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TEMA29

El documento aborda la represión y la oposición política al régimen franquista, destacando el exilio de medio millón de españoles y la represión sistemática de opositores mediante leyes represivas. A pesar de la represión, surgieron movimientos de oposición, incluyendo el movimiento obrero, revueltas estudiantiles y un cambio en la Iglesia, que contribuyeron a erosionar el régimen. La cultura también jugó un papel crucial, con un despertar cultural en las universidades y la aparición de publicaciones que desafiaron la censura.
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TEMA29

El documento aborda la represión y la oposición política al régimen franquista, destacando el exilio de medio millón de españoles y la represión sistemática de opositores mediante leyes represivas. A pesar de la represión, surgieron movimientos de oposición, incluyendo el movimiento obrero, revueltas estudiantiles y un cambio en la Iglesia, que contribuyeron a erosionar el régimen. La cultura también jugó un papel crucial, con un despertar cultural en las universidades y la aparición de publicaciones que desafiaron la censura.
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LA REPRESIÓN Y LA OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN FRANQUISTA .

El papel de la cultura

Hacia el fin de la guerra se produjo el gran éxodo político, civil y militar. Alrededor de 500.000
españoles huyeron a Francia, donde la mayoría fueron conducidos a improvisados campos de
refugiados. Algunos militares cruzaron la frontera con Gibraltar, o desde los puertos del
Mediterráneo se dirigieron al norte de África. Entre los exiliados hubo muchos intelectuales que
fueron acogidos por los países europeos, hispanoamericanos y por EEUU. Destacaron Rafael Alberti,
Pedro Salinas, María Zambrano… Parte de ellos volvieron pronto, pero algunos esperaron al final de
la dictadura.

En México desarrollaron una gran actividad gracias al apoyo del presidente Lázaro Cárdenas, y se
establecieron las Instituciones republicanas en el exilio. Al iniciarse la Segunda GM, Franco indultó
a los exiliados sin delitos de sangre y la mitad regresó a España. Otros prefirieron mantenerse en el
exilio, y algunos de ellos unirse a la resistencia francesa en su lucha contra el nazismo.

El gobierno se sirvió de leyes represivas para detener, encarcelar y ejecutar a desafectos al


régimen. A la ley de responsabilidades políticas de febrero de 1939 le siguieron las de represión de
la masonería y comunismo de 1940 y seguridad del Estado de 1941. El número de presos fue muy
alto, a los que hay que añadir el elevado número de recluidos en campos de concentración. Muchos
murieron a causa del hambre, enfermedades y ejecuciones. Muchos de ellos fueron víctimas de
venganzas, injusticias y denuncias alentadas por las autoridades. Las causas fueron juzgadas por
tribunales militares en consejos de guerra de acuerdo con las leyes del nuevo estado.

Algunos presos quedaron libres provisionalmente y otros liberaron sus penas en batallones
disciplinarios de trabajo como mano de obra barata. Las personas sospechosas de republicanismo
fueron eliminadas. Con la represión, el régimen mantuvo la división entre los españoles, vigilados,
silenciados y convertidos en espías de sí mismos. Además, prohibió cualquier manifestación
nacionalista periférica.

Nada más terminar la guerra se iniciaron actividades de guerrilla. Durante la 2GM los partidos en el
exilio se movilizaron ante la previsible victoria de los aliados para conseguir una intervención militar
contra Franco. Con este fin, se introdujeron partidas de guerrilleros que invadieron el Valle de Arán
y se extendieron hasta las zonas de Levante. Las actividades, conocidas como maquis, se
desarrollaron en zonas rurales y montañosas y fueron magnificadas por Radio Pirenaica. La
actividad armada más intensa tuvo lugar entre 1945 y 1947. Las fuerzas de orden público,
amparadas por la Ley de Represión del Bandidaje y Terrorismo, reprimieron las guerrillas.

Los partidos políticos en el exilio se convencieron de la imposibilidad de derrotar a Franco con


acciones de guerrilla. El PCE estableció redes de acción en los ambientes universitario y sindical
aprovechando los resquicios que permitía la legislación franquista. Las reivindicaciones laborales
aumentaron en forma de huelgas, con gran impacto en Madrid, PV y Cataluña. Así la huelga de
tranvías y el boicot a los transportes públicos en Barcelona en 1951 por la subida del precio del
billete, obligó a Franco a cambiar su gobierno. La universidad fue desde los 50 un símbolo de
oposición al régimen.
LA REPRESIÓN Y LA OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN FRANQUISTA .El papel de la cultura

El crecimiento económico y los cambios sociales despertaron movimientos de oposición que


erosionaron los cimientos del régimen. Se suprimieron los tribunales militares, pero se creó el
Tribunal de Orden Público en 1963. La oposición social estaba formada por:

-Movimiento obrero: el desarrollo industrial favoreció el aumento de la clase trabajadora en las


principales zonas industriales, y esta aprovechó el marco legal de los sindicatos para debilitar y
romper el orden laboral franquista. Con este fin nacieron las Comisiones Obreras, un movimiento
unitario, democrático y reivindicativo de orientación comunista. En 1974 la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), reconocía los sindicatos clandestinos.

-Revueltas estudiantiles: la movilización de estudiantes convirtió a la universidad en un foco de


oposición permanente al franquismo. El régimen reprimió con fuerza las manifestaciones, ocupó las
instalaciones universitarias, expulsó a algunos profesores y clausuró algunas facultades. La pérdida
de influencia de la Falange facilitó la desaparición del Sindicato Español Universitario (SEU). Sin
embargo, el enfrentamiento ideológico fue continuo entre grupos ultraderechistas (Fuerza Joven) y
de izquierdas (Bandera Roja). El mayo francés de 1968 alentó las revueltas estudiantiles, que
alcanzaron gran tensión con el asalto de los estudiantes barceloneses al rectorado y la muerte, del
estudiante Enrique Ruano.

-Movimiento vecinal: se manifestó contra los planes urbanísticos, la precariedad de los servicios
públicos en los barrios obreros y la mala calidad de las viviendas protegidas.

-Una iglesia renovada: el Concilio Vaticano II de 1962, contribuyó a una profunda renovación de la
Iglesia española y su abandono del nacionalcatolicismo. La situación fue muy tensa en el PV, en
Madrid y en Cataluña. A pesar de ello, el régimen suavizó su política religiosa. Aprobó la Ley de
Libertad Religiosa y adaptó la nueva doctrina de la Iglesia a la legislación del Estado.

Partidos y formaciones políticas protagonizaron la oposición al régimen en el exilio y en


organizaciones clandestinas del interior. El PCE fue el más activo y organizado, y también el que
sufrió más detenciones, torturas y ejecuciones. La convocatoria de la huelga de 1959 originó una
dura represión contra sus líderes y causó la ejecución de Julián Grimau. En los 60 se constituyó la
Unión de Fuerzas Democráticas. Tierno Galván fundó el Partido Socialista del Interior, y el PSOE
comenzó a organizarse en el Congreso de Suresnes de 1974. Además, surgieron organizaciones de
extrema izquierda de orientación marxista-leninista, incluso algunos terroristas como el FRAP.

Al IV Congreso del Movimiento Europeo de Múnich fueron invitados los opositores al franquismo.
Se elaboró una declaración final a favor de la democracia en España y de condena al régimen. La
prensa del Movimiento tildó aquella reunión de “contubernio de Múnich”. Los nacionalismos
periféricos fueron un referente da las fuerzas de la oposición. En Cataluña, el PSUC agrupó las
fuerzas democráticas en la Taula Rodonda en 1966. En el PV a las manifestaciones político-laborales
se unió la actividad terrorista de ETA, símbolo de oposición vasca al franquismo.

La crisis del régimen facilitó la coordinación de la oposición política a través de la Junta Democrática
de España, formada por el PCE y de la Plataforma de Convergencia Democrática, impulsada por el
LA REPRESIÓN Y LA OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN FRANQUISTA .El papel de la cultura

PSOE, el nacimiento de la Unión Militar Democrática (UMD) en las fuerzas armadas a mediados de
1974 y la postura crítica de una parte de la Iglesia.

Con el plan de estabilización de 1959 la industrialización y los servicios de un gran salto. La


necesidad de establecer centros industriales destinados a descongestionar las zonas que
concentraban el crecimiento industrial, se potenció a través del establecimiento de polígonos
industriales.

Al término de la guerra el bando vencedor estableció un dominio absoluto y total sobre la vida
educativa e intelectual del país. Todo el sistema educativo quedó inmerso en un ambiente de
censura, vigilancia y adoctrinamiento. Sólo quienes comulgaban con el régimen pudieron
desarrollar su trabajo intelectual. Entre los pocos intelectuales franquistas de cierto nivel merecen
mención Agustín de Foxá, Eugenio d'Ors, Dionisio Ridruejo. Sólo algunos, como Dámaso Alonso,
Camilo José Cela o el joven Antonio Buero Vallejo, fueron capaces de mantener cierta
independencia o sentido crítico. Los años cincuenta trajeron cambios significativos. Una nueva
generación que no había vivido la guerra poblaba las universidades, en las que se produjo un cierto
despertar cultural. La etapa final del franquismo se caracteriza por la ruptura total entre el ámbito
de la cultura y el régimen. Se produjo una oleada de publicaciones que la censura no podía
controlar en su totalidad.

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