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RTÍCULO

Muralismo mexicano. Aproximaciones hacia


una visión mitificada de la historia del México
de la Modernidad*
Mexican Muralism. Approaches to a Mythified Vision
of Mexican History From the Modern Viewpoint
Julieta Perrotti Poggio
Arquitecta (UBA). Becaria de Doctorado (FADU, UBA).
Recibido: 29-04-09 Investigadora en formación del Instituto de Arte
Aceptado: 08-07-09 Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J.
Buschiazzo”, FADU, UBA. Buenos Aires, Argentina
E-mail: jppoggio@retina.ar

La imagen –imagen en sentido figurado o literal- que construye el artista será


siempre el testimonio emergente sobre su decisión, consciente o no, sobre su ideo-
logía y su relación con el mundo, pero también sobre su realidad existencial.
Marta Zatonyi, Arte y creación.
Los caminos de la Estética

Resumen Abstract

Desde un abordaje conceptual ligado a la noción de Mito Starting from a conceptual approach linked to the notion
e Imaginario Social, el presente artículo plantea una of myth and social imaginary, this article presents an
aproximación hacia el estudio del muralismo mexicano approach to the study of Mexican muralism as a form of
como forma de discurso cuya narración se desarrolla a discourse whose narrative is developed through images.
través de las imágenes. Para ello, se propone analizar su The article proposes to analyze the mythical nature of
carácter mítico, sus procesos de significación desde el mural narratives, their processes of meaning from the
universo simbólico y su impacto en la construcción de la symbolic universe and their impact on the construction
realidad; centrando la mirada en el análisis del muralis- of reality, centered on an analysis of muralism as the axis
mo como eje de los espacios simbólicos de México. El for symbolic spaces in Mexico. The concept of imaginary,
concepto de imaginario, a su vez, es analizado desde di- in turn, is analyzed from different viewpoints related to

* El presente artículo forma parte del Trabajo final del Seminario de Doctorado “Estética”, dictado por la Dra. Marta Zatonyi (año
2008). Programa de Doctorado de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, UBA.
Julieta Perrotti Poggio
Muralismo mexicano. Aproximaciones hacia una visión mitificada de la historia de México de la Modernidad

versas posturas, ligadas al campo de las ciencias sociales social sciences and its construction in social history and
y su construcción en lo histórico- social; y desde el campo to the field of psychoanalysis, through an approach to
del psicoanálisis, mediante un acercamiento hacia los re- records of the real, the symbolic and the imaginary
gistros de lo Real, lo Simbólico y lo Imaginario, planteado proposed by Lacan. This approach is developed through
por Lacan. Esta aproximación se desarrolla a través del an analysis of works by José Clemente Orozco in the Old
análisis de la obra que José Clemente Orozco realizara en San Ildefonso School, whose expressive potential makes
el Antiguo Colegio San Ildefonso, cuyo potencial expresi- it possible to identify the imprint that muralism has left
vo permite identificar la impronta que el muralismo ha on the identity of Mexican modern art. Based on this
dejado en la identidad del Arte Moderno Mexicano. Con analysis, and returning to the concept of imaginary and
base en este análisis, y retomando el concepto de imagi- the constitution of collective imaginaries in forming
nario y la constitución de los imaginarios colectivos en la identity, the study incorporates the concept of
formación de identidad; se incorpora el concepto de “co- “imagined communities” developed by Anderson (1993),
munidades imaginadas” desarrollado por Anderson a concept that focuses the final analysis from an
(1993), el cual orienta el análisis final desde una aproxi- approach to the anonymous murals created by the
mación hacia la obra mural anónima que realizan las co- indigenous communities of Chiapas.
munidades indígenas de Chiapas.
Key words:
Palabras clave: Mexican muralism, cultural identity, symbolic space,
Muralismo mexicano, identidad cultural, espacio sim- social imaginary.
bólico; imaginario social.

Derivado de esta línea de estudio, se incorpora el


concepto de imaginario y su construcción en lo histórico-
1. Introducción
social, desde diversas posturas. Desde las Ciencias Sociales,
mediante la aplicación del concepto de imaginario social,
Un abordaje sobre el Arte Moderno Mexicano
desarrollado por Cornelius Castoriadis; y desde el ámbito
nos lleva a indagar sobre las características que marcan al
psicoanalítico, mediante un acercamiento hacia los regis-
muralismo como lenguaje narrativo de la historia.
tros de lo Real, lo Simbólico y lo Imaginario, planteado por
El análisis propuesto comienza a través de una
Lacan, y su interacción en el esquema de nudo de Borro-
aproximación hacia la noción que desarrollara el escritor
meo. Según este enfoque, el artista como creador no se ex-
Octavio Paz, sobre la identidad Mexicana desde la revolu-
presa desde una postura individual, sino como construc-
ción. Este inicio permite conocer las líneas de pensa-
ción social que posiciona al artista en un ejercicio ideológi-
miento de cierta generación de intelectuales, sobre las
co que marcará la historia de la sociedad mexicana.
influencias del movimiento revolucionario en la cons-
Con base en esta aproximación conceptual, se
trucción identitaria del México de la Modernidad.
toma la obra que realizara el artista José Clemente Oroz-
A partir del reconocimiento de las característi-
co en el Antiguo Colegio San Ildefonso, por considerar
cas expuestas por Octavio Paz (1999 [1950]), es posible
que, como parte de la tríada de muralistas post-revolu-
indagar sobre la identificación de este movimiento como
cionarios, es quien mejor ha materializado las tensiones
versión mitificada de la historia, entendiendo que el mu-
derivadas de la lucha revolucionaria.
ralismo conforma una forma de discurso cuya narración
Este potencial expresivo que supo plasmar
se desarrolla a través de las imágenes. Se propone anali-
Orozco en su obra, identifica el lugar que el muralismo
zar su carácter mítico, como expresión de tres instancias
ocupa como eje de los espacios simbólicos de México,
claves en la historia de México - Origen indígena, Revolu-
por lo que se incorpora el concepto de “comunidades
ción Zapatista y lucha campesina -, las cuales son marca-
imaginadas” desarrollado por Anderson (1993), concep-
das en los murales como instancias de creación, de rena-
to que marca el análisis final desde una aproximación ha-
cimiento, posibles de ser analizadas desde el concepto
cia la obra mural anónima que realizan las comunidades
de Mito, sus procesos de significación desde el universo
indígenas de Chiapas.
simbólico, y su impacto en la construcción de la realidad.

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2. Octavio Paz. Una mirada crítica sobre Vasconcelos, quien integra la nueva generación
de intelectuales que trabaja en el gobierno post- revolucio-
el pensamiento revolucionario en la
nario, tiene una fuerte inclinación hacia el trabajo para el
conformación de la Identidad Mexicana pueblo, fortaleciendo el surgimiento de las artes populares
y de la pintura mexicana contemporánea. Entendía la edu-
Entre los años 1910 y 1917, México vivió un
cación como conformadora de una imagen del mundo, por
acontecimiento histórico que marcará su posterior desa-
lo que se expresaba como ámbito próspero para propiciar
rrollo socio-cultural: la Revolución1. Ésta se generó como
el retorno a las tradiciones. Su línea de defensa de la educa-
protesta a la política dictatorial de Porfirio Díaz, quien do-
ción pública como motor principal del Estado,
minara el poder durante los años 1877 y 1911.
En el libro El laberinto de la Soledad, Octavio Paz (…) impulsó un tipo de Nacionalismo cultu-
describe con fuerte compromiso literario, las influencias ral mexicano, el cual se proyectó en una ver-
que este acontecimiento tuviera en el desarrollo del Mé- dadera escuela de irradiación continental,
xico Moderno. En este ensayo, Paz demuestra que la Re- uno de cuyos ejemplos fue el muralismo me-
volución Mexicana es “(…) un movimiento tendiente a xicano en la pintura, con temas indígenas,
reconquistar su pasado, asimilarlo y hacerlo vivo en el mestizos y auténticamente americanos
presente” (1999, p. 160). (Ocampo López, 2005, p. 142).
Del pasado mexicano, toma la Revolución Inde-
Desde su entorno ligado a fuertes figuras inte-
pendentista como hecho histórico relevante, en donde el
lectuales que lo acompañaron en el gobierno, se recono-
pueblo se levantara contra la alta burocracia española y los
ce que Vasconcelos
grandes latifundistas regionales “(…) la guerra de la inde-
pendencia fue una guerra de clases y no se comprenderá (…) veía con una gran claridad los múltiples
bien su carácter si se ignora que, a diferencia de lo ocurrido aspectos del problema mexicano: educación
en Sudamérica, fue una revolución agraria en gestión” indígena para asimilar la población margi-
(p.135). Desde allí se inmortalizan las figuras de Miguel Hi- nal; educación rural para mejorar el nivel de
dalgo y José María Morelos - líderes e iniciadores de la lucha vida del campo mexicano; educación técni-
por la independencia- como héroes nacionales. ca para elevar el de las ciudades; creación de
Emiliano Zapata2 es quien mejor representa las bibliotecas; publicación de libros populares,
demandas campesinas frente a la Revolución, con el fin etc. (Vásquez, 1970, citado por Ocampo Ló-
de recuperar tierras arrebatadas desde la época de la co- pez, 2005, p. 147).
lonia3 y se configuró – junto a Hidalgo y Morelos- como
protagonista decisivo de la plástica mexicana muralista y Así, auspició y promovió un Nacionalismo Cul-
de las imágenes populares. tural a través de las artes, por el camino del modernismo
La figura de José Vasconcelos, como Secretario (Ocampo López, 2005), dando el primer impulso a la Es-
de Instrucción Pública en el Gobierno post-revoluciona- cuela del Muralismo mexicano, promoviendo el desarro-
rio de Lázaro Cárdenas4, se constituye como fundadora llo del muralismo en los edificios públicos, tomando te-
de la Educación Moderna en México, concibiendo la en- mas nacionales e hispanoamericanos.
señanza como viva participación. En este contexto, y para poder llevar a cabo las
ideas de la Revolución, “(…) el intelectual [refiriéndose a
la generación de intelectuales a la que denominó “inteli-

1 Para acceder a Bibliografía específica sobre la revolución y su impacto en la cultura mexicana, véase: Silva Herzog, J. (1969);
Béjar, R y Ayala H. (1999); Blancarte, R (comp.) (1994); Bonfil Batalla, G. (1994); Brading,D. (1973); Botey, C., De León, A. et al.
(1988).
2 Figura emblemática y líder del movimiento revolucionario, véase bibliografía específica en: Espejel López, L. Olivera, A. &
Rueda, S. (1988) y Espejel López, L. (coordinadora) (2000).
3 El objetivo era recobrar el antiguo modelo de reparto de tierras de los calpulli (grupos de familias de la sociedad azteca)
como forma de propiedad territorial prehispánica.
4 Como descripción detallada de la gestión del intelectual José Vasconcelos en el ámbito de la Educación, véase Ocampo Ló-
pez, J. (2005).

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gencia” mexicana] se convirtió en el Consejero, secreto o toma el momento de la creación, conformando un retor-
público, del general analfabeto, del líder campesino o no hacia atrás, hacia la recuperación de un tiempo sagra-
sindical, del caudillo en el poder” (Paz, 1999, p. 170). do. De esta manera, el origen de algo da cuenta de su
Así es como el Zapatismo rescata la tradición y creación.
refuerza la idea de Nación retomando el pasado indígena Esto conduce a la conformación de un pensa-
(desde el recurso original del reparto de tierras), gene- miento mítico, el cual se expresa a través de la rememora-
rando una visión mítica de las figuras ligadas a la Revolu- ción exacta y total del pasado. Ciertos comportamientos
ción, convertidas en mitos populares. míticos son posibles de encontrar en el pensamiento
contemporáneo, ya que ciertas características referentes
“(…) la fertilidad cultural y artística de la Re-
al pensamiento mítico son parte constitutiva del ser hu-
volución depende de la profundidad con
mano (Elíade, 1991).
que sus héroes, sus mitos y sus bandidos
Uno de los recorridos que realizara Paz (1999)
marcaron para siempre la sensibilidad y la
sobre el concepto de Revolución, se basa en el planteo
imaginación de todos los mexicanos” (Paz,
que estableciera Karl Marx (citado por Paz) sobre el hom-
1999, p. 161).
bre – como raíz de la razón y la sociedad-, donde éste es
un ser que sólo se realizará, que sólo será él mismo, en la
3. Una lectura del muralismo como
sociedad revolucionaria. Es aquí donde interviene la no-
visión mítica de la historia de México ción mítica de una Edad de oro, y en donde México y su
identidad se conciben como un regreso a los orígenes y a
Mircea Elíade (1991) permite introducirnos en la
sus propias raíces (Paz, 1999, p. 157).
complejidad de la definición del concepto de mito, dada
Así, el papel de los individuos creadores en la
su realidad compleja.
elaboración y la transmisión de los mitos, se convierte en
En su libro Mito y realidad, establece el Mito
creación mítica, exponiendo sus visiones imaginarias e
como relato de una historia sagrada; como relato de una
instalando sus modelos en la memoria de la comunidad.
“creación”,
En el caso del muralismo mexicano, este retorno
(…) se narra cómo algo ha sido producido, al origen se establece como una construcción narrativa de
ha comenzado a ser. El mito no habla de lo identidad. La obra pública se presenta como forma mate-
que ha sucedido realmente, de lo que se ha rial de expresión intuitiva -más que ideológica5-, como
manifestado plenamente. Los mitos revelan, sostén de los murales que conforman una forma de dis-
pues, la actividad creadora y desvelan la sa- curso, como lenguaje narrativo de la historia del México.
cralidad de sus obras (Elíade, 1991, p. 7). Como estudio análogo al muralismo, resulta in-
teresante analizar el impacto que la Revolución generó en
Así, los mitos identifican cómo lo sagrado im- el ámbito literario. La narrativa presente a partir de la déca-
pacta en la conformación del mundo, considerándose da del ’20 y en especial en los primeros años del México
“historia sagrada” y a la vez verdadera, dado que se refie- post-revolucionario, se representa mediante la genera-
re a realidades. Esta noción difiere de la establecida por ción de dos grupos: Contemporáneos y Estridentistas6.
los primeros teólogos cristianos, quienes tomaban este El primer grupo se caracterizaba por no seguir
vocablo en el sentido que fuera utilizado en el mundo las líneas tradicionalistas de creación de una imagen de
grecorromano: “fábula, ficción, mentira” (Elíade, 1991:77). Nación presente en el pensamiento post-revolucionario.
El Mito refiere siempre a una creación, constitu- Desde esta perspectiva, el Arte Moderno Mexicano y en
yéndose como paradigma de todo acto humano signifi- especial el muralismo, se constituyeron como objeto de
cativo. crítica, recibiendo la denominación de “novela de la Re-
El retorno al origen permite revivir el tiempo en volución” (Sánchez, 2007, p. 208).
que las cosas se manifestaron por primera vez, el mito re-

5 En todos los textos consultados, se pone en discusión el verdadero papel ideológico del muralismo, ligado generalmente al
plan de desarrollo de gobierno y del acercamiento ideológico del artista hacia alguna corriente política; visión que se contra-
pone a la mirada que el propio artista expresara como mensaje desde su propia interpretación de los hechos históricos.
6 Como estudio detallado del movimiento literario, véase Sánchez, F. (2007).

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El segundo grupo, en cambio, mantenía una separaban la imagen del sonido. Las imágenes comple-
postura diferente frente a la idea de identidad nacional, jas de los Códices están formadas por la asociación de
tomando como objeto de debate y reflexión tres mo- grifos, y la relación entre ellos son esenciales para una co-
mentos claves en la historia de México: la Revolución, el rrecta interpretación de los contenidos. El escriba – de-
relato indígena y la tradición rural, estableciendo un vín- nominado tlacuilo – es quien “escribe dibujando”, razón
culo entre el nacionalismo y el arte. por la cual es imposible interpretar la lengua nahuatl se-
gún las lenguas indoeuropeas. Así, dibujo y pintura con-
(…) Los núcleos temáticos del Muralismo
forman el medio para la transmisión de ideas. Con la
abarcarían: las tradiciones rurales como ob-
evangelización, los aztecas enseñaron su lengua a los
jeto de representación, la lucha revoluciona-
frailes, y éstos recurrieron a la pintura mural con fines
ria como ambiente o referente histórico in-
evangelizadores, apoyándose en los tlacuilos.
mediato y la revaloración del relato de las
Los murales se conforman como narración me-
culturas indígenas. Las pinturas murales de-
diante imágenes, como metáforas que, según Geertz
terminarían lo que iba a considerarse el inte-
(1973), organizan significados culturales, contienen gran
rior de la Nación en la segunda mitad de la
cantidad de elementos simbólicos y se integran a un uni-
década del ’20, definiendo no sólo los ejes de
verso simbólico compartido, que se genera especialmen-
la literatura que se debería escribir, sino tam-
te cuando el artista crea un arte público.
bién los espacios simbólicos de “México”
Es posible entender el Universo simbólico
como narrativa y el sustento ideológico que
como modelo del mundo vigente. Berger y Luckman
sostendría la legitimidad del estado post-re-
(1968) lo establecen como proceso de significación que
volucionario (Sánchez, 2007, p. 209).
se refiere a realidades que no son las de la experiencia
El tiempo que se experimenta al leer una novela cotidiana.
es un tiempo fabuloso y transhistórico, saliendo del tiem- (…) el universo simbólico se concibe como la
po histórico y personal del lector. matriz de todos los significados objetivados
Es así como éste se sumerge en un tiempo ex- socialmente y subjetivamente reales [mien-
traño, imaginario, el cual varía en función de los ritmos tras] toda la sociedad histórica y la biografía
de cada relato. de un individuo se ven como hechos que
(…) La novela no tiene acceso al tiempo pri- ocurren dentro de ese universo. (…) también
mordial de los mitos, pero, en la medida en ordena la historia y ubica todos los aconteci-
que narra una historia verosímil, el novelista mientos colectivos dentro de una unidad
utiliza un tiempo aparentemente histórico y, coherente que incluye el pasado, el presente
sin embargo, condensado o dilatado, un tiem- y el futuro. Con respecto al pasado, establece
po que dispone de todas las libertades de los una “memoria” que comparten todos los in-
mundos imaginarios (Elíade, 1991, p. 89). dividuos socializados dentro de una colectivi-
dad” (Berger y Luckmann, 1968, p. 125).
La capacidad de documentar la historia, identi-
ficando algunos hechos históricos, resaltando fragmen- En una sociedad, su Universo simbólico se es-
tos y seleccionando instantes históricos, permite la crea- tablece como capital de significados, mediante repre-
ción de mitos y la generación de una nueva era. Los mu- sentaciones que la constituyen y le otorgan sentido e
rales intervinieron en esa construcción mitificada de la identidad.
historia, los personajes de la historia aparecen mitifica- En el caso del Muralismo Mexicano, se abre una
dos, como bueno o malos, dioses o demonios, héroes o nueva visión sobre la creación, en la cual el Universo sim-
villanos, se tipifica a los personajes y se crean arquetipos. bólico toma el hecho histórico de la revolución y lo rela-
Este relato mitificado de la revolución mexicana ciona con los orígenes del pueblo mexica.
permite generar una nueva identidad – mestiza – ligando Desde esta perspectiva, (…) el arte, con su parti-
las dos herencias culturales (india y europea), las cuales cular fuerza de documentar, actúa como medio funda-
operan desde la resimbolización. mental para construir y atravesar el imaginario, y por su
Collin Harguindeguy (2003) identifica los Códi- presencia ineludible, es uno de los componentes básicos
ces prehispánicos como antecedente en el campo del y sustanciales de la construcción de la realidad” (Zatonyi,
muralismo. Los Aztecas, en su lengua original nahuatl, no 2005, p. 103).

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Muralismo mexicano. Aproximaciones hacia una visión mitificada de la historia de México de la Modernidad

el cual admite plantearla como “esta” sociedad y no otra,


con “esta” organización y no otra, y no de otra manera.
4. Concepto de imaginario y su
Lo imaginario social, como creación de significa-
construcción desde lo histórico- social ciones, es por ende creación de imágenes o representa-
ciones que lo sustentan. Así, la institución histórico – social
El arte es un producto histórico-social (Zatonyi, es aquello en donde se manifiesta lo imaginario social.
2007), y la sociedad se instituye a sí misma por la creación
de significados sociales imaginados. En las Ciencias Socia- (...) Las significaciones no son evidentemen-
les resulta necesario te lo que los individuos se representan, cons-
ciente o inconscientemente, ni lo que pien-
(...) precisar el sentido del término imagina- san. Son aquello por medio de lo cual y a par-
rio cuando es empleado en expresiones ta- tir de lo cual los individuos son formados
les como significaciones imaginarias, imagi- como individuos sociales, con capacidad
nario social, imaginario institucional, imagi- para participar en el hacer y en el represen-
nario grupal, etc. (…) Es Castoriadis quien se tar/decir social (...) (Castoriadis, 1993, p. 322).
ocupa de definir con mayor precisión la no-
ción de imaginario social; se pregunta ¿qué Las visiones plasmadas en los murales, desde
mantiene unida a una sociedad? ¿que lleva a sus contrastes entre lo bueno, lo malo; inclusión, exclu-
su transformación? sión, vanidad, sufrimiento, etc. (acentuadas en la relación
Con el término imaginario social alude al con- entre la oligarquía y la clase trabajadora, entre los con-
junto de significaciones por las cuales un co- quistadores y las comunidades indígenas o entre los
lectivo, una sociedad, un grupo, se instituye campesinos y los hacendados) constituyen el sistema de
como tal; para ello no solo debe inventar sus significados e identidad establecido como pensamiento
formas de relación social y sus modos de con- post-revolucionario, desde una mitificación del relato.
trato, sino también sus figuraciones subjeti-
vas. Constituyen sus universos de significa-
ciones imaginarias que operan como los or-
5. Concepto de Imaginario desde
ganizadores de sentido de cada época del so- una mirada psicoanalítica: Lacan y
cial- histórico, estableciendo lo permitido y lo su análisis sobre lo imaginario,
prohibido, lo valorado y lo devaluado, lo bue- Simbólico y Real
no y lo malo, lo bello y lo feo; dan los atributos
que delimitan lo instituido como legítimo o Retomando el concepto de Imaginario, y enten-
ilegítimo, acuerdan consensos o sancionan diendo cómo éste se inserta en una trama socio-cultural
disensos (Fernández, 1989, pp. 144-145). conformando un Universo Simbólico, es posible estable-
cer que
Castoriadis (1993) plantea, en la articulación entre
Sociedad e Historia, la idea de lo histórico-social. La socie- (…) Los Universos simbólicos son así cuer-
dad se da de manera inmediata como coexistencia de una pos de tradición teórica que […] constituyen
multitud de términos o de entidades de diferentes órdenes. el proceso de legitimación, sustento funda-
El núcleo de la idea es la lógica identitaria o de conjunto. mental para la existencia del caudal simbóli-
En su análisis sobre La institución social del tiem- co. Son órdenes institucionales, elementos
po, es posible encontrar reflejada la temporalidad de una normativos, […] poder que implica siempre
sociedad desde su modo de hacer. La sociedad da exis- un dominado y un dominador: un jefe para
tencia a un mundo de significaciones y ella misma es tan Freud, el dirigente de grupo para Anzieu, la
sólo en referencia a ese mundo. Y desde allí es posible re- figura del padre para Lacan o la autoridad
flexionar: ¿Qué es la “unidad” e “identidad” de una socie- que consolida la figura de armonía para los
dad y qué es lo que la mantiene unida? reyes de la modernidad. Los Universos sim-
Así, el autor establece que lo que la mantiene bólicos serán, entonces, fuente propicia para
unida es el sostenimiento de su mundo de significaciones, legitimar el poder (Paoloni, 2004, p. 12).

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De los escritos de Freud7, Lacan extrae la noción para tomar posición en la cura, ubicando lo real en el or-
de identificación8, estableciendo la identificación simbó- den de lo imposible.
lica fundante del sujeto, como aquella que representa el Lo imaginario se entiende a través de la imagen,
lugar desde donde nos observan, desde donde nos mira- es el registro de la identificación. Se constituye como re-
mos; y la identificación imaginaria desde la relación a una gistro del yo, lo ficticio que es la proyección imaginaria
mirada del otro, insinuando la búsqueda de reconoci- de uno sobre la pantalla que deviene del otro. (Chema-
miento a través de esa mirada. ma, 2004) El registro imaginario es posible de ser com-
Diversas miradas y aproximaciones sobre el prendido desde el Estadio del Espejo, donde el niño entre
concepto de identificación, resultan significativas en la los seis y dieciocho meses reconoce su imagen en el espejo
constitución de los procesos socio-culturales latinoame- 9. El niño logra descubrir que el otro del espejo no es un

ricanos, como en el caso de estudio, la Revolución Mexi- ser real, sino una imagen, distinguiendo la imagen del
cana; suceso que se inscribe en el sujeto desde la relación otro de la realidad del otro (Dor, 2004). En la última ins-
entre los registros simbólico e imaginario. tancia del estadio, el niño se asegura que esa imagen es la
Lacan, durante el dictado del Seminario XXII suya. Reconociendo su imagen y ésta al ser aprobada e
(1974/75), desarrolla las categorías Real, Simbólico e Imagi- identificada por su madre, encuentra un rol en su entor-
nario (RSI). En sus conceptos establece que sólo es posible no inmediato, y a traves del registro simbólico.
pensar lo imaginario, en sus relaciones con lo real y lo sim- De esta manera, lo imaginario y lo simbólico se
bólico. Los representa por medio de tres redondeles de hilo entrelazan en la formación de la estructura del sujeto; esta-
anudados de modo Borromeo, de tal manera que si uno se bleciendo que la dimensión de lo imaginario es un factor
deshace, los demás también lo hacen. fundamental en la formación de la identidad del sujeto.
Lacan habla de los dos registros - simbólico e García Canclini (2005) introduce una noción an-
imaginario- como instrumentos que el analista utiliza tropológica al concepto de imaginario, la cual se asemeja

7 Según Freud, la identificación es la operación por la cual se constituye el sujeto humano. En Psicología de las masas y análisis del
yo (1921), Freud establece a la identificación como la manifestación más temprana de ligazón afectiva con otra persona, de-
sempeñando esta noción un importante rol en la conformación del complejo de Edipo; donde las figuras de padre y madre jue-
gan un rol fundamental, ubicando (en el caso del varón) al padre como ideal y la madre como objeto de deseo. La identificación
aspira así a configurar el yo propio a semejanza del otro, tomado como modelo.
Así, lo que indique ese ideal del yo, será tomado por el yo como verdadero en su análisis sobre la realidad, reafirmando así
(…) las influencias de las autoridades, sobre todo de los padres (…) (Freud, 1921, p. 104).
¿Qué es un padre? Podemos remontarnos al abordaje sobre la cuestión del padre que estableciera Freud en sus escritos plas-
mados en Moisés y la Religión Monoteísta (1937). Tres son las aproximaciones que establece Freud sobre esta figura, desde el
complejo de Edipo y el rol del padre ideal, la muerte del padre producida por sus hijos, el incesto y la sacralización del acto en el
escrito Tótem y Tabú, para llegar finalmente a la tercera aproximación, desde el mito del padre muerto, plasmada en Moisés y la
Religión Monoteísta.
Desde el mito del padre muerto, planteado en la figura de Moisés como representante del inicio de una religión monoteísta,
éste se configura como extensión de una religión de Dios-Padre sumamente exigente del cumplimiento de las leyes.
El mito del padre muerto se plasma como significante de la falta del otro; relacionada con la muerte, y en esta última instan-
cia, la figura del padre se plantea como realidad sagrada, desde su presencia y dominancia.
Otra aproximación al concepto de identificación se define en sus escritos Duelo y Melancolía (1917), en el cual relaciona este
último concepto con la identificación como pérdida del objeto amado.
Para un mayor desarrollo del concepto de identificación, véase la siguiente bibliografía de Freud:
Obras Completas, Vol. XXII. (pp.109-221). Buenos Aires: Amorrortu. Traducción José L. Etcheverry; Moisés y la Religión Mono-
teísta, Tomo XXIII; Psicología de las masas y análisis del yo. Tomo XVIII. Cap. VII La Identificación.; Duelo y Melancolía, Tomo XIV;
El sepultamiento del complejo de Edipo, Tomo XIX.
8 Noción desarrollada en Chemama, R. y Vandersmersch, B. (2004). Diccionario del psicoanálisis. Buenos Aires: Amorrortu,
pp. 340-347.
9 Antes del Estadio del Espejo, el niño no experimenta inicialmente su cuerpo como una totalidad unificada, sino como algo
disperso (Dor, 2004). El niño no encuentra diferencia entre él y la madre, pero llevado por ella, reconoce su imagen en el es-
pejo, “(…) anticipando imaginariamente la forma total de su cuerpo. Pero el niño se vive y se posiciona en primer lugar como otro,
el otro del espejo (…)” (Chemama, 2004, p. 345).

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Julieta Perrotti Poggio
Muralismo mexicano. Aproximaciones hacia una visión mitificada de la historia de México de la Modernidad

a lo que Lacan establece como simbólico, al conjunto de Alfaro Siqueiros, la tríada de muralistas post-revoluciona-
repertorios de símbolos con que una sociedad sistemati- rios de México.
za y legaliza las imágenes de sí misma, y también se pro- Durante el período de entreguerras se identifi-
yecta hacia lo diferente. can décadas cargadas de una mística de salvación univer-
Así, lo imaginario y lo simbólico vuelven a estar sal (Zatonyi, 2008), que según Hobsbawm (2003, citado
entrelazados, y es en los murales donde es posible por Zatonyi, 2008, p. 174) en este período,
identificar esta relación. Se crean las imágenes, en donde
(…) La libertad, la igualdad y sobre todo la
tiempo y espacio no son reales, son imaginados por el
fraternidad pueden hacerse realidad mo-
sujeto; y ésta representación nos introduce en lo
mentáneamente en aquellos estadios de las
simbólico, desde un juego de significados que el artista
grandes revoluciones sociales (…) por lo
pone de manifiesto a través de su obra, mediante la cual
que (…) resultaba bastante fácil en Europa
su deseo se hace discurso a través de las imágenes, y lo
llegar a la conclusión de que sólo la Revolu-
simbólico se transforma en mito.
ción podía ofrecer un futuro al mundo.
De esta forma, la Revolución “es un hecho en el
imaginario colectivo, representa (…) un antes y un des- En México, luego de los intensos movimien-
pués. (…) La versión popular de la revolución, la versión tos revolucio narios de las primeras décadas del Siglo
mitificada quedó en los murales, donde la imagen sinté- XX, se vive un proyecto de renacimiento y esperan za,
tica, esquematizada, expresa un mensaje similar” (Collin de alguna manera ligado al planteo [punto de vista]
Harguindeguy, 2003, p. 31). anterior mente expuesto por Marx y la sociedad revolu-
cionaria, donde interviene la noción mítica, la Edad de
6. Muralismo en la obra de José Oro, que considera un mo mento de la historia en que
el sujeto social pueda liberarse, impactando en el idea-
Clemente Orozco. El caso del Antiguo
lismo de la acción revolucionaria.
Colegio de San Ildefonso En el caso de Orozco, Víctor Sergé identifica un
claro espíritu revolucionario en su obra muralista en Guada-
“Nuestra revolución no tuvo nada en común con lajara (Guadalajara (1942): Crónica de un viaje, citado por Za-
la Revolución rusa, ni siquiera en la superficie; fue tonyi, 2008), pero su obra traspasa las líneas ideológicas, an-
antes que ella. ¿Cómo pudo entonces haberla teponiendo la mirada del artista -de fuerte realismo expre-
imitado? En la literatura revolucionaria de Méxi- sionista- como herencia del expresionismo alemán; realis-
co, desde fines del siglo pasado hasta 1917, no se mo que él trabaja desde el dolor. La obra de Orozco tras-
usa la terminología socialista europea; y es que ciende cualquier visión ideológica10,
nuestro movimiento social nació del propio sue-
lo, del corazón sangrante del pueblo y se hizo (…) Grito, dolor, esos es lo que deja ver su
drama doloroso y a la vez creador”. obra (…) A Orozco se lo conoce como el cro-
Jesús Silva Herzog, Meditaciones sobre México. nista del dolor, del sufrimiento y la miseria
de la Revolución (…) sin idealizar a sus per-
Esta cita, en mi opinión, describe de manera cla- sonajes, prefiere afearlos, pues sabe que el
ra el mensaje inmerso en el muralismo, y en especial en la dolor no embellece (Zatonyi, 2008, p. 179).
obra mural de José Clemente Orozco; como dolor y a la
vez creación, más allá de una postura ideológica. José Para el análisis de su obra, se toman los murales
Clemente Orozco integró, junto a Diego Rivera y David que Orozco realizara en el Antiguo Colegio de San Ilde-

10 José Clemente Orozco comienza a participar en el Muralismo Mexicano en 1923. Durante el Gobierno de López Obregón, y la
gestión de José Vasconcelos frente a la Secretaría de Instrucción Pública (1921), se institucionalizó la pintura como proyecto
adoctrinante para la materialización del ideario de la Revolución Mexicana. En 1934, luego de una residencia en Nueva York,
regresa a México y comienza una fuerte actividad como muralista; participa en la fundación del Colegio Nacional (1934) y ob-
tiene el Premio Nacional en 1946. En 1922, Orozco es invitado a pintar las paredes del Patio Grande de la Escuela Nacional
Preparatoria, antiguo Colegio Jesuita de San Ildelfonso. Las pinturas recorren diversas representaciones de la identidad Me-
xicana, desde el origen del México mestizo, los ideales de renovación y las consecuencias de la Revolución.

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Figura 2
José Clemente Orozco, Fragmento de Los aristócratas, 1923-24.

Figura 1
José Clemente Orozco, La Trinchera, 1926.

fonso, ubicado en el Centro Histórico del D.F. institución Figura 3


educativa fundada por los Jesuitas, que pasa a ser Escue- José Clemente Orozco, Fragmento de La acechanza, 1923-24.
la Nacional Preparatoria a fines del Siglo XIX, para inte-
grarse a la Universidad Nacional a partir de 1910.
Como parte del plan de difusión del Arte en Edi-
ficios públicos durante la gestión de Vasconcelos en la
Secretaría de Instrucción Pública, Orozco fue invitado a
participar en ese proyecto, realizando una serie de mura-
les entre los años 1923 y 1926, ubicados en los tres pisos
del patio principal y en el descanso de la escalera.
La fuerza de las imágenes y la intensidad de sus
expresiones se plasman en un sentimiento desde la pro-
fundidad del ser. Dolor, tensión y fuerza son constantes
sensaciones que se desprenden de los murales de Orozco.
Tanto en La trinchera (1926) (Fig. 1) como en La
Trinidad Revolucionaria (1923/24), se identifica la fuerte
tensión que se plasma en las imágenes de los soldados
que participaran en la lucha revolucionaria. Fuerza y do-
lor en la primera, la segunda muestra tapada la cara de Figura 4
quien lleva el fusil, y temor en quienes deben acompañar José Clemente Orozco, La despedida, 1926.
en la lucha. Sensaciones intensas que se muestran en
cada personaje, marcadas en sus expresiones corporales. “fantasmas” (vanidad y opulencia para la clase alta, exclu-
En El banquete de los ricos y en Los Aristócratas sión, miseria y dolor para las clase baja y trabajadora).
(1923/24) (Fig. 2), Orozco se compromete desde una crítica La acechanza (1923/24) (Fig. 3) y La despedida
social, sellando de forma caricaturesca las expresiones de la (1926) (Fig. 4), impactan por la exageración de ciertos ras-
burguesía y los personajes de clase alta, y plasmando me- gos que permiten percibir, por parte del espectador, una
diante diversos planos, las diferentes clases sociales y sus

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Muralismo mexicano. Aproximaciones hacia una visión mitificada de la historia de México de la Modernidad

situación trágica; como la despedida de un hijo a su ma- dad un elemento de comunión, haciéndolos partícipes
dre para unirse a la lucha armada. de una “comunidad imaginada” desde una narrativa de
Los murales que se encuentran en la escalera, tra- la Revolución.
tan sobre la tarea llevada a cabo por la orden Franciscana. Anderson (1993), plantea que “(…) Toda Revo-
En éstos es fuertemente caracterizado el asistencialismo lución triunfante se ha definido en términos “Nacionales”
por parte de los sacerdotes, en contraste con el estado mar- (p.18), proponiendo una definición de Nación, desde una
ginal en que se encontraban los habitantes de la comuni- comunidad política imaginada como inherentemente li-
dad mestiza, sin poder ver expresión alguna en ellos, salvo mitada y soberana (p. 23).
las condiciones de miseria reflejadas en su cuerpo. La define “imaginada”, porque aún en el caso de
García Canclini (2005) nos introduce en el con- los integrantes de una Nación pequeña, no se podría dar
cepto de mural como forma de protesta “su potencial de la posibilidad de conocer a gran parte de los ciudadanos
grito”, y eso es lo que se desprende de la obra mural de que la componen, pero aún así, en cada uno de ellos se
Orozco. Esta forma de protesta, García Canclini la traslada conforma la imagen de su comunión.
al espacio público, donde el mural también forma parte de Como ejemplo desde el campo visual, el autor re-
un modo de confrontación hacia el sistema, ubicando al conoce que en los vitrales y ámbitos de oración de las Cate-
Muralismo como eje de los espacios simbólicos de México. drales de la Edad Media “(…) la representación de la reali-
Esta mirada es factible de ser analizada desde el dad imaginada era predominantemente visual y auditiva”
concepto de “comunidades imaginadas” desarrollado por (p. 44), imaginación cristiana que adoctrinaba a las masas
Anderson (1993), concepto que permite establecer una analfabetas mediante creaciones visuales y auditivas.
aproximación hacia la obra mural anónima que realizan El autor encuadra sus estudios en la noción de
las comunidades indígenas Chiapanecas. tiempo mesiánico desarrollado por Walter Benjamin, en
sus Tesis de Filosofía de la Historia (1973-1940)11. Benja-
7. Comunidades imaginadas. Un acerca- min desarrolla su concepción sobre la historia en las Tesis
miento conceptual hacia el desarrollo de Filosofía de la Historia (trabajadas desde 1937 y divul-
de la noción de nacionalismo gadas en 1940), las cuales se presentan como un docu-
mento desarrollado casi a manera de Manifiesto, dada la
Anderson (1993, citado por García Canclini, importancia qué él diera al acceso del conocimiento del
2005), formula una reconceptualización de las identida- pasado, para la emancipación de la clase obrera.
des contemporáneas, planteando que “(…) el nacionalis- Benjamin ubica la historia desde un panorama
mo es un artefacto cultural y no un objeto natural. La consti- desolador y sufrido (contexto social y político de posgue-
tución del nacionalismo a través de la imaginación en la rra), siendo considerada su postura, por algunos críticos,
historia no lo vuelve falso” (p. 96). como destructiva12. De allí que adopte una posición que in-
Varios autores (Gruzinsky, Rosaldo y Silva) recono- voca a un sujeto social revolucionario (Oropeza, 2003) cer-
cen el papel importante que ejerce la ficción y la constitu- cana a los oprimidos.
ción de los imaginarios colectivos en la formación de identi- A partir de su contacto con el Marxismo, Benja-
dad. Estos estudios conforman una aproximación hacia el min adopta una línea de pensamiento sobre la historia
desarrollo de la cultura urbana y la construcción de la ciuda- desde un carácter mesiánico del tiempo, que implica dis-
danía cultural, ya que ésta no se organiza sólo desde princi- continuidad en la historia. Lo mesiánico, en la Tesis de
pios políticos, sino a partir de una interacción colectiva ge- Benjamin, tiene que ver con la ruptura del carácter lineal
neradora de una proyección imaginaria de la sociedad. de la historia, desde una recuperación de la memoria his-
En el caso de México, la Revolución se presenta tórica y rescatando antiguas luchas contra el sufrimiento,
como “relato” que otorga a cada miembro de la comuni- posibles de ser aplicadas en el presente.

11 Benjamin, W. (1982). Tesis de Filosofía de la Historia. En: Benjamin, W. (1982). Discursos Interrumpidos I. Madrid: Taurus.
12 Filósofos como Adorno y Scholem inician un debate sobre los postulados de las Tesis de Benjamin, véase Dobles Oropeza, I.
(2003). Walter Benjamin: Las Tesis sobre la historia y la influencia del surrealismo [Versión electrónica] Revista de Ciencias Socia-
les (Universidad de Costa Rica), 100, pp. 49-60.

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Desde esta teoría, plantea la necesidad de llevar En su escrito Notas sobre la presencia del México in-
la historia al presente, entendiendo que partiendo del dígena en la obra de Octavio Paz, Camacho de Smith (2000)
hecho histórico, analiza la posición que muestra el escritor sobre la comuni-
dad Indígena en México, tanto en la época prehispánica
(…) el historiador […] dejará de desgranar la
como en la actualidad. Esta visión crítica muestra las líneas
sucesión de datos como un rosario entre sus
de pensamiento de diversas generaciones de intelectuales,
dedos. Captará la constelación en la que, con
sobre la compleja situación multicultural mexicana, y sus
otra anterior muy determinada, ha entrado su
consecuencias en la situación étnica actual.
propia época. Fundamenta así un concepto
Como descripción de la postura que Octavio
de presente como “tiempo-ahora”, en el que
Paz toma sobre el tema, refiere al discurso que pronun-
se han metido esparciéndose astillas del
ciara el escritor al recibir el Premio Nóbel en 1990 La bús-
[tiempo] mesiánico” (Benjamin, 1973, p. 11).
queda del presente:
Este salto a través de un tiempo diferente al cro- Los españoles encontraron en México no sólo
nológico – Jetztzeit o tiempo-ahora – otorga la posibi- una geografía, sino una historia. Esta historia
lidad de reinterpretar el pasado. está viva todavía: no es un pasado sino un pre-
Esta noción es desarrollada por Anderson sente. El México precolombino, con sus tem-
(1993) en confrontación con el tiempo homogéneo, va- plos y sus dioses, es un montón de ruinas, pero
cío; conceptos que desarrolla para plantear el análisis de el espíritu que animó ese mundo no ha muer-
la historia de cada Nación, donde se reconoce un “(…) to. Nos habla en el lenguaje cifrado de los mi-
proceso de interpretar el nacionalismo genealógicamen- tos, las leyendas, las formas de convivencia, las
te, como la expresión de una tradición histórica de conti- artes populares, las costumbres. Ser escritor
nuidad serial” (Anderson, 1993, p. 270). mexicano significa oír lo que nos dice ese pre-
En el caso de la Revolución Mexicana, desde las sente, esa presencia. Oírla, hablar con ella, des-
figuras de Hidalgo y Morelos, es factible entender el mo- cifrarla: decirla (Paz, citado por Camacho de
vimiento revolucionario e independentista como lega- Smith, 2000, pp. 43-44).
do, desde una “memoria” de la independencia, y al ubi-
carse como herencia entra en una serie genealógica. La autora compara la posición de Paz con un refe-
Así, la biografía de las naciones se expresan en for- rente anterior perteneciente a la generación de intelectua-
ma narrativa: “(…) surge una percepción de identidad que les post-revolucionarios de la cultura mexicana: José Vas-
al no poder ser recordada, es narrada.” (Anderson, 1993, p. concelos. Su análisis se basa en que ambos intelectuales in-
283). Surge la necesidad de crear una narración de “identi- corporan a los indígenas en el proyecto de un México mo-
dad”, dado que la biografía de la Nación se remite al tiempo, derno (mediante la integración social y económica a un
a los héroes o aquellas figuras relevantes en su historia. solo plan de desarrollo), pero el planteo de una igualdad de
carácter nacionalista niega el carácter multicultural de la
cultura mexicana, sin reconocer el valor étnico indígena13.
8. A modo de reflexión. Comunidades
La posición socio-política del mundo indígena
indígenas Chiapanecas: el muralismo en la sociedad mexicana se ve marcada por un hecho de
anónimo como producto cultural fuerte impacto, ocurrido a principios de enero de 1994,
cuando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional
“La sacralización de los personajes ubica a (EZLN) se rebelara contra el gobierno Nacional. El Movi-
los héroes como fundadores de un orden miento toma el nombre de Emiliano Zapata, pues uno de
cultural y los convierte en arquetipos, que los principales objetivos de lucha de las organizaciones
sirven para ordenar el pensamiento de la so- indígenas y campesinas chiapanecas que acompañaron
ciedad de los hombres”. al Movimiento lo conformaba la recuperación de sus tie-
Marc Augé, El genio del paganismo. rras. Paradójicamente, existen diferencias internas entre

13 Como desarrollo de los términos multiculturalidad, interculturalidad y pluriculturalidad, véase Flecha, R. (1994). Las Nuevas de-
sigualdades educativas. En Castells, M. Flecha, R. et al. Nuevas perspectivas críticas en educación (pp. 57-82). Barcelona: Paidós.

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Muralismo mexicano. Aproximaciones hacia una visión mitificada de la historia de México de la Modernidad

estas dos organizaciones, dado que en la Constitución rrotada. Pero el diagnóstico cambió al ver
Nacional se consideran los derechos de los campesinos cómo lograban articular la secular conciencia
(ejidatarios y comuneros) pero no los derechos de los in- de opresión e injusticia con una firme reivindi-
dígenas como pueblos (Barabas, 1996)14. cación de su identidad indígena, junto con ra-
Octavio Paz, quien en su libro El Laberinto de la dicales cuestionamientos a las concepciones y
Soledad (1999) analiza en forma detallada la figura del prácticas políticas discriminatorias del Estado
Caudillo revolucionario y la línea de acción que éste de- mexicano” (Gadea, 2000, p. 50).
sarrollara durante la Revolución, edita un suplemento es-
pecial en la Revista Vuelta – por él fundada - titulado Ciertos autores (Gadea, Barabas, etc) distinguen
“Chiapas, días de prueba”. En esa edición, el escritor y en el Movimiento, cierta dualidad derivada de los enfren-
otros intelectuales reflexionan sobre la rebelión en Chia- tamientos entre el EZLN y el Gobierno, y específicamente
pas, y con profunda crítica hacia los modos – y no las ra- en relación con su identidad. El debate se centraría sobre
zones- de rebelión accionados por el Sub-comandante el carácter que identifica al propio movimiento, al cual se
Marcos, se formulan una serie de interrogantes que iden- lo ubicaba como producto de cierta resistencia de carác-
tificarían la dicotomía que presenta el movimiento indi- ter primitiva o folclórica de las comunidades indígenas
genista en el ámbito intelectual15. de Chiapas. Pero esta dualidad también es la que permite
Posturas como ésta señalarían una de las líneas concentrar su acción colectiva en la revalorización y rea-
del pensamiento post-revolucionario que apoya un mo- firmación de su diversidad cultural –desde un México
delo nacionalista y homogeneizador de la sociedad me- pluricultural– y su configuración identitaria, minimizan-
xicana. Éste, como modelo de desarrollo, se sitúa en un do los efectos de cambio a nivel político.
fuerte arraigo con la cultura occidental española; velan- Como recorrido sobre su compleja historia, cabe
do la mirada enriquecedora de un México plural y multi- mencionar que el levantamiento armado del EZLN ha ge-
cultural que incluya –y no excluya desde lo diverso– a los nerado dicotomías sobre su identidad indígena y se ha
grupos étnicos históricamente marginados, los cuales constituido como materia de análisis de los grupos oposito-
comienzan a hacer presente su voz de lucha como here- res. A pesar de esta mirada cuestionadora, el movimiento
deros de los pueblos originarios. basa sus objetivos en la demanda agraria, así como una
Esta mirada es posible de ser contrapuesta por búsqueda de mayor justicia social para contrarrestar los ni-
aquellas líneas de pensamiento que identifican en los he- veles de pobreza en que viven las comunidades indígenas
chos sucedidos desde el levantamiento, una en Chiapas, dando lugar a una discusión sobre la autono-
mía y los derechos indígenas a nivel nacional. No obstante,
(…) efervescencia social [que desde] diversas el vínculo entre las organizaciones indígenas y el EZLN ha
interpretaciones vieron en estos indígenas re- pasado por situaciones conflictivas, sobre todo por cuestio-
beldes a los acostumbrados protagonistas de nes de representatividad, liderazgo y prioridad en los obje-
una izquierda latinoamericana en armas, ideo- tivos a cumplir (Pérez Ruiz, 2000).
lógicamente obsoleta y estratégicamente de-

14 Resulta relevante tener en cuenta que a partir del levantamiento ocurrido durante 1994, los objetivos y relaciones entre los
actores principales del movimiento fueron variando, tanto por cuestiones políticas como culturales, por lo que en un estudio
realizado sobre el tema se lo denomina “etnografía del conflicto”. Para un mayor desarrollo véase la Disertación Doctoral de
Maya Lorena Pérez Ruiz (2000)“. Todos somos Zapatistas. Alianzas y rupturas entre el EZLN y las organizaciones indígenas.
México: Departamento de Antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa.
15 Algunas de estas preguntas son: “(…)¿Cómo la cultura de los indios chiapanecos puede traducirse a la modernidad? ¿Y cómo
esa cultura puede insertarse en la moderna cultura mexicana? El problema es inmenso; no pretendo, no digamos ya resolverlo,
sino siquiera plantearlo en todos sus términos (…). El mestizaje cultural ha sido la respuesta de México a la singularidad india, lo
mismo en el XVI que en la época moderna. El elemento indígena está en todos los dominios de la cultura y la vida mexicana, de la
religión a la poesía, de la familia a la pintura, de la comida a la cerámica. Pero sería mucho olvidar que nuestras ventanas hacia el
mundo -mejor dicho: nuestra puerta- son el idioma español y las creencias, instituciones, ideas y formas de sociabilidad trans-
plantadas a nuestras tierras durante el período novo-hispano. Hoy se habla de multiculturalismo pero ¿qué se quiere decir con
esta palabra? En los Estados Unidos posee un sentido preciso: ¿lo tiene en México? ” Paz, O. (1994). Chiapas ¿Nudo ciego o tabla
de salvación?. Revista Vuelta. Suplemento Extraordinario, pp. C-H.

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Resulta interesante plantear una visión sobre con el Movimiento, dado que esta interacción les otorga
esta complejidad social desde el concepto de movimien- la posibilidad de intercambiar experiencias y establecer
to social, como forma de acción colectiva que se confor- estrategias conjuntas con otras alianzas y organizaciones
ma como expresión de un conflicto social, tendiendo a a través de los múltiples encuentros indígenas que se
romper con el sistema (Melucci, 1986 citado por Pérez fueron realizando a partir del año 1994.
Ruiz, 2000), que en el caso de Chiapas, diversos grupos De esta manera, y actuando básicamente como
que participan junto al EZLN son accionados por tipos de actores intermediarios entre el EZLN y el gobierno, las orga-
movimiento social diferente16. Con base en esta situa- nizaciones indígenas y campesinas, no sólo de Chiapas sino
ción, las relaciones de poder y el nivel de legitimidad en- también las de Guerrero y Michoacán, comienzan a enta-
tre las distintas organizaciones intervinientes en el movi- blar acciones directas sobre el reconocimiento, por parte
miento, así como la configuración de las identidades ét- del gobierno, de los derechos de autonomía territorial.
nicas, resultan aún tarea compleja. Así, las organizaciones indígenas y campesinas
Los espacios de poder que se ponen en juego se conforman como una “comunidad identitaria de resis-
en torno al Movimiento tienen un papel importante, tencia” (Gadea, 2000), comunidad que en su producción
dado que desdibujan los verdaderos objetivos que llevan cultural retoma el muralismo como forma de expresión
a los movimientos indígenas a la lucha (legalización de la identitaria, a partir de sus reclamos políticos y sociales
tenencia de la tierra y el control sobre los recursos pro- frente al resto de la sociedad mexicana. Esta producción
ductivos de la región) y otorgan al Gobierno Nacional he- expresa la existencia de una comunidad imaginada,
rramientas para poner en tela de juicio el verdadero ca- desde la resistencia.
rácter indígena de la organización. Y acorde a esta com-
“(,,,) La marginación es el resultado claro de
plejidad, es en el seno del EZLN donde se encuentra el
una exclusión de la identidad indígena, por lo
foco de discusión: poder centralizado o descentraliza-
que esta categoría es la principal responsable
ción del poder. La línea de lucha del EZLN se establece
de la desigualdad” (Gadea, 2000, p. 55).
como ofensiva contra la actual centralización del poder,
derivado del modelo político neo-liberal17. De esta forma, el Movimiento Zapatista se pro-
Dietz (1995) plantea que el papel que cumple el yecta hacia una lucha contra la exclusión de carácter so-
subcomandante Marcos en el movimiento se distingue cio-cultural, promoviendo la construcción de una comu-
desde una división “cuasi-étnica”, dado que la comunica- nidad identitaria desde la unidad de lo diverso, imbuida
ción interna frente a las comunidades zapatistas se man- en la resistencia.
tiene por medio de sus representantes civiles en el CCRI
(Comité Clandestino Revolucionario Indígena), mientras (..) La unidad de la diversidad es el eje de las
que Marcos toma el rol de vocero del Movimiento frente relaciones de las organizaciones dentro del
a la sociedad mestiza y los medios de comunicación na- movimiento. Las situaciones compartidas, el
cionales e internacionales. Su papel se conforma como proyecto político conjunto, la decisión de re-
“articulación” entre la base campesino-indígena del conocerse como unidad en la multiplicidad,
EZLN y la sociedad civil mexicana (Dietz, 1995, p. 4). van generando esta nueva identidad genéri-
Más allá de la postura político-ideológica del ca, supracomunitaria y supralingüística, que
EZLN, las diversas organizaciones regionales indígenas y exhibe las singularidades para construirse
campesinas se centran en entablar relaciones directas como unidad” (Barabas, 1996, p. 14).

16 Los Movimientos sociales se pueden clasificar de distinto tipo: redistributivo, político y antagónico. Para un mayor desarrollo véa-
se Melucci, A. (1986). Las Teorías de los movimientos sociales. En: Revista de Estudios Políticos, vol. 5, Nº 2; Abril-Junio. México.
17 Para analizar en profundidad el carácter del modelo neoliberal que impera en Latinoamérica, véase Ezcurra, A.M. (1998).
¿Qué es el neoliberalismo? Evolución y límites de un modelo excluyente. Buenos Aires: Ed. Lugar.

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Muralismo mexicano. Aproximaciones hacia una visión mitificada de la historia de México de la Modernidad

Desde el muralismo, la producción retoma las En ámbitos de gran nivel de marginalidad y al-
figuras míticas de la revolución y la independencia, mez- tos porcentajes de analfabetización, los murales son rea-
clando - en espacio y tiempo - sus acciones y obras. (Ej: lizados a modo de concientización, desde su propia
murales con imágenes de Ernesto Che Guevara, compar- construcción identitaria (Fig. 7). Los muralistas anónimos
tiendo una escena con Emiliano Zapata y el Sub-coman- son asesorados por grupos de voluntarios de México y
dante Marcos) (Fig. 5 y 6). otros países, quienes les dan asistencia técnica, talleres
de formación y materiales; decidiéndose de manera co-
lectiva el diseño del mural, en función del mensaje que la
comunidad quiera expresar.
Los ejes temáticos se manifiestan desde distin-
tos principios, alegando a una figura representativa de la
libertad y la lucha, como también desde la representa-
ción de la lucha agraria o como expresión de quietud
frente a los cambios que vendrán (Fig. 8).
La expresión comunitaria es posible encua-
drarla en el concepto de tiempo fabuloso y transhistó-
rico, inmerso en un tiempo imaginario, disponiendo
de todas las libertades dadas por los mun dos imagina-
rios. (Elíade, 1991). Así, los personajes de la historia
aparecen resimbolizados, mediante su rol como dioses
o demonios, héroes o villanos, llevando a la genera-
ción de una nueva identidad.
Figura 5
Murales anónimos en los edificios y Escuelas de Chiapas. “(…) En el caso de la irrupción del movi-
Fuentes: http://redlatinasinfronteras.wordpress.com miento neozapatis ta, se trata de una rup-
y http://www.schoolsforchiapas.com tura que se ha introducido en la normativi-
dad de la modernidad a través del reclamo
por «derecho a tener derechos» en un nivel
de igualdad con el res to de la sociedad,
pero sin dejar de lado el derecho a sus dife-
rencias étnicas y culturales” (Gadea, 2000,
p. 56).

Esta ruptura permite la mitificación de los per-


sonajes de la rebelión como héroes míticos de la intensa
búsqueda de cambio social.
De esta manera, los hechos históricos y con-
temporáneos, conviven en un mismo espacio-tiempo, y
son narrados a través del mural; retomando el concepto
de García Canclini, que ubicara al Muralismo como eje de
los espacios simbólicos de México.

Figura 6
Murales anónimos en los edificios y Escuelas de Chiapas.
Fuentes: http://redlatinasinfronteras.wordpress.com
y http://www.schoolsforchiapas.com

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Figura 7 Figura 8
Murales anónimos en los edificios y Escuelas de Chiapas. Murales anónimos en los edificios y Escuelas de Chiapas.
Fuentes: http://redlatinasinfronteras.wordpress.com Fuentes: http://redlatinasinfronteras.wordpress.com
y http://www.schoolsforchiapas.com y http://www.schoolsforchiapas.com

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