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Sentencia por Falsedad Ideológica y Asociación Ilícita

El resumen de este tremendo Caso y como han ido apelando y terminaron libres, un escandalo de corrupcion

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Sentencia por Falsedad Ideológica y Asociación Ilícita

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Sentencia por Falsedad Ideológica y Asociación Ilícita: Caso Latino Sur S.A.C.

y
Maylamin S.A.C.

Introducción:

El presente caso involucra una serie de delitos relacionados con la falsedad ideológica y la
asociación ilícita para delinquir, perpetrados en agravio de las empresas Latino Sur S.A.C.
y Maylamin S.A.C., así como del Estado peruano, representado por la Superintendencia
Nacional de Registros Públicos (SUNARP). Los acusados, Olinda Estela Porras Romo
y Luis Jamis Alburquerque Yeovaniny, fueron parte de una organización delictiva que
buscaba apropiarse ilegalmente de los bienes de las mencionadas empresas mediante la
falsificación de documentos y otros actos fraudulentos.

A lo largo del proceso, se demostró que los acusados actuaron en conjunto con otros
sentenciados para transferir propiedades y realizar actos de disposición patrimonial que
resultaron en un grave perjuicio económico para las empresas agraviadas y el Estado. Pese
a los intentos de la defensa por alegar su desconocimiento de los hechos, el tribunal
determinó que los acusados jugaron roles clave en los actos ilícitos. Tras evaluar las
pruebas presentadas, se estableció la culpabilidad de ambos en el delito de falsedad
ideológica, y se les impuso una pena privativa de libertad de tres años, además de la
obligación de reparar civilmente los daños causados.

La sentencia también abordó la aplicación de la prescripción de la acción penal en relación


con otros delitos inicialmente imputados, lo que redujo parcialmente las condenas, aunque
no eliminó la responsabilidad de los acusados por los delitos más graves.

El 2 de noviembre de 2021, se dictó sentencia en un caso penal relacionado con una


presunta red de delitos de falsificación y asociación ilícita para delinquir, vinculada a la
organización de Aníbal Aliaga. Los acusados principales incluyen a Olinda Estela Porras
Romo y Luis Jamis Alburquerque Yeovaniny (quienes enfrentan el proceso en libertad), así
como a José Diego Utor Quiñe, Henry Sangama Venancino y Nilton César Arias Astete
(quienes están como reos contumaces).

Estos individuos están acusados de falsificación de documentos privados en perjuicio de las


empresas Latino Sur S.A.C., representada por Ricardo Chuon Lee, y Maylamin S.A.C.,
representada por Yuet Ngan Lam de Sam, bajo el artículo 427 del Código Penal. Además,
se les acusa de falsedad ideológica, también en perjuicio de estas mismas empresas y del
Estado, representado por la SUNARP (artículo 428 del Código Penal), así como de
asociación ilícita para delinquir en agravio del Estado, previsto en el artículo 317 del Código
Penal.

Los acusados residen en distintas zonas de Lima y Callao, con diferentes grados de
instrucción y ocupaciones. Se destaca la participación de Olinda Estela Porras, domiciliada
en el edificio ubicado en calle San Martín 156, Miraflores, y de Luis Jamis, abogado de
profesión.

Resumen del Caso Judicial: Red de Delitos de Aníbal Aliaga


Este caso se origina a partir de una investigación policial en 2010, donde se adoptaron
medidas excepcionales para incautar bienes y limitar derechos durante la fase preliminar.
Posteriormente, en septiembre de ese mismo año, el Ministerio Público formalizó una
denuncia penal contra varios implicados, incluyendo a Berlioz Aníbal Aliaga Iparraguirre,
Jorge Antonio Lévano Arias, y otros, por delitos de fraude, falsificación de documentos y
asociación ilícita para delinquir, afectando a las empresas Latino Sur S.A.C. y Maylamin
S.A.C. Se dictaron medidas de detención y comparecencia restringida para los acusados.

En 2013, se declaró fundada una excepción en favor de dos procesados, Estela Olinda
Porras Romo y Luis Jamis Alburquerque Yeovaniny, decisión que fue apelada. El juicio
continuó para los demás acusados y concluyó en 2018 con la apertura de un juicio oral, que
excluyó temporalmente a Porras Romo y Alburquerque Yeovaniny debido a recursos de
nulidad.

Finalmente, en enero de 2019, se emitió una sentencia que condenó a seis acusados a seis
años de prisión por falsificación de documentos y asociación ilícita. Posteriormente, en
2019, la Corte Suprema revocó parcialmente la sentencia, reduciendo la pena a tres años
para algunos acusados y declarando prescrita la acción penal por asociación ilícita. El juicio
continuó en 2021, con nuevas sentencias y la reserva del caso para algunos procesados.

La revocación de la sentencia por parte de la Corte Suprema en 2019 benefició a los


siguientes implicados:

1. Jorge Orlando Llamoja Vargas


2. Juan Carlos Morales Velásquez
3. Alain Giovanny Merino Ávila
4. Tomás Andrés Williams Reyes
5. Gustavo Luis Menacho Rojas
6. Javier Abel Rojas Sánchez
7. Jorge Antonio Lévano Arias

La Corte Suprema declaró prescrita la acción penal por el delito de asociación ilícita para
delinquir en perjuicio del Estado para estos acusados, lo que significó que ya no podrían
ser procesados ni condenados por este delito en particular. Sin embargo, la condena por
falsedad ideológica se mantuvo para todos ellos. Además, la Corte redujo la pena privativa
de la libertad de seis años a tres años para estos procesados.

Resumen de la Imputación Fáctica: Red de Aníbal Aliaga

La acusación fiscal describe que los implicados pertenecen a una organización criminal que
se dedica a apropiarse del patrimonio de empresas mediante fraudes. Aprovechan que las
empresas no cuentan con un control constante de sus accionistas para llevar a cabo estos
ilícitos.

En este caso, los acusados elaboraron un documento falso llamado "Acuerdo de


Reconocimiento de Deuda y Transferencia de Acciones" en diciembre de 2009. Este
documento indicaba que Ricardo Chuon Lee, representante de diversas empresas,
reconocía una deuda de más de 2 millones de dólares a favor de Jorge Orlando Llamoja
Vargas y Juan Carlos Morales Velásquez, quienes, supuestamente, recibieron acciones de
la empresa Latino Sur S.A.C. Sin embargo, este acuerdo fue fabricado, ya que Chuon Lee
nunca firmó ni reconoció tal deuda, y los beneficiarios solo habían sido empleados con
salarios mucho menores.

Aprovechándose de este documento, se llevó a cabo una junta general de accionistas


donde se nombró a Tomás Andrés Williams Reyes como gerente general. Luego, el 4 de
marzo de 2010, Williams Reyes denunció la pérdida del libro de actas para justificar la
apertura de un nuevo libro ante el notario José Diego Utor Quiñe, sin cumplir con los
requisitos legales.

Posteriormente, el 9 de marzo de 2010, Williams Reyes intentó cobrar irregularmente un


cheque por 40,935 dólares perteneciente a Latino Sur S.A.C. en el Banco de Crédito,
acompañado por Alain Giovanni Merino Ávila y Javier Abel Rojas Sánchez. Según
Williams Reyes, el cheque fue entregado por Nilton César Arias Astete, lo que revela un
acuerdo entre ellos para apoderarse del dinero de la empresa.

Además, Gustavo Luis Menacho Rojas, representando falsamente a Latino Sur S.A.C.,
junto con Olinda Estela Porras Romo, simularon la venta de un inmueble de la empresa,
ubicado en la Av. Salaverry, por 30,000 dólares. Esta venta fue fraudulenta, ya que Porras
Romo no tenía la solvencia económica para adquirir el inmueble, y no existió publicidad
para su venta. Finalmente, el inmueble fue transferido a la empresa Asesores e
Inversiones Huayao S.A., cuyo representante era Luis Jamis Albuquerque Yeovaniny,
otro miembro de la organización criminal, según los testimonios.

Esta serie de acciones fraudulentas evidencian la coordinación entre los acusados para
apropiarse del patrimonio de Latino Sur S.A.C. mediante documentos falsos,
nombramientos ilegales y la simulación de compras de inmuebles.

Resumen de la Prescripción de la Acción Penal en el Caso de Aníbal


Aliaga

La prescripción es una herramienta legal que extingue la responsabilidad penal de una


persona debido al paso del tiempo. En este caso, la defensa de Olinda Estela Porras
Romo solicitó la prescripción de los delitos de falsificación de documentos privados y
asociación ilícita. El tribunal analizó los plazos correspondientes y concluyó que el tiempo
para perseguir estos delitos había expirado.

1. Falsificación de documento privado: Este delito tiene una sanción de entre 2 y 4


años de prisión, y el plazo de prescripción es de 6 años. Dado que los hechos
ocurrieron entre diciembre de 2009 y marzo de 2010, el plazo venció el 9 de marzo
de 2016, incluso sumando los meses de paralización judicial y la suspensión por la
pandemia.
2. Asociación ilícita para delinquir: El delito tiene una pena de entre 3 y 6 años de
prisión, y su plazo de prescripción es de 9 años. Como el último acto delictivo ocurrió
el 9 de marzo de 2010, el plazo también venció, incluso sumando las paralizaciones
judiciales y los retrasos causados por la pandemia.

En consecuencia, se declaró prescrita la acción penal por estos delitos para Olinda Estela
Porras Romo y de oficio para Luis Jamis Alburquerque Yeovaniny.
Sin embargo, el delito de falsedad ideológica aún está vigente. La Corte Suprema señaló
que hubo tres actos de falsedad ideológica entre diciembre de 2009 y enero de 2010. La
pena para este delito es de entre 3 y 6 años de prisión, lo que da un plazo de prescripción
de 12 años. A la fecha, este plazo no ha vencido, ya que se extendió por huelgas, la
pandemia, y recursos de nulidad, por lo que el proceso continúa para este delito.

Resumen del Delito Imputado: Falsedad Ideológica

A Olinda Estela Porras Romo y Luis Jamis Alburquerque Yeovanyni se les imputa la
comisión del delito de falsedad ideológica, previsto en el artículo 428 del Código Penal
peruano. Este delito consiste en insertar o hacer insertar en un documento público
declaraciones falsas sobre hechos que deben probarse con ese documento, con el objetivo
de que dichas declaraciones se utilicen como si fueran verdaderas.

La sanción para este delito es una pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de
seis años, además de una multa de 180 a 365 días. Asimismo, el uso de un documento
con contenido falso, siempre que de su utilización pueda derivarse algún perjuicio, también
está penado con las mismas sanciones.

En este caso, los acusados habrían insertado declaraciones falsas en documentos oficiales,
lo cual representa un perjuicio potencial para las empresas y el Estado, y por ello enfrentan
cargos por falsedad ideológica.

Resumen de la Tesis del Ministerio Público

El Ministerio Público sostiene que los acusados Olinda Estela Porras Romo y Luis Jamis
Alburquerque Yeovanyni formaban parte de una organización criminal destinada a
cometer delitos como la falsificación de documentos y la asociación ilícita para delinquir.
Este grupo se aprovechaba de empresas con alta solvencia económica, pero con poca
vigilancia interna, para apropiarse de su patrimonio. Entre las empresas perjudicadas se
encuentran Latino Sur S.A.C. y Maylamin S.A.C., cuyos bienes fueron falsamente
transferidos mediante la inscripción de actos fraudulentos en la SUNARP, afectando la
buena fe registral.

El 9 de marzo de 2010, uno de los involucrados, Tomás Andrés Williams Reyes, intentó
cobrar de forma irregular un cheque por US$ 40,935.91, lo que desencadenó el
descubrimiento del fraude. Berlios Aníbal Aliaga Iparraguirre y Nilton César Arias Astete
estuvieron detrás de este acto, coordinando para que Williams huyera de la ciudad.

El fraude inició con la elaboración de un documento falso de reconocimiento de deuda y


transferencia de acciones en diciembre de 2009, donde se indicaba que la empresa
Latino Sur S.A.C. debía una gran suma de dinero a dos de sus trabajadores, Jorge
Orlando Llamoja Vargas y Juan Carlos Morales Velásquez, lo cual nunca sucedió.
Gracias a este documento falso, los acusados tomaron control de la empresa, nombrando a
Tomás Andrés Williams Reyes como gerente general y a Gustavo Luis Menacho Rojas
como apoderado.

Posteriormente, se simularon la compra y venta de inmuebles de Latino Sur S.A.C.,


particularmente uno ubicado en la Av. Salaverry en Magdalena, el cual fue vendido por
Gustavo Luis Menacho Rojas a Tecno Comercial S.A.C., representada por Olinda Estela
Porras Romo. La transacción fue ficticia, y el inmueble fue usado como garantía para una
hipoteca de US$ 300,000 antes de que se finalizara la supuesta venta.

El Ministerio Público acredita que los acusados actuaron en coordinación y con una clara
división de roles para cometer estos actos ilícitos. Las pruebas incluyen testimonios,
documentos falsos y transacciones irregulares que confirman la implicación de los acusados
en la falsificación de documentos y asociación ilícita. El perjuicio económico causado a las
empresas ascendió a S/.4,337,144.62, según una pericia contable.

En conclusión, el Ministerio Público sostiene que Olinda Estela Porras Romo, Luis Jamis
Alburquerque Yeovanyni, Henry Sangama Venancino y José Diego Utor Quiñe son
responsables de los delitos de falsificación de documentos privados, falsedad
ideológica y asociación ilícita para delinquir, de acuerdo con los artículos 427, 428 y 317
del Código Penal.

Resumen de la Tesis de la Defensa de Olinda Estela Porras Romo

La defensa de Olinda Estela Porras Romo sostiene que dentro de la empresa Latino Sur
S.A.C. existían conflictos internos entre los funcionarios de confianza, trabajadores y
representantes legales, lo que generó una división que derivó en acciones que ahora son
objeto de litigio. Según la defensa, las pugnas internas eran conocidas únicamente por
estos grupos, y no por terceros.

La defensa argumenta que Jorge Orlando Llamoja Vargas y Juan Carlos Morales
Velásquez eran gerentes registrados formalmente en la partida registral de la empresa, lo
que respalda su posición dentro de la compañía. Además, se destaca que Ricardo Chuon
Lee, quien también fue gerente y persona de confianza de Yuet Ngan Lam de Sam
(apoderada de Latino Sur), firmó el "Acuerdo de reconocimiento de deuda y constancia de
transferencia de acciones" del 3 de diciembre de 2009, documento cuya validez es
corroborada por peritajes de grafotecnia que confirman la autenticidad de la firma de Chuon
Lee.

Se señala que tanto Llamoja Vargas como Morales Velásquez tenían una relación cercana
y de confianza con Chuon Lee, lo cual respalda la idea de que no existió ninguna
falsificación en la transacción. Además, Latino Sur S.A.C. tenía una relación constante con
la notaría del Dr. Luis Benjamín Gutiérrez Adrianzén, donde se realizaron todos los actos
y contratos relacionados con las transacciones, y que estas se realizaron con las
formalidades exigidas por la ley, lo que demuestra que no hubo irregularidades.

La defensa también recalca que Tecno Comercial S.A.C., empresa compradora del
inmueble ubicado en la Av. Salaverry, fue captada como parte de los grupos en pugna
dentro de Latino Sur S.A.C.. Tanto la compra del inmueble como su cancelación se
realizaron en dicha notaría, cumpliendo con las leyes y procedimientos formales. La defensa
insiste en que todas las acciones se llevaron a cabo con pleno conocimiento y aprobación
de las partes involucradas, incluyendo el pago de US$ 30,000 y US$ 80,000 por la compra y
cancelación del precio del inmueble, todo bajo el control y supervisión del notario.
Finalmente, la defensa sostiene que Olinda Estela Porras Romo conocía a los
involucrados en la transacción antes de los actos de compra y venta, lo que refuerza su
argumento de que no hubo intención de cometer actos fraudulentos. La tesis principal de la
defensa gira en torno a la idea de que estos actos fueron parte de un conflicto interno en la
empresa, y que todos los procedimientos se realizaron de manera legal y transparente,
buscando evadir cualquier implicación en actividades ilícitas.

Resumen sobre Olinda Estela Porras Romo

Olinda Estela Porras Romo, abogada y concubina del cabecilla Berlioz Aníbal Aliaga
Iparraguirre, ha estado operando desde 1972, cuando tenía 20 años. A lo largo de los
años, ha sido pieza clave en la organización criminal liderada por Aliaga. Su función
principal ha sido ejecutar, mediante acciones civiles, los actos ilícitos cometidos por las
empresas de la red criminal. Porras Romo ha utilizado su empresa Tecno Comercial S.A.C.
para adquirir, con apariencia de legalidad, las propiedades de las víctimas de la
organización, asegurando que estos activos pasaran a manos de la red criminal.

Resumen de la Tesis de la Defensa de Luis Jamis Alburquerque


Yeovaniny

La defensa de Luis Jamis Alburquerque Yeovaniny sostiene que no existen pruebas que
lo vinculen a la organización criminal acusada de defraudar a Latino Sur S.A.C.. Afirma que
Luis Alburquerque no tuvo ninguna relación laboral o profesional con la empresa, y su
única intervención fue como abogado de Tecno Comercial S.A.C. en la compra del
inmueble de la Av. Salaverry, actuando en ejercicio legítimo de su profesión. La defensa
argumenta que Luis Alburquerque verificó la legalidad de la transacción, cumpliendo con
todos los requisitos notariales y registrales.

Alburquerque no conocía a los directivos de Latino Sur S.A.C., ni a los involucrados en las
transacciones fraudulentas, y la defensa insiste en que existe una confusión con Alain
Giovanni Merino, quien sí estaba relacionado con los actos fraudulentos. Además, se
sostiene que Luis Alburquerque no estuvo involucrado en ninguna actividad ilícita y que su
participación se limitó a asesorar legalmente en la compra del inmueble, lo cual fue
realizado de manera transparente y legal.

La defensa también señala que Alburquerque no fue denunciado en la fase inicial de las
investigaciones y que las acusaciones en su contra son especulativas, sin pruebas
concretas. La defensa concluye que condenarlo sería injusto, ya que no hay evidencia que
lo vincule directamente con los delitos imputados.

Resumen de Luis Jamis Alburquerque Yeovaniny y su Relación con la


Red de Aníbal Aliaga

Luis Jamis Alburquerque Yeovaniny ha sido identificado como gerente general de


múltiples empresas relacionadas con la organización criminal liderada por Aníbal Aliaga
Iparraguirre, todas ellas involucradas en actos ilícitos. Alburquerque ha ocupado cargos de
gerencia en diversas compañías que forman parte de la red, cuyo objetivo ha sido defraudar
y apropiarse de bienes mediante acciones fraudulentas. Entre las empresas donde ha
ejercido como gerente general se incluyen:

1. NNGS S.A.C.
2. Asesores e Inversiones Huayao S.A.C.
3. Moda y Café S.A.C.
4. Inmobiliaria DORE S.A.

Alburquerque ha sido denunciado en múltiples fiscalías penales, incluyendo la 38 Fiscalía


Provincial Penal de Lima. A lo largo de los años, ha formado parte de una estructura
criminal que utilizaba diversas empresas para delinquir, simulando legalidad a través de la
rotación de gerentes generales. En varias de estas empresas, como Tecno Comercial
S.A.C., NNG Industrias y Asesoría S.A.C., y otras, se registraron diferentes gerentes,
entre ellos Olinda Estela Porras Romo y otros colaboradores cercanos a Aliaga.

Este patrón de rotación de gerentes refleja un esquema bien organizado para ejecutar
fraudes, utilizando la apariencia de legalidad en transacciones comerciales, como la compra
y venta de inmuebles, y ocultando la verdadera naturaleza ilícita de las operaciones
realizadas por la red.

Resumen de la Tesis de la Parte Civil de Latino Sur S.A.C. y Maylamin


S.A.C.

La parte civil representada por Latino Sur S.A.C. y Maylamin S.A.C. sostiene que a lo
largo del juicio se han demostrado los actos delictivos y la responsabilidad de los acusados,
todos vinculados a la organización criminal liderada por Aníbal Aliaga Iparraguirre. La
organización operaba identificando empresas con problemas internos, aprovechando la falta
de control y manipulando sus estructuras para apropiarse de sus bienes mediante
documentos falsificados y maniobras fraudulentas.

Los acusados, incluyendo a Olinda Estela Porras Romo y Luis Jamis Alburquerque
Yeovaniny, participaron activamente en esta red. Porras Romo, como gerente de Tecno
Comercial S.A.C., fue responsable de la compra fraudulenta del inmueble en la Av.
Salaverry, y aunque intenta desvincularse de los hechos, las pruebas indican su plena
participación. Luis Jamis Alburquerque, quien autorizó las minutas y fungió como
abogado, también fue señalado por los acusados como quien llevaba los documentos para
que firmaran, facilitando las acciones ilegales.

La organización realizaba transacciones entre empresas del grupo, incluyendo hipotecas,


daciones de pago, y contratos ficticios para hacer perder el rastro de las propiedades. El
daño económico causado a Latino Sur y Maylamin asciende a más de US$ 3,000,000, sin
contar con otros bienes afectados. Además, el daño moral incluye las constantes denuncias
y trabas interpuestas por los acusados para retrasar el proceso judicial.

La parte civil solicita una reparación de US$ 200,000 para las empresas agraviadas,
además de la restitución del valor patrimonial del inmueble involucrado en el fraude.

La parte civil sostiene que los acusados formaron una asociación ilícita dedicada a
cometer delitos como fraude procesal y falsificación de documentos, con el objetivo de
obtener beneficios económicos mediante el apoderamiento ilícito de predios. Estos
delitos fueron cometidos aprovechándose de procesos judiciales, en los que utilizaron
documentos públicos y privados falsificados para legitimar sus acciones fraudulentas.

Cada uno de los acusados desempeñó un rol específico dentro de la organización,


actuando de manera coordinada y premeditada, lo que demuestra la planificación que hubo
detrás de sus acciones delictivas. Este accionar no solo afectó a las empresas agraviadas,
sino que también causó un grave perjuicio al Estado, vulnerando bienes jurídicos de
carácter colectivo como la paz pública, el orden público y la seguridad pública.

Debido a estos daños macrosociales, la parte civil argumenta que el Estado debe ser
resarcido económicamente por los perjuicios causados, ya que las actividades de la red
delictiva no solo afectaron a las empresas agraviadas, sino también al interés público y al
sistema judicial en su conjunto.

Resumen de las Consideraciones de la Sala

La Sala destaca que el proceso penal tiene como objetivo descubrir la verdad material y
alcanzar la certeza sobre los hechos y responsabilidades. Para ello, es necesario establecer
una correspondencia entre la identidad del acusado y la persona procesada, así como
determinar su responsabilidad o irresponsabilidad penal. Este proceso implica tres pasos
fundamentales:

1. Valoración de los medios probatorios para establecer los hechos probados.


2. Aplicación precisa de la normatividad vigente.
3. Subsumir los hechos en la norma jurídica aplicable.

Se subraya que uno de los principios fundamentales del proceso penal es la presunción de
inocencia, consagrada en la Constitución Política del Perú y en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. Esto significa que una persona solo puede ser
considerada culpable mediante una sentencia firme, basada en pruebas auténticas y bajo
el principio de valoración libre y conciencia de los jueces.

Para emitir una sentencia condenatoria, es necesario haber alcanzado un nivel de certeza
sobre la materialidad del delito y la responsabilidad del acusado. La prueba debe ser
suficiente, incriminatoria y haber sido obtenida respetando las garantías del debido
proceso. La Sala resalta que solo mediante esta actividad probatoria, respetuosa de los
derechos fundamentales, es posible transformar una acusación en una verdad probada.

Resumen del Análisis del Caso Concreto

La Sala Superior analiza los hechos en relación con los acusados Olinda Estela Porras
Romo y Luis Jamis Alburquerque Yeovanyni. El análisis se enfoca en el delito de
falsedad ideológica, el cual implica la inserción de declaraciones falsas en documentos
públicos para despojar a las empresas Latino Sur S.A.C. y Maylamin S.A.C. de sus
bienes, utilizando inscripciones fraudulentas en la SUNARP.

Entre los actos fraudulentos se identifican:


● La designación de Tomás Andrés Williams Reyes como gerente general de Latino
Sur S.A.C., basada en una junta general ficticia.
● La simulación del contrato de compra-venta de un inmueble entre Latino Sur S.A.C.
y Tecno Comercial S.A.C., representada por Olinda Estela Porras Romo.
● La hipoteca del inmueble a favor de NNG Industrias y Asesoría S.A.C., donde
también intervino Luis Jamis Alburquerque Yeovanyni.

El análisis probatorio revela que los acusados sabían que los documentos utilizados eran
falsos, lo que queda respaldado por la declaración de varios testigos y por los dictámenes
periciales que indican falsificación de firmas. A pesar de sus declaraciones de inocencia, los
vínculos de ambos acusados con el estudio de abogados Aliaga, responsable de
organizar las actividades ilícitas, son innegables.

Se concluye que Olinda Estela Porras Romo y Luis Jamis Alburquerque Yeovanyni
fueron actores clave en los actos delictivos, participando activamente en la transferencia
fraudulenta de bienes para evitar que las propiedades regresaran a sus dueños legítimos, y
utilizando hipotecas y sucesivas transferencias para ocultar el delito. Por tanto, se confirma
su responsabilidad penal por falsedad ideológica en perjuicio de Latino Sur S.A.C.,
Maylamin S.A.C., y el Estado.

Antijuridicidad y Culpabilidad

En este caso, no se ha encontrado ninguna causa justificante para la conducta de los


acusados Luis Jamis Alburquerque Yeovaniny y Olinda Estela Porras Romo en relación
al delito que se les imputa.

En cuanto a la culpabilidad, se concluye que ambos acusados, siendo mayores de edad al


momento de los hechos, actuaron en pleno uso de sus facultades mentales. No existen
pruebas que demuestren que no comprendieran la ilicitud de su comportamiento, ya que
las circunstancias en las que ocurrieron los hechos permiten inferir que podían realizar una
conducta diferente. Esto indica que su accionar fue consciente y deliberado.

Por lo tanto, se considera que las condiciones de tipicidad, antijuridicidad, y culpabilidad


se cumplen, lo que justifica acoger la pretensión punitiva del Ministerio Público,
confirmando su responsabilidad penal.

Determinación de la Pena

14.1. Habiéndose comprobado que Luis Jamis Alburquerque Yeovaniny y Olinda Estela
Porras Romo cometieron el delito de falsedad ideológica, y dado que su conducta ha sido
considerada típica, antijurídica y culpable, corresponde que se les imponga una sanción.

14.2. Al momento de determinar la pena, se debe aplicar el principio de proporcionalidad,


asegurando que la pena sea adecuada y justa en relación con el delito cometido.

14.3. La pena será fijada en base a los artículos 45 y 46 del Código Penal, tomando en
cuenta factores como:

● Naturaleza del delito


● Circunstancias de los hechos
● Móviles de los acusados
● Edad y condiciones personales de los acusados
● Daño causado a las víctimas Dado que el caso involucra un delito masa (que
afecta a múltiples sujetos perjudicados), se aplica el segundo párrafo del artículo 49
del Código Penal, extendiendo el marco punitivo hasta un tercio adicional de la
pena máxima.

14.4. Los hechos encuadran en el artículo 428 del Código Penal, que establece una pena
privativa de la libertad de 3 a 6 años por falsedad ideológica, con una adición de 180 a 365
días multa. Al tratarse de un delito masa, el máximo de la pena puede alcanzar los 9 años.

14.5. Considerando la modalidad del delito, así como la edad (39 y 60 años,
respectivamente) y el nivel educativo de los acusados (ambos son abogados), se concluye
que no existen circunstancias agravantes. No obstante, se reconoce una circunstancia
atenuante, ya que los acusados no cuentan con antecedentes penales.

14.6. Además, conforme a los principios de proporcionalidad y humanidad de la pena,


establecidos en tratados internacionales, es necesario evitar que la pena sea de una
duración excesivamente prolongada, lo que podría resultar en efectos psicológicos y
sociales negativos.

14.7. Por tanto, considerando las circunstancias personales de los acusados y los
principios mencionados, la pena privativa de libertad y los días multa se fijan en el
extremo mínimo de la escala punitiva, asegurando una sanción proporcional y respetuosa
de los derechos humanos.

Reparación Civil

15.1. Responsabilidad derivada del delito: La responsabilidad penal no solo implica la


imposición de una pena, sino también la obligación de reparar los daños y perjuicios
ocasionados por el delito. Este proceso de reparación civil busca indemnizar a los
afectados en la mayor medida posible.

15.2. Obligación solidaria en casos con pluralidad de acusados: En este proceso,


donde existen múltiples sentencias, la jurisprudencia establece (Recurso de Nulidad N.º
216-2005 de la Corte Suprema) que cuando hay varios acusados por los mismos
hechos, la reparación civil debe ser solidaria y uniforme para todos los responsables,
tomando como base la primera sentencia firme. Los objetivos de esta reparación solidaria
son:

● Proporcionalidad entre el daño causado y la reparación.


● Garantizar una indemnización oportuna para las partes agraviadas.
● Evitar que se fijen montos posteriores que distorsionen la naturaleza de la
reparación.

En este sentido, para las empresas agraviadas Latino Sur S.A.C. (representada por
Ricardo Chuon Lee) y Maylamin S.A.C. (representada por Yuet Ngan Lam de Sam), se
mantiene la reparación civil previamente fijada en S/.80,000.00 a favor de cada una de
ellas.

15.3. Reparación civil al Estado: El Estado, representado por la Superintendencia


Nacional de los Registros Públicos (SUNARP), fue también considerado parte agraviada
en el juicio. La reparación civil en este caso cubre tanto daños morales como materiales,
teniendo en cuenta el impacto causado por el delito de falsedad ideológica en el
funcionamiento de la SUNARP. La cuantía de esta reparación será determinada según el
daño causado y las circunstancias en que se cometieron los actos delictivos.

De acuerdo con el artículo 92 del Código Penal, la reparación civil debe establecerse
conjuntamente con la pena impuesta, considerando todos los factores pertinentes en su
determinación.

Reserva del Juicio Oral

Con respecto a los acusados Nilton César Arias Astete, José Diego Utor Quiñe, y Henry
Sangama Venancino, y en atención a lo solicitado por la defensa pública, se considera que
los cargos imputados en su contra por el Ministerio Público aún subsisten. Por lo tanto, los
hechos que se les atribuyen deberán ser esclarecidos en el juicio oral.

En consecuencia, se procede a reservar el juzgamiento de los acusados mencionados


hasta que sean habidos y puestos a disposición de esta Sala Superior. Se deberán
cursar los oficios correspondientes para cumplir con este proceso.

Parte Resolutiva

Por los fundamentos expuestos, y tras la valoración de pruebas y hechos, los Jueces
Superiores de la Tercera Sala Penal Liquidadora de la Corte Superior de Justicia de
Lima, actuando en nombre de la Nación, resuelven:

1. Declarar Fundada la Excepción de Prescripción:


○ Se acoge la excepción de prescripción de la acción penal presentada por
la defensa de Olinda Estela Porras Romo por los delitos de falsificación de
documento privado y asociación ilícita para delinquir, en agravio de las
empresas Latino Sur S.A.C. y Maylamin S.A.C., y en agravio del Estado.
2. Declarar Prescrita de Oficio la Acción Penal:
○ Se declara prescrita de oficio la acción penal contra Luis Jamis
Alburquerque Yeovaniny por los delitos de falsificación de documento
privado y asociación ilícita para delinquir, en agravio de las empresas Latino
Sur S.A.C. y Maylamin S.A.C., y en agravio del Estado.
3. Condenar a Olinda Estela Porras Romo y Luis Jamis Alburquerque Yeovaniny:
○ Se les condena como autores del delito de falsedad ideológica en agravio de
las empresas Latino Sur S.A.C. y Maylamin S.A.C., y del Estado,
representado por la Superintendencia Nacional de Registros Públicos
(SUNARP).
○ Se les impone tres años de pena privativa de libertad efectiva, a
computarse desde su disposición o captura.
○ Además, deberán cumplir con 180 días multa, calculados en S/. 540.00.
4. Reparación Civil:
○ Se fija una reparación civil de S/. 210,000.00, de los cuales S/. 80,000.00
serán pagados a cada una de las empresas agraviadas (Latino Sur S.A.C. y
Maylamin S.A.C.) y S/. 50,000.00 a favor del Estado (SUNARP), monto que
será pagado solidariamente por los condenados.
5. Reservar el Juzgamiento:
○ Se reserva el juzgamiento respecto a los acusados Nilton César Arias
Astete, José Diego Utor Quiñe, y Henry Sangama Venancino, hasta que
sean ubicados y puestos a disposición de la Sala Superior.
6. Disponer la Inmediata Ubicación y Captura:
○ Se ordena la inmediata ubicación y captura de Olinda Estela Porras
Romo y Luis Jamis Alburquerque Yeovaniny.
7. Mandatos Complementarios:
○ Consentida o ejecutoriada la sentencia, se ordena la emisión de los
boletines y testimonios de condena para su inscripción, y la anulación de
antecedentes solo en relación a los delitos prescritos.

Esta resolución establece una clara aplicación de la prescripción para reducir la pena, pero
manteniendo la condena por falsedad ideológica, y exige la responsabilidad solidaria en la
reparación civil.

esta sentencia fue emitida por un tribunal conformado por:

● Dr. Julián G. Jerí Cisneros, Juez Superior y Presidente.


● Dra. Leonor Á. Chamorro García, Jueza Superior.
● Dr. César A. Lozano Vásquez, Juez Superior.

Resumen del Caso: Prescripción y Anulación de Sentencias a Olinda


Estela Porras Romo y Luis Jamis Alburquerque Yeovaniny

Contexto y Desarrollo del Caso:

Este caso involucra a Olinda Estela Porras Romo y Luis Jamis Alburquerque Yeovaniny,
quienes fueron inicialmente condenados por el delito de falsedad ideológica en perjuicio de
las empresas Latino Sur S.A.C. y Maylamin S.A.C., así como en agravio del Estado,
representado por la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (SUNARP). Los
hechos ocurrieron en 2010, cuando los sentenciados, a través de documentos falsos, se
apropiaron de un inmueble perteneciente a Latino Sur S.A.C. Este inmueble fue transferido
fraudulentamente y posteriormente hipotecado, involucrando a varias empresas conectadas
con el cabecilla Berlios Aníbal Aliaga Iparraguirre.

A pesar de la condena inicial a tres años de prisión efectiva y una multa de S/.210,000.00,
tanto Olinda Porras como Luis Alburquerque se beneficiaron de la prescripción de la acción
penal. Durante el proceso, la defensa de los acusados solicitó la prescripción debido al
tiempo transcurrido desde la comisión de los delitos, y en 2023, la Corte Suprema acogió
dicha solicitud, declarando prescrita la acción penal.

Resumen del Documento:


El documento detalla cómo, tras recibir la condena, los acusados recurrieron a la figura de
la prescripción penal, argumentando que había transcurrido más tiempo del permitido
legalmente para enjuiciarlos. A pesar de que se había probado su participación en la
comisión de delitos, como la falsificación de documentos y asociación ilícita para delinquir,
el sistema permitió que se libraran de su responsabilidad penal debido al paso del tiempo.
El proceso culminó con el archivo definitivo del caso y la anulación de los antecedentes
penales de los acusados.

Fallo:

La Corte Superior de Justicia de Lima, en su fallo de 2023, declaró:

1. Fundada la Excepción de Prescripción: La acción penal por los delitos de


falsificación de documentos privados y asociación ilícita para delinquir fue declarada
prescrita, exonerando a Olinda Porras y Luis Alburquerque de cumplir la condena
impuesta.
2. Condonación de la Pena: A pesar de haberse comprobado su culpabilidad, los
acusados no cumplirán la pena privativa de libertad de tres años ni pagarán los
S/.210,000 de reparación civil, debido a la extinción de la acción penal por
prescripción.
3. Anulación de Antecedentes: Los antecedentes penales relacionados con los
delitos prescritos fueron eliminados, liberando a los acusados de cualquier marca en
sus historiales judiciales.

Indignación y Cuestionamientos:

Este caso genera serias dudas sobre el funcionamiento del sistema judicial en el Perú y su
capacidad para garantizar justicia efectiva. ¿Cómo es posible que, después de haber sido
condenados por delitos graves que afectaron a empresas y al Estado, los acusados puedan
evadir su castigo? ¿Acaso el paso del tiempo debería ser motivo suficiente para librarse de
una pena, cuando se ha demostrado la culpabilidad?

¿Por qué el sistema permite que los delincuentes, a través de un manejo astuto de las
leyes, puedan utilizar figuras como la prescripción para evitar enfrentar las consecuencias
de sus actos? ¿Dónde queda la justicia para las víctimas, que han sufrido el robo de sus
bienes y la manipulación de los registros públicos?

Este tipo de casos evidencia una falta de mecanismos eficaces para combatir la impunidad
y deja abierta la posibilidad de que otros delincuentes puedan seguir este mismo camino,
burlando al sistema legal bajo el amparo de la prescripción. ¿Es esto lo que realmente se
busca con la justicia en el Perú, o es momento de revisar y reformar el uso de esta figura
legal?

Estudio que defendio el caso fue el Estudio Linares, contacto Dr Daniel Linares 993 515 525
(tambien abogado en el caso de Elena Chavez)

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