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Adn-La Trinidad

La trinidad

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Carlos Mena
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VIA ZOOM

SÁBADO 31 AGOSTO 09.30 HRS

ADN DE LA IGLESIA

LA TRINIDAD

ICP VITACURA
Introducción

A través de la historia de la Iglesia nuestros


antepasados cristianos confesaron y expresaron
por escrito, en palabras específicas, qué creemos
exactamente que la Escritura enseña sobre el Dios
que adoramos. Esto era recitado por los creyentes
como parte del servicio de adoración y también era
enseñado semanalmente por medio de preguntas
y respuestas.

Los documentos que registran esas declaraciones


se conocen como credos, catecismos, y
confesiones, que la Iglesia fue articulando con el
paso del tiempo, y ellos cuentan sobre la
importancia de la doctrina de la Trinidad.
La doctrina en la historia

Ya en la Escritura encontramos credos y doxologías


conocidas y citadas por el pueblo de Dios. Ellos
confiesan que Dios es el único Dios verdadero.
También afirman que Jesús es el Mesías que se
encarnó, murió, resucitó, fue vindicado por el Espíritu, y
es el único mediador entre Dios y los hombres. Muchas
otras verdades como estas son citadas como “palabra
fiel y digna de ser recibida por todos” (véase Dt. 6:4; 1
Ti. 2:5, 3:16; 1 Jn. 1:1-2; 4:2-3).

Sin embargo, a causa de herejías sobre la naturaleza y


persona tanto de Jesús como del Espíritu Santo, que
fueron introducidas eventualmente (Hch. 20:29-30; 1 Ti.
4:1; 2 Pe. 2:1; 1 Jn. 4:2-3; Jud. 1:3-4), fue necesario que
la Iglesia articulara con precisión qué interpretamos de
la Escritura sobre estos asuntos.
Uno de los credos más antiguos que la iglesia temprana compuso
es conocido como el Credo de los Apóstoles, el cual confiesa que
creemos en Dios Padre Todopoderoso, creemos en Jesucristo Su
Hijo Unigénito, y creemos en el Espíritu Santo. No obstante, este
breve credo no explica si Jesucristo fue un ser superior que tuvo
origen al ser engendrado del Padre. Así que, para contrarrestar la
herejía arriana (una herejía sobre la naturaleza de Cristo), durante
el año 325 d. C. se redactó la primera edición del Credo Niceno,
revisada años después en Constantinopla (381 d. C.). Este credo
buscó aclarar que Jesús no es un ser creado, sino que es Dios
verdadero eternamente engendrado de la misma naturaleza del
Padre. Años después, en 451 d. C., fue necesario aclarar en
Calcedonia que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre
sin mezcla ni confusión.

En años posteriores (800 d. C.) el Credo de Atanasio confesó


esencialmente lo siguiente:
1. Dios existe eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo, y
el Espíritu Santo.
2. Cada persona es verdaderamente Dios: el Padre es Dios, el
Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios.
3. No creemos en tres dioses, sino que existe un solo Dios.
CONFESIÓN DE FE DE WESTMINSTER, II,3 (1646)

“En la unidad de la Divinidad hay tres


personas, de una misma sustancia, poder y
eternidad: Dios Padre, Dios Hijo y Dios
Espíritu Santo. El Padre no es engendrado ni
procede de nadie. El Hijo es eternamente
engendrado del Padre, y el Espíritu Santo
procede eternamente del Padre y del Hijo.”
La doctrina en la Biblia

Hasta aquí podemos verificar que la Iglesia cristiana universal


confiesa que la Deidad es un solo Dios que subsiste en tres
personas, pero ¿la Biblia enseña esto? Debemos responder
contundentemente que sí, que la Escritura llama al Padre de
Jesucristo, “Dios el Padre” (Col. 1:2-3; 1 Jn. 3:1; 2 Jn.1:3; Jud.1:1;
Ap.1:6). También llama Dios a Jesucristo, el Verbo de Dios (Jn.
1:1-3; Ro. 9:5; 1 Jn. 5:20).

Finalmente, la Biblia muestra al Espíritu Santo como el


Consolador enviado por el Padre y el Hijo para manifestar la
presencia activa de Dios en el mundo, especialmente en la
Iglesia militante (Jn. 14:16, 26; 15:26; 16:7). Se habla del Espíritu
como “Santo”, un atributo único de la Deidad, y se habla de Él
no como de una energía impersonal, sino como una persona
que tiene voluntad (Hch. 15:28); también como el Espíritu de
Dios y Espíritu de Cristo (Ro. 8:9). El poder del Espíritu Santo
crea vida de la muerte y crea fe de la incredulidad al regenerar
el corazón del hombre natural para convertirlo en un creyente.
Esta es una obra que solo Dios puede hacer.
La doctrina y su importancia

¿Qué importancia tiene para un creyente meditar en


la doctrina de la Trinidad? Hay mucho que podríamos
decir, pero a continuación quisiera sugerir al menos
tres beneficios:

1) La doctrina de la Trinidad nos ayuda a


entender la independencia y autosuficiencia de
Dios.
Dios está satisfecho y completo consigo mismo
desde la eternidad. No necesita crear nada fuera de
Él, porque Él es autosuficiente y eternamente
bienaventurado en su propia gloria, en el amor
eterno entre el Padre, el Hijo, y el Espíritu. Por su
eterna sabiduría y amor infinito, Él decidió crear
seres para que se gocen de la indescriptible majestad
del Creador, aún sin Él necesitarlo. Él nunca ha
estado solo, ya que subsiste en tres personas.
2) La doctrina de la Trinidad nos ayuda a entender Su
propósito al crear varón y mujer.

Dios dijo en plural: “Hagamos al hombre a nuestra imagen,


conforme a nuestra semejanza” (Gn. 1:26). El “hombre” aquí
significa “el ser humano”, ya que en el siguiente versículo
vemos que Dios creó una pareja, “varón y mujer los creó” (Gn.
1:27). La santa unión matrimonial representa de manera más
completa la imagen de Dios de unidad en la diversidad.

3) La doctrina de la Trinidad nos ayuda a entender mejor el


evangelio.

El evangelio anuncia que Dios se relaciona con pecadores


imputándoles la justicia del Hijo a través del Espíritu. Esto
implica la divinidad de las tres Personas. Al mismo tiempo, el
evangelio declara que el Padre está reconciliando consigo al
mundo por medio de Dios Hijo, no tomándoles en cuenta sus
pecados (2 Co. 5:19), y nos dio el Espíritu como garantía (2 Co.
1:22; 5:5; Ef. 1:14). Todo esto, concluye Pablo, es para que “la
gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del
Espíritu Santo sean con todos ustedes” (2 Co. 13:14).
Conclusión

La doctrina de la Trinidad ha sido confesada


por la Iglesia a lo largo de su historia, está
revelada claramente en la Escritura, y tiene
implicaciones masivas para nuestra fe. Por
tanto, sigamos profundizando en ella
mientras agradecemos al Señor por mostrarla
en la Palabra.

Fuente: https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/por-que-la-doctrina-de-la-trinidad-es-tan-importante/

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