Lo que dice el Nuevo Testamento sobre el diezmo
En el Nuevo Testamento vemos que tenemos libertad para usar los recursos que
Dios nos da. Aunque en el Nuevo Testamento no se impone el diezmo, sí se
enfatiza la importancia de usar los recursos que Dios nos da conforme a su
voluntad.
Cuando somos conscientes de todo lo que Dios ha hecho por nosotros y de todo
lo que él nos da, nos es más fácil compartir con la iglesia y con otros las
bendiciones que Dios nos ha dado. Nuestra gratitud a Dios se expresará a través
de nuestra generosidad. Somos mayordomos de la provisión de Dios. Dios es el
dueño, y él nos llama a administrar bien lo que tenemos. ¿Cómo? Dando con
generosidad y alegría, compartiendo con los necesitados, colaborando con el
sostenimiento de los que predican la Palabra y usando nuestros recursos para la
extensión del reino de Dios. Al hacer esto crecemos en amor, compasión y nuestra
confianza en Dios se fortalece.
Aunque el Nuevo Testamento no impone el diezmo, vemos que Jesús ni anuló ni
enfatizó la práctica del diezmo. A lo que sí dio importancia fue la actitud con la que
se da, se ofrenda o se diezma. En una ocasión, Jesús le llamó la atención a los
escribas y fariseos porque no tenían un corazón recto al dar.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque entregan el diezmo de la
menta, del eneldo y del comino; pero han omitido lo más importante de la ley, a
saber: el juicio, la misericordia y la fe. Era necesario hacer estas cosas sin omitir
aquellas.
(Mateo 23:23 / Lucas 11:42)
Dios no desea que demos por dar o por mantener la apariencia ante los hombres.
Nuestro dar debe surgir de un corazón que desea agradar a Dios, que desea
contribuir con la justicia, mostrar misericordia y crecer en la fe.
Nuestras prioridades influyen en nuestra forma de dar. Si deseamos acumular
dinero y riquezas terrenales, seremos muy tacaños y no buscaremos
oportunidades para compartir los recursos que Dios nos ha dado.
Sin embargo, si nuestra meta es acumular tesoros en el cielo, viviremos una vida
de obediencia a Dios usando nuestros recursos para su servicio y para extender
su reino en la tierra. El uso que demos a nuestro dinero reflejará el corazón de
Dios.
https://www.bibliaon.com/es/diezmo_en_biblia/
Jesús no anuló el diezmo
El Nuevo Testamento no prohíbe el diezmo en ningún lugar. En sus enseñanzas,
Jesús reprendió a los líderes religiosos de su época, no porque daban el diezmo,
sino porque no obedecían al mismo tiempo las otras leyes de Dios.
Por otro lado, Jesús tampoco impone el diezmo. El Nuevo Testamento no tiene
ninguna regla específica que obligue a dar el diezmo. Sin embargo, sí tiene mucho
que decir sobre la ofrenda al Señor...
¿Se encuentra el diezmo en el Nuevo Testamento?
El diezmo fue enseñado o implícito en el Nuevo Testamento.
       Jesús animó a las personas a diezmar (Mateo 23:23).
       Romanos 2:22 condena el robo de los templos, lo cual Malaquías 3:8-
        11 parece indicar que tenía que ver con retener el diezmo. Los judíos
        generalmente nunca eran culpables de robar los contenidos del templo, por
        lo que este versículo en Romanos podría referirse a la retención de
        alimentos del granero.
       Primera de Corintios 16:2 parece implicar que la contribución se basaba
        en un porcentaje del ingreso de una persona.
https://josephmattera.org/diezmo-nuevo-testamenot/
El diezmo en el Nuevo Testamento
Entonces, según este razonamiento, el Señor estableció la práctica del diezmo
con Abraham, bajo el sacerdocio de Melquisedec; luego Dios organizó su práctica
bajo el sacerdocio levítico. Si mi interpretación es correcta, al llegar al Nuevo
Testamento, se aboga por la vigencia del diezmo cuando se afirma: «Pues de
Cristo se da testimonio: “Tú eres sacerdote para siempre / Según el orden de
Melquisedec”» (He 7:17).
La iglesia adora a Dios bajo la dirección de nuestro Apóstol, Rey, Profeta y gran
Sumo Sacerdote Cristo Jesús, según el orden de Melquisedec. Entonces,
concluyo que diezmar es un deber o, mejor dicho, un sacrificio espiritual de toda la
iglesia de Cristo hasta el día de Su regreso.
De hecho, una referencia al diezmo en el Nuevo Testamento parece estar
relacionada con la labor ministerial de los levitas en el Antiguo Testamento (Nm
18:21). La enseñanza del apóstol Pablo apunta en esta dirección: «Porque la
Escritura dice: “No pondrás bozal al buey cuando trilla”, y: “El obrero es digno de
su salario”» (1 Ti 5:18). La primera expresión es una referencia al salario de los
levitas y sacerdotes, que se pagaba con los diezmos del pueblo de Israel (cp. 1 Co
9:9-10). De esta manera, entiendo que para Pablo el diezmo sigue vigente en
relación al sostenimiento de la iglesia, sus ministerios y sus ministros.
Las palabras del Señor Jesús también son significativas en cuanto a este tema:
«Pero ¡ay de ustedes, fariseos! Porque pagan el diezmo de la menta y la ruda y
toda clase de hortaliza, y sin embargo pasan por alto la justicia y el amor de Dios;
pero esto es lo que debían haber practicado sin descuidar lo otro» (Lc 11:42,
énfasis añadido). Jesús le reclama a los líderes religiosos de Su época que debían
ser justos y amorosos en fe, sin dejar de diezmar.
Entonces, pienso que es legítimo deducir que el Señor Jesucristo reconoce y
afirma la obligación moral del diezmo como un principio perpetuo. Más aún, el
amor cristiano no sustituye el deber de diezmar, sino que son compañeros: donde
está uno, debe estar también el otro. La vida cristiana consiste en practicar la
justicia y el amor a través de toda nuestra adoración, incluido el diezmo.
En resumen, el diezmo fue establecido por Dios a través del patriarca Abraham,
bajo el orden sacerdotal de Melquisedec. Luego fue explicado y aplicado bajo el
orden sacerdotal levítico. Como nuestro Señor Jesús es del orden sacerdotal de
Melquisedec, concluyo que el diezmo es un deber moral y bíblico para todo hijo de
Dios, incluso en el Nuevo Testamento. Además, es provechoso pensar que el
diezmo puede ser una forma de expresar las virtudes cristianas de la justicia y el
amor.
Con esto en mente, oremos que el Señor nos ayude a ser fieles al diezmar con
gozo, gratitud y humildad para la gloria de Aquel que ya nos ha dado todo en
Cristo.
https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/vigencia-diezmo-deber-
cristiano/