El método McKenzie
LFT DIANA LAURA POLANCO LEAL
•Es un método integral de abordaje de personas con
dolor de espalda que incluye la exploración del
paciente, su clasificación en 3 síndromes mecánicos
y una propuesta de estrategias terapéuticas para
cada síndrome. Aunque ha recibido diferentes
nombres, por ejemplo “Programa McKenzie”,
“Ejercicios de McKenzie”, etc., lo más correcto es
referirse a éste como Method of Mechanical
Diagnosis and Therapy (MDT, ‘método de
diagnóstico y tratamiento mecánico’).
•Es importante mencionar que en muchas
ocasiones se hace referencia al método McKenzie
de una forma errónea, porque en lugar de incluir
los 3 componentes del método (exploración,
clasificación y tratamiento) sólo se contempla la
parte terapéutica. Se alude al método cuando en
realidad sólo se maneja una parte de éste de
forma aislada, por ejemplo, los ejercicios o
posturas de extensión.
•Actualmente, el método McKenzie es un método
de terapia manual reconocido por la International
Federation of Orthopaedic Manipulative Physical
Therapists, subgrupo de la World Confederation
for Physical Therapy, representante en materia de
terapia manual ortopédica, especialidad de la
fisioterapia para el tratamiento del dolor y
patología de la columna vertebral y extremidades.
Historia y descripción general:
• Uno de los primeros hallazgos que se sitúa como punto de partida
para el desarrollo del método McKenzie se remonta al año 1958. La
anécdota que McKenzie relata es que al atender una llamada
telefónica se le olvidó que había dejado en la camilla a Mr. Smith, que
presentaba dolor lumbar y en la pierna y que se había quedado
acostado en la camilla, boca abajo. Pasados 10min McKenzie se
acordó de su paciente y al regresar y ver a Mr. Smith acostado en
plena hiperextensión, sorprendido escuchó: “por fin, después de tres
semanas de tratamiento, me encuentro mucho mejor”.
• Esta historia, en realidad, describe un hecho que ha tenido
una gran repercusión en el manejo de pacientes con dolor
lumbar crónico, aunque McKenzie se fundamenta en otros
datos más científicos para desarrollar su método.
Experimenta el efecto de posiciones sostenidas y
movimientos repetidos al final del rango de movimiento
que desencadenan la sintomatología. Esto le permite
plantear un sistema de clasificación de pacientes en función
de las respuestas a diferentes posiciones y movimientos
repetidos. Estos hallazgos están recogidos en varios libros.
Posición de hiperextensión clásica de
McKenzie.
• En el apartado de valoración, uno de los aspectos más
novedosos ha sido plantear que los movimientos simples
(pedir al paciente que se mueva una sola vez, por ejemplo, a
la flexión o a la extensión) no proveen una información
suficiente para obtener una valoración mecánica adecuada ni
para establecer la estrategia terapéutica pertinente. Es sólo
con los movimientos repetidos o posturas mantenidas
cuando los síntomas se presentan de una forma clara para
ser interpretados.
• Una de las mayores contribuciones de McKenzie al abordaje
de trastornos musculoesqueléticos ha sido demostrar el gran
valor de los movimientos repetidos y posturas mantenidas al
final del rango de movimiento, mientras se monitorizan los
síntomas (centralización/periferalización) y las respuestas
mecánicas (aumento o disminución de la movilidad) a dichos
movimientos y/o posturas. La clave reside en no aislar la
valoración del contexto cotidiano al que se tiene que
enfrentar el paciente.
•Se tiene en cuenta la repetición de los
movimientos y el tiempo de mantenimiento
suficiente en determinadas posturas (por
ejemplo, la sedestación), en coherencia con
las solicitudes biomecánicas de la vida diaria
del paciente. Una vez explorados los
movimientos en cada dirección hasta el final
del rango de movimiento y repetidas veces,
se detecta cuál es el movimiento que elicita
la respuesta más beneficiosa
•Esto se corresponde con la preferencia
direccional. Los términos de preferencia
direccional, centralización/periferalización son
términos específicos del método.
La centralización hace referencia a que la
realización de ciertos movimientos repetidos o
posiciones mantenidas provocan que los
síntomas cambien su localización y se refieran
más proximales, desplazándose hacia la línea
media de la columna desde la periferia.
• La exploración del paciente implica encontrar
la preferencia direccional. Dicha preferencia
direccional se refiere a aquel movimiento o a aquella
posición que provoca la centralización, la disminución e
incluso la abolición de los síntomas, a la vez que
permite una mejoría en los signos mecánicos
(especialmente, la mejora de la amplitud de
movimiento). La periferalización hace referencia a que
otros movimientos o posturas, normalmente en la
dirección opuesta a la que se logra la centralización,
causan dolor, que se refiere distalmente, lejos de la
línea media de la columna o hacia miembros inferiores
Dirección de los fenómenos
de centralización y periferalización
• En el apartado terapéutico una de las aportaciones más
importantes de este autor ha sido el planteamiento de
una filosofía de autotratamiento. McKenzie es uno de los autores
que más ha contribuido a revolucionar la forma de abordar los
pacientes con dolor de espalda al darles un papel activo en su
recuperación. Plantea como primera opción terapéutica el uso
de fuerzas generadas por el propio paciente, justificando que, si
el paciente es capaz de resolver su problema usando un
programa regular de ejercicios y con consejos sobre cómo evitar
los malos hábitos posturales, podrá hacerse más independiente
de otros tratamientos más pasivos. En realidad, McKenzie ha
propuesto el enfoque de hands-off (“manos fuera”) en el que se
evita prácticamente la palpación durante el proceso de
valoración y durante el tratamiento.
• El autotratamiento incluiría, de forma genérica, tres fases: 1) demostrar y
educar a los pacientes acerca del efecto beneficioso de determinadas
posturas y movimientos al final de la amplitud, sobre sus síntomas, así como
considerar también el efecto perjudicial y agravante de movimientos y
posturas en la dirección opuesta a los primeros; 2) educar a los pacientes
sobre cómo mantener la reducción de los síntomas e incluso cómo hacer que
desaparezcan, y 3) educar a los pacientes sobre cómo restablecer la función
de la columna lumbar sin que aparezca dolor.
• El paciente, a través de las indicaciones del fisioterapeuta y a través
de su propia experiencia obtenida de las recomendaciones, asumirá
cada vez más un papel activo en su recuperación y en la prevención
de su dolor lumbar. Los principales beneficios que supone el capacitar
a la persona para el automanejo de su problema de salud son que se
hace un uso más eficiente de los recursos limitados, se aumenta la
implicación del paciente en el proceso de recuperación, se actúa
directamente sobre las posibles causas del dolor (por ejemplo,
incorporando hábitos biomecánicos correctos) y se facilita el manejo
a largo plazo. Enfoque que, por otra parte, recomiendan diferentes
revisiones sistemáticas y guías de práctica clínica
• Los pacientes podrían clasificarse bajo 3 síndromes
mecánicos: síndrome de desarreglo, síndrome de disfunción o síndrome
postural. Recientemente, se ha incorporado un apartado de “otros”,
entre los que se incluye el síndrome de atrapamiento de la raíz
nerviosa, patrón de dolor mecánico inconcluso y dolor no mecánico. Hay
varios artículos publicados sobre esta propuesta de clasificación que
han demostrado que la proporción de pacientes que pueden ser
clasificados con este método, generalmente, es alto. Por ejemplo, se
consiguió clasificar el 83% de 607 pacientes a partir de la clasificación
de McKenzie entre fisioterapeutas con experiencia en el método, con el
78% de los pacientes clasificados como síndrome de desarreglo
Hallazgos genéricos Síndrome postural Síndrome de disfunción Síndrome de desarreglo
Frecuencia de los síntomas Intermitente Intermitente Intermitente o constante
Los movimientos repetidos en el Los movimientos repetidos en un
sentido que estira los tejidos sentido (por ejemplo, flexión)
No hay modificación de síntomas ni
acortados producen dolor en cada aumentan o periferalizan los
signos mecánicos
repetición al final de la amplitud síntomas y dificultan el movimiento
articular en el sentido contrario (extensión)
Resultados de los test dinámicos En cada repetición se genera la
misma respuesta
Los movimientos repetidos en el
Los movimientos repetidos no
sentido opuesto
empeoran los síntomas del
(extensión) centralizan los
paciente al volver a la posición
síntomas, reducen el desarreglo y
inicial
aumentan la amplitud de
No hay cambio rápido en la movimiento (a la extensión)
amplitud de movimiento
Síntomas durante el movimiento o
Síntomas y limitación de la Síntomas tras mantenimiento de Síntomas al final del movimiento
al final de éste y limitación de la
movilidad posturas y/o limitación de la movilidad
movilidad
Persistencia de la sintomatología al Con frecuencia, la respuesta se
retirar la carga mecánica (estática o Ninguna Ninguna mantiene
dinámica) (centralización o periferalización)
• Los resultados de Kilpikoski también han sugerido que la fiabilidad
interobservador para la clasificación de pacientes con dolor lumbar en los
3 síndromes parece ser alta cuando los fisioterapeutas tienen formación
específica en el método (kappa=0,7).
• Resultados similares encontró Razmjou, que demostró una fiabilidad
interobservador sustancial (kappa=0,7) para clasificar a los pacientes
según los síndromes de McKenzie. Para identificar pacientes
con síndrome de desarreglo la fiabilidad fue incluso superior
(kappa=0,96).
• Hefford, en un estudio observacional con 321 pacientes, encontró que el
77,9% fue clasificado como síndrome de desarreglo reductible y
la preferencia direccional predominante fue hacia la extensión. Sólo se
tuvo en cuenta la primera sesión y los pacientes presentaban dolor
lumbar, cervical o dorsal.
• El síndrome de desarreglo está directamente relacionado
con la patología del disco intervertebral. El elemento
distintivo es que en él ocurre el fenómeno
de centralización, generalmente en el sentido de la
limitación del movimiento. McKenzie clasificó los
desarreglos en tres tipos y a su vez en 7 categorías. Se
denominan según la dirección en la que ha migrado el
núcleo pulposo (y que mejor explica la respuesta
sintomática y mecánica del paciente a las cargas
mecánicas).
• El desarreglo n.o 1 y n.o 2 son desarreglos posteriores, resultado de
una migración posterocentral del núcleo pulposo. Los desarreglos
numerados del 3 al 6 son desarreglos posterolaterales, resultado de
una migración posterolateral del núcleo pulposo. El desarreglo n.o 7
es de tipo anterior, resultado de la migración anterior del núcleo
pulposo.
• En el síndrome de disfunción el dolor es producido por una deformación
mecánica de tejidos blandos que ya están estructuralmente dañados. El
daño de estos tejidos pudo haber sido por un traumatismo y/o por
procesos inflamatorios previos o bien por los procesos degenerativos,
etc., que pueden haber provocado, a su vez, contracturas, cicatrices,
adherencias, etc. En definitiva, acortamientos adaptativos. El dolor es
percibido cuando estos tejidos anormales son sometidos a estiramiento
o compresión máxima, como ocurre en los rangos máximos de
movimiento. Hay muchos modelos de pacientes que podrían presentar
un síndrome de disfunción tal como lo plantea McKenzie
• La característica común es una alteración del tejido conectivo
(consecuencia de microtraumatismos o macrotraumatismos) que
cicatriza y/o se adapta al acortamiento. Esto hace más difícil identificar
la estructura que está causando la disfunción, pero no impide elegir la
estrategia terapéutica (de remodelación) apropiada. Una de las
características clave de este síndrome es la presencia de dolor
solamente al final de la amplitud máxima del movimiento articular y
nunca durante, tanto al movimiento simple como a los movimientos
repetidos. La intensidad y la localización del dolor es similar con cada
repetición; el dolor además cede después de unos minutos y vuelve a su
estado de dolor inicial. A diferencia del síndrome de desarreglo, no se
producen cambios rápidos en los síntomas y signos mecánicos como
resultado de movimientos repetidos.
• McKenzie describe el síndrome de adherencia de raíz nerviosa como un tipo
particular de disfunción en el que el dolor sería desencadenado por la
puesta en tensión de la raíz nerviosa y/o su tejido cicatrizal.
• En el síndrome postural el dolor es producido por deformación mecánica
(nocicepción mecánica) de cualquiera de los tejidos normales y sanos de la
columna vertebral cuando son sometidos a cargas estáticas prolongadas. La
causa más frecuente de este síndrome son los malos hábitos posturales,
adoptados desde muy temprana edad, sobre todo, la posición de sentado
hundido, las posiciones de flexión de tronco y la posición de pie prolongada.
Es un dolor de tipo intermitente, normalmente localizado en la línea media
de la columna o simétrico. El dolor se alivia cuando se corrige la postura
(especialmente con el restablecimiento de la lordosis lumbar). Habrá que
diferenciar este síndrome de aquellos otros (disfunción o desarreglo) que
pueden agravarse igualmente si los tejidos son sometidos a cargas estáticas
prolongadas.
• Enfoque terapéutico en función de la clasificación: en el síndrome de
desarreglo el objetivo principal es centralizar el dolor y restablecer la movilidad
lumbar. Para resolver el desarreglo del disco McKenzie se basa en el modelo
dinámico interno del disco. Se fundamenta en que el disco puede ser
influenciado por los movimientos y posturas para resolver sus propias
alteraciones y, por lo tanto, responder positivamente a un tratamiento de tipo
mecánico como el que propone.
• En el síndrome de disfunción, como los síntomas se producen por la deformación
mecánica de tejidos que están estructuralmente dañados, el objetivo será
seleccionar y aplicar el movimiento en la dirección apropiada que es aquella que
reproduce el dolor del paciente. Esto nos indica que el tejido en disfunción está
siendo remodelado y reparado, por lo que el dolor irá disminuyendo
gradualmente.
• En el síndrome postural, el dolor se alivia a partir de la corrección postural. El
objetivo principal es educar al paciente en la importancia de la corrección de las
posturas inadecuadas (sobre todo, la postura de sentado) al tiempo que
experimenta los efectos beneficiosos sobre el dolor de tales correcciones.