Ejemplo TFM Caso Único
Ejemplo TFM Caso Único
Desinhibida en un adolescente
institucionalizado: estudio de
caso único
28 de febrero de 2022
3
A mi familia y amigos.
Por hacer el camino más fácil.
4
Índice
Resumen ..................................................................................................................................... 5
Palabras clave............................................................................................................................. 5
Abstract ...................................................................................................................................... 6
Keywords.................................................................................................................................... 6
Introducción ............................................................................................................................... 7
Identificación del paciente y motivo de consulta ..................................................................... 12
Estrategias de Evaluación ........................................................................................................ 14
Formulación clínica del caso. .................................................................................................. 19
Tratamiento .............................................................................................................................. 20
Valoración del tratamiento ....................................................................................................... 24
Discusión y conclusiones ......................................................................................................... 27
Referencias bibliográficas ........................................................................................................ 30
5
Resumen
Palabras clave
Apego, adolescencia, menores institucionalizados, psicopatologías, Trastorno de Relación
Social Desinhibida.
6
Abstract
Keywords
Attachment, Adolescence, Disinhibited Social Engagement Disorder, Institutionalized
minors, Psychopathology.
7
Introducción
El apego se define como la tendencia a crear vínculos afectivos con individuos, siendo
una característica central de los seres humanos (Pena-Garijo y Monfort- Ecrig , 2021). La
habilidad de crear vínculos con otras personas es una capacidad que se desarrolla en los
primeros años de vida (Hornor, 2019). El afecto y los cuidados en los primeros años de vida
son decisivos para el adecuado desarrollo físico, emocional y social de los niños (Morera
Vargas, 2020). Aunque la capacidad para formar nuevos vínculos se mantiene a lo largo de la
vida (González, 2019), las primeras experiencias que establecen los niños con sus cuidadores
principales afectan a la forma de establecer vínculos durante la edad adulta (Hornor, 2019;
Benlloch, 2020). Sin embargo, como señalan Lafuente y Cantero (2015), aunque la calidad de
los primeros vínculos es muy relevante, no determina por completo la calidad de las
relaciones posteriores, ya que intervienen otros muchos factores tanto internos y externos (ej.
resiliencia de los niños, estilo educativo parental, etc).
Bowlby (1988) desarrolló la teoría del apego para definir un sistema conductual
innato en los individuos, el cual estaría dirigido a la obtención de seguridad y protección
mediante figuras con las que instauran vínculos duraderos que permiten desarrollar
representaciones de uno mismo y de los demás (Burutxaga et al., 2018). El proceso de apego
se inicia desde el nacimiento y se desarrolla en distintas fases (Ferreyros Peña, 2017): (1)
Entre las seis semanas y los siete meses los bebes pueden ser consolados por adultos
desconocidos, aunque manifiestan preferencia ante una presencia habitual. (2) Entre los siete
y nueve meses, los bebes muestran desconfianza ante los extraños y ansiedad por separación,
momento en el cual se dice que se ha establecido el apego primario con sus cuidadores. La
capacidad de un bebe para establecer vínculos con sus cuidadores parece estar restringida a
un número determinado, debido a que es necesaria una interacción física y real; y (3) A partir
de los nueve meses los vínculos preferidos con los cuidadores pueden establecerse en
cualquier momento, siempre que los cuidados sean de calidad. Bowlby, Ainsworth y Bell
(1970) desarrollaron una situación experimental conocida como la “situación extraña” con la
que investigaron el equilibrio entre las conductas de exploración y apego en situaciones de
elevado estrés (Benlloch, 2020). En base a los datos de este experimento, establecieron tres
categorías de apego: seguro, evitativo (inseguro) y ansioso/ambivalente (inseguro) (González,
2019; Benlloch, 2020). Posteriormente Main y Salomon (1990), añadieron una cuarta
categoría de apego desorganizado (inseguro) (Hornor, 2019).
8
El apego seguro tiene efectos positivos en el desarrollo del infante, sin embargo, el
apego que establecen los niños con sus figuras vinculares puede verse alterado por algunos
factores como la negligencia infantil y/o el maltrato, dando lugar a problemas psicosociales
(Morera Vargas, 2020; Seim et al., 2020). Los entornos donde se producen maltratos, los
recursos económicos son escasos y existen historias familiares de abuso de sustancias suelen
desembocar en dificultades por parte de los niños para formar vínculos sanos y adaptativos
(Zeanah et al., 2016; González, 2019). La manifestación de los problemas de apego puede
ser tanto de rasgos emocionalmente retraídos e inhibidos (i.e.,trastorno del apego reactivo),
como de rasgos emocionalmente desinhibidos (i.e., trastorno de relación social desinhibida)
(Zeanah y Gleason, 2015). El presente estudio de caso se centra en un caso de Trastorno de
Relación Social Desinhibida.
El Trastorno de Relación Social Desinhibida (en adelante TRSD) se define como una
disposición a interactuar con el entorno de forma indiscriminada, expresando excesiva
familiaridad en el lenguaje y en el comportamiento social, la cual resulta inadecuada en
determinados contextos sociales y culturales (Romero-Gónzalez et al., 2020). La prevalencia
del TRSD se desconoce con exactitud (González, 2019). Entre las poblaciones de alto riesgo
(ej. orfanatos), el trastorno se presenta en menos del 20% de los niños, aunque se necesita
más investigación al respecto (APA, 2013). Además, la prevalencia de trastornos
emocionales y la frecuencia de problemas psicosociales son más altas entre los adolescentes
que presentan TRSD que en la población general (Seim et al., 2020). El curso de los niños
con diagnóstico de TRSD es variable (Zeanah et al., 2016). Los datos sugieren que los signos
del trastorno persisten en la adolescencia en niños criados en instituciones (Seim et al., 2020),
especialmente si tuvieron cambios de ubicación y si pasaron más tiempo institucionalizados
(Guyon-Harris et al., 2018). Por otro lado, se considera que los niños tendrán mejorías en su
desarrollo cuanto antes sean acogidos en un entorno propicio (Zeanah et al., 2016). A pesar
del escaso número de estudios referidos al curso del trastorno, existe un estudio llevado a
cabo con una muestra de niños criados en instituciones rumanas que muestra que los síntomas
del TRSD pueden persistir hasta la edad adulta (Guyon-Harris et al., 2018). No obstante, es
importante tener en cuenta las diferencias individuales así como los factores de protección
que afectan a cada infante (Zeanah et al., 2016).
Tabla 1
(APA, 2014).
3. Recurre poco o nada al cuidador adulto después de una salida arriesgada, incluso en contextos
extraños.
1. Negligencia o carencia social que se manifiesta por la falta persistente de tener cubiertas las
necesidades emocionales básicas para disponer de bienestar, estímulo y afecto por parte de los
cuidadores adultos.
Especificar si:
Persistente: El trastorno ha estado presente durante más de 12 meses.
Para la evaluación del apego existen diversas escalas que se podrán emplear en el
contexto clínico dependiendo de la edad del paciente, la convivencia con sus progenitores, o
su proceso de institucionalización. Para adolescentes institucionalizados no se han encontrado
herramientas específicas, ya que gran parte de los instrumentos tienen como población diana
a menores en edad infantil y a sus padres. En la Tabla 2 se resumen las principales pruebas
encontradas en la literatura para población adolescente con TRSD. Debido a las
características de nuestro sujeto de estudio, escogemos la prueba Ca Mir-R como la mejor
11
Tabla 2
Instrumentos de evaluación de apego adolescente más empleados.
Instrumento Breve descripción
El presente Trabajo Final de Máster presenta los datos de un paciente con TRSD (J.
en adelante), cuyos datos personales han sido alterados en base a la ley orgánica 3/2018, del 5
de diciembre, con la finalidad de proteger su anonimato e impedir su identificación.
madre se dedica al cuidado del hogar, mientras que el padre ha mantenido negocios
fraudulentos. Poseen un largo recorrido de intervenciones por parte de Servicios Sociales y de
Protección del Menor, debido a negligencias en el cuidado de los hijos y a episodios de
violencia intrafamiliar y violencia de género. Se desconocen los antecedentes de salud mental
familiares, aunque la madre refiere encontrarse en un estado anímico “malo” de forma
persistente, que la incapacita para ocuparse de sus hijos adecuadamente.
J., ha pasado en los últimos años por cuatro centros de internamiento diferentes, así
como varios ingresos en urgencias hospitalarias debidos a problemas conductuales (ataques
de ansiedad, fugas). Durante las estancias en dichos centros, el menor se ha dejado cuidar por
los profesionales, mostrando un comportamiento demasiado familiar, como besos, abrazos y
dar regalos a desconocidos. Además, presentaba conductas agresivas y fugas de manera
imprevista. El trabajo que se ha realizado con los padres es escaso, ya que la colaboración del
padre y fue nula, y la madre desarrolló una serie de problemas personales que dificultaron el
proceso.
Tras la valoración por parte del equipo de Salud Mental del centro, se le diagnostica
TRSD y se le recomienda tratamiento psicológico y psiquiátrico. El tratamiento psiquiátrico
incluye los siguientes fármacos: Olanzapina 10mg, Tranxilium 50mg, Trileptal 300mg,
Invega 6mg, Mirtazapina 30mg y Lormetazepan 2mg si precisa. Se tiene como objetivo
reducir la medicación actual mediante tratamiento psicológico.
Tabla 3
Datos sociodemográficos
14
Edad 17 años
Nº de internamientos 4 internamientos
Vínculos primarios
desadaptativos
Participa activamente en
actividades grupales
Estrategias de Evaluación
cuestionarios, se han seleccionado los más breves tratando de evitar que la evaluación se
alargue y J. se canse o quiera abandonarla.
La entrevista semiestructurada CAPA (Leffler et al., 2014; Seim et al., 2019; Seim et
al., 2020) es una herramienta diagnóstica que determina la presencia de psicopatologías en
niños y adolescentes según el manual diagnóstico DSM-IV TR. Esta entrevista recoge datos
sobre el inicio sintomatología, su duración, frecuencia e intensidad incluyendo preguntas
abiertas y cerradas (Leffler et al., 2014; Seim et al., 2019; Seim et al., 2020). Sin embargo,
finalmente descartamos su uso ya que el psicólogo del centro ya realizó una entrevista inicial
cuando comenzó a tratar a J en (2018). Aunque no tuvimos acceso a los registros de esa
entrevista, contamos con los datos reflejados en el informe aportado por el profesional y su
testimonio.
útil y completa sobre el apego pero, para realizar las medidas de seguimiento de J., creímos
conveniente utilizar otro instrumento de apego más breve como es el AAQ.
La prueba AAQ (West et al., 1998) es un instrumento elaborado a partir del modelo
de apego de Mary Ainsworth y John Bowlby. Se compone de 9 preguntas en escala de tipo
Likert que valoran la percepción de disponibilidad de la figura de apego. Esta prueba posee 3
subescalas de medida: (1) disponibilidad de la figura de apego:; (2), rabia y malestar como
respuestas del adolescente ante la falta de disponibilidad de la figura de apego; y (3) la
corrección de metas compartidas, haciendo referencia al nivel de empatía y preocupación del
menor respecto a su figura de apego. Este instrumento muestra una buena consistencia interna
para cada una de las dimensiones (Disponibilidad =0.80, Rabia y malestar =0,62 y
Corrección de metas compartidas =0.74) (Morán et al., 2014; Pittí-Caballero, 2020). Esta
prueba permite pensar en figuras de apego diferentes al padre o la madre, por lo que la
usamos teniendo como referencia la relación de J con su terapeuta, para analizar los procesos
de transferencia y contratransferencia del paciente.
Tabla 4.
SOM OBS INT DEP ANS HOS FOB PAR PSI GSI PSDI PST
PD 1,83 1,77 0,11 2,60 3,58 2,87 1,26 2,86 2,10 3,08 3,44 86
Población Centil 99 99 20 99 99 99 90 99 97 99 99 99
General T 75 75 42 75 75 75 63 75 70 75 75 75
Muestra Centil 80 75 10 85 97 80 65 95 85 97 95 97
psiquiátrica T 58 57 37 60 70 58 54 67 60 70 67 70
Paranoia, PSI: índice de síntomas de Psicoticismo, GSI: índice global de severidad, PSDI:
índice positivo de malestar, y TP: total de síntomas positivos.
Los tres índices globales de la prueba se encontraban por encima de la media, tanto en
comparación con población general como en la comparación con la muestra clínica. Esto nos
indicaba que J. presentaba sintomatología psicológica que debía ser tratada. Las dimensiones
sintomáticas que más destacaron fueron la de Ansiedad, Paranoia y Sensitividad
Interpersonal. Las dos primeras superaban la media tanto general como clínica en más de
1DT. J, presentaba unos altos niveles de ansiedad y sintomatología paranoide. Por otro lado,
la Sensitividad Interpersonal destacó por situarse debajo de la media en más de 1DT. Esto nos
indicaba que J. era una persona con problemas relacionales de tipo desinhibido.
Figura 1.
5
4,5
4
3,5
3
2,5
2
1,5
Puntuación J
1
0,5 Media general
0
Tabla 6.
Nota. X hace referencia a la media. DT es la desviación típica. Con Rango normal se refiere
al rango medio de puntuación de jóvenes de 17 a 20 años sin problemas de apego. Datos
extraídos del estudio de Morán, J.; Lecannelier, F.; Rodríguez, J. (2014). Estudio de
validación de un cuestionario de apego en adolescentes. Rev Chil Pediatr 2014; 85 (4): 437-
442.
Dados los resultados obtenidos en la entrevista inicial y las pruebas administradas, así
como la información aportada por parte del terapeuta de J, se concluye que J presenta un
estilo de apego desadaptativo, de tipo inseguro-desinhibido, cumpliendo los criterios
diagnósticos para TRSD, ya que encaja no solo con el estilo de apego del menor, sino
también con los síntomas psicológicos asociados, tales como la ansiedad, la paranoia, la
desregulación emocional y la ambivalencia entre la confianza total con desconocidos y la
ira/rencor hacia las figuras de apego ante cualquier inconveniente.
Por otro lado, hay que tener en cuenta otros factores relevantes que han podido
contribuir al desarrollo de la patología como las institucionalizaciones o la desestructuración
familiar del paciente. Se pone de manifiesto la relación entre los diversos contextos
vivenciados por el paciente y el desarrollo del trastorno de relación social desinhibida
(Hornor. G., DNP., CPNP, 2019), existiendo evidencia empírica de que los signos del
trastorno de apego pueden persistir en la adolescencia en niños que han sido criados en
instituciones, incluso si luego han sido reubicados en casas de acogida (Lehman et al., 2018).
Tratamiento
El objetivo general del tratamiento no fue restaurar los vínculos afectivos con los
progenitores de J., ya que cuando cumpla la mayoría de edad, continuará institucionalizado y
sin mantener contacto regular con sus padres. Por el contrario, el objetivo que planteamos fue
enseñarle a desarrollar vínculos de apego adaptativos con sus figuras de referencia (ej.
terapeuta) y compañeros del centro. Otro de los objetivos centrales de la intervención fue
mejorar las habilidades de J. para regular sus emociones y así reducir las conductas
disruptivas derivadas de una mala gestión emocional (ej. explosiones de ira, agresiones
21
verbales, fugas…). Como objetivo secundario, y dado que próximamente cambiará de centro
y cumplirá la mayoría de edad, quisimos promover su inserción en el mundo laboral, para lo
cuál necesitaba obtener el graduado escolar. Para esto último, utilizamos la orientación de los
programas educativo y laboral de la Fundación Secretariado Gitano de Pamplona, a los que
accederá una vez abandone el centro en el que reside actualmente.
Guiamos nuestro diseño en base a las orientaciones de Marrone sobre los objetivos de la
terapia breve del apego (Rodríguez-Marcos, 2021). Estos son: a) crear una base segura
durante un tiempo prolongado (el terapeuta en este caso); b) ayudar a que el paciente explore
las circunstancias presentes y el papel que él juega en ellas; c) examinar cómo el paciente
interpreta la conducta de los demás y qué espera de ellos; y d) explorar las posibles
conexiones entre pasado y presente. La terapia buscaba fomentar el autoconocimiento de J. y
sus circunstancias vitales, promoviendo el cambio desde la aceptación y la confianza en uno
mismo y en los demás.
Tabla 7
estado emocional.
Reestructuración cognitiva
El primer paso tras la evaluación fue hacer que J. comprendiera el origen de su problema
y su manifestación clínica. Para ello, se empleó la psicoeducación y se trabajó en la
23
validación de sus emociones, tanto por parte del profesional como por parte del propio J. Se
incluyeron aquí técnicas de reestructuración cognitiva para trabajar las creencias y esquemas
sobre sí mismo y sus seres queridos. Se trabajó en base a una historia de vida que fue
elaborando J. conjuntamente con el terapeuta.
Dado que nos encontramos ante un trastorno de apego, J. necesitaba volver a aprender a
vincularse con los demás de una forma más sana y adaptativa. Para ello, se creó una sólida
alianza terapéutica con el profesional, convirtiéndose en la principal figura de apego de J. En
esta ocasión se empleó reestructuración cognitiva enfocada a las creencias sobre el
funcionamiento y las intenciones de los demás. Se buscaba también reeducar en habilidades
sociales y otros hábitos relacionales desadaptativos que J. había desarrollado mediante
psicoeducación, role-play y práctica real supervisada con compañeros y profesionales del
centro.
eran sus puntos fuertes y débiles relacionados con el trabajo, y cuáles eran sus derechos y
deberes como trabajadores. Estos talleres educativos y laborales pretendían ser la base para la
futura participación de J. en el programa Promociona y el programa ACCEDER de la
Fundación Secretariado Gitano. Ambos se encuentran dentro del Programa Operativo
Plurirregional de Lucha contra la Discriminación y están financiados por el Fondo Social
Europeo. Tienen como objetivo garantizar la finalización de los estudios obligatorios para los
jóvenes y su posterior inserción en el mundo laboral. La Fundación Secretariado Gitano
busca romper el círculo de la pobreza y discriminación del pueblo gitano mediante la
educación y la inserción laboral. Actualmente se desarrolla en 49 ciudades españolas, entre
ellas Pamplona, de donde proviene J.
Para evitar las recaídas en las conductas desadaptativas como las fugas, las explosiones de
ira o los ataques de ansiedad, se elaboró junto al propio J. un protocolo de prevención que
contemplase la solicitud de ayuda al personal del centro y a los compañeros cuando él mismo
detectase que no era capaz de gestionar bien sus emociones e impulsos. También fueron
útiles las técnicas de relajación que se enseñaron en terapia y la práctica de actividades
gratificantes.
Figura 2.
80
70
60
50
40
Pob Clinica T3
30
Pob Clínica T2
20
10
0
SOM OBS INT DEP ANS HOS FOB PAR PSI GSI PSDI PST
Nota. En el eje Y se reflejan las puntuaciones T del baremo de Población Clínica del
cuestionario SCL-90-R que obtuvo J. En el eje X observamos las dimensiones que contempla
el cuestionario ya mencionadas anteriormente. La línea naranja corresponde a las
puntuaciones de J. en T2 (Noviembre de 2021) y la azul corresponde a las de T3 (Enero de
2022). Al ser puntuaciones T, la media es 50 y la desviación típica es de 10 siendo el rango
de puntuaciones normales de 40 a 60 puntos como reflejan las líneas moradas.
26
Lo mismo ocurre con las medidas en apego del AAQ: la sensación de disponibilidad
de la figura de apego principal (el terapeuta) y las señales de rencor y angustia entran dentro
del rango de la normalidad, aunque sean en el límite inferior. Por otro lado, la medida de
cooperación se encuentra en la media esperada para un joven de su edad, lo que nos indica la
buena actitud y motivación de mejora que ha presentado J. durante la intervención.
En la Figura 3 se refleja una evolución lenta pero constante hacia un estilo de apego
cada más seguro respecto a su figura principal. Las líneas en color naranja señalan el rango
de normalidad en población de 17 a 20 años con la que se comparan los resultados de J.
Figura 3.
16
14
12
10
8 Septiembre
6 Noviembre
4 Enero
2
0
Disponibilidad Cooperación Señales enojo y
angustia
igual forma, aun sin quitarles la importancia que poseen, creemos que dadas las condiciones y
el historial de J., el balance general es positivo.
Por otro lado, hemos encontrado dificultades mayores asociadas al contacto con la
familia. J. recibe semanalmente llamadas por parte de su tía y su abuela paternas con las que
mantiene relación. Sin embargo, en más de una ocasión, la tía o la abuela han puesto al
teléfono al padre de J. sin avisar a los cuidadores. Estos encuentros telefónicos han tenido un
impacto negativo significativo en J. de forma que su sintomatología empeoraba. Hubo que
prohibir el contacto telefónico con el padre y supervisar las llamadas para cortarlas en caso de
que el padre tratase de comunicarse con el hijo. Fue una medida de prevención que resultó
efectiva.
Discusión y conclusiones
Tal y como era esperable en un caso de esta gravedad, los resultados de la medida
de seguimiento mediante el SCL-90-R y el AAQ mostraron pequeñas mejoras. Sin
embargo, los resultados de la segunda medida de seguimiento mostraron mejorías
significativas en algunas dimensiones como en la paranoia y en las diferentes medidas de
apego. Además, la dimensión de cooperación se encontraba en la media esperada. En
conclusión, teniendo en cuenta la gravedad del caso, a lo largo de los cuatro meses se
pudieron observar avances relevantes en el paciente, con expectativas de seguir mejorando
en el futuro si el tratamiento se mantiene.
Estas mejorías se deben en gran medida a las técnicas empleadas, como la historia
vital, la psicoeducación o la validación emocional, con el objetivo de que J. pudiera
entender las consecuencias de sus primeras experiencias vinculares. Por otra parte, para
desarrollar vínculos de apego adaptativos se trabajó principalmente a través de la alianza
terapéutica, así como la reestructuración cognitiva y la incorporación de actividades
gratificantes. Para reducir las conductas disruptivas se consideró pertinente trabajar a
través del desarrollo de conductas alternativas combinado con otras actividades como las
actividades artísticas o el Mindfullness. Con el objetivo de mejorar el nivel educativo del
paciente, se llevaron a cabo talleres de aula varias veces por semana. Por último, para
gestionar las posibles recaídas se elaboró conjuntamente con J. un protocolo de prevención
combinado con la aplicación de técnicas de relajación que había aprendido durante la
intervención.
los progenitores en el proceso. Además, en este caso se cuenta con un factor determinante
que limita la elección de los instrumentos de evaluación, y es el bajo nivel educativo del
sujeto, necesitando de la colaboración del psicólogo del centro para leer los ítems uno a
uno y puntuarlos Por ello, era importante utilizar pruebas que fuesen breves para no alargar
demasiado la evaluación, con el riesgo de que el paciente se frustrase y decidiese
abandonar el proceso. Al igual que sucedió con la evaluación, también encontramos
dificultades a la hora de diseñar la intervención del caso. Al tratarse de un trastorno de
apego, la búsqueda se centró en intervenciones diseñadas desde el marco teórico del apego.
Sin embargo, gran parte de ellas se regían por modelos psicodinámicos que cuentan con
escasa evidencia científica. Por ello, se optó por buscar otros modelos de tratamientos que
tuviesen una eficacia contrastada. Sin embargo, ni la Guía Práctica de Tratamientos de
APA ni la guía NICE contaban con estudios de referencia sobre el tratamiento del apego en
adolescentes. Por ello, se decidió enfocar el diseño de intervención desde la perspectiva de
la Terapia Cognitivo-Conductual, enriquecida con algunas técnicas desarrolladas desde la
teoría del apego.
Por todo lo anterior, se necesitan estudios futuros para entender mejor cómo se
relacionan los entornos de cuidados negligentes en los primeros momentos de vida con los
trastornos de apego en la adolescencia. Futuras líneas de investigación deberán desarrollar
pruebas estandarizadas para adolescentes con trastornos de apego en entornos,
institucionalizados, así como protocolos empíricamente validados para este tipo de casos.
30
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