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Coherencia y Referencia en Textos

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Tema 24: Coherencia

textual. Deixis, anáfora y


catáfora. La programación
temática
1. Introducción

Los últimos enfoques ampliaron el nivel de estudio lingüístico de la oración al texto,


como elemento en que se da realmente la comunicación. Esto ha generado que los
textos y su tipología sean hoy elementos claves en la investigación universitaria y en el
currículo de la Secundaria. Tal es la importancia del tema que ahora nos ocupa y en el
que intentaremos abordar los conceptos básicos relativos a la noción actual de texto.
Este tema ha cobrado especial importancia en los últimos años, ya que nuestro quehacer
pedagógico está basado en el enfoque funcional y en los textos. Se trata así de un tema
que tiene repercusiones a distinto nivel, en todos los cursos desde 1° de Eso hasta 2°
Bachillerato.

Al tratar de los mecanismos de comprensión y producción textuales, este tema aparece


en las competencias específicas 2 y 3 (comunicación oral), 4 y 5 (comunicación escrita)
y ser trabajado en clase a través de los saberes básicos del bloque B: Comunicación
tanto en el RD 217/2022 (ESO) como en el RD 243/2022 (Bachillerato).

2. El texto
El texto ha sido definido de muchas formas a lo largo de la historia.

 Una de sus características esenciales también fue señalada finalmente por Lotman y
Piatigorsky cuando insistían en que el texto se considera como un mensaje cerrado,
acabado y con una intención.

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Bernárdez acaba definiendo el texto como la unidad lingüística comunicativa
fundamental, producto de la actividad verbal humana, que posee carácter social; está
caracterizado por su cierre semántico y comunicativo, así como por su coherencia
profunda y superficial, debida a la intención del hablante de crear un texto integro, y a
su estructuración mediante dos conjuntos de reglas: las propias del nivel textual y las del
sistema de la lengua.

3. La coherencia textual
La coherencia es la propiedad inherente al texto por la cual puede ser comprendido por
el receptor como una unidad en la que las partes están relacionadas entre sí y permite
que el texto sea relacionado con el contexto en que se produce. Coherencia es sinónimo
de unidad.

Los conceptos de coherencia y cohesión son bastante parecidos y están


interrelacionados hasta tal punto que no pueden existir de manera independiente:

 Un acercamiento interesante es analizar estas nociones desde la estructura profunda y


superficial.
 Así la coherencia trataría de dar unidad al texto mediante lazos en la estructura
profunda y la cohesión establecería la trabazón en la estructura superficial.
 La cohesión, aunque es similar en su contribución a la unidad del texto, aplica sus
mecanismos, y ahí está la diferencia, en el plano de la expresión y no en el del
contenido. Son mecanismos morfosintácticos. La coherencia es de naturaleza
semántica, nos remite a un cierto significado global del texto. Sin embargo, sería
imprudente y simplista considerar la coherencia como fenómeno exclusivamente
semántico y la cohesión como exclusivamente sintáctico.

Para que se dé la coherencia, hay una serie de normas que no deben ser vulneradas:

 Regla de no contradicción.
 Regla de repetición: algunos elementos deben reiterarse.
 Regla de relación: las ideas expresadas han de estar relacionados con el mundo que
se represente.

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 Regla de progresión: la información se organiza como un proceso cuyo producto
final es el texto. Ha de haber una progresión temática y se han de evitar los detalles
no pertinentes.

Así, la coherencia permite distinguir entre:

3.1. COHERENCIA GLOBAL


Para que pueda decirse que una sucesión de oraciones es un texto, tiene que poseer un
núcleo informativo fundamental, que es el asunto del que trata. Ese núcleo informativo
ha sido definido como tema, tópico del discurso, macroestructura, etc.

La coherencia global es el primer nivel de coherencia de un texto. Si el texto no muestra


coherencia global, decimos que no es un texto o que es incoherente, impidiéndose la
comunicación.

3.2. COHERENCIA LINEAL


Constituye el segundo nivel. Si el texto es suficientemente extenso, el tema aparece
articulado en diferentes secuencias de significado o de ideas, cada una de las cuales
adquiere sentido en relación con el significado general del texto. Estas secuencias
pueden corresponderse con partes más o menos definidas del texto (capítulos, episodios,
párrafos...) y mantienen relaciones de significado unas con otras y tienen también
unidad en sí mismas, por lo que se puede decir que el contenido del texto tiene una
estructura.

El concepto de progresión temática del que hablaremos tiene estrecha relación con esta
coherencia lineal pues supone que cada enunciado implica y en parte repite la
información del anterior (el tema) añadiendo una información nueva (el rema).

Se pueden producir rupturas de la coherencia lineal que amenacen la comprensibilidad


del texto y por tanto la comunicación:

 Por la cantidad y selección de la información. Un exceso de informaciones puede


resultar dañino para la coherencia, tanto como una parquedad excesiva.
 Por el orden inadecuado de las partes. Una desacertada estructuración del texto puede
también dificultar la comprensión.

3.3. COHERENCIA LOCAL

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Es el tercer nivel, según la cual cada enunciado debe mostrar coherencia en sí mismo,
con los otros enunciados del texto y con la realidad. Se trata de una coherencia que se
expresa enunciado a enunciado.

Relacionado con la coherencia local aparece el concepto de marco. La atribución de


coherencia no depende únicamente de factores internos al texto, sino también de un
factor externo fundamental que es el marco o tipo de texto en el que encuadramos el
texto. El marco tendría relación con la tipología textual y así una relación inconexa de
noticias adquiere coherencia en el marco de los titulares de un telediario o el uso
metafórico o simbólico del lenguaje adquiere coherencia en el marco de la poesía, pero
sería ilógico en una clase de matemáticas.

4. Deíxis, anáfora y catáfora


Desde la lingüística del texto, lo primero que habría que señalar es que es en el acto de
enunciación es donde se genera el texto. Y en la propia enunciación hay un emisor, un
receptor y un contexto. La enunciación se construye desde un yo que habla a un tú. Por
tanto, va a ser indispensable que esa adecuación al contexto se manifieste por elementos
textuales. Entender un texto no es comprender sus palabras sino identificar sus
referentes. De ahí que la adecuación al contexto suponga que para ello debamos
identificar elementos contextuales.

Jakobson señaló la existencia de unos símbolos-índice que se caracterizan porque


implican una referencia constante al proceso de enunciación. Por ejemplo, yo, tú, aquí

 Mediante estas palabras se produce una referencia constante al contexto. Tienen una
significación genérica y ambigua que se actualiza y adquiere sentido concreto sólo en
el momento en que son pronunciadas.
 Un concepto también relacionado es el de localización, que es la operación de
rellenar los deícticos del receptor. La comprensión cabal de lo que se está diciendo
sólo es posible si el receptor rellena con elementos del contexto los deícticos.
Cuando el receptor oye a alguien que le dice: "yo soy profesor", sabe que ese yo es
quien se dirige a él en ese momento.

El descubrimiento de estos "índices" tuvo enorme importancia para la lingüística pues


legitimó el estudio de la lengua teniendo en cuenta sus condiciones de uso, ya que estos

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elementos no se pueden definir sin el discurso efectivo, sin un contexto al que referirse.
Así la adecuación al contexto de un texto se hacía por medio de estos índices
lingüísticos.

Estos elementos de contextualización son de dos tipos: deícticos y anafóricos.

 Los deícticos son aquellos perfectamente comprensibles y carentes de ambigüedad


gracias al contexto de situación. Son elementos que se definen sólo en relación a la
situación en que el discurso se emite (yo, tú,).
 Los anafóricos se refieren a elementos definidos por otros anteriores del discurso; es
decir, nos sitúan en relación con el texto antes citado o lo que es lo mismo con el
contexto lingüístico o co-texto. Hoy es deíctico, pero <<el día anterior>> se refiere a
un día ya mencionado. Se trata pues de elementos anafóricos y catafóricos que
reenvían a elementos anteriores o posteriores del discurso con los que son
correferenciales y permiten la cohesión del texto.

Los primeros deícticos de los que nos ocuparemos son los personales: pronombres
personales y posesivos.

 Hay que anotar que en las lenguas románicas las formas verbales incluyen el número
y la persona en sus desinencias por lo que no es necesario explicitar estos
pronombres. Sin embargo, su presencia se da como forma de mostrar énfasis o
individuación (yo creo que, yo no he sido, etc.)
 Yo y tú son deícticos puros pues extraen su contenido referencial del propio acto de
enunciación. Sin embargo, él puede ser tanto deíctico como anafórico pues se puede
dar el caso de que al nombrar él o ella, el contenido referencial sea uno de los
presentes en el momento de la enunciación o bien se trate de alguien no presente.
 Nosotros equivale a yo + otros. Este otros puede ser muy variable, pues puede
englobar al tú o a otros elementos. Igual ocurre con vosotros que equivale a tú +
otros.

La deixis espacial tiene que ver con el lugar en que se produce el acto de enunciación.
La desempeñan los pronombres demostrativos (éste, ése, aquél), los adverbios de lugar
(aquí, ahí, allí) o expresiones referenciales o locuciones adverbiales (a la derecha, a la
izquierda, lejos, cerca, etc.). También hay verbos de carácter deíctico como ir, venir,
llevar, etc.

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La deixis temporal está relacionada con el momento concreto de la enunciación. Es el
eje de referencia para situar los acontecimientos en el tiempo. Los adverbios hoy/ahora
serían el eje desde el que se proyecta el tiempo hacia el pasado (ayer, antes) o hacia el
futuro (después, mañana) como acontecimientos ocurridos simplemente antes o después
del punto 0 al que nos referimos. Los tiempos verbales también toman su significado del
momento de la enunciación cuando son absolutos, pero cuando son relativos toman
relación con el propio discurso por lo que tienen un carácter más complejo y menos
deíctico Cuando llegues, ya habré terminado. Los adverbios o locuciones adverbiales
de tipo temporal pueden ser deícticos o anafóricos según se refieran al contexto o al co-
texto. Los sintagmas referidos al tiempo y que incluyen a los demostrativos este, esta, se
refieren tanto al pasado como al futuro y pueden también incluso expresar
simultaneidad con el momento de enunciación: Este verano está pegando fuerte el sol.

Intentaremos con esta tabla reflejar lo señalado hasta ahora

DEÍCTICOS ANAFÓRICOS

PERSONA Yo (mí, me…) mío, tú (te, ti), Él, ella, lo(s), la(s), le(s), si, suyo
tuyo, nosotros, vosotros (a/s), ellos

TIEMPO Ahora, en este momento, hoy, Entonces en ese momento el mismo


hace un momento, ayer, mañana día, poco antes, el día anterior, el día
siguiente
Tiempos verbales absolutos (soy,
seré, iré, comí) Tiempos verbales secundarios (habré
comido, había comido)

ESPACIO Aquí este venir Allí ese ir

5. LA PROGRESIÓN TEMÁTICA
5.1 LOS CONCEPTOS DE TEMA Y REMA
La linealidad temporal y espacial del lenguaje impone al emisor y al receptor un punto
de partida para iniciar el texto a partir del que se estructura linealmente. Al oyente o
lector le ocurre algo similar. Lo que aparece primero condiciona el resto y es su
contexto lingüístico. Por tanto, influye tanto en la codificación como en la
descodificación de los mensajes.

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De aquí surgen los conceptos de tema y rema. Ambos fueron planteados por la Escuela
de Praga para después ser uno de los conceptos fundamentales de las escuelas
lingüísticas de todo el mundo, especialmente la lingüística del texto.

El tema puede definirse como aquello que contiene lo ya conocido o presupuesto y que,
en consecuencia, posee la menor información en un contexto. Es la representación
mental inicial y corresponde al sujeto psicológico, aquello de lo que se va a decir algo.

Rema es lo que aporta el contenido fundamental del mensaje en un contexto, lo que


expresa lo nuevo, lo que comunica acerca del tema, es decir, lo que resulta más rico en
información con respecto al tema.

En general, en el texto, se considera tema aquello que, o bien ya ha sido presentado al


oyente, o, si se trata de un elemento no aparecido explícitamente, aquello que el
hablante presupone conocido por el oyente, es decir que forma parte de sus
conocimientos.

Dahl, por otro lado, señala las diversas formas de encontrar el tema de una frase: por la
ocurrencia anterior en el texto, porque el referente es conocido de hablante y oyente o
porque la oración se asocia con una proposición cuya verdad es presupuesta.

5.2. LA PROGRESIÓN TEMÁTICA


Es la articulación sucesiva de tema y rema. Es realizada por el hablante con una
finalidad ilocutiva.

La dicotomía tema-rema se puede relacionar con el desarrollo del tema del texto, que no
es otra cosa que la contraposición constante entre "lo nuevo y lo viejo". Existen dos
procedimientos que el hablante emplea para presentar la información.

Tematización convertir un elemento del discurso en tema marcándolo inequívocamente:


esto se hace mediante unos recursos tematizadores.

 Orden de las palabras: En la oración habitual española, el tema va al principio. Por


tanto, la anteposición es un recurso simple: A mí me gusta el chocolate
 Giros sintácticos específicos: En cuanto a mí, no pienso ir
 Giros de énfasis: Yo no pienso ir
 Pasiva: El perro fue golpeado por el amo.

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Rematización: procedimiento inverso. Consiste en resaltar el rema como foco. Siempre
se trata de rectificar o corregir una información previa errónea. Sólo en esos casos se
considera la focalización pues el resto se considera información ya conocida. Los
recursos son:

 Entonación: marca un elemento con una inflexión de voz. No, no fue difícil. Fue
dramático el viaje
 Giros sintácticos del estilo Fue... quien Fue Benito quien compró el billete

6. CONCLUSIONES

A la lingüística del texto le preocupa el plano de la enunciación, la perspectiva del


hablante y en ella centra sus estudios en relación a la coherencia. El mensaje o la
información que vehiculan los textos se estructuran de una determinada forma, según
cada situación de comunicación y a la cohesión que hace referencia a las articulaciones
gramaticales del texto. Así, las oraciones que conforman un discurso no son unidades
aisladas e inconexas, sino que están vinculadas con medios gramaticales diversos de
manera que conforman entre sí una imbricada red de conexiones lingüísticas.

7. BIBLIOGRAFÍA

 Bernárdez, E. (1982). Introducción a la Lingüística del Texto. Espasa- Calpe.


 Brucart, J. M., y Hernanz, M. L. (1987). La sintaxis. Crítica.
 Escandell Vidal, M. V. (2006). Introducción a la pragmática. Ariel.
 García Berrio, A. y Petöfi, J. S. (1979). Lingüística del texto y crítica literaria.
Alberto Corazón.
 Jakobson, R. (1984). Ensayos de lingüística general. Ariel.
 López García, A. (1991). La psicolingüística. Síntesis.
 Rall, M. (1980). Texto y contexto (Semántica y pragmática del discurso). Cátedra.
 Van Dijk, T. A. (1992). La ciencia del texto. Un enfoque interdisciplinario.
Paidós.

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