UNIVERSIDAD DE CIENCIAS Y
ARTES DE CHIAPAS
FACULTAD DE MÚSICA
Análisis De Repertorio: Sonata
Arpeggione para Viola.
PRESENTA
Gabriela Zepeda Hernández
Clase: MTRO. Rafael Nava Curto
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas Junio del 2024.
ÍNDICE
Introducción - - - - - - - - 1
Biografía - - - - - - - - - - - 2
Contexto histórico - - - 5
Arpeggione - - - - - - - - - 7
Grabaciones - - - - - - - - 8
Estructura - - - - - - - - - 11
Resumen del Análisis 12
Análisis Desarrollado 13
1
Sonata Arpeggione
Franz Schubert
El presente trabajo contiene un análisis estructural y armónico de la Obra: “Sonata
Arpeggione para viola y orquesta de Franz Schubert, primer movimiento”.
Dentro del repertorio para viola, muy pocas obras han sido escritas para dicho
instrumento, la mayoría han sido transcritas y editadas para que el violista las
pueda tocar. Cabe mencionar que en la actualidad muchos compositores
empezaron a hacer obras para viola, esperamos en un futuro contar con un
repertorio bastante amplio que esté compuesto en su noventa por ciento de obras
específicamente de viola.
Franz Peter Schubert
El 31 de enero de 1797 nace en la zona de Lichtental a las afueras de Viena,
Franz Schubert. Sus inicios en la música fueron a la edad de 8 años. Fue su padre
quien le enseñó lo básico del violín al grado de poder tocar duetos de violín
fáciles. En el cuarteto de cuerdas de la familia, él tocaba la viola. Con facilidad
superó a su padre y hermano, pero a pesar de eso él siguió tocando con ellos, ésa
fue una actividad que ejerció influencia en su evolución como compositor. Durante
la década de 1810, Schubert escribió aproximadamente la mitad de sus veinte
cuartetos de cuerda para este conjunto familiar.
Salieri por algunos años fue la figura paterna artística de Schubert, un papel que al
final vendría a ocupar Beethoven. Schubert se convirtió en un apasionado de la
música de Mozart, en especial de sus últimas sinfonías, así como de los “tiempos
lentos” de Haydn y de las obras de Beethoven, al que considera como el “GRAN
MAESTRO”, algunos dicen que Schubert tuvo un “complejo Beethoven”
El éxito de Schubert durante la década de 1820 se debió a los “lieder”, danzas,
canciones polifónicas y música para teclado. Tenía aspiraciones más altas y en los
años 20 (1800) se dedicó más a la composición de ambiciosas obras dramáticas,
religiosas, para teclado y de cámara y orquestales.
Schubert mostró un talento musical excepcional desde una temprana edad, recibiendo formación tanto
en el ámbito vocal como instrumental. A lo largo de su vida, compuso más de 600 obras, como
sinfonías, óperas, música de cámara y obras para piano, dejando un legado enorme en el panorama
musical del Romanticismo. Entre sus obras instrumentales, la Sonata para arpeggione en la menor, D.
821, destaca como una de las más sobresalientes y es una de las obras más emblemáticas del
repertorio de música de cámara del siglo XIX. Compuesta en 1824 para el arpeggione, esta obra
fusiona la sensibilidad lírica y la profundidad emocional características de Schubert.
Contexto Histórico
A finales del siglo XVIII, Viena disfrutaba de su edad musical de oro gracias a grandes
genios como Gluck, Haydn, Mozart, Beethoven, Salieri, Gyrowetz y Hummel. Todos ellos
extranjeros de esta célebre ciudad, la capital del imperio Austriaco. Franz Schubert fue el
único de los grandes compositores de esta época que nació en Viena.
Desde la década de 1760, y hasta 1828, setenta años aproximadamente abarcan toda la
carrera de Mozart,la madurez de Haydn, la muerte de Beethoven y Schubert. Todos ellos
fueron testigos de las glorias del estilo clásico, del nacimiento del romanticismo musical y
del sorprendente cambio en la cultura musical como la introducción a los conciertos
modernos y la creación de un nuevo “estatus” para los músicos que trabajaban como
artistas creativos independientes. Gran parte de la música y de la vida musical que
conocemos y valoramos hoy apareció durante este notable período. En este momento
Beethoven es la figura capital, quien marca la unión entre el pasado clásico y el futuro
romántico. Bajo la bendición de Mozart y enseñado adecuadamente por Haydn,
Beethoven fue el imponente modelo de muchos compositores de esa época.
Schubert apreció esta herencia musical, aunque vivió una existencia completamente
diferente a la de sus predecesores, él un compositor que trabajaba por cuenta propia, sin
título ni posición. Murió exactamente 20 meses después que Beethoven; era de la
generación siguiente a este sin embargo, contemporáneo suyo.
Mientras las óperas de Rossini deleitaron al público vienés desde 1816 y la “brujería” del
gran Paganini los deslumbraba en 1828, Beethoven se elevaba artísticamente por encima
de ellos y el mundo musical era consciente de esto. Schubert admiraba sinceramente a
Rossini y se sintió abrumado al oír tocar a paganini, pero Beethoven consumió sus
pensamientos.
Arpeggione
El arpeggione es un instrumento de cuerda inventado a principios del siglo XIX por el luthier
vienés Johann Georg Stauffer y el músico Vincenz Schuster. Se concibió como una
combinación entre el violonchelo y la guitarra, con la intención de aprovechar la popularidad de
ambos instrumentos y crear un nuevo medio para la interpretación musical.
El arpeggione poseía características únicas que lo distinguían de otros instrumentos de cuerda.
Tenía seis cuerdas afinadas como una guitarra, pero se tocaba con un arco, al igual que el
violonchelo. Su mástil era similar al de una guitarra, lo que permitía la ejecución de acordes y
arpegios con relativa facilidad. Sin embargo, su cuerpo era más parecido al de un violonchelo,
con una caja de resonancia redondeada y una forma que favorecía la proyección del sonido.
Aunque el Arpeggione, un instrumento que pronto cayó en desuso, la Obra de Schubert ha
tenido nuevas vías de interpretación en arreglos para violonchelo y viola, entre otros
instrumentos de cuerda. Su encanto radica en la belleza melódica de sus movimientos, que van
desde la melancolía hasta la emocionalidad, y en su compleja estructura formal, que pone en
gran estima la maestría compositiva de Schubert.
Schubert no presenció la popularidad de muchas de sus obras en vida, su influencia en la
música posterior es innegable. La Sonata Arpeggione sigue siendo una pieza admirada y
estudiada por músicos y amantes de la música clásica en todo el mundo, perpetuando así el
legado de este genio musical austriaco.
Grabaciones
En la actualidad existen una gran cantidad de grabaciones de la sonata Arpeggione.
Podemos encontrar diferentes versiones de ésta:
Sonata arpeggione para arpeggione y piano.
Klaus Storck tocando un pequeño y agradable arpeggione perteneciente a un pupilo
de Staufer, complementa el delicado fortepiano vienés de comienzos del S. XIX tocado
por Alfons Kontarsky (Archiv, 1974). Pese a la rudeza del resultado sonoro,
encontramos novedades, como el super arpegio en los últimos compases del allegro,
o como que el último acorde roto de la sonata se toque pizzicato aunque la partitura
escriba arco.
Sonata arpeggione para cello y piano.
La primera vez que Mstislav Rostropovich escuchó a Benjamin Britten tocar los compases
iniciales de la Sonata quedó tan deslumbrado que no fue capaz de entrar a tempo, por lo
que le pidió que empezara de nuevo “con menos belleza”. Escuchando esta grabación
(Decca, 1968) es fácil ver por qué: El teclado encantado, el ritmo lento y sombrío, la
delicada articulación. El respeto mutuo conduce a una ejecución mucho más dialogada de
lo habitual, intensamente dramática.
Pieter Wispelwey (cello de 1760 con cuerdas de tripa, cruelmente expuesta su impecable
afinación por la ausencia de vibrato) y Paolo Giacometti (pianoforte vienés de principios
del XIX, ligero de textura, ágil de mecánica). Dos instrumentos bien emparejados que
resuelven problemas de equilibrio, aunados a una gentil sensibilidad que se acomoda al
flujo rítmico de la obra. (Channel, 1996).
Sonata Arpeggione para viola y piano.
Yuri Bashmet es uno de los mayores exponentes de la viola solista, enfocando a la
manera romántica cada matiz casi como Rostropovich, pero con mayor equilibrio entre
drama y ternura. Vibrato expresivo, y elegantes cambios de posición.
Sonata Arpeggione para clarinete y piano.
Gervase de Peyer (clarinete) y Gwenneth Pryor (piano) (Chandos, 1982), aunque la
adaptación suba o baje melodías por octavas, y algunas líneas sean transferidas del
solista al piano. Fraseo cantabile pero con una agilidad y rango sobrehumanos.
Estructura
La Sonata Arpeggione consta de tres movimientos:
● Allegro moderato: Este primer movimiento, abarca los compases 71 a 73, en forma de
sonata, presenta un tema principal en la tonalidad de la menor, que se desarrolla a lo
largo del movimiento con secciones contrastantes en otras tonalidades relacionadas. La
estructura formal sigue los principios clásicos de la forma sonata, con una exposición,
desarrollo y recapitulación.
● Adagio: El segundo movimiento, abarca del compás 74 al 123, es una sección lenta
que contrasta con la energía del primer movimiento. Escrito en la tonalidad relativa
mayor, do mayor, este movimiento ofrece un momento de contemplación y expresión
lírica.
● Allegretto: El tercer movimiento, abarca del compás del 124 al 205 (final), escrito en
forma de rondó, regresa a la tonalidad principal de la menor. Presenta un tema alegre y
rítmico que se intercala con episodios de carácter más melancólico. La estructura del
rondó permite que el tema principal regrese varias veces teniendo secciones
contrastantes entre cada repetición.
Análisis del I movimiento Sonata Arpeggione de Schubert
Allegro moderato:
Exposición: La exposición presenta los dos temas principales
A: La menor
B: Do mayor
Desarrollo: escrita en Do mayor Schubert explora y desarrolla los temas presentados en la
exposición.
Introduce nuevas ideas y crea tensiones armónicas que eventualmente se resolverán en la
sección de recapitulación.
Recapitulación: Aquí, los dos temas principales vuelven, pero esta vez en la tonalidad original.
Sin embargo, Schubert a menudo introduce variaciones para mayor dinamismo.
A: La menor
B: Do mayor
Coda: La menor. La coda es la sección final del movimiento, proporcionando un cierre a la
sonata.
A continuación de desarrolla el análisis antes mencionado de:
Sonata Arpeggione en La Menor D 821
Escrita para el “Arpeggione, su transcripción a viola es una obra característica del
repertorio violistico. Escrita en 1824 en Viena presenta un carácter melódico a
comparación de otros compositores, muy típico de Schubert, con motivos de tres o cinco
compases algo que ya anticipaba al romanticismo.
La sonata fue escrita pensando en las características del “Arpegione” por tal motivo la
pieza contiene dificultades para los violistas dada su extensa tesitura de cuatro octavas y el
diferente sistema de afinación.
La estructura general de esta sonata es la siguiente:
Introducción Compases 1 al 9 La menor
Exposición Compases 10 al 17 A1 La menor
Compases 18 al 21 Sib Mayor
Compases 22 al 31 A2 La menor
Transición Compases 31 al 35 Do Mayor
Compases 36 al 40 Sol Mayor
Tema secundario Compases 40 al 75 B Do Mayor
Desarrollo Compases 76 al 81 Fa Mayor
Compases 82 al 99 Re Menor
Compases 100 al 104 Sib Mayor
Compases 105 al 107 Fa menor
Compases 108 al 111 Reb Mayor
Compases 112 al 123 Mi Mayor
Compases 124 al 125 Do Mayor
Re exposición Compases 126 al 133 Tema A La menor
Compases 134 al 137 Sib Mayor
Compases 138 al 143 La menor
Compases 144 al 150 Mi Menor
Transicion Compases 151 al 158 La menor
Tema Secundario Compas 159 al 161 B La Mayor
Compases 162 al 163 Do# menor
Compases 164 al 190 La Mayor
Coda Compases 190 al final La Menor
Introducción:
Comienza en el compás uno con el tema en el piano; en la tonalidad de la menor.
En el compás siete aparece una sexta napolitana.
Exposición:
Comienza en el compás diez, la viola presenta el tema A1 en la tonalidad de la menor.
Este tema ya había sido presentado
en la introducción por el
piano.
La melodía del solista está construida a partir de grados conjuntos y requiere que el
intérprete conecte muy suavemente cada una de las notas, logrando emular la voz
humana, pero teniendo en cuenta también la necesidad de crear el efecto de crescendo
progresivo.
En el compás 17 encontramos una cadencia, seguida de un puente modulante en Sib Mayor,
El puente modulante dura cuatro compases, en el compás 22 la viola presenta el tema A2
en la tonalidad de La mayor.
El tema A2 no es tan cantábile con el primer tema, el intérprete debe de saber que ahora
no solo pensara en conectar notas, si no en tener un sonido limpio y concreto. Pasando
menos arco y acentuando el inicio de cada grupo de semicorcheas.
La transición inicia anacrusa al compás 31 en la tonalidad de Do mayor, en ese mismo
compás encontramos un puente modulante.
En el cuarto tiempo del compás 35 hay una dominante recortada que resuelve a la
tonalidad de Sol mayor en el compás 36.
Tema secundario B
Encontramos un ritardando en el tercer tiempo del 39 justo antes de iniciar en el relativo
mayor de la tonalidad (Do Mayor)
La estructura básica de este tema la encontramos en el compás 40.
Esta estructura está formada por 4 grupos de semicorcheas, cada grupo con su
respectiva ligadura. El piano y el solista tiene pequeñas respuestas entre sí.
Desarrollo:
Del compás 76 al 81 está en la tonalidad de Fa Mayor.
A partir del compás 82 modula a Re Mayor hasta el compás 99.
En el compás 76 encontramos entre paréntesis Pizz, el solista sabe que debe de apoyar
el pulgar de la mano derecha sobre el diapasón y con el segundo dedo percutir la cuerda
con un movimiento en dirección hacia la voluta.
Re exposición Tema A1
Del compás 124 al 141 la viola presenta la Re exposición del tema A1 en la tonalidad de
la menor.
A partir del compás 142-148 modula a Mi menor.