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Discernimiento Vocacional para Aspirantes

El documento aborda el discernimiento vocacional para jóvenes, invitándolos a participar en tres encuentros que les ayudarán a entender su llamado a la vida religiosa. Se enfatiza la importancia de la oración, la reflexión y el acompañamiento en el proceso de discernimiento, así como la necesidad de responder a la invitación de Jesús a seguirlo. Además, se presentan diferentes carismas de comunidades religiosas para que los jóvenes puedan identificarse con alguno de ellos.

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Discernimiento Vocacional para Aspirantes

El documento aborda el discernimiento vocacional para jóvenes, invitándolos a participar en tres encuentros que les ayudarán a entender su llamado a la vida religiosa. Se enfatiza la importancia de la oración, la reflexión y el acompañamiento en el proceso de discernimiento, así como la necesidad de responder a la invitación de Jesús a seguirlo. Además, se presentan diferentes carismas de comunidades religiosas para que los jóvenes puedan identificarse con alguno de ellos.

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DISCERNIMIENTO VOCACIONAL

“VENID Y VERÉIS”

I. ORACIÓN INICIAL

Anexo I (Págs. 22-26).


Invita al joven a que él realice la plegaria de manera espontánea, o también lo
puede realizar el Animador Vocacional.

II. INTERROGATORIO

“Interrogue al joven para sondear sus motivaciones, expresiones, gestos, miradas,


palabras, si está diciendo la verdad o no, etc.

¿Cuál es tu nombre?, ¿tu lugar de procedencia? ¿Edad?


¿Ocupación actual?, ¿dependes aún de sus padres o no?,
¿profesión? ¿Con quien vives?, ¿has participado en alguna
convivencia vocacional o has pertenecido a una comunidad
religiosa o seminario? ¿Perteneces o ha pertenecido a un grupo
eclesial?, etc.

Tome nota de toda la información que el candidato le otorgue. Pregúntele, su


historia Vocacional ¿Por qué y para qué el cree que Dios lo llama? Escucha
atentamente todo lo que el candidato dice.

1
III. INRODUCCIÓN

Explique al candidato sobre los tres encuentros de Discernimiento Vocacional


“Venid y Veréis” que todo candidato debe analizar antes de iniciar el
Discernimiento Vocacional Franciscano.

 El primer Encuentro Vocacional se llama: ¿Señor qué


quieres que haga?, por la pregunta frecuente que se hace
cada candidato, al encontrarse confundido
vocacionalmente.

 El segundo Encuentro se llama: “Ven y Sígueme”. Es la


invitación que hace Jesús frente a las inquietudes que
tienen los jóvenes.

 El tercer Encuentro se llama: “Te Seguiré Señor”. Es la


respuesta positiva que cada joven da, frente a la invitación
que hace Jesucristo a la misión, dentro de un carisma
específico.

Con estas explicaciones generales, el candidato sabrá que debe participar de tres
encuentros antes de entrar a ser Aspirante Franciscano.

Pregunte al candidato si desea realizar los tres encuentros, si dice que sí, empiece
con el Primer Encuentro.
2
ENCUENTRO I

“Señor, ¿qué quieres que haga?”


Los jóvenes necesitan dar respuestas a las grandes interrogantes de
su existencia.

Si estás buscando qué hacer con la vida, trata de ¡DAR EL PRIMER


PASO! Comienza por abrirte a Dios y a los demás, así irás
encontrando el camino, como lo hizo San Francisco de Asís.

Jesús como compañero de camino te ayudará a entender lo que no


comprendes. Te invitamos a realizar una lectura comprensiva de:
(Lc 24, 13-35). Jesús dará la respuesta a tu corazón abatido.
Explique a los jóvenes, porqué los discípulos tenían un corazón desanimado.

3
Con Francisco de Asís

Una experiencia que marcó a Francisco de Asís para toda su vida, fue
un día de otoño de 1205, mientras oraba, el Señor le prometió a
Francisco que pronto daría respuestas a sus preguntas. A los pocos
días, caminando por los alrededores de Asís, pasó junto a una antigua
iglesia llamada San Damián y, conmovido por su estado de ruina,
entró a rezar, arrodillándose con reverencia y respeto ante la imagen
de Cristo crucificado que presidía sobre el altar…

¡Oh alto y glorioso Dios!, ilumina las tinieblas de mi corazón y


dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y
conocimiento Señor para que cumpla tu santo y veraz
mandamiento. Amén
4
Y, estando allí, le invadió un gran consuelo espiritual. Con los ojos
llorosos, pudo ver cómo el Señor le hablaba desde la cruz y le decía:
“Francisco, ¿no ves que mi casa se derrumba? Anda, pues, y
repárala”.

Tembloroso y sorprendido, él contestó de muy buena gana: “lo haré,


Señor”. Luego se ensimismó y quedó como arrebatado, en medio de
la iglesia vacía. Fue tal el gozo y tanta la claridad que recibió con
aquellas palabras, que le pareció que era el mismo Cristo crucificado
quien le había hablado.

Y se conmovió tanto al verlo, que le quedó grabada en el corazón la


pasión de Cristo, que, desde entonces, a duras penas podía contener
las lágrimas y los gemidos al recordarla. Y entendió que eran para él
aquellas palabras del Evangelio:

“Si quieres venir en pos de mí, niégate a ti mismo, toma tu cruz y


sígueme” (Mt 16, 24).

En San Damián, el crucifijo le había pedido a Francisco no solo que


repare la iglesia en ruinas, sino algo mucho más importante: la
renuncia a los bienes de este mundo. Por eso comenzó un camino de
liberación de las riquezas, que eran abundantes, despojándose de su
misma ropa delante de su padre. Convencido y entusiasmado,
comenzó a vivir el Evangelio como su proyecto de vida; pero la gente

5
no entendía su forma de vida y lo tuvieron por loco. Sin embargo,
otros encontraron en esta locura un motivo para seguirle por el
camino de la humildad y la pobreza. Así se congregaron a su
alrededor jóvenes deseosos de seguir a Jesús pobre y crucificado y se
puso en marcha la Orden de los Hermanos Menores.

REFLEXIÓN

NO PUEDO HACERLO PAPÁ

Un día, el joven David y su padre estaban cavando en el huerto, que


había detrás de su casa, cuando se encontraron una gran piedra.

Su padre dijo “Tenemos que quitarla”, “Yo lo haré”, dijo el joven


David, deseando ser útil. Empujo hasta quedar sin fuerzas y dijo a su
padre, admitiendo su derrota “no puedo hacerlo”. “Yo creo que
puedes”, respondió su padre. “Si intentas todo lo que crees que
puedes”.

El joven David lo intentó de nuevo hasta que le dolieron los brazos y


estuvo a punto de llorar. Le dijo a su padre “No puedo hacerlo”. “De
verdad que no puedo papá”. Lo he intentado con todas mis fuerzas y
no se ha movido nada.

“¿Has hecho todo lo que realmente puedes hacer?”, preguntó


amablemente su padre. El joven David lo aceptó con un gesto, pero
su padre movió la cabeza. Y le dijo “hay una cosa que has olvidado
6
hacer. Si lo haces, conseguirás mover la piedra”. Confuso preguntó
David “¿Qué es lo que he olvidado?”. Su padre sonrió y dijo. “Tengo
razón entonces”. “Podías haberme pedido que te ayudara; pero no lo
hiciste”. Entonces David le dijo “Papá, ¿quieres ayudarme?”. El
padre y el hijo unieron sus fuerzas y comenzaron a empujar
lentamente la piedra hasta moverla. David se reía encantado y le
decía al papá. “¡Lo hemos logrado, papá!”

Nunca intentes hacer las cosas solo, aún


más en la vida vocacional, déjate ayudar
por los demás, por un amigo, por una
religiosa, por un director espiritual, por tus
padres, etc.

7
Taller

1. ¿Cuál es el sentido que le


das a tu vida? ¿Eres feliz?

2. Lee Mt 20, 22 y responde


¿Qué estás dispuesto a hacer
para emprender una nueva
forma de vida y vivir según
como Jesús te pide?

8
ENCUENTRO II

“Ven y Sígueme”
1. ORACIÓN INICIAL

Anexo I (Págs. 22-26).


Invita al joven a que él realice la plegaria de manera espontánea, o también lo
puede realizar el Animador Vocacional.

2. INTRODUCCIÓN

Entre las preguntas que te haces en la vida, está: “¿Señor Qué


quieres que haga?” La respuesta que nos ofrece Jesús es bien clara,
una palabra contundente: “¡Sígueme!”

Necesitamos dar contenido a esta palabra ¡Sígueme!, porque sí


queremos dar una respuesta personal y vinculante, se debe responder
a una invitación seria de nuestro Señor Jesucristo.

9
3. CON FRANCISCO DE ASÍS

Un día, en la eucaristía, escuchó el Evangelio de la misión en el que


Jesús envía a sus discípulos a predicar el Reino “No lleven oro, plata
o monedas en el cinturón. Nada de provisiones para el viaje, o
vestidos de repuesto; no lleven bastón ni sandalias, porque el que
trabaja se merece el alimento…” (Mt 10, 5-12).

Francisco descubrió que este texto daba forma concreta a sus


inquietudes y aspiraciones: la misma forma de vida de Jesús y de sus
discípulos. Por eso dice Francisco que él quiere vivir "según la
forma del santo Evangelio" una expresión también típica en aquel
tiempo y que ya indicaba una concreta manera de vivir en
itinerantica, pobremente y exhortando a la conversión.

Al ver iluminada así su perspectiva de vida dice Francisco para sí


mismo: "Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco, esto es lo
que en lo más íntimo del corazón anhelo poner en práctica" (ICel
22).

4. LA VOCACION
La vocación religiosa es un don y una llamada especial de Dios al
hombre, recibida en fe, y cultivada y discernida en la oración. Este
don especial, Dios lo da a quien quiere, y es Él, quien dispone, mueve
y ayuda a los llamados, concediéndoles las gracias y dotes necesarias

10
para abrazar el estado religioso y perseverar en él. La vocación exige
un salir de uno mismo y descubrirse como alguien destinado para el
servicio. La vocación hace al hombre y el hombre se hace en la
medida en que va acariciando un proyecto vocacional.
Cuando se comienza a vivir en la clave de la escucha, la vida
adquiere un sentido nuevo, aunque la vocación no siempre se vive
con gozo. Percibir un llamado ocasiona con frecuencia una gran
confusión, no es raro que invadan dudas y éstas hagan sufrir. Pese a
eso se experimenta una sensación irresistible hacia el llamado de
Dios. Si en lo más profundo de tu corazón escuchas la voz de la
invitación que te hace Jesús, el “Ven y Sígueme” Síguelo, como lo
hizo Francisco de Asís.

5. REFLEXIÓN
Un hombre encontró a un joven, cuando éste andaba buscando algo
de rodillas. Le preguntó entonces ¿Qué andas buscando, amigo?,
El joven le respondió. Mi llave. La he perdido.
Y arrodillados los dos, se pusieron a buscar la llave perdida. Al cabo
de un rato pregunto el vecino: ¿Dónde la perdiste? En casa,
respondió el joven. Dijo entonces el vecino ¡Santo Dios!, y entonces,
¿Por qué la buscas aquí? Porque aquí hay más luz, respondió el
joven.

11
Muchos jóvenes están buscando la felicidad, pero no todos lo hacen
en el lugar correcto. Dios llama a todos a vivir en felicidad, a
construir su Reino… y a brindar al mundo entero la vida, tal como lo
hizo Jesucristo. Pero no todos acuden al lugar correcto, por eso es
importante que se discierna la vocación y con la ayuda de algún
sacerdote y así decidir por un estado de vida.

“Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo;


diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de
operaciones, pero es el mismo Dios que obra en todos” (1Cor 12, 4-
6).

6. ÓRDENES Y COMUNIDADES RELIGIOSAS

El término carisma, referido a una orden o comunidad religiosa,


expresa el conjunto de características que han inspirado el grupo y lo
distingue de otras órdenes y comunidades religiosas. El carisma de
cada familia religiosa cristiana subraya el modo particular en que sus
miembros siguen a Cristo. Dado que todos los cristianos siguen a
Cristo, los carismas tienen muchos elementos en común. La identidad
de un determinado grupo religioso se define, por medio de la
acentuación de un elemento particular, con la cual te puedes sentir
identificado. Se debe explicar a los jóvenes los diferentes carismas
con los cuales ellos se pueden sentir identificados.

12
Nombres Carisma
Carmelitas Oración y contemplación
Agustinos Buscan a Dios sin limites
Dominicos Estudio y Predicación
Franciscanos Ser hermanos menores
Jesuitas Educación, misión y trabajo intelectual
Mercedarios Extensión de la redención cristiana
Redentoristas Misiones
Salesianos La educación de los jóvenes
Cavanis Padres de la juventud.
Siervos del E. Santo Promover la renovación del espíritu Santo
Hnos. Hospitalarios La hospitalidad a los vulnerables
Monjes Contemplación, trabajo, la lectura y la oración

Seminarios Formar ministros ordenados (sacerdotes)


Otros…

7. RESPUESTA A LA INVITACIÓN

Samuel oye de nuevo la voz de Dios y responde lo que el


sacerdote Elí le había aconsejado: “Habla Señor, que tu siervo
escucha”. (1S 3, 1-20). En la vida con frecuencia para desentrañar
lo que nos está ocurriendo a nivel espiritual necesitamos la ayuda

13
de un buen consejero que nos oriente bien. Samuel desde aquel
momento se pone a la disposición de Dios y llega a ser un hombre
de Dios por su relación con él, está siempre atento a su llamada.
Si Dios te llama, responde.

Taller

1 ¿Qué es para ti vivir el


Evangelio?

2. Te sientes identificado con


Francisco de Asís.

3. ¿Cómo has realizado la


oración en esta última
temporada?

14
ENCUENTRO III

“Te Seguiré Señor”

1. ORACIÓN INICIAL

Anexo I (Págs. 22-26).


Invita al joven a que él realice la plegaria de manera espontánea, o también lo
puede realizar el Animador Vocacional.

2. INTRODUCCIÓN

Si Jesús te invita a seguirle, no puedes buscar excusas o pretextos


para no dar una respuesta concreta. Es sí o es no. No se puede vivir
con un "más o menos", o "ya veré luego", porque hay que decidirse
ahora. Es cierto que cuesta encontrar la respuesta. Y no se quiere que
la vida sea un cúmulo de actividades sin sentido y sin plena
conciencia de lo que se hace. Así lo hicieron San Francisco y San
Clara de Asís, y ellos son un referente claro para cada joven inquieto
por seguir más de cerca al Señor.

3. AMBIÉNTATE

Los discípulos y su maestro se hallaban sentados a la orilla de un río.


Si me cayera al agua, ¡me ahogaría!", preguntó uno de ellos.

15
"No", le respondió el Maestro. "No es el caerte al agua lo que hace
que te ahogues, sino el quedarte dentro"

El quemeimportismo y la indiferencia son actitudes contrarias a


nuestra condición de cristianos, y más cuando se trata de dar
respuesta a Jesús ante su invitación "¡Ven y Sígueme!"

No se puede responder rápidamente sin pensarlo bien y tampoco se


debe pensarlo tanto. Lo importante no es tener buenas intenciones,
sino una profunda disposición para ponerse al servicio de Dios y
buenas acciones para no quedarse paralizado por el miedo o por la
indecisión.

Para ello es necesario conocer a Jesús, entusiasmarse por su persona,


unirse a su misión y compartir su estilo de vida. Y eso requiere dejar
de lado otras posibilidades: unas egoístas que nos conducen a la
perdición y otras que, aunque son buenas, nos llevan por el camino
de la lucha sin energía suficiente por no estar bien cimentados en la
fuerza del Espíritu de Jesús.

Si das esa respuesta positiva: ¡Te seguiré!, y sin condiciones, y


actitud abierta, verás más claro el horizonte y te sentirás libre de
ataduras que la vida te pone.

4. REFLEXIONA

Jesús llama a los que quiere y a los dispuestos, pues "no son ustedes
16
los que me han elegido, sino que soy yo el que los ha elegido a
ustedes” (Jn 15,9), para seguirle a él en su forma de vivir “se
quedaron a vivir con él” (Jn 1,39), y para proseguir su misión, porque
nos ayuda con la fuerza del Espíritu.

Sin embargo la respuesta que dan los llamados es diferente:

Te invitamos a leer los textos y dar tu comentario, sobre la respuesta


de los invitados. ¿Por qué crees tú que ellos respondieron de esa
manera a una invitación?

 "Ellos no hicieron caso, y se fueron unos a su campo y otros a


su negocio” (Mt 22, 5)
 "Señor, déjame ir antes a enterrar a mi padre" (Lc 9, 59)
 "Te seguiré, Señor, pero déjame despedirme de mi familia"
(Lc 9, 61).

Lo cierto es que todos somos libres para dar una respuesta afirmativa,
condicionada o negativa.

¿Cuál es tu respuesta al llamado de Jesús?

No se vale decir sí y luego olvidarse de la palabra dada. Tu respuesta


debe ser contundente. Veamos algunos ejemplos:

 Isaías: "Aquí estoy, envíame" (Is 6, 8)


 María: "Aquí está la esclava del Señor, que suceda como tú

17
dices" (Lc 1, 38).
 Mateo: "Él se levantó y lo siguió" (Mt 9, 9)
 Juan: "Se fueron con él, vieron dónde vivía y pasaron aquel
día con él. Eran como las cuatro de la tarde" (Jn 1, 39).

5. CON FRANCISCO

Francisco no se demoró en dar la respuesta al Señor. A lo largo de su


vida, cuando descubría cuál era el camino, respondía con prontitud.
Para encontrar y cumplir la voluntad de Dios sobre él, Francisco solía
retirarse a orar, iba a lugares como Alvernia, Greccio, etc.

Y cuando descubría el camino a seguir no esperaba más:


inmediatamente trataba de cumplir el Evangelio. Por ello estaba muy
empeñado en que todos los hombres y mujeres que quisieran seguir
su estilo de vida, debían dar respuestas inmediatas y concretas, tal
como nos lo recuerda en su Testamento:

“Y después que el Señor me dio hermanos, nadie me mostraba lo que


debía hacer, sino que el mismo Altísimo me reveló que debía vivir
según la forma del Santo Evangelio. Y yo la hice escribir en pocas
palabras y con sencillez, y el señor papa me la confirmó. Y los que
venían a abrazar la vida daban a los pobres todo lo que podían
tener: y se contentaban con una sola túnica, remendada por dentro y

18
por fuera, con el cordón y los calzones. Y no queríamos tener más”.
(Tes 14)

La verdad es que Francisco es un verdadero amigo de Jesús, no sólo


por sus palabras, y sus escritos, sino sobre todo por su vida y
respuesta a Jesús, para vivir el Evangelio a radicalidad.

PASOS PARA UN BUEN DISCERNIMIENTO VOCACIONAL

a) Recibir Información: “Observen cómo es el país y sus


habitantes… cómo es la tierra, buena o mala” (Núm. 13, 18-
20). Es necesario tener información clara y concisa del
carisma y espiritualidad de la Orden o comunidad religiosa en
la cual te sientas identificado para seguir a Jesucristo, para no
equivocarse y lograr tomar una buena decisión.

b) Meditar: “¿Quién de ustedes, queriendo edificar una torre,


no se sienta primero a calcularlos gastos y ver si tiene para
acabarla?...” (Lc 14, 28-30). La vocación personal es para
toda la vida, por lo que es fundamental meditarlo. Elegir no es
ir a un shopping para ver lo que “te gusta”, sino asumir la
llamada y la propuesta de Dios.

19
c) Elección del estado de vida: “¿Qué debo hacer, Señor?”
(Hch 22, 10). Lo que debes hacer es responder al llamado y la
invitación que te hace el Señor.

d) Superar el temor, la duda: “¡Ay, Señor mío! Mira que no sé


hablar, que soy un muchacho” (Jer 1, 7). Es el momento de
asumir los límites, debilidades y dar el paso de la fe confiada.
A veces aparecen otras metas: “Te seguiré, Señor. Pero
déjame primero…” (Lc 9, 59-61); es el momento de “no
anteponer nada al amor de Cristo”, era el decir de San
Benito.

e) Acción: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí


mismo, tome su cruz cada día y sígame” (Lc 9, 23). Dios
confirma el discernimiento realizado y ahora te queda a ti
responder. Seguir o no seguirle.

20
Taller

 ¿Qué acciones concretas de San Francisco te impresionan


más a la hora de dar su respuesta a Cristo? Trata de poner
con detalle tu opinión sobre ello.

 ¿Has recibido la información necesaria, haz meditado de


acuerdo a la información que posees sobre lo que quieres,
has elegido lo que quieres ser superando los miedos y los
temores y estás dispuesto a dar la respuesta definitiva?

 ¿Te gustaría continuar haciendo el discernimiento vocacional


Franciscano? Sí, o no.

21
ANEXO I
ORACIONES

1. Te adoramos
"Te adoramos, Santísimo Señor Jesucristo, aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo, y te bendecimos, pues por
tu Santa Cruz redimiste al mundo".

2. Oración por la paz


Señor, hazme un instrumento de tu paz:
Donde haya odio, que lleve yo el amor,
donde haya ofensa, que lleve el perdón,
donde haya discordia, que lleve la unión,
donde haya duda, que lleve la fe,
donde haya error, que lleve la verdad,
donde haya tristeza, que lleve la alegría,
donde haya oscuridad, que lleve la luz. Oh Maestro, concédeme
que yo no busque tanto
ser consolado, sino consolar
ser comprendido, sino comprender,
ser amado, sino amar.
Porque es dando se recibe,

22
perdonando somos perdonados,
y muriendo se resucita a la vida eterna. Amén.

3. Oración ante el crucifijo de san Damián.


Oh alto y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas
de mi corazón
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento,
Señor, para que cumpla
tu santo y veraz mandamiento. Amén.

4. Saludo a la bienaventurada Virgen María


¡Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios, María, virgen
hecha iglesia, elegida por el santísimo Padre del cielo, consagrada
por él con su santísimo Hijo amado y el Espíritu Santo Defensor, en
ti estuvo y está toda la plenitud de la gracia y todo bien! ¡Salve,
palacio de Dios! ¡Salve, tabernáculo suyo! ¡Salve, casa suya! ¡Salve,
vestidura suya! ¡Salve, esclava suya! ¡Salve, Madre suya! Y, ¡salve,
todas vosotras santas virtudes, que, por la gracia e iluminación del

23
Espíritu Santo, sois infundidas en los corazones de los fíeles, para
hacerlos, de infieles, fieles a Dios!

5. Alabanzas al Dios altísimo


Tú eres el santo Señor Dios único, el que haces maravillas. Tú eres el
fuerte, tu eres el grande, tú eres el altísimo, tú eres el rey
omnipotente; tú Padre santo, rey del cielo y de la tierra. Tú eres el
trino y uno, Señor Dios de los dioses; tú eres el bien, el todo bien, el
sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero. Tú eres el amor, la caridad;
tú eres la sabiduría, tú eres la humildad, tú eres la paciencia, tú eres la
belleza, tú eres la mansedumbre; tú eres la seguridad, tú eres el
descanso, tú eres el gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres
la justicia, tú eres la templanza, tú eres toda nuestra riqueza a
satisfacción. Tú eres la belleza, tú eres la mansedumbre, tú eres el
protector, tú eres nuestro custodio y defensor; tú eres la fortaleza, tú
eres el refrigerio. Tú eres nuestra esperanza, tú eres nuestra fe, tú eres
nuestra caridad, tú eres toda nuestra dulzura, tú eres nuestra vida
eterna, grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso
Salvador.

24
6. Oración a la Trinidad
Omnipotente, eterno, justo y misericordioso Dios,
concédenos por ti mismo a nosotros, míseros,
hacer lo que sabemos que quieres y querer siempre lo que te agrada, a
fin de que, interiormente purificados, iluminados interiormente y
encendidos por el fuego del Espíritu Santo, podamos seguir las
huellas de tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y llegar, por sola
tu gracia, a ti, Altísimo, que en perfecta Trinidad y en simple Unidad
vives y reinas y eres glorificado, Dios omnipotente, por todos los
siglos de los siglos. Amén.

7. Bajo tu amparo nos acogemos


Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.

25
8. Madre del Redentor
Madre del Redentor, Virgen fecunda
puerta del Cielo siempre abierta,
estrella del mar ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar. Ante la admiración
de cielo y tierra,
engendraste a tu Santo Creador,
y permaneces siempre Virgen,
recibe el saludo del ángel Gabriel
y ten piedad de nosotros pecadores. Amén.

9. Saludo a la B. Virgen María


Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios
María, que eres virgen hecha Iglesia y elegida por el santísimo Padre
del cielo, consagrada por él con su santísimo Hijo amado
y el Espíritu Santo Paráclito,
en la que estuvo y está toda la plenitud de la gracia y todo bien.
Salve, palacio suyo; salve, tienda suya;
salve, casa suya; salve, vestidura suya; salve, sierva suya; salve,
madre suya, y todas vosotras, virtudes santas,
que por la gracia y la iluminación del Espíritu Santo
sois infundidas en el corazón de los fieles,
para que de infieles se vuelvan fieles a Dios.
26

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