La protesta de la comunidad negra en los Estados Unidos
Los “años dorados” de los que disfrutaron las clases media y alta norteamericana al terminar la Segunda Guerra, con la
prosperidad económica y el boom del consumo, no se hicieron extensivos a la comunidad negra. Sus oportunidades de
empleo estaban relegadas, y la mayoría negra vivía en los estados sureños, donde regía la política de segregación racial; la
alternativa era emigrar a las grandes ciudades del norte y concentrarse en los guetos. Sólo para cuestiones bélicas, el
gobierno había tomado medidas generales: en 1941 Franklin D. Roosevelt prohibió la segregación racial en las industrias
de guerra, y durante la guerra de Corea, su sucesor Harry Truman tomó las primeras medidas contra la segregación de los
afroamericanos en el ejército y en la marina.
En esas décadas, las fronteras de clase y la condición racial coincidían trágicamente en los Estados Unidos:
9 de cada 10 miembros de la población negra –unos 22millones– pertenecían a la clase obrera y constituían una minoría
racial segregada, incluso en los sindicatos. Sin calificación profesional, ocupaban los trabajos más duros y menos
remunerados, principalmente en el sector servicios (ascensoristas, camareros, barrenderos, porteros, servicios postales,
etc.). El malestar de la comunidad negra se manifestó a través de los crecientes disturbios raciales y en la conformación de
movimientos masivos de protesta que se desarrollaron durante las Presidencias de Kennedy, Johnson y Nixon.
La segregación racial sureña
En todos los estados del Sur el racismo estaba institucionalizado. La doctrina “iguales, pero separados” aprobada por la
Suprema Corte en 1896, legalizaba la separación de los servicios públicos para negros y blancos e imponía una segregación
obligatoria.
Los estudiantes negros no eran admitidos en las escuelas para blancos y los que deseaban continuar sus estudios tenían
restringido el ingreso a las universidades. En 1954 una disposición de la Corte Suprema estadounidense estableció la
integración escolar, pero esta medida no tuvo ningún efecto en los estados sureños. El sistema de las escuelas segregadas
para negros, ni siquiera respondía al principio de “iguales pero separados” ya que no aseguraban la misma calidad que las
instituciones educativas para blancos. Contaban con menos fondos e instalaciones, y estaban superpobladas.
La separación era estricta en los transportes urbanos (sólo podían utilizar los asientos de atrás de los autobuses) y en los
vagones-restaurantes del ferrocarril. En los edificios públicos, los ascensores y lavamanos tenían carteles que indicaban su
uso exclusivo para blancos o negros. En las viviendas era usual que los contratos de alquileres urbanos y de compra de
propiedades tuvieran cláusulas racistas. Los comercios, cafeterías, bares y bibliotecas públicas indicaban la exclusión de
los negros con letreros que estipulaban “blancos solamente”. También las iglesias sureñas eran segregadas.
Martin Luther King y la lucha por la igualdad racial
El surgimiento de varios movimientos de protesta y la voz de los líderes negros como Martin Luther King, Malcolm X,
Stokely Carmichael y los Panteras Negras expresaron desde distintas posiciones la resistencia a la segregación y al sistema
de opresión racial.
Martin Luther King promovió la unión de las Iglesias negras sureñas, un movimiento de inspiración religiosa y partidario de
la no-violencia. King era pastor protestante en la ciudad de Montgomery (Alabama), donde fundó la Conferencia de
Líderes Cristianos e impulsó la conquista de los derechos civiles para los miembros de la comunidad negra en los estados
sureños. La trayectoria pública de Martin Luther King comenzó en diciembre de 1955, con el boicot de Montgomery, una
campaña organizada para eliminar la segregación en los medios de transporte urbano. En 1963, King integró el comité
organizador de la Marcha sobre Washington, que se transformó en un hito de la lucha del Movimiento por los derechos
civiles. También participó activamente en el empadronamiento de la población negra para que ejerciera su voto en el
estado de Misisipi, el estado sureño más racista, y en la eliminación de los humillantes letreros segregacionistas de los
edificios públicos.
Estas expresiones de protesta activaron la acción del Ku Klux Klan que defendía la supremacía blanca sureña.
En el verano de 1964, fueron asesinados tres jóvenes del Movimiento por los Derechos Civiles, hecho que conmocionó a la
comunidad negra.
Sin duda, Martin Luther King fue la figura más respetada del movimiento negro; mantuvo audiencias privadas con los
presidentes Kennedy y Johnson, y en 1964 recibió el Premio Nobel de la Paz. Tenía una visión optimista acerca de la
posibilidad de la convivencia racial en la sociedad norteamericana; defendió la integración escolar, residencial y laboral.
Interpretaba que la cuestión racial era un problema jurídico y que a través del Congreso y la reforma legislativa la
comunidad negra obtendría iguales derechos. En 1964 se debatió la Ley de Derechos Civiles que prohibía la discriminación
racial en los lugares públicos. La iniciativa contó con el apoyo del presidente Lyndon Johnson, quien designó al primer juez
negro de la Corte Suprema.
King se pronunció en contra de la guerra de Vietnam, padeció frecuentes detenciones y varios atentados, y fue asesinado
por un hombre blanco en 1968. Su muerte desató una ola de disturbios e incendios en los guetos negros de todo el país.
En la década de 1960, los movimientos de protesta de la comunidad negra se extendieron, de los estados sureños a los
guetos de las ciudades del norte. La etapa de la resistencia pacífica parecía llegar a su fin.
El sueño de igualdad
Discurso de Martin Luther King pronunciado en el Lincoln Memorial de Washington en agosto de 1963.
“Ayer soñé que llegará un día en que esta nación se levante y viva de acuerdo con el verdadero sentido de su credo, según
el cual consideramos como verdad evidente que todos los hombres fueron creados iguales...
Ayer soñé que llegará un día en que, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los
antiguos esclavistas puedan sentarse juntos a la mesa de la fraternidad.
Yo albergo el sueño de que un día, incluso el estado de Misisipi, un estado abrasado por el calor de la injusticia, abrasado
por el calor de la opresión, se transformará en un oasis de libertad y de justicia.
Yo albergo el sueño de que, un día, allá en la Alabama de crueles racistas, de un gobernador que destila sólo palabras de
interposición y de anulación, un día, justamente allí, en Alabama, niñas y niños negros podrán unir sus manos con niños y
niñas blancos como hermanas y hermanos.
Yo albergo el sueño de que, un día, todos los valles se alzarán y todas las colinas y montañas se hundirán, las tierras
escarpadas se allanarán, las zonas torcidas se enderezarán, la gloria del Señor se revelará y todos los humanos podrán
verlo.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con que retorno al Sur. Con esta fe podremos extraer de las montañas de la
desesperación la piedra de la esperanza. Con esta fe seremos capaces de transformar la áspera discordia de nuestra
nación en una hermosa sinfonía de hermandad.
Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender juntos la libertad, sabiendo
que un día seremos libres.”
La rebelión de los guetos negros
Malcolm X, líder del Movimiento de los Musulmanes Negros, dirigió su lucha en el gueto de Harlem (en Nueva York). A
diferencia de Martin Luther King, a quien consideraba conciliador e integracionista, Malcolm X creía que la sociedad
blanca nunca concedería la integración plena a los miembros de la comunidad negra. Adoptó la religión musulmana y
culpó al hombre blanco por la degradación que sufría la comunidad negra; consideraba necesario separarla de su
influencia negativa. Su liderazgo atrajo a los inmigrantes sureños desilusionados y a los jóvenes negros confinados en los
guetos urbanos de las grandes ciudades.
Las normas estrictas de la Nación del Islam ofrecieron un verdadero programa de rehabilitación para los segmentos más
bajos de los guetos, su rechazo a la cultura blanca y el desarrollo autónomo de la cultura negra. La Nación del Islam
prohibió la entrada a los blancos en todos sus templos; fundó sus propias escuelas, centros islámicos y comercios dirigidos
por la comunidad religiosa. Alrededor de las mezquitas de las grandes ciudades, los musulmanes establecieron
restaurantes, lavaderos, almacenes, tiendas y hasta granjas en el Medio Oeste.
Según Malcolm X, las reformas legislativas no podían superar el racismo, tampoco se trataba de persuadir o de remover la
conciencia del blanco. Postulaba el separatismo total de la comunidad afroamericana y la necesidad de fortalecer el
nacionalismo: “revalorizar al negro ante sí mismo” y las raíces africanas. Para simbolizar su nombre africano desconocido,
había reemplazado su apellido por una X. También el campeón mundial de boxeo, Cassius Clay, cambió su nombre
norteamericano por el de Mohammed Alí.
Unos años antes que Martin Luther King, Malcolm X fue asesinado mientras daba una conferencia en Nueva York (1965).
Discurso de Malcolm X
“No soy demócrata, no soy republicano y ni siquiera me considero norteamericano [...] Bueno, yo no creo en eso de
engañarse uno a sí mismo. No me voy a sentar a tu mesa con el plato vacío para verte comer y decir que soy tu comensal.
Si yo no pruebo lo que hay en tu plato, sentarme a la mesa no hará de mí un comensal. Estar en Estados Unidos no nos
hace norteamericanos.
Porque si el nacimiento nos hiciera norteamericanos, no se necesitaría ninguna enmienda a la Constitución, no habría que
hacerle frente al entorpecimiento de los derechos civiles, ahora mismo en Washington. No hay que promulgar leyes de
derechos civiles para hacer norteamericano a un polaco.
No, yo no soy norteamericano. Soy uno entre los 22 millones de negros víctimas del norteamericanismo. Uno entre los 22
millones de negros víctimas de la democracia, que no es más que hipocresía enmascarada. Así que no estoy aquí
hablándoles como norteamericano, ni como patriota, ni como el que saluda a una bandera, no, yo no. Yo estoy hablando
como víctima de este sistema norteamericano. Y veo a Estados Unidos de Norteamérica con los ojos de la víctima. No veo
ningún sueño norteamericano; veo una pesadilla norteamericana.”
Cuestionario:
1. ¿Cuál era la situación de la comunidad negra estadounidense tras la 2da guerra mundial?
2. ¿Cómo se interpretaba la doctrina “Iguales, pero separados”?
3. ¿Qué postura impulsaba Martin Luther King? ¿Qué medidas llevó adelante?
4. ¿Cuál es, según tu consideración, la síntesis del discurso de 1963?
5. ¿Cuál era la idea de Malcolm X? ¿Por qué adoptó las normas de la Nación del Islam?
6. ¿Cómo justificaba su anti norteamericanismo?