CRÉDITOS
HOMILÉTICA, HERMENÉUTICA
Y PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
El Principio de la Sabiduría
Ciudad de México
Edición 2024
AUTOR
José M. Saucedo Valenciano
JEFE DE EDICIÓN
David Alejandro Saucedo Valenciano
AUXILIARES DE EDICIÓN
Elizabeth Gómez Vázquez
Saúl Rayón Mendoza
Juan José Contreras Esquivel
Domingo Grimaldo Salinas
PORTADA Y DIAGRAMADO
LDG. Zabdiela Salce Morales
zabdiela.herrera@gmail.com
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A menos que se indiquen casos distintos, las citas bíblicas fueron tomadas de la
versión Reina-Valera 1960, publicada por las Sociedades Bíblicas Unidas. Está
prohibida la reproducción parcial o total, en cualquier forma o por cualquier me-
dio sin autorización previa y por escrito del autor. Se exceptúan las citas breves
mencionando la fuente.
ÍNDICE
9 Introducción
19 Unidad I
La parte homilética de la predicación expositiva
20 A. La Homilética y sus fuentes
20 B. La Homilética y los tipos de sermones
21 C. Los elementos básicos de la predicación expositiva
26 D. La estructura básica del sermón
59 E. El paralelismo en la estructura del bosquejo
65 Unidad II
La parte hermenéutica de la predicación expositiva
69 A. Delimitación del texto
72 B. Principios contextuales básicos de la interpretación
75 B.1. Análisis del contexto histórico del texto
84 B.2. Análisis del contexto literario del texto
89 B.3. Análisis del contexto bíblico del texto
98 B.4. Análisis del contexto teológico del texto
110 C. Análisis de las dificultades del texto
115 D. Análisis de las oraciones gramaticales y las
relaciones sintácticas en el texto
119 E. Análisis de las palabras importantes del texto
126 F. Comparación del texto en diferentes versiones
de la Biblia
128 G. Extracción de los principios que emanan del texto
132 H. Aplicaciones específicas de los principios del texto
según el objetivo
135 I. Enriquecimiento de los contenidos resultados del
análisis del texto
141 Unidad III
La parte práctica de la predicación expositiva
143 A. La importancia de una predicación expositiva
contextual
146 B. La importancia del cuidado de forma y contenido
147 C. Las tendencias actuales en la predicación
150 D. Las medidas pertinentes para la exposición del
sermón
156 E. Los énfasis neumatológicos en la producción de
mensajes expositivos
157 F. Los vicios comunes a evitar en la predicación
expositiva
167 G. Los vicios más graves de los homiletas
173 H. La oratoria en la predicación expositiva
177 I. Lo que se requiere en la formación del predicador
expositivo
184 J. Los artificios para diversificar la predicación
192 K. Las perspectivas necesarias del predicador
expositivo
211 Conclusión
229 Citas bibliográficas
235 Bibliografía
239 Actividades de aprendizaje
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
INTRODUCCIÓN
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que
no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
2 Timoteo 2:15
La predicación expositiva es la crema y nata de la homilética. Es un
lujo que no cualquiera se puede dar. Lo que muchos llaman con este
título no pasa de sermón con estructura expositiva; pero queda lejos,
por cuanto la consistencia es la primera característica de este tipo
de mensajes. Se requiere mucho más que sacar todos los puntos y
subdivisiones del pasaje para conformar un discurso que merezca el
nombre. Demanda seso, estudio prolongado, aplicación de procedi-
mientos exegéticos para la extracción de principios bíblicos, procesos
de contextualización, y desde luego, un bosquejo y una oratoria que
hagan honor a los resultados del esfuerzo.
José M. Martínez, autor de reconocida erudición tanto en homi-
lética como en hermenéutica, califica la predicación expositiva como
la predicación bíblica por excelencia, sumamente enriquecedora cuando
se practica correctamente.1 También afirma que es, por regla general,
bastante más difícil de preparar que cualquier otra clase de sermones.2
Según Martínez, el predicador de mensajes expositivos es el pri-
mer beneficiado, pues se ve obligado a estudiar con ahínco el texto a fin
de profundizar en su contenido. La práctica más o menos habitual de la
predicación expositiva aumenta de manera insospechada su conocimiento
de la Escritura.3
9
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
También la congregación se beneficia grandemente de la predicación ex-
positiva, pues por medio de ella se le abren perspectivas mucho más am-
plias de la verdad bíblica. La variedad que suele caracterizar a esta clase
de sermones asegura una alimentación espiritual rica, suficiente para el
sustento de una fe sana. Por otro lado, los descubrimientos a que los oyen-
tes son conducidos mediante la exposición tienen muchas veces un encan-
to fascinante que induce a los oyentes a ahondar en las Escrituras por sí
mismos, lo cual es de todo punto deseable.4
Ha de enfocar la enseñanza de la predicación expositiva más allá de
la elaboración del bosquejo. Tiene que apuntar a despertar el anhelo
de los oradores a convertirse en expertos en Biblia, hermenéutica y
teología. Si se pretende incrementar el nivel y la eficacia de la expo-
sición de la Escritura habrá que producir ministros con habilidades
exegéticas a la par de desarrollar en ellos la mentalidad homilética. Se
trata de lograr el equilibro y la fuerza que aportan la lectura devocio-
nal, el escrutinio sesudo y la estructura de pensamiento lineal para
forjar obreros que trazan bien la palabra de verdad.
Bien definió los grandes fines de la predicación el coloso de Tarso:
Fines con respecto a Dios
Se tiene que ejercer correctamente el ministerio de la Palabra
para ser aprobado por Dios. Procura con diligencia presentarte a
Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que
usa bien la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15).
Se ha de cumplir con honor y consistencia el llamamiento y la
delegación del Señor para rendir buenas cuentas en el día del juicio
en la manifestación y el reino de Jesucristo. Te encarezco delante
de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muer-
10
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
tos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra;
que instes a tiempo y fuera de tiempo... (2 Timoteo 4:1, 2).
Fines con respecto al ser humano
Se apunta a la meta de perfeccionar al hombre de Dios en la
justicia de la Palabra y capacitarlo para toda buena obra. Toda la
Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redar-
güir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre
de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra
(2 Timoteo 3:16, 17).
Se procura cumplir a cabalidad el ministerio en la instrucción
de los creyentes en toda paciencia y doctrina, a fin de aparecer
como maestros fieles y sobrios de la palabra de Dios, y evitar la
tendencia de complacer al mundo. …redarguye, reprende, exhor-
ta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando
no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se
amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú
sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista,
cumple tu ministerio (2 Timoteo 4:2-5).
Alexander Olivar apunta que Lucas describe la proclamación apos-
tólica, ofreciendo los primeros modelos de la predicación cristiana.
Afirma que ésta perseguía normalmente un triple objetivo:
Exhortaba primero a la conversión, a un cambio de vida, para tener el co-
razón dispuesto a recibir y entender el mensaje de Jesucristo… El segundo
objetivo de la predicación apostólica era dar testimonio del hecho histórico
de Jesús… Los apóstoles se presentaban como testigos de unos aconteci-
11
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
mientos: de la vida, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret… Este era
el punto clave, el más importante, del mensaje cristiano: el hecho histórico
de Jesús, la obra realizada por él en la historia para llevar a los hombres
por esta obra a la trascendencia de Dios, del Padre, del cual él, Jesús, pro-
cedía. De la aceptación por la fe de este mensaje deriva toda actitud ética.
Es el tercer objeto de la predicación apostólica. El comportamiento moral
perfecciona la disposición inicial y eleva al cristiano al nivel de la caridad y
a la comunicación personal con Dios.5
Hacia una filosofía bíblica de la predicación
En la mayoría de las tésis homiléticas se incluye el factor persuasión
como el propósito al cual apunta la predicación; sobre lo cual el au-
tor disiente; y propone en este documento una meta distinta para el
discurso bíblico. Es cierto que en el sentido evangelístico sí aparece
en las Sagradas Escrituras una intención clara de persuadir por par-
te de los proclamadores, puesto que hablan a gente inconversa o no
creyente del mensaje del reino de Dios en Jesucristo. También se pre-
senta este elemento en las aplicaciones apologéticas dirigidas hacia
personas que se apartaron de la fe y tienen que ser convencidas con
argumentos teológicos. Sin embargo, en las prédicas o conferencias
de instrucción a la grey o de discipulado a los conversos se asume una
perspectiva diferente. No se trata a los hijos o a los creyentes como
individuos o grupos a los que hay que llevar a la convicción, sino
como fieles que deben y necesitan ser enseñados en la verdad divina.
No aparece Moisés convenciendo a Israel de que Dios le habló y le
dictó las leyes, los estatutos, mandamientos y decretos, sino sólo al
principio (Éxodo 4:1-9). Una vez que el Señor confirma la obra y el
llamamiento con su absoluto respaldo al Legislador, éste se expresa
12
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
con toda la fuerza y la autoridad de su delegación de lo alto (Éxodo
18:15, 16).
Habla Samuel desde la posición de profeta autorizado por el To-
dopoderoso, y no considera que se planta ante un grupo de personas
a las cuales tiene que persuadir (1 Samuel 7:3-6; 10-17).
El Señor Jesucristo no fue un discursante persuasivo debido sólo a
su retórica, sino un predicador y un maestro inigualable porque exhi-
bía autoridad y facultades extraordinarias (Marcos 1:22).
No sigue Saulo la línea de un orador que tiene que emplear artifi-
cios retóricos para conquistar a la gente con su elocuencia. Más bien
la fuerza atractiva y contundente de su mensaje era el poder y la de-
mostración del Espíritu (1 Corintios 2:4).
No es deber del pastor subir a su púlpito con el propósito de persua-
dir a su rebaño cada domingo o cada vez que predica. Añade dema-
siado estrés ejercer el ministerio de la Palabra con la mentalidad de
que la congregación espera ser convencida de que lo que enseña el
siervo o la sierva de Dios es verdad. Más bien se trata de una relación
de confianza, de paz y de comunión entrañable entre una persona
llamada por el Señor a edificar a la grey y un pueblo que se reúne para
recibir instrucción del cielo y escuchar la voz del Espíritu Santo con
factores de aliento, esperanza, fe y contenidos bíblicos que generen e
incrementen la virtud en los fieles (Juan 10:4, 14, 15, 27).
La persuasión como meta genera tensión en el que predica, lo hace
querer convencer más que instruir, quedar bien parado antes que
cumplir el llamado divino; satisfacer las demandas de la gente en lu-
13
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
gar de sus necesidades. Cría críticos en vez de fieles; oidores tardos
para obedecer, analistas del mensaje más que gente sumisa al Señor y
a la autoridad pastoral. Levanta conocedores del texto, mas no prac-
ticantes de la verdad.
El Salmo 100 presenta, desde el punto de vista del autor de este
libro, un modelo de instrucción más apegado a lo que se espera de
una exposición instructiva.
Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.
Servid a Jehová con alegría;
venid ante su presencia con regocijo.
Reconoced que Jehová es Dios; él nos hizo, y no nosotros a noso-
tros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con
alabanza;
alabadle, bendecid su nombre.
Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su ver-
dad por todas las generaciones.
El orden de los contenidos de la canción indica las acciones que de-
ben ejecutar quienes acuden al santuario ante la presencia del Eterno.
Luego apunta la forma en que se han de llevar a cabo las prácticas de-
vocionales. Finalmente anota los argumentos que sustentan las de-
mandas del maestro salmista.
El orden de los factores devocionales requeridos por la instruc-
ción del salmista aparece como se marca a continuación:
1. Acciones que expresan la devoción ante Dios
a. Cantad
b. Servid
c. Venid
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LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
d. Reconoced
e. Entrad
f. Alabad
g. Bendecid
2. Actitudes que requiere la devoción ante Dios
a. Alegría
b. Regocijo
c. Acción de gracias
d. Alabanza
3. Argumentos que sustentan la devoción ante Dios
a. Él es Dios.
b. Él nos hizo.
c. Nosotros somos pueblo suyo.
d. Nosotros somos ovejas de su prado.
e. Él es bueno.
f. Él es siempre misericordioso.
g. Él es eternamente verdadero.
Este es el sistema hebreo de enseñanza. Se preconizan los decretos
divinos y se instruye a las personas desde su infancia en los valores
de la sumisión y la obediencia al Creador. La palabra más importante
del conjunto de textos bíblicos está en el más grande de los manda-
mientos, el cual comienza con la orden de oír (Deuteronomio 6:4, 5;
Marcos 12:29, 30). Los hijos del reino deben aprender a escuchar con
atención, de tal modo que se genere en ellos la fe por la transmisión
de la revelación inspirada por el Señor de la vida (Romanos 10:17).
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LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
En este Salmo 100 aparecen los imperativos de la adoración antes
que las razones. Primero se ordena la acción, se demanda el ejercicio
y se aplica la disciplina del orden. Se inicia con el qué, sigue el cómo
y termina con el por qué. La argumentación se coloca al final. Esto
está muy a tono con el modo de aprendizaje natural del ser humano.
Los padres no persuaden a los hijos para enseñarles los valores fun-
damentales de las relaciones humanas o la urbanidad. Los instruyen
y educan con el ejemplo y con mandatos. Después de que ya sepan
hacer el bien, hay que añadir el factor actitud. Que se practique lo
bueno con agrado y con modales correctos; que se adornen los he-
chos con el ornato de la belleza de las formas. Y a medida que crecen
en edad, espíritu, lógica y entendimiento, se integran las explicacio-
nes necesarias.
En el sistema filosófico de los griegos lo más importante es com-
prender y entender. El por qué es lo primero. Piensa, reflexiona y ac-
túa es el orden de la sabiduría helénica. De aquí nace el asunto de la
persuasión como meta del sermón. A los preceptores de esta línea no
les interesa la obediencia sin convicción. Quieren que la gente resulte
siempre convencida, entonces sus discursos emplean toda clase de
retórica, ilustración y pensamientos que produzcan el clic en el ce-
rebro humano y lo muevan a creer en sus maestros y sus postulados.
Cuando integramos la persuasión como meta y propósito de la
predicación bíblica nos apegamos más al sistema filosófico griego que
al hebreo. Hacemos de los sermones piezas de oratoria sagrada y no
exposición de las verdades divinas y los mandamientos supremos
del reino de los cielos. Sube el pastor o el ministro al púlpito para
convencer a un grupo de creyentes que esperan recibir argumentos
suficientes, en lugar de plantarse en su posición de líder, instructor y
obispo de la grey de Dios.
16
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Se atribuye a Severo de Antioquía esta distribución de funciones
en la predicación: A mí me toca instruir y rememorar; es a Cristo a quien
pertenece persuadir a los oyentes, fortalecerlos y confirmarlos.6
El autor propone que no se incluya la persuasión como meta de la
predicación, sino sólo como objetivo de los sermones de corte evan-
gelístico y apologético. Y que sólo a eso se reduzca. Que se concentre
el expositor de la Palabra en comunicar los principios de la verdad
divina con autoridad, claridad, precisión; y con propósitos inspira-
cionales y transformacionales.
Otro de los aspectos en que el autor disiente es en la enseñanza de
la predicación como un acto que se ejecuta desde el nerviosismo, y no
pocas veces desde el temor y el miedo. El Salmo 100 claramente ex-
presa el imperativo de servir a Jehová con
alegría y permanecer en su presencia con Mejor es subir al
regocijo. Subir al púlpito con inseguridad, púlpito con la
intranquilidad, pensamientos de que qui-
conciencia del
zá no se tenga el respaldo divino, o que si
enorme honor
se comete un error podría caer muerto el
ministro, parece más una figura de juicio de que se tiene
que de bienaventuranza. La gente con este un llamado y
tipo de creencias cuando tiene un com- se lleva un
promiso se somete a una presión terrible. mensaje del cielo,
Ora desde el estrés, gasta mucha energía
del cual se es
tratando de bajar la gloria y de conmover
embajador en
al cielo y al auditorio con su megaesfuer-
zo. el nombre de
Mejor es subir al púlpito con la con- Jesucristo.
ciencia del enorme honor de que se tiene
17
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
un llamado y se lleva un mensaje del cielo, del cual se es embajador
en el nombre de Jesucristo. Máximo García habla de un énfasis de
los teólogos en que además del estudio, de la reflexión sistemática y
espiritual de las dos partes esenciales de la predicación, también pongan
especial cuidado en la alegría, en la fuerza, en la claridad y en la unción
que son tan necesarias para que la predicación sagrada tenga eficacia pas-
toral.7
Esta obra se propone brindar una herramienta que ayude al predi-
cador a trabajar, estudiar y prepararse espiritualmente de antemano,
con el tiempo, la oración, el seso y la academia suficientes para hon-
rar la palabra del Señor. De tal modo que al momento de su partici-
pación en público dependa enteramente del Espíritu Santo para su
exposición. Que él lo dirija, lo inspire, lo ilumine y lo fortalezca; le dé
la palabra, el denuedo, el respaldo y la bendición a lo largo del discur-
so. Y mientras la boca del siervo o la sierva habla, el Eterno extienda
su mano y obre señales, sanidades y prodigios mediante el nombre de
su Santo Hijo Jesús (Hechos 4:29-33).
Hay que ir, pues, a la consideración de cada una de las partes de la
predicación expositiva.
La primera unidad tratará de la parte homilética de la predicación
expositiva.
La segunda unidad tratará de la parte hermenéutica de la predica-
ción expositiva.
La tercera unidad tratará de la parte práctica de la predicación ex-
positiva.
18
U N I DAD I
LA PARTE
HOMILÉTICA DE LA
PREDICACIÓN
Expositiva
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Esta es la parte en la que se define el formato y la estructura del dis-
curso. Aquí se trabaja con la forma del mensaje. Se trata de que cada
ministro aprenda, adopte y adapte un procedimiento para la elabora-
ción de un bosquejo que le ayude a ordenar su discurso. Se establece
un sistema con lo básico; de ninguna manera se presenta un esquema
con todos los elementos. De hecho, lo ideal es que el predicador siga
el modelo de un libro o maestro de homilética mientras alcanza y
configura su propio estilo, y determina los aspectos que cubrirá su
método sermonario.
A. La Homilética y sus fuentes
Filosofía: aporta ideas.
Teología: aporta las estructuras doctrinales en las que se aco-
moda el mensaje.
Lógica: aporta estructuras para ordenar las ideas en forma co-
herente y lineal.
Redacción: aporta estructuras sintácticas y morfológicas para
la elaboración ordenada de los contenidos escritos del sermón.
Retórica: aporta formas y estrategias de comunicación y dis-
curso efectivos.
Exégesis: aporta el fundamento del principio bíblico a predicar,
además de los detalles que lo enriquecerán.
Hermenéutica: aporta la garantía de la ortodoxia del mensaje a
predicar a través de un sistema de estudio y análisis de los textos
bíblicos en sus debidos contextos.
B. La Homilética y los tipos de sermones
Los sermones se pueden categorizar de diversas maneras de acuerdo
20
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
con sus características y su forma de tratar el tema y el texto base.
Según su estructura, en relación al manejo del versículo o pasaje bí-
blico se clasifican generalmente en temático, textual y expositivo.
Temático. El tema del mensaje sale del texto, y la estructura
puede emplear tanto su base bíblica como cualquier otra parte de
la Sagrada Escritura. Es un sermón de tipo expansivo.
Textual. El tema y las divisiones principales del mensaje salen
del mismo texto, pero se pueden emplear otras porciones de la
Sagrada Escritura para rellenar las subdivisiones. Es un sermón de
tipo semiprofundo, no expansivo.
Expositivo. La estructura entera del mensaje sale de la base bí-
blica, y en ella ahonda el análisis. Es un sermón de tipo profundo,
sin expansión.
xx El temático es ideal para hacer teología sistemática.
xx El textual es ideal para hacer teología bíblica.
xx El expositivo es ideal para hacer teología exegética.
El sermón expositivo es el rey de la homilética. Requiere estudio y
análisis serio del texto bíblico. Demanda una confección estructural
consistente de parte de la mente y el corazón del predicador. Exi-
ge bastante tiempo, dedicación y disciplina; pero resultan enormes
la bendición que aporta al auditorio y la satisfacción que provoca al
orador.
C. Los elementos básicos de la predicación expositiva
En este como en todo arte, la práctica hará al maestro. El dominio
del proceso de estudio, esquematización y exposición vendrá con la
disciplina y el tesón del homileta, hasta que le sea ya un sistema pro-
21
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
pio y un estilo de vida y ministerio. Se requiere la integración de los
siguientes factores para lograr una predicación expositiva. Este tipo
de sermón no puede omitir ningún elemento sin perder su esencia y
consistencia:
Se debe tomar como base un solo pasaje de la Escritura. La
característica principal del sermón expositivo es el detenimiento
y la profundización en los versículos de los cuales se va a predicar.
No se consideran otros pasajes, a menos que lo indique de otro
modo el mismo texto. Por ejemplo, si se analiza un fragmento nue-
votestamentario en el que se cite una profecía o historia del Anti-
guo Testamento, entonces obligadamente el predicador pondrá el
asunto en perspectiva, y sólo tocará aquél en lo que corresponde,
fundamenta o ayuda a entender bien la idea que se expone en la
fracción base. Se concentra el discurso en una porción bíblica y
se observa su contenido desde distintos enfoques contextuales.
Todo lo que ayude a comprender mejor lo que dice la Escritura
que sustenta el mensaje se comparte; lo que distraiga, aunque sea
interesante, se desecha.
Forma el sermón expositivo gente educada, reflexiva, inteligen-
te para escudriñar las Escrituras. El rebaño se acostumbra a dete-
nerse a pensar en un versículo o párrafo y a saborear el jugo que
del pasaje se extrae. Se cultiva la disciplina de la meditación en la
palabra de Dios, y se adentra en los terrenos de una perícopa bíbli-
ca para observar en ella sus detalles hasta lograr una comprensión
más cabal. Una vez que la grey se habitúa a escuchar este tipo de
mensajes, el discurso pastoral se vuelve superinfluyente, pues la
voz autorizada se explaya en la exposición del texto en su contexto
con eficacia, efectividad y eficiencia.
22
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Se debe mantener integridad intelectual y hermenéutica,
procurando ser lo más fiel posible al texto. El sermón expositi-
vo desafía bastante al predicador. No sólo se trata de una estruc-
tura basada totalmente en el pasaje; eso no requiere más que una
mente homilética; pero tiene que ver con seguir procedimientos
exegéticos, aplicar métodos hermenéuticos de análisis y estudios
en los diferentes contextos que enmarcan la verdad contenida en
la porción de la Escritura que se revisa.
El predicador efectúa una consideración sistemática del tras-
fondo histórico del libro y el pasaje. Luego ubica el género literario
del documento y las figuras retóricas de la porción bíblica. Ense-
guida relaciona las doctrinas de la perícopa con su correspondien-
te lugar en la estructura teológica a la que pertenece. Y finalmente
trabaja con la investigación de la gramática y la sintaxis, así como
la definición de los vocablos importantes y claves que ayudarán
a afianzar la verdad o el principio contenidos en el texto. Cuando
llega a su púlpito, el exponente va bien armado, preparado para
toda buena obra, saturada su conciencia de la palabra de Dios, y
con la seguridad de quien se esforzó al máximo por cumplir res-
ponsablemente su función; pero siempre esperando por completo
en la gracia divina y a la expectativa de que el Espíritu Santo en
cualquier momento le mande un flashazo de iluminación y una
fuerza espiritual gloriosa a la hora de ejercer bajo la unción del
Señor.
Se debe procurar cohesión en la exposición de las ideas. Me-
diante el análisis hermenéutico se descubren las verdades funda-
mentales del texto y se amontonan argumentos para sustentar la
23
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
tesis del sermón. Entonces la homilética aportará las herramientas
para la elaboración de un bosquejo ordenado, lógico y preciso que
respalde la exposición en el púlpito. El predicador debe confeccio-
nar una estructura con las ideas relevantes que le brindó la exége-
sis. El concepto predominante será el tema del mensaje. Preferen-
temente, por cada principio extraído se deberá crear un punto o
división en el esquema. Luego las ideas subsidiarias servirán para
las subdivisiones.
Sustentará este esqueleto la carne que dará cuerpo al sermón,
así como sus elementos accesorios que aportarán estética. La co-
nexión entre el tema y las divisiones principales resultará una ta-
rea laboriosa, pero de gran satisfacción. Ayudará si se desarrolla
la habilidad de clasificar el material acumulado por tópicos, y si
se aprende un sistema de jerarquización de los puntos relevantes,
en concordancia con el sentido que el autor inspirado le da a cada
parte del pasaje.
Se deben sostener el movimiento gradual y la dirección li-
neal. El mensaje debe ir en ascenso o descenso, de lo fundamental
a lo relevante o viceversa, y cada punto primario ha de terminar
con la aplicación del principio extraído del texto. Algunos son par-
tidarios de que el bosquejo siga el curso exactamente como lo tie-
ne el pasaje bíblico, para ser apegados a cabalidad a la descripción
que hace el autor inspirado. Otros piensan que lo ideal es un siste-
ma de jerarquización de ideas en el cual haya gradación, partiendo
desde la más sencilla hasta la de mayor complicación o desde la
menos impactante hasta la que produzca un clímax en el discurso.
La verdad es que no será problema si el predicador determina se-
24
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
guir una opción o su alternativa. Lo más importante es la exposi-
ción de los resultados del análisis serio de la palabra de Dios con la
garantía de la meditación y el escrutinio previos.
Es necesario cuidar de no salirse de la idea central del pasaje
hacia elementos accesorios o aplicaciones extrañas al texto. Se han
de desechar o reservar para una ocasión posterior los pensamien-
tos que ocurren a la mente a la hora de predicar si no aportan a la
consolidación del tema a tratar en el mensaje. Hay que mantener
el enfoque en el asunto del discurso a toda costa. Martínez señala:
No puede pretenderse en modo alguno que todas las ideas que vengan a
la mente del predicador, aunque sean buenas, hayan de tener cabida en
el mensaje. Algunas deberán dejarse para otra ocasión. Otras tendrán
que ser completamente desechadas.8
Eso sí, lo ideal es que el sermón tenga un cierre digno, con todo
el énfasis necesario en la idea y en la voz. Se deberá compartir la
palabra divina con fuerza y pasión. Y en cada división se procurará
tener un espacio suficiente para la explicación del punto, la repeti-
ción del principio o verdad relevante y la aplicación en los campos
teológico, devocional, ético y práctico.
Se deben generar aplicaciones prácticas y pertinentes como
resultado de la contextualización. El predicador conoce, después
de su labor exegética y siempre por su función pastoral, los con-
textos bíblicos y los de su auditorio. Y a través de la confección
de las aplicaciones tenderá un puente para que la verdad divina
atraviese del pasado al presente. Se encargará de que la grey com-
prenda ahora lo que los autores inspirados dijeron ayer. Hará que
la palabra de Dios trascienda y se vuelva practicable para la gente
contemporánea.
25
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Si sólo se expone el resultado exegético la doctrina quedará en
el limbo. Si el pastor dicta cátedra de teología en su exposición,
pero no aplica, el mensaje no cumplirá su ciclo debido. Hay que
decirle al pueblo qué significa el contenido del pasaje bíblico ori-
ginado milenios antes, en el aquí y ahora del público. Y habrá que
ofrecer ideas concretas de cómo se vuelve efectiva la bendición de
las enseñanzas de las Sagradas Escrituras para los que las hacen
realidad hoy. Tenemos que procurar que la verdad divina se encar-
ne en los creyentes, en sus palabras, acciones y relaciones.
Lo más importante en la predicación expositiva es escarbar en
el texto para exhibir su riqueza teológica, devocional, ética y prác-
tica. Que el auditorio escuche y perciba la voz de Dios en su palabra
inspirada. El tiempo se emplea en explicar y aplicar los principios,
fundamentos y valores de la verdad divina de las Sagradas Escri-
turas en un pasaje determinado. Martínez comenta: La Palabra, no
nuestras experiencias, debe constituir la esencia del sermón. Las expe-
riencias del predicador, usadas moderadamente y con cordura, pueden
ser ilustraciones útiles, pero nunca deben ocupar lugar preponderante.9
D. La estructura básica del sermón
Dependiendo de la teoría homilética que se aprenda varían los ele-
mentos de la estructura sermonaria. Hay quienes anotarán asunto,
tema y título al principio, después redactarán los propósitos general
y específico; luego apuntarán proposición, palabra clave, interrogante
y oración de transición en la parte introductoria, y finalmente ten-
drán de cinco a siete elementos en la conclusión. Sin embargo, en esta
obra se toman en cuenta sólo aquellos aspectos que resultan básicos
para la conformación del sermón expositivo.
26
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Se presenta a continuación un método de estructura homilética
de ninguna manera exhaustivo, más bien básico. El propósito de esta
obra no es ofrecer los elementos completos de un bosquejo o sermón;
sino remarcar lo importante que resulta en el proceso de la elabora-
ción y la predicación expositiva la conformación de un esquema y su
integración lógica y gradual. En realidad, lo ideal es que todo predica-
dor, a medida que recorre el camino de su estudio desarrolle un mo-
delo particular y configure su propia metodología para la confección
de sus mensajes. Según la experiencia adquirida en el trayecto, las
necesidades de su auditorio y las habilidades logradas en la práctica,
establecerá un sistema, que incluya un procedimiento con una serie
determinada de pasos para obtener el preciado tesoro homilético. De
todos modos, mientras llega a la madurez el estilo personal, conviene
tomar en cuenta un formato prestado para arrancar en esta gloriosa
aventura de preparar en líneas paralelas, de la mejor manera, las ideas
que resulten del escrutinio de las Sagradas Escrituras en las porcio-
nes generales de introducción, desarrollo y conclusión.
A continuación, se presenta la propuesta de contenido para el ser-
món expositivo, según la usanza del autor. Se consideran los elemen-
tos fundamentales del bosquejo:
1. Base bíblica
2. Tema
3. Introducción
4. Proposición
5. Palabra clave
6. Interrogante
7. Oración de transición inicial
8. Divisiones principales
27
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
9. Subdivisiones
10. Oración de transición final
11. Recapitulación
12. Aplicación
13. Invitación
A continuación, se describe cada uno de los elementos:
Base bíblica. Es una porción que constituye una unidad entera de
pensamiento. Debe ser por lo menos una oración gramatical com-
pleta y terminar en punto. No nos guiamos por capítulos y versícu-
los, sino por ideas completas. Incluso si el discurso ahondará en una
palabra o una frase, será importante considerar el pasaje y después
remarcar en la lectura la fracción nuclear.
Ejemplo:
La porción del pasaje en que se basa el sermón es 2 Crónicas 7:12-
16
Y apareció Jehová a Salomón de noche, y le dijo: Yo he oído tu
oración, y he elegido para mí este lugar por casa de sacrificio. Si yo
cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta
que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se hu-
millare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y
buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces
yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en
este lugar; porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que
esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán
ahí para siempre.
28
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Tema. Es el asunto específico que trata el sermón. Debe desprender-
se naturalmente de la base bíblica y estar en completa concordancia
con el pasaje. No se introducen conceptos en el texto (eiségesis), sino
que se extraen las ideas de él (exégesis).
Ejemplo:
La parte nuclear de la exposición tendrá sustento en la declaración
divina que expresa:
…si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y
oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos;
entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su
tierra (2 Crónicas 7:14).
De esta porción bíblica se expondrá el tema:
Gloriosos beneficios para el pueblo humilde
Disciplina importantísima es la de sujetar la mente para impedir la
intromisión de ideas ajenas al tema del pasaje. Nunca faltan los pen-
samientos que invaden mientras se predica. Si se permite el orador
hablar de lo que se le venga al momento, sacrificará el meollo del
asunto del texto y del mensaje preparado y restará tiempo e impor-
tancia a lo medular, por introducir lo accesorio.
Desde luego que siempre existe la posibilidad de que se trate de
la iluminación del Espíritu Santo. En el momento de la predicación
acudirán al pensamiento ideas especiales, claras y poderosas que no
llegaron en el tiempo del estudio; sino hasta la presentación del dis-
curso. No se debe perder la oportunidad de dejar fluir la dirección del
Señor para enriquecer el mensaje cuando en su gracia soberana opera
de esa forma. Podría hasta resultar profética la expresión y edificar
en gran manera al auditorio mientras sorprende gratamente al orador.
29
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Introducción. Es el momento del despegue. Es la información que
abre la puerta a la idea principal del sermón. Se trata de un preámbulo
que ubica a la gente en el marco general del documento y del pasaje y
prepara el terreno para justificar la necesidad de la enseñanza conte-
nida y cómo ésta encaja en la tesis central del libro. Generalmente se
puede utilizar una síntesis de la investigación del trasfondo histórico
o un principio hermenéutico que dará sentido y relevancia a la expo-
sición del tema. Se pueden emplear artificios diversos para atrapar el
interés del auditorio, pero en la predicación expositiva es indispensa-
ble situar el texto en su debido contexto para facilitar la comprensión
de la verdad del mensaje.
La introducción es la primera impresión que el orador y su dis-
curso dan al lector. Es el anzuelo que atrapa o ahuyenta a los oyentes.
Se trata del momento en el cual se gana la atención del auditorio. No
todos tendrán cortesía ni se sentirán obligados a escuchar, a no ser
que el mensaje les atraiga.
Entre las características de una buena introducción se apuntan:
Capta la atención
xx Apela al gusto del auditorio
xx Concuerda con la cultura de los oyentes
xx Se apega al nivel intelectual de los receptores
Anuncia el tema
xx Aclara lo que tratará en el discurso
xx Informa sobre el contenido del mensaje
Procura la concisión
xx Se expresa con brevedad
xx Conduce al cuerpo del mensaje
xx Evita la argumentación
30
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Mantiene congruencia con el cuerpo del mensaje
xx No promete más de lo que puede dar el mensaje
xx Se presenta en armonía con el estilo y el nivel del
cuerpo del mensaje.
Recursos para la introducción
xx Una afirmación general que interese al receptor y que se re-
lacione con el tema del discurso.
xx Una narración (anécdota, parábola, fábula, alegoría, cuento o
leyenda), que después se conecta con el contenido del mensaje.
De ahí se pasa a la proposición.
xx Un diálogo que tenga que ver con la proposición.
xx Una declaración fuera de lo común para sorprender al audi-
torio, puede ser una expresión que aparentemente contradiga
la fe del oyente, y que se aclare luego en el cuerpo del sermón.
xx En los casos de predicación expositiva sería ideal introducir
mediante la explicación breve de los detalles del contexto his-
tórico, cultural y político que ayuden a enmarcar la idea princi-
pal del mensaje o refuercen los pensamientos nucleares.
Ejemplo:
xx El libro de 2 Crónicas contiene una compilación del Sacer-
dote y escriba Esdras para asegurar la correcta refundación de
la nación hebrea después de la cautividad de 70 años en Babi-
lonia.
xx Sus receptores son los gobernantes y el pueblo judío que re-
gresaron del exilio con el propósito de reconstruir Jerusalén y
repoblar la tierra prometida.
31
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
xx Encuentra Esdras que tanto en los gobernantes como en el
pueblo de Dios hay desaliento, miedo a la recaída en la cauti-
vidad y vicios que trajeron de las naciones paganas. Detecta la
necesidad de recontar la historia y tomar de ella lecciones de
fe que dejen claro que la única forma de recibir los beneficios
del Señor es dejando los malos caminos y manteniendo la hu-
mildad.
Exactamente estaban viviendo lo que Dios le habló a Sa-
lomón siglos atrás, cuando se dedicó el templo: El pecado y la
soberbia condujeron a Israel al apartamiento de la cobertura
divina y a la cautividad. El castigo había sido duro. Era nece-
sario el sincero arrepentimiento con un espíritu humilde para
garantizar el restablecimiento de los beneficios de la comunión
con el Todopoderoso.
De esta base bíblica se desprende la siguiente tesis:
A continuación, se apunta la proposición.
Proposición. Es la idea fundamental sobre la cual se argumentará. Se
considera el meollo de todo el discurso. Es la parte nuclear del men-
saje. Constituye el pensamiento central o la tesis del tema a desarro-
llar. Se expresa en forma precisa, enfática, con una oración gramatical
completa y breve.
Tres tipos de proposición básica son los más socorridos:
De deber o demanda. Afirma que el oyente es responsable de
creer, integrar una verdad, y actuar en concordancia con ella. Se
emplea para mensajes sobre textos que exigen una conducta o de-
mandan acciones, actitudes, disciplinas o ejercicios específicos
por parte del auditorio.
32
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Ejemplos:
xx Para entrar en el reino de Dios es necesario nacer de nuevo
(Juan 3:3-7).
xx Quienes desean tener vida eterna deben creer en el Hijo de
Dios (Juan 3:14-16).
xx Dios demanda a su pueblo que se humille para brindarle glo-
riosos beneficios (2 Crónicas 7:14).
De habilidad o poder. Afirma que el oyente es capaz o tiene la
posibilidad de integrar una verdad y actuar en concordancia con
ella. Se emplea para mensajes sobre textos que manifiestan opor-
tunidad para adquirir lo bueno y promueven conductas virtuosas
por medio de la motivación o de ejemplos inspiracionales.
Ejemplos:
xx Es absolutamente posible para los creyentes en la actualidad
experimentar la llenura del Espíritu Santo (Hechos 2:39).
xx Si se procuran los dones mejores aumentará la efectividad en
el servicio a Dios y a su iglesia (1 Corintios 12:31).
xx La bendición de ser hijo de Dios es para cualquier persona
que quiera recibir a Jesucristo (Juan 1:12).
De valor o antítesis. Afirma que conviene al oyente integrar
una verdad o actuar en concordancia con ella. Si la aplica adquirirá
beneficios; de otra manera sufrirá consecuencias. Se emplea para
mensajes sobre textos que establecen contrastes o contraposicio-
nes entre la virtud y el vicio, el bien y el mal, o incluso lo mejor
y lo excelente. Se trata de promover factores luminosos a través
de sobreponerlos a elementos de menor valor o a su contraparte
como antivalor.
33
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Ejemplos:
xx Conviene a los creyentes adquirir sabiduría y deshacerse de
la necedad (Proverbios 14:1-3).
xx Deja mayor provecho el temor de Dios que la vida desenfre-
nada (Salmos 34:11-19).
xx Más grande es el deleite de los justos en Dios que el de los
impíos en los placeres del mundo (Salmos 119:72-80).
Palabra clave. Es la palabra preponderante del mensaje mediante la
cual se establece el paralelismo en el bosquejo. Es un vocablo en plu-
ral que ayuda a redactar de forma lógica, uniforme y congruente las
divisiones principales del sermón. Facilita la formulación de un cuer-
po con estructura bien delimitada y enfocada hacia un solo concepto
del tema. Dependiendo de la creatividad o habilidad del predicador se
podrán emplear prácticamente infinidad de voces para las distintas
proposiciones. Daremos algunos ejemplos, sólo para ilustrar, sin pre-
tender limitar los bloques en los que se puedan emplear los términos.
Ejemplos:
Para las proposiciones de deber:
xx Argumentos
xx Aspectos
xx Responsabilidades
xx Demandas
xx Requisitos
Para las proposiciones de habilidad:
xx Oportunidades
xx Bendiciones
xx Opciones
34
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
xx Alternativas
xx Circunstancias
Para las proposiciones de valor:
xx Bondades
xx Principios
xx Valores
xx Consideraciones
xx Ventajas
Interrogante. Es una pregunta que nos ayuda a delimitar y uniformar
los pensamientos. Cada respuesta a la misma interrogante será una
división principal. Se redacta en una oración gramatical completa y
en forma estratégica se incluye la palabra clave, de modo que aporte
detonantes de ideas precisas para la construcción de los puntos ca-
pitales del sermón.
Ejemplos:
xx ¿En qué aspectos supera el deleite del justo en Dios al de los
impíos en los placeres del mundo?
xx ¿Por qué razones puede en la actualidad un creyente experi-
mentar la llenura del Espíritu Santo?
xx ¿Cuáles son los gloriosos beneficios que Dios brinda a su
pueblo cuando se humilla?
Oración de transición inicial. Es un enunciado que ayuda a pasar de
lleno al argumento del mensaje. Es un puente que conecta la cabeza
con el cuerpo o las divisiones principales del sermón. Contiene la
proposición, la palabra clave y la interrogante sermonaria. Se redacta
35
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
en tiempo futuro y anuncia los factores que se contemplarán en el
discurso.
Ejemplos:
xx A través de este mensaje analizaremos tres aspectos en los
que el deleite del justo supera al de los impíos que gustan los
placeres del mundo.
xx Por medio de esta ponencia daremos a conocer las razones
por las cuales, según las Sagradas Escrituras, un creyente pue-
de en la actualidad experimentar la llenura del Espíritu Santo.
xx Mediante un análisis del pasaje de 2 Crónicas 7 seremos
ilustrados sobre los gloriosos beneficios que Dios brinda a su
pueblo cuando se humilla.
Hay quienes desde el momento de la transición gustan de enunciar
los puntos principales del sermón. Esto es parte de una buena es-
trategia retórica, pues de esa forma se remarcan las ideas primarias
del discurso y resulta más probable la fijación en la memoria de los
capítulos del mensaje. Otros prefieren entrar directo al cuerpo del
bosquejo y sólo al final hacer una recapitulación. La eficiencia en uno
u otro sistema dependerá cien por ciento de las inclinaciones del ex-
ponente y de su pericia para manejarse en su estilo personal.
Lo importante es que no se argumente ni se extienda en demasía
en explicaciones en la introducción para no caer en la redundancia
ni en la impertinencia. De inmediato que la oración de transición
anuncia la entrada al cuerpo hay que presentar la primera división
principal. La economía de las palabras es importante en este punto
del bosquejo.
36
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Divisiones principales o capítulos. Desarrollo
Las divisiones son los capítulos o las ideas principales del mensaje.
Sustentan la tesis, la explican y la amplían. En el sermón expositivo
los puntos cabezales salen del mismo pasaje. Se redactan en forma
de oración gramatical completa, en sentencias breves y precisas. Se
anotan preferentemente con números arábigos.
Al final se transcribe la parte de la cita textual que respalda la
declaración del punto principal. Y cuando se enuncia la frase se hace
con énfasis en la dicción, en una entonación que aporte fuerza, y con
la debida puntuación para que se distinga el capítulo de la base bíblica
que lo sustenta.
Ayudará, para facilitar la lectura de las divisiones principales y
la base bíblica en su debida entonación y puntuación, si se emplean
distintivos en el tipo o tamaño de la letra para cada elemento. Por
lo general el capítulo se remarca con negritas y la cita de la Biblia se
anota en itálica o cursivas. Siempre resulta práctico y benéfico tomar
ciertas providencias al respecto. Sobre todo, a medida que avanza la
edad y la vista requiere de artificios para manejarse con propiedad en
el púlpito.
Ejemplos:
1. El primer beneficio glorioso que Dios brinda a su pueblo
cuando se humilla es que él escucha la oración. …si se humillare
mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren
mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré
desde los cielos…
2. El segundo beneficio glorioso que Dios brinda a su pueblo
cuando se humilla es que él perdona los pecados. …si se humillare
37
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren
mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces… perdo-
naré sus pecados...
3. El tercer beneficio glorioso que Dios brinda a su pueblo
cuando se humilla es que él sana la tierra. …si se humillare mi
pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi
rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces… sanaré su
tierra.
En cuanto al orden en que se deben colocar las divisiones principales
existen diversos métodos, de los cuales sobresalen tres:
• Hay quienes prefieren establecer una gradación a través de la
jerarquización de ideas y van desde la más débil para terminar con la
más fuerte, o pasan de lo material a lo espiritual, o de lo temporal a lo
eterno. Se procura un clímax en la última fase del mensaje, por lo que
se busca un avance de lo menos a lo más importante. Esta forma es la
más socorrida en el sistema de enseñanza de los institutos bíblicos
de nivel básico.
• Otros van por la jerarquización de los conceptos en sentido con-
trario al anterior. Ubican la idea más poderosa en el principio y las
siguientes se emplean para remachar, ampliar o confirmar la primera.
Es decir, avanzan de más a menos. Este sistema es el más socorrido
por el método de enseñanza hebrea.
• Hay quienes prefieren seguir el sentido del texto bíblico y aco-
modan los pensamientos principales en el orden en que aparecen en
el pasaje. En este caso el sermón es un reflejo fiel de la estructura
presentada en la porción de la Sagrada Escritura. El autor de este libro
38
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
se inclina más por esta línea. Aunque no se considera heterodoxa ni
impropia cualquier otra forma de jerarquización de las ideas.
Viene a la mente la forma tan diversa en la que la gente prefiere
consumir los alimentos: Habrá quienes se sujetan al orden en que
viene en el menú, otros pedirán que se les sirva en secuencia distin-
ta. Algunos toman agua antes de los alimentos, otros beben a tragos
mientras comen, y hay los que la disfrutan hasta después de la co-
mida. Existen los que dejan lo más delicioso para el último, con el fin
de disfrutarlo más despacio y con suma concentración en el sabor.
Otros le entran primero a lo que más les gusta, por si acaso llenan
antes y no pueden acabar con el platillo; dejan como sobra lo que les
complace menos. Y nunca faltan los que piden el postre por adelanta-
do. En la práctica, el predicador desarrollará un instinto especial para
jerarquizar las ideas en las estructuras y siempre llegará a preferir el
método que mejor le acomode a su personalidad, estilo y forma de
pensamiento. Aunque nunca se puede descartar una variación en al-
gún mensaje cuyo contenido así lo demande.
Subdivisiones. Las subdivisiones son los argumentos que explican,
sustentan o refuerzan las ideas primarias. Amplían, definen, diluci-
dan, aclaran, justifican las divisiones principales. Se anotan en forma
de oración gramatical completa y se utilizan incisos con letras o con
numerales que se desprendan de los puntos primordiales y dominan-
tes. En el sermón expositivo las subdivisiones deben redundar en el
mismo campo del pasaje.
Ejemplos:
Con incisos de letras:
1. División principal
39
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
a. Subdivisión
b. Subdivisión
2. División principal
a. Subdivisión
b. Subdivisión
Con subdivisiones de numerales:
1. División principal
1.1. Subdivisión
1.2. Subdivisión
2. División principal
2.1. Subdivisión
2.2. Subdivisión
Con sistema híbrido:
1. División principal
a. Subdivisión
a.1.
a.2.
b. Subdivisión
b.1.
b.2.
Ejemplo:
1. El primer beneficio glorioso que Dios brinda a su pueblo cuan-
do se humilla es que él escucha la oración. …si se humillare mi
pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi
rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde
los cielos…
40
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
a. Dios habla de los malos caminos de su pueblo como estorbo
para las oraciones.
b. Dios demanda la humillación de su pueblo como requisito para
darle el beneficio de su atención a las oraciones.
c. Dios relaciona la humillación de su pueblo con la conversión y
conecta ambas con las oraciones escuchadas.
2. El segundo beneficio glorioso que Dios brinda a su pueblo
cuando se humilla es que él perdona los pecados. …si se humillare
mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren
mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces… perdo-
naré sus pecados...
a. Dios expone los malos caminos y los pecados como obstructo-
res de la gracia efectiva.
b. Dios demanda a su pueblo una conversión genuina para brin-
darle la gracia del perdón.
c. Dios garantiza la reconexión con su pueblo en perfecta comu-
nión cuando venga la humillación y la conversión.
3. El tercer beneficio glorioso que Dios brinda a su pueblo cuan-
do se humilla es que él sana la tierra. …si se humillare mi pueblo,
sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro,
y se convirtieren de sus malos caminos; entonces… sanaré su tierra.
a. Dios contempla castigos a la tierra del pueblo que anda en ma-
los caminos.
b. Dios habla del sufrimiento de la tierra del pueblo pecador en
términos de enfermedad y pestilencia.
c. Dios promete sanar la tierra del pueblo que se humilla y se con-
vierte de sus malos caminos.
41
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Conclusión. La conclusión es la maniobra del aterrizaje. Los argu-
mentos se han agotado. Ya no se presentan más ideas. Es momento
de culminar.
Es la conclusión el remate, el final, la última impresión que se deja
en la gente sobre el tema del mensaje. Nada ha de estorbar el fluir del
discurso hacia la culminación. Cualquier argumentación aquí resul-
tará distractora.
Entre los propósitos de la conclusión se anotan:
xx Alcanzar la meta y los objetivos del mensaje
xx Proporcionar al lector la impresión de que la obra está
completa
xx Realizar la aplicación general del mensaje
xx Lanzar el llamamiento divino estratégico de acuerdo al
tema
xx Invitar al auditorio a integrar la verdad predicada en su
oración al momento y a su vida personal en lo sucesivo.
Se apuntan como características de una buena conclusión las si-
guientes:
xx Alusión a la proposición
xx Realización del propósito
xx Fluidez
xx Brevedad
xx Tono positivo
Entre los métodos recomendados para concluir un mensaje se en-
cuentran los que a continuación se enlistan:
xx Resumen. Se alude a los puntos principales en forma directa
textual o en paráfrasis en forma de recapitulación.
42
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
xx Ilustración. Se apunta alguna fábula o cuento o se utiliza al-
guna figura retórica que ayude a iluminar estimulando la ima-
ginación.
xx Anécdota. Se puede contar una breve experiencia o un relato
muy en el tenor del tema y preferentemente de tono afectivo.
xx Poema. Fracciones no largas de poesía recital o canción rela-
tivas al tema.
xx Pensamiento. Frases célebres o dichos de los sabios en con-
cordancia con el tema.
xx Interrogación. Siempre resultará interesante una culmina-
ción que no concluya con afirmaciones, sino con reflexión pen-
diente.
En realidad no existe una forma inquebrantable para cerrar un dis-
curso. La creatividad del predicador marcará la diferencia. Martínez
apunta tres elementos del contenido de la conclusión, como sigue:
1. Un resumen conciso y claro de los puntos principales del discurso que
recuerde lo esencial del sermón.
2. Una aplicación directa de los hechos, verdades, ofrecimientos, manda-
tos, etc. que han aparecido en las partes anteriores del mensaje o se des-
prenden de ellas.
3. Una llamada a la mente, los sentimientos y la voluntad de los oyentes
para someterse a la verdad de Dios y sus implicaciones expuestas durante
la predicación.10
Oración de transición final. Se trata de una frase que permite pasar
del desarrollo a la parte final del sermón. Es un enunciado gramatical
que abre la puerta para una conclusión sin accidentes. En esencia, es
la misma oración de transición inicial, pero ahora en tiempo pasa-
43
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
do. Allá hablamos en futuro para entrar al cuerpo del mensaje; ahora
anunciamos la salida en breve del discurso, por eso conjugamos en
pretérito.
Ejemplo:
xx En la oración de transición inicial declaramos:
Mediante un análisis del pasaje de 2 Crónicas 7 seremos ilustrados
sobre los gloriosos beneficios que Dios brinda a su pueblo cuando se
humilla.
xx Ahora, en la oración de transición final expresaremos:
Mediante un análisis del pasaje de 2 Crónicas 7 hemos sido ilustrados
sobre los gloriosos beneficios que Dios brinda a su pueblo cuando se
humilla.
Recapitulación. La recapitulación es un repaso o repetición de las
ideas contenidas en las divisiones principales; sin las subdivisiones.
Es necesario pasar directamente de la oración de transición a esta
parte. No se debe tomar más tiempo para argumentar, ni para añadir
explicaciones a los capítulos. De otro modo se perderá la agilidad que
requiere la conclusión.
Ejemplo:
Hemos considerado tres beneficios gloriosos que Dios brinda a su
pueblo cuando se humilla, los cuales son:
1. Dios escucha la oración de su pueblo humillado y
convertido.
2. Dios perdona los pecados de su pueblo humillado y
convertido.
3. Dios sana toda afectación de la tierra de su pueblo
humillado y convertido.
44
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Hay que notar que la recapitulación no exige realizar literalmente la
repetición exacta de las declaraciones completas de las divisiones
principales. Más bien, en forma resumida, ágil y práctica se remarcan
los principios o verdades para que sea más fácil grabarlas en la me-
moria de los receptores. Se mencionan los contenidos de forma poco
distinta, de tal modo que se rompa un poco la monotonía, sin restar-
le concisión al punto. Máximo García opina que la recapitulación del
sermón debe ser sencilla, rápida, como inadvertida al auditorio, pues éste
se molestaría al oír que los argumentos se repiten, una vez más.11
Aplicación. La aplicación es el aterrizaje de los principios teológi-
cos, espirituales, éticos o morales del mensaje en el contexto de las
necesidades del receptor. Es el remate final, el momento en que se
confronta al oyente con la verdad central del sermón. Se deben reali-
zar aplicaciones en el desarrollo de cada división; no obstante la que
cierra el discurso es clave y estratégica.
Se recomiendan oraciones en forma de preguntas directas. ¿Cuáles
son en realidad los problemas, las bendiciones, los intereses, las confiden-
cias, etc., acerca de los cuales el pasaje tiene algo que decir?12 Y desde
luego se apela al auditorio con la necesidad de asumir responsabili-
dades, tareas y resoluciones con respecto a la verdad del tema pre-
dicado. Este es el momento en que se le dice al oyente: Esta palabra
de Dios es para ti, te concierne, apunta a tu situación, y te ofrece una
respuesta divina para tu bien.
Ejemplos:
xx Como pueblo de Dios necesitamos humillarnos y dejar los
malos caminos si queremos recibir los gloriosos beneficios
que promete el Señor.
45
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
xx ¿Estamos dispuestos a venir ante el Señor con humildad a
levantar una oración sincera que sea escuchada y respondida
por Dios?
xx ¿Obedeceremos el llamamiento que el Señor nos hace a hu-
millarnos y convertirnos para recibir el perdón de nuestros pe-
cados en este mismo instante?
xx ¿De verdad queremos la sanidad de nuestra tierra al grado
que vengamos humillados ante la presencia del Señor en esta
hora?
Dado que estamos ya en la etapa de cierre del discurso, se recalca la
importancia de ser directos. Se ha de evitar la tentación de prolongar
las aplicaciones y extender los argumentos. Puede ser que a la hora
de ir ya casi finalizando el sermón vengan otras ideas sobre algún
punto y se sienta atraído el predicador por el deseo de exponerlas.
No obstante, hay que procurar la brevedad y pasar de inmediato a
la invitación. De otro modo se perderá la agilidad y la eficacia de la
conclusión.
A lo largo del discurso se integrará una serie de aplicaciones; por
lo menos una por cada punto principal. Habrá momentos en que la
iluminación del Espíritu creará detonantes para formular expresiones
de aliento, confirmación, confrontación, llamamiento o exhortación.
Dependiendo de la dirección divina y la habilidad del predicador se
requerirá incorporar distintos tipos de acercamiento al texto bíblico
para configurar la parte de las aplicaciones:
El acercamiento devocional. El predicador escudriña las Es-
crituras en busca del testimonio de Cristo. Anhela que Dios hable
a través de sus palabras. Mantiene un espíritu de admiración ante
46
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
los mandamientos, historias y milagros de la Biblia. Se encomien-
da al Espíritu Santo como inspirador del texto sagrado para que lo
ilumine y le abra la fuente de agua viva de su verdad. Adora e im-
plora desde lo profundo de sus entrañas, que mientras lee, medita
y ministra le sea revelada la gracia divina y que lo arrobe el amor
del Padre al repasar sus letras. Con este acercamiento se incitan los
sentimientos nobles del alma que teme al Señor y se promueve la
gloria del Creador y sustentador de la vida, de modo que los fieles
sean movidos a la adoración genuina y profunda.
Habrá que incluir en cada mensaje aplicaciones de tipo devo-
cional. Se busca inducir a la gente para que muestre amor al Señor
su Dios, que lo admire y lo adore con el ser entero. Por lo tanto,
de la exposición doctrinal hay que pasar al énfasis espiritual. Si se
predica de algún nombre divino o uno de sus atributos, virtudes,
luces o perfecciones, entonces hay que promover la exaltación del
Creador entre la multitud. El predicador es ante todo un procla-
mador de la gloria del Altísimo y, como tal, un embajador de su
Majestad. El Todopoderoso habita en medio de las alabanzas de su
pueblo, así que se provocará una visitación del Espíritu Santo si se
enfatiza en los detonantes de pleitesía al Eterno Rey del universo
(Deuteronomio 6:4, 5; Salmos 34:1-3; 1 Pedro 5:10, 11).
El acercamiento teológico. El predicador busca en la Biblia ci-
miento y base para la fe propia y de su auditorio. Quiere aprender
y confirmar la sana enseñanza. Se esfuerza por estudiar los textos
en sus contextos para corroborar cada vez que su forma de creer y
de ministrar tienen sustento en la Sagrada Escritura. Quiere man-
tener la seguridad de su castillo doctrinal, que cuente con la soli-
47
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
dez de un fundamento bíblico y una estructura cristocéntrica. Con
este acercamiento se invita al pueblo a conocer más y mejor su
credo y a mantenerse fiel a las verdades de la palabra de Dios que
se le han instruido.
Siempre se han de integrar aplicaciones teológicas en el ser-
món. ¿Qué dice el texto sobre Dios, Jesucristo, el Espíritu Santo,
los ángeles, el pueblo escogido o sobre alguno de los puntos de la
estructura doctrinal que deben ser puestos en relevancia? Decla-
raciones enfáticas sobre el ser, el carácter o las manifestaciones u
operaciones del Creador en el mundo, la iglesia o el creyente, que
tengan su expresión en el pasaje predicado, serán de gran edifica-
ción. La gente aprenderá a reconocer, adorar y servir mejor al Se-
ñor a través de estos detonantes de aplicación (1 Timoteo 6:13-16).
Acercamiento ético. El predicador analiza los casos de la Escri-
tura, sus historias, personajes, mandamientos, leyes y fundamen-
tos en busca de valores supremos para alentar y desafiar al pueblo
a elevar sus estándares éticos y de moral. Quiere saber y compartir
los principios espirituales que provoquen el agrado divino en sus
siervos. Estudia y ministra para alentar a la virtud y combatir los
vicios de pensamiento, palabra y acción en los redimidos. Apunta
a la excelencia de la conducta de los fieles con el fin de que el com-
portamiento sea el mejor testimonio ante el mundo.
Nunca deben faltar en el sermón las aplicaciones de carácter
ético moral. Quiere el pueblo de Dios, y además debe, andar en los
caminos de justicia. Para ello requiere de instrucción precisa sobre
los mandamientos divinos y explicación de la forma en que se han
de poner en práctica para honrar la ley del Señor. Si se integran
48
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
consejos o recomendaciones sobre asuntos de relaciones matri-
moniales, familiares, laborales y sociales en la predicación se cu-
brirá esta necesidad. Hay que repetirle constantemente al creyente
que la mejor forma de honrar al Creador es con el fiel testimonio, y
que a través de las buenas obras producirá gloria para el Padre que
está en los cielos (Mateo 5:14-16; 1 Pedro 3:1-17).
Acercamiento práctico. El predicador rebusca en el texto bíbli-
co con el fin de encontrar sabiduría y consejo que le enseñen un
quehacer o una forma de conducta modelo para compartir con el
pueblo de Dios. Procura siempre llevar a su púlpito el cómo y no
sólo el qué de la fe. Quiere enriquecer a sus
oyentes con recomendaciones, ideas, ejem-
Habrá
plos o saberes que les faciliten la existencia.
momentos Arma a su público con aplicaciones que los
en que la habiliten para desarrollar una mentalidad
iluminación del de servidores del Señor en la vida diaria.
Espíritu creará Deben incluirse en el sermón pastoral
detonantes aplicaciones de tipo práctico. El cómo es
tan importante como el qué en la predica-
para formular
ción. Si se le demanda a la gente que ande
expresiones
en santidad y se sustenta la tesis con argu-
de aliento, mentos bíblicos fehacientes, pero no se le
confirmación, explica la forma en que se vive el princi-
confrontación, pio, cada quien hará lo que piense o toma-
llamamiento o rán ideas extrañas al respecto. Si se motiva
a la iglesia a servir al Señor, pero no se les
exhortación.
dan indicaciones sobre los campos y minis-
49
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
terios en que pueden participar o colaborar en la obra de Dios, la
enseñanza quedará en el limbo, sin aterrizar. Imprescindible será
integrar detonantes que apunten a maneras, formas o métodos,
áreas, programas o actividades en las que se pueden aplicar las
verdades enseñadas (Efesios 5:15, 16; 1 Pedro 4:8-14).
Importantísimo será que el predicador prepare intencionalmente
las aplicaciones de sus mensajes. Ha de gastar suficiente seso en la
confección de esta parte de la estructura sermonaria. No lo puede
dejar para el último momento, ni menos abandonarse a la impro-
visación.
Detonantes imprevistos de aplicación pueden surgir por la ilu-
minación del Espíritu Santo en el tiempo de la exposición; pero
mejor resultará si con antelación se apuntan, en oración, mientras
se medita en la Palabra, pensando en las necesidades e intereses
del auditorio. Mayor eficacia se alcanzará si se escriben en el ser-
món los aspectos que se desea poner en relevancia por medio de
expresiones o declaraciones enfáticas sobre la manera de llevar a la
práctica las verdades o principios que sustenta el discurso.
Todo mensaje ha de contener aplicaciones de carácter bíblico
en el sermón. Los principios que emanen del texto y las enseñan-
zas que broten del análisis hermenéutico se deben poner en rele-
vancia. Hay que dar a la gente ideas de cómo se puede aterrizar la
verdad textual de la Escritura en la vida diaria. Si algún término
importante aparece por primera vez mencionado en el pasaje o si
el fragmento emplea vocablos iluminadores, que den al pueblo in-
teligencia y le aclaren formas de entender y vivir mejor la palabra
de Dios, enriquecerá bastante la exposición.
50
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Las aplicaciones pueden ser generales o especiales.
Las aplicaciones generales van dirigidas a todos los componentes del
auditorio.
Ejemplos:
xx Todos los creyentes deben y pueden honrar al Señor
con los bienes que él otorga.
xx La iglesia tiene la responsabilidad de cumplir la gran
comisión que Jesucristo mandó.
xx El pueblo de Dios ha de vivir en santidad conforme al
carácter y a las demandas del que lo llamó.
xx Es mejor caminar en los principios de la palabra del
Señor si se quiere disfrutar la bienaventuranza eterna.
Las aplicaciones especiales apuntan a determinado sector del audito-
rio. De pronto el predicador enfoca específicamente a un grupo de la
iglesia para dirigir por separado a ellos su mensaje.
Ejemplos:
xx El hombre como cabeza del hogar ha de garantizar que su
esposa y sus hijos reciban el amor, los cuidados y la provisión
suficientes.
xx La mujer de Dios ha de honrar y respetar a su marido, cui-
dando en todo momento su forma de atenderlo, de manera que
el primer bendecido por su fe sea el varón de su pacto.
xx Han de venerar los hijos a sus padres, y procurar su honor
siempre, porque los principales beneficiados serán ellos mis-
mos por las enormes promesas de vida y fortuna que el Crea-
dor les confiere.
51
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
xx Los pequeños, desde su temprana edad, pueden experimen-
tar y sentir la presencia y el poder de Dios.
Especial cuidado ha de tener el ministro de exponer las verdades de
su mensaje integrando a los adolescentes y niños, los corderitos del
rebaño de Dios (Juan 21:15). En muchas congregaciones estos son los
grupos más descuidados. Por lo general no se contemplan aplicacio-
nes que incluyan a estos dos sectores de la iglesia. Escasos son los
predicadores que no apuntan siempre a jóvenes y adultos, hombres y
mujeres. Es posible que esta sea una de las razones por las cuales no
pocos de los que se apartan del camino lo hacen durante las etapas
de la pubertad o la adolescencia. Es cierto que hay clases para ellos
y los maestros y líderes de sociedades o departamentos les ponen
atención; pero si su guía principal no les dirige la palabra en sus dis-
cursos, llegará el momento en el cual sentirán que el sermón es para
sus padres, hermanos, tíos o abuelos, pero
Deben
no para ellos. Y arribarán a la conclusión
de que sólo serán miembros de la iglesia de incluirse en
verdad hasta que sean mayores. el sermón
El autor del libro tuvo una experiencia al pastoral
respecto. Al despedirse de una iglesia para aplicaciones de
trasladarse a radicar en otra ciudad se reu-
tipo práctico.
nió con una familia de la grey. El hogar esta-
El cómo es tan
ba conformado por la pareja de padre y ma-
dre y tres hijos, dos de ellos jóvenes y una importante
en la etapa de la adolescencia. Dijeron los como el qué en
muchachos que deseaban hacer un comen- la predicación.
tario sobre el pastor antes de que se fuera.
52
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Le expresaron gratitud con más o menos las siguientes palabras: Nos
duele que se vaya, porque mis hermanos y yo platicamos y decimos
que es la primera persona que sentimos que es nuestro pastor de
verdad. Antes nos referíamos a los pastores de nuestros padres, pero
usted sí nos prestaba atención, platicaba con nosotros, nos bendecía
en oración. Lo amamos mucho y le deseamos éxito.
No imaginaba el pastor saliente el impacto causado por su aten-
ción a los adolescentes y niños en sus sermones. Hasta que se iba lo
comprendió; y llevó la lección grabada en el alma. Desde entonces
cada vez que predica, observa si se encuentran menores de edad en
el auditorio, y por lo menos prepara una aplicación para ellos. Trata
de sembrar semillas de fe, esperanza y amor en estos grupos, porque
sabe que la palabra de Dios nunca vuelve vacía, sino que cumple un
propósito divino en los oyentes (Isaías 55:11). Gran satisfacción expe-
rimenta en la actualidad, al contemplar un estrato de la grey en la que
ha gastado los últimos 25 años, al ver a la mayoría de los pequeños
que el Señor le encomendó firmes en el camino. Ahora ya muchos de
ellos son licenciados, ingenieros, profesionistas con maestrías; hijos
nobles, esposos fieles, padres responsables y creyentes honorables de
la iglesia.
Máximo García dedica más de diez páginas al asunto de dirigir las
aplicaciones de la predicación al segmento de niños y adolescentes
en la iglesia. Habla de lo significativo de ayudarlos a ir adquiriendo,
suave, paulatina y voluntariamente, sin forcejeos en la fe, el compromiso
con Cristo y con su iglesia… que, poco a poco vaya produciendo las con-
vicciones en la inteligencia de los pequeños y adolescentes, y la persuasión
en su corazón.13 Afirma que la catequesis a los niños y a los adolescentes,
sin duda toma una importancia capital.14
53
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Bien hará el predicador si desarrolla un sistema estratégico para
eficientizar su labor como ministro de la Palabra. Algunos artificios
le serán de ayuda:
A la hora de confeccionar el sermón se destacan los principios
o verdades relevantes del discurso para sacar por lo menos una
aplicación para cada uno de éstos.
Mientras prepara el mensaje le será útil recordar algunas per-
sonas de la grey por nombre y pensar en ellas para programar las
aplicaciones. Se tomarán en cuenta los siguientes factores:
xx Considerar una persona de cada una de las distintas
edades del auditorio.
xx Tomar en cuenta a personas individuales y familias.
xx Pensar especialmente en las ovejas que experimentan
problemas o crisis respecto al tema.
xx Identificar los temas de conflicto con los que la gente
sufre ataques de otras religiones.
xx Ubicar las áreas de oportunidad o los vacíos teológicos
que tenga la gente respecto al tema.
xx Reconocer los puntos débiles en la moralidad, ética y
práctica de la iglesia que el tema refuerce.
xx Reflexionar en los pecados del rebaño que el texto
pueda confrontar.
xx Poner en perspectiva las heridas que han sufrido las
personas a las que se pueda aplicar la medicina de la
Escritura que se predicará.
Los dos factores determinantes para la confección de los detonantes
de aplicación serán la voluntad de Dios y la necesidad del pueblo. El
54
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
predicador debe mantener contacto ininterrumpido con ambas enti-
dades a fin de permanecer siempre agudo en el discernimiento y con
la mente entrenada que vuelvan su palabra efectiva y cortante cual
espada de dos filos.
xx ¿Qué es lo que el Señor quiere decir a su pueblo?
xx ¿Qué ordena, aconseja, reitera, aprueba o reprueba la
palabra inspirada que se predicará?
xx ¿Cuál es la verdad que la grey requiere escuchar para
suplir sus necesidades y aliviar sus cargas?
Al responder a estas interrogantes el predicador quedará habilitado
para cumplir la dimensión sacerdotal de su ministerio. Será un co-
nector entre la mente divina y la del pueblo. Transmitirá fielmente
la verdad desde el corazón del Padre al de los hijos e hijas. Y tendrá
un rebaño satisfecho, nutrido, fuerte y vigoroso, que le dará satis-
facciones a él y honor a su iglesia. El pastor que piensa en sus ovejas
mientras confecciona cada detalle de sus sermones se caracterizará
por la eficacia.
Máximo García habla de la necesidad de una adaptación en sus
aspectos teológico, sicológico y sociológico de la aplicación, de modo
que la predicación se ajuste al grado o nivel de conocimientos y de fe
que tienen los receptores, a fin de que se pueda llegar al auditorio de
manera eficaz y en el lenguaje correspondiente.15
Invitación. La invitación es la motivación a que el receptor acuda al
altar a pedir bendición divina para actuar conforme a la palabra expli-
cada. Es el desafío final que se lanza al oyente para poner en práctica
la doctrina o el principio bíblico expuesto en la predicación. Es el
55
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
llamado a la contemplación de la verdad expuesta, a comparecer ante
el Señor, procurar el auxilio del cielo, a presentar acción de gracias,
peticiones o rogativas.
Así expone el homileta la importancia de la invitación en la pre-
dicación:
Sólo cuando el hombre depone su actitud de rebeldía y se rinde a Dios
aceptando su autoridad y sirviéndole en conformidad con su voluntad re-
velada, alcanza la plenitud de su humanidad, la meta gloriosa para lo cual
fue creado. Por tal motivo, el llamamiento solemne a la reconciliación con
Dios es inherente a la proclamación del mensaje… No debiera haber invi-
tación sin «proclamación»…ni proclamación sin invitación, como muy atina-
damente señala J. Stott.16
Sin más argumentos ni explicaciones. Sin regresar a ninguno de los
puntos del cuerpo del discurso, se realiza un llamamiento a respon-
der a la palabra del Señor.
Ejemplos:
xx Los invito a estar de pie y escuchar el llamado que la palabra
de Dios nos hace hoy.
xx Vengamos ante Dios en el altar con corazón humilde y abso-
luta disposición a un trato divino especial.
xx Pidamos al Espíritu Santo que nos toque en esta hora en el
altar y nos llene de convicción sobre la necesidad de ser humil-
des ante Dios y abandonar los malos caminos.
xx Tomemos un tiempo de oración en la casa de Dios para ro-
garle por la sanidad de nuestra tierra.
xx Salgamos de esta reunión con la consigna de vivir en hu-
mildad ante el Señor y andar por sus caminos para recibir los
beneficios gloriosos que su palabra nos garantiza.
56
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Sobre la invitación dice el erudito español:
La predicación debe ser bíblicamente sustanciosa, ha de responder a la
necesidad más profunda del ser humano y ha de contener una invitación.
Pero ésta ha de ser hecha con dignidad, sin insistencias que traspasen
los límites del respeto a una libre decisión, sin coacciones psicológicas
impropias de la fe en la acción del Espíritu Santo. Forzar o acelerar un
proceso de conversión es tan irracional como hacer caer a palos la fruta
de un árbol. La experiencia ha mostrado en demasiados casos lo fatal de
presiones desmesuradas para lograr la conversión. Cuando se consigue
una «decisión», una profesión de fe, totalmente inmadura, ésta es general-
mente seguida de una reacción negativa, muchas veces de un alejamiento
total y definitivo del Evangelio.17
Desde luego que no se debe hacer del bos-
quejo una camisa de fuerza o un canon in-
Los dos
violable. No hay que olvidar que se trata de
factores
un factor instrumental y no consumatorio.
determinantes La práctica hace al maestro, y en el trayecto
para la se observará la necesidad de aplicar modi-
confección de ficaciones de acuerdo a la experiencia y los
los detonantes resultados obtenidos. El ejercicio continuo y
de aplicación la consideración de las reacciones y efectos
en el auditorio marcarán la pauta para reali-
serán la
zar los cambios estratégicos. El pulso se va
voluntad tomando en el avance de la trayectoria dis-
de Dios y la cursiva; el músculo se fortalece, la eficacia se
necesidad del afina en la observación y el análisis sensible
pueblo. del trabajo homilético tanto en la elaboración
como en la exposición de los sermones. La
57
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
meta jamás será llegar a la perfección en los esquemas (aunque des-
de luego sería lo ideal), sino más bien la practicidad. El fin siempre
apuntará hacia emplear la estructura homilética como herramienta
que eficientice la tarea de la predicación.
Se comparten ahora tips para la elaboración de sermones sobre los
pasajes de narraciones históricas. En este tipo de mensajes se deben
tomar en cuenta en el bosquejo por lo menos tres aspectos o partes
básicas:
1. La narración de la historia
a. Se integran los detalles sobresalientes.
b. Se incluyen los detalles significativos.
c. Se exponen los detalles a clarificar.
2. La presentación de los principios de la historia
a. Se destacan los principios teológicos del pasaje.
b. Se exponen los principios éticos del pasaje.
c. Se exponen los principios prácticos del pasaje.
3. La aplicación de los principios de la historia
a. Se exponen los casos o situaciones actuales en los que aplica
la historia.
b. Se presentan beneficios que provocará la aplicación de los
principios de la historia.
c. Se discuten los problemas que suscitará la evasión de los
principios de la historia.
Este proceso aplica tanto para los pasajes históricos del Antiguo Pac-
to, como para las narraciones de los Evangelios y los Hechos de los
apóstoles.
Para la elaboración de sermones sobre asuntos de problemas se
deben integrar en el bosquejo por lo menos tres partes básicas:
58
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
1. La definición del problema
a. Se presenta la definición simple del problema.
b. Se expone la definición técnica o científica del problema.
c. Se discute el origen y la causa del problema.
2. La exposición de factores que complican el problema
a. Se habla de los agravantes que aportan los involucrados.
b. Se presentan las menores o mayores consecuencias que pue-
de detonar el problema.
c. Se identifica si el problema tiene que ver con asuntos espiri-
tuales humanos, diabólicos o divinos.
3. La presentación del aporte bíblico para la solución del
problema
a. Se presenta el principio que la Sagrada Escritura enseña so-
bre el problema.
b. Se exponen testimonios o ejemplos bíblicos que obtuvieron
solución del problema.
c. Se añaden testimonios de personas de la historia y la actua-
lidad que aplicaron el principio bíblico y experimentaron alivio
del problema.
E. El paralelismo en la estructura del bosquejo
La uniformidad y el equilibrio del esquema, el desarrollo lógico del
sermón y la elegancia del bosquejo se logran a través del uso del pa-
ralelismo. Se ha de cuidar el orden en el que se redactan los puntos
principales y las subdivisiones del mensaje. Las expresiones capi-
tales deben tener estructura similar, los elementos gramaticales de
59
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
ellas han de guardar el mismo patrón, de
Un bosquejo
modo que se note que fueron elaboradas
sin paralelismo
por una mente con pensamiento cohe-
en sus capítulos y rente y lineal. Esto facilitará la memori-
subdivisiones zación de las ideas cabezales y el desa-
evidenciará rrollo a la hora de la exposición.
una mente Un bosquejo sin paralelismo en sus
capítulos y subdivisiones evidenciará
desordenada.
una mente desordenada. La ilación en
La ilación en las
las expresiones no se logrará y resultará
expresiones no se más complicada la memorización y me-
logrará y resultará nos sencilla la aplicación. Si una oración
más complicada la gramatical comienza con un artículo,
memorización y la otra con un verbo y una más con un
menos sencilla la sustantivo, se restará elegancia y orden
al sermón escrito. Aporta armonía y or-
aplicación.
nato al discurso si se emplea el parale-
lismo en la redacción y la exposición de
las ideas.
Ejemplos:
Sin paralelismo
Tema: Las bendiciones de Dios para los hijos de Abraham
1. Somos bendecidos en la fe de Abraham.
2. Cristo es la simiente de Abraham en la que recibimos toda
bendición.
Con paralelismo
Tema: Las bendiciones de Dios para los hijos de Abraham
60
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
1. En Abraham Israel es bendecido como simiente natural.
2. En Abraham la iglesia es bendecida como simiente
espiritual.
Otras opciones con paralelismo
Tema: La triple esperanza de los que mueren en el Señor (2 Corintios
5:1-10)
1. En Cristo Dios otorga a los creyentes la esperanza de la mo-
rada de obra divina.
2. En Cristo Dios otorga a los creyentes la esperanza de la pre-
sencia divina.
3. En Cristo Dios otorga a los creyentes la esperanza de la re-
compensa divina.
De otra manera también quedaría la estructura armónica:
1. Conviene permanecer fieles al Señor para disfrutar la espe-
ranza de la morada de obra divina.
2. Conviene permanecer fieles al Señor para disfrutar la espe-
ranza de la presencia divina.
3. Conviene permanecer fieles al Señor para disfrutar la espe-
ranza de la recompensa divina.
Para seguir el principio del uso del paralelismo y guardar la uniformi-
dad del pensamiento en las ideas es necesario armonizar la estructu-
ra de las oraciones:
Si la oración principal inicia con un artículo, todas deben comen-
zar igual.
Si la oración se apunta con un verbo al principio, hay que ser con-
sistentes en el mismo uso en todos los puntos del bosquejo.
61
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Si la oración inicial empieza con un sustantivo, de igual modo hay
que asegurarse de que exista uniformidad en toda la estructura.
Ejemplo de inicio con sustantivos:
1. Dios es bueno.
a. Porque nos ama, aunque no lo merezcamos.
b. Porque nos bendice, a pesar de nuestras faltas.
c. Porque nos cuida, aunque no nos percatemos.
2. Dios es fiel.
a. Es fiel a sus promesas.
b. Es fiel a sus siervos.
c. Es fiel a su pueblo.
3. Dios es poderoso.
a. Para guardarnos sin caída.
b. Para librarnos del mal.
c. Para defendernos de los enemigos.
Ejemplo de inicio con adjetivos:
1. Bueno es Dios.
2. Fiel es Dios.
3. Poderoso es Dios.
Ejemplo de inicio con artículos:
1. El Dios nuestro es bueno.
2. El Dios nuestro es fiel.
3. El Dios nuestro es poderoso.
Mediante el uso del paralelismo se lograrán estructuras ordenadas,
coherentes y elegantes. Se adquiere con este ejercicio una mente más
62
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
pulida, selectiva y avezada en la ex-
presión de ideas más claras y precisas. La meta jamás
Se alcanzará de manera más sencilla será llegar a la
un desarrollo fluido y armonioso a la perfección en los
hora de la exposición en público. Será esquemas (aunque
difícil perder el hilo del discurso, por
desde luego sería
la practicidad que aporta un bosquejo
lo ideal), sino
bien elaborado.
Se adquiere bastante seguridad en
más bien la
la exposición de sermones cuando se practicidad. El fin
lleva un buen bosquejo. Resulta clave siempre apuntará
para ganar eficiencia en la predicación hacia emplear la
la elaboración de un esquema con tra- estructura
zo adecuado. La sensación de que se
homilética como
pisa firme en la plataforma se logra
también mediante la confección de un
herramienta que
dispositivo homilético organizado. Las eficientice la tarea
palabras en su orden debido, ideas bien de la predicación.
planteadas, secuencias establecidas en
forma correcta, elementos importantes destacados en los puntos
principales; todo aportará para generar paz y estabilidad emocional
durante la presentación del discurso. Desde luego que la práctica hará
al maestro y la persistencia con disciplina generarán el dominio del
ministerio del púlpito. Se honrará el magisterio del Espíritu Santo
a través de la mayor diligencia. Él se encargará de que la palabra de
Cristo sea recordada y bien aplicada a la hora de la entrega del men-
saje divino al pueblo (Juan 14:26). Recompensará en público el trabajo
y el esfuerzo dedicado a la preparación por parte de sus siervos.
63
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
64
LA PARTE HOMILÉTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
U N I DAD I I
LA PARTE
HERMENÉUTICA DE
LA PREDICACIÓN
Expositiva
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Esta es la parte en la que se ordena el formato y la estructura del aná-
lisis textual. Aquí tratamos con el fondo o contenido del mensaje. Se
establece un sistema con lo básico; de ninguna manera se presenta un
esquema con todos los elementos. De hecho, lo ideal es que el predi-
cador siga el modelo de un libro o maestro de hermenéutica mientras
alcanza y configura su propio estilo, y determina los aspectos que cu-
brirá su método de escrutinio exegético de manera que pueda sacar la
riqueza del pasaje y acumular la información que llenará el esqueleto
del bosquejo homilético.
La disciplina exegética ha mantenido su carácter dinámico a través
de las edades. Cada generación de estudiosos aporta para incremen-
tar el nivel académico y mejorar los resultados del estudio textual.
Se dice que en el siglo XVII se practicaba una hermenéutica con una
visión que pudiera ser resumida en cinco puntos:
• En el primero, el acto hermenéutico involucra el conocer, la intención
del autor, lo que a su vez implica comprender su psique, su personalidad
y su espíritu.
• En el segundo se busca una comprensión espiritual guiada por la
filosofía de la identidad, implica el problema de la distancia histórica.
• En el tercero se pretende lograr pleno esclarecimiento del problema
del círculo hermenéutico en el sentido de que se ha comprendido ya sin-
téticamente el espíritu del autor desarrollado en el texto.
• En el cuarto se trata de recrear la obra, el momento en el cual se com-
prende y se reconstruye lo ya producido.
•En el quinto se identifican el o los sentidos múltiples del texto, y el intér-
prete le atribuye los significados.
Luego se habla de tres formas de explicación del resultado herme-
néutico:
66
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
• La explicación de la letra
• La explicación del sentido
• La explicación del espíritu
Lo que deriva en tres modalidades de comprensión: la histórica, la
gramatical y la espiritual, respectivamente los momentos hermenéu-
ticos, ya que según el exégeta: La comprensión de los escritores antiguos
es triple: 1) histórica, en relación con el contenido de sus obras… 2) gra-
matical, en referencia a la forma o lenguaje y a su uso; 3) espiritual, en re-
lación con el espíritu del escritor singular y al espíritu de la antigüedad.18
Finalmente, en cuestión de procedimientos exegéticos nunca ha-
brá uniformidad. Como bien lo expresa el erudito: …no todos hacen, o
enseñan, la exégesis precisamente de la misma manera… Los pasos dados
aquí, no son reglas rígidas, sino pautas. Si otro orden de pasos le parece
mejor, o lo siguen sus maestros, entonces de todos modos adáptelo para
satisfacer sus necesidades.19
La preparación del sermón expositivo requiere una disciplina exe-
gética consistente. Fee y Stuart definen la exégesis como el estudio
cuidadoso y sistemático de la Escritura para descubrir el significado ori-
ginal propuesto. Es fundamentalmente una tarea histórica. Es el intento
de oír la Palabra como debieron haberla oído los destinatarios originales,
para hallar la intención original de las palabras de la Biblia.20
El predicador de este tipo de mensajes debe apostar a una me-
todología que le garantice contenidos bíblicos. Éstos se obtendrán
como resultado de un análisis serio de los pasajes de la Escritura.
Someter el texto que se predicará a un estudio profundo aportará se-
guridad, forjará convicción y dará fuerza a la presentación, pues a la
hora de la exposición, el orador contará con el poder del argumento
bien trabajado.
67
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Como bien lo dijo Zuck:
Un efectivo expositor es primero un efectivo exégeta. La exégesis precede a
la exposición, justo como preparar un pastel viene antes de servirlo. El pro-
ceso exegético tiene lugar en el taller, la bodega. Es un proceso en privado,
una tarea de transpiración en la cual el estudiante de la Biblia examina
sus trasfondos, significados, y formas y palabras; estudia la estructura y
las partes de las oraciones; busca certeza de la lectura textual original
(crítica textual); etc. Pero no todos esos detalles son compartidos cuando
él predica o enseña la Biblia.21
Se presenta a continuación un método de estudio no exhaustivo, más
bien básico, con el propósito de ilustrar lo importante que resulta
el proceso exegético y la riqueza que aporta a la conformación del
sermón y su integración argumentativa. En realidad, lo ideal es que
todo predicador, a medida que recorre el camino homilético y her-
menéutico, se haga de su propia técnica analítica y de investigación
bíblica. Según la experiencia adquirida en el trayecto, las necesidades
de su auditorio y las preferencias particulares e inclinaciones filosó-
ficas, temáticas, literarias o teológicas, irá adaptando un sistema, que
incluya un procedimiento con una serie determinada de pasos para
obtener el preciado tesoro de principios y aplicaciones para el men-
saje que se compartirá. De todos modos, conviene tomar en cuenta
un formato prestado para arrancar en esta gloriosa aventura de des-
entrañar las verdades divinas de las Sagradas Escrituras.
A continuación, se presenta la propuesta de procedimiento para
la parte hermenéutica, la cual aportará los elementos de exégesis y
aplicación que nutrirán y enriquecerán el bosquejo del sermón expo-
sitivo, según la usanza del autor. Consideremos los elementos fun-
damentales:
68
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
A. Delimitación del texto
B. Principios contextuales básicos de la interpretación
B.1 Análisis del contexto histórico del texto
B.2. Análisis del contexto literario del texto
B.3. Análisis del contexto bíblico del texto
B.4. Análisis del contexto teológico del texto
C. Análisis de las dificultades del texto
D. Análisis de las oraciones gramaticales y las relaciones
sintácticas en el texto
E. Análisis de las palabras importantes del texto
F. Comparación del texto en diferentes versiones de la Biblia
G. Extracción de los principios que emanan del texto
H. Aplicaciones específicas de los principios del texto según
el objetivo
I. Enriquecimiento de los contenidos resultados del análisis
del texto
A. Delimitación del texto
Ha de asegurarse el predicador de que el pasaje escogido constituya
una unidad completa en sí misma y que no se mutila el texto bíblico
para seguir un gusto personal. Aunque el estudio o mensaje se pre-
tendan realizar en una sola palabra o frase, éstas deben considerarse
siempre en su propia ubicación en el párrafo, fragmento, capítulo y
libro en que aparecen. Aprender a leer argumentos íntegros y no cor-
tarlos será clave para garantizar que no parcializamos la verdad con-
tenida en una porción de las Sagradas Escrituras.
Se delimita el texto definiendo el número de versículos que se
incluirán tanto del antetexto como del postexto de la porción selec-
69
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
cionada para la exégesis y la predicación. Se atiende con todo cuidado
el pasaje, de tal modo que se respeten, y no se violenten, las unidades
del pensamiento expresado por el autor bíblico. Una pista para iden-
tificar ideas completas es la gramática.
Ejemplos:
Si un versículo inicia con minúsculas, de inmediato se sabrá que
el contenido depende de un lugar previo, en donde comenzó la idea.
Este texto, pues, será una continuación. Por lo tanto, no se puede
tomar como un pensamiento completo. Hay que buscar en líneas an-
teriores hasta dar con el principio del argumento en el que encaja el
versículo seleccionado.
Ejemplo: Hechos 10:2
piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas
limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.
Si el versículo finaliza en coma o punto y coma, eso significa que
la idea no está terminada y que continuará el argumento en los textos
siguientes. Habrá que considerar los versículos sucesivos hasta dar
con el punto que concluye el pensamiento.
Ejemplo: Romanos 8:7
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios;
porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
Si el versículo inicia con palabras o frases conjuntivas, copulativas
y que indican contraste o dependencia (por tanto, por ello, sin em-
bargo, por lo cual, pero…), esto ayudará a saber que lo que antecede es
parte del mismo argumento o asunto.
Ejemplo: 1 Corintios 8:13
Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no
comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano.
70
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
En ocasiones encontrará el predicador diferencias con el fragmen-
tado de la sociedad bíblica. Sentirá que la forma de numeración y
fraccionamiento de capítulos y versículos no siempre respeta ideas
completas. Entonces deberá confiar en su análisis y tomar una deci-
sión personal sobre la mejor manera de limitar un pasaje. Habrá que
recordar que la división de las Escrituras en capítulos y versículos no
es parte del texto inspirado, sino una estrategia posterior integrada
para facilitar la memorización y localización de los pasajes. Así que
el estudioso no se tiene que someter a este sistema como si fuera
normativo.
Ejemplo:
Hechos 8:1 apunta: Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día
hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén;
y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo
los apóstoles.
La primera parte habla de la muerte de Esteban, lo cual se relata en
el capítulo 7. El que dividió este pasaje, arbitrariamente sacó la decla-
ración de que Saulo consentía en la ejecución de Esteban del capítulo
anterior, para ubicarlo en el 8, porque quiso relacionarlo con la per-
secución que se desata enseguida. De ese modo introdujo al de Tarso
como la autoridad que da su consentimiento para eliminar al siervo
de Jesucristo y señalar ese momento como el inicio del ataque a la
iglesia de Jerusalén. Sin embargo, el predicador expositivo tendrá que
incluir esta porción junto con la narración precedente, si es que quie-
re contar la historia completa, sin omisiones. Entonces el estudio del
martirio del diácono iniciará desde Hechos 6 y abarcará hasta el 8:1.
La práctica hará al maestro. En el recorrido continuo por este pro-
ceso de la delimitación bíblica se adquirirá la habilidad y se domi-
71
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
nará el procedimiento. Para la correcta selección del pensamiento
completo es necesaria una revisión del contexto para saber dónde
empieza el asunto que trata el texto y dónde termina. Lo importante
será el anhelo de respetar los contenidos y las ideas de la Sagrada
Escritura. En la misma lectura se podrá detectar si la fracción esco-
gida contiene el concepto nuclear del argumento del pasaje o si se
trata de un aspecto periférico.
Ejemplo:
La perícopa de 2 Timoteo 2:15 abarca desde el 2:14 hasta el 4:5. En
estos versículos existe un pasaje con una idea completa. El argu-
mento no está mutilado y el pensamiento se expone con claridad e
integridad. Toda la porción habla sobre la necesidad de que el obrero
del Señor se apegue a las Sagradas Escrituras como palabra de Dios
inspirada, tanto para la vida como para la ministración y predica-
ción.
B. Principios contextuales básicos de la interpretación
bíblica
En los procesos hermenéuticos se toman en cuenta diversos con-
textos:
En cuanto a los entes de la comunicación bíblica:
El contexto del acontecimiento
El contexto del narrador
El contexto del receptor bíblico
El contexto del intérprete
El contexto del receptor actual
La función del predicador es tender puentes sobre las brechas cul-
turales, temporales, geográficas, lingüísticas, políticas y sociales,
que separan las ubicaciones contextuales de quienes originaron y
72
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
recibieron el mensaje de la verdad ins-
La práctica pirada de la Biblia, y los que la reciben
hará al maestro. En en la actualidad. Todo exponente de las
el recorrido Escrituras tiene el deber de conectar a
continuo por su público con los autores sagrados. La
hermenéutica es el principio, en el cual
este proceso
el investigador realiza labor interpre-
de la delimitación
tativa con el fin de descubrir la inten-
bíblica se cionalidad del escritor originario; y el
adquirirá la fin es la aplicación, cuando se ocupa de
habilidad y enfocar los valores descubiertos por la
se dominará exégesis para edificar a las personas a
las que dirigirá su discurso. Con estos
el procedimiento.
dos pilares, el ministro de la Palabra
produce un vínculo relacional entre el
contexto del pasado bíblico y el presente del auditorio. De este modo
se apunta a la meta del proceso hermenéutico que es acercar lo tem-
poralmente lejano a la actualidad de los oyentes de hoy.
El individuo es hijo de su pueblo, de su mundo, (de su tiempo), y se limita
a manifestar en su forma la sustancia contenida en él, por mucho que
el individuo quiera estirarse, jamás podrá salirse verdaderamente de su
tiempo como no puede salirse de su propia piel; se halla encuadrado ne-
cesariamente dentro del espíritu universal, que es su sustancia y su propia
esencia.22
La idea es que la investigación enriquezca y provoque la predicación
expositiva. Que no sólo produzca resultados que nutran la mente del
ministro, sino que trascienda hacia los auditorios. Y que no apunte
sólo a incrementar la cognición de la verdad histórica, pero que se
73
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
ejerza la exégesis con el fin de posibilitar el entendimiento mejor del
texto sagrado a los oyentes, de tal modo que genere comprensión del
sentido original del pasaje de la Escritura que se expondrá y apunte
a la aplicación de sus doctrinas en la experiencia cotidiana de los
creyentes. Se trata de que la interpretación y la exposición de los
principios y valores de la palabra inspirada iluminen la conciencia de
los receptores del mensaje, modifiquen las formas y estructuras de
pensamiento no bíblicas y ofrezcan una perspectiva mejor para expli-
car la realidad y para resolver problemas de manera práctica.
Se busca mediante la hermenéutica textual un nivel de conoci-
miento más profundo y exacto. Como bien dice Arturo Cristóbal Ál-
varez Balandra:
…los procesos de interpretación se fundamentan en acciones de sistemati-
cidad, de rigor y de historicidad; condiciones que buscan generar «buenas
interpretaciones» en las que den cuenta de la realidad, que tengan un alto
nivel de veracidad.23
…la principal pretensión es lograr la mayor objetividad, veracidad de lo que
interpreta, generar «buenas interpretaciones», lo más que ésta pueda apro-
ximarse a la comprensión del texto.24
En cuanto a los pasos del análisis contextual de un pasaje o libro bí-
blico en esta obra se analizan cuatro aspectos:
Contexto histórico del libro y del pasaje
Contexto literario del libro y del pasaje
Contexto bíblico del libro y del pasaje
Contexto teológico del libro y del pasaje
En términos generales se habla de las dos tareas del intérprete: de-
terminar qué significó el texto para sus lectores inmediatos en su entorno
74
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
cultural, y determinar qué significa el texto para nosotros ahora en nues-
tro contexto.25
Se consideran enseguida los principios de hermenéutica general
que deben ser aplicados siempre a los pasajes de la Biblia que se em-
plearán para predicar o enseñar.
B.1. Análisis del contexto histórico del texto
Un principio hermenéutico señala que lo que Dios inspiró en la Biblia
permanece. Lo que el Espíritu Santo dijo milenios atrás es el mismo
mensaje para la actualidad. La palabra del Señor no cambia, no pasa
ni sufre variación. Es, por tanto, importante investigar los asuntos
relacionados con el momento histórico, la cultura, el lenguaje o la
situación en que se suscitó el pasaje o la narración, la doctrina o la
recomendación en que se predicará. La idea es comprender qué signi-
ficado tuvo la palabra del hagiógrafo y la forma en que la entendió el
receptor original de la Escritura Sagrada.
…los textos bíblicos ante todo significan lo que significaban. Esto es, cree-
mos que la Palabra de Dios para el hombre moderno es ante todo y pre-
cisamente lo que fue para el hombre a quien fue dirigida originalmente.
Entonces tenemos dos tareas: Primera, encontrar lo que significaba origi-
nalmente el texto: esta tarea se llama exégesis. Segunda, debemos apren-
der a oír ese mismo significado en una variedad de contextos nuevos o
diferentes contemporáneos; esta segunda tarea se llama hermenéutica.26
Por su parte, afirma Martínez que sólo el respeto y la fidelidad al sig-
nificado original del texto puede acreditar al predicador como mensajero
de la verdad divina.27 Es el apego a la verdad inspirada por Dios lo que
define al auténtico ministro de la Palabra. Ante todo el predicador
expositivo basa su discurso en las Sagradas Escrituras.
75
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
El orden mínimo de los elementos que lleva la investigación de un
trasfondo histórico es el siguiente:
Autor. Este punto responde a la pregunta: ¿Quién escribió el
documento? Se elabora una biografía resumida sobre el hagiógrafo.
Se incluyen datos generales de su persona, familia, nacionalidad,
preparación académica y bíblica, oficio y ministerio. También se
integran detalles específicos sobre su ubicación geográfica a la hora
de componer su obra, y la cultura en que se crio o la comunidad o
grupo a que pertenece, así como todo cuanto ayude a comprender
mejor su solvencia para redactar el libro. Especialmente se toman
en cuenta aquellas relaciones, circunstancias y experiencias que lo
conecten con el receptor o los desti-
natarios.
Un principio
Es importante realizar un estudio
serio en este punto. En la investiga-
hermenéutico
ción se dará cuenta el predicador, y señala que lo
con ello llevará mejor claridad sobre que Dios inspiró
su mensaje, que no todas las partes en la Biblia
del Pentateuco o la Ley las escri- milenios atrás es
bió Moisés. Tampoco David redac-
el mismo mensaje
tó muchos de los Salmos. Josué no
para la actualidad.
consignó la totalidad del contenido
de su libro; lo mismo se puede afir- La palabra del
mar de las obras de Samuel. Y no to- Señor no cambia,
dos los Proverbios son de la autoría no pasa ni sufre
de Salomón. Incluso, existen epísto- variación.
las paulinas que al parecer no salie-
ron de la pluma del apóstol de Tarso.
76
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Receptor. Este punto responde a la pregunta: ¿A quién o a quié-
nes se dirigió originalmente el escrito? Se elabora una biografía
o reseña histórica de la persona o la colectividad que al principio
recibió el mensaje. Se incluyen datos generales de su procedencia,
nacionalidad, raza, oficio, ministerio o posición social y econó-
mica, preparación académica y bíblica. Además, habrá que iden-
tificar su ubicación geográfica y la cultura de los habitantes de su
comunidad en el ámbito secular y religioso. También se integran
detalles específicos sobre el grupo o la iglesia a la que pertenece,
y todo cuanto ayude a comprender la razón que hizo necesario el
documento. En especial se toman en cuenta aquellas relaciones,
circunstancias y experiencias que conecten al o a los destinatarios
con el autor.
Hablando sobre el destino de las obras del Nuevo Testamen-
to, específicamente de los evangelios, comenta Fernández Guerra:
Y cada uno de ellos tenía al principio una comunidad concreta como
destinataria, con sus diversidades lingüísticas y peculiaridades cultu-
rales.28
Tiempo. Este punto responde a la pregunta: ¿Cuándo se redactó
la obra? Se ubica el documento en su momento histórico y se rela-
ciona con el imperio que gobernaba y la condición social, política
o filosófica que predominaba en el mundo o en la región en la que
se encontraban el hagiógrafo y los destinatarios, así como los da-
tos sobresalientes que ayuden a comprender el espíritu de la época
en que se originó el texto sagrado. Se anota la fecha de la redacción
y las circunstancias vinculadas con la vida del autor, el receptor y
las ciudades o naciones en que se encontraban ambos.
77
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
No hay que dejar de considerar el hecho de que cada vez que se
produce un texto, su autor sigue de manera inconsciente o semicons-
ciente un conjunto de normas y convenciones de su propio idioma, cul-
tura y tiempo, sin que esto implique olvidar que el lector, la mayoría de
las veces, pertenece a un idioma, tiempo y cultura diferentes.29
Ejemplos:
Libros como los de las Crónicas, Daniel, Ezequiel, Ester… se origi-
naron y publicaron en tiempos del exilio judío bajo los gobiernos
de Babilonia, Media y Persia. Los autores escribieron para un pue-
blo que sufría persecuciones alternadas con períodos de paz. Las
fechas de la redacción se ubican entre los siglos VI y V a. C.
Esdras, Nehemías, Hageo y Zacarías publicaron en momentos
esperanzadores, como el retorno del exilio babilónico. Surgieron
en circunstancias de gozo combinadas con sucesivas crisis como
las de la reconstrucción del muro, la ciudad y el templo de Jeru-
salén, bajo los ataques de las naciones vecinas. Las fechas de la
redacción se ubican entre los siglos V y IV a. C.
Todo el Nuevo Testamento se originó en tiempos en que Israel
se encontraba bajo el dominio romano. Hubo períodos de paz y de
persecución, dependiendo del emperador que reinaba. Las fechas
de la redacción se ubican entre las décadas de los 50 a los 80 d. C.
En el tiempo de formación del Nuevo Testamento las tres lenguas eran
contemporáneas. Jesús y los apóstoles hablaban en arameo. En las si-
nagogas los maestros leían los libros de la Ley solamente en hebreo, y
luego se traducían al arameo para que todos entendieran, porque a la
vuelta del destierro babilónico el pueblo ya no entendía el hebreo. Mien-
tras que en las comunidades de la diáspora, e incluso en las sinagogas
de Galilea, integrada por judíos inmigrantes, se leían las Escrituras en
griego.30
78
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
En Asia Menor, donde se originaron los documentos de Juan, la
persecución se dio tanto por parte de los políticos empoderados
como de los religiosos judíos y los filósofos pregnósticos. Las fe-
chas de la redacción se ubican entre los 70 y los 80 d. C.
Ayudará bastante al predicador ubicar los acontecimientos cla-
ves de la historia de la redención. Especialmente habrá que enfo-
car en los períodos significativos del pueblo hebreo. De ese modo
será más claro el entendimiento del tiempo en que se redactó el
documento en estudio; y cuál fue su evento anterior y hacia dónde
apuntaba su devenir:
La cautividad en Egipto
El éxodo de Egipto
El peregrinaje en el desierto
La conquista de la tierra prometida
El tiempo de los jueces
El tiempo de los reyes
La dispersión de las 10 tribus del reino del norte por Asiria
El tiempo del exilio de las tribus del reino del sur en
Babilonia por 70 años
El retorno de Israel a Jerusalén
Los períodos de sometimiento de Israel
xx Bajo Asiria
xx Bajo Babilonia
xx Bajo Media y Persia
xx Bajo Grecia
xx Bajo Roma
La venida del Mesías
La muerte, resurrección y ascensión del Señor
El día de pentecostés
79
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Lugar. Este punto responde a la pregunta: ¿Dónde estaban el
autor y los receptores cuando se redactó el libro? Se ubican geo-
gráficamente los puntos de procedencia y destino de la obra inspi-
rada. Se investigan detalles sobre los pueblos, ciudades o naciones
en las cuales se encontraban el emisor y el destinatario del docu-
mento. Se estudia la topografía, orografía, historia, costumbres y
detalles sobresalientes de la vida cultural o religiosa de cada lugar.
No todos los libros de la Biblia se originaron en tierra santa.
Documentos importantísimos se generaron fuera. La obra de Moi-
sés vio la luz en el desierto del peregrinaje del pueblo redimido.
La mayoría de la literatura apocalíptica de la Biblia fue escrita por los
profetas cuando ellos estaban fuera de la tierra de Israel. Ezequiel y Da-
niel estaban en Babilonia, y el apóstol Juan estaba en la isla de Patmos.
Aunque Zacarías estaba en Jerusalén, habiendo retornado de Babilonia,
estaba aun escribiendo en un tiempo cuando Israel estaba bajo domi-
nación gentil.31
Casi la totalidad de la inspiración paulina se ejerció en las casas,
las cárceles y los lugares de su apostolado, fuera de Jerusalén. No
se diga las producciones de Pedro y el evangelio de Juan.
Ocasión. Este punto responde a la pregunta: ¿Por qué consideró
el autor importante escribir tal pieza literaria? Es la necesidad, el
problema o la situación que provocó la redacción del documento
inspirado. Se analiza el contenido del libro para ver los asuntos,
problemas, condiciones, aspectos, énfasis o alusiones que permi-
tan descubrir el factor que propició la producción del texto sagra-
do. Se trata de escudriñar los detalles que ayuden a desentrañar la
intencionalidad del hagiógrafo al generar la obra.
80
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Hablando de las epístolas, Fee y Stuart afirman:
Por encima de todo, se debe considerar seriamente su naturaleza oca-
sional. Esto significa que fueron ocasionadas o motivadas por alguna
circunstancia especial del autor o de los lectores… Usualmente la oca-
sión era alguna clase de comportamiento que necesitaba corrección, o
un error doctrinal que había que enderezar, o un malentendido que se
tenía que aclarar.32
Fernández Guerra confirma la naturaleza ocasional de las epístolas,
y añade que nacen a propósito de una visita pastoral, de unas noticias
recibidas o de ciertos problemas planteados.33
Se consideran a continuación algunos botones de muestra so-
bre la ocasión que detonó la redacción de documentos inspirados
del Nuevo Testamento.
Los corintios tenían serios problemas éticos, morales y es-
pirituales. Predominaban las divisiones en facciones entre los
miembros por la selección de líderes y predicadores (1 Corintios
1:10-13); la perversión sexual se practicaba hasta con presunción
(1 Corintios 5:1, 2), los abusos en la cena del Señor convertían la
eucaristía en un caos (1 Corintios 11:17-22); las expresiones de glo-
solalia dominaban el culto (1 Corintios 14), y una herejía que nega-
ba la resurrección amenazaba con la salud doctrinal de la iglesia (1
Corintios 15). La mezcla de estos factores críticos, además de otros
tantos peligros, despertó el celo de Pablo y movilizó su seso y su
pluma para ofrecer consejo, dirección y mandamientos pertinentes
en su primera carta.
Los tesalonicenses sufrían por una teología de la desesperanza
sobre la resurrección y la venida del Señor. Predominaba la igno-
81
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
rancia de estos asuntos escatológicos de primer orden en la doc-
trina, y el desaliento se intensificó sobre la grey (1 Tesalonicenses
4:13-5:11). Por otra parte, las manifestaciones carismáticas de la
profecía perdían relevancia entre los miembros (1 Tesalonicenses
5:19-22). Entonces Saulo se ocupó de dar solución a estas cues-
tiones críticas y de allí nació la primera epístola a la iglesia de
Tesalónica.
El Apocalipsis se genera en tiempos de
Habrá ocasiones gran tribulación, persecución, muerte y
en que el análisis dolor en las iglesias. La desesperanza y el
del trasfondo desaliento, el miedo y la angustia calaban
hondo en los fieles. Miembros y ministros
histórico será
de la grey sufrían el terror de los ataques
doble: uno
diabólicos a su fe. La furia de los princi-
sobre el hecho pados perversos acometía a los que con-
consignado en la fesaban el nombre del Salvador. El apóstol
narración y otro amado sabía lo que era padecer por cau-
relacionado con el sa del testimonio de Jesús y de la palabra
de Dios (Apocalipsis 1:9). Y se propuso
escritor
brindar consuelo, aliento y fortaleza a sus
y el receptor.
hermanos y consiervos a través de la reve-
lación de Jesucristo que Dios le dio (Apo-
calipsis 1:1-3), con toda la narrativa que lleva el mensaje de que los
gobiernos impíos y anticristianos están sujetos al control absoluto
del Creador y Juez del universo (Apocalipsis 19:1-8; 20:11-15). Y les
compartió las visiones en las que la historia culmina con la venida
y el reino del Señor de señores, cuya ciudad celestial y paraíso son
los destinos de los que permanecen fieles hasta el fin (Apocalipsis
21, 22).
82
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Propósito. Este punto responde a la pregunta: ¿Para qué o qué
objetivos procuró alcanzar el autor a través del mensaje y el con-
tenido de su escrito? Es el fin que persigue el hombre inspirado
por Dios con la generación del documento: solucionar problemas,
corregir actitudes negativas, enseñar doctrinas o normas bíblicas.
Se determina la finalidad que tenía en mente el hagiógrafo, lo que
pretendía al redactar ese pasaje o texto.
Habrá ocasiones en que el análisis del trasfondo histórico será
doble: uno sobre el hecho consignado en la narración y otro rela-
cionado con el escritor y el receptor.
Ejemplo:
En el caso de la mujer samaritana del evangelio de Juan en su capítulo
4 se manejan por lo menos dos contextos:
El contexto de lo sucedido en el pasaje que narra un hecho aconte-
cido por ahí del año 30 d. C.
xx en el territorio samaritano
xx en el idioma arameo
xx en la cultura de oriente medio
El contexto de la narración juanina que se da por el año 80 d. C.
xx en el territorio de Asia Menor, en Éfeso
xx en el idioma griego
xx en la cultura grecorromana
…cada libro de la Biblia también tiene particularidad histórica; cada docu-
mento está condicionado por el idioma, el tiempo y la cultura en que fue
escrito originalmente (y en algunos casos también por la historia oral que
tuvo antes de ser escrito). La interpretación de la Biblia es una exigencia
de la «tensión» que existe entre su relevancia eterna y su particularidad
histórica.34
83
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
El análisis del contexto histórico aporta seguridad, pone el funda-
mento sobre el cual se plantará el predicador para levantar la estruc-
tura de su discurso. Además, ayudará a nutrir el bosquejo con datos
relevantes, de primer interés, que arrojarán luz para un mejor en-
tendimiento del mensaje. Inmensa riqueza obtendrá quien dedique
suficiente tiempo y seso al estudio de los factores y circunstancias
que propiciaron la redacción del texto sagrado. Cumplirá la meta de
comprender los hechos de una cultura o de la sociedad en su conjunto,
para reconstruir un hecho del pasado en el presente o para que el presente
sea potenciado direccionalmente hacia un futuro posible.35
B.2. Análisis del contexto literario del texto
Aquí entramos en el campo de la interpretación de los modos y sis-
temas de expresión del tiempo y la cultura de los autores y recepto-
res originarios de los textos sagrados. Cada documento de la Biblia
se redactó en un tipo específico de literatura, siempre de acuerdo al
estilo, la personalidad, el nivel académico y las preferencias del escri-
tor inspirado. Cada género literario posee características especiales y
tiene sus propias reglas. No se entiende igual el lenguaje figurado que
el literal. No es lo mismo la poesía que la prosa. Tampoco se lee con
el mismo sentido una epístola que un proverbio; ni se considera de
equivalente forma una estrofa del Cantar de Cantares que las narra-
ciones históricas del libro de los Hechos.
Dios decidió usar casi toda clase de comunicación disponible: historia na-
rrada, genealogías, crónicas, toda clase de leyes, varios géneros de poesía,
proverbios, oráculos proféticos, adivinanzas, dramas, bosquejos biográfi-
cos, parábolas, cartas, sermones y revelaciones.
Para interpretar debidamente los textos bíblicos en sus circunstancias ori-
ginales, uno no sólo debe saber las reglas generales que se aplican a to-
84
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
das las palabras de la Biblia, sino aprender las reglas especiales que se
aplican a cada una de las formas o géneros literarios…36
Cada porción de la Escritura contiene un lenguaje especial que, en su
momento, para el autor resultó el más efectivo para expresar la ver-
dad de un acontecimiento o una doctrina. En la selección de las figu-
ras analógicas y de dicción, y del tipo de narrativa que emplearon los
hagiógrafos entregaron su mensaje de la manera más viva, dinámica
y gráfica que les fue posible. Y, desde luego, en esto también operó la
inspiración del Espíritu Santo.
Así lo dice el maestro Cristóbal:
… al principio la metáfora se utilizó por necesidad para decir lo indecible,
para nombrar lo que aún carecía de nombre. Después se adoptó por su be-
lleza intrínseca, por su potencial para lograr la traslación de palabras que
tenía, por su ornamento, para de ahí transitar al sentido cognitivo-interpre-
tativo de la realidad, de lo estético. Por ello… con la metáfora se infringen
las fronteras del sentido, pero no se anulan.37
Bien hará el predicador en conocer y seguir los lineamientos o nor-
mas para interpretar los géneros empleados en la redacción del pasaje
sobre el cual basará su discurso. De este modo rebuscará en el texto
y en documentos confiables cuanto le ayude a identificar las formas
de comunicación propias de las comunidades tanto de los autores
como de los receptores del mensaje bíblico (lenguaje, prácticas, sabe-
res, usos y costumbres, mitos, leyendas, doctrinas), hasta conformar
un marco en el cual se pueda ubicar mejor, a fin de comprender los
contenidos de la porción que expondrá.
Para proceder con el análisis literario en el estudio para la predica-
ción expositiva habrá que responder las cuestiones claves:
85
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
¿A qué género pertenece el documento que se estudia?
¿Qué tipo de lenguaje utiliza el autor en el pasaje señalado: literal
o figurado?
¿Cuáles figuras retóricas aparecen en el pasaje y qué significado
aportan?
¿Cuánta luz y dinámica aportan al
El análisis
mensaje que se quiere comunicar?
del contexto
histórico aporta Ejemplo:
seguridad, pone Jehová es mi pastor; nada me faltará.
el fundamento En lugares de delicados pastos me hará
descansar; junto a aguas de reposo me
sobre el cual
pastoreará.
se plantará el Confortará mi alma; me guiará por
predicador para sendas de justicia por amor de su
levantar la nombre.
estructura de su Aunque ande en valle de sombra de
discurso. Además, muerte, no temeré mal alguno, porque
tú estarás conmigo; tu vara y tu caya-
ayudará a nutrir el
do me infundirán aliento.
bosquejo con
Aderezas mesa delante de mí en pre-
datos relevantes, sencia de mis angustiadores; unges mi
de primer interés, cabeza con aceite; mi copa está rebo-
que arrojarán luz sando.
para un mejor Ciertamente el bien y la misericordia
me seguirán todos los días de mi vida,
entendimiento
y en la casa de Jehová moraré por lar-
del mensaje.
gos días (Salmos 23).
86
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Este pasaje se encuentra en el libro de los Salmos, y pertenece a un
género poético. Es una canción que expresa la fe y la confianza en
Dios por parte del compositor. David se inspira en los recuerdos de
su labor pastoril y el cuidado que él tenía de su rebaño, luego se colo-
ca él mismo como oveja del Creador y declara una serie de beneficios
que disfruta en esa relación tierna con el Pastor divino.
Encontramos distintas figuras retóricas en el pasaje:
La metáfora de Jehová como pastor excelente. Domina la primera
parte del salmo. Los cuatro versículos iniciales explotan esa analogía.
El Señor tiene absoluto cuidado de su oveja.
xx Le otorga plenitud de bienes y suple todas sus necesidades
(23:1).
xx Le brinda provisión de alimento y bebida de primerísima ca-
lidad y en la mejor comodidad (23:2).
xx Le garantiza confort espiritual y dirección por caminos de
justicia por amor de su nombre (23:3).
xx Le aporta seguridad y confianza por su presencia, incluso en
los pasajes más tenebrosos de máximo peligro (23:4).
La metáfora de Jehová como anfitrión excelente. Domina la parte
final del salmo. Ahora David se compara a un visitante de la casa de
Dios. Los últimos dos versículos versan sobre esta analogía. El Señor
tiene sumo cuidado de su huésped.
xx Le brinda todo tipo de atenciones, delicadezas y manjares; y
hace sentir al huésped bienvenido y amado, mientras que sus
adversarios observan sin poder hacer nada (23:5).
xx Le garantiza fortuna y favor divino a lo largo de la vida y le
ofrece morada en su casa por la eternidad (23:6).
87
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Aporta esta dupla de metáforas sobre el cuidado y las atenciones del
Eterno hacia su siervo una forma deliciosa de comprender las venta-
jas de la relación íntima con Dios. Celebra los favores divinos e ins-
pira a reconocer, honrar y adorar al Pastor y Anfitrión celestial. Sus
amabilidades provocan a cantar su bien y su misericordia y despier-
tan el anhelo de permanecer en su presencia cada día de la existencia.
Entonces, el análisis literario consta de tres pasos:
Identificar el género literario del libro o documento inspirado.
Identificar el género literario del pasaje en que se basará la
predicación expositiva.
Identificar las figuras retóricas del pasaje y anotar el o los
significados o lecciones que contienen y sus respectivas
aplicaciones.
Mediante la ubicación del texto en su contexto literario el predicador
adquirirá conciencia del terreno que pisa en la exposición de la pala-
bra del Señor. Tal conocimiento ayudará para asignarle el peso espe-
cífico en teología, liturgia o ética, acorde con su género y su retórica.
Evitará el error de hacer doctrina fundamental a partir de figuras hi-
perbólicas o de expresiones poéticas. También se librará de la tenta-
ción de la eiségesis de buscar significados ocultos donde no existen y
de inventar aplicaciones ajenas al pasaje. Hollará con firmeza el suelo
de la exégesis y discurrirá con mayor convicción sobre los contenidos
de los fragmentos de la Sagrada Escritura.
…el autor sagrado se deja llevar de su formación, de sus formas literarias
ambientales, etc. para que mediante la acción inspiradora de Dios trans-
mita el mensaje de salvación. «Habiendo, pues, hablado en la Sagrada
Escritura por hombres y a la manera humana, para que el intérprete de la
Sagrada Escritura comprenda lo que Él quiso comunicarnos, debe inves-
88
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
tigar con atención qué pretendieron expresar realmente los hagiógrafos
y plugo a Dios manifestar con las palabras de ellos… Conviene, además,
que el intérprete investigue el sentido que intentó expresar y expresó el
hagiógrafo en cada circunstancia, según la condición de su tiempo y de su
cultura, según los géneros literarios usados en su época. Pues para enten-
der rectamente lo que el autor sagrado quiso afirmar en sus escritos, hay
que atender cuidadosamente tanto a las formas nativas usadas de pensar,
de hablar o de narrar vigentes en los tiempos del hagiógrafo, como a las
que en aquella época solían usarse en el trato mutuo de los hombres».38
B.3. Análisis del contexto bíblico del texto
Aquí aplica la norma de la Escritura por Escritura o la Biblia como su
propio intérprete. Mediante la ubicación del texto en su contexto bí-
blico se toma en cuenta la integridad del trato que se da en distintas
porciones, por parte de diferentes personas, en diversos tiempos a un
tema o concepto histórico o teológico. Para esto se analizan pasajes
paralelos que traten el mismo asunto para ver si arrojan luz sobre la
fracción que se estudia para el mensaje. Este es el principio de la uni-
dad esencial de las Escrituras.
¿Cómo se compara el pasaje, o sus elementos, con otras Escrituras que
tratan de la misma clase de asuntos? ¿A qué es semejante o de qué se
diferencia? ¿Qué depende de esto en otra parte? ¿Cuáles otros elemen-
tos de las Escrituras ayudan a hacerlo comprensible? ¿Por qué? ¿Cómo?
¿Afecta el pasaje el significado o valor de otras Escrituras de modo que
cruza las fronteras literarias o históricas? ¿Qué se perdería o cómo podría
el mensaje de la Biblia ser menos completo si el pasaje no existiera?39
Se debe tener en cuenta el contexto bíblico del libro y del pasaje.
El orden recomendado para la búsqueda y revisión de los pasajes
paralelos se marca a continuación:
89
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
xx Primero se buscan los pasajes paralelos en el mismo
libro.
xx Luego se buscan los pasajes paralelos en libros del
mismo autor.
xx Después se procuran los pasajes paralelos en los libros de
autores contemporáneos.
xx Finalmente se revisan los pasajes paralelos en toda la
Biblia.
Resultará de gran utilidad conocer los libros de la Escritura que es-
tán íntimamente relacionados por cuestiones del tipo de literatura,
el tiempo en que vivieron los autores, la época histórica que cubren
y los conceptos o ideas que tratan. Así se vinculan los paralelos de
palabras, de sucesos, de conceptos y de ideas.
Hay conexiones evidentes sobre sucesos históricos que nos per-
miten localizar con cierta facilidad los pasajes paralelos. Por ejemplo:
los libros de 1 y 2 Samuel, con 1 y 2 de Reyes y 1 y 2 de Crónicas; y no
se diga los evangelios, sobre todo los sinópticos.
Ejemplos:
2 Samuel 24 narra los detalles de la crisis del censo que levantó David
y que atrajo el juicio divino sobre su reino dejando 70 mil muertos en
todo el territorio. Esta lectura debe complementarse con su paralelo
histórico de 1 Crónicas 21, a fin de poder contemplar de forma más
integral el caso y enriquecer el saber del predicador con la conside-
ración de ambas perspectivas de los autores. Un asunto que exigirá
estudio más sesudo será el del origen de la idea que se gestó en el
corazón del rey piadoso.
90
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
En 2 Samuel 24:1 se atribuye la tragedia a un ardor de la ira di-
vina contra Israel, y se presenta a David como instrumento y al
censo como el medio por el cual se atrajo el daño sobre el pueblo
escogido.
Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David
contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Judá.
En 1 Crónicas 21:1 se atribuye la tragedia a un ataque satánico
contra Israel, y se presenta a David como instrumento y al censo
como el medio por el cual se atrajo el daño sobre el pueblo esco-
gido.
Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hicie-
se censo de Israel.
Aspectos comunes
xx En ambos casos se dice que Israel fue el objeto del ataque.
xx En ambos casos se dice que David fue incitado para
ordenar censar al pueblo.
xx En ambos casos se menciona la orden del censo como
detonante de la tragedia.
Aspecto distintivo
xx En 2 Samuel 24:1 se presenta el mal producto de la ira
divina.
xx En 1 Crónicas 21:1 se adjudica el mal a un ataque satánico.
Aquí se requerirá procurar entonces pasajes paralelos de ideas en las
cuales haya un trato entre las partes divina y satánica para tocar la
vida de sus siervos o su pueblo. ¿Ayudará el caso de Job 1 y 2 para
explicar que existen ocasiones en que ambas entidades participan en
el origen del ataque?
91
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Un segundo ejemplo sería el de la liberación que hace Jesús del
endemoniado gadareno narrado por el evangelio de Marcos, en su
porción 5:1-20. Los pasajes paralelos se ubican en Mateo 8:28-34 y
Lucas 8:26-39. La contemplación desde las tres perspectivas ayuda-
rá a tener una panorámica más completa del suceso. La trama es la
misma, no cambia absolutamente en nada; pero cada autor inspirado
destaca aspectos importantes que dan realce al encuentro transfor-
mador de Cristo con el hombre dominado por el maligno.
Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. Y
cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los
sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada
en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Porque
muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cade-
nas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y
nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando
voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras.
Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. Y
clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios
Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes. Porque le de-
cía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te
llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos mu-
chos. Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región.
Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. Y le
rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que
entremos en ellos. Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos
espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos
mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar
se ahogaron.
92
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la
ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había
sucedido. Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del
demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio
cabal; y tuvieron miedo. Y les contaron los que lo habían visto, cómo
le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos.
Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos. Al entrar él en
la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase es-
tar con él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa,
a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo,
y cómo ha tenido misericordia de ti. Y se fue, y comenzó a publicar
en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se
maravillaban (Marcos 5:1-20).
Marcos apunta el caso de un hombre que venía de los sepulcros y
tenía un espíritu inmundo (5:2). Era indomable por su fuerza desco-
munal (5:3, 4). Aullaba de día y de noche y se autolastimaba con pie-
dras (5:5). Dice el relato que Jesús intercambió un diálogo con el de-
monio, y que éste se identificó como Legión, porque eran muchos los
entes malignos que se metieron en el cuerpo de la persona (5:6-10).
Mateo afirma que eran dos endemoniados los que fueron libera-
dos en Gadara. Habla de ellos como feroces en gran manera y que re-
presentaban una amenaza para la gente que pasara por aquel camino
en que se encontraban. Este evangelio es más lacónico y no brinda
mayor aportación.
Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron
a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces
en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino (Ma-
teo 8:28).
93
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Lucas también habla de un endemoniado. Añade el dato de que
andaba desnudo y no moraba en casa. Explica que al ver a Jesús lanzó
un gran grito. Además, aporta el detalle de que el espíritu inmundo
tenía ya mucho tiempo que se había apoderado del gadareno. Dice
que el demonio impelía al poseído a buscar lugares desiertos.
Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad,
endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba
en casa, sino en los sepulcros. Éste, al ver a Jesús, lanzó un gran grito,
y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo,
Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes. (Por-
que mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía
mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas
y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a
los desiertos) (Lucas 8:27-29).
Desde luego que no se trata de una contradicción o alteración de
Mateo sobre el caso de los gadarenos. De hecho, Leví, el autor del
primer evangelio fue testigo presencial de los acontecimientos. Su
relato es de primera mano como discípulo de Jesús. Marcos y Lucas
son narradores de segunda mano, aunque no menos inspirados por el
Espíritu Santo. La conclusión sería que tanto a Marcos como a Lucas
les llamó la atención más el caso de uno de los dos liberados, y selec-
cionaron su historia para integrarla en sus documentos.
En otros casos, lo que permite ubicar pasajes paralelos es el tipo
de literatura; por ejemplo, el libro de Apocalipsis con Daniel, Ezequiel
e Isaías.
Se pueden encontrar de manera sencilla los pasajes paralelos
cuando un hagiógrafo cita alguna expresión o hace referencia a frag-
mentos de otros autores. Entonces hay que acudir al texto originario
94
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
de la idea para notar de qué forma trata el escritor anterior el punto
referido por el posterior.
Sobre las epístolas de Pablo se encontrarán siempre detalles para
enriquecer la visión de los textos si se leen a la luz que aporta el libro
de los Hechos.
En el caso de la ubicación del texto en su contexto bíblico, aplican
principios hermenéuticos importantes:
En forma retroactiva se aplica el principio de la primera men-
ción. Aquí se busca la cita originaria en que aparece un concepto,
idea o doctrina y la forma que se expone en el inicio.
Ejemplo:
Cuando se trata el tema del divorcio, se acercan con intenciones per-
versas los maestros de la doctrina más popular en Israel a Jesucristo
y lo cuestionan sobre su pensamiento del tema. Ellos se basan en
las instrucciones de la ley de Moisés. Entonces Jesús los remite al
principio de la primera mención, y de esa manera su argumento toma
precedencia y relevancia sobre el de los fariseos. Los conduce al ini-
cio de la creación y de la revelación divina, en la cual se constituye el
matrimonio como pacto indivisible instituido por Dios para unidad
perpetua.
Ellos cuestionan sobre la razón por la cual Moisés ordena la car-
ta de divorcio para que el hombre pueda deshacerse de la esposa. El
Maestro responde que es una concesión dada a causa de la dureza del
corazón humano y no por voluntad divina. Es una forma de proteger
a la mujer de la crueldad y la violencia del varón que ya se empeñó
en repudiarla. Pero nada tiene que ver con la idea originaria de Dios.
Aquí el Señor emplea la regla del principio de la primera mención
para refutar la tesis farisaica.
95
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es
lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? Él, respon-
diendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, va-
rón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre,
y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son
ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo
separe el hombre. Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta
de divorcio, y repudiarla? Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón
Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no
fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por
causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con
la repudiada, adultera (Mateo 19:3-9).
En forma prospectiva se aplica el principio de la revelación pro-
gresiva. Aquí se busca el trato o la relación que se establece en
los documentos de mayor jerarquía teológica. En la fe cristiana, el
Nuevo Testamento contiene la consistencia del evangelio de Jesu-
cristo. Los misterios de la redención de la humanidad en el plan
divino se concentran en el Hijo Unigénito del Padre. Entonces se
brinda una manifestación más avanzada, clara y aumentada de la
gracia de la salvación.
Ejemplo:
Deja clarísimo el autor de la epístola a los Hebreos que Dios habla por
el Hijo con absoluta superioridad al mensaje transmitido en tiempo
pasado a los padres por los profetas. Asigna una figura de sombra a
los elementos sagrados del culto en el Antiguo Pacto y presenta como
una realidad suprema la manifestación salvadora de la persona y la
obra de Jesucristo. Se establece un contraste que marca jerarquías en
96
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
la autoridad doctrinal. No se trata de distinción en el grado de inspi-
ración divina, sino de niveles de revelación.
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en
otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos
ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por
quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su
gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las
cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación
de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la
Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto
heredó más excelente nombre que ellos (Hebreos 1:1-4).
Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que
tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de
la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero
tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. Porque todo sumo
sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por
lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer. Así que,
si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún
sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; los cuales sirven a
lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a
Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz to-
das las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de
un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas (Hebreos 8:1-6).
La predicación expositiva se enriquecerá con la integración de ver-
siones más completas de los sucesos históricos. Cobrará relevancia
mediante la inclusión de datos y factores interesantes que resultarán
97
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
de la consideración de los conceptos, detalles y aspectos que apor-
tan las distintas perspectivas de los pasajes analizados y comparados.
Se contarán casos y se expondrán doctrinas desde la investigación
holística del trato que diversos autores inspirados, en diferentes lu-
gares, épocas y circunstancias, dan a los elementos de la revelación
divina. Por ejemplo, Zuck apunta el dato de que el incesto en el An-
tiguo Testamento se castigaba con lapidación (Levítico 20:11), mien-
tras que en el Nuevo Testamento se aplica la excomunión (1 Corintios
5:1-5).40 Desde luego que habrá que analizar para mejor iluminación
si efectivamente Pablo refiere a un caso de incesto o no. La seguridad
y la abundancia surgirán de la ubicación del texto en su contexto bí-
blico. Arrojará la exégesis gran luz y dará material para una aplicación
más precisa del mensaje que se compartirá.
En este punto se debe remarcar la importancia de que el predica-
dor expositivo mantenga una disciplina constante y consistente en
su lectura devocional de la Biblia. El repaso continuo y recurrente de
toda la Escritura, desde Génesis hasta Apocalipsis, en forma orde-
nada y secuencial, creará un esquema en la mente del estudioso que
lo habilitará para localizar los libros, textos, versículos, personajes o
historias con facilidad. No resultará complicado traer a la memoria
con agilidad los pasajes paralelos de ideas, personas, casos o concep-
tos, para quien se vuelve avezado en el recorrido de las páginas del
libro inspirado por Dios.
B.4. Análisis del contexto teológico del texto
Todos los libros de la Escritura tienen un propósito y una enseñanza
teológica. Para predicar expositivamente se tiene que hacer la tarea
de ubicar el texto en su campo doctrinal propio. Veremos dónde en-
98
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
caja en la estructura o clasificación temática. Así podremos dar un
trato más correcto y exacto al fragmento del cual predicaremos, sin
introducir ideas ajenas ni conceptos extraños, a la manera de los que
disfrutan de alegorizar de forma indiscriminada. También contare-
mos con la ventaja de vincular con otros pasajes paralelos por su con-
tenido doctrinal.
...¿dónde encaja el pasaje dentro de toda la revelación de la teología…?
¿Con qué doctrina o doctrinas se relaciona el pasaje? …¿Presenta el pasa-
je aparentes dificultades a algunas doctrinas mientras soluciona otras?...
¿Qué contiene el pasaje que contribuya a la solución de asuntos doctri-
nales o apoye soluciones presentadas en otras partes de las Escrituras?
¿Cuán grande o cuán pequeña es la contribución del pasaje? ¿Cuán segu-
ro puede estar usted de que el pasaje, bien comprendido, tiene la impor-
tancia teológica que se propone atribuirle? ¿Armoniza su enfoque con el de
otros teólogos y eruditos que hayan analizado el pasaje?41
Nada pequeño es el desafío de la contextualización teológica. Teolo-
gía es el discurso o la descripción de lo perteneciente a la divinidad.
En el marco bíblico, se trata de la descripción de los acontecimientos
de la historia y su devenir desde la perspectiva de la revelación que
Dios ha dado de sí mismo, a través de los profetas, los apóstoles, los
autores sagrados, y especialmente la persona y la obra de Jesucristo,
según se consigna en las Sagradas Escrituras. Todo bajo la ilumina-
ción del Espíritu Santo.
Teología bíblica es el discurso de Dios a partir de la revelación
divina en las Sagradas Escrituras.
Contexto es la realidad histórica y cultural, lingüística y
circunstancial que enmarca los acontecimientos e influye sobre
ellos.
99
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
…en la interpretación de los libros sagrados no son nuestras concepciones
y en especial nuestras categorías filosófico-teológicas las que han de mar-
car la pauta, sino las concepciones doctrinales que reinaban en la época
de los autores sagrados y que necesariamente habían de influir en la for-
mación intelectual.42
Se deberán tener en cuenta los aspectos siguientes en el análisis del
contexto teológico del libro y el pasaje:
Es necesario definir con cuáles doctrinas se relaciona el conte-
nido del pasaje.
Ejemplo:
xx Teología Propia (La doctrina del ser de Dios)
xx Angelología (La doctrina de los ángeles)
xx Antropología (La doctrina del hombre)
xx Hamartiología (La doctrina del pecado)
xx Soteriología (La doctrina de la salvación)
xx Cristología (La doctrina de Cristo)
xx Neumatología (La doctrina del Espíritu Santo)
xx Eclesiología (La doctrina de la Iglesia)
xx Escatología (La doctrina de los acontecimientos
postreros)…
Será importante delimitar el ramo de la doctrina que se estudia.
Ejemplo:
xx Si el pasaje corresponde a la Teología Propia, hay que definir
si habla del ser de Dios, sus atributos, relaciones, luces, per-
fecciones, obras u operaciones en la creación, en la redención
o sus designios eternos revelados en la profecía; o si trata el
asunto de la dinámica interna en la divinidad.
100
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
xx Si el pasaje trata de Angelología puede hablar de los espíritus
buenos o malos, de Satanás o de serafines, querubines, arcán-
geles o ángeles; todo tipo de seres celestiales.
xx Si el pasaje trata de Cristología, se debe ubicar si habla de
su persona y su obra; sobre su preexistencia, encarnación, mi-
lagros, doctrina, muerte, redención, resurrección, ascensión o
venida segunda…
xx Si el pasaje trata de Neumatología, hay que establecer si se
refiere a la persona o la obra del Espíritu Santo, sus atributos,
procedencia, sus operaciones en Cristo, la iglesia o el mundo…
xx Si el pasaje trata de Eclesiología, se tendrá que definir si apor-
ta detalles sobre la fundación de la iglesia, su misión, dinámi-
ca, dependencia de Cristo; relaciones entre sus miembros...
Enorme riqueza aportará a la predicación expositiva el análisis del
contexto teológico del pasaje bíblico en estudio. El exponente con-
tará con un caudal de conocimientos que reforzarán sus contenidos
y elevarán el nivel de sus ponencias. La doctrina le brotará por los
poros y la comunicará con claridad y precisión al auditorio. Entregará
al pueblo que escucha un mensaje lleno de consistencia y saturado
de iluminación. Establecerá el castillo de la fe de sus oyentes sobre el
fundamento firme de la verdad de las Sagradas Escrituras que harán
inamovible el edificio que sustenta la esperanza de los creyentes.
Otra ventaja adicional es que el predicador expositivo podrá ela-
borar una estructura o bosquejo con los descubrimientos teológicos
de su investigación. Hablará sobre la doctrina del pasaje y sus ele-
mentos. Cada uno de los aspectos del campo tratado será una divi-
sión principal.
101
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Ejemplo:
El repaso
Dios, habiendo hablado muchas veces
continuo y
y de muchas maneras en otro tiempo
a los padres por los profetas, en es- recurrente de
tos postreros días nos ha hablado por toda la Escritura,
el Hijo, a quien constituyó heredero desde Génesis
de todo, y por quien asimismo hizo el hasta Apocalipsis,
universo; el cual, siendo el resplandor
en forma ordenada
de su gloria, y la imagen misma de su
y secuencial,
sustancia, y quien sustenta todas las
cosas con la palabra de su poder, ha-
creará un
biendo efectuado la purificación de esquema en la
nuestros pecados por medio de sí mis- mente del
mo, se sentó a la diestra de la Majestad estudioso que
en las alturas, hecho tanto superior a lo habilitará para
los ángeles, cuanto heredó más exce-
localizar los libros,
lente nombre que ellos (Hebreos 1:1-4).
textos, versículos,
La Cristología de Hebreos 1:1-4 personajes o
1. El Hijo es el mensaje actual de historias con
Dios para el mundo (1:1, 2). facilidad.
a. Es más actual que toda
revelación dada a los padres.
b. Es más actual que toda revelación dada a los profetas.
2. El Hijo es el mensaje directo de Dios para el mundo (1:2, 3).
a. Mantiene una relación filial por naturaleza con el Padre.
b. Es la causa y el poseedor de los bienes universales del
Padre.
c. Es de la misma sustancia que el Padre.
102
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
3. El Hijo es el mensaje redentor de Dios para el mundo (1:3).
a. Es el sustentador del universo con su palabra.
b. Es el que efectuó la purificación de los pecados del
mundo.
4. El Hijo es el mensaje supremo de Dios para el mundo
(1:3, 4).
a. Está sentado a la diestra de la Majestad en las alturas.
b. Es de naturaleza superior a los ángeles.
c. Posee nombre exaltado más excelente que los ángeles.
Se requiere que el predicador expositivo sea un lector asiduo de las
obras de teología sistemática para cumplir adecuadamente este fin.
Ha de tener ya dominados los temas básicos de la estructura doctri-
nal para ubicar los campos en los que trabaja con los textos bíblicos.
Se recomienda para esto la disciplina del método teológico, en el cual
se descubren a través de los versículos de un libro o de un fragmento
de la Escritura, los elementos de determinado concepto, para poste-
riormente desarrollar un esquema con todos los atributos, aspectos o
cuestiones que aporta la porción sobre el asunto o tópico.
Son cuatro los énfasis básicos del discurso teológico que más se
proclama y enseña en las iglesias, y que el predicador expositivo debe
tener bien dominados. Hará bien en repasar continuamente estos
fundamentos, a fin de aprender a nadar en estas aguas doctrinales y
alcanzar mayor conocimiento y certidumbre a la hora de exponer sus
mensajes. Estos son temas en los que se tiene que manejar con soli-
dez y claridad todo ministro de la Palabra.
Énfasis cristológico. El mensaje bíblico es cristocéntrico con
cuatro doctrinas cardinales fundamentales.
103
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
xx Cristo salva. La encarnación, el nacimiento virginal, su pu-
reza absoluta, su muerte vicaria y expiatoria, su resurrección,
toda la obra de Jesucristo apunta al plan maestro divino de re-
dimir a la humanidad a través de la fe en el Hijo. Es el único y
suficiente Salvador. Fuera de él sólo hay condenación, pero en
él la vida eterna está garantizada (Juan 3:15-17; Hechos 4:12).
xx Cristo sana. El Señor de gloria no ha cesado de operar mi-
lagros. Contra la tesis cesasionista que dice que Jesús dejó de
obrar maravillas y sanidades, se ha de afirmar que Jesucristo
es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Hebreos 13:8). La pre-
dicación ha de enseñar y ministrar con un discurso de que el
Hijo de Dios libera del poder de la enfermedad y de las fuerzas
demoníacas (Hechos 10:38).
xx Cristo bautiza con el Espíritu Santo. El discurso bíblico
incluye la doctrina que sostuvieron Juan el Bautista y los após-
toles de que Jesús bautiza con el Espíritu Santo (Mateo 3:11).
La predicación expositiva habla de la vigencia del don del Padre
tal y como sucedió en la Biblia (Hechos 2:38). No es una obra
misteriosa que el creyente reciba sin darse cuenta. Se trata de
la llenura del poder de Dios, con la evidencia de hablar en len-
guas y la potencia para testificar (Hechos 1:4-8; 2:1-4; 10:44-
46; 19:6).
xx Cristo viene. El discurso bíblico enfoca a la consumación
del reino de Dios en la persona de Jesucristo. La predicación
expositiva es futurista y apunta a la parousia, es decir al re-
torno presencial del Señor para resucitar a los muertos en
Cristo y trasladar a los vivos creyentes a las moradas eternas
(1 Tesalonicenses 4:16, 17). El mensaje alienta la esperanza de
104
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
la redención plena y promueve la preparación para este mag-
no acontecimiento. Maranata (Hechos 1:11; 1 Corintios 16:22;
Apocalipsis 22:12).
Énfasis neumatológico. El discurso bíblico está saturado con
la doctrina del Espíritu Santo.
xx La personalidad del Espíritu Santo. El mensaje bíblico en-
seña que el Espíritu Santo es una persona divina que cumple
en la actualidad su misión como el Paracleto, para dirigir a la
iglesia en el cumplimiento de su función (Juan 14:16-18, 26;
16:13; Romanos 8:14-16).
xx La soberanía del Espíritu Santo. La enseñanza bíblica es
clara al presentar al Espíritu Santo como Rector de la iglesia, el
que reparte dones a voluntad, el que llama y unge a los minis-
tros. La relación con él define el éxito en el ministerio (Mar-
cos 13:11; 1 Corintios 12:7-11; 2 Timoteo 1:14; Hechos 2:4; 8:29;
10:19, 20; 13:1, 2; 15:28, 29).
xx La razón de la obra del Espíritu Santo. Todas las opera-
ciones del Espíritu apuntan hacia el testimonio y la gloria de
Cristo (Juan 14:26; 15:26; 16:13-15).
Énfasis ético. El discurso bíblico llama al mundo al arrepenti-
miento para recibir la salvación que el Padre ofrece en Cristo. De
acuerdo a la enseñanza de la Escritura, el arrepentimiento incluye
un cambio de actitud y de conducta que confirma y adorna la fe. Se
proclama un mensaje de compromiso con Dios para los miembros
de la iglesia.
xx La santidad. Se interpreta la santidad como el apego a las
cosas de arriba, la conformación de la vida a las normas de
105
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
la Escritura, el apartamiento de los caminos del mundo y la
consagración al servicio de Dios (2 Corintios 7:1; Efesios 4:24;
Hebreos 12:14; 1 Pedro 1:14-16).
xx La justicia. Se insiste en el abandono de las prácticas abe-
rrantes de la condición pasada. Se procura comprometer a los
creyentes a vivir en rectitud, caminar en integridad, amar y
respetar al prójimo, mostrar las características que evidencien
una personalidad transformada por el Señor. Los miembros del
cuerpo se dedican a hacer el bien y a procurar la paz con todos
(Mateo 6:33; Romanos 6:13; 1 Timoteo 6:11; Efesios 2:14; 4:22-
32; Colosenses 3:12-15, Hebreos 12:14).
xx El amor. El mensaje bíblico enfatiza mucho el amor por las
almas perdidas. El celo evangelístico se muestra en los llama-
mientos a recibir a Cristo casi en cada mensaje, así como en
la insistencia para que la iglesia salga de sus cuatro paredes a
buscar a los inconversos (Mateo 28:19, 20; Marcos 16:15; Lu-
cas 19:9, 10). También se insiste en la koinonía, resultado del
cariño entre los de la familia de la fe (Hechos 2:1, 42, 44, 46; 1
Corintios 13; Colosenses 3:14; 1 Pedro 1:22, 4:8).
Énfasis práctico. El mensaje bíblico se caracteriza por su prac-
ticidad. Siempre tiene una aplicación utilitaria para su discurso. Se
pone tanto énfasis en lo teológico como en lo exegético, pero con
fines instrumentales que apunten a sus elementos aplicables que
enriquezcan y faciliten la vida en la fe.
xx Hacia el individuo. El mensaje de la Escritura quiere alcan-
zar al mundo, a los grupos, pueblos y familias, pero se enfoca
bastante en el aspecto individual de la fe. Se enfatiza mucho en
106
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
la responsabilidad personal ante Dios. Se insiste en el juicio de
cada creyente ante el tribunal de Cristo y se llama a cuidar el
testimonio y la salvación con temor y temblor (Ezequiel 18:20;
Romanos 14:12; 1 Corintios 4:5; 2 Corintios 5:10; Filipenses
2:12, Apocalipsis 20:13).
xx Hacia la familia. En la Biblia se insiste en el círculo familiar
como el centro en el que se ha de concentrar el cuidado del tes-
timonio del creyente. Se enfatiza la necesidad de aplicar todo
lo aprendido y practicar las virtudes en casa, de modo que se
conserve la fe sana en el hogar; y que los que no quieren abrirse
a la predicación del evangelio, sean alcanzados a través de la
conducta honorable de los parientes salvos (Génesis 12:3; Josué
24:15; 1 Timoteo 5:4, 8; 1 Pedro 3:1, 2, 7).
xx Hacia la sociedad. La enseñanza bíblica insiste en el testi-
monio como medio efectivo para alcanzar a las personas para
Cristo. Se conmina a los creyentes a testificar del evangelio con
palabra y conducta en el trabajo y la escuela, con los familiares
y amigos. Se trata de leudar el mundo con el mensaje de que
vivir en el Señor significa poder que libera de los vicios y fa-
culta para la adquisición de virtudes, así como prepara para la
eternidad bienaventurada (Colosenses 4:2-6; 1 Tesalonicenses
4:9-12; 1 Timoteo 4:12-16).
Uno de los errores a combatir es el de los alegoristas que introducen
por costumbre teologías en textos que nada tienen que ver con ello.
El maestro Roy B. Zuck dice que alegorizar es buscar un significado
escondido o secreto subyacente, aunque remoto y no relacionado en reali-
dad al más obvio significado del texto.43 Por ejemplo, el de los que abu-
107
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
san del simbolismo del aceite en relación con la persona del Espíritu
Santo. Luego cualquier parte de la Escritura la tuercen para establecer
comparativos ajenos al propósito de la inspiración de esa porción.
Así, el caso de la multiplicación del aceite en la casa de la viuda po-
bre, bajo el ministerio profético de Eliseo, consignado en 2 Reyes 4, lo
convierten en una exposición neumatológica. Mientras que abundan
los pasajes en que se trata directamente el tema y se puede fluir en
ellos con naturalidad, hay quienes se complacen en forzar las expre-
siones bíblicas y desviar la atención de sus oyentes hacia cuestiones
distintas, a la vez que dejan de explotar la mina teológica que posee
el sentido original.
Ejemplo:
Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo,
diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era
temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos
míos por siervos. Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué
tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino
una vasija de aceite. Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de
todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Entra luego, y enciérrate
tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena,
ponla aparte. Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y
sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. Cuando
las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras
vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. Vino
ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el acei-
te, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede (2
Reyes 4:1-7).
108
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
En el sistema alegórico
xx La viuda es la iglesia.
xx El profeta es el pastor.
xx El aceite es el Espíritu Santo.
xx Las vasijas son los creyentes.
Aplicaciones:
xx Las vasijas vacías son los que no tienen el Espíritu Santo.
xx Las vasijas se llenan con el aceite del Espíritu Santo.
En el análisis del texto en su contexto histórico-gramatical
xx La viuda es una mujer pobre y en crisis (4:1).
xx El profeta es el hombre que tiene la visión y el poder de Dios
(4:1, 2, 7).
xx La multiplicación del aceite es un milagro fáctico de la om-
nipotencia de Dios (4:3-6).
xx El resultado del milagro es la obra de Dios para sustento de
la viuda y su familia (4:7).
Aplicaciones:
xx Nada es imposible para Dios.
xx Nunca Dios defrauda a sus siervos.
Honrar el texto y su significado originario siempre será la tendencia
y la intención del predicador expositivo. Mayores riquezas doctrina-
les brotarán del pasaje en su estudio correcto que las que se puedan
inventar o introducir mediante alegorías forzadas. Se trata de hacer
justicia a las letras divinas de la Palabra y descubrir la realidad his-
tórica. La satisfacción de quien respeta el sentido puntual de la Es-
critura resultará enorme. Y el Espíritu Santo recompensará en todo
109
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
tiempo y en forma magnífica a quien expone la verdad tal como fue
inspirada.
¿Qué pasa con los escatólogos que enseñan la teoría del caos como
consecuencia de la caída de Satanás, en un texto que es cien por cien-
to referido a Dios y a su obra creadora perfecta? ¿Cómo hacen inter-
venir a Lucifer en Génesis 1:2, si en la Biblia no aparece sino hasta el
capítulo 3?
¿Tendrá sustento bíblico la teoría de la cantidad de ángeles que
siguieron a Satanás (la tercera parte de las huestes existentes en el
cielo), que algunos deducen de Apocalipsis 12:3, 4?
¿Y qué decir de la teoría de la salvación por obras en la gran tribu-
lación, deducida de Apocalipsis 20:4, en la que se habla de redención
por el testimonio y la sangre de Jesucristo?
C. Análisis de las dificultades del texto
Revisaremos en esta parte del proceso los problemas textuales o crí-
ticos que aparezcan en el pasaje. En la lectura minuciosa y el escruti-
nio serio de las Escrituras tarde o temprano aparecerán las dificulta-
des. No hay razón para extrañarse de que éstas existan. La inspiración
divina operó en los productores de los volúmenes sagrados a lo largo
de más de un milenio, en lugares distantes, culturas diversas, condi-
ciones distintas, lenguajes arcaicos y con circunstancias y necesida-
des de la mayor variedad. El predicador actual y su auditorio se loca-
lizan en puntos geográficos, lingüísticos y filosóficos abismalmente
separados de los de los autores originarios de la Biblia. Nada conecta
al idioma arameo con el castellano, ni la cautividad babilónica con el
estatus de una ciudad o un pueblo latinoamericanos, ni la pax romana
con la realidad de América.
110
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Se requiere siempre humildad y objetividad en la investigación
para adentrarse en el océano bíblico con el fin de aclarar una dificul-
tad textual. No debe prevalecer el prejuicio sobre la luz que arroje el
escrutinio del pasaje. Habrá ocasiones en que la claridad surja a me-
dida que se avanza en la exégesis; pero también puede darse el caso
de que la confusión o la contrariedad se produzcan. El predicador
expositivo ha de ser fiel a la verdad de la Escritura y determinar si
resulta sensato compartir los resultados de su análisis. Sobre todo,
dependiendo del nivel intelectual y la madurez espiritual de las per-
sonas que escucharán el discurso y la explicación contextual, siem-
pre pensando en que el auditorio acude a recibir instrucción, ilumi-
nación, enseñanza y mensaje de contenidos mediados, equilibrados,
prudentes y sobrios.
Procura el predicador encontrar pistas que le permitan reconciliar
los aparentes opuestos, ordenar las expresiones que producen caos,
vincular lo antagónico. Quiere lo que genere paz, provoque armonía
y posibilite la comprensión. Realiza un esfuerzo extra por asimilar lo
dicho por los hagiógrafos en épocas y culturas lejanas, lenguajes dis-
tantes y con trasfondos tradicionales distintos a los de la fe cristiana
que en la mayoría de los occidentales es antecedida por instrucción
religiosa ajena a la hebrea. Y aplica este plus en su investigación por
amor a la palabra inspirada por Dios y al pueblo escogido que tendrá
como auditorio.
De distinta índole son las dificultades con las que se puede en-
contrar el predicador en su estudio para el mensaje:
Diferencia entre la versión base del estudio y el texto de otra
versión comparada. Si se revisa una Biblia interlineal, o si se tiene
la habilidad de leer la Escritura en las ediciones del hebreo, arameo
111
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
y griego, la posibilidad de hallar términos distintos aumenta. De
pronto se cae en la cuenta de que en alguna de las versiones fal-
tan o sobran términos, o aparecen otros que cambian el sentido.
Incluso puede ser que se omitan frases, versículos o hasta pasajes
enteros.
Cambio de sentido en la expresión. A menudo surgirá del aná-
lisis una ruptura o quiebre en la mente del estudioso de la Biblia.
La precomprensión y el prejuicio no se llevan tanto con el escruti-
nio de la palabra de Dios. No pocas ocasiones se asigna a un versí-
culo o pasaje una interpretación determinada. Así se comprende o
se aprende, y así se maneja comúnmente. Pero al repasar la lectura,
cotejar versiones o pasajes paralelos, al ver las aplicaciones que
se dan en los dos testamentos, de pronto aparece un sentido no
contemplado. La exégesis rinde frutos que sorprenden y pueden
disgustar, y hasta aterrar, cuando apuntan en dirección opuesta o
divergente con lo que se tenía preconcebido. Ahí es donde la inte-
gridad intelectual del predicador expositivo ha de sacrificar su idea
anterior en aras de la fidelidad a la iluminación del Espíritu Santo.
Ejemplo:
El autor intentaba elaborar un sermón sobre la reconocidísima fra-
se: «El reino de los cielos se hace fuerte, y los valientes lo arreba-
tan». La idea original era desafiar a la gente de la iglesia a ser más
osada para las decisiones que tienen que ver con la consagración
y el servicio a Dios. Sobre esta base pretendía llamar a recibir a
Jesucristo a los que no habían nacido de nuevo, y luego retar a la
congregación a intensificar el evangelismo sin importar las dificul-
tades que pudiesen surgir por obedecer al Señor.
112
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
En el análisis del pasaje, encontró en primer lugar que el versí-
culo no decía como siempre lo había manejado, sino que el conte-
nido de la redacción era distinto: El reino de los cielos sufre violen-
cia, y los violentos lo arrebatan (Mateo 11:12). En segundo término,
el estudio lo llevó a una aplicación diametralmente opuesta a la
preconcebida.
Los valientes ahora eran los violentos. Además, en la expresión
de Jesús se les asigna una posición adversa al evangelio. Son per-
sonas que agreden al reino en cualquiera de sus manifestaciones.
Si viene Juan, que se manejaba con abstinencia lo atacan; si se trata
del Cristo, que se caracteriza por la convivialidad, se levantan con-
tra él (Mateo 11:16-19).
La iluminación del Espíritu San-
El maestro Roy B.
to condujo hacia un sentido distin-
Zuck dice to, opuesto, y derribó por completo
que alegorizar la intención original del predicador.
es buscar un Entonces surgió un sermón con apli-
significado caciones diferentes, verdades rele-
escondido o vantes y, sobre todo, apegado al dis-
curso originario del texto bíblico. El
secreto
resultado final fue que Dios respaldó
subyacente, su palabra y honró el mensaje de ma-
aunque remoto nera extraordinaria.
y no relacionado
en realidad al más Problemas críticos en la versión
obvio significado base. Puede ser que falten o sobren
datos importantes. Por ejemplo, en la
del texto.
versión RVR 60, en la narración del
113
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
segundo evangelista sobre la Cena del Señor, a la hora de hacer
la declaración del vino, dice: Esto es mi sangre del nuevo pacto…
(Marcos 14:24). En el texto griego de LogosKlogos sólo contiene:
Esto es la sangre mía del pacto. La palabra «nuevo» desaparece.
Y siempre aparecerá el conflicto, que cada vez lo es menos, so-
bre el versículo de 1 Juan 5:7: Porque tres son los que dan testimo-
nio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres
son uno. Es casi universalmente aceptado que la declaración no
forma parte del texto inspirado; más bien fue un agregado de algún
traductor de doctrina trinitaria que añadió el comentario, quizá al
margen, el cual en alguna versión se introdujo entre la redacción
canónica, y así pasó a las generaciones. La honestidad obliga al
predicador expositivo a no tomar como base de su mensaje frases
u oraciones no bíblicas. Si se quiere hablar del ser de Dios, habrá
que tomar de la abundancia de pasajes que lo enseñan.
Los problemas críticos en textos que citan libros apócrifos.
Clásico es el libro de Judas, que en su argumentación para hablar
del principio del respeto a las autoridades, menciona el ejemplo
del arcángel Miguel, quien contendía con el diablo, disputando con
él por el cuerpo de Moisés (9). Después cita una profecía de Enoc
sobre el evento escatológico de la condenación de los impíos (14,
15). Ambas referencias pertenecen a fuentes apócrifas. Así que ha-
brá que andar con sumo cuidado a la hora de analizarlas y mucho
más al exponerlas en un sermón.
Los problemas de las citas del Antiguo Testamento en el
Nuevo que no coinciden. Introduce Marcos su evangelio con una
114
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
cita de la Escritura de Isaías el profeta: He aquí yo envío mi men-
sajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti.
Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor;
enderezad sus sendas (Marcos 1:2, 3). Ya el análisis hará entender
que la primera parte se tomó de la obra de Malaquías 3:1; y sólo la
parte final se origina en Isaías 40:3. No es que haya errado el autor
nuevotestamentario, sino que antes de apuntar la porción de Isaías
a la que refirió, anotó la otra de Malaquías.
D. Análisis de las oraciones gramaticales y las relaciones
sintácticas en el texto
De la teoría de la inspiración bíblica de carácter divina, verbal y ple-
naria resultan consecuencias importantes:
Si la inspiración de las Sagradas Escrituras es divina, luego debe
atribuirse su mensaje originariamente a Dios (2 Timoteo 3:16; 2 Pedro
1:21). Es decir, que la Biblia es la palabra del Creador para la humani-
dad. Y debido a que el ser y las obras del Todopoderoso tienen como
característica la absoluta perfección, entonces el resultado es un do-
cumento sin mezcla de error. O sea, que los contenidos, conceptos,
ideas, profecías, instrucciones, advertencias y esperanzas, poseen las
virtudes de la infalibilidad y la certeza (Salmos 119:160; 2 Pedro 1:19).
Si la inspiración de las Sagradas Escrituras es verbal, luego debe
considerarse que cada uno de los términos, las sentencias y las frases
que contienen los textos originales cumple un propósito específico.
Los santos hombres de Dios redactaron desde su personalidad, estilo,
conocimiento y grado de revelación; se expresaron en conformidad
con el vocabulario que poseían y dominaban, y con la terminología
que empleaban comúnmente. No eran robots movidos en forma me-
115
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
cánica por operación divina, sino personas libres, conscientes y en
pleno uso de su inteligencia; llevados por una necesidad, urgencia, o
pasión. Cada uno consignó el discurso que el Señor puso en su co-
razón. Pero en todo tiempo que escribían un mensaje que sería parte
del canon bíblico, contaban con la providencia y la supervisión del
Espíritu Santo, el cual los influía y los dotaba de habilidad sobre-
natural, a fin de preservarlos del error, y que lograran un producto
perfecto, consistente y suficiente, digno de ser llamado palabra de
Dios (Proverbios 30:5; 1 Pedro 1:10-12).
Si la inspiración de las Sagradas Escrituras es plenaria, luego se
deduce que cada parte de los contenidos de los libros, desde una le-
tra, un vocablo, una oración o un signo fueron preservados del error
por el Espíritu Santo. Hubo un cuidado divino para que no se fuera
una expresión de más ni de menos. No falta ni sobra nada en el men-
saje bíblico. La medida de las palabras en el texto sagrado es perfecta
(Mateo 5:18).
La anterior tesis de la inspiración bíblica resulta de la expresión
paulina contenida en 2 Timoteo 3:16, 17: Toda la Escritura es ins-
pirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir,
para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfec-
to, enteramente preparado para toda buena obra. La declaración del
Señor Jesucristo también aporta en cuanto a la inspiración incluso
de lo que corresponde a cada letra o signo, por menores que sean:
Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni
una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumpli-
do (Mateo 5:18). Así, pues, la predicación expositiva deberá honrar
la palabra de Dios con tal integridad, que al estudiarse se brinde fina
atención al texto, hasta en sus detalles más minúsculos.
116
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Los signos de puntuación. Una coma, un punto y coma, un punto
o dos puntos marcan una diferencia y un sentido en las declaraciones.
Los signos de entonación. Una admiración, una exclamación,
una interrogación marcarán un énfasis y darán enfoque a determina-
da declaración.
El orden de las palabras en las sentencias u oraciones. En el
sistema del hebreo bíblico la palabra inicial en una frase marca una
relevancia en la idea del autor. Para el oriental lo más importante se
dice primero. En nuestra enseñanza homilética occidental, se exige
una gradación en la cual se deja para el final lo más trascendente.
En forma precisa lo expresa Zuck:
Cada escritura bíblica --esto es, cada palabra, oración, y libro—fue grabada
en un lenguaje escrito y siguió significados gramaticales normales, inclu-
yendo el lenguaje figurado.44
Después añade:
Cuando hablamos de interpretar la Biblia gramaticalmente, nos referimos
al proceso de buscar determinar su significado para cerciorarnos de cuatro
cosas: (a) el significado de las palabras (lexicología), (b) la forma de las
palabras (morfología), (c) la función de las palabras (partes del discurso), y
(d) las relaciones de las palabras (sintaxis).
En cuanto al significado de las palabras (lexicología), nos ocupamos de (a)
la etimología –cómo las palabras se derivan y desarrollan, (b) el uso –cómo
las palabras son usadas por el mismo autor y otros autores, (c) los sinóni-
mos y antónimos – cómo similares y opuestas palabras son usadas, y (d)
el contexto –cómo las palabras son usadas en varios contextos.
En cuanto al asunto de la forma de las palabras (la morfología), buscamos
cómo las palabras están estructuradas y cómo eso afecta su significado…
La función de las palabras (parte del discurso) considera lo que las varias
formas hacen. Estas incluyen atención a los sujetos, verbos, objetos, sus-
117
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
tantivos, y otros… La relaciones de las palabras (sintaxis) son las formas en
que las palabras están relacionadas o puestas juntas para formar frases,
cláusulas y oraciones.45
En el estudio bíblico será importante leer el texto sagrado respetando
bastante las oraciones y sus relaciones sintácticas. Luego podremos
fraccionar las sentencias en partes y acomodar en lista los elementos
que contiene la frase.
xx Cuántos y cuáles artículos emplea
xx Cuántos y cuáles sustantivos emplea
xx Cuántos y cuáles adjetivos emplea
xx Cuántas y cuáles preposiciones emplea
xx Cuántos y cuáles verbos emplea...
Se han de considerar además los adverbios, preposiciones, conjuncio-
nes copulativas y adversativas, los pronombres y las interjecciones.
Asimismo, habrá que analizar los morfemas de acuerdo a su género,
número, persona, aspecto, voz, tiempo y modo. Entre más detallado y
profundo sea el análisis de las palabras en el texto bíblico mayor será
la honra que el predicador dará a la Sagrada Escritura; y desde luego
que el Espíritu Santo corresponderá con honor también a quien apre-
cia así a su revelación inspirada.
Habrá que compararlo siempre con el texto en los idiomas ori-
ginales, puesto que no siempre coinciden los elementos empleados
en éste con los de las versiones base. En el arte de la traducción se
requiere en muchas ocasiones la añadidura de algunas palabras extras
para darle sentido y claridad. Y también influye a veces alguna ten-
dencia o preferencia del traductor, que por embellecer o adornar la
118
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
expresión añade; o por evitar un conflicto
con su sistema de credo, elimina términos.
El predicador
Entonces entra la ciencia de la predicación expositivo ha
expositiva, que no se conforma con un es- de ser fiel a la
tudio superficial del texto sagrado, sino verdad de la
que ahonda, investiga, toma nota y repien- Escritura y
sa sobre la luz que arroja el análisis grama-
determinar si
tical de los versículos.
resulta sentato
Considerar las oraciones en su gramá-
tica y en sus relaciones sintácticas ayudará compartir
bastante para dar el sentido correcto a las los resultados
declaraciones bíblicas. En asuntos de con- de su análisis.
jugación la consideración de la perspecti-
va resultará determinante en la forma de interpretar los textos de la
Escritura. Demasiados abusos se cometen en el libro de los Salmos,
por quienes en cada frase encuentran una promesa divina. No impor-
tando si la palabra sale de la boca de Dios, es una confesión devocio-
nal del compositor hacia el Creador o es un testimonio o enseñanza
sobre el Todopoderoso. Cualquier idea se convierte en compromiso
del Eterno cuando no se analiza bien la estructura y el punto de vista
de la sentencia.
E. Análisis de las palabras importantes del texto
En el escrutinio de cada fragmento de las Sagradas Escrituras se en-
contrará el predicador expositivo con términos que contienen una
carga semántica relevante. Se pueden detectar fácilmente cuando se
repiten varias veces en un pasaje. El hecho de que el autor inspirado
explote tanto determinado vocablo indica una intención en remarcar
119
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
su significado. Pero aun cuando sólo aparezcan una o dos ocasiones
existen palabras de bastante peso conceptual que ameritan un análi-
sis por separado para luego darle su fuerza al mensaje del texto.
Autores hay que acuñan términos de uso común en la sociedad
de su tiempo, para luego darle un empleo especial en el contexto teo-
lógico y eclesiástico. Así asociamos bastante a Pablo con sus giros
semánticos en las palabras gracia, piedad, justicia y redención; así
como en los contrastes carne y espíritu, fe y obras (1 Corintios 1:30;
Efesios 2:8, 9; 1 Timoteo 3:16). De la misma manera identificamos
a Juan con el Logos, la gloria, las señales, la verdad, el amor, la luz y
la vida (Juan 1:1, 4, 9, 14; 3:15, 16; 20:30, 31). Y no se diga la relación
tan estrecha que viene a la mente de los asiduos lectores de Lucas
con las ideas de llenura del Espíritu, milagros, poder y sanidades…
(Lucas 1:15; Hechos 2:4; Lucas 4:40, 41; Hechos 4:33; 5:12-16). Cada
hagiógrafo trabaja un vocablo, lo explota y lo conecta con ideas sim-
bólicas, y de esta manera lo hincha de superabundancia de sentido,
para imprimirle en su aplicación un sobrepeso doctrinal o un poder
virtuoso que añade color y vigor a la expresión, y la hace muy suya.
El predicador expositivo debe estar bien relacionado con la ter-
minología bíblica significativa. La lectura de libros de teología sis-
temática ayudará bastante a conformar un catálogo de vocablos de
carga semántica importante. Si se domina el uso de palabras en he-
breo o griego en el contexto de la Sagrada Escritura, se añadirá con-
sistencia y fuerza al discurso.
Siempre hay que remarcar que las palabras se estudian en su sen-
tido etimológico y en su diversidad semántica, pero jamás se deben
interpretar aisladas de su propio texto y contexto. Así como lo men-
ciona Gordon D. Fee:
120
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
En cualquier texto literario las palabras son el material básico de cons-
trucción para comunicar el significado. En la exégesis es especialmente
importante recordar que las palabras funcionan en un contexto. Por tan-
to, aunque una palabra dada puede tener un campo de significado amplio
o angosto, la meta del estudio de palabras en la exégesis es tratar de en-
tender con la precisión que sea posible lo que el autor quería comunicar
con el uso de cierta palabra en determinado contexto.46
Ejemplos:
Amén. Es un vocablo de origen arameo que se transliteró al hebreo,
al griego, al latín, al inglés y al español. El común de las personas le
atribuyen el significado de «así sea». Bastante luz arroja el hecho de
saber que, en sus enseñanzas más importantes, el texto en el idio-
ma original pone en boca del Maestro la frase: Amén, Amén lego…,
y que nuestras versiones traducen como: De cierto, de cierto digo
(Juan 1:51; 14:12; 21:18). Lo cual deja ver que más que una expresión
de posibilidad o buen deseo, el término tiene un sentido de segu-
ridad o certeza. Así lo confirma el pasaje de 2 Corintios 1:18-20, en
que el apóstol de los gentiles asevera que las promesas de Dios en
Cristo son Sí y Amén. Es decir, cuentan con absoluta garantía.
Justo. Existe una acepción especial en la Sagrada Escritura para este
vocablo. El término es un calificativo que se da a ciertas personas
que destacan como virtuosas. No se puede afirmar que todos los que
son justificados en Cristo adquieren este estatus. No es lo mismo la
justicia imputada por la fe en Jesucristo que la cualidad poseída por
los llamados con este título en la Biblia. Se dice que son individuos
a los que Dios ama, observa con atención y escucha (Salmos 34:15,
17, 19). José el padre de Jesús, y el Señor mismo entran en esta cate-
121
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
goría. No se trata de luchadores por la equidad o de quienes aplican la
ley adecuadamente, sino de los que van más allá del derecho y mues-
tran amor, compasión y espíritu noble con sus semejantes (Salmos
37:21; Mateo 1:19; 27:19; 1 Juan 2:1).
La tesis de Bailey resulta elocuente:
La pregunta es: ¿Qué significa llamar a José «hombre justo»? Tal frase
usualmente refiere a una persona que obedece la ley y aplica las reglas
correctamente a todos… El libro de Deuteronomio establece que si una
virgen comprometida encuentra a un hombre en la ciudad y se acuesta con
él, ambos deben ser apedreados (22:23). Pero Mateo 1:18, 19 afirma que
porque José era «justo», decidió quebrar la ley de Moisés y divorciar a María
antes que exponerla públicamente…
José claramente aplicó una extraordinaria e inesperada definición de jus-
ticia a esta crisis con María. Justicia para él era más que «la aplicación
equitativa de la ley»… José fue más allá de las expectativas éticas de la ley
en su obediencia a una mayor definición de la justicia.47
A la presentación en público del sermón expositivo ha de anteceder
una investigación concienzuda de la terminología significativa del
texto bíblico. Se elabora una lista de las palabras relevantes para reali-
zar consulta sobre cada una. En caso de que sean muchas, se hará una
selección de las más sobresalientes, las que mayor riqueza y sentido
aportan al entendimiento de la idea principal del pasaje o al tema del
mensaje a predicar.
Las palabras importantes se estudiarán en sus diversos aspectos:
xx Su repetición
xx Su etimología
xx Su acepción
xx Su carga semántica
122
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
xx Su aplicación
xx Su enseñanza
El predicador expositivo ha de tener cuidado con el uso de las raíces
originarias de los vocablos, porque no siempre mantienen su acep-
ción etimológica en la literatura. Existen términos que los apóstoles
acuñan y le dan su propia carga semántica. Por lo general la totalidad
de la frase determina el significado de las expresiones, y no tanto las
definiciones de diccionarios. Por lo mismo, habrá que cuidar de no
hacer teología de las etimologías aisladas, porque así como ningún
texto tiene sentido sin su contexto, tampoco las palabras lo tienen
sin su conjunto en la oración gramatical.
Gordon D. Fee lo expresa en los siguientes términos:
Evite usted el peligro de aficionarse a las derivaciones, pues el conocimien-
to etimológico de una palabra, por interesante que sea, casi nunca dice
nada acerca de su significado en el contexto determinado. Por ejemplo, la
palabra ekklesia (iglesia) se deriva de ek y kalein «llamar», pero en la épo-
ca del NT ese significado no está dentro de su campo de significación. Por
tanto, no significa «los llamados» en ningún contexto del NT.48
Ejemplos:
El vocablo hebreo Elohim, dependiendo del conjunto de palabras que
lo acompañan puede referirse al Creador del universo (Génesis 1:1;
26). También tiene el significado de dioses, como cuando se habla de
las divinidades ajenas a Israel u objetos de adoración de los pueblos
idólatras (Éxodo 20:3). Además, se emplea el mismo término para
señalar a los jueces o gobernantes de las naciones (Éxodo 21:6).
El diccionario Strong explica que el término Elohim se usa del Dios
supremo; ocasionalmente se aplica como forma deferente a magistrados;
123
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
y algunas veces como superlativo. Luego vienen los conceptos que inclu-
yen: ángeles, Dios (dioses), ídolo, juez, poderoso, rey.49
El vocablo salvación, siempre hará referencia a una liberación o
a un escape del mal. Sin embargo, habrá ocasiones en que se refiera
a experiencias de tipo terrenal o temporal (Éxodo 14:13), y otras en
las que apunte a la idea de la redención del pecado (Hechos 4:12). Y
puede significar el estado de bienaventuranza que se alcanzará en la
consumación de los tiempos con el reino de Dios (Romanos 13:11;
Apocalipsis 19:1).
El vocablo fe no siempre apunta a la misma idea. Recibe el con-
cepto aplicaciones tan variadas en los textos bíblicos, que hacen ne-
cesario el estudio en sus debidos contextos. El hebreo emunah y el
griego pistis, que en nuestras versiones aparecen traducidos como fe
o creer, han de entenderse invariablemente a la luz del conjunto de la
frase en que aparecen. Entonces se podrá distinguir entre la fe como
don de Dios para la salvación (Efesios 2:6-8), manifestación del Es-
píritu Santo para moverse en la dimensión de lo sobrenatural (1 Co-
rintios 12:9), fruto del Espíritu como transformación del carácter a la
imagen de Cristo (Gálatas 5:22, 23). Así también se hallarán usos de
la fe como doctrina, fidelidad o lealtad (Efesios 4:13; Filipenses 1:27;
2 Tesalonicenses 1:4).
Habrá siempre que definir los conceptos o términos bíblicos que
son ajenos al discurso normal del auditorio. Por ejemplo, los pesos y
medidas, los hebraísmos, las expresiones que no tienen sentido en el
lenguaje actual. La parábola de las minas no se entenderá bien si en
la mente del público permanece la idea de una zona de explotación
mineral (Lucas 19:11-27). O la de los talentos, que a menudo se expo-
nen como habilidades o capacidades de los que dominan algún arte o
124
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
trabajo, cuando en la Biblia se habla de dinero (Mateo 25:14-30). Por
cierto, nada tiene que ver el término griego dunamis con la dinamita,
que ni siquiera existía en los tiempos bíblicos. Mejor es la traducción
poder empleada en Hechos 1:8 y Romanos 1:16. Tampoco el término
martirio tiene que ver en la palabra de Dios con la aplicación sacrifi-
cial que se le da más tarde. Generalmente significa testimonio (He-
chos 1:8; Apocalipsis 1:5, 9).
De Goitia da un ejemplo de cómo en
la Versión de los LXX, aparece el término En el estudio
kurios unas 8 mil 400 veces, de las cuales bíblico será
400 se refieren a personas terrenales y importante leer
8 mil al Creador. Luego apunta que en el el texto sagrado
Nuevo Testamento el mismo vocablo se
respetando
repite en 714 ocasiones; de ellas hay 75
bastante las
alusiones con carácter profano, 127 que
señalan a Dios Padre, 491 sobre la per-
oraciones y sus
sona de Cristo, y 21 citas con significado relaciones
dudoso. Finalmente asevera que el con- sintácticas.
texto del discurso dará legitimidad a la Luego podremos
aplicación cuando se le dé el significado fraccionar las
de divinidad o se le remita a otra calidad
sentencias en
semántica.50
De gran importancia resulta la cali-
partes y acomodar
dad y el peso académico de las fuentes en lista los
en las cuales se realiza la consulta para elementos que
el estudio del significado de las palabras contiene la frase.
bíblicas. La mayoría de los diccionarios
actuales aportan definiciones que se ale-
125
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
jan completamente del sentido histó-
Siempre hay rico de los términos; por lo tanto, se
que remarcar pueden emplear, pero no serán autori-
que las palabras dades suficientes para sustentar la in-
vestigación. Graves problemas pueden
se estudian en su
surgir a las personas que toman ideas
sentido etimológico
de páginas de internet, sin asegurar-
y en su diversidad se de la acreditación o seriedad de las
semántica, publicaciones en los medios masivos.
pero jamás se Desde luego que la indagación en es-
deben interpretar pacios académicos con respaldo eru-
aisladas de su propio dito garantizará la fuerza del conoci-
miento preciso.
texto y contexto.
Ha de procurar el predicador expo-
sitivo la acumulación de fuentes que
garanticen la precisión de los datos que se presentarán en el sermón.
Citar enciclopedias y diccionarios académicos especializados en al-
guna materia aporta seguridad. Bastante recomendable será que en la
biblioteca se cuente con recursos eruditos en las ramas de Filosofía,
Historia, Religión, Educación, Teología, Política y Ciencias Sociales.
F. Comparación del texto en diferentes versiones de la Bi-
blia
Un estudio comparativo de las distintas traducciones bíblicas ayuda-
rá enormemente. Se encontrarán formas variadas para simplificar y
enriquecer el entendimiento respecto de los pasajes oscuros. Por lo
menos se deben considerar cuatro documentos diferentes para sus-
tentar la investigación.
126
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Un texto interlineal
La versión de Casiodoro de Reina revisada por Cipriano de
Valera (R 1960).
De las mejores traducciones católicas es la Nácar-Colunga.
Entre las versiones críticas, la Nueva Versión Internacional.
Los expertos en exégesis y hermenéutica, Fee y Stuart, mencionan en
este orden las versiones recomendadas:
- Reina-Valera 1960, por ser la más conocida y usada en las
iglesias y en el estudio.
- Nueva Versión Internacional, por ser la mejor en erudición.
- Versión Popular o Dios Habla Hoy, por la sencillez y corrección
de su lenguaje.
- Nácar-Colunga, de expresión altamente académica y correcta.
- Torres-Amat, en este caso no dan argumento.
- La Biblia de Jerusalén, cuyo texto está traducido de los idiomas
originales directamente.
- Otras traducciones recomendadas son Herder, Bóver-Cantera y
la de Scío.51
Si se toman en cuenta documentos de vertientes distintas se ampliará
la comprensión del texto bíblico y se adquirirá mayor seguridad de
la consistencia de la investigación. Existen los que se manifiestan en
contra de las traducciones críticas por acusarlas de liberales. Otros se
resisten a las biblias clásicas por considerarlas anacrónicas y desfa-
sadas. El predicador expositivo bien puede tener su versión base de
alguna de las familias textuales, pero siempre resultará ilustrativa la
disciplina de la lectura de un pasaje desde la perspectiva múltiple.
127
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Ejemplo:
1 Timoteo 2:15
RV1960: Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en
fe, amor y santificación, con modestia.
PESHITA: Pero se salvará juntamente con sus hijos, si persisten
en fe, en amor, en santidad y en sobriedad.
La versión que clarifica mejor el sentido del texto, es la traducción de
los textos arameos, que es más congruente con pasajes como Hechos
16:31. En otras versiones como la Biblia de Jerusalén o la Nácar Co-
lunga, se puede verificar que el sentido es que la mujer que se dedica
a su rol bíblico de madre ganará de igual manera a sus hijos.
G. Extracción de los principios que emanan del texto
La finalidad de toda labor exegética es conocer el sentido del men-
saje bíblico tal como fue transmitido desde su génesis. Se trata de
responder a las preguntas: ¿Qué quiso decir el autor originario y
cómo lo entendieron el receptor o los destinatarios iniciales? La te-
sis es que lo que Dios habló en la historia, a través de los hombres
inspirados por el Espíritu Santo, es lo que dice a los seres humanos
de este tiempo.
El propósito de todo proceso hermenéutico es conocer el signi-
ficado del pasaje para la gente de la actualidad. Se busca pasar del
contexto bíblico al del predicador y su auditorio la verdad divina.
Se traslada el mensaje de los profetas y los apóstoles de forma que
resulte inteligible y aplicable al público del aquí y ahora del ministro
de la Palabra. Según Zuck: Para ministrar a las necesidades espirituales
de la gente, la Biblia no debe ser sólo correctamente interpretada, debe
128
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
también ser propiamente aplicada.52 Y él mismo afirma: La apropiación
del corazón, no meramente la aprehensión de la cabeza, es la verdadera
meta del estudio bíblico.53
Dado que existen brechas culturales, lingüísticas, raciales y geo-
gráficas entre los contextos en que se generaron los documentos
inspirados y los de la iglesia del tercer milenio, no siempre resulta
aplicable para el presente un mensaje que se transmite sin una clara
distinción entre lo que es trascendente, inmutable y universal, y lo
que es temporal, cambiante y circunstancial. El predicador expositivo
se debe hacer experto en la discriminación entre principios y formas
en el texto bíblico. De otro modo se tornará ineficaz su discurso y ex-
pondrá a su auditorio al peligro de adoptar aspectos accesorios como
si fueran doctrinas fundamentales. Se puede confundir el trigo con la
paja si no se cultiva este discernimiento hermenéutico en el estudio,
la preparación y la exposición del sermón (Jeremías 23:28).
El principio se identificará por su carácter fundamental, inmu-
table, universal y trascendente. La forma se caracteriza por las cua-
lidades de accesoria, cambiante, limitada e intrascendente. El que-
brantamiento de un principio constituye un grave pecado y expone a
la ruina del castillo doctrinal. El deshacimiento de una forma no se
considera prevaricación, ni afecta la estructura de la fe.
Ejemplos:
En ocasiones se da una aplicación a la prohibición divina en la ley de
que las personas utilicen vestuario del sexo opuesto (Deuteronomio
22:5), y así condenan en la mujer el uso del pantalón. Explican que
esta prenda es varonil y que las damas pecan cuando la portan. Desde
luego que en el tiempo de la Biblia, hace tres milenios y medio, no
existían los pantalones en el pueblo hebreo. Se empleaban túnicas y
129
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
vestimenta bastante diferentes. ¿Cómo se juzgará a un creyente o mi-
nistro de los países en los que los hombres por tradición y costumbre
se engalanan con faldas? Eso es un ejemplo de cómo se puede colocar
una forma cultural en una exigencia sin fundamento por desconocer
el sentido originario del texto bíblico.
En la cultura mexicana se considera una grave ofensa acudir a un
lugar sagrado con la cabeza cubierta. Así que los que quieren mostrar
reverencia se quitan el sombrero o lo que los cubra antes de entrar al
recinto venerable. La cabeza descubierta es la forma de dar respetos.
Entre las personas judías lo contrario aplica. En sus espacios santos
la devoción se manifiesta mediante la portación de un objeto en la ca-
beza, como un sombrero o una kipá. Es señal de autoridad divina. En
ambos casos se honra el principio de la reverencia a lo sagrado, pero
las formas resultan diametralmente opuestas.
El estudio de los pasajes en los cuales se basará la predicación
expositiva deberá incluir la identificación de los principios conte-
nidos en ellos. Lo ideal es que se elabore una lista de las verdades
fundamentales del texto y se redacten en forma de oraciones grama-
ticales completas. Una excelente manera de estructurar un bosquejo
homilético sería que cada división resulte de uno de los principios
extraídos de la porción bíblica escogida.
Ejemplo:
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el
cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las nacio-
nes, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado;
y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Amén (Mateo 28:18-20).
130
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
1. La gran comisión tiene origen en el Señor que posee omni-
potencia universal. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda
potestad me es dada en el cielo y en la tierra (28:18).
2. La gran comisión tiene orden específica de ejercer un minis-
terio de discipulado universal. Por tanto, id, y haced discípulos a
todas las naciones… (28:19).
3. La gran comisión tiene promesa de respaldo absoluto de la
omnipresencia universal. …y he aquí yo estoy con vosotros todos
los días, hasta el fin del mundo. Amén (28:20).
Ha de proponerse el predicador en cada estudio encontrar los princi-
pios bíblicos, para de ellos trasladar su verdad a los oyentes. Ayudará
tener en mente las siguientes preguntas mientras se analiza el pasaje
seleccionado:
¿Cuál es la enseñanza nuclear del texto?
¿Qué verdades fundamentales enseña?
Los asuntos que trata y las instrucciones que da, ¿son inmutables
y universales o sólo aplican a cierto grupo de personas y en deter-
minadas circunstancias?
¿Es una exigencia divina para todos en cualquier tiempo o para
algunos en determinada época?
Ejemplo:
En el judaísmo del primer siglo y en el mundo grecorromano, vestir una
cobertura de cabeza en público era de hecho un signo de la sumisión de
la mujer a su marido. No vestirlo era una indicación de insubordinación o
rebelión… tal situación cultural no tiene correspondencia en nuestra cul-
tura hoy.54
131
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Todo lo que pase el filtro de lo fundamental, inmutable, universal y
trascendente se identificará como principio. Lo que no caiga dentro
de este canon se ubicará como forma cultural o temporal. Entonces la
honestidad intelectual y, sobre todo, la espiritualidad del predicador
expositivo lo inclinarán a instruir a la gente sobre la fuerza y solidez
de los principios, y con las formas no será tan demandante. Así edifi-
cará una congregación consistente en la fe e inamovible en su castillo
doctrinal, por cuanto estará cimentada sobre la roca.
H. Aplicaciones específicas de los principios del texto se-
gún el objetivo
Toda predicación expositiva apunta a un auditorio determinado. El
pastor piensa en su rebaño mientras ora, estudia y prepara su mensa-
je. Apunta el evangelista a los que requieren la salvación o a los que
necesitan restauración en su próxima campaña o en su compromiso
siguiente en una congregación. Buscará el profeta valores que aporten
a la edificación, exhortación y consolación de la grey a la cual minis-
trará. El objetivo de la aplicación de los principios surgidos del texto
siempre será la bendición de los oyentes.
Estamos de acuerdo con la expresión de Cristóbal cuando señala
que la hermenéutica procura encontrar tres tipos de verdad que se
darían en el texto:
xx Una verdad sintáctica, de implicación o sintaxis; responde a
la pregunta: ¿Qué dice el texto?
xx Una verdad semántica, de explicación o semántica; responde
a la pregunta: ¿Qué significa la expresión del texto?
xx Una verdad pragmática, de aplicación o práctica; responde a
la pregunta: ¿Qué implica, demanda o propone el mensaje del
texto?55
132
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Dado que los principios son fundamentales, universales, inmutables
y trascendentes, podrán aplicarse de manera diversa a cada auditorio.
Los oyentes marcarán el sesgo del discurso. Sus necesidades, conflic-
tos, aspiraciones e intereses requerirán enfoques y énfasis especiales
que deberá tomar en cuenta el predicador expositivo. Bajo la direc-
ción del Espíritu Santo y con la sabiduría que él aporta, el siervo del
Señor recibirá luz; si además conoce las crisis, luchas, figuras menta-
les, miedos, prejuicios y áreas de oportunidad de su público, minis-
trará desde la eficacia y logrará la efectividad en su impartición de la
palabra de Dios.
Haciendo uso de su creatividad en el manejo de los principios,
enlistará las maneras en que las verdades extraídas del texto bíblico
se pueden aplicar a cada auditorio:
Como ministros
Como creyentes
Como seres humanos
Como iglesia
Como familia
Como padres
Como hijos
Como esposos
Como empleados...
¿Son los asuntos de la vida del pasaje instrucciones principalmente para
personas o para entidades corporativas, o no hay distinción? Si se refiere
a las personas, ¿a cuáles? ¿a creyentes o no creyentes; clérigos o laicos;
padres o hijos; fuertes o débiles; presuntuosos o humildes? Si se refiere a
instituciones, ¿a cuáles? ¿a la iglesia, nación, clérigos, laicos, una profe-
sión, una estructura social?
133
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
¿Están estos asuntos de la vida relacionados o confinados a ciertas cate-
gorías como relaciones interpersonales, piedad, finanzas, espiritualidad,
conducta social, vida familiar?56
Siempre se debe procurar la integración de las siguientes cuatro
aplicaciones:
• Teológicas. Se explotan los principios que exponen una verdad
doctrinal y su forma de aprenderla, manejarla, enseñarla o compar-
tirla. En la predicación estas aplicaciones desvanecen dudas, acla-
ran conceptos, confirman la fe e inspiran
Ha de procurar
confianza en Dios, Jesucristo, el Espíritu
Santo y la Palabra. Hacen que la gente se
el predicador
sienta confiada por adquirir los conoci- expositivo la
mientos correctos. acumulación de
• Devocionales. Se aplican los princi- fuentes que
pios que alientan a la adoración, la honra garanticen la
y la gratitud de los creyentes a causa de
precisión de los
lo que el Creador revela, obra y expresa
en su palabra y en las experiencias con
datos que se
la providencia divina. En la predicación expondrán en el
promueven la gloria de Dios e inspiran a sermón. Citar
los oyentes a rendir honor y alabanza por enciclopedias y
las bondades, virtudes, excelencias, luces diccionarios
y perfecciones del Señor.
académicos
• Éticas. Se aplican los principios que
especializados en
demandan actitudes y conductas del cre-
yente en la sociedad, en la iglesia o en la alguna materia
familia que reflejen y ornamenten la fe, y aporta seguridad.
134
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
motiven a la congruencia entre lo que se profesa y lo que se vive. En
la predicación combaten vicios y promueven fundamentos, valores y
virtudes que al integrarse incrementan la potencia del testimonio por
la calidad de su estilo de vida.
• Prácticas. Se aplican los principios que señalan deberes, oficios,
protocolos y toma de decisiones para casos especiales, en los cuales
la palabra de Dios marca procesos, normas, procedimientos o cere-
monias bien definidas. En la predicación ofrecen consejo, dirección,
discernimiento para facilitar la vida en comunión en los ámbitos de
la familia, la sociedad y la iglesia, enseñándo a los fieles a evitar si-
tuaciones problemáticas y resolver conflictos de la manera más cris-
tiana posible.
Si de aplicación se trata atendamos al consejo del exégeta: La tarea
es tomar el propósito (o varios propósitos) del pasaje analizado y hacer de
ese propósito un mensaje vivo para una congregación actual.57
I. Enriquecimiento de los contenidos resultados del aná-
lisis del texto
Después del ánalisis personal exhaustivo será el momento especial
apropiado para consultar a los eruditos en la materia. En el trayecto
habrá que hacer acopio de recursos de estudio, como diccionarios,
comentarios, libros o revistas especializadas para ver lo que aportan
a las conclusiones del proceso exegético. Si falta, se complementa; y
si está completo, se respalda y refuerza la investigación con el nom-
bre de un experto. Si se discrepa no hay problema; se puede dar otra
revisión para corroborar o buscar algún detalle que se haya pasado en
el curso u omitido en una parte del procedimiento. Y si todo resulta
adecuado, pues se ha de asumir con firmeza el producto hermenéu-
tico.
135
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Es importante notar que este sería el paso final y no el inicial ni el
intermedio. Insiste el exégeta: No evite los comentarios; sólo debe ase-
gurarse de que no sea lo primero que lea. Si lo hace, predicará del trabajo
que otro hizo en el texto, por bueno que sea, y nunca tendrá la confianza
de que el texto es suyo porque lo domina.58
El predicador expositivo ha de procurar una experiencia profun-
da con la verdad de Dios y dedicarle su-
ficiente tiempo y seso a la misma. Se La finalidad
debe establecer una relación de honra de toda labor
entre el texto inspirado y el ministro de exegética es
la Palabra. Invertir tiempo en cantidad y
conocer el sentido
de calidad en el estudio y la meditación
del mensaje
será la clave. Si hay consagración a escu-
driñar las Escrituras la recompensará el bíblico tal como
Espíritu que las produjo. fue transmitido
Se creará una mente vaga e indisci- desde su
plinada si el primer recurso del predi- génesis. Se trata
cador es la literatura sobre la Biblia y
de responder a
no la Biblia misma. Se hará dependiente
las preguntas:
del estudio y las conclusiones ajenas, y
nunca hablará desde su experiencia per-
¿Qué quiso decir
sonal con la palabra inspirada. Repetirá el autor originario
ideas de otros y no sus argumentos pro- y cómo lo enten-
pios. Tenderá al academicismo estéril dieron el receptor
y como dice el Doctor Abel Flores: Sus o los destinatarios
sermones tendrán sabor a tinta y a pa-
iniciales?
pel, y no producirán el impacto debido.
La misma idea sustentan Fee y Stuart
136
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
cuando apuntan que hay que aprender primero lo que uno pueda hacer
con sus propias habilidades, y segundo, se debe aprender a usar el trabajo
de otros.59
Desde luego que se recomienda fortalecer la estructura y el con-
tenido de la exégesis con las investigaciones de los eruditos. Ellos
aportarán riquezas extraordinarias, explicaciones precisas, ilustra-
ciones amplias y respuestas claras a incógnitas o expresiones oscuras
de ciertos pasajes. Será importante comparar los resultados que se
obtuvieron en el análisis propio con los del estudio de los expertos.
Pero siempre hay que dejarlos para el último.
Ahora bien, resultará determinante para completar el trabajo de
preparación del mensaje expositivo, confirmar la calidad de las fuen-
tes que se tomarán en cuenta. No todos los comentarios tienen nivel
de erudición. Algunos marcan sesgos denominacionales o de líneas
teológicas, y hacen que todos los textos apunten a reforzar su castillo
doctrinal; pierden la objetividad y la honestidad intelectual, y prefie-
ren mantenerse fieles a su credo, aunque la Biblia apunte en sentido
distinto. Entonces inventan explicaciones a los pasajes que en senti-
do llano los contradicen.
Gordon D. Fee expone tres razones para la consulta de comenta-
rios bíblicos:
1. Buscar las opciones de los comentaristas para algunas dificultades que
usted haya tenido en varios puntos de la exégesis.
2. Para escuchar al menos otras dos interpretaciones del texto, con las
cuales se puede comparar la propia y adaptar si las otras resultan más
convincentes.
3. Informarse de los asuntos y opciones que uno pasó por alto en la exége-
sis que puedan ser decisivos para el sermón.60
137
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Hay que aprender a citar también de forma correcta en la predicación
las fuentes. Por ejemplo, no pocos aluden a un reconocido comenta-
rio con la aseveración: Matthew Henry dice: y mencionan una parte
de este libro; cuando en realidad sólo es el nombre de la publicación.
Los editores y exponentes son diversos. Sería mejor una expresión
mas atinada, algo así como: En el comentario Matthew Henry se de-
clara lo siguiente.
Con el fin de remarcar la necesidad de emplear las mejores fuentes
cuando se consulta a los expertos, Fee y Stuart citan el ejemplo de
una explicación que ciertos comentarios dan sobre la frase del Señor
sobre que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que
un rico entre en el reino de los cielos de Marcos 10:25; Mateo 19:24
y Lucas 18:25. A menudo se dice que había una entrada en Jerusalén
conocida como el Ojo de la Aguja, a través de la cual podían pasar los ca-
mellos, sólo de rodillas y con gran dificultad.61 Los eruditos descalifican
esta idea por no ser verdadera, por cuanto jamás existió tal puerta en
ninguna época en la ciudad.
Los mismos autores hablan de cuatro instrumentos de ayuda ex-
terna para la buena exégesis: Un buen diccionario bíblico, un buen ma-
nual de la Biblia, una buena traducción y buenos comentarios.62
Ordenó el más grande de los predicadores el escrutinio de las Es-
crituras para alcanzar el fiel testimonio de ellas, con el fin de ser con-
ducidos a la vida que él ofrece. Criticó severamente a los líderes y
maestros de su tiempo por aplicar lecciones de su imaginación, sacar
conclusiones absurdas y presumir doctrinas aberrantes, a causa de su
ignorancia de los libros inspirados y el poder de Dios (Mateo 22:23-
33; 23:13-22; Marcos 7:3-13; 12:18-27). Para que tales reprensiones del
Mesías no apliquen al ministro de hoy, ha de ser éste un estudioso
138
LA PARTE HERMENÉUTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
serio y concienzudo de la verdad divina en los documentos de los
profetas y los apóstoles. Si se ama y se analiza cada texto con proce-
dimientos adecuados de hermenéutica y exégesis, el resultado será
siempre un mensaje consistente, nutritivo, rico en contenidos para
fortificar el vigor del alma y generar la fe necesaria y suficiente en los
que reciben la palabra del Señor.
Debe evitar el predicador expositivo acudir al texto sagrado con la
mentalidad del sabiondo que cita Álvarez Balandra, cuando dice:
Es muy común que ciertos investigadores… antes de investigar y evaluar,
supuestamente ya saben cómo es lo que investigan y cómo es lo que eva-
lúan, la verdadera interpretación de su
Todo lo que pase texto, sin que en realidad se implique una
el filtro de lo lógica del descubrimiento, el develamiento
para después poder decir cómo es el tex-
fundamental,
to que se investiga o evalúa, el buscar qué
inmutable, nos sirve para encontrar; por el contrario,
universal y en la rigidez –que no rigurosidad--, sólo se
trascendente trata de verificar, de demostrar lo que su-
puestamente ya se sabía; el acto más in-
se identificará
útil, el de la simple corroboración normati-
como principio.
va y estática.63
Lo que no caiga
dentro de este Antes de hollar la plataforma del púlpi-
to o la cátedra para exponer el mensaje
canon, se
que alimentará a la grey, el predicador
ubicará como
expositivo tendrá que acudir a nutrirse
forma cultural o lo suficiente con el estudio profundo del
temporal. manantial bíblico. Repasará una y otra
vez el pasaje hasta saturar su conciencia
139
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
del contenido del texto. Analizará y sintetizará, amontonará y esque-
matizará; aplicará métodos y sistemas; sobre todo meditará bajo la
rectoría del Espíritu Santo, inspirador de las Sagradas Escrituras y
guía del ministro hacia toda la verdad (Juan 16:13). Insistirá en sus
plegarias por la iluminación divina y beberá con avidez todo lo que
le muestre el Señor. Se acercará a la Escritura, no como el que sabe,
el experto o el erudito; sino como el que tiene hambre y sed de Dios,
el que ignora y anhela conocer, el que reconoce su necesidad de ser
dirigido por la mente del Omnisciente a otro nivel de la revelación de
la Palabra (Efesios 1:17-19).
140
U N I DAD I I I
LA PARTE
PRÁCTICA DE LA
PREDICACIÓN
Expositiva
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Esta es la parte en la que se aplican el formato y la estructura confi-
gurados y preparados de la manera más adecuada para la presentación
del mensaje. Aquí se trabaja con el factor del estilo del predicador. Se
establecen principios y valores que incrementen la eficacia, efecti-
vidad y eficiencia en el discurso. Se trata de lograr el vínculo espiri-
tual, de comunión y de cordialidad entre el orador y el auditorio, de
tal forma que fluya la palabra con la
mayor libertad y claridad, en un am- Se trata de lograr el
biente de armonía y concordia creado vínculo espiritual,
por la personalidad y la habilidad del de comunión y de
discursante a la hora de comunicar la
cordialidad entre
verdad divina.
el orador y el
Lo ideal es que el predicador pula
su estilo, vaya tras su mejor versión o auditorio, de tal
su modelo optimizado. A medida que forma que fluya
avanza, en la práctica recurrente en el la palabra con la
púlpito y mediante el sistema de au- mayor libertad
tocrítica y de escuchar observaciones
y claridad, en
o consejos de colegas o de su audito-
un ambiente
rio, irá perfeccionando su método y
adquiriendo mayor competencia para de armonía y
vincular de forma más profunda con concordia creado
la gente a la que se dirige. Se trata de por la personalidad
aterrizar de la mejor manera la rique- y la habilidad del
za de su escrutinio exegético, en la
discursante a la
armonía que le brinda la estructura
hora de comunicar
homilética, con todos los recursos de
la fuerza del Espíritu Santo y los ar-
la verdad divina.
142
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
tificios de la retórica, con el fin de provocar el mayor impacto en la
mente y el corazón de la grey a la que enfoca su mensaje.
A. La importancia de una predicación expositiva contex-
tual
Contextualización es el traslado de una verdad de un contexto a otro.
Se trata de establecer un puente a través del cual se cruce la brecha
que separa la realidad histórica y cultural de los personajes bíblicos
de la de los receptores de la actualidad. Aquí está el factor definitorio
de la predicación expositiva.
Mediante las disciplinas de la comunión, la observación, la re-
flexión, y la meditación espiritual, se adquiere una compenetración
sicológica del sentido de la realidad que percibe y enfrenta la comu-
nidad a la cual se ministra. Luego con estos conocimientos adquiri-
dos se escudriña en la palabra de Dios y se pide dirección del Espíritu
Santo. Entonces la Sagrada Escritura cumple su función y le aporta
al predicador base suficiente para hablar con fundamento y altura. Se
recorrerá el trayecto con seguridad y los resultados quedarán garanti-
zados porque el siervo de Cristo ha logrado el equilibrio entre su re-
lación con el Ser divino y con el humano. Fungirá como un verdadero
conector del Señor con su pueblo, factor vinculante entre la voluntad
del Creador con las necesidades de la criatura. Ejercerá un sacerdocio
eficaz, eficiente y efectivo que agradará al Todopoderoso y bendecirá
a la grey.
El desafío radica en la dificultad de establecer esa conexión con-
textual de forma equilibrada en la exposición de la palabra de Dios.
Hay que traer por la exégesis la verdad divina palpitante a la condi-
ción del auditorio expectante por un mensaje del cielo para su si-
143
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
tuación. Sin embargo, la mayoría de los predicadores adolecen de la
tendencia a cubrir una de las áreas, sacrificando la otra:
Algunos son muy adeptos a profundizar demasiado en lo histó-
rico y lo teológico del contexto bíblico. Se meten tan hondo en lo
exegético y permanecen en su posición de eruditos; y descuidan
el desarrollo de la habilidad de comunicar en el contexto de los
oyentes en la actualidad. Entonces pierden pertinencia y se vuel-
ven irrelevantes.
Otros son excelentes comunica-
Mediante las
dores con los oyentes contemporá-
disciplinas de neos, pero poco profundos y exactos
la comunión, en la consideración de los contextos
la observación, bíblicos. Desarrollan relaciones signi-
la reflexión, y ficativas con la gente; pero mantienen
la meditación escasa disciplina devocional y de in-
vestigación bíblica. Entonces tienden a
espiritual,
lo superficial, y a menudo edifican cas-
se adquiere una
tillos teológicos en el aire. El equilibrio
compenetración se da cuando se pone la teología al ser-
sicológica del vicio de una necesidad en particular.64
sentido de la
De forma magistral explica Peñalosa,
realidad que
cuando habla de predicadores que son
percibe y enfrenta
especialistas en doctrina, pero carecen
el pueblo al de la virtud necesaria en la exposición:
que se ministra. ...pueden poseer un estilo, ideas intere-
santes, acopio de cultura, perfección for-
144
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
mal; el peligro estribaría en hablar al aire, quedarse en verbalismos y
teologías abstractas que jamás llegarán al hondón del auditorio, porque
ni tienen la verdad de la llaga ni el ardor de la brasa, la convicción pro-
funda, la huella dolorosa y amorosa que deja al pasar la rueda de la
vida.65
En todo estudio hermenéutico se requiere aplicar un filtro que ayude
a determinar lo que del pasaje bíblico es principio teológico y lo que
representa una forma cultural.
El principio bíblico se identifica por cuatro cualidades:
xx Es fundamental
xx Es inmutable
xx Es trascendente
xx Es universal
La forma cultural se distingue por cuatro cualidades:
xx Es accesoria
xx Es mudable
xx Es temporal
xx Es local
La tarea del que enseña teología es establecer el puente entre los con-
textos bíblicos y contemporáneos, de forma que pasen los principios
intactos y se adapten en su aplicación al lenguaje entendible y de
manera practicable a la realidad del público al que se instruye ahora.
La tesis es: las verdades esenciales que enseña la Biblia no cambian,
pero sí la forma de comprenderlas y comunicarlas en la actualidad.
Es deber de cada predicador adaptarse a los ambientes culturales en
145
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
los que desarrolla su ministerio, y de acuerdo a las necesidades, los
eventos y las crisis situacionales de su público, transmitir los ele-
mentos doctrinales suficientes para alentar, orientar e impulsar a sus
oyentes a mantenerse firmes y avanzar hacia metas superiores en el
camino del Señor.
B. La importancia del cuidado de forma y contenido
En la predicación expositiva importa tanto el contenido del mensaje
como la forma en la que se expone.
Cuidado de la pertinencia: Es importante que la predicación ex-
positiva posea la característica de la pertinencia en cuestiones de ex-
tensión y profundidad. Que se diga todo lo que se tiene que decir de
manera suficiente, pero que no se prolongue hasta la demasía. Que
satisfaga los corazones del auditorio; pero que no los harte.
No tiene sólo que ver la pertinencia con el factor tiempo, sino con
los contenidos de la predicación. Es cierto que toda la palabra de Dios
es inspirada y útil en cualquier momento, pero también lo es que el
Espíritu Santo dirige a sus siervos y otorga mensajes que son para
determinada etapa en la vida de la congregación. De ahí la importan-
cia de que el exponente de la verdad divina mantenga una dependen-
cia absoluta del Señor sobre lo que ha de compartir con la gente.
La abundancia de material que resultará de la exégesis tentará al
ministro a procurar entregar la mayor cantidad de información que le
sea posible en el tiempo asignado para su sermón. Querrá de pronto
vaciar todos los saberes que adquirió en su investigación hermenéu-
tica. No obstante, se han de escoger con cuidado los elementos que
se comunicarán. Se tendrán que aplicar criterios selectivos del conte-
nido extraído del escrutinio de las Escrituras. Se incluirá en las notas
146
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
aquello que ayude a alcanzar la meta trazada o lograr los objetivos
marcados para el mensaje.
Existen ciertos elementos que se tornan señales para saber los
temas que se requiere abordar en los sermones y enseñanzas, a fin
de satisfacer las necesidades específicas y especiales de la grey. Por
ejemplo, si se da cuenta el predicador de que se suscitan casos crí-
ticos en dos o tres personas en un mismo período, hará bien en pre-
parar un mensaje al respecto y brindar orientación bíblica a toda la
iglesia.
Resulta bastante pertinente la posición que tiene Agustín de Hi-
pona sobre el asunto de la predicación en cuanto a las dificultades
que experimenta la iglesia. Hay que dejar que hable el maestro de la
oratoria patrística:
Diferir una cuestión porque es difícil no hace más que aumentar la dificul-
tad, ya que tarde o temprano habrá que explicar el lugar dificultoso. Por otro
lado, cuando la dificultad viene del temor que el predicador experimenta al
tener que tratar de determinados problemas morales o de vicios arraiga-
dos en el pueblo, en los que hay que insistir, con el peligro o la certeza de
enojar a los oyentes… cuanto antes se determine el pastor espiritual a tra-
tar esos temas, mejor resultará para él y para todos; habrá cumplido más
rápidamente con su deber el pastor, y las ovejas se habrán aprovechado
de la exhortación. Al fin y al cabo, los inculpados, o sea, los que producían
temor al predicador, terminan por reconocer su culpa y aplaudir lo que su
pastor les ha dicho.66
C. Las tendencias actuales en la predicación
El predicador expositivo ha de considerar las tendencias del tiempo
en que vive y ministra, tanto en la congregación, en la comunidad en
147
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
que se localiza, así como en el mundo. Las noticias, las redes sociales,
las pláticas con los adolescentes y jóvenes, con los adultos, ancianos
y niños, le permitirán conocer cómo piensa la gente de hoy. Hay que
leer libros que la sociedad y la iglesia compran y escuchar a los predi-
cadores que llegan a multitudes, puesto que de esa forma se identifi-
cará más exactamente lo que le interesa a los individuos y los códigos
de lenguaje que permiten establecer verdadera comunicación con los
auditorios del presente.
Quien se mantiene leal a sistemas antiguos, aunque no tenga re-
sultados, padece de anacronismo e ineficacia. A la gente hay que ha-
blarle en sus términos. El evangelio no cambia, la sana doctrina no
se negocia, la predicación fiel al fundamento de los apóstoles y los
profetas es inalterable y hay que proclamar la Palabra con absoluta
integridad (Efesios 2:20-22). No obstante, el que expone la verdad
divina ha de procurar la mejor forma y el formato más efectivo para
llegar al corazón del ser humano con el mensaje del cielo (1 Corintios
9:20-23).
A continuación, consideraremos algunos factores que marcan ten-
dencia y son procurados por los auditorios al escuchar la predicación
de la palabra de Dios. Ante todo, se ha de incrementar la eficacia en la
comunicación de la verdad divina. Y para ello resulta importante co-
nocer los intereses de la gente que en la actualidad asiste a las iglesias
a recibir instrucción o consejo bíblico.
Hacia lo fundamental. Ya no estamos en las épocas en que la
gente empleaba bastantes horas a la semana para asistir a los pro-
gramas de la iglesia. Los compromisos de trabajo y estudio impi-
den a muchas personas ocuparse más en las cuestiones de la reli-
gión. Así que ahora se requiere de un mejor aprovechamiento del
148
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
tiempo (Efesios 5:15-17). Son raras las congregaciones numerosas
cuyos pastores o ministros se dedican a compartir sermones sobre
aspectos accesorios de la doctrina. Casi nadie trata temas sobre
asuntos de especulación teológica. Los creyentes quieren, necesi-
tan aprender y practicar las verdades esenciales; así que agradecen
y absorben con avidez los mensajes que los instruyen sobre los
temas fundamentales de la fe.
Hacia lo práctico. Ya no disfrutan las congregaciones de los
mensajes de tanto contenido teórico, especulativo o de difícil
comprensión (1 Timoteo 6:20, 21; 2 Timoteo 2:14-18, 23). Más bien
el enfoque de la gente es hacia lo que sirva para vivir en concor-
dancia con la voluntad de Dios (1 Timoteo 4:7). Se aprecia bastante
lo que resulta útil y practicable. El mayor desafío para el predicador
actual no es el qué sino el cómo. Se ha de procurar integrar en los
sermones una serie de aplicaciones pertinentes, suficientes y pre-
cisas que ayuden a las personas a cumplir los propósitos divinos y
a salir adelante de las crisis que atraviesan en su interacción en los
entornos y ambientes saturados de la contracorriente del mundo
(Tito 3:8, 9).
Hacia lo bueno más que a lo estético. En la preparación de
obreros en los seminarios bíblicos se ha puesto demasiado énfasis
en predicar bonito, de manera refinada y con la mejor exhibición
retórica. Esa tendencia bendijo bastante, pues las generaciones
pasadas contaron con excelentes ministros de elevada exposición
homilética y facultades oratorias sobresalientes. No poca gente
escuchaba con agrado y se impresionaba con los dotes discursivos
de los siervos del Señor.
149
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
En este tiempo no tiene que desaparecer la elegancia y la esté-
tica del púlpito; pero ahora ya no se agradece tanto un sermón elo-
cuente como uno sencillo y práctico. Más que pensar en lo que le
gusta al auditorio, el predicador ha de considerar lo que necesitan
las personas a quienes se dirige (1 Corintios 2:1-5). Los mensajes
tienen que apuntar a los desafíos éticos y doctrinales que enfren-
tan los creyentes (1 Timoteo 4:16). Y hay que brindarles herra-
mientas, conceptos, ideas, valores y principios que les ayuden a
incrementar su comunión con Dios y los incentiven a procurar y
cultivar las sanas relaciones con el prójimo en sus lugares de fa-
milia, sociedad y trabajo (Tito 3:8, 14).
En el púlpito
ha de practicarse D. Las medidas pertinentes para
la exposición del sermón
el principio del amor
La prudencialidad ha de ser la marca de
y el respeto al
la casa.
prójimo en toda cir- Lenguaje inclusivo. El predicador
cunstancia. actual ha de considerar las tendencias
Sin importar sus del mundo, no para amoldarse al espíri-
preferencias tu de la época, sino con el fin específico
de lograr conectar con las generacio-
religiosas,
nes a las que ministra y remover cuan-
filosóficas, sociales
tos obstáculos bloqueen su mensaje. El
o sexuales cada apóstol Pablo es un buen modelo al res-
asistente a la iglesia pecto (1 Corintios 9:19-22). Se requiere
merece ser tratado gran disciplina para buscar los términos
con dignidad. que resulten más integradores y evitar
los que sean más excluyentes.
150
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
En el siglo pasado se empleaba el término hombre para señalar
al género humano, y nadie protestaba cuando en un salón se lla-
maba así a un grupo de distintos sexos. Ahora se demanda hablar
de personas, individuos, gente, comunidad, habitantes, creyentes.
Todos estos vocablos pueden emplearse y cualquiera se sentirá to-
mado en cuenta y nadie discriminado.
Trato prudencial a los asuntos críticos. Las leyes y las ten-
dencias del mundo catalogan como discursantes de odio a los que
emplean el púlpito para atacar a quienes tengan profesiones o pre-
ferencias distintas y divergentes de las que enseña la iglesia. Lógi-
camente no se debe sacrificar el mensaje bíblico por darle gusto a
la sociedad anticristiana; sin embargo, habrá que procurar un len-
guaje más adecuado para señalar la verdad divina y hacerla llegar a
los oídos y corazones de forma que no se caiga en la imprudencia.
Hay que tomar en cuenta que en las congregaciones hay personas
que tienen familiares que son miembros en otras comunidades re-
ligiosas o que incluso pertenecen a grupos con éticas o prácticas
reprobables desde el punto de vista cristiano. Entonces si el pre-
dicador incluye palabras despreciativas contra los movimientos
diferentes y se expresa de forma grosera, puede lastimar a los cre-
yentes que lo escuchan; y hasta provocar que alguno se le vuelva
en contra y le recrimine su manera de hablar de otros; y hasta en
una demanda penal se puede ver involucrado (Eclesiastés 10:12).
Moderación en las expresiones de autoridad. No se debe per-
mitir el predicador de la palabra de Dios tratar a la gente como si
él fuera el jefe y como si en la reunión todos estuvieran para obe-
151
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
decerlo. Se ha de respetar a la congregación y dirigirse a los miem-
bros y asistentes al programa de adoración con suma prudencia. Al
llamar al altar o al ministrar oración a las personas hay que hacerlo
con altura, cuidado y amor.
Tronar los dedos, vociferar, dar órdenes y regañar no es salu-
dable. Mucho menos si el orador es un invitado. Tampoco el pas-
tor local lo debería hacer, pero será más reprobable si lo hace un
evangelista o profeta. Antes mucha gente lo toleraba, ahora ya no.
La autoridad espiritual se ha de manifestar y exhibir en el poder,
en la gracia y en los resultados que permitan notar a los demás el
respaldo divino; de ninguna manera en el maltrato a los oyentes.
La educación y los buenos modales en el predicador serán broches
de oro que adornarán su mensaje (Eclesiastés 9:17).
Excelente consejo brinda Máximo García cuando declara:
El predicador de temperamento colérico, imprudente por naturaleza,
medite bien, antes de predicar las cosas que no debe decir; y para tener
cuidado de decir lo que sí debe decir; pero decirlo con calma y, sobre
todo, con respeto al auditorio o a las personas de fuera que tengan que
entrar en alguna narración.67
Después añade: El buen predicador ha de ser valiente, con una valen-
tía prudencial…68
Ejercer la predicación con tacto y prudencia generará mejores resul-
tados. No es raro escuchar que un hogar cerró sus puertas a la iglesia
porque un ministro cometió un craso error al orar por ellos o que los
ofendió en su discurso contra tal o cual religión. Algunos asistentes
a los programas se escandalizan y desalientan cuando escuchan de
boca de los siervos y siervas del Señor toda clase de improperios a
152
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
las imágenes de vírgenes y santos que ocupan lugar en las paredes o
en altares de las casas de los inconversos. Las amonestaciones a los
dueños para que las desechen y se deshagan de ellas por ser factor de
maldición demoníaca lastiman, y casi nunca convencen a nadie.
Un texto bíblico tras otro se dispara para convencer al otro de que
los ídolos son reprobados por Dios y que ningún beneficio traen, por
el contrario, producen maleficios incontables. La verdad es que si la
persona se deshace de las imágenes pero no recibe a Cristo, continúa
en condenación. También es cierto que en la Biblia la idolatría está
prohibida para los creyentes, el pueblo escogido y santificado, no para
los inconversos (Éxodo 20:2, 3; Hechos 21:25; 1 Juan 5:21). Así que
quien comete el error de exigir a un gentil que viva como cristiano,
no habla como predicador, sino como crítico. Se requiere el mensaje
del amor del Señor y de su poder, más que enfatizar la vanidad de
los dioses falsos. Un buen discurso que apunte a la conversión y a la
transformación que Jesucristo opera en los que creen, resultará más
efectivo para que las personas rindan sus vidas al Creador y, como
consecuencia, sean dirigidas por la convicción del Espíritu Santo a
servirle sólo a él (1 Tesalonicenses 1:9).
En el púlpito ha de practicarse el principio del amor y el respeto al
prójimo en toda circunstancia. Sin importar sus preferencias religio-
sas, filosóficas, sociales o sexuales, cada asistente a la iglesia merece
ser tratado con dignidad. No hay derecho a ofender a ningún ser hu-
mano desde la plataforma del templo. La educación y el tacto no de-
ben ausentarse en el ejercicio del ministerio de la Palabra. El Espíritu
Santo puede operar cambios sin agresividad. No pocos agradecen a la
postre la nobleza de los que les compartieron el mensaje de salvación
con amabilidad, compasión y afecto fraternal (2 Timoteo 2:24-26).
153
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Siempre apunta la predicación a la transformación de la vida de
las personas, ya sea en una conversión genuina a Jesucristo, la res-
tauración de una oveja perdida, confirmación de la fe para los nuevos
o los débiles, o incremento de conocimiento y experiencia para los
avanzados en el camino. Es importante tener en cuenta en todo mo-
mento los objetivos que se persiguen, a fin de superponerlos a cual-
quier factor de distracción en el discurso. La prudencia será clave para
la correcta comunicación del mensaje.
Si se trata de convencer a las personas del poder renovador y puri-
ficador de Dios, habrá que hablar de la forma en que el Señor utiliza la
verdad del texto sagrado para que la gente conozca la gracia y someta
su vida a los principios del reino de los cielos. Será importantísimo
aplicar bastante énfasis en las bondades y bendiciones que se expe-
rimentarán como resultado de creer e integrar la Palabra en la vida
diaria. No ha de faltar la dosis de esperanza para que los receptores
activen su fe y consideren la posibili-
dad de que Cristo opere un milagro en
Debe darse una
ellos. Y será determinante un llama- conexión perfecta
do a reconocer los pecados, errores y un vínculo cordial
y maldades que requieran arrepenti- entre el que minis-
miento como condicionante del per- tra con Dios, como
dón divino y la restitución (Hechos
fuente del mensaje;
17:30, 31).
La carga negativa en el que expone
así como también
la Palabra se puede tornar peligrosa. con las personas a
Es posible que la gente llegue a con- las que se dirigirá
clusiones no favorables si la predica- el discurso.
ción se satura de censura, regaño y
154
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
alarma. El ambiente se puede tornar adverso si se da relevancia a los
factores deprimentes. Desde luego que si el texto marca un mal hay
que señalarlo. Y por supuesto que, si el Espíritu Santo dirige al predi-
cador a proclamar la voluntad divina contra un pecado, hay que obe-
decer. No obstante, lo prudente es que se enfatice la bondad de Dios,
su misericordia; el poder de la sangre de Jesucristo, lo necesario para
la sanidad emocional y física. Sobre todo, siempre se ha de procurar
en el mensaje la fidelidad al sentido de la Escritura inspirada, porque
de esa manera se generará la fe que es por el oír, y el oír, por la palabra
de Dios (Romanos 10:17).
Los tiempos malos requieren buenas actitudes de parte de los que
predican mensajes bíblicos. La mayoría de los miembros de la iglesia
tienen familiares o seres amados vinculados a distintas creencias. No
son escasos los que cuentan con un pariente atrapado por un vicio,
una adicción, una desviación sexual o un problema de pandillas o
crimen organizado. Quien utiliza un sermón para burlarse o para con-
denar a tales personas lastima el corazón de los fieles. Es imprudente
hablar de quienes pertenecen a otra religión o secta como diabólicos,
mentirosos, perversos o ignorantes. Se ha de pregonar contra el pe-
cado, sin erigirse como jueces de los que lo practican.
Una predicadora apuntó en su discurso que el divorcio es un fra-
caso y que todos los que incurren en él son fracasados. Cierto evan-
gelista afirmó que pueden convertirse borrachos, prostitutas, droga-
dictos, pero un homosexual no es posible que cambie. Alguien más
declaró que todos los masones son adoradores de Satanás. Otro más
dijo que Dios promete la salvación de la familia entera, y que si al-
guien se pierde es porque los padres no reclamaron tal promesa. Este
tipo de aseveraciones pueden ser tan desafortunadas como cuestio-
155
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
nables. El mensaje bíblico señala lo malo que es el pecado para luego
contraponerlo con la benevolencia divina. La gente tiene que escu-
char un mensaje que motive a la fe y aliente la esperanza. El evangelio
es la buena noticia de la gracia salvadora de Dios en Cristo, y ese es
el tono y el matiz que se ha de imprimir en cada participación en el
púlpito (Romanos 5:20, 21; 6:22, 23).
E. Los énfasis neumatológicos en la producción de men-
sajes expositivos
Antes que ser un predicador, el ministro es adorador. La búsqueda
de la presencia de Dios ha de predominar sobre la procuración de un
mensaje para un programa. Someterse al dominio del Espíritu y satu-
rar el alma con su gracia ha de convertirse en el anhelo mayor para el
siervo y la sierva del Señor.
Necesitan los ministros practicar la comunión con el Creador en
primer lugar; luego en esa relación íntima, continua y profunda escu-
driñar las Escrituras que él inspiró para comunicarlas al pueblo que
él tanto ama. El siervo y la sierva del Señor han de entrar recurrente-
mente en la presencia del Padre celestial, y desde esa posición andar
por los pasajes de la Biblia en busca de los tesoros de la sabiduría
y la fe para alimentar al rebaño por el cual él entregó su Hijo. Todo
sermón ha de partir de la cercanía del predicador con el Dios de la
Palabra.
De manera excelente lo apunta Martínez:
Cuando a solas con Dios escuchamos su voz y le hacemos oír la nuestra,
se carga nuestra batería espiritual. Los pensamientos se enriquecen; los
sentimientos se equilibran; la voluntad recibe estímulo para optar por la
obediencia al Señor. Como resultado, también se enriquece el ministerio.
156
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
La predicación, la enseñanza y los contactos personales desprenderán la
fragancia inconfundible de quien vive cerca de Dios.69
Ha de arrancar el proceso exegético y homilético con una oración que
pida la dirección y la iluminación del Espíritu Santo. Predicar es co-
municar lo que el Todopoderoso dice en su palabra y lo que satisface
las necesidades de su pueblo y del ser humano que recibe el mensaje.
No se trata sólo de sacar un sermón y compartirlo, sino de explorar la
mente del Señor y encontrar el contenido preciso que él tiene para la
gente en ese momento. Debe darse una conexión perfecta y un vín-
culo cordial entre el que ministra con Dios, como fuente del mensaje;
así como también con las personas a las que se dirigirá el discurso. El
portador de la unción divina será un puente y realizará una función
sacerdotal tanto a la hora de preparar como a la de transmitir su tema.
En la elaboración es un buscador de tesoros, en la exposición es una
voz que invita a que todos disfruten de la preciosura del bien encon-
trado en las páginas del Libro Sagrado.
Martínez afirma:
El predicador es un intermediario entre Dios y los oyentes en lo que a co-
municación de la Palabra de Dios se refiere. Por tal razón, debe conocer
a Dios y vivir lo más cerca posible de Él; pero tiene asimismo que conocer
a los hombres y vivir próximo a ellos. Ha de ser fiel a su Señor y, por amor
a Él, amar a quienes le escuchan con una preocupación sincera por su
situación.70
F. Los vicios comunes a evitar en la predicación expositiva
Abundan los oradores excelentes en las iglesias. Los institutos bíbli-
cos producen homiletas de buen nivel, capaces de exponer un sermón
edificante en las congregaciones en las que pastorean o ministran por
157
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
invitación. Gracias a Dios por los hombres y las mujeres que toman
con seriedad el honor de la predicación de la Palabra. Sin embargo, no
son escasos los que se cargan sus vicios y los exhiben en el púlpito
cada vez que participan. Los ejemplos que se presentan enseguida
son botones que sirven de muestra. Cualquier parecido con la coinci-
dencia es mera realidad.
El etimologista
Un predicador citaba a Evis Carballosa para explicar un pasaje de
Apocalipsis, en el cual dice en español: …pero no dañes el aceite ni
el vino (Apocalipsis 6:6). Su explanación exegética rezaba: El verbo
en griego que se traduce «dañar» (adikeses) es el aoristo subjuntivo,
voz activa de adikéo, que significa «hacer daño», «lesionar». Dicho
verbo va precedido de la partícula negativa me («no»). En honor a la
verdad, no se requiere ser tan analítico para saber que nada añadió
la exposición etimológica y la exhibición de sapiencia gramatical al
sentido del mensaje. Tal y como está en el texto castellano lo dice
claro y sencillo; para nada requiere los detalles de la amplificación. Es
una ofensa para la inteligencia del oyente pasearlo por el griego koiné
para decirle que «no dañes» significa no hacer daño.
La economía del uso de los idiomas antiguos demanda que su em-
pleo rinda frutos y aporte a la claridad, ampliación e ilustración del
entendimiento de un término o de una expresión. Sobre todo en los
sermones habrá que aplicar con mayor prudencia el conocimiento
en este rubro. La riqueza resultante de la exégesis llenará la men-
te y el corazón del investigador; sin embargo, tendrá que estar bien
justificada la integración de vocablos raros y etimologías, de modo
que incrementen el nivel del discurso, sin que suene a pedantería. Es
158
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
cierto que en ocasiones la exposición de la semántica textual de los
idiomas bíblicos aporta, enriquece e ilumina, pero el orador ha de ser
más selectivo y cerciorarse de que la nota no resulte en una redun-
dancia innecesaria. La predicación se trata de comunicar la verdad
divina en el idioma del pueblo que la recibe, de la forma más sencilla
y comprensible, con el fin de que el reino de Dios gane terreno en la
persona y la comunidad.
El académico
Otro expositor de la Palabra dictaba cátedra sobre el Padrenuestro
y en cada parte de su discurso citaba a los grandes expertos. Nunca
mencionó nombres de sus fuentes, pero en cada frase su explicación
era precedida con una alusión a los especialistas. Por ejemplo:
Santificado sea tu nombre: La mayoría de los especialistas en los
idiomas originales coinciden en que esta frase implica adoración.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy: Los expertos en análisis
bíblico señalan que aquí cabe orar por todas nuestras necesidades
personales, pues el pan es simbólico para la necesidad humana.
Perdónanos nuestras deudas. Todos los teólogos reconocidos
concuerdan en que deudas aquí se refiere a pecados.
Es impresionante la capacidad que tienen algunos de convertir un
mensaje sencillo y claro en uno rebuscado. De pronto una explica-
ción agradable de cinco minutos la vuelven una tediosa de 10 o 15
por querer exhibir superioridad académica. Nunca se trata de que el
predicador luzca su nivel de erudición secular y teológica, ni de que el
auditorio se dé cuenta de su ignorancia; más bien es cuestión de que
la verdad de Dios llegue del emisor al receptor sin obstáculos.
159
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
No hay que olvidar que la sencillez se lleva bastante bien con la
elegancia retórica. Un estilo sereno que sabe combinar el fervor con
la moderación se tornará superagradable. Si el predicador aprende y
aplica la importancia de adaptar el nivel de su lenguaje y sus conte-
nidos a las capacidades de la audiencia se dará a entender de forma
perfecta y la conexión entre orador y público quedará garantizada.
…los mejores oradores (¡siempre nos toca recordar los nombres de Juan
Crisóstomo y de Agustín!) no sintieron tanto la necesidad de hacer mucho
recurso a la retórica; la solidez de su pensamiento no requería más que un
estilo lo más pulcro, límpido y claro posible, digno de la palabra de Dios.
Cuanto mayor es el orador, tanto menos retórico necesita ser y más fami-
liar resulta su estilo. El buen predicador es el que, con la familiaridad y la
sencillez, busca y obtiene la comunicación viva con el pueblo; es lo que
confiere un encanto especial a la predicación de los grandes… oradores.71
El gritón
En la formación de los predicadores del siglo pasado, la potencia de
la voz a la hora de ministrar la palabra de Dios era importante. Se
le daba gran relevancia al volumen en las expresiones claves, sobre
todo las que daban gloria a Dios o llamaban al arrepentimiento. Esto
a menudo se relacionaba con las ideas de la unción, el poder y la
autoridad. Por todas partes se escuchaban los discursos llenos de
fervor, saturados de fuerza y cargados de citas bíblicas repetidas de
memoria. Muchos oradores gritaban a todo lo que podía su garganta
desde el inicio hasta el fin. Si las bocinas eran potentes se escuchaba
el mensaje desde lejos, incluso podía lastimarse a los oídos cercanos.
Algunos nunca bajaban la intensidad, como arrancaban culminaban.
Igual declaraban con voz tronante frases como «aquella mañana llo-
vía», que «la sangre de Cristo tiene poder». No pocos admiradores
160
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
tenían estos proclamadores entre los muchachos novatos que luego
reprodujeron el modelo.
No faltan en esta generación los predicadores que piensan que la
fuerza de penetración de su mensaje en el corazón de los oyentes
radica en el tono y el volumen del hablante. Es increíble que haya
quienes crean que la unción se manifiesta y fluye de acuerdo a la in-
tensidad de la voz. La verdad es que no resulta tan grato escuchar un
sermón entregado a puro grito y regaño. La serenidad también aporta
al buen discurso.
Los cambios en el ímpetu y el ritmo de las expresiones deben aco-
modarse a la consistencia de lo que se va a transmitir. El mensaje in-
cluirá explicaciones que se pueden dar en forma normal, aplicaciones
que ameritan mayor énfais y frases de entonación, interrogación o
admiración, que requerirán modulación distinta. Claro que se ha de
respetar el estilo de cada uno, pero lo ideal es que la personalidad del
orador se refleje en su predicación. El consejo sabio, pertinente y ati-
nado del Pbro. Fernando Figueroa servirá bastante: Baja la voz y eleva
el argumento. Como dice Peñalosa: No por mucho gritar se convence
más al auditorio.72
Sobre el punto Martínez aporta:
La fuerza de la expresión no radica tanto en la intensidad de la voz como
en la riqueza de las ideas.73
Si los pensamientos son pobres o fríos, será inútil tratar de compensar la
pobreza y la frialdad con artimañas, tales como el tono impresionante de la
voz, el incremento de la velocidad o la gesticulación aparatosa.74
Se comenta de un predicador llamado Fausto de Reii, el cual llegaba
a quedar afónico por los gritos de entusiasmo que le arrancaban sus dis-
cursos…75
161
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
El porrista
Ahora abundan los predicadores cuyo sistema de ministración de-
pende del ánimo que manifieste la gente durante su exposición. Con-
sideran que la predicación efectiva depende bastante del buen am-
biente en la congregación y demandan la colaboración del público a
lo largo del sermón; y en esto hay razón. El problema radica en que
pretenden provocar el clima espiritual apropiado introduciendo mé-
todos de interacción que no siempre caen bien ni logran el objetivo;
y por el contrario pueden llegar a fastidiar a la congregación; sobre
todo si no está impuesta a estar repitiendo todo lo que se le ocurre al
orador. Quieren que el pueblo confirme sus declaraciones con alaban-
zas, aplausos y expresiones de júbilo. Entonces desde que toman el
lugar comienza la promoción, y a cada rato interrumpen su discurso
para asegurarse de que no baje la adrenalina: ¿Cuántos alaban al Se-
ñor? ¿Alguien puede alabar más fuerte? ¿Quién se atreve a gritar con
todas sus fuerzas un aleluya? ¡Un grito de júbilo! «Dile al que está a
tu lado…» No se le ocurra a la iglesia callar un momento, porque el
ministro le diagnostica muerte espiritual, falta de gratitud para Dios,
inconciencia de la presencia divina, y un largo etcétera. El predicador
entra en crisis porque piensa que su mensaje no impacta y experi-
menta una sensación de que es ineficaz si no hay algarabía de por
medio.
El problema es que muchas veces las porras ocupan una gran par-
te del tiempo del mensaje. Luego, si no le responden como quiere,
abandona la estructura del sermón y se lanza contra la pasividad de la
gente. Al final, un momento instructivo y precioso como el de la ex-
posición de la Palabra, que es para nutrir la fe, se torna en uno en que
prevalece la animosidad sin esencia ni consistencia. La predicación
162
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
expositiva abunda en contenidos y aplicaciones, que emplea cada mi-
nuto en la comunicación de la verdad, sin desperdicio.
El comediante
Existen los predicadores que explotan su humor con demasía en el
púlpito. Siempre encuentran detonantes que les recuerdan un chiste
o les permiten exhibir su gracia para contar anécdotas o ilustraciones
hilarantes. El problema empieza cuando cruzan la línea y hacen burla
de situaciones que afectan a personas que están en el auditorio. Más
si tienen relación con casos de escarnio sobre peso, altura, comple-
xión, limitaciones físicas o enfermedades que sufren los oyentes o
sus familiares. Y no se diga si en la exposición de la Palabra se hace
sorna sobre otras religiones, tendencias sexuales o vicios; sin saber
el orador lastima a quienes lo escuchan.
De ninguna manera se quita el valor a las expresiones humorísti-
cas en la predicación. Pueden ser efectivas, terapéuticas y hasta gra-
tas; pero la moderación ha de cuidarse, para no caer en el abuso. La
solemnidad, la elegancia y el pudor pueden peligrar si a un chiste si-
gue otro. En ocasiones la gente puede irse recordando lo gracioso más
que lo edificante. Cae bien en este punto la reflexión de Martínez: El
humorismo sin una buena dosis de sensatez puede convertirse en una de
las moscas muertas que hacen heder el buen ungüento del perfumista.76
El sensacionalista
Hay predicadores que permanentemente andan en busca de frases
apantalladoras para lucir en sus ministraciones. Algunos son crea-
tivos y tienen gracia, por lo que caen bien a la hora de exponerlas;
otros no tanto. El dramatismo es parte de su mensaje y en ocasiones
163
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
pueden llegar al extremo del sensacionalismo y hasta puede sonar
grosera su expresión. A veces los pastores tiemblan por la preocupa-
ción de que un evangelista o profeta se extralimite cuando anuncia:
¡No me importa que el pastor no me vuelva a invitar por lo que voy
a decir, pero yo voy a cumplir con lo que me dicta el Espíritu Santo!
Entra en crisis el líder local y se pone alerta para analizar lo que vie-
ne; se estresa por la preocupación de que se le salga una declaración
inadecuada o vergonzante al invitado.
Piensa el predicador que con expresiones desafiantes o temerarias
le imprime carácter y autoridad a su compromiso con la verdad, pero
en realidad falta al respeto a quien lo invitó o le permitió ocupar el
púlpito. Lo ideal siempre es honrar la figura pastoral ante la congre-
gación. Algunos utilizan un mé-
No sólo comunican
todo veterotestamentario con
las palabras, frases como: Si no pasa lo que
también la mirada, digo, no hay profeta de Jehová en
los gestos, la postura, este lugar. Y la verdad, no siem-
los ademanes, las pre acontece lo que anuncian. El
sensacionalismo o alarmismo en
pausas y los silencios
el discurso sermonario atrapa la
ofrecen un mensaje de
atención por el momento, pero a
parte del exponente al la larga no produce los mejores
auditorio. Incluso resultados.
pueden resultar
mucho más El místico
No pocos utilizan frases como
expresivas las formas
las siguientes: En este momen-
que los contenidos.
to no hablo yo, sino el Espíritu
164
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Santo a través de mí. Antes de predicar le dije al Señor: No quiero
que hable mi carne, sino que tú me des exactamente lo que debo de-
cir. Hay algunos que aseguran que el Espíritu los inspira, les da el
pasaje bíblico y les revela todo lo que deben expresar. Otros hacen
ademanes y movimientos que hasta parece que oyen a Dios que les
habla directamente, y ellos responden: Sí Señor, sí. Luego miran a la
congregación y continúan su discurso. Una vez, se acercó una perso-
na con necesidad a pedir oración, y el ministro dijo: Espérate mañana
que esté tras el púlpito y que esté bajo la unción.
Conciben estos místicos la unción como un poder que va y viene
cuando predican. La imaginan como una fuerza divina que baja y sube
cuando se necesita. Sienten que el éxito de su ministerio es que la
gente perciba que ellos tienen una relación superestrecha con Cristo
y hacen todo lo posible por que se note su espiritualidad.
Al respecto, Martínez recomienda: La naturalidad debiera ser con-
sustancial con el predicador. Cualquier amaneramiento le es impropio.
Un porte excesivamente grave, un tono de voz solemne en demasía, una
expresión del rostro artificialmente mística deben proscribirse del púlpi-
to.77
El egocéntrico
Es el predicador que hace girar el sermón en torno a su persona. Toma
el texto bíblico como un trampolín que lo catapulta hacia su bagaje de
experiencias propias. La gente escucha sus aventuras ministeriales,
sus hazañas en la misión, sus tragedias en el camino y sus logros en el
servicio. Habla de Dios, de Jesucristo y del Espíritu Santo, pero sólo
para comentar cómo lo ha usado el Señor y las manifestaciones de su
gloria en la vida del siervo.
165
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Los verbos de su mensaje preferentemente se conjugan en la pri-
mera persona del singular. El yo inicia el discurso y lo culmina; el mí
y el me brotan espontánea y abundantemente a cada rato durante su
participación. Es el modelo de resistencia, el ejemplo de santidad, la
encarnación de la fidelidad, el dechado del sacrificio. Aunque siem-
pre al final culmina su sermón con una alabanza para el que tuvo el
acierto de llamarlo, escogerlo y ungirlo a él.
Se ha de cuidar la forma en que se utiliza el púlpito. La procla-
mación tiene que ver antes que nada con la persona y la obra de Je-
sucristo. Las virtudes divinas, sus bondades y perfecciones deben
ser alabadas en la exposición. El apego a la Escritura, interpretada
correctamente de acuerdo a su contexto será lo que determine en qué
nivel la predicación es palabra del Señor. Se requiere mayor intencio-
nalidad en procurar que el Espíritu Santo rija y dirija la disertación.
Si un pastor o líder da a un ministro el privilegio de compartir en su
congregación, siempre lo ha de honrar y agradecer la bendición. Se ha
de procurar también dar el mejor trato a la grey que escucha el men-
saje. Se deben evitar las actitudes y los desplantes sensacionalistas.
No se ha de regañar a los oyentes. No es prudente utilizar el tiempo
del sermón para catarsis propia. Que los discursos glorifiquen a Dios,
edifiquen a la iglesia y conduzcan a las personas a Cristo.
El terminador
Es el predicador que gusta de anunciar su próxima terminación del
mensaje varias ocasiones durante el sermón. Provoca ilusiones en el
auditorio de que pronto acabará el discurso, sobre todo si éste se ha
prolongado en demasía. Luego continúa su perorata, para después
prometer un final cercano, el cual no llega y produce fastidio o des-
166
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
confianza de la gente. Algunos tres, cuatro o hasta cinco veces avisan
el cierre del mensaje, y hacen salir suspiros y declaraciones de «por
fin» de los oyentes. Aquí queda muy bien la recomendación que Pe-
ñalosa hace: …no digas que ya vas a terminar, es mejor que termines sin
anunciarlo. Termina antes que el auditorio lo sospeche, deja de hablar en
el momento en que menos se lo piense. Cultiva la sorpresa.78
Máximo García afirma que la puntualidad en el orador es deter-
minante en el ánimo de los oyentes.79 Se dice que los padres griegos
animaban a sus oyentes advirtiendo que faltaba poco para que se ter-
minara el sermón. Ciertamente no con ganas de engañar (quizá enga-
ñándose a sí mismo), mas sí con la de sostener los ánimos, promete Juan
Crisóstomo ser breve, aunque no cumpla su palabra.80
G. Los vicios más graves de los homiletas
Pésima dicción. Se nota en la falta de gesticulación o descono-
cimiento de los vocablos que emplean. También se muestra por la
escasa habilidad al momento de leer la Escritura, así como a causa
de la mala visión en el instante de acudir al bosquejo o la nota. Se
maneja el predicador con solecismos y aumentos de letras en las
expresiones.
Abuso de muletillas. No es exhibición de piedad o devoción
profunda, sino de inhabilidad en el discurso, el hecho de llenar el
mensaje de expresiones de alabanza a Dios, como Amén, gloria al
Señor, Aleluya… También es un vicio repetir a cada rato la palabra
hermanos o preguntar en cada afirmación ¿verdad? o ¿Amén? Se
trata de frases de relleno que no encajan. Peñalosa piensa que no
obedece a un exceso de afecto, sino a una deficiencia de ideas. Los
llama: adminículos para quienes cojean de los labios.81
167
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Postura y ademanes inadecuados. Se manifiesta por la infor-
malidad a la hora de sentarse en su silla o de pararse tras el púlpito;
así como en la dinámica escasa o exagerada; mirada hacia el techo o
a un punto perdido y no al auditorio. En su discurso, el predicador
voltea a ver a cada rato al pastor o a los líderes para buscar su apro-
bación, en vez de concentrarse en la iglesia. Se revela el vicio me-
diante el señalamiento acusador con el dedo índice o movimiento
de manos, ojos o expresión de gestos no concordantes con lo que
se dice.
Peñalosa apunta:
…andan por ahí predicadores que no saben qué hacer con sus extremi-
dades superiores mientras dicen la homilía. ¿Cruzar los brazos, juntar
las manos en trance de arrobamiento, esconderlas detrás de la espalda,
guardarlas en inencontrables bolsillos, afianzarlas del micrófono, pasar-
las sobre el mármol frío de una columna, donde dejar las manos por un
rato?
El ademán ha de ser natural, discreto, elegante, gráfico, armonizado,
compañero de la palabra, simultáneo a la palabra.82
Manipulación del texto. Sucede cuando el predicador entrega
una explicación del texto fuera de contexto. Se da una eiségesis en
lugar de exégesis. Se emplea el fragmento bíblico como trampolín
para saltar al punto que el predicador arbitrariamente haya deci-
dido. Su consideración del pasaje es sólo en la lectura y después
todo el sermón discurre fuera de la línea de la porción señalada. Se
pasa brincando de un versículo a otro, haciendo gala de su memo-
rización bíblica y de su indisciplina en el estudio de la palabra de
Dios. Llena de testimonios, anécdotas, ilustraciones el mensaje, y
se olvida por completo de la base inicial.
168
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Manipulación del auditorio. Se trata del empleo de estrategias
para mover las emociones del pueblo. Se aplican métodos de ex-
presión sentimental no genuinos como el llanto, los discursos de
lástima o necesidad para provocar en la gente compasión o reac-
ciones viscerales. El auditorio no responde a la palabra de Dios, no
es tocada por la unción divina, ni actúa según la verdad, sino que
es arrastrada por los artificios del orador.
Existe en no pocos predicadores la tendencia a preconizar los
factores negativos. Entonces la insistencia en el mal predomina en
las expresiones. En ocasiones todo el discurso es pura reprensión.
Incluso hay quienes saturan sus declaraciones con manipulaciones
sicológicas en busca de una respuesta de lamentación del audito-
rio. Si se abusa de los detalles pesimistas en el mensaje se podría
provocar un resultado opuesto a lo que se procura. Puede ser que
las personas reaccionen más a los artificios de la oratoria que al
entendimiento de la verdad de Dios.
Vociferación. Demasía en el volumen del micrófono o de la voz,
monotonía en los altos decibeles son expresiones de este vicio.
Gritos del exponente dominan el mensaje, pretendiendo exhibir
unción o poder, autoridad o gloria con la intención de sobrepo-
nerse al auditorio. Este estilo cae cada vez más en desuso. La gente
aprecia el argumento bíblico y la exposición de la verdad, de forma
más respetuosa y normal de parte del predicador.
El homileta, Juan L. Pedraz, vierte el siguiente concepto: El error
de ciertos oradores es que quieren conmover a su auditorio a fuerza de
gritos o de exclamaciones, pero sin imágenes; quieren el efecto, sin po-
ner la causa… Con tales exclamaciones o gritos sólo nos dicen que hay
169
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
algo terrible o grandioso, pero como no nos lo hacen ver, nos quedamos
apáticos.83
Maltrato al auditorio. Se hace referencia a los ataques y agre-
siones de parte del predicador que constantemente reta, reprende
y muestra encono contra el auditorio. Sobre todo, en los ministros
de tipo profético, evangelístico y apostólico se manifiesta este vi-
cio de confrontar a la gente con sus pecados, errores o vicios de
manera imprudente y violenta. El pastor no debe permitir que tra-
ten mal a su rebaño y mucho menos ha de caer él mismo en des-
cortesías, reconvenciones humillantes o regaños vulgares. A los
oyentes de la palabra de Dios se les ha de tratar con respeto, amor
y cordialidad.
Peñalosa habla de un tiempo
en que se privilegiaba la predi- Se ha de integrar la
cación moralista con un cierto disciplina de una
tono de agresividad: correcta modulación
...la tendencia de la homilía era de la voz a lo largo
más bien moralizante. Se nutría,
del discurso.
por usar una frase todavía peda-
gógicamente válida, no tanto de La gesticulación ha
teología dogmática cuanto de teo- de manejarse
logía moral… Y entonces los fieles acorde al mensaje y
recibían tupidos consejos acerca
a las expresiones
de los pecados y las virtudes, los
deberes de estado, los preceptos
que se presentan.
de la iglesia, la casuística de cada
día, los diez mandamientos de la Ley de Dios que se encerraban un poco
freudianamente en dos, el sexto y el noveno.
170
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Predicación machacona y repetitiva, al grado que la palabra «sermón»
solía ser sinónimo de regañada, donde a veces el Crisóstomo en turno
ni siquiera explicaba la moral como ella es, positiva y estimulante, un
chorro de luz para el camino, sino código exclusivo de prohibiciones,
almacén de sombras.84
Martínez también trata el asunto con aseveraciones críticas sobre
quienes incurren en este proceder:
Existe, no obstante, un peligro contra el cual el predicador tiene que
precaverse. Es lo que podríamos denominar «vocación de denuncian-
te» y se manifiesta en una acusada tendencia a hostigar casi constan-
temente al auditorio exponiendo errores, pecados y debilidades en to-
nos tremebundos, con un dramatismo que no siempre corresponde a
la realidad objetiva de la situación. Cuando esto sucede, el predicador
suele estar convencido de que actúa de ese modo a causa de su fide-
lidad a la dirección del Espíritu Santo. Pero ¿es así siempre? No debe
descartarse la posibilidad –comprobada en muchos casos—de que las
actitudes radicales y los discursos fuertemente condenatorios, en vez
de ser inspirados por el Espíritu Santo, tengan su origen en la acción de
complicados mecanismos psicológicos o en meras reacciones carentes
de objetividad y de equilibrio.85
Exageración. Se puede exagerar en las cifras, las narraciones
milagrosas, los testimonios, el relato de visiones o experiencias.
A menudo, sobre todo cuando un predicador expone en distintas
ocasiones en la misma iglesia y cuenta sus anécdotas se nota más
este vicio. En el afán de añadir emoción, impacto o impresión en el
relato se cruza la línea entre el hecho real y la imaginación. Puede
llegar el momento en que el ministro se desacredite ante la grey, si
171
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
encuentran que tiene la costumbre de inflar los datos o los detalles
de sus experiencias y hazañas.
Falta de preparación. El ministro siempre debe estar prepara-
do. Aun si lo invitan de pronto a compartir un mensaje, no tiene
excusa para decir que no está listo. Se supone que a eso se dedica,
en ello radica su deleite y ama su oficio como siervo de Dios. Hay
que reservar mensajes para las ocasiones inesperadas o se puede
predicar un sermón recalentado.
Se desacredita demasiado el que antepone las excusas y se que-
ja en público de que lo tomaron de sorpresa y pide perdón de an-
temano por si no resulta bien su participación. La improvisación
continua es enemiga de la excelencia. Puede requerirse en situa-
ciones excepcionales; pero si se vuelve costumbre hará del predi-
cador un negligente. La licencia para brincar el proceso del estudio
impedirá alcanzar la idoneidad requerida a los transmisores de la
palabra del Señor.
Sobre la necesidad de que el predicador prepare a conciencia
sus mensajes apunta Martínez:
Ni el Espíritu Santo ni la habilidad intelectual o retórica del predicador
pueden suplir la preparación concienzuda. El Espíritu Santo es, como vi-
mos, el único que puede hacer eficaz la predicación; pero su acción nun-
ca ha anulado la de sus instrumentos. La finalidad de la acción divina es
hacer fructificar el mensaje, no fomentar la negligencia del mensajero…
La improvisación, en ocasiones excepcionales, puede tener éxito, pero
su práctica habitual conduce indefectiblemente a la pobreza de ideas
con la consiguiente falta de variedad… De tal práctica sólo cabe esperar
esterilidad espiritual por parte del predicador y depauperación de los
oyentes.86
172
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Falta de sustancia. La falta de estudio constante, la ausencia de
lectura de la Biblia y de buenos libros, la escasa meditación en la
palabra de Dios, producirá inconsistencia en el alma del predicador.
Se crearán vacíos en su mente y vanidad en su discurso. Se gasta
demasiado tiempo en rodeos, porras, frases sin sentido, muletillas,
y luego se termina la participación sin que quede nada grabado
en el corazón de los oyentes. Cuando no se trabajó en procesos
hermenéuticos y no se dedicó el orador previamente al escrutinio
fiel de las Escrituras, se arriesgará a pronunciar un discurso vago
y vano.
Sobre la necesidad de la buena preparación de manera consis-
tente el exégeta Gordon D. Fee comenta: El producto final, el ser-
món, puede y debe basarse en la investigación reverente y erudita. El
sermón, como acto de obediencia y adoración, no debe encubrir la mala
preparación con un abrigo de fervor. Que el sermón sea emocionante
pero también en todo fiel a la revelación de Dios.87
Máximo García apunta que al auditorio le gusta que el orador
conozca y domine perfectamente el tema que está desarrollando.88
Se atribuye a San Agustín la idea de que el predicador ha de ser
más sabio que elocuente; tanto mejor si puede combinar ambas condi-
ciones… Agustín evoca como ideal la figura de san Pablo. El orador ha
de prepararse por el estudio y más todavía por la oración…89
H. La oratoria en la predicación expositiva
La oratoria es el arte de hablar en público. Es el empleo de los recur-
sos retóricos para comunicar un mensaje con efectividad. Es la inte-
gración y aplicación de artificios del lenguaje y la expresión verbal
y no verbal con el propósito de impresionar con el discurso. Tiene
todo que ver la adquisición de los beneficios de esta disciplina con
173
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
el desarrollo óptimo del que anhe-
Se requieren la adquirir mayores habilidades en
la disertación de la palabra de Dios.
predicadores con
Aquí aplica lo señalado por Peñalo-
mayor preparación
sa: La facilidad natural para hablar,
y agudeza en el para predicar, es como la porcela-
sentido del na, bella pero frágil. Se pierde por la
discernimiento ociosidad. Se perfecciona por la prác-
espiritual. Mientras tica. El predicador nace, pero también
ministra la Palabra, se hace. Demóstenes, el tartamudo,
supo que la voluntad puede más que
el siervo del Señor ha
la naturaleza.90
de mantenerse atento La oratoria aplicada en la pre-
a las indicaciones y a dicación expositiva incrementa la
las directrices del eficacia del mensaje. Aporta al dis-
Espíritu Santo para cursante fuerza y poder; eleva la
cumplir el propósito elegancia del estilo y mejora la for-
ma de presentación de las ideas. Si
divino en su
se estudia y se integran los conoci-
participación.
mientos de esta disciplina en la ex-
posición de los sermones, se torna-
rá característico el buen nivel de vinculación entre el ministro de la
Palabra y los oyentes, de modo que fluya de manera más dinámica y
efectiva la comunicación de los contenidos de la verdad divina a tra-
vés del ministro de Dios. Así se honrará en mayor grado la majestad
del evangelio del reino de los cielos.
Ideal es que la personalidad del predicador se refleje en su minis-
tración. Alcanzar el estilo propio es simplemente hablar con natura-
174
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
lidad a la hora de exponer el mensaje bíblico. No se puede encajonar
a todos en el mismo formato, no se trata de reproducir imitadores, es
mejor enseñar principios de oratoria y enfatizar los elementos cla-
ves que aportarán al predominio de una forma de comunicación del
mensaje de acuerdo al carácter, temperamento, y características indi-
viduales de cada exponente de la Palabra.
La meta es añadir fuerza en la expresión del mensaje. Será deter-
minante enfatizar sobre la importancia del juego de la voz a lo largo
del discurso. Un tono y volumen que se elevan por momentos para
luego caer de nuevo en su punto normal; y después, cuando llegue
el tiempo de hacer una declaración que requiere relevancia, volver a
aumentar la potencia para dejar más grabadas las ideas que se quie-
ren remarcar en la mente del auditorio. No será jamás saludable a la
presentación del sermón la monotonía que puede resultar fastidiosa
si se mantiene en alta voz a lo largo de la exposición, o desesperante
si la pasividad inalterable prevalece.
No se puede jamás exagerar el cuidado que se ha de tener en el
lenguaje no verbal a la hora de la predicación. No sólo comunican las
palabras, también la mirada, los gestos, la postura, los ademanes, las
pausas y los silencios ofrecen un mensaje de parte del exponente al
auditorio. Incluso pueden resultar mucho más expresivas las formas
que los contenidos. El que se mantiene inmóvil como el que no para
ni un instante y va de un lugar a otro constantemente pueden fasti-
diar a la congregación. Un movimiento continuo de manos que toca
una parte de la cara, evidencia nerviosismo o un tic que denota cierta
falta de dominio por parte del ministro. Mirar al piso, al techo, a las
paredes y no a los concurrentes, disminuye la eficacia del discursan-
te. Demasiadas pausas o silencios, dificultades para encontrar pasa-
175
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
jes bíblicos, generan incertidumbre en los oyentes sobre la solvencia
cognoscitiva del orador.
Con todo el peso de la experiencia enseña Máximo García: El ges-
to, la fisonomía, la mirada, el tono de la voz, todo contribuye a grabar
profundamente el sentido, y a avivar el calor de los afectos.91
Hay que aprender a mirar al auditorio de forma correcta. Un vis-
tazo inicial de un extremo al otro de los asistentes, observando a una
buena cantidad a los ojos, dará la impresión de que el predicador tie-
ne control de la situación.
Todo orador no debe perder de vista a su auditorio, pues al dirigirse a él, ha
de saber entrar al fondo de su inteligencia y de su corazón, a fin de moverlo
a la convicción y a la persuasión. Además, de él recibirá sus más eficaces
inspiraciones, y, al terminar, no menos satisfacciones y alegrías. El orador
debe espiar, urgar, con mirada penetrante, los movimientos de sus oyentes
y deberá adivinar o intuir qué es lo que ha de decir, para poder entrar en
los más finos pensamientos y sentimientos del alma de su auditorio.92
Una lectura tranquila, a buen ritmo, respetando la puntuación y en-
fatizando los aspectos relevantes del pasaje, colocará un buen fun-
damento para la exposición del resto del mensaje. La oración deberá
ser clara, precisa y con fines prácticos. No se trata de impresionar a
la gente, sino de implorar la gracia divina. La espontaneidad tiene su
lugar y aporta eficacia, pero no ha de ser la constante. Un bosquejo
bien estructurado y escrito con sencillez, que contenga los factores
esenciales, ayudará bastante a la pieza de oratoria.
La mayoría de los predicadores pentecostales elaboran bosquejos
básicos del texto bíblico. Casi todo el discurso sale de la memoria y
de la habilidad de conectar pensamientos, anécdotas e ilustraciones
sobre el tema. El sermón temático se privilegia sobre el expositivo,
176
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
con raras excepciones. No se puede El predicador ha de
negar que la espontaneidad aporta sus
mantenerse
ventajas porque el mensaje tiene un
sabor más personal, dinámico y me-
expectante a la
nos acartonado. iluminación del
Las áreas de oportunidad en la Espíritu, tanto en el
predicación actual son diversas. Si momento de su
se cuidan y se procuran con asidui- estudio y preparación
dad los valores de la buena oratoria se
del sermón, como
alcanzarán niveles mayores de efica-
antes, durante y
cia en la exposición bíblica. La tarea
hermenéutica y exegética, así como el después de la
procedimiento homilético han de ser exposición de
coronadas con las aportaciones de la la Palabra.
buena retórica.
Se ha de integrar la disciplina de una correcta modulación de la
voz a lo largo del discurso. La gesticulación ha de manejarse acorde al
mensaje y a las declaraciones que se presentan. Habrá que eliminar
las muletillas de las enunciaciones devocionales recurrentes fuera de
tiempo y forma (Amén, aleluya, ¿verdad?, hermanos, iglesia, cierto,
este, digo, porque, pues, o sea…). Se ha de trabajar bastante en el en-
riquecimiento del léxico. Ayudará a la expresión elegante la profun-
dización en el estudio hacia el sermón expositivo, más elaborado, y
menos improvisado, sin perder la frescura de la espontaneidad en
medida pertinente.
I. Lo que se requiere en la formación del predicador expo-
sitivo
Existen disciplinas indispensables que al desarrollarse forjarán una
177
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
sólida estructura del carácter y la espiritualidad del predicador expo-
sitivo. Se requiere, más que estudiar para la elaboración de sermones
o bosquejos, una relación de honor y consagración con el Espíritu
Santo y la palabra inspirada por él. En la comunión íntima con el
Señor, el escrutinio recurrente de las Escrituras, la oración diaria fer-
viente y el ejercicio continuo de la vida devocional, se forman los
embajadores del reino de los cielos. Como afirma Peñalosa cuando
comparte su secreto: Dime cómo te preparas y te diré cómo predicas.93
Se requieren predicadores con una formación más profunda
y especializada en el campo bíblico. El ministro de la Palabra
ha de amar el libro producido por el Espíritu Santo, escudriñarlo,
entenderlo, analizarlo. Para ello necesita adquirir las disciplinas
de la lectura y la meditación. Antes que disfrutar proclamarla hay
que aprender a deleitarse en la ley de Dios de día y de noche (Sal-
mos 1:2). La Sagrada Escritura es la principal fuente de revelación
y contenidos para la exposición de la verdad divina. Las habili-
dades exegéticas y el dominio de procesos hermenéuticos son la
clave. No hay de otra; la consistencia y la fuerza del ministerio
de la predicación vendrán como consecuencia de acostumbrarse a
comprender las palabras bíblicas en su conjunto de la frase y los
textos en su contexto. Que lo que explique sea el mensaje del cielo
tal y como fue inspirado, y no una idea preconcebida del orador.
Magistralmente ilustra Martínez la necesidad de ahondar en la
exégesis para extraer las riquezas que se llevarán al púlpito:
El predicador no debe conformarse con mojar su pies en un pasaje escri-
turístico; debe zambullirse en las aguas profundas de la revelación, aun-
que cada vez, de los tesoros alojados en sus fondos, saque solamente
una pequeña parte: una perla doctrinal, la lección de un hecho histórico,
178
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
una promesa, un mandamiento,
El mundo necesita más una admonición, una palabra de
intervenciones del cielo ánimo, un ejemplo a imitar, un lla-
en sus entornos. mamiento. Cuando se logra esto,
se ha dado un gran paso para
Requiere exposiciones
acabar con la superficialidad do-
doctrinales que lleven minante en muchos púlpitos.94
el sello de la convicción
del Espíritu Santo. Se requieren predicadores
Todo el proceso de la con mayor preparación y agu-
predicación apuntará a deza en el sentido del discer-
nimiento espiritual. Mientras
provocar encuentros,
ministra la Palabra, el siervo del
experiencias, y forma-
Señor ha de mantenerse atento
ción de conciencia de la a las indicaciones y a las direc-
presencia de Dios en trices del Espíritu Santo para
la vida de los seres cumplir el propósito divino en
humanos. su participación. Ha de perma-
necer en constante observación
y escuchando con atención las
expresiones verbales y no verbales del auditorio. Las actitudes de
la gente ante la exposición de la doctrina, la enseñanza devocio-
nal y las aplicaciones éticas del mensaje, pueden ofrecer señales
que sirven como guías estratégicas para remarcar ciertos énfasis,
acortar el sermón, tomar ideas para la hora del llamamiento final o
pasar a otro punto del bosquejo.
A veces la presencia divina se manifiesta con poder y se deja
sentir en la congregación, y si no identifica el predicador el pro-
pósito, dejará pasar un momento estratégico, de clímax, y efectivo
179
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
para promover la gloria de Dios y las manifestaciones del Espíritu
Santo en esa misma hora. Lo contrario también puede suceder; que
el ambiente se torne pesado, la apatía domine al auditorio y la per-
turbación diabólica opere. Entonces habrá que conjugar la oración
en el nivel íntimo mientras que continúa la impartición de la Pa-
labra. Saber cuándo hablar y en qué momento callar también atañe
al campo del discernimiento. Se trata de desarrollar una armoni-
zación entre el corazón del siervo y el del Señor para que opere la
exposición siempre bajo la unción. Es asunto de cordialidad y de
relación cercana y entrañable con el Todopoderoso, primero en la
vida diaria, para que luego se refleje también en el púlpito.
Tanto al momento de Se requieren predicado-
preparar su mensaje res anhelantes de la gloria de
Dios y más abiertos a la obra
como a la hora de
del Espíritu Santo. Ha de te-
compartirlo, el
ner el ministro de la Palabra
predicador ha de tomar conciencia de que al ser llama-
en cuenta los problemas, do será capacitado por Dios. La
inquietudes, dudas, máxima prioridad será desa-
conflictos, luchas, rrollar la habilidad de escuchar,
debilidades, pecados, entender y obedecer la voz del
Consolador. Hay que procurar
intereses, tendencias,
mayores niveles de creatividad
temores, anhelos, goces
e intencionalidad para provocar
y alegrías de la gente a entornos gloriosos y ambientes
la cual ministra. propicios para el derramamien-
to del Espíritu Santo en cada
180
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
participación, de modo que los oyentes perciban la presencia divi-
na mientras escuchan el discurso.
El predicador ha de mantenerse expectante a la iluminación del
Espíritu, tanto en el momento de su estudio y preparación del ser-
món, como antes, durante y después de la exposición de la Pala-
bra. Va mucho más hondo Peñalosa cuando apunta: En realidad, el
predicador no elige el tema de su homilía, no es libre de hablar lo que
quiera, ni menos para presentar sus propias opiniones o las que com-
plazcan al auditorio. No debe preguntarse: ¿de qué voy a hablar? Sino:
¿qué me dice hoy la palabra de Dios?95
Esta es la especialidad del inspirador de las Escrituras; él es ge-
neroso para habilitar y ensanchar el entendimiento humano para
una comprensión más adecuada y lúcida de los textos bíblicos. Las
verdades y aplicaciones brotan de los pasajes y saltan a la vista
del predicador cuando procura, anhela y aprecia la luz divina que
alumbra las tinieblas de la mente por la pura gracia del Señor (2
Corintios 4:6). Aumentará la eficacia y la potencia del discurso al
ser invadidos por la convicción gloriosa si a través del orador el
Consolador guía a su pueblo a toda la verdad (Juan 14:26).
Martínez habla de ocasiones en que no se cumple la finalidad
del sermón como se lo había propuesto el orador, por razón de que
siempre hay oídos y corazones invulnerables a los dardos más di-
rectos de la Palabra. Y también apunta que el Espíritu Santo puede
alcanzar fines que el predicador no se había propuesto.96
No tiene que escoger el predicador expositivo entre ser acadé-
mico y ser espiritual en su ministración. Ambos aspectos pueden
y deben conjugarse en la exposición de la Palabra. La erudición y
la unción son el binomio perfecto para la eficiencia en el mensaje.
181
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
La consistencia del conocimiento con la fuerza de la devoción y el
fervor se acompañan para garantizar el éxito del discurso bíblico.
La dependencia del Espíritu Santo ha de dirigir la investigación, la
dinámica y la comunicación de la verdad divina.
El mundo necesita más intervenciones del cielo en sus entor-
nos. Requiere exposiciones doctrinales que lleven el sello de la
convicción del Espíritu Santo. Todo el proceso de la predicación
apuntará a provocar encuentros, experiencias, la formación de
conciencia de la presencia de Dios en la vida de los seres humanos.
No sólo se trata de impartir información bíblica y teológica, sino
de ser intencionales en crear oportunidades para que la gente sea
tocada y transformada por el poder del Señor.
Los oradores exponen de lo que saben, pero mucho de lo que
dicen desaparece y no trasciende, hay sermones que no van más
allá de una simple explicación de un pasaje; pero si las personas
que escuchan creen y sienten que quien habla lo hace de parte del
cielo mantendrán una actitud receptiva y expectante. Entonces el
Espíritu Santo tomará una palabra, una frase, una inferencia y en-
señará, iluminará e impresionará al auditorio. De manera que la
gente es enseñada por Dios, mediante el discurso del predicador
que habla bajo la guía del Espíritu de verdad (Juan 16:13).
Ha de procurar a diario el predicador expositivo la llenura del
Espíritu Santo. La virtud y el poder del Consolador tienen que ex-
hibirse en la persona y el oficio de los siervos y siervas de Dios. Es
necesario operar en los dones espirituales mientras se expone la
Palabra y cuando se ministra en el altar. Si se comunica la verdad
divina desde la plenitud de la presencia del Señor habrá manifes-
taciones gloriosas, y los resultados incrementarán en cada parti-
cipación.
182
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Con el ejercicio continuo y recurrente, el predicador expositi-
vo desarrollará la imprescindible habilidad de actuar bajo la guía
del Espíritu. Cada vez será más fácil moverse en sintonía con el
inspirador de la Escritura si se aprende a obedecer sus impulsos,
señales y direcciones al ministrar. El consejo de los más aveza-
dos siempre resultará pertinente: Lo que intentamos recalcar es que
la confianza del predicador no debe apoyarse en su habilidad natural,
sino en Dios. Sintonizar con su Espíritu debe ser su máximo afán, por
encima de toda tendencia carnal a explotar los recursos de técnicas
humanas.97
La pertinencia también Nunca se enfatizará lo sufi-
tiene que ver con ciente en la necesidad de pre-
dicar la palabra de Dios bajo la
el tiempo que se
rectoría del Consolador. Él es
utilizará en la
quien provee la dinámica y el
exposición del mensaje. poder para cumplir la misión y
Si es demasiado corto la vocación. El bautismo en el
dejará a la gente insatis- Espíritu Santo energiza y po-
fecha y quedará limitado tencia el alcance del ministe-
rio. La vida en el Espíritu, como
en los conceptos claves.
participación de Cristo, propor-
ciona la clave de integrar la ver-
dad divina a la realidad diaria, tanto del orador sagrado como de los
receptores del mensaje. La comunión del Espíritu fomenta la creación
de ambientes de amor y cordialidad en las reuniones del pueblo de
Dios, de tal modo que el vínculo fraternal provoca que la exposición
del discurso de las Escrituras reciba el sello de la presencia del Señor
en la congregación de los santos.
183
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
J. Los artificios para diversificar la predicación
Predicar sobre asuntos diversos. El pastor ha de tomar temas so-
bre asuntos diversos de la vida, especialmente los que competen a la
experiencia de su gente o los que la afectan más. Desde la creación
divina hasta las visiones de la consumación de la historia de la re-
dención en la Biblia se tratan aspectos tan variados que conceden
terrenos amplísimos y fuentes inagotables de doctrina como para
que el predicador desarrolle un ministerio caracterizado por la ver-
satilidad. La relación con el pueblo, las familias y los individuos de la
congregación, así como los vecinos de la comunidad y sus principales
intereses o conflictos, permitirán que el siervo del Señor encuen-
tre puntos claves sobre los cuales enfocará sus futuros sermones. De
esta manera se cumple el principio de que cada público condiciona
a sus predicadores. Se comparten
diferentes tópicos, y se aplican en Todo auditorio tiene
formas distintas, aunque jamás un límite y es deber
se dejarán de enfatizar los ele- del ministro respetarlo
mentos esenciales de la fe.
al máximo. No quiere
Olivar habla de la importancia
decir que no se
de variar no sólo los contenidos,
sino las formas y los métodos:
puede pasar
…no reprender solamente, sino ade- algunos minutos
más exhortar y consolar. Así mandó ocasionalmente si el
Pablo que se hiciera: ¡Arguye, incre- tema lo amerita y
pa, exhorta! (2 Tim 4:2). Porque si al-
el pueblo lo acepta;
guno continuamente exhorta, hace
un tanto perezosos a los oyentes, y pero ha de ser la
si solamente increpa, los vuelve un excepción y no la regla.
184
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
tanto ásperos. Y esto porque, no pudiendo soportar la carga de las conti-
nuas reprensiones, luego se le apartan. Por lo cual es conveniente que el
modo de la enseñanza tenga cierta variedad.98
Predicar temas completos. Es importante que el sermón pastoral
al predicar un tema trate de agotarlo, y que siempre cierre el ciclo
que abrió sobre un asunto. Si en la investigación académica, en el
escrutinio de las Escrituras o en la estructura desarrollada nota que
el material excede al contenido que se puede exponer en una pré-
dica, entonces tendrá que seleccionar lo más esencial y lo de mayor
relevancia, y sólo con eso integrar su discurso. Otra manera de sacar
adelante el proyecto será partir el bosquejo en dos o tres secciones y
compartirlas a modo de serie. De esa forma se aplica todo el benefi-
cio y la riqueza del mensaje, sin sacrificar nada de él.
Jamás ha de dejar el predicador a la gente en suspenso, con la
sensación de frustración por una enseñanza a medias, incompleta, y
peor si se trata de un punto controversial y siembra más dudas que
certezas la instrucción inacabada. En todo momento los oyentes de-
ben quedar satisfechos con la exposición y cabalmente aleccionados
sobre los asuntos significativos que les resultarán edificantes.
Predicar toda la Biblia. Todo predicador tiene sus preferencias li-
terarias, temáticas y teológicas que matizan los énfasis de sus ser-
mones, y de seguro la tendencia lo inclinará a ser recurrente sobre
los asuntos de especial interés para el líder. Será, por tanto, clave
la disciplina personal para ocuparse del estudio serio y la exposi-
ción sistemática y estratégica de todos los contenidos de la palabra
de Dios. Desde Génesis hasta Apocalipsis, pasando por los libros
proféticos, poéticos, históricos, sapiensales y epistolares, abunda
185
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
la Escritura en conceptos, imágenes, discursos, oráculos y doctrinas
esenciales para la fe.
No crecerá uniformemente una congregación que sólo escucha
sermones sobre un género literario o una línea teológica. Si en el púl-
pito se comparte instrucción sobre temas del Pacto hebreo y se des-
cuida la expresión constante sobre el Nuevo Pacto, faltará la fuerza
del cristocentrismo. Si por contraparte, se predica únicamente de la
fuente apostólica y se ausentan los pasajes veterotestamentarios, se
edificará una estructura inconsistente en el pueblo sin el fundamento
de los profetas. Los 66 documentos inspirados deben ser reconocidos
por la iglesia y la voz pastoral ha de levantar un edificio de fe armo-
nioso, balanceado, nutrido y sólido con los contenidos de toda la ver-
dad divina, sin desentenderse de ni siquiera una jota o una tilde de la
ley de Jehová, que es perfecta. El gran León de Tarso, en su mensaje de
despedida en Mileto, ordenó a los obispos y ancianos entregar todo el
consejo de Dios a la grey (Hechos 20:27).
Predicar contenidos bíblicos, teológicos, devocionales, éticos y
prácticos. Una de las maneras más sencillas para garantizar que se
predica toda la Biblia en forma balanceada es tomar en cuenta un ca-
tálogo de sermones de acuerdo a su clasificación de utilidad o propó-
sito. Los contenidos de la Sagrada Escritura se pueden sencillamente
dividir en cinco grandes apartados:
Bíblicos. Cuando se toman los pasajes o libros de la Escritura,
se tratan desde el punto de vista exegético y se presentan de ma-
nera expositiva de tal modo que se extraen aplicaciones de tipo
teológico, devocional, ético y práctico que emanen del mismo tex-
to. Esta será una excelente forma de honrar la palabra inspirada por
Dios.
186
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Teológicos. Cuando se desarrolla un concepto de las grandes
doctrinas de Dios, Cristo, el Espíritu Santo, la Iglesia... También
si se trata de una de las ramas de la teología; por ejemplo, la na-
turaleza de Jesucristo, los dones del Espíritu, la venida del Señor
o la resurrección de los muertos. Y cuando el predicador evita por
perplejidad o por cansancio los temas teológicos, la vida espiritual de
los fieles se enmustia y se vuelve pobre y superficial o, en el mejor de los
casos, se resigna a vivir de un pasado que, en la piedad bizantina, por
fortuna fue rico y sólido.99
Devocionales. Cuando se trata una enseñanza que apunta a
provocar sentimientos o emociones, intereses o anhelos de la pre-
sencia, la gracia o el poder de Dios. Son temas que se predican con
el fin de incrementar la adoración, la alabanza, la meditación o la
contemplación de las almas hacia la grandeza de la majestad divina
Éticos. Cuando se toca en el sermón un tema sobre conductas
o comportamientos de los creyen-
Habrá que presentar tes en su ámbito o entorno social.
formas prácticas de Se tratan puntos que promuevan el
aplicar los principios combate a los vicios o los hábitos
bíblicos de cada que erosionan la relación del hom-
bre o la mujer de Dios con su pró-
mensaje. Que la gente
jimo. Se desarrollan también conte-
comprenda, aprenda nidos que exalten los valores y las
y aplique es la meta virtudes entre los que profesan pie-
de la predicación dad. Estos mensajes hacen un lla-
instructiva. mamiento especial a la integración
de la esencia de la fe en el Señor en
187
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
la conciencia, de modo que se refleje en relaciones saludables que
glorifiquen al Creador y honren el testimonio del creyente en la
sociedad.
Prácticos. Cuando se predican asuntos que ayudan a los cre-
yentes a comprender la importancia de mejorar o aumentar su ca-
lidad de vida, a través de lecciones de administración, servicio, mi-
nisterio… En este caso se tratan cuestiones como la economía del
dinero, del tiempo y de los recursos. Se brindan enseñanzas para
un más efectivo trato al cónyuge y a los hijos. Incluso se dan pau-
tas para eficientizar el trabajo evangelístico. Con estos mensajes se
equipa y arma a los creyentes para enfrentar los problemas desde
la instrucción bíblica.
Predicar en serie. Representa una enorme ventaja la exposición de
series de sermones en el púlpito pastoral. Se escoge una idea, una
biografía, una historia, un libro de la Biblia o un conjunto de pasajes
sobre un mismo tema; luego se elabora un programa con una agenda
de varias semanas para enfocarse en el análisis de ese asunto en par-
ticular. Se debe anunciar a la iglesia que se impartirán los discursos
en secuencia, de este modo se provocará el interés del auditorio por
seguir el hilo de los mensajes para tomar el estudio completo. Pasto-
res de gran experiencia emplean este sistema con grandes resultados.
Invita este método al predicador a investigar más exhaustivamente y
brinda a la grey la oportunidad de ampliar y profundizar hondo en la
consideración del punto tratado.
Grandes oradores como Kittim Silva recurren a la predicación en
serie para nutrición de su congregación y en sus participaciones in-
ternacionales. En la Asamblea Conciliar del año 2000 compartió un
188
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
trío de sermones biográficos sobre José el soñador con retórica ungi-
da y resultados extraordinarios. En el Congreso Ministerial de 2007,
trajo exposiciones sobre la vida y las hazañas de Sansón, con aplica-
ciones magníficas y respaldo divino glorioso. En su retorno a México
en 2018 disertó sobre el rey David; lo sublime y lo terrenal del mo-
narca conforme al corazón de Dios deleitaron a los siervos y siervas
del Señor de todo el territorio nacional.
Martínez habla sobre el gran recurso, siempre magnífico y sano, de
una serie de sermones expositivos sobre un libro de la Biblia: Apunta
que este tipo de predicación… debiera tener un lugar de honor, pues tanto
para el predicador como para la congregación es una fuente inagotable
de enseñanza e inspiración.100 También afirma que cuando se sigue una
serie sobre un libro de la Biblia, cuenta con una fuente inagotable de ma-
terial tan variado como provechoso. Este hecho libra al predicador de la
preocupación de encontrar nuevos temas para sus sermones.101
La comunicación Predicar según la necesidad ge-
efectiva es la meta, la neral. En su relación cercana con
consolidación y la gente el predicador percibe y
el progreso son se da cuenta de las problemáticas
objetivos primordiales; de la grey a la cual ministra. Si se
desarrolla el oficio en la ciudad o
en este sentido ten-
en una comunidad mediana o pe-
dremos que buscar queña, la población luchará contra
la claridad, la sencillez factores del entorno laboral, eco-
y la precisión en las nómico, de violencia, adicciones,
exposiciones. narcotráfico, escolar o de vivien-
da. Estos asuntos éticos deben ser
189
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
integrados en la agenda sermonaria para tratarlos desde el punto de
vista bíblico y para ofrecer soluciones, combatir vicios, advertir so-
bre los peligros o invitar a la prudencia y la sobriedad que convienen
a los hijos de Dios. En temas sobre la carnalidad, el abuso del alcohol,
los pleitos entre hermanos, las deudas o las crisis matrimoniales, han
de tener los creyentes en la voz pastoral dirección sabia y precisa para
andar por la senda del bien y librarse de las influencias corruptoras.
Martínez comenta al respecto: Desligada del contacto directo con
los oyentes, la predicación puede incluso convertirse en mero ejercicio
intelectual carente de calor humano, de identificación con el pueblo y, por
consiguiente, ineficaz para la mayoría del auditorio. Falta la receptividad
producida por la comunión entre orador y creyente.102 Lo ideal es que el
discurso sea producto de un método construido sobre la observación
directa de la realidad.103 Tanto al momento de preparar su mensaje
como a la hora de compartirlo, el predicador ha de tomar en cuen-
ta los problemas, inquietudes, dudas, conflictos, luchas, debilidades,
pecados, intereses, tendencias, temores, anhelos, goces y alegrías de
la gente a la cual ministra.
Las necesidades humanas más profundas siguen siendo hoy las mismas
de todos los tiempos. La amargura de la soledad, los sentimientos de frus-
tración, de culpa y de impotencia moral, la necesidad de amor verdadero,
las ansias de inmortalidad subyacen en toda conciencia humana y claman
por una voz autorizada que traiga luz y paz. Esta es la voz de Dios que
resuena cada vez que se proclama la Buena Nueva, el Evangelio de la re-
dención en Jesucristo.104
Predicar según la necesidad específica. Se darán momentos en los
que la congregación atraviese crisis que requieren atención pastoral a
través de la instrucción desde el púlpito. Si de pronto surge una ne-
190
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
cesidad en determinada área de la vida de los creyentes, y el problema
se da en varias familias o personas a la vez, es señal de que una visita
o una sesión de consejería en la oficina de la iglesia no son suficien-
tes. La gente requerirá la intervención orientadora del mensaje del
líder principal de la grey.
Martínez comenta desde su gran trayectoria y solvencia: De algu-
na manera, el predicador ha de penetrar en ese mundo interior de cada
oyente e iluminarlo, purificarlo y robustecerlo con la Palabra de Dios. No
puede conformarse con pronunciar palabras piadosas que se pierdan en
el vacío porque su contenido es de nulo interés para quienes escuchan.105
Particularmente recuerda el autor ocasiones especiales al respecto.
Una de ellas sucedió cuando al visitar distintos hogares, y en plática
con hermanos de la congregación, se dio cuenta de que personas con
distinto pensamiento religioso confundían al pueblo y lo presionaban
para que abandonara la fe y se cambiara con ellos a la idea novedosa.
Al saber que por lo menos cuatro casas habían sufrido este ataque,
creyó pertinente elaborar un sermón instructivo y apologético que
expusiera el fundamento bíblico del credo de la iglesia y exhibiera el
error de los detractores. El domingo siguiente, en el horario de mayor
asistencia como pastor compartió esa palabra y bastantes agradecie-
ron la aclaración del punto. La grey recibió información suficiente
sobre el peligro de atender y seguir a los denostadores y argumenta-
ción sólida para defenderse de los artilugios del grupo sectario que
insistía.
En otro momento se dio cuenta que se desató una grave crisis en
varios hogares de la iglesia por un fuego amigo. Algunos miembros
de la congregación se reunían y trataban asuntos en los cuales se in-
cluía un discurso que desacreditaba la figura ministerial. Ciertas ove-
191
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
jas nuevas fueron afectadas. Tres o cuatro creyentes escucharon las
pláticas de murmuración y comunicaron de la situación al líder. En-
tonces se curó al rebaño mediante una serie de mensajes en los cuales
se ponderaba la autoridad pastoral y se advertía a la gente sobre el
peligro de prestar oído a las voces que perjudicaban la fe y dejaban un
ambiente de confusión y desaliento.
Un momento más en que se requirió un mensaje sobre un proble-
ma específico de la iglesia fue cuando se lanzaron a un proyecto de
construcción y remodelación en el templo que se prolongó demasia-
do. El presupuesto se alteró de pronto y la gente se cansó de cooperar.
Algunos miembros se apartaron de las reuniones porque no quisieron
aportar más para la obra. El pastor imploró al Señor que los ayudara, y
en vez de dinero recibió mensajes sobre la provisión divina infalible y
la bendición de la generosidad, así como las promesas de prosperidad
que Dios otorga a los fieles. Los sermones detonaron un avivamiento
en la grey para dar con honor y alegría. El proyecto se consumó sin
pendientes ni deudas, y la recompensa del cielo no tardó sobre los
que respondieron a la Palabra.
El erudito habla sobre la posibilidad de una predicación integral,
en términos de exponer la verdad bíblica en toda la amplitud de sus ver-
tientes: histórica, doctrinal, moral y existencial. Y afirma que la predica-
ción sistemática sólida y variada a lo largo de los años puede convertir
el púlpito en una auténtica cátedra desde la cual la congregación reciba
enseñanza bíblica de primerísima calidad.106
K. Las perspectivas necesarias del predicador expositivo
Predicar de manera pertinente. La pertinencia en el púlpito tie-
ne que ver con el tiempo, la forma y los contenidos. Es importante
192
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
buscar la voluntad de Dios en
oración para que él indique el
Cuando se pare tras el
mensaje que se debe compar- púlpito el predicador
tir y la ocasión para hacerlo. contemplará los rostros
Cada enseñanza tiene sus me- de las personas por las
jores momentos, oportunida- que derramó su alma
des señaladas desde arriba para
en intercesión y que
provocar el resultado más óp-
timo. Habrá sermones de tipo
tomó en cuenta a la
preventivo que advertirán para hora de confeccionar
que los creyentes eviten caer su sermón.
en errores o incurrir en faltas
graves. Si los escuchan cuando ya cayeron en la trampa, en vez de dis-
frutar se lamentarán de no haber sabido eso antes. Existirán prédicas
que ayudarán a la iglesia a salir de una crisis o superar una situación
complicada. Si se les enseña cuando ya pasó la tormenta, no les ser-
virá tanto.
Puede presentarse el caso en que ya se tiene listo el mensaje. Está
todo dispuesto para la exposición. El bosquejo quedó impecable y se
respaldó con bastante tiempo de meditación y oración. Pero de pron-
to invade el corazón un sentir de que no es el sermón adecuado, que
se requiere otro específico para la ocasión. Sabrá que es de Dios la in-
dicación porque llegará primero la inseguridad en el corazón sobre el
tema que había dispuesto, y luego vendrá la iluminación divina sobre
otro distinto con cierta facilidad. En tal caso, de inmediato se deben
tomar algunas notas, concentrarse en seguir la dirección del Espíritu
Santo sobre la nueva idea y dejarse llevar por él para una participa-
ción efectiva. Generalmente cuando el Señor lo indica él respalda, así
193
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
que no hay que temer, sino fluir bajo su guía. Y desde luego que el
que se traía elaborado no se desperdiciará ni se descartará, porque se
programará su exposi-
La dinámica de la predicación ción para más adelante;
y en su momento ade-
ha de aprovecharse para
cuado resultará de gran
presentar modelos de amor a
utilidad. De ninguna
Dios y a su verdad, de manera el Todopoderoso
fervor y pasión por procla- está diciendo que lo que
mar al Señor y de consagra- se preparó no sirve, sino
ción al servicio por el bien que se aplicará después,
a su debido tiempo; por-
de la gente. Ha de alentar el
que en su soberanía ab-
líder a su grey a perfeccionar
soluta él decidió obrar
su ejercicio de adoración. de modo distinto para
Ha de observar el desarrollo su gloria.
saludable de sus ovejas. La pertinencia tam-
bién tiene que ver con el
tiempo que se utilizará en la exposición del mensaje. Si es demasiado
corto dejará a la gente insatisfecha y quedará limitado en los concep-
tos claves. Si se prolonga mucho se fatigará o fastidiará el auditorio
y bloquearán los oyentes su corazón ante el sermón. No importa si
es muy bueno el contenido y si tiene bastante unción, si el orador se
pasa de la hora adecuada pagará la factura.
La administración de los contenidos del mensaje también perte-
nece a la virtud de la pertinencia. No se ha de pretender dar de beber
al pueblo todo el resultado de la investigación. La verdad si es de-
masiada cansa y no edifica. El predicador ha de alcanzar pericia en
194
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
seleccionar el material, enfocar a lo esencial, emplear unas cuantas
analogías e ilustraciones, limitar las anécdotas y las definiciones de
vocablos o conceptos. Ni poco que no satisfaga ni mucho que fastidie,
el equilibrio es la meta.
Producirá el proceso hermenéutico la exégesis con el descubri-
miento del principio nuclear del pasaje. Vendrán con ello acopio de
información abundante y aplicaciones diversas sobre los valores con-
tenidos en el texto. De ahí seguirá un acto metodológico o técni-
co-instrumental que le permitirá organizar los datos recabados en un
bosquejo homilético. Aquí es donde la selección de material se torna
relevante. Habrá que determinar con ayuda del Espíritu Santo los ele-
mentos que se emplearán para la ocasión, y los que se reservarán para
otra posterior. Nada se desecha; pero todo se administra para cumplir
en tiempo y forma con la eficiencia de la predicación expositiva.
Hay que observar al público; su actitud, nivel de interés y retro-
alimentación nos darán la pauta. Si el predicador se enamora de sus
ideas y su mensaje, al grado en que quiere autosatisfacerse, sin im-
portar si llega o no al corazón de la gente; o si no le importa sacrificar
el tiempo de la grey con tal de terminar su exposición completa, no
actúa como líder del rebaño. No hay un pastor que obligue a las ovejas
a comer más de lo que ellas mismas se procuran. Todo auditorio tie-
ne un límite y es deber del ministro respetarlo al máximo. No quiere
decir que no se puede pasar algunos minutos ocasionalmente si el
tema lo amerita y el pueblo lo acepta; pero ha de ser la excepción y
no la regla.
Gordon D. Fee lo expresa en los siguientes términos: …el sermón
no es simplemente una repetición de la exégesis. Para ser bíblico, debe
dejar que sus palabras sean revestidas de la autoridad de la Palabra como
195
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
se encontraba en su medio ambiente del primer siglo; pero para ser per-
tinente, debe cobrar vida esa Palabra en el ambiente del siglo presente.107
Predicar de manera profética. Atribuye el apóstol Pablo a la profecía
beneficios como la edificación, la exhortación y la consolación (1 Co-
rintios 14:3). El pueblo resultará tocado, impresionado y fortalecido
con la exposición de un mensaje de este tipo de parte del predicador.
Para entrar en la dimensión profética el ministro debe llenarse de la
conciencia de que habla en el nombre del Señor la verdad divina para
llevar a la grey a una cercanía mayor con el Todopoderoso. Mientras
ora ha de pedir que Dios hable mediante la explicación de la Escritura
y que el Espíritu Santo opere maravillas y milagros, arrepentimiento
y fe en los oyentes. Que al abrir sus labios para proclamar el mensaje
la gente escuche al Creador y reciba convicción de su presencia so-
berana en el culto.
Se relata de Juan Crisóstomo:
Lo que lo confortaba más era pensar que las palabras que profería en la
predicación no eran suyas, venían de Dios a través de él, que hablaba
llevado por la caridad del Señor en vistas al provecho de los fieles y la
edificación de la Iglesia de Dios… Juan se dirigía a los fieles en nombre
de Dios… La presencia del que lo enviaba a predicar aseguraba para su
lenguaje una autoridad irrecusable.108
Estará atento el orador mientras expone, observando con atención al
auditorio para percibir la dinámica del Espíritu en la predicación. Se
dará cuenta de que el mensaje llega y provoca compunción o regocijo,
y notará ciertos momentos especiales en los que el mover de Dios es
glorioso. Incluso podrá escuchar las alabanzas cargadas de unción en
la grey, los géneros de lenguas o la carga espiritual sobre los oyentes.
196
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Puede ser también que su ser entero se sienta invadido por el fuego
o la electricidad del poder del Eterno. Entonces el corazón del predi-
cador se henchirá de la sensación de la gloria divina en sus medios.
Tendrá que profetizar, promover la alabanza, provocar la adoración,
dirigir ese avivamiento momentáneo hacia una entrega total de líder
y pueblo al dominio del Señor.
El homileta expone el principio de esta forma:
En algunos momentos será consciente de la acción del Espíritu Santo,
quien le sugiere nuevas ideas, aviva sus emociones, lo eleva en alas de
una convicción firmísima y le infunde un poder realmente sobrenatural. Por
demás es decir que en tal caso debe el predicador ceder plenamente al
impulso del Espíritu, aunque ello implique hacer caso omiso de sus notas.
Es este fenómeno el que en muchas ocasiones convierte al predicador en
«predicado», en oyente que escucha lo que el Espíritu de Dios le dice.109
La predicación profética dejará un impacto glorioso en la gente.
Amontonarán memorias los creyentes de esas ocasiones en las que el
orador se dejó guiar por el Espíritu Santo y la congregación entera ex-
perimentó el toque divino. Abundarán los testimonios inspiradores
sobre llenura o bautismo en el Espíritu, sanidad divina, convicción
de la gracia y transformación del ambiente de un culto normal a uno
saturado de la presencia de Dios. La voz del siervo del Señor tiene
que hablar desde la unción y la autoridad del profeta. Así lo declara
Martínez: El predicador cristiano está en la línea de sucesión de los an-
tiguos profetas; detrás de todas sus afirmaciones ha de estar el «Así dice
el Señor».110
Predicar de manera didáctica. Entre las tareas más importantes del
pastor se enlista la de maestro de los fieles. La instrucción es fun-
197
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
ción clave en el oficio del líder de la congregación. Hay diversidad de
ministerios docentes en el sistema educativo de la iglesia, y habrá
predicadores itinerantes que compartan doctrina en sus exposiciones
ocasionales. Sin embargo, nadie puede ocupar el lugar del guía prin-
cipal en este campo. Ninguna persona ha de ejercer mayor influencia
que la del encargado de la grey en el área de la enseñanza.
Habrá de preparar el pastor sus materiales para predicar de ma-
nera bien organizada. Tendrá que buscar la mejor forma de explicar
e ilustrar sus enseñanzas. Deberá resaltar las verdades esenciales de
la fe y distinguirlas de los elementos accesorios. Necesitará usar de
mucha paciencia y reiterar de todas las formas posibles los conceptos
de modo que la gente aprenda bien, bastante y con precisión los fun-
damentos de la doctrina, así como las maneras de aplicarla en la vida
diaria. La voz pastoral tiene que hablar desde la unción y la autoridad
del maestro.
Habrá que presentar formas prácticas de aplicar los principios bí-
blicos de cada mensaje. Que la gente comprenda, aprenda y aplique es
la meta de la predicación instructiva. La practicidad pondrá la dosis
de eficacia en el sermón; si la gente recibe ilustración intelectual,
ejemplos iluminadores y modelos accesibles a imitar, se logrará la
excelencia didáctica en el discurso.
Se atribuye a Agustín maestría teológica y didáctica en sus ser-
mones. Como ejemplo se presenta su predicación sobre el primer ca-
pítulo de Juan. Comentando el versículo inicial, el doctor de Hipona
expone: El evangelio no dice; En el principio hizo Dios al Verbo…, o: En
el principio nació el Verbo, o: En el principio engendró al Verbo. ¿Qué
es lo que dice? Era, era, era. Oyes era; cree.111 Con esta exposición de la
sintaxis y el análisis de las palabras en el texto dejó bien marcada la
eternidad del Verbo de Dios.
198
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Predicar de manera accesible. No es el púlpito un lugar para lucirse
ni la predicación la ocasión para presumir niveles de conocimiento o
dotes oratorias del exponente. Es el momento y el lugar para instruir,
redargüir, consolar y edificar al pueblo de Dios con amor, pacien-
cia y doctrina. No es problema que se enseñen verdades profundas o
términos con análisis etimológicos, conceptos elevados o piezas de
discurso elocuente. El inconveniente radica en el peligro de que se
predique a un público no preparado para ese sermón.
Se dice que los predicadores destacados en su mayoría eran asi-
duos lectores de los grandes oradores. De Agustín se afirma que era
seguidor de Cicerón; y se apunta el dato que revela su calibre pastoral:
...la comunicación con el pueblo le obligaba a adoptar un lenguaje que,
sin renunciar a la elegancia, fuese actual, popular y, sobre todo, vivo…
Decididamente, Agustín subordina la elegancia de la dicción a la popu-
laridad para identificarse con el pueblo que le escucha… La cuestión es
que el pueblo se aproveche espiritualmente de la palabra de Dios y que
en la predicación se encuentre como en casa.112
Si se cuenta con una congregación con trayectoria y experiencia, ins-
trucción y capacitación, claro que resultará edificante y emocionante
incursionar en las alturas de la elocuencia y la retórica. Pero siempre
hay que medir el grado de conocimiento y el alcance académico y
teológico del auditorio. La comunicación efectiva es la meta, la con-
solidación y el progreso son objetivos primordiales; en este sentido
tendremos que buscar la claridad, la sencillez y la precisión en las
exposiciones. De este modo, el buen orador se ocupará de seleccionar
los temas pertinentes, los términos adecuados y las ilustraciones que
faciliten la inteligencia del mensaje. Se predica para bendecir no para
199
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
impresionar. Ahora bien, hay quienes pueden lograr a la vez los dos
objetivos; pero en su mayoría no, así que será mejor escoger siempre
ir por el camino de lo práctico.
Así lo expone magistralmente Peñalosa:
Si las fórmulas teológicas no se aclaran, caen irremisiblemente al vacío
atraídas por la fuerza de la gravedad.
Dígame usted si las señoritas oficinistas, el chofer de taxi, el peluquero de
cortes exclusivos, Don Pedro el boticario, el muchacho que se sueña crack
del futbol, el auditorio sencillo y espeso, común y corriente… después de
vencer sólo Dios sabe cuántas tentaciones de inercia, va a entender al teó-
logo que se adorna con un lenguaje críptico hablando de la metanoia y la
kénosis, la anáfora y la parusía, lo epifánico, lo mistérico, lo pneumático, el
mistagogo y la escatología, la koinonía y la hodegética, la doctrina Joánica
y las sublimes perícopas veterotestamentarias.113
Añade luego el mismo autor: El lenguaje homilético debe ser accesible,
entendible, llano y claro, concreto y digno, de acuerdo con la preparación
y nivel de cada auditorio…114
Predicar de manera relacional. No se deben levantar barreras entre
el orador y su auditorio a la hora de impartir la Palabra. Jamás se ha
de ministrar con la idea de que se posee una unción superior o se
habla desde la sapiencia hacia la ignorancia, o se instruye desde una
posición espiritual de un rango inalcanzable para la gente. El ministro
ama a su pueblo, y por ello les comparte la verdad divina. Hay que
desarrollar estrategias que le den al culto un ambiente de cordialidad
y a la predicación una sensación de cercanía y comunión.
Ayuda si el pastor se prepara pensando en los nombres de sus
congregantes. Si imagina la cara de un hombre, una mujer, un joven,
200
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
un adolescente o un niño; si busca aplicaciones para la madre soltera
o el anciano solitario de su grey; si ora por la familia que tiene proble-
mas económicos o la que atraviesa por una crisis matrimonial. Cuan-
do se pare tras el púlpito el predicador contemplará los rostros de las
personas por las que derramó su alma en intercesión y que tomó en
cuenta a la hora de confeccionar su sermón. Sonreirá y paseará su
mirada por todo el salón, observará a cada uno de los presentes y los
bendecirá antes de iniciar su discurso. A lo largo de su participación,
repetirá como un rito el procedimiento y terminará llamando al altar
a las ovejas que quiere y a las que abre su corazón mientras las ins-
truye.
A la hora de predicar la mirada hay que apuntarla siempre hacia el
auditorio. De inicio se pasea la vista de manera que se establezca un
vínculo cordial con todos los oyentes. No hay que voltear al techo o
al suelo, ni al horizonte, sino al público. Se lee el texto bíblico, se ob-
serva el bosquejo de vez en cuando, pero de inmediato se regresa a la
grey. La predicación relacional se establece con la conexión visual. Se
ha de seguir el consejo de Cicerón quien afirmaba que toda la fuerza
oratoria del rostro radica en los ojos.115
Predicar como pastor. De acuerdo con la enseñanza bíblica, la auto-
ridad pastoral es la mayor en influencia en la iglesia. Nadie debe hacer
sombra a la figura del líder principal. En ninguna parte se encarga el
cuidado de las almas a los evangelistas, ni a los maestros, ni a los
profetas ni apóstoles. No existe posición jerárquica que otorgue a los
oficiales poder para supervisar el desarrollo y la nutrición de las ove-
jas en cuestiones de instrucción, orden y disciplina de la grey. Jamás
la Biblia dice: Obedezcan a sus ejecutivos o sujétense a sus profetas;
201
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
pero sí ordena: Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos... Y
expone la razón: porque ellos velan por vuestras almas, como quienes
han de dar cuenta... (Hebreos 13:17).
Así que ha de aplicar el pastor la autoridad que la Biblia atribuye
a su ministerio cuando ejerce la predicación. Ha de ser su púlpito el
lugar de influencia principal. Es cierto que cuando visita, aconseja,
preside o administra cumple labores importantes, pero ninguna tan
esencial como la instrucción y la proclamación de la verdad del cielo
a su grey. Cada sermón que expone lo hace desde la unción divina y
su voz cuenta con la acreditación absoluta. Por lo mismo ha de con-
sagrarse al estudio serio de las Escrituras, esforzarse por incrementar
su bagaje cognoscitivo y afilar sus métodos de comunicación para
brindar un servicio excelente al pueblo de Dios. Se atribuye a Agustín
la idea de que por encima de todo esto está la confianza y la familiaridad
con que habla el predicador y que reviste de una originalidad singular su
manera de hablar.116
San Juan Crisóstomo se complacía en evocar, durante la predicación, el
afecto existente entre él y su pueblo. No era solamente el gusto por la
oratoria y la capacidad del disfrutar de la palabra de Dios en boca de tan
excelente predicador lo que atraía a los fieles, sino el amor que sentían por
su pastor… Realmente el pueblo amaba a su pastor y no se cansaba escu-
chándole, incluso cuando el pastor lo reprendía, a veces duramente, cosa
que no dejaba de hacer, porque Juan era un pastor de almas, que no se
andaba con consideraciones ni miramientos cuando lo juzgaba necesario.
Si los poderosos veían en este modo de proceder a un predicador molesto
y peligroso, el pueblo simple, aunque algunas veces demostraba su des-
contento durante el sermón por las reprensiones, no dejaba de amarlo,
porque se sentía amado y correspondía con agradecimiento.117
202
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Predicar como mentor. Se entrega al pastor el cuidado de las ovejas.
Se le delega el crecimiento espiritual y la integración ministerial de
los que se colocan bajo su sombra. La meta es que de cada visitante a
la iglesia se obtenga un convertido, de cada convertido un miembro
de la grey, de cada miembro un adorador, de cada adorador un ser-
vidor, y de cada servidor un ministro que desarrolle su llamamien-
to específico y ejerza los dones que se le otorgaron para edificación
del cuerpo de Cristo. El líder principal debe predicar con miras a la
formación de los fieles y no sólo a una reacción momentánea. Debe
equipar a sus congregantes en el área del conocimiento y en la expe-
riencia profunda con Dios. Tiene que armarlos y capacitarlos a través
de la instrucción estratégica dirigida a la perfección y la madurez,
hasta el punto en que puedan ser útiles para ayudar y apoyar a otros
en el camino del Señor.
En cada niño, joven y adolescente el pastor ha de ver un hijo en la
fe, un relevo ministerial y una garantía para la conservación y la pre-
servación de la doctrina para las generaciones siguientes. La dinámi-
ca de la predicación ha de apro-
vecharse para presentar modelos Representa al Padre
de amor a Dios y a su verdad, de
celestial el ministro
fervor y pasión por proclamar al
Señor y de consagración al servi-
cuando predica. Es un
cio por el bien de la gente. Ha de embajador de Cristo
alentar el líder a su grey a perfec- que proclama su
cionar su ejercicio de adoración. mensaje de amor y paz, y
Ha de observar el desarrollo sa-
su llamado de
ludable de sus ovejas. Y cuando
reconciliación a
note que alguna necesita aten-
ción extra, fuera del púlpito re- la humanidad.
203
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
forzará los principios de su mensaje para asegurarse que ha sido bien
entendido, aclarar los puntos necesarios y añadir los elementos que
complementen la exposición. El pastor ha de predicar como orienta-
dor.
Predicar con visión trascendente. Muchos ministros, sobre todo
los itinerantes profetas o evangelistas, se concentran en la parte mo-
mentánea de su exposición. Oran por respaldo divino en el acto y el
discurso. Procuran esforzarse al máximo para dejar una buena im-
presión en la iglesia, a fin de que se les invite de nuevo. El pastor no
puede hacer lo mismo. Él es el predicador oficial de la grey. Él tiene
que apuntar al futuro no tan cercano en sus mensajes. A los niños y
adolescentes los prepara para las luchas del mundo del estudio y el
trabajo. A los jóvenes los arma de principios y valores para el matri-
monio y la familia. A los padres los habilita para avanzar en el cum-
plimiento de sus responsabilidades con honor, lealtad y fidelidad. Y
a los ancianos los alienta para confiar en el Señor hasta el fin de sus
días.
Predica el pastor en el presente con la visión del futuro. Apunta
sus mensajes hacia metas más excelentes. Quiere causar buena im-
presión en el momento, pero siembra semillas de fe y esperanza que
trascenderán el paso del tiempo y producirán frutos de justicia en el
campo fértil de los corazones de los fieles. Llama al altar para que la
gente se llene de la presencia de Dios y adquiera la fuerza que la ayu-
dará a enfrentar con éxito los desafíos de la semana. Otorga su ben-
dición e impone sus manos para que los hermanos reciban un toque
divino que les transforme la vida y no sólo la situación.
Se atribuye al Doctor de Hipona la idea de que un cristiano tiende
a equivocarse si sólo recibe la palabra de Dios emocionalmente, y no
204
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
la lleva al terreno de los hechos:
...puede fácilmente, e incluso sinceramente, conmoverse al oír la palabra
de Dios; eso no es, por sí solo, una garantía. ¿De qué sirven los sentimien-
tos si a ellos no corresponden los comportamientos? ¿Qué utilidad tienen
los afectos sin los efectos? Agustín decía: Eres cristiano, frecuentas la igle-
sia, escuchas la palabra de Dios, eres sensible y te conmueves al escuchar
las lecturas de la palabra de Dios, alabas al predicador. Lo que yo busco es
que hagas, no que alabes.118
Predicar con amor profundo. Ha de seguir el pastor el modelo del
Maestro y Salvador. Los discípulos recibían instrucción con amor,
cuidado con cariño; y aun las reprimendas del Rabí estaban cargadas
de afecto. Las exposiciones del Señor mostraban los brazos abiertos
del Padre y su abrazo para los que se acercaban a él. El discurso so-
bre el hijo perdido que retorna a su casa y es recibido por el corazón
y los besos del noble progenitor habla en forma elocuente del alma
generosa de Dios para con su pueblo (Lucas 15:11-32). En términos de
Peñalosa: Los oyentes de nuestras homilías, también deben sentir que el
predicador los ama.119
Olivar habla de la importancia de predicar con amor al auditorio:
Predicar es difícil. Si el predicador no se fía de sí mismo, pone a Dios como
objeto principal o central de su palabra y ama a los fieles a los que se diri-
ge, entonces la predicación no será pura elocuencia: será el cumplimiento
de un deber sacerdotal, aun cuando el sacerdote, conscientemente, haga
uso de la retórica como medio ciertamente apto para conquistar la aten-
ción de los fieles.120
Sobre la cordial relación entre predicador y público que había logrado
Juan Crisóstomo, afirma Olivar:
205
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Era gente que amaba tanto a Juan que, con la brusquedad propia de una
multitud barajada, protestaba sin miramientos cuando un prelado predica-
ba en lugar de Juan. Era un auditorio que se sabía amado, que sabía que
Juan lo tenía en el pensamiento y en el corazón, que era consciente de que
su predicador sólo perseguía una finalidad; el bien de los oyentes… Era un
público que, a pesar de su rudeza, Juan sabía tratar con delicadeza y hasta
con elegancia.121
Representa al Padre celestial
el ministro cuando predica.
Si se define el propósito
Es un embajador de Cristo
con claridad y precisión
que proclama su mensaje de
amor y paz, y su búsqueda de la eficacia se logrará
reconciliación con la huma- más fácilmente. El tino
nidad. A los siervos de Dios y la puntería se aguzarán
les molesta el pecado y los si existe un objetivo
entristece la inclinación al
bien determinado de
mal de algunas ovejas; pero
antemano. Las ideas
han de evitar que el malestar
les influya en el ánimo y los
se filtrarán más
lleve a despotricar en el púl- adecuadamente y
pito contra los hermanos con pasarán sólo las que
frases condenatorias y jui- aporten al cumplimiento
cios arrancados de la ira per- del plan trazado.
sonal. Esto no corresponde a
Las que aparten de la
los pregoneros del evangelio
de la gracia. Habrá tiempos
meta se desecharán.
para llamar la atención, con-
206
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
frontar a las personas en lo individual o lo privado, corregir el mal o
hasta aplicar disciplinas necesarias. Pero la predicación es un acto
sagrado que no se debe leudar con malicia o corrupción.
Predicar con actitud noble. No es el púlpito la plataforma de un
crítico de la naturaleza humana, ni del juez de todos los pecadores
de la iglesia o la comunidad. Nada tiene que ver la predicación con el
continuo señalamiento de los errores de los congregantes. No es el
juicio del gran trono blanco lo que los hermanos acuden a escuchar
el domingo en el templo. El rostro airado, las expresiones toscas y la
actitud grosera no corresponden al mensajero de la bendita palabra
del Señor, mucho menos son compatibles con el carácter del minis-
terio pastoral.
Excelente advertencia brinda Martínez:
Evítese, no obstante, usar la predicación para «atacar» a una o varias per-
sonas –aunque sea de modo anónimo—mediante recriminaciones hirien-
tes. Los problemas personales del ministro en relación con algunos miem-
bros de su iglesia deben resolverse en privado. Trasladarlo al púlpito es
generalmente complicarlos peligrosamente.122
La grey no acude al templo a ser humillada por quien vela por sus
almas. Hará bien si se requiere o amerita una reprimenda, o una amo-
nestación de vez en cuando, pero no debe ser la constante. El pueblo
debe salir del culto después de haber adorado a su Padre y escuchado
a su pastor, con una experiencia agradable, gloriosa y con un ánimo
positivo, alimentada su mentalidad de hijos e hijas de Dios. Predicar
con actitud noble levantará la imagen pastoral y creará un ambiente
de cordialidad en el que la gente sentirá gusto de estar. El pensa-
207
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
miento del que comparte el mensaje divino debe considerar el hecho
de que las personas escogieron acudir a la casa de Jehová a recibir su
poderosa verdad e hicieron a un lado las alternativas. Prestan su oído
a la palabra del Señor y necesitan retornar a sus hogares con la fe for-
talecida y la esperanza vigorizada.
Predicar con propósito. Conoce el pastor mejor que nadie las nece-
sidades y los vacíos de su grey. De acuerdo a ellos elabora su plan de
predicación para abarcar cada punto. Entonces los mensajes respon-
den a una intención de solucionar un problema, marcar un rumbo,
establecer un criterio o brindar orientación a los fieles. Cada sermón
apunta a un objetivo específico y a un propósito definido. El para qué
es importante en la elaboración del bosquejo y en la exposición del
discurso. Como lo declara Fee: La predicación debe basarse en exégesis
sólida, pero no es un despliegue de exégesis. Más bien, es exégesis aplica-
da, y debe tener un objetivo si ha de funcionar apropiadamente.123
¿Qué nos proponemos lograr con el mensaje? ¿Cuáles elementos
debe integrar la aplicación y hacia dónde enfoca el llamamiento? Si
queremos conversión, el material incluido en la estructura, así como
la invitación ha de ser evangelística y la exposición incluirá los fac-
tores del arrepentimiento, la fe y la necesidad de invocar y recibir al
Salvador. Si se procura una renovación de votos por parte de personas
que han caído en desaliento, entonces la exhortación a regresar al ca-
mino se compondrá con una combinación de ternura, sin dejar fuera
la advertencia seria de que se puede extraviar el alma para siempre y
perder la bendición de la vida eterna si se persiste en la senda del mal.
Si se define el propósito con claridad y precisión la eficacia se
logrará más fácilmente. El tino y la puntería se aguzarán si existe un
208
LA PARTE PRÁCTICA DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
objetivo bien determinado de antemano. Las ideas se filtrarán más
adecuadamente y pasarán sólo las que aporten al cumplimiento del
plan trazado. Las que aparten de la meta se desecharán. El tiempo se
empleará de forma más óptima y las energías se encausarán hacia el
alcance del designio establecido.
209
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
210
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
CONCLUSIÓN
El ministerio de la predicación según el apóstol Pablo
Expresa el León de Tarso su más grande encargo como predica-
dor, apóstol y maestro de los gentiles en la última de sus epís-
tolas inspiradas por el Espíritu Santo (2 Timoteo 1:11). Sobre su
hijo en la fe, Timoteo, delega la solemne responsabilidad de hacer
trascender su ministerio y cumplir la vocación divina (2 Timoteo
4:5). El énfasis final apunta a la transmisión del mensaje revelado
por Dios contenido en las Sagradas Escrituras (2 Timoteo 4:1-2).
Estaba el apóstol encarcelado, próximo a morir (2 Timoteo
4:6). Le preocupaba intensamente el bienestar presente y futuro
de la iglesia. Procura ver a Timoteo para mitigar la tristeza de la
soledad (2 Timtoeo 4:9). El invierno está a punto de llegar y pide
encargos a su hijo en la fe. Pero por no estar seguro de verlo quiere
dejar en claro que su máximo interés es la preservación de la sana
doctrina y la permanencia en la verdad de su discípulo sucesor.
Tenía conciencia Pablo de las amenazas de la herejía y la mal-
dad que buscaban introducirse y corromper la iglesia (2 Timoteo
3:1-8; 4:3, 4). Interesaba a Saulo el recto curso del liderazgo de su
hijo en la fe. Convencido hasta lo sumo de que la solución residía
en el ministerio de la predicación confronta a Timoteo con la gran
responsabilidad que como obispo tiene delante de Dios. El enca-
recimiento se da con la advertencia del juicio al que serán some-
tidos los expositores de la Palabra (2 Timoteo 4:1). Y termina con
el anuncio de la próxima partida del heraldo y padre espiritual (2
211
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Timoteo 4:6-8). Todo con el fin de resaltar el enorme compromiso
que hereda el apóstol a quien fue su predilecto discípulo.
Quienes, a la manera de Timoteo, se encuentran involucrados en
el ministerio de la Palabra es necesario que consideren los elementos
indispensables que le atribuye Pablo.
1. El objeto de la predicación: la Palabra (2 Timoteo 3:15-
4:2)
A. La predicación tiene relación directa con las Sagradas Escritu-
ras. Se trata de comunicar las verdades divinas a la gente de tal ma-
nera que sea conducida a la salvación. Y una vez en Cristo se procura
que se nutra de la palabra de Dios de tal modo que madure en la fe y
produzca frutos de justicia.
La enseñanza de la palabra de Dios produce resultados excelentes
en los receptores: Salva, nutre, vivifica. Para la iglesia de Jesucristo la
Biblia es fundamento infalible e inapelable de fe y conducta. Es au-
toridad absoluta en cuestiones de doctrina. Está sobre la lógica y la
experiencia. Los ministros buenos se miden por su apego a la Sagrada
Escritura (2 Timoteo 2:15). En contraste con los malos, que se alejan
de la verdad divina en busca de especulaciones sensacionalistas (2
Timoteo 2:16-18).
La descripción de los malos obreros que hace Pablo ayuda a notar
con claridad las características que distinguen a los ministros incon-
sistentes y que no deben ensuciar la carrera de los predicadores fieles.
Contienden sobre palabras que no aprovechan
(profanas y vanas) (2 Timoteo 2:14, 16)
Trastornan la fe con sus falsas doctrinas (2 Timoteo 2:18)
Hablan lo que la gente quiere oír (2 Timoteo 4:3)
212
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Satisfacen la concupiscencia (2 Timoteo 4:3)
Se apartan de la verdad, se van a las fábulas (2 Timoteo 4:4)
Van tras las modas en la liturgia (2 Timoteo 4:4)
Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para
honra... (2 Timoteo 2:21). Limpiarse de estas cosas es quitar de la
vida personal y el ministerio de predicación y enseñanza todo lo
que no corresponda a la regla de fe y conducta que es la Biblia. Es
fundamentar el discurso y la instrucción sobre el cimiento sólido
de la Palabra. Se establece en la epístola un contraste marcado entre
lo que corresponde proclamar y lo que han de evitar los siervos de
Cristo (2 Timoteo):
Sanas palabras 1:13 Palabras de contienda (2:14)
Buen depósito 1:14 Palabras que para nada aprovechan (2:14)
Palabra fiel 2:11 Palabras que son para la perdición de los
oyentes (2:14)
Palabra de verdad 2:15 Palabrerías profanas y vanas (2:16)
Sagradas Escrituras Palabras que conducen a la impiedad (2:16)
inspiradas 3:15-17 Palabras que carcomen como gangrena (2:17)
Palabras que desvían de la verdad con la
herejía (2:18)
Palabras que alimentan la concupiscencia
(3:6, 4:3, 4)
De acuerdo con la enseñanza paulina, el ministro ortodoxo vive para
predicar. El siervo y la sierva de Dios dan todo de sí por cumplir con
el que los llamó. Soportan las críticas y las aflicciones. Toleran con
paciencia a los fieles y aman con su ejemplo de vida y su discurso de
213
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
verdad. Apunta el apóstol consejos relevantes para los obreros dili-
gentes que se distinguen en su oficio y vocación:
...no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor...
(2 Timoteo 1:8).
...esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús
(2 Timoteo 2:1).
xx d.1. Sufre como soldado (2 Timoteo 2:3, 4).
xx d.2. Lucha como atleta (2 Timoteo 2:5).
xx d.3. Trabaja como labrador (2 Timoteo 2:6).
Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a
hombres fieles... (2 Timoteo 2:2).
...soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu
ministerio. (2 Timoteo 4:5).
El verdadero servidor de Cristo dedica el intelecto y los talentos per-
sonales a la tarea suprema de la proclamación del evangelio. Esta es
su misión suprema, su máxima aspiración es cumplir la asignación
para la cual el Salvador lo escogió y lo ungió. En esto invierte la vida,
entrega su mayor esfuerzo, dedica todas sus capacidades. Jamás se
rinde, supera las crisis de desaliento y se eleva por encima de cual-
quier adversidad con tal de acabar su obra. Como expresó el mismo
Pablo: ...¡ay de mí si no anunciare el evangelio! (1 Corintios 9:16).
B. La predicación tiene su punto de partida y su meta en las Sa-
gradas Escrituras. No se trata de impresionar con un estilo retórico,
sino de impactar el corazón de los hombres con un mensaje divino.
El kerigma es más que la simple oratoria; es comunicar la verdad de
Dios que se encuentra en las Sagradas Escrituras mediante el poder
del Espíritu Santo.
214
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Las Sagradas Escrituras hacen sabio para la salvación a quien en-
tra en relación con ellas. Tienen su origen en la inspiración divina.
Poseen desde su diseño una utilidad y una finalidad bien definidas.
No hay mejor método de ganar almas, edificar la iglesia y glorificar al
Señor que por la exposición de los contenidos de la palabra inspirada
por Dios (2 Timoteo 3:15-17).
El experto se refiere, en los siguientes términos, a la necesidad de
predicar con poder y autoridad espiritual: Cuando realmente se predica
la Palabra y no simplemente acerca de la Palabra, el mensaje es revestido
de poder sobrenatural. Este hecho da confianza al predicador e impresiona
a los oyentes… Y el mundo de nuestro tiempo, contrariamente a lo que
algunos suponen, necesita oír voces así, con los mismos acentos autori-
tativos.124
2. El tiempo de la predicación: siempre (2 Timoteo 4:2)
A. Emplea el apóstol términos claves para ilustrar la importancia
de la predicación en todo tiempo.
Epistethi, es el término que Pablo utiliza cuando nuestra versión tra-
duce insta. La implicación es que se estimule y se promueva la fe por
medio de la exposición de la Palabra. Así que el fin de la proclamación
y exposición de la verdad divina es que los corazones de las personas
sean motivados a creer en Jesucristo de manera dinámica.
Kairos es el tiempo no cronológico, no medido por relojes o calenda-
rios. Se relaciona con el programa especial de Dios y sus interven-
ciones para tratar con la humanidad. Saulo ordena que se predique
en tiempo agradable (eukairos); y aun cuando no parezca momento
adecuado (akairos). Los siervos del Señor se rigen en el cumplimiento
del ministerio por el deber; no por las circunstancias.
215
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
B. Aplica el apóstol ejemplos de su propia vida para demostrar
con su testimonio personal la importancia de la predicación en
todo tiempo.
En Antioquía (2 Timoteo 3:11; Hechos 13:14-50)
Los gentiles creyeron, muchos judíos y prosélitos fueron persua-
didos. Hubo un avivamiento por el poder de la Palabra, de tal
modo que se llevó a la congregación antioqueña a una altura espi-
ritual, de conocimiento y proyección de excelencia sin parangón
en la historia. Este era un eukairos (Hechos 13:42-44, 48, 49).
Los judíos se encelaron y contradecían, blasfemaban y perse-
guían a Pablo y a Bernabé. Después vino el akairos. Se volvió duro
el campo y la furia de los enemigos del evangelio se desató contra
los apóstoles (Hechos 13:45, 50). Sin embargo, nada les impidió
cumplir su llamamiento a proclamar la Palabra.
Así también sucede con los maestros de la Palabra en la igle-
sia local o con los líderes y pastores. Existen ocasiones en que la
gloria de Dios abre puertas y corazones para la penetración de la
predicación o la enseñanza. Pero habrá momentos en que una losa
pesará sobre la cabeza de los expositores de la Biblia. Sentirán
que su mensaje no llega, que su clase no tiene aceptación o que la
crítica lacerante se lanza sobre ellos. Pero si son fieles al que los
llamó han de continuar con su obra hasta cumplir la vocación que
del cielo les fue encomendada.
En Iconio (2 Timoteo 3:11; Hechos 14:1-5)
Bernabé y Saulo predicaron y se convirtió una gran multitud
de judíos y griegos. Vino otro eukairos y los apóstoles supieron
aprovecharlo. Se dedicaron a exponer la Palabra cada día incansa-
blemente (Hechos 14:1).
216
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Los judíos incrédulos excitaron a la gente contra los hermanos.
Las críticas viperinas despertaron un mal ánimo en los oyentes.
Así se propició el ambiente para otro akairos (Hechos 14:2).
Pero los maestros de la Palabra se detuvieron allí mucho tiem-
po hablando con denuedo hasta que la gente y los gobernantes se
lanzaron a apedrearlos. Sólo cuando el akairos se volvió en un pe-
ligro agobiante de inseguridad para su vida se fueron a buscar otro
auditorio (Hechos 14:3-7). Huyeron, pero no de su deber. Conti-
nuaron su viaje misionero hacia donde el Espíritu Santo los dirigía
a predicar.
En Listra (2 Timoteo 3:11; Hechos 14:6-20)
La predicación se acompañó de milagros en aquella ciudad. Un
paralítico se levantó y caminó por su propio pie por la autoridad
del nombre de Jesús. La gente se dio cuenta que Pablo y Bernabé
eran hombres llenos de un poder sobrenatural, que sólo se podía
atribuir a la divinidad. Era un eukairos peligroso, porque hasta los
quisieron adorar (Hechos 14:8-18).
Pero no descansa el enemigo de la predicación del reino de Dios.
Los judíos de las otras ciudades siguieron a los predicadores de la
Palabra e incitaron a la multitud a apedrearlos. Los golpearon sal-
vajemente y arrastraron a Pablo creyendo que estaba muerto. Vino
el otro akairos (Hechos 14:19).
Apenas se vio fuera del peligro, se levantó Pablo de nuevo, sa-
cudió el polvo de su vestido y se preparó para ir el día siguiente a
predicar a Derbe. Allí ganó muchos discípulos. Después volvieron
a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los
discípulos (Hechos 14:20-22). Se trata de aprovechar toda oportu-
217
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
nidad para compartir la verdad de Dios con los seres humanos (2
Timoteo 4:2).
Pablo mismo experimenta un akairos al momento de redactar
la epístola. Se encuentra preso en la cárcel de Roma, bajo la furia
del impío Nerón. Lo tratan a modo de malhechor. Lo abandonaron
sus más cercanos colaboradores (2 Timoteo 1:8, 12, 15; 2:9; 4:10, 14,
16). No obstante, sus expresiones hablan de su convicción como
proclamador de la Palabra:
...más la palabra de Dios no está presa (2 Timoteo 2:9).
...todo lo soporto por amor de los escogidos... (2 Timoteo 2:10).
Vivencias del akairos se multiplican también para los ministros de la
Palabra en la actualidad. Los tiempos de 2 Timoteo 3:1-9 están aquí y
ahora. La concentración de la maldad en la humanidad llega al colmo
en esta era. La época del peligro profetizada por Pablo alcanzó a la
presente generación de proclamadores del reino. Lo peor de todo es
que el apóstol al describir a los hombres desnaturalizados del fin se
refiere a predicadores y maestros que profesan piedad desde un púl-
pito o un aula, pero su conducta refleja un corazón perverso.
De todos modos, sin reparar en peligros o riesgos los predica-
dores tienen que cumplir con el Dios que los ha llamado. Han de
permanecer en la senda de los fieles y evitar seguir el camino de los
ministros corruptos. No los debe desanimar la adversidad ni la tribu-
lación. Tampoco se pueden permitir el desaliento porque los audito-
rios muestran repudio a su mensaje y se van tras los maestros de la
sensualidad. Si la gente es renuente a la sana doctrina, los siervos y
siervas del Señor permanecen en la convicción de lo que proclaman,
con la plena consciencia de que tienen el deber de difundir la verdad.
218
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
3. La estrategia de la predicación: insistencia, carácter y
conocimiento (2 Timoteo 4:2)
Todos los métodos y las estrategias se han de usar para lograr que la
Palabra llegue al corazón de los oyentes y produzca el fruto deseado.
Se han de explotar todas las formas de explicar el texto bíblico a los
discípulos. La diversidad es la clave.
A. Redarguye. Es un llamado a compartir la Palabra de tal modo que
evidencie el mal confrontándolo con el bien. Se predica la verdad para
que el error, el pecado y la maldad queden expuestos mediante la
luz divina de las Sagradas Escrituras. Se provoca el choque entre la
fuerza de la gracia contra la impiedad, de tal modo que se sacuda la
conciencia de los seres humanos, para que el Espíritu Santo produzca
la convicción.
B. Reprende. Aquí se demanda carácter y fidelidad a la verdad de
Dios de parte del predicador. Una palabra de amonestación fuerte en
determinado momento será necesaria en la ministración. La gente
ha de sentir el celo del siervo o la sierva de Jesucristo en su labor de
protector y pastor de la grey.
C. Exhorta. El verbo griego Parakáleson, implica andar al lado, cami-
nar con, apoyar a. No se trata la instrucción bíblica de dar el mensaje
y luego dejar que los discípulos caminen solos. El maestro ha de estar
dispuesto a avanzar cerca de ellos para que sean guiados en forma
confiable por la senda de la justicia.
D. Toda paciencia. Makrothimia es la voz griega que se traduce como
paciencia. Indica la grandeza del ánimo. No siempre las cosas se van
a dar rápido. Pablo refiriéndose al sacrificio y al esfuerzo que le re-
quirió el trabajo de sembrar y cultivar la Palabra expresa: He peleado
la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe (2 Timoteo
219
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
4:7). Los frutos espirituales siempre llegan, la palabra enviada nunca
retorna vacía, pero requerirá en ocasiones de longanimidad para es-
perar su operación efectiva sin desmayar (2 Timoteo 2:6).
El expositor de la Palabra ha de enseñar mediante las virtudes
cristianas reflejadas en su carácter y trato a los demás. Ya Pablo acla-
ró que el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para
con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a
los que se oponen… (2 Timoteo 2:24-26). Se demanda al maestro de la
sana doctrina ser sobrio en todo, soportar las aflicciones, hacer obra
evangelística, y así cumplir con su ministerio (2 Timoteo 4:5).
E. Toda doctrina. Aquí se emplea el término griego didaché. Se refie-
re al conjunto de principios o cuerpo doctrinal que había sido trans-
mitido por los apóstoles del Señor. El predicador ha de procurar ha-
cerse experto en la enseñanza que emana de las Escrituras. Por todos
los medios intentará beber de la fuente de sabiduría para la salvación.
No buscará dominar las teologías de moda, sino que se hará docto en
lo fundamental. Lo cambiante no convierte en erudito a nadie, pero lo
permanente establece y consolida el testimonio del proclamador de
la verdad. Tiene mucho que ver la consistencia del conocimiento bí-
blico que tiene el que instruye a la grey. Esta es la prioridad principal
y la más importante función en la iglesia. Los apóstoles creyeron en
la preeminencia del ministerio de la Palabra (Hechos 6:2, 4).
La amenaza del mal, de la herejía, y la avanzada de éstos en el
mundo de hoy desafía a los ministros de la Palabra. Más que nunca se
requiere de fieles siervos de Jesucristo, que con su mensaje y testi-
monio anuncien la verdad de Dios a la humanidad. El Creador quiere
tratar con los hombres. Pero si ha de conmover al mundo no lo hará
sin el instrumento de la predicación.
220
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Son los presentes tiempos críticos, peligrosos en extremo. Exis-
ten ahora mil opciones doctrinales a un clic de distancia como para
que cada uno escoja la que mejor le acomode. Mucha gente está con-
fundida por el divorcio entre la prédica y la conducta de algunos que
se presentan como siervos de Dios; y por su causa, los buenos pagan
la factura. Sobreviven en las iglesias almas desnutridas espiritual-
mente, que son presa fácil del error. Hay hambre de vida en el mundo,
y la humanidad clama por ministros que le expliquen la verdad divina
en forma sólida, congruente y fiel.
El pueblo se emocionará cuando los escuche hablar, admirará el
estilo de la retórica tras el púlpito, se quedará estupefacto ante la
asombrosa capacidad de los que proclaman la doctrina. Pero la pre-
dicación auténtica no se dará hasta que el ministro comparta la en-
señanza que fluye de la santa palabra de Dios. Hoy como ayer debe
volver a escucharse el grito de los agradecidos por haber escuchado
la verdad divina: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la
paz, de los que anuncian buenas nuevas! (Romanos 10:15).
Se necesitan en las congregaciones y las aulas maestros y pre-
dicadores de la Palabra que sean estudiosos, de espíritu sacrificial,
que porten con alto sentido de responsabilidad la bandera de la fe e
intenten por todos los medios posibles convertirse en expertos de la
verdad divina. Que se muestren fieles al llamado que han recibido de
Dios para exponer el mensaje que hace a los seres humanos sabios
para la salvación que es en Cristo Jesús.
Pablo habla del postrer tiempo como uno en el que la gente por
la comezón de oír se alejará de la verdad para ir tras las fábulas (2
Timoteo 4:3, 4). Y esa actitud es exactamente la que tiene el hombre
posmoderno. Sin embargo, aunque puede cambiar la metodología y
221
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
la estrategia, no se tiene potestad ni permiso de alterar la doctri-
na. Cuando la humanidad se canse de escuchar novedades que para
nada aprovechan al alma, retornará a la iglesia en busca de la Palabra
que salva, nutre y vivifica. Y ahí estarán los pastores, predicadores y
maestros bien preparados, con un mensaje sólido que ofrece siempre
salud a quien lo recibe.
Se requiere de los predicadores el establecimiento de un programa
doctrinal sólido y continuo, para que el pueblo persevere en la ense-
ñanza de los apóstoles (Hechos 2:42). Debe exhibirse una clara in-
tención de llevar a los fieles en un proceso de educación gradual en el
conocimiento de la palabra de Dios (2 Pedro 1:3-11). Hay que elaborar
una agenda con el definido propósito de edificar a la iglesia y cubrir
áreas específicas de necesidad. Se ha de integrar un calendario anual,
semestral o trimestral, con mensajes que apunten a la conversión de
los nuevos asistentes o los que han crecido en la congregación, pero
no se han entregado al Señor. Asimismo, se tiene que enfocar a la
consolidación de los recién conversos y al crecimiento y maduración
de los más experimentados en la fe. Sobre todo, cada discurso ha de
motivar a la gente a procurar nuevas y ricas experiencias con el Espí-
ritu Santo (Hebreos 6:1-3).
La predicación expositiva bien procesada tiene la virtud de crear
ambientes de cordialidad y comunión entre los asistentes a la iglesia.
El consejo de la palabra de Dios con exhortación, edificación y con-
solación propicia entornos de fraternidad y armonía entre los miem-
bros del cuerpo de Cristo. Si se generan aplicaciones adecuadas desde
el púlpito, se fomentarán relaciones humanas integradoras entre los
grupos de creyentes como hombres, mujeres, jóvenes, adolescentes y
niños.
222
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
La predicación expositiva es ideal para propiciar en la congregación
ambientes llenos de vida devocional. Mientras se entrega la palabra,
ha de mostrarse ante todo el orador como adorador del Todopode-
roso. No ha de frenar sus alabanzas a Dios en el discurso. No deberá
usarlas como muletilla; pero la expresión espontánea y pertinente de
la gloria y el poder del Señor siempre transmitirán energía espiritual
y ofrecerán un modelo para que los demás imiten el fervor y la pasión
por el Creador y Salvador. La congregación aprenderá y reproduci-
rá no solamente lo que atañe al sermón sino también el ejemplo de
quien proclama la palabra con gran devoción.
Habrá necesidad de predicar sermones instructivos sobre las dis-
ciplinas devocionales; ayunar, orar e interceder, etc. Se tiene que en-
señar la adoración y la alabanza como forma de vida. En cada mensa-
je, el ministro habrá de transpirar vitalidad fervorosa y amor absoluto
por el Señor. Hay que saturar el ambiente de las actividades con la
gloria de Dios.
La predicación expositiva ha de terminar con un llamamiento a la
consagración al Señor y con altares en los que se ore por interven-
ciones maravillosas y prodigios del Espíritu Santo. Desde el mensaje
se tiene que crear un ambiente eclesial poderoso. Se ha de procurar
siempre operar bajo la unción y llenar el entorno del poder de Dios a
través de la ministración a las necesidades de la gente. La exposición
de la Palabra ha de incluir intencionalmente aplicaciones a creer en lo
sobrenatural y momentos de intercesión por enfermos y por milagros
de provisión. Las personas que llegan a la congregación deben perci-
bir que entran en un espacio saturado por la supereminente grandeza
de la potestad divina. Y muchas maravillas y señales eran hechas por
los apóstoles (Hechos 2:43).
223
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Características del predicador virtuoso según el profeta
Isaías
El predicador virtuoso sabe hablar. Maneja las palabras con habilidad.
Expresa ideas concretas y precisas con la agudeza de su lengua. El
idioma humano sirve al ungido para comunicar el mensaje divino con
toda la fuerza de los verbos, adjetivos, sustantivos, circunstanciales y
artículos correspondientes, a fin de que la verdad de Dios alcance su
objetivo y cumpla sus propósitos en los receptores.
No siempre el predicador dice lo que quiere o lo que le gusta, pero
siempre expresa lo que debe. Su mensaje no depende de sí mismo,
sino del que lo envía. Es un interlocutor, un vocero, un intérprete de
la mente de la Majestad en las alturas, que tiene como función ate-
rrizar a los entornos de los hombres la palabra de Dios. Mantiene el
oído presto y el espíritu siempre atento a lo que emane del cielo para
los destinatarios de la raza de Adán.
El predicador tiene lengua de sabios, aguda, penetrante, capaz de
trascender el cerebro de las personas e impactar el corazón y el espí-
ritu (Isaías 50:4). Es la boca del ungido como una espada de doble filo,
que se introduce con facilidad en la carne y llega hasta los tuétanos
(Isaías 49:2). Sus labios han sido preparados por el Espíritu Santo.
Han sido purificados con carbón tomado del altar de Dios (Isaías 6:6,
7). Han sido tocados por la mano del Omnipotente, y han recibido el
poder de hablar los oráculos del Altísimo.
Es la boca del ungido manantial de palabras de consuelo y espe-
ranza (Isaías 49:6, 7). Su mensaje brinda descanso y fortaleza al fati-
gado. Alienta con efectividad al que está a punto de desmayar, vigo-
riza la fe y la esperanza del desanimado. La fe nace, viene, despierta y
se agiganta en el corazón de los seres humanos cuando el predicador
224
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
habla (Isaías 50:4). Porque sus expresiones no son nacidas del alma
de los mortales; provienen, más bien, del Espíritu del inmortal, invi-
sible y eterno Dios.
El ungido es en las manos de Dios como una saeta en la aljaba del
valiente. El arquero experto escoge sus flechas, las prepara y las guar-
da para la ocasión y el momento precisos. No desperdicia un solo tiro,
es diestro en su trabajo, avezado en el lanzamiento, letal en su ejecu-
ción. Donde pone el ojo clava su arma. Ubica su objetivo, calcula las
distancias y los tiempos, afina su puntería y mata. La ilustración es
rica en aplicaciones para los predicadores. Ellos están a la disposición
del Señor, sometidos a la voluntad del Eterno. Esperan su turno para
cumplir la misión. La mano del Todopoderoso los toma en el instante
específico en el que llevarán a cabo la obra. El gran arquero divino los
envía contra un enemigo determinado, deben encajar exactamente en
el punto al que se enfoca la mente del Omnisciente. Tienen que ser
útiles para aquello que fueron elegidos por el Espíritu Santo (Isaías
49:2).
El oído de los ungidos está preparado para escuchar la voz de Dios.
El Espíritu Santo los habilita para recibir los mensajes del cielo y
guardarlos sin alteración hasta ser comunicados. Los levanta de ma-
ñana la palabra divina, les interrumpe el sueño, les quita descanso la
presencia del Señor, y los hace hábiles, con el tiempo y la experiencia
en la función profética, para entender los misterios revelados y res-
ponder a las inquietudes de los hombres a los que el Eterno quiere
comunicar su verdad (Isaías 50:4, 5).
El predicador oye y habla. El ungido es receptor y comunicador de
la verdad divina. Es un profeta que escucha a Dios y expresa el deseo
del Santo a los hombres. Hace las funciones de mediador entre la
225
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
mente infinita y la finita. Recibe y traslada. No se queda con el men-
saje, no lo guarda con inseguridad, no lo retiene con egoísmo. Cumple
su deber y se entrega con generosidad, pero sin agregar a lo que dijo
el Altísimo. Sabe hablar y sabe también callar. Una vez cumplida su
función cierra los labios y se retira de la escena. Deja que la Palabra
realice aquello para lo cual ha sido enviada. Permite que el Espíritu
obre en la conciencia de las personas y redarguya, mueva la voluntad
y provoque las reacciones específicas que reflejen la intención de Je-
hová (Isaías 55:10, 11).
Predicación y enseñanza bajo la rectoría del Espíritu San-
to
Se requiere la elaboración de planes para la predicación y la ense-
ñanza considerando la dirección del Espíritu Santo en oración, así
como detectando las desventajas y los vacíos que tiene la congrega-
ción. Hay que preparar un esquema de mensajes que fortalezcan la
fe, alienten la esperanza, orienten la ética y motiven a la práctica de
acuerdo al correcto trazo de la palabra de verdad. El obrero aprobado
por Dios aplica disciplina y diligencia en el manejo adecuado de las
Sagradas Escrituras con el fin de satisfacer las necesidades y aspira-
ciones nobles de la grey (2 Timoteo 2:15).
El obrero aprobado penetra en los campos, senderos y abismos
del texto sagrado con detenimiento, a profundidad, utilizando las he-
rramientas de la exégesis y la homilética, siempre bajo la dirección
iluminadora del Espíritu Santo. Bucea en el océano de la ley divina,
de tal modo que cuando ocupa el púlpito o dicta sus conferencias,
el conocimiento fluye y la palabra corre y es glorificada. La verdad
lo posee, lo toma como instrumento para nutrir saludablemente a la
gente que lo escucha.
226
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
Han de ocuparse los ministros de la Palabra con asiduidad y es-
mero a la lectura, la exhortación y la enseñanza (1 Timoteo 4:13). No
deben descuidar su labor en ninguno de los campos de acción que les
corresponden (2 Timoteo 4:5). Han de aplicar paciencia y doctrina en
la exposición de la verdad divina. Tienen que hablar con prudencia y
decoro; predicar con fervor y pasión. Que los contenidos de sus dis-
cursos sean elementos de instrucción, corrección, reprensión y ex-
hortación, suficientes para que la gente a la que alimentan alcance un
nivel de conocimiento y madurez que les permita permanecer firmes
en la fe (2 Timoteo 4:1, 2).
Es necesario que los obreros del reino aprovechen cada oportuni-
dad para ejercer la vocación a la que fueron llamados. Hay que ela-
borar planes y agendas con programas y actividades estratégicas para
formar a la grey en los distintos campos de la fe. Los sermones en se-
rie serán de gran instrucción a la congregación y harán más eficiente
el ministerio de la predicación.
Confiados en el respaldo divino, dirigidos por el Espíritu Santo,
portadores de un mensaje de salvación y esperanza en Jesucristo, ho-
llarán los ministros de la palabra de Dios los campos del mundo. Lle-
varán nuevas de gran gozo, instrucción fiel y verdadera, enseñanza
noble y transformadora a los individuos y familias. En su trayecto
irán abriendo surcos en la dura tierra, sembrarán semillas de fe, mar-
carán a su paso a sus auditorios con su amable trato de embajadores
del reino de los cielos. Con su prédica iluminarán a la humanidad en
todas las naciones del orbe. Saturarán los entornos de gracia y favor.
Sufrirán con gozo el desprecio cuando les toque; y se deleitarán con
las almas redimidas por el Señor a través de su proclamación. Cele-
brarán cada triunfo y aprenderán de cada derrota; y jamás dejarán de
227
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
avanzar hacia la meta, donde les espera el premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Filipenses 3:14).
228
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
CITAS
BIBLIOGRÁFICAS
1, 2
Martínez, José M. Ministros de Jesucristo. Ministerio y Homilética. Vo-
lumen 1. Terrassa, Barcelona. Clíe. 1977. págs. 187, 188.
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5
Olivar Daydí, Alexandre. La predicación cristiana antigua. Barcelona.
Herder. 1991. pág. 35.
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7
García Martínez, P. Máximo. Manual de oratoria sagrada. México D.F.
Librería Parroquial de Clavería S.A. de C. V. 1992. pág. 162.
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Op. cit. pág. 109.
10
Op. cit. pág. 178.
11
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12
Fee, Gordon D. Exégesis del Nuevo Testamento. Manual para estudiantes
y pastores. Deerfield, Florida. Vida. 1992. pág. 37.
13, 14
García. págs. 287-289.
15
Op. cit. págs. 206-209.
16
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17
Martínez, José M. Ministros de Jesucristo. Pastoral. Volumen 2. Terras-
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77
Op. cit. pág. 199.
78
Peñalosa. pág. 74.
79
García. pág. 74.
80
Olivar. págs. 672, 673.
81
Peñalosa. pág. 85.
82
Op. cit. págs. 104, 105.
83
Pedraz, Juan L. Los resortes psicológicos de la persuasión. Santander.
Editorial Sal Terrae. 1966. pág. 57.
84
Peñalosa. pág. 45.
85
Martínez. Volumen 1. pág. 260.
86
Op. cit. pág. 116.
87
Fee. pág. 107.
88
García. pág. 74.
89
Olivar. pág. 571.
90
Peñalosa. pág. 16.
91, 92
García. págs. 37, 72.
93
Peñalosa. pág. 31.
94
Martínez. Volumen 1. pág. 105.
95
Peñalosa. pág 23.
96
Martínez. Volumen 1. pág. 114.
97
Op. cit. pág. 107.
98
Olivar. pág. 137.
99
Op. cit. pág. 205.
100, 101
Martínez. Volumen 1. págs. 124, 188.
102
Martínez. Volumen 2. pág. 9.
232
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
103
Pedraz. pág. 16.
104
Martínez. Volumen 2. pág. 239.
105
Martínez. Volumen 1. pág. 112.
106
Martínez. Volumen 2. págs. 215, 216.
107
Fee. pág. 124.
108
Olivar. págs. 129, 130.
109
Martínez. Volumen 1. pág. 221.
110
Op. cit. pág. 104.
111
Olivar. pág. 845.
112
Op. cit. págs. 364, 365.
113, 114
Peñalosa. págs. 87-90.
115
Op. cit. pág. 104.
116, 117
Olivar. págs. 356, 357, 774-776.
118
Op. cit. pág. 953.
119
Peñalosa. pág. 85.
120, 121
Olivar. págs. 93, 135.
122
Martínez. Volumen 1. pág. 113.
123
Fee. pág. 108.
124
Martínez. Volumen 1. pág. 104.
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LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
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237
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
238
LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA
ACTIVIDADES
DE
APRENDIZAJE
239
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
I. Responde lo que se pide a continuación.
1. Menciona las siete fuentes de la homilética.
2. Describe brevemente cada sermón y el uso ideal del mismo.
Temático
Textual
Expositivo
240
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
3. La predicación expositiva consta de ciertos elementos básicos, menciona al
menos cinco de ellos.
4. ¿Qué necesita tener en cuenta el predicador al delimitar el texto?
5. ¿Cuál es la finalidad de toda labor exegética?
6. Describe el propósito del proceso hermenéutico.
7. ¿Qué deberá incluir el estudio contextual de los pasajes sobre los cuáles se
basará la predicación?
241
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
8. ¿Qué se requiere en la formación del predicador expositivo?
9. ¿Cuáles artificios se pueden usar para diversificar la predicación?
10. Menciona las perspectivas necesarias del predicador expositivo.
242
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
II. Menciona y desarrolla un breve cuadro sinóptico sobre
cada uno de los principios contextuales básicos de la inter-
pretación bíblica.
Análisis del contexto histórico del texto
Análisis del contexto literario del texto
Principios
contextuales
básicos de la
interpretación
bíblica Análisis del contexto bíblico del texto
Análisis del contexto teológico del texto
243
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
III. Desarrolla un mapa conceptual sobre los elementos
fundamentales del bosquejo.
Elementos
fundamentales
del bosquejo
Introducción Proposición Interrogante Palabra clave
Recapitulación
Aplicación
244
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
Base bíblica
Tema
Oración de Divisiones Subdivisiones Oración de
transición principales transición
inicial final
Invitación
245
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
IV. Responde a los siguientes enunciados con VERDADERO
o FALSO; si el enunciado es falso explica el porqué en las
líneas inferiores.
1. Uno de los problemas en el estudio exe-
gético es que podría encontrarse que en la
versión base faltan o sobran datos impor-
tantes.
2. En ocasiones se citan libros apócrifos en
la Biblia lo cual indica que se pueden usar
libremente en un sermón.
3. Los signos de puntuación y entonación
en las declaraciones marcarán un énfasis y
darán enfoque a determinada declaración.
4. Al momento de desarrollar un sermón,
en el estudio bíblico es importante leer el
texto sagrado respetando bastante las ora-
ciones y sus relaciones sintácticas.
246
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
5. En escasas ocasiones significará un pro-
blema mayor que el predicador expositivo
esté poco relacionado con la terminología
bíblica significativa.
6. A la presentación en público del sermón
expositivo ha de anteceder una investiga-
ción concienzuda de la terminología signi-
ficativa del texto bíblico.
7. Al desarrollar un sermón ayudará mu-
chísimo un comparativo de las distintas
traducciones bíblicas.
247
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
V. Sintetiza en tres enunciados el contenido de los incisos
A al E.
A. La importancia de una predicación expositiva contextual
B. La importancia del cuidado de forma y contenido
C. Las tendencias actuales en la predicación
248
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
D. Las medidas pertinentes para la exposición del sermón
E. Los énfasis neumatológicos en la producción de mensajes expositivos
249
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
VI. Desarrolla un mapa mental sobre el tema:
Los vicios comunes a evitar en la predicación expositiva
El etimologísta
El académico
Los vicios comunes a
evitar en la predicación
expositiva
El gritón
El porrista
250
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
El comediante
El egocéntrico
El sensacionalista
El terminador
El místico
251
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
APÉNDICE DE RESPUESTAS
EJERCICIO I
1. Filosofía, teología, lógica, redacción, retórica, exégesis, herme-
néutica.
2. Temático. El tema del mensaje sale del texto, y la estructura
puede emplear tanto su base bíblica como cualquier otra parte de
la Sagrada Escritura. Es un sermón de tipo expansivo.
Textual. El tema y las divisiones principales del mensaje salen del
mismo texto, pero se pueden emplear otras porciones de la Sagra-
da Escritura para rellenar las subdivisiones. Es un sermón de tipo
semiprofundo, no expansivo.
Expositivo. La estructura entera del mensaje sale de la base bíbli-
ca, y en ella ahonda el análisis. Es un sermón de tipo profundo,
sin expansión.
El temático es ideal para hacer teología sistemática.
El textual es ideal para hacer teología bíblica.
El expositivo es ideal para hacer teología exegética.
3. Se debe tomar como base un solo pasaje de la Escritura.
Se debe mantener integridad intelectual y hermenéutica, procu-
rando ser lo más fiel posible al texto.
Se debe procurar cohesión en la exposición de las ideas.
Se deben sostener el movimiento gradual y la dirección lineal.
Se deben generar aplicaciones prácticas y pertinentes como re-
sultado de la contextualización.
252
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
4. Ha de asegurarse el predicador de que el pasaje escogido cons-
tituya una unidad completa en sí misma y que no se mutila el
texto bíblico para seguir un gusto propio. Aunque el estudio o
mensaje se pretendan realizar en una sola palabra o frase, éstas
deben considerarse siempre en su propia ubicación en el párrafo,
fragmento, capítulo y libro en que aparecen. Aprender a leer argu-
mentos íntegros y no cortarlos será clave para garantizar que no
parcializamos la verdad contenida en una porción de las Sagradas
Escrituras.
Se delimita el texto definiendo el número de versículos que
se incluirán tanto del antetexto como del postexto de la porción
seleccionada para la exégesis y la predicación. Se atiende con todo
cuidado el pasaje, de tal modo que se respeten, y no se violenten,
las unidades del pensamiento expresado por el autor bíblico. Una
pista para identificar ideas completas es la gramática.
5. Conocer el sentido del mensaje bíblico tal como fue transmiti-
do desde su génesis. Se trata de responder a las preguntas: ¿Qué
quiso decir el autor originario y cómo lo entendieron el receptor
o los destinatarios iniciales?
6. Es conocer el significado del pasaje para la gente de la actua-
lidad. Se busca pasar del contexto bíblico al del predicador y su
auditorio la verdad divina. Se traslada el mensaje de los profetas
y los apóstoles de forma que resulte inteligible y aplicable al pú-
blico del aquí y ahora del ministro de la Palabra.
253
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
7. El estudio de los pasajes en los cuales se basará la predicación
expositiva deberá incluir la identificación de los principios con-
tenidos en él. Lo ideal es que se elabore una lista de las verda-
des fundamentales del texto y se redacten en forma de oraciones
gramaticales completas. Una excelente manera de estructurar un
bosquejo homilético sería que cada división resulte de uno de los
principios extraídos de la porción bíblica escogida.
8. Se requieren predicadores con una formación más profunda y
especializada en el campo bíblico.
Se requieren predicadores con mayor preparación y agudeza en el
sentido del discernimiento espiritual.
Se requieren predicadores anhelantes de la gloria de Dios y más
abiertos a la obra del Espíritu Santo.
9. Predicar asuntos diversos, Predicar temas completos, Predicar
toda la Biblia, Predicar contenidos bíblicos, teológicos, devocio-
nales, éticos y prácticos, Predicar en serie, Predicar según la ne-
cesidad general, Predicar según la necesidad específica.
10. Predicar de manera pertinente, Predicar de manera proféti-
ca, Predicar de manera accesible, Predicar de manera relacional.
Predicar como pastor, Predicar como mentor, Predicar con visión
trascendente, Predicar con amor profundo, Predicar con actitud
correcta, Predicar con propósito.
254
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
EJERCICIO II
Respuesta en las páginas 79-122.
EJERCICIO III
Respuesta en las páginas 29-69
EJERCICIO IV
1. Verdadero
2. Falso
Los problemas críticos en textos que citan libros apócrifos. Clá-
sico es el libro de Judas, que en su exposición para hablar del
principio del respeto a las autoridades, menciona el ejemplo del
arcángel Miguel, quien contendía con el diablo, disputando con él
por el cuerpo de Moisés (9). Después cita una profecía de Enoc
sobre el evento escatológico de la condenación de los impíos (14,
15). Ambas referencias pertenecen a fuentes apócrifas. Así que
habrá que andar con sumo cuidado a la hora de analizarlas y mu-
cho más al exponerlas en un sermón.
3. Verdadero
4. Verdadero
5. Falso
El predicador expositivo debe estar bien relacionado con la termi-
nología bíblica significativa. La lectura de libros de teología siste-
mática ayudará bastante a conformar un catálogo de vocablos de
carga semántica importante. Si se domina el uso de palabras en
hebreo o griego en el contexto de la Sagrada Escritura, se añadirá
consistencia y fuerza al discurso.
255
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE
6. Verdadero
7. Verdadero
EJERCICIO V
A. Páginas 159-162
B. Páginas 162- 164
C. Páginas 164-167
D. Páginas 167-173
E. Páginas 173-175
EJERCICIO VI
Respuesta en las páginas 175-186
256