realizar los actos o negocios determinados en su especie o
género. El mandato especial, confiere a un abogado para que
represente al poderdante en asuntos judiciales y administrativos
en que éste tenga interés”. (1995: 35).

El mandato especial. “Es aquel que se contrae a uno o más


asuntos determinados” articulo 1690, Código Civil.

21
El Código Civil estipula los actos a realizarse ejerciendo
mandato especial, para donar entre vivos, contraer matrimonio,
otorgar capitulaciones matrimoniales, pactar las bases referentes
a la separación y el divorcio, demandar la nulidad o
insubsistencia del matrimonio, constituir patrimonio familiar,
reconocer hijos y negar la paternidad,

Se establece como mandato especial:

Aquel tipo de contratación en que él otorgante autoriza al


apoderado para que lo represente en determinados asuntos, ya
sea estos administrativos o judiciales. En el que se establece en
una de sus cláusulas para el negocio determinado que va dirigida
la representación; este por ser un asunto de gran trascendencia
para el tipo de gestión que va a ser realizado por él apoderado,
requiere que entre sus cláusulas se mencione la gestión que se
realiza: ya que la misma por la importancia que se requiere
puede ser utilizado para representar al mandante en asuntos
como contraer matrimonio, separación y el divorcio etc.; y la
cláusula especial en éste mandato se utiliza cuando él
poderdante encargue al apoderado para que pueda vender,
gravar, disponer, de sus bienes etc. Por lo que hace a este poder
muy importante dentro de la contratación, y de relevancia el
encargo que se le hace al mandatario al llevar a cabo dicha
gestión, pues de hacer un mal uso de esto podría causar
decremento al patrimonio del poderdante.

22
Los mandatos específicos y especiales que se otorguen para los
actos o negocios descritos deberán contar con lo siguiente:

a) El mandato general o especifico deberá circunscribirse


directamente para el negocio que él poderdante le encargo al
mandatario tomando en cuenta las circunstancias que de el se
deriven.

b) Se tiene que conocer el asunto de que se valla a tratar,


indicando el nombre de la persona, tomando en cuenta el
negocio que se celebra y la postura del mandatario.

c) El asunto de que se trate debe ser detallado completamente, y


la función del que otorga sea la voluntad del apoderado, el cual
tiene que estar contenido en la gestión, teniendo que ser
completos en la exposición del asunto, que la función del
otorgante sea únicamente expresar la voluntad del mandatario
contenida en el instrumento, las diferencias del mandato general
especial o especifico, son las cláusulas o facultades especiales
que según el Código Civil y la Ley del Organismo Judicial,
necesita él encargado de la gestión, sea este mandatario general
o judicial, para ejecutar determinados actos o negocios.

Cuando la ley habla de cláusula especial o facultad especial, se


pretende que el instrumento de mandato general, o especifico,
tiene que detallar determinados actos o negocios jurídicos, para
que él mandatario se considere autorizado para realizarlo; y esto
será por cuenta del otorgante, y se requiere que éste autorice

23
ciertas facultades o cláusulas al que realizara la gestión y poder
ejercitarlas.

Pero para llevar a cabo la misma es él mandante el que define en


la escritura que tipo de encargo va a realizar él apoderado, y
estas deberán ser especificadas en el mismo instrumento público
de otorgamiento para que él mandatario pueda cumplir con lo
establecido.

Cuando se da este tipo de mandato él poderdante autoriza en el


mismo para que menester va a ser utilizado, la importancia de
éste va a recaer en las cláusula redactada en el contrato, ya que
si la misma faculta al apoderado para realizar actos tan
trascendentales como contraer matrimonio y otras gestiones,
debe instruirse al mandatario de la importancia que reviste tal
negocio jurídico.

2.3 Mandato gratuito o sin retribución:

Paccioni comentado por Puig, Peña F. dice, “Qué en el derecho


romano el mandato era un contrato esencialmente gratuito, no
implicando nunca remuneración”. (1976:186).

El mandato gratuito una excepción, ya que podrá ser así sí


consta expresamente el consentimiento del mandatario, para que
no le sea retribuido pago alguno por llevar a cabo ciertos actos
por el ejercicio del mismo, artículo 1689 Código Civil.

De acuerdo a las definiciones anteriores se considera que este


tipo de contratación son las partes que intervienen en la misma

24
las que de común acuerdo pueden hacer variar sus intenciones al
ejecutar los actos del contrato, pues depende de la exigencia de
los actos que vaya realizar él mandatario así, podrá ser la
remuneración, o al contrario cuando se pacta en el instrumento
jurídico de mandato que el mismo va a ser a título gratuito,
dependerá está gratuidad de la confianza y amistad que se
tengan los interesados.

2.4. Mandato Oneroso o con Retribución:

Son aquellos mandatos en que las partes al otorgar el mandato,


él mandatario recibe a cambio de las gestiones que le fueron
encomendadas una retribución en dinero, siendo el pago por los
servicios que realice.

El mandato oneroso es en el Código Civil de esta forma si se


hace constar de esta manera, y solo será gratuito si se conviene
entre las partes, y si es aceptado expresamente por él
mandatario.

Según sea gratuito u oneroso, así tendrá éste el carácter


unilateral o bilateral, ya que en el mandato gratuito derivan
obligaciones directas para él mandatario. Pero si el contrato es
oneroso, tanto él mandante como él mandatario, tendrán
obligaciones directas derivadas del contrato

Se estima que este contrato oneroso, ha sido pactado


previamente por las partes y en el pueden definir en el
instrumento público la cantidad que él mandatario va a recibir

25
por llevar a cabo las actuaciones, que necesita que se hagan por
parte del mandante; así mismo se puede definir en el mismo
instrumento de otorgamiento, si el pago por dicho servicio va a
ser antes o después que él mandatario concluya la gestión, en
ambos casos deberá ser aceptado expresamente por las partes en
el documento.

2.5. Mandato Judicial:

Son aquellos otorgados por escrito por las personas hábiles o


jurídicas que por cualquier razón no puedan o no quieran
hacerlo personalmente, y podrán comparecer por medio de sus
mandatarios judiciales, y cumplir con el encargo que se les
encomienda, ante los tribunales de justicia.

“En caso de declaración de parte, no podrán los mandatarios


negarse a responder, alegando ignorancia”, artículo 188 Ley del
Organismo Judicial.

Este mismo cuerpo legal refiere que este mandato. Solo puede
ser ejercido por los abogados, salvo si se trata de la
representación del cónyuge o conviviente cuya unión de hecho
estuviera inscrita en el Registro Civil, también los parientes
dentro de los grados de ley del mandatario, o por cualquier
persona en asuntos que no excedan de quinientos quetzales o
ante jueces o tribunales en cuya jurisdicción no estuvieren
ejerciendo más de tres Abogados.

26
En esta clase de mandatos judiciales los mismos únicamente
pueden ser ejercidos por Abogados en ejercicio, se le prohíbe
expresamente a las personas individúales que carezcan de este
título que impone la ley, así mismo también tienen prohibición
para desarrollar estos actos, los que tengan auto de prisión
preventiva, los funcionarios del Organismo Judicial y sus
empleándose se exceptúan los que ejerzan la docencia o
desempeñen cargos que no sean de tiempo completo

Se contempla entonces que estos mandatos judiciales su


otorgamiento es muy delicado, no solo por la trascendencia de
los intereses económicos, y judiciales que los mismos van a
representar para las partes; por lo que deberían ser otorgados a
mandatarios conocidos para evitar consecuencias ulteriores en el
ejercicio de tales actos.

2.6. Obligaciones de las personas que intervienen en la


contratación:

Para que se de una contratación de acorde a lo que las partes van


a estipular en el documento de mandato, es conveniente que las
mismas se obliguen recíprocamente de cumplir con los
requisitos que estipula la ley de la materia, estos requisitos
muchas veces son muy tediosos de llevar a cabo, pero para
certeza jurídica de los contratantes es obligatorio y sano que los
cumplan; de ahí que la seguridad de la contratación muchas
veces pasa desapercibida estos requisitos son tan indispensables,
y que en cualquier momento puede ser utilizado como prueba

27
en determinado litigio. Estos mismos pasos no solo son una
herramienta útil para los contratantes sino también para los
notarios que se valen de está para faccionar los documentos que
le servirán de soporte en la consecución de los intereses de las
personas que buscan su seguridad.

Estas son las siguientes:

a. En está primera etapa se debe identificar a las personas que


son parte de la contratación, al hacer esta identificación se le
requerirá por parte del notario a los contratantes, su cédula de
vecindad o documento personal de identificación (DPI).

b. Se requiere que sea abogado activo teniendo que acreditar tal


calidad, o de los parientes dentro de los grados de ley.

c. pago en efectivo de los honorarios de acuerdo a lo que dice


la ley.

Obligaciones posteriores del mandato son:

a. Se debe enviar el testimonio especial al Director del Archivo


General De Protocolos dentro del tiempo que estipula la ley
siendo 25 días hábiles después de otorgarse.

b. Extender testimonio al poderdante.

c. Presentar testimonio para su inscripción en el registro


electrónico de poderes, del Archivo General de Protocolos de la
Corte Suprema de Justicia.

28
d. Cobro honorarios conforme arancel.

De los mandatos provenientes del extranjero tiene las


obligaciones previas:

a) Previo a la protocolización del mandato, verificar que se


cumplan con los respectivos pases de ley, y que culmine con la
auténtica del Ministerio de Relaciones Exteriores.

b) Cuando viene redactada en idioma ingles, se tiene que hacer


la traducción al idioma español.

c) Verificar que el impuesto sea pagado en el documento


original.

d) Pactar los honorarios conforme arancel.

Obligaciones posteriores del mandato proveniente del extranjero


son:

a) Remisión del testimonio especial al Director del Archivo


General de Protocolos dentro de los 25 días hábiles siguientes a
su otorgamiento.

b) Extender Testimonio al mandatario, se debe hacer constar que


el impuesto fiscal correspondiente fue cubierto en documento
original.

c) Presentar testimonio para su inscripción en el registro


electrónico de poderes del Archivo General de Protocolos.

29
d) “Remitir aviso al Director del Archivo General de Protocolos,
dentro de los 10 días siguientes a la protocolización del
documento” articulo 40 Ley del Organismo Judicial.

e) Cobro de honorarios conforme arancel.

Obligaciones que debe cumplir el mandatario hacia el mandante:

Para que él apoderado quede obligado ante el mandante,


necesariamente tuvo que haber sido aceptado el mandato
previamente por éste, de las formas que señala el Código Civil,
siendo, expresa o tácitamente, ya que en tanto las partes no
hayan acordado su aceptación no habrá vínculo alguno entre
ellos.

En estas obligaciones el mandatario queda obligado a gestionar


y llevar a cabo las instrucciones que el mandante le encomienda,
en virtud del contrato de mandato que los dos acepten de manera
recíproca.

Tales instrucciones pueden ser ostensibles siempre y cuando las


mismas consten en el mismo documento de mandato, en cuyo
caso no solo el mandatario sino los terceros que contraten con
éste tienen el conocimiento de ellas; son en este caso
instrucciones conocidas por los que contraten con el apoderado,
en cuyo incumplimiento puede afectar la validez del contrato
celebrado. También puede él poderdante dar las instrucciones al
mandatario en forma privada o confidencialmente, de manera
que solo ellos lo conocen y por lo tanto, no podrá surtir efecto

30
contra los terceros, ni el incumplimiento por parte del encargado
de la gestión puede afectar la validez de los actos que se
hubieren celebrado.

En el caso de ausencia de instrucciones por parte del


poderdante, no puede ser excusa para que él apoderado deje
ejercer el mandato, y de velar por los mejores intereses de su
mandante, en todo caso él encargado de los actos debe realizar
el encargo para lo que le fue encomendado, con toda diligencia
y cuidado.

Pero en el caso de que él mandatario se exceda en sus


atribuciones tiene que responder por los daños y perjuicios que
se causen al poderdante y al tercero, con quién contrató en el
caso que éste haya actuado ignorando que él apoderado
traspasaba los límites del mandato que había aceptado.

El apoderado también tiene la obligación de rendir cuentas de


los actos de su administración, y entregar los asuntos que haya
recibido en virtud del mandato, y además pagar los intereses de
las sumas que pertenezcan al mandante y que distrajo del
verdadero objeto o invirtió en provecho propio, desde la fecha
de su inversión, así como las cantidades en que resulte
alcanzado, desde la fecha que se constituyó en mora.

De las anteriores obligaciones se estima que:

El que lleva acabo el negocio jurídico es responsable directo del


los actos y acciones que realice con motivo del contrato

31
contraído, y debe responder ante él mandante en cualquier
momento que éste le pida cuentas de su gestión, ya que al
rubricar el instrumento de mandato tenía conocimiento que era
responsable directo por los actos encomendados, salvo casos en
que por el mismo ejercicio del negocio contraído, su gestión se
viera afectada por perdidas que no fueran responsabilidad de su
actuación en este caso queda dispensado por él poderdante, pero
su responsabilidad con éste va a terminar cuando cese la gestión,
para lo que le fuè encomendado.

2.7 Las obligaciones del mandatario son las siguientes:

El apoderado debe desempeñar la gestión que se le pida, y debe


realizarla con la debida diligencia posible; así mismo responderá
de toda acción de daño o perjuicio que se causen con motivo de
la gestión al mandante.

Tener presente las instrucciones que le fueron dadas sin


desviarse de las mismas, y llevar a cabo a cabalidad con las
gestiones o actos del contrato.

Que él mandatario puede bajo su responsabilidad separarse de


las instrucciones recibidas de su mandante, sea dejando en
suspenso el cumplimiento del mismo o ejerciendo el mandato en
forma diferente de la señalada, a causa de algo que no tenia
previsto, cuando él mandatario tiene fundadas razones para
considerar que al adherirse a las instrucciones recibidas
resultaría perjudicial al mandante. En este caso, él mandatario
debe cumplir con avisarle al mandante.

32
No tiene que abusar de las instrucciones que le otorgo él
mandante para el encargo que le fue concedido.

Debiendo tener el cuidado necesario cuando desempeñe el


mandato.

Tiene que ser desempeñada la gestión en forma personal.

Está obligado a rendirle cuentas en cualquier tiempo que sea


requerido por él mandante por el ejercicio del mandato. Y
responder ante él poderdante de los actos o negocios pendientes
de ejecutar.

Todas estas normas establecidas en el Código Civil resultan de


la aceptación entre los otorgantes del mandato, y la misma
conlleva a la responsabilidad de los actos que realiza dentro del
negocio encomendado.

2.8 Obligaciones que debe cumplir él mandante hacia al


mandatario.

Está clase de obligaciones nace directamente del instrumento


público de otorgamiento en donde la aceptación de manera
expresa de los contratantes, a cumplir con determinada gestión
nace éste vínculo, que no solo es por parte de uno de los
firmantes sino que; las cláusulas emitidas en el contrato obligan
recíprocamente a éstos a cumplir con las obligaciones
contraídas, el solo hecho de que sea él poderdante que otorga el
documento no lo exime de tales obligaciones, pues del éxito de
las gestiones que lleva a cabo él mandatario depende en gran

33
medida; de la responsabilidad que va a cumplir él poderdante al
satisfacer de todo lo necesario para el buen desempeño de tales
actos.

Estas son las siguientes:

Asumir las responsabilidades derechos y responder por todas las


obligaciones que se dieron derivadas de los actos o negocios
jurídicos, gestionados por él mandatario en ejercicio del
mandato.

El poderdante debe cumplir con todas las obligaciones que él


apoderado contraiga dentro de lo que le indica el contrato.

Deberá indemnizar al encargado de la gestión de todos los daños


y perjuicios que le haya causado con motivo de las actuaciones
en la gestión, sin tener ninguna culpa o responsabilidad él
mandatario. .

Así mismo, él poderdante tiene que proveer de los fondos


necesarios para que él mandatario pueda realizar su gestión sin
ningún tropiezo, así como reembolsarle los gastos en que él
mandatario incurre en el cumplimiento del mandato, se tienen
que tomar los intereses.

Retribuir al mandatario el honorario que se hayan convenido.

Se tiene que estipular cuanto será el pago en dinero que recibirá


él mandatario por su gestión y debe de hacerse constar si es a
titulo gratuito en forma expresa.

34
Se estima que todas estas normas que describe la ley fueron
aceptadas por las dos partes en el instrumento público de
mandato, por lo que las partes involucradas en el mismo
documento tendrán que responder cada uno por los daños
causados recíprocamente por su incumplimiento, todos estos
derechos y obligaciones se encuentran reguladas en el Código
Civil.

2.9) Mandato Sin Representación.

En el mandato sin representación o no representativo, él


mandatario ejecuta actos en nombre propio, sin que los terceros
tengan acción directa contra él mandante. Artículo 1686 del
Código Civil.

Cuando él apoderado obra en su propio nombre él poderdante


no tiene acción contra las personas con quienes él encargado de
la gestión ha contratado, ni éstas contra él mandante. En tales
casos el que recibió el encargo se obliga directamente con los
terceros, cómo si el asunto fuere suyo, exceptuándose el caso de
que se trate de casos propios del mandante.

Colín y Capitat comentado por Puig Peña F. Señala nada


impide a las partes disponer que el mandato tratará con
los terceros en su nombre propio, y sin darles a conocer
su verdadera cualidad. Sin duda en semejante caso, es él
quien se obligará y resultará acreedor, mientras que,
cuando obra como mandatario, las relaciones jurídicas se
forman directamente entre él mandante y los terceros.
Pero trate con una y otra cualidad, esto no modifica el

35
carácter del contrato que se formó entre él y él verdadero
interesado; este contrato es siempre un mandato
(1976:185).
Actualmente se ha separado el mandato de la representación, de
modo que a la par de la gestión con representación que se
conoce, desde hace muchos siglos. Hoy se reconoce la
existencia de las actuaciones sin representación, en donde él
que realiza los actos o negocios tiene una gestión personal en
los mismos, pero dejando de lado al mandante.

Del ejercicio de estas gestiones sin representación surgen


obligaciones diferentes de las que produce el contrato con
representación. En el primero, existe una relación directa entre
él apoderado y él tercero con quién contrata, que les obliga
personalmente uno frente al otro y, del ejerció de las actuaciones
también nace una relación indirecta (interna), que vincula al que
otorga las actuaciones ante su poderdante y que le obliga a
trasladarle los resultados jurídicos y económicos del acto o
contrato realizado; y obligando al otorgante, a asumir esos
riesgos y resultados del mismo, manteniendo indemne al
mandatario. De esa manera, él poderdante es formalmente un
tercero en el acto o negocio realizado por él encargado del
negocio sin representación, aunque realmente tiene la posición
de parte del mismo.

Podría decirse también que otra característica del contrato sin


representación es que el mismo no crea relaciones jurídicas con
él otorgante en el acto, sino posterior a éste, y si provoca estas

36
mismas con los terceros, pues debe cumplir obligaciones y debe
exigir el cumplimiento a los mismos, pero como el encargo
afecta el patrimonio del mandante y los actos que ejecuta él
mandatario, en una relación jurídica posterior, exigirá al
poderdante el reembolso de las cantidades o prestaciones que
hubiere pagado por él. Así mismo, él mandante exigirá al
mandatario las prestaciones derechos y utilidades que hubiere
adquirido por el negocio que le fuera encomendado.

En el derecho francés no existe la figura del mandato no


representativo sino que se conoce con el nombre de convención
de testaferro, el contrato, en el cual una persona actúa por cuenta
pero no en nombre de otra ocultando quién es esta última. En
cambio la doctrina expresa lo siguiente:

Rojina Villegas R. señala: “Se admite la posibilidad de que haya


un encargo no representativo, o sin representación, en el cual él
mandatario es el titular ante los terceros como si procediera su
propio negocio tal contrato es específico, siendo obstáculo para
su procuración” (2002: 293).

“El contrato sin representación se asemeja a la gestión de


negocios, en donde el que sin convenio se encarga
voluntariamente de los negocios de otro, se obliga a dirigirlos
útilmente en beneficio del dueño.”. Artículo 1605, Código Civil.

A diferencia del mandato como se ha hecho ver es un contrato, y


puede notarse que es un acto unilateral del gestor, en donde éste
actúa velando por los intereses del principal, pero sin

37
representarlo, ni obligarlo y sin asumir ante los terceros,
responsabilidades u obligaciones El acto o negocio realizado por
él gestor únicamente producirá efectos, si el principal o
beneficiario lo ratifica expresa o tácitamente, y en este caso, la
ratificación produce los efectos del mandato expreso y opera
retroactivamente. Es otra forma del mandato cuando no existe
representación.

Se considera en los contratos sin representación que el titular de


los mismos, es él apoderado ya que éste ejecuta todos los actos
con los terceros con los que contrata y será responsable con él
tercero y estos con él por las acciones de los mismos, dejando
fuera de toda responsabilidad al poderdante, si embargo no
exime de responsabilidad al encargado de la gestión para con él
mandante.

En el Código Civil se admite el mandato sin representación, sin


olvidar que este tipo de contrato al igual que el representativo es
solemne; y tiene que ser aceptado expresamente por él
mandatario, y en donde él poderdante otorgara diversas
facultades para que en la realización de ciertos actos o contratos
llevados a cabo por él gestionante, sea éste el que tenga que
responder ante los terceros con los que contrata, desligando al
otorgante de estos actos.

38
2.10 Consecuencias jurídicas del mandato sin representación
entre mandante mandatario y terceros:

En los actos sin representación, los contratantes se obligan


recíprocamente a cumplir con determinadas obligaciones y a
asumir las consecuencias jurídicas que del ejercicio del mismo
se adquiere. Dentro de la legislación guatemalteca están
regulados que obligaciones adquieren los contratantes. En el
caso del otorgante éste le encomienda la realización de
determinados actos o negocios al apoderado, y éste se encargará
de las gestiones frente a los terceros sin que él otorgante tenga
acción directa en las gestiones que realice, en este caso él
encargado de la gestión es él único responsable por las acciones
directas e indirectas que se produzcan como consecuencia de su
actuación, y tendrá también que rendirle cuentas al que le
encargo los negocios y además es responsable para con los
terceros con quienes hace la gestión, y los terceros también son
responsables con él apoderado por los daños y perjuicios que
causen por el mal manejo en las actuaciones que se den, por
menoscabo en el patrimonio del mandante por ejemplo; cuando
se otorga un encargo al apoderado sin representación con
cláusula especial para que éste pueda administrar determinados
bienes del otorgante e incluso poder gozar de los mismos por
cierto tiempo pero, si llegado a la fecha en que él encargado de
los negocios no da cuentas de su gestión al poderdante éste le
puede exigir a través de un” juicio de rendición de cuentas,”
para que le entregue los bienes y el provecho y utilidades de los

39
mismos así como los daños y perjuicios en que incurrió por su
omisión.

En síntesis las consecuencias jurídicas que se dan en éste tipo de


mandato es la restitución al patrimonio del mandante por parte
del apoderado, cuando éste incurre en determinadas faltas en su
gestión, pues tendrá que pagar los daños y perjuicios y
responsabilidades por las acciones u omisiones que cause
intencionalmente, por el mal manejo de sus actos, también tiene
que responder frente a los terceros con quién contrata y estos a
su vez con éste.

Las relaciones internas entre poderdante y mandatario, no sufren


cambios, según si el contrato es con representación o sin ella,
pues él encargado del negocio siempre actúa por cuenta del
primero, de modo que el efecto jurídico y económico de los
actos o contratos que realice, siempre afectarán económicamente
al poderdante. Las obligaciones y derechos entre uno y otro son
las mismas.

En el caso de éste tipo de instrumentos jurídicos sin


representación son las relaciones externas las que cambian, ya
que existe una relación directa entre el que realiza la gestión y él
tercero, y él poderdante puede llegar a ser parte de la misma,
como sucesor del mandatario, y en virtud de otro negocio
jurídico.

En éste tipo de contrato por ser un contrato en donde no hay


representación todas las acciones que lleve a cabo la persona

40
encargada de la gestión será por cuenta de éste, primero con el
que le otorgó la gestión y segundo es responsable directo con los
que contrata, y es con estos con quienes tendrá que responder de
toda responsabilidad.

En Guatemala es poco usual este tipo de instrumentos sin


representación, y esta regulado en el Código Civil, y en el cual
esta figura al igual que la representación; los otorgantes se
someten a las disposiciones derechos y obligaciones que regula
el mencionado cuerpo legal, y en la cual él poderdante, también
es responsable de daños y responsabilidades con su mandatario
debiéndole de proveer al encargado de la gestión de lo necesario
para la realización de los actos, y estos cumplir con el encargo
encomendado, y estar bien enterado de que el mismo acarrea
consecuencias jurídicas, para ambas partes.

2.11 La revocación del mandato.

En muchas legislaciones esta figura de revocación del mandato


no es muy aceptada pues el mismo en sus inicios cuando se
otorgaba por las partes primeramente era gratuito, y fue dado
por la confianza que el mismo generaba entre las partes, pues
solo se podía otorgar entre las personas que se conocían y su
trayectoria, pero en legislaciones mas modernas y actualmente la
guatemalteca, ya es permitida la revocación del mandato. La
misma es aceptada, y en donde él poderdante puede disponer en
cualquier momento su terminación, haciendo cesar la función
del apoderado, para que esto suceda debe de cumplir con

41
determinados requisitos que la ley le exige y que surta sus
efectos jurídicos.

Puig, Peña F. indica: “Que el fundamento de la revocabilidad se


encuentra en el hecho que el contrato se estipula por regla
general, en beneficio del mandante; luego el plazo corre a su
favor y puede desligarse de él cuando lo estime procedente”.
(1976:206).

El ordenamiento jurídico lo regula. La revocación deberá


notificarse tanto al mandatario como a las personas interesadas
en el asunto o negocio pendiente, articulo 1718 Código Civil.

De las anteriores definiciones, se establece que la revocación si


bien es cierto esta regulada en el Código Civil, y una potestad
que tiene él mandante de poderla extinguir en cualquier
momento por ser un negocio que él otorga, es contradictoria
para la contratación pues la misma cuando los otorgantes
aceptan el negocio jurídico y se obligan se hace para un tiempo
estipulado y tiene que respetarse el cumplimiento del contrato
por parte del otorgante, por lo que viene a ser un acto
contradictorio del mandato, y un manifiesto abuso del derecho.

La ley estipula que él mandatario puede nombrar un sustituto


cuando tiene esas facultades y estuviera legalmente autorizado
por él mandante, caso contrario incurrirá en responsabilidad,
igualmente incurrirá en la misma sí, teniendo autorización para
delegar, nombrará a una persona incapaz o solvente.

42
La revocación del mandato es un acto unilateral por medio del
cual él mandatario, sin incurrir en responsabilidad alguna,
termina el mandato y el vínculo contractual existente con él
apoderado.

La revocación del mandato es una facultad irrenunciable que


tiene el mandante y su ejercicio se sujeta a determinadas
normas, pero éste solo producirá efectos:

a. Desde el momento que se notifica al mandatario, y a los


terceros interesados en el negocio o asunto pendiente,
notificación que debe constar en instrumento público, acta
notarial o notificación notarial.

b. La revocación puede ser expresa o tácita, es expresa la que se


formaliza en escritura pública y, para que surta sus efectos
jurídicos debe inscribirse además en el Registro de Mandatos del
Archivo General de Protocolos y en el Registro Mercantil

c. La revocación del mandato primario provoca necesaria y


automáticamente, la revocación de las substituciones y
mandatos que él mandatario primario hubiere autorizado, salvo
que él mandante los confirme expresamente.

Se considera que la revocación es una figura legal que está


inmersa en el Código Civil y que esta puede ser ejercitada por
él mandante en cualquier tiempo de la gestión pero tiene que
cumplir con los requisitos que estipula la ley para está clase de
contratos, cesando al mandatario en su función.

43
2.12 Extinción del mandato.

Terminación del mandato:

Cuando se cumple el término para el que se otorgó y la gestión


fue ejecutada por él apoderado en los términos acordados.

Cuando no indique término de vigencia del mandato; tendrá


vigencia para un plazo determinado y el mandato general que
no exprese duración, se considera conferido por diez años, desde
la fecha del otorgamiento, salvo prorroga otorgada con las
mismas formalidades del mandato es decir en escritura pública.

En el caso del mandato especial pueden tener vigencia


indefinida.

Cuando se termina el asunto para el que se encargó en el caso


del mandato especial.

Por revocación, es conocido como uno de los elementos


esenciales del mandato en Guatemala.

En caso no le sea notificada la revocación al mandatario no surte


efecto, si no se le notifica a los terceros, pero si él mandatario
no puede oponerse a los terceros, si estos prueban que ignoraban
la revocación.

Cuando se da por renuncia del mandatario.

La muerte del mandante no provoca automáticamente la


terminación total o absoluta del mandato, pero exclusivamente

44
para la atención de los asuntos pendientes y en tanto se
apersonen los “representantes legales del mandante, albaceas,
administradores o herederos”. Queda prohibido al mandatario
utilizar el mandato en relación al negocio que no habían sido
iniciados, en vida del mandante.

En caso de muerte y también podemos agregar incapacidad del


mandatario, es obligación de sus sucesores avisar
inmediatamente al mandante o en su ausencia a un juez y
atender en la brevedad posible lo relativo a los bienes y a la
conservación de estos propiedad del mandante, que él
mandatario hubiere tenido en su poder, además se trasladara a
los herederos la obligación de rendir cuentas al mandante, si él
mandatario había administrado bienes.

Se considera la prescripción de las acciones derivadas del


ejercicio del mandato dura un año, salvo que de conformidad
con otras normas del Código Civil, tuvieran asignado un término
especial de prescripción.

Por lo tanto se estipula “la obligación de rendir cuentas que tiene


él mandatario, no queda sujeta a esa prescripción especial de un
año, sino a la de tres años” artículos 1512 y 1515. Código Civil.

De las consideraciones anteriores se establece que: Cuando el


mandato se extingue es cuando cumplió su cometido, y es
aceptado en Guatemala en la legislación pues la misma regula
para qué tiempo fue otorgado; y así se hace constar en el
instrumentos público de su otorgamiento por las partes que

45
intervienen en la misma, dándose la posibilidad de poder
ampliar éste mismo siempre y cuando las partes estén en
disposición de hacerlo pero para ello tendrán que contar con una
nueva escritura pública.

TITULO 3.

DIFERENCIA DEL MANDATO CON REPRESENTACIÓN


Y EL MANDATO SIN REPRESENTACIÓN, Y LAS
RESPONSABILIDADES Y DERECHOS DE LAS PERSONAS
QUE INTERVIENEN EN LA CONTRATACIÓN.

3.1 Diferencia del mandato con representación:

En tal virtud se ha estudiado detenidamente estos dos tipos de


mandato así como sus características, elementos, y como son
utilizados de acuerdo a su representación, se pueden distinguir
claramente las diferencias que uno y otro presentan.

Se analizará primero el mandato con representación para dar una


idea mas clara de cómo se lleva a cabo la representación en el
mandato:

La representación es la figura dentro del mismo mandato en la


que una persona se va a encargar a llevar a cabo ciertos actos
por el encargo que otra persona le haga pero por cuenta de éste,
llegando a tener efectos válidos y jurídicos todos los actos que la
persona llamada mandatario realice, y lógicamente contando con
el respaldo de otra conocida como mandante.

46
La representación en el mandato tiene como objeto la validación
de todos los negocios presentes y futuros que se realizaran en la
gestión como consecuencia del negocio jurídico que se
establece entre terceros, la doctrina es muy clara al considerar
que en la misma representación hay riesgos de descensos en las
ganancias de los negocios que se llevan a cabo por parte del
mandatario, los contratos con representación tendrán siempre el
respaldo del poderdante hacia el encargado de la realización de
los actos que se le han encomendado, siempre que éste cumpla
con llevar a cabalidad los negocios del mandante.

Se establece, en este mandato con representación, que el mismo


es un contrato preparatorio, dicho contrato tiene como fin el
desempeño a futuro de buena fè de los actos que le fueron
encomendados por parte del otorgante al apoderado, y en estos
actos con representación él encargado de dichas gestiones está
facultado para realizar actos administrativas, judiciales, de
representación, e incluso se le da potestad para poder enajenar
bienes inmuebles pero haciendo ver que estos últimos en el
instrumento otorgado será con cláusula especial, y en donde al
realizar dichos actos se establecerá, una relación interna entre él
mandante y él que realiza la gestión; el fin y el objeto del
contrato es el de establecer relaciones futuras jurídicas con
terceros, con quienes ha sido habilitado para actuar por parte del
mandante, la representación es un factor importante en la
realización del mandato pues de ahí nacen derechos,
responsabilidades y obligaciones jurídicas, que él apoderado
deberá cumplir con el solo hecho de haber aceptado de manera

47
expresa la representación, y esta puede darse a titulo gratuito, y
oneroso que debe ser expresada en el mismo instrumento
público de mandato.

En estos contratos con representación debe ir implícita en el


mismo instrumento público de otorgamiento la palabra “con
representación”, pues el que se encarga de la gestión en los actos
y contratos en que intervenga con terceros siempre lo hará por
cuenta del mandante, aún así, en estos mismos actos también
tendrá el poder de decisión de llevar a cabo estos actos o negarse
a realizarlos, cuando considere prudentemente que los mismos
son dañinos para su mandante, este tipo de contrato es el más
utilizado en la actualidad en Guatemala, el garante de todos los
actos o negocios que realice él apoderado serán siempre por
encargo de los mismos que le hace su poderdante, de ahí que se
desprenden los diferentes tipos de gestión que pueden ser
otorgados de acuerdo a la representación.

De acuerdo al negocio jurídico, la representación es una figura


que fue utilizada desde hace mucho tiempo en Roma, y en
donde busca, él otorgante a una persona en quien depositar esa
confianza que otorgaba él mandante, esta representación era
gratuita pero actualmente la figura del mandato con
representación, ya trae consigo vínculos económicos, jurídicos
para el que la desempeña. No deben olvidárse las consecuencias
y responsabilidades que se derivan del ejercicio de la misma; se
puntualiza entonces que es clara la posición que se expone al
definir que el mandato con representación crea vínculos

48
derechos y obligaciones entre el mandante y mandatario y
terceros, y él poderdante es responsable por los actos del
mandatario siempre y cuando estos actos estuvieren derivados
del ejercicio de la gestión ejercitado de buena fè por parte del
que se encarga del negocio. .

Se concluye que este tipo de mandato con representación debe


tener tres aspectos importantes y son los siguientes:

a) En la escritura de otorgamiento debe incluirse la palabra “con


representación”.

b) La aceptación expresa del mandatario.

c) Indicación del tipo de negocio el cual se le encomienda al


mandatario, y la duración del mismo, y el tipo de representación
de acuerdo al negocio acordado.

3.2 Diferencia del mandato sin representación.

En este tipo de mandato sin representación en el instrumento


público las partes involucradas en la contratación aceptan
expresamente las responsabilidades derechos y obligaciones
derivadas del mismo, en el instrumento público aparece la
palabra “mandato sin representación”. Lo que significa que él
poderdante al otorgar dicho contrato se desliga de toda
responsabilidad con los terceros, y el que adquiere esta
obligación es él apoderado, ya que todas las acciones que realiza
son como si fuera suyo el negocio y lo involucra directamente a
él con los terceros, pero no se desliga del poderdante pues este

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pedirá cuentas al encargado del negocio y este tendrá que
rendirla por el encargo que se le hizo.

La diferencia de uno y otro contrato están bien marcados:

a) En el contrato con representación él poderdante responde de


las acciones que lleva a cabo él apoderado con él tercero con
motivo de la ejecución del encargo

b) En el mandato sin representación él mandatario actúa en


nombre propio y él mandante se desliga de toda responsabilidad
con los terceros, y es el primero quien debe responder ante estos
por los actos realizados con motivo del encargo; Otra diferencia
bien marcada en esta contratación es qué no se puede enajenar
ningún bien inmueble, pues para poder tener está facultad él
apoderado tendría que haber aceptado un mandato con
representación y acompañado con cláusula especial que indique
que el mismo puede ser utilizado para está gestión.

Se establece que en estas contrataciones con y sin representación


las gestiones esta bien definida la actuación de las partes que se
obligan, pues una de éstas actuará siempre en nombre de su
mandante y todos los actos que realice el obligado con los que
contrate será siempre él poderdante, pero también él que realiza
la gestión está también sujeto a responsabilidades y obligaciones
en el contrato.

Al contrario en los contratos sin representación en donde


únicamente él que acepta a llevar a cabo los negocios

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encomendados será él responsable con los terceros con los que
contrate dejando fuera de toda responsabilidad al poderdante.

Actualmente esta contratación ha sido mal utilizada por las


personas que establecen la relación. Pues utilizan y se valen de
la representación para no revelar su verdadera identidad con los
que contratan, o en determinadas ocasiones cuando están fuera
del territorio y necesitan de está figura para evadir situaciones
judiciales, otorgando estos instrumentos de gestión, que muchas
veces viene a ser un obstáculo para la aplicación correcta de la
ley, cuando es mal utilizado.

En los gestiones sin representación cuando se otorgaban estos


instrumentos por las partes para la gestión de bienes muebles
como vehículos, estos eran ingresados en sociedades y
pasaban a formar parte del aporte de los socios, evitando así la
compra venta de los mismos y ocasionando una pérdida para el
fisco y burlaban la negociación de compra venta que jamás se
realizaba, todas estas acciones era por intereses económicos de
las partes, que sabiendo que este negocio era ilícito se valían de
los instrumentos públicos autorizados, para esta mala práctica.

Por ejemplo en las escrituras publicas de gestión de vehículos


cuando se autorizaban le daba la potestad al apoderado para
poder hacer uso del vehículo, y de circularlo dentro y fuera del
territorio de Guatemala y otorgar otros mandatos sobre el
mismo; evitando la compraventa del dicho bien lo que estaba
causando que el estado no recibiera el impuesto correspondiente

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por dicha falsedad, y en consecuencia, una baja recaudación por
este rubro actualmente para evitar esta clase de evasión y de
falsedad en este rubro se fortaleció la ley del impuesto al valor
agregado (IVA) la cual actualmente esta en vigencia.

Los contratos de mandato sean estos con representación o sin


ella son instrumentos regulados por la ley y otorgados por las
personas que necesitan de la representación para concretar los
negocios que les interesan; pero cuando se hace mal uso de estas
clases de institutos deforman el derecho y lo que crea es
desconfianza en las personas que ven en la representación un
instrumento de falsedad, por lo que las autoridades encargadas
de fiscalizar los registros correspondientes tienen que poner
mas atención y tener mas controles para evitar la mala práctica
del mismo.

Estos mandatos que regula la ley son utilizados con exclusividad


para la gestión de buena fe, lo que conlleva que cada parte sea
responsable del uso que se derive de los mismos por los
actuantes y que respondan ante los terceros, de las
responsabilidades y actos que estos ocasionen.

Así mismo se establece que esta figura de la representación,


debe de modernizarse en cuanto a su legislación proponiendo
mecanismos adecuados para cada una de las partes que
intervienen en el contrato, elaborando normas y requisitos que
deben de cumplir los que se van a obligar, para evitar la
falsedad de las personas a la hora de identificarlas y de rubricar

52
el instrumento jurídico ante él notario, quienes tienen el papel
primordial de dar fè pública que la firma fue puesta en su
presencia.

Y otra de las acciones que se deben tomar en cuenta también por


parte de las autoridades de los registros correspondientes en
donde se inscriben todos los poderes, es controlar de una mejor
manera los instrumentos públicos de mandato y evitar la
falsedad en los mismos, pues por la importancia que los mismos
revisten en cuanto a los actos legales y económicos en los que se
da la representación, tienen que tener un adecuado registro y
control promoviendo requisitos especiales para los otorgantes y
evitar el mal uso de estos actos que regula la ley.

3.3 Responsabilidades y derechos de las personas que


intervienen en la contratación.

Las responsabilidades y los derechos en esta contratación se da


desde el momento en que las partes de comprometen a llevar a
cabo los actos que se obligan, uno de llevar a cabo la
representación y el otro de proveerle lo necesario para el buen
desempeño de su gestión. Esta obligación empieza desde el
momento en que se acepta la gestión por medio del instrumento
público de mandato, y en el que tendrán derechos los actuantes y
obligaciones que cumplir, lo harán sabiendo que cada uno es
responsable frente al otro de los actos y gestiones realizadas.
En el caso del poderdante este será responsable de
proporcionarle los instrumentos para el buen desempeño de la

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gestión, así como de facilitarle frente a las personas con las
cuales va contratar lo relativo a lo económico, como
reembolsarle las cantidades en dinero como consecuencia del
ejercicio del mandato que tuviere que gastar el mandatario en
cantidades mayores de lo acordado y cumplir con los honorarios
pactados en el contrato.

Y el apoderado tendrá también obligaciones que cumplir frente a


su mandante y las cuales empiezan desde el momento de realizar
la gestión como, realizar de buena fè el acto, cumplir con los
encargos que le fueron encomendados, llevar con diligencia
todos los actos que estuviere obligado, velar por que el
patrimonio del mandante no sufra pérdidas que sean
innecesarias, realizar únicamente las gestiones que le fueron
encomendadas, sin excederse de las mismas; entregar cuentas al
poderdante cuando este lo requiera, así como los inventarios y
dividendos que estuviere administrando como también el pago
de daños y perjuicios que por negligencia sufriere el patrimonio.
En este tipo de gestiones siempre estarán implícitas los derechos
y las obligaciones de los actuantes, pues lo que siempre se verá
afectado en las relaciones de las dos partes y los terceros, será el
patrimonio del mandante: y por lo tanto, éste tiene el derecho de
exigir todo tipo de cuentas derivadas de su gestión, en los
asuntos en que intervenga. En el caso de que él poderdante
solicite al que se encarga de su gestión las cuentas de todo lo
que ha administrado y éste se negare a dar cuenta de los
negocios, podrá acudir a” un juicio de rendición de cuentas y
obligarlo para que le entregue las cantidades en dinero de su

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administración, así como los daños y perjuicios
responsabilidades de su actuación”.

Este tipo de consecuencias jurídica se da también en los


contratos sin representación, y en donde el tercero que contrata
con él mandatario también tiene derechos y responsabilidades
derivadas del ejerció de la acción, cuando se da la gestión él
tercero se obliga directamente con él mandatario y viceversa y
cada uno responderá por daños y perjuicios ocasionados con
motivo de las gestiones.

En conclusión se establece que todas las acciones realizadas


entre mandante, mandatario y terceros, fueron aceptadas por los
otorgantes mediante un instrumentó público; todos los derechos
y obligaciones y responsabilidades por el ejercicio de sus actos
siempre tendrán inmersas consecuencias jurídicas y económicas,
si las mismas son trasgredidas por alguno de los que intervienen
en el ejercicio del mandato, dichas normas están reguladas en el
Código Civil.

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Conclusiones.

1. El mandato es un instrumento de confianza utilizado de


buena fe por los contratantes, y las autoridades encargadas de
su registro tienen que trasmitir esa confianza a las personas e
instituciones que se valen de la representación.

2. El mandato sin representación es un instrumento regulado por


la ley, pero el mismo por ser un instrumento que está otorgado
para que el mandatario lo ejerza directamente, tiene que ser más
controlado y evitar el mal uso que de éste se haga, por los
contratantes.

3. Cada una de las personas que intervienen en la contratación


tendrán derechos y obligaciones que cumplir al llevar a cabo la
representación, así como responsabilidades e indemnizar por los
daños que se causen con motivo de su gestión.

4. Las autoridades encargadas de velar por el buen uso que se le


de al mandato son los que están a cargo de los registros
correspondientes de los mismos así como las autoridades de la
Superintendencia de Administración Tributara (SAT).

5. El mandato es un instrumento público regulado por la ley para


representar a las personas y las actuaciones de los mismos tienen
que llevarse de buena fe.

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Referencias:

Castan Tobeñas, José. (1961).Derecho Civil Español. Común y


fiscal. España. Editorial Reus.

Código Civil de Guatemala Decreto Ley 106.

Código De Notariado.

Código Procesal Civil y Mercantil.

Constitución Política de la República de Guatemala

Diccionario de derecho usual. (1946). Buenos Aires Argentina.


Editorial Atalaya.

Enciclopedia jurídica Omeba Driskill, S. A. (1964). Buenos


Aires, Editorial Libreros

Ley Del Organismo Judicial.

Osorio, Manuel. (1981). Diccionario de Ciencias Jurídicas,


Políticas y Sociales. Buenos Aires. Editorial Heliasta. S. R. L.

Puig Peña, Federico. (1976). Compendio de Derecho Civil


Español. Madrid. Ediciones Pirámide. S. A.

Rojina Villegas, Rafael. (1956). Derecho Civil Mexicano.


México. Editorial Porrúa.

Viteri. R.Ernesto. (1992). Los Contratos En El Derecho Civil


Guatemalteco. Parte especial. Guatemala.

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Anexos.

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