SISTEMAS CORPORALES
¿Qué son los sistemas del cuerpo humano?
La unidad más pequeña que forma un organismo es la célula. Esta estructura se agrupa junto
con otras células formando los tejidos que, a su vez, forman los órganos. Estos órganos interactúan
entre ellos, llevando a cabo funciones de forma conjunta y formando los sistemas y aparatos del
cuerpo humano. Es decir, que los sistemas del cuerpo humano son el conjunto de órganos que hacen
posible el funcionamiento de las funciones biológicas básicas, las cuales se encargan de realizar
procesos de supervivencia y reproducción. Dada la importancia de estas funciones, los sistemas del
cuerpo humano trabajan de manera automática, por lo tanto, es el modo en el que estos órganos
trabajan de manera coordinada.
Para poder coordinarse de forma eficiente y llevar a cabo sus funciones, los órganos reciben
impulsos nerviosos procedentes del encéfalo y la médula espinal además de ser la llegada de las
hormonas que inician diferentes procesos biológicos. La medicina se ha encargado del estudio de
los órganos y los sistemas que constituyen, especializándose en diferentes ramas que los abordan
con mayor profundidad. Por poner algunos ejemplos, tenemos la cardiología, la oftalmología, la
hepatología, entre otras muchas.
Aunque todos los sistemas son imprescindibles para mantener con vida al organismo, presentan
cierto grado de jerarquía en función del papel que ejercen y se clasifican en IV Grupos.
Grupo I: Sistemas somáticos: son aquellos sistemas que dan forma al cuerpo humano, lo
protegen y realizan funciones biomecánicas.
Grupo II: Sistemas viscerales: realizan las funciones vegetativas como, por ejemplo, el
metabolismo, la reproducción, la digestión...
Grupo III: Sistema circulatorio: se encarga del transporte de fluidos como la sangre y la linfa.
Grupo IV: Sistema nervioso: es el que regula los impulsos nerviosos.
Sistemas Del Cuerpo Humano: Funciones Y Características
1. Sistema Nervioso: se encarga de enviar impulsos nerviosos por todo el organismo, lo cual
permite ejercer funciones como el control voluntario del movimiento, la toma de decisiones
consciente, el pensamiento, la memoria y otros aspectos cognitivos. Además de ser el responsable
de que seamos conscientes de nuestro entorno exterior y de nosotros mismos, el sistema nervioso
también se encarga de acciones que no se pueden controlar de forma voluntaria como lo son los
reflejos, el mantenimiento de funciones biológicas básicas como el latido del corazón y la transmisión
de la propia información nerviosa. Este sistema se divide en dos subsistemas. Uno es el sistema
nervioso central, constituido por la médula espinal y el cerebro, y el otro es el sistema nervioso
periférico, constituido por nervios repartidos por todo el organismo.
2. Sistema Endocrino: Este es uno de los sistemas del cuerpo más importantes, porque nos
permite adaptarnos al entorno y a los cambios físicos por los que pasa nuestro organismo. Se
encarga de la regulación de las hormonas, una clase de moléculas que pueden ser producidas por
el propio organismo o ser aportadas a través de la dieta y que son liberadas en el torrente sanguíneo,
desde el cual van llegando a muchas clases de órganos y células. repartidas por el cuerpo. Dichas
sustancias químicas permiten controlar procesos de regulación del organismo, dándoles inicio,
manteniéndolos o finalizándolos. Estos cambios pueden ser transitorios (por ejemplo, empezar a
sudar más ante una experiencia estresante) o bien de carácter más permanente (por ejemplo, guiar
el desarrollo de los caracteres sexuales primarios y secundarios durante la adolescencia). Entre las
funciones que lleva a cabo el sistema endocrino está el metabolismo, el crecimiento del organismo,
la producción de hormonas y células sexuales. Éste también está constituido por todas las glándulas
del cuerpo humano: testículos, ovarios, hipófisis, hígado... Todos estos órganos trabajan
coordinándose con el sistema nervioso, que estimula o limita la producción de hormonas
dependiendo de las circunstancias (e incluso recicla parte de ellas utilizándolas como
neurotransmisores).
3. Sistema Circulatorio: Se trata de una estructura hecha a base de venas y arterias, por las
cuales viaja la sangre. Este líquido es de fundamental importancia para mantener vivo al organismo,
dado que, por él, viajan nutrientes extraídos de la comida y el oxígeno captado del aire. Estas
sustancias van a parar a las células, donde se dan reacciones químicas que les otorgan energía para
poderlas mantener vivas. El principal órgano de este sistema es el corazón, que trabaja como si fuera
un motor, permitiendo a la sangre fluir por todo el cuerpo. Este órgano tiene unas cavidades
especiales que impiden que la sangre que se encuentra en las venas se mezcle con la que está en
las arterias.
4. Sistema Digestivo: Se encarga de recoger y aprovechar nutrientes, mediante procesos
físicos y químicos, este sistema asimila nutrientes de la comida, con los cuales se podrán mantener
las funciones biológicas. La digestión empieza en la boca, donde se mastica la comida y se mezcla
con la saliva. Luego pasa al esófago para llegar hasta el estómago. Allí, mediante las acciones de
los ácidos gástricos, la comida es descompuesta y reducida en elementos más simples. Una vez la
comida ha sido descompuesta esta pasa a los intestinos, primero al delgado y después al grueso,
en donde las vellosidades de estos órganos absorben los nutrientes que pasan al torrente sanguíneo.
Lo que no se ha podido aprovechar de la comida pasa a las partes finales del intestino, las cuales
son el colon, el ciego y el recto, esperando para recibir la señal para ser defecado.
5. Sistema Respiratorio: Se encarga de captar oxígeno y eliminar dióxido de carbono. El
oxígeno es introducido en el torrente sanguíneo para que la sangre lo lleve a las células y se pueda
producir la respiración celular y el metabolismo. El dióxido de carbono, el cual es el resultado de
estos procesos celulares, es extraído de la sangre y expulsado a través de los pulmones y el resto
del sistema respiratorio. Las partes del cuerpo que participan en la respiración son los pulmones, los
bronquios, la faringe, la tráquea, la nariz, el diafragma y la laringe. La respiración es un proceso
semireflejo, es decir, podemos controlarla en parte, sin embargo, cuando estamos durmiendo, por
ejemplo, seguimos respirando.
6. Sistema Excretor: Se encarga de eliminar del organismo aquellas sustancias que puedan
ser perjudiciales, las cuales han sido introducidas mediante la comida o son el resultado de los
procesos metabólicos. Para eliminar las sustancias no aprovechables, el sistema excretor dispone
de dos vías. Por un lado, mediante las glándulas sudoríparas, puede eliminar los patógenos y los
residuos a través del sudor. Por el otro lado, mediante los riñones, los cuales filtran la sangre y
extraen lo que puede ser tóxico, se forma la orina, a través de la cual se elimina lo que no es
beneficioso para el cuerpo.
7. Sistema Reproductor: Como su nombre indica, este sistema del cuerpo humano se encarga
de la procreación de la especie. No hay que olvidar que a pesar de que no necesitemos reproducirnos
para sobrevivir como individuos, sí lo necesitamos para sobrevivir como especie y es por eso que
esta es una función biológica fundamental. En lo esencial, el sistema reproductor se presenta varias
similitudes entre hombres y mujeres. El sistema reproductor masculino consta de testículos, los
cuales se encargan de producir espermatozoides. En el coito, primero se endurece el pene
enviándole sangre y poniéndolo erecto. Una vez hecho esto, se introduce este órgano en la vagina
de la mujer para poder expulsar semen, un líquido en el que se encuentran espermatozoides y
sustancias nutritivas para mantenerlos con vida. En el caso del sexo femenino, las principales
glándulas sexuales son los ovarios, los cuales se encargan de producir óvulos. Estos descienden
por las trompas de Falopio una vez al mes, esperando ser fecundados. En caso de que no se dé la
fecundación son eliminados durante la menstruación. Si un espermatozoide logra llegar hasta el
óvulo se da la fecundación. Se formará un cigoto que nueve meses después será un bebé
plenamente formado.
8. Sistema Muscular: lo conforman unos 600 músculos, divididos en tres tipos: Músculos
esqueléticos: se unen al hueso y están implicados en el movimiento voluntario. Músculos lisos:
Se encuentran en los órganos, como el intestino y el estómago, permitiendo el desplazamiento de
sustancias. Músculos cardíacos: Permiten el transporte de la sangre mediante el movimiento del
corazón.
9. Sistema Esquelético: Lo compone unos 200 huesos, junto con el sistema muscular, forma
el sistema locomotor, implicado en el movimiento voluntario. Los huesos, además de servir de
soporte para el organismo, fabrican células sanguíneas y son un importante almacén de calcio.
10.Sistema Inmunológico: Se encarga de la defensa del organismo frente a patógenos, es
decir, virus, bacterias y otros elementos nocivos para el cuerpo. Su objetivo es identificar a los
intrusos, perseguirlos, atacarlos y eliminarlos mediante los glóbulos blancos, los cuales son
producidos en los ganglios linfáticos, el timo, el bazo y la médula ósea. Cuando se detecta un
patógeno, se activan varios procesos biológicos a modo de alarma, como lo son inflamaciones y
producción de mucosidades y pus.
11.Sistema Linfático: Lo constituyen los ganglios linfáticos, además de los conductos y vasos
por donde viaja la linfa. Es decir, que los principales componentes del sistema linfático son los
ganglios y una red de conductos que los interconectan entre sí. La linfa es una sustancia en la cual
se encuentran los glóbulos blancos implicados en la defensa del organismo. Por ello, está
estrechamente relacionado con el sistema inmunológico, del que, dependiendo del criterio que
adoptemos, puede ser considerado parte. Sin embargo, el sistema linfático tiene funciones que van
más allá de la respuesta del organismo ante los agentes infecciosos. Por ejemplo, la linfa transporta
parte de las grasas que hay en el cuerpo, y a la vez, las redes interconectadas del sistema linfático
participan en el drenaje del líquido intersticial, absorbiendo el exceso de líquidos de los capilares.
Así, se puede diferenciar entre el sistema linfático y el sistema inmunológico por el hecho de que el
primero aborda procesos que no tienen nada que ver con la defensa del organismo, entre otras
cosas.
12.Sistema Integumentario: Está constituido por el órgano más grande del cuerpo humano: la
piel. Además, lo conforman las uñas, el vello y todo el pelo del cuerpo en general. Su función es la
de proteger el cuerpo de los agentes externos, además de permitir mantener constante la
temperatura del mejor modo posible. Mediante la transpiración, en verano permite bajar la
temperatura a través del sudor que queda fijado durante un tiempo gracias al vello, mientras que en
invierno evita la pérdida de calor gracias al hecho de aislar del exterior mediante una capa de células
(cuya parte más externa está compuesta por células muertas). En definitiva, este sistema del cuerpo
humano ejerce como límite entre los procesos biológicos internos, en los cuales es muy importante
mantener siempre un equilibrio entre distintas variables, y el medio que nos rodea, en el cual hay
muchos fenómenos impredecibles ocurriendo constantemente y en cuyos procesos nuestro cuerpo
no puede intervenir de manera directa. Por eso, si nos fijamos, cuanto más cercana a la superficie
está una parte de la piel, menor es el coste de que algo el exterior la dañe: las células de la capa
exterior están muertas y su principal función es crear una barrera protectora.
Análisis de la Relación entre los sistemas corporales y
la actividad física, deportes y recreación
La actividad física, ya sea a través del deporte o de actividades recreativas, juega un papel
fundamental en el bienestar general del ser humano. Para empezar, nuestros cuerpos están
formados por varios sistemas que trabajan en conjunto. El sistema cardiovascular, por ejemplo, se
encarga de bombear sangre rica en oxígeno a los músculos mientras hacemos ejercicio. Cuanto más
te ejercitas, más eficiente se vuelve este sistema. Esto significa que tu corazón se fortalece, y puedes
hacer más actividad física sin sentirte tan fatigado. Así, deportes como el fútbol, la natación o el
ciclismo son ideales para tonificar tu corazón y mejorar tu resistencia.
Tenemos el sistema muscular. Cuando realizamos actividad física o practicamos un deporte,
nuestros músculos se contraen y se estiran, lo que provoca micro lesiones que, al repararse, los
hacen más fuertes y grandes. No es de extrañar que muchos de nosotros terminemos con dolor
después de una sesión intensa, pero este es solo un signo de que nuestros músculos están en pleno
proceso de adaptación. Realmente, cada vez que nos desafiamos a hacer algo más intenso, nuestros
músculos crecen y se vuelven más competentes.
Ahora hablemos de los huesos y el sistema esquelético. Al practicar deportes o simplemente al
correr en el parque, estamos proporcionando estímulos que fortalecen nuestros huesos. La actividad
física impacta en la densidad ósea, lo que ayuda a prevenir problemas como la osteoporosis en el
futuro. Así que al jugar baloncesto o hacer una caminata, no solo estás divirtiéndote, sino que
también estás cuidando tus huesos.
En el caso del sistema respiratorio también se ve involucrado cuando realizamos ejercicio.
Durante una sesión de actividad intensa, nuestros pulmones trabajan a todo ritmo. Cuanta más
entrenas, más eficiente se vuelve tu respiración, lo que te permite rendir mejor en cualquier actividad
física. Por ejemplo, los atletas entrenan su capacidad pulmonar para optimizar su rendimiento; así,
pueden realizar esfuerzos prolongados sin agotarse rápidamente.
Por último, no podemos olvidar la salud mental, que se relaciona con el sistema endocrino.
Cuando hacemos ejercicio, nuestro cuerpo libera endorfinas, que son hormonas que nos hacen sentir
bien. Estas endorfinas son nuestras aliadas contra el estrés y la ansiedad. Por eso, después de una
buena sesión de ejercicio, muchos nos sentimos más relajados y de buen humor. La combinación
de actividad física y bienestar emocional es un efecto rebote: cuanto más hacemos ejercicio, mejor
nos sentimos, lo que a su vez nos motiva a seguir activos.
En resumen, la relación entre los sistemas corporales y la actividad física es indiscutible. El
ejercicio no solo mejora nuestra salud física, sino que también potencia nuestro bienestar mental y
podemos conocer a fondo como funcionaria mejor nuestro cuerpo.