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Colorado (Lazaro Covadlo)

Cuento argentino. Lázaro Covadlo.

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Nadie desaparece del todo G eI el iC s 3 e g 5 Hy Ei EI cy 3 ee ear al etre Colorado, A Nacufan Sfenz, in memoriam Lo sucedido y la presensindo mis agucla que nos conta rom y lo que sabetos o creemos sabe, rodo se apla en la tmentoria hacizndose una columna que nos suet, para Tela a la de los afecros (dios, amore, gustos, versiones simpatiss y pretends indifereneas, a pila fantasioso ra versitl niada al mundo y nace "Hos julcios veleidosos. Si eso creo. Eso eso que hoy creo, me haga eats refiexiones al evocat Ia pelambre pelea Amaral, sus manos blaneas y pecosas possdas en fa tesa del bse Ramos, con un cigarsila Fontanares ete los dedos, nombrando los peguettos demonios que él conocta ¥ los que eal vez inventaba, como un tengo incansable y alucinado. i, creo que asf es como configuramos el unit ters, y todo ello est presente en cada momento. Tres co Tenn, eres puntales,y sabre eve tepode emplacamos la accidn la qulerud y cl suefo, porque :quién puede vivie ‘in historias, sn fects, sn mirada propia in demonios Ade warindaentidad? Cuando eualgiera de ess ihsiones tel recuerdo, de la emocida y de la mirada se devvanece, 0 tan sélo pierdenitider, tenemos la impresién de que la teistenca se tambalea, Cuando una bstriacambia de si tno em el tiempo, o se hace incerta, el pedestal de a reali dad parece resquebrajarse. 2Quicn puede vivi sia histo rias? ,Quin puede conserva el juicio si duda de sus recuerdos? Emperarédiciendo que conoet a Cayetano Amaral en tyzasenel toto de Buenos Ate, y aunque despa fe uno de fs principales culpables de mis dudas permanen: tes, de es0 me acterdo bien, de que era otofo. quizis el res de mayo. Al menos creo. ¥ me aeuerdo, 0 ceo aco" ddarme, poraue pese a que Amaral queria parecerse a cule {quiera de nosotros, enseguida se aotaba que era de otto Sitio por eso se destacaba entre los dems. Quiero dee que no era dels Capital, Venia desde Jui, desde un pue bio cercanoa La Quiaea, casi pegado alo frontera con Bolivia, Ahora no s€ como se llama ee paeblo (donde a ‘Amaral lo llamaban «Colorado me lo dijo, pero ya no lo recuerdo, no recuerdo el nombre de ese pucbo,tampor co reeverdo cémo leg la primers ver a nuestra mesa del bar Ramos na esquina de a avenia Corrientes y Mon- revideo, donde nos reoniamos un grupo de jvenes aditos a lateral miso menos Iteraria, més o menos filosifca, por definisia de alin mode, Puede que lointodujera el tano Petranera, Roberto Pietranera, clectriistay poe, mi anmigo mis cera ene tonces. Cayetano Amaral fue un tipo simpatico desde el primer momento. Nos haciegracia, nos hacia mucha gea- fia cémo queria imiar el tono de los portefios pera ha feapabs cada frase y media en latonada jujeha, Mejor as parecis que si chispa se afrmabs en esa melodia que ra Sel norte con la que enkebraba multitad de historetas at zonadas de chistes provinsianasyjuciosysentenias ta dicionaes de los coyas, algunas tal ver verdadera, otras uizisinventadas ord. Cayetano Amaral estenfaba inguietudes poicas, pero no tenia una posiién bien defnida; por decrlo de otro modo, seg el parecer de Petranerayenia un mean po rio en a eabera, un desbarajuste dels ideas a veces se proclamaba peronst; en ocasiones se deslaraba adtita Aor del Che Guevara y loaba a Asntvcho, un guerilla trotsksta. Cuando la conversacion entra en exe tect Fo era imposible evita que el tana Pistranera encendiera la polémica, ataesndlo desde su tinchera anarust, lo cual sucedia miso menos Ta wna de la madrugeda, Yo habia tomado los tempos: a eso de las once llegabamos al bar y dabamos comienzo ala chatla con cualquier tema ceteano, pasada a medianoche hablabamos de literatura intercalando chismes sobre eseritares y demas artists gente del medio, mais © menos la una menos evar iniciaba el inercambio de comentarios acerca dela actu Tidad potea,y la una, cinco minutos antes o cine mi nutos despocs,seensarzabane tana y Pistranera Ala ua yymedia ya se habian ealmado, entances ibamios a Pipo oa Bachin para comer tallaines al tuo y pesto, siempre con vino tito de la asa. Enel momento de a sabeemesa ya parlotezbamos de mujeres 0 cantabamos chistes verdes Hacia las tres de ls madrugada volvarnos al Ramos all nos quedibamos, tomando gincbrs, po lo menos hasta las cuatro las cuatro y media, la hors en que el tao d= ‘fn gue fo mejor seri tse a dormir, que deneo de poess horas enteaba al labura, y Cayetano tambien tenia que dormir un poco, deca, sunque él nunca iba ala faculad antes de las once de la manana: Cayetano Amaral estan he socioogia. A mi me daa igual, en aque emp traba- Jaba en la redaccion de una revista ¥ nutes empezaba aa fesde Lis eso las euatra de fa rane Pero no, no me daba igual habia proferido seguir al «on mis amigos, al menos hasta que salier el sols por ‘que és era el mejor recoda de a noche. Lo ert esque te aburrian las endehles argumentaciones de Petra y Amaral cuando se encedaban con Is politica; ti julio ringuno de los dos razomaba con buenos fundamentos. La hora del cena me parecia mis placentera, pero yo verda- deramnente disrutaba al volver at Ramos. Esa hora, 9 hora Yymedia que permaneciamos en el bar, bebindo gina y 2 veces grap estaba colmada de fentasmagortas, a ma yor parte de ellas a cargo de Cayetano Amaral ue nos {tasladala con sus historias os reinos de la Pacha Mama Yel Sipays el Lobizdn, Caquenay Ia Salamancs. Sh, she fra el Cayetano Amaral que yo queria, éee ert su mijoe ‘momento, cuando dejaba de cxat a Keynes, Bujain, Le- nin, Spengler» tados esos nombres gue ea en sus apun tes de la facalead y pasaba a invocar al Sombceredoy el Cachini, Gualicho, yl scesva peor de sees fbulox Mulinima -mujer mula, pata machos La Vieda, rans 4 to, por primera ver ena nace, se vovt coherent; ene ta echando fuego des boc, con los cos detlante, os 4 ‘yor aquellos sonidos resonaban con mis verdad que eual- yert0s Ie ladran enloguecides, pero ella continia su galo- * | ‘era de os pronuniados antes. pes buscando nos gue habe de engl,» quien se atre ‘ Tay que reconocer que el Tano y yo ke drsamos dela 4.3 miana perder Tawi o hla Is degrace 5 n0 4 las en demasia, Cayetano amaba internaes entre as br mas, y 2 esas horas la avenida Corrientes se habla aquieta- dos kas calles, sumeridas en vapores toales -refalgentes por ls ces de mercurio~se despoblahan los pocos p= ‘roquianos que permanecian en el bar era, la mayors de tlle, sees tatters tan faneasmagericos coma las his forias que nacraba nuestro amigo, En dcasiones era yo quien iniciabs el tema, entonces sacaba & relucira Poe, Holfmana o Lovecraft, pace mis ‘monstraon eran todos de papel impreso,Pitraera ara aba la Difunta Correa, la maiagrosa Made Maria y 10s prodigios det gaucho Pancho Sieta, que éxe era todo st fepertoro para acercase lo fantistico. Pero la corte en demoniada de Amaral era interminable y rebosante de atributes, como carecet de everpoy tal la Umit, gue en ‘ich sg becita», uns eabera humana decabe- Tos largos y enmaranados, que eueda por los campos de Santiago del Estero o vuela a ras de terra, aparciendose en los ceuces de caminos para espante lor sjesos noe turnos y atormentarlos con sus lagrimas y lamentaciones por innombrabes culpa, provocando la mis grande cons termacion a quienes a escuchan yllevindolos al sucidioo Ialocura ‘Giamos la vor euasi pubescente de Amaral, que se ongueciaaleoholizada y absorbida por Ia pasion del re latog mirabamos por momentos sus ojos grises, de pronto desosbitadas mientras el dorso de sus manos pecosas se tensaba encima dela mesa, cone eigarillo consomiendor seentr ls dedos, y nos ejshamos conducin, pasos, al centro de su tortueso Olimpo donde Ia Mult Anima 0 ni pequetos I chancha con cadena; el Chigui, que re- presenta la fatalidad y la mala forcunas lap que simbo- Tina el poder de ayos la Kacharpaya, quees el espiita del carnaval Es un delrante—dicraminaba Roberto Pietraner. Pero eso lo deca muchas horas mas tarde, cuando vol viamos a reunitnos en el Ramos y Amatal aun no habia Hegado y entretanto los hechos del dis habian dispad la vacant luz de a magia Sin embargo tenegraca “Si, Coutinho, Que es entretenido no voy @negirtelo, pero ici mds loco que una eabra Pretende que habla qu hua yaymaca. Es un farlero. ‘Alo mejor es cero, tano, sha eiado entre los copas del norte Pietranera se pelizaba Ia bacba y somreiadisplicente Yo sé que él también apeeciaba a Amaral, perose essa a concederle el benefcio del eedulidad [No seas ingento, Coutinho, 2No es que e un frsan te? Lava de foleloroo, pero na le pega con lapel banca y tl pelo rojo. Un dia dice una casa otro di lo cnteasiog 3 eces es peronista, otas woskista,2quiém lo entiende? La semana pasada me salié con que la vieja raza inesiea res sitaia. Tal cont suena: la vieja raza ineaicany nada me “Si ya se oescuché dee Sostene que imperio inca snacerd ytouos as descendientes creas na gran na s6n en los teritori de Per Bolivia, Bouadon, ye note ‘de Chile y Argentina. Enconcey ly otts ya nose conse ‘adn argentinos, peruanos ochlenos. Sern todos nas, =:No te devia? No ves que esi loco? Pero sieso es lo {que piensa, zpor qué se dice peronisa? -Acaso no sabe que Lperonisino es un aleologta que exalts ls nacionalidad argentina? ‘< '8 Petrancra no Je faltaba eag6n. Lo cierto es que no habia forma de hallarcoherencia en los argumentos de Cayetano Amaral, y cualquier intento por lograrl resulta ba mis desainado gu sus exeravagantesdivagaciones po iticas. Lo dicho, cuando fabulahs expeesamente pareca ‘mostrar mayor sensatez que si pretenda hablar en seri. Pero era divert, muy dvertda, hasta que lo perdimos de vista, Fe al lear la primaven entonces de de vent por ef Ramos: supimos que se habia mezclado coa los Iontoneros. En aoviembre de ee mismo ano Pers voli i'l Argentina y alguien con que Amaral habia ido a Eneiva,avecibirl Al parecer inersino en el Seote, (Me crucé com el pelirraia no ms de cinco veces, en £973 1974- En cada ocasion nos satdbamos con abre ‘indo afecto y exmbidhamos pocas palabras en mitad de la ‘ereda, Amaral siempee parecia tener prisay hallase muy {eitado, Dabs la impresian de viglat el entoeno, como {quien se senteexpiado 0 persia. Nuaca aceptabs la invitacion de tomar una cops: svarablemente pretexaba tener algo urgente que hacer y de inmediato se despedi, ho sin antes iar hacia sti 9 los costados ‘Yo me fa del pasa princpios de 2975 y pasaeon deck siete aos hasta que volvia ver # Amaral. ses que de verdad volvia verlo. Me enconeraba en Espana cuando Videla dio el golpe de Estado, Supe de a carmvera, de as tortures dels desapariciones de presos politicos y tad el horror de aguela cpocs, Fei finales deli de 1996 me ‘ateré por la prensa de Barcelona de que Roberto Santu- ‘cho, maximo drigente del ERP, habia Side abatio a bala ‘os en su refogio de Villa Marelli en Buenos Aires, En fonces volviarecordae a Amaral ue alguna ver habia manifestado su admiracin por el guevilero. (Ganado acabs el tereor, en 1983 iia ei familia, en Buenos Aires Ena acasion noi a ningun de mis amigos del bar Ramos, Tampoco los vi en mie siguientes visitas, fen 1945, 2988 y 1990, En 2992, cuando estve en I ct {dad por pocos dia, voy‘ toparmecon Amaral Al menos E] hecho es que cierto anochecer de invierno yo cami= taba por Coerienes yal pasar por el bar La Paz cre velo seatado a una mesa con un cgazzillo en ls labios, solo, junto al ventana. Su peo, aneano roj, haba encanecido. Noestras miradas se cruzaron yentonces Amatal se levan: ‘de tsilla y vino mi encuentro, mientras yo entra al local. Coincidimos a mitad de camino y nos dimos un abrazo (3, verdad ques?) Pedimas grapa, pata celebrae tl reeneventro. Amaral quiso saber qué habla sido de mi ida durante todo'a aque tempo, y yo algo le cont, pero ‘cuando legs su ruro demos querer cludir cualquier re ferencia alesis pasados. Er cambio, con el avance de la roche di seals de que deseaba retoma la vena fanea- sions del oto de 973. Su mirada comenz6 a axteaviase Sheatees Amaral ae exe! Amaral de oda la vida, pens, mientras via cma los ojos parevian querer evepase de sus cazness,Dij que queria eatarme una experiencia de Su infaneia. Los povos transekntes que pasaban junto al ‘entanal caminaban apresuradosy encogidos de fro bajo Ia luz indevia de wna nicbla exper Sie recuerdo no me taiciona, eto es fo que Amaral me cont, que cuando te- nis doce aos, en 1962, vivid una experiencia fantseica Guyo mistero jams pudo desvelan Ea aque! tiempo Ios chicos desu pequcio pueblo alsa lire La escuela se jataban en a pla y sola jugar al Fixbol La plazas lamaba San Marin claro, yen el cen tro dela sma estaba el clésico busta del procer,fendido fh Bronce, Jusaban hasta ue se pont el sl ose emi tiseno acura muy femprano. Despues, por irposicion Paterna, cada uno voviaa su casa la plaza quedaba va Giay solo seescuchaba el sibido del viento de la Puna, pero cuando estaban todos -unos diez 0 dace-resonaban {oe gritos infantles merelindose com los ceos del vale {Amaral catonees le dacian -Colorado. Cada tarde, cuando comenzaba a anochecer, sna ex trada pacejacompuesta por na ancian encorvads, vest cla de negro, y su pequeha nieea que no tenia mas de Ocho o aueveafios~ eruzaha la pla. Entre In dos a treahan, no sin esfuerzo, una bolea de lea y carbon, La Hlevaban hasta svivienda, una tapera en las aferas del pucblo, y eaminaban en silencio, sin mezerse con adie y Sin espander 2 las ofensas burlonas de algunos nidios que tratabam a la anciana de bruja y solian gritarlo antes de corner a esconderse deteis del busto del general San Mar fin. La anciana era conocida por el mote dela vieja de la Bolsa» Aajeelinvierno una serie de alamidades habia excita: do los temores supersticiosoe de los padres y madres del pueblos un nito se habia extraviado en los certos poo ‘mos a Tlcara y nunca volviéasaberse de otto fue de- ‘orado por un puma, no lejos de Huecalery una nia de rece afios habia sido vilada yasesiaada en los suburbios

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