NOVENA DE SANACIÓN DESDE EL VIENTRE MATERNO
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios
nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición:
Jesús mi Señor y Redentor…
Acto penitencial:
V/ Por las veces que no he valorado el don de la vida que recibí.
R/ Señor, ten piedad.
V/ Por las veces que no he visto la vida de mi prójimo, como un don de Dios.
R/ Cristo, ten piedad.
V/ Por las veces que me he olvidado de adorar y agradecer a Dios, autor de la
vida.
R/ Señor, ten piedad
ORACIÓN PARA ENTRAR AL VIENTRE MATERNO
(Todos los días)
Amadísima Reina y Madre María, ahora mismo que mis ojos se posan en tu
Vientre Inmaculado en donde estaré depositado, entiendo que he de nacer de
nuevo para ser salvado por tu Hijo Jesucristo y así lo deseo; deseo estar en tu
Vientre materno para de allí salir renovado y con corazón nuevo, limpio y puro,
para que yo sea admitido al Reino Eterno de nuestro Buen Padre Dios. Te pido
suplicante en este momento tan especial, me introduzcas a mí, mi historia, mi
pasado, presente y futuro, dentro de aquel primer Sagrario, tu Vientre Purísimo,
para sanar lo que este herido, restaurar lo que esté quebrado y levantarme de la
postración en la que engañosamente el maligno me ha hecho caer. Ayúdame a
nuevamente iniciar mi proceso de formación, de desarrollo. Tú eres la Llena de
Gracia, llena del Espíritu Santo, Él con Tu compañía podrán iluminar en mí, las
áreas que por el pecado se han oscurecido y que necesitan de claridad
sanadora. Por el amor de Madre que tienes hacia mí, no desampares esta
intención que hoy brota desde mi corazón lastimado, pero que busca ser sanado,
y, emprender de nuevo, el camino hacia la salvación. Niño Jesús que los rayos
que brotan de tu mano Santísima entren a los más profundo de mi ser y pueda
ser yo luz que disipe tanta oscuridad hoy. Amén.
En el Primer Misterio
Contemplo el Glorioso Anuncio del Arcángel Gabriel a la Virgen Santísima y la
Concepción y Encarnación del Hijo de Dios en el seno purísimo de María.
Texto Bíblico inspirador
Del Sto. Evangelio de Sn. Lucas (1, 30-31. 38).
“No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo,
y le pondrás por nombre Jesús... Dijo María: ´Yo soy la servidora del Señor, que
se cumpla en mí lo que has dicho´”
V/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor
Petición:
Me uno con mi espíritu, mi mente y todo mi ser a ese momento tan sagrado de
la Encarnación, y en fe también, me vuelvo pequeño y me refugio en el seno
purísimo de la Virgen María, pidiéndole a Ella que me colme de su amor; y que,
con el poder del Espíritu Santo Vivificador, renueven el momento en que fui
concebido.
Padre Nuestro...
1. Te pido, Divino Niño, que tu sangre lave y purifique el instante de mi
concepción de cualquier perturbación que haya recibido en ese momento.
Dios te salve, María...
2. Te entrego, Virgen María, Reina María, el temor que pudo haber sentido mi
madre al intuir que estaba embarazada.
Dios te salve, María...
3. Libérame, Padre Celestial, de cualquier desorden o concupiscencia recibidos
en el vientre de mi mamá.
Dios te salve, María...
4. Cólmame, Espíritu Santo Vivificador, de tu amor, de tu fuego abrazador, para
suplir el afecto que pudo haber faltado en el momento de mi concepción.
Dios te salve, María...
5. Libera, Jesús Niño, mi corazón de toda falta de conciencia que pudo haber
venido de mis padres cuando ellos eran instrumentos tuyos para darme la vida.
Dios te salve, María...
6. Sana, Padre Amado, toda herida de rechazo que haya podido recibir hacia mi
existencia.
Dios te salve, María...
7. Libérame, Niño Emmanuel, de cualquier herida producida por la idea errónea
que pudieron tener mis padres de que llegué por accidente.
Dios te salve, María...
8. Apacigua y sana, Espíritu de Dios, mi corazón herido, por cualquier
pensamiento que haya percibido de rechazo a mi existencia.
Dios te salve, María...
9. Me pongo en tus manos, Virgen María, pongo a mi madre, por si hacía todo lo
posible para ignorar mi existencia y me negaba la atención que requería desde
el momento mismo de mi concepción.
Dios te salve, María...
10. Te pido, amado Emmanuel, que me regales en estos momentos una nueva
concepción en el vientre de María, ahora que me encuentro en tu presencia y la
de Ella, a quien invoco como un niño a su madre.
Dios te salve, María...
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo...
Jaculatoria:
Por los méritos de tu Encarnación y de tu Infancia bendíceme y sáname Niño
Jesús Emmanuel.
En el Segundo Misterio
Contemplamos a la Virgen María que, embarazada de Jesús, se pone encamino
con prontitud, para visitar a su pariente Santa Isabel, quien también está
esperando a un niño.
Texto Bíblico inspirador
Del Sto. Evangelio de Sn. Lucas (1, 39)
“En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de
Judá”
V/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor
Petición:
Virgen peregrina, me uno, con mi espíritu, mi mente y todo mi ser, a ese momento
en que te pusiste en camino para visitar a tu pariente Isabel.
Te entrego, en este misterio, los tres primeros meses de mi vida en el vientre de
mi mamá para que sean renovados por tu amor maternal y virginal; y te pido que
recibas todo lo que pudo haberse producido en mí por experiencias maternas de
viajes, trabajo excesivo, cansancio o búsquedas incesantes.
Padre Nuestro…
1. Te pido, Niño Jesús, por sí de algún modo experimenté que mis padres
querían programar mi sexo, con tu Sangre Preciosa, sáname de cualquier
consecuencia negativa que cargué incluso hasta hoy.
Dios te salve, María…
2. Te entrego, Virgen María, los momentos de enojo que recibí en el vientre de
mi mamá y que pudo haberse instalado en mi alma.
Dios te salve, María...
3. Libérame, oh Niño Emmanuel, de cualquier circunstancia que me llevó a
realizar una elección inconsciente de querer vivir con mis solas fuerzas.
Dios te salve, María…
4. Cólmame, Espíritu Santo Paráclito, de la aceptación que necesito en estos
meses de desarrollo en el vientre materno, para tener una vida emocionalmente
sana.
Dios te salve, María...
5. Libérame, Dios, fuente de todo amor, de cualquier situación que tal vez me
llevó a realizar una elección inconsciente de muerte.
Dios te salve, María…
6. Niño Jesús, tú sabes en qué momento exacto mi corazón comenzó a latir. Pon
amado Niño, en ese órgano que se desarrolla, toda la ternura paterna y materna
que faltó.
Dios te salve, María...
7. Libérame Divino Niño Emmanuel, de todo aquello que percibí como una
agresión hacia mi vida y sáname de toda forma de rebeldía. Libérame de los
efectos del tabaco, el alcohol u otras sustancias que pudieron afectarme en el
seno materno si mi madre los ingirió, o si mi padre me transmitió alguna adicción
al momento de mi concepción.
Dios te salve, María...
8. Apacigua y sana, Espíritu Santo, todo temor y toca el refugio que me he creado
para no dar, ni recibir amor. Abre mi corazón para que reciba y comparta la vida
en abundancia.
Dios te salve, María…
9. Me pongo bajo tu amparo, Mamita María, que habito ahora en tu vientre,
lléname con tu delicadeza, ternura y amor concediéndome, con tu maternal
bendición, todo lo que yo de bebé en el vientre no recibí de mi madre,
Dios te salve, María…
10. Te pedimos, Niño Jesús, que extiendas tu mano sobre el vientre de tu Madre
donde ahora me encuentro y me sanes de cualquier enfermedad congénita,
recibida durante esta etapa de mi desarrollo.
Dios te salve, María...
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo...
Jaculatoria:
Por los méritos de tu Encarnación y de tu Infancia bendíceme y sáname Niño
Jesús Emmanuel.
En el Tercer Misterio
Contemplamos el Gloriosísimo momento en que Dios- con-nosotros, el Niño
Emmanuel, comienza a habitar en la tierra, su Nacimiento de las purísimas
entrañas de la Siempre Virgen María y que nos es ofrecido en adoración por Ella
y San José.
Texto Bíblico inspirador
Del Sto. Evangelio de Sn. Lucas (2, 4-7; 16).
“Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazareth, a Judea, a la
ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David,
para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta.
Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del
alumbramiento, y dio a luz a su Hijo primogénito, le envolvió en pañales y le
acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Los pastores
fueron rápidamente y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado
en el pesebre”
V/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor
Petición:
Virgen María, Madre del Nuevo Nacimiento, pongo en tus manos mi momento
de nacer al final de estos días de gestación en tu vientre, también pongo en tus
manos el viaje que recorrí por el canal uterino, las manos que me recibieron y
las primeras horas posteriores a mi nacimiento. Sana en este misterio cualquier
perturbación, miedo o efecto negativo producido durante esos momentos.
Padre Nuestro...
1. Te solicito, Divino Niño tu misericordia a fin de que restaures en mí, la
autoestima y sanes mi identidad, si es que mis papás esperaban una criatura del
otro sexo y, en el momento de nacer ellos me transmitieron su decepción,
frustración o rechazo.
Dios te salve, María...
2. Me consagro, a ti Virgen María, tómame en tus brazos si sufrí al nacer, a causa
de un canal uterino demasiado estrecho en el cual me pude sentir como
aprisionado y ahogado. Sana los efectos que esto sigue produciendo aún hoy en
mi vida.
Dios te salve, María...
3. Toca mi ser, Niño Emmanuel, con tus manitos santísimas por si pude haber
nacido con el cordón umbilical alrededor de mi cuello o si tomé líquido amniótico.
Sáname del enojo hacia la imagen materna y femenina.
Dios te salve, María...
4. Sáciame, Espíritu Santo, del deseo de un nuevo nacimiento y, si tuve un
nacimiento asistido y complicado, toca mi memoria táctil y mi cabeza; sana
también la angustia y la desconfianza que pudo todo esto haber dejado en Mí y
toca cualquier limitación que me haya producido ese nacimiento.
Dios te salve, María...
5. Jesús, el Emmanuel, sana en este encuentro de oración el vacío de ternura
inicial, porque quizá mamá, agotada por el trabajo de parto, no pudo tomarme
entre sus brazos, y entonces fui puesto en una incubadora.
Dios te salve, María...
6. Colócame, Papá Dios, delante tuyo, si tal vez nací de espaldas, toca la
angustia visceral, la rebeldía, la timidez, los signos de asfixia y la agresión que
sentí en el momento del parto, y libérame de los efectos que, aún hoy, influyen
en mi vida...
Dios te salve, María...
7. Derrama, Amado Señor, tu amor y tu calor sobre mí por si me asusté por los
ruidos fuertes, por las luces intensas, por el frío del lugar y por las manos
extrañas que me recibieron. Libérame, Divino Emmanuel, de cualquier miedo,
emoción negativa o enfermedad que arrastro desde el momento de mi
nacimiento.
Dios te salve, María...
8. Pongo, ante tu Altar, Espíritu Santo, la agresión que pude haber sentido por
inyecciones o cualquier forma de manipulación que tal vez pudieron apurar mi
nacimiento. Libérame de las secuelas y ataduras de toda adicción que haya en
mí, que comencé a cargar desde este momento tan importante de mi vida, mi
gestación y nacimiento.
Dios te salve, María...
9. En tus manos, Madre Virtuosa, Mamá María, me pongo, si nací por cesárea.
Sáname, Madre Celestial, si, al no tener que esforzarme por nacer, hoy tengo
una tendencia a la pereza o a una decepción fácilmente ante las dificultades u
obstáculos.
Dios te salve, María...
10. Te pido, Amado Niño Jesús por los méritos de tu infancia, que toques mi
corazón si perdí a mamá porque murió o me abandonó en el momento del parto
o en mi infancia; o si nunca hemos tenido buena relación, libérame de la
culpabilidad y de la continua sensación de pérdida y vacío. Sana también de
manera especial de cualquier herida a aquellos niños que fueron dados en
adopción.
Dios te salve, María...
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo...
Jaculatoria:
Por los méritos de tu Encarnación y de tu Infancia bendíceme y sáname Niño
Jesús Emmanuel.
En el Cuarto Misterio
Contemplamos el momento en que el Niño Jesús Emmanuel es presentado en
el Templo y la purificación de la Santísima Madre.
Texto Bíblico inspirador
Del Sto. Evangelio de Sn. Lucas (2, 21-25)
“Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de
Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno.
Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de
Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor,
cómo está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado
al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme
a lo que se dice en la Ley del Señor.
Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era
justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu
Santo.”
V/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor
Petición:
Madre María, me uno, con mi espíritu, mi libertad, mi memoria y entendimiento,
con todo mi ser, a ese momento en que
presentaste al Niño Emmanuel en el Templo.
Te ofrezco, en este misterio, todos los encuentros que tuvo mi mamá con
diferentes personas durante el tiempo de mi gestación. Particularmente, pongo
en tus benditas manos lo recibido desde el cuarto al sexto mes de vida en el
vientre de mi mamá.
Que todo lo plasmado en mi ser, en mi memoria, en mi psiquis durante ese
tiempo, sea bendecido por tu amor maternal y virginal.
Te pedimos que fluya hacia mi interior, hacia mi vida entera la alegría que
experimentó Simeón, al ver cumplida la promesa del Señor en su vida, antes de
retornar al Padre.
Padre Nuestro…
1. Te pido, Jesús, por mí, a fin de que me sanes de la tristeza y el sentimiento
de abandono que probablemente recibí de mi madre, pues, tal vez, tenía una
comunicación defectuosa con su esposo, o éste la dejaba a menudo sola o
estaba de viaje, o simplemente la abandonó.
Dios te salve, María…
2. Te entrego, Virgen y Madre María, el enojo que surgió en el vientre materno,
pues, tal vez, recibí de mamá alguna forma de agresión como ingestión de
alcohol, tabaco o drogas; o sustancias para hacerme daño y expulsarme, quizás
ella sintió vergüenza de esperar un bebé, o tal vez usó fajas apretadas para
disimular el embarazo, se enojaba con frecuencia o tenía peleas; tal vez, sufrió
alguna forma de violencia, críticas o calumnias de parte de familiares o cercanos,
o incluso pudo llegar a pensar en abortarme. Dame Mamita María hoy la gracia
del perdón hacia ella.
Dios te salve, María…
3. Libérame, Niño Jesús, de la tristeza, la cual pudo haber tenido como origen
que mi mamá sufriese alguna caída o accidente, que tuviese que realizar algún
viaje no deseado o mudanza; que sufriera alguna forma de opresión, muerte de
un ser querido, peligro de aborto, enfermedad, o vergüenza.
Dios te salve, María…
4. Cólmame, Espíritu Santo Paráclito, de los suaves susurros de tu amor y tu
fuego abrazador; toca en este instante mi memoria auditiva de todo grito,
violencia, discusión y ruidos fuertes que pudieron haberme afectado.
Dios te salve, María…
5. Niño Jesús Emmanuel, sana también mi memoria auditiva de cualquier frase
o conversación de mi madre o mi padre, que se haya dicho en contra de mi
existencia o que, de algún modo, me haya influido negativamente.
Dios te salve, María…
6. Rompe toda cadena, Papá Dios, de los efectos producidos por el rechazo que
pude haber recibido de mis abuelos paternos o maternos y sáname de la
inseguridad en medio de la cual me desarrollo muchas veces, de la timidez, de
la inseguridad y los miedos.
Dios te salve, María…
7. Libérame, amado Jesús, de toda perturbación recibida en esos meses de
gestación. Pongo ahora mismo, entre tus manos, mi sistema nervioso. Armoniza
todo lo que sea desequilibrio y lléname con tu ternura y tu misericordia, que la
confianza en ti y la paz que tu das reinen en mi interior y se reflejen en mi exterior.
Dios te salve, María…
8. Apacigua y sana Espíritu Paráclito, todo temor producido por los estudios
médicos que se realizó mi mamá y cualquier forma de agresión que yo haya
sentido, a causa de las relaciones sexuales de mis padres. Dame la gracia de
aceptarme a mí mismo lo que soy y lo que tengo y de aceptar mi propia
(masculinidad) o (feminidad).
Dios te salve, María…
9. Pongo en tus benditas manos, Virgen Santa, los acontecimientos que
suscitaron en mí, el disgusto y el rechazo por la vida. Libérame en este momento
de todo deseo de encerrarme en mí mismo y del origen de toda forma de
egoísmo, falta de entrega y generosidad.
Dios te salve, María…
10. Te pido, Señor Jesús, Dios Todopoderoso que me sanes de cualquier
enfermedad congénita que pudo haber afectado mi sistema circulatorio, mis
órganos respiratorios, y cualquier otra parte de mi cuerpo. Te pido que sanes
cualquier debilidad física recibida en la vida intrauterina.
Dios te salve, María…
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo…
Jaculatoria:
Por los méritos de tu Encarnación y de tu Infancia bendíceme y sáname Niño
Jesús Emmanuel.
En el Quinto Misterio
Contemplamos la pérdida del Niño Jesús entre los doctores del Templo
Texto Bíblico inspirador
Del Sto. Evangelio de Sn. Lucas (2, 41 - 45).
“Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua.
Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al
volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus
padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y
le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron
a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en
el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y preguntándoles;
todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.
Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: ´Hijo, ¿por qué nos
has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando´.
Él les dijo: ´Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa
de mi Padre? ´
Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.”
V/ Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor
Petición:
Nuestra Señora María, porque tus Sagradas Imágenes están en cada rincón del
país, a ti pongo, entre tus manos purísimas y benditas, desde los meses sexto al
noveno de lo que fue mi vida intrauterina y todo lo recibido durante ese tiempo
en que ya terminaba de formarme.
Sana todo sentimiento de querer pedir perdón por existir y pon en mí, el deseo
de tener vida en abundancia y con ella siempre buscar agradar al Señor, mi Dios
y Salvador.
Te presento también, en este misterio, a aquellas personas que tuvieron un
nacimiento prematuro.
Padre Nuestro...
1. Te suplico, querido Dios-con-nosotros, a fin de que restaures en mi la imagen
paterna y materna. Corta cualquier atadura que se haya podido producir por la
muerte de algún ser querido, o alguna situación grave y dolorosa, lo cual pudo
haber perturbado y causado dolor a mi mamá y que hoy me impide a mí, aceptar
la vida con esperanza y alegría.
Dios te salve, María...
2. Te entrego, Madre María, el enojo y toda rebelión que surgió en el vientre
materno, pues, tal vez, recibí el mensaje de que estaba de más y comencé a
sentirme de sobra.
Dios te salve, María...
3. Tócame, Niñito milagroso, cuando estuve en el vientre de mi mamá, y tal vez
recibí mucho dolor, ya sea porque mamá estuvo enferma o sufrió un accidente,
o porque protagonizó una pelea conyugal, o porque mamá descubrió una
infidelidad, o simplemente pasaba por una gran tristeza. Sana el rechazo a
comprometerme, que aún hoy puedo estar cargando o mis inseguridades y
miedos.
Dios te salve, María...
4. Lléname, Espíritu de Dios, del deseo de un nuevo nacimiento en el vientre de
María, tu Esposa, y de tener vida en abundancia, liberándome de la rebeldía y
de la angustia por el miedo de no cumplir el rol que mis padres esperaban de mí.
Toca el miedo o el rechazo a nacer que pude haber padecido y sánalo. Sáname
de cualquier herida social, de pobreza o discriminación que haya recibido.
Dios te salve, María...
5. Señor Jesús, Emmanuel, sana mi memoria y todo registro negativo que en ella
pudo haber quedado por las heridas de emigración, de exilio, de humillación o
de rechazo que sufrió mi madre.
Dios te salve, María...
6. Coloco en este momento, Padre Eterno, delante de ti, ante tu maravilloso
Trono de gloria y dignidad, mi memoria afectiva, auditiva, gustativa y táctil para
que la sanes de cualquier agresión, venida desde el exterior del santuario del
vientre de mamá.
Dios te salve, María...
7. Libérame, Niño Bondadoso, de toda perturbación recibida en esos meses de
gestación. Toca los mecanismos de defensa que me haya construido para
rechazar el amor y hayan cohibido mi libertad y la gracia para recibir las
bendiciones que tú quieres concederme.
Dios te salve, María...
8. Pongo delante de ti, Paráclito Divino, mi esqueleto, mis músculos y mis
articulaciones, cada sistema que compone mi cuerpo, cada célula que se fue
formando en el seno materno. Fortifícalos y sánalos de cualquier debilidad o mal
formación. Pon, en mi corazón, la gracia de la aceptación serena de cualquier
limitación física congénita.
Dios te salve, María...
9. Me coloco en tus manos, Virgen Purísima, si nací prematuramente y sin el
peso requerido. Tú, que conoces la causa por la cual pude ser expulsado del
seno materno, pídele al Espíritu Santo, a fin de que agregue los meses que
faltaron. Te ruego Señor Jesús, que sanes a quienes fueron niños prematuros si
es Voluntad tuya.
Dios te salve, María...
10. Te ruego Amado Señor, que sanes la herida de abandono, la falta de ternura,
y el no haber sido alimentado con leche materna, si debí permanecer en la
incubadora. Pon, en mi corazón, un perdón sanador por el miedo y la limitación
materna.
Dios te, salve, María...
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo...
Jaculatoria:
Por los méritos de tu Encarnación y de tu Infancia bendíceme y sáname, Niño
Jesús Emmanuel.
Oración Final al Espíritu Santo Vivificador y Paráclito
Espíritu Santo, lléname de la gracia de la Resurrección, para que pueda ser una
nueva criatura. Abre mi corazón para saber recibir y dar amor. Armoniza con tu
amor y fuego abrazador mi espíritu, alma y cuerpo, acomodando correctamente
mis emociones, sensaciones, y sexualidad. Llena cualquier vacío de ternura
paterna o materna que pueda aún tener.
Dame la gracia de elegir la vida y de amarla. Abre mi ser a la alegría y a la
recepción del prójimo. Dame un corazón que perdone con facilidad, y que surja
en él el deseo de desprenderse de las frustraciones y los deseos de venganza.
Abre mi corazón al amor paterno de Dios y a la simplicidad de aceptar la propia
vida tal como es.
Espíritu Santo, vivifícame, enciende de nuevo en mí la llama encendida el día de
mi Bautismo y alimentada con mi Confirmación, enciéndeme en amor puro, real
y sincero por las cosas santas, dame la Gracia de la conversión para amar al
Padre por la eternidad, al Hijo en la Eucaristía y a ti Divino Paráclito en tu actuar
en la Iglesia fiel. Acepta bondadoso Señor esta súplica sencilla, pero que brota
de mi gran necesidad y deseo de llegar y alcanzar la Gloria Eterna. AMÉN
Oración de sanación interior desde el seno materno.
✠ Santísima Trinidad, os alabo, os adoro y os amo, y os declaro mi único Dios
y Señor, renunciando a toda servidumbre a los espíritus malignos. Señor Jesús,
TE RUEGO que manifiestes tu amor misericordioso y vengas a curar cuanto
necesita ser sanado en mi existencia actual y pasada. Tú me conoces mejor que
yo mismo, porque eres más íntimo a mí que yo mismo y, mucho antes de mi
concepción, me has amado con un amor único. Mi vida está en tus manos. A tus
manos encomiendo, Señor, el instante de mi concepción. Si no fue en un clima
de amor, con el deseo de darme la vida, sino en la coacción, en el miedo o la
violencia, ven a sanarme, Dios de ternura y de bondad. Que la Virgen Santísima
me geste de nuevo en el Espíritu y me libere de toda influencia negativa que
produzca en mí desgana de la vida o tendencias autolesivas hasta la muerte.
Virgen María, bendíceme en cada etapa de mi crecimiento de embrión y de feto.
Pon tus manos en los primeros quince días de gestación, cuando aún no había
signos de embarazo y pude sentirme abandonado o inseguro. Expande tu amor
en cada repliegue de mi corazón. Cura las heridas que mis padres pudieron
causar en mí al conocer mi existencia: sobre todo, la herida del rechazo y sus
consecuencias de angustia, inseguridad, opresión, falta de autoestima, y opción
de rechazo a la vida. ✠ Señor Jesús, TE RUEGO que cures las heridas del
segundo mes de mi gestación. Hazme sentir, ¡oh Dios mío!, cuánto valgo para ti,
sobre todo si mi madre experimentó miedos, angustias o traumas cuando me
esperaba, si me he sentido no deseado o rechazado por ella o si mi padre
tampoco me deseó. Dame la gracia de perdonar a mis padres sabiendo que Tú
me has cuidado siempre como a la niña de tus ojos. Virgen Santísima, sana las
heridas del tercer mes de mi gestación, cuando se manifestó mi condición
masculina/ femenina y se configuró mi sexualidad cerebral, para que con gozo
pueda aceptarla y pueda alabar y bendecir a la Trinidad por sus dones,
rechazando toda atadura del maligno, si es que mis padres desearon otra
condición sexual para mí. Ven a sanar, Madre, las heridas del rechazo de mi
identidad. Madre de Dios, intercede ante el Padre para sanar las heridas que se
hayan producido durante el cuarto mes de mi gestación. Sana en mí toda
inseguridad, zozobra, miedo o rechazo a una vida extrauterina que pude
presentir como dolorosa, si es que hubo desavenencias conyugales entre mis
padres, disgustos profesionales, o si en ese tiempo mi madre padeció alguna
enfermedad, accidente, o sufrió en exceso por el fallecimiento de un ser querido.
Líbrame, Madre santa, de todo espíritu de muerte e influencias malignas que
buscaron que fuese una persona pesimista, negativa, apagada o enfermiza. ✠
Señor Jesús, te alabo, te bendigo y te proclamo como mi único Dios y rechazo
toda forma de idolatría. Líbrame, Señor, de toda contaminación maléfica si es
que, en el quinto mes de mi gestación o en otros, los míos tuvieron algún contacto
con la brujería, ya fuese porque mi madre acudiera a adivinos o curanderos, o
bien porque alguien le hubiera hecho algún maleficio. Madre de la Vida intercede
ante tu Hijo para librarme de toda mediumnidad, si en mi vida hubiera alguna
conexión con los muertos por causa de anteriores embarazos de mi madre
malogrados o sucesos relacionados con la muerte. Sana, Señor, las heridas del
sexto y séptimo mes de mi gestación, cuando el embarazo se hizo más pesaroso
a mi madre. ¡Que tu Madre Santísima venga a sanarme y me haga vibrar de
alegría en el Espíritu Santo, como hizo con Juan Bautista en el vientre de Isabel!,
sobre todo si en ese tiempo me hubiera sentido angustiado o rechazado porque
mi madre o no se cuidó o no recibió la ayuda que entonces necesitaba. ✠ Madre
de Dios, líbrame de mis miedos ante el nacimiento. En tus manos pongo los dos
últimos meses de mi gestación y ruego que sanes toda herida de opresión,
angustia y rechazo, si todo esto me impulsó a huir de la vida, a provocar el parto
antes de tiempo o bien a retrasarlo, o bien a no querer nacer. Del Señor y Dador
de Vida alcánzame un amor grande a la existencia, ¡oh Madre Santa! Señor
Jesús, TE RUEGO que sanes las heridas de mi alumbramiento: los traumas
físicos y afectivos que me pudieron perjudicar al nacer, cuando hice irrupción en
el mundo de los hombres. Por el poder de tu amor y de tu gracia, dame un gran
deseo de nacer y renacer en todo instante, sobre todo si el miedo me llevó a
intentar ahorcarme con el cordón umbilical o bien a ponerme en mala posición
para nacer. Madre de bondad, borra en mí toda contaminación visual, auditiva o
sinestésica, y todas las secuelas físicas y psicológicas de las heridas y traumas
de aquel momento. ✠ Santísima Trinidad, me recojo ahora unos instantes para
acoger y agradeceros la sanación y la liberación de las heridas habidas en mi
gestación y nacimiento. Gracias, Madre, por haber estado allí para recibirme en
tus brazos tranquilizadores. Gracias por ponerme en los brazos de tu divino Hijo,
que me acogió al igual que abrazaba a los niños cuando a Él se acercaban.
Gracias por presentarme al Padre, haciéndome saber que soy hijo de Dios muy
amado y también deseado, sobre quien se ha derramado el Don de tu Espíritu.
Ahora os presento también los primeros años de mi infancia: ¡que tu Luz los
ilumine! Si por la frialdad de mi padre o de mi madre he sufrido, si no me dieron
el amor y la seguridad que debieran, si he padecido carencias de afecto o de
caricias tranquilizadoras, ¡oh Señor!, envía tu Espíritu de Amor y haz que tu
Madre María me envuelva en sus brazos, me arrulle y me llene de su ternura.
Que Ella me acoja tal como soy, con mis debilidades de niño pequeño, y que
Jesús venga a besarme, a bendecirme y a imponerme las manos como hizo
durante su vida terrena (cf. Mc 10, 13-16). Señor Jesús, si me he sentido
agobiado por un amor demasiado posesivo de mi madre, o bien aplastado por la
autoridad de mi padre, sana los recuerdos dolorosos que anidan en mí. Borra
también las secuelas de las disputas y tensiones entre ellos que perturbaron mi
inocencia de niño y me provocaron el miedo a que se separaran y me
abandonaran. De todo corazón, Señor, perdono a mis padres las heridas que
sus actos, palabras y obras hayan podido provocar en mí. Y te doy gracias,
Señor, por haberme dado la seguridad de que tú me habrías acogido (Sal 27,
10) y nunca me habrías olvidado (Is 49, 15), si mi padre y mi madre me hubieran
abandonado. ✠ Señor Jesús, haz que el Espíritu Santo me colme de amor, me
haga dichoso y libre clamando ¡Abbá, papá!, con todo mi ser. Si me he sentido
solo, abandonado y rechazado por los míos o por aquellos con los que contaba,
por tu amor sanador dame un sentido nuevo de mi dignidad y una sabia estima
de mí mismo (c.f. Rom 11, 13). Sé tú mi consuelo allí donde he sentido el
desamor de otros. Sana las heridas de los combates que me han traumatizado
o que han provocado que me encierre en mí mismo, levantando barreras frente
a los demás. Sáname de las heridas profundas, reprimidas, que han endurecido
mi corazón: las envidias hacia quienes eran preferidos a mí en la familia o en el
colegio, las rebeldías, las humillaciones, las injusticias, la soledad, la amargura
de ser marginado, las burlas, los insultos o las calumnias. Señor Dios
omnipotente, libérame de la carga de toda maldición familiar, ancestral o maléfica
que pueda esconderse en mis fracasos, enfermedades o frustraciones. Dame
una confianza y un valor renovados, para hacer frente a las pruebas de este
mundo. Sé que tu amor me sostendrá en los tropiezos y las caídas. ✠ Señor
Jesús, dame la gracia de perdonar a aquellos que no me han amado, de
liberarlos de toda deuda hacia mí. Sáname de todos los traumas de mi infancia,
de los trastornos de la sexualidad, de la inquietud angustiosa, la vergüenza y la
culpabilidad. Lava todas las manchas de mi cuerpo y de mi alma y sana las
heridas causadas por quienes abusaron de mí, al violar mi integridad física,
encadenándome a desviaciones sexuales que hoy me impiden tener relaciones
sinceras según tu Voluntad. Ayúdame a afirmarme en mi personalidad de
hombre o de mujer. ¡Que la Virgen María, Madre Purísima, Inmaculada
Concepción, interceda por mí y me sane de todo este tipo de trastornos! Señor
mío y Dios mío, TE RUEGO también que sanes las heridas de mi afectividad que
están ligadas a experiencias amorosas imposibles o que, por cualquier causa,
no podían tener buen fin. Haz que te entregue mis aspiraciones y mis fracasos y
que en Tus Manos ponga mis relaciones con los demás. Enséñame a
abandonarme de corazón en tu Amor, porque sólo Tú colmas mi deseo de amar
y de ser amado. ✠Gracias, Señor, por haberme acompañado durante mi infancia
y mi adolescencia, por tu Amor, por tu Luz, por tu Verdad. Perdóname si he
llegado a pensar que Tú no me querías o que no estabas presente en mis
sufrimientos. Perdona también mis olvidos. Sana mis sentimientos de
culpabilidad ante Ti pero que no brotan del amor sino del miedo al castigo por
mis rebeldías. Y perdona mis rebeliones contra tu Providencia al ver que
permitías o tolerabas que murieran, me abandonaran o me engañaran las
personas a las que yo más quería. Perdóname las experiencias destructivas a
las que me he entregado mediante la bebida, las drogas o la pornografía.
Sáname de las ataduras contraídas a través de las técnicas de concentración
mental, búsqueda de soluciones a mis propios problemas en el ocultismo, el
espiritismo o el esoterismo. Invoco tu Preciosa Sangre derramada en la Cruz por
mí, para ser perdonado y limpiado de mis pecados. ¡Señor Jesús, que tus Santas
Llagas sean el refugio para mi sanación! ✠ ¡Ten misericordia de mí, Señor! Te
doy gracias por tu inmenso Amor hacia mí. Restáurame y concédeme una gracia
renovada para amar y crecer en tu amor. Que tu Preciosísima Sangre alimente
mi corazón, circule portodo mi ser y recorra mi sistema nervioso simpático,
parasimpático, consciente, subconsciente, inconsciente, infraconsciente y
supraconsciente, mi sistema respiratorio, circulatorio, digestivo, linfático,
endocrino, afectivo sexual, inmunológico, epidérmico, óseo, muscular, mis
extremidades y órganos internos, para que Tú los purifiques,restaures, sanes y
liberes de toda mancha maléfica. Señor Jesús, me entrego enteramente a Ti: en
cuerpo y alma, memoria, inteligencia y voluntad. Pongo en tus Manos mis ideas,
mis sentimientos, mis palabras y obras, mis heridas y fragilidades, mis límites,
mis tibiezas, mis durezas de corazón y también los odios y malquerencias que
me habitan, y todas mis riquezas ¡Que el fuego de tu Mirada y su Luz hagan de
mi existencia un continuo acto de amor hacia Ti con obras de ternura y de paz
para todos! Desde ahora mi pasado y mi futuro quedan en tu Corazón
Misericordioso y bajo la llama de Amor del Corazón Inmaculado de María. Mis
heridas no serán ya heridas porque tu inmenso amor las sana: serán
experiencias para edificar mi futuro temporal y eterno contigo. Acojo esta
sanación y liberación que has obrado en mí. ¡Gracias, Jesús, por haberme hecho
como soy y por haberme salvado! ¡Aleluya! AMÉN, AMÉN, AMÉN.
ORACIÓN DEL LIBRO DEL PADRE JAVIER LUZÓN “LAS SEIS PUERTAS
DEL ENEMIGO”