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Tema 5 Abuso de La Autoridad

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TEMA 5 EL USO Y ABUSO DE LA AUTORIDAD

1. Abuso De La Autoridad Un bien conocido dirigente carismático fue citado expresando este
peligroso punto de vista: “Cuando una ‘autoridad delegada’ o una ‘autoridad espiritual’, provee
consejo a las personas que están bajo su supervisión, habla con la autoridad de Dios. Cuando la
autoridad delegada de Dios toca nuestras vidas, exige que la reconozcamos y que nos sometamos
a ella, IGUAL QUE LO HARIAMOS A ÉL EN PERSONA”.

Otro dirigente o líder de la Iglesia en error fue citado: “Se le enseñará a través del Espíritu lo que
está implicado en... apostolado o se le abandonará en Babilonia. No existe postura inmediata. La
única alternativa que uno tiene a la sumisión espiritual y al orden divino es Babilonia”.

Dejemos las cosas claras. Yo me considero carismático, pentecostal y de orientación


fundamentalista. Sin embargo, tengo una profunda preocupación por el impacto que algunos
dirigentes carismáticos tienen con sus conceptos sobre “discípulos”.

En este estudio, vamos a observar el abuso de autoridad en la Iglesia, un tema que ha causado una
confusión interminable a muchas personas del pueblo de Dios.

Cuando las verdades bíblicas se llevan hasta los extremos por una aplicación carente de equilibrio,
tienen la capacidad de destruir vidas. En Jonestown, Guayana, (donde se suicidaron en masa más
de 900 seguidores de Jim Jones), ilustra lo que puede pasar. Él era un líder de la Iglesia de Estados
Unidos que demandó sumisión total a sus edictos.

En Romanos 13:1 se nos instruye: “Sométase toda persona a las autoridades SUPERIORES; porque
no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”.

Utilizando este pasaje, la enseñanza sobre la sumisión ha sido desarrollada tanto por grupos
protestantes como por católicos, que van más allá del concepto de la escritura de la sumisión
enseñada en el Nuevo Testamento. Son estos conceptos los que estoy desafiando vigorosamente.

La verdad, tal y como está en Jesús, siempre libera (Ef 4:21). Le liberará para ser todo lo que el
Señor desea que sea. No lo traerá a esclavitud bajo una jerarquía religiosa, que detendrá la
voluntad de Dios en su vida.

Cuando las Escrituras hablan de autoridad SUPERIOR, sugieren que hay legítimos niveles y
estratificación de la autoridad a la que tenemos que someternos. También implica que hay veces
en que la autoridad superior (divina) e inferior (humana) entran en conflicto y tenemos que
escoger obedecer a Dios antes que a los dirigentes religiosos (Hch 5:29).

De los SIETE niveles de autoridad mencionados en la Escritura, TRES NO se refieren al hombre.


Estos tres niveles de autoridad son reservados únicamente para Dios. Estos son: Autoridad
Soberana, Autoridad Veraz y Autoridad De Conciencia. Explicaremos el significado de éstos más
adelante.

Desgraciadamente la historia está repleta de ejemplos de dirigentes religiosos políticos que se


apropian de títulos pomposos, de autoridad y posiciones que las Escrituras reservan sólo para
Dios. 168 A3.1
Yo dedico este esfuerzo con la esperanza de evitarle usurpar una autoridad no bíblica por un lado
o de someterse de una manera no bíblica por el otro.

A. TRES NIVELES DE AUTORIDAD RESERVADOS ÚNICAMENTE PARA DIOS

1. Soberana - Autoridad Imperial La autoridad más alta es la AUTORIDAD SOBERANA o IMPERIAL.


Este nivel nunca es cuestionado ni desafiado. Es la autoridad absoluta, infalible y la de mayor
magnitud. Esta pertenece exclusivamente al Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Algunas denominaciones atribuyen a algunos de sus oficios eclesiásticos este alto honor el cual
está reservado en la Biblia EXCLUSIVAMENTE PARA DIOS. NO HAY EN ABSOLUTO BASE BÍBLICA
PARA QUE LOS DIRIGENTES DE LA IGLESIA (o cualquier ser humano) EJERZAN AUTORIDAD
SOBERANA.

La Biblia advierte en términos claros respecto a los que hacen tal cosa: están cayendo en el mismo
pecado que condujo la caída de Satanás del cielo. Lucifer (Satanás) intentó apropiarse de la
autoridad que pertenece a DIOS SOLAMENTE.

“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero! [Lucifer]… tú que decías en tu corazón, subiré al cielo… junto a
las estrellas de Dios levantaré mi trono… seré semejante al altísimo” (Is 14:12-14).

La caída de Satanás del cielo, se produjo porque intentó usurpar la autoridad soberana reservada
sólo para Dios. Que los dirigentes religiosos queden advertidos de esto. Usted puede caer en el
mismo lazo que el diablo.

a. Jesucristo: La Autoridad Soberana En La Iglesia. Al escribir a la iglesia de Éfeso, el Apóstol


Pablo nos dice que Jesús es el único que tiene la posición de autoridad soberana en la Iglesia.

“…no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que
el Dios de nuestro Señor Jesucristo… os dé sabiduría alumbrando los ojos de vuestro
entendimiento para que sepáis QUIEN ES CRISTO… y cual la supereminente grandeza de su poder
para con nosotros los que creemos… la cual operó en Cristo resucitándole de los muertos y
sentándole a Su diestra en los lugares celestiales, sobre TODO principado y autoridad y poder y
señorío… Y sometió TODAS las cosas bajo sus pies y LO dio [a Él SOLAMENTE] POR CABEZA SOBRE
TODAS LAS COSAS A LA IGLESIA…” (Ef 1:16-22).

El Señor Jesucristo es el único que sostiene la posición de soberanía sobre el cristiano. Es el único
que está en el trono sobre todos los principados y autoridades.

Ha sido exaltado, “sobre todo…señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo
sino también en el venidero… y sometió todas las cosas bajo sus pies… Y LO DIO POR CABEZA
SOBRE TODAS LAS COSAS A LA IGLESIA, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena
en todo” (Ef 1:21-23).

Esta posición de autoridad soberana pertenece a la Trinidad, y todo lo que se refiere a la


gobernación de la Iglesia, está reservada para nuestro Señor Jesús solamente.

El Capítulo Uno de Hebreos también nos enseña que Jesucristo está en el lugar singular de ser la
única Cabeza soberana de la Iglesia.
“Dios en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero [propietario
legal] de todo… al Hijo [Jesús] dice [El Padre], Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo…

Dios, te ungió con óleo de alegría MAS QUE a tus compañeros” (He 1:1-9).

Esto coloca a Jesús sobre toda persona en la Iglesia. Esto significa simplemente que ninguno, sea
cual sea su posición o título, puede presumir o levantarse a una posición igual a la autoridad de
nuestro Señor. Jesús sostiene esta posición preeminente.

Fue exaltado sobre los ángeles, sobre todo trono por los siglos de los siglos. Se le dio el lugar de la
soberanía en esta era y en la venidera.

b. Cuidado De Aquellos Que “Toman el Lugar De Cristo”. Cualquier persona o cualquier iglesia
que intenta igualar o poner en vez de Cristo a un oficio eclesiástico, está formando parte del
espíritu del anticristo.

El término “anticristo”, como se utiliza en el Nuevo Testamento, no solo significa “contra Cristo”,
sino también “en lugar de Cristo”. (Griego = anti; significa en vez de, en lugar de. Denota
sustitución).

Cualquier grupo religioso que intenta colocar a alguien en el “lugar de Cristo”, está usurpando Su
posición.

Por ejemplo, cualquier grupo religioso, como la Iglesia Católica, que reconozca a alguien “en el
lugar de Cristo” usurpa el lugar de Cristo.

En la teología Católica, el Papa es “el Vicario de Cristo en la tierra”. “Vicario” significa “sustituir: en
lugar de”.

Esta es una teología peligrosa especialmente porque la Ex-Cátedra Papal (del trono papal), es
considerada infalible (sin posibilidad de error) por los líderes de la iglesia Católica.

Esto es lo que Jesús nos advirtió que sucedería. Nos dijo: “Muchos vendrán EN MI NOMBRE [gente
que profesa ser cristiana] diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán” (Mt 24:5).

En Apocalipsis 19, el Espíritu Santo subraya muy claramente que Jesucristo sostiene un lugar único
en el propósito de Dios. En el versículo 16, es descrito como aquél que tiene escrito en Su túnica
las palabras: “REY DE REYES Y SEÑÓR DE SEÑORES”. Sobre todo rey, Él es Rey de reyes. Sobre todo
señor, Él es Señor de señores.

A Él solo se le ha dado el lugar de la autoridad soberana absoluta. No hay ninguna autoridad en la


Iglesia a la que un cristiano deba dar obediencia indudable, mas que a la de nuestro Señor
Jesucristo. Debe hacerse notar que muchas iglesias sostienen que tienen autoridad soberana para
sus potentados y dirigentes.

Hacer esto, es contrario a la Biblia, como mostraremos con más detalle en los últimos capítulos.

2. La Autoridad Veraz La palabra “veraz, veracidad”, significa “verdad” o aquello que es siempre
verdadero por encima de cualquier sombra de duda.
Por ejemplo, cuando usted estuvo en la escuela se le enseñó la simple verdad de que dos más dos
son cuatro. Su maestro hablaba con autoridad veraz sobre ese punto.

Ese es un hecho sobre el que no se debe discutir ni defender, puesto que es una verdad simple. Es
una afirmación irrefutable de un hecho matemático.

Como en el ejemplo anterior, todo lo que es verdad tiene autoridad por el hecho de que es
verdad. Pablo el Apóstol reconoce esto. “Porque nada podemos contra la verdad…” (2 Co 13:8). La
verdad tiene autoridad.

a. La Verdad Tiene Autoridad. “Para que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad”
(2 Ts 2:12).

1) Dios El Padre Habla A La Verdad “Dios no es hombre, para que mienta … El dijo, ¿y no hará?;
habló, ¿y no ejecutará?” (Nm 23:19). 170 A3.1 “No olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido
de mis labios… Una vez he jurado por mi santidad, que no mentiré…” (Sal 89:34,35).

2) Dios El Hijo (Jesús) Habla A La Verdad. “Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad…” (Jn 14:6).
(Vea también Marcos 12:14 y Juan 1:17). “…mas el que es incrédulo al hijo, no verá la vida, sino
que la ira de Dios está sobre él” (Jn 3:36).

3) Dios Espíritu Santo Expresa Verdad. Las Escrituras asignan esta cualidad a Dios, Espíritu Santo.
En Juan 15:26 dice: “…el Espíritu de verdad el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de
mí”. En 1 Juan 5:6 también leemos: “…Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la
verdad”. Así que, el Espíritu Santo viene a ser la expresión de la autoridad veraz en la Santa
Trinidad.

b. La Biblia Tiene Autoridad. Las Escrituras fueron dadas por Dios el Padre, Hijo y Espíritu Santo
como expresión de Verdad, por lo tanto, toman el lugar de autoridad veraz. Esta autoridad esta
activa en las vidas de hombres, aun si ellos no la reconocen. Tenemos la Palabra de Dios expresada
no sólo en la Persona de Jesús (el Verbo encarnado), sino también en la Palabra expresada en la
Biblia (la Palabra escrita).

1) Inspirada Por El Espíritu Santo. La Biblia fue escrita como resultado del Espíritu de Dios sobre el
hombre. El Espíritu inspiró divinamente sus pensamientos y palabras. David describió este
fenómeno con estas palabras: “El espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su palabra ha sido en mi
lengua” (2 S 23:2).

Dios inspiró sus palabras “…los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu
Santo” (2 P 1:21). Estos hombres mantuvieron un récord de la palabra de Dios para nosotros. Lo
que Él inspiró a través de los hombres, se convirtió en una expresión de nuestro Señor en la
autoridad de la escritura. “Toda la escritura es inspirada por Dios [griego = teopneustos, significa
inspirada divinamente]…” (2 Ti 3:16). En consecuencia, cuando miramos a la obra del Espíritu
Santo en relación a la verdad de Dios que vino a traer a los hombres, sabemos que El inspiró, a
través de hombres, lo que llamamos las Escrituras (la Biblia). Dios nos ha dado un libro inspirado
por el Espíritu Santo llamado la Biblia, y de éste, Él dice: “…tu ley es la verdad… todos tus
mandamientos son verdad” (Sal 119:142-151).
La Biblia ocupa el lugar de la autoridad VERAZ para el cristiano (y para toda la humanidad). El
creyente tiene que juzgar y determinar lo que es correcto de acuerdo a lo que la Biblia diga.

2) Tres Principios De La Autoridad De Las Escrituras. Siendo que vivimos en una era en que los
hombres han atacado las Escrituras, tanto desde el interior como desde el exterior de la Iglesia,
necesitamos reafirmar lo que los antiguos concilios de la Iglesia establecieron. Hace centenares de
años, los dirigentes de la Iglesia se reunieron para tratar ciertos problemas que estaban
perturbando la fe y la práctica de los creyentes. La “Confesión de Westminster” que resultó de esa
asamblea, nos provee tres afirmaciones que sirven como guía para los dirigentes eclesiales en la
comprensión de la AUTORIDAD VERAZ de las Escrituras.

Éstas son las siguientes:

a) “Nada contrario a la Escritura puede ser verdad.”

b) “Nada que sea agregado a la Escritura puede ser obligatorio.”

c) “Todo creyente es responsable ante Dios de escudriñar las Escrituras para ver si lo que dicen
los dirigentes de la Iglesia es verdad.”

3) Creyentes De Berea Son Elogiados. La Confesión de Westminster se basa en Hechos 17:10,11:

“Inmediatamente los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo
llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos [los de Berea] eran más nobles que los que
estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las
Escrituras para ver si estas cosas eran así”.

Los Apóstoles Pablo y Silas llevaron el mensaje de Cristo a los judíos en Berea (que en aquellos
días tenían sólo las Escrituras del Antiguo Testamento). Elogiaron a los de Berea por dos cosas:

a) Porque reconocieron que la autoridad de la Escritura era mayor que la de los dirigentes de la
Iglesia (los Apóstoles).

b) Porque escudriñaron diariamente las Escrituras para ver si lo que los dirigentes de la Iglesia
(Pablo y Silas) estaban diciendo, tenía veracidad (era verdad).

Los de Berea no estaban desafiando a los Apóstoles en una actitud de rebelión, sino que deseaban
asegurarse de que lo enseñado estaba de acuerdo con la Biblia.

Fueron alabados por el Espíritu Santo porque tuvieron la sabiduría suficiente para reconocer que
Dios nos ha dado un libro por el cual cada hombre y su enseñanza deben ser juzgados, no importa
si es un apóstol o un ángel del cielo.

Si “…un ángel del cielo os anunciase otro evangelio diferente al que os hemos anunciado, sea
anatema” (Ga 1:8). Aun si un volcán hace erupción en medio de una cruzada de evangelización
acompañado de fuego y humo, trompetas y el sonido de coros angelicales... si lo que es enseñado
en ese contexto contradice las escrituras, es inválido.

4) La Autoridad Final. Dios habló a través de Isaías: “¡A la ley y el testimonio! Si no dijeren
conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Is 8:20).
Dios nos está diciendo a través de Isaías que la Biblia tiene que ser la autoridad final para la fe y
práctica. Ni los obradores de milagros, dirigentes eclesiales y ni aún los ángeles tienen una
autoridad igual a la de las Escrituras.

Este principio de que la Biblia es la autoridad final de la fe y práctica, fue establecido hace casi
4,000 años, cuando Dios otorgó el Pentateuco (los primeros cinco libros de la Biblia) a un hombre
llamado Josué: el sucesor de Moisés. Dios le dijo: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la
ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a lo que en él
está escrito…” (Jos 1:8). Dios dijo a Josué: “Si quieres tener éxito y prosperar, toma este libro y
LÉELO, y vive de acuerdo a lo que leas”.

Todavía ese es el mandato de Dios para los que desean prosperar. Toma la Biblia, vive según sus
principios y juzga todas las cosas de acuerdo a éstos.

La Biblia es una AUTORIDAD VERAZ. Es una autoridad más alta que cualquier oficio en la Iglesia.
Está sobre todo oficial de la Iglesia, sea apóstol, papa, profeta, cardenal, evangelista, obispo,
pastor, sacerdote, maestro o diácono.

La Iglesia Católico-Romana reconoce la autoridad veraz de las Escrituras, porque ni el mismo papa
puede enseñar una doctrina contraria a la de la Biblia.

David dijo: “Has engrandecido [el Señor] tu palabra sobre todas las cosas” (Sal 138:2). ¡Medite en
esto! Dios le ha dado a Cristo un nombre sobre todo nombre (Fil 2:9), pero Él ha exaltado Su
Palabra aun por sobre Su nombre.

Esto coloca a la Biblia por sobre toda autoridad humana, sea religiosa, política o militar. Todo
creyente está obligado a escudriñar las Escrituras para ver si lo que los dirigentes de la Iglesia
enseñan está de acuerdo con lo que éstas enseñan.

Nunca debemos creer o practicar alguna cosa que sea contraria a las Escrituras: la Palabra de Dios.
En ningún lugar de la Biblia o enseñanzas de los Padres de la Iglesia, encontramos evidencias de
líderes de la iglesia (o ningún ser humano) que hablaron con autoridad veraz. Este es un nivel
superior a la autoridad humana.

3. La Autoridad De La Conciencia. El tercer nivel de autoridad que la Biblia nos enseña es la


autoridad de la CONCIENCIA.

Algunos han argumentado que no es posible saber lo que es bueno y separarlo de lo que está mal.
Sin embargo, cualquiera que tenga una capacidad mental normal, distingue lo que está bien de lo
que está mal, cualquiera. ¿Cómo es eso posible?

Todos sabemos lo que NO queremos que otra gente nos haga. No queremos que se aprovechen
suciamente de nosotros. No queremos que nadie nos perjudique. No queremos que nadie irrumpa
en nuestros hogares y se lleve nuestros bienes.

No queremos ser asesinados, ni que nuestra esposa o hija sean violadas o que nuestros hijos
cometan fornicación o adulterio. Así que, todos nosotros sabemos distinguir el bien del mal, aun
cuando no tengamos una Biblia que nos lo indique.
Sabemos lo que no queremos que nos haga la gente; y también lo que no debemos hacer a los
demás. Éste es el principio sobre el cual los Diez Mandamientos de la Biblia están basados. Lo
único que Dios nos pide es que no hagamos mal o cosas que vayan a perjudicar a nuestro prójimo
y a nosotros mismos. Por consiguiente, cuando vivimos nuestras vidas según los Diez
Mandamientos, estamos preservando la vida: la nuestra y la de los otros.

De esta manera es preservado el derecho de cada uno a la vida, la paz y la búsqueda de la


felicidad.

Ahora bien, el saber lo que no deseamos que nos haga otra gente y el saber lo que no deberíamos
hacerles, es lo que la Biblia llama CONCIENCIA.

a. Los Apóstoles Enseñan Sobre La Conciencia.

1) No La Viole. El Apóstol Pablo estableció la autoridad de la conciencia en sus escritos. Un


ejemplo: En los Tiempos bíblicos había muchas convicciones religiosas sobre ciertas clases de
comidas. Él nos previene que seamos cuidadosos al comer algo que pueda violar la conciencia de:

a) Otros, “De esta manera, pues, pecando contra los hermanos, e hiriendo su flaca conciencia,
contra Cristo pecáis” (1 Co 8:12).

b) Nuestra, “No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son
limpias: mas malo es el que come con escándalo [una conciencia culpable]” (Ro 14:20). “Mas el
que hace diferencia, si comiere es condenado, porque no comió por fe; y todo lo que no es de fe,
es pecado” (Ro 14:23).

2) Los Paganos Serán Juzgados Por Ella. En el Nuevo Testamento, la conciencia tiene una
tremenda autoridad. Muchas veces me han preguntado: “Hermano Ralph, ¿qué va a suceder con
los paganos que nunca han oído el Evangelio?”

El Apóstol Pablo contestó esta pregunta cuando dijo: “Porque todos los que sin ley han pecado, sin
ley también perecerán… porque cuando los Gentiles [los paganos o no creyentes] que no tienen
ley, éstos aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus
corazones, DANDO TESTIMONIO SU CONCIENCIA, y acusándoles o defendiéndoles sus
razonamientos… En el 173 A3.1 día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres
conforme a mi evangelio” (Ro 2:12; 14-16).

Dios va a juzgar al pagano según él responda a su conciencia. La conciencia es la ley de Dios escrita
en el corazón y en la mente.

Aun cuando un hombre no tenga la Biblia, tiene su conciencia. Dios le juzgará por la forma en que
obedezca a su conciencia, la cual, es el sustituto de la ley (los Diez Mandamientos) para el pagano.
Recuerde que a la vista de Dios, la conciencia tiene una autoridad tremenda; de ahí que tengamos
que obedecerla.

3) Debemos Someternos. El Apóstol Pablo se ocupó de muchas cuestiones de conciencia tales


como: lo que comemos o bebemos, o el día en que adoramos al Señor. Él declaró: “Uno hace
diferencia entre día y día, otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido
en su propia mente [conciencia].
“El que hace caso del día, lo hace para el Señor, y el que no hace caso del día para el Señor no lo
hace” (Ro 14:5, 6).

¿Cómo responde la persona a su conciencia? Para algunos, la observancia de un cierto día es muy
importante. Por ejemplo, en Israel, los musulmanes observan el viernes, los judíos ortodoxos el
sábado y los cristianos observan el domingo.

Violar su día sagrado, violaría su conciencia.

No estoy sugiriendo que usted debe observar cualquier día especial, estoy repitiendo lo que Pablo
dijo: “Lo que tu conciencia te dicte, es lo que tienes que hacer”. Pablo sigue diciendo: “Así que, ya
no nos juzguemos mas los unos a los otros, sino mas bien, decidid no poner tropiezo u ocasión de
caer al hermano” (Ro 14:13).

También para ser sensible a la conciencia del otro, Pablo nos recuerda que tenemos que ser
sensibles a nuestras conciencias: “No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las
cosas a la verdad son limpias, pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come
[una conciencia culpable]” (Ro 14:20).

Si usted tiene una convicción de que debe abstenerse de ciertos alimentos y viola esa convicción, y
por lo tanto su conciencia, Pablo dice que esto es dañino (malo) para usted.

Si es contra su conciencia comer cerdo y usted lo come, está mal, y de esa manera rechaza la
autoridad de su conciencia.

El Apóstol Pablo hace claro que cada uno de nosotros dará cuenta de sí mismo a Dios. La manera
en que hemos respondido a nuestra propia conciencia, determinará nuestra recompensa y/o
nuestro juicio. El violar nuestra conciencia, se convierte en un pecado para nosotros.

Pablo nos enseña a someternos a la autoridad de nuestra propia conciencia, aunque ésta no nos
deje hacer lo que otros pueden sin que sus conciencias los molesten.

4) Cada Uno Es Responsable. También nos enseña a no imponer nuestros escrúpulos sobre otros o
a considerar que son menos espirituales que nosotros porque disfrutan de ciertas libertades que
pueden ir en contra de nuestras convicciones personales.

Hay casos en que la autoridad de la conciencia no ha sido respetada por los dirigentes de la Iglesia.
Algunos han enseñado, por ejemplo, que una esposa debería someterse a su esposo aunque se le
pida algo que viole su conciencia.

¡Eso es erróneo! Dios hace a cada uno de nosotros responsable de sus actos, ya sea hombre o
mujer.

Safira fue responsable por su complicidad mintiendo al Espíritu Santo. “Y Pedro le dijo: ¿Por qué os
concertastéis para tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han
sepultado a tu marido y te sacarán” (Hch 5:9). Safira murió en condenación porque estuvo de
acuerdo con su esposo.
4. Resumen La Autoridad Soberana de Dios, la Autoridad Veraz de las Escrituras y la Autoridad de
nuestra Conciencia son más altas que la de cualquier hombre, sea cual sea su oficio o título.

Nadie sobre la faz de la tierra tiene un derecho dado por Dios que le ordene a desobedecer su
conciencia, su Biblia o a su Dios. Estos están sobre cualquier oficio o autoridad humana, sea la
Iglesia, el estado o cualquier otra. La conciencia está sujeta a la Escritura y la Escritura procede de
Dios. Por lo tanto, nosotros vamos a estar sujetos a las autoridades mayores aun cuando estén en
conflicto con la autoridad que Él confiere a los hombres

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